Diversidad vegetal en humedales costeros de la Región de la

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Diversidad vegetal en humedales costeros de la Región de
la Araucanía
Plant diversity in coastal wetlands of the Arauco Region
ENRIQUE HAUENSTEIN, MARCOS GONZÁLEZ, FERNANDO PEÑA-CORTÉS Y ANDRÉS
MUÑOZ-PEDREROS
Abstract
Marshes are valuable ecosystems because they harbor an important fraction of the
biological diversity and are pivotal for the development of surrounding human settlements. Since 1981, Chile is a signatory of the Ramsar Convention for the protection
of wetlands, currently holding seven protected areas, distributed between Arica and
Chiloé. The Arauco Region (IX Region) is rich in marshes, but they remain little studied. Furthermore, most wetlands are useless, and consequently they must be drained
to render them useful for agriculture or forestry.
The present study classifies and characterizes the coastal marshes of Toltén, Port
Domínguez and Port Saavedra Districts in the Arauco Region of Chile, noting their
important role in the maintenance of the diversity of aquatic biota. The current use
and potential development of these areas, as well as their most immediate threats,
are discussed.
Introducción
Entre los ecosistemas del planeta, los humedales destacan por su gran productividad y biodiversidad (Kusler et al., 1994). Los humedales muestran una enorme
diversidad de acuerdo a su origen, temporalidad, localización geográfica, su régimen
acuático y químico (aporte hídrico y de nutrientes de precipitaciones y afluentes),
características del suelo, sedimentos y vegetación dominante (véase Recuadro 1).
Así se deja ver también en la definición que la Convención de Ramsar (1996) hace
de ellos: “extensiones de marismas, pantanos, turberas o aguas de régimen natural
o artificial, permanentes o temporales, estancados o corrientes, dulces, salobres o
saladas, incluyendo las extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja
no exceda de seis metros” (Muñoz-Pedreros y Möller, 1997). Existen, por lo tanto,
humedales continentales y marinos costeros. Por ejemplo en Chile, se encuentran
los “Lagos Araucanos” de las regiones IX y X, y en Estados Unidos son ampliamente
conocidos los “Everglades” o pantanos costeros de Florida.
Los hábitats de humedales son necesarios para el cumplimiento de los ciclos
de vida de una variedad de plantas y animales; especialmente, sirven de refugio
temporal a aves migratorias. También pueden tener una función global, contribuyendo a moderar los cambios climáticos debido a su función como sumideros de
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CO2, el principal gas invernadero. Ejemplos relevantes son las extensas turberas
del norte de Canadá, Alaska y Eurasia. Asimismo, las zonas húmedas amortiguan
el efecto de las olas y almacenan las aguas de inundación, retienen el sedimento
y reducen la contaminación por elementos químicos disueltos; en virtud de esto
último se les denomina “riñones de la naturaleza” (Kusler et al., 1994).
RECUADRO 1
Caracterización de algunos tipos de humedales (Hauenstein et al., 1999b)
a)
Pantanos: se forman en suelos anegados con aguas dulces, en depresiones,
llanuras o junto a ríos, lagos o esteros. Están constituidos por plantas palustres
(de pantanos) también denominadas helófitos, como son los junquillos y
totoras. Constituyen un refugio seguro para la fauna silvestre, especialmente
la avifauna acuática. Por ejemplo, los pantanos del humedal “Los Batros”
de la comuna de san Pedro de la Paz en la zona de Concepción, y los de la
comuna de Toltén en la provincia de Cautín.
b) Marismas: son pantanos salobres que se forman cerca del litoral, en la desembocadura de los ríos, donde están sometidas a la influencia de las mareas.
La mayoría de las plantas que allí habitan son suculentas o halófitas, que
soportan alta salinidad. Las marismas de Puerto Saavedra y Boca Budi en la
provincia de Cautín, y las de Mehuín y Chaihuín en la provincia de Valdivia,
son un ejemplo de ellas.
c) Manglares: corresponde a bosques ubicados en zonas costeras estuarinas,
preferentemente en zonas tropicales o subtropicales, también están sometidos a la influencia de las mareas. Los manglares de Centro-América están
constituidos por especies arbóreas llamados mangles, en particular, los
géneros Rhizophora, Avicennia y Laguncularia. Este tipo de vegetación no
está presente en Chile.
d) Bañados: se denomina así a zonas inundadas como consecuencia de un cataclismo que provoca el hundimiento del terreno. En nuestro país tenemos el
ejemplo del Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter, que es un gran
“bañado” producto del hundimiento tectónico de los terrenos aledaños al río
Cruces, en Valdivia, a causa del terremoto de mayo de 1960.
e) Turberas: también denominados pantanos turbosos, corresponden habitualmente a lagunas que se han rellenado de material vegetal, que con el tiempo
constituye un verdadero colchón de hasta varios metros de espesor. Se caracterizan porque el material orgánico se descompone lentamente debido a
la alta acidez del sustrato, que impide la proliferación de microorganismos
descomponedores. Existen turberas altas, constituidas principalmente por
musgos del género Sphagnum y por plantas insectívoras (e.g., Drosera,
Pinguicola). Por otro lado, están las turberas bajas formadas principalmente
por formas en cojín de plantas con flores (Angiospermas) de los géneros Donatia, Carex y Schoenus. De ambos tipos tenemos representantes en Chile,
especialmente desde Valdivia al sur por ambas cordilleras.
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f)
Hualves: son bosques pantanosos llamados también “pitrantos”, ubicados
preferentemente en la depresión central de la zona centro-sur de Chile, por
lo general bordeando cursos de agua; también es posible encontrarlos en
valles transversales al poniente de la Cordillera de la Costa. Corresponden a
la asociación Blepharocalyo-Myrceugenietum exsuccae, donde las especies arbóreas dominantes son la pitra (Myrceugenia exsucca), el temo (Blepharocalyx
cruckshanksii) y el canelo (Drimys winteri).
g)
Ñadis: en mapudungun ñadi significa pantano de temporada. Corresponden a
terrenos planos de vegetación muy variada, totalmente anegados en invierno
y muy secos en verano, con grandes deficiencias de macro y micronutrientes,
con altos valores de aluminio y pH relativamente ácidos (5-7), por lo que se
les da el carácter de biotopos extremos. El aspecto más distintivo de los suelos
ñadis, cuyo origen es volcánico, es la presencia de un horizonte impermeable
y endurecido llamado “fierrillo”, de menos de un cm de espesor. En Chile
se ubican en las regiones IX y X, asociados al sector poniente de los grandes
lagos de la Depresión Intermedia o preandinos.
Pese a su inmenso valor, a escala global los humedales están desapareciendo
rápidamente (González, 1993). Tan sólo en Estados Unidos de Norteamérica se ha destruido más de la mitad de sus zonas húmedas; tal es así, que
entre los años 1950 y 1970 se desecaron más de 36.000 km2 de humedales.
Una situación similar se vive en Sudamérica, donde la urbanización, la construcción de represas y diques; el drenaje, dragado y el relleno de pantanos,
marismas y bañados; la contaminación y sedimentación de ríos, lagos y lagunas; la introducción de especies exóticas; la explotación no sostenible de
recursos naturales y el turismo, están ocasionando su disminución y pérdida
(Granizo, 1997). Esto a su vez ocasiona la pérdida del hábitat para la fauna
que allí habita, como ocurrió con la gallineta chica (Rallus antarcticus) en
la Patagonia argentina, especie que se encuentra actualmente en peligro de
extinción (Grigera, 19981). Ha sido la Convención relativa a los humedales
de importancia internacional, realizada en la ciudad de Ramsar, India, en
1971, la que estimuló la protección mundial de los humedales, junto con la
formulación de planes que permitan su correcta utilización.
Según CONAF-CONAMA (1999) en Chile existen aproximadamente 4,5
millones de ha de humedales, lo que equivale al 6% de la superficie nacional.
Desde 1981, Chile es uno de los 101 países adherentes a la Convención Ramsar, habiendo fijado algunas políticas nacionales para su conservación. De esta
forma, se han incluido siete humedales en la lista de aquellos de importancia
internacional, de los cuales tres corresponden a la I Región (Tarapacá) y uno a
cada una de las regiones II, III, V y x, respectivamente. En la X Región de Los
Grigera D (1998) Conocimiento y estado de conservación de la biodiversidad de vertebrados en
la Patagonia Argentina. Programa & Resúmenes IV Congreso Internacional en Gestión de Recursos
Naturales. Puyehue, Chile.
1
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Lagos, se ha establecido el Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter en el
río Cruces (Muñoz-Pedreros y Möller, 1997).
La IX Región de la Araucanía es rica en humedales (Instituto Geográfico
Militar 1986) con una superficie de 23.138 ha (CONAF-CONAMA, 1999), entre
éstos vale destacar los lagos Caburga, Colico, Villarrica y Budi, así como otras
lagunas y pantanos importantes para la conservación de la fauna silvestre. Muchos
de estos ecosistemas han sido poco estudiados y, por lo mismo, no se conoce su
potencial, por ejemplo, en términos de ecoturismo. Muchas veces, en especial los
agricultores, los consideran ambientes inútiles que hay que drenar y recuperar
para el cultivo. Gran parte de estos humedales se encuentran gravemente amenazados por programas estatales para “recuperar” terrenos para la agricultura. Según
CONAF-CONAMA (1999) sólo en la provincia de Cautín existen 17.625 ha con
humedales (palustres, ribereños y lacustres), de los cuales el 35,8% se encuentra
en el borde costero que comprende las comunas de Carahue, Puerto Saavedra,
Teodoro Schmidt y Toltén. Este territorio es además una zona socioeconómicamente muy deprimida y con una población mayoritariamente mapuche. Destaca
en el conjunto del área, los hualves, o bosques de temo y pitra (Myrceugenia
exsucca) del río Mahuidanchi, ubicados en el extremo noreste de Toltén, que
son citados en el Libro Rojo de los Sitios Prioritarios para la conservación de la
diversidad biológica de Chile (Muñoz et al., 1996). A pesar de ello, están siendo
intervenidos con el objeto de drenarlos y obtener suelos aptos para la agricultura
(Hauenstein et al., 1999b; 20012).
De toda el área costera entre Puerto Saavedra y Toltén, este trabajo aporta
antecedentes ecológicos sobre las cuencas hidrográficas de los ríos Budi, Boldo,
Boroa y áreas adyacentes (Fig. 1).
2
Hauenstein E, A Muñoz-Pedreros, F Peña & M González (2001) Bases para la conservación de
los Humedales de la costa de Toltén (IX Región). Informe Final Proyecto DIUCT 99-4-04. Dirección
de Investigación, Universidad Católica de Temuco, Temuco.
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FIGURA 1. Ubicación geográfica de las cuencas hidrográficas de los ríos Budi y Boroa, IX Región,
Chile. Encerradas en círculo las dos áreas de humedales más importantes.
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13.1. Clasificación de humedales del área estudiada
De acuerdo a la clasificación de tipos de humedales de la Convención de Ramsar,
presentada en Muñoz-Pedreros y Möller (1997), los humedales del área estudiada
corresponden a los siguientes tipos:
a) Marismas. Es el caso de Boca Budi.
b) Lagunas costeras salobres o saladas. Es el caso del lago Budi.
c) Lagunas costeras de agua dulce. Es el caso de las lagunas Patagua y Tromén.
d) Ríos y arroyos permanentes. Es el caso de los ríos Boldo, Boroa y Queule.
e) Pantanos, esteros o charcas permanentes de agua dulce, con vegetación emergente en agua por lo menos durante la mayor parte del periodo de crecimiento.
Abundantes en el área de Toltén sur.
f) Pantanos, esteros o charcas estacionales de agua dulce, praderas inundadas estacionalmente y pantanos de ciperáceas. Abundantes en el área de Toltén sur.
g) Humedales boscosos de agua dulce. Corresponde al bosque pantanoso de
temo y pitra, abundante en el sector de Mahuidanchi, al noreste de Toltén,
y a orillas de los ríos Boldo y Boroa.
13.1.1. Flora
Estudios florísticos (Ramírez et al., 1992c; Hauenstein et al., 1999a) muestran
la presencia de 176 especies de plantas vasculares y algas en estos humedales.
La distribución taxonómica indica que el grupo mejor representado es el de las
dicotiledóneas (Magnoliopsida) con un 64,2%, le siguen las monocotiledóneas
(Liliopsida) con un 30,1%, los Pteridófitos con un 3,4%, ya que habitan preferentemente en el bosque (Godoy et al., 1981). Existe un 2,3% de algas, ubicadas
principalmente en el lago Budi, que por su condición de albufera o laguna costera
de aguas saladas, permite la presencia de especies como Enteromorpha intestinalis
(Chlorophyta) y Gracilaria chilensis (Rhodophyta), el pelillo.
De acuerdo al espectro biológico del área (Fig. 2), la forma de vida predominante son los hemicriptófitos (77 especies). El porcentaje de especies nativas
(60,2%) supera a las alóctonas (37,5%) y cosmopolitas (2,3%). El alto porcentaje
de especies introducidas, junto con la alta presencia de hemicriptófitos (Fig. 2), es
una consecuencia de la fuerte intervención antrópica a que han estado sometidos
estos ecosistemas, especialmente a través de pastoreo (Hauenstein et al., 1988).
Respecto del estado de conservación de las especies del humedal, el Libro
Rojo de la flora terrestre de Chile (Benoit, 1989), no cita especies con problemas de conservación. Esto se debe al insuficiente conocimiento del estado de
conservación de plantas acuáticas.
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FIGURA 2. Distribución de formas de vida de la vegetación en humedales costeros de la IX Región,
Chile. Hc = hemicriptófito, Fa = fanerófitos, Te = terófitos, Cr = criptófitos, Ca = caméfitos.
13.1.2. Vegetación
Estudios fitosociológicos (San Martín et al., 1992a; Ramírez et al., 1983; 1993;
véase también Ramírez et al., en este volumen) indican la presencia en estos
humedales de las siguientes asociaciones vegetales:
1. Pradera de chépica y lotera (Agrostidio-Lotetum corniculatae)
2. Pradera húmeda de junquillo (Juncetum procerii)
3. Pradera de rüme o quilmén (Eleocharietum macrostachyae)
4. Comunidad de cortadera (Loto-Cyperetum eragrostidae)
5. Totoral (Scirpetum californiae)
6. Comunidad de vatro (Typhetum angustifoliae)
7. Comunidad de lengua de vaca (Alismo-Sagittarietum montevidensis)
8. Comunidad de pasto pinito (Myriophylletum aquaticum)
9. Comunidad de huiro (Myriophyllum-Potametum linguatii)
10. Comunidad de pasto de la rana (Polygono-Ludwigietum peploidis)
11. Bosque pantanoso de temo y pitra (Blepharocalyo-Myrceugenietum
exsuccae)
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Las 11 comunidades citadas se pueden agrupar en diez de tipo herbáceas y una
leñosa. Las siete primeras presentan hábito palustre donde predominan las especies de pantano. Las tres siguientes corresponden a plantas acuáticas y la última
corresponde al bosque pantanoso de Mirtáceas.
Habitualmente, estas comunidades presentan una clara zonación en franjas, a
partir de la orilla de los cursos de agua (Ramírez et al., 1982). La zona más alejada
del curso de agua la ocupa Agrostidio-Lotetum corniculatae, le siguen Juncetum
procerii, Loto-Cyperetum eragrostidae, Thyphetum angustifoliae y Scirpetum californiae
(Tabla 1). Ya en el agua, aparecen Myriophylletum aquaticum, que corresponde a
una comunidad sumergida, Myriophyllum-Potametum linguatii (Tabla 1) y PolygonoLudwigietum peploidis, ambas de hojas natantes. En el caso de Ludwigia peploides,
especie principal de esta última asociación, se puede comportar también como un
helófito, presentando incluso heterofilia (dos tipos de hojas). El Alismo-Sagittarietum,
se puede comportar a su vez como una comunidad netamente acuática.
Eleocharietum macrostachyae es una pradera muy húmeda que ocupa sólo
algunos sectores inundados (Tabla 1), pero con un sustrato profundo; las especies
dominantes, Eleocharis macrostachya y E. rivularis, son habitualmente consumidas por el ganado, por lo que tiene un fuerte potencial como pradera natural al
servicio de la actividad agro-ganadera.
En el caso de Blepharocalyo-Myrceugenietum exsuccae, en el cual destacan pitra,
temo, tepú (Tepualia stipularis) y canelo (Drimys winteri) (Tabla 1), corresponde
a una comunidad leñosa azonal que depende de las condiciones de humedad edáfica (Ramírez et al., 1983) y que se encuentra asociada a los cursos de agua como
esteros, riachuelos o ríos. Es una de las comunidades más afectadas por la acción
antrópica, ya que ha sido talada intensivamente y los suelos en que prospera están
siendo drenados para obtener espacios aptos para la agricultura, existiendo subsidios
estatales para cumplir dicho objetivo. Esta asociación boscosa, junto con el totoral,
constituyen un hábitat importante de refugio y nidificación de la avifauna.
TABLA 1. Estructura florística de las principales asociaciones vegetales de humedales en las
cuencas de los ríos Budi y Bora (IX Región). Se distinguen las siguientes comunidades vegetales:
pradera húmeda de rüme (Eleocharietum) (total de 21 especies, en nueve inventarios); totoral
(Scirpetum californiae) (total de 16 especies, en 12 inventarios); comunidad de huiro (Myriophyllum-Potametum linguatii) (total de ocho especies, en siete inventarios); y bosque pantanoso de
temo y pitra (Blepharocalyo-Myrceugenietum exsuccae) (total de 45 especies, en 12 inventarios).
+ indica cobertura <5%.
Comunidad/Especie
Cobertura (%)
Pradera húmeda de rüme
Eleocharis macrostachya
50
Eleocharis rivularis
20
Hydrocotyle modesta
7
Juncus dombeyanus
6
Polygonum hydropiperoides
6
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Comunidad/Especie
Cobertura (%)
Anagallis alternifolia
+
Lotus uliginosus
+
Gratiola peruviana
+
Sagitaria montevidensis
+
Totoral
Scirpus californicus
35
Juncus dombeyanus
10
Cyperus eragrostis
5
Carex acutata
5
Polygonum hydropiperoides
5
Sagittaria montevidensis
+
Ludwigia peploides
+
Galium aparine
+
Juncus cyperoides
+
Scirpus inundatus
+
Comunidad de huiro
Potamogetum linguatus
25
Scirpus californicus
10
Sagittaria montevidensis
5
Myriophyllum aquaticum
+
Juncus dombeyanus
+
Ludwigia peploides
+
Polygonum hydropiperoides
+
Bosque pantanoso de temo y pitra
Myrceugenia exsucca
50
Blepharocalyx cruckshanksii
30
Luma gayana
5
Drimys winteri
5
Tepualia stipularis
+
Blechnum chilense
+
Chusquea quila
+
Boquila trifoliolata
+
Cissus striata
+
Luzuriaga radicans
+
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13.2. Potencialidades y amenazas de estos ecosistemas
Con el objeto de mantener, proteger y mejorar el estado de los humedales, sin
que esto signifique un detrimento en el desarrollo de las comunidades humanas aledañas, proponemos desarrollar los siguientes programas, basados en el
conocimiento del área estudiada: 1) ecoturismo, 2) recuperación del bosque
de temo y pitra, 3) mejoramiento y manejo de las praderas húmedas nativas de
junquillo (Juncus procerus) y de rüme (Eleocharis macrostachya, E. rivularis), 4)
artesanía tradicional, y finalmente 5) analizar la factibilidad de estos humedales
como futura área Ramsar.
Las prácticas de labranza de las comunidades mapuche que habitan en las
riberas, tales como roce a fuego de la vegetación, uso intensivo del suelo y alta
rotación de cultivos son las principales amenazas a algunos de estos ecosistemas,
como el Lago Budi. Tal situación es mejorable, por ejemplo, a través de programas
de capacitación a las comunidades campesinas del sector. Además, es necesario
evitar el sobre-pastoreo de las comunidades vegetales acuáticas y ribereñas.
Los humedales del área de Toltén, en cambio, son amenazados por el drenado
de terrenos y el corte de los bosques de temo y pitra para crear tierras agrícolas,
afectando seriamente su rica biodiversidad, incluyendo numerosas especies con
problemas de conservación (Ojeda, 1998). Hauenstein et al., (20013) citan 99
especies de vertebrados presentes en los humedales de Toltén (74 aves, 15 mamíferos, 4 peces, 4 anfibios y 2 reptiles). Tres especies registradas en esta zona
están en la categoría “en peligro de extinción”: la güiña, huillín, cuervo de pantano
de la familia Threskiornithidae, y dos en la categoría de vulnerables: la torcaza
y quique (Galictis cuja).
Vale recordar que el área de los hualves del sector Mahuidanchi, junto con el
lago Budi y sus zonas adyacentes, son reconocidas como sitios prioritarios para la
conservación de la diversidad biológica en Chile (Muñoz et al., 1996); asimismo,
Saavedra (1994) destacó la concentración de avifauna en el sector del lago Budi,
por lo cual esta área fue declarada zona libre de caza.
Agradecimientos
Este trabajo fue posible gracias al apoyo financiero de la Dirección de Investigación de la Universidad Católica de Temuco, a través de los proyectos DIUCT N°
95-3-08, 97-4-02 y 99-4-04.
3
Op. cit.
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