Algunas formas de trastorno emocional y su relaci6n con la

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Algunas formas de trastorno emocional y su relaci6n
con la esquizofrenia
*
Helene
Deutsch
**
En este trabajo se presentan
observaciones
psicoanalíticas
de algunos
tipos de trastorno emocional y se describe una serie de casos en los que ln
relación emocional del individuo con el mundo exterior y con su propio Yo
parece estar empobrecida
o ausente.
Dichos trastornos de la vida emocional
asumen distintas formas; por ejemplo, hay individuos que no tienen consciencia
de su falta de respuestas y vínculos afectivos normales, y cuyo trastorno emocional es percibido sólo por quienes los rodean o se pone de manifiesto gracias
a la labor analítica; hay otros que lamentan su deficiencia emocional y se sienten
hondamente
afligidos por ese trastorno en sus experiencias internas. Entre estos
últimos, la perturbación
puede ser transitoria y pasajera, reaparecer
de tiempo
en tiempo, pero sólo en relación con determinadas
situaciones y experiencias
específicas, o bien persistir como un síntoma continuo y angustioso.
Además,
el individuo puede percibir el trastorno emocional en su propia personalidad
o bien proyectarlo en el mundo externo.
En el primer caso, el paciente dice:
"Estoy cambiado.
No siento nada. Todo me parece irreal"; en el otro, se 'queja
de que el mundo le resulta extraño, que los objetos no son más que sombras
y los seres humanos y los acontecimientos
le parecen irreales y teatro les. las
formas del trastorno en las que el individuo tiene consciencia de su deficiencia
y se queja de ella corresponde
al cuadro de la "despersonclizoción",
que ha
sido descripto por muchos autores. Dentro de la literatura analítica, se recomienda al lector los estudios de Oberndorf***, Schilder****, y Bergler y EidelbergU"'''.
la mayoría de las observaciones
analíticas que figuran en este
se refieren a estados muy relacionados con la despersonalización,
pero
de ésta en tanto el paciente mismo no los percibía como trastornos.
Me
rido a este tipo especial de personalidad
con el término "como si"
trabajo
distintos
he refey debo
'" Esta es una combinaci6n de un trabajo publicado en el Int. Ztschr. f. P,a., XX, .1934, con el
tftulo de "Ueber einen Typus der Pseudoaffektivitat
(' Als ob')", y de una conferencia pro. nunciada en la reuni6n que la .Asociaci6n. Psicoanalltica
Americana realiz6 en Chicago en
1938. La presente versi6n ha sido publicada en The Psychoanalytic
Quarterly,
1942, XI, 3 .
•••• Direcci6n: 44 Larchwood Orive, Cambridge,
Mass., 02138.
Oberndorf,
C. P. "Depersonalization
in Relation to Erotization of Thought", Interna;. J. of
Psycho-Anal., XV, 1934, pógs. 271·295; "Genesis of Feeling of tlnreality",
Int. J. of PsychoAnal., XVI, 1935, pógs. 296·306.
•••••••• Schilder, P., "Treatment of Depersonalization",
Bull. N. Y. Acad. Med., XV, 1939, pógs. 258·272 .
••••••••.••••••
Bergler E., y Eidelberg, L. "Der Mechanismus
der depersonalization",
Int. Ztschr. f. Psa.,
XXI, 1935, pógs. 258·285.
'"**
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Deutsch
señalar que este nombre nada tiene que ver con el sistema de "ficciones" de
Vaihinger y la filosofía del "Como-Si". El único motivo para utilizar un término
tan poco original es que todo intento de comprender 1'0 manera de sentir y
el modo de vida de este tipo de persona produce en el observador la ineludible
impresión de que toda su relación con la vida presenta una característica que
describiríamos
como falta de autenticidad
y, sin embargo, exteriormente
es
"como si" fuera completa. Incluso el lego no tarda en preguntar, después de
conocer 'a un paciente "como si": ¿Qué le peso?". La persona parece normal,
y nada en ello sugiere un trastorno, dado que la conducta no es insólita, la
capacidad intelectual parece intacta y las expresiones emocionales son adecuadas
y bien ordenadas.
A pesar de todo ello, algo intangible e indefinible se interpone
entre esa persona y sus semejantes e invariablemente
surge la pregunta: "¿Qué
le pasa?".
1/
Uno de mis pacientes, hombre inteligente y experimentado,
se encontró
en una reunión social con otro de mis pacientes, una muehcche del tipo "como si".
Dedicó parte de su sesión siguiente a contarme hasta qué punto la había encontrado entretenida, atractiva e interesante, pero concluyó sus elogios diciendo:
"Pero hay algo raro en ella". No pudo explicarme qué quería decir con esto.
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Cuando solicité a un experto que examinara las pinturas de esa misma
paciente, con el objeto de conocer su opinión al respecto, aquél me informó
que los dibujos demostraban gran habilidad y talento, pero que también había
en ellos algo perturbador que parecía atribuible a un freno interno, una inhibición que, según pensaba él, no sería difícil eliminar. Hacia el final de este
análisis, no muy exitoso, la paciente decidió perfeccionarse en pintura con dicho
experto y, al cabo de cierto tiempo, recibí un informe en el que su maestro
'hablaba maravillas desu talento. Verlos meses después me envió un informe
menos entusiasta. En efecto, la muchacha era talentosa, su maestro habra quedado impresionado por la rapidez con que ella había adoptado su técnica y su
forma de percepción artística, pero, debía admitir que había en ella algo intangible que él nunca había encontrado antes, y concluía sus comentarios con la
pregunta habitual: "¿Qué le .pasa?". Agregaba que la muchacha hcblc buscado otro maestro que utilizaba un enfoque pedagógico muy distinto, y que
se había adaptado con notable facilidad y rapidez a la nueva teoría y técnica.
Algunas formas de trastorno emocional y su relación con la esquizofrenia
La primera impresión
que producen esas personas es de completa normalidad.
Están intelectualmente
intactas, son talentosas, y demuestran
notable
comprensión
frente a los problemas
intelectuales
y emocionales;
pero cuando
siguen sus frecuentes impulsos a realizar una labor creadora construyen algo
valioso en cuanto a la forma, pero que constituye siempre una repetición
espasmódica,
aunque eficaz, de un prototipo, sin la menor huella de originalidad.
Una observación
más cuidadosa
permite comprender
que lo mismo
ocurre en sus relaciones afectivas con el medio. Por lo común, tales relaciones
son intensas y presentan todos los signos característicos
de la amistad, el amor,
la simpatía y la comprensión,
pero incluso el lego no tarda en percibir algo
extraño y hace la pregunta
que no puede responder.
Al analista
pronto le
resulta evidente que todas esas relaciones carecen del más mínimo vestigio de
calor, que todas las expresiones de emoción son formales y que la experiencia
interna está completamente
excluida. Es algo así como la representación
de un
actor cuya técnica es perfecta pero que carece de la chispa necesaria como
para que sus personajes tengan verdadera
vida.
Así, la característica
esencial de la persona que me propongo describir
consiste en que, externamente,
vive como si contara con una capacidad
emocional completo y sensible.
Para ella no existe diferencia
alguna entre sus
formas vacías y lo que los demás realmente sienten. Sin analizar el problema
con mayor profundidad,
quisiera señalar ahora que esta actitud no es idéntica
a la frialdad de los individuos reprimidos, en quienes por lo común hay una
vida emocional cltomente diferenciada
oculta tras una pared, y en quienes la
pérdida de afecto es manifiesta o bien está encubierta
por una sobrecornpensación. En un caso hay una huida de la realidad o una defensa contra la percepción de impulsos instintivos prohibidos; en el otro, hay una búsqueda de la
realidad externa en el esfuerzo por evitar una f.antasía cargada de ansiedad.'
El pslcoonólieis
revela que en el individuo "como si" ya no se trata de una
represión, sino de una verdadera
pérdida de carga objeta!. La relación aparentemente normal con el mundo corresponde
a la naturaleza
imitativa del niño
y expresa una identificación con el medio, una imitación que trae como resultado una adaptación
aparentemente
buena al mundo de la realidad, a pesar
de la falta de' carga objeta!.
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Otras consecuencias
de esa relación con la vida son una actitud completamente pasiva frente al medio, con una facilidad muy plástica para percibir
señales del mundo exterior y qdcptor la propia conducta a ellas. La identificación con lo que los demás piensan y sienten expresa esta plasticidad pasiva
y permite que la persona haga gala de una tremenda fidelidad y de la más
vil perfidia.
Cualquier objeto sirve como puente para la identificación.
Al comienzo, el amor, la amistad y el apego de una persona "como si" son muy
gratificadores
para el otro. Si se trata de una mujer, se presenta como la quintaesencia de la devoción femenina,
impresión que surge en particular de su
pasividad y su facilidad para la identificación.
Con todo, la falta de verdadero
calor introduce en la atmósfera emocional una tan intensa sensación de vacío
y aburrimiento
que por lo general el hombre se apresura
a terminar con la
relación. A pesar del carácter adhesivo que la persona "como si" imprime a
todos sus relaciones, cuando se ve abandonada
exhibe una serie de reacciones
afectivas que son "como si", y por 'ende espurias, o una franco ausencia de
afectividad.
En cuanto se presenta la prlmere oportunidad,
el objeto previo
es reemplazado
por otro y el proceso se repite una vez más.
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El mismo vacío y la mismo falta de individualidad
que resultan tan
evidentes en la vida emocional, caracterizan
también a la estructura
moral.
Carentes por completo de carácter, de todo principio, en el sentido literal del
término, la moral de los individuos "como si", sus ideales, sus convicciones, no
son más que reflejos de otra persona, buena o mala. Puesto que se ligan con
gran facilidad a grupos sociales, éticos y religiosos, tratan mediante ese recurso
de dar contenido y realidad a su vacío interior y de establecer por medio de
la identificación la validez de su. existencia.
Un entusiasmo excesivo por determinada filosofía puede verse rápida y completamente
reemplazado
por otro
que es contradictorio,
sin la menor huella de transformación
interna, sino simplemente como resultado de algún cambio accidental en, el círculo de sus conocidos.
Una segunda característica
de tales pacientes es su sugestionabilidad,
que
resulta muy comprensible
teniendo en cuenta lo dicho hasta ahora.
Al igual
que su capacidad
para la identificación, esta segunda característica
no es idéntica a la sugestionabilidad
del histérico, para quien la carga objetal c:onstituye
Algunas
formas
de trastorno
emocional
y su relación
con la esquizofrenia
una condición necesaria¡ en el individuo "como si" dicha sugestionabilidad
debe
atribuirse a su pasividad y a una identificación de tipo autómata.
Muchos actos
criminales iniciales, atribuidos a un vínculo erótico, se deben en realidad a una
facilidad pasiva para someterse a influencias ajenas.
Otra característica
de la personalidad
"como si" consiste en que las
tendencias agresivas están casi completamente
enmascaradas
por la pasividad,
lo cucl les confiere un aire de bondad negativa,
de leve afabilidad
que, sin
embargo, se convierte fácilmente en maldad.
Uno de estos pacientes, hií'a única de una de las familias nobles más
antiguas de Europa, había sido criada en una atmósfera insólita. Con la excusa
de tener que cumplir con sus obligaciones oficiales, y de completo acuerdo con la
tradición, los padres delegaron el cuidado y la educación de su hija en personas
ajenas a la familia. En determinados
días de la semana la niña era presentada
a los padres con fines de "control"¡ durante estas reuniones, aquéllos examinaban sus logros educativos, y daban a sus preceptores
el nuevo programa
y
otras indicaciones.
Así, después de una despedida "fría y ceremoniosa,
la niña
volvía a su casa¡ no recibía de sus padres calor ni ternura, y tampoco su castigo
directo. Esta separación
virtual de los padres se inició poco después de su
nacimiento.
Quizá el elemento más negativo en la conducta de los padres,
que concedían a la niña un mínimo de calor, era el tremendo hincapié, reforzado
por todo el programa educativo, que se hacía en su mera existencia: se enseñó
a la paciente a amarlos, honrarlos y obedecerlos,
pero sin que pudiera sentir
jamás estas emociones en forma directa y realista.
En esta atmósfera,
tan carente de afecto por parte de los padres, no
cabía esperar que la niña alcanzara
a desarrollar
una vida emocional satisfactoria.
Con todo, sí era de suponer que otras personas ocuparían
el lugar
de los podres, en cuyo caso su situación habría sido la del niño criado en un
hogar adoptivo.
En esos casos comprobamos
que los vínculos emocionales con
los propios padres se transfieren
a sus sustitutos, en relación con los cuales
el complejo edípico se desarrolla quizá con mayor dificultad pero sin modificaciones significativas.
De acuerdo con la tradición, esta paciente siempre tuvo tres niñeras,
cada una de las cuales quería destacarse ante los ojos de los padres y trataba
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D~utsch
permanentemente
de favorecer a la runo, Empero, cambiaban
con mucha frecuencia y durante toda la infancia de esta niña no hubo ninguna persona
que la amara y que pudiera convertirse en un objeto amoroso significativo
para ella.
En cuanto pudo conceptualizar,
la paciente se sumergió en fantasías
acerca de los padres, a quienes atribuía poderes divinos mediante los cuales
le proporclonobon
cosas inalcanzables
para los mortales corrientes. Todo lo que
leía en los libros de cuentos y leyendas le servía para enriquecer los mitos con
respecto a sus padres.
Dichas fantasías nunca expresaban
el anhelo de amor,
sino que tendfcn a obtener un beneficio narcisista. Cada reunión con los padres
reales aumentaba
aún más la distanci.a entre aquéllos y los héroes de su imaginatión.
Así, en la niña se desarrolló un mito parental, una sombra fantasmagórica de una situación edípica que seguía siendo una forma vacía en lo que
respecta a emociones y personas reales. La realidad, esto es, la falta de relaciones con los padres, provocó una regresión narcisista a la fantasía, y dicho
proceso se intensificó debido a la cusenclo de toda relación sustitutiva objetal.
Esta última posibilidad quedó excluida por el frecuente cambio de niñeras y
gobernantas
y el hecho de que también esas personas estuvieran sometidas a
una disciplina estricta, obedecieran
órdenes y utilizaran todos los recursos disponibles para que la niña se adaptara
a las exigencias de la realidad, para
lo cual empleaban
conscientemente
una aparente ternura como medio de alcanzar objetivos didácticos.
La niña tuvo que someterse desde muy temprano a
la educación de esfínteres y al aprendizaje
de buenos modales, y los violentos
estallidos de rabia _y cólera que sufrió durante la temprana
infancia fueron
exitosamente
controlados y reemplazados
por una obediencia totalmente complaciente.
Gran parte de este control disciplinario
se logró apelando
a los
padres, de modo que la niña relacionaba
todas sus demostraciones
de obediencia y buen comportamiento
con el deseo o la orden del padre y la madre míticos.
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A los ocho años, cuando ingresó a una escuela de religiosas, se encontraba completamente
fijada en el estado "como si" con que inició su análisis.
En la superficie, no existía diferencia alguna entre su vida y la de cualquier
otra alumna de la escuela. Tuvo el habitual apego a una de las monjas, imitando a las niñas de su grupo, y también tiernas amistades que carecían para
Algunas
formas
de trastorno
emocional
y su relaci6n
con la esquizofrenia
el/a de toda significación.
Participaba devotamente
de las formas de la religión,
pero sin el menor vestigio de fe, y se inició, por seducción, en la masturbación
con seudosentimientos
de culpa, con el solo fin de ser igual que sus compañeras.
Con el correr del tiempo, el mito de los padres desapareció
sin que
nuevas fantasías ocuparan su lugar; se desvaneció a medida que aquéllas se
convirtieron más claramente
en personas reales y en objetos de su desvalorización. las fantasías narcisistas dieron paso a experiencias
reales en las que,
no obstante, sólo podía participar por medio de la identificación.
El análisis reveló que el éxito alcanzado
durante su- infancia en lo que
se refiere a suprimir los impulsos instintivos sólo era aparente y que,tal
como
ocurre con un animal de circo, estaba ligado a la presencia de un domador.
Si se le exigía la negación de un instinto, la paciente se sometía, pero cuando
un objeto distinto otorgaba
su consentimiento
para la satisfacción de un impulso, ella respondía
sin inhibición aunque con muy poca gratificación.
El
único resultado de su educación consistió en que el impulso nunca entró en
conflicto con el mundo externo. En tal sentido, se comportaba
como una niña
en esa etapa del desarrollo en la que sólo la autoridad externa inmediata puede
frenar los impulsos instintivos. Así, ocurrió que durante un tiempo la paciente
anduvo en malas compañías,
en notable contraste con su ambiente familiar y
su educación.
Se emborrachaba
en lugares poco recomendables,
participaba
en toda suerte de perversiones sexuales y se sentía tan cómoda en ese submundo
como en la secta piadosa, el grupo artístico o el movimiento político en los que
más tarde participó con todo éxito.
Nunca se quejó por falta de afecto, ya que jamás tuvo consciencia de
el/a. Su relación con los padres era bastante fuerte como pata permitirle convertirlos en héroes de su fan~asía, pero evidentemente
faltaban
ras condiciones
necesarias para crear una constelación edípico, cálida y dinámica, capaz de
.moldear una vida psíquica sana en el futuro, tanto en el sentido positivo como
en el negativo.
No basta con que los padres estén allí y alimenten la fantasía,
pues es necesario .que, hasta cierto punto, el niño sea realmente seducido por la
actividad libidinosa de los padres para que desarrolle una vida emocional normal, que experimente
el calor del cuerpo materno, así como todos los actos
seductores inconscientes de la madre amorosa cuando ésta se ocupa de las
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Helene Deutsch
necesidades
corporales del runo. Asimismo, éste debe jugar con el padre y
tener suficiente intimidad con él como para percibir su masculinidad,
pues ello
permite que los impulsos instintivos participen en la constelación edípica.
El mito de esta paciente ofrece cierta semejanza
con lo fantasía
que
Freud llamó lo "novelo familiar" * en lo que, sin embargo, lo relación libidinal
con los padres es intenso, aunque reprimido.
Al repudiar a los podres reales,
se hoce posible evitar en porte los intensos conflictos emocionales originados en
los deseos prohibidos, los sentimientos de culpa, etcétera.
Los verdaderos
objetos han quedado reprimidos, pero el análisis permite ponerlos de manifiesto con
toda su carga libidinal.
Pero nuestra paciente nunca tuvo una relación emocional cálida y viva
con los padres o con otra persono. No tiene mayor sentido entrar a considerar
aquí si, después de débiles intentos de lograr una carga objetal, la niña volvió
al narcisismo mediante
un proceso de regresión o si, como resultado
de la
falta de amor, jamás logró establecer una relación objetal real.
La deficiencia que impidió el desarrollo de la vida emocional influyó
también en la formación del Superyó.
La fantasmal
estructura del complejo
edípico fue gradualmente
abandonada,
sin que hubiera llegado jamás a constituir una formación superyoica integrada y unificada.
Se tiene la impresión de
que los prerrequisitos
para tal desarrollo también dependen de intensas cargas
objeta les edípicas.
No cabe negar que, a una edad muy temprana,
existen ciertas prohibiciones internas que constituyen los precursores del Superyó y dependen íntimamente de objetos externos.
La identificación
con los padres en la resolución
del complejo edípico trae como resultado la integración de tales elementos, y
cuando ello no ocurre, como en el caso de esta paciente, la identificación sigue
siendo vacilante y transitoria.
los representantes
que participan en la formación
de la conciencia moral permanecen
en el mundo externo y, en lugar del deserrollo de una moral interna, hay una persistente identificación
con los objetos
*
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Freud denomina "novela familiar" a las fantasías que tienen en común el hecho de relacionorse
con los antepasados de quien las crea. La versión t(pica de la "novela familiar"· es: "No soy
hijo de mis padres. ¿Hijo de quién soy entonces?" La respuesta habitual es: "Pertenezco a una
familia más noble". Cf. Deutsch, H. "Zur Genese des 'Familienromans' ", Int. Ztschr. f. Psa.,
XVI, 1930, págs. 249-253.
Algunas formas de trastorno emocional y su relación con la esquizofrenia
externos. En su infancia, las influencias educativas ejercieron un efecto inhibidor sobre la vida instintiva de esta paciente, particularmente
en lo que se
refiere a las agresiones.
Posteriormente, y dada la falta de un Superyó adecuado, esta paciente atribuye la responsabilidad por su propia conducta a objetos
del mundo externo con Jos que se identifica. La pasividad de esta paciente,
como expresión de su sometimiento a la voluntad ajena, parace constituir la
transformación final de sus tendencias agresivas.
Como resultado de esta débil estructura superyoica, hay muy poco contacto entre el Yo y el Superyó, y el escenario de todos los conflictos sigue siendo
externo, como ocurre con el niño para quien toda fricción puede evitarse siempre y cuando se muestre obediente. Tanto la identificación persistente como el
sometimiento pasivo expresan la completa adaptación de la paciente al medio,
y confieren a su personalidad esa cualidad fantasmal.
El valor de tal vínculo
con la realidad es cuestionable, pues la identificación siempre tiene lugar sólo
con una parte del medio; si ese aspecto del medio entra en conflicto con los
demás, el paciente también se ve envuelto en él. Así, puede ocurrir que el
individuo participe por seducción en actos asociales o criminales debido a un
cambio en sus identificaciones, y que algunos de los individuos asociales procedan del grupo de personalidades
"como si" que están adaptadas
a la realidad en esta forma limitada.
El análisis de esta paciente reveló un genuino infantilismo, esto es, una
detención en una etapa definida del desarrollo de la vida emocional y la formación del carácter.
Además de las influencias ambientales
particularmente
desfavorables,
cabe señalar que la paciente pertenecía a una muy antigua
familia p!agada de psicóticos y psicópatas inválidos.
Me referiré a otra paciente, cuyo padre padecía de una enfermedad
mental y cuya madre era neurótica. Recordaba a su padre sólo como "un hombre de barba negra", e intentaba presentar como algo maravilloso y fascinante
sus ausencias del hogar, debidas en realidad a su internación en diversos sanatorios y su permanencia en una habitación aislada de la casa, siempre bajo el
cuidado de un enfermero.
Construyó así un mito en torno del padre, reemplazándolo en la fantasía por un hombre misterioso, al que más tarde se refería
como un "indio" y con el que tenía toda suerte de experiencias, cada una de
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Deutsch
las cuales servía para convertirla en un ser sobrehumano.
El prototipo para el
indio fue el enfermero del padre, a quien la niña veía desaparecer
misteriosamente en la habitación de aquél. La crianza y la educación de la niña quedaron en manos de nIñeras, a pesar de lo cual logró establecer un fuerte apego
libidinoso con la madre, una mujer muy anormal.
Sus relaciones posteriores
presentaban
elementos de actitudes libidinosas 6bjetales, a veces más cálidas,
sobre todo en un sentido homosexual,
pero nunca en grado suficiente como
para modificar su cualidad "como si". En este caso, la imposibilidad
de desarrollar una carga objetal adecuada
estaba relacionada
con el nacimiento de
un hermano, hacia el que sentía una envidia insólitamente
agresiva.
La comparación de los genitales hizo que la niña examinara
su cuerpo durante horas
frente a un espejo, actividad narcisista que más tarde fue gradualmente
sublimada. Al comienzo intentó maldecir partes del cuerpo en arcilla, para facilitar
sus estudios frente al espejo. Con el correr de los años alcanzó gran habilidad
para modelar y estudió durante un breve período con una escultora. Inconscientemente se trataba de una fantasía en la que exhibía una y otra vez su cuerpo
frente al mundo. En años posteriores se limitó a crear figuras femeninas grandes, muy voluptuoscs y maternales,
que constituían débiles intentos de recrear
a la madre de la que su hermano la había despojado en la infancia.
Por fin,
abandonó la escultura por la música, simplemente porque creía que su maestra
no la apreciaba
en todo lo que valía.
Una característica
muy destacada
de su infancia era una imitación casi
simiesca del hermano, con el que permaneció durante muchos años completamente identificada,
no en la fantasía sino a través del acting out. Con resultados desastrosos para ambos, el hermano reveló desde muy temprano signos
·inequívocos de una psicosis que culminó en una excitación catatónica.
La hermana imitaba todas las acti~idades
bizarras del niño y vivía con él en un
mundo de fantasía.
Se libró de que la internaran gracias a su carga libidinosa
objetal parcial yola
identificación
con objetos más normales.
Al comienzo,
pensé que su trastorno era el resultado de una identificación con el hermano psicótico y sólo más tarde comprendí que la etiología de este caso tenía raíces
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más profundas.
Creo que esta paciente
es similar a la primera,
a pesar
de las diferen-
Algunas formas de trastorno emocional y su relación con la esquizofrenia
cias en cuanto a su desarrollo. En el segundo caso, parecería que una desilusión
puso fin a la fuerte relación con la madre, que la misteriosa ausencia del padre
impidió que la niña encontrara en él un sustituto, y que las relaciones con los
objetos permanecieron en la etapa de identificación.
Mediante esta identificación evitaba el intenso odio que experimentaba
hacia el hermano y transformaba su agresión en una pasividad obediente en la que se identificaba sumisamente con él. No desarrolló otras relaciones objetales. El Superyó sufrió el
mismo destino que el de la primera paciente, esto es, el mito del padre y la muy
temprana desvalorización
de la madre impidieron la integración del Superyó
y la obligaron a depender de personas en el mundo externo.
Una tercera paciente, una mujer bonita y temperamental
de treinta
y cinco años, con gran talento intelectual y artístico, inició su análisis porque se
sentía "cansada"
después de una larga serie de aventuras.
Pronto se puso
en evidencia que, como resultado de cierta combinación de circunstancias, su
interés por el psicoanálisis era, en realidad, un interés por la analista, sobre
todo por su profesión. Si bien hablaba a menudo de su tremenda pasión por
la psicología infantil y las teorías freudianas, y leía mucho sobre estos temas,
tenía de ellos una comprensión extraordinariamente
superficial y un entusiasmo
por completo irreal. Una observación más cuidadosa permitió revelar que esto
ocurría no sólo con sus intereses intelectuales; sino con todo lo que hacía. Era
sorprendente
reconocer en esta mujer, tan infatigablemente
activa, una situación tan cercana a la seudoafectividad
del paciente "como si". También en este
caso, todas sus experiencias estaban basadas en identificaciones, aunque éstas
no eran tan directas como la del paciente que es más "monógamo", diríamos,
y se adhiere a una única persona o grupo por vez, pues esta paciente presentaba tantas identificaciones concurrentes -o representaciones simbólicas de identificaciones- que su conducta parecía excéntrica. De hecho, quienes la conocían
la consideraban
"loca". Con" todo, sus amigos no tenían idea de que su vida
aparentemente
rica ocultaba una seria falta de afecto. Había acudido a mí porque deseaba modificar su carácter, esto es, alcanzar mayor paz y armonía
en su vida identificándose
con una personalidad
profesional "particularmente
sólida".
Al cabo de seis meses el análisis pareció haber logrado progresos insó-
423
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Deutsch
Iitos. La paciente aprendió a comprender
muchas cosas acerca de sí misma y
dejó de lado sus excentricidades.
Decidió convertirse en analista y, cuando me
opuse, se derrumbó.
Carecía por completo de afecto y solía decir: "¡Me siento
tan vacía! ¡Dios mío, estoy tan vacía! No tengo sentimientos".
Se comprobó
que, antes de analizarse,
se había visto envuelta en graves dificultades financieras al poner fin a diversas amistades y relaciones amorosas, y comprendió entonces que se vería obligada a trabajar.
Esa fue la intención que la trajo al
análisis. Se proponía convertirse en analista identificándose
conmigo. Cuando
comprobó que ello sería imposible, esta mujer aparentemente
capaz y activa se
transformó
en una persona por completo pasiva .. Cada tanto tenía ataques
terriblemente violentos de llanto infantil o estallidos de rabia, durante los cuales
se arrojaba al piso, pataleaba
y gritaba.
Poco a poco desarrolló una progresiva
falta de afecto. Se volvió completomente
negativista y respondía a todas las
interpretaciones
diciendo: "No entiendo lo que quiere decirme con eso".
Esta paciente sufrió un trauma severo en dos momentos de su desarrollo.
Su padre era aleoholista, y la paciente a menudo presenclcbo sus brutales ataques contra la madre. Se ponía siempre del lado de esta última y, cuando contaba sólo siete años, comenzó a tener fantasías en las que rescataba a la madre
de su infortunio y construía para ella una pequeña cabaña blanca. Ahorraba
cada centavo que podía y estudiaba con ahínco en la escuela para alcanzar esta
meta, pero terminó por descubrir que la madre no sólo era la víctima pasiva
de su esposo, sino que la brutalidad
le provocaba placer. La consiguiente desvalorización de la madre la privó de su único objeto de amor e impidió también
el desarrollo de un ideal del Yo femenino en una personalidad
adecuada e independiente.
Dedicó el resto de su vida al intento de compensar esa falta mediante la creación de una serie de identificaciones,
tal como ocurre con los pacientes
"como si".
424
Privada de ternura y de afecto e~ su infancia, sus instintos siguieron
siendo crudamente
primitivos; vacilaba entre darles libre rienda y controlarlos.
Actuaba fantasías
de prostitución, participó en una variedad
de perversiones
sexuales, y a menudo daba la impresión de hipomanía.
Salía de estas orgías
identificándose
con alguna persona convencional, caso que lograba por medio
de una suerte de sublimación, cuya forma dependía
en cada caso del objeto
Algunas formas de trastorno emocional y su relaci6n con la esquizofrenia
elegido. Esto traía como resultado cambios frecuentes en sus ocupaciones e intereses. Mientras podía conservar esa relación o asegurarse
la gratificación de
impulsos muy primitivos no percibía su falta de afecto.
los siguientes casos de trastorno emocional presentan numerosas
litudes con el grupo "como si", pero difieren en algunos aspectos.
simi-
Un joven de diecisiete años, sumamente inteligente, acudió al an61isis
debido a su homosexualidad
manifiesta y a una falta consciente de sentimientos.
Dicha falta de emociones incluía a sus objetos homosexuales, con respecto a los
cuales creaba toda clase de fantasías perversas. Era obsesiva mente escrupuloso,
modesto,
exacto y digno de confianza.
En sus actividades homosexuales,
se
mostraba pasivamente oral y anal. El an6lisis fue sumamente rico en cuanto
al material obtenido, pero se desenvolvía en un vacío emocional. Si bien la
transferencia aparecía a menudo en sueños y fantasías, nunca se convirtió en
una experiencia emocional consciente.
Cierto día, le di una
yo intervenra. Asistió a mi
tras subía las escaleras que
movilización de su ansiedad
entrada para una serie de conferencias en las que
disertación y experimentó profunda ansiedad mienconducían a la sala de conferencias. Gracias a esta
en la transferencia, el an6lisis comenzó a progresar.
Hijo único de una familia muy culta, con un padre estricto y ambicioso
y una madre que dedicaba su vida a su hijo buen mozo e inteligente, el paciente sufrió no obstante el destino de la deficiencia afectiva.
El hecho de crecer
en una atmósfera en la que jam6s necesitó buscar amor, de haberse visto abrumado por la ternura sin tener que hacer esfuerzo alguno para obtenerla, paralizó sus propios esfuerzos activos en tal sentido. Permaneció ligado a impulsos
instintivos primitivos, y puesto que hubo en su infancia muy pocas ansiedades
infantiles que no fueran cuidadosamente
evitadas, carecía de motivos para
construir mecanismos de defensa.
Sufrió el trauma que significó la desvalorización
de su ideal del Yo
cuando descubrió que el padre, a quien tanto admiraba, era inculto y limitado.
Esta nueva imagen lo amenazó con la autodesvalorización,
pues él era igual
que su padre, llevaba el mismo nombre, y la madre le recordaba continuamente el parecido existente entre ambos. Mediante una actitud rígida y estricta
en las exigencias éticas e intelectuales, trató de ser mejor que el Self que estaba
425
Helene
Deutsch
identificado con el padre. En contraste con los pacientes ya mencionados, no
se identificaba con una serie de objetos. En lugar de tener relaciones emocionales con la gente, estaba dividido en dos identificaciones: con la madre amada
y con el padre. la primera era femenina y sexuaJizada¡ la segunda, sobrecompensadora,
rígida y narcisista.
'Al revés de lo que ocurre con los individuos "como si", este paciente se
quejaba de su falta de sentimientos. Carecía por completo de las emociones tiernas que habrían dado una cualidad cálida a su vida emocional. No tenia relaciones con ninguna mujer, y sus amistades con hombres eran puramente intelectuales o crudamente sexuales. Cuando experimentaba
algún sentimiento era
de tal índole que no se permitía expresarlo, pues se trataba de agresiones muy
primitivas, de los impulsos sexuales más infantiles, que rechazaba afirmando
que no sentía nada en 'absoluto. En cierto sentido, decía la verdad, pues en realidad carecía de todos los sentimientos permisibles, esto es, de emociones sublimadas y tiernas.
La
tendencia á la identificación también es característica de este tipo de
trastorno afectivo. Aunque este paciente no sumergió por completo su personalidad en una serie de identificaciones, la parte más fuerte de su Yo, esto es, su
intelecto, carecía de originalidad.
Todo lo que escribía y decía acerca de cuestiones científicas revelaba gran talento formal, pero cuando intentaba crear algo
original por lo general noIoqrcbo más que repetir ideas que en alguna ocasión había captado con particular claridad. la tendencia a las identificaciones
múltiples se manifestaba
en el campo intelectual.
426
Otra paciente de este grupo, una mujer casada de treinta años, que provenía de una familia en la que había muchos psicóticos, se quejaba también de
su falta de emociones. A pesar de contar con una buena inteligencia y una perfecta prueba de realidad, llevaba una vida inauténtico y respondia siempre a las
sugerencias del medio. Se hizo evidente que no podía experimentar nada excepto
una disposición completamente
pasiva a escindirse en un número infinito de
identificaciones.
Esta situación se había manifestado en forma aguda después
de una operación durante su infancia para la cual no le habían proporcionado
ninguna preparación psicológica. Al despertar de la anestesia preguntó si era
realmente ella misma, y luego cayó en un estado de despersonalización que duró
Algunas formas de trastorno emocional y su relaci6n con la esquizofrenia
un año para
una ansiedad
convertirse luego
paralizante.
en una suqestloncbilldcd
pasiva
que ocultaba
Todos estos casos tienen en común un profundo trastorno del proceso de
sublimación, lo cual trae como resultado la imposibilidad
de sintetizar las diversas identificaciones
infantiles en una personalidad
integrada
y singular, y el
logro de una sublimación imperfecta, unilateral y puramente
intelectual, de las
tendencias instintivas.
Aunque el juicio crítico y la capacidad intelectual pueden
ser excelentes,
la parte moral y emocional de la personalidad
está ausente.
La etiología de tales trastornos se relaciona, en primer lugar, con una
desvalorización
del objeto que constituye un modelo para el desarrollo de la
personalidad
del niño. Tal desvalorización
puede verse justificada por la realidad o deberse, por ejemplo, al golpe que significa descubrir el coito de los padres
en un perfodo del desarrollo en el que el niño libra sus últimas batallas contra la
masturbación
y necesita apoyo en su esfuerzo por alcanzar
la sublimación.
Asimismo, como en el caso del muchacho descripto, una sublimación
exitosa
puede resultar imposible debido a la sexualización
de la relación con un
objeto que debería servir al niño como modelo para su ideal del Yo, en este
caso, una identificación
marcadamente
sexual con la madre.
Otra causa de este tipo de trastorno emocional es un estímulo insuficiente para la sublimación de las emociones, como resultado de la falta o el
exceso de ternura.
La cnsledod infantil puede correr idéntica suerte. Un trato demasiado
severo o excesivamente
indulgente puede contribuir al fracaso en la formación
económica de mecanismos de defensa, lo cual trae como resultado una notable
pasividad del Yo. Conviene recordar que, en el caso del muchacho al que nos
hemos referido, un ataque de ansiedad
no sólo movilizó la transferencia
sino
que también abrió el camino hacia la recuperación.
Es necesario considerar ahora de qué modo la tendencia de las personalidades "como si" a la identificación
con objetos amorosos contemporáneos
difiere de esa misma tendencia en la histeria. La gran diferencia radica en ~I
hecho de que los objetos con que los histéricos se identifican son los objetos
de intensas cargas libidinales.
La represión histérica del afecto permite al individuo liberarse de la ansiedad,
por lo cual constituye una solución del conflicto.
427
Helene Deutsch
En los pacientes "corno si", una temprana deficiencia en el desarrollo del afecto
reduce el conflicto interno, como resultado de lo cual se produce un empobrecimiento de la personalidad
total que no tiene lugar en la histeria.
los pacientes descriptos aquí nos hacen sospechar que nos encontramos
frente a algo así como el bloqueo afectivo observado sobre todo en individuos
narcisistas que han logrado la pérdida del afecto por medio de la represión.
la diferencia básica, sin embargo, consiste en que la personalidad
"como si"
intenta simular una experiencia
afectiva, mientras que el individuo afectivamente bloqueado
no lo hace. En el análisis de este último siempre se puede
mostrar que las relaciones objeta les y los sentimientos agresivos que en algún
momento se desarrollaron
han sido objeto de una represión y no están a disposición de la personalidad
consciente. El análisis permite poner gradualmente
de manifiesto esa porte reprimida y afectivamente
viva de la personalidad,
y a
veces se pueden poner a disposición del Yo los aspectos enterrados
de la vida
emocional.
Por ejemplo, un paciente había reprimido por completo el recuerdo de
su madre, que murió cuando él tenía cuatro años yola
que, indudablemente,
se
referían la mayor parte de sus emociones. Bajo la influencia de una transferencia muy débil pero efectiva, comenzaron a surgir recuerdos aislados que al principio presentaban
un carácter negativo y rechazaban
toda ternura.
En el curso
del, tratamiento,
este paciente manifestó también otra forma de trastorno emocional, esto es, despersonalización.
Antes del análisis la satisfacción que experimentaba consigo mismo jamás se había visto conmovida.
Se defendía contra
la transferencia
con todas sus fuerzas. Durante las sesiones, cuando podían percibirse claros signos de una transferencia
in statu nascendi, el paciente solía
decir que se sentía extraño. Resultaba evidente que, en él, la despersonalización
correspondía
a Jo percepción de un cambio en la carga, pero no era tan evidente si ello se debía a una nueva corriente Iibidinal que se liberaba de la
represión, o bien a una supresión de los sentimientos vinculados con la transferencia.
En este caso de represión del afecto, el conflicto interno ofrece muy
poca similitud con el de un paciente "corno sil/¡ la analogía se basa únicamente
en el empobrecimiento
afectivo común a ambas situaciones.
428
El narcisismo
y la pobreza
de relaciones
objeta les, tan característicos
de
Algunas formas de trastorno emocional y su relaci6n con la esquizofrenia
una personalidad
"como si", nos lleva a considerarla
relación entre esta deficiencia y la psicosis. El hecho de que la prueba de realidad se mantenga plenamente permite eliminar este trastorno de nuestra concepción de la psicosis.
Entre los' más importantes descubrimientos
de Freud y Abraham figuran
él de la identificación
narcisista como etapa preliminar para la carga objetal
y el de la introyección del objeto luego de su pérdida.
La estructura psíquica
de la melancolía nos ofrece el ejemplo clásico de este proceso, pues en ella el
objeto de la identificación ha sido psicológicamente
internalizado,
y un Superyó
tiránico lleva adelante el conflicto con el objeto incorporado,
con total independencia del mundo externo. En los pacientes "como si", los objetos permanecen
en el exterior y todos los conflictos se actúan en relación con ellos. Así se evita el
conflicto con el Superyó porque, en cada gesto y en cada acto, el Yo "como si"
se subordina mediante la identificación a los deseos e imperativos de una autoridad que jamás se ha introyectado.
La impresión personal producida por los pacientes y la tendencia pslcótica en la familia, sobre todo en los dos primeros casos observados,
nos hacen
pensar en un proceso esquizofrénico.
Me parece justificado considerar que el
trastorno psíquico severo tiene su origen en los desarrollos de la temprana infancia, y por el momento resulta imposible determinar
si esto se opone o no al
diagnóstico de un proceso esquizofrénico.
Mis observaciones
de pacientes esquizofrénicos me han dejado la impresión de que el proceso esquizofrénico
pasa
por una fase "como si" antes de adquirir la forma delirante.
Una esquizofrénica
de veintidós años acudió a mí después de un ataque catatónico, orientada
con
respecto a tiempo y lugar, pero llena de ideas delirantes.
Hasta el comienzo
del estado corifusio'nal había llevado una existencia casi idéntica a la de los
pacientes "como si". Su vínculo con los objetos con los que se identificaba
y
que siempre eran mujeres destacadas,
era muy intenso. Como resultado de frecuentes cambios en estas relaciones,
modificaba
su lugar de residencia,
sus
estudios y sus intereses en forma casi maníaca.
Su última identificación la había
I!evado a alejarse de una respetable
familia norteamericana
para ingresar a
una célula comunista en Berlín. El súbito abandono
por parte de su objeto
la llevó de Berlín a París, donde se volvió claramente paranoide y desarrolló una
severa confusión.
El tratamiento
logró restablecer
su estado original pero, a
429
Helene Deutsch
pesar de las advertencias
en tal sentido, su familia decidió interrumpir el aná.lisis,' y, la muchacha no pudo reunir suficiente afecto como para oponerse.
Cierto
díc, trajo un perro, y me dijo que ahora todo saldría bien: imitaría al perro,
y así sabría cómo debía actuar. La identificación subsistía pero ya no se limitaba a objetos humanos, sino que incluía a animales, objetos inanimados,
conceptos y símbolos, yero precisamente esta falta de selectividad lo que otorgaba
carácter delirante al proceso. La pérdida de la capacidad
para identificarse
con objetos humanos hizo posible la construcción de un mundo nuevo y delirante.
Otra paciente esquizofrénica
había tenido durante años un sueño recurrente en el que, sometida a espantosos
dolores y tormentos, buscaba a la
madre pero no podía hallarla porque siempre enfrentaba
una interminable
multitud de mujeres, todas ellas parecidas a la madre, de modo que no podía
encontrar a la verdadera.
Este sueño me hizo pensar en las figuras maternas
estereotipadas
y recurrentes que la segunda paciente "como si" solía esculpir.
Freud
habla de la "personalidad
múltiple" como resultado de un pro-
*
ceso en el que numerosas
identificaciones
provocan
la desorganización
del Yo.
El resultado puede ser una psicopatología
manifiesta, o bien puede ser que los
conflictos entre las distintas identificaciones
asuman una forma que no es necesariamente
patológica.
Freud se refiere a un proceso puramente
interno de
formación yoica, y ello no se aplica a las identificaciones
"como si" con objetos
del mundo externo.
Sin embargo,
el mismo proceso psíquico tendrá en la
personalidad
"como si" una resolución más "normal" en algunos casos y un
resultado patológico más o menos severo, en otros.
**
Anna Freud
señala que el tipo de seudoafectividad
de los pacientes
"como si" se observa a menudo en la pubertad.
Creo que la desvalorización
de los objetos primarios (típica también de la pubertad),
que sirvieron como
modelos para el ideal del Yo, desempeña
en ambos casos un papel importante.
Anna Freud señala que este tipo de conducta e~ la pubertad hace pensar en
la existencia de una psicosis. Creo que los comentarios
presentados
aquí se
aplican también a la pubertad.
En determinado
momento, el proceso estará
430
*
**
Freud, S. The Ego and the Id, Londres, Institute of Psycho·Analysis y Hogarth
Freud, A. The Ego and the Mechanisms of Defence, Londres, Hogarth
Press, 1927.
Press, 1937.
Algunas formas de trastorno emocional y su relación con la esquizofrenia
dentro de los límites de lo "normal" y, en otro, encierra las semillas de un
trastorno patológico.
El tipo justifica la designación
de "esquizoide",
ocurra o
no que más tarde se desarrolle una esquizofrenia.
No me resulta del todo claro si los trastornos emocionales descriptos en
este trabajo implican una "disposición esquizofrénica"
o constituyen síntomas
rudimentarios
de esquizofrenia.
Estos pacientes representan
variaciones
en la
serie de las personalidades
distorsionadas
anormales.
No corresponden
a las
formas habitualmente
aceptadas
de neurosis, y su adaptación
a la realidad es
demasiado
buena como para llamarlos psicóticos. Si bien el psicoanálisis
raro
vez tiene éxito en tales casos, los resultados prácticos del tratamiento
pueden
ser muy notables, sobre todo si se utiliza una fuerte identificación con el analista
como influencia activa y constructiva.
En la medida en que son accesibles al
análisis, nos permiten aprender mucho sobre la psicología del Yo, especialmente
con respecto a los trastornos del afecto y, quizá, sobre el problema del "esquizoide", que sigue siendo tan oscuro.
En las grandes formaciones
delirantes
de las psicosis observamos
impulsos primitivos y arcaicos que regresan desde las profundidades
del inconsciente de manera dramática.
La regresión se produce debido a una falla del Yo,
a la que nos referimos en términos de una "debilidad del Yo" y suponemos que
los motivos de tal falla son psíquicos, constitucionales
u orgánicos.
El psicoanálisis está en condiciones de investigar el primer tipo de motivos, sobre todo en
los estados prepsicóticos a los que pertenecen estos casos.
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