Rito del bautismo - Catholic Diocese of Richmond

Anuncio
CONFERENCIA SULLIVAN HISPANA
Catholic Diocese of Richmond, VA
2012
Pbro. Anthony Marques
Apuntes -Conferencista Principal
1
2
Bautismo
¿Quieren que N. sea bautizado [bautizada] en esta fe de la Iglesia
que todos juntos acabamos de profesar?
Sí, queremos. …
N., yo te bautizo en el nombre del Padre,
(derrama agua sobre la cabeza del niño o lo sumerge)
y del Hijo,
(por segunda vez derrama agua sobre la cabeza del niño o lo sumerge)
y del Espíritu Santo,1
(por tercera vez derrama agua sobre la cabeza del niño o lo sumerge)
1
“Bautícenlos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” (Mateo 28,19).
3
BENDICIÓN DEL AGUA BAUTISMAL
Al llegar a la fuente bautismal, el celebrante recuerda a los presentes, con breves palabras, el admirable
designio de Dios que ha querido santificar el cuerpo y el alma del ser humano por medio del agua. …
[INTRODUCCIÓN]
Hermanos [y hermanas]:
Oremos para que Dios todopoderoso conceda a estos niños [estas niñas]
renacer a una vida nueva por el agua y el Espíritu Santo.2
Dios nuestro,
que con tu poder invisible
realizas obras admirables,
por medio de los signos de los sacramentos
y has hecho que tu creatura, el agua,
signifique de muchas maneras la gracia del Bautismo;
2
“El que no renace del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios” (Juan 3,5).
“Toda persona que está en Cristo es una creación nueva. Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha llegado” (2 Corintios
5,17).
“No hagamos ya distinción entre pueblo de la circuncisión y mundo pagano, porque una nueva creación ha
empezado” (Gálatas 6,15).
“En el bautismo volvimos a nacer y fuimos renovados por el Espíritu Santo” (Tito 3,5).
4
[ANTIGUO TESTAMENTO]
[La creación]
Dios nuestro,
cuyo Espíritu aleteaba sobre la superficie de las aguas,
en los mismos principios del mundo,3
para ya desde entonces
el agua recibiera el poder de dar la vida.4
[El diluvio]
Dios nuestro,
que incluso en las aguas torrenciales del diluvio5
prefiguraste el nuevo nacimiento de los hombres,6
al hacer que de una manera misteriosa,
un mismo elemento diera fin al pecado y origen a la virtud;7
[El Éxodo]
Dios nuestro,
que hiciste pasar a pie enjuto a Israel por el mar Rojo
a los hijos de Abraham,8
a fin de que el pueblo liberado de la esclavitud del faraón,
prefigurara al pueblo de los bautizados;9
3
“En el principio, cuando Dios creó los cielos y la tierra…Las tinieblas cubrían los abismos mientras el espíritu de
Dios aleteaba sobre la superficie de las aguas” (Génesis 1,1–2).
4
Dijo Dios: “Haya una bóveda en medio de las aguas, para que separe unas aguas de las otras” (1,6).
“El día en que el SEÑOR Dios hizo la tierra y los cielos, no había sobre la tierra arbusto alguno, ni había brotado aún
ninguna planta silvestre, pues el SEÑOR Dios no había hecho llover todavía sobre la tierra, y tampoco había hombre
que cultivara el suelo e hiciera subir el agua para regar toda la superficie del suelo” (2,4–6)
“Del Edén salía un río que regaba el jardín y se dividía en cuatro brazos” (2,10).
5
“Por mi parte voy a mandar el diluvio, o sea, las aguas sobre la tierra, para acabar con todo ser que tiene aliento y
vida bajo el cielo; todo cuanto existe en la tierra perecerá” (6,17).
6
“Así perecieron todos los vivientes que había sobre la tierra, desde el hombre hasta los animales, los reptiles y las
aves del cielo. Todos fueron borrados de la superficie de la tierra. Sólo sobrevivieron Noé y los que estaban con él
en el arca” (7,23).
7
“Pero algunas personas, ocho en total, entraron al arca y se salvaron a través del agua. Ustedes reconocen en esto
la figura del bautismo que ahora los salva; no esperaban de él una limpieza corporal, sino que pidieron a Dios una
renovación interior por medio de la resurrección de Cristo Jesús” (1 Pedro 3,20–21).
8
“El SEÑOR, el Dios de los hebreos, me ha mandado decirte que dejes salir a su pueblo, para que le rindan culto en
el desierto” (Éxodo 7,16; cf. 4,23).
“Los israelitas, en cambio, habían pasado en medio del mar; las aguas les hacían de murallas a derecha e izquierda.
Aquel día, el SEÑOR liberó a Israel del poder de los egipcios; e Israel vio a los egipcios muertos en la orilla del mar.
Israel vio los prodigios que el SEÑOR había obrado contra Egipto, y el pueblo temió al SEÑOR. Creyó en el SEÑOR y en
Moisés, su siervo” (14,29–30).
9
“Todos recibieron ese bautismo de la nube y del mar, para que así fueran el pueblo de Moisés…y bebieron la
misma bebida espiritual; el agua brotaba de una roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo” (1 Cor 10,2.4).
5
[NUEVO TESTAMENTO]
[El Bautismo del Señor]
Dios nuestro,
cuyo Hijo, al ser bautizado por el Precursor
en el agua del Jordán,10
fue ungido por el Espíritu Santo;11
[La Pasión]
suspendido en la cruz,
quiso que brotara de su costado sangre y agua,12
[La Ascensión]
y después de su resurrección mandó a sus apóstoles:
“Vayan y enseñen a todas la naciones
bautizándolas en el nombre del Padre
y del Hijo y del Espíritu Santo”:13
10
“Por entonces vino Jesús de Galilea al Jordán, para encontrar a Juan y para que éste lo bautizara” (Mateo 3,13;
cf. Marcos 1,9 ; Lucas 3,21; 1 Juan 5,6).
11
“Una vez bautizado, Jesús salió del agua. En ese momento se abrieron los Cielos y vio al Espíritu de Dios que
bajaba como una paloma y se posaba sobre él” (Mateo 3,16; cf. Marcos 1,10; Lucas 3,22; Juan 1,32–33).
“Jesús de Nazaret fue consagrado por Dios, que le dio Espíritu Santo y poder. Y como Dios estaba con él, pasó
haciendo el bien y sanando a los oprimidos por el diablo” (Hechos de los Apóstoles 10,38).
12
“Pero al llegar a Jesús vieron que ya estaba muerto, y no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le
abrió el costado con la lanza, y al instante salió sangre y agua” (Juan 19,32–33).
“El es el que viene por el agua y la sangre: Jesucristo; y no sólo por el agua, sino por el agua y la sangre; y el espíritu
también da su testimonio, el Espíritu que es la verdad. Tres son, pues, los que dan testimonio: el Espíritu, el agua y
la sangre, y los tres coinciden en lo mismo” (1 Juan 5,6–8).
13
“Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el Nombre del Padre y del Hijo y
del Espíritu Santo” (Mateo 28,19).
6
[CONCLUSIÓN]
Mira ahora a tu Iglesia
y abre para ella la fuente14 del Bautismo.
Que por obra del Espíritu Santo
esta agua adquiera la gracia de tu Unigénito,15
para que el hombre, creado a tu imagen,16
limpio de su antiguo pecado17
por el sacramento del Bautismo,
renazca a la vida nueva por el agua y el Espíritu Santo.18
14
“‘Yo estaré allá delante de ti, sobre la roca. Golpearás la roca y de ella saldrá agua, y el pueblo tendrá para
beber’. Moisés lo hizo así, en presencia de los jefes de Israel” (Éxodo 17,6).
“Todos recibieron ese bautismo de la nube y del mar, para que así fueran el pueblo de Moisés…y bebieron la
misma bebida espiritual; el agua brotaba de una roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo” (1 Corintios
10,2.4).
“En aquellos días los montes destilarán vino, y de las colinas manará leche; en todos los torrentes de Judá correrá
el agua y una fuente saldrá de la Casa del SEÑOR para regar el valle de las acacias” (Joel 4,18).
“El agua que yo le daré se convertirá en él en un chorro que salta hasta la vida eterna” (Juan 4,14).
“Y ustedes sacarán agua con alegría de las vertientes de la salvación” (Isaías 12,3).
“Él me llevó a la entrada del Templo y vi que brotaba agua de debajo del dintel de la Casa: corría hacia el oriente
igual como la Casa que daba al oriente. El agua brotaba del lado sur del altar” (Ezequiel 47,1).
“‘El que tenga sed, que venga a mí, y que beba el que cree en mí. Lo dice la Escritura: De él saldrán ríos de agua
viva’. Decía esto Jesús refiriéndose al Espíritu Santo que recibirían los que creyeran en él. Todavía no se
comunicaba el Espíritu, porque Jesús aún no había entrado en su gloria” (7,37–39).
Después el ángel me mostró el río de agua de la vida, transparente como el cristal, que brotaba del trono de Dios y
del Cordero (Apocalipsis 22,1).
“El que tenga sed, que se acerque, y el que lo desee, reciba gratuitamente el agua de la vida” (22,17).
15
“¡Así amó Dios al mundo! Le dio al Hijo Único, para que quien cree en él no se pierda, sino que tenga vida
eternal” (Juan 3,16; cf. 1,18).
16
“Y creó Dios al hombre a su imagen. A imagen de Dios lo creó. Macho y hembra los creó” (Génesis 1,27).
17
“Pedro les contestó: ‘Arrepiéntanse, y que cada uno de ustedes se haga bautizar en el Nombre de Jesús, el
Mesías, para que sus pecados sean perdonados. Entonces recibirán el don del Espíritu Santo’” (Hechos de los
Apóstoles 2,38).
“Un solo hombre hizo entrar el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte. …Todos mueren por la falta de uno
solo, pero la gracia de Dios se multiplica más todavía cuando este don gratuito pasa de un solo hombre, Jesucristo,
a toda una muchedumbre” (Romanos 5,12.15).
18
“El que no renace del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios” (Juan 3,5). “Toda persona que está
en Cristo es una creación nueva. Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha llegado” (2 Corintios 5,17).
“No hagamos ya distinción entre pueblo de la circuncisión y mundo pagano, porque una nueva creación ha
empezado” (Gálatas 6,15). “En el bautismo volvimos a nacer y fuimos renovados por el Espíritu Santo” (Tito 3,5).
7
El celebrante toca el agua con la mano derecha,
luego prosigue:
Te pedimos, Señor,
que el poder del Espíritu Santo, por tu Hijo,
descienda sobre el agua de esta fuente,19
para que todos sepultados con Cristo en su muerte por el Bautismo,
resuciten también con Él a la vida.20
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.21
19
“Una vez bautizado, Jesús salió del agua. En ese momento se abrieron los Cielos y vio al Espíritu de Dios que
bajaba como una paloma y se posaba sobre él” (Mateo 3,16; cf. Marcos 1,10; Lucas 3,22; Juan 1,32–33).
20
“Todos nosotros, al ser bautizados en Cristo Jesús, hemos sido sumergidos en su muerte. Por este bautismo en
su muerte fuimos sepultados con Cristo, y así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la Gloria del
Padre, así también nosotros empezamos una vida nueva. Una representación de su muerte nos injertó en él, pero
compartiremos también su resurrección” (Romanos 6,3–5).
“El que no renace del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios” (Juan 3,5).
“En el bautismo volvimos a nacer y fuimos renovados por el Espíritu Santo” (Tito 3,5).
“Ustedes reconocen en esto la figura del bautismo que ahora los salva; no esperaban de él una limpieza corporal,
sino que pidieron a Dios una renovación interior por medio de la resurrección de Cristo Jesús” (1 Pedro 3,21).
21
Ritual para el Bautismo de niños, no. 53.
8
Comunión
El sacerdote hace genuflexión, toma el pan consagrado y, sosteniéndolo un poco elevado sobre la
patena, lo muestra al pueblo, diciendo:
Éste es el Cordero de Dios,
que quita el pecado del mundo.22
Dichosos los invitados a la cena del Señor.23
Y, juntamente con el pueblo, añade:
Señor, no soy digno
de que entres en mi casa,
pero una palabra tuya
bastará para sanarme.24
22
“Al día siguiente Juan vio a Jesús que venía a su encuentro, y exclamó: „Ahí viene el Cordero de Dios, el que
carga con el pecado del mundo‟” (Juan 1,29).
23
“Después el ángel me dijo: ‘Escribe: Felices los que han sido invitados al banquete de bodas del Cordero’”
(Apocalipsis 19,9).
24
“El capitán contestó: ‘Señor, ¿quién soy yo para que entres en mi casa? Di no más una palabra y mi sirviente
sanará’” (Mateo 8,8).
“Jesús se puso en camino con ellos. No estaban ya lejos de la casa, cuando el capitán envió a unos amigos para que
le dijeran: ‘Señor, no te molestes, pues ¿quién soy yo, para que entres bajo mi techo? Por eso ni siquiera me atreví
a ir personalmente donde ti. Basta que tú digas una palabra y mi sirviente se sanará’” (Lucas 7,6–7).
“Jesús volvió a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había un funcionario real en Cafarnaún
que tenía un hijo enfermo. Al saber que Jesús había vuelto de Judea a Galilea, salió a su encuentro para pedirle que
fuera a sanar a su hijo, que se estaba muriendo. Jesús le dio esta respuesta: ‘Si ustedes no ven señales y prodigios,
no creen’. El funcionario le dijo: ‘Señor, ten la bondad de venir antes de que muera mi hijo’. Jesús le contestó:
‘Puedes volver, tu hijo está vivo’. El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino” (Juan 4,46–50).
9
Consagración (narración de la institución)
En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse con claridad, como lo requiere la
naturaleza de éstas.
Porque el mismo,
la noche en que iba a ser entregado,
Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó pan,
y dando gracias te bendijo,
lo partió
y lo dio a discípulos diciendo:
“TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL,
PORQUE ESTO ES MI CUERPO,
25
QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS”.
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y adora haciendo genuflexión.
25
“Mientras comían, Jesús tomó pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: ‘Tomen y
coman; esto es mi cuerpo’” (Mateo 26,26).
“Durante la comida Jesús tomó pan, y después de pronunciar la bendición, lo partió y se lo dio diciendo: ‘Tomen;
esto es mi cuerpo’” (Marcos 14,22).
“Después tomó pan y, dando gracias, lo partió y se lo dio diciendo: ‘Esto es mi cuerpo, que es entregado por
ustedes. (Hagan esto en memoria mía’” (Lucas 22,19).
10
Después prosigue.
Del mismo modo, acabada la cena,
Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó el cáliz, dando gracias te bendijo, y lo pasó a sus discípulos, diciendo:
“TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL,
PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE,
SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA,
QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS
Y POR TODOS LOS HOMBRES
PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
HACED ESTO ES CONMEMORACIÓN MÍA”.26
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y adora haciendo genuflexión.
26
“Después tomó una copa, dio gracias y se la pasó diciendo: ‘Beban todos de ella: esto es mi sangre, la sangre de
la Alianza, que es derramada por una muchedumbre, para el perdón de sus pecados’” (Mateo 26,27–28).
“Tomó luego una copa, y después de dar gracias se la entregó; y todos bebieron de ella. Y les dijo: ‘Esto es mi
sangre, la sangre de la Alianza, que será derramada por una muchedumbre’” (Marcos 14,23–24).
“Hizo lo mismo con la copa después de cenar, diciendo: ‘Esta copa es la alianza nueva sellada con mi sangre, que es
derramada por ustedes’)” (Lucas 22,20).
11
Imposición de las manos
Luego el obispo (teniendo a su lado a los presbíteros que van a ayudarle),
de pie y con las manos juntas, exhorta el pueblo, diciendo:
[INTRODUCCIÓN]
Oremos, hermanos, a Dios todopoderoso
por estos hijos suyos,
que renacieron ya a la vida eterna en el Bautismo,
para que envíe sobre ellos
al Espíritu Santo,
a fin de que este mismo Espíritu
los fortalezca con la abundancia de sus dones,
los consagre con su unción espiritual
y haga de ellos imagen fiel de Jesucristo.
Todos oran en silencio unos instantes.
12
Luego, el obispo (y los presbíteros que lo ayudan) impone las manos27
sobre todos los confirmandos. El obispo, él sólo, dice:
Dios todopoderoso,
[RESUMEN DEL BAUTISMO]
que has hecho nacer de nuevo a estos hijos tuyos
por medio del agua y del Espíritu Santo,
librándolos del pecado,
27
“Harás que los levitas se acerquen al SEÑOR, y los hijos de Israel les impondrán las manos. Entonces Aarón
ofrecerá a los levitas, como se le presenta una ofrenda mecida, pues son ellos los que estarán a cargo del servicio del
SEÑOR” (Números 8,10–11).
“El SEÑOR respondió a Moisés: „Llama a Josué, hijo de Nun, hombre en que está el Espíritu, y pon tu mano sobre él.
…Le transmitirás una parte de tu autoridad con el fin de que toda la comunidad de los hijos de Israel le obedezca‟”
(27,18.20).
“Pero tenían a Josué, hijo de Nun, el cual quedó lleno del espíritu de sabiduría porque Moisés había puesto sus
manos sobre él” (Deuteronomio 34,9).
“Toda la asamblea estuvo de acuerdo y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y Espíritu Santo, a Felipe, Prócoro,
Nicanor, Timón, Pármenas y Nicolás, que era un prosélito de Antioquía. Los presentaron a los apóstoles, quienes se
pusieron en oración y les impusieron las manos” (Hechos de los Apóstoles 6,5–6).
“Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén tuvieron noticia de que los samaritanos habían aceptado la
Palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan. Bajaron y oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo, ya
que todavía no había descendido sobre ninguno de ellos y sólo habían sido bautizados en el nombre del Señor
Jesús. Pero entonces les impusieron las manos y recibieron el Espíritu Santo” (8,14–17).
“Mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo llegó a Éfeso atravesando las regiones altas; encontró allí a algunos
discípulos y les preguntó: „¿Recibieron el Espíritu Santo cuando abrazaron la fe?‟ Le contestaron: „Ni siquiera
hemos oído decir que se reciba el Espíritu Santo.‟ …Al oír esto se hicieron bautizar en el nombre del Señor Jesús, y
al imponerles Pablo las manos, el Espíritu Santo bajó sobre ellos y empezaron a hablar lenguas y a profetizar”
(19,1.5–6)
“No descuides el don espiritual que recibiste de manos de profetas cuando el grupo de los presbíteros te impuso
las manos” (1 Timoteo 4,14).
“No impongas a nadie las manos a la ligera, pues te harías cómplice de los pecados de otro…” (5,22).
“Por eso te invito a que reavives el don de Dios que recibiste por la imposición de mis manos. Porque Dios no nos
dio un espíritu de timidez, sino un espíritu de fortaleza, de amor y de buen juicio” (2 Timoteo 1,6–7).
“Por tanto, dejando las enseñanzas elementales acerca de Cristo, avancemos hacia la madurez, no echando otra
vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas y de la fe hacia Dios, de la enseñanza sobre lavamientos,
de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno” (Hebreos 6,1–2).
13
[EFUSIÓN DEL ESPÍRITU SANTO: CONFIRMACIÓN]
escucha nuestra oración
y envía sobre ellos al Espíritu Santo28Consolador:29
[Los dones del Espíritu Santo]
espíritu de sabiduría y de inteligencia,
espíritu de consejo y de fortaleza,
espíritu de ciencia, de piedad
y de tu santo temor.30
28
“Pondré dentro de ustedes mi Espíritu y haré que caminen según mis mandamientos, que observen mis leyes y
que las pongan en práctica” (Ezequiel 36,27).
“Esto es lo que ha de suceder después: Yo derramaré mi Espíritu sobre cualquier mortal. Tus hijos y tus hijas
profetizarán, los ancianos tendrán sueños y los jóvenes verán visiones. Hasta sobre los siervos y las sirvientas
derramaré mi Espíritu en aquellos días” (Joel 3,1–2).
“Ahora yo voy a enviar sobre ustedes lo que mi Padre prometió. Permanezcan, pues, en la ciudad hasta que sean
revestidos de la fuerza que viene de arriba” (Lucas 24,49).
“Jesús les volvió a decir: ‘¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, así los envío yo también’. Dicho
esto, sopló sobre ellos y les dijo: ‘Reciban el Espíritu Santo: a quienes descarguen de sus pecados, serán liberados,
y a quienes se los retengan, les serán retenidos’” (Juan 20,21–23).
“Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo dentro de pocos días” (Hechos de los
Apóstoles 1,5).
“Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido,
como el de una violenta ráfaga de viento, que llenó toda la casa donde estaban, y aparecieron unas lenguas como
de fuego que se repartieron y fueron posándose sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo
y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía que se expresaran” (2,1–4).
“Pedro les contestó: ‘Arrepiéntanse, y que cada uno de ustedes se haga bautizar en el Nombre de Jesús, el Mesías,
para que sus pecados sean perdonados. Entonces recibirán el don del Espíritu Santo’” (2,38; cf. 8,14–17; 10,44;
19,1.5–6).
29
“Y yo rogaré al Padre y les dará otro Protector que permanecerá siempre con ustedes, el Espíritu de Verdad, a
quien el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce. Pero ustedes lo conocen, porque está con ustedes
y permanecerá en ustedes” (Juan 4,16–17).
“Cuando venga el Protector que les enviaré desde el Padre, por ser él el Espíritu de verdad que procede del Padre,
dará testimonio de mí. Y ustedes también darán testimonio de mí, pues han estado conmigo desde el principio”
(15,26–27).
“Pero es verdad lo que les digo: les conviene que yo me vaya, porque mientras yo no me vaya, el Protector no
vendrá a ustedes. Yo me voy, y es para enviárselo” (16,7).
30
“Una rama saldrá del tronco de Jesé, un brote surgirá de sus raíces. Sobre él reposará el Espíritu del SEÑOR,
espíritu de sabiduría e inteligencia espíritu de prudencia y valentía, espíritu para conocer al SEÑOR y para
respetarlo” (Isaías 11,1–2).
“He aquí a mi siervo a quien yo sostengo, mi elegido, al que escogí con gusto. He puesto mi Espíritu sobre él, y hará
que la justicia llegue a las naciones” (42,1).
“¡El Espíritu del Señor DIOS está sobre mí! sepan que el SEÑOR me ha ungido. Me ha enviado con un buen mensaje
para los humildes, para sanar los corazones heridos, para anunciar a los desterrados su liberación, y a los presos su
vuelta a la luz” (61,1).
“Jesús desenrolló el libro y encontró el pasaje donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí. El me ha
ungido para llevar buenas nuevas a los pobres, para anunciar la libertad a los cautivos, y a los ciegos que pronto
van a ver, para despedir libres a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor” (Lucas 4,17–19).
14
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Todos: Amén.
Unción con el Santo crisma
El obispo (y los presbíteros) moja el pulgar derecho en el crisma
y traza el signo de la cruz en la frente del confirmando, mientras dice:
N., recibe por esta señal el don del Espíritu Santo.31
El confirmando responde:
Amén.
El obispo añade:
La paz esté contigo.32
El confirmando:
Y con tu espíritu.33
31
“Sopló sobre ellos y les dijo: „Reciban el Espíritu Santo: a quienes descarguen de sus pecados, serán liberados, y a
quienes se los retengan, les serán retenidos‟” (Juan 20,22–23 etc.).
32
“Llegó Jesús, se puso de pie en medio de ellos y les dijo: „¡La paz esté con ustedes!‟” (Juan 20,19).
“Jesús les volvió a decir: „¡La paz esté con ustedes!” (20,21).
33
“Hermanos, que la gracia de Cristo Jesús, nuestro Señor, esté con su espíritu. Amén” (Gálatas 6,18).
“La gracia sea con ustedes” (2 Timoteo 4,22).
15
©Catholic Diocese of Richmond, Va - Office of Hispanic Ministry - http://www2.richmonddiocese.org/oha/education/index.htm- 804.622.5241
16
Descargar