UNIVERSIDAD VERACRUZANA FACULTAD DE FILOSOFÍA MAESTRÍA EN FILOSOFÍA LA CONSTRUCCIÓN DEL MITO MESTIZO EN LA FILOSOFÍA DE JOSÉ VASCONCELOS TESIS Que para obtener el grado de MAESTRO EN FILOSOFÍA Presenta: ANDROS ULISES SALDAÑA RODRÍGUEZ Director de Tesis: DR. JULIO QUESADA MARTÍN XALAPA - ENRÍQUEZ, VER. 1 ENERO 2015 DEDICATORIAS A mi madre, Lic. Leticia Rodríguez Oliva, por haberme dado ánimos, comprensión, recursos, información y suficientes ocasiones para discutir cada camino por el cual me ha llevado esta investigación. A mi padre, Alfonso Saldaña, por haberme tenido la paciencia todos estos años de formación, así como por alentarme a no apartar el camino de mi trabajo. A mi amada Alma, por soportarme como pareja, y especialmente, por lidiar conmigo durante esta investigación. Por su inacabable paciencia y prudencia en cada fase de la investigación y su comprensión para todas las locuras que requerí para escribir. A mi querido amigo y director de tesis, Dr. Julio Quesada Martín, por haberme instruido, orientado, ofrecido su amistad y fe, elementos que entre otras cosas, fueron decisivos para la culminación de este trabajo. A mi querida Mtra. Angélica Salmerón, a la cual debo haber conocido a Vasconcelos más allá de la Raza Cósmica y del Ulises Criollo. Es a partir de sus clases, pláticas y consejos que me he atrevido a salirme de los márgenes para realizar una investigación sobre un autor tan comentado pero tan poco estudiado. A mis lectores de tesis, Dr. Jesús Turiso Sebastián y Dr. Juan Carlos Moreno Romo, cuyos comentarios además de alentadores, han sido valorados y de mucho provecho para finalizar de manera adecuada la investigación. A mi hermana Andrea Saldaña Rodríguez, cuyas reflexiones desde la psicología me permitieron ampliar el panorama de mi investigación. A mis amigos, Lic. Alberto Díaz Díaz, a quién debo incontables preguntas, cuestionamientos y comentarios que me permitieron ver las cosas siempre desde otra perspectiva, completando la imagen, y a Jorge Santizo, cuya visión como artista plástico y músico me permitió catalizar la comprensión sensible necesaria para completar la presente investigación. A mis queridos Hippie, que en paz descansa, Huesos, Puchi, Nena y sus retoños, mi precioso Yúe, quienes más que mascotas, siendo miembros de la familia, me ofrecieron su compañía y cariño incondicionales en todas esas noches eternas de estudio. A mis maestros de licenciatura y maestría, pues de cada una de sus asignaturas adquirí las herramientas que me han permitido alcanzar esta meta. A la Facultad de Filosofía de la Universidad Veracruzana, pues el ambiente de apertura a todo tipo de temática que se justifique me ha permitido llevar a cabo esta investigación con el apoyo institucional, la calma y tranquilidad que 2 requería. Del mismo modo a CONACYT por el apoyo económico para esta investigación a través de la incorporación del programa de Maestría en el PNPC. 3 LA CONSTRUCCIÓN DEL MITO MESTIZO EN LA FILOSOFÍA DE JOSÉ VASCONCELOS INDICE INTRODUCCION.................................................................................................6 1.- Entendiendo a Vasconcelos: contexto de La Raza Cósmica.................11 Influencias filosóficas en el pensamiento de José Vasconcelos...............11 El pensamiento filosófico de José Vasconcelos........................................19 Metodología de trabajo..............................................................................23 La Raza Cósmica desde la perspectiva canónica.....................................28 Conclusiones del capítulo..........................................................................38 2.- Pensamiento Estético o Filosofía de la coordinación: fundamentos del método de la coordinación.............................................................................39 Pitágoras según Vasconcelos...................................................................40 La Metafísica.............................................................................................42 La Ética......................................................................................................45 La Estética.................................................................................................48 Filosofía o método de la coordinación.......................................................55 Conclusiones del capítulo..........................................................................58 3.- Releyendo La Raza Cósmica: una eugenesia estética...........................59 Marco Biopolítico.......................................................................................59 Construcción del mito................................................................................63 La Raza Cósmica: la construcción del mito mestizo.................................70 La Raza Cósmica: dibujando el fundamento estético del mito mestizo....77 La Raza Cósmica: del mito estético a la materialización del tipo definitivo....................................................................................................78 El mito mestizo: La Raza Cósmica como eugenesia estética...................89 Conclusiones del capítulo..........................................................................93 4 4.- Conclusiones: las implicaciones prácticas en la construcción del mito mestizo..............................................................................................................94 Racismo y la Raza Cósmica......................................................................95 Intentos de poner en marcha el proyecto de La Raza Cósmica.............100 Vasconcelos y sus roces con el nazismo: compatibilidad de mitos........110 Conclusiones finales................................................................................120 Bibliografía.......................................................................................................124 5 INTRODUCCIÓN Sobra decir una vez más que José Vasconcelos era definitivamente una persona compleja, tanto intelectual como socialmente, y mucha de esa complejidad (si no es que capacidad de dispersión de su atención en múltiples temas) la trasladó también a sus actividades. Se le conoce mucho como educador, político, pensador, escritor, viajero, crítico entre otras cosas, pero muy poco como filósofo. Dicho dato sí es mencionado pero poco se estudia realmente su aportación en materia filosófica, mucho menos en cuanto a Metafísica se refiere, y sólo se analiza superficialmente su trabajo político, sin embargo no se detalla su propuesta desde la filosofía política o qué tanto su filosofía permea su política o viceversa. No estamos en cero en cuanto a los trabajos que indagan sobre Vasconcelos. Prueba de ello son, entre otros trabajos los apartados que Luis Garrido dedica al pensamiento filosófico de Vasconcelos en su texto sobre el autor, el cual además es parte del soporte bibliográfico del presente trabajo. Aunque son excelentes en cuanto al estudio de las obras, a la precisión del análisis y a la síntesis de la propuesta vasconceliana, dejan bastantes incógnitas y no alcanzan a mostrar al lector todo lo que Vasconcelos ha propuesto y puesto en juego en su sistema filosófico; Garrido apenas da un rasguño a la obra. Es por ello que el presente trabajo ha tenido que sortear una serie de retos, desde lo más concreto como la obtención de textos tanto del autor como sobre él, hasta el esfuerzo por comprender una propuesta bastante extensa, complicada, y relacionada con todas sus partes. Tomando en cuenta lo limitado del estudio de la propuesta vasconceliana desde la filosofía política, es que presentamos este trabajo como resultado de una investigación que ha tenido que avanzar en varias etapas y en senderos que desde el inicio nunca habríamos imaginado, para poder condensar de manera ordenada y muy sintética una propuesta que supera aún todas las páginas que el propio Vasconcelos habría podido escribir. 6 Aunado a esto, tenemos la problemática concreta de mostrar porqué el texto de la Raza Cósmica es un texto que debe ser tratado desde la biopolítica, o de una manera más explícita, afirmamos que la propuesta de Raza Cósmica es un pensamiento político racista y jerarquizante, cuyo soporte filosófico radica en la teoría estética del autor y, por ello el presente trabajo reconstruye y hace evidentes los fundamentos de una eugenesia estética oculta dentro del proyecto educativo y sociocultural con el que el maestro pretendió inspirar al mundo. Con lo anterior no pretendemos dañar la imagen de José Vasconcelos dentro del canon histórico sino explorar algo que parece haber estado oculto a la vista de todos. Sirve así este texto primero para introducir al lector a un pensamiento que pretende la comprensión absoluta del universo partiendo de la finitud del hombre, y en segundo, para explorar un episodio poco mencionado en el desarrollo intelectual y la maduración del pensamiento de un prolífico autor como José Vasconcelos. El lector encontrará que el presente trabajo se estructura en cuatro capítulos, cada uno subdividido a su vez en apartados relacionados al tema principal. Esto con la intención de recuperar el procedimiento vasconceliano, donde se ofrecen los fragmentos de un problema para recuperarlos posteriormente y de manera sintética en conclusiones que ofrezcan una imagen completa del hecho descubierto la cual a su vez siempre es una imagen discutible, un resultado siempre abierto, siempre perfectible en tanto que se pueda agregar nueva información. Siendo procedemos esta la pues metodología adoptada del ofreciendo al lector en el propio Vasconcelos, capítulo primero una contextualización de la obra del autor que nos ocupa. El lector encontrará cinco apartados, donde el primero es una breve mención de las influencias más evidentes de las cuales Vasconcelos alimentó su pensamiento; acto seguido en el segundo apartado ofreceremos una caracterización general del pensamiento vasconceliano como Filosofía de la coordinación; Posteriormente en el tercer apartado ofrecemos una reconstrucción de la metodología vasconceliana, la cual permite la comprensión tanto del camino que el autor sigue para la aplicación política de su pensamiento filosófico, como de la estructura general de la presente investigación; en el cuarto apartado daremos una lectura general 7 de La Raza Cósmica para comprenderla desde una perspectiva canónica. Finalmente, cierra un capítulo con un apartado de las conclusiones de lo visto hasta ese punto y que permitan pasar al segundo. El segundo capítulo trata en específico sobre el pensamiento estético de José Vasconcelos, comprendido sintéticamente desde sus tres obras filosóficas fuertes, las cuales son Metafísica, Ética y Estética. A cada obra se le dedica un apartado de este capítulo, incluyendo además un primer apartado dedicado a las influencias pitagóricas en el pensamiento vasconceliano. El quinto apartado de este capítulo corresponde tanto a la obra Todología, donde se sintetiza tanto el método de la coordinación como los resultados de su propuesta filosófica. El capítulo cierra con las conclusiones parciales de la investigación hasta este punto, que permiten dar el paso a los capítulos 3 y 4, donde se analiza políticamente el proyecto vasconceliano. Antes de avanzar, es necesario indicar que el segundo capítulo será de especial atención para el lector, pues independientemente de estar a favor o en contra de las ideas políticas de Vasconcelos, encontrará una síntesis pertinente de su pensamiento filosófico, en donde se muestra cómo opera dicho proceder intelectual y cómo lleva a cierta percepción del universo en su totalidad. Este tema es crucial pues sólo comprendiendo la percepción filosófica omniabarcante y estética del universo desde la perspectiva vasconceliana, es como podemos tener acceso a una interpretación mucho más completa y clara de lo que es la Raza Cósmica. Una vez que el lector ya cuenta con los fragmentos del contexto vasconceliano y el suficiente conocimiento del pensamiento estético, se le ofrece en un tercer capítulo la contextualización biopolítica de la propuesta, de la mano de Roberto Espósito. Esta visión es crucial para comprender el resultado eugenésico del espíritu nacionalista de José Vasconcelos, y cómo este requiere de un fundamento estético para funcionar de manera concreta. Además, ofrecemos un segundo apartado que condensa la esquematización de Phillippe Lacoue-Labarthe y Jean-Luc Nancy en relación a lo que ellos llaman el mito nazi. Este esquema nos servirá para comparar la construcción del mito nazi con lo que hemos denominado en la investigación como el mito mestizo. 8 Con todos los fragmentos puestos en la mesa, es como ofrecemos del tercer al quinto apartado del tercer capítulo una relectura de la Raza Cósmica como una eugenesia estética, fundamentada en el pensamiento estético de la Filosofía vasconceliana. Cerramos con las conclusiones parciales de la investigación hasta el capítulo tres, como lo hemos hecho en los dos capítulos anteriores. Posteriormente, en el cuarto y último capítulo, trataremos el problema concreto del tipo de racismo que propone la Raza Cósmica además de algunas de las evidencias extraídas de los propios discursos de Vasconcelos, que prueban que intentó llevar a cabo su propuesta. Sumado al intento de concretar su visión desde la educación, revisamos también su simpatía con el nacionalsocialismo alemán. Si bien ya ha salido poco a poco a flote el tema del nazismo vasconceliano, trataremos este tema desde la claridad que ofrece la evidencia, pues no pretendemos dañar la imagen del autor, sino sacar la espina que incomoda cualquier investigación sobre la obra general de Vasconcelos o aspectos de esta, como lo es en este caso su propuesta filosófica. Al final de este capítulo, ofreceremos las conclusiones últimas de esta investigación, la cual no termina en este trabajo, sino que apenas inicia, y esperemos, despierte una curiosidad tan o más vasta que la obra del maestro Vasconcelos. Si para algunos lectores la bibliografía podría parecer escasa, esto ha sido por un lado por la dificultad de encontrar trabajos que en específico refieran al pensamiento filosófico y que además, traten con suficiente objetividad o detalle los aspectos de su filosofía. Por otro lado, dada la carencia de trabajos al respecto, hemos procedido a realizar esta investigación en su mayoría desde los textos mismos del autor, detalle que consideramos permite al lector tener un contacto más directo con el pensamiento de José Vasconcelos. Del mismo modo, indicamos que en algunos capítulos, el número de citas podría parecer excesivo, sin embargo, ha sido necesario para mostrar suficiente evidencia, desde los textos mismo, que soporte nuestra interpretación de la obra de Vasconcelos. Pedimos al lector su apertura para no juzgar apresuradamente, ni descartar la totalidad del pensamiento y propuesta vasconceliana por las 9 implicaciones políticas de su trabajo, pues su ejercicio y propuesta política es apenas un pequeño fragmento de la totalidad de una teoría que lejos de ser desechada, requiere revisión y actualización como herramienta de comprensión de los procesos de mestizaje tanto históricos como actuales, y no sólo en aspectos biológicos o sociales, sino políticos, culturales e intelectuales, donde la complejidad de las dinámicas implica buscar perspectiva desde pensamientos distintos para conseguir una perspectiva más completa sobre los temas problemáticos a tratar. 10 ENTENDIENDO A VASCONCELOS: CONTEXTO DE LA RAZA CÓSMICA La obra de Vasconcelos es enorme en cuestión de publicaciones, siendo el Ulises Criollo de lo más conocido mientras que su filosofía resulta lo menos citado y trabajado. A pesar de esto, nos ha sido posible encontrar algunos autores que ofrezcan estudios generales pertinentes sobre el pensamiento filosófico de Vasconcelos, de los cuales nos valemos a fin de tener un primer acercamiento con su pensamiento y un camino a través del cual adentrarnos. Por lo anterior hemos considerado para este primer capítulo entregar la información en el siguiente orden: en el apartado 1.1 de manera general ofreceremos un breve marco contextual donde situar el pensamiento del autor, donde grosso modo se señalan las influencias de otros pensadores en el trabajo del oaxaqueño, con la intención de situar al lector en el tipo de filosofía que Vasconcelos plantea. Después de las influencias, en el apartado 1.2 tendremos una breve caracterización del pensamiento de José Vasconcelos como Todología o Filosofía de la coordinación, para entender en qué consiste y poder dar paso al apartado 1.3, donde revisaremos la metodología concreta con la que él trabaja y que podemos reconstruir a partir de la manera que desarrolla sus textos. Este apartado nos presenta especial importancia pues es en parte el camino en el cual nos hemos basado para reconstruir los capítulos posteriores de la presente investigación. Para finalizar el contenido de este primer capítulo, en el apartado 1.4 haremos una aproximación general a lo que podría ser una interpretación generalmente aceptada del texto La Raza Cósmica, abonando el mismo con las conferencias de Chicago recopiladas en La otra raza cósmica, de reciente traducción. Esto nos servirá posteriormente para contrastar dicha interpretación de La Raza Cósmica con la que ofrece como resultado nuestra investigación. Influencias en el pensamiento de José Vasconcelos. Si pretendemos enumerar a todo autor que recibe mención tanto textual como de su pensamiento, o simplemente, a los autores con los cuales se nota 11 cierto aire de familia en la obra de José Vasconcelos entonces nuestra tarea resultaría interminable, debido a la voracidad con la que éste consumía textos de todo tipo, no sólo por su gusto personal sino para incorporarlos inmediatamente a los trabajos que en cada etapa de su obra le ocuparon en su afán de coordinar la realidad en su Totalidad. Sin embargo ciertos autores son además de recurrentes piezas claves para la comprensión de su propuesta filosófica, y en concreto, para el abordaje del pensamiento estético que haremos en apartados posteriores. Pasemos pues a repasar a los autores que hemos detectado que resultan imprescindibles para comprender al oaxaqueño. Son tanto las figuras del canon de la historia de la Filosofía como también contemporáneas a Vasconcelos las que ayudaron a dar forma a su pensamiento. Según el mapa que dibuja el Doctor Feliciano Hernández Cruz1 sobre la constitución del pensamiento de Vasconcelos, figura en principio la interacción directa de nuestro autor con personajes como Henríquez Ureña, Antonio Caso, Enrique González Martínez, Genaro Estrada, Carlos Pellicer, Diego Rivera, Martín Luis Guzmán y Julio Torri, los cuáles dentro del grupo del Ateneo de la Juventud realizan sesiones de lectura y discusión sobre los irracionalistas.2 Seguido del grupo con el que Vasconcelos interactuaba intelectualmente, tenemos las figuras del canon que repercuten directamente en su pensamiento, es decir, los autores de los que él toma, comparte y se nutre para la construcción de su propuesta. La primera figura canónica de la que Vasconcelos toma rasgos importantes para su filosofía es Pitágoras. En el texto del mismo nombre, Vasconcelos analiza y comienza a proponer un Pitágoras no matemático, sino musical, y es a partir de esa música numérica que comienza a desarrollar una teoría del ritmo como energía rectora del cosmos. Sobre Pitágoras dice Vasconcelos: 1 Originario de Límbano Balndín, Macuspana, Tabasco. Doctor en Filosofía. Investigador del Centro de Investigaciones de las Bellas Artes de la Normal Superior del Estado de Tabasco, de la Universidad Popular de la Chontalpa y docente del Seminario Mayor Diocesano de Tabasco, México. 2 Véase Feliciano Hernández Cruz, La filosofía humanista de José Vasconcelos, (Espacio Latino, Uruguay) http://letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/hernandez_cruz_feliciano/la_ filosofia_humanista.htm. (consultada el 24 de septiembre de 2014) 12 La materia posee una voz que repercute en las almas; no siempre es muda su expresión misteriosa. […] ¿cuál es el orden necesario al sonido para sernos simpático?. Así debe haberse preguntado mientras investigaba… […] Al descubrir en todo una energía interna desarrollándose como música, debe haberse dicho: cierto ritmo está en la esencia de todas las cosas. Continuando entonces sus investigaciones, descubre en seguida que el ritmo o proceso que nos causa goce se encuentra realizado a perfección en la serie de los sonidos de la escala musical. Analizando esos sonidos descubre que existe entre ellos una constancia de relaciones numéricas, y así es como, partiendo de una experiencia meramente estética, llega a meditar por primera vez en la naturaleza del número.3 Para Vasconcelos, Pitágoras “usa del número como de un símbolo que expresa el movimiento rítmico que él ha encontrado en las cosas”4. Detecta un acierto en la identificación del ritmo con el número, y parte de ello para dar una fundamentación racional a la experiencia estética que posteriormente le servirá para regir su concepción del universo: No niego que la experiencia descubre que la ley estética de los sonidos sigue una necesaria relación matemática; por ejemplo, la relación entre los sonidos de la acción es una relación simple, se pueden expresar en tal o cual forma numérica regular; pero esto sólo indica y descubre cómo tiene que ordenarse lo externo para causarnos goce y fundirse en nosotros. 5 Es en el ritmo pitagórico donde Vasconcelos encuentra encriptadas las indicaciones estéticas que al espíritu le dictan cómo coordinar la Totalidad. El segundo personaje canónico a mencionar es Platón, de quién Vasconcelos primero va a interpretar a conveniencia el mito de la Atlántida para situar a Iberoamérica geográficamente sobre los restos del continente perdido: “a medida que las investigaciones progresan, se afirma la hipótesis de la Atlántida, como cuna de una civilización que hace millares de años floreció en el continente desaparecido y en parte de lo que es hoy América”.6 Además de pretender aires de familia con la mítica ciudad, Vasconcelos propone jerarquías sociales utópicas similares a las jerarquías descritas en La República: Dicha ley del gusto, como norma de las relaciones humanas, la hemos enunciado en diversas ocasiones con el nombre de la ley 3 José Vasconcelos, Pitágoras en Obras Completas tomo III (México, Libreros Mexicanos Unidos, 1959), 39-40. 4 Ibíd., 40. 5 Ibíd., 59. 6 José Vasconcelos, La Raza Cósmica (México, Porrúa, 2010), 3. 13 de los tres estados sociales, definidos, no a la manera cotidiana, sino con una comprensión más vasta. Los tres estados que esta ley señala son: el material o guerrero, el intelectual o político y el espiritual o estético. Los tres estados representan un proceso que gradualmente nos va libertando del imperio de la necesidad, y poco a poco va sometiendo la vida entera a las normas superiores del sentimiento y de la fantasía.7 Del mismo modo que para Platón la justicia se manifiesta en una polis donde la armonía rige la proporción correcta de templanza, valor y sabiduría, para Vasconcelos el Estado Estético en el cual la Raza Cósmica funciona como un mestizaje perfecto se da en tanto que estos tres estados que describe se relacionen y funcionen en la adecuada proporción. Veamos ahora la influencia de Plotino. En principio, detectamos rasgos plotinianos en la medida en que Vasconcelos percibe un proceso de perfeccionamiento constante, siempre a futuro, donde el alejamiento de los vicios y la tendencia al bien supremo habrá de llevar poco a poco a ese estado ideal y utópico que propone en la Raza Cósmica, en un proceso semejante a la necesidad de recobrar la cercanía con lo Uno como la pensaba Plotino. Sin embargo, Vasconcelos pretende un fin político y social directo: Muchos obstáculos se oponen al plan del espíritu, pero son obstáculos comunes a todo progreso. Desde luego ocurre objetar que, ¿cómo se van a unir en concordia las distintas razas si ni siquiera los hijos de una misma estirpe pueden vivir en paz y alegría dentro del régimen económico y social que hoy oprime a los hombres? Pero tal estado de los ánimos tendrá que cambiar rápidamente. Las tendencias todas del futuro se entrelazan en la actualidad: mendelismo en biología, socialismo en el gobierno, simpatía creciente en las almas, progreso generalizado y aparición de la quinta raza que llenará el planeta, con los triunfos de la primera cultura verdaderamente universal, verdaderamente cósmica.8 Tal como Plotino, Vasconcelos ve una dimensión ideal que sólo se alcanza en el futuro, pero sólo a través de un proceso que se adapte a valores superiores. Concordamos con el Dr. Hernández cuando señala que para Vasconcelos es necesario que los valores se adapten a fines superiores, pero además, a una trascendencia, al acercamiento con lo Absoluto. 9 Vasconcelos dice en la 7 Ibíd., 23. Ibíd., 34-35. 9 Hernández indica así: “El valor de las cosas depende de su adaptabilidad a nuestros fines superiores, y en consecuencia no hay cosas buenas o malas en sí. La escala de valores se 8 14 Estética: “el esfuerzo del pensador científico, parecido al de Plotino, consiste en ligar la modalidad de lo físico y la modalidad de lo anímico, respetando la cadena de las relaciones y los subordinamientos. Es este mismo mi camino”10. En el mapa de Hernández es Plotino el que ha influenciado a Vasconcelos en la construcción de valores éticos, debido a la creencia del proceso de perfeccionamiento permanente que tiende a lo divino. Siendo Vasconcelos católico, o mejor dicho, cristiano, es natural para Hernández que recurra a Plotino. Sobre ello indica: Este hecho se aprecia en un texto de Vasconcelos en el cual valoraba profundamente la filosofía de los primeros filósofos cristianos, que tributaron ideas a la conformación del cristianismo, como Plotino o Séneca. En su libro Estudios indostánicos (1921) sobre sus reflexiones de la filosofía de la India, considera a Plotino como el filósofo más grande de todos los tiempos. Vasconcelos, siguiendo las ideas del pensamiento de Plotino, parte del criterio de que todas las cosas que existen en el mundo se van depurando en un proceso permanente de perfeccionamiento hacia la divinidad.11 Prosiguiendo en la mención de los autores canónicos que ayudan a formar el pensamiento de Vasconcelos es el turno de de Bergson. El Dr. Hernández Cruz señala: Los temas de la filosofía de Bergson están presentes con fuerza en la filosofía de Vasconcelos, particularmente con su Estética. Hay una acuciante analogía tanto en el texto como en el espíritu general en que se expresa. La concepción de la evolución creadora, con primacía casi absoluta de lo espiritual, está en la filosofía del Maestro Vasconcelos. Igualmente el intuicionismo, donde la intuición tiene prioridad respecto al intelecto o la razón. En Vasconcelos, si bien es menos radical que Bergson, el a priori estético deviene como proceso intuitivo. Por eso en la tesis se señala: El Monismo Estético de Vasconcelos se fundamenta en tres principios: la belleza, la emoción estética y el universo.12 determina por el mayor o menor acercamiento que tengamos con el Absoluto. Según Vasconcelos la ley moral y el deber están por encima de todo lo accidental humano.” Feliciano Hernández Cruz, Presupuestos teóricos del sistema filosófico de José Vasconcelos, http://www.monografias.com/trabajos89/presupuestos-teoricos-sistema-filosoficovasconcelos/presupuestos-teoricos-sistema-filosofico-vasconcelos.shtml (consultada el 26 de septiembre de 2014) 10 José Vasconcelos, Estética en Obras Completas tomo III (México, Libreros Mexicanos Unidos, 1959), 1128. 11 Feliciano Hernández Cruz, op. cit., p.3. 12 Ibíd. 15 Complementando el mapa del Dr. Hernández, hay que mencionar la fuerte influencia que percibimos de Bergson en el texto La Revulsión de la Energía de 1924, donde José Vasconcelos retoma la importancia de la intuición y el comportamiento de la energía como antesala de la propuesta filosófica contenida en los libros Ética, Metafísica y Estética: La percepción inteligente nos da los hechos y las leyes del mundo físico, y el órgano metafísico nos descubre las relaciones de esos mundos, con las leyes y existencias de otras zonas de la existencia. La percepción no subliminal, sino superliminal y supracientífica nos revela que hay en el Universo, junto a los procesos ordinarios de la evolución, o dentro de esos mismos procesos, una repetida aparición de cambios bruscos reversiones, escapes o revulsiones de la fuerza. Cambios de sentido que no representan una progresión de los sucesos anteriores, ni una variante, sino una transformación radical del proceso; una revulsión de la fuerza. Uso la palabra revulsión para indicar un cambio de sentido de la trayectoria de la energía, cambio en que la línea del movimiento no se quiebra ni se desvía, ni se interrumpe, ni se detiene, sino que vuelve sobre sí misma, y asciende en espiral, como la gota que sube desde el fondo de un vaso cuyo líquido se ha 13 revuelto intensamente. Es de vital importancia el pensamiento de Bergson, pues la intuición y la elan vital son fundamentales para la propuesta del monismo estético. Al igual que para Bergson, para Vasconcelos la energía no responde a un proceso teleológico cerrado y finito, sino que habrá de continuar indefinidamente. La energía y su movimiento rítmico en Vasconcelos no aparecen predeterminado o regido por una finalidad última, sino que el proceso es abierto, constante y permanente, en constante movimiento. Cerrando con Bergson, nuevamente nos apoya Hernández: Debe destacarse, además, las coincidencias de ambos pensadores idealistas en cuanto a su visión religiosa cristiana del hombre, la sobrevaloración de la intuición sobre el intelecto, al impulsar la idea de dos corrientes opuestas: la materia inerte frente a la vida orgánica, de modo semejante a como el impulso vital se esfuerza por conseguir la libre acción creadora. Libre acción creadora devenida como intuición espiritual y como espíritu sintetizador, que permite que la realidad se haga transparente al hombre. El a priori estético de Vasconcelos, si lo analizamos detenidamente, se funda en esto.14 13 José Vasconcelos, La Revulsión de la Energía en Obras Completas tomo III (México, Libreros Mexicanos Unidos, 1959), 364. 14 Feliciano Hernández Cruz, op. cit. 16 El siguiente en la lista es Nietzsche, quien deja una huella demasiado difícil de omitir, sobre todo en el texto de La Metafísica. Para Vasconcelos, lo apolíneo se relaciona directamente con la belleza, y lo dionisíaco con la emoción estética, siendo la interacción de estos lo que lleva a una síntesis que permite la experiencia mística de la Totalidad. No es posible experimentar la mística sin lo apolíneo ni lo dionisíaco: […] el sentido de la belleza es el más libre y el más profundo de los tres; y se desarrolla también en tres ordeñes: apolíneo, dionisíaco, místico: es decir, arte, drama, religión. Con lo más vivo y más puro de la energía y más allá de la voluntad misma, se engendra una nueva existencia en que las cosas y los ánimos aparecen libertados y realizándose en el Todo. Cuando la analicemos más cabalmente en la Estética, veremos cómo la existencia postvoluntaria recibe en su seno todo el contenido de las otras realidades; pero para trasmutarlas y para crear un devenir que se sobrepone a todas las demás corrientes del mundo.15 Necesita Vasconcelos ambas fuerzas para generar la interacción entre la razón y la pasión, entre lo bello que se puede razonar y lo bello que se puede experimentar. No es accidente o coincidencia que identifique lo Apolíneo al arte, que supone un conocimiento, un modo técnico de ejercerlo y, lo Dionisíaco con el drama, que implica para su ejecución una capacidad emocional. Sin embargo sólo la síntesis de ambas experiencias permite alcanzar la mística, que en Vasconcelos es religiosa. Si Vasconcelos relaciona lo místico con lo religioso, lo cual a su vez es el resultado sintético de lo Apolíneo y Dionisíaco, es porque en la religión hay tanto una metodología, una serie de reglas y un orden notorio, como también una experiencia emocional que excede a ambas fuerzas las cuales son necesarias interactuando para alcanzar la experiencia mística. El Dr. Hernández al respecto indica: Es un acercamiento a lo perfecto, y en eso coincide en parte, también, con las tesis nietzscheanas de que en la vida hay una especie de lucha entre lo apolíneo y lo dionisíaco como dos fuerzas que se enfrentan. Pero a diferencia de Nietzsche, quien estimula posiciones más caotizantes e irracionales, en Vasconcelos hay como 15 José Vasconcelos, Tratado de Metafísica en Obras Completas tomo III (México, Libreros Mexicanos Unidos, 1959), 473. 17 una especie de teleologismo de la historia, permeado de sentido cultural.16 El sexto autor a mencionar es Hegel, en este caso como una influencia negativa, ya que Vasconcelos se encuentra en oposición directa contra el sistema hegeliano debido a que este se encuentra cerrado en su dinámica dialéctica. Para Vasconcelos el sistema hegeliano no permite nada fuera de lo que el propio sistema establece, no permite ni novedad ni disolución; Vasconcelos busca evitar caer en una dialéctica cerrada e inmutable donde todo ya está explicado, ofreciendo en cambio una explicación de la dinámica de lo real a través de un proceso abierto, siempre tendiendo a una perfección ateleológica, obviamente, derivado de los pensamientos de los autores que hemos mencionado previamente; requiere de libertad para que la energía se desplace sin restricción en un proceso de perfectibilidad eterno ateleológico: De tal suerte siempre he concebido las filosofías creadoras como una especie de superpoemas y al mero dialéctico lo veo como deben ver los poetas a los gramáticos. No podemos prescindir ni de unos ni de otros, pero oración y discurso deben convertirse a la postre en resorte que impele al tránsito; a la serie de tránsitos de la conciencia. A la hora en que el ser se descubre a sí propio, la palabra, el concepto, se quedan atrás, se olvidan; […]. Así el propio pensar es mecanismo, impulso que lleva a la esencia. Todo lo que en la creación parece inerte, cobra de pronto vida si sopla el espíritu y las mismas cosas reales; pero con mayor razón lo que es producto de mente, se anima y construye: así se produce en filosofía la dinámica de lo verbal, el poder del discurso que se inicia como enumeración, se estructura como silogismo y finalmente estalla en esplendores de gloriosa revelación. En estos sortilegios, la música de las ideas suele ser más creadora que la música de los sonidos; taumaturgia suprema para la conquista de la conciencia y la plenitud. Y es plenitud la inmersión en el nexo de las corrientes del mundo.17 Para Vasconcelos, Hegel aunque necesario es insuficiente, pues deja de lado el irracionalismo; el tránsito de la consciencia del que habla Vasconcelos es un tránsito constante, muy lejos de quedar cerrado en un sistema que ya tiene todo explicado. Hay para Vasconcelos una necesidad de trascender la Razón pero no omitirla. No cae en un irracionalismo, pues no pretende ignorar o acabar con el pensamiento racional. Por el contrario ve la necesidad de éste, y en su obra 16 17 Feliciano Hernández Cruz, op. cit. José Vasconcelos, op. cit., 392-393. 18 revisa lo que él piensa son ciclos en los estadios del pensamiento que avanzan del empirismo y pragmatismo, a sistemas “del entendimiento” que terminan por dar forma a las grandes elaboraciones metafísicas. En las tres (empirismo, pragmatismo y metafísica), la Razón juega papeles importantes pero en todos, y sobre todo en los metafísicos, la intuición, imaginación y mística junto con el elemento racional quedan engarzadas, y según sea el tipo de sistema, aparecen y funcionan en mayor o menor proporción, dependiendo de cada propuesta. El reto es hacer filosofía trascendiendo a la Razón, pues nuestro autor ve la cúspide del pensamiento en la mística. Como veíamos en la mención al pensamiento nietzscheano, lo Apolíneo es una parte determinante, necesaria, pero no lo es todo, es necesario llegar a lo místico. De este recorrido por las influencias en el pensamiento de Vasconcelos, queremos hacer notorio el hecho de que los rasgos de una mística pitagórica fundada en el ritmo, el orden racional de una república utópica perfecta, la tendencia a la perfección constante así como un proceso energético dinámico que no está delimitado por la teleología, la interacción de lo Apolíneo y lo Dionisíaco, entre otros rasgos, son elementos que favorecen para comprender la propuesta de Vasconcelos en oposición a la dialéctica hegeliana en donde todo está dado por la Razón y contra un positivismo que no da importancia a la mística que tanto fascinó al autor. Los principios y conceptos mencionados en el párrafo anterior, servirán tanto para comprender cómo opera el pensamiento vasconceliano en tanto filosofía de la coordinación, tema que abordaremos en el capítulo 2 del presente trabajo, así como para comprender las influencias filosóficas que le llevan a plantear su propuesta política de la forma en que aparece en la Raza Cósmica. El pensamiento filosófico de José Vasconcelos El pensamiento de José Vasconcelos, es complejo y difícil de seguir. En parte, por la gran cantidad de temas a los que dedicó su pluma como por su modo de escribir, el cual en algunos puntos parece más poético y profético que 19 científico, en los términos en los que comúnmente entendemos los textos filosóficos y científicos. Sin embargo, para fines de la presente investigación, ofreceremos un resumen sintético que permita comprender cómo este pensador entendía su tarea filosófica, en aras de que el lector cuente con las herramientas suficientes para la comprensión de los capítulos posteriores. Es por ello que este apartado se dedica a dibujar de manera general su propuesta filosófica. Para Vasconcelos, la Filosofía y la Vida están íntimamente relacionadas. La insistencia de su sistema es generar un conocimiento que incluya tanto lo que la ciencia exige en términos de objetividad, como también poder incluir los rasgos propios de la irracionalidad. Básicamente, no dejar de lado la vida cuando hacemos ciencia, tomando en cuenta que en la propia vida entran aspectos fundamentales como la mística, que él ve en la religión. Para comprender lo anterior, procedamos pues, en comprender la propuesta: El problema se aparece entonces con extraordinaria claridad: la dialéctica es una especie de pentagrama relativamente fijo, indispensable para dar colocación y valor a las notas, pero en sí mismo meramente formal y vacío; la ley moral sería esa suerte de disciplina que integra el sonido musical, negando valor a los sones que no alcanzan cierta altura o cierto timbre; ética simplemente constructora de valores, pero la verdadera expresión y plenitud del sonido sólo se revela en los temas y se complementa en los conjuntos: tal es la estética.18 Vasconcelos ve su texto Todología como la culminación de su tarea, pues en dicho tomo ofrece una síntesis de un pensamiento que ha requerido diversos pasos evolutivos y temáticos para poder madurar al punto de poder darle un nombre: “el proceso de toda la obra se aclara en el presente volumen, según los capítulos dedicados a lo que he llamado: Método de la Coordinación. La verdad es concebida en ellos, como un acorde musical, más bien que como un acuerdo lógico, por eso se afirma que pensar es coordinar.” 19 Con esa definición en mente, podemos comprender el proyecto de manera general. Lo que busca de manera general el sistema vasconceliano es armonizar de manera sintética la totalidad de lo real, es decir, comprender y aceptar que 18 Ibíd., 400. José Vasconcelos, Todología en Obras Completas tomo IV (México, Libreros Mexicanos Unidos, 1961), 819. 19 20 la realidad se compone de elementos fragmentados, los cuáles, el Filósofo, haciendo uso de sus capacidades intelectuales, su sensibilidad emocional manifiesta en su capacidad artística, y en su sensibilidad mística, deberá coordinar, es decir, pensar como un todo uniforme, como un gran rompecabezas que sólo el filósofo que ha transitado por las tres etapas del pensamiento puede reconstruir. El término “sistema”, como Vasconcelos lo entendía es como una construcción de sentido que se encuentra en modificación constante, más que de una deducción lógica en el sentido canónico. Para Vasconcelos, lo importante es “explicar el mundo conforme al más alto juicio: el juicio estético.”20 El a priori estético, definido de manera sintética, queda caracterizado por el Dr. Trejo Villalobos de la siguiente manera: a) la imagen, b) el ritmo, la melodía y la armonía, en tanto elementos del conocimiento emotivo o un conocimiento artístico de la realidad, a diferencia del conocimiento intelectual y empírico de la misma, c) lo apolíneo, lo dionisiaco y lo místico, en tanto que categorías de la belleza, d) los valores estéticos y e) los cinco sentidos pre-estéticos.21 El a priori estético según Vasconcelos, es un método que le permite proponer un sistema donde el conocimiento sobre la totalidad de lo real quede unido en un flujo que genere conocimiento con sus respectivas leyes, siendo su estética una propuesta epistémica más que un pensamiento de lo bello, en un afán de explicar no sólo los hechos en el mundo, sino la conjunción entre lo cambiante y lo constante, es decir, los múltiples cambios y combinaciones de la totalidad de los fragmentos en el universo: La sustancia del ser, el ser emocional que la mística siempre ha descubierto como eje y esencia de la realidad se mueve, se descompone, se relaciona con sus afines en forma, no dialéctica, sino tal y como los diferentes temas de la sinfonía, conforme a ley más bien emocional.22 20 Luis Garrido, José Vasconcelos (México, Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional, 1963), 79. 21 Raúl Trejo Villalobos, “Nociones científicas en el pensamiento filosófico de José Vasconcelos,” El Catoblepas 119 (enero 2012) 13. http://www.nodulo.org/ec/2012/n119p13.htm (consultada el 26 de septiembre de 2014). 22 José Vasconcelos, Tratado de Metafísica en Obras Completas tomo III (México, Libreros Mexicanos Unidos, 1959), 400. 21 Para lograr esta coordinación, en las obras de Vasconcelos encontramos una constante, que con consiste en encontrar los conceptos en grupos de tres, los cuales reciben tratamiento y explicación, esto para ser congruente con su propuesta sintética, la cual abordaremos con más detalle en el siguiente apartado. Dichas constantes las hemos reconstruido a partir de la obra, y de la investigación de Garrido en la cual nos apoyamos para el presente apartado. Para mostrar de manera ordenada dicha constante ofrecemos la siguiente tabla: ESTADOS REFERENCIA Ritmo Melodía Armonía Sensorial Intelectual Emocional Sensibilidad Inteligencia Emoción Movimiento Movimiento Movimiento Uniforme Intencionado Creativo 23 Devenir Tesis Concretud Hacer Lo Dionisíaco Ética Ciencia 24 25 26 Devenir Biológico Antítesis Ciencia Por qué hacer Juicio Estético Síntesis Religión Decidir qué hacer Lo Apolíneo Místico 31 Metafísica Arte Estética Revelación 32 27 28 29 30 33 Cabe señalar que es probable, e incluso indudable, que existan más tercias conceptuales que pueden ser identificadas en la obra de Vasconcelos. El 23 Luis Garrido, op. cit., 95. Ibíd., 93. 25 Ibíd., 76. 26 Ibíd., 78. 27 Ibíd., 79. 28 Proceder sintético. 29 Nuestra interpretación dentro del apartado de los aspectos de la existencia que Vasconcelos distingue para distinguir los tipos de conocimiento. 30 Nuestra interpretación sobre los niveles de intencionalidad que pueden existir en la praxis, derivada de los tres estados. Esto será abordado a detalle en los capítulos 3 y 4 de la presente investigación. 31 Separación que Vasconcelos hace en Tratado de Metafísica para distinguir las categorías de la belleza. 32 Las tres obras clave de Vasconcelos donde se contienen los fundamentos que procederán a ser coordinados en la obra posterior Todología. 33 Nuestra interpretación sobre los tres conjuntos de saberes que agrupan de manera concreta los tres tipos de conocimiento con los que Vasconcelos trabaja. 24 22 presente cuadro es para ilustrar la recurrencia con la que el autor procede de modo sintético a fin de lograr su tarea de coordinar los fragmentos en un conocimiento que se valide mediante el juicio estético. Por último, cerramos este apartado señalando nuevamente que el pensamiento que propone Vasconcelos implica una acción, es decir, pasar de la mera esfera intelectual a lo concreto, pues quedaría vacío el esfuerzo por comprender y coordinar la realidad si no fuese posible poner en práctica lo aprendido. Garrido indica sobre la propuesta vasconceliana: “En suma, la búsqueda de la verdad se debe hacer por la coordinación de los valores irreductibles de la vida, en una existencia armoniosa no sólo por el pensamiento, sino también por la acción.”34 El pensamiento de Vasconcelos es una propuesta para vivir, pues parte de la Vida para reflexionarla y mejorarla buscando una coordinación entre lo pensado, lo experimentado vía las emociones y la acción: Estudia las formas del conocer como acción: ritmo, melodía y armonía, y en busca de la unidad de las cosas heterogéneas, llega a postular que el único criterio para lograr dicho fin es el de la armonía, puesto que nos capacita para relacionar al mundo real y vivo, y junto con la concordia influir decisivamente en la belleza y la moral. En esta última por el amor.35 Con lo anterior no pretendemos concluir que Vasconcelos pueda quedar resumido a un pensamiento de corte vitalista, pues su proyecto va más allá. Su proyecto a partir del pensamiento estético consiste en sistematizar el conocimiento sobre la totalidad, encontrar una normatividad, reglas a partir del juicio estético y con este conocimiento, pasar a la acción que se hará concreta en a partir de normas éticas y morales. Esta temática será abordada en los capítulos posteriores. Metodología de trabajo A partir de la revisión de diversos textos del autor, nos disponemos a ofrecer un esquema en el cuál hemos resumido el proceder de Vasconcelos, y que nos sirve de base para nuestra investigación. Dada la complejidad y 34 35 Luis Garrido, op. cit., 130. Ibíd., 130. 23 extensión de los diversos textos revisados ejemplificaremos dicho proceder a través de La Raza Cósmica. Como mencionamos en el apartado anterior, el proceder vasconceliano es sintético. El autor agrupa en tercias conceptuales y/o temáticas los puntos que requiere abordar para dar paso a una conclusión general, la cual es normada por su juicio estético, ya sea de manera explícita o implícita dependiendo de cada texto o del orden cronológico en el cuál las diversas obras fueron escritas. Lo mismo ocurre con el rigor metodológico que pueda ser observado en cada uno de sus textos, así como el público al cuál esté dirigido. Salvando los detalles mencionados, podríamos resumir los siguientes pasos de un “método”36: 1) Separar los aspectos del problema en grupos de tres. La primera parte del procedimiento vasconceliano procede en el análisis de los aspectos de la problemática a tratar en grupos de tres, siguiendo un patrón general donde se irá primero de lo mesurable en términos de ciencia dura, para luego transitar en un segundo bloque donde se agruparán factores intelectuales propios de las ciencias humanísticas, para llegar a un tercer punto donde se trabajará con elementos propios de una mística. En el caso de La Raza Cósmica, el autor ofrece primero una breve reconstrucción geográfica e histórica de Iberoamérica, una breve descripción de sus recursos naturales así como la interacción de las razas que habitan el continente. Posterior a esto hablará de las temáticas humanísticas, tales como factores históricos, técnicos, sociológicos y culturales que influyen en la interacción de los pueblos para pasar a un tercer bloque de corte místico, donde se aventura a revelar la “misión” de los pueblos iberoamericanos, la cual se dicta a partir del juicio estético, resultado del análisis de los factores previamente dados. 2) Proceder en el primer nivel: ciencia dura. 36 Entrecomillamos la palabra “método”, debido a que, siendo congruentes con la intención del juicio estético, la palabra funcionaría con una rigidez que el propio Vasconcelos desaprobaría, por la cual, nosotros la empleamos en sentido laxo para señalar un orden en la exposición de los datos, para no incurrir en la rigidez absoluta de la cuál Vasconcelos pretendía distanciarse en su “método de la coordinación”. 24 El autor trabaja para desarrollar la problemática partiendo del primer punto del análisis, es decir, la situación concreta del problema a tratar. Para ello Vasconcelos procede de manera ordenada, concreta y sistemática para dar cuenta de todos los factores que pueden ser identificables de manera objetiva. En el caso de La Raza Cósmica, estos factores se refieren a la geografía, en tanto que delimita la extensión del territorio, hace una descripción geográfica de los recursos materiales, la orografía y la producción agrícola general de la cual disponen los diversos pueblos a lo largo del continente iberoamericano; a la vez que sitúa cada una de las razas tanto histórica como geográficamente en la extensión del territorio. Los factores materiales estarán relacionados con los procesos histórico-políticos que le permitan explicar la situación del problema a tratar son revisados en este paso. 3) Segundo nivel: análisis desde las humanidades. En el segundo nivel se revisa y trabaja con los factores que influyen con la actividad concreta del ser humano a nivel social, histórico, intelectual y cultural. En esta parte del proceso está reservada para comprender las áreas en que el pensamiento humano ha transitado, ha evolucionado y cómo se han dado la interacción de los diversos tipos de pensamiento. En el caso de La Raza Cósmica, Vasconcelos revisará cómo se dio la interacción de culturas en Iberoamérica, para determinar qué tanto fue a favor o en contra de la formación de la cultura de los pueblos que habitan dicho territorio. Entran en este punto los factores técnicos que impactan también en la cultura. 4) Tercer nivel: juicio estético El resultado del análisis de las primeras dos etapas arroja elementos afines y opuestos. Generalmente encontramos discordancias, oposiciones, así como afinidades que son asimiladas y resultan funcionales. Vasconcelos procede a generar los juicios estéticos que básicamente buscan comprender las relaciones entre todos los fragmentos, pretendiendo explicar de manera razonable cómo cada una de las partes tiene una relación directa con la totalidad. 25 Como en toda investigación, es probable que haya relaciones imposibles de explicar con la metodología tradicional. Aquí Vasconcelos procede a explicar vía la imaginación (ordenada por las leyes estéticas) las relaciones cuyos fragmentos no son evidentes o están perdidos: La facultad imaginativa es transformar el sistema material o sistema mecánico en sistema sicológico o sistema emotivo estético: juntar los dos órdenes en un monismo coherente es la función del espíritu. La estética es una total ordenación de la existencia. El esteta por ello se informa del mundo, lo conoce en su funcionamiento de órdenes diversos, y lo usa para el desarrollo y la exaltación de su alma engendrando una síntesis creadora, que resuelve el problema que la estética plantea. 37 Lo anterior en palabras más sencillas, supone para Vasconcelos que el haber revisado todos los factores analizables de un tema concreto desde todas las perspectivas posibles en las que dicho tema pueda ser interpretado posibilita al filósofo esteta para emitir las explicaciones estéticas que en este caso, son síntesis de todo lo asimilado en el análisis. Entre más puntos de vista sobre el tema en cuestión haya podido incluir mejor será el resultado sintético. En el caso concreto de La Raza Cósmica, Vasconcelos revelará cuál es la misión de la raza iberoamericana, es decir, la raza mestiza, a partir de todos los indicios recolectados y coordinados en la revisión sistemática de la situación particular del continente. 5) Apertura de la Investigación. El propio Vasconcelos es consciente de que dejar toda interpretación cerrada y afirmarla concluida sería ir en contra del a priori estético, en tanto que perdería la capacidad de atrapar el movimiento y el ritmo propios de la realidad que pretende explicar. Dado que el a priori estético es un método de fundamento espiritual, este debe tender al infinito, es decir, nunca queda acabado, de lo contrario, incurriría en lo que tanto critica del pensamiento científico y filosófico que le ha sido inculcado. Vasconcelos señala para distinguir entre el orden fenoménico y el espiritual: “el primer orden de las cosas, el orden fenomenal, nos lo podemos representar como una espiral que parte del centro del ser, se desenvuelve y gira, para volver a sí mismo con 37 Luis Garrido, op. cit., 94. 26 movimiento centrípeto; su ley es la mecánica;” 38 En este orden podríamos englobar en un primer momento las clasificaciones generales del conocimiento ordenado, objetivo y riguroso comúnmente aceptadas, en tanto que validados por leyes constantes, lógicas y contrastables universalmente, es decir, el conocimiento científico. Por otro lado, tenemos el conocimiento espiritual, el cual nos lleva a la infinitud que pretende Vasconcelos: “[…] y la segunda manera de existencia, la espiritual, puede representarse con una espiral abierta y centrífuga que conquista para el ser el infinito”39 La diferencia para Vasconcelos es que la existencia espiritual es la única que puede tender a lo infinito, que sería la Totalidad en tanto que amplitud: “el primero es una espiral que gira sobre sí misma; el segundo es una espiral que se abre para abarcar lo infinito”40 En el caso concreto de La Raza Cósmica, lo anterior es lo que le daría el tono profético con el cuál Vasconcelos se atreve a afirmar la misión de la raza iberoamericana, en tanto que debe mejorarse constantemente, proponiendo un estado ideal donde el mestizaje y la diferencia sea aceptada siempre y cuando la interacción sea mediada por leyes estéticas, aunque por el momento no abundaremos más en este tema ya que es objetivo de capítulos posteriores. 6) Revisión de las investigaciones previas. Si bien para Vasconcelos el cierre de cada texto implica haber dado conclusiones desde el a priori estético, deberá haber un espacio posterior para la revisión de las conclusiones y, nuevamente, revisar las investigaciones que se han trabajado tiempo atrás. Esto es una constante en su obra. En el caso de La Raza Cósmica, hay una recurrencia temática compartida entre dicho ensayo y las conferencias de Chicago, así como una correspondencia entre su propuesta y su praxis política, sin embargo, dicho tema será abordado de manera más puntual en los capítulos siguientes. 38 José Vasconcelos, Pitágoras en Obras Completas tomo III (México, Libreros Mexicanos Unidos, 1959), 53. 39 Ibíd., 53. 40 Ibíd., 53. 27 De manera metodológica hemos visto cómo el proceder vasconceliano parte de lo que él consideraba la ciencia dura, mesurable, universal y constante, transitando por las humanidades para alcanzar un punto místico donde la verdad se identifica con lo bello. Buscaba alcanzar un rigor científico al presentar mediante su análisis todos los puntos a consideración antes de expresar sus conclusiones sintéticas. En el siguiente capítulo veremos más a fondo cómo propone lograr el rigor necesario para identificar lo bello con lo real y a la vez, cómo el a priori estético le da validez al proceso que pretende acceder a la Totalidad y a la infinitud a través de la coordinación. Para fines prácticos de esta investigación sólo hemos mostrado paso a paso cómo procede Vasconcelos. Complementaremos nuestra investigación procediendo como Ortega y Gasset, es decir, empleando de manera simultánea el método Jericó, dando vueltas al punto de partida, es decir, veremos primero de manera canónica la propuesta de la Raza Cósmica, y conforme recolectemos información sobre el sistema estético, la biopolítica y la construcción del mito político, en el capítulo 3 haremos cada vez más estrechos los círculos que nos permitan mayor detalla en la perspectiva de la problemática para no dejar cabos sueltos a la hora de hacer nuestras conclusiones y que estas sean fundamentadas con las evidencias recolectadas. La Raza Cósmica desde la perspectiva canónica El último apartado que atendemos del primer capítulo tiene por finalidad ofrecer una perspectiva general de la La Raza Cósmica, ensayo publicado en 1925 por José Vasconcelos. Ahí expone su propuesta fundamental de una Iberoamérica unida por su historia, raza y espíritu orgulloso de sus orígenes y modo de ser, donde todos los pueblos unidos como uno solo se mantendrían en mejora constante para alcanzar un Estado utópico de bienestar social. Dichas ideas fueron expuestas en las conferencias de Chicago del verano de 1926, bajo el título de “The Latin American Basis of Mexican Civilization”. Si bien comparten aspectos generales del ensayo de 1925, complementan con su contenido para obtener una imagen canónica de la propuesta la cual revisaremos de inmediato en este apartado. 28 Antes de proceder es importante retomar el señalamiento del traductor de las conferencias sobre las conferencias de Chicago y La Raza Cósmica, dado que las conferencias emplean un tono más conservador en relación al tono profético del ensayo de 1925: En la Raza Cósmica, Vasconcelos postulaba que la civilización latinoamericana poseía como misión superar a la anglosajona que, según argumenta, sería solamente un puente tecnológico para que una civilización ulterior –omni-mestizacondujese el destino espiritual del hombre. En las conferencias de Chicago, impartidas ante un público norteamericano, por supuesto, no se habla de este reemplazo. Aunque los vestigios disimulados de dicha tesis pueden ubicarse perfectamente entre líneas, como guiños lanzados para un bilingüe lector futuro.41 Como señalamos al principio, la Raza Cósmica es un breve ensayo publicado en 1925, generalmente impreso en las ediciones más recientes junto a las notas de viaje que detallan el paso de Vasconcelos por Brasil y Argentina. Si bien estas notas pretenden documentar las travesías e impresiones del autor por estos países sudamericanos, la importancia medular reside en el ensayo. Como mencionamos en los apartados anteriores, tanto el ensayo de la Raza Cósmica como las conferencias de Chicago comparten la estructura tríadica. Se desarrollan primero temáticas sobre límites territoriales, climas, recursos naturales y demás datos histórico-geográficos que Vasconcelos requiera para mostrar la situación física y material de Iberoamérica. En el segundo punto, hablará en concreto de los temas culturales y políticos que atañen a la propuesta. Posteriormente en un tercer giro se hablará de la temática racial en un corte místico, donde se refuerza la visión de un futuro utópico donde el mestizaje mejore la calidad de vida de Iberoamérica. Cabe señalar que las conferencias de Chicago, tanto por el público al que fueron dirigidas como por haber sido impartidas tiempo después de la publicación de La Raza Cósmica, están estructuradas de manera más ordenada y sistemática que el ensayo, por lo cual ofrecemos al lector el siguiente cuadro comparativo para facilitar el análisis de las obras: 41 Heriberto Yépez, Nota del Traductor, en José Vasconcelos, La Otra Raza Cósmica, (México, Ed. Almadía, 2010), 21. 29 LA OTRA RAZA CÓSMICA (CONFERENCIAS DE CHICAGO)43 LA RAZA CÓSMICA42 I II ORIGEN Y OBJETO DEL CONTINENTE. LATINOS Y SAJONES. PROBABLE MISIÓN DE AMBAS RAZAS. LA QUINTA RAZA O RAZA CÓSMICA. SIMILITUD Y CONTRASTE LA DEMOCRACIA EN AMÉRICA LATINA EL PROBLEMA RACIAL EN LATINOAMÉRICA Los títulos del cuadro anterior correspondientes a la Raza Cósmica aparecen inmediatamente después del prólogo al inicio del ensayo como encabezados, siendo identificables por temática con cada uno de los tres apartados en que el ensayo está estructurado. Aquí los señalamos por temáticas, identificados por su contraparte en las conferencias de Chicago. Señalado lo anterior, pasemos pues al análisis de la propuesta comenzando por el tema geográfico general, desde el cual Vasconcelos inicia su planteamiento. Vasconcelos comienza con una mezcla de mito y ciencia al presumir la posibilidad de que el continente americano sea la perdida Atlántida: “A medida que las investigaciones progresan, se afirma la hipótesis de la Atlántida, como cuna de una civilización que hace millares de años floreció en el continente desaparecido y en parte de lo que es hoy América.”44 Sobre el tema de la delimitación geográfica, en la primera de las conferencias de Chicago aprovecha Vasconcelos para detallar la situación geográfica, además de los recursos materiales, climáticos y geográficos de los que dispone Latinoamérica. Sin embargo, con el matiz recurrente de destacar a México, situación que no ocurre en el ensayo. Separa Vasconcelos geográficamente el continente en cuatro zonas, la primera sajona y el resto latinas: (1) la zona norteamericana, anglosajona, compuesta por las tierras bajas de Estados Unidos y Canadá; (2) la altiplanicie o Sierra Madre, la meseta andina de clima templado y poblaciones mixtas indo-españolas; (3) la zona tórrida y tropical, que incluye a Cuba, 42 Empleamos aquí la edición de Porrúa, México, 2010. Empleamos la traducción de las conferencias de Chicago realizada por Heriberto Yépez, en Almadía, México, 2010. 44 José Vasconcelos, La Raza Cósmica (México, Porrúa, 2010), 3. 43 30 Santo Domingo y Puerto Rico, además de la costa de México y Centro-América, y los calientes países bajos de Venezuela y Colombia, con la inmensa zona sin explorar del Amazonas y el Orinoco; (4) y más al sur, las tierras bajas latinas de Argentina y Brasil.45 Volviendo a La Raza Cósmica, Vasconcelos dedica el primer apartado del ensayo a la reconstrucción histórica que para él abarca, desde el inicio del continente americano que fue la perdida Atlántida, hasta la época actual que transitó por el proceso de conquista y de independencia de las diversas naciones de Latinoamérica. Si pone énfasis en este proceso es para denotar el origen mestizo de los pueblos latinoamericanos. Aunque en las conferencias de Chicago no pierde de la mira el tema de la conquista, aprovecha para señalar que este proceso se ve favorecido por los recursos geográficos y naturales con los que contaron los pueblos en su extensión, y cómo esto a su vez, influyó en la configuración de la diversidad cultural: Como ya hemos señalado, México es una mezcla de climas, razas y culturas; pero aún más sorprendentemente, México es la zona donde la naturaleza ha puesto, uno opuesto al otro, los dos elementos más poderosos y menos controlables: el calor tropical y la montaña. Desde cualquier punto de vista que se aproxime al problema de la civilización, en México encontraremos la fuerza de estas dos formidables barreras de la empresa humana.46 Sin embargo, no es sólo la geografía o los recursos sino una condición histórica que analiza Vasconcelos como singular, la que permite la riqueza cultural latinoamericana, que es, por supuesto, el mestizaje. Al respecto del proceder de los pueblos sajones, Vasconcelos dice: ¡Cómo deben de reír de nuestros desplantes y vanidades latinas estos fuertes constructores de imperios! Ellos no tienen en la mente el lastre ciceroniano de la fraseología, ni en la sangre los instintos contradictorios de la mezcla de razas disímiles; pero cometieron el pecado de destruir esas razas, en tanto que nosotros las asimilamos, y eso nos da derechos nuevos y esperanzas de una misión sin precedente en la Historia.47 Con lo anterior, comprendemos primero la separación geopolítica que deja diferenciada la América sajona de Latinoamérica. En un segundo punto, vemos cómo perfila Vasconcelos la importancia del proceso histórico particular de 45 José Vasconcelos, La Otra Raza Cósmica trad. de Heriberto Yépez (México, Porrúa, 2010), 3. 46 Ibíd., 51-52. 47 José Vasconcelos, La Raza Cósmica (México, Porrúa, 2010), 13-14. 31 Latinoamérica donde convergen todas las razas. En el primer apartado, hará pues una revisión de cómo se da la interacción social en la extensión del continente, apuntando a la misión que está por revelar. Sin embargo en este punto ya deja ver el motivo que pretende alcanzar: En la América española ya no repetirá la Naturaleza uno de sus ensayos parciales, […] lo que de allí va a salir es la raza definitiva, la raza síntesis o raza integral, hecha con el genio y con la sangre de todos los pueblos y, por lo mismo, más capaz de verdadera fraternidad y de visión realmente universal.48 Abonando a esta propuesta, Vasconcelos indica en las conferencias de Chicago que “nuestro propósito es –como debe serlo- crear en este hemisferio un nuevo ciclo de la historia: el ciclo de la libertad, el entendimiento y el amor entre todas las razas y naciones.”49 Con lo anterior, se vislumbra esta misión que propone para la raza iberoamericana, donde un ambiente de armonía deberá reinar en este periodo utópico. En relación al tema geográfico es obligatorio señalar la distinción racial que propone al principio del ensayo, pues ya hace la distinción de las cuatro razas base que considera existen de manera inicial. A partir de estas es como se genera la quinta raza, es decir, el mestizo: “los lemurianos o raza negra del Sur; la civilización atlántida de los hombres rojos; en seguida la aparición de los amarillos, y por último, la civilización de los blancos.”50 A estas alturas de la propuesta Vasconcelos no abunda demasiado en este tema pues lo guarda para un momento posterior del ensayo, reservado para la revisión histórica. Pasando del tema de la geografía y la delimitación espacial y de suelo, La Raza Cósmica en su segundo apartado introduce un nivel técnico, donde propone lo que cada raza en específico puede aportar al mestizaje cultural, es decir, qué avances tecnológicos, intelectuales, culturales y científicos propios de cada raza son enriquecedores para el proyecto que propone. Estos avances y aportaciones culturales las interpreta además como beneficio para la conquista de los recursos naturales, aunque su insistencia está más en función de la raza mestiza que del aprovechamiento de recursos: 48 Ibíd., 17. José Vasconcelos, La Otra Raza Cósmica trad. de Heriberto Yépez (México, Porrúa, 2010), 50. 50 José Vasconcelos, La Raza Cósmica (México, Porrúa, 2010), 3. 49 32 Entonces la Humanidad entera se derramará sobre el trópico, y en la inmensidad solemne de sus paisajes, las almas conquistarán la plenitud. Los blancos intentarán, al principio, aprovechar sus inventos en beneficio propio, pero como la ciencia ya no es esotérica, no será fácil que lo logren; los absorberá la avalancha de todos los demás pueblos, y finalmente, deponiendo su orgullo, entrarán con los demás a componer la nueva raza síntesis, la quinta raza futura.51 La principal preocupación de Vasconcelos sobre el proceso de mestizaje es el pragmatismo y la capacidad técnica de los blancos, es decir, los norteamericanos y, en general, sajones; y eso para él puede resultar un atraso del proceso de mestizaje. En la segunda conferencia de Chicago profundiza un poco más en la preocupación de los procesos culturales que entorpezcan el mestizaje poniendo el acento en la praxis política. Se empeña en la segunda conferencia en realizar una reconstrucción histórica en específico de México para señalar que un problema grave para el progreso latinoamericano son los gobiernos autoritarios: "Pero el espíritu revolucionario inconteniblemente auto-asertivo de las naciones latinoamericanas es suficiente para demostrar que no tendremos paz duradera en este continente mientras haya gobiernos de un hombre y dictaduras en nuestras naciones."52 Básicamente Vasconcelos ve en la técnica un rasgo que propicia el proyecto de mestizaje, de interacción y de la conquista de los recursos naturales. Sin embargo, señala su temor de que los gobiernos despóticos sean los que limiten o retrasen el progreso. Cierra él la segunda conferencia de Chicago afirmando: “la facilidad con que se produce un cambio rápido, iluminado, es una virtud latinoamericana. La democracia es la única forma de gobierno conveniente para todo país del Nuevo Mundo.”53 Vasconcelos habiendo dejado claro por un lado la situación geográfica, los recursos naturales, los límites territoriales y culturales, así como los peligros a los que se enfrenta Latinoamérica para desarrollarse de manera mestiza, en 51 Ibíd., 20. José Vasconcelos, La Otra Raza Cósmica trad. de Heriberto Yépez (México, Porrúa, 2010), 83. 53 Ibíd., 109. 52 33 una sociedad integradora, comienza a perfilar el tercer punto del ensayo, es decir, el espiritual: Expuesta ya la teoría de la formación de la raza futura iberoamericana y la manera como podrá aprovechar el medio en que vive, resta sólo considerar el tercer factor de la transformación que se verifica en el nuevo continente; el factor espiritual se ha de dirigir y consumar la extraordinaria empresa.54 En este factor espiritual descansa el centro del proyecto, pues será una preparación para que lo que él llama, la ley del gusto, o ley estética, sea lo que dirija la integración de las diversas razas en su raza mestiza. Esta ley encuentra sus fundamentos en la filosofía estética que él propone en otros textos de su obra, y que serán el tema del siguiente capítulo. Por ahora, proseguiremos con el proyecto de raza dentro del ensayo La Raza Cósmica. Vasconcelos prevé que una vez que las condiciones políticas, sociales y tecnológicas sean propicias y que los pueblos dejen los periodos violentos, será el momento propicio para que inicie el mestizaje correcto y el surgimiento de la quinta raza: En lo sucesivo, a medida que las condiciones sociales mejoren, el cruce de sangre será cada vez más espontáneo, a tal punto que no estará ya sujeto a la necesidad, sino al gusto; en último caso a la curiosidad. El motivo espiritual se irá sobreponiendo de esta suerte a las contingencias de lo físico. Por motivo espiritual ha de entenderse, más bien que la reflexión, el gusto que dirige el misterio de la elección de una persona entre una multitud.55 Denotemos que Vasconcelos espera que en un espacio social propicio, las uniones de pareja que consecuentemente engendran a la generación siguiente de ciudadanos sean dictadas por una ley del gusto, por una estética, donde lo importante para concretar la unión de pareja sea un motivo espiritual, es decir, el amor y, no aspectos físicos que en otros casos han originado racismos o discriminaciones entre individuos que no pertenecen a etnias ni naciones específicas. Es así como llegamos al tercer apartado de La Raza Cósmica, donde Vasconcelos expondrá los rasgos de esta quinta raza utópica, y de cómo la educación será el factor determinante para llegar a este punto. 54 55 José Vasconcelos, La Raza Cósmica (México, Porrúa, 2010), 22. Ibíd., 23. 34 Vasconcelos de principio establece tres periodos por los cuales transita la ley del gusto: Los tres estados que esta ley señala son: el material o guerrero, el intelectual o político y el espiritual o estético. Los tres estados representan un proceso que gradualmente nos va libertando del imperio de la necesidad, y poco a poco va sometiendo la vida entera a las normas superiores del sentimiento y de la fantasía.56 De estos tres estados ya se ha hablado, el primero es el geográfico. Si tuvo una finalidad la reconstrucción histórica y geográfica que ha descrito tanto en su ensayo como en las conferencias, es mostrar un primer periodo donde el sincretismo o exterminio entre los pueblos diferentes ha sido contingente, necesario o un mero resultado sin mucha premeditación. El segundo periodo, intelectual o político responde a razonamientos y premeditaciones más civilizadas, sin embargo, ambos periodos para el autor aún están limitados porque responden a la necesidad más que a libertad que proviene de la elección por gusto, es decir, por estética. Sin embargo, en el tercer periodo, que es donde se gesta la quinta raza, es donde las conductas sociales ya no son movidas por necesidad, sino por leyes de corte espiritual que garantizan la correcta cohesión y armonía necesaria para alcanzar un estado ideal: “En el tercer periodo, […] la orientación de la conducta no se buscará en la pobre razón, que explica pero no descubre; se buscará en el sentimiento creador y en la belleza que convence. Las normas las dará la facultad suprema, la fantasía;” 57 Esta situación, sin embargo, y aquí es donde cuenta la delimitación previa, la recupera Vasconcelos al afirmar que el mestizaje, y la sociedad regida por la ley estética sólo podría darse en Latinoamérica. Si atendemos a la insistencia con la que Vasconcelos menciona una y otra vez a México como ejemplo de diversos casos durante las conferencias de Chicago, veremos que en específico está situando geográficamente a la quinta raza en un punto de Latinoamérica. Sin embargo, el punto en cuestión es la ley estética y cómo esta conviene al continente: 56 57 Ibíd., 23. Ibíd., 24. 35 […] la obra de fusión de las razas se va a verificar en el continente iberoamericano, conforme a la ley derivada del goce de las funciones más altas. Las leyes de la emoción, la belleza y la alegría regirán la elección de parejas, con un resultado infinitamente superior al de esa eugénica fundada en la razón científica, que nunca mira más que la porción menos importante del suceso amoroso.58 Vasconcelos no tiene miedo de que en este estado futuro las personas más diversas se asocien, dado que la capacidad de decidir lo bello vendrá mediante la educación: “Tan pronto como la educación y el bienestar se difundan, ya no habrá peligro de que se mezclen los más opuestos tipos. Las uniones se efectuarán conforme a la ley singular del tercer periodo, la ley de la simpatía, refinada por el sentido de belleza.” Si la educación es mencionada brevemente, resulta ser la clave para alcanzar la anhelada situación de comodidad social necesaria para que este tercer periodo se concrete. El tono en La Raza Cósmica resulta profético, no dejando claro si el periodo del mestizo acontece o no. Sin embargo, en la tercera de las conferencias de Chicago, es donde esto queda más explícito: “La verdad es que nos guste o no el mestizo es el elemento dominante del continente latinoamericano. Sus características ya han sido señaladas muchas veces.”59 Vasconcelos además, en las conferencias de Chicago hace también explícito el propósito de La Raza Cósmica: He comenzado a predicar en México el evangelio del mestizo con la intención de imprimir en las mentes de la nueva raza una conciencia de su misión como constructores de conceptos de vida enteramente nuevos. Pero si la raza mixta será capaz de algo, primero es necesario darle fuerza moral y fe en su propia habilidad.60 Aquí es cómo podemos comprender que el texto de La Raza Cósmica resulte con un tono profético y nacionalista, dirigido para Latinoamérica, y en concreto, para México. Si Vasconcelos se ha esforzado en ofrecer un texto que exhorte, impulse y oriente de algún modo el esfuerzo de un pueblo, reconociendo su historia, los aciertos y errores en cada periodo, así como los recursos naturales y geográficos que permean su cultura y que los dotan de riquezas propias y únicas, al mismo tiempo que ha señalado las virtudes de las otras razas y culturas extranjeras que convergen en su territorio, es para proponer lo siguiente: “En lugar del estilo competitivo de vida promovido por los defensores 58 Ibíd., 25-26. José Vasconcelos, La Otra Raza Cósmica trad. de Heriberto Yépez (México, Porrúa, 2010), 130. 60 Ibíd., 134. 59 36 de una civilización de raza pura y por los imperialistas y los conquistadores, tenemos que adoptar, entonces, la manera cooperativa, colaborativa, de organización interracial.”61 La Raza Cósmica cierra de la manera siguiente: “[…] mediante el ejercicio de la triple ley, llegaremos en América, antes que en parte alguna del globo, a la creación de una raza hecha con el tesoro de todas las anteriores, la raza final, la raza cósmica”.62 Es decir, que todo el exhorto, la reconstrucción que hace Vasconcelos, es con el afán de cambiar la actitud de los latinoamericanos, de la búsqueda por la caída de las divisiones, de los repudios de lo diferente, para propiciar un estado nuevo, regido por una armonía que enriquezca y supere lo que la pugna por las razas puras no ha logrado. Sumado a esto, como objetivo del ensayo de Vasconcelos, veamos también el cierre de la última conferencia de Chicago contenida en La Otra Raza Cósmica: Si transformamos la competencia egoísta en una colaboración de largo alcance no importará si seguimos el criterio de la raza pura, única, o el criterio de la raza mixta. Las propias diferencias de piel y temperamento que hoy parecen tan intranquilizantes pueden convertirse en útiles e incluso placenteras en el momento que aprendamos a desarrollar una labor en donde cada capacidad especial encuentre un propósito y una recompensa. Las afinidades espirituales y los anhelos semejantes de gusto y pensamiento prevalecerán una vida superior se volverá el proyecto de la familia humana como totalidad.63 Hasta aquí, hemos dado al lector, en este apartado, la visión canónica del proyecto de Raza Cósmica. Digamos que, hasta este punto, una propuesta así para Latinoamérica es la que nos permite comprender la importancia de Vasconcelos como intelectual y al mismo tiempo, entenderlo como un pensador con una profunda preocupación por su nación, por su pueblo, y por la imagen que tanto dicho pueblo tiene de sí como del lugar que ocupa en el mundo. 61 Ibíd., 141. José Vasconcelos, La Raza Cósmica (México, Porrúa, 2010), 35. 63 José Vasconcelos, La Otra Raza Cósmica trad. de Heriberto Yépez (México, Porrúa, 2010), 141-142. 62 37 Conclusiones del capítulo Hemos ofrecido al lector una reconstrucción de los rasgos que consideramos necesarios del contexto de Vasconcelos para que éste, junto con las herramientas teóricas del capítulo dos dedicado a la filosofía estética, pueda seguir nuestra interpretación desde la biopolítica para entender cómo la Raza Cósmica resulta una propuesta fundamentada en una filosofía estética que marca las reglas para establecer una jerarquía social dentro de un mundo mestizo. Hemos hecho una lectura de las influencias intelectuales y filosóficas del autor, así como un vistazo general de su pensamiento estético. Además, hemos procurado reconstruir el método que reconocemos en las obras que analizamos. Por último, si bien el lector puede ya tener la sensación de que hemos omitido algún detalle que apunte al tema central de nuestra investigación, es decir, el cómo se fundamenta una eugenesia estética en la propuesta de la Raza Cósmica, o los detalles que son visibles en el ensayo del mismo título, le rogamos no desespere. Este apartado ha sido para incorporar a nuestro análisis primero una visión canónica del texto, mientras que los detalles específicos sobre la fundamentación eugenésica serán retomados en los capítulos 3 y 4 de la presente investigación, donde damos nuestra interpretación desde la biopolítica después de haber pasado por la reconstrucción de la propuesta estética de Vasconcelos. Si hemos decidido mostrar primero la versión canónica es para dar cuenta de la perspectiva generalmente aceptada sobre el trabajo de Vasconcelos, y así mismo, demostrar la objetividad al contraponer ambas perspectivas sobre un mismo autor, o en este caso, sobre una de las aristas más problemáticos y poco estudiados de la obra de José Vasconcelos. 38 PENSAMIENTO ESTÉTICO O FILOSOFÍA DE LA COORDINACIÓN: FUNDAMENTOS DEL MÉTODO DE LA COORDINACIÓN. Hemos dado atención a los rasgos generales del pensamiento filosófico de Vasconcelos, sin embargo, hace falta una explicación más puntual de cómo funciona su propuesta filosófica como pensamiento estético o de la coordinación, pues esto nos dará una perspectiva más completa al momento de abordar su pensamiento desde la biopolítica en los capítulos 3 y 4. Por lo anterior, procederemos a revisar los pilares donde localizamos los fundamentos de su pensamiento estético, siguiendo el camino que el Dr. Raúl Trejo Villalobos señala sobre la obra de Vasconcelos: […] vistas sus obras en conjunto e identificando cada una de sus partes con libros específicos, podemos decir que su sistema está compuesto, en efecto: a) por una filosofía de la física o una metafísica desde un punto de vista intelectualista, b) por una ética o una filosofía de la vida o de la existencia como acción, c) por una estética o una filosofía del espíritu; y, d) por algo que primeramente alude y posteriormente anuncia como teodicea, pero finalmente denomina «Todología».64 Por lo anterior iniciaremos en 2.1 con el texto Pitágoras donde Vasconcelos inicia su camino estético; en 2.2 veremos más formalmente cómo se desarrolla metafísicamente su propuesta a través del texto Tratado de Metafísica; en 2.3 ilustraremos la dimensión material y normativa de la filosofía estética en el texto Ética, seguido por el apartado 2.4 donde revisaremos su propuesta desde La Estética para terminar con el texto Todología, donde un Vasconcelos de madurez expone los resultados de la travesía. Cabe señalar que la Todología es un texto que debe revisarse con cuidado, pues por un lado contiene las generalidades de su filosofía estética, como por otro, ya está influenciado por el catolicismo al que recurrió Vasconcelos en una etapa posterior de su vida, por lo cual, la experiencia mística descrita en la Todología es de corte religioso mientras que en los textos anteriores no necesariamente es así. Para cerrar el capítulo daremos conclusiones sobre el tema de la metodología de la coordinación o filosofía estética para dar paso al análisis biopolítico de La Raza Cósmica. 64 Raúl Trejo Villalobos, op.cit. 39 Pitágoras según Vasconcelos El primer punto que nos ocupa es el texto Pitágoras, obra en el cual Vasconcelos recupera la figura del matemático griego con la intención de rescatar una teoría estética vía la música, que complete la imagen general del filósofo griego como matemático y místico. El porqué rescatar de inicio el pensamiento de Pitágoras nos lo indica Vasconcelos: “[…] me acostumbré a no ver en el número y las demás fórmulas del lenguaje pitagórico sino símbolos de un pensamiento inefable, hondo, sintetizador de lo existente.”65 En principio, recordemos que Vasconcelos busca un pensamiento sintético que precisamente le permita acceder a la totalidad, y además, sobre el pitagorismo señala: […] la versión estética de la tesis pitagórica no termina en el concepto de armonía ni en el de número. En ella número y armonía son la expresión de un ritmo, al que se subordinan ambos. Ahora bien, ritmo quiere decir movimiento acompasado, pero, al fin, movimiento indefinido; de suerte que por este camino se va de Pitágoras a Heráclito y el dinamismo pitagórico se vuelve, como la vida del espíritu, inestático, móvil, en una palabra, estético y no mecánico.66 Debido a esta cualidad estética, donde el ritmo como movimiento permea toda la concepción del universo, es por lo que Vasconcelos recurre a Pitágoras, pues señala en él lo siguiente: “Al descubrir en todo una energía interna desarrollándose como música, debe haberse dicho: cierto ritmo está en la esencia de todas las cosas.” 67 El ritmo como música es lo que busca precisamente rescatar de Pitágoras, que a su vez es la esencia de todas las cosas, y a partir de ello establece un fundamento para proponer el sentido estético. Identifica en seguida una sensibilidad estética relacionada al ritmo: “el ritmo o proceso que nos causa goce se encuentra realizado a perfección en la serie de los sonidos de la escala musical.”68 Aquí es donde podemos comenzar a perfilar una teoría que busca encontrar leyes estéticas, es decir, una formalización, una cierta normatividad que identifique la teoría estética como un método. Vasconcelos está 65 José Vasconcelos, Pitágoras en Obras Completas tomo III (México, Libreros Mexicanos Unidos, 1959), 11. 66 Ibíd., 12. 67 Ibíd., 39. 68 Ibíd., 39-40. 40 encontrando a partir del pensamiento pitagórico la fundamentación que identifique una noción de orden con la sensibilidad estética, siendo este un conocimiento esotérico reservado para los elegidos: la constancia de ciertas relaciones numéricas en el movimiento de los cuerpos revela que el movimiento que las produce sigue ritmos definidos que están en consonancia con nuestra sensibilidad artística, que son de carácter estético. En el número solo hemos de buscar “el ritmo de lo real.69 En el tema del ritmo, Vasconcelos descubre lo necesario para influir en la realidad, y de ahí la importancia del número y del ritmo que este señala: […] las cosas suelen asumir en la contemplación estética el ritmo del espíritu, independientemente del que le es propio. Dejó establecido que el ritmo del espíritu es aplicable a las cosas, y de esta observación es ya fácil deducir que la belleza se produce cuando las cosas adaptan su expresión al ritmo del alma humana, o, lo que es lo mismo, en la facultad estética del yo reside el secreto de la comunión de con las cosas. Así es como opera el espíritu sobre la materia, mediante la ley de belleza, bajando hasta las cosas para infundirles aliento y aspiración superior: la visión del artista redime lo feo, la virtud del santo norma y corrige lo malo, y el filósofo, interpretando el conjunto, es un artista en grande.70 Definiendo el ritmo, Vasconcelos indica: “podríamos definir el ritmo como el enlace en la existencia de los elementos del tiempo con los elementos del espacio o cantidad,”71 y añadiendo contenido a la definición, “la relación rítmica es lo que tienen de común lo musical, lo visual, las ideas, las emociones, la raíz misma de todo ser.” 72 Podemos afirmar que a partir de las citas anteriores Vasconcelos pretende encontrar en el ritmo algo que le es común a todas las cosas, es decir, un enlace esencial con la Totalidad que puede ser influido a través de la propia rítmica del yo, entendido como una sensibilidad estética ordenadora. De ahí le corresponde al filósofo interpretar los conjuntos, coordinarlos todos a partir del ritmo general en que todo se mueve. Hay que reconocer que el gusto es la sensibilidad que responde a un proceso estético y que además, dicho proceso es individual y diferente en cada quién, con lo cual, Vasconcelos podría explicar las diversas predilecciones de los individuos: “[…] lo que establece afinidad entre los diversos tonos de 69 Ibíd., Ibíd., 71 Ibíd., 72 Ibíd., 70 41. 42-43. 43. 49. 41 acuerdo con nuestro gusto es un proceso puramente estético y no matemático. […] La ley de tal proceso depende de nuestra constitución rítmica característica"73. Esto resulta un rasgo importante, pues empezamos a perfilar ciertas señas de que la sensibilidad estética, al ser diferente en cada quién, delimitará quiénes pueden poseer una versión más refinada de dicha sensibilidad, al mismo tiempo que posteriormente, servirá para señalar quién, en calidad de filósofo, puede coordinar la totalidad y quienes sólo se quedan en aspectos menores de la conciencia: Cada objeto y cada ser contienen un orden interno propio; esto constituye su ritmo. El pintor, el músico, el poeta, adivinan ese ritmo y lo conectan con el sujeto activo. Si están frente a las cosas, les descubren su relación con el ritmo humano; si frente a los seres, propónense descubrir la vía de la afinidad. Todos juntos trabajan para lograr la expresión artística de las cosas; quien juzga esta obra con la inteligencia considera que el arte reforma o crea de nuevo los objetos, pero el artista sabe que así son. Por más que su inteligencia a él mismo se lo negara, su naturaleza en conjunto afirma que las cosas son como él las expresa. Llegando a las cosas en esta forma total del artista es como penetramos su sentido recóndito.74 Hasta este punto, podemos concluir lo siguiente: todas las cosas tienen un ritmo que es movimiento constante, es decir, la Totalidad no es estática, sino que se mueve todo a un ritmo particular pero comparte de esencia el ritmo. El artista es capaz de percibir este ritmo y conectarlo con la consciencia; es capaz de expresar el ritmo y comprenderlo en totalidad, al mismo tiempo que puede relacionar cada cosa y su ritmo con las otras, interpretando de manera correcta una imagen única conde todo el conjunto se mueve rítmicamente. El filósofo es por tanto un “artista a lo grande”, en tanto que logra comprender la esencia de la totalidad y su relación rítmica. Habiendo señalado esto como primer rasgo fundamental, pasemos al tema de la metafísica, en donde Vasconcelos pretende ofrecer las bases necesarias para la tarea de la coordinación de lo heterogéneo. La Metafísica Teniendo en cuenta el antecedente del Pitágoras, en donde Vasconcelos ha encontrado el fundamento del ritmo podemos pasar a hablar de su 73 74 Ibíd., 59. Ibíd., 62-63. 42 metafísica. Vasconcelos establece primero la necesidad de contar con un “supercriterio” para llevar a cabo la tarea filosófica: El método del filósofo se distingue del método científico experimental y de todos los métodos especiales, en que no se limita a un solo criterio sino que ha de combinarlos todos; el filósofo ha menester de un supercriterio. Constantemente ha de cotejar el sondeo de la mente con el sondeo de los sentidos y con los avisos de la emoción.75 La importancia de la emoción equiparada a la razón es crucial para Vasconcelos, ya que resulta necesaria para comprender la unidad de lo heterogéneo, unidad que describe como “cosa, inteligencia, querer. Unidad emotiva.”76 En la propuesta vasconceliana la emoción tiene mayor capacidad de atrapar la realidad, lo cual la hace aún más importante en términos cualitativos para su proyecto, más que la racionalidad entendida en sentido convencional: A causa de que la emoción abarca más que la inteligencia, urge asignarle un sitio de honor como instrumento de conocimiento. Así seguiremos investigando y ahondando hasta encontrar una suprema unidad, capaz de recibir en su seno sin suprimirlas, todas las corrientes, a fin de engendrar con ellas, una manera total de existencia.77 Con lo anterior, se establece que esta metafísica será omniabarcante, y lejos de disociar o discriminar tipos de conocimiento, habrá de coordinarlos para que todos encuentren cabida. A pesar de que Vasconcelos reconoce varios tipos de conocimiento, sigue haciendo énfasis en el conocimiento emocional pues este último es el que permite, como ya hemos dicho, la coordinación de elementos heterogéneos que antes parecían dispersos o inconexos a los ojos de la razón. Vasconcelos identifica el conocimiento emocional de la siguiente manera: “el conocimiento emocional se manifiesta cuando las cosas y los procesos revelan una súbita identidad o disparidad con nuestra más intima naturaleza.” 78 En términos más sencillos, digamos que Vasconcelos identifica el conocimiento 75 José Vasconcelos, Tratado de Metafísica en Obras Completas tomo III (México, Libreros Mexicanos Unidos, 1959), 476. 76 Ibíd., 477. 77 Ibíd., 477. 78 Ibíd., 489. 43 emocional como aquél que surge de la identificación de la fluidez del movimiento externo de algo con el movimiento interno de quien percibe la cosa en el exterior. La certeza proviene de la correcta sincronía del ritmo del movimiento exterior e interior, lo que permite llevar a cabo juicios de carácter ya no racional sino emocional: “es menester precisar que en el mismo instante en que se efectúa el traslado del número a la música, se pasa a la estética y el juicio ya no es racional sino emocional; se entra a la zona del conocimiento por simpatías y diferencias, fundadas en la emoción.”79 Recordamos en este punto al Vasconcelos pitagórico que daba importancia al ritmo y no al número, pues en la vibración rítmica se le revelaba un filósofo como “artista de lo grande”. Ahora, el conocimiento proveniente de la emoción, es decir, el conocimiento estético y los juicios que de este derivan adquieren su carácter divino en tanto que el juicio estético siempre es verdadero: “para distinguir los verdaderos de los falsos caminos, en esta brega por la dicha, se desarrolla la ciencia especial, la sabiduría particular de la belleza, que conduce a mayores plenitudes de existencia. La lógica de este orden de lo dicho, nos la da la emoción;”.80 Lo anterior permite a Vasconcelos definir la Belleza como “la facultad de transfigurar y transubstanciar formas y esencias para revivirlas en el plano divino.”81 Lo anterior permite a Vasconcelos afirmar que “la filosofía es la única ciencia que no ha logrado constituir su método propio. No lo hallará sino en juicio que trascienda los mensajes particulares sin contradecirlos y contemple la vida entera y el cosmos desde un plano superado, inmortal”. 82 En otras palabras, Vasconcelos pretende superar el dualismo que él ve como resultado de los métodos racionales, y hacer uso de la emoción que “es esencialmente monista.” 83 Se comprende entonces un proyecto general donde se busca conciliar lo heterogéneo, es decir, ofrecer una comprensión armónica de los ritmos esenciales de todas las cosas, para generar explicaciones que no 79 Ibíd., Ibíd., 81 Ibíd., 82 Ibíd., 83 Ibíd., 80 490. 500. 500. 520. 520. 44 pongan en oposición dualista los objetos, sino que integren en una sola visión la comprensión de la totalidad. La visión desde la totalidad es alcanzada por el filósofo vía la emoción, que le permite acceder al ritmo de lo que percibe del exterior y obtener certeza en la medida que el gusto o predilección por cada cosa le permite emitir un juicio estético sobre lo verdadero. Al mismo tiempo, si la metafísica le permite versar sobre lo divino en tanto que a partir de lo bello, de lo estéticamente adecuado, entonces puede trasmutar las esencias de las cosas materiales y perecederas al plano de lo divino y así otorgarle características de eternidad. La Ética Vasconcelos habrá de señalar que “el filósofo es creador de valores”84, dejando en claro que una de sus funciones es la de encausar, de pasar del pensamiento a la acción, al mismo tiempo que supone para esto que la tarea de la filosofía es la conciliación del pensamiento poético y científico: La filosofía supone el aprovechamiento de nuestro más amplio saber para construir la quimera que mejor representa la realidad unificada. Hay en nuestra comprensión de las cosas un mundo poético y un mundo científico; conciliar ambos y hacerlos concurrir a una representación superior y sintética: he ahí otra manera de considerar la tarea filosófica.85 Sin embargo, para conducir y crear los valores adecuados es necesario que las acciones se ordenen mediante el amor, lo cual sólo le corresponde al poeta, al cual Vasconcelos identifica con el filósofo. Como vimos con la interpretación pitagórica el filósofo es artista y ahora, Vasconcelos propone que el filósofo sea un poeta con sistema para dotar de orden las acciones, es decir, que la existencia tenga un propósito y un sentido, pues para nuestro autor la mera racionalidad no alcanza a explicar en la totalidad el porqué del ritmo, el porqué del ordenamiento universal: […] digamos que la filosofía nace de la inspiración poética vasta y se organiza en el sentido del orden racional. Pero la ley del orden racional, ritmo sin propósito, mero juego de lo fenomenal, necesita del complemento de las fuerzas mayores de la conciencia. El camino del orden final lo da el amor, y su intérprete, el poeta, no 84 José Vasconcelos, Ética en Obras Completas tomo III (México, Libreros Mexicanos Unidos, 1959), 690. 85 Ibíd., 693. 45 debe estar ausente de las elucubraciones definitivas. Por eso, en rigor, un verdadero filósofo es un POETA CON SISTEMA.86 Un problema sobreviene al tema de ordenar el mundo, es decir, cómo juzgar algo como verdadero, como correcto, dado que el filósofo tiene que poseer una certeza sobre algo para poder orientar su acción. Insiste Vasconcelos nuevamente en la síntesis de heterogéneos. La emoción, de carácter espiritual, consigue que a partir de la belleza trasmuta las esencias en lo divino: […] para que un conocimiento sea completo es menester que el sujeto aplique al objeto del conocer no sólo todas sus maneras de apercepción; la sensual, la inteligente, sino también todas sus maneras de juicio: el lógico, el ético, el estético. La síntesis de estas diversas apreciaciones se producirá de manera espontánea como el conocer rudimentario mismo, pero será COMO LO HEMOS VENIDO AFIRMANDO: UNA SÍNTESIS DE HETEROGÉNEOS, TRANSFORMADOS, ADAPTADOS A UNA MANERA DE CONVIVENCIA Y DE DESARROLLO EN LO ESPIRITUAL.87 El conocimiento que proviene del juicio estético queda regulado por una necesidad de síntesis, de armonía donde todos los detalles estén puestos en correcta coordinación. Así nada escapa al entendimiento y se puede estar seguro del juicio que se emite. Esta capacidad de juzgar ya no es racional, ni solamente emotiva, sino también espiritual. Lo anterior, como ya hemos dicho, se da por un lado por la cualidad de la Belleza para trasmutar lo esencial del mundo material en lo divino y eterno, y por otro, porque el juicio estético siempre resulta superior debido a que sólo es posible al percibir la sustancia inmaterial de las cosas: Los sentidos del cuerpo, hechos para la materia, no alcanzan a percibir la sustancia en su manera superior, su manera espiritual. Pero la sustancia inmaterial la percibimos lúcidamente con el juicio estético. Conforme a esta facultad, el juicio equivale a un sentido más refinado que los del cuerpo; el juicio estético es así un supersentido que supone los otros, pero no es como ellos.88 Una vez que ha quedado establecida jerárquicamente la capacidad espiritual para juzgar, o en otros términos, la certeza del juicio estético sobre otros tipos de juicio o conocimiento podemos proceder a hablar de una moral de acción: El sujeto moral típico no es, sin embargo, el introspectivo minucioso que pesa los motivos antes de obrar; el tipo moral es el 86 Ibíd., 699. Mayúsculas en el original. Ibíd., 709. Mayúsculas en el original. 88 Ibíd., 726. 87 46 excesivo que necesita aprovechar su impulso de bien para crear; tal y como el artista crea con su emoción de belleza. Así como el artista no es el contemplativo, sino el constructor, el que hace vida nueva en el elemento imagen, también el sujeto moral, particularmente en su prototipo, el santo, tiene que entregarse ardorosamente a una tarea; su acción es entonces baño de misericordia y floración de alegría. El santo, engendrando valores éticos, da contextura a una vida de espíritu, crea realidad mejor que la realidad de la carne.89 A partir de ahí es cómo podemos ir construyendo la definición del filósofo como poeta con sistema y creador de valores. Dado que identifica Vasconcelos al filósofo con el artista, y al artista con el santo, el filósofo es el creador de valores en tanto que es capaz de crear una realidad mejor que la material, que la evidente a los sentidos inmediatos, en tanto que recompone los fragmentos en discordia vía su sensibilidad emotiva y estética, para ofrecer una imagen donde todo se mueve de manera poética, musical, en armonía constante que además adquiere carácter eterno en la medida en que todo es coordinado por la Belleza. Distinguimos además los valores reales de los artificiales en tanto que “los valores emparentados con la realidad objetiva son fingidos, porque ensayan, simulan, representan el valor de la divinidad” 90 , mientras que los reales son los valores místicos, pues de ellos se extrae una certeza que le es inmediata al que la experimenta, y no permiten espacio para la duda, pues “en ellos está el en sí, que falta a todos los demás valores, ideas, emociones, corrientes.”91 Este en sí implica que aquél que las experimenta las encuentra ligadas con su propia esencia, en tanto que la rítmica esencial del filósofo poeta está en sintonía con la rítmica universal, llevando a un “dinamismo integrado, sublimado, transfigurado”.92 Por último, sobre el tema de la Ética hay que señalar que para Vasconcelos hay un delicado equilibrio en el creador de valores en tanto que debe ser una persona tanto educada como inteligente, además de recta y bien 89 Ibíd., Ibíd., 91 Ibíd., 92 Ibíd., 90 797. 883. 883. 883. 47 mesurada, en pocas palabras, el filósofo debe ser el ejemplo del balance si esperamos que este defina lo que es bueno: No sólo para crear valores morales, aun para adquirir el criterio que reconoce sus calidades, precisa haber pasado por las disciplinas de la conducta que preparan para la virtud. Así es como es imposible concebir un pensamiento ordenado y claro sin una larga práctica del raciocinio y ejercicios lógicos de la mente, tampoco es concebible que el material ético puedan manejarlo quienes han tenido la voluntad entregada a los azares del interés y las ilusiones del apetito.93 Hasta este punto, podemos comprender un proyecto de filosofía, según el cual el filósofo queda caracterizado como poeta, artista y creador de valores. La certeza para emitir sus juicios y distinguir lo verdadero, lo correcto y lo bueno de lo falso y maligno le viene dada por una capacidad sensible que le permite sentir afinidad y un ritmo similar al ritmo de las cosas que percibe. Dicho ritmo es esencial a todo, y en la medida en que en su ritmo interno se mueve a la par de ritmo externo, es como se valida el conocimiento vía el gusto, la predilección. La emoción le permite entender qué es lo real en el mundo, y así, en la capacidad de juzgar estéticamente la realidad, es decir, por el gusto, al modo del artista, acomoda todos los elementos en una imagen armónica de la realidad, y esto a su vez, le permite poner en práctica actos bellos, que trasciendan a la esfera de lo divino y eterno en la medida que respetan la rítmica universal y crean movimiento. La Estética Estando casi por terminar en relación al tema de la filosofía estética, o método de la coordinación, revisaremos ahora el texto Estética, en el cuál se detallan los aspectos más importantes en la metodología de la coordinación propuesta por Vasconcelos. Ya en el prólogo va surgiendo de nuevo la insistencia del porqué acceder al conocimiento del universo por una vía estética y de la emoción: “El mundo es obra del amor y el amor se vale de los procesos de la dialéctica cuando se mueve entre las formas, pero no hace discurso sino 93 Ibíd., 981. 48 que cumple dicha cuando entra en relación con los seres.”94 Encausamos de nuevo la actitud y búsqueda del filósofo hacia una visión integral de la realidad: Necesita el filósofo la inteligencia formalista para moverse en el concepto, pero también precisa de simpatía que le permita inmergirse en cada uno de los procesos específicos de la tarea universal: el cálculo matemático; el instinto de la célula, el pálpito de la conciencia, el deseo que angustia a los seres, el odio que los envenena, el amor que los redime; cada experiencia es como un sentido más del filósofo que explora el mundo; sentires y venturas son para él ventanas abiertas al panorama del ser.95 Con lo anterior queremos hacer notar que el filósofo tendrá muchas vías de acceso al conocimiento último, sin embargo, todas habrán de ser coordinadas entre la razón y la emotividad, de manera que pueda comprenderse la unidad entre los saberes lógicos, racionales, emocionales y estéticos. Esto último es la facultad de unificación de lo heterogéneo que Vasconcelos describe como “el poder de relacionar los hechos físicos según sistema y conjunto para incorporarlos a la vida subjetiva, constituye la esencia de la personalidad”96. Existiendo un carácter subjetivo en la capacidad de coordinar lo heterogéneo en la unidad, resulta claro que dicha capacidad es individual. Quedando asentado que la cualidad de unificar los heterogéneos es individual, se procede entonces por vía mística, en tanto que la realización de este estado de contemplación de la totalidad trasciende al plano divino. Vasconcelos pretende certificar de manera total el conocimiento emocional, o más bien dicho, estético a través de la mística, que al contemplar la belleza de lo eterno, divino e inmutable, accede a la verdad completa: En vano buscaremos en la estética, o en su sublimación que es la mística, aquél conjunto de reglas generales y principios necesarios que son el baluarte de la sabiduría del lógico. En estética sólo hay una necesidad o evidencia sine qua non: la realidad de un Absoluto que aparece como presencia divina real, en la beatitud, y como reflejo suyo en los distintos grados de la belleza, en estética, pero precisamente en la mística, la identidad del lógico cambia de medida y de sitio, ya no está en el sujeto que actúa sino en el objeto sublime, absoluto, que lo trasciende.97 94 José Vasconcelos, Estética en Obras Completas tomo III (México, Libreros Mexicanos Unidos, 1959), 1120. 95 Ibíd., 1120-1121. 96 Ibíd., 1208. 97 Ibíd., 1232. 49 El acento en el filósofo esteta radica en la mística como vía última de acceso a la Totalidad y a la Belleza las cuales están representadas como sentido y significado. Recordando las definiciones de filósofo poeta y creador de valores, las vías con las que accede el filósofo a la Totalidad son místicas, estando impresas de una experiencia de vida única y personal que le permiten reconocer su propio ritmo dentro del ritmo externo de la realidad. Al entender dicho ritmo, el objeto percibido por el filósofo trasciende a través de esta mística, revelando su verdad tanto como el filósofo pueda contemplar su Belleza y situación dentro del orden universal. La Belleza indica el sitio correcto de cada cosa en el universo, pues al percibir el ritmo correcto de cada cosa se percibe su sitio en la Totalidad de la rítmica universal. El resultado que el filósofo-artista o filósofo-poeta pueda ofrecer entonces es una interpretación del universo, donde la Totalidad queda ordenada como la unidad de heterogéneos que constituye la imagen de la Totalidad. Esta Totalidad de orden espiritual requiere de la explicación mediante el a priori estético, pues para Vasconcelos es lo único que puede dar cuenta de lo espiritual sin perder el movimiento perenne de esta. Indica Vasconcelos que para que el a priori estético no anule la realidad no puede contenerla, por lo cual, recurre al ritmo para dar cuenta del objeto: “nosotros lo situamos en la operación rítmico-estética; operación poética que dispone y arregla el objeto según el dinamismo amoroso del alma. Y ello se logra mediante los sistemas de la melodía, el ritmo, la polifonía, el contrapunto, verdaderos aprioris estéticos de la mente.” 98 Esto permite a Vasconcelos entender al objeto sin necesidad de deformarlo vía la abstracción, sino entenderlo “en un todo que los trasciende”99. Ahora, algo que resulta de vital importancia. Para Vasconcelos “el artista no maneja ideas, maneja imágenes. […] Las imágenes son los elementos del ejercicio estético, y lo que llamamos a priori estético es el modo artístico de manejar dichas imágenes”100 Hasta aquí, para no perdernos, pensemos en que el filósofo es un poeta con sistema, un creador de valores, que se vale de su 98 Ibíd., 1315. Ibíd., 1315. 100 Ibíd., 1315-1316. 99 50 sensibilidad estética para trabajar, vía el a priori estético, con imágenes que capturan mejor el movimiento de los objetos que con ideas. La idea al abstraer deforma y distorsiona, según Vasconcelos, por lo cual, la necesidad de emplear imágenes permite trabajar con algo dinámico que no sufre el daño de la percepción que causa la idea. Y es aquí donde a partir de reconocer por medio de imágenes los objetos, el filósofo puede dar coordinación armónica a los heterogéneos mediante los ritmos de cada cosa, y este orden debe necesariamente identificarse con lo bello, para que el conocimiento sea validado y trasmute de la esfera de lo material que es percibido a la eternidad de lo divino. Si de algún modo resulta demasiado subjetivo el proceso del conocimiento vía el a priori estético y los juicios que se derivan de este, es debido a que la capacidad de percibir la rítmica esencial de las cosas y dar cuenta de ellas es una vía mística, donde la validación y certeza resultan más emocionales que racionales. Dice Vasconcelos: “una obra escultórica nos parece bella, […] porque la disposición interna de su fluir orgánico, despierta eco en nuestra sensibilidad espiritual; se ajusta al a priori estético, tal y como razonamiento exacto se acomoda a la ley lógica.”101 Además, esta vía mística permite que el artista que comprende la totalidad sea capaz de encausar el movimiento hacia el Absoluto, es decir, entender el movimiento esencial de las cosas a su estado divino, de ahí que la estética identifique lo bello con lo divino, y la tendencia ética comprometa al filósofo creador de valores a tender siempre a lo justo y eterno y alejarse de lo que sería una “maligna fealdad”: El fin del artista no es reducir la realidad a conceptos, sino llevarla a consumación plena. En consecuencia, el a priori estético no puede ser un sistema cerrado como la dialéctica (según la entiende Vasconcelos) ni únicamente una experiencia sin término como la empírica. Lo estético consiste de una orientación del movimiento hacia el estado de divinidad en que se realiza lo Absoluto.”102 Por último, en relación al a priori estético, vale completar esta reconstrucción señalando que 101 102 Ibíd., 1316. Ibíd., 1318. 51 El criterio de cantidad es secundario en estética: el criterio de calidad es dominante, y lo vemos desarrollarse en las formas del ritmo, el acorde, la melodía, la armonía o sea otros tantos sistemas de arreglo en relación con la conciencia y su existencia. Fundamentalmente toda estética es síntesis de composición.103 Esto para retomar que el gusto es en el sistema estético, la afinidad entre la vibración interna y la externa, es decir, que percibimos la calidad en el objeto en tanto que vemos su desarrollo en el ritmo, que nos causa gusto. Ahora, en términos conceptuales, el artista trabaja con las imágenes debido a que “la imagen capta los caracteres puramente sensuales, en la etapa inferior de la conciencia, y en la etapa sobrerracional, la etapa estética, la imagen recrea el objeto percibido, en consonancia con la energía superior.” 104 El artista no abstrae ni razona la imagen, sino que es capaz de recrear los objetos. Tampoco los copia sino que es capaz de recrearlos a través de la rítmica y su sensibilidad emotiva más allá de ideas, conceptos o razonamientos: En el esfuerzo artístico, elemental, de convertir lo objetivo en imágenes, no existe tendencia al arquetipo, sino acomodación del objeto a un estado emotivo. El artista no busca universales, […]. La universalidad puede darse cuenta en su influencia, no en su contorno.105 La imagen que el artista recrea no muestra lo universal ni la Totalidad, pues muestra un objeto concreto pero sí deja ver la influencia de lo universal en tanto que el artista ha dejado que su sensibilidad emotiva plasme el ritmo del todo en la parte. En términos filosóficos, el pensador, el filósofo-poeta, es aquél que puede plasmar de manera precisa en su imagen de la Totalidad el ritmo mismo de la realidad en sí. Por otra parte el filósofo-artista es capaz de elevar de condición el objeto: “la imagen del poeta no es el signo del matemático, el término del lógico, sino una espiritualización en el contenido. Un concreto material que se eleva a la categoría de concreto de espíritu”.106 Al final la tarea del artista no es sólo representar o recrear, sino elevar las cosas a su forma espiritual. En esto consiste la trasmutación. Todo lo anterior tiene como finalidad lo siguiente: “la composición artística tiene por objeto usar los elementos del Universo como signos de un 103 Ibíd., 1320-1321. Ibíd., 1321. 105 Ibíd., 1321. 106 Ibíd., 1668. 104 52 lenguaje que expresa las características de lo Absoluto.”107 Al ser el filósofo un artista creador de valores o un poeta con sistema, lo que pretende por medio de una metodología artística para comprender la realidad es expresar las características de lo Absoluto, validando su conocimiento por medio de su sensibilidad emocional. Dicha expresión se lleva a cabo por medio de la composición de los elementos, es decir, la coordinación de heterogéneos: Estética es el arte de arreglar los heterogéneos de modo que obtengan significado en el mundo del puro existir dichoso que es propio del alma. Nos coloca así la estética en el umbral de la existencia como absoluto. Lo que hay más allá es cosa inefable. Por eso la estética remata en la mística.108 Esto último resume la insistencia y el proceso general de la estética, y el porqué al final, la validación del conocimiento que se puede obtener por esta vía, a pesar de comprender de manera unificada el absoluto, resulta en una mística, una experiencia exclusiva al filósofo que ha desarrollado su sensibilidad estética, es decir, percibe mediante el a priori estético. Pasando ahora a las categorías de la belleza que permiten sistematizar aquello que es percibido mediante la sensibilidad estética, describiremos brevemente cada una. Empezamos por lo apolíneo. Vasconcelos identifica lo apolíneo con la melodía, por lo cual, “para que se consume la belleza apolínea, es preciso que la sustancia […] se organice conforme a melodía y armonía.”109 Lo apolíneo es entonces, lo que daría orden, en tanto que armoniza los distintos elementos. A continuación tenemos el ritmo, que corresponde a lo dionisíaco. La pasión dionisíaca se ve obligada a “moverse dentro de cierto fluir que busca expresiones valerosas y trascendentes. […] la exigencia de romper el círculo de las pasiones se aviva entonces, y aparecen la ambición y la esperanza del místico.”110 Lo dionisíaco es para Vasconcelos, el puente entre lo apolíneo y lo místico, en tanto que lleva dentro de sí el movimiento que da vitalidad a lo apolíneo y ansía la totalidad que reside en la revelación. En relación a lo dionisíaco tenemos lo romántico, que además es otra categoría de la belleza 107 Ibíd., 1373. Ibíd., 1374. 109 Ibíd., 1393. 110 Ibíd., 1395. 108 53 para Vasconcelos. Esta categoría parece más un peligro que algo provechoso, en tanto que es lo que le da inestabilidad a lo dionisíaco, pues lo distrae al erotismo o a la búsqueda de pasiones humanas: “lo malo de lo romántico es que sin llegar a lo místico, se queda en un limbo .pasional, sin sentido y sin más término que la exageración.”111 La siguiente categoría de la belleza es lo místico, cuya función es “libertar la pasión encerrada en el círculo de la vida humana, corrompida en el afán del sexo, y dirigir el noble anhelo a la conquista de la intensidad del espíritu, tal es el objeto del arte místico aplicado a nuestra voluntad, sustancia en progresión de medio a fines.”112 La función de la estética, pues, en relación a lo místico, es aproximarse a lo absoluto por medio de la afinidad y la sensibilidad correctamente encausadas, es por ello que se ha dado el tránsito por lo apolíneo y lo dionisíaco, salvando el problema de lo romántico, para llegar a la experiencia mística: “La estética no realiza ideas divinas, sino que consuma la progresión de la sustancia, ser disminuido, en la física, en la sustancia espíritu, próxima ya al ser como absoluto.”113 Ahora que hemos recorrido este camino por la estética vasconceliana, falta encontrar sus universales, es decir, aquello que es común a todos y que le da su validez universal, el porqué de recurrir al a priori estético, a las categorías de la belleza, al ritmo, a la emoción, y en general, a todos estos elementos para explicar la realidad: “la paz del justo y en seguida la beatitud que anticipa la condición de la sustancia en su hipóstasis celeste, he allí un universal y también la meta del sabio como artista.”114 El universal resulta la posibilidad de convertirse en lo divino, en tanto que se concibe y se ordena el mundo estéticamente. Es por ello que toda la empresa de percibir la totalidad de manera estética se debe realizar, según Vasconcelos, con la mira en la emoción, en el sentimiento, que busca la belleza sobre todo. Hacer pues, algo bello, es “superar el orden social y humano, es estética.” 115 Al final, este esfuerzo por percibir, por trasmutar todo lo material en bello a través de la 111 Ibíd., 1396. Ibíd., 1399. 113 Ibíd., 1406. 114 Ibíd., 1437. 115 Ibíd., 1452. 112 54 sensibilidad y el gusto, es un esfuerzo por dejar la esfera finita y trascender a la divinidad. Para finalizar, sólo nos queda mencionar que el amor es la manifestación que da cohesión a todas las cosas, es decir, que permite coordinar y relacionar los heterogéneos: “El Verbo estético tiende a producir o a manifestar relaciones de amor entre las cosas. Las condiciones formales del desarrollo de dicho amor, es lo que llamamos belleza poética o literaria.” 116 Aquí podemos ya responder a la cuestión del por qué el filósofo es un poeta con sistema: La poesía es el arte de aprovechar estas imágenes por el empleo de sus propias determinaciones, poéticas, no lógicas, es decir, por el uso de la fantasía. Para actuar sobre la fantasía, ya hemos visto que la ley estética adopta esquemas y sistemas según los modelos rítmicos, armónicos de la música. Pero la imagen poética es para los arreglos poéticos, un material que por su elasticidad, riqueza, pureza, no tiene equivalente.117 Resulta entonces, que el poeta puede trabajar con la fantasía. Dicha fantasía no es un invento desordenado ni carente de motivo, sino que responde a las leyes estéticas, las cuales dictan el correcto orden, por lo cual, el filósofo al ser poeta con sistema, puede armonizar y explicar la relación de los heterogéneos, coordinarlos con exactitud, puede hablar con certeza de la imagen de la totalidad que produce, en tanto que no aparte de su corazón y entendimiento el a priori estético que le permite emitir el juicio estético correcto sobre cada objeto, y con ello, transmutarlo del orden material al orden eterno. Con lo anteriormente dicho, y caracterizada de manera general la filosofía estética en las tres obras ejes de Vasconcelos, pasemos a la Todología para tener reconstruidos los fundamentos del pensamiento estético, y cómo estos impactan la praxis que propone en la Raza Cósmica. Filosofía o método de la coordinación. En la Todología Vasconcelos describe que ha llegado a la culminación de su propuesta, donde expondrá lo que antes llamó filosofía estética como Todología o método de la coordinación. Indica que 116 117 Ibíd., 1666. Ibíd., 1671-1672. 55 El proceso de toda la obra se aclara en el presente volumen, según los capítulos dedicados a lo que he llamado: Método de la Coordinación. La verdad es concebida en ellos, como un acorde musical, más bien que como un acuerdo lógico, por eso se afirma que pensar es coordinar”118 y su propuesta queda resumida por él mismo en el prólogo de esta obra: Tal el afán de una filosofía que he venido denominando Estética, entendiendo por estética, un arte de composición y de coordinación de valores cognoscitivos. En ella encontramos la síntesis del saber que dan los sentidos, la sensibilidad, y lo que enseña el Logos y la Voluntad, la Armonía y el Amor. Expresado este último conforme a la ciencia de la Revelación, la Teología.119 Encontramos entonces, en la definición anterior, la conjunción de todos los aspectos revisados en los apartados anteriores, donde tenemos una filosofía estética que transita de lo racional o apolíneo a lo irracional o dionisíaco, para llegar a una experiencia mística que permite la elevación del filósofo que, en calidad de artista, emplea la composición poético-filosófica para dar cuenta de la totalidad. Define Vasconcelos a su filosofía como síntesis, en tanto que para él las “filosofías de síntesis (comprensivas) tratan de explicar la realidad por la coordinación de todos sus factores.”120 Básicamente, el texto sólo habrá de resumir o sintetizar lo expuesto en las obras anteriores, remitiendo varias veces a éstas. El propósito de la Todología es ofrecer un compendio general, con más orden, del pensamiento estético expuesto y desarrollado con extensión y detalle minucioso en las obras anteriores. Así pues, es que Vasconcelos llega a enunciar párrafos en los que encontramos soluciones más claras al tema de la coordinación de los heterogéneos: consiste la solución en afirmar que elementos que no pueden ni deben reducirse al denominador común que supone la abstracción y la lógica se pueden manejar, sin embargo, ordenadamente, gracias a las formas que conocemos con los nombres de: ritmo, melodía, armonía y contrapunto. El ejercicio de tales formas estéticas obedece a un sistema de acción que englobo bajo el nombre de: A priori estético.121 118 José Vasconcelos, Todología en Obras Completas tomo IV (México, Libreros Mexicanos Unidos, 1961), 819. 119 Ibíd., 818. 120 Ibíd., 832. 121 Ibíd., 864. 56 Teniendo una descripción más clara de lo que es la coordinación de heterogéneos, ahora su relación con el todo consiste en “hacer contribuir a su propósito a elementos y realidades disímiles, insumables, irreductibles y sin embargo, capaces de colaborar para un fin.”122 La coordinación permite que el filósofo comprenda la cohesión de todo lo diferente, y en esto consiste el acto creador, a través del cual se construye la imagen desde una percepción artística que vía la belleza convierte el objeto en divino. Vasconcelos llama “etapa de la armonía” al punto donde el conocimiento vía el a priori estético logra gozar de la existencia de Dios. Esto se logra en tanto que se ha podido coordinar los heterogéneos y se logra una situación donde cada cosa se percibe en su sitio correcto, es decir, se alcanza la armonía, que se revela vía la belleza. Nos dice Vasconcelos: Del estudio de las formas del conocer como acción: ritmo, melodía y armonía, se deduce un nuevo tipo de verdad: una verdad más acorde con lo real concreto y que al mismo tiempo nos obliga a buscar un criterio que ya no es del Logos, la Razón, sino el que sirve para dar unidad a la cualidad, sentido y objeto a lo heterogéneo; ese criterio es el de la armonía.123 Bajo el criterio último de la armonía es que se logra la superación tanto de lo apolíneo que corresponde a la razón y lo dionisíaco que corresponde al pathos. Ambos caminos resultarían incompletos, y es necesario establecer las relaciones entre ellos, que permiten coordinarles y contemplar la totalidad. Vasconcelos se atreve ahora a pensar que ha logrado el cometido de mostrar “una filosofía más allá del Logos y que responda al acontecer natural. La razón ilumina y ordenas las ideas; la armonía coordina las cosas y los seres reales; Eros nos permite gozar la final plenitud de la existencia en Dios.”124 Vale la pena mencionar que, si en el resto de los textos de la obra de Vasconcelos no se habla de la experiencia mística como algo religioso, y sólo este detalle aparece en la Todología, es porque este último es un texto de madurez del autor, donde ya había transitado por diversas situaciones de su vida que le hicieron buscar la religión, y esto permeó entre otras cosas, la obra que sería el esfuerzo por sintetizar su filosofía estética. 122 Ibíd., 868. Ibíd., 920. 124 Ibíd., 920. 123 57 Conclusiones del capítulo Los apartados anteriores nos han permitido transitar de manera veloz por las obras fundamentales del pensamiento vasconceliano para entender el método de la coordinación. Este camino ha partido de la identificación esencial del ritmo como componente común a todas las cosas, y ha pretendido explicar cómo es posible validar un conocimiento verdadero a partir de éste, vía la sensibilidad estética. Todo el proceso descrito por Vasconcelos lleva una finalidad particular, la cual es transformar la tarea de la filosofía y del filósofo en una tarea filosófico-poética, donde a su parecer, es el filósofo que abraza la capacidad artística el único capaz de elevar a la esfera divina y eterna los objetos concretos de su existencia; pretende tomar lo heterogéneo, o diferente, y coordinarlo, mostrar sus relaciones, vía la razón, vía el sentimiento y vía la mística. Todo ello en una síntesis creadora, que juega con la fantasía, para dar cuenta de cómo se estructura la totalidad de lo real sin perder el movimiento y la vitalidad que la caracteriza, más allá de la rigidez del concepto y la idea. Con lo anterior finalmente podemos pasar al análisis biopolítico de La Raza Cósmica, ya que ahora contamos con los elementos de la filosofía de Vasconcelos para entender cómo fundamenta su proceso de eugenesia estética dentro de la propuesta de una raza mestiza en Iberoamérica. 58 RELEYENDO LA RAZA CÓSMICA: UNA EUGENESIA ESTÉTICA En el tercer capítulo de la presente investigación, procedemos a ofrecer nuestra interpretación de La Raza Cósmica como eugenesia estética. Habiendo recorrido en el capítulo 1 las generalidades del pensamiento de José Vasconcelos, y en el capítulo 2 los fundamentos de su filosofía estética, es menester proceder al análisis de la Raza Cósmica, y extraer los resultados anunciados desde la introducción. Para ello, en 3.1 procederemos primero en delimitar un marco biopolítico a partir del texto Biós, de Roberto Espósito; en 3.2 tomaremos indicaciones del texto El mito nazi, de Philippe Lacoue-Labarthe y Jean-Luc Nancy, donde por analogía, podemos establecer cómo Vasconcelos construye una mítica similar a la del nazismo para proponer su estado ideal utópico donde el mestizo es la raza superior; seguido a esto, en 3.3 comenzamos el análisis de La Raza Cósmica, partiendo primero por el estado material del proceso de mestizaje; en 3.4 veremos el estado científico o intelectual; en 3.5 llegaremos al análisis del estado espiritual, para cerrar en 3.6, donde concluimos que La Raza Cósmica es un proyecto de eugenesia estética, fundamentado en la filosofía de Vasconcelos, cuya puesta en marcha estuvo más allá de los textos; finalmente, en 3.7 ofrecemos las conclusiones de este capítulo, con la finalidad de enlazar al capítulo 4, donde cerraremos la presente investigación. Marco Biopolítico El punto desde el cual podremos más fácilmente ofrecer nuestra interpretación de La Raza Cósmica como eugenesia estética requiere que nos adentremos en la biopolítica, pues desde aquí es más sencillo entender este texto como un discurso biopolítico y no sólo como el exhorto nacionalista que comúnmente se interpreta. Es por esto que recurrimos al texto Biós de Roberto Espósito, pues nos ofrece un sintético e interesante análisis que nos servirá como marco referencial en el cuál trabajar. Entrando en materia, básicamente la biopolítica se entiende como “una política en nombre de la vida.”125 Bajo tal premisa los estados autoritarios dan 125 Roberto Espósito, Bíos, Biopolítica y filosofía, Trad. de Carlo R. Molinari Marotto (Buenos Aires, Amorrortu, 2006), 26. 59 marcha a un discurso biopolítico, a través del cual buscan regular la vida de manera concreta, y, en uno de sus extremos más delicados, una tanatopolítica que pretende procurar la vida por medio de la muerte: “una vez establecida la nueva centralidad de la vida, compete a la política salvarla, pero – es este el elemento decisivo en relación con el paradigma inmunitario – mediante un dispositivo antinómico que requiere la activación de su contrario”.126 La praxis biopolítica entiende al Estado como un organismo vivo127, en el cual se pueden identificar elementos sanos o infectados. Dichos elementos infecciosos, al igual que tejidos cancerígenos deben ser removidos para salvar la salud del cuerpo del Estado. En otros casos, las medidas de preservación y procuración del Estado son preventivas, ejercidas por la vía de discursos limitantes y con rigurosa vigilancia: Para su propia conservación, la vida debe renunciar a algo que forma parte, e incluso constituye el vector principal, de su propia potencia expansiva, esa voluntad de poseer todas las cosas que la expone al riesgo de una retorsión mortal. En efecto: es cierto que todo organismo vital tiene en su interior una suerte de sistema inmunitario natural —la razón— que lo defiende del ataque de agentes externos. Pero, una vez comprobada su insuficiencia, incluso su efecto contraproducente, se lo debe sustituir por una inmunidad inducida, esto es, artificial, que lleva a efecto la primera y simultáneamente la niega: no sólo porque se sitúa fuera del cuerpo individual, sino también porque tiende a la contención forzada de su intensidad primigenia.128 En otros casos, las medidas del discurso llegan a la praxis de manera radical donde se requiere la extinción de elementos del propio Estado, llámense ciudadanos, con tal de salvar o librar de la infección al resto de la población y evitar la reaparición de la infección: La vida, resultado del combate de las células contra las bacterias infecciosas, tiene que contar con el Estado para que la defienda de toda posible contaminación. La higiene racial es la terapia inmunitaria orientada a prevenir, o extirpar, los agentes 126 Ibíd., 95. Ibíd., 130. Indica Espósito textualmente: “el poder no es imaginable sino en términos de un organismo viviente”. Este señalamiento, de corte nietzscheano relaciona el poder con lo vital, y el organismo que ejerce este poder, y debe procurarlo a toda costa es el Estado. 128 Ibíd., 95. 127 60 patógenos que ponen en peligro la calidad biológica de las generaciones futuras.129 La biopolítica tiene un parentesco especial con el pensamiento moderno y la noción de orden en tanto que busca por medio de un discurso razonado y científico controlar el desarrollo biológico de las generaciones futuras. Espósito menciona además, la aparición de discursos preventivos que buscan una anulación de la vida de manera preventiva, ordenada y sistemática, es decir, detener la infección antes de que surja, siendo el ejemplo más recurrente las medidas tomadas por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial: Desde luego, el hecho mismo de que la biopolítica moderna tome cuerpo con la mediación de categorías aún referibles a la idea de orden, entendido como lo trascendental de la relación entre poder y sujetos, significa que el carácter político del bíos no está afirmado aún de manera absoluta. Para que esto ocurra —para que la vida sea inmediatamente traducible a política, o para que la política adquiera una caracterización intrínsecamente biológica— debe aguardarse hasta el viraje totalitario de la década de 1930, especialmente en su versión nazi. Entonces, no sólo se hará que lo negativo, esto es, la amenaza de la muerte, sea funcional para el establecimiento del orden, como ya sucedía durante la etapa moderna, sino que se lo producirá en cantidad cada vez mayor, conforme a una dialéctica tanatopolítica destinada a condicionar la potenciación de la vida a la consumación cada vez más 130 extendida de la muerte. La problemática central podría analizarse desde un corte ético, pues cabe preguntar si las medidas realizadas son pertinentes y convenientes, y si es realmente necesario acabar con la vida de los propios ciudadanos del Estado en aras de la conservación de la vida de éste. Sin embargo, existe el factor que torna en delicada esta situación pues el mismo discurso biopolítico del Estado anula primero la naturaleza ciudadana de la población infectada, es decir, se les deja de reconocer como ciudadanos, y como seres humanos, para entenderles en adelante como una infección que requiere una cura inmediata: “Ya sea que la degeneración se difundiese por transmisión hereditaria o por contagio, lo que en cualquiera de los casos importaba era la construcción del dispositivo inmunitario apropiado para bloquear su difusión.” 131 129 Ibíd., 206. Ibíd., 18. 131 Ibíd., 195. 130 61 Aquí poco importa ya si son o no personas las que requieren erradicación, ya sea preventiva o correctiva, el discurso que impera exige una pronta solución. Ya no se analiza qué tan ético o moral es que se tomen medidas de un tipo u otro, lo que cuenta es un discurso práctico que sólo verá cifras y eficacia de las medidas: Algunas décadas más tarde, los ilustres catedráticos alemanes Fischer y Verschuer se repartirían el campo de investigación, estudiando, el primero, la sangre de los distintos grupos étnicos, y el segundo, las líneas hereditarias en los gemelos univitelinos: la síntesis operativa la efectuó Josef Mengele en el laboratorio de Auschwitz.132 Se convierte la supervivencia del Estado en un asunto de Voluntad de vivir, y lo otro, lo extranjero, lo diferente, lo ajeno, en un enemigo del Estado que pone en riesgo su supervivencia. Espósito retoma el planteamiento nietzscheano para dar luz al respecto, en tanto que se analiza el discurso genealógico con cruces metodológicos con Foucault, en función de determinar o poner en duda qué es lo bueno y lo malo, así como quién es el que lo decide, pues esto determina la acción política concreta. En el marco biopolítico que pretendemos construir para interpretar la Raza Cósmica, el discurso en cuestión que propone Vasconcelos busca un fundamento metafísico para decidir directamente sobre la vida, de ahí que el mismo autor le llame una “eugenesia estética”.133 En este caso, la eugenesia propuesta por Vasconcelos es preventiva, en tanto que busca limitar la procreación, lo cual en palabras de Espósito es deshumanizar desde una perspectiva moderna y técnica a los ciudadanos, verlos como elementos que merecen corrección aún antes de estar vivos, donde en un espacio antidemocrático, es una élite de gobierno quien determina quiénes son aptos para engendrar la siguiente generación: “Pero el derecho soberano, en el régimen biopolítico, no es tanto la facultad de dar muerte como la de eliminar por anticipado la vida.”134 La insistencia de nuestro trabajo es bajo el señalamiento de Espósito que indica que “una política construida directamente sobre el Bíos está siempre 132 Ibíd., 195. José Vasconcelos, La raza cósmica, (México, Porrúa, 2010) p. 27. 134 Roberto Espósito, op. cit., 234 133 62 expuesta al riesgo de subordinar violentamente el Bíos a la política”135. Por lo cual, el interpretar La Raza Cósmica como una eugenesia estética tiene la clara intención de señalar dichos riesgos, más cuando su autor buscaba la puesta en marcha de su proyecto. Teniendo claro el marco biopolítico, pasemos a la reconstrucción del esquema que realizan Lacoue-Labarthe y Nancy en El mito nazi, el cual nos servirá de guía para analizar biopolíticamente La Raza Cósmica. Construcción del mito Lacoue-Labarthe y Nancy en El mito nazi buscan mostrar la lógica interna del nazismo como respuesta al espíritu de la modernidad que creaba un mito adorador de la Razón, donde la deidificación de la Razón moderna imposibilitaba la apelación a una realidad mítica para encontrar sentido. Esta característica singular del nazismo que Lacoue-Labarthe y Nancy perciben comparte una importante similitud con la propuesta de Vasconcelos, ya que, como hemos visto en los capítulos anteriores, el autor de La Raza Cósmica en varias ocasiones declara la imposibilidad de explicar únicamente a través de la Razón la totalidad de lo real. Esto, llevado al campo de la filosofía política y la biopolítica, nos permite comprender mejor porqué Vasconcelos ha optado por una propuesta utópica donde funde el mito con la racionalidad, y al mismo tiempo, nos hace necesario dar un repaso a lo que Lacoue-Labarthe y Nancy han detectado, pues nos servirá para revisar de modo análogo la propuesta vasconceliana para comprender su alcance oculto y lograr los objetivos de la presente investigación. Nos dicen Lacoue-Labarthe y Nancy al respecto del nazismo y la “venganza” en contra de la Razón destructora de la verdad mítica: El nazismo, […] partió en efecto del deseo de << venganza >> respecto de este atentado a la grandeza sagrada, y de una venganza que debía restaurar la posibilidad del mito, y de una salvación encontrada en él. Lo que se percibe como la pérdida de una vida inmersa en la certidumbre inflamada de los mitos engendra una amargura y un resentimiento, en la experiencia de una incapacidad de afrontar la modernidad.136 135 Ibíd., 32. Philippe Lacoue-Labarthe y Jean-Luc Nancy, El mito nazi, trad. De Juan Carlos Moreno Romo (Barcelona, Anthropos, 2002) p. 8. 136 63 Básicamente, en principio, Lacoue-Labarthe y Nancy entienden el resentimiento de un movimiento como el nazismo como una “venganza” contra la pérdida de esa certeza absoluta, sagrada, antigua y única que el mito ofrecía. La verdad deja de ser exclusiva para un pueblo, y se vuelve universal, por lo cual “se quiere entonces el <<retorno>> a una identidad ya dada de antemano en substancia y en su figura: pueblo, jefe, patria, raza, suelo y sangre, naturaleza, comunidad.”137 Seguido de lo anterior, sobre el sentido del texto, los franceses señalan: Este libro […] no es solamente un trabajo de explicación histórica y filosófica: es una puesta en guardia contra todo aquello que, setenta años más tarde, puede nutrir de nuevo –y nutrir, en efecto, como es sabido, de un extremo al otro del mundo– las terribles amenazas del mismo espíritu de venganza erguido contra la razón. Una determinada racionalidad es percibida como destructora de las identidades, y no siempre va errada esta percepción.138 La cita anterior nos revela tanto el propósito del texto El mito nazi el de esta investigación, el cual pone la alerta sobre aquéllos discursos políticos que que pretenden la anulación de lo diferente, y que veremos más a fondo en el capítulo 4. Volviendo al punto del presente apartado sobre el texto de LacoueLabarthe y Nancy, el propósito o sentido que dan los autores a su análisis sobre el nazismo, no es desvalorizar un listado de mitologías a las que recurren los autores, sino lo mostrar lo que es en general el mito nazi, entendido como: la ideología en cuanto, por un lado, se propone todavía como una explicación política del mundo, es decir, como una explicación de la historia (o si se quiere, de la Weltgeschichte, entendida menos como <<historia mundial>> que como <<mundo-historia>>, mundo que no está hecho sino de un proceso, y de su necesidad autolegitimante) a partir de un concepto único: el concepto de raza, por ejemplo, o el concepto de clase, incluso el de <<humanidad total>>; y en cuanto, por otro lado, esta explicación o esta concepción del mundo (Weltanschauung: visión, intuición, aprehensión comprehensiva del mundo –término filosófico que el nacionalsocialismo, lo veremos más adelante, ha hecho gran uso) se quiere una explicación o una concepción total. Esta totalidad significa, por lo menos, que la explicación es indiscutible, sin defecto y sin tacha.139 Es decir, que por un lado, se habrán de centrar en cómo el mito nazi genera una explicación político-histórica a partir de un concepto específico como raza, 137 Ibíd., 8. Ibíd., 8. 139 Ibíd., 20. 138 64 y por otro lado, una explicación omniabarcante del mundo que gire alrededor de este concepto. Por otro lado, lo anterior pretende por parte de LacoueLabarthe y Nancy ofrecer una respuesta de cómo se gesta una ideología fascista, en específico, la del nazismo y porqué incurre en el racismo, es decir, dar cuentas de un mito sin incurrir en “presentar esta historia como el efecto de un determinismo, sea éste concebido bajo el modelo de un destino o el de una causalidad mecánica.”140 Posterior a señalar que uno de los rasgos es esta ideología que pretende explicar de manera definitiva los procesos históricos y políticos que giran alrededor de una sola raza, Lacoue-Labarthe y Nancy incorporan otro elemento a la ecuación, que es la emoción: Ciertamente no debemos olvidar que uno de los componentes esenciales del fascismo es la emoción, de masa, colectiva (y esta emoción no es solamente la emoción política: es, hasta cierto punto al menos, en la emoción política la emoción revolucionaria misma), tampoco debemos olvidar que la susodicha emoción se conjuga siempre con conceptos).141 Dados algunos rasgos generales, como la explicación total asociada al concepto de raza, y la emoción de masa, identifican de manera puntual nuestros colegas franceses lo siguiente: 1. Dado que el problema alemán es fundamentalmente un problema de identidad, la figura alemana del totalitarismo es el racismo. 2. Dado que el mito puede definirse como un aparato de identificación, la ideología racista se ha confundido con la construcción de un mito (nos referimos al mito del ario, en cuanto éste ha sido deliberada, voluntaria y técnicamente elaborado como tal).142 A estas alturas, en nuestra recolección de rasgos detectados en el mito nazi, tenemos que la construcción mítica busca ofrecer una respuesta que se oponga a la razón, al incorporar verdades míticas que den cuenta de manera única y absoluta de un sentido, de una realidad en el mundo que explique el proceso político e histórico alrededor de un concepto como la raza, y que esta explicación además, resuelva el problema de identidad, generando un aparato 140 Ibíd., 25. Ibíd., 23. 142 Ibíd., 26. 141 65 de identificación donde el mito resulta manipulado para generar emociones de masa que orienten el proceder de un Estado-sujeto, y los individuos que forman su tejido. Además, sumamos a los rasgos, la otra variante que implica recurrir a la construcción mitológica, que es “la imitación de los antiguos”143 para buscar en ellos cierta validez, cierto modelo a seguir. Señalan Lacoue-Labarthe y Nancy que esta necesidad de identificación resulta de que “lo que le ha faltado entonces a Alemania, prácticamente es sujeto, o es ser el sujeto de su propio devenir […]. En consecuencia, lo que Alemania ha querido construir, es tal sujeto, su propio sujeto.”144 Sin embargo, los autores descubren que hay un problema en la imitación de los antiguos, y es que si la recurrencia a imitar a los griegos es porque no hay otro modelo qué imitar, entonces se vuelve problemático el imitar un origen común para varios pueblos. Resuelven esta salida pues, por dos vertientes, la dialéctica y la estética. Es decir, que a pesar de imitar un origen común, se imitaría “de tal manera que diferenciara radicalmente a los alemanes.”145 Es por lo anterior, que parte del proceso político implica obras de arte en el sentido de “obra de arte total”: “la totalización no es solamente estética: ella señala en dirección de lo político.” 146 El incursionar en la estética desde el nacional-socialismo implica provocar sensaciones de identificación, de sentir una identidad nacional, que obviamente, apunta a un carácter político. Teniendo estos caracteres definidos como explicaciones totales, ahora en concreto, el mito nazi implica una vitalidad, ya que se llega a un punto de emotividad de masas, desde el cual se busca implementar una situación donde se concrete dicho mito: “La característica central del nazismo (y, a muchos respectos, la del fascismo italiano) es la de haber propuesto su propio movimiento, su propia ideología y su propio Estado, como la realización efectiva de un mito, o como un mito vivo.”147 El surgimiento del movimiento nazi, y en concreto, la construcción del mito son revisados por Lacoue-Labarthe 143 Ibíd., Ibíd., 145 Ibíd., 146 Ibíd., 147 Ibíd., 144 30. 31. 33. 36-37. 38. 66 y Nancy desde la lectura de El mito del siglo XX de Rosenberg y Mein Kampf, de Hitler. Ambos textos son descritos en su discurso por lo siguiente: No hay ni saber por establecer, ni pensamiento por conquistar. Hay solamente una verdad ya adquirida por declarar, toda disponible. Ya en ese plano, en suma, se apela implícitamente no a un logos, sino a una especie de proferimiento mítico, que aunque no es poético busca todos sus recursos en la potencia desnuda e imperiosa de propia afirmación.148 Si el mito es construido con fines políticos, entonces su propósito es dar lugar a que el individuo sea capaz de identificarse con el camino de un pueblo, que el sentido de un individuo sea el sentido de su nación: “el mito es así la potencia de unificación de las fuerzas y de las direcciones fundamentales de un individuo o de un pueblo, la potencia de una identidad subterránea, invisible, no empírica.” 149 El mito es un sueño, en el sentido de que “la potencia mítica propiamente dicha es la del sueño, la de la proyección de una imagen con la cual uno se identifica.”150 Tenemos hasta ahora, lo siguiente: el mito (en esta acepción de mito fascista, específicamente mito nazi, manipulado) es una explicación omniabarcante, en relación a un solo concepto tal como raza, para explicar un proceso histórico-político, que además busca despertar una emotividad, donde un individuo concreto pueda identificarse con el sueño colectivo de un pueblo, donde dicho sueño es una imagen proyectada. El mito habrá de oponerse a la racionalidad descarnada, para decantarse por una estética que dentro de su emotividad totaliza y unifica el sentimiento de un pueblo que da cabida a sus individuos concretos. Siguiendo este camino el mito apela además a la creencia, en tanto que el individuo se adhiere a este sentimiento de manera general sin cuestionar, digamos, de modo religioso, místico: Hace falta una creencia total, una adhesión inmediata y sin reservas a la figura soñada, para que el mito sea lo que es, o incluso, y si es posible decirlo, para que esa figura cobre figura. De ahí la consecuencia importante de que, para los <<creyentes>> en ese sentido, el sometimiento del pueblo […] no sólo sea una técnica de eficacia, sino también una medida de verdad.151 148 Ibíd., Ibíd., 150 Ibíd., 151 Ibíd., 149 39. 40. 40. 41. 67 Además el mito busca su concretud, es decir, su realización: “el mito, o el sueño, tiene por naturaleza y por fin encarnarse en una figura, o en un tipo."152 Los rasgos anteriores nos llevan directamente al tema de la raza, que es donde el sueño encuentra su materialización tangible: "la raza es la identidad de una potencia de formación, de un tipo singular; la raza es el portador de un mito.”153 Una vez establecido qué es el mito y cómo va a funcionar se sigue un proceso para la política de masa, donde según Lacoue-Labarthe y Nancy primero “es preciso despertar la potencia del mito frente a la inconsistencia de los universales abstractos,”154 es decir, demostrar que el mito tiene respuestas más satisfactorias; en segundo “despertar la potencia de la raza, o del pueblo, […], y como su puesta en obra, es decir, como la adhesión activa del pueblo a su mito. Esta adhesión toma desde entonces el nombre de <<mística>>,” 155 punto en el cual el sentimiento de pertenencia ya es incuestionable, pues resulta experimentado por cada individuo en su propia existencia de manera mística; en tercero, se requiere un acto de fe, que “estriba, para cada pueblo, en su mito propio, es decir, en la proyección y en el proyecto originarios de su identidad,”156 El mito no sólo vive por sí mismo sino que es vivido por cada individuo, se concreta en cada aspecto de la vida de los individuos que se identifican: “por lo mismo que debe formar un tipo efectivo, el acto de fe debe ser inmediatamente la vivencia de este tipo.”157 Sin embargo, para hacer que el mito sea delimitado, único y específico para una cierta raza, señalan Lacoue-Labarthe y Nancy dos rasgos más: raza y tipo. El primero, “la raza, el pueblo, dependen de la sangre y no del lenguaje.”158 No podrían depender del lenguaje, pues el lenguaje se aprende, más no se puede aprender a tener sangre de una raza. La sangre excluye por derecho de nacimiento, por así decirlo. Y la sangre se liga a “el suelo de donde, en suma, surgió.”159 Sangre y suelo, en conjunción, son la limitación física del mito concreto, que excluye al extranjero, al que no participa propiamente de 152 Ibíd., Ibíd., 154 Ibíd., 155 Ibíd., 156 Ibíd., 157 Ibíd., 158 Ibíd., 159 Ibíd., 153 41. 41. 43. 43. 43. 44. 44. 44. 68 ellos, es decir, señala al tipo específico que es la proyección viva del sueño. El segundo rasgo, específico para los alemanes, es el mito ario, en tanto que los arios “son portadores del mito solar.”160 Antes de cerrar el presente apartado recapitulemos: el mito artificial, orientado por la política se valdrá de elementos estéticos y lógicos donde se pretende dar respuesta a una ausencia de identificación del individuo con su pueblo. Esto se hará por medio de gestar un sentimiento de masa, donde cada individuo se identifique de manera mística con el mito, el sueño o tipo general que identifica a su pueblo, y que a su vez, dicho tipo se vea concretado en la vida singular de cada individuo. Ahora, esta capacidad de vivir en el sueño que implica el mito es propia y exclusiva de una raza que comparte una herencia de sangre y un arraigo al suelo, cualidades imposibles de transferir y que le separan y le delimitan del resto de la humanidad. Todo lo anterior, pretende explicar su lugar en el mundo, y el porqué de los procesos históricos y políticos que han llevado a la conformación de un pueblo en específico sobre todos los demás. Dicha verdad y respuesta se acepta de manera indiscutible, pues cada individuo perteneciente a esta raza lleva en su propio ser la certeza de que estas respuestas son ciertas, y la validación le es dada por vía mística y no racional. Lacoue-Labarthe y Nancy prosiguen a partir del tema del mito ario en un análisis más detallado de la simbología nazi, donde ya no sería posible establecer similitudes más evidentes con el proyecto vasconceliano, dada la especificidad simbólica y los métodos políticos empleados durante el desarrollo del nazismo en Alemania. Sin embargo, cierran su análisis con el siguiente comentario: La confortable seguridad de las certezas de la moral y de la democracia, no sólo no garantiza nada, sino que además nos expone al riesgo de no ver venir, o regresar, aquello cuya posibilidad no se ha debido a un puro accidente de la historia. Un análisis del nazismo no debe jamás ser concebido como un simple expediente de acusación, sino más bien como una pieza en una deconstrucción general de la historia de la que provenimos.161 160 161 Ibíd., 45. Ibíd., 50-51. 69 Hasta aquí hemos mostrado suficientes aristas del proyecto vasconceliano para comprender su lógica interna, sus motivaciones, sus pretensiones y aspiraciones, con la finalidad de prevenir cualquier riesgo que caer en una incorrecta interpretación, o una falta de conocimiento sobre La Raza Cósmica, el motivo por el cual también la presente investigación ha implicado la exhaustiva reconstrucción del proyecto vasconceliano. Lo anterior pretende no hacer omisiones para proceder en lo que es nuestra interpretación desde la perspectiva biopolítica, realizada de manera análoga al análisis del nazismo por Lacoue-Labarthe y Nancy. La Raza cósmica: la construcción del mito mestizo Habiendo dedicado la primera mitad de este capítulo además de los dos anteriores a contextualizar y comprender el pensamiento de Vasconcelos, procederemos a analizar puntualmente el ensayo La Raza Cósmica, interpretando sus pasajes desde una perspectiva biopolítica. Revisaremos las tres partes por separado, comenzando tal como aparecen en el texto, es decir, la parte I. Para ello, en conjunto con la metodología vasconceliana, daremos giros concéntricos alrededor de la problemática al estilo de Ortega y Gasset, quien, propone asediar el problema como el pueblo israelita asedió la ciudad fortificada de Jericó, es decir, dando giros estratégicos alrededor del problema, donde en cada vuelta se vuelve al punto de inicio, pero con una perspectiva más completa sobre el problema general. Si bien retomaremos o volveremos a mencionar detalles sobre los textos revisados previamente, en un espíritu orteguiano en cada regreso los encontraremos renovados después del recorrido que hemos hecho alrededor del problema para recolectar perspectivas distintas a las canónicas. Tenemos pues, la primera etapa en la que Vasconcelos habrá de comenzar por la construcción del mito de la raza cósmica, al afirmar que América es lo que queda de la Atlántida: “A medida que las investigaciones progresan, se afirma que la hipótesis de la Atlántida, como cuna de una civilización que hace millares de años floreció en el continente desaparecido y en parte de lo que es hoy América.” 162 Vasconcelos comienza por situar y 162 José Vasconcelos, La raza cósmica, (México, Porrúa, 2010) p. 3. 70 delimitar geográficamente, es decir, proponer un arraigo al suelo, marcar un territorio particular donde la raza cósmica tiene sus antecedentes. Seguido de esto, aparece planteada una pregunta que de inmediato nos remite a lo mencionado por Lacoue-Labarthe y Nancy, referente a la necesidad de identidad: Si, pues, somos antiguos geológicamente y también en lo que respecta a la tradición, ¿cómo podremos seguir aceptando esta ficción inventada por nuestros padres europeos, de la novedad de un continente que existía desde antes de que apareciese la tierra de donde procedían descubridores y reconquistadores?163 Básicamente, Vasconcelos apelando a una herencia ancestral que debe unificar desde un origen a los pueblos iberoamericanos pone en duda la tradición europea y su racionalidad moderna que según él. habla sobre un continente nuevo y de reciente creación. Si bien actualmente hay discusiones o evidencia arqueológica que pretende reescribir la historia de las civilizaciones prehispánicas, no debe el lector perder de vista las señales del mito de la raza cósmica, es decir, de cómo los datos científicos son manipulados dentro del discurso con intenciones políticas. Además, aparece poco a poco el rechazo de la razón moderna y canónica, que también es un rasgo de los discursos fascistas, según pudimos aprender en el apartado anterior: La historia empírica enferma de miopía, se pierde en el detalle, pero no acierta a determinar un solo antecedente de los tiempos históricos. Huye de las conclusiones generales, de las hipótesis trascendentales, pero cae en la puerilidad de la descripción de los utensilios y de los índices cefálicos y tanos otros pormenores, meramente externos, que carecen de importancia si se les desliga de una teoría vasta y comprensiva.164 Aparecen los rasgos de rechazo al canon, a la concepción científica tradicional y la necesidad de una explicación absoluta y omniabarcante que dentro del esquema del mito nazi descrito por Lacoue-Labarthe y Nancy, son evidencia de pensamientos como el nazi. Vasconcelos inmediatamente indica que “sólo un salto de espíritu, nutrido de datos, podrá darnos una visión que nos levante por 163 164 Ibíd., 4. Ibíd., 4-5. 71 encima de la microideología del especialista.”165 Esta indicación obviamente, nos remite ya a su pensamiento filosófico, donde la razón necesita de la mística espiritual para ofrecer la certeza sobre el mundo. Siguiendo los indicios que nos llevan a ver su filosofía como soporte del discurso político dice: “Sondeamos entonces en el conjunto de los sucesos para descubrir en ellos una dirección, un ritmo y un propósito. Y justamente allí donde nada descubre el analista, el sintetizador y el creador se iluminan”166 Lo anterior dirige en un camino donde que sólo el que piense como Vasconcelos es capaz de comprender la historia en la manera correcta. Al mismo tiempo, justifica con esto Vasconcelos el paso que está a punto de dar, es decir, crear una explicación desde su perspectiva de filósofo-poeta donde el mito se alimenta de razón para dar cuenta de un pasado del continente iberoamericano que concuerda con su propuesta: Ensayemos, pues, explicaciones, no con fantasía de novelista, pero sí con una intuición que se apoya en los datos de la historia y la ciencia. La raza que hemos convenido en llamar atlántida prosperó y decayó en América. […] Al decaer los atlantes, la civilización intensa se trasladó a otros sitios y cambió de estirpes; deslumbró en Egipto; se ensanchó en la India y en Grecia injertando nuevas razas.167 Este proceso le sirve a Vasconcelos en principio para acentuar un origen majestuoso en el pasado del continente, y por otro lado, para pensar en un ancestro común que por el mestizaje y los viajes, se encuentra en todas las razas del mundo, por lo cual, el proceso de mestizaje resulta sembrado desde el pasado. Las afirmaciones son totales, no se pone en duda por el autor semejante pasado, lo cual concuerda con el esquema del mito nazi, donde se pretende, más que una explicación científica del proceso, una aceptación “mística”, una fe en la explicación más que un razonamiento. Seguido de esta explicación mítica del pasado de América, Vasconcelos procede a mencionar que en la actualidad, la posibilidad de mestizaje la debemos a la raza blanca, específicamente a los españoles e ingleses, en los cuales reside una misión de tender los puentes necesarios para el proceso de 165 Ibíd., 5. Ibíd., 5. 167 Ibíd., 5. 166 72 mestizaje: “La misión trascendental correspondió a las dos más audaces ramas de la familia europea; a los dos tipos humanos más fuertes y más disímiles: el español y el inglés.”168 Señala Vasconcelos que a pesar de la capacidad de los blancos para conquistar y trasladar su cultura, su naturaleza bélica genera profundos daños de corte moral en los pueblos conquistados. De aquí surge otro rasgo señalado por Lacoue-Labarthe y Nancy, que es este sentimiento de venganza y derrota que está presente en los pensamientos que explican el mundo a partir de un concepto único como el de raza: La derrota nos ha traído la confusión de los valores y los conceptos; la diplomacia de los vencedores nos engaña después de vencernos, el comercio nos conquista con sus pequeñas ventajas. Despojados de la antigua grandeza, nos ufanamos de un patriotismo exclusivamente nacional, y ni siquiera advertimos los peligros que amenazan a nuestra raza en conjunto. […] No sólo nos derrotaron en combate, ideológicamente también nos siguen venciendo.169 Tenemos hasta este punto, que Vasconcelos denuncia la necesidad de recuperar una identidad que los pueblos latinoamericanos han perdido durante su historia, y que tanto la razón como la ideología política que les ha sido entregada por sus conquistadores sólo les resta su identidad de raza negándoles verse como pueblos iguales entre sí. Vasconcelos comienza a dibujar una explicación de la configuración actual del mundo donde es necesaria la convicción de una cierta idea de raza, si se quiere lograr una nueva configuración que ponga solución a las injusticias de la historia, es decir, a la falta de equidad surgida de los procesos de conquista: “para no tener que renegar alguna vez de la patria misma es menester que vivamos conforme al alto interés de la raza, aun cuando éste no sea todavía el más alto interés de la Humanidad.”170 Comienza así a dibujarse el proyecto vasconceliano de la raza cósmica, pues la insistencia en la convicción de un solo concepto de raza pretende poner las bases de una gran nación latina, donde según Vasconcelos, el afán de los conquistadores ha llevado secretamente la desarticulación de dicha 168 Ibíd., 6. Ibíd., 7. 170 Ibíd., 8. 169 73 nación, por la cual, actualmente, Latinoamérica sufre su falta de identidad a la cual los mismos latinos han colaborado: Dividir, despedazar el sueño de un gran poderío latino, tal parecía ser el propósito de ciertos prácticos ignorantes que colaboraron en la Independencia, y dentro de ese movimiento merecen puesto de honor; pero no supieron, no quisieron ni escuchar las advertencias geniales de Bolívar.171 Vasconcelos señala de inmediato que una de las ventajas de los blancos ha sido estar unidos bajo una misma religión a través de la cual garantizan su identidad racial. Sin embargo, a esto le ve un defecto, pues en su afán de conservar su identidad arrasaron con las razas diferentes que los podrían enriquecer: “cometieron el pecado de destruir esas razas, en tanto que nosotros las asimilamos, y esto nos da derechos nuevos y esperanzas de una misión sin precedentes en la Historia.”172 Nuevamente aparece la explicación tanto de una historia de Latinoamérica como el anuncio de una misión con un sentido universal, ambas ligada a un concepto de raza mestiza. Prosigue Vasconcelos afirmando que: La ventaja de nuestra tradición es que posee mayor facilidad de simpatía con los extraños. Esto implica que nuestra civilización, con todos sus defectos, puede ser la elegida para asimilar y convertir a un nuevo tipo a todos los hombres. En ella se prepara de esta suerte la trama, el múltiple y rico plasma de la Humanidad futura.”173 Tenemos ahora delimitación y arraigo al suelo, sangre y suelo comprometidos con una tradición bien delimitada y situada en una Iberoamérica que ha sido conquistada por españoles y sajones, pero que lleva un concepto de raza mestiza que explica su situación y sentido en el mundo: “En el suelo de América hallará término la dispersión, allí se consumará la unidad por el triunfo del amor fecundo, y la superación de todas las estirpes.”174 Hasta el momento, tenemos el planteamiento de una explicación políticohistórica de la configuración de Latinoamérica a partir del concepto de raza mestiza, delimitado geográfica y racialmente, por un lado, en la necesidad de proseguir con el proceso de mestizaje, y por otro, a generar un nuevo tipo 171 Ibíd., Ibíd., 173 Ibíd., 174 Ibíd., 172 11-12. 14. Cursivas del texto. 14. 14-15. 74 humano que supere a las cuatro razas originales, es decir, que supere blancos, rojos, amarillos y negros, llevando en su propia sangre rasgos de cada raza, pero superados, dando identidad como mestizos a los pobladores de Iberoamérica: Y se engendrará de tal suerte el tipo síntesis que ha de juntar los tesoros de la Historia, para dar expresión al anhelo total del mundo. Los pueblos llamados latinos, por haber sido más fieles a su misión divina de América, son los llamados a consumarla. Y tal fidelidad al oculto designio es la garantía de nuestro triunfo.175 Comienza Vasconcelos, una vez que ha dado suficientes ejemplos en la historia de Latinoamérica de cómo éste es el continente propicio para este proyecto de la quinta raza o raza cósmica, a dar los indicios concretos de este mito, en tanto que comienza a buscar la identidad en el concepto de raza como explicación universal: Sean cuales fueren las opiniones que a este respecto se emitan, y aun la repugnancia que el prejuicio nos causa, lo cierto es que se ha producido y se sigue consumando la mezcla de sangres. Y es en esta fusión de estirpes donde debemos buscar el rastro fundamental de la idiosincrasia iberoamericana.176 Al igual que el mito nazi, el mito mestizo no busca su identidad en la lengua, sino en la raza, la cual es portadora y manifestación física de un tipo único que lleva en su sangre la tradición, historia y el arraigo a su pueblo latinoamericano. Valida Vasconcelos la superioridad del mestizo que se encuentra en proceso, al afirmar que En la América española ya no repetirá la Naturaleza uno de sus ensayos parciales, […] lo que de allí va a salir es la raza definitiva, la raza síntesis o raza integral, hecha con el genio y con la sangre de todos los pueblos, y por lo mismo, más capaz de verdadera fraternidad y de visión realmente universal.177 Note el lector, que además de los rasgos del mito racial que podemos ver aquí, tales como la inserción de identidad en el concepto de sangre así como el arraigo a un suelo específico, tenemos también la promesa de un sentido universal. Dicho sentido, pretende por medio de su prosa despertar la emotividad. A pesar de que en estas citas no vemos del todo la aparición de 175 Ibíd., 15. Ibíd., 16. 177 Ibíd., 17. 176 75 conceptos propios de la filosofía estética, los rasgos del pensamiento vasconceliano ya son notables en la pretensión de universalidad. Los rasgos del pensamiento vasconceliano son al mismo tiempo, los rasgos de la raza definitiva, pues esta al ser la raza síntesis, es la concretud del tipo que se propone a través del A priori estético, es decir, que esta raza en sí misma es el resultado de la convergencia de lo heterogéneo, y al mismo tiempo, es la que identifica Vasconcelos como la única con la visión universal, que es síntesis y al mismo tiempo la única capaz de sintetizar, es decir, tanto es lo heterogéneo coordinado como es la que coordina lo heterogéneo, y a su vez, la única capaz de crear en tanto que llevaría esta base artística. Sin embargo, no nos adelantemos. Retomando nuestro análisis, Vasconcelos indica que Para acercarnos a este propósito sublime es preciso ir creando, como si dijéramos, el tejido celular que ha de servir de carne y sostén a la nueva aparición biológica. Y a fin de crear ese tejido proteico, maleable, profundo, etéreo y esencial, será menester que la raza iberoamericana se penetre de su misión y la abrace como un misticismo.178 Tal es el contexto en que nos movemos que ha determinado el especial impacto de este párrafo, pues, por un lado dimensiona de manera biológica y política el discurso, es decir, le da su aspecto biopolítico al encausar el desarrollo racial, que implica una eugenesia en función de una raza mestiza definitiva, y por otro lado, tenemos de manera explícita la necesidad mística del compromiso con el discurso político. Vasconcelos ha dejado claro que es necesario abrazar su propuesta como un misticismo, como una fe, rasgo que señalaban Lacoue-Labarthe y Nancy como elemental para poder construir el mito racial y hacerlo de manera concreta, es decir, la identificación del individuo con el tipo universal que propone la concepción biopolítica y mítica de una raza única. Recapitulando, digamos que tenemos a un Vasconcelos que ha puesto en la mesa las cartas referentes a un proyecto de raza donde, el concepto de raza mestiza explica una configuración histórico-política destinada a engendrar 178 Ibíd., 17. 76 una raza definitiva en un territorio delimitado que es el continente americano, donde únicamente en los países latinos es posible dicho surgimiento, debido a que en su sangre y tradición llevan rasgos de un tipo mestizo que se hace tangible en cada individuo. Al mismo tiempo, el proceso de mestizaje sigue constante en una raza que poco a poco se concreta más, donde la biología, inteligencia, cultura y espiritualidad en conjunto, le dan el rasgo sintético que al mismo tiempo los identifica con su filosofía, pues el mestizo es materialización de la coordinación de heterogéneos y a su vez, son la raza con la capacidad de coordinar los heterogéneos y comprender el universo en su totalidad. La Raza cósmica: dibujando el fundamento estético del mito mestizo Analizando el segundo apartado de La Raza Cósmica es posible construir de manera más concreta la imagen de la mítica raza mestiza ligada a la estética. Vasconcelos en este apartado de su texto, después de una breve recolección de rasgos técnicos y culturales que cada civilización aporta a la raza síntesis, toca el tema que hace de la estética el fundamento de su raza cósmica y su posterior eugenesia estética. Señala Vasconcelos sobre la posible mezcla de razas: “quizás entre todos los caracteres de la quinta raza predominen los caracteres del blanco, pero tal supremacía debe ser fruto de elección libre del gusto y, no resultado de la violencia o de la presión económica.”179 Básicamente, el gusto, la emotividad que identifica místicamente el ritmo interior con el ritmo esencial de todas las cosas, es lo que en última instancia debe regir el proceso de mestizaje, por lo cual, la raza síntesis fundamenta su mito en la propuesta filosófica del autor. Prosigue Vasconcelos afirmando que “los caracteres superiores de la cultura y de la naturaleza tendrán que triunfar, pero ese triunfo sólo será firme si se funda en la aceptación voluntaria de la conciencia y en la elección libre de la fantasía”. 180 Tenemos pues, que el fundamento que pone en marcha el proceso de síntesis racial, de coordinación de heterogéneos concretados en los individuos nacidos dentro de la raza cósmica, es un fundamento estético, metafísico, de carácter místico, que implica la aceptación ciega, emocional, 179 180 Ibíd., 20-21. Ibíd., 21. 77 mística, de fe del a priori estético como filtro para decidir sobre las uniones concretas de parejas que engendren la siguiente generación. Pretende Vasconcelos un espacio político y social condicionado donde las futuras generaciones, tanto biológica como cultural, espiritualmente, encuentren su identidad en el fundamento del gusto, de su estética, y no simplemente de las necesidades materiales que se han visto durante la historia: En lo sucesivo, a medida que las condiciones sociales mejoren, el cruce de sangre será cada vez más espontáneo, a tal punto que no estará ya sujeto a la necesidad, sino al gusto; en último caso a la curiosidad. El motivo espiritual se irá sobreponiendo de esta suerte a las contingencias de lo físico. Por motivo espiritual ha de entenderse, más bien que la reflexión, el gusto que dirige el misterio de la elección de una persona entre una multitud.181 Tenemos pues, la identificación del individuo y de su gusto personal, con la identificación en el concepto de raza cósmica, raza mestiza, donde esta última, concreta sus fundamentos estéticos en cada una de las uniones de pareja, pues la raza síntesis es la coordinación de lo heterogéneo, y recordemos, dicha capacidad de coordinación sólo es posible vía una sensibilidad estética y mística que certifica la capacidad de entender la relación de cada cosa vía el ritmo interno y esencial. Vasconcelos piensa que si cada individuo acata este proceso las generaciones engendradas de esta manera queden certificadas por el a priori estético. La Raza cósmica: del mito estético a la materialización del tipo definitivo La tercera parte del ensayo refiere de manera más concreta a los temas de la filosofía estética, que nos permitirá ver cómo el pensamiento filosófico de Vasconcelos rige todo el proceso por el cual la raza mestiza alcanzará una dimensión concreta, es decir, nos permite ver cómo el discurso filosófico y estético terminan orientando y fundamentando el proceso por el cual la raza cósmica se ha de materializar como raza definitiva en el territorio latinoamericano.Empieza Vasconcelos de la siguiente manera: Dicha ley del gusto, como norma de las relaciones humanas, la hemos enunciado en diversas ocasiones con el nombre de la ley 181 Ibíd., 22-23. 78 de los tres estados sociales, definidos, no a la manera comtiana, sino con una comprensión más vasta. Los tres estados que esta ley señala son: el material o guerrero, el intelectual o político y el espiritual o estético.182 Encontramos aquí la denominada “ley del gusto”, que en otros términos es la ley estética. La puesta en marcha de dicha ley parte de lo material, encontrando su fundamento en la metafísica, lo intelectual que tiene sus reglas a partir de la ética y lo espiritual que se identifica con lo estético. Básicamente, se identifica la evolución del proceso de mestizaje con el proceso estético, que parte primero de una explicación de la totalidad de lo real, seguido de la puesta en marcha de la filosofía como acción y culmina en la experiencia mística del pensamiento estético. Prosigue Vasconcelos confirmando que “los tres estados representan un proceso que gradualmente nos va libertando del imperio de la necesidad, y poco a poco va sometiendo la vida entera a las normas superiores del sentimiento y de la fantasía.”183 La culminación del proyecto será alcanzar esta dimensión mística donde se acepta de modo religioso el proceder estético para encausar las acciones concretas de los individuos, donde por medio de la ley estética estos determinen las uniones y las certifiquen por gusto, el gusto fundamentado en la filosofía estética y no por la necesidad o por contingencia. Aparece el rasgo biopolítico que pretende regular desde el discurso la asociación y evolución de la masa de individuos que conforma el estado. Asociando el primer estado a lo material, donde el sincretismo cultural está determinado por la contingencia y la brutalidad, pasa Vasconcelos al segundo estado, el intelectual y político, donde observamos un distanciamiento de la racionalidad en su sentido moderno, donde se critican las uniones regidas por códigos lógicos y normas sociales convencionales: Cada caso se justifica con el dictado de la razón, reconocido como supremo de los asuntos humanos. Proceden también conforme a lógica superficial y a saber equívoco, quienes condenan la mezcla de razas, en nombre de una eugénica que, por fundarse en datos 182 183 Ibíd., 23. Ibíd., 23. 79 científicos incompletos y falsos, no ha podido dar resultados válidos.184 Procede Vasconcelos conforme a lo descrito en el mito nazi, donde se desprecia y descarta la racionalidad moderna por no ofrecer la certeza absoluta que gira alrededor de un concepto universal, que concretamente, resulta una razón científica que no permite validar de manera universal el concepto de raza mestiza que de la identidad a Iberoamérica. Señala entonces Vasconcelos la solución a la problemática derivada de la razón: En el tercer periodo, cuyo advenimiento se anuncia ya en mil formas, la orientación de la conducta no se buscará en la pobre razón, que explica pero no descubre; se buscará en el sentimiento creador y en la belleza que convence. Las normas las dará la facultad suprema, la fantasía; es decir, se vivirá sin norma, en un estado en que todo cuanto nace del sentimiento es un acierto.185 Lo anterior encuentra su fundamento completo en la filosofía estética, pues como vimos en el capítulo 2, sólo el sentimiento estético y la experiencia mística de este pueden dar la certeza. Encontramos aquí un periodo utópico regido por el principio que Vasconcelos propone en su filosofía, donde los individuos se moverán por la mística abrazada del sentimiento estético para consumar sus uniones y engendrar, de manera concreta, viva, biológica y espiritualmente, una generación más cercana que la anterior al tipo ideal de la raza definitiva. Es un discurso biopolítico dado que pretende regular la creación de vida desde un fundamento metafísico. Propone Vasconcelos un periodo donde la regla es el sentimiento propio, es decir, que la raza definitiva encuentra validez inmediata y constante de todos sus actos concretos en sí misma, “más allá del bien y del mal, en el mundo del pathos estético,”186 lo que le pone como moralmente superior sobre otras razas, menos completas, que no cargan en su propia sangre la capacidad de coordinación de lo heterogéneo. La afectación de las cosas, es decir, la capacidad de influir el entorno, viene ahora dada por esta vida estética, pues “vivir en pathos, sentir por todo una emoción tan intensa, que el movimiento de 184 Ibíd., 24. Ibíd., 24. 186 Ibíd., 24. 185 80 las cosas adopte ritmos de dicha,”187 implica, como recordamos, que la esencia misma de la realidad es reinterpretada por los individuos que son capaces primero, por gusto, de encontrar la similitud de su ritmo esencial con el ritmo esencial de las cosas, y en segundo, por medio de su capacidad poéticocreadora, de alterar dichas esencias, llegando a esa transmutación estética que se describió en el capítulo 2. Vasconcelos ahora hace explícito el rasgo que nos permite entender cómo el mito mestizo se convierte en acto concreto, es decir, que se materializa el tipo ideal de su raza definitiva y queda situado en un suelo, ligado por sangre a una raza con una misión concreta de depuración biológico-cultural y política: “Si reconocemos que la Humanidad gradualmente se acerca al tercer periodo de su destino, comprenderemos que la obra de fusión de las razas se va verificar en el continente iberoamericano, conforme a la ley derivada del goce de las funciones más altas. Las leyes de la emoción, la belleza y la alegría regirán la elección de parejas, con un resultado infinitamente superior a la de esa eugénica fundada en la razón científica, que nunca mira más que la porción menos importante del suceso amoroso. Por encima de la eugénica científica prevalecerá la eugénica misteriosa del gusto estético.”188 Hasta aquí, podemos reconstruir lo siguiente: Vasconcelos está proponiendo un periodo utópico donde el Estado se constituya de individuos dotados de una sensibilidad estética de corte místico que valide y regule su capacidad de asociación emocional y biológica para engendrar individuos depurados tanto biológica, intelectual y espiritualmente. Esta depuración consiste en ser constituidos de los mejores rasgos de las diversas razas que en el proceso se han quedado cortas. El fundamento de las uniones, así como su normatividad y regulación les es inherente a cada individuo concebido y surgido durante y a partir del proceso que denomina Vasconcelos en su filosofía como a priori estético, mediante el cual, se fundamente metafísicamente que cada individuo mestizo es la materialización de un tipo nuevo y definitivo de raza, la cual se conforma de individuos altamente sensibilizados para comprender, coordinar los 187 188 Ibíd., 25. Ibíd., 25-26. 81 elementos esenciales de la realidad, así como influirlos y crear de manera certera la explicación y el sentido universal. Prosigue Vasconcelos y afirma: Los muy feos no procrearán, no desearán procrear, ¿qué importa entonces que todas las razas se mezclen si la fealdad no encontrará cuna? La pobreza, la educación defectuosa, la escasez de tipos bellos, la miseria que vuelve a la gente fea, todas estas calamidades desaparecerán del estado social futuro.189 En semejante afirmación, tenemos claro un proyecto, donde a través del a priori estético se tiene que dar forzosamente un paso de lo teórico, de la metafísica de la propuesta estética a la materialidad de la sangre y el suelo, de la raza mestiza que ya cuenta con un discurso que le permite legislar sobre algo tan personal e íntimo como la unión marital. Al afirmar que los feos desearán procrear está proponiendo, que en la creencia ciega y mística del proyecto de la raza cósmica, los individuos que cuyos ritmos esenciales no alcanzan a entrar en sintonía con algo superior deberán apartarse del camino, básicamente, pierden su derecho a la procreación. Pero no termina la aseveración aquí: Se verá entonces repugnante, parecerá un crimen el hecho hoy cotidiano de que una pareja mediocre se ufane de haber multiplicado miseria. El matrimonio dejará de ser consuelo de desventuras, que no hay por qué perpetuar, y se convertirá en una obra de arte.190 Proponer, aún como recurso retórico que se criminalice la unión de los “feos”, como los llama Vasconcelos, implica de algún modo la regulación Estatal del matrimonio, en aspectos no sólo de literatura civil, sino en aspectos estéticos. La implicación del párrafo es muy delicada, pues implica un discurso biopolítico donde el Estado regula estéticamente quienes tienen derecho a procrear y quiénes no. El discurso biopolítico preventivo donde la vida se regula aún antes de ser creada se combina con la exigencia de Vasconcelos de tener fe en su propuesta de raza mestiza definitiva, prometiendo esta sociedad utópica. La ley del gusto, la ley estética, responde de manera muy individual según lo hemos visto en el capítulo 2, lo cual implica que la raza definitiva, la raza cósmica es la única capacitada. En otros términos, digamos que la 189 190 Ibíd., 26. Ibíd., 26. 82 capacidad estética definitiva de acceder a este mundo de coordinación de heterogéneos sólo le viene dada a esta raza cósmica por derecho de nacimiento, y ellos, al ser la materialización del sueño son en esencia sensibles estéticamente. Prosiguiendo con el análisis, tenemos que este proceso depende de la educación: Tan pronto como la educación y el bienestar se difundan, ya no habrá peligro de que se mezclen los más opuestos tipos. Las uniones se efectuarán conforme a la ley singular del tercer periodo, la ley de simpatía, refinada por el sentido de belleza.191 Recordando el capítulo 2, tenemos que un filósofo-poeta, un artista de la coordinación, debe estar informado y conocer de todo, además de tener una capacidad sensible. La educación juega un papel fundamental aquí, pues a través de esta van apareciendo los rasgos que identifican a los mestizos. Vasconcelos realizó en el primer y segundo apartado del ensayo el recorrido histórico-político de Latinoamérica, en donde, además de construir el mito de la raza cósmica, también ha elogiado los logros de la técnica y se ha quejado de la visión corta e ignorante de los pueblos. En este futuro utópico del tercer periodo estético, Vasconcelos ve un mundo mejorado donde la humanidad ha alcanzado un punto de superioridad biológica, intelectual y espiritual: “la especie entera cambiará de tipo físico y de temperamento, prevalecerán los instintos superiores, y perdurarán, como en síntesis feliz, los elementos de hermosura, que hoy están repartidos en los distintos pueblos.”192 Es un proyecto que tiene como meta por un lado, un proceso de perfeccionamiento constante, pero por otro lado, recordando las características del pensamiento estético, materializar en el tipo nuevo de individuo concreto los rasgos estéticos, es decir, despertar el sentimiento y la creencia de que los individuos encarnan el mito del mestizo estético, y que sólo en el suelo latinoamericano es posible. El proceso biológico es regido por el a priori estético, es decir, en el tercer periodo que propone Vasconcelos el discurso político queda fundamentado en su filosofía estética y encuentra su materialización en la progenie de cada generación de mestizos latinoamericanos: 191 192 Ibíd., 26. Ibíd., 26. 83 La procreación por amor es ya un buen antecedente de progenie lozana; pero hace falta que el amor sea en sí mismo una obra de arte, y no un recurso de desesperados. Si lo que se va a transmitir es estupidez, entonces lo que liga a los padres no es amor, sino instinto oprobioso y ruin.193 El discurso imperante queda subsumido a la propuesta estética, donde las generaciones siguientes ya no son procreadas por racionalidad, instinto o cualquier otra característica previa, sino que se pretende que el proceso entero sea regido estéticamente: “eligiendo en seguida, no con la reflexión, sino con el gusto, las cualidades que deseamos hacer predominar, los tipos de selección se irán multiplicando, a medida que los recesivos tenderán a desaparecer.”194 Lo anterior implica que, bajo el reinado del pensamiento estético, el Estado latinoamericano tendría que funcionar de manera completa bajo la ley del gusto, y esta ley, termina siendo un discurso biopolítico que orienta el proceso de extinción de las razas previas, pretendiendo una raza única: Ninguna raza contemporánea puede presentarse por sí sola como un modelo acabado que todas las otras hayan de imitar. El mestizo y el indio, aun el negro, superan al blanco en una infinidad de capacidades propiamente espirituales. No en la antigüedad, ni en el presente, se ha dado jamás el caso de una raza que se baste a sí misma para forjar civilización. Las épocas más ilustres de la Humanidad han sido, precisamente, aquellas en que varios pueblos disímiles se ponen en contacto y se mezclan.195 Vasconcelos indica después de estas afirmaciones que el tiempo le dará la razón, pues sólo a través de las diversas generaciones que se conciban bajo esta ley estética, es como se podrá ver el resultado deseado: Sólo una prolongada experiencia podrá poner de manifiesto los resultados de una mezcla realizada, ya no por la violencia ni por efecto de la necesidad, sino por elección, fundada en el deslumbramiento que produce la belleza, y confirmada por el pathos del amor.196 Habiendo dejado claro cómo opera el proceso de superación racial, Vasconcelos retoma el rumbo de la creación del mito mestizo, es decir, vuelve al discurso político donde la búsqueda de un sentimiento nacionalista del latinoamericano surja, en este caso, al condenar la filosofía occidental tradicional, que según él, trae la visión opresora del vencedor más fuerte: “Pero 193 Ibíd., Ibíd., 195 Ibíd., 196 Ibíd., 194 26. 27. 28. 28. 84 esta ciencia que llegó a invadirnos junto con los artefactos del comercio conquistador, se combate como se combate todo imperialismo, poniéndole enfrente una ciencia superior, una civilización más amplia y vigorosa.”197 A unas páginas de finalizar el ensayo, surgen de nuevo los rasgos del mito mestizo, es decir, del discurso biopolítico que genera explicaciones universales a partir del concepto de raza, primero, señalando que la lucha de independencia quedó incompleta, pues le faltó su etapa intelectual: “La rebelión de las armas no fue seguida de la rebelión de las conciencias.”198 Sigue en el discurso terminando de armar la estructura mítica, indicando la necesidad de un pensamiento ligado a la raza mestiza en oposición a la racionalidad del conquistador, con la intensión nuevamente, de dar el paso de la metafísica a la materia, lo cual además, es congruente con el propósito estético de su pensamiento filosófico, el cual tiene por objetivo trasmutar lo material en divino vía la experiencia mística estética: Pero ahora que se inicia una nueva fase de la Historia, se hace necesario reconstituir nuestra ideología y organizar conforme a una nueva doctrina étnica toda nuestra vida continental. Comencemos entonces haciendo vida propia y ciencia propia. Si no se liberta primero el espíritu, jamás lograremos redimir la materia.199 Habiendo destacado Vasconcelos los fundamentos generales de su mito mestizo, procede a señalar que el amor es el rasgo fundamental de la quinta raza. Recuérdese que en el pensamiento estético, el amor como concepto es la sublimación de la belleza, es la experiencia estético-mística de la cohesión del universo que coordina los heterogéneos, y que a su vez, bien asimilada, puede crear las imágenes verdaderas de la totalidad, lo que a su vez, permite al individuo en calidad de filósofo-poeta, trasmutar lo material en divino: “Este amor será uno de los dogmas fundamentales de la quinta raza, que ha de producirse en América. El cristianismo liberta y engendra vida, porque contiene revelación universal, no nacional.”200 Nuevamente, la identificación del individuo mestizo, de la raza mestiza con la explicación y la esencia metafísica del discurso, tendiendo a una 197 Ibíd., Ibíd., 199 Ibíd., 200 Ibíd., 198 29. 29. 30. 30. 85 explicación universal. Sin embargo, señala Vasconcelos una diferencia importante en cuanto a los otros mitos centrados en la raza, pues lejos de distanciarse de las razas diferentes, este se encuentra abierto para recibirlas en el suelo que defiende como suyo: Así ocurriría si no sabemos ofrecer hogar y fraternidad a todos los hombres; entonces otro pueblo servirá de eje, alguna otra lengua será el vehículo; pero ya nadie puede contener la fusión de las gentes, la aparición de la quinta era del mundo, la era de la universalidad y el sentimiento cósmico.”201 Obviamente, la advertencia es primero para señalar que la misión de vivir estética, divinamente podría ser dada a otro pueblo, y en segundo, porque no puede haber mestizaje sin diferencia. Vasconcelos advierte la posibilidad de atacar su propuesta reduciéndola a un mero exhorto nacionalista, por lo cual afirma: La doctrina de formación sociológica, de formación biológica que en estas páginas enunciamos, no es un simple esfuerzo ideológico para levantar el ánimo de una raza deprimida, ofreciéndole una tesis que contradice la doctrina con que habían querido condenarla sus rivales. Lo que sucede es que a medida que se descubre la falsedad de la premisa científica en que descansa la dominación de las potencias contemporáneas, se vislumbran también, en la ciencia experimental misma, orientaciones que señalan un camino ya no para el triunfo de una raza sola, sino para la redención de todos los hombres.202 Note el lector que no niega de manera definitiva la intensión de levantar el ánimo de una raza, pero sí afirma que no es un simple esfuerzo. Como hemos visto hasta ahora, es un esfuerzo bastante complicado y arduo, que implicó la construcción de la filosofía completa para fundamentar un pensamiento que rechaza la noción de validez occidental basada en la Razón y la lógica para buscar en el sentimiento y la mística la certeza de la concepción de la Totalidad y cómo, a partir de esta noción de totalidad, regir los actos concretos de los individuos. Al mismo tiempo, la búsqueda en recursos científicos está cuidadosamente revisada, como muchos pensamientos de este tipo, para favorecer a los intereses del discurso: 201 202 Ibíd., 31. Ibíd., 31. 86 La ley de Mendel, particularmente cuando confirma «la intervención de factores vitales en la rueda motriz físico-química», debe formar parte de nuestro nuevo patriotismo. Pues de su texto puede derivarse la conclusión de que las distintas facultades del espíritu toman parte en los procesos del destino.203 Vasconcelos pone un escenario donde los rasgos que pasarán a las siguientes generaciones ya no dependerán de una elección basada en la violencia de la irracionalidad, sino que los factores vitales antes mencionados dependerán de criterios estéticos. A pocos párrafos de concluir señala que En el nuevo orden, por su misma ley, los elementos perdurables no se apoyarán en la violencia, sino en el gusto, y, por lo mismo, la selección se hará espontánea, como lo hace el pintor cuando de todos los colores toma sólo los que convienen a su obra.204 Emplear la imagen del pintor no sólo es una metáfora, sino que hace referencia a la capacidad artística del filósofo-poeta como coordinador de heterogéneos, interpretación válida, si tomamos en cuenta que Vasconcelos habla de que el nuevo orden, el orden en el que habita la raza definitiva, es el orden estético. Descartando la violencia, tampoco la razón puede regir este periodo de perfección, pues para Vasconcelos, la razón carece de la capacidad dinámica y sensible que valide los actos morales: Pues la razón, la pura razón, puede reconocer las ventajas de la ley moral, pero no es capaz de imprimir a la acción el ardor combativo que la vuelve fecunda. En cambio la verdadera potencia creadora de júbilo está contenida en la ley del tercer período, que es emoción de belleza y un amor tan acendrado que se confunde con la revelación divina. Propiedad de antiguo señalada a la belleza, por ejemplo, en el Fredo(sic), es la de ser patética; su dinamismo contagia y mueve los ánimos, transforma las cosas y el mismo destino.205 Nuevamente, la belleza es el camino, y por ende, el pensamiento estético es el fundamento que da validez y sentido a la raza mestiza, la cual es esencialmente estética, al ser la materialización del tipo, y eso la certifica para ser la encomendada para llevar a cabo la misión: La raza más apta para adivinar y para imponer semejante ley en la vida y en las cosas, ésa será la raza matriz de la nueva era de 203 Ibíd., 32. Ibíd., 32. 205 Ibíd., 33. 204 87 civilización. Por fortuna, tal don necesario a la quinta raza, lo posee en grado subido la gente mestiza del continente iberoamericano; gente para quien la belleza es la razón mayor de toda cosa.206 Hasta aquí, si había alguna posibilidad de duda en cuanto a la construcción de un mito mestizo, donde sólo el mestizo pudiese llevar a cabo la tarea, Vasconcelos la elimina al indicar claramente qué raza es la escogida. Es la raza mestiza la que habrá de divinizar lo material: Una fina sensibilidad estética y un amor de belleza profunda, ajenos a todo interés bastardo y libre de trabas formales, todo eso es necesario al tercer período impregnado de esteticismo cristiano que sobre la misma fealdad pone el toque redentor de la piedad que enciende un halo alrededor de todo lo creado.207 Casi para finalizar con nuestro análisis biopolítico del discurso del mito mestizo, recordemos la imitación de los griegos, es decir, la búsqueda de fundamento vía la imitación de una cultura antigua, de un origen común a todas las razas, pero imitada de manera distinta: Si contemplamos el proceso en panorama, nos encontraremos con las tres etapas de la ley de los tres estados de la sociedad, vivificadas, cada una, con el aporte de las cuatro razas fundamentales que consuman su misión, y en seguida desaparecen para crear un quinto tipo étnico superior. Lo que da cinco razas y tres estados, o sea el número ocho, que en la gnosis pitagórica representa el ideal de la igualdad de todos los hombres. Semejantes coincidencias o aciertos sorprenden cuando se les descubre, aunque después parezcan triviales.208 Al igual que en otras construcciones filosóficas, Vasconcelos también imita a los griegos, pero, recordando el esquema de Lacoue-Labarthe y Nancy, la explicación racial que recurre a las raíces griegas necesita interpretarlos de manera distinta, de ahí, que se interprete un fundamento pitagórico basado en el ritmo y la sensibilidad estética, más que en la tradición que estudia un Pitágoras matemático. Vasconcelos deja en segundo plano al Pitágoras matemático, pues la matemática se puede enseñar universalmente, mientras que la sensibilidad mística completa es exclusiva del mestizo en el esquema de raza cósmica. 206 Ibíd., 33-34. Ibíd., 34. 208 Ibíd., 35. 207 88 Finaliza Vasconcelos el ensayo señalando la construcción del Palacio de Educación Pública en México, el cual, lleva materializadas a través del arte que adorna sus paredes todos los principios que no se detallan en el ensayo de manera profunda pero que sí aparecen en su propuesta filosófica, con la intensión de hacer patente su proyecto, o en sus palabras “para indicar que, mediante el ejercicio de la triple ley, llegaremos en América, antes que en parte alguna del globo, a la creación de una raza hecha con el tesoro de todas las anteriores, la raza final, la raza cósmica.”209 El mito mestizo: La Raza Cósmica como eugenesia estética. Después de haber realizado una extensa revisión prácticamente, página por página, de los diversos temas y caminos por los que Vasconcelos transita en su ensayo La Raza Cósmica, podemos ofrecer una breve síntesis de la propuesta contenida en la raza cósmica como una propuesta de eugenesia estética, la cual espera suplante a la eugénica basada en la razón científica moderna: “Por encima de la eugénica científica prevalecerá la eugénica misteriosa del gusto estético.”210 La lectura de La Raza Cósmica como eugenesia estética sin embargo no es del todo una novedad, pues en 1931 Hermann Keyserling en sus Meditaciones sudamericanas ya caracteriza la propuesta vasconceliana como eugenesia. Con lo anterior queremos denotar que a pesar de haber sido advertido con anterioridad el detalle de que la propuesta vasconceliana es una eugenesia, que nosotros llamamos eugenesia estética, este detalle ha sido pasado por alto o no ha sido adecuadamente abordado. Lamentablemente, no ha sido posible conseguir un ejemplar físico o digital de dicho texto, por lo cual, reproducimos aquí el fragmento de las Meditaciones sudamericanas contenido en la biografía de Vasconcelos realizada por Joaquín Cárdenas Noriega: …Pero el pensador más representativo es el mexicano José Vasconcelos, el cual quiere cimentar en el placer y en el antojo la futura civilización integral por él esperada. A su juicio, el gusto acabará por conducir un día incluso a una eugenesia bien entendida. Los feos acabarán por no querer reproducirse. Vasconcelos distingue tres periodos. El primero habría sido la era materialista o guerrera; a ésta siguió la época intelectual y jurídica (sic); pero la meta estaría en 209 210 Ibíd., 35. Ibíd., 26. 89 el periodo espiritual o estético. El tercer periodo corresponde a la concepción emotiva de la vida… Será regido por el sentido estético, el resentimiento inefable… En él, la conducta de los hombres no se orientará ya por la pobre razón que explica pero no descubre, sino por la emoción creadora y por la alegría persuasiva…211 Este breve fragmento de las Meditaciones sudamericanas para nada está en desacuerdo con los resultados de nuestra investigación. Cárdenas Noriega lo ha reproducido de igual manera, en una recolección de comentarios a la obra de Vasconcelos, así que si bien no afirma o niega de manera explícita, reproducir el comentario le atribuye cierta aceptación tanto dentro del canon como en nuestra investigación. Sin embargo, y retomando el punto específico, después del extenso análisis, no sólo en este capítulo, sino el camino que nos condujo desde la introducción hasta este punto, hemos llamado eugenesia estética a la propuesta de Raza Cósmica de Vasconcelos en base a que cumple con todos los rasgos de un pensamiento de corte político-histórico que, en función de un concepto único como el de raza, en este caso, raza mestiza, pretende dar respuesta definitiva a la problemática social de la población iberoamericana. Este discurso eugenésico se fundamenta en la estética, sistema filosófico de Vasconcelos, el cual no se define de manera explícita en La Raza Cósmica, ni es explicado a cabalidad, pero que sí juega un papel importante en el discurso político. Lo que ha hecho Vasconcelos por medio de su método de la coordinación, es construir una filosofía que abarca una metafísica, una ética o filosofía de la acción, y una estética que culmina en una mística, donde pretende explicar la totalidad de lo real a través un método que él denomina a priori estético. Esta metodología consiste en apelar de manera fundamental a la sensibilidad estética, la cual resulta ser mística y el dato certero que ofrece se valida directamente en la experiencia concreta del sujeto que estudia y comprende el objeto. Sin embargo, para que este proceso funcione, requiere que el sujeto cuente con una sensibilidad espiritual única que le faculta para percibir un ritmo energético esencial interior y propio, que a su vez se mueve al 211 Fragmento de las Meditaciones sudamericanas escrito por Hermann Keyserling, en Joaquín Cárdenas Noriega, José Vasconcelos, caudillo cultural, (México, Universidad José Vasconcelos de Oaxaca, 2002) p. 235. 90 mismo compás que el ritmo esencial de los objetos exteriores, lo que le permite coordinar los elementos racionales, volitivos, sensoriales y espirituales para construir una imagen total de la realidad o el objeto a comprender. Dado que la propia experiencia mística certifica y valida el conocimiento que se puede obtener de los datos del mundo, el filósofo que ha seguido el método de la coordinación puede comprender de manera sintética cómo se relacionan los heterogéneos, y a su vez, puede construir una explicación completa de la totalidad de lo real, que a su vez, divinice el objeto comprendido. Esto trasladado a una ética o filosofía de la acción, implica que cada uno de los actos concretos en los diversos aspectos vitales del individuo y de la sociedad en la que se mueve deben estar regidos por esta capacidad última de percibir lo bello y coordinar los heterogéneos de acuerdo a una estética. En el campo del discurso político, surge un pensamiento biopolítico que pretende regular biológica, intelectual y espiritualmente la herencia de los caracteres de cada pareja para crear nuevas generaciones que superen a la anterior mediante la síntesis de los rasgos superiores de cada uno de sus padres. Es decir, que la eugenesia estética de Vasconcelos pretende por un lado, superar la racionalidad tradicional, las concepciones darwinianas de la prevalencia del más fuerte, y cualquier otro dato lógico o científico que nuestro autor tilde de contingente o falto de espiritualidad, para dar paso a un discurso rector donde por la capacidad sensible del gusto, las uniones matrimoniales certifiquen la calidad del producto, y con ello, aseguren un Estado futuro más cercano al ambiente de paz, amor y bienestar que pretende vaticinar. Es una procuración de la vida y la buena salud de un Estado utópico, donde por medio de un discurso de prevención de la enfermedad, se pretende eliminar en cada ciclo generacional el tejido dañado por el pensamiento y la fragmentada identidad heredada del pensamiento racional occidental. De ahí que podemos caracterizarle bien como discurso biopolítico y como eugenesia. El discurso, sin embargo, termina por caer en la construcción de un mito mestizo, similar al esquema del mito nazi expuesto por Lacoue-Labarthe y Nancy. Es una construcción mítica, no en el sentido de que carezca de 91 elementos racionales, filosóficos o científicos, sino que es un mito en el sentido de que pretende ofrecer una explicación definitiva, que no se ponga en duda, y que a última instancia, demande la aceptación ciega, mística y la fe de cada uno de los individuos que componen el tejido social del Estado. Cumple con la estructura del mito en los rasgos determinantes, como lo son la imitación de los griegos como cultura de origen, pero reinterpretando de manera singular y exclusiva para su raza el pensamiento antiguo; rechaza la tradición y la racionalidad moderna por su falta de explicación, y porque además, la racionalidad explica de manera universal y general las cosas, impidiendo exaltar una identidad social específica. Del mismo modo, construye una identidad racial que explica los procesos histórico-políticos desde una antigüedad mitificada, en este caso la Atlántica, como germen de un proceso que lleva a una situación específica que debe unir a una raza común. Asocia y delimita la capacidad superior de consumar una misión última de unificación humana a una sola raza, a través de su sangre, en tanto que se habla de eugenesia, y de su suelo, al delimitar las posibilidades de concretar el proyecto en un delimitado espacio geográfico, en este caso, Iberoamérica. Así mismo, la construcción del sistema filosófico da una serie de características de cómo debe ser el sujeto que comprende la realidad, en este caso, el filósofo-poeta, y a partir de esta concepción, genera un tipo ideal de sujeto que queda plasmado y materializado en cada individuo perteneciente a dicha raza mestiza. A continuación, se señala la misión del mestizo iberoamericano que consiste en lograr la consumación del periodo estético, y su contraparte política, es decir, lo que tendría que motivar tanto un aparato estatal que catalice el proceso, así como una ética y moral que conduzca la vida de los individuos, resulta en un discurso que apuesta por la educación. Esta insistencia en la educación y la creencia de que sólo a través de esta se consumará dicha eugenesia lleva a Vasconcelos a depositar su fe en el aparato estatal que le fue encomendado, de ahí, que haya procurado plasmar la simbología necesaria en el edificio, pues de algún modo, se crea un “templo” a esta experiencia mística de la existencia estética. 92 Conclusiones del capítulo Todo el esfuerzo por explicar el mito mestizo que representa la raza cósmica nos ha traído hasta este punto, y nuevamente, queremos recordar al lector, que a pesar de que el propósito del presente texto es demostrar que existe una eugenesia estética deliberadamente construida con un espíritu nacionalista, y que obtiene su fundamento del pensamiento vasconceliano, no debe demeritar el esfuerzo del autor oaxaqueño por construir un pensamiento que responda a las interrogantes que a su juicio las otras filosofías no han podido explicar o no explican de manera particular. La propuesta filosófica de Vasconcelos es muy rica, y como hemos visto en el capítulo 2, al margen de su aplicación política, pretende dar cuenta de una dimensión espiritual y mística, sentimental y emocional que también puede ofrecer certeza en términos científicos, cuyo esfuerzo y resultado es muy poco común, sobre todo en habla hispana. La puesta en marcha de dicha filosofía decanta en una aplicación práctica que tarde o temprano lleva a la eugenesia estética, dado que parte de sus fundamentos implican una ética, y es lo que nos ha motivado a la presente investigación, no con el afán de atacar o desechar un pensamiento como el método de la coordinación, sino por el contrario, revisarlo más a detalle, estudiarlo con profundidad y cuidado para evitar los excesos políticos que podría implicar un esquema mítico racial que en su estructura simpatiza y es muy similar a otros esquemas que han alcanzado su materialización causando serios estragos en la humanidad. Es por ello que en el siguiente y último capítulo, hablaremos de las implicaciones racistas del proyecto vasconceliano, así como de los intentos de llevarlo a la práctica, sin dejar de atender el periodo de simpatía con el nazismo que ha manchado la reputación de Vasconcelos. 93 CONCLUSIONES: LAS IMPLICACIONES PRÁCTICAS EN LA CONSTRUCCIÓN DEL MITO MESTIZO Queda ya poco camino por recorrer en la presente investigación, de la cual, nuestro cuarto capítulo se dedica a tratar el tema de la materialización del mito mestizo, es decir, de las implicaciones prácticas que tiene la propuesta vasconceliana, y de cómo estas, decantan entre otras cosas, a prácticas racistas que en el espacio democrático actual, encontramos inviables, por no decir inaceptables. Dichos indicios de racismo en La Raza Cósmica serán recuperados en el apartado 4.1, seguido de apartado 4.2 donde expondremos evidencias que hemos encontrado de que efectivamente el autor trató de llevar a cabo su proyecto; en 4.3 abordaremos el tema de la simpatía con el nazismo que Vasconcelos tuvo durante unos años y los problemas sociales que esto ha originado para que, finalmente en 4.4 demos las conclusiones finales a nuestra investigación. Durante el transcurso de esta investigación, hemos analizado cuidadosamente los fragmentos de la obra, interpretando desde diversas perspectivas cada uno de los detalles expuestos. Hemos partido de una perspectiva general del autor y su propuesta, para pasar a las generalidades de su metafísica estética, y volver nuevamente a la Raza Cósmica con una perspectiva fundamentada desde su filosofía. Esta recolección de indicios y señales nos ha hecho recorrer un camino en espiral, sin perder la perspectiva del problema. Tal como el asedio a Jericó, en un espíritu orteguiano, hemos dado vueltas a la problemática de la Raza Cósmica varias veces, acercándonos a la problemática biopolítica en cada giro concéntrico que hemos dado sobre esta, partiendo de lo más general y canónico a lo más esencial del planteamiento. Nuestro camino en este sentido ha rendido frutos, pues tanto hemos podido hacer un análisis extenso de la propuesta eugénica de José Vasconcelos contenida en la Raza Cósmica, como ir más allá del ensayo, para presentar en este capítulo de cierre, los intentos del autor por concretar su proyecto de raza superior, que hemos recuperado a partir de la revisión de los documentos que recuperan el paso de Vasconcelos por las instituciones que 94 tuvo a su cargo, así como el impacto que ha tenido su proyecto racial hasta la actualidad. Racismo y la Raza Cósmica A pesar de que La Raza Cósmica propone un estado ideal utópico donde las razas e individuos se relacionen a través de un espíritu amoroso y alcancen un estado de bienestar, tiene implicaciones racistas serias al proponer que ciertos estratos sociales, aún dentro de los mestizos, resultan indeseables, miserables o “feos”, tanto a nivel biológico como existencial. La fealdad aquí no es sólo entendida en términos materiales o plásticos, sino también intelectuales y espirituales, la cual podemos definir plotiniamente como la lejanía que tiene un individuo u objeto para con la belleza, así como la carencia o la incapacidad en mayor grado de experimentar místicamente el sentimiento estético que le permite identificarla. En pocas palabras, a menor superación racial, biológica, intelectual, espiritual, etcétera, mayor es el grado de fealdad de una raza o individuo concreto. Iniciemos señalando que tacha de indeseables o dignos de desaprobación y censura a los que existencialmente son inferiores y pierden el derecho de relacionarse y procrear: Actualmente, en parte por hipocresía y en parte porque las uniones se verifican entre personas miserables dentro de un medio desventurado, vemos con profundo horror el casamiento de una negra con un blanco; no sentiríamos repugnancia alguna si se tratara del enlace de un Apolo negro con una Venus rubia, lo que prueba que todo lo santifica la belleza.212 De principio, parece disminuida la gravedad de lo que se considera feo, aunque sigue implicando la desaprobación de la unión libre entre ciudadanos, pues a pesar de que, dentro de un espacio social y político donde a cada ciudadano dentro de un estado se le garantiza la capacidad de elegir libremente su pareja, el discurso eugénico estético le restringe: En cambio, es repugnante mirar esas parejas de casados que salen a diario de los Juzgados o los templos, feas en una proporción, más o menos, del noventa por ciento de los contrayentes. El mundo 212 José Vasconcelos, La raza cósmica, (México, Porrúa, 2010) p. 26. 95 está así lleno de fealdad a causa de nuestros vicios, nuestros prejuicios y nuestra miseria.213 Curioso y singular detalle de la eugenesia estética, donde se identifica el enemigo dentro del tejido social en los feos. El racismo hasta aquí no es tan evidente, pues sólo afecta a un estrato de la población. No queda claro el ataque o desprecio de una raza específica, pero sí de un tipo de humano que no es deseable para el Estado futuro. En cambio, la idea de eugenesia le garantiza de inicio, el derecho de unión y apropiación a los mestizos surgidos a partir del criterio de belleza y los principios tan ampliamente comentados en la presente investigación. Básicamente, el derecho a disfrutar en plenitud del bienestar y la paz del tercer periodo, que se rige por la estética, le viene dado al mestizo por derecho de nacimiento, según viva y manifieste su capacidad de experimentar y regirse estéticamente por la belleza, así como ser producto de ella: La procreación por amor es ya un buen antecedente de progenie lozana; pero hace falta que el amor sea en sí mismo una obra de arte, y no un recurso de desesperados. Si lo que se va a transmitir es estupidez, entonces lo que liga a los padres no es amor, sino instinto oprobioso y ruin.214 El desprecio por la contingencia de las uniones es motivo suficiente en este esquema para despreciar y tildar de inferior, de feo o repugnante a un grupo de individuos. Esto no les permite salir de su condición, pues la sensibilidad estética no es posible de aprehenderse o desarrollarse más allá de lo que está esencialmente en el individuo, de ahí que sea elitista la raza cósmica. Lo más que le queda al elemento indeseable es apartarse del proceso de mestizaje, o si en dado caso tiene algún rasgo que merezca prevalecer, deberá buscar una unión que garantice una mejora. Ahora, entrando en concreto en el tema del racismo, y no sólo en el desprecio aún de los propios mestizos, tenemos fragmentos del ensayo donde incluso ciertas razas se consideran menos aceptables que otras, es decir, son tipos bajos y primitivos que se vaticina deberán desaparecer por tener tan poco qué aportar a la raza definitiva, o en otras palabras, son considerados feos en tipo y por ello no durarán: ”Los tipos bajos de la especie serán absorbidos por 213 214 Ibíd., 26. Ibíd., 26. 96 el tipo superior. De esta suerte podría redimirse, por ejemplo, el negro, y poco a poco, por extinción voluntaria, las estirpes más feas irán cediendo el paso a las más hermosas."215 Tenemos pues, que una raza como la negra no es deseable en el futuro. Implicaría que a cualquier individuo de raza negra en el tercer periodo se le negaría de inmediato su capacidad de reproducirse, de asociarse y engendrar con un mestizo, pues el producto sólo se alejaría de la divina belleza. Del mismo modo, si la verdad y la certificación le viene dada a cada individuo por la ley del gusto, el desprecio de lo que se considera feo, y su posterior rechazo social también queda certificado en el Estado utópico del tercer periodo: Uniones fundadas en la capacidad y la belleza de los tipos, tendrían que producir un gran número de individuos dotados con las cualidades dominantes. Eligiendo en seguida, no con la reflexión, sino con el gusto, las cualidades que deseamos hacer predominar, los tipos de selección se irán multiplicando, a medida que los recesivos tenderán a desaparecer. Los vástagos recesivos ya no se unirían entre sí, sino a su vez irían en busca de mejoramiento rápido, o extinguirían voluntariamente todo deseo de reproducción física.216 Si bien parece que el gusto es un aspecto subjetivo y personal, recuerde el lector que la capacidad de juzgar estéticamente sólo es subjetiva en su aspecto místico, mas es fuente de conocimiento válido en cuanto supone la identificación de la esencia del individuo con el todo, o en otras palabras, sólo cuando lo exterior se identifica con lo interior es que algo puede considerarse bello, y por lo tanto, provoca la emoción del gusto. De ahí, que si Vasconcelos está indicando en la cita anterior que “queremos hacer predominar” ciertos rasgos o cualidades, la ley del gusto que impregna el ambiente del utópico tercer periodo al final se doblega a la voluntad del sistema que se rige bajo el método del a priori estético. Ello le lleva a vaticinar que el cambio, la superación racial también implicará un cambio intelectual, que repercutirá en el aspecto biológico y social de la humanidad: La conciencia misma de la especie irá desarrollando un mendelismo astuto, así que se vea libre del apremio físico, de la ignorancia y la miseria, y de esta suerte, en muy pocas generaciones 215 216 Ibíd., 27. Ibíd., 27. 97 desaparecerán las monstruosidades: lo que hoy es normal llegará a aparecer abominable.217 La educación, si en algún momento pudo pensarse como un derecho que se le garantiza desinteresamente a cada individuo en un Estado democrático, tiene aquí una finalidad eugénica, pues resulta ser el filtro y catalizador del proceso de mestizaje deseado, despertando el sentimiento necesario para evitar que el individuo busque o evite la procreación: Las razas inferiores, al educarse, se harían menos prolíficas, y los mejores especímenes irán ascendiendo en una escala de mejoramiento étnico, cuyo tipo máximo no es precisamente el blanco, sino esa nueva raza, a la que el mismo blanco tendrá que aspirar con el objeto de conquistar la síntesis.”218 Aprovecha Vasconcelos la ocasión de dejar claro que aún los individuos de raza blanca deben aspirar a superarse, aunque no les ataca como raza de la misma manera que a aquéllos de raza negra. Ligado estrechamente al tema de la raza, que implica la superioridad de una sangre sobre otra, aparece el tema del suelo, que también resulta excluyente: Tenemos, pues, en el continente todos los elementos de la nueva Humanidad; una ley que irá seleccionando factores para la creación de tipos predominantes, ley que operará no conforme a criterio nacional, como tendría que hacerlo una sola raza conquistadora, sino con criterio de universalidad y belleza; y tenemos también el territorio y los recursos naturales. Ningún pueblo de Europa podría reemplazar al ibero americano en esta misión, por bien dotado que esté, pues todos tienen su cultura ya hecha y una tradición que para obras semejantes constituye un peso.219 En este punto, tanto por raza, es decir, por sangre, como por suelo, en tanto que sólo los iberoamericanos pueden lograr la materialización del tercer periodo, el discurso liga sangre y suelo al mito mestizo, dejando en segundo plano, o señalando como razas inferiores, a las que no participan de estas cualidades. Son incapaces de lograr la utopía. Además, se les excluye por tener una cultura ya dada, siendo esto síntoma del rechazo a la tradición racional de occidente. Tanto las razas blancas occidentales como las asiáticas son insuficientes para lograr la utopía, por ende, ni como razas ni como 217 Ibíd., 27. Ibíd., 27. 219 Ibíd., 34. 218 98 individuos son capaces de poseer las cualidades suficientes para lograr la superación de la humanidad: No podría substituirnos una raza conquistadora, porque fatalmente impondría sus propios rasgos, aunque sólo sea por la necesidad de ejercer la violencia para mantener su conquista. No pueden llenar esta misión universal tampoco los pueblos del Asia, que están exhaustos o, por lo menos, faltos del arrojo necesario a las empresas nuevas.220 Siguiendo con lo que vendría a ser un derecho de nacimiento derivado de ser un individuo nacido del suelo y la sangre iberoamericana, deja Vasconcelos en claro la exclusividad racial para la superación de la humanidad: Solamente la parte ibérica del continente dispone de los factores espirituales, raza y el territorio que son necesarios para la gran empresa de iniciar la era universal de la Humanidad. Están allí todas las razas que han de ir dando su aporte; el hombre nórdico, que hoy es maestro de acción, pero que tuvo comienzos humildes y parecía inferior, en una época en que ya habían aparecido y decaído varias grandes culturas; el negro como una reserva de potencialidades que arranca de los días remotos de la Lemuria; el indio que vió perecer la Atlántida, pero guarda un quieto misterio en la conciencia; tenemos todos los pueblos y todas las aptitudes, y sólo hace falta que el amor verdadero organice y ponga en marcha la ley de la historia.221 Las razas anteriores, es decir, blanca, negra, amarilla y roja (sin jerarquía pretendida en el orden) son vistas como mero instrumento, como depositarias de saberes y cualidades incompletas e insuficientes en sí mismas, y quedan reducidas dentro de la misión iberoamericana a servir a la raza mestiza, en tanto que le aportarán lo necesario para que ésta sea la raza definitiva que los supere. Se exige pues, fe y compromiso místico no sólo de los mestizos actuales, sino también de las cuatro razas incompletas, todas regidas y ordenadas bajo el a priori estético: El indio, por medio del injerto en la raza afín, daría el salto de los millares de años que median de la Atlántida a nuestra época, y en unas cuantas décadas de eugenesia estética podría desaparecer el negro junto con los tipos que el libre instinto de hermosura vaya señalando como fundamentalmente recesivos e indignos, por lo mismo, de perpetuación. Se operaría en esta forma una selección por el gusto, mucho más eficaz que la brutal selección darwiniana, 220 221 Ibíd., 34. Ibíd., 34. 99 que sólo es válida, si acaso, para las especies inferiores, pero ya no para el hombre.222 La exclusión racial del derecho de procrear, es decir, el fundamento de la eugenesia estética está dado por la filosofía vasconceliana, y la materialización de los principios que el discurso del mito mestizo implican la extinción pacífica, pero definitiva de todas las razas. Es un sistema extraño, donde se pretende el exterminio del otro pero se le requiere como instrumento voluntario para dicho propósito. Intentos de poner en marcha el proyecto de La Raza Cósmica Hasta este punto, hemos afirmado que el proyecto vasconceliano es utópico. Si bien el autor no logró ocupar un cargo con suficiente autoridad para materializar su sueño mestizo de superación, intentó con los medios que tuvo a su alcance encausar el dispositivo estatal educativo a dichos fines. Vemos aquí, después de la evidencia recolectada a lo largo de esta investigación, que su praxis educativa implicó de algún modo catalizar la raza definitiva. La evidencia de estos intentos de concretar su proyecto la extraemos de los discursos, circulares y documentos que se originaron durante la ocupación de los diversos cargos que ocupó, periodos donde siempre estuvo implícito su esfuerzo por catalizar su eugenesia a través de la educación. Para denotar lo anterior, comencemos con lo que él mismo declara en el último párrafo de La Raza Cósmica: Para expresar todas estas ideas que hoy procuro exponer en rápida síntesis, hace algunos años, cuando todavía no se hallaban bien definidas, procuré darles signos en el nuevo Palacio de la Educación Pública de México. Sin elementos bastantes para hacer exactamente lo que deseaba, tuve que conformarme con una construcción renacentista española, de dos patios, con arquerías y pasarelas, que tienen algo de la impresión de un ala. En los tableros de los cuatro ángulos del patio anterior hice labrar alegorías de España, de México, Grecia y la India, las cuatro civilizaciones particulares que más tienen que contribuir a la formación de la América Latina. En seguida, debajo de estas cuatro alegorías, debieron levantarse cuatro grandes estatuas de piedra de las cuatro grandes razas contemporáneas: la Blanca, la Roja, la Negra y la Amarilla, para indicar que la América es hogar de todas, y de todas necesita. Finalmente, en el centro debía erigirse un monumento que 222 Ibíd., 27-28. 100 en alguna forma simbolizara la ley de los tres estados: el material, el intelectual y el estético.223 Vemos el intento de plasmar en el Palacio de Educación Pública de México los ideales de las cuatro civilizaciones para construir un monumento que a través de su arquitectura y plástica funcione como un “templo” a la mística estética. No es accidental o coincidencia que haya elegido este edificio para plasmar la simbología de su propuesta, pues la educación es el medio para iniciar el proyecto eugenésico como hemos señalado con anterioridad. Afirma además Vasconcelos que como deber actual “tenemos el deber de formular las bases de una nueva civilización”224, por lo cual, ahora no resulta accidental el lema de la UNAM, que dicta “por mi raza hablará el espíritu”. La perspectiva biopolítica nos permite reinterpretar el lema. Reproducimos aquí el breve pero significativo discurso donde presentó la propuesta del escudo de la máxima casa de estudios mexicana, propuesta que fue aprobada por unanimidad: Considerando que a la Universidad Nacional corresponde definir los caracteres de la cultura mexicana, y teniendo en cuenta que en los tiempos presentes se opera un proceso que tiende a modificar el sistema de organización de los pueblos, substituyendo las antiguas nacionalidades, que son hijas de la guerra y la política, con las federaciones constituidas a base de sangre e idioma comunes, lo cual va de acuerdo con las necesidades del espíritu, cuyo predominio es cada día mayor en la vida humana, y a fin de que los mexicanos tengan presente la necesidad de fundir su propia patria con la gran patria Hispano-Americana que representará una nueva expresión de los destinos humanos; se resuelve que el Escudo de la Universidad Nacional consistirá en un mapa de la América Latina con la leyenda “Por mi raza hablará el espíritu”; se significa en este lema la convicción de que la raza nuestra elaborará una cultura de tendencias nuevas, de esencia espiritual y libérrima. Sostendrán el escudo un águila y un cóndor apoyado todo en una alegoría de los volcanes y el nopal azteca.225 Siendo el escudo propuesto en 1921 y la Raza Cósmica publicada en 1925, podemos ver que el anacronismo entre sus actos, la Raza Cósmica y la publicación de su filosofía no afectan en nada la detección de las acciones concretas que llevan por finalidad la materialización de su mito mestizo. Por 223 Ibíd., 35. Ibíd., 30. 225 José Vasconcelos, El nuevo escudo de la Universidad Nacional en José Vasconcelos y la Universidad, selección de Álvaro Matute (México, UNAM, 1987). P. 127. Discurso pronunciado el 27 de abril de 1921, donde propone lo que será el escudo de la Universidad Nacional. 224 101 otro lado, en la propuesta queda claro que no sólo la raza mestiza iberoamericana será la definitiva y la encomendada a lograr el tercer periodo, sino que en concreto, los mexicanos, desde la Universidad Nacional, tienen la encomienda de ordenar estéticamente la cultura. Seguido a esto, el afirmar en el lema que es a través de la raza mestiza, situada en México es la facultada para emitir la palabra del espíritu, es decir, para actuar como el filósofo-poeta, creador que diviniza lo material concreto, quedan excluidos los otros pueblos, aún los mestizos, de la élite mestiza definitiva, siendo relegados a grados menores de mestizaje, y por tanto, de calidad existencial. Vasconcelos siempre apostó por el uso de la cultura y educación como catalizador del proyecto mestizo. Esta perspectiva biopolítica apostando por la educación Vasconcelos la toma como una lucha personal. En el discurso de toma de posesión del cargo de rector dice que su misión es mejorar el país, diciendo que su tarea en la Universidad “consiste en venir aquí a trabajar […] con el objeto de elaborar en el seno de la Universidad un sólido proyecto de ley federal de educación pública.”226 Les declara además a los presentes que “el país ansía educarse; decididnos vosotros cuál es la mejor manera de educarlo. […] difundid vuestra ciencia en el alma de la nación.”227 Hecha esta encomienda, deja Vasconcelos a cargo de la Universidad Nacional la orientación del proyecto educativo, a la cual, posteriormente le entrega la misión concreta de su proyecto mestizo en el escudo que hemos revisado. Indica también que Los hombres libres que no queremos ver sobre la faz de la tierra ni amos ni esclavos, ni vencedores ni vencidos, debemos juntarnos para trabajar y prosperar. Seamos los iniciadores de una cruzada de educación pública, los inspiradores de un entusiasmo cultural semejante al fervor que ayer ponía nuestra raza en las empresas de la religión y la conquista.228 Surgen en este discurso los indicios del mito mestizo, en tanto que se vislumbra el tema del tercer periodo utópico donde cada individuo se identifique 226 José Vasconcelos, Discurso en la Universidad en José Vasconcelos y la Universidad, selección de Álvaro Matute (México, UNAM, 1987). 59. Discurso de toma de posesión del cargo de rector en 1920. 227 Ibíd., 59. 228 Ibíd., 60. 102 con los demás, pero aquí pretende Vasconcelos alentar el espíritu de masas a su cruzada educativa. En la alocución del discurso aparece además la misión mesiánica de llevar educación al pueblo mexicano. Si bien es conocido dicho proyecto en la historia de México, debemos ahora mirar con cuidado la comparación de la tarea educativa con una misión constante que pretende la superación de un pueblo, pues como ya hemos revisado, la educación en el esquema del mito mestizo es el catalizador que Vasconcelos pretende utilizar para comenzar el proceso de eugenesia estética, pues el individuo educado es capaz de desarrollar las cualidades que le indiquen su lugar en el universo, aún si esto implica no engendrar progenie, dado que esta no está certificada por el a priori estético. Por ello, es que el primer paso para hacer tangible su proyecto requiere de un pueblo educado: Demos pues, a esas almas la noble misión que les ha estado faltando; facilitémosles los medios de que se pongan en contacto con el indio, de que se pongan en contacto con el humilde, y lo eduquen, y veremos como todos acuden con entusiasmo a la obra de regeneración de los oprimidos; veremos cómo se despierta en todos el celo de la caridad, el entusiasmo humanitario”229 Es evidente que aprovechando el cargo, Vasconcelos pretendió iniciar el proceso, disfrazado del afán desinteresado del educador comprometido con sus iguales. Hemos ya citado La Raza Cósmica, y visto cómo la educación debe mostrar a los menos desarrollados que deben quitarse del camino, evitar reproducirse y atender al llamado de la eugenesia estética para asegurar que las generaciones siguientes serán superiores. Esto así mismo requiere fe, la creencia desinteresada en la causa del Estado. En el discurso titulado Profesores honorarios, encomienda Vasconcelos: “Enseñad el secreto de la felicidad, que según Tolstoi consiste en trabajar para la dicha de los otros y no para la nuestra, es decir, para el ideal humano considerado como una anticipación y una senda del ideal divino.” 230 Recuerde el lector que Vasconcelos exige que tanto las razas no mestizas, como los mestizos 229 Ibíd., 61. José Vasconcelos, Profesores honorarios en José Vasconcelos y la Universidad, selección de Álvaro Matute (México, UNAM, 1987). P. 64. Discurso del año 1920. 230 103 actuales, actúen por convicción para engendrar la raza última, es decir, que su participación en la misión de alcanzar el estado estético consiste en aportar los mejores rasgos a la generación siguiente, y por medio de la educación apartarse o aportar al proceso de eugenesia estética. No pierde Vasconcelos la oportunidad de invitar a los educadores a unirse a esta misión, como si se tratara de convertirlos a una nueva fé. Tal es el caso del discurso de del 3 de abril de 1921 pronunciado en honor al Sr. D. Manuel Rodríguez Sterling, quien recibe el titulo de Doctor Honoris causa, cierra de la siguiente manera: “Sed bienvenido, […] con todas las demás naciones de la raza ibero americana, la raza que ha de señalar nuevos senderos a la humanidad del porvenir.” 231 En este discurso, Vasconcelos decide cerrar dejando claro qué raza es la que tiene la misión que hemos descrito. De alguna manera, darle un título e indicándole su misión, es como le certifica para unirse a la élite que debe dar orden a Iberoamérica. Ahora bien, para efectos de acción concreta, Vasconcelos detalló los procesos de su cruzada contra el analfabetismo, y para ello además de asegurar los recursos materiales, así como pretender obtener la solidaridad de los mexicanos que pudieran capacitar a sus conciudadanos, logró implementar ciertos incentivos entre los cuales destaca la preferencia para seleccionar como empleados a los profesores honorarios que se sumaran a su campaña232, con el efecto directo de educar más eficazmente al pueblo mexicano. Esta campaña de alfabetización implicaba también un aspecto de higiene personal, pues pretendía que los alumnos recibieran la educación sobre el aseo personal. Los profesores honorarios tenían instrucción para depositar ideas que germinaran en el alumno la predilección por su raza y el pensamiento latinoamericano: “Se les hará notar que el conocimiento de la lengua castellana hace ingresar al que lo tiene en los dominios materiales y morales de esta raza 231 José Vasconcelos, Discurso pronunciado por el rector José Vasconcelos al serle conferido el grado de Doctor “honoris causa” al sr. D. Manuel rodríguez Sterling en José Vasconcelos y la Universidad, selección de Álvaro Matute (México, UNAM, 1987). P. 73. Discurso pronunciado el 3 de enero de 1921 en el anfiteatro de la Escuela Nacional Preparatoria. 232 Véase José Vasconcelos, La campaña contra el analfabetismo en José Vasconcelos y la Universidad, selección de Álvaro Matute (México, UNAM, 1987). P. 101. Circular Número 1. 104 joven y llena de promesas.”233 Comenzamos a notar un sutil uso del cargo para fines prácticos, es decir, educar a la juventud en la predilección de su identidad mestiza. Además, Vasconcelos busca regular el tipo de lecturas que dará forma al perfil del estudiante. En el circular número 4 para el personal de la Universidad, gira instrucciones sobre las lecturas que deben promoverse, destacando que “La Universidad seguirá impulsando estos trabajos con todo empeño: procurará que se siga enseñando a leer, y al mismo tiempo se cree en el deber de indicar qué es lo que debe leerse.” 234 La Universidad es responsable no sólo de vigilar que se promueva la lectura, sino que decidirá qué lecturas son convenientes, por lo cual, la encomienda a la Universidad en su lema para ser vocera última de los designios del espíritu, y de dirigir la educación en el país tiende a cobrar más importancia, más conociendo ahora la relevancia de la educación en el proyecto del mito mestizo según Vasconcelos. Las lecturas que recomienda Vasconcelos en el circular responden a los fundamentos de su filosofía estética, y a las cualidades que debe haber en la raza mestiza. Primero recomienda la lectura de Benito Pérez Galdós, pues en ella se muestra “la bondad del corazón como una forma de lo sublime, como una sacrificio en que se aniquila el sujeto; pero derramando sobre el mundo raudales de gracia vivificadora y fortificante.” 235 Notemos que es necesario promover una aniquilación del sujeto, en tanto que, podemos interpretarla como la inserción del sujeto en la rítmica general del tipo de raza que se pretende engendrar. Además en Galdós encuentra Vasconcelos “la bondad del corazón como una forma de lo sublime”, es decir, el amor como sublimación estética y emocional que permite esta aniquilación del sujeto a favor de la raza como conjunto. Después recomienda a Romain Rolland, pues en sus obras “se advierte el impulso de las fuerzas éticas y de las fuerzas sociales tendiendo a superarse para insertar sus esfuerzos en la corriente divina que por doquiera 233 José Vasconcelos, Instrucciones sobre el aseo personal e higiene en José Vasconcelos y la Universidad, selección de Álvaro Matute (México, UNAM, 1987). P. 106. Circular Número 2, fechado México, 20 de junio de 1920. 234 José Vasconcelos, Libros que recomienda la Universidad Nacional en José Vasconcelos y la Universidad, selección de Álvaro Matute (México, UNAM, 1987). P. 111. Circular Número 4, fechado México, 30 de julio de 1920. 235 Ibíd., 111. 105 mueve al Cosmos.”236 Aquí no es muy difícil ver cómo Vasconcelos pretende insertar por medio de la lectura una literatura afín a las cualidades de trasmutación de lo material en divino, es decir, de las acciones concretas del individuo que se rige por el a priori estético en esencias divinas, vía la experiencia mística. Por último, recomienda la lectura de Tolstoi, pues lo considera un visionario cuyos lineamientos “han de resolverse muchos de los problemas del futuro, si es que ese futuro ha de significar más que todos los tristes periodos que la humanidad ha venido viviendo.” 237 Más tarde estos periodos serán señalados dentro de su obra como el primer periodo material y el segundo periodo intelectual, superados en el tercer periodo estético. En el mismo tono, en 1921 emite un listado de los textos que habrá de editar la Universidad, en los cuales figura una selección acorde al tipo de cultura que pretende difundir, destacando evidente a los griegos, y los tres autores que ha señalado en el circular número 4, quienes aquí son señalados como “libros redentores”.238 Se pretende dar prioridad al rescate de los griegos, que como hemos visto, es parte del mito en tanto que imitación de un origen, al mismo tiempo que con las otras lecturas se pretende ir sembrando los valores que servirán a los fines del Estado. De manera paralela a la regulación de la promoción de la lectura, el plan de estudios preparatorios fue revisado por la Universidad, siendo emitido el 26 de octubre de 1921 también da evidencias de la dirección que pretendía dar a la educación preparatoria. El plan detalla el tipo de materias, su estructura y los artículos que contienen la normatividad necesaria para su aplicación. Es señalado en dicho plan que los estudios preparatorios “servirán para preparar los que se hagan en las facultades universitarias y contribuirán además al desarrollo físico y moral de los educandos.”239 Obviamente la educación media es un puente entre la educación básica, pero que aún no accede a la especialización y conocimientos detallados del nivel universitario. En el plan de estudios destacamos el artículo 4º, donde se requiere que todas las clases 236 Ibíd., 112. Ibíd., 112. 238 Véase Ibíd., 119-121. 239 José Vasconcelos, Plan de estudios de la escuela nacional preparatoria en José Vasconcelos y la Universidad, selección de Álvaro Matute (México, UNAM, 1987). P. 134. Aprobado por el Consejo Universitario en su sesión del día 20 de Octubre de 1920. 237 106 sean prácticas, “para que gracias a ellas se logren mayor coordinación y progreso sociales.” 240 Tenemos aquí la dimensión práctica, es decir, que la teoría debe convertirse en acción, lo cual es congruente tanto con el pensamiento como con la obra de Vasconcelos. El progreso social que Vasconcelos pretende no es sólo el mejoramiento de infraestructura y calidad de vida entendidos convencionalmente, sino que implicaría desde la biopolítica, una sociedad depurada en cada generación mejor educada que la anterior. El artículo 5º del plan de estudios preparatorios establece la necesidad de certificar que se ha superado el nivel primario, mientras que el artículo 7º le permite al alumno decidir el orden en que tomará sus materias, derivando en la notoriedad de las disposiciones e intereses particulares de cada estudiante. Sin embargo, son señaladas algunas restricciones de nivel, como la exigencia de aritmética antes de cualquier materia relacionada con dicha asignatura. El plan además contempla como alumno capacitado satisfactoriamente a aquél que ha obtenido un oficio, es decir, que es capaz de desempeñarse en un nivel profesional técnico. Hay una suerte de simpatía con la academia platónica, que exigía ciertos requisitos antes de acceder al conocimiento reservado, entre ellos, esta misma exigencia de saber matemática. Aparte del cargo como rector de la universidad, hubo otros intentos de poner en marcha la eugenesia estética desde la trinchera intelectual como la constitución de la Federación de Intelectuales Latinoamericanos, de la cual, su primer objetivo o misión es “estrechar las relaciones existentes entre los pueblos de origen común de América, y luchar por la defensa y engrandecimiento de la Raza.”241 A través de dicha federación, Vasconcelos ha logrado reunir un grupo de intelectuales a los cuales pretende incorporar a su proyecto de superación humana vía el mestizaje, ahora con intenciones internacionales, lo cual pretende sacar del territorio mexicano su proyecto, apuntando a cubrir Iberoamérica con su mítico sueño de raza mestiza. El culmen de sus intentos por iniciar un proceso educativo que catalice la materialización del mito de raza mestiza radica en la explicación que el propio 240 Ibíd., 136. José Vasconcelos, Acta constitutiva de la Federación de Intelectuales Latinoamericanos en José Vasconcelos y la Universidad, selección de Álvaro Matute (México, UNAM, 1987). P. 177. 241 107 Vasconcelos da sobre el lema de la UNAM, recogida en un fragmento del discurso titulado Los Motivos del Escudo, pronunciado ante la Confederación Nacional de Estudiantes: Era indispensable introducir en el alma de la enseñanza el concepto de la religión, que es conocimiento obligado de todo pensamiento cabal y grande. Lo que entonces hice equivale a una estratagema. Usé de la vaga palabra espíritu, que en el lema significa la presencia de Dios, cuyo nombre nos prohíbe mencionar, dentro del mundo oficial, la Reforma protestante que todavía no ha sido posible desenraizar de las Constituciones del 57 y del 17. Yo sé que no hay otro espíritu válido que el Espíritu Santo; pero la palabra santo es otro de los términos vedados por el léxico oficial del mexicano.242 Vasconcelos entre las acciones tomadas durante su cargo como rector, así como sus esfuerzos por reunir y acercar a la comunidad intelectual, ha puesto en marcha de manera sutil tanto como pudo el proceso educativo que llevaría a su utopía eugénica. Además, ha logrado plasmar en el escudo de la Universidad Nacional su doctrina al por medio del lema que será a través de la raza definitiva, la raza cósmica de la cual el espíritu santo hablará; su palabra de algún modo, serán los dictados de la Universidad, la cual tiene por misión reformar la cultura iberoamericana, marcarle el rumbo por el cual dirigirse al tercer periodo. Esto cierra definitivamente la puerta a los individuos de cualquier otra raza mestiza, así como aquéllos mestizos que posean una sensibilidad suficiente para estar en comunión estética con la Totalidad. El proyecto queda ligado a sangre y suelo, y la misión y utopías son exclusivas de la raza mestiza. Para cerrar con el tema de la praxis de la eugenesia estética, proponemos el siguiente escenario: la educación, al igual que muchos otros aspectos del pensamiento vasconceliano, se divide en tres periodos o etapas. La primera etapa es una educación primaria, que filtra a los individuos por primera vez, para separar aquéllos que sólo están conformes con dejar de ser analfabetas o que no tienen mayores aspiraciones personales; el segundo nivel, es un nivel técnico, correspondiente al preparatorio, donde además de orientar al estudiante según sus intereses particulares, habrá de dotarle de un 242 José Vasconcelos, Los motivos del escudo en José Vasconcelos y la Universidad, selección de Álvaro Matute (México, UNAM, 1987). P. 212. 108 oficio, es decir, de un saber hacer, que le sitúa jerárquicamente sobre el individuo que sólo sabe leer y escribir, ya que el técnico tiene cierta capacidad intelectual y además puede decidir sobre los medios de producción, o en otros términos, es capaz de hacer más eficientes los procesos. Por último, aquéllos individuos que logran acceder a la educación universitaria y la concluyen constituyen la élite. Es a través de ellos donde se materializa el ideal de la raza cósmica por la que habla el espíritu divino, en el sentido de que son ellos los encomendados por Vasconcelos para crear cultura, para llevar a su pueblo, es decir, a México e Iberoamérica al tercer periodo estético, donde se posiciona el mestizo depurado como la raza superior, y esto como daño colateral, significa la extinción de las razas en función de lograr un estado último de bienestar social y espiritual. La difusión impresa que Vasconcelos impulsó tenía marcada esta intención. sobre ello nos dice Orestes Aguilar: Todas estas tareas editoriales daban cuenta ya de una forma de concebir la producción de libros y publicaciones periódicas como si se tratara de la difusión masiva de “lecturas”, obras que fueron distribuidas como “catecismos”, concentrados acervos didácticos o instrumentos de una campaña propagandística que tenía como pretensión reformar o, de ser posible, transformar la conciencia pública de un país.243 Nos parece interesante la caracterización de las obras difundidas como catecismos, pues el propio Vasconcelos esperaba que se aceptara de manera religiosa y mística su propuesta. Al mismo tiempo, la reforma vía la educación iba a la par con la difusión de la lectura, y de las lecturas que la Universidad recomendara y considerara necesarias. Dentro de este proceso, el aparato estatal del cual Vasconcelos hace uso directo es la Secretaría de Educación Pública, y el intento de materialización de su sueño, fue el proyecto educativo nacional. Sin embargo, por llamativa, convincente o delirante que suene esta interpretación de los hechos, por el momento, así la habremos de dejar. Únicamente hemos pretendido en este apartado mostrar algunas evidencias de que Vasconcelos 243 Héctor Orestes Aguilar, “Ese olvidado nazi mexicano José Vasconcelos,” Istor: revista de historia internacional (Año 8, Nº. 30, 2007): 148-157. 109 efectivamente trató de dar vida a su mito mestizo a través de algunos de los cargos que ocupó durante su vida. Vasconcelos y sus roces con el nazismo: compatibilidad de mitos. Antes de finalizar, es necesario transitar por un momento conocido pero generalmente omitido en la vida de Vasconcelos, el cual consiste en su adhesión y simpatía con el nazismo. La pertinencia de este apartado en nuestra investigación deriva sus intentos antes mencionados de llevar a cabo el proyecto de raza cósmica a través de sus cargos en las instituciones educativas. Dado que hemos visto un paralelismo muy marcado entre el mito nazi y el mito mestizo, entendidos ambos como doctrinas biopolíticas con fines eugenésicos prácticos, ya no es de extrañarse que Vasconcelos haya brindado su apoyo al régimen político del partido nacionalsocialista alemán. Durante los capítulos de nuestra investigación hemos expuesto las diversas piezas del proyecto vasconceliano para Iberoamérica, por lo cual omitir esta pieza de simpatía por la doctrina nacional socialista sería dejar la imagen inconclusa. Ya hemos comprendido la similitud de los proyectos vasconcelianos y nacionalsocialistas por lo cual, ahora podremos hablar y comprender un periodo oscuro de la vida de Vasconcelos, que lejos de seguir siendo omitido, el traerlo a la luz con la debida evidencia nos permitirá ver por un lado, el alcance de la obra filosófica del autor y por otro, separar su pensamiento estético del uso concreto que se le pueda dar como fundamento político. Si bien no es el primer autor que compromete o presta su pluma a un régimen totalitario, este periodo ha opacado el análisis de su obra y por ello, es que pretendemos que a través de esta evidencia pueda el lector contar con elementos suficientes para decidir hasta qué punto del camino seguirle. Comenzando pues, con esta temática de la adhesión al nazismo, ponemos como primera evidencia de su apoyo intelectual al movimiento el informe localizado en el Archivo General de la Nación, bajo la signatura servible 102178 y signatura antigua Lázaro Cárdenas del Río/102178/caja 1302 (704.1125 – 704.1/174), documento en el cual se describe la colaboración de Vasconcelos con la Alemania nazi, a través de una supuesta red nazi en México, dentro de la cual habría formado parte de un grupo de ciudadanos 110 influyentes llamado “la quinta columna”. Aquí reproducimos la que los investigadores hacen sobre Vasconcelos en la página 14 del documento fechado el 23 de mayo de 1940: Este periodo nacionalsocialista de Vasconcelos también recibe mención en el documental de la colección ClíoTv México Nuevo Siglo, titulado La Pasión de José Vasconcelos. En él se menciona brevemente el tema de la revista Timón, donde se indica claramente que la publicación estuvo “a cargo de un José Vasconcelos capaz de suponer que el nazismo habría de dar oportunidades a su raza cósmica.”244 Dentro de la mención al episodio de Timón, destaca la siguiente cita extraída de la revista: “al concluir la guerra, surgirá una nueva era en la que los pueblos de América hallarán renovada oportunidad para organizarse conforme a su tradición y a sus antecedentes cristianos.”245 Tanto el informe como la investigación de ClíoTV nos permite atar los cabos y comprender, por un lado, la adhesión y el apoyo al nazismo por parte de Vasconcelos, la cual no sólo implicaría una común simpatía o similitud intelectuales sino que, a través de su pluma, Vasconcelos habría de pretender una oportunidad de llevar a cabo su proyecto al abrigo de una Alemania victoriosa, cosa que al final de la guerra no ocurrió. Sobre el tema, se menciona 244 Lucía Beltrán (guión e investigación), La pasión de José Vasconcelos, narrado por Enrique Krauze, (México, ClíoTv, 2002) Minuto 35:52 – 35:59 Consultado en el canal de Clío en Youtube, https://www.youtube.com/watch?v=fubakzN00AM el 10 de octubre de 2014. 245 Ibíd. 111 en el documental que “a cuatro meses de fundada, la revista Timón cerró su última edición por efectos de una disposición gubernamental.” 246 Dicha disposición implica que la edición de la revista se detuvo 2 meses antes de lo señalado en el informe sobre la red nazi, haciendo evidente que el gobierno mexicano no permitió que Vasconcelos siguiera difundiendo propaganda nazi. En el informe sobre la red nazi también se indica, en la página 15 que su pluma junto con las de otros intelectuales mexicanos ha sido comprada por los alemanes, en un esfuerzo por tomar prestada la credibilidad de los pensadores mexicanos, dado que la propaganda alemana se encontraba evidentemente interesada y era recibida con prejuicio por la población internacional: El contenido de la revista Timón así como la propaganda que hemos mencionado hasta ahora en el presente apartado era desconocido aún para sus lectores y defensores intelectuales y filosóficos durante las siguientes décadas posteriores a la victoria aliada. Tal fue el caso de Itzhak Bar-Lewaw, doctor en Filosofía y Letras quién luchó por dar a conocer la obra de Vasconcelos. Sobre él Orestes Aguilar nos relata la desilusión que Bar-Lewaw tuvo que pasar: La humillación, la vergüenza y el rencor que su hallazgo sin duda le produjeron lo llevaron a concebir un volumen editado en condiciones sumamente precarias, hoy inasequible, fetiche de unas cuantas bibliotecas privadas y señalado como si fuese un libro maldito: La revista “Timón” y José Vasconcelos.247 246 247 Ibíd. Héctor Orestes Aguilar, op. cit., 148-157. 112 Bar-Lewaw relata sobre el suceso: Al publicar mi libro en 1965 y 1966 no sabía que José Vasconcelos –el tan llamado Maestro de la Juventud Latinoamericana, aunque nunca haya tenido cátedra en América Latina, sólo en los Estados Unidos, que <<soi-disant>> tanto odiaba– durante la Segunda Guerra Mundial, en 1940, entre los meses de febrero y junio de aquel año, nuestro don José era un agente de la propaganda nazi-hitleriana de la peor especie. Menester es aclarar que ninguna biliografía(sic) oficial o semioficial de la vasta obra vasconceliana, menciona la revista Timón, y Vasconcelos en sus frecuentes plásticas(sic) durante los dos últimos años de su vida con el autor de la presente ponencia, nunca lo han mencionado. La confesión de ignorancia no es excusa, sino aclaración.248 Hasta aquí por un lado, tenemos documentos gubernamentales que vinculan a Vasconcelos directamente con la Alemania nazi, así como la evidencia a través de la experiencia de uno de sus mayores defensores, de que en efecto, este periodo de adhesión de Vasconcelos al nacionalsocialismo pareció haber querido ser olvidado por la comunidad intelectual mexicana. Lo poco que ha sobrevivido de la pluma de Bar-Lewaw es la transcripción de una conferencia, de la cual hemos extraído las citas. En dicha conferencia describe de manera detallada los rasgos que localiza en la revista Timón y que ligan directamente a Vasconcelos con el nazismo. Orestes prosigue, haciendo énfasis en el nombre de la revista: El académico estadounidense quedó pasmado cuando reparó en que el director de esa “Revista Continental”, como rezaba el subtítulo colocado en el frontispicio de la página editorial, era José Vasconcelos. El nombre de la publicación era extraño para una revista de ese perfil, toda vez que sus congéneres portaban títulos más explícitos, combativos o mesiánicos, como los periódicos de derecha Omega, La Reacción y El Hombre Libre, o los boletines Noticias de guerra y Diario de la guerra. La palabra “timón” podía asociarse lo mismo a la conducción, al dominio, al liderazgo o al líder, que al puesto de mando en un navío.249 Bar-Lewaw fue de los precursores tanto en la investigación y difusión del pensamiento vasconceliano, como posteriormente, de los primeros en tratar de traer al descubierto su adhesión al nazismo. La investigación sobre el periodo 248 Itzhak Bar-Lewaw. “La revista Timón y la colaboración nazi de José Vasconcelos en Actas del cuarto Congreso Internacional de Hispanistas, coord. Eugenio de Bustos (Salamanca, Asociación Internacional de Hispanistas. Congreso, 1971) págs. 151-156. 249 Héctor Orestes Aguilar, op. cit., 148-157. 113 nazi de Vasconcelos por Bar-Lewaw tuvo que enfrentar a diversos inconvenientes, además de la traición que debió haber sentido él mismo después de difundir por varios años la obra, pues tuvo que superar los obstáculos para encontrar un poco de luz sobre el periodo nazi de Vasconcelos, pues nadie quería tomar en serio tales acusaciones: Personalmente mis indagaciones no han tenido éxito en México, ya que muchas personas fidedignas y serias en la Universidad Nacional Autónoma de México y hombres de letras de aquel país me aconsejaban no perder mi tiempo, ya que según ellos <<rumores de la colaboración nazi de Vasconcelos eran puras calumnias y nada más>>.250 Recapitulando entre lo señalado por Lucía Beltrán (guionista e investigadora a cargo del documental de Clío) y Bar-Lewaw podemos ya suponer que Vasconcelos veía en la victoria de Alemania la oportunidad para materializar totalmente el sueño de su raza cósmica definitiva. Si él logró ver como nosotros la compatibilidad y similud del esquema de mito mestizo con el esquema del mito nazi, pudo haber cedido su pluma e intelecto en el periodo de la Segunda Guerra Mundial con la pretensión de sacar provecho de lo que él creía sería una inminente victoria: “Vasconcelos pensaba seriamente que Hitler ganaría la guerra en Europa, y uq(sic) en México habría un régimen pro nazi bajo la presidencia…-ustedes adivinan ya- … de José Vasconcelos.”251 No hay que olvidar que Vasconcelos dejaba ver en sus textos, sobre todo en La Raza Cósmica, una visión totalizadora y mesiánica que ya hemos descrito en la presente investigación, así como también hemos visto cómo aprovechó tanto como pudo los cargos públicos en educación para insertar discretamente su proyecto en el plan educativo nacional. No dejó pasar la oportunidad de plasmar en la plástica decorativa de las edificaciones su mitología nacionalista, y en una variedad de discursos, como aquéllos de los que hemos ofrecido ya algunos fragmentos, no dudaba en señalar una y otra vez la misión de la raza mestiza como orientadora del camino de Iberoamérica y la humanidad. Con lo anterior puesto sobre la mesa, además de la tonalidad nacionalista y el esquema de La Raza Cósmica como mito histórico-político 250 251 Itzhak Bar-Lewaw. op. cit., 151-156. Ibíd., 151-156. 114 mestizo, podemos responder a los cuestionamientos enunciados por BarLewaw: Cabe preguntarse: ¿porqué lo hizo Vasconcelos? ¿Por dinero? ¿Por haber sido simplemente agente nazi? ¿Por venganza en contra de las autoridades mexicanas que, según él, le imkidieron(sic) la Presidencia en 1929? ¿Por odio a los norteamericanos en particular, y a los judíos y anglosajones en general? ¿Pensaba Vasconcelos de veras llegar a ser sátrapa de México después de la <<Victoria final>> de Hitler?252 Vasconcelos parecía que efectivamente, se veía tomando un cargo de gobierno en un mundo donde los alemanes habrían ganado la guerra y así dar lugar a su Raza Cósmica. En un mundo donde los nazis hubiesen obtenido la victoria, tal vez pudo suponer que siendo su proyecto tan similar la raza cósmica y la raza aria habrían podido convivir en armonía, aunque eventualmente en el proyecto vasconceliano, aún la raza aria habría sido absorbida y diluida en la mestiza. Sin embargo, los alemanes no ganaron, y la fama actual del partido nazi comenzó a formarse a partir de lo que los aliados encontraban y denunciaban las herramientas de genocidio que encontraban a su paso por Europa. Sin embargo, Vasconcelos en 1955 ha redactado el prólogo a la segunda edición del libro Derrota Mundial de Salvador Borrego, donde insiste en que la victoria de los aliados ha sido a base de mentiras, y que el mundo está perdiendo la batalla en contra del “monstruo anticristiano”: “La primera edición del libro de Borrego se publicó hace dos años escasos y en tan corto tiempo, el curso de los sucesos ha confirmado sus predicciones, ha multiplicado los males que tan valien-temente descubriera. Ya no es sólo Polonia; media docena de naciones europeas que fueron otros tantos florones de la cultura cristiana occidental, se encuentran aplastadas por la bota soviética, se hallan en estado de «desintegración definitiva». Y el monstruo anticristiano sigue avanzando. Detrás de la sonrisa de MendesFrance, siempre victorioso, dicen sus secuaces; detrás de esa enigmática sonrisa, seis millones de católicos del Vietnam, fruto precioso de un siglo de labor misionera francesa, han caído dentro de la órbita de esclavitud y de tortura que los marxistas dedican a las poblaciones cristianas.”253 252 Ibíd., 151-156. José Vasconcelos, Prólogo en Salvador Borrego, Derrota Mundial (México, Impresos Aldo, 1963), p. 6. 253 115 Vasconcelos elogia esta propaganda post-guerra que ideológicamente, incita a rechazar la versión de la victoria aliada, que parece al mismo tiempo, ignorar las atrocidades cometidas en nombre de la pureza aria en contra de seres humanos en los campos de concentración así como el avance de la técnica a favor de la destrucción. Prácticamente a 15 años de haber desaparecido Timón Vasconcelos no abandonó su simpatía, por el contrario, seguía convencido de la postura que defendió en los tiempos de guerra: En el libro de Borrego, penetrante y analítico, al mismo tiempo que iluminado y profético, se revelan los pormenores de la conjura tremenda. La difusión del libro de Borrego es del más alto interés patriótico en todos los pueblos de habla española. Herederos, nosotros, de la epopeya de la Reconquista que salvó el cristianismo de la in-vasión de los moros, y de la Contra-Reforma encabezada por Felipe II, que salvó el catolicismo de la peligrosa conjuración de luteranos y calvinistas, nadie está más obligado que nosotros a desenmascarar a los hipócritas y a contener el avance de los perversos. La lucha ha de costamos penalidades sin cuento. Ningún pueblo puede escapar en el día, a las exigencias de la historia, que son de acción y de sacrificio. La comodidad es anhelo de siempre, jamás realizado. La lucha entre los hombres ha de seguir indefinida y periódicamente impla-cable, hasta en tanto se acerque el fin de los tiempos, según advierte la profecía.254 Siendo esta la última evidencia que hemos descubierto de la adhesión y simpatía de José Vasconcelos, nos queda mencionar las influencias de su pensamiento en vertientes actuales que convergen con el pensamiento nacionalsocialista alemán. Si bien no son significativas, debido a la poca difusión y estudio de su obra, resultan ser un foco de alerta en el sentido de que la aplicación y lectura inadecuada de La Raza Cósmica ha servido para fundamentar los actos de pequeños grupos extremistas en México. Para mostrar lo anterior haremos referencia a eventos que han alcanzado notas menores en los periódicos. De entre diversas notas, destacamos la publicada por Tonatiuh Muñoz Aguilar en Imagen Poblana el Lunes 4 de enero de 2014, donde se menciona la aparición de grupos “neonazis” en México. Estos grupos representan un peligro en tanto que están interpretando de manera extrema las doctrinas alemanas y nacionalistas mexicanas a favor de la violencia: 254 Ibíd., 6. 116 Según las pocas investigaciones que hay al respecto, estos grupos no superan los 200 o 300 agremiados en estados como Puebla, Querétaro, Jalisco, Guanajuato, Nuevo León y el Distrito Federal. Sin embargo, no por reducidos dejan de ser peligrosos, ya que estos muchachos han demostrado ser extremadamente violentos y no tienen miedo a actuar incluso en la vía pública y a plena luz del día. La zona rosa en el Distrito Federal es uno de los puntos en los que estas agrupaciones han propinado tremendas golpizas a travestis y homosexuales a los que han enviado al hospital. 255 De acuerdo al reportero, la propaganda ideológica de la que se valen para llevar a cabo estos actos de odio y desprecio es en parte la propaganda nacionalsocialista alemana, y en el caso de México, el ensayo de Vasconcelos La Raza Cósmica. A pesar de que el periodista menciona que estos grupos están llenos de contradicciones e ideologías de odio de diversas corrientes, encontramos como textos de cabecera en las páginas web de ideología neonazi y nacionalismo mexicanas algunos de la autoría de José Vasconcelos: Para comunicarse, estos grupos suelen utilizar páginas en internet, que sin embargo son desactivadas una y otra vez, ya sea por colectivos de hackers izquierdistas o por la policía cibernética, que de vez en cuando hace su trabajo al detectar los mensajes de odio y de incitación a la violencia que aparece en estos sitios web. En ellas, es posible encontrar textos de José Vasconcelos, pues aseguran que el fundador de la UNAM era un acérrimo defensor de la conservación de la mexicanidad pura y limpia, así como arengas en contra de los cristianos no católicos, los judíos, los masones, y los grupos a favor de temas como el matrimonio gay, el aborto y la eutanasia.256 El tono del periodista deja la responsabilidad de la interpretación fascista a los autores de los sitios web de odio. Si bien el autor parece dudar de la simpatía de Vasconcelos por las doctrinas racistas desde nuestra investigación podemos comprender el por qué dichos grupos han echado mano de los textos vasconcelianos para justificar sus prácticas de violencia. Al no ser el objeto de nuestra investigación el indagar el grado en que estos grupos neonazis manejan la teoría vasconceliana no podemos afirmar que justifiquen desde el pensamiento estético su praxis violenta. Sin embargo no encontramos de manera tajante que sea imposible utilizar el proyecto de Vasconcelos como 255 Tonatiuh Muñoz Aguilar, “Reaparecen grupos neonazis; Puebla es su epicentro,” Imagen Poblana, 4 de enero de 2014. Consultado en http://www.imagenpoblana.com/2014/01/20/reaparecen-grupos%E2%80%9Cneonazis%E2%80%9D-puebla-es-su-epicentro el 10 de octubre de 2014. 256 Ibíd. 117 fundamento para estos movimientos, pues como hemos visto, una de las vertientes de la filosofía vasconceliana apunta hacia el fundamento de una eugenesia estética mitificada en la Raza Cósmica. Pensando de manera radical en la eugenesia estética, es posible plantear un escenario donde aquéllos individuos que se sientan capaces de emplear la metodología estética para distinguir certeramente a través de la experiencia mística del gusto y la belleza, podrían autoafirmarse como los únicos jueces que señalen a los individuos inferiores e imposibilitados para contribuir al mito mestizo, juzgándoles impropios y procediendo desde su discurso a la práctica de la anulación forzada de todo aquello que no sirve al proyecto nacionalista o le pone en riesgo. Aunque Vasconcelos indica que esta extinción de las razas debería ser pacífica en tanto que por educación los tipos inferiores se deben apartar, en el campo práctico, la interacción política de grupos extremistas, en este caso influenciados por La Raza Cósmica y otros discursos afines normalmente termina en actos violentos que no requieren una mecha muy larga para estallar. Cerrando los círculos en torno a las influencias actuales del pensamiento de José Vasconcelos en las doctrinas de los grupos de jóvenes nacionalistas, el artículo de Mauricio Pilatowski puede ayudarnos a comprender mejor porqué los grupos neonazis toman parte de su doctrina de La Raza Cósmica. En Algunos “ingredientes” del imaginario político mexicano Pilatowski concluye que el proyecto de Vasconcelos implica un “blanqueamiento” de la población, asegurando la desaparición de las razas consideradas inferiores. Si bien su interpretación es válida ya que en su artículo también revisa puntos que también nosotros hemos señalado, tales como lo son fragmentos de la raza cósmica, el lema de la UNAM y su colaboración con Timón, queremos diferenciarnos de su postura en el sentido de que a nuestra consideración, omite fragmentos de los textos vasconcelianos en su análisis para forzar la interpretación del blanqueamiento mestizo. Pilatowski concluye: Después de esto ya podemos saber cual debió haber sido la versión completa de nuestro vergonzoso y racista lema de la UNAM: “Por mi raza blanca e hispana hablará el espíritu santo”. Sin Indígenas, sin chinos, sin judíos, sin negros, y con mestizos en 118 proceso de blanquiamiento(sic). fundamentalista y excluyente.257 Un mexicanismo católico Si la interpretación de La Raza Cósmica puede ser forzada para hablar de un blanqueamiento de la raza hispana, esto favorece a las doctrinas neonazis en latinoamérica. A pesar de que en el desarrollo del artículo los argumentos de Pilatowski a nuestro parecer resultan forzados, estamos de acuerdo en que Vasconcelos pensaba en un proyecto de depuración racial. No nos atrevemos a afirmar que tal cual implique un “blanqueamiento”, ya que esto dejaría como finalidad que el mestizo sea blanco, lo cual ya hablaría de una teleología, en tanto que podríamos vislumbrar el objetivo racial en un tipo definido por el color de la piel, descuidando el hecho de que para Vasconcelos el proceso de perfeccionamiento es infinito. En el proyecto vasconeliano cada generación es mejor que la anterior, y suponer que la raza mestiza debe "blanquearse" implicaría ponerle un fin al proceso, llegando al punto donde ya no sería posible mejorar si se pretende que una de las razas no mestizas sea la que domine la mezcla de razas. El perfeccionamiento es constante, y regido por el a priori estético, lo cual dentro del esquema vasconceliano la necesidad de lo otro. Pretender un blanqueamiento racial es anular y limitar el proceso, lo cual es incompatible con el fundamento estético del mito mestizo. El proceso de mestizaje para Vasconcelos implica que aún el blanco como raza desaparezca, y con todos los elementos que contamos, no podemos afirmar qué rasgos tendrían en concreto los mestizos de la raza cósmica. Supone que los rasgos blancos podrían predominar, y como hemos dicho, los rasgos negros y razas similares se extinguirían primero, sin embargo, no hay una afirmación tajante de que deba ser blanco o sajón el mestizo, pues esto implicaría un retroceso en el proceso general de la raza cósmica. Sin embargo, como ya mencionamos, la interpretación de Pilatowski nos permite ver qué tan volátil puede ser una propuesta como la de Vasconcelos, y nos permite comprender el panorama donde los grupos neonazis lo emparentan con el nacionalsocialismo. 257 Mauricio Pilatowski, “Algunos “ingredientes” para el imaginario mexicano,” Reflexiones Marginales Año 4, No. 23. http://reflexionesmarginales.com/3.0/algunos-ingredientes-delimaginario-politico-mexicano/ (Consultada el viernes 7 de noviembre de 2014) 119 Concluyendo este apartado, insistimos nuevamente en que la preocupación por mencionar este periodo de adhesión Vasconcelos y relacionarlo con su proyecto de mestizaje, no pretende el rechazar tajantemente su propuesta filosófica. Por el contrario, lo que buscamos es propiciar el estudio de su propuesta filosófica como una Totalidad de alcances mucho mayores que sólo la fundamentación de una eugenesia estética. Hemos explicado el paralelismo y compatibilidad del mito mestizo con el mito nazi con la finalidad de exponer de manera concreta por un lado, el funcionamiento y la propuesta de Vasconcelos, y por el otro, de quitar el velo con el que la historia ha cubierto tanto la filosofía como esta parte del trabajo de Vasconcelos. Aceptamos que la relación entre el pensamiento de José Vasconcelos y el nazismo, así como las implicaciones racistas de su propuesta pueden servir de combustible para movimientos que en una sociedad democrática no son admisibles, por su violencia y claro rechazo a grupos determinados, que no comparten sus ideologías o aún sus rasgos biológicos y culturales. Sin embargo, esto no debe limitar el estudio del resto de su obra, que no deja de parecernos original y enriquecedora para el horizonte intelectual y cultural de México y Latinoamérica. Hablar de un periodo oscuro de un autor no necesariamente implica anularle, por el contrario, lo que buscamos es abrir la brecha para el estudio de su obra filosófica, la cual requiere tratamiento, explicación y actualización, a fin de dar cuenta de la actualidad latinoamericana a la cual está dirigida. Por ello es que hemos hecho énfasis en varias ocasiones en la característica de perfeccionamiento constante que ofrece la filosofía estética de Vasconcelos, pues permite que nuevos fragmentos se agreguen y renueven la imagen de la Totalidad que siempre es una pero a la vez, siempre está en cambio. Conclusiones finales El camino que hemos recorrido a lo largo de los cuatro capítulos de nuestra investigación sobre el pensamiento de José Vasconcelos nos ha permitido revisar tanto sus influencias como la dinámica general con la que opera su método de la coordinación. Así mismo, hemos profundizado en la fundamentación de la filosofía estética, para comprender y conocer el impacto y 120 aprovechamiento de su método de la coordinación en la propuesta de La Raza Cósmica, donde se propone un periodo futuro y utópico basado en el a priori estético, el cual dictará el cómo los individuos de una sociedad ideal deben relacionarse y engendrar a las generaciones siguientes. Vemos el esfuerzo de un intelectual mexicano que ha tratado de ofrecer un pensamiento integral y sistémico para dar cuenta de la problemática mestiza de su cultura y sociedad, así como ofrecer las bases para aspirar a un estado de superación constante, en respuesta a la mediocridad que detiene el progreso en Iberoamérica. Del mismo modo que hemos visto el engranaje interna del pensamiento vasconceliano y su mito mestizo, no hemos tenido reparo en revisar sus intentos sutiles de poner en marcha su proyecto a través de los cargos gubernamentales que ocupó. Tampoco hemos dejado de lado aquéllos caminos dentro de su propuesta que llevan directamente a un discurso biopolítico donde pretensión de extinción sistemática de razas y culturas es parte de la utopía, hecho que lamentablemente, concuerda con el esquema de otros proyectos radicales tan sonados como el nazismo, teniendo en mente que el mostrar el lado oculto de Vasconcelos nos ha permitido ver lo que se había omitido de él como filósofo, y comprender mejor qué es lo que aún podemos rescatar de un autor tan complicado como él. Si bien su propuesta de raza mestiza es explícita en la raza cósmica, el recurrir a la obra filosófica nos ha permitido complementar una imagen integral de su pensamiento, donde cada fragmento está en relación con los demás. La investigación aquí expuesta no ha pretendido bajo ningún motivo dañar, manchar o mancillar la imagen de un pensador tan complejo y difícil de seguir como José Vasconcelos. A él le reconocemos sus esfuerzos por la educación, que de uno u otro modo han favorecido el escenario intelectual mexicano que eventualmente ha posibilitado incluso el realizar esta investigación. En este espíritu vasconceliano de coordinar todos los fragmentos, es que hemos tenido que recoger tanto las aportaciones filosóficas como el proyecto eugenésico, con la finalidad de comprender cuál es el sitio de cada parte en la totalidad de su propuesta. 121 Cabe señalar que textos como los ejemplares de la revista Timón fueron prácticamente inasequibles durante nuestra investigación y por ello sólo les hemos hemos podido mencionar o reproducir de manera indirecta. En otros casos, la carencia de estudios filosóficos, ediciones críticas o publicaciones comentando la obra filosófica de Vasconcelos nos han dejado con mucho material en espera de un espacio, como lo ha sido una comprensión más detallada de la interpretación de la doctrina pitagórica que realiza Vasconcelos de la cual, obtiene los fundamentos del ritmo y armonía que posteriormente darán forma a su filosofía estética. Otros estudios del autor, tales como aquéllos desarrollados sobre la matemática pitagórica, desarrollos más puntuales sobre lo apolíneo y lo dionisíaco, o la dimensión musical de la filosofía estética por extensión no han encontrado espacio en este trabajo, pero quedan pendientes para futuras investigaciones. Es imposible del mismo modo, hacer patentes todos los distintos esfuerzos por comprender y seguir la pista a un pensamiento como el de Vasconcelos. Nos hemos limitado a tomar su metodología sintética en paralelo con el método Jericó de Ortega y Gasset, para ofrecer suficientes elementos que dieran coherencia a las evidencias presentadas y a la interpretación que hacemos de ellas. Sin embargo, dadas las limitaciones de un trabajo escrito, quedan fuera por el momento, aquéllos rasgos de su pensamiento, tales como la experiencia mística que sólo puede ser ejemplificada por la música, plástica y el arte pictórico, y que por ahora aguardan a una reelaboración del presente trabajo, que por medio de la tecnología, permita incluir de manera más didáctica y sensible los fragmentos y referencias a las obras de arte que favorezcan la comprensión del pensamiento estético. Consideramos que nuestro trabajo ayude a dar una imagen más completa de Vasconcelos, donde el lector pueda adentrarse en su sistema estético, y comprender su propuesta. Hemos realizado este trabajo ofreciendo tanto la perspectiva canónica como la de nuestra investigación para elaborar una interpretación válida desde sus propios textos, pues no hemos querido dejar cabos sueltos a fin de comprender el proyecto de mito mestizo que el autor trató de sembrar en el corazón de sus lectores. 122 La búsqueda de identidad es necesaria para lograr fines políticos y cambios sociales. Sin embargo consideramos que nada justifica la extinción o aniquilación de lo otro, de lo que nos es diferente, por lo cual nos ha parecido particularmente necesaria la revisión de la propuesta vasconceliana, pues uno de los caminos que transita lleva a una modalidad de racismo que requiere de la diferencia para eventualmente extinguirla. Por lo anterior, nuestra investigación es al mismo tiempo una revisión de la filosofía estética de Vasconcelos y una alerta sobre los tipos de caminos por los que transita, algunos en favor de la superación social, otros sólo para su estancamiento. 123 BIBLIOGRAFÍA Obras citadas de Vasconcelos _____. 1959a. Estética en Obras Completas tomo III. México: Libreros Mexicanos Unidos _____. 1959b. Ética en Obras Completas tomo III. México: Libreros Mexicanos Unidos _____. 1959c. La Revulsión de la Energía en Obras Completas tomo III. México: Libreros Mexicanos Unidos. _____. 1959d. Pitágoras en Obras Completas tomo III. México, Libreros Mexicanos Unidos. _____. 1959e. Tratado de Metafísica en Obras Completas tomo III. México: Libreros Mexicanos Unidos. _____. 1961. Todología en Obras Completas tomo IV. México: Libreros Mexicanos Unidos. _____. 1963. Prólogo en Salvador Borrego, Derrota Mundial. México: Impresos Aldo. Fechado en febrero de 1955. _____. 1987a. 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