vendedor cancelando así el comprador su obli gación por saldo de

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CONSULTA
vendedor cancelando así el comprador su obli­
gación por saldo de precio. El art. 1466 del
Código Civil nos lo está explicitando al estable­
cer sin más: La paga desde el momento en que se
verifica, extingue la obligación principal... . No
existe el requisito ad-solemnitatem, escritura
pública, que esté condicionando el modo extintivo para hacerlo eficaz, ni para probarlo. Por
tanto para esto último bastará el modo escrito
sin más.
No obstante, la certificación notarial de
firmas, de existir, aventará dudas en cuanto a la
autenticidad de las mismas, facilitando así el
tráfico documental.
En el caso que nos ocupa, en el recibo final,
queda claramente expuesta la voluntad de la
parte vendedora de explicitar la total satisfac­
ción de su crédito y lo expresa en una forma muy
elocuente y gráfica utilizando un término que no
es de uso en nuestro medio aunque sí en Argen­
tina: desobligando a los compradores y por si
quedaren dudas agrega: en forma total.
En consecuencia, con la carta de pago últi­
ma, otorgada en la ciudad de Buenos Aires y con
sus firmas certificadas notarialmente, efectivizado que sea el procedimiento de legalización
(Colegio de Escribanos - Consulado Uruguayo en
Buenos Aires Ministerio de Relaciones Exte­
riores), entendemos debidamente probada la
extinción de la obligación por saldo de precio
emergente de la escritura referenciada en la
sección Hechos, del presente.
Es de interés conocer la opinión al respecto
de la Asociación de Escribanos del Uruguay,
para dotar a la titulación de las mayores ga­
rantías en su futuro tráfico, por lo menos hasta
el momento que por el transcurso del tiempo
opere la prescripción.
INFORME DE LA COMISIÓN DE DERECHO CIVIL
Montevideo, 8 de setiembre de 1992. La
Comisión de Derecho Civil, integrada por los
Eses. Ana Aguirre, Wladimiro Hurvich, Ga­
briela Petroni, Juan Andrés Casaretto, Raúl
Anido, Fernando Seré, Adriana Goldberg, Jac­
queline Pamas, Jorge Machado, Teresa Gnazzo,
Arturo Caumont y Roque Molla comparte las
consideraciones vertidas por el consultante en
todos sus términos.
Esc. Roque Molla
Coordinador
Aprobado por unanimidad por la C.D. de la
AEU, Resol. N9 25.586 de 14 de setiembre de 1992.
3.1.14. COMPRAVENTA. CESIÓN DE DERECHOS HEREDITARIOS. NATURALEZA JURÍDICA.
En el caso, en realidad se trata de una compraventa de cuota parte indivisa sobre
un bien determinado, en estado de indivisión sucesoria; y no de una cesión de derechos
hereditarios como se membretó el contrato o del contenido de algunas cláusulas del
mismo.
CONSULTA
El día 18 de mayo de 1974, el señor H. Da
S.A. cedió los derechos hereditarios que le co­
rrespondían en la sucesión de C.A. Da S., en
favor de su hermana I. Da S.A., escritura que
autorizó en P. de T. la Escribana M.A.S.C.
Al vender el inmueble ubicado en la ...
Sección Judicial de T., padrón N2 ... (al que se
hace referencia en la cesión de derechos here­
ditarios), el Escribano actuante solicita a I.Da
O.A. que acredite los derechos que invoca, pre­
sentando la primera copia de la escritura a la
|ue hace referencia (de cesión de derechos he­
reditarios) ya que de los certificados de los Re­
gistros Públicos no surge inscripción alguna.
I. Da S. se pone en reiteradas oportunidades
en contacto con la Escribana actuante en aquella
oportunidad, quien mediante evasivas conti­
nuas, siempre evitó que la solicitante pudiera
acceder a la documentación requerida.
La señorita I.B., apoderada de I. Da S.
solicita mi intervención, a los efectos de lograr el
documento, poniéndome en contacto con la Es­
cribana S. a quien luego de varios intentos fa-
304
REVISTA DE LA A.E.U. - T. 78 (7-12), 1992
llidos y desencuentros, logro explicarle telefóni­
camente que necesito el documento para acredi­
tar los derechos que mi cliente pretende hacer
valer, ya que el señor H. Da S. (en esa fecha
cedente) hoy pretende cobrar el precio que le
corresponde como propietario del bien objeto de
la compraventa, desconociendo los documentos
firmados anteriormente.
Al concurrir al escritorio de la Escribana S.,
la hija de ésta me entrega un documento, pri­
mera copia de una escritura de cesión de dere­
chos, manifestando que su madre había dejado
dicho que yo me encargara de la inscripción
correspondiente.
Al estudiar el documento, y consulta previa
con otros colegas de mayor trayectoria que la
mía, entendí que el documento no tiene el valor
jurídico que las partes pretenden darle, ya que
no fue redactado felizmente, no fue inscripto
correctamente en los Registros pertinentes, y mi
cliente hoy se encuentra desprotegido.
Opinión de la consultante:
En mi entender estoy frente a una situación
de hecho que supera la situación de derecho, por
lo que solicito vuestro asesoramiento a los efec­
tos de tomar una conducta que solucione el
problema, indicándome, si es posible, qué tipos
de responsabilidades existen, y si debo tomar
algún camino para que quien hoy se siente
perjudicada (I. Da S.) vea reconocido su derecho,
ya que no fue por omisión propia, debido a que
buscó asesoramiento notarial en tiempo y forma.
INFORME DE LA COMISIÓN DE DERECHO CIVIL
Parte Primera
Relación de hechos
1.-E118 de mayo de 1974 el señor H. Da S.A.
cedió los derechos hereditarios que le correspon­
dían en la sucesión de C.A. Da S., siendo cesionaría su hermana I. Da S.A., escritura que
autorizó en P. de T. la Escribana M.A.S.C.
2.- La mencionada escritura membretada
"Cesión de derechos" indica en su cláusula se­
gunda que el cedente "cede ... los derechos he­
reditarios que le corresponden en la referida
sucesión limitada, a la cuota hereditaria, una
octava parte, en el inmueble ubicado en la ...
Sección Judicial de T., zona urbana (sigue des­
cripción y deslinde)".
3.- Luego, en la cláusula tercera se expresa:
"El precio de esta compraventa es la suma de
cien mil pesos moneda nacional que la cesionaria entrega al cedente en este acto y en efectivo,
por lo que éste le otorga carta de pago total del
precio" En la cláusula cuarta se indica: "En
señal de tradición el cedente entrega en este acto
a la cesionaria los documentos que sirven de
títulos a los derechos cedidos, quedando en
consecuencia colocada en su propio lugar, grado
y prelación con respecto a los derechos cedidos"
La cláusula quinta alude a que las partes nada
tienen que reclamarse por los derechos cedidos,
y en la sexta se indica: "El cedente se obliga a
responder de su calidad de heredero"
4.- Se acompaña el duplicado de la declara­
ción y liquidación del impuesto y tributos vigen­
te (1974) donde al acto gravado se lo designa
"Cesión de derechos", pero se liquida la octava
parte del terreno y construcciones descripto, en
la cláusula segunda (Parágrafo N2 2).
5.- Los precedentes Parágrafos Ns 2 a 4
resultan del documento adjunto. En la relación
de hechos, la consultante indica que al proyec­
tarse la venta del indicado inmueble, el Escriba­
no actuante solicita a I. Da S.A que acredite los
derechos que invoca, mediante la exhibición de
la primera copia de la escritura a la que hace
referencia (la de cesión de derechos heredita­
rios) ya que de los certificados de los Registros
Públicos no resulta inscripción alguna.
6.- La nombraba (cesionaria-compradora) I.
Da S.A. se pone en reiteradas oportunidades en
contacto con la Escribana actuante referida an­
tes (Parágrafo Nfi 1), la que, mediante evasivas
continuas, siempre evitó que la solicitante pu­
diera acceder a la documentación referida.
7.- La señora I.B., apoderada de I. Da S.A.,
solicita la intervención de la consultante a los
efectos de lograr el documento. Esta se puso en
contacto con la Escribana S., a quien luego de
varios intentos fallidos y desencuentros, logró
explicarle telefónicamente que necesita el docu­
mento para acreditar los derechos que su cliente
pretende hacer valer, ya que el señor H. Da SA
(en 1974 cedente) hoy pretende cobrar el precio
305
CONSULTA
que le corresponde como propietario del bien
objeto de la compraventa, desconociendo los
documentos firmados anteriormente.
8.- Al concurrir la consultante al escritorio
de la Escribana S., la hija de ésta le entrega un
documento, la copia simple firmada por la Escri­
bana S. de la escritura relacionada en el Pará­
grafo N2 1 y la indicada hija de la Escribana S. le
manifiesta a la consultante que su madre había
dejado dicho que ésta (la consultante) se encar­
gara de la inscripción correspondiente.
9.- Luego de estudiado el documento y con­
sulta previa con otros colegas de mayor trayecto­
ria que la consultante, entendió que el documen­
to no tiene el valor jurídico que las partes pre­
tenden darle, ya que no fue redactado felizmen­
te, no fue inscripto correctamente en los Regis­
tros pertinentes y su cliente hoy se encuentra
desprotegida.
10.- La opinión de la consultante se resume
así: "Es mi entender, que estoy frente a una
situación de hecho que supera la situación de
derecho, por lo que solicito vuestro asesoramiento a los efectos de tomar una conducta que
solucione el problema, indicándome, si es posi­
ble, qué tipo de responsabilidades existen, y si
debo tomar algún camino para que quien hoy se
siente perjudicada (I. Da S.A.) vea reconocido su
derecho, ya que no fue por omisión propia, debi­
do que buscó asesoramiento notarial en tiempo
y forma".
Parte Segunda
Dictamen
11.- En la consulta transcripta en la Parte
Primera, que antecede, resultan diversas cuestio­
nes, algunas de Derecho Civil, otras —que al
parecer son las que de manera más apremiante
preocupan a la consultante— tiene que ver con
problemas asaz complejos de deontologia profesio­
nal que, en cualquier caso no corresponde expe­
dirse al suscrito y no son, siquiera de competencia
de la Comisión de Derecho Civil. Si la consultante,
eventualmente, quisiera formular una exposición
de los hechos referidos ante las autoridades gre­
miales, son éstas las que deben pronunciarse.
12.- De igual manera, el dictaminante se ve
precisado a formular una aclaración liminar: los
dictámenes de esta Comisión son tánicos y no
juicios morales. Por lo mismo, esta Comisión no
da consejos sobre conductas profesionales relati­
vas —se insiste— en aspectos claramente deon­
tológicos, lo que no significa una prescindencia
respecto a los aspectos planteados. Por lo mismo,
la clase o tipo de responsabilidad que puedan
resultar, así como el camino que la dienta deba
tomar, en cuanto no resulten del plano jurídico
escapan al quehacer de este dictamen y de la
Comisión de Derecho Civil.
13.- A fin de ordenar la exposición de este
tema, en lo que tiene que ver con la materia
propia de esta Comisión, se lo divide en los
siguientes Capítulos: I. Naturaleza jurídica del
negocio cuestionado. II. Derechos que habría
recibido la adquirente. III. Conclusiones.
Capítulo I
Naturaleza jurídica
del negocio cuestionado
14.- Resolver la naturaleza jurídica de un
negocio jurídico cualquiera, como el que es ob­
jeto de esta consulta, significa establecer la
clase de figura négociai a la que pertenece.
Ciertamente, en tal indagatoria, el intérprete
debe manejar, no sólo la formulación dada por
las partes o por el Escribano autorizante, sino,
fundamentalmente, el contenido del plexo
obligacional resultante y, luego de un minucioso
análisis del mismo, establecer a qué negocio
tipo, pueden ser varios, se puede incluir el objeto
de estudio.
15.- En muchos dictámenes anteriores del
suscrito, como de otros integrantes de esta Co­
misión de Derecho Civil, se ha incursionado con
alguna profundidad en los aspectos vinculados
a la interpretación, a la integración y a la cali­
ficación del negocio jurídico, así como al de su
eventual posibilidad de conversión. A ese res­
pecto, y sin pretender excluir otros importantes
aportes, cabe aludir el publicado en la Revista
de la Asociación de Escríbanos del Uruguay,
año 1986, tomo 72, págs. 146 y ss.
16.-La calificación de un negocio jurídico en
tal o en cual categoría legal integra, en su más
amplio sentido, el trabajo interpretativo. No
resulta fácil, "prima facie", desentrañar la in­
tención de las partes, a la luz de las expresiones
contenidas en el documento de referencia.
Ciertamente, tanto del membrete, como de las
principales cláusulas negociales, resultaría
(Parágrafos N2 2 a 4) una "cesión de derechos
hereditarios sobre una cuota parte del bien indi­
cado (1/8)".
306
17.- Sin embargo, no faltan elementos es­
criturarios que demuestren la inseguridad o
vacilación de la clase o tipo de contrato que se
celebra, como resulta de la cláusula segunda
donde se expresa que "el precio de esta com­
praventa ...". Yesto nos enfrenta con la compleja
cuestión de resolver sobre si, en casos como el de
esta consulta, se está ante una cesión o, en
realidad, ante una compraventa de cuota parte.
Las conclusiones, en uno u otro sentido, tienen
importantes diferencias. Las responsabilidades
que reclama la consultante giran, en gran parte,
en torno a esta respuesta.
18.- En cualquiera de ambas situaciones, es
decir, consideremos que estamos frente a una
propia cesión de derechos hereditarios sobre la
cuota alícuota (un octavo) de un inmueble su­
cesorio determinado o estimemos que se está
ante una simple compraventa de cuota parte (un
octavo) de un inmueble sucesorio; para esta­
blecer su suerte final deberá, siempre, estarse al
resultado de la partición, desde que es un ne­
gocio jurídico celebrado sin el consentimiento de
los demás coherederos.
19.-De los antecedentes glosados no resulta
si los herederos son dos o más. Al parecer, siendo
un negocio entre hermanos, parecería que am­
bos son herederos. Igualmente pueden existir
otros. De cualquier manera, siguiendo la opinión
de universal recibo, el dictaminante estima que
la cesión o la venta de una cuota alícuota en
estado de indivisión es un contrato válido y
eficaz, sin perjuicio de lo que se dirá a este último
respecto.
20.- Se está ante una cesión o una venta de
una cuota alícuota de un bien determinado, en el
que hay un objeto lícito y posible y está en el
comercio de los hombres y ninguna ley especial
obsta a tal figura contractual (art. 1668 del
Código Civil). Respecto a sus efectos, como se
dijera (Parágrafo N9 18) deberá estarse a las
resultancias de la partición que concrete el
destino del bien inmueble cuya cuota parte se
enajenó.
21.- Ciertamente, en el supuesto indicado
en la parte final del Parágrafo anterior, esto es,
cuando en el lote o hijuelas de los vendedores no
cae el bien "determinado", cuya alícuota (un
octavo) se enajenó, este bien va a caer, inelucta­
blemente, en el lote de otro coheredero (que
podrá ser la misma adquirente), y si cae en el
lote de otros coherederos no enajenantes es un
caso de venta de cosa ajena, dado el efecto
REVISTA DE LA A.E.U. - T. 78 (7-12), 1992
declarativo de la partición (art. 1151 del Có­
digo Civil) que es un negocio válido y eficaz,
pero inoponible al verdadero dueño. Si cae en el
lote de la compradora o cesionaria (hipotética­
mente) se está —por obra del mismo efecto
declarativo de la partición— ante una compra
de cosa propia que es nula (art. 1670 del Código
Civil).
22.- Si bien es cierto que la venta de cosa
ajena es válida y eficaz, respecto a los cele­
brantes, no ocurre lo mismo con la tradición
hecha o llevada a cabo por el "non domino", de
acuerdo al art. 769, num. 1, del Código Civil. En
tal caso, si el bien no cae en el lote del enajenante
la tradición no opera su efecto de trasladar el
dominio desde que fue hecha o consentida por
quien carece de legitimación para hacerlo: el
propietario o titular del derecho que se trate. En
tal caso, el comprador o cesionaria, frustrada
adquirente, tendrá las acciones del caso contra
el vendedor o cedente, también frustrado ena­
jenante, lo que se aludirá en el próximo Capítulo.
Para un mayor desarrollo de esta interesante
cuestión puede consultarse el dictamen conte­
nido en \aRevista de la Asociación de Escribanos
del Uruguay, Tomo 73, año 1987, N2 1-6, págs.
131 y ss.
23.- Admitiendo que el tema puede ser
controvertido, el dictaminante se inclina —no
obstante las reiteradas expresiones vinculadas
a la figura de la cesión de derechos heredita­
rios— a estimar que está ante un contrato de
compraventa de cuota parte indivisa sobre un
bien determinado en estado de indivisión suce­
soria.
Capítulo n
Derechos que habría recibido
la adquirente
24.- Por cierto lo primero a destacar en la
enajenación de la cuota parte indivisa sobre un
bien determinado es que la relación del enaje­
nante y de la adquirente se gobiernan por las
reglas generales. A ello se vincula —como se
dijera (Parágrafo N2 18)— el resultado de la
partición. Si en la sucesión (extremo que no
resulta del material aportado) no existieran
otros bienes, ya muebles, ya inmuebles, es cierto
que, a los efectos prácticos deberá cesarse del
estado de comunión jurídica, ya mediante una
partición, propiamente tal, ya mediante otro
negocio que pongan fin al estado de dominialidad compartida.
307
CONSULTA
25.- Admitiendo que el negocio jurídico enajenativo de fecha 18 de mayo de 1974 despliegue
todos sus efectos, la compradora habría adqui­
rido un octavo indiviso sobre un bien determina­
do (padrón N9 ... de la ciudad de T.). Si el bien se
enajena a título oneroso, el adquirente tiene
derecho a un octavo del precio, siempre que no
obste una eventual partición.
26.- Si se inscribe la primera copia de dicha
escritura en la forma de estilo, el negocio enajenativo del año 1974 resulta oponible a los
terceros. Ello puede, sin embargo, aparejar do­
lorosas sorpresas, por ejemplo, si el vendedor
(nombrado cedente) estuviera embargado, a
partir de la inscripción actual, esto es, si exis­
tiera vigente un embargo del enajenante, la
posterior enajenación o inscripción de ésta es
inoponible al acreedor embargante.
27.- En su relación de hechos (Parágrafo N9
9) se indica que: "el documento no tiene el valor
jurídico que las partes pretenden darle". Pare­
cería que la consultante se refiere a la califica­
ción del negocio jurídico de que se trata, y lo que
fue materia del Capítulo anterior. No se indica
—en todo caso— a qué valor jurídico, concreto y
específico, se refiere la expresión. En cuanto a la
infelicidad de la redacción como a la falta de
inscripción en el Registro o Registros pertinen­
tes, tampoco constituyen por sí mismos, ele­
mentos detonantes de una situación de absoluta
desprotección jurídica.
28.- Si la situación se normalizara, esto es,
se inscriba la venta de un octavo indiviso, la
adquirente I. Da S. podrá hacer valer los dere­
chos que le corresponden de acuerdo a las reglas
generales de la compraventa de cuota indivisa
sobre un bien determinado. Y respecto a este
punto, debe formularse una importante preci­
sión, relativa al saneamiento o garantía de
evicción.
29.- En el caso consultado, el dictaminante
estima que no corresponde hacer lugar a accio­
namiento alguno por evicción. En efecto, dado
que la compradora de una cuota alícuota sobre
un bien determinado en estado de indivisión
sabía (o debía saber) que tal venta era inoponible
al que, de acuerdo al resultado de la partición,
quedara con la hijuela que contuviera del in­
mueble referido. La evicción funciona en el caso
de perder todo o parte de la cosa, por sentencia
judicial (art. 1697 del Código Civil). El art. 1701
derCódigo Civil dispone que, en este caso, nada
Puede reclamar el comprador al vendedor "por
30.- El citado art. 1701 del Código Civil
dispone: Si el comprador de cualquier modo
conocía el peligro de la evicción antes del con­
trato, nada puede reclamar del vendedor por los
efectos de la evicción que suceda, a no ser que ésta
hubiera sido expresamente convenida. En otras
palabras, la garantía o saneamiento de la evic­
ción, es una cláusula natural del contrato de
compraventa en general, tal lo que resulta del
art. 1698 del Código Civil al disponer: El ven­
dedor es obligado a sanear al comprador todas
las evicciones que tengan una causa anterior a la
venta, aunque nada se haya estipulado a ese
respecto en el contrato.
31.-Pero, como esta garantía o saneamiento
de la evicción no es de orden público, las partes
(vendedora y compradora) pueden "por estipu­
laciones particulares hacer más extensiva la
obligación de derecho o disminuir sus efectos; y
hasta pueden convenir en que el vendedor no
quedará obligado al saneamiento (art. 1699, inc.
I9 del Código Civil). En cambio, cuando la com­
pradora conocía (como en el caso en estudio) de
"cualquier modo" el peligro de la evicción, a no
ser que, siempre en el campo de la autonomía de
la voluntad hubieran pactado expresamente tal
responsabilidad —lo que no sucedió—, no puede
accionar por evicción, ya que va de suyo que la
adquisición de un bien determinado en estado de
indivisión lo somete a las eventuales alternati­
vas de la partición.
32.- En cuanto a la responsabilidad general,
tanto del contrario como la que —eventual­
mente— correspondiera a la Escribana actuan­
te, se gobiernan por los principios generales que
pueden ser, respecto al vendedor de naturaleza
contractual (eventualmente aquiliana si hubie­
ra existido un concierto fraudulento en perjuicio
de la compradora) y de tipo civil, por la relación
profesional con la Escribana actuante, cuyos
servicios fueron recabados y, de acuerdo a la
consulta, no fueron cumplidos adecuadamente.
Capítulo m
Conclusiones
33.- De acuerdo a lo precedentemente de­
sarrollado y a lo solicitado en la consulta de
competencia de esta Comisión de Derecho Civil,
se concluye:
I9.- Se está ante una verdadera compraventa-tradición de cuota parte indivisa sobre un
bien determinado, cuya suerte final dependerá,
en su caso, de la partición.
308
REVISTA DE LA A.E.U. - T. 78 (7-12), 1992
2e.- No cabe, en principio, accionar, en su
caso, por garantía o saneamiento por evicción de
acuerdo a lo que resulta dicho.
39.- Las responsabilidades parecen ser de
naturaleza contractual, aunque pudieran exis­
tir implicaciones más graves que determinen la
existencia de culpa aquiliana o extracontractual.
49.- La defensa de los derechos que asistan
a I. Da S., ante la imposibilidad de lograrlo en
forma amistosa, corresponde hacerlo en vía ju­
risdiccional contenciosa.
Esc. Enrique Arezo Píriz
Informante
Montevideo, Ia de setiembre de 1992. La
Comisión de Derecho Civil, integrada por los
Eses. Enrique Arezo, Raúl Anido, Jacqueline
Parnás, Adriana Goldberg, Beatriz Di Rosario,
Ana Aguirre, Roque Molla, Gabriela Petroni,
Jorge Machado y Juan Andrés Casaretto,
aprueban el informe que antecede. El Esc. Molla
aprueba el referido informe más allá de la natu­
raleza jurídica del negocio motivo de la consulta
por coincidir con el informante en que la situa­
ción se dilucida en la partición.
Esc. Roque Molla
Coordinador
Aprobado por unanimidad por la C.D. de la
AEU, Resol. N2 25.620 de 21 de setiembre de
1992, con las siguientes aclaraciones sugeridas
por el Instituto de Investigación y Técnica No­
tarial:
a) En el apartado Nfi 26, donde dice: "Si se
inscribe la primera copia de dicha escritura en la
forma de estilo, ..." debe entenderse que debe
inscribirse en el Registro de Traslaciones de
Dominio correspondiente al lugar en donde está
ubicado el inmueble;
b) en cuanto a la evicción a que se refiere en
el apartado N9 29, el criterio del informante es
compartido para el caso de que por efecto de la
partición el bien fuera adjudicado a otro coindivisario.
3.7.15. PROMESA DE COMPRAVENTA. CESIÓN DE PROMESA DE COMPRAVENTA
Se escritura un bien en virtud de compromiso inscripto y cesión. Esta última no
se encuentra ni está inscripta, pero ella está reconocida en la escritura por
declaración de los vendedores y la cesionaria. Correspondería hacer una declaratoria
entre cedente y cesionaria reconociendo la cesión y dando carta de pago total.
CONSULTA
I) Fueron requeridos mis servicios para au­
torizar la compraventa del padrón Ns ... de la...
Sección Judicial de M., actualmente hipotecado
en garantía de un préstamo particular por U$S
3.850, previa cancelación, siendo el deudor
persona distinta del propietario del bien.
promitentes vendedores G.A.F. y otro, y promi­
tente comprador A.M.S., casado con M.S., según
surge del certificado expedido por el Registro
aludido. La compraventa fue otorgada por
G.A.F.A. y G.N.A. (vendedores) con S.C.M.S.,
casada con H.R.M.C., separada judicialmente
de bienes (compradora).
II) Examinado el título, escritura autoriza­
da por la Escribana M.T. de P., el 22 de julio de
1985, encuentro que en la cláusula primera se
expresa que la misma se otorga en cumplimiento
de la promesa otorgada el 11 de enero de 1985,
inscripta en el Registro General de Inhibiciones,
Sección Promesas, con el N2 ... al F... del L9 ...,
y posterior cesión del 4 de julio de 1985. No
se encuentran agregadas a la titulación la pro­
mesa ni la cesión. De acuerdo con la información
registrai, figura inscripta la promesa de com­
praventa, no así la cesión de la misma. Fueron
III) A efectos de ubicar la cesión de promesa,
supuestamente realizada en favor de la señora
S.C.M.S., y que como quedó expresado, no fuera
inscripta en el Registro correspondiente, llamé a
la Escribana M.T. de P., quien me informó que se
había firmado el documento en S.C. de O., pero
que no podía determinar dónde se encontraba,
ya que la documentación se retiró de su escft*
torio. Al poner en su conocimiento que'no sé
había inscripto dicha cesión, me contestó que
podría tratarse de un error registrai.
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