resumen ejecutivo - Instituto Nacional de Ecología

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RESUMEN EJECUTIVO
El cambio climático se considera como uno de los
factores determinantes en el desarrollo humano en
el siglo XXI. Definir la mejor forma de adaptarse a
las condiciones cambiantes del clima requerirá continuos ajustes en el comportamiento de la sociedad
y su relación con el medio ambiente, y de las actividades económicas. Así, la adaptación se define
como aquellos ajustes y medidas en los sistemas
humanos y naturales, que son necesarios para reducir los impactos negativos del cambio climático y
aprovechar sus aspectos positivos.
México es particularmente vulnerable a eventos
climáticos extremos, como huracanes, inundaciones,
sequías y ondas de calor y de frío. De 1999 a 2011,
las pérdidas humanas y los daños económicos derivados de fenómenos hidrometeorológicos se calculan en un promedio anual de 154 muertes y 21,368
millones de pesos. Asimismo, se estima que el costo acumulado del cambio climático para este siglo
puede alcanzar entre 3.2 % y 6 % del Producto Interno Bruto. La información sobre el cambio climático, los impactos climáticos históricos y las tendencias socio-ecológicas y socio-económicas ligadas a la
urbanización y al uso de recursos en el país generan
una problemática ambiental, social y económica, que
será exacerbada por el cambio climático si no se planea adecuadamente la adaptación.
Ante este panorama, se reconoce que la adaptación al cambio climático debe ser una preocupación
central del país; en respuesta a ello, este documento
tiene como objetivo establecer la visión, elementos
y criterios para identificar, articular y orientar los instrumentos de política y las acciones y medidas necesarios para fortalecer las capacidades de adaptación
de la sociedad, los ecosistemas y los sistemas productivos. Estos insumos serán la base para elaborar,
a partir de 2013, el componente de adaptación de la
Estrategia Nacional de Cambio Climático (ENACC).
El presente documento contiene cinco capítulos:
1) Marco conceptual; 2) Vulnerabilidad y riesgos
climáticos: elementos clave para la adaptación; 3)
Experiencias y capacidades para la adaptación en
México; 4) Ruta estratégica para la adaptación, y
5) Hacia una estrategia de adaptación nacional: reflexiones finales.
En el marco conceptual se presentan aspectos
relevantes y útiles para la definición de los elementos y criterios que deberán considerarse en el componente de adaptación de la ENACC. Entre ellos,
sobresale que la adaptación debe visualizarse como
un proceso y no como un estado final, lo cual permite tomar en cuenta las dinámicas socioeconómicas y geopolíticas de las sociedades e incorpora la
perspectiva de que la adaptación es un proceso
de aprendizaje que implica el seguimiento y la revisión constantes de las políticas, planes y acciones.
La necesidad de trascender los esquemas tradicionales, llevar la planeación a ser interdisciplinaria y
multidimensional e incorporar iniciativas y acciones
de abajo hacia arriba son aspectos que deben ser
tomados en cuenta. Aunado a ello, es fundamental
el seguimiento y la evaluación de los resultados de
la adaptación, como componentes de un proceso de
monitoreo adaptativo en relación con los objetivos
y las metas planteadas. La conservación y restauración de los ecosistemas que prestan servicios ambientales constituye otro elemento fundamental en
el proceso de adaptación.
Como se mencionó anteriormente, México es
altamente vulnerable a eventos climáticos extremos cuyos efectos pueden poner en riesgo la seguridad de la población y la conservación de los ecosistemas. Los eventos de sequía atípica registrados
principalmente en el norte del país son un factor de
riesgo para la seguridad alimentaria, pues más de la
mitad de la producción nacional agrícola y ganadera
Resumen Ejecutivo
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se concentra en los estados del Norte y la zona de El
Bajío. El 25 % de la población mexicana habita en
áreas susceptibles de inundación; sin embargo, en
el futuro, este porcentaje podría aumentar debido a
las tendencias de urbanización, que apuntan a un incremento de asentamientos irregulares en zonas de
riesgo por inundaciones, lo cual equivale a aumentar
la vulnerabilidad social. El cambio de uso de suelo y
la alta dispersión de la población rural, en particular en terrenos inclinados, incrementa también la
vulnerabilidad de las comunidades ante amenazas
como los deslizamientos de terreno.
Ante los posibles efectos del cambio climático,
las costas del país se verán afectadas en el mediano
y largo plazo por el aumento del nivel del mar. Algunos escenarios han proyectado un posible aumento
de 1 m, que afectaría entre 7 y 9 % del territorio de
los estados de Tabasco, Campeche y Quintana Roo.
Al interior del territorio, se estima que 43 cuencas
(23 % del territorio) requieren medidas urgentes
que permitan la recuperación del funcionamiento
ecohidrológico, a fin de aumentar la resiliencia de
los territorios ante el cambio climático. Los escenarios de cambio climático proyectan, además, incrementos en la severidad de sequía que conllevarían
pérdidas equivalentes a 1 % del Producto Interno
Bruto anual en 2030. Dichas pérdidas se asocian
con una menor capacidad productiva, menor inversión, reducción en las exportaciones e incremento
en las importaciones.
La respuesta que el gobierno ha brindado para
encarar esta situación, a través del desarrollo de las
políticas para la adaptación al cambio climático, se
puede dividir en tres periodos:
a) A partir de la firma de la Convención Marco de
las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático
(CMNUCC), ocurrida en 1992, se dan los primeros pasos para construir un marco institucional para hacer frente al cambio climático. Entre
las principales acciones emprendidas por el gobierno federal está la creación de la Comisión
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Intersecretarial de Cambio Climático (CICC),
que se ha constituido en el principal organismo
para la toma de decisiones en materia de cambio climático. En este periodo, que culmina en
2006, se elaboraron y presentaron la Primera y
la Segunda Comunicaciones Nacionales, presentadas ante la CMNUCC. En esta etapa, el énfasis estuvo en la mitigación de las emisiones de
gases de efecto invernadero (GEI).
b) Entre 2006 y 2012 ocurre un importante
desarrollo institucional y la consolidación del
tema de la adaptación, el cual es incluido por
primera vez en el Plan Nacional de Desarrollo
(PND) 2007-2012 y en trece programas sectoriales. La CICC conformó el Grupo de Trabajo
de Políticas de Adaptación (GT-Adapt), que
tiene como mandato promover la transversalidad, articulación y colaboración en materia de
adaptación al interior del gobierno federal. En
2007, la CICC elaboró y publicó la Estrategia
Nacional de Cambio Climático; en 2009 publicó el Programa Especial de Cambio Climático
2009-2012, y en 2010 se gestó el Marco de
Políticas de Adaptación de Mediano Plazo. En
este periodo se publicaron la Tercera y Cuarta
Comunicaciones Nacionales y comenzó el fortalecimiento de las capacidades de adaptación
en estados y municipios, que incluyen el desarrollo de programas y planes de acción ante el
cambio climático a nivel estatal y municipal.
c) A partir de 2012, destaca la publicación de la
Ley General de Cambio Climático, que establece
definiciones, distribuye competencias y señala
atribuciones en los tres órdenes de gobierno;
define también los principios y los instrumentos básicos para la política de cambio climático
y plantea los objetivos tanto para la política de
adaptación como para la de mitigación. Juega
un importante papel como instrumento articulador de las capacidades nacionales para la
adaptación. A finales de 2012 se publicará la
Quinta Comunicación Nacional.
Adaptación al cambio climático en méxico: visión, elementos y criterios para la toma de decisiones
En el documento se analizan las capacidades
reales y las requeridas para articular una política nacional de adaptación al cambio climático y se identifican las condiciones que frenan el desarrollo de las
capacidades, las cuales se retoman para definir la
ruta estratégica.
La ruta estratégica para la adaptación que se
propone busca ser la guía para tomar acciones que
permitan fortalecer las capacidades nacionales para
la adaptación. En su conjunto, dichas capacidades
permitirán: reducir las condiciones de vulnerabilidad
en sus distintas expresiones (territorial, sectorial y
social), identificar las posibles oportunidades que
se presenten con las nuevas condiciones del clima,
y fortalecer la resiliencia de los sistemas naturales
y humanos ante el cambio climático. La fortaleza
de esta ruta estratégica radica en su concepción:
un proceso participativo con múltiples actores en
el marco del GT-Adapt de la CICC. Dicho proceso
incluyó a la comunidad científica, funcionarios de
gobiernos estatales y municipales, y a miembros de
la sociedad civil.
Los principios orientadores de la ruta son: a) enfoque territorial y ecosistémico; b) derechos humanos, justicia social y equidad de género; c) procesos
incluyentes y participativos y d) acceso a la información y transparencia. Los ejes estratégicos que la
componen son diez, los cuales se extienden en 24
líneas de acción:
Eje 1. Transversalidad y coordinación
Eje 2. Articulación en el diseño, instrumentación
y evaluación de políticas públicas
Eje 3. Conservación y restauración de la funcionalidad ecohidrológica para aumentar la
resiliencia de los ecosistemas y los servicios que proveen a la sociedad
Eje 4. Reducción de la vulnerabilidad social
Eje 5. Reducción de la vulnerabilidad al cambio
climático en los sistemas productivos e infraestructura
Eje 6. Cooperación internacional
Eje 7. Financiamiento para la adaptación
Eje 8. Investigación, desarrollo tecnológico y
conocimiento
Eje 9. Educación, capacitación y comunicación
para la adaptación al cambio climático
Eje 10. Participación social
Como reflexiones finales se subraya que la
adaptación al cambio climático es crítica para el
desarrollo sustentable al brindar la oportunidad de
planear un desarrollo diferente con una visión sustentable y de largo plazo. La planeación de la adaptación debe partir de un entendimiento cabal del
contexto local, que apunte a implementar estrategias y programas en el ámbito municipal. Para ello
es necesario llenar vacíos de información sobre la
vulnerabilidad y la adaptación a nivel regional y local, así como atender de manera urgente la pobreza y la desigualdad en la sociedad. El éxito de la
adaptación depende de una atención equilibrada al
crecimiento económico y al acceso a los recursos,
una mayor equidad entre los géneros y grupos sociales, y una mayor participación local en la toma
de decisiones. Estos aspectos y retos deben incluirse en una política nacional de adaptación consolidada, que articule y oriente los esfuerzos en todos
los niveles de gobierno y sectores.
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