Cromwell en Atenas

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juventud rebelde
VIERNES
24 DE JUNIO DE 2011
INTERNACIONAL
03
Cromwell en Atenas
por LUIS LUQUE ÁLVAREZ
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La policía lanzó chorros de agua, gases lacrimógenos y reprimió a los estudiantes secundarios
chilenos que exigían acciones del Gobierno para mejorar la educación nacional. Foto: Reuters
Más gases contra
estudiantes chilenos
Llaman a paro general en la educación para el 30 de junio
SANTIAGO DE CHILE, junio 23.— Unos
20 000 estudiantes secundarios chilenos volvieron a marchar contra el Gobierno este jueves en protesta por el lucro en
la educación, manifestación que fue dispersada con gases lacrimógenos por la
fuerza policial, al tiempo que el Colegio
de Profesores de Chile reiteró el llamado
a un paro nacional para el próximo 30 de
junio, con las mismas demandas.
Más de 10 000 jóvenes salieron desde la céntrica Plaza Italia hasta el Ministerio de Educación, para exigir mayor
atención del Estado, el término de la
dependencia de la enseñanza media de
las municipalidades, tarjeta estudiantil
gratuita todo el año y reparación de las
casas de estudio afectadas por el terremoto del 2010, reportó PL.
Demostraciones similares tuvieron lugar
en las ciudades de Arica, Iquique, Valparaíso, Concepción y Magallanes.
En la parte final de la marcha en Santiago, los Carabineros emplearon bombas de
gases lacrimógenos y carros lanza aguas
con el alegado objetivo de impedir la acción
de denominados grupos violentos, causantes de destrozos en la vía pública.
La líder estudiantil Laura Ortiz denunció
la represión de los carabineros contra los
jóvenes quienes, dijo, en general se expresan en forma pacífica.
Por su parte, la también dirigente de
los educandos del nivel de enseñanza
secundaria, Daniela Isla, criticó de igual
modo el proceder de la policía en las
masivas protestas que han tenido lugar
en el país en reclamo de educación pública y gratuita.
Analistas y fuerzas de la izquierda chilena han alertado sobre la presencia en las
protestas de individuos vinculados con el
sistema y el mantenimiento del status quo,
los cuales —afirman— son los verdaderos
autores de los desmanes, con el objetivo de
descalificar el sentido y la magnitud de la
movilización social.
Los atentados a la propiedad pública y
privada, protagonizados por vándalos, violentos y encapuchados, responden a viejas
prácticas de manuales de inteligencia, según opina el investigador chileno en Comunicación Francisco Herreros.
Mientras, el presidente del Colegio de Profesores de Chile, Jaime Gajardo, reiteró la
convocatoria a un paro nacional en la educación para el próximo 30 de junio con el fin,
dijo, de instar al Gobierno a tener en cuenta
el clamor popular y, sobre todo, las masivas
manifestaciones de los jóvenes a favor de
una educación pública y gratuita.
En ese sentido, consideró que la respuesta de La Moneda, expresada a través
del titular de Educación, Joaquín Lavín, no
satisface las peticiones comunes de estudiantes secundarios, universitarios, maestros y académicos, y solo ofrece salidas
superficiales a un problema de fondo.
«El ministro debe definir si sigue con
esta educación de mercado, si pondrá o no
fin al lucro en la educación y cómo habrá
una mayor regulación del sistema universitario, porque ahora lo regula el mercado»,
denunció el dirigente gremial.
CUENTAN que cuando murió Oliver Cromwell
(1599-1658), aquel «Lord Protector de Inglaterra» que gobernó despóticamente a su país
y ensangrentó a la vecina Irlanda, una airada
muchedumbre fue a buscarlo al sepulcro y
colgó su cadáver en la plaza. ¡Como si apretarle el cuello fuera a matarlo otra vez!
A Grecia le está pasando hoy algo parecido
al inglés. El país está, como decimos en buen
cubano, «del lado de allá», a donde lo han ido
llevando las medidas de recorte del gasto
social. Desde 2010 han disminuido los salarios, aumentado los despidos, se han incrementado el tiempo de trabajo y los impuestos,
se han rebajado las pensiones, se han privatizado empresas públicas, etcétera.
Pues bien, ahora el Gobierno, que preside
el socialdemócrata Giorgos Papandreu, quiere
aplicar otro «paquetico». Se lo exige la Unión
Europea, como requisito para desembolsarle
otros 12 000 millones de euros de un préstamo conjunto con el Fondo Monetario Internacional, para que el país siga funcionando.
Hasta donde se ha sabido, el manojo
de medidas incluye la reducción de otros
150 000 empleos, la subida de los
impuestos a la calefacción, la creación de
una «tasa de solidaridad» que deberán pagar todos los trabajadores —¿quién más
que ellos?—, y privatizaciones por más de
50 000 millones de euros, de las que no
se salvarán ni las instalaciones utilizadas
en los Juegos Olímpicos de 2004. Una
manera de agarrar la garganta del cadáver
y seguir presionando.
Lo curioso del caso es que la alerta contra
la andanada de medidas de «austeridad» viene, entre otros, del partido derechista Nueva
Democracia (ND). Sucede que, si la crisis fuera un huevo, ND sería la gallina que lo empolla, pues el partido, que gobernó el país entre
2004 y 2009, le ocultó a Eurostat —la oficina
de estadísticas europeas— las verdaderas
cuentas griegas.
Cuando los socialistas llegaron al poder, las
sacaron a la luz: el déficit público real —menos
ingresos que gastos— era de 13,6 por ciento,
dos puntos más, si bien los criterios de convergencia en el euro —moneda común de 17
países europeos— exigen que ese índice esté
en no más del tres por ciento. En cuanto a la
deuda, «agarraos»: el país debía 300 000
millones de euros. No, no era para alarmarse… ¡Era para correr!
Hoy, ND dice que las medidas de ajuste
causan «serios problemas» —más que los
ocasionados por su falsificación de las estadísticas—, pero sería interesante saber cómo
obraría, de estar en el Gobierno, como no fuera bajando la cabeza ante los designios de
Reitera la OTAN que seguirá «hasta el final» en Libia
TRÍPOLI, junio 23.— El líder libio Muammar al Gaddafi acusó
a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de
asesinar a civiles durante sus bombardeos y advirtió que la
batalla contra «los cruzados» de Occidente continuará, según
un mensaje difundido por la televisora estatal Al Jamahiriya.
El canal mostró imágenes del líder libio y escenas de instalaciones destruidas por los aviones y helicópteros de la
Alianza Atlántica, mientras se escuchaba la alocución grabada que condenó el bombardeo del pasado lunes a una zona
residencial, reportó PL.
La repulsa hizo alusión a la incursión contra la vivienda de
Khuweildi Al-Hamidi, en la localidad de Surman, al oeste de
Trípoli, donde murieron 19 civiles, incluidos tres miembros de
la familia del referido militar, cercano a Gaddafi.
«Matan civiles y afirman atacar objetivos militares», denunció el dirigente libio, según Notimex, y aseguró que ese funcionario era responsable de las finanzas militares, pero su
vivienda no era un objetivo militar, apuntó DPA.
«Nosotros nos quedamos, vamos a resistir y no vamos a
someternos», dijo Gaddafi, narró AFP.
También trascendió que la aviación aliada intensificó sus
acciones contra áreas de la capital y de localidades del oes-
Bruselas. Y es de risa ver cómo pretende
«plantar batalla» —ha dicho que votará en contra del plan en el Parlamento helénico—, frente a lo que exigen las formaciones de derecha
—¡sus iguales!— que están al mando en países como Francia y Alemania. ¿No le sería
mejor, por vergüenza, callarse y quitarse la
máscara?
Ciertamente la tiene muy difícil la patria de
Homero. Si cumple, recibe el dinero para poder pagar sueldos y mantener funcionando los
servicios públicos. Pero esos son billetes
«envenenados», que no harán sino alimentar
la espiral del ciclón. ¿Acaso alguien tiene idea
de cómo podrá una economía pequeña como
la griega devolver 300 000 millones de euros
¡más intereses!? ¿O por cuánto tiempo
podrán los griegos estar aguantando la respiración?
Solo un dato, aportado por la revista británica The Economist: aunque Atenas, en su
afán recaudador, aumentó los impuestos
hace un año,lo colectado desde entonces en
las arcas públicas ha sido mucho menor que
en el período anterior.
¿Funciona entonces el plan? Parece que
no, por tanto, se barajan varias posibilidades,
entre ellas que Grecia abandone el euro y retome su moneda nacional: el dracma, que
podría devaluar a su antojo para, por ejemplo,
potenciar las exportaciones, además de que
con él no tendría que estar tan a ojo, vigilando
que el déficit no se dispare.
Una fuente eurocomunitaria dijo, meses
atrás, que no se pensaba en la salida de
nadie del euro —«lo que hay es cola para
entrar», expresó—, pero al día de hoy, y como
la tormenta del mar Egeo no tiene visos de
calmarse, la UE está emitiendo señales de
falta de solidez, por lo que a nadie le extrañe
si en algún momento decide extirparse algún
órgano enfermo y sacar a Atenas —y a
otros— de la moneda común.
Pero eso no ocurrirá hoy, cuando los gobernantes europeos están reunidos en Bruselas
con un ojo puesto en Atenas, a la espera de
que los parlamentarios griegos se traguen el
sapo del nuevo plan de ajuste. Si lo aprueban,
apretarse el cinto; si no, bancarrota.
Definitivamente, Cromwell no la pasó
peor…
te, a la par de una contraofensiva del ejército regular libio contra los rebeldes en torno a Misurata, tercera ciudad del país
y controlada por la insurgencia.
Por su parte, en una entrevista publicada este jueves por
el diario francés Le Figaro, el secretario general de la OTAN,
Anders Fogh Rasmussense, afirmó: «Llegaremos hasta el
final».
«Nos tomaremos el tiempo que sea necesario para lograr
nuestro objetivo militar (…) Los aliados están comprometidos para hacer los esfuerzos necesarios en una operación
continuada», dijo el político danés, lo cual fue interpretado por
algunos medios como una respuesta indirecta a Gaddafi.
En tanto, el ministro de Defensa británico, Liam Fox, señaló que la operación militar en Libia puede costar a Reino Unido más de 294 millones de euros.
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