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COMISIÓN DE LAS COMUNIDADES EUROPEAS
Bruselas, 26.9.2005
COM(2005) 455 final
2003/0300 (COD)
COMUNICACIÓN DE LA COMISIÓN AL PARLAMENTO EUROPEO
con arreglo al párrafo segundo del apartado 2 del artículo 251
del Tratado CE
acerca de la
Posición común adoptada por el Consejo con vistas a la adopción de la Directiva del
Parlamento Europeo y del Consejo sobre la eficiencia del uso final de la energía y los
servicios energéticos
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2003/0300 (COD)
COMUNICACIÓN DE LA COMISIÓN AL PARLAMENTO EUROPEO
con arreglo al párrafo segundo del apartado 2 del artículo 251
del Tratado CE
acerca de la
Posición común adoptada por el Consejo con vistas a la adopción de la Directiva del
Parlamento Europeo y del Consejo sobre la eficiencia del uso final de la energía y los
servicios energéticos
1.
ANTECECENTES
Fecha de envío de la propuesta al PE y al Consejo
(documento COM(2003) 739 final – C5-0642-03–
2003/0300(COD)):
11 de diciembre de
2003
Fecha del dictamen del Comité Económico y Social Europeo:
28 de octubre de 2004
Fecha del dictamen del Parlamento Europeo, primera lectura:
7 de junio de 2005
Fecha de adopción de la Posición común:
2.
23 de septiembre de
2005
OBJETIVODELAPROPUESTADELACOMISIÓN
Esta propuesta tiene por objeto promover y fomentar un mercado de la eficiencia del uso final
de la energía y los servicios energéticos, que contribuya a la reducción de las emisiones de
dióxido de carbono y al proceso de Lisboa, a la vez que mejora la seguridad del suministro
energético. Los elementos principales de la propuesta son los siguientes:
• La propuesta presenta dos objetivos uniformes, anuales y obligatorios, relacionados con el
ahorro energético, para un periodo de seis años. Se trata (1) de un objetivo acumulativo
global del 1 % del volumen medio de energía distribuida y/o vendida a los consumidores
finales durante un periodo previo (de cinco años) y (2) de un objetivo secundario semejante
pero más ambicioso del 1,5 % anual para el sector público.
• Asimismo, los Estados miembros obligarán a los minoristas y/o a los distribuidores de
energía a ofrecer a sus clientes servicios energéticos o auditorías energéticas.
• Con el fin de ayudar a los Estados miembros a evaluar los avances realizados en la
consecución de los objetivos, la propuesta presenta un marco para la utilización de una
metodología armonizada tendente a ese fin.
• Además de los objetivos y las obligaciones enumeradas anteriormente, la propuesta recoge
medidas tales como instrumentos financieros especiales destinados a lograr la eficiencia
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energética, condiciones para mejorar la medida y facturación de la energía a fin de facilitar
una mejor información a los consumidores y requisitos para la certificación de los
proveedores de servicios energéticos. También se incluyen medidas encaminadas a mejorar
las auditorías energéticas y animar a los reguladores a aplicar tarifas para la distribución de
gas y electricidad que fomenten la eficiencia energética en lugar de estimular
innecesariamente un mayor consumo de energía.
La propuesta, cuyo ámbito de aplicación es amplio, abarca la distribución y venta de la mayor
parte de los tipos de energía suministrada a los consumidores finales, como electricidad, gas,
gasóleo para calefacción y combustibles para el transporte. Asimismo comprende a la mayoría
de los consumidores finales de energía, excepto los del sector del comercio de derechos de
emisiones.
3.
OBSERVACIONESSOBRELA POSICIÓNCOMÚN
3.1.
Comentarios generales sobre la Posición común
La Comisión considera que la Posición común que se ha alcanzado es fiel en general al
espíritu de la propuesta presentada por ella el 10 de diciembre de 2003, salvo (1) la naturaleza
del objetivo global relativo al ahorro (indicativo en lugar de obligatorio) y (2) la supresión del
objetivo sobre ahorro para el sector público. La Posición común, que supone un importante
paso adelante en la consecución de un acuerdo global con el Parlamento Europeo sobre esta
propuesta, es aceptable ya que presenta compromisos aceptables en prácticamente todos los
demás sectores de la propuesta y, de esta manera, constituye una buena base para la segunda
lectura. Evidentemente, quedan por resolver las cuestiones relacionadas con el objetivo y el
sector público.
La Comisión opina asimismo que la Posición común mejora la propuesta original en muchos
aspectos, a la vez que aborda numerosas ideas y cuestiones planteadas por el Parlamento
Europeo en sus enmiendas.
La cohesión y la coherencia de la propuesta de la Comisión se han visto mejoradas gracias a
la adición de nuevos considerandos, a la mejora de las definiciones existentes y a la inclusión
de nuevas definiciones.
La ampliación del ámbito de aplicación del artículo 6 (obligar a los proveedores de energía a
ofrecer servicios energéticos a sus clientes), por ejemplo, supone una mejora de este artículo
ya que se prevén varios medios alternativos complementarios para cumplir esa obligación:
oferta de servicios energéticos, auditorías energéticas, medidas de mejora de la eficiencia
energética o pagos a un fondo de eficiencia energética. La supresión de la opción de las
auditorías libres asimismo permite a las empresas trabajar en las condiciones de mercado
predominantes.
Las condiciones que se establecen ahora en los artículos relativos a instrumentos financieros,
facturación, medición y auditorías energéticas se han afinado y ajustado con mayor precisión
a las condiciones de los Estados miembros. También se considera una mejora el comité que se
ha creado para ayudar a la Comisión a elaborar un plan más armonizado para evaluar las
mejoras de la eficiencia energética.
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Muchas de las enmiendas presentadas por el Parlamento en primera lectura y aceptadas por la
Comisión se reflejan ya en la Posición común, en su totalidad, en principio o en parte. Entre
ellas cabe enumerar la mayoría de las definiciones, el establecimiento de un procedimiento
sobre comitología y la mejora del artículo 6 en lo tocante a las obligaciones. Además,
numerosos aspectos del sistema de evaluación de las mejoras de la eficiencia energética que
figuran en las enmiendas del Parlamento se han integrado ya en la Posición común. Estos
aspectos, que son aceptables también para la Comisión, recogen conceptos tales como
medidas ascendentes, indicadores descendentes y evaluación comparativa, ésta última
utilizada como indicador comparativo descendente.
Por otro lado, la Posición común no aborda algunas cuestiones planteadas en las enmiendas
del Parlamento, que se examinarán en otro momento, como el carácter obligatorio de los
objetivos, un posible periodo objetivo más largo, la posibilidad de fijar metas más elevadas o
la necesidad de un objetivo específico para el sector público. Aunque muchas de estas
cuestiones se examinarán más adelante, la Comisión se ve en la obligación de subrayar que no
puede aceptar la modificación efectuada en la Posición común, según la cual el objetivo de
alcanzar un ahorro energético global del 1 % deja de tener carácter obligatorio y pasa a ser un
objetivo indicativo1. Por ese mismo motivo, la Comisión no acepta el debilitamiento que
supone convertir el objetivo obligatorio del 1,5 % fijado para el sector público en un simple
requisito para que los Estados miembros garanticen que este sector adopta medidas sobre
eficiencia energética2. Por último, hay un considerando (8 bis) en la Posición común que
reitera que los objetivos indicativos no son jurídicamente vinculantes. Ello es asimismo
inaceptable para la Comisión, ya que no hace sino anular y reducir aún más la importancia
que tienen el cumplimiento y el respeto de los objetivos.
Así pues, la Posición común aplaza para otra ocasión el examen de varias enmiendas del
Parlamento Europeo. Algunas de ellas probablemente podrían haber sido aceptadas en parte o
en principio por los Estados miembros y haberse incluido en la Posición común, si el tiempo
hubiese permitido analizarlas detenidamente. En cambio, se ha dado prioridad a la necesidad
de consolidar e incluir en la Posición común los compromisos alcanzados en todos los demás
sectores de la propuesta. En opinión de la Comisión, algunas de las enmiendas que no se han
incorporado en la Posición común podrían serlo. (Véase el punto 3.4.)
3.2.
Enmiendas aceptadas por la Comisión e incorporadas en su totalidad o en parte
en la Posición común
En la enmienda 1(considerando 1) se señala que una mejora de la eficiencia energética facilita
la implantación de energías renovables y que el empleo de este tipo de energías es también un
objetivo energético comunitario importante. Se trata de una ventaja suplementaria
significativa de la eficiencia energética mejorada, que con frecuencia se ignora.
En la enmienda 3 —redactada de nuevo— se señalan convenientemente las numerosas
ventajas derivadas de la mejora de la eficiencia energética. Se considera que la referencia a la
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La postura del Parlamento Europeo sobre el mantenimiento de un objetivo obligatorio se ajusta a la
postura de la Comisión, como lo demuestra la votación que se llevó a cabo en la sesión plenaria de 7 de
junio. El resultado (458 votos a favor, 148 en contra y 27 abstenciones) pone de manifiesto la existencia
de un decidido apoyo en favor de los objetivos obligatorios y proporciona un claro mandato para la
segunda lectura.
El Parlamento Europeo no sólo prefiere mantener un objetivo específico para el sector público, sino que
ha aprobado una enmienda para incrementar la magnitud del objetivo.
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estrategia de Lisboa tiene más aceptación que las referencias al grupo de alto nivel Kok, por el
carácter más general de aquella.
Las enmiendas 5 y 12 se incorporan en el considerando 9 (oferta y demanda de servicios
energéticos), en el considerando 12 (la función del sector público en el aumento de la
demanda de tecnologías eficientes energéticamente y servicios energéticos) y en el
considerando 15 bis (comitología), todos ellos importantes.
La enmienda 7 se incorpora satisfactoriamente salvo la parte relativa a la naturaleza del
objetivo, que en la Posición común tiene carácter indicativo. La omisión de esta parte es
inaceptable, por supuesto. La omisión de la referencia a las normas, sin embargo, es aceptable
porque este aspecto, al menos en lo tocante a las mercancías comercializables, es actualmente
competencia de la Comisión.
La enmienda 8 es aceptable tal como se ha incorporado. En el artículo 6.3 (sobre la obligación
de los proveedores de energía de ofrecer a sus clientes servicios energéticos y otras medidas
para la mejora de la eficiencia energética), se indica claramente que los Estados miembros
deben garantizar que se permita a todos los agentes del mercado pertinentes participar en este
mercado y se les garanticen unas condiciones equitativas. El principio que se expresa en la
enmienda 8 acerca de regular y prohibir la utilización de subvenciones cruzadas entre energía
y tecnología es importante y se aborda parcialmente en el citado artículo.
La enmienda 10, que suprime el considerando 12, es aceptable porque la sustituye
satisfactoriamente la enmienda 5, tal como se ha incorporado.
La enmienda 11, sobre el valor de los últimos avances de la tecnología de medición, se refleja
en el considerando 13 bis de la Posición común. Lo mismo puede decirse de la enmienda 13
acerca de las Directivas sobre el mercado interior, que ya cuenta con una cobertura
satisfactoria y se ha incorporado al considerando 4.
La enmienda 12 sobre el procedimiento de comitología se refleja aceptablemente en el
considerando 15 bis de la Posición común.
La enmienda 14 se ha incorporado satisfactoriamente en parte, como queda reflejado en el
artículo 2.2. La Comisión acepta la exclusión del sector del comercio de derechos de
emisiones. Las instalaciones reguladas mediante la Directiva IPPC son prácticamente las
mismas que las de la Directiva sobre el comercio de derechos de emisiones, y en la Directiva
IPPC se excluyen los residuos biodegradables ya que ello daría lugar a una incoherencia en la
Posición común. Por lo tanto, la Comisión acepta también la supresión de la exclusión IPPC.
La cuestión de los edificios y su exclusión se aborda en el artículo 12.3, en el que las
auditorías energéticas utilizadas en la certificación de edificios se aceptan como conformes, lo
que implícitamente permite la exclusión a que se refiere esta enmienda.
La enmienda 15, sobre los residuos provenientes de la conservación del paisaje, no se
incorpora explícitamente en la Posición común, si bien sigue estando regulada implícitamente
y, en opinión de la Comisión, satisfactoriamente en el artículo 3, letra a), en el que se aplica la
definición de biomasa de la Directiva 2001/77/CE.
Las enmiendas 16, 17, 21 y 22 sobre las definiciones (artículo 3) se han incorporado
satisfactoriamente en las definiciones de la Posición común. (Las enmiendas 21 y 22
proponen una nueva redacción de las definiciones de «Contrato de financiación por terceros»
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y «Contrato de rendimiento energético». A la Comisión le parecen aceptables.) La enmienda
23 se incorpora en la versión alemana.
La enmienda 26 sobre los «contratos de rendimiento del ahorro energético» no se ha
incorporado explícitamente en la Posición común porque esta definición se considera un
subconjunto de los «contratos de rendimiento energético», de los que hay una definición en la
Posición común. La Comisión considera que esta incorporación es ya aceptable.
La enmienda 33 hace hincapié en que las medidas nacionales de eficiencia energética pueden
existir ya. La Comisión está de acuerdo con la necesidad de comprobar los efectos de las
medidas nacionales existentes, ya que pueden contribuir a la consecución del objetivo del
ahorro energético.
La enmienda 47 suprime las auditorías libres como forma de cumplir la obligación impuesta
por el artículo 6. Ello es aceptable porque es necesario seguir desarrollando el naciente
mercado comercial que dé cabida a estas auditorías.
La enmienda 48 es aceptable tal como se ha incorporado porque la demanda es tan importante
como la oferta en el mercado de los servicios energéticos y otras medidas de mejora de la
eficiencia energética. Asimismo, corresponde a los Estados miembros adoptar las medidas
necesarias para evitar los obstáculos al mercado.
La enmienda 49 plantea la necesidad de proteger la intimidad y la integridad personal. Este
aspecto importante se ha incorporado satisfactoriamente.
La enmienda 50 dispone que los Estados miembros deben garantizar que todos los agentes del
mercado puedan participar en el mercado de los servicios energéticos y las medidas de mejora
de la eficiencia energética. Se trata de una consideración importante y se incorpora con
precisión en la Posición común.
La enmienda 57 es aceptable tal como se ha incorporado ya que es necesario exigir a los
Estados miembros que se ocupen de los pequeños consumidores del sector doméstico, en el
que los costes de las transacciones son más elevados.
La enmienda 58 se incorpora satisfactoriamente ya que los fondos de eficiencia energética
deben abrirse a todos los proveedores de servicios energéticos y medidas de mejora de la
eficiencia energética.
La enmienda 64 se incorpora aceptablemente y en ella se indica que los consumidores deben
recibir información periódica y con la suficiente frecuencia como para permitirles regular su
consumo.
La enmienda 69 se incorpora satisfactoriamente. Debe facilitarse información a los
consumidores finales y a otros organismos, como las agencias de energía.
En la enmienda 74 se señala que debe elaborarse un informe de la Comisión como muy tarde
cuatro años después de haberse realizado la transposición. Este aspecto se incorpora
parcialmente. No obstante, también es apropiado incluir en el artículo 14.1 el requisito
propuesto de compartir las mejores prácticas, como se sugiere en la enmienda.
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La enmienda 76 se incorpora en el artículo 16. En ella se propone un procedimiento de
comitología para ayudar a crear un sistema armonizado para evaluar las mejoras de la
eficiencia energética.
La enmienda 78 se incorpora de tal modo que permite aclarar el método de cálculo, como era
la intención de la enmienda.
La enmienda 79 se incorpora en el anexo I, si bien se utiliza una base de seis años. La
aclaración sobre el cálculo del objetivo y el que se fije éste y no quede supeditado a las
variaciones del PIB en años futuros, se incorporan asimismo de manera aceptable.
Las enmiendas 82, 86, 88 y 90 proponen nuevos ejemplos de medidas admisibles de mejora
de la eficiencia energética y se incorporan en el anexo III de manera aceptable porque con ello
la lista es más general.
Las enmiendas 83, 84, 92, 93, 95 y 96 las acepta la Comisión en parte o en principio. Estas
enmiendas también han sido incorporadas aceptablemente en la Posición común: las
enmiendas 83, 92 y 95 se incorporan en parte en el nuevo texto del anexo III, letras m) y n).
La enmienda 93 se incorpora parcialmente en la letra f) (nuevos dispositivos eficientes y
programadores para un uso óptimo de la energía) y la letra d) (sistemas de control digital). La
enmienda 84 también se incorpora parcialmente en la letra f) (instrumentos de generación
combinada de calor y electricidad). La enmienda 96 se incorpora parcialmente (de manera
implícita) en la letra p) (etiquetado sobre el uso eficiente de la energía).
En la enmienda 99 se esboza un sistema armonizado ascendente para la evaluación de las
mejoras de la eficiencia energética. Este aspecto se ha incorporado parcialmente de un modo
que a la Comisión le resulta satisfactorio. Ahora bien, los umbrales propuestos —un máximo
del 2 % para los costes de evaluación y 40 millones de kWh para el uso de indicadores
simplificados— deberían dejarse a los comités.
3.3.
Enmiendas rechazadas por la Comisión pero que se han incorporado en la
Posición común
Las enmiendas 80, 87 y 98 han sido rechazadas por la Comisión pero se han incorporado en la
Posición común. La enmienda 80 se incorpora en la Posición común en tanto en cuanto las
medidas iniciales deben tener «un efecto duradero». La Comisión ha rechazado la enmienda
80 principalmente porque con ella se quiere acortar el periodo de aceptación de las
«actuaciones iniciales» emprendidas por los Estados miembros haciendo que el año de puesta
en marcha pase de 1995 (1991 en algunos casos) a 2000. Las enmiendas 87 y 98 (anexo III y
anexo IV) fueron rechazadas por la Comisión porque ya se abordaban en otra parte y, por lo
tanto, se consideraron innecesarias. (También es posible interpretar que ya se han
incorporado satisfactoriamente y que, por lo tanto, se recogen en el punto 3.2.)
3.4.
Enmiendas aceptadas por la Comisión y no incorporadas en la Posición común
La enmienda 2 (nuevo considerando 2 bis) y la enmienda 4 son aceptables para la Comisión,
aunque no se incorporan en la Posición común. No se ha considerado necesario reiterar en la
Posición común que los objetivos propuestos no pueden impedir automáticamente el
crecimiento del consumo total de energía. (No obstante, puede considerarse que el valor fijo y
absoluto de la cantidad de energía que debe ahorrarse se ha incorporado satisfactoriamente en
el punto 1 del anexo I de la Posición común.)
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La enmienda 6, sobre el objetivo, que figura en la Resolución parlamentaria de 14 de marzo
de 2001, de lograr mejorar un 2,5 % la intensidad de la energía, muestra la importancia que
concede el Parlamento a mejorar la eficiencia energética lo antes posible y es, por lo tanto,
aceptable, aunque no se incorpora en la Posición común.
La enmienda 9 prevé claramente la posibilidad de emplear fondos para activar el mercado de
la eficiencia energética y es, por lo tanto, aceptable, aunque no se incorpora.
Hay otras varias enmiendas que son aceptables para la Comisión, pero que no se han
incorporado a la Posición común. Merece la pena detenerse en las siguientes ya que tienen
relación con los artículos 4 y 5, que se ocupan del objetivo general y del sector público,
respectivamente:
La enmienda 28 es aceptable en principio para la Comisión (a condición de que «medidas de
mejora de la eficiencia energética» sustituya a «medidas de eficiencia energética», con el fin
de ajustarse a las definiciones de la Posición común). Se trata de una enmienda importante
que refleja el punto de vista del Parlamento sobre los objetivos obligatorios y un periodo
objetivo más largo (nueve años) consistente en objetivos de tres trienios en lugar de un
objetivo de seis años.
La enmienda 29 también es aceptable para la Comisión, en parte porque la idea del objetivo
de nueve años es aceptable. No obstante, aumentar progresivamente la duración de los tres
objetivos plantea un problema porque durante este periodo se pondrá en marcha un sistema
ascendente más preciso para la evaluación de los objetivos. Normalmente, un sistema
ascendente más preciso tiene en cuenta objetivos menores que los que se tendrían en
consideración con un sistema descendente. Ello es así porque el margen de error es inferior
cuando las evaluaciones se efectúan con un sistema ascendente.
La enmienda 32 exige que los Estados miembros apliquen nuevas medidas cuando notifiquen
que no están cumpliendo los objetivos. Con la nueva redacción este aspecto resulta aceptable
porque el requisito impulsará la actuación inmediata por parte de los Estados miembros. No
obstante, encajaría mejor en el artículo que se refiere a los informes (artículo 14).
En la enmienda 39 (sobre los objetivos para el sector público), se proponen tres objetivos
obligatorios consecutivos de tres años. Este principio es aceptable aunque no se ha
incorporado. No obstante, aumentar gradualmente el objetivo hasta el 2 % anual no es
coherente con el desarrollo y la aplicación graduales de un sistema ascendente más preciso,
que debería permitir un objetivo constante. Además, el nivel es superior al que probablemente
se alcance en algunos Estados miembros. La enmienda 40 es aceptable por los mismos
motivos, esto es, porque se refiere a los tres objetivos consecutivos de tres años.
La enmienda 41 fija, además de objetivos obligatorios, directrices sobre las adquisiciones
públicas obligatorias. Esas directrices son el mejor método para garantizar que el objetivo
puede lograrse realmente.
La enmienda 43 exige la publicación y notificación de las directrices nacionales sobre
contratación pública de cada Estado miembro y su evaluación por la Comisión, lo que
redundará en una mayor equidad y comparabilidad y, con el tiempo, en un cierto grado de de
armonización, al menos respecto al nivel de ambición. Todos estos principios son aceptables
para la Comisión.
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La enmienda 45 sobre la utilización de acuerdos (voluntarios) para cumplir los requisitos ya
se ha aceptado en otras Directivas (p. ej., la Directiva relativa a la eficiencia energética de los
edificios), siempre que pueda demostrarse la equivalencia. Su mención en el artículo 5.1.
también es aceptable.
La enmienda 85 sobre el calentamiento y el enfriamiento pasivos es importante, pero no
figura en el anexo III de la Posición común.
Además de las enmiendas mencionadas arriba, la Comisión también acepta las siguientes
enmiendas del Parlamento, en su totalidad, en parte o en principio: 30-31, 34, 38, 40, 44, 46,
51-52, 54, 60, 63, 65-66, 71-72, 75, 78, 95 y 107-109. Éstas no se han incluido en la Posición
común por varios motivos. En muchos casos, para lograr la aceptación en el Consejo se
habrían necesitado más tiempo y un mayor debate. Ejemplos de ello son las enmiendas 30, 46,
107 (excluida la parte sobre los objetivos diferenciados, que es inaceptable para la Comisión)
y 108 (incluida la evaluación comparativa, que probablemente podría aceptarse como
indicador descendente que sirviera de orientación a los Estados miembros para la selección de
sectores rentables de medidas de eficiencia energética). La enmienda 31 se refiere a un
objetivo de nueve años en lugar de uno de seis años y probablemente podría considerarse una
forma de aumentar la flexibilidad. Las enmiendas 38, 40 y 44 no se han incorporado a la
Posición común debido a que la función del sector público y el objetivo de este sector han
perdido importancia en comparación con la propuesta original de la Comisión. Las enmiendas
relacionadas con el artículo 7 en la Posición común (enmiendas 51, 52 y 54) también podrían
tenerse en cuenta, aunque la naturaleza del artículo 7 se ha modificado en la Posición común.
La enmienda 63, sobre la sustitución de contadores, podría aceptarse asimismo previo examen
y ligera modificación. La enmienda 75, que se refiere a un informe de la Comisión sobre
rentabilidad, posiblemente también podría resultar aceptable, pero con plazos y condiciones
diferentes. Las enmiendas 78 y 95, que atañen a los anexos I y III, respectivamente, también
es muy probable que pudieran ser aceptables tras estudiarlas con más detenimiento.
(La Comisión ha rechazado las enmiendas siguientes del anexo III, que tampoco se han
incorporado a la Posición común: 81, 89 y 91, sobre equipos, cambio de combustibles y
biocombustibles, respectivamente. Todas ellas están fuera del ámbito de aplicación de la
Directiva propuesta.)
3.5.
Nuevos elementos introducidos por el Consejo
Comparada con la propuesta presentada por la Comisión, la Posición común contiene diversas
modificaciones, muchas de las cuales se ajustan a las enmiendas del Parlamento, tal como se
ha apuntado arriba. Una excepción notable es el paso de un objetivo obligatorio a otro
indicativo (art. 4.1 y considerando 8 bis). Y ya no hay un objetivo específico (superior)
(1,5 %) para el sector público (art. 5.1). En cambio, los Estados miembros están obligados a
adoptar medidas que contribuirán a alcanzar el objetivo global (art. 4.1). En el anexo V se
añade en cambio una lista indicativa de medidas de mejora de la eficiencia energética para el
sector público.
Además, la Posición común recoge ahora un procedimiento de comitología que tiene como
finalidad mejorar aún más la metodología de cálculo que se presenta en los anexos y adaptarla
a los avances técnicos. Ello se ajusta a las enmiendas del Parlamento Europeo. Es más, se han
establecido disposiciones que posibilitarán el empleo de acuerdos voluntarios y regímenes de
certificados blancos como instrumentos que contribuirán al cumplimiento de la obligación
que impone el artículo 6 y al logro de los objetivos.
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4.
CONCLUSIÓN
La Comisión considera que la Posición común adoptada por unanimidad el 19 de septiembre
de 2005 aclara aún más numerosos aspectos, mejora las definiciones y establece un proceso
de comitología satisfactorio y un marco para la evaluación de la mejora de la eficiencia
energética. Asimismo, introduce mayor flexibilidad para la aplicación rentable de la Directiva
en los Estados miembros.
También se abordan en ella y se mejoran otros asuntos relacionados con el ámbito de
aplicación del proceso de calificación de los proveedores de servicios energéticos y otras
medidas de mejora de la eficiencia energética y asuntos relacionados con el fomento de los
instrumentos financieros para inversiones de eficiencia energética. La Comisión ve aceptables
en la Posición común el empleo de estructuras tarifarias innovadoras, la estructura de fondos
eficientes y la disponibilidad y garantía de calidad de las auditorías energéticas. También se
presentan de manera satisfactoria medidas para garantizar una mejor medición y facturación
informativa con el fin de lograr un equilibrio que garantice una aplicación rentable.
La Posición común consolida así los acuerdos alcanzados en el Consejo sobre numerosos
asuntos importantes y lo hace de manera que se incorporan en los considerandos y artículos
pertinentes muchas de las enmiendas adoptadas por el Parlamento Europeo.
No obstante, la Comisión lamenta tener que señalar la falta de objetivos significativos
globales en la Posición común, tanto para el objetivo global como para el referente al sector
público. Tampoco puede aceptar el considerando 8 bis, en el que se reitera y subraya la
naturaleza no obligatoria del objetivo propuesto sobre ahorro energético. La Comisión opina
que la importancia de actuar en pro de la mejora de la eficiencia energética se ve socavada por
la debilitada naturaleza del objetivo y del considerando 8 bis. Además, el debilitamiento de
las condiciones aplicables a la contratación pública es lamentable.
La Comisión observa la importancia que los Estados miembros han concedido y siguen
concediendo a la mejora de la eficiencia energética. La Comisión es, pues, consciente del gran
respaldo prestado por los Estados miembros al objetivo general de esta propuesta. La
Comisión observa una cierta incoherencia en la preocupación mostrada por los Estados
miembros en lo tocante a la perspectiva de los procedimientos de infracción por el
incumplimiento del objetivo referente al ahorro (considerando 8 bis). Ello se hace en vista de
que los Estados miembros únicamente necesitan adoptar las medidas que sean rentables.
Asimismo, si bien influir en el «comportamiento relativo al consumo energético» de los
ciudadanos particulares y las empresas puede ser a veces tan difícil como deseable es lograrlo,
es posible influir de manera decisiva en la mejora de la eficiencia energética en el sector
público. Este extremo no se aclara en la Posición común.
En general, la Comisión considera que el incumplimiento del objetivo anual global referente
al ahorro presentado en la propuesta significa que los Estados miembros y la UE en su
conjunto tendrán dificultades par cumplir los compromisos de Kioto, porque al menos la
mitad de éstos deben lograrse mediante un mayor ahorro energético. El incumplimiento de los
objetivos también entorpecerá la marcha hacia el cumplimiento de los objetivos comunitarios
sobre competitividad y empleo fijados en la estrategia de Lisboa. También supondrá la
pérdida de la oportunidad de mejorar la seguridad del suministro energético en la Unión
Europea.
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La Comisión considera, pues, que la Posición común es un trampolín útil con el que seguir
avanzando y desde el que se puede regresar y resolver en segunda lectura los pocos asuntos
pendientes sobre la necesidad de objetivos significativos y de aceptar una función dirigente
para el sector público.
La Comisión recomienda esta Posición común al Parlamento Europeo.
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