José Juan Ferreiro Lapatza La clasificación de los tributos en impuestos, tasas y contribuciones especiales Sumario: 1. Introducción. la deli'lIitación neff,atifJa e,rpeciales: lo. delt'mimción TI. 1mpu.~·J"t¡)S, tasa}" y LVlttribuciul'IéS e:rp~'a'al(·j'; tasa.\' )1 COnfrihuciom:.r p()sitiva, del ifflpu~',rt().111. lwpuestos. 1. INTRODUCCION En el curso acadénúco 1997-1998 dediqué mis esfuerzos investigadores. en las DO muy abundante$ horas de que dispuse para ello, a profundizar en el concepto genérico de tributo y en d de sus tres especies fundamentales: tasas, contribuciones especiales e impuestos. Fruto de tales esfuerzos fueron dos trabajos. El primero publicado en el núm, 3 de la «Revista Latinoamericana de Dcrecho Tributario», sobre La definición de tributo. El segundo, a publicar en el libro homenaje en memoria del profesor VALDÉS COSTA, de próxima aparición, sobre Los límites del tributo: tasa:¡ y precios. \ jl/.1i1I~ I f ~I~"I / 1: , El contenido de estOS trabajos y la continuación de mis tareas de investigación me vigésima edisirvieron para redactar de nuevo los capítulos VII, VIII Y IX de ción de mi Curm de Derecho finanClÚG Español, referidos al concepto de tributo y a] de sus especies t'udamentales -tasas, contribuciones especiales e in1puesrosasí como a la delimitación del tributo frente, de un lado, a las exacciones parafiscales, y, de otro, a los precios. ]101 El resultado de mí estudio m~ dejó, desde luego, insatisfecho. Había, a mi juicio; superado un lugar común en nuestra doctrina -la diferenciación negativa que define al impuesto como d tributo que no es ni tasa ni comribucJón especialpero no había logrado ddinir satisfacwríameme estas tres especies marcando con signo posirivo, como requiere roda definición rigurosa de cualguítr instituto jurídico, tanto d género próximo como la diferencia específica. Esto es Jo que Intento hacer ahora, dando un paso más en mi investigación, en el trabajo que envío para el nÚmero 100 de «Civitas, Revista Española de Derecho Financiero», Una revista a la que ahora regreso «puntualmente» con este trabajo en homenaje a un pasado compartido con muchos colegas en tI que volqué en ella una gran parte de la ilus,ión que todavía conservo por mi verdadero oficio, el de profesor universitnrío: d de quien estudia y aprende, más que enseña, durante toda su vida. 549 ·,;~·m::~J'~~::-\~?;:'~'':7~~t~~f?~~r:~~~·~~r;~f.~'?1¡;r~W~~~7.q:~~r:~!:71T~~~1t:~:1 . .: ~ . , 01/c0"d S9968c9¿6-0 ti , Stl~IWONO~3 tI~310Ilala 3G 8S:ST 900c-ÁtlW-[0 José Juan Fardro Lapa/1.o La trayectoria investigadora reciente: que: acabo de c:xponer y en la que se inserta estc trabajo hace que en él se repitan necesariamente, en el epígrafe Il, seis páginas ya publicadas. Pero ello no quiere decir que no haya «trabajado» para d número 100 de Cjvi~as. En las páginas que en él se añaden doy «un paso más» breve en letra impresa, pero, a mi juicio y sin duda para mí, funclamc:ntal . o';: ., .. , , I ., :¡¡ Eu c::~;[t:breve paso en la investigación sobn: la diferencia c:ntre tasas, cOlluibuciom:s e impuestos, concentro y ofrezco mi recol)oÓmiemo y homenaje a la erapa que esta revista -esencia] en el último cuarto de: siglo de nUeSIra disciplinól- cumple con su número 100. :~ '.'. , n. ! ~o TASAS Y CONTRIBUCIONES ESPECIALES: LA DELIMITACION NEGATIVA DEL lMPOESTO IMPUESTOS ."0 El Estado percibe los tributos para el sostenimiento de sus gastos. De ]05 gastOs qUé efectÚa para satisfacer las necesidades púhlicas, realizando un conjunto de actividades que benefician a toda la comunidad. ",IJ ~}. .{ Cabe décir, así, qLle los miembros de la comunidad política soportan las cargas tributarías y recibe!1 los beneficios de la actividad estatal. Y, apurando esta línes argumental, podríamos llegar a decir que los ciudadanos reciben los beneficios de la actividad estatal a cambio de los tributos que pagan . ·.·.·:L ." Id li! 11 Una cierta ide<l de contraprestació!J se p¡"esenta, en efecto, de modo inmediato cuando pens¡,¡mos en el por qué y en el para qué de los tributos. No puede extrañamos, pLltS, que está idea haya estado presente, de una u oua forma, en toda explicación científica del fenómeno tributario. i.. Ni puede extrañamos tampoco que esta idea esté rambién en ]¡¡ base de ]a clasific¡¡dó,o de los tributos ¡¡ la que el ordenamiemo español concede una mayor importancia y que distingue, denrro de ellos, tres catégorIas diferentes; impuestos, COI)tribuciones especiales y tasas. Se trata de una clasificación -ha subrayado con todo acierto GIANN),Nl- surgida en d senO de la Ciencia de la Hacienda e introducida después en el ordenamiento jurídico. Y para cuya mejor comprensión, añadimos nosotros, es preciso, en consecuencia tener en cuenta tunto su primigenia formulación en el seno de una ciencia tconómíca, no jurídica, como su recepción en los ordenamientos ;urídicos de nuestro país y de los países de su entorno geográfico y jurídico-cultural. La génesis de esta clasificación se encuentra, sin duda, en el seno de la cienci:¡ económjco-financÍera de la Hacienda Pública clásica, al servicio de una idea sobre: d reparto jusro de la carga tributada cristalizada en las tc:orIas del consumo, dd beneficio o de la equivalencia, según las cuales, cada uno ha de pagar como tributos una cantidad proporÓonflda a la utilidad de las prestaciones que reciben del Estado. De acuerdo COnesta idea, la determinación de la cantidad a pagar no debe ofrecer graves dificu.ltadcs en cuanto a las necesidades divisibles (como se sabe, aquellas en ~ucse puede determinar la «cantidad de servicio pÚblico» que recibe cada uno) ya:laspartes d¡visibles de las necesidades en parte divisibles y en parte jndivisi . .• ~§é, ~~~i~~:~j$;i/::',~;:;:::;·<.: ~::!. .: ~'i'_;').""':;::'~:;-~.' ..e:.~;.o:;:;::-::""" . I~ : ":'. ,. . ,' . .;., S~JIWONOJ~ ~J~10Il818 ~a BS:ST 900G-A~W-~~ La clt1.ft/icaáÓII de las lribulOS en impueslos, laJf1.f J' cr.mlribucirmes e.\'pecialej· blc:s. Sólo presenta dificuJtades insa]vab]es respecto a estas partes indivisibles y n las necesidades indivisiblcs (como se sabe, aquellas en que no se pw~de determinal' .la «cantidad de servicio público» que recibe cada ciudadano). La clasificación de los tributos en tasas, contribuciones trata de aplicar, :.¡] limite: de lo pusibk, estas [(:urias. especiales e impue:sros ,111 " 1(' ',:l·.I~ ,I¡•~. tr ;~~~I .~.11 ["~ Así, podemos decir, cn principio, que cuando el Estado, actuando como tal ent~~ público, trata de satisfacer lIna necesidad colectiva por medio de una acrividad que se concreta en prestaciones indjviduallzadas a sujetos determioados, destinadas directa e inmcdiat:unente a cllos, y e:n base a l:stas prl':stacione:s hace: pagar a estos sujetos un tributo, tal tributo ha de incluirse entre 1.1S tasas. 1; Está claro que estas necesidades deben de ser, al menos en parte, divisibles. Debe poder determinarse, con un cierto grado de aproximación, cuándo y en qué medida pueden rclerirse a un sujeto determinado. Así, puede determinarse cuándo y en qué medida tul sujero urili~a el serviciu de torrtos o el de enseñanza, y de acuerdo con ello establecer la tasa que tal individuo deba satisfacer. Pensemos ahora en las conrribuciones espedalcs. En derros casos d Estado reali" za una actividad dirigida directa e inmediatamente a satisfacer una necesidad pública, colectiva, de la comunidad considerada corno un todo, pel.'O por un efeclo rdlcjo, indirectamente, sin que sea su objetivo busc:>do, la actuación favorece más, en forma que puede ser, al menos aproximadamente, medido y vaJorado d beneficio, a determinados sujetos. A estos sujetos puede exigirles una contribución especial. La construcción de una carretera favorece en principio 11 toda. la comunidad, peru favorece más a los propietarios de ter.renos colindantes y a los transporristas que han de utilizada más frecuentemente. Unos y otros pueden ser sujetos pasivos de un tributo de este tipo. El Estado, en [in, realiza una serie de actividades dirigidas a satisfacer necesidades públicas, destinadas y referidas direcra e inmediatamente a la colectividad consi. derada comu un todo diferente a los particulares individuos que la forman. Sin tener en un primer plano el beneficio que cada uno derive de ellas. Y esto es ási en cierras casos porque tal ventaja individual no se puede dererminar. Es el caso del servicio de defensa, de una nec;esidad indivisible:. En otros casos, porque aun siendo posible su determinación, d Estado decide, en base diferentes criterios, no tener <:ncuenta esta posibilidad. Por ejemplo, el Estado decide que d servicÍo de transporte se preste directamente por la AdrninisrradÓIJ y que sea gratuiro para benefidar al comercio. ¡:¡ Los gastos que c:stas activídades ocasionan han de se¡', al menos en parte, final1ciados con tributos, ya que en los Estados actuales d reStO de: los ingresos públicos no serían suficientes para ello. Pero ahora, no Se:: puede, o no se quiere que el beneficio, ]a utilidad o la preStación recibida por el panicular determine exclusiva o fundamentalmente la cantidad a pagar como tributo, El tributo se desliga así de:la actividad estatal. O dicho de otra forma, el Estadu obliga a pagar tributos a los particulares cuando se realizan ciertos hechos que oada tienen que ver, al menos directamente.:, con el beDeficio o con las prestaciones que estos sujetos recibe.n de él. Por ejemplo, el Estado obliga a pagar al comprador de un edificio un tributo proporciona! a su precio. Natural551 0V1?0'd S9968i:9¿6-0 ti StlJIWONOJ3 tlJ310Il818 3G José Juan Ferreiro Lapatza mente que la compra del edificio no tic:nena.da gu.: ver con ]as actividades del Estado dirigid~s a satisfacer m::cesidadc:s públicas. Estamos ah()fa ante J¡¡ tercera categuría de tributus incluida en la clasificación qur; comentamos: el impuesto. Hemos hecho referencia, así, aJ fondo idc:ológico, d 1ib~~!'alismo económico de fin~les del ;úx y principios dd siglo xx, y al fundam~nto científicCJ de 1<1 recepci6n e incorpuración de esta clasificación a los ordena.mienws jurídicos de su entornO y (11 ordenamiento jurídico españoL No p1.Jedeextrañamos pues que la refor¡;na lc:gislativa que con más movido en España la aplicación de las tesis del benc:fício, el Emuuro 1914, promovicse también, más quíCninguna atra, el protagonismo tribuciones especiales en la financiación de la Hacienda Pública, en ahínco ha proMunicipal de de tasas 'l coneST.ecaso Jacal. Pero es ya un lugar común Cl1 el estudio de los sistemas tributarios distinguir en ellos, siguiendo las et1señanz~s de SCHM0LDERS , LU1 component~ de elaboración racional y un componente histórico, de arrastre mucha$ vect';s conscit';t)te y otras puramente acomodaticio y rutinario de una situación ya implantada. ,; Y, así, cuarenta años después del Estatuto rnunícipaJ, cuando ellibers.lismo económico se batt: en retirada en toda Europa ame las id~as que SU$[eman d Estado intervendonista, la Ley General Tributaria, sin significar por dIo una excepción en los ordenamientos jurídicos de su entorno, concede, en 196.3, una importancia de primer orden en el ordenamiento jurídico-tributario espafíoJ, a la clasificación de los tributos en impuestos, táSas y contríbucionc~ especiales al decir en su artículo 26 que: «los tributos se clasifican e:n tasas, contribucioncs especiales e impuestos: Tasas son aguellos tributos cuyo hecho imponible consiste en la utilización dd dominio público, la prestación de un servicio público o la realización por la administración de una actividad que se: refiera, afc:cte o bencficie de modo partícular al sujeto pasivo. (1) b) Contribuciones especiales son aguellos tributos euyo hecho imponible con, siste en la obtención por el sujeto pasivo de un beneficio o de un aumento de valor de sus bienes comO consecuencia de la realización de obras públicas o del estab1ecimiemo o ampliación de servicios públicos; y e) Son impuestos los tributos exigidos sin cOntraprestación, cuyo hecho impomble está constituido por negados, actos o hr.!:chosde naturaleza jurídica o econó" mica que ponen de manifiesto la capacidad económica de! sujeto pasivo como consecuencia de la posesión de U;I;1 pauirnonio, la circulación de los bienes o la adquisición o gasto de la renta». Desde entonces, la doctrina española se ha centrado y ha insistido en dos observaciones sobre el texto dd artículo 26 LGT. En primer lugar se ha dicho COD acic:rto y se ha repetido hasta la saciedad, que la palabra contrapr~sta.ción nO puede ten~r en é1 el mismo significado técnico-jurídico que normalmente se le atribuye cuando se refiere a un negodo ,íurídico o, espe" ci¡¡Umeme, a Ul1contrato oneroso. Es decir, J).() se puede entender como prestación ,qu~W1a de las panes desea r.e~')erde la otra como contrapartida y equival~nte de la "suym:..End. artículo 26 LGT la palab.".a contraprestacÍón sólo imc~ta refJejar el ,5.52 ., 0T/S0' d ," S~JIWONOJ3 ~J310Il818 La dasificación de Lo:¡ tributo:, t:n impuesto!.', ta.ras)I ~·utilribud(me.l' "Jpeciales " hecho de que en los impuestos la cantidad a pagar por el sujeto p;¡sivo no guar'da, ni se quiere quc guarde, relación alguna con el b\::nr;ficio derivado por el sujew pasivo de la actividad estatal. En ~<;:gundú lugar, se ha J.\cho, c1;irtículo 26 LGT ccntra la dífcrcnd:1 entre las tres categorías de tributos que en él se rdacionan en la dit'trtntr; estrucrura del hecho imponible, centrando, sobre todo, en ella la diferencia entre tasas y contribuciones especiale:s de Lma parte: e impm.'stos de otra. Pues mic.:nrnls en las rasas y contribuciones especiales d hecho ímponible comprende, forzosamente, 1<1 realización dt.' uné1actividad estatal, que afecta al sujeto pasivo, en los impuestOs ta] actividad está ausente como dememo configurador, necesario e indispcnsabk del hecho irnponiblc. " 1· .~ ,: l'~, ~: ¡, q ,. ": ' I (, I I~Ulil; 'f.' ~, ~ 1111 ~ .:~II¡II, .I ,1 i: '11 ti I1 fl Esta segunda afirmación necesita, siJ1 embargo, una dena matización. Es cieno que, dc acuerdo con el te:xto del ankulo 26 LGT, la principa.l difcrcnd;¡ entre tasas y contribuciones especiales de una parte, e impuestos de otra, radica en la presencia o ausencia de una actividad estatal en el hecho imponible corJigu.rado por la ley para hacer surgir, en estos tributos, la obligación de pago. Pero eno no serín especialmente rc:Ievame, dadé1 la multiplicidad y variedad de los hechos impoDibles que contempla el ordenamiento tributado, si tal configuración no tuviera como base y razón de ser 1(1 de posibilitar la adecuaci6n de la cantidad a pagar al beneficio derivado por el sujeto pasivo de la actividad estatal que le afecta, beneficia o recibe. De tal modo que, entiendo, se puede: afinl1ar, sin duda, que, si se tiene en cuenta no sólo el articulo 26 LGT sino el conjunto dd ordenamiento tributario español, la diferencia estIlcial entre tasas y contribuciones especiales de Una parte e impuestos de otra, radica en los elemcntos de cuantificadón del tríburo, o, dicho de manera más simple:, en la forma eD que se regula su cuantía, puesta siempre en relación, con el caso de tasas y contribuciones especiales, con el valor de la actividad estatal que afecta o beneficia al sujeto pasivo. Así el artículo 19 de la Ley 8/1989, de 13 de abril, de Tasas y Precios pÚblicos (en adelante, LTPP) dice, en cuanto a las tasas exigidas por el Estado, que: «el impone de las taSas por la utilización privativa o aprovechamiento especial del dominio público se fijará toman, do como referencia el valor de mercado correspondiente o el de la actividad derivada de aquélla», y que «en general ..., el importe de las tasas por la prestación de un servicio o por la realizaci6n de una ac[ividad no podrá exceder, en su conjun. to, del coste real o previsible de.1servicio O actividad de que se trate: o, en su defecTO, dd valor de Ja prestación n:cibida». Así, por ejemplo, respecto a las tasaS autonómicas, el artículo 7 LOFCA dice: que: «el rendimiento previsto p!lra cada tasa por la prestación de servidos o la realización de actividades no podní sobrepasar el coste dc dichos servicios o actividades». El artículo 24 LRHL repite, por lo dcmás y en ]0 que respecta a las l-iaciendas Locales, e] artículo 19 LTPP ames tl'anscrito. Llegando a proclamar de modo expreso el artículo 7 LTPP la aplicacióD preferente dd prinÓpio de equivalencia según el cual «las tasas tenderán a cubrir el coste del servido o de la actividad que constituye !:óuhecho imponib1e». Y, así, en fin el arúculo 31 LRHL nos dice que «la base imponib1e de las contribuciones especia. les está constituida, como máximo, por el 90 por 100 del coste que la entidad 553 01/90'd 599682:9¿6-0 I:J SI:JJIWONOJ3 I:JJ310IlHIH 3G 65:51 9002:-AI:JW-[0 ~~~~~~.~~.~~~=" 'p".,--~±=~:::'~~3:!:~~~=:I~~~t~i":~':'~¡~~~"I'"~""'-"""''' .-'.. r I ]o.ré Juan Ferreiro Lapatza i soporre por la ff:aliz¡lción de las obras o por el establecimiel1ro o ampliación de los $CrYJCIOS». Resulta así que h1 principal diferencia, 1" difcrtncia t:senciaJ entre: tasas y conuibuciones e:spcdah::s de un lado t; ifllpue~t()s de otro, Jo gw::: dc[c;mlin¡J y explica el especial régimen jurídico de tasas y comribucioll(;$ especiales frente al régimen jurídico general de los tributo$ al que se ¡lcomodan ]0$ impuestos, radica en que mientras en tasas y contribuciones cspeciales se aplica d principio del bc:nefício, en los impuestos se aplica el principÍo gé!'leral de capacidad como principio general de reparto de h carga que 105 rributos n::preseman. El problema se plantea, así, de inmediato. Pues de inmediato hemos de preguntamos acerca de la posibilid¡¡d de existencia, incluso, de unos tributos, wsas y contribucion<::s especiaJes, que obedtc~n a un principio de r<;parto, el principio del beneficio o, de e'Juivalencia o consumo, que no se encuentra reconocido como tal en la Constitución Española. En efecto, aunque la Constitución habla 1::)' su artículo 157 de: contribuciones especia]es y tasas, no haciendo con ello más que reconocer los tributos existentes en nuestro sistema, lo cieno es que no reconoce corno principio rector de repano de la carga tributaría más que el principio de capacidad. Ni su artículo 31 ni ninguno otro reconoce dentro de ella, ni aludcn siquiera, al principio de equivalencia o beneficio. El beneficio recibido o el consumo rtalizado por un sujeto de una COJ)creta actividad estatal sólo pued~ ser tenido en cutnra, stgún nuestra Consrimdóo y a la hora de repartir la c~rga que los tributos representan, en ]a medida en que revele o sirva para modular una cierta capacidad eeonór:nica. Pero lo que nuestra ConslituCÍón no tolera es la aplicación dd Pl'incipio del beneficio a tasas y contribuciones I::speciales como Un principio diferente y contrapuesto al principio de capacidad. Y, sin embal:go, estO tS )0 que continúa haciendo el legislador español al ordenar la aplicación preferente del principio del beneficio a ta.sas y contribuciones especiales (cfr. am_ 7 y 8 LTPP, arto 7 LOFCA, arL 24 LRHL) reduciendo en estos caSos el principio de capacidad a un principio de carácter subsidiario o excepcional. Sólo la rutína, la. inercia o el acarreo histórico acdtico, al que tan propenso se muestra el legislador, pueden explicar un régimen jurídico especial, el de tasas y contribuciones especiales, basado en un principio, el del beneficio, al que la Constitución ni siguiera alude. En Hnea diametralmente opuesta a la seguida hasta ahorfl por el legislador, la CODstÍrución española alienta, por el contrarío, la aproximación a.l límite de lo posible dd régimen jurídico de tasaS y contribuciones especialts al régimen gene. ral de todos los tributos basado en la aplicación del principio de capacidad. Sólo erltonctS podrá decirse de modo c:xacto, como CO)1 notable inexactitud y ligereza se dice ahora con frecuencia, que tasas, contribucione¡; especiales e impuestos se difercncian fundamentalmente: por la estructura de su hecho imponible. Pues 'luizá sea sólo la presencia o ausencia de una actividad estatal como elemen. to configurador de tal hecho 10 único que dtba de permanecer como demento díferenciador de tasas y comribuciones especiales respecto a Jos impuestos. En cua.nto qUé la actividad estatal que afecte: o benefíck a una persona sirva para de- ~ ... .' ~: .:. .'.:,~l' , 554 .. c,' ":' , '~!\f".~.~,.",,",'~""""'" ',' . ~~ •. "',::." , .. "1,, ...__ . . ':'J:::.:~::':'..~~ ... : Jl¡;(it..... " S~~IWONO~3 ~~310Ilala 30 6S:ST 900C:-),,~W-[0 La clasificación de !tu tributoJ en impuestos, C(Hllribucioncs C!JpeciaLeJ taJas)' gir un determinado hecho como hecho imponibl€:, y sirvu, como quíen:: el artículo 28 LGT, para c;:onfigurar cl cOJ'l'espondient~ tríbuto. La aproxirnad6n del régimen d~ tasas y contribuciones r.:speciales, como entiendo quiere la Constitución, al régimen de los impuestos, es deci.r gl régimen genera] d<:: 105 tributos, sin otroS limites para su cuantía que los que derivan de los principios de capacidad y nO confiscatorblad, reducirá, sin duda, la importancia y prowgon1s1110que hoy conceden las leyes españolas a la dasíficació¡¡ de los tributos en tasas, contribuciones especiales e impuestos. Pero mientras esto no suceda hcmos dc seguir diciendo que las rasas y contribuciones especiales se diferencian de los impuestos tanto por la estrucrura de su hecho imponible como por su régimen dc cuantif1cHción. El hecho imponible una actividad estatal tación se pr.oduzca. eftcto indirecto, no se configura en tasas y contribuciones especiales en romo a que afecta al sujeto pa~ivo, En las tasaS se quiere que tal afec. En las cOnlribuciones especiales sólo se: produce como un directamente querido, de la actividad estatal. La actividad estatal, como elemento confígurador, está ausente, en cambio, en los irX1puestos. esencial, del hecho imponiblc: .1:1 , .\ Por ello podemos continuar diciendo que, coma en sede doctrina] muchas veces se ha hecho y se hace, gue los impuestos son aquellos tributos que no son ni tasas ni contribuciones especiales. ID. ! IMPUESTOS, TASAS Y CONTRIBUCIONES LA DELIMITACION POSITIVA ..:1, ,1\ J~lj ~ I1 ESPECIALES: Las consideraciones hast~1 aquí hechas son, a mi juicio, necesarias pero no suficientes para conceptualizar y definir con rigor cada una de las eres especies de tributo a que ahora 110S estamos rdiriendo. Para complementar y completar en 10 posible tales consideracion.es es necesario precisar a qué: se refiere la negativa, según la cual son impuestos los tributos que no son tasas ni contribuciones especiales. En este sentido y en general la negativa suele referirse, precisamente, a] demento materiaJ dd hecho imponible, considerado éste como el hecho «cuya realizacióo origina el nacimiento d~ la obligación tribl!taria~}. Se dice, ell este sentido, que el elemento matc:riaJ del hecho imponible de rasas y contribuciones especiales está constituido par un<1actividad escata) que: beneficia o afecta de modo especial aJ sujeto pasivo de modo que puede determinarse cuantitativameme la medida cn que el sujeto r<::sultabeneficiado o afectado. Dicha a~í, ta] afirmación eS falsa. Pues han existido y existen impuestos en nuestro ordenamiento jurídico en los gue d elemento materia] cid hecho imponibJe esrá constituida, también, por una actividad estatal \.]ue st: refiere o afecta al sujero pasIva. 555 .: .... :::: ,.,: •• ,}', o,' ~.i::.{:~:I ~;~~tr·t~ ~_.~¡~" ,.,. '.. ~\(!.:.r.,rrO!':':.:'. :.,.\ •.: :.-:' .'J' .:/ 0V80'd S~JIWONOJ3 ~J310Il818 00:91 9002-A~W-[0 .,,~ ... .;"'~.... Jw'¿ Juan Ft'Tráro Lapllt;::,a Así, por ejemplo, el ;\rrícu1o 100 dd TR dd J.TPA.JD de 1967 declaraba sujeHls al Impue~to «las resoluciones de la jurisdicción ordinaria, civil y penal, col1tcnciosoadministrativa, de contrabando y demás especiales que se dicten poniendo [jn a cada jnstanda»: y d TR de CSH: mi5mQ ImplH::sta cominLnJ sLljetando 1161, !'ié:gún su artículo 40, «las anotaciones preventivas que se practiquen en los regiStros públi. cos cuando tengan por objeto un derecho o imt:rés valuable y no veng;:¡ ordenada por la :1utoridad judicial». Lo que ocurre es que ni es estoS dos casos ni, en gem:nll, en los casos en que un impuesto grava la utiJizadón de: un servicio () actividad estatal por un sujer.o, juegan las reglas de cuantificadón propias de tasas y contribuciones especiales. Así, en los dos ejemplos que acabamos de poner, nada permite relacionar la base imponíblc: con d COste dd servicio, pues en las resoluciones jurisdiccionales «servirá de base de cuanLÍa litigiosa» y en las anoracionc:s prev~nrjvas «d valor del der~cho o interés que se garantice, publique O constituya». Ello demuestra. insistimos, gue la delimitación negativa dd impuesto frente::a tasas y contribuciones especiales nada precisa si se refiere al hecho imponibJe como hecho gue genera la obligación de contribuir. Una mayor precisión se alcanza, sin cmbargo, cuando el hecho ín1ponible se concibe, como quiere tambii:t1 el artículo 28 LGT como <~eJpresupuesto de naturale· za jurídica o económica fijado por la ley para configurar cada trihmo». Configuración que atañe, cJaro está. a los elemenros esenciales o nuc1ean:s del tributo, a aguellos gue son siempre y en rodo caSOnecesarios para que el tributo exista: el hecho imponible. el sujeto pasivo y los elementos de cuantificaciÓn dd rributo. especiales, de un lado, e El acento diferenciador entre rasas y comribudones impuestos de otro se traslada así. como ya habíamos dicho, a los clementos de cuamificacióu y se sitúa, de modo más concreto, en la base imponible. Pues mientras en las tasas y contribuciones especiales la base toma como rderencia necesaria el coste de la obra O sexvicio O la utilidad derivada de ellos c:n los impuestos puede servir de: base cualquier otra m~1gnitud susceptihle de medir la capacidad económica dd sujero pasivo. La relación que se:establece, así, entre las tasas y contribuciones especiales, de un lado, e impuestos, de otro, es la que, de acuerdo con las nociones más elementales y generalizadas de la teoría de los conjuntos, se establece: entre d conjunto tributos y los subconjunros tasas y contribucion~s especiales (subconjumos propios) e impuestos (subconjumo impropio l. En efecto, mie:ntras en los impuestos se: dan todas las características esenciales de los tributos. en las contribuciones especiales y en las tasas se dan todas ¡as características esencial~s de los tributos y, además, se da también una característica especial: la base mide, en todo caso, la utilidad o el coste: de la obra O servicio realizado por el Estado. Pero si la base imponible puede sC'::r, precisamente, definida como la dimc.:nsiÓn o magnitud dd objcro del tributo -riqueza gravada<¡ue sirvt:' para determinar b capacidad contributiva relativa, tenelTlOS que concluir que tasa, contribuciones especiales e impuestos se:diferencian tanto por su objeto, la riqueza gravada, como por la magnitud de ese objeto que se roma como base. ';',' 556 ·:: ""'" ". '~~,,_"u"'''¡~'0-¡-;..~r.J.,.[f~~j;,.,: •.';' -;::,:,-.~~'.,...._ .........• '''~'., ',._,.. ,. :1···· ' ,:.' ..."¡...• ~ •• ;"J . ~:.V! '-,"':" '~.' 01/60· d S~JIWONOJ3 ~J310Ilala 30 00:9T 900G-A~W-Z0 La dasi/icació11 dt., los tributos en impuej-toJ', lasas y amlribtlciont:s (:.I'pecialer Impuestos son, en este sentido, los tributo~ que pued~.n gravar cualquier manifestación de: la és'pacidad económica ab~oluta tomando como base:: cualquier magni. tud de la riqueza gravada que sirva pam medir la capacidad c::conómica rdativa. Las tasas y contribuciones especiales son tributos que sólo pu~den gravar la urílidad de UDa obra o servicio re:alizado por el Estado comando como b<lse ~l beneficio o coste derivado o provocado de tales obras o servidos por cada ciuddano. 557 01/01:.d S~JIWONOJ3 ~J310Ilala 3G 00:91: 9002-A~W-[0