INDUCCIÓN JORNADAS DE TEOLOGÍA 2013 GAUDIUM ET SPES ANTESEDENTES DEL CONCILIO VATICANO II E INFLUENCIAS EN LA GAUDIUM ET SPES. Ante todo es necesario reconocer la rica originalidad del documento, ningún concilio hasta el vaticano II había promulgado un documento como el de la constitución GS. Nuevo en su estilo, en sus temas, su nombre es también novedoso: es una constitución pastoral. Dividida en dos partes, doctrinal y pastoral. En la primera parte expone la doctrina del ser humano, del mundo y de su actitud de relación entre ambos. En la segunda parte considera con mayor determinación los diversos aspectos de la vida y de la sociedad actual, la salvación no ya de las almas sino del hombre total con el mundo por consecuencia. Los destinatarios son la humanidad entera, no solo los creyentes, sino todo el mundo, los creyentes y no creyentes (mundo ateo). La situación de las décadas de los 50s y 60s se veía marcada por un fuerte y rápido crecimiento de las sociedades humanas en todo el mundo. La evolución comienza a finales de la época colonial, con la independencia de los pueblos afro – asiáticos, con la fuerte industrialización y abandono del campo, con la influencia de la aparición de la televisión que cambio la forma de ver el mundo y las relaciones de familia, así como las mentalidades y las costumbres. En la Iglesia se vivían tendencias conservadoras y reformistas. En Europa se da la excomunión a los que simpatizaban con el comunismo. Surgen los sacerdotes obreros en Bélgica, Francia e Italia. Aparecen los movimientos de Acción Católica y organizaciones cristianas como el partido de de democracia cristiana. En la misma línea aparece la fundación de la JOC, por el que después sería cardenal Cardijn y padre del método pastoral de verjuzgar - actuar. Francia despierta como país de misión, poniendo al desnudo ante los ojos de los hombres de la postguerra que Francia y, sin duda alguna, también otros países el número de los creyentes y practicantes eran ínfimos, la gran masa era irreligiosa e indiferente. Al instante, los pensamientos se dirigieron reflexivos sobre el hecho misterioso de la Iglesia, minoría pobre y débil en un mundo que ha crecido desmesuradamente. Profundizando un poco más los teólogos franceses descubrieron pronto que se trataba de una manifestación del misterio de la diáspora, del resto fiel, que son fermento y sal de la tierra y así se iba perfilando un nuevo acercamiento de la Iglesia con el mundo. No podemos dejar de mencionar la gran influencia de la Novell Théologie. EL DOCMUNENTO Y SUS RIQUEZASAS La constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo contemporáneo sigue siendo uno de los documentos más importantes del concilio Vaticano II, en el se centra toda la reflexión de los otros documentos, sus reflexiones son de actualidad y siempre lo serán pues presentan un contexto histórico abierto hacia el fin del mundo y su humanidad. Ello le confiere un plus de significado a la hora de interpretar sus textos. - Su objetivo: “el dialogo de la unidad”, “coloquio salutis”. Lo encontramos en los nn. GS 1-3 Su contenido: cuestiones acuciantes del mundo moderno, la situación histórica al hilo de los “signos de los tiempos” GS 4-10 sobre este presupuesto ofrece una suma de “antropología cristiana, GS 11- 39 primera parte conocida como doctrinal. Y que, a partir de - esa exposición donde se reflexiona sobre la tarea de la Iglesia en el mundo de hoy, GS 4045 que es la parte medular del concilio. Su método: inductivo (experiencial, fenomenológico, escrutando los signos de los tiempos a la luz del Evangelio) Su destinatario: la universal familia humana, con todo cuanto le rodea, GS 2 Todo mundo al encontrarse con el texto no duda en decir que los números 40 -45 resultan ser el centro no solo del documento, sino del concilio todo. Existen muchos caminos para entrar en su reflexión, es una de sus riquezas desde el diálogo salutis (Eccesiam suam). Y desde una revisión de sus apartes teológicos. Yo partiré desde los principios teológicos que nos ofrece para vivir esa apertura al mundo o al diálogo al cual nos invita. 1º el reconocimiento de la relación interna fe e historia, 2º carácter contextual de la misión evangelizadora de la Iglesia conforme la orientación de los signos de los tiempos, 3º el diálogo del hombre con el mundo fundado en una visión del hombre de naturaleza cristológica, 4º Por último una visión sacramental de la Iglesia. FE E HISTORIA: LA IGLESIA EN EL MUNDO DE HOY El vaticano II, viene a mostrar la dimensión histórica de la revelación de Dios. Porque la relación de Dios y la humanidad se inscribe en el horizonte de la historia. Es el Verbo que se hace carne. Es el emblema y el eje de una teología concreta e histórica (una teología contextual). Esta orientación ha ayudado a superar la teología neo escolástica, esa teología clásica de ambiciosa pretensión de establecer las bases para una teología unitaria que fuera temporal y normativa para la Iglesia Universal (una teología plural). Nótese que el titulo de la constitución es pastoral y con titulo especifico de Iglesia en el mundo o relación de la Iglesia en el mundo. “tiene, pues, ante sí la Iglesia al mundo, esto es, la entera familia humana con el conjunto universal de las realidades entre las que ésta vive; el mundo, teatro de la historia del género humano, con sus afanes, fracasos y victorias; el mundo que los cristianos creen fundado y conservado por el amor del creador, esclavizado bajo la servidumbre del pecado, pero liberado por Cristo, crucificado y resucitado, roto el poder del demonio, para que el mundo se transforme según el propósito divino y llegue a su consumación” GS 2 Esta historia de la fe cristiana es clave en la lectura de la GS, Juan XXIII subrayó el significado histórico del cristianismo en los mismos inicios de la constitución “los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. La Iglesia se siente íntimamente solidaria del género humano y de su historia”. GS 1 Esta solidaridad predomina en dos conceptos que bañan todo el concilio Vaticano: Diálogo y cooperación. Los grandes avances del género humano no han resuelto los problemas verdaderamente humanos, sino que las grandes preguntas sobre el sentido de la existencia y sobre el sentido absoluto de la humanidad siguen abiertas. “Adonde iremos a parar si seguimos así “. Ante esto el concilio proclama su deseo de diálogo sincero con la humanidad acerca de tres cuestiones que le angustian: sobre la dignidad humana, sobre la comunidad humana, sobre la actitud humana. Tal es la mayor prueba de solidaridad, respeto y amor a la familia humana. La oferta de diálogo y cooperación pone a la Iglesia en la misma actitud de su fundador es decir en su esencia. En GS 3 dice el concilio: “la Iglesia ofrece al género humano la sincera cooperación para lograr la fraternidad universal que responda a esta vocación, no se mueve la Iglesia por ambición terrena alguna. Sólo pretende una cosa: continuar, bojo la guía del Espíritu, la obra de Cristo, que vino al mundo para dar testimonio de la verdad, para salvar y no juzgar, para servir, no para ser servido” CARÁCTER CONTEXTUAL DE LA MISIÓN EVANGELIZADORA DE LA IGLESIA CONFORME LA ORIENTACIÓN DE LOS SIGNOS DE LOS TIEMPOS. La Eclesiología de la misión depende de una cristología de la misión. Un criterio muy claro de la apertura de la Iglesia al mundo deriva de la forma como Dios trino se ha abierto al mundo: la apertura de Dios al mundo, en Cristo, se realiza de forma de envió (missio), con el fin de penetrarlo todo con su amor. Por consiguiente, la apertura eclesial es continuación de envió o misión y gesto de amor desinteresado, como el amor de Dios que se derrama aunque quede sin respuesta. Pablo VI hablando del concilio dice que la GS es un acto de amor, un exponente de apertura a la familia humana. Y la GS: “para cumplir su misión, es deber permanente de la Iglesia escrutar a fondo los signos de los tiempos de la época e interpretarlos a la luz del Evangelio de forma que, acomodándose a cada generación, pueda la Iglesia responder a los perenes interrogantes de la humanidad sobre el sentido de la vida presente y de la vida futura y sobre la mutua relación de ambas. Es necesario, por ello, conocer y comprender el mundo en que vivimos” GS 4 Si la misión es la actuación y la traducción del designio salvífico a una determinada situación histórica, ¿cómo aprehender esta situación en una historia siempre nueva y tan cambiante? La GS reclama, como correlato metodológico una interpretación teológica de la historia contemporánea a partir de una lectura de los signos de los tiempos (expresión de raíz evangélica Mt 16,4) y muy utilizada por Juan XXIII en varias de sus encíclicas. Como método teológico y pastoral ha sido profundizado por Pablo VI en “Ecclesiam Suam. Signos de los tiempos lo encontramos en GS 11, donde se habla de discernir los signos verdaderos de la presencia o de los planes de Dios. En medio de los acontecimientos, exigencias y deseos. Esta metodología consiste en una lectura atenta de la realidad y el dinamismo histórico. Arranca, pues de un primer momento inductivo que exige un conocimiento riguroso de la realidad. Seguidamente, los resultados del primer momento han de ser confrontados con el evangelio y con la praxis de Jesucristo, que funcionan como instancias críticas (mediaciones analíticas). Este momento interpretativo del método se encamina a discernir lo verdadero y lo falso de la realidad histórica examinada. Finalmente el método entra a una fase de actuación. Es el momento práctico, que establece una estrategia de actuación evangelizadora. La situación de esta humanidad está entretejida de dramáticos contrastes: el esplendor y la abundancia económica se topan con el hambre y la miseria que afligen una grandísima parte de la humanidad; el avance cultural colisiona con el incontable número de analfabetos; el sentido de libertad topa con nuevas situaciones de esclavitud social y psicológica; las corrientes de solidaridad universal, se topan con fuerzas antagónicas de racismos, e ideologías de choque, etc. Aún siendo un análisis de los años 70s podemos descubrir la actualidad y su urgencia de puesta en práctica de estas verdades conciliares de la GS. Los progresos de las ciencias biológicas, psicológicas y sociales, son signo de un cambio permanente, que sirve para mejorar las condiciones de la vida humana al tiempo que también crecen los problemas y nuevos problemas. El mundo moderno aparece, a la vez, poderoso y débil, capaz de mejorar o de lo peor, mientras se abre ante él la encrucijada entre la libertad y la servidumbre, el progreso y el retroceso, la fraternidad y el odio. “El hombre se está, además, haciendo consciente de que le toca a él dirigir rectamente las fuerzas que él mismo ha desencadenado y que pueden oprimirle o servirle. Por ello se interroga a sí mismo” GS9. En una palabra: la actual evolución del mundo revierte en esa problemática trascendental sobre el hombre, sobre el significado del dolor, del mal, de la muerte, sobre el sentido de la vida, sobre la esperanza en el más allá. GS afirma al final de este capítulo y así lo hará respectivamente, al final de los otros capítulos y de las otras secciones – que Cristo muerto y resucitado por todos, es la clave- él es el centro y el fin de la historia humana. Frente a los que han tachado a la GS de horizontalita, emanantista o sociologista, hay que subrayar que el concilio se propone iluminar el misterio del hombre a la luz de la revelación, el hombre imagen de Dios invisible y primogénito de toda la creación GS 10. La constitución pastoral esboza en su primera parte una antropología cristiana coherente con el ser humano, de la unidad cuerpo y alma, de inteligencia y conciencia, de libertad y solidaridad, de colisión con la muerte, y el enfrentamiento con el misterio de Dios, para desembocar en Cristo, alfa y omega GS45. Estas últimas afirmaciones están anticipadas en GS10 el credo cristológico de la constitución: “Cristo es la clave, el centro, el fin de toda la historia humana. La razón de esta referencia cristológica tiene que ver con la misma compresión de los signos de los tiempos: Jesucristo es la hulla de la actuación divina en los acontecimientos humanos. Él es el gran signo de la historia y de la presencia de Dios en ella. EL DIÁLOGO DEL HOMBRE CON EL MUNDO FUNDADO EN UNA VISIÓN DEL HOMBRE DE NATURALEZA CRISTOLÓGICA La primera sección doctrinal de la GS responde al título “La Iglesia y la vocación del hombre” (GS 11-45). Y recorre los capítulos siguientes: 1. 2. 3. 4. La dignidad de la persona humana (GS 12-22), La comunidad humana (GS 23-32), La actividad humana en el mundo (GS 33-39), Misión de la Iglesia en el mundo contemporáneo (GS 40-45) Hay que hacer notar que de la Iglesia se habla de manera tardía, hasta el cuarto capítulo, tras haber desarrollado esos tres capítulos de una breve antropología. Podemos descubrir así la base de la constitución una “antropología”. Las siguientes palabras de la constitución lo confirman: “¿Qué siente la Iglesia del hombre? ¿Qué recomendaciones se han de hacer para la edificación de la sociedad contemporánea? ¿Cuál es el significado último de la actividad humana en el mundo? Estas son las preguntas que esperan respuesta; ello hará aparecer con mayor evidencia la reciprocidad del servicio entre el pueblo de Dios y el género humano en que está inmerso; con ello se mostrará la misión de la Iglesia como misión religiosa y, por lo mismo, sumamente humana” GS11. Esta antropología de cuño cristiano, es el presupuesto para el diálogo con el mundo. Pablo VI en su discurso ante las Naciones Unidas señalo que “que el verdadero peligro está en el hombre”, como dice Sófocles “Muchas cosas son terribles pero ninguna es tan terrible como el hombre”. GS hace una consideración del ser humano ya desde su comienzo, considerándolo en su totalidad GS 3. La consideración del hombre subrayará su carácter paradójico de existencia humana, en la famosa formulación de GS 22: “En realidad el misterio del hombre sólo se esclarece con el misterio del Verbo encarnado, porque Adán, el primer hombre, es figura”. Para una lectura correcta de GS 22, habría que ser consientes de esa tensión vivida en el hombre entre Adán y Cristo, entre el conocimiento del hombre que da la ciencia, y el conocimiento del hombre que da la revelación. La constitución no se queda solo en una visión optimista, sino que al ver al hombre total, bajo la lupa de la revelación divina, lo asume en su realidad sobre el pecado. El centro del diálogo de la Iglesia con el mundo es el ser humano, su dignidad, su socialidad y aventura en la historia para alcanzar su perfección. VISIÓN SACRAMENTAL DE LA IGLESIA. La reciprocidad en la que se establece la relación “Iglesia Mundo”, la posibilidad de recibir del mundo significa que el modelo de relación radica en un esquema dialogal, pues el mundo también aporta siempre algo, su parte. No es la relación unilateral del médico con el enfermo o del maestro con el alumno. El diálogo siempre comparte, es reciprocidad, o en otro caso ha dejado de ser diálogo. - La Iglesia aporta (GS 41-43); El mundo aporta (GS 44) Los dos buscan el mismo fin: la perfección o realización del ser humano. Esta perspectiva había sido anunciada al comienzo de la constitución pastoral: “el concilio Vaticano II, tras haber profundizado en el misterio de la Iglesia, se dirige ahora no sólo a los hijos de la Iglesia católica y a cuantos invocan a Cristo, sino a todos los hombres, con el deseo de anunciar a todos cómo entiende la presencia y la acción de la Iglesia en el mundo” GS 2. Ahora bien, ¿hasta dónde llega esta comunión con el género humano? La naturaleza de esta relación está fundada en el corazón de la visión cristológica. Cristo ha sido puesto en medio de esta historia como un nuevo principio existencial, de modo que en Él se aúnan y anudan la naturaleza y la gracia, la creación y la redención. En Él se reconcentran los recursos cuasi infinitos de la naturaleza humana. Su plenitud es para la naturaleza y para el mundo. El misterio de la encarnación exige que se haga renacer continuamente el verbo desde abajo. Cristo es el fin de la historia humana, el punto de convergencia de los deseos de la historia y de la civilización el centro del género humano, el alfa y el omega, el principio y el fin (GS45). ¿Qué implica y significa una visión sacramental de la Iglesia? La Iglesia no existe para sí misma. J. Ratzinger, en una presentación sintética de la eclesiología del Vaticano II ha expresado bellamente: “La palabra de la Iglesia es Cristo y no ella misma; la Iglesia se conserva sana en la misma medida en que concentra en Él su atención. El Vaticano II ha puesto esta concepción en el centro de sus consideraciones, y lo ha hecho de un modo tan grandioso, que el texto fundamental sobre la Iglesia comienza justamente con las palabras Lumen Gentium cum sit Christus: Cristo es la luz del mundo, por eso existe un espejo de su gloria, la Iglesia, que refleja su esplendor sobre el mundo. Si uno quiere comprender rectamente el Vaticano II, debe comenzar por esta frase inicial” (Iglesia, ecumenismo y política, 1986). El misterio de Cristo encuentra su prolongación en la misión que ha adquirido la Iglesia, como forma visible, histórica y social y política de la voluntad divina de salvación. La solidaridad de la comunidad eclesial promulgada el principio de la constitución con las gentes y los pueblos de la humanidad entera, adquiere su profundidad teológica a la luz de su fundador Cristo “La Iglesia, al prestar ayuda al mundo y al recibir del mundo múltiple ayuda, sólo pretende un cosa: el advenimiento del Reino de Dios y la salvación de toda la humanidad. Todo el bien que el pueblo de Dios puede dar a la familia humana al tiempo de su peregrinación en la tierra, deriva del hecho de que la Iglesia es *Sacramento Universal de Salvación*, que manifiesta y al mismo tiempo realiza el misterio del amor de Dios al hombre” GS 45. Esta noción de Sacramento universal de salvación une de una manera clara de encrucijada a la constitución dogmatica LG en ese deseo de saber ¿qué es la Iglesia? Y la pregunta ¿qué hace la Iglesia, para con el mundo? De la constitución pastoral GS. Esta es la visión que marcará el cardenal Suenes: la Iglesia “ad intra” e la Iglesia “ad extra”. El lenguaje sacramental sirve para expresar la relación entre el aspecto invisible y el visible de la Iglesia, por un lado su manera de ser en el mundo y por otro su hacer presente a Cristo en la historia. Es la relación de naturaleza institucional y su orden sobrenatural de gracia. Desde su condición sacramental, la Iglesia es signo de salvación del mundo incluso donde todavía no es Iglesia y quizá nunca lo sea, ya que es el lugar donde se manifiesta más la misericordia de Dios, del Dios que quiere que todos los hombre se salven y lleguen al conocimiento de la Verdad, es la gracia del perdón y reconciliación del género humano en su cercanía absoluta (Cfr. K. Rahner “doctrina conciliar de la Iglesia y realidad futura de la vida cristiana). La gracia de Dios opera por doquier, a nadie excluye. La constitución habla de los cristianos como ciudadanos de la ciudad eterna llamados a formar en la historia del género humano, la familia de hijos de Dios GS 40-41. Dejando constancia de gran idea de sanagustín de la ciudad celeste y la ciudad terrestre que se compaginan o compenetran. Y pone en alerta de aquellos que hacen la separación de estas dos: “la ruptura entre fe que profesan y la vida ordinaria de muchos debe ser contada como uno de los errores más graves de nuestro tiempo” GS43 Pbro. Lic. José Luis Torres Níñez