BOLSA DE VALORES DE MONTEVIDEO ENFOQUE BURSÁTIL DE LA ECONOMIA URUGUAYA XXXI ASAMBLEA GENERAL ORDINARIA DE LA FIAB Buenos Aires, julio de 2004 ENFOQUE BURSATIL DE LA ECONOMIA URUGUAYA Junio 2004 1. PANORAMA GENERAL En el marco de un entorno internacional mas favorable, la economía uruguaya revirtió el proceso recesivo que atravesó en el período 1999-2002, y que dio lugar a una de las crisis financieras mas graves de la historia reciente del Uruguay. En el período referido la caída del producto rondó el 18%, la pérdida de depósitos del sistema alcanzó el 50%, se debieron liquidar cuatro bancos comerciales, entre ellos los tres mas grandes del sistema, y prácticamente se consumió la totalidad de reservas internacionales que disponía el país. La política cambiaria que fue sucesivamente ajustada desde mediados del año 2001, a efectos de contrarrestar las repercusiones derivadas de las medidas adoptadas por la República Argentina y de preservar la competitividad regional, debió sufrir un cambio trascendental al abandonarse el sistema de “crawling peg” y pasar a un sistema de flotación libre del peso. La devaluación promedio de la moneda local fue del 94% en el año 2002. Como consecuencia de esta situación el riesgo país se elevó hasta alcanzar niveles de 3.000 puntos porcentuales, lo que determinó la pérdida del investment grade que disponía Uruguay, y que oportunamente le había permitido acceder a los mercados internacionales en condiciones muy atractivas (plazos de 30 años y tasas que se ubicaron en el orden de los 200/300 pb sobre las tasas de referencia de los valores emitidos por el Gobierno de los Estados Unidos de América). Este proceso llevó a las Autoridades a proponer una operación de canje voluntario de la deuda pública en el mes de abril de 2003, que además de novedoso en la comparación internacional, resultó exitoso, en la medida que logró una adhesión del 93%. La Bolsa de Valores jugó un papel preponderante en la consecución de este resultado, logrando la adhesión de casi el 100% de las tenencias depositadas en su sistema de custodia. Las condiciones adversas derivadas del entorno internacional comenzaron a superarse paulatinamente. A ellas se sumó la mejora en la competitividad operada a partir del cambio de política cambiaria implementado a mediados del año 2002, y del cosecuente ajuste del tipo de cambio, determinando un entorno favorable para la recuperación de los niveles de actividad. Entre los factores favorables que se observan en el entorno internacional se señalan la reactivación de la economía mundial impulsada por el comportamiento de Japón y de los Estados Unidos, el incremento del comercio internacional y de los precios de los productos básicos, y en particular de las materias primas de origen agrícola y de los alimentos, y las tasas internacionales que alcanzaron niveles históricamente bajos y la desvalorización del dólar frente al euro. Asimismo, el entorno regional contribuyó favorablemente: la consolidación de la reactivación de la economía argentina y la relativa estabilidad de la economía brasileña, además de incrementar la demanda regional de bienes y servicios, contribuyeron a mejorar el entorno macroeconómico, lo que derivó en una mejora de las expectativas empresariales. El escenario interno mostró una tendencia hacia la normalización, que se apreció en distinto grado según los resultados y el posicionamiento de cada sector o rama de actividad. Respecto al año 2002, el riesgo país tendió a la baja, así como las tasas en moneda nacional, en tanto el dólar permaneció relativamente estable. En contrapartida, el comportamiento al alza del precio del petróleo (recurso que Uruguay debe importar en su totalidad), y la sequía observada en los primeros meses del año, que repercutió en forma negativa en los rendimientos de algunos cultivos de verano y en el costo de la generación de energía eléctrica, se presentaron como elementos limitantes al proceso de recuperación de la economía uruguaya. Asimismo, la incertidumbre política derivada de la posibilidad de que en las elecciones nacionales a celebrarse a fines del presente año, resulte ganador un partido sin experiencia de gobierno, alienta ciertas incertidumbres sobre el devenir económico, y en particular sobre las decisiones de inversión y el mercado de valores. La política económica implementada durante el año 2003 estuvo pautada por las metas y los acuerdos plasmados en las Cartas de Intención firmadas con el FMI en los meses de marzo y junio del mismo año. Entre los principales cabe destacar: la aplicación de una política fiscal que permitiera obtener un superávit primario del sector público del 3.2% del PBI y un déficit global del 3.1% del PBI, la aplicación de un programa monetario destinado a limitar el incremento de los precios mas allá del 27%, el mantenimiento de una política de tipo de cambio flotante con mínimas intervenciones en el mercado de divisas, la adopción de medidas estructurales necesarias para fortalecer la posición fiscal a mediano plazo y la implementación de una solución para los bancos oportunamente suspendidos. A partir del canje de deuda, y en la medida que el desempeño de la economía comenzó a mostrar mejores resultados que los previstos, se revisaron las metas de inflación a la baja ( de 27% a 19%) y se mejoró la variación proyectada del producto (de –2% a –1%). La política fiscal implementada en el año 2003 fue de corte netamente restrictivo y se tradujo en una fuerte contracción del gasto público. Las restricciones de liquidez que enfrentaba el Estado desde fines de 2002 fueron superadas a través del canje de deuda, que se reflejó en una sustancial reducción del riesgo país, que le permitió al Estado nuevamente acceder al mercado local y luego al mercado internacional de crédito. Como consecuencia, se observó una mejora general de las expectativas de los agentes económicos. A partir del canje de deuda, la política monetaria adquirió un sesgo expansivo, que se materializó a través de la compra neta de divisas por el BCU al sistema financiero. En contrapartida, la colocación de letras de regulación monetaria procuró mantener la base monetaria alineada a las metas prefijadas. Asimismo, compartía el objetivo de incentivar la expansión del crédito bancario y bajar la tasa de interés en moneda nacional, lo que no pudo ser concretado. Si bien la reactivación económica se verificó en el correr del año 2003 en términos mas vigorosos de lo previsto, la restricción crediticia bancaria y de mercado continúa operando como una limitante al crecimiento, y evidenciando la necesidad de continuar en el camino de recomposición de la confianza. 2. COMPORTAMIENTO DE LAS PRINCIPALES VARIABLES ECONOMICOFINANCIERAS EN EL AÑO 2003 Durante el año 2003, la economía uruguaya mostró variados recuperación. signos de Nivel de actividad El nivel de actividad medido a través del PBI mostró un crecimiento del 2.5% año 2003. La recuperación comenzó a visualizarse desde el primer trimestre del año a instancias del sector agroexportador, cuyos precios recuperados enfrentaron costos de dólares muy depreciados dado el ajuste del tipo de cambio producido en junio de 2002. La oferta agregada creció un 2.2% en términos reales, respondiendo al crecimiento del PBI del 2.5% y a un aumento de las importaciones del 1.6%. La demanda interna también se incrementó un 1.6% (a partir de un fuerte crecimiento de la inversión bruta interna y una débil declinación del consumo) en tanto las exportaciones lo hicieron a la tasa del 4.1%. Estas fueron impulsadas por el favorable escenario externo, tanto regional como internacional, y por el cambio de precios relativos, lo que incrementó la rentabilidad de los sectores productores de bienes y servicios transables, especialmente vinculados al sector agropecuario y al turismo. Casi todos los sectores productivos mostraron un comportamiento positivo durante el año 2003, con excepción del sector electricidad, gas y agua. En promedio y en términos desestacionalizados los sectores que mas crecieron fueron el agropecuario (14.4%) y el industrial (4.6%). El sector agropecuario registró su segundo año de crecimiento consecutivo a partir de la crisis (el PBI creció también en el año 2002 a una tasa del 5.1%) en el marco de un contexto favorable dado por una mayor competitividad, que se originó en la devaluación del peso en el 2002, y en la desvalorización del dólar frente al euro, en el fuerte incremento de los precios de los productos agropecuarios, y en la mejora sanitaria en al área vacuna que permitió acceder a mayores niveles de precios. A ello debe agregarse que en los últimos años el sector se ha beneficiado de fuertes exoneraciones tributarias. Empleo La recuperación del empleo se observó fundamentalmente a partir del segundo semestre del año 2002. En contrapartida, la tasa de desempleo que comenzó a descender a partir del segundo trimestre del 2003, se ubicó en 15.1% a fin del mismo año, luego de haber alcanzado un guarismo de casi 20% al terminar el año 2002. Durante el año 2003 continuó apreciándose un deterioro del salario real medio, dada la aceleración de la inflación que se produce a partir de la devaluación de mediados de 2002, que en un contexto de altas tasas de desempleo, no permitió su recuperación. Precios El incremento de los precios al consumo fue muy inferior a lo esperado, ubicándose incluso debajo de la meta fijada con el FMI, inicialmente del 27% y luego corregida a la baja al 19%. La inflación medida a través de este indicador se ubicó en 10.2%, en tanto en el año 2002, y dadas las presiones originadas en el tercer trimestre del año, a partir de la liberación del tipo de cambio, había alcanzado el 25.9%. Influyeron en este comportamiento la retracción del consumo interno, el bajo ajuste de los salarios nominales, la desindexación de la economía, y la estabilidad cambiaria que se observó en general durante el año 2003. El tipo de cambio, por su parte, se incrementó tan sólo un 7.3%, en tanto en el año 2002 el aumento fue del 94%. Su comportamiento mostró características diferentes durante el año: el peso se apreció luego del canje de deuda, en tanto durante el segundo semestre, se depreció como consecuencia de la mayor liquidez imperante en la plaza, la caída de las tasas de interés en moneda nacional, y la mayor demanda de dólares por parte de la instituciones financieras y del Banco Central del Uruguay. Finanzas Públicas Cumpliendo con las metas establecidas en las respectivas Cartas de Intención con el FMI, el sector público consolidado alcanzó un superávit primario del 3% del PBI y un déficit fiscal total del 3.1% del PBI. Este último representó un monto de U$S de 344 millones, en tanto en el año 2002 fue superior a U$S 500 millones, lo que denota el esfuerzo realizado en la recomposición de las finanzas del estado. El financiamiento del déficit se realizó a través de la colocación de valores públicos fundamentalmente, y en menor medida a través de préstamos con organismos multilaterales de crédito, lo que denota la reapertura de los mercados de crédito tanto a nivel local como internacional. En este proceso la Autoridad Monetaria ha realizado importantes esfuerzos en desarrollar un mercado en unidades indexadas, dado que la deuda del Estado en valores está nominada básicamente en dólares. El superávit primario se explica principalmente por el resultado positivo obtenido por las empresas públicas, en segundo lugar por el resultado del Gobierno Central y el Banco de Previsión Social, en tanto el Banco Central del Uruguay experimentó un moderado déficit. Cabe señalar que si bien se realizaron fuertes ajustes en la presión tributaria a efectos de alcanzar los resultados mencionados, es de notar que el aumento de la recaudación de la Dirección General Impositiva que se verifica en el segundo semestre del año, es consecuencia de la reactivación económica que comenzó a evidenciarse con mayor tonicidad esa altura del año. Política Monetaria El objetivo de la política monetaria fue controlar el crecimiento de los precios a través del manejo de los agregados monetarios. Si bien, como ya se señaló, se cumplieron las metas en términos de crecimiento de precios, un incremento del 10.2% frente a una meta del 27%, pone de manifiesto las dificultades que enfrentó la autoridad monetaria para controlar el comportamiento de los precios en el corto plazo. Cabe señalar que la recuperación de los depósitos en el sistema financiero (si bien a través de instrumentos de corto plazo), que fue del 9% en el año, comenzó a mostrar la recuperación de la confianza del sector privado en el sistema financiero local, luego de la crisis atravesada en el año 2002. En el primer semestre de dicho año los depósitos del sistema, que totalizaban U$S 15.000 millones, cayeron un 50%. A fines del 2003 se ubicaron apenas por debajo de U$S 8.500 millones. No se aprecia la misma evolución en los créditos, cuyo stock siguió cayendo durante el año 2003, si bien los indicadores de morosidad han mejorado. Las tasas nominales de interés registraron una trayectoria a la baja, principalmente a partir del canje de deuda pública. De acuerdo a la información publicada por el Banco Central del Uruguay, tasa efectiva anual en moneda nacional para préstamos a empresas pasó de 127% a 26% entre diciembre de 2002 y diciembre de 2003. Las tasa pasivas mostraron la misma trayectoria, aunque ésta es menos pronunciada. Sector externo El año 2003 fue mostrando la recuperación de las condiciones para el desarrollo de la actividad económica, luego de la profunda crisis registrada en el año 2002. Si bien operó una fuerte restricción crediticia, la recuperación de la competitividad a partir de la adopción del régimen de flotación del tipo de cambio, fue muy importante en relación a Argentina y Brasil y los países de la Unión Europea, lo que habilitó una recuperación de las demandas regionales en particular. Mientras las exportaciones medidas en dólares corrientes se incrementaron un 18%, las importaciones lo hicieron a una tasa del 11.5%, generando un superávit de balanza comercial de U$S 7.7 millones, que si bien resulta pequeño en volumen, traduce la significación del cambio en la corriente de los flujos comerciales del país. Cabe señalar que la recuperación de los mercados regionales cobró importancia, pero también la tuvieron las ventas hacia los países del NAFTA. Asimismo, debe señalarse que de excluirse del monto importado las compras de petróleo y derivados, su importeo queda prácticamente invariado, destacándose la reducción de las de bienes de capital y bienes de consumo, pero aumentando las de bienes intermedios. En relación a la posición de reservas del Banco Central del Uruguay cabe destacar que a fines del año 2003 se registró una importante ganancia, que se tradujo en un aumento de los activos de reserva de U$S 1.380 millones, lo que representa la reversión de la fuga de capitales operada en el año 2002. 3. EL COMPORTAMIENTO DEL MERCADO BURSÁTIL EN EL AÑO 2003 La recuperación de los niveles de actividad y algunos indicios de un mayor nivel de confianza en el sistema financiero repercutieron en forma positiva en el mercado de valores de la Bolsa de Valores de Montevideo. Esta evolución se visualiza en particular a partir del exitoso canje de la deuda pública, operación en la que la Bolsa se vio fuertemente involucrada. Las estimaciones realizadas ubican la caída del mercado global en un 28%. Mientras la Bolsa Electrónica de Valores S.A. registraría un descenso del 61%, la Bolsa de Valores de Montevideo registra un incremento de la operativa que se ubicó en el 27% entre diciembre de 2002 y diciembre de 2003. Este crecimiento se vio impulsado por la negociación de valores públicos, en tanto el mercado de los valores emitidos por el sector privado se ha visto retraído como consecuencia de la crisis financiera, que implicó una caída en su calificación y en muchos casos un reperfilamiento de pagos. El aumento de la operativa estuvo pautado por la fortaleza que recobró el instrumento Letras de Tesorería, dado que su plazo resultó atractivo para un inversor no tentado a asumir los riesgos de plazos largos, y en la medida que las Letras de corto plazo no se incluyeron en el canje de deuda pública. La operativa en estos valores, por su naturaleza, integra básicamente el mercado primario, reflejándose en pocas oportunidades en las operaciones de rueda. La recuperación de la confianza se ha reflejado en la extensión del plazo de las Letras que de 7 días ha alcanzado plazos de 180 días en moneda nacional y 5 años en unidades indexadas. El Estado, en tanto emisor, cuenta a la fecha, con la posibilidad de colocar valores en el mercado local y en el mercado internacional, con un menú de monedas que incluye pesos, dólares y unidades indexadas. Asimismo, la Bolsa de Valores de Montevideo ha realizado una importante contribución a los inversores afectados por la crisis bancaria, al facilitar la negociación de los certificados de depósito entregados a los inversores, tanto en el caso del Banco de la República Oriental del Uruguay, como del Nuevo Banco Comercial que agrupó a los depositantes de los bancos liquidados (Comercial, Montevideo y Caja Obrera) como consecuencia de la crisis del año 2002.