Algunas formas de trastorno emocional y su relaci6n con la esquizofrenia * Helene Deutsch ** En este trabajo se presentan observaciones psicoanalíticas de algunos tipos de trastorno emocional y se describe una serie de casos en los que ln relación emocional del individuo con el mundo exterior y con su propio Yo parece estar empobrecida o ausente. Dichos trastornos de la vida emocional asumen distintas formas; por ejemplo, hay individuos que no tienen consciencia de su falta de respuestas y vínculos afectivos normales, y cuyo trastorno emocional es percibido sólo por quienes los rodean o se pone de manifiesto gracias a la labor analítica; hay otros que lamentan su deficiencia emocional y se sienten hondamente afligidos por ese trastorno en sus experiencias internas. Entre estos últimos, la perturbación puede ser transitoria y pasajera, reaparecer de tiempo en tiempo, pero sólo en relación con determinadas situaciones y experiencias específicas, o bien persistir como un síntoma continuo y angustioso. Además, el individuo puede percibir el trastorno emocional en su propia personalidad o bien proyectarlo en el mundo externo. En el primer caso, el paciente dice: "Estoy cambiado. No siento nada. Todo me parece irreal"; en el otro, se 'queja de que el mundo le resulta extraño, que los objetos no son más que sombras y los seres humanos y los acontecimientos le parecen irreales y teatro les. las formas del trastorno en las que el individuo tiene consciencia de su deficiencia y se queja de ella corresponde al cuadro de la "despersonclizoción", que ha sido descripto por muchos autores. Dentro de la literatura analítica, se recomienda al lector los estudios de Oberndorf***, Schilder****, y Bergler y EidelbergU"'''. la mayoría de las observaciones analíticas que figuran en este se refieren a estados muy relacionados con la despersonalización, pero de ésta en tanto el paciente mismo no los percibía como trastornos. Me rido a este tipo especial de personalidad con el término "como si" trabajo distintos he refey debo '" Esta es una combinaci6n de un trabajo publicado en el Int. Ztschr. f. P,a., XX, .1934, con el tftulo de "Ueber einen Typus der Pseudoaffektivitat (' Als ob')", y de una conferencia pro. nunciada en la reuni6n que la .Asociaci6n. Psicoanalltica Americana realiz6 en Chicago en 1938. La presente versi6n ha sido publicada en The Psychoanalytic Quarterly, 1942, XI, 3 . •••• Direcci6n: 44 Larchwood Orive, Cambridge, Mass., 02138. Oberndorf, C. P. "Depersonalization in Relation to Erotization of Thought", Interna;. J. of Psycho-Anal., XV, 1934, pógs. 271·295; "Genesis of Feeling of tlnreality", Int. J. of PsychoAnal., XVI, 1935, pógs. 296·306. •••••••• Schilder, P., "Treatment of Depersonalization", Bull. N. Y. Acad. Med., XV, 1939, pógs. 258·272 . ••••••••.•••••• Bergler E., y Eidelberg, L. "Der Mechanismus der depersonalization", Int. Ztschr. f. Psa., XXI, 1935, pógs. 258·285. '"** 413 Helene Deutsch señalar que este nombre nada tiene que ver con el sistema de "ficciones" de Vaihinger y la filosofía del "Como-Si". El único motivo para utilizar un término tan poco original es que todo intento de comprender 1'0 manera de sentir y el modo de vida de este tipo de persona produce en el observador la ineludible impresión de que toda su relación con la vida presenta una característica que describiríamos como falta de autenticidad y, sin embargo, exteriormente es "como si" fuera completa. Incluso el lego no tarda en preguntar, después de conocer 'a un paciente "como si": ¿Qué le peso?". La persona parece normal, y nada en ello sugiere un trastorno, dado que la conducta no es insólita, la capacidad intelectual parece intacta y las expresiones emocionales son adecuadas y bien ordenadas. A pesar de todo ello, algo intangible e indefinible se interpone entre esa persona y sus semejantes e invariablemente surge la pregunta: "¿Qué le pasa?". 1/ Uno de mis pacientes, hombre inteligente y experimentado, se encontró en una reunión social con otro de mis pacientes, una muehcche del tipo "como si". Dedicó parte de su sesión siguiente a contarme hasta qué punto la había encontrado entretenida, atractiva e interesante, pero concluyó sus elogios diciendo: "Pero hay algo raro en ella". No pudo explicarme qué quería decir con esto. 414 Cuando solicité a un experto que examinara las pinturas de esa misma paciente, con el objeto de conocer su opinión al respecto, aquél me informó que los dibujos demostraban gran habilidad y talento, pero que también había en ellos algo perturbador que parecía atribuible a un freno interno, una inhibición que, según pensaba él, no sería difícil eliminar. Hacia el final de este análisis, no muy exitoso, la paciente decidió perfeccionarse en pintura con dicho experto y, al cabo de cierto tiempo, recibí un informe en el que su maestro 'hablaba maravillas desu talento. Verlos meses después me envió un informe menos entusiasta. En efecto, la muchacha era talentosa, su maestro habra quedado impresionado por la rapidez con que ella había adoptado su técnica y su forma de percepción artística, pero, debía admitir que había en ella algo intangible que él nunca había encontrado antes, y concluía sus comentarios con la pregunta habitual: "¿Qué le .pasa?". Agregaba que la muchacha hcblc buscado otro maestro que utilizaba un enfoque pedagógico muy distinto, y que se había adaptado con notable facilidad y rapidez a la nueva teoría y técnica. Algunas formas de trastorno emocional y su relación con la esquizofrenia La primera impresión que producen esas personas es de completa normalidad. Están intelectualmente intactas, son talentosas, y demuestran notable comprensión frente a los problemas intelectuales y emocionales; pero cuando siguen sus frecuentes impulsos a realizar una labor creadora construyen algo valioso en cuanto a la forma, pero que constituye siempre una repetición espasmódica, aunque eficaz, de un prototipo, sin la menor huella de originalidad. Una observación más cuidadosa permite comprender que lo mismo ocurre en sus relaciones afectivas con el medio. Por lo común, tales relaciones son intensas y presentan todos los signos característicos de la amistad, el amor, la simpatía y la comprensión, pero incluso el lego no tarda en percibir algo extraño y hace la pregunta que no puede responder. Al analista pronto le resulta evidente que todas esas relaciones carecen del más mínimo vestigio de calor, que todas las expresiones de emoción son formales y que la experiencia interna está completamente excluida. Es algo así como la representación de un actor cuya técnica es perfecta pero que carece de la chispa necesaria como para que sus personajes tengan verdadera vida. Así, la característica esencial de la persona que me propongo describir consiste en que, externamente, vive como si contara con una capacidad emocional completo y sensible. Para ella no existe diferencia alguna entre sus formas vacías y lo que los demás realmente sienten. Sin analizar el problema con mayor profundidad, quisiera señalar ahora que esta actitud no es idéntica a la frialdad de los individuos reprimidos, en quienes por lo común hay una vida emocional cltomente diferenciada oculta tras una pared, y en quienes la pérdida de afecto es manifiesta o bien está encubierta por una sobrecornpensación. En un caso hay una huida de la realidad o una defensa contra la percepción de impulsos instintivos prohibidos; en el otro, hay una búsqueda de la realidad externa en el esfuerzo por evitar una f.antasía cargada de ansiedad.' El pslcoonólieis revela que en el individuo "como si" ya no se trata de una represión, sino de una verdadera pérdida de carga objeta!. La relación aparentemente normal con el mundo corresponde a la naturaleza imitativa del niño y expresa una identificación con el medio, una imitación que trae como resultado una adaptación aparentemente buena al mundo de la realidad, a pesar de la falta de' carga objeta!. 415 Helene Deutsch Otras consecuencias de esa relación con la vida son una actitud completamente pasiva frente al medio, con una facilidad muy plástica para percibir señales del mundo exterior y qdcptor la propia conducta a ellas. La identificación con lo que los demás piensan y sienten expresa esta plasticidad pasiva y permite que la persona haga gala de una tremenda fidelidad y de la más vil perfidia. Cualquier objeto sirve como puente para la identificación. Al comienzo, el amor, la amistad y el apego de una persona "como si" son muy gratificadores para el otro. Si se trata de una mujer, se presenta como la quintaesencia de la devoción femenina, impresión que surge en particular de su pasividad y su facilidad para la identificación. Con todo, la falta de verdadero calor introduce en la atmósfera emocional una tan intensa sensación de vacío y aburrimiento que por lo general el hombre se apresura a terminar con la relación. A pesar del carácter adhesivo que la persona "como si" imprime a todos sus relaciones, cuando se ve abandonada exhibe una serie de reacciones afectivas que son "como si", y por 'ende espurias, o una franco ausencia de afectividad. En cuanto se presenta la prlmere oportunidad, el objeto previo es reemplazado por otro y el proceso se repite una vez más. 416 El mismo vacío y la mismo falta de individualidad que resultan tan evidentes en la vida emocional, caracterizan también a la estructura moral. Carentes por completo de carácter, de todo principio, en el sentido literal del término, la moral de los individuos "como si", sus ideales, sus convicciones, no son más que reflejos de otra persona, buena o mala. Puesto que se ligan con gran facilidad a grupos sociales, éticos y religiosos, tratan mediante ese recurso de dar contenido y realidad a su vacío interior y de establecer por medio de la identificación la validez de su. existencia. Un entusiasmo excesivo por determinada filosofía puede verse rápida y completamente reemplazado por otro que es contradictorio, sin la menor huella de transformación interna, sino simplemente como resultado de algún cambio accidental en, el círculo de sus conocidos. Una segunda característica de tales pacientes es su sugestionabilidad, que resulta muy comprensible teniendo en cuenta lo dicho hasta ahora. Al igual que su capacidad para la identificación, esta segunda característica no es idéntica a la sugestionabilidad del histérico, para quien la carga objetal c:onstituye Algunas formas de trastorno emocional y su relación con la esquizofrenia una condición necesaria¡ en el individuo "como si" dicha sugestionabilidad debe atribuirse a su pasividad y a una identificación de tipo autómata. Muchos actos criminales iniciales, atribuidos a un vínculo erótico, se deben en realidad a una facilidad pasiva para someterse a influencias ajenas. Otra característica de la personalidad "como si" consiste en que las tendencias agresivas están casi completamente enmascaradas por la pasividad, lo cucl les confiere un aire de bondad negativa, de leve afabilidad que, sin embargo, se convierte fácilmente en maldad. Uno de estos pacientes, hií'a única de una de las familias nobles más antiguas de Europa, había sido criada en una atmósfera insólita. Con la excusa de tener que cumplir con sus obligaciones oficiales, y de completo acuerdo con la tradición, los padres delegaron el cuidado y la educación de su hija en personas ajenas a la familia. En determinados días de la semana la niña era presentada a los padres con fines de "control"¡ durante estas reuniones, aquéllos examinaban sus logros educativos, y daban a sus preceptores el nuevo programa y otras indicaciones. Así, después de una despedida "fría y ceremoniosa, la niña volvía a su casa¡ no recibía de sus padres calor ni ternura, y tampoco su castigo directo. Esta separación virtual de los padres se inició poco después de su nacimiento. Quizá el elemento más negativo en la conducta de los padres, que concedían a la niña un mínimo de calor, era el tremendo hincapié, reforzado por todo el programa educativo, que se hacía en su mera existencia: se enseñó a la paciente a amarlos, honrarlos y obedecerlos, pero sin que pudiera sentir jamás estas emociones en forma directa y realista. En esta atmósfera, tan carente de afecto por parte de los padres, no cabía esperar que la niña alcanzara a desarrollar una vida emocional satisfactoria. Con todo, sí era de suponer que otras personas ocuparían el lugar de los podres, en cuyo caso su situación habría sido la del niño criado en un hogar adoptivo. En esos casos comprobamos que los vínculos emocionales con los propios padres se transfieren a sus sustitutos, en relación con los cuales el complejo edípico se desarrolla quizá con mayor dificultad pero sin modificaciones significativas. De acuerdo con la tradición, esta paciente siempre tuvo tres niñeras, cada una de las cuales quería destacarse ante los ojos de los padres y trataba 417 Helene D~utsch permanentemente de favorecer a la runo, Empero, cambiaban con mucha frecuencia y durante toda la infancia de esta niña no hubo ninguna persona que la amara y que pudiera convertirse en un objeto amoroso significativo para ella. En cuanto pudo conceptualizar, la paciente se sumergió en fantasías acerca de los padres, a quienes atribuía poderes divinos mediante los cuales le proporclonobon cosas inalcanzables para los mortales corrientes. Todo lo que leía en los libros de cuentos y leyendas le servía para enriquecer los mitos con respecto a sus padres. Dichas fantasías nunca expresaban el anhelo de amor, sino que tendfcn a obtener un beneficio narcisista. Cada reunión con los padres reales aumentaba aún más la distanci.a entre aquéllos y los héroes de su imaginatión. Así, en la niña se desarrolló un mito parental, una sombra fantasmagórica de una situación edípica que seguía siendo una forma vacía en lo que respecta a emociones y personas reales. La realidad, esto es, la falta de relaciones con los padres, provocó una regresión narcisista a la fantasía, y dicho proceso se intensificó debido a la cusenclo de toda relación sustitutiva objetal. Esta última posibilidad quedó excluida por el frecuente cambio de niñeras y gobernantas y el hecho de que también esas personas estuvieran sometidas a una disciplina estricta, obedecieran órdenes y utilizaran todos los recursos disponibles para que la niña se adaptara a las exigencias de la realidad, para lo cual empleaban conscientemente una aparente ternura como medio de alcanzar objetivos didácticos. La niña tuvo que someterse desde muy temprano a la educación de esfínteres y al aprendizaje de buenos modales, y los violentos estallidos de rabia _y cólera que sufrió durante la temprana infancia fueron exitosamente controlados y reemplazados por una obediencia totalmente complaciente. Gran parte de este control disciplinario se logró apelando a los padres, de modo que la niña relacionaba todas sus demostraciones de obediencia y buen comportamiento con el deseo o la orden del padre y la madre míticos. 418 A los ocho años, cuando ingresó a una escuela de religiosas, se encontraba completamente fijada en el estado "como si" con que inició su análisis. En la superficie, no existía diferencia alguna entre su vida y la de cualquier otra alumna de la escuela. Tuvo el habitual apego a una de las monjas, imitando a las niñas de su grupo, y también tiernas amistades que carecían para Algunas formas de trastorno emocional y su relaci6n con la esquizofrenia el/a de toda significación. Participaba devotamente de las formas de la religión, pero sin el menor vestigio de fe, y se inició, por seducción, en la masturbación con seudosentimientos de culpa, con el solo fin de ser igual que sus compañeras. Con el correr del tiempo, el mito de los padres desapareció sin que nuevas fantasías ocuparan su lugar; se desvaneció a medida que aquéllas se convirtieron más claramente en personas reales y en objetos de su desvalorización. las fantasías narcisistas dieron paso a experiencias reales en las que, no obstante, sólo podía participar por medio de la identificación. El análisis reveló que el éxito alcanzado durante su- infancia en lo que se refiere a suprimir los impulsos instintivos sólo era aparente y que,tal como ocurre con un animal de circo, estaba ligado a la presencia de un domador. Si se le exigía la negación de un instinto, la paciente se sometía, pero cuando un objeto distinto otorgaba su consentimiento para la satisfacción de un impulso, ella respondía sin inhibición aunque con muy poca gratificación. El único resultado de su educación consistió en que el impulso nunca entró en conflicto con el mundo externo. En tal sentido, se comportaba como una niña en esa etapa del desarrollo en la que sólo la autoridad externa inmediata puede frenar los impulsos instintivos. Así, ocurrió que durante un tiempo la paciente anduvo en malas compañías, en notable contraste con su ambiente familiar y su educación. Se emborrachaba en lugares poco recomendables, participaba en toda suerte de perversiones sexuales y se sentía tan cómoda en ese submundo como en la secta piadosa, el grupo artístico o el movimiento político en los que más tarde participó con todo éxito. Nunca se quejó por falta de afecto, ya que jamás tuvo consciencia de el/a. Su relación con los padres era bastante fuerte como pata permitirle convertirlos en héroes de su fan~asía, pero evidentemente faltaban ras condiciones necesarias para crear una constelación edípico, cálida y dinámica, capaz de .moldear una vida psíquica sana en el futuro, tanto en el sentido positivo como en el negativo. No basta con que los padres estén allí y alimenten la fantasía, pues es necesario .que, hasta cierto punto, el niño sea realmente seducido por la actividad libidinosa de los padres para que desarrolle una vida emocional normal, que experimente el calor del cuerpo materno, así como todos los actos seductores inconscientes de la madre amorosa cuando ésta se ocupa de las 419 Helene Deutsch necesidades corporales del runo. Asimismo, éste debe jugar con el padre y tener suficiente intimidad con él como para percibir su masculinidad, pues ello permite que los impulsos instintivos participen en la constelación edípica. El mito de esta paciente ofrece cierta semejanza con lo fantasía que Freud llamó lo "novelo familiar" * en lo que, sin embargo, lo relación libidinal con los padres es intenso, aunque reprimido. Al repudiar a los podres reales, se hoce posible evitar en porte los intensos conflictos emocionales originados en los deseos prohibidos, los sentimientos de culpa, etcétera. Los verdaderos objetos han quedado reprimidos, pero el análisis permite ponerlos de manifiesto con toda su carga libidinal. Pero nuestra paciente nunca tuvo una relación emocional cálida y viva con los padres o con otra persono. No tiene mayor sentido entrar a considerar aquí si, después de débiles intentos de lograr una carga objetal, la niña volvió al narcisismo mediante un proceso de regresión o si, como resultado de la falta de amor, jamás logró establecer una relación objetal real. La deficiencia que impidió el desarrollo de la vida emocional influyó también en la formación del Superyó. La fantasmal estructura del complejo edípico fue gradualmente abandonada, sin que hubiera llegado jamás a constituir una formación superyoica integrada y unificada. Se tiene la impresión de que los prerrequisitos para tal desarrollo también dependen de intensas cargas objeta les edípicas. No cabe negar que, a una edad muy temprana, existen ciertas prohibiciones internas que constituyen los precursores del Superyó y dependen íntimamente de objetos externos. La identificación con los padres en la resolución del complejo edípico trae como resultado la integración de tales elementos, y cuando ello no ocurre, como en el caso de esta paciente, la identificación sigue siendo vacilante y transitoria. los representantes que participan en la formación de la conciencia moral permanecen en el mundo externo y, en lugar del deserrollo de una moral interna, hay una persistente identificación con los objetos * 420 Freud denomina "novela familiar" a las fantasías que tienen en común el hecho de relacionorse con los antepasados de quien las crea. La versión t(pica de la "novela familiar"· es: "No soy hijo de mis padres. ¿Hijo de quién soy entonces?" La respuesta habitual es: "Pertenezco a una familia más noble". Cf. Deutsch, H. "Zur Genese des 'Familienromans' ", Int. Ztschr. f. Psa., XVI, 1930, págs. 249-253. Algunas formas de trastorno emocional y su relación con la esquizofrenia externos. En su infancia, las influencias educativas ejercieron un efecto inhibidor sobre la vida instintiva de esta paciente, particularmente en lo que se refiere a las agresiones. Posteriormente, y dada la falta de un Superyó adecuado, esta paciente atribuye la responsabilidad por su propia conducta a objetos del mundo externo con Jos que se identifica. La pasividad de esta paciente, como expresión de su sometimiento a la voluntad ajena, parace constituir la transformación final de sus tendencias agresivas. Como resultado de esta débil estructura superyoica, hay muy poco contacto entre el Yo y el Superyó, y el escenario de todos los conflictos sigue siendo externo, como ocurre con el niño para quien toda fricción puede evitarse siempre y cuando se muestre obediente. Tanto la identificación persistente como el sometimiento pasivo expresan la completa adaptación de la paciente al medio, y confieren a su personalidad esa cualidad fantasmal. El valor de tal vínculo con la realidad es cuestionable, pues la identificación siempre tiene lugar sólo con una parte del medio; si ese aspecto del medio entra en conflicto con los demás, el paciente también se ve envuelto en él. Así, puede ocurrir que el individuo participe por seducción en actos asociales o criminales debido a un cambio en sus identificaciones, y que algunos de los individuos asociales procedan del grupo de personalidades "como si" que están adaptadas a la realidad en esta forma limitada. El análisis de esta paciente reveló un genuino infantilismo, esto es, una detención en una etapa definida del desarrollo de la vida emocional y la formación del carácter. Además de las influencias ambientales particularmente desfavorables, cabe señalar que la paciente pertenecía a una muy antigua familia p!agada de psicóticos y psicópatas inválidos. Me referiré a otra paciente, cuyo padre padecía de una enfermedad mental y cuya madre era neurótica. Recordaba a su padre sólo como "un hombre de barba negra", e intentaba presentar como algo maravilloso y fascinante sus ausencias del hogar, debidas en realidad a su internación en diversos sanatorios y su permanencia en una habitación aislada de la casa, siempre bajo el cuidado de un enfermero. Construyó así un mito en torno del padre, reemplazándolo en la fantasía por un hombre misterioso, al que más tarde se refería como un "indio" y con el que tenía toda suerte de experiencias, cada una de 421 Helene Deutsch las cuales servía para convertirla en un ser sobrehumano. El prototipo para el indio fue el enfermero del padre, a quien la niña veía desaparecer misteriosamente en la habitación de aquél. La crianza y la educación de la niña quedaron en manos de nIñeras, a pesar de lo cual logró establecer un fuerte apego libidinoso con la madre, una mujer muy anormal. Sus relaciones posteriores presentaban elementos de actitudes libidinosas 6bjetales, a veces más cálidas, sobre todo en un sentido homosexual, pero nunca en grado suficiente como para modificar su cualidad "como si". En este caso, la imposibilidad de desarrollar una carga objetal adecuada estaba relacionada con el nacimiento de un hermano, hacia el que sentía una envidia insólitamente agresiva. La comparación de los genitales hizo que la niña examinara su cuerpo durante horas frente a un espejo, actividad narcisista que más tarde fue gradualmente sublimada. Al comienzo intentó maldecir partes del cuerpo en arcilla, para facilitar sus estudios frente al espejo. Con el correr de los años alcanzó gran habilidad para modelar y estudió durante un breve período con una escultora. Inconscientemente se trataba de una fantasía en la que exhibía una y otra vez su cuerpo frente al mundo. En años posteriores se limitó a crear figuras femeninas grandes, muy voluptuoscs y maternales, que constituían débiles intentos de recrear a la madre de la que su hermano la había despojado en la infancia. Por fin, abandonó la escultura por la música, simplemente porque creía que su maestra no la apreciaba en todo lo que valía. Una característica muy destacada de su infancia era una imitación casi simiesca del hermano, con el que permaneció durante muchos años completamente identificada, no en la fantasía sino a través del acting out. Con resultados desastrosos para ambos, el hermano reveló desde muy temprano signos ·inequívocos de una psicosis que culminó en una excitación catatónica. La hermana imitaba todas las acti~idades bizarras del niño y vivía con él en un mundo de fantasía. Se libró de que la internaran gracias a su carga libidinosa objetal parcial yola identificación con objetos más normales. Al comienzo, pensé que su trastorno era el resultado de una identificación con el hermano psicótico y sólo más tarde comprendí que la etiología de este caso tenía raíces 422 más profundas. Creo que esta paciente es similar a la primera, a pesar de las diferen- Algunas formas de trastorno emocional y su relación con la esquizofrenia cias en cuanto a su desarrollo. En el segundo caso, parecería que una desilusión puso fin a la fuerte relación con la madre, que la misteriosa ausencia del padre impidió que la niña encontrara en él un sustituto, y que las relaciones con los objetos permanecieron en la etapa de identificación. Mediante esta identificación evitaba el intenso odio que experimentaba hacia el hermano y transformaba su agresión en una pasividad obediente en la que se identificaba sumisamente con él. No desarrolló otras relaciones objetales. El Superyó sufrió el mismo destino que el de la primera paciente, esto es, el mito del padre y la muy temprana desvalorización de la madre impidieron la integración del Superyó y la obligaron a depender de personas en el mundo externo. Una tercera paciente, una mujer bonita y temperamental de treinta y cinco años, con gran talento intelectual y artístico, inició su análisis porque se sentía "cansada" después de una larga serie de aventuras. Pronto se puso en evidencia que, como resultado de cierta combinación de circunstancias, su interés por el psicoanálisis era, en realidad, un interés por la analista, sobre todo por su profesión. Si bien hablaba a menudo de su tremenda pasión por la psicología infantil y las teorías freudianas, y leía mucho sobre estos temas, tenía de ellos una comprensión extraordinariamente superficial y un entusiasmo por completo irreal. Una observación más cuidadosa permitió revelar que esto ocurría no sólo con sus intereses intelectuales; sino con todo lo que hacía. Era sorprendente reconocer en esta mujer, tan infatigablemente activa, una situación tan cercana a la seudoafectividad del paciente "como si". También en este caso, todas sus experiencias estaban basadas en identificaciones, aunque éstas no eran tan directas como la del paciente que es más "monógamo", diríamos, y se adhiere a una única persona o grupo por vez, pues esta paciente presentaba tantas identificaciones concurrentes -o representaciones simbólicas de identificaciones- que su conducta parecía excéntrica. De hecho, quienes la conocían la consideraban "loca". Con" todo, sus amigos no tenían idea de que su vida aparentemente rica ocultaba una seria falta de afecto. Había acudido a mí porque deseaba modificar su carácter, esto es, alcanzar mayor paz y armonía en su vida identificándose con una personalidad profesional "particularmente sólida". Al cabo de seis meses el análisis pareció haber logrado progresos insó- 423 Helene Deutsch Iitos. La paciente aprendió a comprender muchas cosas acerca de sí misma y dejó de lado sus excentricidades. Decidió convertirse en analista y, cuando me opuse, se derrumbó. Carecía por completo de afecto y solía decir: "¡Me siento tan vacía! ¡Dios mío, estoy tan vacía! No tengo sentimientos". Se comprobó que, antes de analizarse, se había visto envuelta en graves dificultades financieras al poner fin a diversas amistades y relaciones amorosas, y comprendió entonces que se vería obligada a trabajar. Esa fue la intención que la trajo al análisis. Se proponía convertirse en analista identificándose conmigo. Cuando comprobó que ello sería imposible, esta mujer aparentemente capaz y activa se transformó en una persona por completo pasiva .. Cada tanto tenía ataques terriblemente violentos de llanto infantil o estallidos de rabia, durante los cuales se arrojaba al piso, pataleaba y gritaba. Poco a poco desarrolló una progresiva falta de afecto. Se volvió completomente negativista y respondía a todas las interpretaciones diciendo: "No entiendo lo que quiere decirme con eso". Esta paciente sufrió un trauma severo en dos momentos de su desarrollo. Su padre era aleoholista, y la paciente a menudo presenclcbo sus brutales ataques contra la madre. Se ponía siempre del lado de esta última y, cuando contaba sólo siete años, comenzó a tener fantasías en las que rescataba a la madre de su infortunio y construía para ella una pequeña cabaña blanca. Ahorraba cada centavo que podía y estudiaba con ahínco en la escuela para alcanzar esta meta, pero terminó por descubrir que la madre no sólo era la víctima pasiva de su esposo, sino que la brutalidad le provocaba placer. La consiguiente desvalorización de la madre la privó de su único objeto de amor e impidió también el desarrollo de un ideal del Yo femenino en una personalidad adecuada e independiente. Dedicó el resto de su vida al intento de compensar esa falta mediante la creación de una serie de identificaciones, tal como ocurre con los pacientes "como si". 424 Privada de ternura y de afecto e~ su infancia, sus instintos siguieron siendo crudamente primitivos; vacilaba entre darles libre rienda y controlarlos. Actuaba fantasías de prostitución, participó en una variedad de perversiones sexuales, y a menudo daba la impresión de hipomanía. Salía de estas orgías identificándose con alguna persona convencional, caso que lograba por medio de una suerte de sublimación, cuya forma dependía en cada caso del objeto Algunas formas de trastorno emocional y su relaci6n con la esquizofrenia elegido. Esto traía como resultado cambios frecuentes en sus ocupaciones e intereses. Mientras podía conservar esa relación o asegurarse la gratificación de impulsos muy primitivos no percibía su falta de afecto. los siguientes casos de trastorno emocional presentan numerosas litudes con el grupo "como si", pero difieren en algunos aspectos. simi- Un joven de diecisiete años, sumamente inteligente, acudió al an61isis debido a su homosexualidad manifiesta y a una falta consciente de sentimientos. Dicha falta de emociones incluía a sus objetos homosexuales, con respecto a los cuales creaba toda clase de fantasías perversas. Era obsesiva mente escrupuloso, modesto, exacto y digno de confianza. En sus actividades homosexuales, se mostraba pasivamente oral y anal. El an6lisis fue sumamente rico en cuanto al material obtenido, pero se desenvolvía en un vacío emocional. Si bien la transferencia aparecía a menudo en sueños y fantasías, nunca se convirtió en una experiencia emocional consciente. Cierto día, le di una yo intervenra. Asistió a mi tras subía las escaleras que movilización de su ansiedad entrada para una serie de conferencias en las que disertación y experimentó profunda ansiedad mienconducían a la sala de conferencias. Gracias a esta en la transferencia, el an6lisis comenzó a progresar. Hijo único de una familia muy culta, con un padre estricto y ambicioso y una madre que dedicaba su vida a su hijo buen mozo e inteligente, el paciente sufrió no obstante el destino de la deficiencia afectiva. El hecho de crecer en una atmósfera en la que jam6s necesitó buscar amor, de haberse visto abrumado por la ternura sin tener que hacer esfuerzo alguno para obtenerla, paralizó sus propios esfuerzos activos en tal sentido. Permaneció ligado a impulsos instintivos primitivos, y puesto que hubo en su infancia muy pocas ansiedades infantiles que no fueran cuidadosamente evitadas, carecía de motivos para construir mecanismos de defensa. Sufrió el trauma que significó la desvalorización de su ideal del Yo cuando descubrió que el padre, a quien tanto admiraba, era inculto y limitado. Esta nueva imagen lo amenazó con la autodesvalorización, pues él era igual que su padre, llevaba el mismo nombre, y la madre le recordaba continuamente el parecido existente entre ambos. Mediante una actitud rígida y estricta en las exigencias éticas e intelectuales, trató de ser mejor que el Self que estaba 425 Helene Deutsch identificado con el padre. En contraste con los pacientes ya mencionados, no se identificaba con una serie de objetos. En lugar de tener relaciones emocionales con la gente, estaba dividido en dos identificaciones: con la madre amada y con el padre. la primera era femenina y sexuaJizada¡ la segunda, sobrecompensadora, rígida y narcisista. 'Al revés de lo que ocurre con los individuos "como si", este paciente se quejaba de su falta de sentimientos. Carecía por completo de las emociones tiernas que habrían dado una cualidad cálida a su vida emocional. No tenia relaciones con ninguna mujer, y sus amistades con hombres eran puramente intelectuales o crudamente sexuales. Cuando experimentaba algún sentimiento era de tal índole que no se permitía expresarlo, pues se trataba de agresiones muy primitivas, de los impulsos sexuales más infantiles, que rechazaba afirmando que no sentía nada en 'absoluto. En cierto sentido, decía la verdad, pues en realidad carecía de todos los sentimientos permisibles, esto es, de emociones sublimadas y tiernas. La tendencia á la identificación también es característica de este tipo de trastorno afectivo. Aunque este paciente no sumergió por completo su personalidad en una serie de identificaciones, la parte más fuerte de su Yo, esto es, su intelecto, carecía de originalidad. Todo lo que escribía y decía acerca de cuestiones científicas revelaba gran talento formal, pero cuando intentaba crear algo original por lo general noIoqrcbo más que repetir ideas que en alguna ocasión había captado con particular claridad. la tendencia a las identificaciones múltiples se manifestaba en el campo intelectual. 426 Otra paciente de este grupo, una mujer casada de treinta años, que provenía de una familia en la que había muchos psicóticos, se quejaba también de su falta de emociones. A pesar de contar con una buena inteligencia y una perfecta prueba de realidad, llevaba una vida inauténtico y respondia siempre a las sugerencias del medio. Se hizo evidente que no podía experimentar nada excepto una disposición completamente pasiva a escindirse en un número infinito de identificaciones. Esta situación se había manifestado en forma aguda después de una operación durante su infancia para la cual no le habían proporcionado ninguna preparación psicológica. Al despertar de la anestesia preguntó si era realmente ella misma, y luego cayó en un estado de despersonalización que duró Algunas formas de trastorno emocional y su relaci6n con la esquizofrenia un año para una ansiedad convertirse luego paralizante. en una suqestloncbilldcd pasiva que ocultaba Todos estos casos tienen en común un profundo trastorno del proceso de sublimación, lo cual trae como resultado la imposibilidad de sintetizar las diversas identificaciones infantiles en una personalidad integrada y singular, y el logro de una sublimación imperfecta, unilateral y puramente intelectual, de las tendencias instintivas. Aunque el juicio crítico y la capacidad intelectual pueden ser excelentes, la parte moral y emocional de la personalidad está ausente. La etiología de tales trastornos se relaciona, en primer lugar, con una desvalorización del objeto que constituye un modelo para el desarrollo de la personalidad del niño. Tal desvalorización puede verse justificada por la realidad o deberse, por ejemplo, al golpe que significa descubrir el coito de los padres en un perfodo del desarrollo en el que el niño libra sus últimas batallas contra la masturbación y necesita apoyo en su esfuerzo por alcanzar la sublimación. Asimismo, como en el caso del muchacho descripto, una sublimación exitosa puede resultar imposible debido a la sexualización de la relación con un objeto que debería servir al niño como modelo para su ideal del Yo, en este caso, una identificación marcadamente sexual con la madre. Otra causa de este tipo de trastorno emocional es un estímulo insuficiente para la sublimación de las emociones, como resultado de la falta o el exceso de ternura. La cnsledod infantil puede correr idéntica suerte. Un trato demasiado severo o excesivamente indulgente puede contribuir al fracaso en la formación económica de mecanismos de defensa, lo cual trae como resultado una notable pasividad del Yo. Conviene recordar que, en el caso del muchacho al que nos hemos referido, un ataque de ansiedad no sólo movilizó la transferencia sino que también abrió el camino hacia la recuperación. Es necesario considerar ahora de qué modo la tendencia de las personalidades "como si" a la identificación con objetos amorosos contemporáneos difiere de esa misma tendencia en la histeria. La gran diferencia radica en ~I hecho de que los objetos con que los histéricos se identifican son los objetos de intensas cargas libidinales. La represión histérica del afecto permite al individuo liberarse de la ansiedad, por lo cual constituye una solución del conflicto. 427 Helene Deutsch En los pacientes "corno si", una temprana deficiencia en el desarrollo del afecto reduce el conflicto interno, como resultado de lo cual se produce un empobrecimiento de la personalidad total que no tiene lugar en la histeria. los pacientes descriptos aquí nos hacen sospechar que nos encontramos frente a algo así como el bloqueo afectivo observado sobre todo en individuos narcisistas que han logrado la pérdida del afecto por medio de la represión. la diferencia básica, sin embargo, consiste en que la personalidad "como si" intenta simular una experiencia afectiva, mientras que el individuo afectivamente bloqueado no lo hace. En el análisis de este último siempre se puede mostrar que las relaciones objeta les y los sentimientos agresivos que en algún momento se desarrollaron han sido objeto de una represión y no están a disposición de la personalidad consciente. El análisis permite poner gradualmente de manifiesto esa porte reprimida y afectivamente viva de la personalidad, y a veces se pueden poner a disposición del Yo los aspectos enterrados de la vida emocional. Por ejemplo, un paciente había reprimido por completo el recuerdo de su madre, que murió cuando él tenía cuatro años yola que, indudablemente, se referían la mayor parte de sus emociones. Bajo la influencia de una transferencia muy débil pero efectiva, comenzaron a surgir recuerdos aislados que al principio presentaban un carácter negativo y rechazaban toda ternura. En el curso del, tratamiento, este paciente manifestó también otra forma de trastorno emocional, esto es, despersonalización. Antes del análisis la satisfacción que experimentaba consigo mismo jamás se había visto conmovida. Se defendía contra la transferencia con todas sus fuerzas. Durante las sesiones, cuando podían percibirse claros signos de una transferencia in statu nascendi, el paciente solía decir que se sentía extraño. Resultaba evidente que, en él, la despersonalización correspondía a Jo percepción de un cambio en la carga, pero no era tan evidente si ello se debía a una nueva corriente Iibidinal que se liberaba de la represión, o bien a una supresión de los sentimientos vinculados con la transferencia. En este caso de represión del afecto, el conflicto interno ofrece muy poca similitud con el de un paciente "corno sil/¡ la analogía se basa únicamente en el empobrecimiento afectivo común a ambas situaciones. 428 El narcisismo y la pobreza de relaciones objeta les, tan característicos de Algunas formas de trastorno emocional y su relaci6n con la esquizofrenia una personalidad "como si", nos lleva a considerarla relación entre esta deficiencia y la psicosis. El hecho de que la prueba de realidad se mantenga plenamente permite eliminar este trastorno de nuestra concepción de la psicosis. Entre los' más importantes descubrimientos de Freud y Abraham figuran él de la identificación narcisista como etapa preliminar para la carga objetal y el de la introyección del objeto luego de su pérdida. La estructura psíquica de la melancolía nos ofrece el ejemplo clásico de este proceso, pues en ella el objeto de la identificación ha sido psicológicamente internalizado, y un Superyó tiránico lleva adelante el conflicto con el objeto incorporado, con total independencia del mundo externo. En los pacientes "como si", los objetos permanecen en el exterior y todos los conflictos se actúan en relación con ellos. Así se evita el conflicto con el Superyó porque, en cada gesto y en cada acto, el Yo "como si" se subordina mediante la identificación a los deseos e imperativos de una autoridad que jamás se ha introyectado. La impresión personal producida por los pacientes y la tendencia pslcótica en la familia, sobre todo en los dos primeros casos observados, nos hacen pensar en un proceso esquizofrénico. Me parece justificado considerar que el trastorno psíquico severo tiene su origen en los desarrollos de la temprana infancia, y por el momento resulta imposible determinar si esto se opone o no al diagnóstico de un proceso esquizofrénico. Mis observaciones de pacientes esquizofrénicos me han dejado la impresión de que el proceso esquizofrénico pasa por una fase "como si" antes de adquirir la forma delirante. Una esquizofrénica de veintidós años acudió a mí después de un ataque catatónico, orientada con respecto a tiempo y lugar, pero llena de ideas delirantes. Hasta el comienzo del estado corifusio'nal había llevado una existencia casi idéntica a la de los pacientes "como si". Su vínculo con los objetos con los que se identificaba y que siempre eran mujeres destacadas, era muy intenso. Como resultado de frecuentes cambios en estas relaciones, modificaba su lugar de residencia, sus estudios y sus intereses en forma casi maníaca. Su última identificación la había I!evado a alejarse de una respetable familia norteamericana para ingresar a una célula comunista en Berlín. El súbito abandono por parte de su objeto la llevó de Berlín a París, donde se volvió claramente paranoide y desarrolló una severa confusión. El tratamiento logró restablecer su estado original pero, a 429 Helene Deutsch pesar de las advertencias en tal sentido, su familia decidió interrumpir el aná.lisis,' y, la muchacha no pudo reunir suficiente afecto como para oponerse. Cierto díc, trajo un perro, y me dijo que ahora todo saldría bien: imitaría al perro, y así sabría cómo debía actuar. La identificación subsistía pero ya no se limitaba a objetos humanos, sino que incluía a animales, objetos inanimados, conceptos y símbolos, yero precisamente esta falta de selectividad lo que otorgaba carácter delirante al proceso. La pérdida de la capacidad para identificarse con objetos humanos hizo posible la construcción de un mundo nuevo y delirante. Otra paciente esquizofrénica había tenido durante años un sueño recurrente en el que, sometida a espantosos dolores y tormentos, buscaba a la madre pero no podía hallarla porque siempre enfrentaba una interminable multitud de mujeres, todas ellas parecidas a la madre, de modo que no podía encontrar a la verdadera. Este sueño me hizo pensar en las figuras maternas estereotipadas y recurrentes que la segunda paciente "como si" solía esculpir. Freud habla de la "personalidad múltiple" como resultado de un pro- * ceso en el que numerosas identificaciones provocan la desorganización del Yo. El resultado puede ser una psicopatología manifiesta, o bien puede ser que los conflictos entre las distintas identificaciones asuman una forma que no es necesariamente patológica. Freud se refiere a un proceso puramente interno de formación yoica, y ello no se aplica a las identificaciones "como si" con objetos del mundo externo. Sin embargo, el mismo proceso psíquico tendrá en la personalidad "como si" una resolución más "normal" en algunos casos y un resultado patológico más o menos severo, en otros. ** Anna Freud señala que el tipo de seudoafectividad de los pacientes "como si" se observa a menudo en la pubertad. Creo que la desvalorización de los objetos primarios (típica también de la pubertad), que sirvieron como modelos para el ideal del Yo, desempeña en ambos casos un papel importante. Anna Freud señala que este tipo de conducta e~ la pubertad hace pensar en la existencia de una psicosis. Creo que los comentarios presentados aquí se aplican también a la pubertad. En determinado momento, el proceso estará 430 * ** Freud, S. The Ego and the Id, Londres, Institute of Psycho·Analysis y Hogarth Freud, A. The Ego and the Mechanisms of Defence, Londres, Hogarth Press, 1927. Press, 1937. Algunas formas de trastorno emocional y su relación con la esquizofrenia dentro de los límites de lo "normal" y, en otro, encierra las semillas de un trastorno patológico. El tipo justifica la designación de "esquizoide", ocurra o no que más tarde se desarrolle una esquizofrenia. No me resulta del todo claro si los trastornos emocionales descriptos en este trabajo implican una "disposición esquizofrénica" o constituyen síntomas rudimentarios de esquizofrenia. Estos pacientes representan variaciones en la serie de las personalidades distorsionadas anormales. No corresponden a las formas habitualmente aceptadas de neurosis, y su adaptación a la realidad es demasiado buena como para llamarlos psicóticos. Si bien el psicoanálisis raro vez tiene éxito en tales casos, los resultados prácticos del tratamiento pueden ser muy notables, sobre todo si se utiliza una fuerte identificación con el analista como influencia activa y constructiva. En la medida en que son accesibles al análisis, nos permiten aprender mucho sobre la psicología del Yo, especialmente con respecto a los trastornos del afecto y, quizá, sobre el problema del "esquizoide", que sigue siendo tan oscuro. En las grandes formaciones delirantes de las psicosis observamos impulsos primitivos y arcaicos que regresan desde las profundidades del inconsciente de manera dramática. La regresión se produce debido a una falla del Yo, a la que nos referimos en términos de una "debilidad del Yo" y suponemos que los motivos de tal falla son psíquicos, constitucionales u orgánicos. El psicoanálisis está en condiciones de investigar el primer tipo de motivos, sobre todo en los estados prepsicóticos a los que pertenecen estos casos. 431