Acuerdo N° --- - Sala 2° ../02/2005 "GIZZI Viviana P. c/ZEBALLOS Germán R. s/DIVORCIO VINCULAR" DIVORCIO VINCULAR. SEPARACIÓN DE HECHO SIN VOLUNTAD DE UNIRSE. ARTS. 204 Y 214, CÓDIGO CIVIL. RECONVENCIÓN. ABANDONO VOLUNTARIO Y MALICIOSO. PRUEBA. A C U E R D O N° En la ciudad de Rosario, a los días del mes de febrero de dos mil cinco, se reunieron en Acuerdo los vocales de la Sala Segunda de la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial de Rosario doctores José Humberto Donati, Alicia García y José María Serralunga con el fin de dictar sentencia en los autos caratulados “GIZZI Viviana P. c/ZEBALLOS Germán R. s/DIVORCIO VINCULAR” - Expte. N° 335/2004 (Juzg. de 1ª Instancia de Distrito en lo Civ., Com. y Lab. 2ª Nom. - Dist. Jud. N° 12 - S. Lzo.), venidos en apelación del fallo de fs. 68/69. Efectuado el estudio de la causa, se resolvió plantear las siguientes cuestiones: 1ª. ¿ES NULA LA SENTENCIA IMPUGNADA? 2ª. ¿ES JUSTA LA SENTENCIA IMPUGNADA? 3ª. ¿QUÉ PRONUNCIAMIENTO CORRESPONDE DICTAR EN DEFINITIVA? A la primera cuestión el vocal doctor Serralunga dijo: el recurso de nulidad no ha sido mantenido en esta instancia, y no advirtiéndose errores u omisiones que hagan necesaria su declaración oficiosa, corresponde desestimarlo. A la misma cuestión el vocal doctor Donati dijo: por las mismas razones que invoca el colega preopinante, adhiero a sus conclusiones y voto en idéntico sentido a la primera cuestión. A la misma cuestión la vocal doctora García dijo: advirtiendo la existencia de dos votos totalmente concordantes que hacen sentencia válida, me abstengo de emitir opinión (art. 26, ley 10160). A la segunda cuestión el vocal doctor Serralunga dijo: I) Viviana Patricia Gizzi promovió el 30.05.2000 -ante el Juzgado de Primera Instancia de Distrito N° 12, Civil, Comercial y Laboral, Segunda Nominación de San Lorenzo- demanda de divorcio vincular contra su cónyuge Germán Rolando Zeballos, invocando al efecto encontrarse separados de hecho desde octubre/95 sin voluntad de volver a unirse, habiendo incurrido el demandado en abandono voluntario y malicioso. Habiendo comparecido el accionado respondió la demanda, admitiendo estar separados de hecho sin voluntad de unirse, pero negando haber incurrido en abandono voluntario y malicioso, afirmó haberse retirado del hogar tras una discusión a pedido de su esposa. Tras ello reconvino por las causales de injurias graves y separación de hecho imputables a su cónyuge, manifestando en este último aspecto que la actora puede afirmar su voluntad de no unirse tras la separación, pero no puede atribuirle a él dicha intención. Abierta la causa a prueba, rendidas las propuestas por las partes, y habiendo éstas alegado, se llamaron los autos para el dictado de sentencia. El fallo de fs. 68/69 (N° 87/02), dispuso admitir parcialmente la demanda y la reconvención, y en consecuencia declarar el divorcio vincular del matrimonio formado por Viviana Patricia Gizzi y Germán Rolando Zeballos, por la causal objetiva de separación de hecho por más de tres años sin voluntad de unirse, con los efectos de los art. 204 y 214 inc. 2° del Código Civil, sin atribución de culpa. También declaró disuelta la sociedad conyugal al tiempo de la notificación de la demanda, e impuso las costas por su orden. La actora dedujo contra el fallo los recursos de apelación y nulidad. Llegados los autos a esta alzada por la concesión de los mismos, la recurrente expresó agravios a fs. 86/87, los que fueron contestados por la contraria, a fs. 89. II) La sentencia, luego de establecer que el vínculo matrimonial entre las partes se encontraba acreditado con la partida de matrimonio de fs. 3 y constancias de la libreta de matrimonio de fs. 4, dijo que la actora, de manera bastante confusa, habría invocado dos causales de divorcio. Una la separación de hecho por más de tres años sin voluntad de unirse (art. 214 inc. 2° C. Civil), y otra, el abandono voluntario y malicioso (art. 202 inc. 5° C. Civil). Que si bien mencionó el inc. 2° del art. 202, que refiere a la tentativa de uno de los cónyuges contra la vida del otro, ello sería producto de un error, ya que de los hechos expuestos no surgiría haberse configurado esa causal. Que el accionado, al responder la demanda, reconoció la separación de hecho, y más aún reconvino por ello. Al contestar la reconvención, la accionante, también en forma confusa, negó la causal de separación de hecho, para luego pedir se dictase sentencia por dicha causal. Ante lo expuesto, la sentenciante consideró que el reconocimiento de la causal objetiva, y de conformidad al art. 232 C. Civil, era suficiente para dictar sentencia de divorcio por separación de hecho por más de tres años sin voluntad de unirse (art. 214 inc. 2° C. Civil). Añadió que la actora invocó también la causal de abandono voluntario y malicioso, que no podía tenerse por acreditada, ya que el reconocimiento por ella de la existencia de una causal objetiva quitaba el carácter de malicioso al abandono, conforme cierto pronunciamiento judicial que citó. De igual manera las supuestas injurias graves no serían tales, no habiéndose acreditado por la Sra. Gizzi le pidiera a su marido que se retirase del hogar, siendo aplicable al respecto lo dicho en cuanto al reconocimiento de una causal objetiva. Finalmente, y en cuanto a un episodio de la ropa -invocado por el demandado- dijo que por tratarse de un hecho posterior a la separación no configuraba una injuria grave, para fundar la causal o distribuir la culpa al otro cónyuge. III) A la recurrente le agravia que la sentencia no haya considerado el abandono voluntario y malicioso de su cónyuge, que fuera el objeto primordial de la demanda de divorcio y estuviera debidamente probado a través de las testimoniales de Liliana María Goñi y Antonio O. H. Gozzi, por lo cual propugna se establezca a la par de la culpabilidad del demandado, su inocencia en el divorcio. Por lo expuesto, igualmente le agravia la imposición de costas “por su orden”, solicitando sean cargadas al accionado. V) A los fines de resolver la apelación es preciso establecer (siguiendo a Eduardo A. Zannoni, “Derecho de Familia”, Ed. Astrea, T. 2, p. 67 y sig.) que la separación de hecho sin voluntad de unirse de los cónyuges, ha trascendido como causal de “separación personal” y de “divorcio vincular”, a través de lo establecido en los arts. 204 y 214 inc. 2° del Código Civil, según los textos dispuestos por la ley 23515. Así, el art. 204 dispone que “podrá decretarse la separación personal, a petición de cualquiera de los cónyuges, cuando éstos hubieren interrumpido su cohabitación sin voluntad de unirse por un término mayor de dos años”. A su vez, el art. 214 inc. 2°, establece que es causa de divorcio vincular “la separación de hecho de los cónyuges sin voluntad de unirse por un tiempo continuo mayor de tres años, con los alcances y en la forma prevista en el art. 204". Ambos artículos aprehenden la ruptura (hecho objetivo del fracaso matrimonial) como presupuesto suficiente -transcurrido el tiempo fijado en cada caso- para decretar judicialmente, a pedido de cualquiera de los esposos, la separación personal o el divorcio vincular. Ahora bien, en tanto esta causal no implica juzgar sobre los motivos de la interrupción de la cohabitación, se considera que es objetiva, en el sentido de que la ley entiende que el hecho de que los esposos hayan llevado vida separada durante el término previsto muestra el fracaso del matrimonio, sin que sea necesario atribuir responsabilidad en la ruptura a uno u otro cónyuge. No obstante, el art. 204 y el 214 inc. 2° C. Civil que se remite a aquél, permiten invocar y probar no haber dado lugar a la separación de hecho -lo que significa atribuir la culpabilidad al otro-, y en tal caso, al margen de la existencia de la separación misma como determinante de la separación personal o el divorcio vincular -según se trate-, la litis ha de versar sobre las causas que habrían motivado la separación, y ello a fin de dejar a salvo los derechos que se acuerdan a favor del cónyuge inocente que acreditase este carácter. Entre las hipótesis posibles de causas invocables, se encuentra la del inc. 5) del art. 202, “el abandono voluntario y malicioso”, pero en tanto y en cuanto el cónyuge a quien se le atribuyera el abandono puede acreditar que habrían mediado circunstancias imputables al otro que le determinaran a cesar en la convivencia (tales como adulterio e injurias graves), ello significa que en definitiva sea invocable toda causa culpable de separación personal o divorcio. Conforme a todo lo hasta aquí expuesto, bien pudo la actora en los presentes, como lo hiciera, demandar a su cónyuge por divorcio vincular, por la causal de separación de hecho sin voluntad de unirse por un tiempo continuo mayor de tres años, según el art. 214 inc. 2) del Código Civil, pero a la vez con los alcances y forma prevista en el art. 204, esto es, alegando no haber dado lugar a la separación, imputándole al esposo haber hecho abandono voluntario y malicioso del hogar, lo que -de acreditarsedeterminaría que en la sentencia se dejasen a salvo a su respecto, los derechos acordados al cónyuge inocente. Por su lado, a su vez, el demandado pudo como hiciera, admitiendo la separación de hecho sin voluntad de unirse por el lapso legal, reconvenir atribuyéndole a la esposa injurias graves, como determinantes de su retiro del hogar, que no habría tenido por ello el carácter de voluntario y malicioso, estando así en la situación de no culpable de la separación. De tal manera, asiste razón a la actora recurrente, en cuanto a que la sentencia habría considerado erróneamente que su reconocimiento de la existencia de una causal objetiva -como era la separación de hecho sin voluntad de unirse- le quitaba el carácter de malicioso al abandono, y por ello concluyese decretando el divorcio vincular por aquella causal sin atribución de culpa, maguer haber considerado a través de las probanzas rendidas, que no se habría acreditado en forma alguna que la Sra. Gizzi le pidiera a su marido que se retirara del hogar conyugal, y que el episodio de la ropa, argüido por el demandado, acaecido con posterioridad a la separación no configuraba una injuria grave, ni para fundar la causal o para atribuir la culpa al otro cónyuge. En orden a la prueba del abandono y las causas que eventualmente pudieran justificarlo, es dable establecer que, en principio, y como debe partirse de la presunción de que el deber de cohabitación subsiste entre los cónyuges, aquél de ellos que lo deja incurre “objetivamente” en abandono. Pero siendo que la antijuridicidad objetiva de las causales de separación debe corresponderse con su imputabilidad al cónyuge que incurre en ellas, ello significa que las causas que legitiman a un esposo para dejar el hogar común, vienen a operar, en el juicio de divorcio, como un típico hecho impeditivo para que actúe como causal de divorcio, la prueba del abandono. Pero la carga de probar este hecho impeditivo pesa sobre el cónyuge que dejó el hogar, por lo que, en principio, acreditado el abandono y no habiendo el demandado que lo produjo, demostrado razones que justificaran su actitud, aquél debe reputárselo con las características que la ley determina para configurar la causal (Eduardo A. Zannoni, op. cit., p. 95). Por tanto, estando acreditado en el caso el abandono del hogar por parte del demandado, resultante de su responde de demanda y testimonios de Lilian María Goñi y Antonio O. H. Gizzi, y no probada por el accionado la existencia de causas que lo justificasen, corresponde revocar la sentencia estableciendo que, acogiendo la demanda, el divorcio vincular decretado es sin culpa de la esposa, por lo que quedan a salvo respecto de ellas los derechos acordados al cónyuge inocente, con costas al demandado (art. 251 CPCC). A la misma cuestión el vocal doctor Donati dijo: por las mismas razones que invoca el colega preopinante, adhiero a sus conclusiones y voto en idéntico sentido a la segunda cuestión. A la misma cuestión la vocal doctora García dijo: me remito a lo expresado al tratar la primera cuestión. A la tercera cuestión el vocal doctor Serralunga dijo: conforme al resultado de las votaciones precedentes, corresponde hacer lugar a la apelación revocando la sentencia, y establecer en su lugar que, acogiendo la demanda se declara el divorcio vincular del matrimonio formado por Viviana Patricia Gizzi (DNI N° 17449227) y Germán Rolando Zeballos (DNI N° 17449298), según Acta N° 26, Tomo 1, del 17.02.95 del Registro Civil de San Lorenzo (Pcia. de Santa Fe), por la causal de separación de hecho por más de tres años sin voluntad de unirse, estableciendo que es sin culpa de la esposa, por lo que quedan a salvo respecto de ella los derechos acordados al cónyuge inocente y declarar disuelta la sociedad conyugal al momento de la notificación de la demanda, con costas al demandado en ambas instancias. Los honorarios profesionales en esta instancia deben regularse en el 50% de los de la inferior (art. 19, ley 6767). A la misma cuestión el vocal doctor Donati dijo: el pronunciamiento que corresponde dictar es el que propone el doctor Serralunga, y así voto. A la misma cuestión la vocal doctora García dijo: me remito a lo expresado al tratar la primera cuestión. Por lo que esta Sala Segunda de la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial de Rosario, RESUELVE: haciendo lugar a la apelación, revocar la sentencia, y establecer en su lugar que, acogiendo la demanda se declara el divorcio vincular del matrimonio formado por Viviana Patricia Gizzi (DNI N° 17449227) y Germán Rolando Zeballos (DNI N° 17449298), según Acta N° 26, Tomo 1, del 17.02.95 del Registro Civil de San Lorenzo (Pcia. de Santa Fe), por la causal de separación de hecho por más de tres años sin voluntad de unirse, estableciendo que es sin culpa de la esposa, por lo que quedan a salvo respecto de ella los derechos acordados al cónyuge inocente y declarar disuelta la sociedad conyugal al momento de la notificación de la demanda, con costas al demandado en ambas instancias. Regular los honorarios profesionales en esta instancia en el 50% de los de la inferior. Insértese, agréguese copia a los autos y hágase saber. (Autos “GIZZI Viviana P. c/ZEBALLOS Germán R. s/DIVORCIO VINCULAR” - Expte. N° 335/2004) JOSÉ MARÍA SERRALUNGA JOSÉ HUMBERTO DONATI ALICIA GARCÍA (art. 26, ley 10160) Mónica A. Ferrero S-GIZZI335