BOOV083 Boletín Oficial del Obispado de Vitoria

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1iHa/UJ [OO~ .C"
BOLETIN OFICIAL DEL OBISPADO DE VITORIA
Afie LXXXIII
1 d. enero
(, #
~====================
•
17
NIla.1
================
SECCION OFICIAL DIOCESANA
EXCMO. Y RVDMO: SR. OBISPO
EDICTO
NOS
EL
SE~OR
DON
CARMELO
POR LA GRACIA DE PIOS y
BALLESTER
NIETO,
DE LA SANTA SEDE APOSTOLICA,
OBISPO DE VITORIA, ETC., ETC.
Que por defunción del M. 1. Sr. D. Filadelfo
Mata y Argueso (q. s. g. h.), Se "halla vacante en nuestra Santa 'Iglesia Catedral una Canonjía, cuya institución, según d artículo V del
Convenio entr'e la Santa Sede y ,el Gobierno Español para la provisión de beneficios no consistoriales y disposiciones complementarias
Nos corresponde, previa intervención de S. E.el Jefe del Estado,
que presentará al candidato escogido de una lista de tres eclesiásticos dignos que N OS formar,e mos a base de los resultados de la
oposición, que se celebrará.
HACEMOS SABER:
Por ta:nto los que siendo pr1e sbíteros o 'e stando en condiciones
de serlo infra anna:m a die adeptae possessiom1s, quieran tomar parte
en la citada oposición, compar1e cerán por sí o por persona competentemente autorizida en la 'Secr,etarí~.de nuestra Curia Diocesana, '
en d término de ,cuar,e nta días, prorrogables a Nuestra voluntad y
contados desde la :techa de este Edicto, acompañando a la solicitud
if;!~Uf/), ;"l~ \/ :5:'(:,
( '¡,,:< c:':, T ,2 ' ,,'J
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t eS tImOI1lO " .6ehaóente de "bautisino, . y ' del título 'dél' 'Orden' últirha~
':~~Rt' ~, '~;éabid~, at~st~d~Ca~', ~stiIél{ós':' y 'd;e~'los gradós a¿~d~r~¡icQs;ji
o,'
los ' tüvj;ene;c o~~" ~n " sucais ó; el testÚrtohio de haber 'ejer~id0 'c~rg~;
de los mencionados en el artículo IV del citado Convenio entre la
Santa Sede y d ,Gobierno Español;;, )'; L'ctra13 t,estilllon.i;lies, r ,lice~:lI;i~
de sus r,espectivos Ordinarios, - ~i ios ' op-~sito~es '~o ' ~ert~n~~ieren ' él
esta Di60esis o la competente habilitaci6n can6nica, según lo dispone ,el CanoIl 642, párrafo 1. º.
Después de oído el parecer de Nuestro !ltmo. Cabildo Catedral
y en uso de las facultades que Nos confiere el artículo V, número /2
del ya mentado Convenio, hemos tenido a bien imponer al agraciado, adémás de las 'obligaciones comunes a todos los Can6nigos,
conforme a las disposiciones del Derecho Canónico, leyes concordadas y Estatutos de la Santa Ig1esia Catle dral, la especial de predicar cada año seis sermones de lQs de Tabla, en el Templo
Catedralicio.
mino.:; del mismo, el mérito, los servicios, virtud y demás cualidades
morales de los opositores, 'formaremos Nos la terna que elevaremos .
a S. E. el Jefe del Estado para· que se sirva presentar al que juzgue más conv,e nlente para la mayor gloria de Dios y servicio de
nuestra Santa Iglesia y DI6cesis de VitorÍa.
En testimonio de lo cual mandamos librar el presente, firmado
por Nos, sellado con el mayor de Nuestras Armas Episcopales y
refrendado por nuestro infrascrito , Secretario de Cámara en Vitoría
a cuatro de 'enerO de mil novecientos cuarenta y siete.
t CARMELO, OBISPO DE VITORIA.
--
Por mandato de S. E. Rvdma.
FRANCISCO J. CORRALES,
Canciller~Secretario.
Los admitidos a la ,oposici6n practicarán len los días y hora5
que oportunament,e se designarán, los ejercicios literarios 5iguientes,
1 º
Disertar 'en latín, por ,espacio de una hora, con puntos
de v,e inticuatro, sobre' la Distinci6n, que 1C1igiese' el opositor de
entre las tr'es sacadas por suerte del Maestro de las Sentencias, y
r,esponder, acto seguido, a dos de :sus ' coopositores, que argüirán
por le spacio de media hora cada uno ~obre la materia elegida.
2.,º
Argüir dos veoes, en forma silogística y en idioma latino,
por espacio de media hora cada uno, sobre la materia de disertaci6n de sus coopositor,es.
3· º Predicar por 'e spacio de una hora con puntos de veinticuatro sobre :el Capítulo que libremente eligiere ' de tres piques que
se darán en los Santos Evangelios.
•
Concluídos los ej'crcicios deoposid6n,el Tribtmal legítimament,e designado emitirá su dictamen y teniendo en cuenta los tér-
EDICTO PARA LA PROVISION DE UNA CANON]IA DE LA SANTA
IGLESIA CATEDRAL DE VITORIA, CON TERMINO DE CUARENTA
DIAS QUE SE CUMPLIRAN EL CATORCE DE FEBRERO DE MIL
NOVECIENTOS CUARENTA Y SIETE.
-4-
-5de Beneficios, testim.o niales recientes de sus respectivos Prelados,
y iÓ3 que hubieren sido religioso., la dispensa de la Santa Sede
exigida por el Canon 642 del Código de Derecho Canónico.
EDICTO
NOS
EL
SElSJOR
DON
CARMELO
Los opositores deberán tener voz de bajo, clara, afinada y de
buen timbre, en una extensión de SOL grave a RE agudo, poseer
BALLESTER
NIETO,
POR LA GRACIA DE DIOS Y DE LA SANTA SEDE APOSTOLICA,
mente vigentes en orden
OBISPO DE VITORIA, ETC., ETC .
HACEMOS SABER: Que por traslado del Rvdo. D. Miguel Ochoa
y Ocho,a a un Beneficio de gracia, se halla . vacante en ,esta Nuestra
Santa Ig1esia Catedral un Beneficio Menor cuya institución, según
el Conv,e nio concordado entre la Santa Sede y el Gobierno Español,
Nos corr,e sponde, previa presentación de S. E. el Jefe del Estado,
qu.e 'e scogerá el candidato que ha de presentar de la terna formada
a base de los r'e sultados de la oposición que tendrá lugar.
Conforme a los deseos de Nuestro muy amado Cabildo Catedral, y según las disposiciones concordadas vigentes, hemos acordado imponer.a ,e ste Beneficio el cargo de SALMISTA.
é
Por tanto, llamamos a todos los que siendo presbíteros o
hallándose en "aptitud de serlo intra annu:m adeptae posse9sionis y
no pasando de los ,35 años de 'e dad quisier,e n oponerse a la obtención del citado Beneficio, para que en el término de treinta díast,
contados desde la fecha de este Edicto y pror~ogables a Nuestro
arbitrio, compar'ezcan por sí o por medio de Procurador legítimo
en Nuestra Cancillería Diocesana, acompañando sus solicitudes de
13. partida de Bautismo, .competentemente legalizada certificación
,
.
l
la
la instrucción musical suficiente, tanto por lo que hace al- canto
gregoriano como al figurado, y conocer las disposiciones actual-
'
fac~ltativa poi'
que const,e que no padecen afección física que
les impida ,el ejercicio del <;argo, título del Orden últimamente recibido, lioencia a tenor del número l. Q del Artículo 'VII del Convenio ,entre la Santa Sede y 'el Gobierno Español ' para la provisión
i1
la música sagrada.
Los 'e jercicios de <JIPosición serán:
l. º
Cantar , la escala diatónica, de SOL grave a RE agudo.
2. º
Ejecutar una obra de libre elección con acompañamiento
de órgano.
.3. º Cantar una obra que le presente el Tribunal, con diez
minutos de preparación, a solo o con la Capilla, según pareciere.
4. º Cantar un juego de Vísperas, Himno, Gradual, en canto
Gregoriano.
Las obligaciones del agraciado serán:
l. º
Las generales de todo Beneficiado en cuanto a la residencia coral.
2. Q
Cantar desde su asiento y facistol en el servicio de Coro
y cualesqu~era funciones a que acuda el Iltmo . Cabildo Catedral,
con .el lleno de su ,voz la parte que a s~ ,Coro corresponda.
.3. º Suplir ,a los Sochantres 'en sus ausencias o enfermedades
o vacantes, cantando en el Facistol 10 que a éstos correspondiere.
. 4. º Cantar en la Capilla de Música cuando se lo ordene el
Iltmo. Cabildo.
5. º L'e vantar las cargas del servicio de Altar, tonforme a los
Estatutos y legítimas costumbres de la S. I. Catedral. En caso ,d e
in{¡tilidad física, tendrán que someterse al juicio de la Superi?ridad
para lo que se dispusiere.
-6El agraciado r,e cibirá la dotaci6n asignada a los Beneficiados
de sufragáneas en el mismo modo y forma que el Estado la satisface.
Practicado -el examen de los aspirantes conforme a las Instrucciones dadas a los Peritos examinadores y delante del Tribunal legítimame?te designado, en vista de los ejercicios, de los documentos presentados, del dictamen del Tribunal y los méritos y servicios
de cada opositor, formaremos la terna que elevaremos a S. E. el
}efe del Estado para que se sirva presentar ·al que juzgue más con.
veniente para la mayor gloria de Dios y servicio de Nuestra Santa
Iglesia y Di6cesis de Vitoria.
En testimonio de lo .c ual mandamos expedir el presente Edicto,
firmado por Nos, sellado .con d mayor de Nuestras Armas Episcopales y refrend-ado por Nuestro Secretario Canciller, en nuestro
Palacio Episcopal de Vitoria a cuatro de enero de mil novecientos
cuarenta y siete.
t
CARMELO, OBISPO DE VITORIA.
Por mandato de' S. E R vdma .
FRANCISCO J. CORRALES,
Canci Iler-Secretario
EDICTO PARA LA PROVISION DE UN BENEFICIO CON CARGO DE
SALMISTA DE LA SANTA ¡GLESIA CATEDRAL DE VITORIA, CON
TERMINO DE TREINTA DIAS QUE SE CUMPLIRAN EL CUATRO DE
FEBRERO DE MIL NOVECIENTOS CUARÉNTA y SIETE.
-7' -
SECRET~íA DE cAMARA
NOMBRES DE LOS PROMOVIDOS A LAs ORDENES
EN LAS TEMPORAS DE ADVIENTO DE 1946
Día
20
diciembre
A LA PRIMA CLERICAL TONSURA
Don J osé Angel Aguirre Arámburu ,
» Manuel Aizpuru Urquizu.
» Carlos Bengoechea Goitia .
» Pedro Celaya Olavarri.
» Máximo Egaña Guisasola.
» Eustaquio Eizmendi Uzcudun.
» Antonio José Garda Lápeña.
» Antonio Garmendia Escazuri.
» Ignacio Jiménez Urresti.
» Vicente Latiegui Eraso.
» Jesús María Ma~caida Asolo.
» Rafael Martínez Taubmann. .
» J osé Ignacio Martínez de Mendívil Madinaveitia.
» Gabriel Milicua Amunategui.
» Jesús Monje Hernáez.
» Valentín Murguía Iturrate.
» Manuel Olabarri Zurinaga.
» Francisco. Mé1.ría alano Irazustabarrena.
» Félix Ortíz de Urtaran Díaz.
» Miguel Valentín Pére,z de Heredia Andrés.
» Jesús José Rodríguez Rodríguez.
» Joaquín Ruiz de Lezana 'S ubijana.
» Antonio Sampedro Arocena.
» Eusebio Sendino Terradillos.
» Jesús Totorica ,Ogara.
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Marcos Ussia Urruticoechea.
Justo Fernández,
Luis >Fernández, y
Miguel F,ernández, de la Pía Sociedad . de San Pablo.
Alberto Navaridas Aguinaco.
• Antonio Iraeta Elgarresta.
Gregorio Iñurritegui Urcelay.
Celestino Solaguren Basabe.
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José J oaqufn Gallastegui Garro.
José María Biain Urrutia.
José Goitia Albizu, O. F. M.
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Día
21 .
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OSTIARIADO y LECTORADO
Don J osé Angel Aguirr'e Arámburu .
» Manuel Aizpuru Urquizu.
» Carlos Bengoechea Goitia.
» Pedro Celaya Olavarri.
» Máximo Egaña Guisasola.
» Eustaquio Eizmendi Uzcudun.
» Antonio José García Lapeña.
» Antonio Garmendia Escazuri.
» Ignacio Jiménez Urresti.
» Vicente Latiegui Eraso.
» Jesús María Marcaida . .l).soI0.
» Rafael Martínez Taubmann.
» J osé Ignacio Martinez de Mendívil Madinaveitia.
» GaBriel Milicua Amunategui.
» Jesús Monje Hernáez.
» Valentín Murguía Iturrate .
Manuel Olabarri Zurinaga.
» Francisco María Olano Irazustabarrena.
» Félix Ortíz de Urtaran Diaz.
Miguel Valentín Pérez de lIeredia Andrés.
AL
JesÓs José Rodríguez Rodríguez. >>
Joaquín Ruiz de Lezana Subijana.
Antonio Sampedro AroceTlfl.
Eusebio Sendino Terrarlillos'.
Jesús Totorica Ogara.
Marcos Ussia Urruticoechea .
Justo Fernández,
Luis Fernández, y
Miguel F'e rnández, de la Pía Sociedad de San 'Pab10. '
Alberto Navaridas Aguinaco.
Antonio Iraeta Elganesta.
Gr,e gorio Iñurritegui Urcelay .
Celestino Solaguren >Basabe.
José Joaquín Gallastegui Garro ...
José María Biain Urrutia.
José Goitia Albizu, O. F. M.
SAGRADO SUBDIACONADO
Don Ambrosio Echevarría Arroita,
» Marcelo Gaztañaga Arana,
» J osé Luis Moraza Montoya, y
J osé Martín Zabala Salegui, a título del servicio delaDiócesis.
»
» Ricardo Romero GOdoy, a título del servicio de .la Diócesis
de Canarias, con dimisorias.
Fray Vicente Tercero Borrás,
» Julio Ollacarizqueta Poza,
» Francisco Gisbert Cots, a título de pobreza, C. T. C: de la.,
B. M. V. de los Dolores.
»
Tomás UrruchLdeSan José, y
» Dárnaso Ciordia de San José, a tituló de pobreza, Congregación Escuelas Pías.
AL
SAGRADO DIACONADO
Don Antonio Aguirre Zubizarr,eta.
» Laurencio Aguirr,e Irigoyen ..
,
~
-11-
id-
Don .Saturnino Aguirre Í'érez de Onraita.
» Fermín Aguirre Urigoitialdecoa.
» Francisco Aldasoro Iparraguirre.
» Ignacio María Alonso LopeteguL
» Víctor Arizmendi OlaI1ó.
» Gregorio Arraytunandía Landa.
» Justino Arteaga Izaguirre.
» Antonio Artola Zubeldia.
» Benjamín Aurteneche Goitia.
» J osé Miguel Balenciaga Bengoechea .
» Mateo Barañano Zarandona.
», Pablo Bilbao ArísteguL
» Jesús ' Bilbao Uríbarri.
» Jesús José Dorronsoro Esnaola.
» Juan Manuel Echeverría Suquía.
» Feliciano Ganuza F,e rnández de 'Caceo.
»: Ignacio Angel Garmendia Fano.
» Pedro María Garmendia Olano.
», Santiago Goiri Guerrero.
» Mario Hoyos González.
»! Emíliano Ibarguchi Barrando.
» José Antonio Igártua Arana,.
» Pablo Igártua Mendía.
,»: Emiliano Iturrarán Basabe.
» Luis Larrañaga JuaristL
», José Lasuen Ajuria.
» José Luis Malillas González.
» Félix Obieta Inchausti.
» Pedro Jesús Saizar Ugartemendía.
» Juan San Ildefonso Apalategui.
» Antonio U gartemendía Albisu.
» Julián Uriarte Onaindía.
» Esteban Uriarte Sáez de Castillo .
», José María Yeregui Arrieta.
» Raimundo Zaldúa Arbiza.
» Francisco Garmendia Ayestarán, y
» Juan Arregui Liciaga, Canónigos Regulares de San Agustín.
Fray J osé Goyena de la Virgen de Uxuá.
» Víctor Pinillos del Niño J esús.
» Angel González del Sagra do Corazón de Jesús.
» Fermín Maestu del , Sagrado Corazón de Jesús .
» Lino de las Cinco Llagas .
» Agustín de la Inmaculada.
» Ildefonso del Corazón de María, Congregaci6n Pasionista.
» Galo Gutiérrez de la Cruz, y
» Angel Pérez del P.alomar Ul1íbarri, O. F. M.
» Atanasio del Niño Jesús, y
» Fidel de la Inmaculada Concepción, O. C. D.
AL SAGRADO PRESBITERADO
Don
»
Fray
Don
Carlos Fernández de Gorostiza Foronda.
Mateo Aguerre, de la Orden de San Benito.
Simeón de San José, O. C. D.
Marcos Mendizábal Aldanondo, de la Orden de Can6nigos
Regulares de San Agustín.
.
,
' -13-
-12-
DE LA SEDE APOSTOLICA
,"
FALLECIMIENTOS
"T
MENSAJE DE SU SANTiDAD EL PAPA PIO XII AL MUNDO
EN LA VISPERA DE LA NAVIDAD DE 194 6
PRESBITEROS
El día 30 de octubre, D. 'Enrique'Olavezar y 'Onagoitia, CapelJ.án de las A\éemarianas,en BilbilO, 'a Jós ' 77 años.
ElIde diciembre', D. Segun'do Urquiz,~ ' e 'learan, Coadj. de
Ondárroa, a los 60 años.
. "
"El día 15 de diciembre, Mons . D. Hilario Soloeta Amorrortu,
Ecónomo de Yurr.e (Vizcaya) a ros 88 años.
'
El día , 20 de diciembr,~, D. Litio Lafuente Larrecne/ adscrito
-en Vitoriano, a los :82 años.
~::
El día 26 de diciembr'e, D. lsidoro L6pez de Ipifra y Carda
de Cortázar, Capellán de Iduya, en ,'Araya, a 10s " 83 años.
)(
RELIGIo.SAS
El día 28 de noviembre, en el Convento de Santa Clara, de
::.
". ,,:\ ¡.
Azcoida, Sor Ter,esa María 'Asunción Arteche, a los 8 S' años de
,e dad y 64 de :vida religiosa.
"
,>l
• El día 12 de diciembre, en el Convento de las ~1'tvr':6.M:.erceda­
rias de Marquina, Sor María Dolores Aréchaga .
'""7'".~'
REQUIEM AETERNAM DONA EIS DOMINE "
ET LUX PERPETUA LUCEAT EIS
He aquí el texto del radio mensaje que Su Santidad
el Papa Pío XII dirigi6 al mundo con ocasión de las
fie,stas de la Natividad 'del Señor.
« ¿ Ha habido jamás en 1,'1- historia del género humáno, en la historia de la Iglesia, una Navidad y un año nuevo donde de una
manera más viva que ;al presente ardiera en los corazones y se
ma~ifestara el ansia de ver desaparecer el contraste entre el padfi~? 'm ensaj,e de Belén y las agitaciones interiores y exteriores
de 'un mundo que con tanta frecuencia abandona el recto camino
de la verdad y de la justicia?
La Humanidad, apenas fuera de los horrores de una guerra
cruel, _s,uY<l;s consecuencias tod<;tvía la tienen llena de congoja,
contempla estupefacta el abismo ,abierto entre las esperanzas de
'¡ayer y las realizaciones de hoy, abismo que aun 'los esfuerzos más
t~naces difícilmente logran salvar, porque el hombre, que es capaz
de destruir, no lo ¡es siempre <le restaurar por sí solo,
Hace casi dos años que ha callado el cañÓn. El juego de las
armas sobre el campo de batalla ha procurado a una de las partes
beligerantes una victoria aplastante, y a la otra, una derrota sin
precedentes. Pocas veces en la historia del mundo había trazado
la espada una línea 'divisoria tan tajante entre los vencedores y los
v,e ncidos. Ha pasado ya la embriaguez jubilosa y exuberante de
fa victoria. Las inevitables üificultades se han manifestado con
toda su crudeza, J y ~6mo se han manifestado J Por encima ., de
todos los designios y de todas las disposiciones humanas está la
palabra del Señor: «Ex fructibus eorum cognoscetis eos» , (por sus
fruto~ los podréis conocer) (San Mateo, VII, 2 o) . Una cosa , queda
-14 -
fuera de duda: que los frutos de la victoria y sus repercusiones no
sólo han sido hasta ahora indeciblemente amargos para los vencidos,
sino' que se han hecho sentir como fuente de múltiples ansias y de
peligroSas divisic;mes también entre los vencedores. Los reflejos d~
estas divisiones se fueron ~ucesivamente .acentuando en días pasados
cada vez más, y .hasta el punto· que nadie que ame 'verdaderamente
a la Humanidad, y menos aún la Iglesia de Cristo, solícita :s iempre
en el ' cumplimiento de 'su misi6n, ha podido cerrar los ojos ante
semejante espectáculo.
La Iglesia, ,e nviada por :el divino Salvador a todos los pueblos
para conducirlos a su !Salvaci6n eterna, no pretende intervenir y
tomar partido en las ~ontroversias sobre materias puramente terrenales. Es Madre, y no pidáis a una madre que favorezca o que
se ponga 'a l uno p al otro de sus hijos. Todos deben ' hallar ly
experimentar ' igualmente en ·e lla flquel am¿r perspicaz y generoso,
aquella íntima e inalterable ternura que da fuerza a ~us hijos fieles
para marchar con paso ¡:nás firme por d ancho camino de la verdad
y de la luz ~ inspira a los extraviados y errantes fel ansia de acogerse de nuevo a :su direcci6n maternal. Tal vez nunca la Iglesia
de ' Cristo, sus ministros y sus fieI.es de toda clase y condici6n han
tenido necesidad como entre las angustias de los tiempos presentes,
junto a las que ¡as vicisÜudes del pasado parecen palidecer, de
este perfecto amor, que ~stá siempre dispuesto al sacrificio y que
no sabe de límites pe la tierra ni de prejuicios humanos. Solamente, pues, el espíritu .de caridad y el sagrado deber de nuestro
apost6lico ministerio nos hacen ~esplegar los labios en esta víspera de Navidad. S610 tllos nos inducen a dirigirnos .al mundo
entero y a confiar f1. ' las ondas etéreas para que las lleven hasta
los confines de la tierra la expresión de nuestras solicitudes y de
nuestros temores, de nuestras plegarias y de nuestras más ardientes
esperanzas, en la seguridad ,d e que muchos corazones nobles y
comprensivos, aun fuera de la comuni6n cat6lica," se harán eco de
nuestro grito de angustia y no nos escatimarán su eficaz colaboración.
No tenemos intenci6n de ¡::riticar, sino de estimular;. no de
acusar, sino de socorrer. Mueven nuestros torazones, y quisiéramos
reavivarlos en el alma. de quienes nos escuchan, designios de paz
-15 y no de aflicci6n (Jeremías, XX IX, 1 1). N o ignoramos que nues-
tras palabras y nuestras jntenciones corren el peligro de ser ma;]
interpretadas o desfiguradas con ¡:niras a la propaganda política;
pero d que exista Ja posibilidad de tales comentarios err6neos o
malévolos no podría cerrar nuestros labios. Nos tendríamos por
indignos de nuestro oficio y de la cruz que el Señor ha colocado
sobre nuestros débiles hombros. Creeríamos hacer traición a las
almas, que esperan de Nos la luz de la verdad y luna guía 's egura,
. si por esquivar siniestras jnterpretaciones dudásemos de hacer en
una hora tan crítica; todo lo que pudiéramos para despertar las
conciencias adormiladas y llamarlas de nuevo al cumplimiento de
los deberes de la santa milicia de Jesucristo.
Ningún veto, venga de donde viniere, podría prevalecer contra
el precepto de Jesucristo: «Id y enseñad». Con inquebrantable obediencia al divino Fundador de la Iglesia, nos esmeramos y nos
seguiremos esmerando, mientras nos lleguen las' fuerzas, en el cumplimiento de nuestra misión de defensor de la verdad, de procurador del Derecho y pe propugnador de los eternos principio,;
de la benignidad y del amor. Bien podría ser que en ¡el ejercicio
de ,e ste deber topemos ~on resist~ncias e incomprensiones; pero
nos conforta d recuerdo de lo que acaeci6 al mismo Redentor
y a los que han s~guido sus pisadas y nos acordamos otra vez
del humilde, pero confiado, dicho del apóstol San Pablo: «Muy
poco se me da ~el ser juzgado en cúalquier juicio humano, ya que
el que me juzga es el Señor» (I Corintios, IV 3-4).
'
1.
UN ' LARGO Y CANSADO CAMINO
Había sus buenas razones para temer que entre las ruinas y
la confusi6n que .el gigantesco conflicto dejaba en el mundo, ef
recorrido desde el final ,de la guerra hasta la firma de la paz,
habría de ser largo y penoso. Pero este camino que actualmente
estamos recorriendo, sin poder aún predecir, a pesar de algunos
notables progresos ya conseguidos, ni cuándo ni c6mo llegará a
su meta, le ste prolongarse indefinido de un estado anormal, de
inestabilidad y de incertidumbre, es síntoma claro de un nial que
constituye la triste característica de nuestro tiempo.
-16 -
-17 -
La Humanidad, que ' ha sido testigo de una prodigiosa actividad
e~ . todos los :ampos de la potencia militar formidable por su preCISIón y a~plitud en fa preparación y en la organización, fulmínea
por su r~pIdez e jmproyisación en su contínua adaptaci6n a la's circ~nstanClas y a las neoesidades, ve ahora desarrollarse la elaboraCIón y. la ~rg.anización de la paz con una gran lentitud, y entre
rooes. sm 'e lImmar todavía, por lo que se refiere a la determinaci6n
del fm y de Jos métodos.
Cuando se public6 por primera "ez la Carta atlántica, todos
~os pueblos prestaron cuidadosa atenci6n. P.or fin se podía respirar.
¿
Qué ha quedado ahora de aquel mensaje y de lo que disponía?
A~n en al?,unos de aquellos Estados que, o por propia elección o
baJO la. égIda de otras potencias mayores, quieren presentarse a la
Humamdad de hoy como porta-estandartes de. un nuevo y verdadero
prog~eso, las :uatro libertades, ,saludadas antes por muchos con
e~tuslasmo caSI no pareoen ya más- que una sombra o una adulteracI6n de lo que eran en la idea y en las intencio'nes de ¡sus más
J.ea1es promulgadores.
N os con mucho gusto reconooemos los incesantes esfuerzos de
los insignes hombres de Estado, que hace casi un año. en una serie
apenas inint<errumpida de laboriosas ~onfer, encias, se 'han dedicado
a la constitución de aquello que todos los hombres de buena voluntad dese~ban o la Jo que ardientemente aspiraban.
DesgracIadamenve la qiversidad de opiniones, la desconfianza
y La recíproca suspicacia ; el, discutir el valor de hecho y de derecho de no pocas decisiones adoptadas ya, o que se habrán de
adoptar, han hecho muy frágil la consistencia y la vitalidad de
aquellos compromisos y soluciones que se apoyan en la fuerza o 'en
el pr,e stigio de la potencia militar, y que dejan en el fondo de
muchos corazo:nes la desilusi6n y el descontento. Los pueblos, en
vez de encammarse hacia una pacificación verdadera en vastos
territorios del mundo, en ;:tmplias regiones, especialmente de Europa, se ,encuentran en ,un estado de constante agitaci6n, del que
más o menos pronto podría saltar la chispa de nuevos conflictos.
, 11. ' UNA TRIPLE INVITACION A LOS GOBERNANTES DE LOS PUEBLOS
Quien \ne Y medita todo esto queda íntimamente convencido de
la gravedad de la hora y experimenta la necesidad de invitar a
quienes gobiernan a los pueblos, a los que tienen en sus manos los
designios del mUndo, y de cuyas r,esoluciones depende el éxito de
la prosperidad o la quiebra de la paz, una triple considet.ad6n:
Primera. La primera condición paraconesponder a la expectación de los pueblos, para atenuar y gradualmente disipar las perturbaciones que padecen en el interior, para alejar las peligrosas
tensiones internacionales, consiste en ,gue todas vuestras energías y
toda vuestra voluntad se dirijan a que termine el intolerable estado
actual de inoertidumbr,e, a aoelera! 10 más posible el advenimiento
de una paz definitiva entre todos los Estados, a pesar de las dificultades que ninguna inteligencia serena puede dejar de ver,
La naturaleza humana, durante los largos años de la guerra
y de la postguerra, víctima de innumerables e indecibles sufrimientos, ha dado pruebas de una 'i ncreíble capacidad de resistencia:.
Pero esta fuerza tiene ¡m fin, y para millones de seres humanos ha
llegado. La cuerda está ya demasiado tirante, Una nonada bastaría
para rqmperla, y la ruptura podría tener consecuencias irren:ediaMes. La Humaníidad quiere poder tener otra vez esperanza, Todos,
cuantos saben que solamente una rápida vuelta ,a las normales relaciones económicas, jurídicas y espirituales 'e ntre lüs pueblos puede
preservar al mundo de ¡Ucalculables agitaciones y de desórdenes,
que aprov,e charían tan sólo a las oscuras fuerzas del mal, tienen
Ui1' vivo interés, en que se llegue a la paz de una manera rápida y
completa. Por tanto, haced ,que el año que toca ya a isu fin sea el
último de la vana y no satisfecha expectación, y que el nuevO vea
la r'ealización de la paz,
Segunda, El año de la paz . Este pensamiento lleva a la segunda invocación, que' todo hombre recto dirige a quienes gobiernan
a los pueblos. Vosotros justament,e anheláis-¿ y como podría ser
de otra manera? -que vuestros nombr,es queden escritos con letras
de oro en la historia y ren los dípticos de los bienhechores del gé~
-18-
nero humano. La sola duda de que, por el contrario, puedan un
día, aun sin culpa voluntaria vuestra, ser puestos en la picota, entre
los causant'es de su ruina, os horroriza.
Poned, pues, en juego todas las energías de vuestra voluntad
y de vuestra capacidad para imprimir a vuestra labor en favor de
~ paz d sello de una verdadera justicia, de una previsora prudenCla, de un sincero 5'erVicio a los intereses solidarios de toda la
familia humana.
La profunda postración en que la horrible guerra ha sumido a
l~ Humanidad exige imperiosamente ser superada y curada por me-
dIO de una paz moralmente elevada e incensurable, que enseñe a
las futuras generaciones a desterrar todo espíritu de · violencia
~r.utal y a dar de nuevo a la idea del Derecho ~a primacía ¡que
llllcuamente le había sido arrebatada.
.
Pero apreciamos como es debido el ard~o, pero noble trabajo,
de aquellos gobernantes que, sordos a las engañosas voces de la
venganza y del odio, se han dedicado y se dedican todavía sin
tregua a la consecución de tan alto ideal. Pero a pesar de suS!
generosos ,esfuerzos, ¿ quién podría afirmar que de las discusiones
y de las negociaciones el año que corre a su ocaso 11aya resultado
de proyecto claro, lógicamente ordenado en sus líneas principales,
capaz de despertar en ~odos los pueblos la confianza en un porvenir donde reinen la tranquilidad y la justicia?
Sin duda una guerra tan "funesta, desencadenada por una injusta
agresión y llev,\da addante hasta más allá de lo lícito, es decir,
hasta cuando se veía ineparablemente perdida, no podría sencillamente terminar con una paz sin garantías que impidan la repetición
de semejantes violencias. Per o todas las disposiciones represivas
y. p~ev~ntivas tienen que ~onservar s~ carácter de medio y, por
conslglllente, estar siempre subordinadas al último y elevado fin
de una v,e rdadera paz, que consiste ~n asociar gradualmente, con
todas las necesarias garantías, a los v,e ncedores y vencidos, en una
labor de reconstrucción, para utilidad no ·menos de la entera "familia de las naciones que de cada uno de sus miembros.
Todo observador ,e cuánime debe reconocer que estos indiscutibles principios han realizado verdaderos progresos entre muchos
durante <el pasado año, también como consecuencia de las dolorosas
-19 repercusiones padecidas por los intereses vitales de los mismos
Estados vencedores.
Sirve también de satisfacción el notar que algunas voces autorizadas y competentes se alzan cada vez más contra un aprovecharsa
sin límites de las pr'e sentes condiciones por parte de alguno de 105
Estados vencedores, y contra una excesiva restricción en el tenor
de vida y ,e n d resurgimiento económico de los vencido·s. En algunas zonas el contacto inmediato. con la indecible miseria de la
postguerra ha despertado en muchos corazones la conciencia de
una responsabi:idad mutua y solidaria en favor de una efectiva
mitigación y de la definitiva superación de mal tan grande, sentimiento que, a la vez que honra a unos, sirve de aliento a los otros.
Se ha presentado en ~stos últimos tiempos un factor nuevo
para estimular el deseo de la paz y la decisión de procurarla' con
más eficacia. La potencia .d e los nuevos instrumentos de destrucción, que la técnica moderna ha intensificado y sigue intensificando
sin cesar, hasta presentarlos a los ojos de la Humanidad, horrori:
zada, como· unos espectros del infierno, ha hecho que una de la~
discusiones internacionales, con aspectos totalmente nuevos y con
ansias nunca sentidas hasta ahora, sea el problema del desarme,
suscitándose la esperanza de que llegue a ser realidad lo que antes
apenas fué un anhelo.
A pesar de estos ¡:notivos de esperanza tan bien fundados, de
los que nadie puede alegrarse más de lo que se alegra la Iglesia,
parece que en el estado actual de las cosas se debe prever con
gran probabiiidad que los futuros tratados de paz no sean más 'que
«oPUS» imperfectos, en el que no pocos de sus mismos autores reccnocerán más bien el ;resultado de transacciones entre las tendencias o las pretensiones de las diversas fuerzas políticas que la expresión de sus ideas personales, fundadas en conceptos verdaderos
y justos, del derecho y de la equidad, de la humanidad y de Ra
cordura.
Tercera. Esta consideración conduce por sí misma a la tercera invitación que .se dirige a los gobernantes de los pueblos. Si
queréis dar estabilidad interna a vuestra labor en favor de la futura
ordenación y de la ,seguridad de la paz y hacer que sea de [una!
vez; si queréis impedir Rue más pronto o más tarde se quiebre por
-20...-.
sU propia dureza, por la: dificultad práctica de Uevarla aejecud6n,
por sus inherre ntes defectos y faltas, por' sus omisiones e ins'ufideildas, hoy acaso ínevitabl'e s; por sus lejanos 'efectos reales y ffsicb~,
que ahora no les posible calcular, procurad dejar prevista la p'osibilidad de corrrección a través de un procedimiento claramente determinado. En cuanro a la mayoría de los pueblos, y la vóz de ¡La
raz6n y de la ¡e quidad, manifiestan que tales modificaciones son
oportunas y deseables o ',quizá hasta necasarias.
Una máquina puede parecer de pel'fección indiscutible por su
pr,e ci:ión rigurosamentle matemática ,e n los proyectos, perb puede
tambIén después de esto mostrarse gravemente defectuosa en la
realidad de las pruebas, donde fácilment~ está expuesta a muchos"
incident<es, técnicamente imprevistos . ¡ Cuánto más en el orden'
moral, 'socüi.l y político un proyecto puede parecer excelente en el
papel, fruto de laboriosas discusiones, pero puede sucumbir en la
p~u.eba . del tiempo y ~e la experiencia, donde los factores psicológICOS ttenen un puesto de primera fila I En realidad no se puede
prevrer todo. P,ero es prudente dejar una puerta abierta a lo¿ futuros l'etoques y a los posibLes reajustes.
?brando ~sí mostraréis vuestra fidelidad a las palabras" ptonunCladas le n CIrcunstancias memorables por íntirpretes autoriza.dos
~e. ~a opinión pública. Estaréis seguros de no acarrear ningún perJUICIO a vuestros intre r'eses, bien entendido que daréis a toda lafa~
milia humana un ejemplo luminoso para demostrar que no hay más "
camino seguro hacia la desreadá paz que aquel que arranca de la
Humanidad en 'el espíritu de la solidaridad fraterna ,
1I1.
LA
LUZ DE 'BELEN
Aun sabiendo que se va por el sendero seguro, ¡ qué hermoso '
es caminar en medio ,d e la luz I ¡ La luz I Miradla todos vosotros
a quienes une la misma fe en el Salvador del mundo. Ved lales~
trella qile brilla s'o bre ,Belén l para iluminar el camino.
'
" ,..
,
Si se quiere volver a lós' grandes principios de la justici~ que'-'
llevan a la paz, !es menester pasar por Belén; res né¿e~aiio record.á:r
el ejemplo y la doctrina de aqtielque, desde la cuna a la ' cruz ngr.;""
conocía inisiónmás alta , ,que cumplir la "voluntad del Padi,ec~Ie~- :;
tia!, sacar al mundo ~e la noche del error y del fango 'del pecad~,
donde entonces yada miserablemente; despertar en él la conciencia
de su sujección a la maj-estad de la ley divina, como norma de
recto pensar, como impulso de ' enérgica voluntad, como regla de
sana y concienzuda actividad.
El mundo nunca ha tenido más necesidad que hoy de la gran
vuelta a las máximas del mensaje de Belén. Y con todo, rara vez
como hoy se ha ,manif,estado tan dolorosamente entre los hombres
el contraste entre los preceptos de aquel mensaje divino y la.
realidad de hoy.
¿ Queréis desanimaros tal vez, ¡amados hijos, aterrorizad'o s por
este contraste? ¿ Queréis también vosotros - aumentar el número de
los que, desconcertados por la inestabilidad del morp.ento, vacilan
en esta guisa o 'poco menos que conscientemente se prestan al
juego de los enemigos de Cristo?¿ Queréis 'llar prueba de pusilanimidad ante la creciente marea del orgullo y de la violencia anticristianos?
Ningún cristiano tiene derecho a dar señales de estar cansado
de la lucha contra la 01eada antirreligiosa de la hora presenre.
Poco importa cuáles puedan ser' las formas, los métodos, las armas,
las palabras ridículas o amenazadoras, ,e l disfraz con que se encubre
el enemigo. A nadie se le podría perdonar que ante ella se quedase
con los brazos cruzados, la cabeza baja y temblándole las' piernas.
La táctica contra la Iglesia es siempre la misma. Hiere al
pastor y serán dispersadas las ovejas (Zacarías, 13- 1 5); siempre
la misma táctica, que no cambia; siempre tan inútil como poco
gloriosa; se repite acá y allá y se aventura hasta los mismos pies
i
de la sede de Pedro.
La Iglesia no teme ¡aunque su corazqn sangre. No teme por sí
misma, ya que cuenta con las promesas divinas;, pero teme por la
perdición de tantas almas. Ahí están sus «Anales» para recordarte
cuántas veces los asaltos más furiosos se han .roto~n espuma contra
la roca firme y tranquila, donde reposa, segura de su inmortalidad ,
Hoy como ayer, mañana como hoy, todos los esfuerzos para vencerla o qisgregarla han, de ceder y saltar en pedazos ante la fuerza
vital del vínculo «caritatis» ,que une al Pastor con su grey,
Si en el arduo pero firme cumplimiento de 'nuestro deber hay
-~aigo que nos da ~erenidad y fuerza es, después de nuestra confianza
en Aquel que nació en un portal para confundir la arrogancia de
los fuertes, la convicción sólidamente cimentada de podú contar
con la oración, la fidelidad, la vigila'ncia de un ejército en ordén
de batalla (Cánticos, VI, ,3); cuya prontitud y ,e xperiencia ha sabido
dar ,buena cuenta de las más duras pruebas.
Recientemente hemos tenido el placer de elevar al honor de los
altares a una heróica falange , de mártires que, sellando con su¡
sangre la profesión de su fe, han ilustrado los albores de nuestro
siglo. Desde ,e ntonces otras falanges de sacerdotes y de fieles, soldados de Cristo todavía desconocidos, le han dado y le dan e!
mismo testimonio. Estamos seguros de que vendrá un día que los
sacará de la sombra y los hará -e scalar las cumbres de la gloria
cuando se alce finalmente el pesadlJ telón que oculta y oscurece la
historia de nuestros días. IOjalá que el ejemplo de su valor y de
su fidelidad, que desprecia la muerte, inflame los corazones de'
nuestros queridos hijos e infunda -e n ellos los mismos sentimientos
de fortaleza y de confianza, que asegurarán a la bandera de Cristo
su ¡:tadfica victoria para ¡el mayor bien de toda la Humanidad 1
IV.
EL AZOTE DEL HAMBRE
, No podemos terminar este mensaje nuestro de Navidad sin' aludir a los dolores y a las necesidades que se siguen de la grave
situación alimenticia y sanitaria ,en las naciones castigadas por la
guerra. Ya el 5 de abril de este mismo año lanzamos un lIama.miento a los gobernantes y a los pueblos de aquellos países que
con sus reservas podían acudir ,en auxilio de las poblaciones famélicas. Realmente se ha hecho ~ucho. Ante las trágicas desventuras
que afligían principalmente a los débiles, a los ancianos ya 'los
niños, el mundo civilizado no ha permanecido insensible ni ha sido
sordo, yes menester alabar el sentimiento humano y cristiano de
aquellos hombres' y de aquellos pueblos que han hecho -lo necesario
para crear diversas organizaciones de Socorro.
Siguiendo las rutas ,e nsangrentadas de los ejércitos han llevado
. auxilios de todas clases a las víctimas de la guerra ; han salvado
el honor de la, Humanidad, tan malamente pisoteado por la violen-
-23-
da y por el odio. Quisiera 'nios que estos tesoros de energías y
de socorros, caritativamente empleados en asistir a los más miserables y salvarlos de la última ruina, hubieran sido suficientes para
remediar la necesidad. Desgraciadamente no es así. Y por eso nos
vemos obligados a r-e novar la invocación de la primavera pasada.
En vastoS territorios de Europa y del Extremo Oriente amenazan los
esp ectros de la más espantosa carestía y de! hambre canina. Falta
el pan, ,e n el sentido literal de la palabra, a enteras poblaciones, que
por consiguiente, van languideciendo miserablemente, consumidas,
debi:itadas, víctimas de las enfermedades y de la miseria, peligrosamentl~ agitadas por sordos estímulos de desesperados rencores y de
profundas agitaciones sociales. Tal es el tremendo pe:igro que oscureceel amanecer del 'año nuevo, peligro tanto más grave ' cuanto
que por algunos síntomas que dejan transparentar incertidumbre y '
cansancio, aquella magnánima labor de solidaridad humana parece
pr6xima a su fin, sin haber llegado ,a remediar los males que h<l-bía
venido a socorrer.
Es ciertamente natural que los favorecidos por la fortuna sean
propensos a echarse a !Un lado, olvidándose de los males ajenos.
Cerrando los ojos y ¡el corazón a las desgracias de los pr6jimos
desconocidos o lejanos cr,een que pueden justificar ante su conciencia el aislamiento y el desinterés para con las n'e cesidades de los
demás . Las exigencias personales agotan loS productos que las artes
de la caridad ahorraban y los medios de auxilio quedan sin ponerse
al servicio de aquellas acciones de socorro a las que la fraternal
caridad les habría destinado.
Por eso repetimos a todos los que puedan alargar una mano
, para ayudar que no seenfrfe vuestro celo, que vuestra ayuda 'sea
pronta y generosa. Calle todo estrecho egoísmo, toda vaciiaci6n
mezquina, toda amargura, toda indiferencia y todo error. Vuélva~e
vuestra mirada solamente a la miseria y sobre todo al afán de millones de niños y de j6venesentre los que hace «ra~ia» el hambre. Así daréis y r-ecibiréis al mismo tiempo el inefable aginaldo
«Faz en la tierra a los hombres de buena voluntad».
Efectivamente, nada es tan , a propósito para crear las indispensables premisas espirituales de la paz ' como el socorro dispensado
con 'g enerosidad entre Estado y Estado, entre pueblos y pueblos p~r
. -'
-24' -
encinw' de'las fronteras nacÍonales, de tal manera que, aplacados por
toqa:'i partes los sentimientos de rivalidad y de venganza, frenada,;;
la~ ansias de domiúio, desterrada la idea de un privilegiado aisl a ¡mento, aprendan los pueblos por sus mismas desventuras a conocerse,',a tolerarse y ayudarse; y sobre las ruinas de una civilización
olvidada de los prece ptos evangélicos, se reconstruya la ciudad
cristiana, donde el amor 'eS la ley suprema,
Con estos votos deseamos a todos los que nos escuchan en esta
v'Íspéra ' ~e Navidad la paz de Dios, que sobrepuja todo entendimiento (PIIilipenses, 4-7), mientras con toda la efusión del cora~ón
damos a todos nuestros amados hijos del mundo ,e ntero como
prenda de las mejores gracias del Verbo de Dios hecho Hombre
nuestra paternal bendición apostólica» .
'
-_.~- --
CRONICA DIO CESAN A
NUE VO CATEDRATICO DE UNIVERSIDAD. - -(20 de dicienzbnj).
- El Boletín Oficial del Estado, de esa fecha, publica el nombrami ento, en virtud de oposición, de la cátedra universitaria de fundamentos de Filosofía e Historia de los Sistemas Filosóficos con
su correspondiente encargo de .curso de Psicología Raci()nal y
E xperimental de la Universidad de La Laguna, del sacerdote diocesano de Vitoria DI'. D. Ignacio Aleona EchevarrÍa.
Previamente autorizado y alentado por el Excma', Prelado, ' y
mediant'e brillantísimos ejercicios de ,oposición, el DI'. Alcoúa
alcanza una meta en su carrera universitaria: confirmando la. ' Só¡ida reputación del ,que goza en los medios filosóficos españoles: y
que la 'prensa nacional relata estos días:
«De amplísima cult~ra, está le n posesión de tres carreras universitarias: la eclesiástica, la de Filosofía y Letras y la licenCiat)Jra
de Pedagogía, obteniendo en la segunda de las mismas el premio
extraordinario del doctorado»,
«En sus primeras oposiciones del año 1 942 obtuvo, tras brillantes oposiciones, la cátedra 'de Filosofía del Instituto de Ens~­
ñanza Media de Burgos, que ha venido regentando hasta el m()mento pr,e sente».
«Su colaboración se extiende a las .más prestigiosas publicaciones. «Revista de Filosofía», «Revista Internacional de Sociología», «Arbor», r·e vista general del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, «Revista de Ideas Estéticas», «Ciencia Toniista Contoemporánea», 'e tc., habiendo ,sido agregado ~n premio
a sus méritos a las tareas de Investigación y Seminario del Instituto Luis Viv,es del 'Consejo Superior de Investigaciones Científicas» .
Felicitamos al nuevo catedrático, deseándole una fructífera
Labor en la formación de la juv1entud universitaria española.
~
PROMULGACION DE LA NUEVA DIVISrON PARROQUIAL DE BARACALDO.-( 22 de diciembre )..-El Prelado de la di6cesis, Dr. Ba~ester, acudió el domingo a la anteiglesia de Baracaldo para asistlr al a<:to de la lectura del deéreto que dictó recientemente para
la nueva división parroquial, y por el que se crean (aparte las existentes: la antigua de 'San Vicente, la de Alons6tegui y la de El
Regato), las de San José; Sagrado Corazón de ] esús ; Buen Pastor; , Y Natividad de Nuestra Señora, en los barrios del DesiertO/,
Retuerto, . Luchana y Burceña, respectivamente. El Prelado, que
llegó a las once de la mañana a la parroquia de San Vicenteacompañado de su capellán y del N otario eclesiástico, D . Eduardo .
Rham, fué recibido por ,e l Clero parroquial y todas las autoridades
locales. Inmediatamente después se dijo una misa en la que ofició
el cura párrQco D. Páblo Guezala. A continuación el Notario eclesiástico dió lectura al Clecreto del Sr. Obispo, ; éste dirigió la
p~la~ra a los fieles que llenaban por completo la ig'lesia, para
mamfestarles su , gozo al conceder la gracia que de él habían solic;itado el pueblo de :Baracaldo, y, muy particularmente, el cura
párroco Sr. Guezala y d alcalde Sr. Llaneza.
. Luego, el Prelado, acompañado 'de autoridades y representaClOnes, se traslad6 a las nuevas parroquias, donde se verificó idéntica ceremonia y dirigió la palabra a los fieles de aquellas barriadas.
. ]UNTADEL SEMINARIO MENOR DE GUIPUZCOA.-( 28 de diclem~re):-En la Diputaci6n se reuni6, presidido por el Sr. Obispo
de Vltona, el pleno 'de la Junta del Seminario Menor dioce'sa,llOj
de GuipÚzcoa.
'
El ~r. Obispo dirigió un cordial saludo a los concurr~ntes a la
¡reuni6n, agradeció a la Diputación provincial el donativo acordado
pa~a la :onstrucción del Seminario en San Sebastián, y expresó su
satisfaccl6n por el entusiasmo que había encontrado en todos los
sec;tores de la provincia para la rápida realizaci6n de esta obra.
Seguidamente, el arquitecto D. José María de la Vega, explic6
detalladamente el proyecto y expuso las razones en que se había.
basa~o para la realizaci6n de las obras en la forma que se indica
en dlcho proyecto, cuyos planos e:&minados detenidamente fueron
aprúbados por unanimidad.
'
27-
...
El Sr. ,Liza soain,presiden-te 'de la Comisi6n ejecutiva diócue+:J.ta
de la labor r,ealizada. El 'Sr ;- 'Obispo reiter.6 las gracias, a toáos, "
PROMU LGACION : DE ' LA ' NUEVA ', D'íVISION' rARROQUIAL DE
BILBAO.- ( 29 . de dic:Úmbre) ,~E(d:orriingo ~ se celebraron, ' p'r esididos por ~1 Prelado 'de la Di6ce'sis', " Ef~rno: y Rvdmo. Dr. ' D. C armela BalLester, los actos de promulgación del deCreto sobre creación
de' cuatro nuevas parroquias ele Bilbao .
Son éstas las de Ntra. Sra. de la Medalla de la Milagrosa, de Zo,
rroza ; Santa Ana y San Nicolás, de Ólaveaga; Ntra. Sra. del Rosario, de R-ecaldeberri; y 'San Luis Beltrán, sita en Torre U rízar. '
Minutos antes de las diei llegó el Prelado a la Parroquia de
San Vicente Mártir, de Abando, don,d e fué cumplimentadO' por las
autoridades.
Se ce~ebró una Misa, que fué oií ciada por el Arcipreste, don
Domingo Abona, y en ella 10's c oros parroquiale s y el de tiples
interpreta ron bellos motetes y un himno / dedicado al Dr. Ballester,
El notario edesiástico, D, Eduardo Rham, dió lectura al decreto d e erección de las nuevas parroquias, y, seguidamente, el
Prelado pronunóó una plática, ,en la que hizo notar la importancia
de dicho decreto, en beneficio de los feligreses, que así podrán
obtener mayores beneficios espirituales y elogió la labor ' de los
párrocos de San Vic ~nte y de San Francisco de Asís, en relaci,ón
con esta gran obra.
.
Seguidamente, el Prelado y aC0!llpañantes se dirigieron a Zorroza , donde, en la igle,s ia de Ntra. Sra. de la Medalla de la Milagrosa,
se proc:edió a la misma ceremonia de lectura del decreto. El templo, a l igual que los demás, en que tuvieron lugar las promulgaciones, ·,e staba nena de fieles, que aplaudieron cariñosamente al
Sr. Obispo a la llegada y salida de la iglesia.
E l mismo acto se ce1ebr6 en las Parroquias d~ Santa Ana y
San Nicolás, de Olav,e aga, y Ntra. Sra. del Rosario, de Recaldeberri. En este último, el Dr. Ballester hizo notar en su plática la
bel1eza interior de dicho templo, y, como en las restantes plá.
ticas, dijo a los fieLes han de corresponder a los beneficios que
para ellos supone ,e sta promulgación de parroquias, que dará ma-
Co?-'t]
-28.,;yor brillant,ez a los .cultos y permitirá una atención más acentuada
de los nuevos párrocos hacia sus feligreses.
Poco después del mediodía negó la comitiva a la Parroquia de
San Francisco de Asís, en la que se procedió
la lectura del decr,e to y 'el Prelado pronunció otra plática, en la que elogió la labor
realizada por su párroco, D. Bernardino Garáizar ,en orden a erigir
la Parroquia de San Luis Beltrán, de Torre Urízar.
Fina1men t,e, en la ermita de este barrio fué leído el decreto
de promulgación.
a
BOLETIN OFICIAL DEL OBISPADO DE VITORIA'
SECCION OFICIAL DIOCESANA
Después, el Prelado reaIizóuna visita ' muy detenida a las
obras de la futura 'Parroquia de San Luis Beltrán, en aquel lugar,
y se intN,esó vivamente por la marcha de las mismas.
EL GOBIERNO CUBANO CONDECORA Í\ MONS. ZUBIZARRETA.El Gobierno cubano acaba 'de otorgar' la gran cruz 'de Carlo!S
Manuel de Céspedes al 'E~cmo. Monseñor Valenfín Zubizarreta,
Arz obispo de Santiago de Cuba y asistente al Solio pontificio.
Mons. :Zubizarreta, español y vascongado de origen, fué designado Obispo de la 'diócesis de Camagüey, de hueva erección, en
el año 19 1 4; ocho ¡lños después fué trasladado a la de Cienfuegos;
,e n 19 2 5, a la Sede Metropolitana de Santiago de Cuba. Su labor
misioqera, su ,empeño en fomentar las vocaciones sacerdotales y en
incr'e mentar la devoción a la Virgen de la Caridad, Patrona de
Cuba, le han ganado '.el cariño del pueblo. Teólogo notable, es,
autor de varias obras, :entre ellas un texto usado en la mayor parte
de los seminarios de 'España y América.
NIÍa.2
Año LXXXIII
EXCMO, y RVDMO. SR. OBISPO
DECRETO
EN RELACION CON LA CONSTRUCCION DEL
SEMINAB-IO MENOR DIOCESANO DE GUIPUZCOA
Ten~endo en cuenta lo expuesto en nuestra Pastoral del día 16
de diciembr,e de 1946 sobre el Seminario Menor Diocesano de Guipúzcoa: en la que tratábamos de la necesidad de emprender con
urgencia su construcción,
(
previas las consultas pertinentes,
venimos , 'en decretar y
DECRETAMOS:
l. º
Todos los primeros domingos de mes, exceptuando el mes
de diciembre en d que en la Diócesis entera se verifica la Colecta,
General pro Semin.ario, en todas las Misas se hará una Colecta
especial para la precitadaconstrucción del mencionado Seminario
Menor 'Diooesano, ·entrando en y-igor esta disposición a partir del
primer domingo del próximo mes de marzo.
2. Q
En todos los documentos que de nuestra Curia se expidan'
para la provincia de Guipúzcoa y 'vioeversa, más en todos los otros
parroquiaLes ,expedidos con cualquier . motivo en dicha provincia,
mientras dure la construcción del Seminario, se añadirá a los
aranceles ordinarios un sello de sobretasa, que se editará con
arreglo a las cantidades expresadas en el p.ocumento anejo a este
..
-
30-
-31-
l1l!estro Decreto. Esta disposición entrará en vigor solamente después del día primero del próximo mes de abril.
3·º Quedan 'e xentos de dicha sobretasa los documentos que se
expidan para los pobrle s y ,aquellos en qu ~ no se cobren derechos .
4· º El producto de 'las'C01ectas y los donatlvos serán ingresados en la Caja de Ahorros Provincial, en la ciudad de San
Sebastián o 'en las Sucursa1es de la misma en la cuenta Seminario
Menor Diooesano de GuipÚzcoa.
5· º Con fr'ecuenci.a prudencial en todas las
viucia de Guipúzcoa sobre todo en. los días en
para el Seminario, los saoerdotes recomendarán
los fieles la neoesidad de cOlltribuir a esta gran
plazable necesidad como grata a Dios.
Iglesia:3 de la pro- o_
que haya Colecta
en sus pláticas a
obra, de tan ina-
6. º La Comisión Ejecutiva de ia Junta encargada de don impulso a las oqras del nuevo Seminario Menor Diocesano de Guipúzco.a organizará en nombre Nuestro la Colecta ordenad·a .
I
Dado en nuestro Palacio de Vitoria, a l 6 de énero ae 1947,
sellado con el mayor de nuestras armas y refrendado por nuestro
Canciller Secr,etario de Cámara.
t
DOCUMENTO ANEJO
AL DECRETO DEL 16 DE ENERO ' DE 1947 EN
RELACION CON LA CONSTRUCCION DEL SEMIN~RIO
MENOR DIOCESANO DE Gt}IPUZCOA
Sello que deben nevar los documentos eclesiásticos referentes
. a los fieles de la provincia de GuipÚzcoa.
En los certificados. de bautismo, confirmación, matrimonio
.
Volantes -de bautismo y confirmación
En los certificados no compre1J.didos anteriormente
Toda factura o recibo ..
Los denominados medios expedieMes matrimoniales.
Lós 'e xpedientes matrimoniales completos ( oelebrar
fuera)
Los documentos no compr'e ndidos entre los anteriores
La
2. a
Por mandato de S. E.
FRANCISCO
J.
Rvdma.
BODAS:
Primerísima, ' (como
mínim<;> )
La
2. a
3· a
BAUTIZOS:
Mínimo
»
»
5%
5%
2 0/O
ex,entos.
CORRALES,
Cillnciller Secretario.
10,00
1,00
20 %
15 %
10%
ENTIERROS: Extra .
Primerísima .
CARMELO, OBISPO DE VITORIA.
1,00 Ptas.
0,25 »
1,00 »
0,25 »
2,5° »
I
pta. cuando se cobr'e.
15°,00 Ptas.
100,00 »
10,00 . »
2,00 »
-
32-
JUNTA PAI}A DAR IMPULSO :A LAS OBRAS DEL NUEVO
SEMINARIO MENOR DIOCESANO DE GUIPUZCOA
Excmo. y
M. 1. Sr.
M. 1. Sr.
M. I. Sr.
Rvdo. Sr.
Rvdo. Sr.
Rvdo. Sr.
Rvdo. Sr.
Rvdo. Sr.
Rvdo. Sr.
R vdo. Sr.
Rvdo. Sr.
Rvdo. Sr.
Sr.
Sr.
Sr.
Sr.
Sr.
Sr.
Sr.
Sr.
Sr.
Sr.
Sr.
Sr.
Sr.
Sr.
Sr.
Sr.
Sr.
Rvdmo. Sr. Obispo de la Dióoesis.
D. Antonio María Pérez Ormazábal.
D. Luis Miner.
D. Felipe Ugalde.
D. Ignacio Lasquíbar, Arciprest'e de SAN SEBASTIAN.
D. Casiano Garayalde, Arcipreste de AZPEITIA.
D. Ceferino Oñativia, Arcipr,e ste de VERGARA.
D. Wenoeslao Mayora, Arcipreste de TOLOSA.
D. Francisco Urrestarazu, Arcipreste de VILLAFRANCA.
D. Teodoro Ondarra, "Arcipreste de -SEGURA .
D. José Luis Iñarra, Arcipreste de l.\10NDRAGON.
D. Agustín Aguinaga, Arcipreste de EIBAR .
D. Marcelino Cortabarria, Párroco de «El Antiguo».
D. Luciano Abrisqueta.
D. Antonio Aguirre.
D. J osé María Aguirre.
D. Laur,e ano Azpiazu.
D. Eugenio Aseguinolaza.
D. Luis Barrueta
D. Camilo Bastarrechea.
D. José Beñarán.
D. Agustín Brunet.
D. José María Caballero.
D. José de Egaña. .
D. Patricio Echeverría.
D. Enrique Eizaguine.
D. J ulián Itlorza.
D. Luis Gaytán de Ayala.
D. José Luis Guridi. ,
D. P,edro José Irastorza.
-MSr. D. J ulián Lasa.
Sr. D . 'José Angel Lizasoain.
Sr . D. J ulián Lojendio.
Sr. D. Ramón Machimbarrena.
Sr. D. José Mancisidor.·
Sr. D. José María Muguruza.
Sr. D. P,e dro Otazua.
Sr. D. Benigno Or,e ja.
Sr. D. Justo Oria.
&ro D. Ignacio Pér,ez Arregui.
Sr. D. Javier Pitarque.
Sr. D. Francisco Rezusta.
Sr. D. Manuel R,ezola.
Sr. D. Carlos Rivilla.
Sr. D. Antonio Tamés.
Sr. D. Pedro Zaragueta.
Sr. D. Vicente Zulaica.
Sr. D. Joaquín Labayen.
Sr. D. Manuel Laborde,
COMISION EJE CUTIVA
Sr.
Sr.
Sr.
Sr .
Sr.
Sr.
D.
D.
D.
D.
D.
D.
José Angel Lizasoain, Presidente.
Agustín Brunet.
José Beñarán.
José María Aguirre.
Pedro José Irastorza.
Antonio Tamés, Secr,etario.
-34-
,
r
-35-
SECRETARIA DE CAMARA
SEMINARIO DIOCESANO
FALLECIMIENTOS
PRESBITEROS
El día 30 de diciembr,e, D. Nicasio Cortabarría Idiazábal, adscrito a la parroquia 'd e Santa María, . de San Sebastián, a los 80
años.
El día 11 de 'e nero, D. Lorenzo Unamuno e Irigoyen, Cap. en
Durango, a los 7'7 años.
RELIGIOSAS
El día 22 de diciembr'e, en la Casa de Santos Ejercicios de las
Esclavas de Cristo Rey, de Loyola, la Rvda. Madre Gregoria Mocoma, a los 78 años de 'edad y 13 de profesión religiosa.
El día 27 ·de diciembre, en el Convento de las Carmelitas Descalzas de San lósé, de Begoña, Sor María Carmen de San José, a
los 78 años de 'edad y 5 o de profesión religiosa.
El día 28 de diciembr,e, en el Convento de las Concepcionistas
Franciscanas, de Azpeitia, Sor Ascensión de la Ssma. Trinidad Santa
María, a los 42 años de redad y 22 de vida religiosa.
El día 29 de diciembre, en el Asilo de Bermeo, Sor María
Concepción Ulacia Osoro, Hija de la Caridad, a los 30 años de edad
y 1 1 de vida r,e ligiosa.
El día t de 'enero, en el Convento de las Dominicas de Bilbao, Sor María de los Angeles Asua. a los 68 años de ¡edad y 4 8 '
de profesión religiosa.
REQUIEM AETERNAM nONA EIS DOMINE
ET LUX PERPETUA LUCEAT EIS
A LOS RVDOS. SRES. ARCIPRESTES, PARROCOS y
ENCARGADOS DE IGLESIAS
Estimados hermanos ,e n el Sacerdocio: Como seos prometi6
en la carta de notificación de entrega del material de propaganda
del 26 de nov1embre próximo pasado, el domingo 2 de febrero
de 1947 tendrá lugar en el Seminario Diocesano el DIA DE
ACCION DE GRACIAS. En él todos los Superiores y todos los
seminaristas diocesanos elevarán al Trono del Altísimo sus súplicas fervientes en favor de todos sus bienhechores ..
Es en justa correspondencia: ,a ) a los desvelos de los sacerdotes, que tanto se han interesado y se interesan por el Seminario
y los seminaristas;
b) a l cariño con que los Religiosos y Religiosas de todas las
Ordenes y Congregaciones R.eligiosas de la Diócesis reciben cuantas
indicaciones de ayuda al SerlJinario se les presentan y el celo con
que ruegan al Dueño de la Miés envíe 'a sus campos operarios
evangéli~os llenos de piedad y ae ciencia;
.
c) a la labor realizada por las, Juptas Territoriales y miembros
de A. C. para secundar con entusiasmo creciente las consignas
¡emanadas de la Delegación Diocesana de A. C. en su Circular
número 22;
d) lal amor con que los fieles diocesa~Qs han recibido en todas
partes a nuestros s'eminaristas, que se han percatado de los inmensos
sacrificios que se imponen sus compaisanos para atender la llamada
del Rvdmo. Prelado, que ante la' difícil situación económiéa del
- 36-
- 37-
primer Centro Docente Eclesiástico no .duda en extender su mano
suplicante para recabar de todos una oración y una limosna.
Crapitales. Meroed a sus servicios de propaganda y a la fidelidad
No podemos menos de dest.acar la ~eritísima labor de los abnegados miembros de las Escuelas Nacionales, municipales y particulares, de los Directores y Profesores de nuestros Centros de
2. a Enseñanza, que han dedicado todo un Octavario (1 al 8 de
diciembre) a influir ,en el coraz6n ,de sus discípuios con l~cturasl
'escolares, ejercicios de redacción, '.etc., para que suplicaran al
Señor con todo <el fervor de sus almas infantiles: «D.adnos, Señor,
Sacerdotes santos».
No olvidamos tampoco en ,e sta ,enumeración a esa muchedumbre
'de Cruzados de la Oración y Sufrimiento que desde su lecho de
dolor, len su ca'sa, '.en <el 'hospital, o clí~ica, unían sus, dolores .y
penas a sus oraciones con la 'única mira de obtener del Señor
Santos y Sabios sacerdot'es para su Iglesia.
Esperamos que desde primero de marzo podre~os presentar en
'.
el ,«BOLETINDEL OBISPADO», el detalle de todo el resultado por
Provincias .y Arcipr'estazgos en la forma que se hizo el pasado año.
Para que ,e.l Balanoe . .resulte completo, 'os ro&,amos, amados
hermanos saoerdotes, que nos 'e nviéis, por medio de los Rvdos Señores Arciprestes, conforme ,está ordenado por el Rvdmo. Prelado,
Inota diB la recaudación, antes del l. º de febrero. Para esto o~
ayudan los encasillados de los impr,esos facilitados.
Por último os rogamos hagáis 'Presente a vuestros feligreseS
este nuéstro agradecimiento .Y la celebración del «Día de Acción
de Cr,acias» . (2 de febrero). En los actos eucarísticos de esa solemnidad: Misa Conventual .y Hora Santa se suplicarán bendiciones
abundantes para todos los 'B ienhechores y amigos del Seminario.
Más tarde <el lunes y martes de Pentecostés se ofrendarán, sufragios,
según costumbr,e, por lo~s bienhechor·es difu~tos.
Por nuestra p.art,e, hemos agradecido ya a todos los que con
v;erdadero oelo y espíritu cristiano han colaborado en las tareao;
de propaganda: Dir,ector,es de las tres Emisoras de ~adio de la
Diócesis, Dir'ector,es de Prensa y Empresas de Cine de las tr'e s
con que han secundado las consignas de las Delegaciones Proyjnciales de Pr,e nsa y Propaganda de la Vice-Secretaría de Educaciór. Popular ha sido posible d que todos los fieles de la Diócesis se lenteraran de la importancia y urgencia de la llamada del
Sr. Obispo de Vitoria .
Os saludamos muy atentamente.
Vitoria,
12
de enero de 1947, festividad de la Sagrada Familia.
LA COMISION DEL «DIA DEL SEMINARIO».
-38-
-39 -
1
DE LA SEDE APOSTOLICA
DISCURSO DE SU SANTIDAD EL PAPA PIO XII EN LA
INAUGURACION DEL NUEVO . AlSíO ' JURIDICODEL
TRIBUNAL DE LA SAGRADA. ROTA ROMANA
Ha pasado ya un año, amados hijos, desde qu~ os vimos por última vez en torno a' N ós; un año que ha sido para vosotros .d el más
intenso trabajo, 'ésp'ecia~mente en el campo de las causas matrimoniales. Continuando <el ,estudio 'iniciado 'eh nuestro precedente discurso, aprov'e chamos hoy la ocasión que se nos ofrece para volver
lUna vez más sobr,e ,esta materia, que constituye la ,parte principal de
vuestra actividad y ·de la cual ha tratado en su acostumbrada relación también vuestro v,e nerable decailO.
Comenzamos daño pasado a hablar de las diferencias entre el
ordenamiento judicial ,e clesiástico y -el civil. Habiendo, en efecto,
examinado la distinción fundamental 'e n su_origen y en su naturaleza
de los dos supremos poderes, de los cuales la potestad judiciaria es
una importante y neüesaria función, de ahí dedujimos una semeja!nte
div·e rsidad ¡es,encial entre los dos ordenamientos judiciales, no obstant,e las múltiples s-emejanzas que entre uno y otro se observan.
A la misma conclusión se Hega si s-e confronta el objeto propio de cada uno. También aquí encontramos elementos y rasgosl
1C0mun~s. Ell ambas sociedades perf·e tas, la tutela del bien común
¡exige que los derechos y lqs bienes de sus miembros puedan ser:
actuados por vía judicial y por ella garantizados y r,e integrados.
Además, esos derechos y bienes lSon :'en parte los mismos en la
Iglesia y en el Estado, y;a que también la Iglesia es una sociedad
visible, cuya vida ,e stá ligada por fuerza al modo de ser físico ' y ~
las condiciones del lugar y tiempo en que viVe eL hombre. Si,n
lembargo, por otra parte hay dere~hos y bienes tan peculiares .y ,
propios de la jurisdicción 'ec1esiástica, que por su naturaleza no son
ni pueden ser objeto del poder judicial del Estado.
Entre los bienes por cuya defensa han intervenido en el
curso de la Historia , :a v'eces severamente, . los tribunales eclesiásticos,
tanto de los ordinarios del lugar como los de la Sede Aposttólica,:
hay que mencionar la misma f,e, base de toda la vida. sobrenatural.
El tribunal para la tut'e la de la fe es, pues, un organismo legítimo
'de la potestad judicial 'e n la Iglesia, . por ser ella una sociedad re· ¡'osa pedecta. Su oficio 'es
el de reaccionar jurídica.mente contra
.
.
l~
todos los ataques encaminados a legislar uno 'de sus más importantas y vitales bienes. Los delitos de la apostasía y la herejía no podían . ni pu~den dejar indiferente o inerte a la Iglesia. Sin duda¡
que 'en el correr de los siglos el tribunal para la defensa de la fe
ha podido tomar formas y métodos no regulados por la naturaleza
irnisma de las cosas, piero que encuentran su ' explicación a la lu:Z
de las \especiales circunstancia,> históricas. Con todo, sería falso
querer deducir de ahí un argumento contra la legitimidad del tribunal mismo. Nós no ignoramos que el solo nombre de este tribunal
mueve la sensibilidad de no pocos homb::es de nuestro tiempo. ' Son
aquellos cuya inteligencia e íntimos sentimientos 'están fascinados por
la doctrina que, ¡e xcluyendo toda noción de sobrenatural y de revelación, atribuyen a la :raión humana la fuerza de comprender a fondo
el mun'do, la pr,errogativa de dominar toda la vida y, por cons[>"
gu"iente, exige con eso la plena independencia del hombre de todo
vínculo de autoridad. De esta do ctrina Nós conocemos las fuentes~
los fa:utor,es y los progr,esos. Sabemos su influjo en la vida int~­
lectual, moral y social, así como len la economía y en la política;
pero sabemos también las peripecia'> :e n el curso de la h1storia de
estos últimos siglos, 's obre todo de los últimos cien años . Sus refpresent.antes apelan al principio de la libertad, de conciencia, al
principio de la tolerancia.en las materias concernientes a la vida
¡espiritual y, sobre todo, religiosa. Muchas vcc"es, sin embargo, esos
mismos apenas apoderados del mando, no han parado hasta violentar las conciencias le imponer a la parte católica del pueblo u~
yugo opresor, sobre todo por lo que se refiere al derecho de los¡
padr,es a la ¡e ducación de sus hijos.
-
-
40-
Si a la , conciencia moderna pudo par,ecer que la reacción contra los delito~ en perjuicio de la fe había tal vez sobrepasfldoen
los pasados siglos los justos límites, en cambio, en nuestros tiempos, la sociedad humana muestra generalmente a este respecto una
exoesiva insensibilidad en diferencia. Los contactos cada vez má6
frecuentes y la promiscuidad de las diversas confesiones religiosas
dentro ,d ·e los confines de un mismo pueblo han conducido a los.
tribunales civiLes a seguir el principio de la tolerancia y de la libertad de conciencia. Existe también una tolerancia política, civil y
social hacia Jos seguidores de las demás confesiones, que en tales
circunstancias es incluso para los católicos un deber moral.
La misma Iglesia, 'en el canon T. 3 5 1 del Código del Derecho
Canónico, ha dado fuerza de ley a la máxima ' « Nadie S~a obligado
a ,la fuerza a ,abrazar la fe católica».
Este oanon, que reproduce las palabras mismas de nuestro
predeoesor León XIII, 'e n .la encíclica «Inmortal e Dei», del 1 de
¡noviembre de 188 5,es el eco fiel de la doctrina enseñada por la
Iglesia desde los primeros siglos del cristianismo. Bástenos ahora
citar el t'estímonio de Lactancio escrito hacia los años 3 o 5- 3 10 :
¡«No les menester de 1.a fuerza y la injuria porque a la religión :Uo
se fuerza. Hay que proceder con palabras, no con azotes, para
ganar la voluntad. Por eso, a niriguno se le retiene contra su querer
entre nosotros, ya que es inútil Pitra Dios el que carece de devoción
y de freo Nada tan voluntario' como la r·e ligión, porque si el ánimo
del que sacrifica les contrario, la religión ha desaparecido y esnula». (<<DivinélJe institutiones», 1, ,5, capitulo 19. C. S. E. L.,
vol. 19, págs. 463-465).
Si, pues" hace pocos üías, según las noticias referidas por la
prensa, ·en un tristísimo prooeso ha afirmado el ministro fiscal que
también el Papa ha aprobado las llamadas conversiones forzadas
e incluso, lo que sería más grave, para · fines de imperialismo na~
cional, nosotros tenemos oel üerecho yel deber de recusar una .acusación tan falsa. Y para que nuestra afirmación no deje ae ser
debidament'e documentada, creemos oportuno leeros un memorial de
nuestra Secrretaría de Estado, de 25 de enero de 1942, respondiendo
a una pregunta de la Legación de Yugoeslavia cerca de la Santa
'Sede. <lcerca del movimiento de conversiones, .e n el que, por otra
- 41-
expresamente
par te , la misma Legación reconoda
. .
_
.
, que ni la Santa
Sede ni -el Episcopado catóhco en Croacla hablan tomado parte
alguna. He aquí oel ~·exto de la memoria: «Por 10 que se refiere
a la nota de la Real L'egación de Yugoeslavia cerca de la Sa;nta
Sede, número I/4 2 del .9 de enero corriente, la Secretaría de Es- ,
tado de Su Santidad tiene el honor de hacer saber a la misma .L ·egación cuanto' sigue: Según los principios de la ~~ctrina cató1i.ca,
la conversión debe ser el resultado no de la coaCClOn externa, S1l10
de la adhesión del alma a las verdades enseñadas por la Iglesia!
católica.
Esta es la razón de que la Iglesia católica no admita 'en su
seno .a los adultos que pidan entrar en ella o volver a dla, :si'n o
con la condición de que s·e den perfecta cuenta de la importanc~a
y de las consecuencias del acto que van a realizar.
Por consigui.e nre, el h1:cho de que de repente gr.an número de
disidentes croatas pidiera ser :recibido en la Iglesia católica, no·
poMa dejar. de pr-eocupar vivamente al Episcopado croata, a quien,
naturalmente, pertenece la d~fensa y protección de los intereses'
católicos en Croacia. Este Episcopado, lejos de levantar acta
oficialmente de semejante estado de cosas, tanto explícita como implícitamente, se creyó en el deber de recordar a quien competía la
necesidad de que la vuelta de los disid~ntes se verificase con plena,
libertad, reivindicando al mismo tiempo a la autoridad eclesiástica la
competencia exclusiva de dar órdenes ~ directivas en materia de
conversiones. Se formó en seguida una Junta episcopal con el cn~cargo de tratar y decidir todas las cuestiones relativas a este
asunto, y ello con re! fin de conseguir que las conversiones, COá1¡'
forme a los principios de la doctrina católica, fueran fruto de persuasión y no de coacción. Por :su parte, la Santa' Sede no dejó de
recomendar e inculcar la observancia ·e xacta de las prescripcione51
canónicas y de_ las directiva'S dadas a ese propÓsito» . (Hasta aquí
el memorial de la Secret;ría de Estado, leído en francés por
Sll Santidad).
I
Volviendo ahora a reanudar ~l hilo de nuestro razonamiento,
debemos añadir que el tribunal eclesiástico en el ejercicio de sJu
jurisdicción no puede hacer propia la norma seguida por los tribunales civiles. La Iglesia católica, como ya hemos dicho, es unf!;
-42-
's ociedad perfecta, y tiene .como base la verdad de la fe revelada
infaliblemente por Dios. Lo que se opone a esta verdad es, por
fuer~a~ un error, y al ¡error ho s~ le pueden reconocer objetivamente
los mIsmos derechos que a la verdad. De esta 'Suerte, la liberta,d
de pensamIento y la libertad de conciencia tienen sus límites esen.ciales 'en la v,erdad de Dios revelante.
. Hemos dicho sus límites esenciales toda vez que la verdad no
es Igual al 'error, y la conciencia sana es en el hombre la: voz de
Dios. De ahí se sigue que Un miembro de la Iglesia no puede, ¡sin,
comet'e r una culpa, negar o repudiar la verdad católica una vez
conocida y admitida, y si La Iglesia, después de haber puesto en!
claro .·el hecho de la herejía y la apostasía, 10 castiga, excluyéndolo,
por 'e jemplo, de la comunión de lo,s fieles, no 'Se sale para nada de su
competencia, y obra en defensa, por decirlo así, de su derec'lOi.
doméstico.
I
II
Otro objeto que hace resaltar claran~ente la diferencia entre el
'Or4enamiento judicial ¡eclesiástico y ,el civil es el matrimonio.
Conforme a 'la voluntad del Creador, es éste una «res sacra». Por
eso, cuando se trata de la unión entre bautizados, queda por su
naturaleza fuera de la .competencia de la autoridad civil. Pero
también entre los no bautizados. los matrimonios legítimamente
contr~ídos son, en el .o rdeñ natural, una cosa sagrada, de mO,d o que
los trIbu.nales civiles 110 .tienen la facultad de disolverlos ni la Iglesia
en semejantes casos ha reconocido 'n unca la validez de las sentencias
de divorcio. Esto no quita que las Simples ' declaraciones de nulidad
de los ~,~t~imonios mismos- r,elativamente raras en comparación
con los JUICIOS de divorcio-no puedan ser, en determinadas circunstanci~s, . justamente pronunciadas por los tribunales civiles y,
por conSIgUIente, reconocidas por la Iglesia. Sin dúda que acerca
de. los ¡efectos puramente civiles del matrimonio, aun entre bautizados, es juez competente, como todos saben, la autoridad civil
(Canon l. o 1 6). P,e ro lacompet,encia de la Igle$ia en causas matrin:o~iales ,es mucho más :extensa y honda, ya que, por voluntad
divma, de .ella depende, sobre· todo, lo que se refiere a la tutelai
-43~
del vInculo conyugal y de la santidad del matrimonio. También
vosotros, amados .hijos, compartís -esta competencia, llamados como
estáis a pronunciar vuestra :senten<;:ia en las causas matrimoniales.
Si al principio de . nuestro discurso os hemos ,expresado nuestra
paternal gratitud por vuestra aSIdua labor, sobl'e todo en este
campo, no podemos ahora lesconderos nuestra preocupación por el '
creciente número .de tales procesos, preocupación que sabemos es
también vuestra, como nos lo han manifestado ab~ertamente las consideraciones le xpuestas por vuestro digno intérprete. Porque las;
causas matrimoniales que e3tán pendiente ante vuestro tribunal,
. no son acaso un indicio y no dan tal vez
la medida de .la progre¿
.
siva. disolución 'conyugal, disolución, ,que amenazó envenenar Y
corromper también las costumbres de las poblaciones católicas?
Al desarrollo de tan funesto estado han contribuído mucho las
dos guerras mundiales, la segUIJ.da incomparablemente más que la
primera. Nadie puede quedar fríamente insensible ante la tragedia
que arrastra tras de sí sus lamenta~les consecuencias, al pensar en
los millones de jóvenes :esposos que' una forzada separación ha tenido lejos unos de otros muchos meses y años. j Qué caudal de
valor, de abnegadón, de paciencia; qué tesón de amorosa confianza mutua y qué lespíritu de f.e cristiana no han sido neces¡arios
para mantener intacta la fidelidad jurada y saber resistir. Muchos,
sin duda, con la ayuda de la gracia implorada le n la oración, han
sabido mantenerse firmes; pero junto a ellos, ¡ cuántos otros han
sido menos fuertes! ¡ Cuántas ruinas de hogares destruídos, cuántas
ruinas de almas violadas en su dignidad humap,a y le n su delicadeza
conyugal, cuántas c~ídas ~ortales para la felicidad familiar I
Ahora se trata de reparar ·e stas ruinas, de sanar estas llagas,
de curar le stos males. El corazón maternal de la Iglesia sangra a
la vista de las jndecibles congojas de tantos hijos suyos. No re-'
gatea ningún 'esfuerzo para prestarles su ayuda y lleva hasta el
extremo su condescendencia. Este límite extremo se halla solemnemente formula:do ~n el.canon I. 1(8 del Código de Derecho canónico: «El matrimonio válido, ratificado y consumado no lo puede
disolver ningún poder humano, ni ningún otro motivo, sino sólo
la muerte».
Nadie pone en duda que hoy día uno de los cuidados pririCi-
- 44-
- 45-
pales de la 19lesia depe ser el poner un freno con todos los mediosl
~a credeme decadencia del matrimonio y de la familia. y ella
tiene pl'e na conciencia de esto, aunque se da perfecta cuenta de que
sus diligencias no podrán conseguir resultados efectivos sino en la
medida en que las condiciones generales, ~conómic~s, sociales y,
so):>r,(: todo, morales, hagan prácticamente menos gravosa la conducta , d.e una vida conyugal aceptable al Se~or. A ese respecto, son
gr,andIsImas las responsabilidades qúe pesan sobre los Poderes públicos. Entre tanto, y ten ¡e spera de que se obtenga esta mejora de [a
rú,o~ali~ad pública, ,vosotros, amados hijos, debéis, con fatiga y
p:acIenCIa, soportar . y dominar ',el aflujo incesante de los proces:os
matrimonial'e.s. Porque una cpsa es la acción para sanear la vida
conyugal y familiar, y otra el prooedimiento judicial relativo á los
matrimonios. Esta tiene ,e l oficio de juzgar y fallar objetivamente
según el ,estado del hecho y las normas del Derecho canónico ' en'
los casos que se le vayan presentando. Seguid aportando al ejércicio
de vuestro cargo, además de l!l inalterable imparcialidad del juez
, recto, la conciencia de que con 'eso contribuís notablemente a la
edificación de la Iglesia. '
<a
La prudent'e 'equidad con ,que vuestro Tribunal considera. también el aspecto financiero de las causas mismas, en las difícileii
condiciones 'e conómicas actuales-equi~ad a la que corres~onde
la generosa cooperación de los abogados de la Rota- mues,tra
ya á las claras que concebís vuestra obra como rea1~ente ' e~:
como un servicio prestado al verdadero bien de los fieles y n la
salvación de las almas.
111
Entre los obj<etos del Poder judicial eclesiástico, debemos enun;erar también las materias que, además de la tutela de la fe, son
de
incumbencia del Tribunal de la Suprema. Sagrada Congre,gaClón del Santo Oficio. La severidad de sus procedimientos la está
pidiendo la santidad de sus bi,e nes que tiene la misión de defender
y la grav'edad de los delitos que debe juzgar. No habría iazon de
~oer una mención ,e special si su modo de proceder no fuese puesto!
en antítesis con el principio, hoy generalmente admitido, de la;
:a
.'
publicidad de los juicios, considerada como una g~rantía necesaria
contra a rbitrariedades a costa de la Justicia. De hecho, la act:i\'d d de aquel Supremo Tribunal se desarrolla,
aun en las causas
VI a
~
.
'nales
con
la
obligación
del
secreto.
Pero,
ante
todo, hay..que
cnm.J,
'
recordar que también .el procedimiento penal de los estadQs CIvIles
prevé en algunos casos que el debate tenga 1uga~' del to~o o en
par t e 'a pu'e rta oerrada, a, saber: cuando el' bIen comun pid~
semejante medida.
Pues bien, este mismo prinCIpIO es el que la Iglesia aplica en
los procesos penal,es ' del Santo Oficio. Por otra parte, sin embargo,
es indispensable en tales ,casos que queden aseguradas todas, laS!
O"arantías esencial,es de un juicio justo y equitativo: in&trucción d e
~os cargos hechos contra <el imputado, con facultad de impugnarlos
o ,e xigir cuanto parezca útil ,e n disculpa suya; libre defensa, tanto
ersonal como con .el minist'e rio de un abogado de oficio o escogido
:or d acusádo; plenaobj,e tividad y probidad de
jueces. Ahora
bien, t.odos ,estos r'e quisitos ~e cumplen en el Tnbunal del Sant)o
~os
Oficio.
•
Vuestro oficio, amados hijos,es muy ?,rave, no sólo por su
amplitud, sino también por la responsabilidad que entrañ~ y po.r .la
intensidad del austero trabajo que impone. Santo y benéfICO ofICIO,
que ,es, ISin embargo, ignorado todavía por muchos y tergiversado
por otros . Pero <el Señor lo mira con complacencia, y viendo con
qué ánimo trabajáis por 'su honor, por <el servicio de su ~glesi,a,
por 'e l interés ' de las almas, por la salvación de la sociedad, haga
descender sobre vosotros la abundancia de sus gracias, en prenda'
de las cua1es os impartimos de torazón a todos los aquí presentes
nuestra paternal bendición apostólica.
'.
-46-
CONCESIONES HECHAS A LOS SRES. SOCIOS DE LA
VENERABLE CONGREGACION DE SACERDOTES DE
SAN PEDRO APOSTOL, DE BILBAO
-
47-
CRONICA DIOCESANA
LA «ALIANZA EN ]ESUS POR MARIA» .'- Después de más de
Por rescripto número 6.802/.46 de la S. ' C. de ~acramentos,
fechado el 25 de IJ.oviembre de 1946 y ' ejecutado el 11 de enero (de
1 947, se conoede a los asociados a la Venerable Congregación de
Saoerdot,es. de San Pedro Apóstol, de Bilbao, indulto de altar portátil cuando, por hallarse convalecientes de grave enfermedad, no
pudier.e n salir de casa _y otro indulto por el' que, cuando un sodo
estuviese postrado en cama a causa de grave eñfermedad, pued ,
4
para consuelo 'espiritual del ¡e nfermo, celebrar Misa en altar portátil otro saoerdote consocio, facultándos,e en ambos casos a los
familiar,e s del enfermo para que cumplan en casa el precepto festivo
de la Iglesia, privi1egio del que no gozarán si la Misa se celeb-ra len
la habitación ocupada por ',el entermo.
El lugar de celebración de la Misa deberá ser decoroso y
honésto, se evitará todo peligro de irreverencia y :se cumplirá todo
lo en derecho necesario.
El Excmo. y Rvdmo. Señor Obispo ha condicionado las
anteriores conoesiones .a que, :en cada 91so, se dé oportuna cuenta
del uso de los Indultos.
"1
~'t
años de existencia ,en nuestra diócesis, el
«ALIANZA EN ]ESUS
PO~
Con~ejo
General de
MARIA», Obra fundada en lá Parroquia
de Santa María, de San Sebastián, el día
1
de febrero de 1925,
traslada su sede .a Madrid, por 'e xigirlo así las necesidades de la
misma .
Ello, sin embargo, no quiere decir que la Obra vaya a sufrir
ninguna modificación sustancial. Siempre será San Sebastián' la
CUNA de la Alianza, de euyo Centro-q ue por algo ostenta el títuló
de ' primario - han r·edbido su influencia y su espíritu todos los
demás y a donde siempre dirigir~ la 'Alianza su mirada, pcirq ue
allí sembró «la s'e milla del casto consejo», durante más de cuatro
lustros, el r.espetado Fundador 'de aquélla y celoso Sacerdote, don
Antonio Amundarain. Y siempre será Nuestra Señora del Coro la
Virgen especialmente querida de todas las aliadas y su devotísimo
Camarín el rinc6n amado donde brotó la' primera planta que ha
espa rcido después por España entera sús aromas virginales.
Por eso, ·e n San 'Sebastián seguirá funcionaf!do, como hasta
ahora, la primera Casa de Formación de la Obra, mientras Madrid
alberga al nuevo Consejo General que dirija en adelante todas las
acti,'idades de la Alianza, Y la diócesis de Vitoria seguirá guardando el dulce recuerdo de haber amparado, por medio de , sus
Rvdmos. Sres. Obispos, el nacimiento providen~ial y el creciente
desarrollo de la «ALIANZA EN ]ESUS POR MARIA» y la consoladora realidad de. que má? de 800 asociadas, de ·e ntre las 3. 000
que 'en la actualidad pertenecen a aquélla, radiquen tn los 17
Centros y 58 Grupos de las tr·es Provincias Vascongadas.
/
/
-48-
Huelga añadir que el traslado de la sede del Consejo General
de la Obra a Madrid cuenta con el. beneplácito y bendición de
nuestro amadísimo Sr. Obispo, le l cual ha t,e nido la delicadeza de
aprobar y presidir últimamente en San Sebastián una reunión Sacerdotal en la que ;el Rvdo. Fundador de la Alianza habló a sus
hermanos sobr,e la misma y a la que el Rvdmo. Prelado dió fin
con oportunísimas palabras que pusieron u~a vez más de relieve
toda la atención, interés ~ protección ,que ha prestado siempre
a la Obra.
B OLETIN OFICIAL DEL OBISPADO DE VITORIA
Ano LXXXIII
I de febrero de 1947
Núm.3
SECCION C!FICIAL DIO CESAN A
EXCMO. Y RVDMO. SR. OBISPO
CIRCULAR NUM.
26
DIRIGIDA AL ILTMO. CABILDO DE LA S. 1. CATEDRAL,
A LOS RVDOS. SACERDOTES DE AMBOS CLEROS
Y FIELES, SOBRE LA CONTRIBUCION DEL CLERO
DIOCESANO DE VITORIA A OTRAS
!DIOCESIS DE ESPAÑA
MIS VENERADOS Y MUY QUERIDOS SACERD OTES:
AMADISIMOS FIELES:
El problema del numeroso c'ero de la Dió cesis de Vitoria en
relación con la escas·ez de sacerdotes en otras Diócesis, ha si,do
últimamente objeto de comentarios 'diversos.
Con el fin de ilustrar debidamente a los que desean conocerlo,
damos muy gustosos en :esta Circular los datos que siguen:
Cuando en algunas circunstancias se dice que la Diócesis.
de Vitoria tiene 2 . 000 sacerdotes seculares, en los s::!mblantcs d e
muchos se dibuja un gesto de ,a dmiración, seguido con freCllencia
de consideraciones variadas.
l.
2.
No piensan, sin 'e mbargo, los que as í se extrañan en el elevado porcentaje de sacerdotes a ncianos, enfermos o inutiliza dos que
tene~os en n uestra D iócesis:
Son 600 los que r ebasan los 6 0 años .
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