Programa: “La fiesta del pensamiento” Radio de la Universidad de Chile Radio Universidad Santa María Realización: Cristóbal Holzapfel Ciclo: “En torno al epistolario Jaspers-Heidegger” 1 “La fiesta del pensamiento” Realización: Cristóbal Holzapfel Programa No. 244 para la Radio de la Universidad de Chile Ciclo: “En torno al epistolario Jaspers-Heidegger” Audición: miércoles 30 de Agosto del 2000 a las 16,45 hrs Dentro de nuestro Programa "La fiesta del pensamiento" iniciamos desde hoy un nuevo Ciclo sobre "El esclarecimiento existencial de Karl Jaspers". Digamos por de pronto que se trata de uno de los filósofos más grandes del siglo XX con un derrotero singular, por venir de la Psiquiatría. Al mismo tiempo, estamos ante una figura que fue capaz de hacer una inmensa obra de su vida, regida ésta por una consecuencia rigurosa de punta a cabo, y, por decirlo así, a pesar de su pesar: me refiero a que fue un hombre muy enfermo, al que ya en 1901, cuando tiene apenas 18 años, un amigo de la familia, el Dr. Albert Fraenkel, le diagnostica "éxtasis bronquiales" y una deficiencia en el pulmón izquierdo, y, por si esto fuera poco, le diagnostica una vida corta (lo que por suerte no se cumplió). Con Fraenkel mantendrá Jaspers una amistad hasta la muerte del primero, acaecida en Heidelberg en 1938, cuando había sido despojado de todos sus cargos y difamado por los nazis, por ser judío. Jaspers lo visita entonces en su lecho de moribundo, él mismo que a su vez a esas alturas había sido despojado de su venia legendi, es decir, de su derecho a enseñar, como también de su derecho a publicar por parte de los nazis, y ésta vez no por ser judío, ya que no lo era, sino por estar casado desde 1910 con Gertrud Maier, judía, de quien decidió nunca separarse, a pesar de que los nazis en la Universidad de Heidelberg así se lo plantearan, como condición para que continuara todo su rumbo normal. P 1 Entre 1902 y 1903 estudió Medicina en Berlin, luego entre 1903 y 1906 en Göttingen y finalmente completa estos estudios entre 1906 y 1908 en Heidelberg. Sus vacaciones las aprovecha en ese tiempo en algunas ocasiones para ir al norte de Alemania, en particular a su casa natal en Oldenburg, donde él mismo construye un laboratorio que al mismo tiempo ocupaba para observaciones del cielo estrellado. En ese tiempo no tenía ningún interés por las así llamadas "ciencias del espíritu" ("Geisteswissenschaften"), incluso él mismo dice que durante su estadía en Göttingen no tuvo noticia de Husserl, que en ese tiempo enseñaba allí. Finalmente en 1909, a la edad de 25 años se recibe como médico en la Universidad de Heidelberg con la disertación "Nostalgia y delito" ("Heimweh und Verbrechen"), el 2 mismo año en que conoce a quien será su futura esposa y compañera inseparable de toda la vida - Gertrud -. En este año también comienza él a trabajar en la Clínica Psiquiátrica de Heidelberg. Entre 1910 y 1913 surgen los frutos de sus investigaciones psiquiátricas con una verdadera fiebre publicística, a través de la aparición de múltiples artículos sobre mediciones de inteligencia, demencia, corporalidad y juicio de realidad, análisis de percepciones alucinatorias, la orientación psicopatológica en psicopatología, esquizofrenia, y que culminarán en su obra "Psicopatología general" de 1913. Con ello Jaspers pasa a tener un nombre dentro mundo académico de la época. En 1916 es designado Profesor Extraordinario de Psicología en la Universidad de Heidelberg. Con todo, pronto habrá de concluir su carrera en la Psiquiatría, si bien más tarde en los años 20 aparecerán sus patografías sobre Strindberg, Van Gogh y Nietzsche. P 2 Su camino era otro: era la filosofía, aunque, por otro lado, no tan aparte. Por ejemplo, en relación al tema que desarrollaremos - "Esclarecimiento existencial" -, podemos desde ya suponer lo que pueden haber influido sus estudios, investigaciones y práctica en la Psiquiatría y la Psicopatología. Entre los Profesores cuyas lecciones él más frecuentó, está Heinrich Rickert, el filósofo neokantiano, junto con Ernst Cassirer y Wilhelm Windelband, los más importantes representantes de esa corriente en Alemania. Con Rickert Jaspers hizo su habilitación, y de su calidad de alumno paso a ser al cabo de un tiempo un par que discutía con él cuestiones filosóficas fundamentales. Respecto de lo filosófico, corresponde decir, en primer lugar, que Jaspers nunca realizó estudios formales de filosofía, como corresponde además en las universidades alemanas, bajo la dirección de un profesor. Mas, sus lecturas filosóficas se inician tempranamente con Spinoza, Lucrecio, Schopenhauer, Nietzsche, Plotino, Schelling, Kant, y más tarde desde 1913: Kierkegaard, y Hegel. Sobre todo la lectura de Spinoza significó mucho para él, especialmente en cuanto le ayudaba a soportar su terrible enfermedad que, de acuerdo a las indicaciones que ya recibiera del Dr. Fraenkel, significa que tenía que expectorar varias veces al día, de lo contrario comenzaba a manifestarse la fiebre, escalofríos, escupir sangre e infecciones pulmonares. 3 Sobre la filosofía leemos en una carta de 1902: "La filosofía es de un extraordinario valor. Si acaso no la hubiera, la vida sería terrible" (Jaspers, Monografías Rowohlt, Hamburgo, 1999, p. 31). P 3 Sin duda alguna, asociado con su enfermedad, en Jaspers se despierta desde muy temprano una radical toma de conciencia de la muerte (al fin y al cabo él tenía que sentirse a sí mismo como una especie de "condenado" a una preconizada corta vida). Así leemos en su Diario de Vida y en distintas cartas de esos años: "Me sorprendo de repente que yo esté aquí. Desde unas tinieblas desconocidas asciende el hombre individual peldaño a peldaño a la conciencia de su existencia. Él siente que no alcanza a significar algo en una existencia que se ha completado" (Diario de Vida, 1905). O también en una carta, donde sostiene que los grandes problemas "de los que todo parece depender" son las preguntas "qué significa la muerte, qué significa una individualidad" (Carta de Mayo de 1905). La conciencia de morir determina al ser humano, y se expresa en todo lo que hace. Es por ello que hay que estar permanentemente a la escucha del "memento mori" (Carta de Agosto de 1904). Recién a partir de la omnipresencia de la muerte "estamos siempre en el límite" (Carta de Junio de 1905). El biógrafo Hans Saner, uno de sus principales discípulos, amigo de Jaspers, que tenía un cuarto de trabajo en su casa de Basilea, y que lo acompañó hasta el día de su muerte, sostiene que ya antes de su lectura de Kierkegaard, se habían abierto los que serían los grandes temas de su pensamiento: "existencia, trascendencia, conciencia, situación límite, comunicación" (p. 32). P 4 Desde 1909 comenzó Jaspers sus lecturas de Edmund Husserl, el padre de la fenomenología, y en 1913 lo conoció personalmente. En él pudo admirar, nos dice Saner, el intento de la forjación de un nuevo método, "la disciplina del pensamiento, el poder de esclarecer los supuestos, la exactitud en la distinción de matices, la remisión a las cosas mismas" (p. 33), y agrega: "Si bien Husserl había forjado un instrumento del análisis exacto, que le permitía ver de cerca cosas hasta ahora nunca vistas, y él puso en marcha la actitud del ver, mas lo que el vio era filosóficamente irrelevante. Aquí faltaba la mirada para lo que era existencialmente relevante" (ib.). 4 Del mismo modo influyeron también los filósofos destacados del momento, como Max Scheler y Georg Simmel, con los cuales conversaba Jaspers ocasionalmente. Así también cabe nombrar aquí a Georg Lukács y a Ernst Bloch. Por ejemplo, de este último, sigue Saner, le atraía su modo espontáneo y cálido, "la riqueza en ocurrencias; pero la tendencia a lo gnóstico, teosófico, el amor por lo utópico le parecía demasiado grande, el pensar muy dado a saltar, en cierto modo, genial, como para poder seguirlo" (ib.). En definitiva, agrega el biógrafo de Jaspers, tanto Lukács como Bloch "le resultaban sospechosos, porque los rodeaba un aura pública de lo profético, que ellos permitían, sin ser ellos mismos profetas" (ib.). Pero, había una figura en Heidelberg, a quien Jaspers le tuvo la más grande admiración, la que lo marcaría y se mantendría de por vida: Max Weber. Jaspers dice de él: "Él fue para mí el filósofo personificado de nuestro tiempo" (de su libro "Recheschaft und Ausblick", p. 386, "Balance y perspectiva"). P 5 El año 20, cuando ya Jaspers cuenta con 37 años, es un año decisivo, al menos por dos razones: 1. Porque lo nombran Profesor Extraordinario de Filosofía de la Universidad de Heidelberg, y 2. Porque es el año en que conoce a quien será tal vez su gran y más importante amigo: Martin Heidegger. Ambos, tal vez los pensadores alemanes más destacados del siglo XX, se conocieron, como cosa de destino, nada menos que para la celebración de un cumpleaños de Husserl en el año ya mencionado: 1920, en Friburgo en Brisgovia, donde Husserl enseñaba, y del cual Heidegger era su Asistente. Con ello comienza una larga amistad con su auge, con muchos gestos de auténtica filia griega, su climax, en el que Jaspers llega a proponerle a su amigo la formación de un "sociedad de lucha" a la que pertenecerían únicamente ellos dos, y el desenlace que será finalmente el doloroso quiebre de esta bella amistad. En cierto modo, podríamos decir, por distintas razones que ya analizaremos, en esta amistad profunda se reproduce una buena parte de la historia también dolorosa de Alemania de entreguerras, el nazismo, la guerra, la derrota de Alemania y su recuperación, la que para Jaspers nunca fue del todo convincente. P 6 Coninuamos el próximo miiércoles a las 16,45 hrs. con el Ciclo ‘El "esclarecimiento existencial de Karl Jaspers’. 5 “La fiesta del pensamiento” Realización: Cristóbal Holzapfel Programa No. 245 para la Radio de la Universidad de Chile Ciclo: “En torno al epistolario Jaspers-Heidegger” Audición: miércoles 6 de Septiembre del 2000 a las 16,45 hrs. Dentro del Ciclo que recién iniciamos sobre el "Esclarecimiento existencial de Karl Jaspers", hemos comenzado por destacar y analizar algunos datos biográficos, y entre ellos se ha hecho ya presente la aparición de Martin Heidegger en su vida, con quien lo unirá una muy estrecha amistad hasta que, por motivos a los que atenderemos más adelante, se producirá un quiebre entre ambos. Dentro del Ciclo mencionado iniciaremos a su vez desde hoy el Capítulo "Sociedad de lucha", que guarda relación con la propuesta en que coinciden ambos pensadores - Karl Jaspers y Martin Heidegger - de formar una sociedad en la que ambos, y sólo ambos, dialoguen y discutan sobre los temas filosóficos fundamentales, procurando lograr el mayor esclarecimiento de ellos. Ello lo situamos aquí al comienzo de nuestra indagación sobre el "esclarecimiento existencial", ya que relativamente a la propuesta de la mencionada "sociedad de lucha" ("Kampfgemeinschaft") se ponen en juego varios de los pensamientos del aludido esclarecimiento existencial, incluyendo en ello especialmente las ideas de comunicación y lucha amorosa. Anticipando alguna explicación relativa a estas ideas, digamos que la comunicación está pensada como que el hombre únicamente puede ser sí mismo precisamente en comunicación con el otro, y la lucha amorosa viene a ser la expresión de esa comunicación, en la que habiendo el enfrentamiento inevitable para esclarecer los asuntos, él está, al mismo tiempo, inspirado en el amor, que obliga a que de antemano le entreguemos nuestras armas al otro. En otras palabras, podríamos decir que en la propuesta de la sociedad de lucha palpita el más alto sentido socrático del diálogo y de la dialéctica platónica (tomando igualmente en consideración que el propio Jaspers se encargará de hacer oportunamente las distinciones necesarias al respecto). P 1 Partamos en lo que se refiere a esta relación interfilosófica desde que ambos pensadores se conocen. Ello ocurre el día 8 de Abril de 1920 (que podría considerarse histórico dentro de la historia de la filosofía), con motivo del cumpleaños 61 de Edmund Husserl. 6 Jaspers comenta este encuentro en su "Autobiografía filosófica" haciendo alusión a una anécdota divertida. Escuchemos: "En los primeros meses de 1920 estuvimos mi Señora y yo algunos días en Friburgo, con ocasión de hablar con Husserl y Heidegger. Se celebraba el cumpleaños de Husserl. Estábamos en un amplio círculo alrededor de la mesa para la hora del café. En ese contexto la Señora Husserl llamó a Heidegger el "niño fenomenológico" (Martin Heidegger - Karl Jaspers, Epistolario 1920-1963, Edit. Piper, München, 1992, p. 222). P 2 Jaspers, que con su obra "Psicopatología general" (de 1913) y su "Psicología de las cosmovisiones" (de 1919) ya es una figura destacada en el mundo académico alemán, y que es a su vez 6 años mayor que Heidegger, es el primero en sellar esta amistad. De manera acogedora y jovial le dice a Heidegger en carta del 28.6.1921: "¿Usted no querrá titularme "Profesor"? ¿Justo cuando hace ya harto tiempo que hemos iniciado una relación "filosófica"? ¿O confía en mí tan poco?" Por su parte, Heidegger será el primero en hablar de una así llamada "sociedad de lucha" ("Kampfgemeinschaft") entre ambos, idea que encuentra inmediata acogida en Jaspers y que seguirá vigente a lo largo de gran parte de sus vidas. La propuesta de una "sociedad de lucha" se apoya en el hecho de que ambos pensadores se ven a sí mismos como marginales a las corrientes filosóficas imperantes en ese momento en Alemania, las cuales representan para ellos una "filosofía escolar" que tiene a Heinrich Rickert a la cabeza. Este connotado Profesor neokantiano hace una Recensión bastante negativa de la "Psicología de las cosmovisiones" y al mismo tiempo se opone en 1922 al nombramiento de Jaspers como Profesor Ordinarius de Filosofía (grado máximo) de la Universidad de Heidelberg, el cual, no obstante, obtendrá. Esa marginalidad de ambos respecto de la filosofía oficial alemana del momento a la que al nombre de Rickert, se pliegan los de Wilhelm Windelband, Ernst Cassirer, Nicolai Hartmann y Max Scheler, entre otros, va aparejada con el hecho de encontrarse ambos en cierta soledad, la que a su vez habrá de contribuir, sin duda alguna, a que ambos puedan y tengan que concentrarse en el desarrollo de su pensamiento de largo alcance. Por otra parte, la mencionada soledad guarda relación también con el hecho de estar Heidegger en los inicios de su camino, como asistente de Husserl, y Jaspers, teniendo que 7 enfrentar el mundo académico de los profesores de filosofía en el que recién ha ingresado, viniendo de la Psiquiatría. P 3 Ya pronto comienzan las estadías de Heidegger en casa de Jaspers y su esposa Gertrud, que se extienden normalmente a varios días. Junto con hacerle una cordial invitación a su amigo, entrando incluso en aspectos domésticos (cuando los Jaspers tienen todavía una casa pequeña en Heidelberg), veamos como Jaspers hace alusión a la "sociedad de lucha" en carta del 6.9.1922: "Me adelanto ahora a referirme a su visita a Heidelberg y lo vuelvo a invitar a hacer una estadía donde nosotros; mas, tengo que repetir que el lugar es relativamente primitivo (cama en la chaiselongue de la biblioteca, baño en el toillete - de otro modo, no resulta en nuestra casa). Sería bello pues que alguna vez pudiéramos filosofar en horas adecuadas durante unos días, poniendo a prueba y consolidando la "sociedad de lucha". Me imagino que vivimos juntos - cada en su habitación, mi mujer está de viaje -, cada uno haciendo lo que quiere, y que nosotros - independientemente de las comidas - nos reunimos según nos plazca y hablemos, especialmente en el crepúsculo, o como se de, sin ninguna imposición. Si Ud. tiene la posibilidad y las ganas, venga muy pronto, por favor, y anúnciese a tiempo. El 14 de septiembre vuelve mi mujer, y entonces me gustaría estar nuevamente solo. Acerca de los costos de viaje, me hago cargo yo, tomando en cuenta la situación presente de nuestras vidas. Sobre eso no necesitamos discutir. Agrego un billete (1000 marcos) para el viaje". P 4 La estadía que finalmente se realizó donde Jaspers tiene que haber sido muy bella y fructífera, y por eso leemos en carta de Heidegger del 19.11.1922 lo siguiente: "Los ocho días donde Ud. me acompañan permanentemente. Lo repentino, hacia el exterior sin acontecer de estos días, la seguridad del 'estilo', en el que un día crecía sin artificio en el siguiente, el tránsito no sentimental y áspero con el que una amistad advino a nosotros, la certidumbre creciente de una sociedad de lucha asegurada por ambas 'partes' - todo ello es para mí inquietante al espíritu, como son el mundo y la vida para el filósofo". Y agrega que a la vuelta de la estadía en Heidelberg se encontró con la noticia que había interés en él en la Universidad de Marburgo, y que Paul Natorp quería mayores informaciones sobre sus futuros proyectos. 8 Ya al año siguiente será nombrado Profesor Extraordinario de la Universidad de Marburgo, a instancias precisamente de Natorp, a quien a su vez sucederá. Natorp habrá de morir apenas un año después (el 24). P 5 Tengamos en cuenta lo que significa una estadía de 8 días en los que lo único que importa es la convivencia filosófica acompañada por un desinterés a un mundo exterior sin acontecer. Diría que hoy ya casi no podemos dimensionar lo que una estadía de esta naturaleza verdaderamente es. Junto con haber perdido el sentido genuino de la soledad hemos perdido también el sentido de la auténtica convivencia y amistad. En la última carta de Heidegger encontrábamos a su vez una nueva alusión a la sociedad de lucha, y en una de sus formulaciones radicales. 5 días más tarde le dará Jaspers una formulación del mismo nivel de radicalidad a esa sociedad de lucha, en la que se muestra la convicción ya temprana que ambos tenían de ser ellos los únicos y genuinos pensadores de la época. Se podría decir que esto parece bastante extremo y pretencioso, sin embargo, cabe agregar que la aseveración de Jaspers, que tiene el carácter de vaticinio, a la larga se cumplió. Leemos allí en esa carta del 24.11.22: "¡Muchas gracias! Ud. sabe, cuanto ha significado también para mí nuestra convivencia y cuáles expectativas futuras tengo. En el desierto filosófico de la época es bello cuando se tiene la vivencia de la confianza. Y ambos no sabemos lo que queremos, esto es, ambos somos transportados por un saber, que todavía no se constituye explícitamente. ¡Qué resultará de ello! En un pensamiento reiterado sobre esos días he interpretado aquella afirmación suya de que debería surgir alguna vez un Anuario, en el sentido de que ambos deberíamos hacerlo: La Filosofía de la Época, Cuadernos Críticos de Martin Heidegger y Karl Jaspers". P 6 Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existencial' de Karl Jaspers" continuamos el próximo miércoles a las 16,45 hrs. con el Ciclo con el Capítulo "La sociedad de lucha". 9 “La fiesta del pensamiento” Realización: Cristóbal Holzapfel Programa No. 246 para la Radio de la Universidad de Chile Ciclo: “En torno al epistolario Jaspers-Heidegger” Audición: miércoles 13 de Septiembre del 2000 a las 16,45 hrs. En Jaspers uno de los pensamientos que destaca, por encontrar en él un vasto y radical desarrollo, es el de la comunicación. Relativamente a ella, se trata por de pronto de que la posibilidad de ser-sí-mismo del hombre se da en la comunicación. Cabe reconocer que ello está en relación con la profunda amistad que Jaspers tuvo con Heidegger desde que se conocieron en 1920. En noviembre de 1922 Heidegger está más de una semana en la casa de su amigo en Heidelberg, y ello marcará una imborrable impresión en ambos por el resto de sus vidas (en carta del 17.4.1924 le dirá Heidegger a su amigo: "Desde septiembre del 23 vivo con Ud. bajo el supuesto de que Ud. es mi amigo. Ésta es la fe que soporta todo en el amor". Los Jaspers, el filósofo y su mujer Gertrud, le manifiestan a Heidegger grandes gestos de amistad y aprecio no solamente a través de las invitaciones a su casa, sino, también en asuntos de orden económico. Por ejemplo, junto con recibir Heidegger el llamado a la Universidad de Marburgo, y alegrarse asimismo de haber recibido al mismo tiempo la tercera edición de la "Psicopatología general" de Jaspers (carta del 19.6.1923), la propia Gertrud le hace el ofrecimiento de una suma de dinero considerable (1 millón de marcos) con el fin de ayudarle en su mudanza e instalación en Marburgo. P 1 Y lo cierto es que no solamente una buena parte de la filosofía alemana del siglo XX será desarrollada directamente por ellos, sino incluso en lo que atañe a las universidades alemanas y su sistema de llamados a distintos profesores a ocupar determinadas cátedras. Ellos participarán en ello, pero procurarán al mismo tiempo mantenerse cada vez más al margen. En el epistolario entre ambos se hacen presente muchos juicios críticos acerca de los filósofos alemanes del momento: Heinrich Rickert, Ernst Cassirer, Max Scheler y ni siquiera se escapa el propio Edmund Husserl, de quien Heidegger es todavía en el 23 su Asistente. Por ejemplo, en carta de Heidegger del 14.7.1923 leemos: "Ud. sabe que Husserl ha obtenido un llamado a Berlin; él se comporta en esto peor que un docente privado que confunde el ordinariato /ambos son grados académicos de las universidades 10 alemanas/ con la eterna bienaventuranza. Lo que ocurre queda en la niebla - por de pronto se ve a sí mismo como el Praeceptor Germaniae -, Husserl está completamente fuera de sus cabales, si alguna vez estuvo "en" ellos, que a mí me parece cada vez más dudoso. Él titubea entre una cosa y otra y dice trivialidades que son de lamentar. Vive de la misión de ser "el fundador de la fenomenología", no hay ser humano que sepa qué es eso - el que está aquí un semestre se da cuenta de lo que está pasando". Y ababa diciendo: "Filosofemos socráticamente". Años más tarde, en el 29, cuando Heidegger ya es catedrático en la Universidad de Friburgo y ya es muy conocido a través de la publicación de "Ser y tiempo" en 1927, en relación al discurso que él pronuncia el 8.4.1929 con ocasión de la celebración del cumpleaños 70 de Husserl, le dice Jaspers en carta de una semana más tarde: "Acerca del discurso sobre Husserl tengo algunas preguntas impertinentes que hacerle". Las tales "preguntas impertinentes" se referían a las palabras excesivamente elogiosas que ha pronunciado Heidegger sobre su maestro, al mismo tiempo que lo ha estado criticando severamente en sus cartas. P 2 Dice Heidegger en su discurso que Husserl "ha abierto un espacio completamente nuevo para el preguntar filosófico, con nuevas exigencias, distintas estimaciones, con una nueva mirada para las fuerzas ocultas de la gran tradición de la filosofía occidental". La filosofía de Husserl, agrega: "no consiste en un mero esquema de orientación en el mundo, no es simplemente un medio o una obra de la existencia humana, sino ésta misma, en tanto acontece en libertad desde su fundamento". Esta filosofía, dice además que está abierta "para un coloquio con las fuerzas actuantes de la totalidad de la existencia". Por último, termina diciendo que ésta es "la actitud del filósofo: el oir el canto anunciador que se hace perceptible en el acontecer del mundo". Desde luego, Jaspers pide, pero muy discretamente, una explicación respecto de esto, máxime cuando para él - ya lo veíamos en la última sesión Husserl representa el trastocamiento de la filosofía en ciencia, de una filosofía que se apoyaba en el "ver fenomenológico", pero que normalmente veía cosas irrelevantes. P 3 11 Así también lo que ocurre en torno a Ernesto Grassi es también interesante, y especialmente para nuestro país, puesto que él se radicó durante los años cincuenta y sesenta aquí, y enseñó en el Instituto Pedagógico. Grassi se acerca primero a Jaspers a comienzos del 28, y lo envía, junto con su recomendación a Heidegger, diciéndole que Grassi le ha dado una buena impresión y que ya ha leído su libro ("Ser y Tiempo"). Sin embargo, la impresión de Heidegger no es la misma, y se la manifiesta a Jaspers en carta del 10.2.1928: "El Sr. Dr. Grassi me causó impresión en los primeros momentos a través de su intensidad y cierta comprensión. Pero, me he puesto dudoso respecto de hasta qué punto no es ésta una naturaleza periodística que en lo fundamental anda a la caza del dernier cri". A lo cual responde Jaspers dos días más tarde en carta del 12.2.1928: "El Dr. Grassi me ha dado subsecuentemente la misma impresión que a Ud. Si uno le da el dedo chico, ya lo quiere devorar entero. Pero, igual es sorprendente cómo él logra concebir asuntos filosóficos. Él es un entrevistador brillante". P 4 Y así al correr del tiempo, se van sucediendo cosas de mayor o menor importancia, como aquel Congreso en Davos del que le habla Heidegger a su amigo en carta del 21.12.1928, contándole que ha recibido una invitación y proponiéndole que se encuentren en esas alturas (Davos queda en Los Alpes suizos). El tema es la "Crítica de la razón pura" de Kant y la tarea de una fundamentación de la metafísica, y el Congreso se realizaría en Marzo del 29. Ambos se dan clara cuenta de que este tipo de eventos no hay que tomárselos muy en serio, que son algo casi meramente publicitario, y por eso Heidegger (lo que no deja de ser divertido) reconoce en su carta que él ya tan sólo en función de las salidas a esquiar confirmará su asistencia (Heidegger era muy aficionado al esquí, y precisamente en una época en la que este deporte implicaba mucho sacrificio, ya que no habían andariveles. Jaspers no asiste. Una vez que el Congreso ha tenido lugar, en carta del 25.6.1929, después de referirse al hecho afortunado de no tener que ver más (en el momento) con preguntas en torno a llamados a las universidades, dice Heidegger: "Por otra parte - a pesar de todo lo que no fue alegre y lo que no calzaba con mi estilo - en Davos pude experimentar de 12 manera inmediata y fuerte de que todavía tiene un sentido estar ahí; y es así como hay comprar el hecho de que se generen habladurías en torno a uno". En estas palabras de Heidegger laten dos cosas: una que tiene que ver con el hecho de que entre él y Cassirer hubo en Davos un enfrentamiento que fue muy agresivo de parte de Heidegger, y la otra que se refiere a que Jaspers al parecer en ningún momento hizo algún ademán de ir a ese Congreso. P 5 En fin, el año 29 la amistad entre ambos pensadores se mantiene y continua su marcha. Por ejemplo, en la misma carta posterior al Congreso de Davos le dice Heidegger a su amigo una frase que no deja de conmover: "en el silencio filosofo siempre con Usted", y si nos vamos hacia atrás encontramos tanto más expresiones del mismo tenor: en carta del 24.4.1926, escrita desde su cabaña en Todtnauberg, que construyera en 1922 con ayuda de sus alumnos, le dice Heidegger a Jaspers: "Ya es profunda noche - la tormenta barre sobre las alturas, en la cabaña crujen las vigas, la vida yace pura, simple y grande para el alma. / A menudo deseo en estas horas que estuviera aquí arriba conmigo. Entretanto no comprendo que allá abajo se pueda jugar unos papeles tan singulares". ¡Qué bello pasaje! Y uno de los más conmovedores, como que en él está todo contenido y en una particular tensión, me refiero a lo que habrá de sobrevenir años más tarde. Es el Heidegger de la Selva Negra, de la provincia, de Todtnauberg, a quien se le llamara a ocupar la cátedra más importante de Alemania en Berlin y que la rechazara, que dice estar en mejor compañía con los campesinos de Todtnauberg que con los profesores, el que mira con infinita distancia y con extrañeza los roles que se juegan "allá abajo". Sabemos muy bien cuál será uno de esos roles y cuán caro le habrá de costar: entre otros, la amistad con su íntimo amigo. Pero, como veremos, esa amistad era a tal punto radical y bella que, tras un quiebre que parecía definitivo, pudo renacer. P 6 Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existencial' de Karl Jaspers" continuamos el próximo miércoles a las 16,45 hrs. con el Ciclo con el Capítulo "La sociedad de lucha". 13 “La fiesta del pensamiento” Realización: Cristóbal Holzapfel Programa No. 247 para la Radio de la Universidad de Chile Ciclo: “En torno al epistolario Jaspers-Heidegger” Audición: miércoles 27 de Septiembre del 2000 a las 16,45 hrs. En carta del primero de Mayo de 1927 le agradece Karl Jaspers a su amigo Martin Heidegger el envío que le ha hecho la Editorial Max Niemeyer de la que sería en definitiva la obra mayor de este pensador - Ser y tiempo -. En esta carta se hace alusión a la "sociedad (o comunidad) de lucha" ("Kampfgemeinschaft") que ambos se han propuesto formar, y en el sentido de esa amistad y comunidad entre ambos dice el pensador de Heidelberg refiriéndose a Ser y tiempo: "Todavía no he podido leerlo nuevamente, lo he ojeado nada más y he leído por encima algunas páginas. Me siento como en Navidad: como si hubiéramos escalado una nueva meseta, en la que todavía no nos podemos habituar; por eso la comunidad en orígenes todavía no formulados, y la divergencia, incluso el asombro recíproco de los primeros movimientos y la orientación todavía medio a ciegas, que cada uno ha hecho". (HAJ) Es decir, con el libro recién recibido - probablemente el libro de filosofía que más impacto ha ocasionado en el siglo XX -, y que recién está ojeando, Jaspers hace un comentario de admiración por la obra lograda y deja entrever que la amistad alcanza con ello una nueva meseta a la que hay que habituarse todavía. P 1 Mas, esta íntima y maravillosa amistad que, como sabemos, más adelante habrá de quebrarse, pero que hasta ahora ha ido en ascenso, supone Jaspers en su Autobiografía filosófica que como a él no lo motivó mucho Ser y tiempo, no hizo mayores comentarios (supongamos una Recensión, como la que había hecho Heidegger sobre su Psicología de las cosmovisiones), habría en ello un primer distanciamiento de parte de su amigo. Incluso relativamente a una nueva edición de su Psicología de las cosmovisiones Jaspers reconoce no haberse interesado mayormente por la interpretación de Heidegger, ya que le parecía un tanto fuera de lugar. Pero dejemos que sea el propio Jaspers que hable: "La aparición de "Ser y tiempo" (1927) de Heidegger no trajo consigo una profundización, sino más bien una superficialización de nuestra relación, sin que yo entonces lo notara. Reaccioné sin estar propiamente interesado, como años atrás en relación a su crítica a mi Psicología de las 14 cosmovisiones. Ya en 1922 me había leído Heidegger algunas páginas de un manuscrito de ese tiempo. Me parecía incomprensible. Yo incitaba a un modo de expresión natural. Heidegger dijo ocasionalmente más tarde que él estaba mucho más avanzado y que lo anterior ya había sido superado, y que algo resultaría. Sobre el contenido del libro aparecido en 1927 no supe nunca nada antes. Ahora veía una obra que causaba inmediatamente impresión por la intensidad de la elaboración, la construcción de la conceptualización, lo certero de un uso lingüístico a menudo iluminador. Mas, a pesar del brillo de su potente análisis me parecía improductiva para aquello que yo filosóficamente buscada". P 2 Es decir, estamos ante una amistad que tiene aquí un primer traspié. Quizás algo de ello late en la carta de Jaspers ya citada, alusiva a esa sensación de haber escalado hasta una nueva meseta, pero sin saber bien donde se encuentran ambos. Y bien analizado, este primer traspié es estrictamente filosófico, y tiene que ver con cierta extrañeza que siente Jaspers ante la gran obra de su amigo. Y continúa Jaspers en su Autobiografía: "Yo me alegraba por la obra del hombre ligado conmigo, pero estaba desanimado de leerla, quedaba pronto estancado, porque el estilo, el contenido o el modo de pensar no me hablaban. Percibía además al libro no como algo contra lo cual tenía que pensar, con el cual tenía que enfrentarme. A diferencia de las conversaciones con Heidegger, desde allí no provenía ningún impulso. / Heidegger tenía que estar desilusionado. Yo no le brindaba, como mayor que era, el servicio de una lectura radical y crítica, estando imbuido en el trabajo completamente demandante de mi filosofar, así como él como joven había puesto de relieve su propio pensamiento de cara a mi 'Psicología de las cosmovisiones'. De modo comprensible tuvo ello una correspondencia con el hecho de que por su parte él no mostrara ningún interés por mis publicaciones posteriores". P 3 Mas, no obstante estas consideraciones posteriores de Jaspers expuestas en su Autobiografía filosófica, a la altura de 1929 la amistad entre ambos se mantiene incólume. En carta del 25.2.28, fechada en Marburgo le cuenta Heidegger a su amigo que ha recibido un llamado de la Universidad de Friburgo, y que ha sido propuesto como unico loco (lo que suena muy divertido y se refiere al hecho de que ha sido propuesto como el único candidato posible para ocupar una cátedra, en este caso, la de Husserl. 15 La nueva cátedra la habrá de asumir con su Lección Inaugural que habrá de ser lo que hoy conocemos como ¿Qué es metafísica? Y es así como más de un año después, en carta del 18.10.29, esta vez fechada en Friburgo, Heidegger le comunica a Jaspers que ha sido invitado por la Universidad de Heidelberg a dictar en Diciembre una Conferencia, y que él se propone hablar sobre el mismo tema de su Lección Inaugural (es decir, principalmente sobre la nada). Una vez que se ha llevado a cabo esta Conferencia le dice Jaspers a Heidegger en carta del 5.12.29: "Desde tiempos inmemoriales le he escuchado a Ud. hoy como a nadie. Como en el aire puro me sentía extraordinariamente bien en ese ininterrumpido trascender", y termina diciendo: "¡Todavía se filosofa!" P 4 Y como si el llamado a la Universidad primero de Marburgo y luego de Friburgo hubiera sido poco, luego le llega a Heidegger un nuevo llamado, esta vez a la Universidad de Berlin, y le comunica a su amigo esto en carta del 29.3.30 en los siguientes términos entusiastas y divertidos: "Ayer por la tarde recibí telegráficamente desde el cielo azul un llamado a Berlin". Y ocurre que el mismo día 29.3.30 Jaspers le escribe a su amigo felicitándolo por ese llamado, del cual se ha enterado por la prensa (parece que las cartas se cruzaron): "Recién leía en el diario que Ud. ha recibido un llamado a Berlin. Lo felicito de corazón. Sobre Ud. ha caído no solamente el más grande honor que le puede ser otorgado a un filósofo universitario, sino que además pasa a ocupar el puesto más visible y experimentará y elaborará con ello nuevos impulsos hasta ahora no conocidos en su filosofar. No hay mejor oportunidad". No hay que olvidar el máximo prestigio de ésta, la cátedra más importante de Alemania, y es por ello también que lo que sigue en la carta de Jaspers corresponde a un noble reconocimiento personal: "Que alguna vez yo también albergué la expectativa de Berlin, me hace sentir un leve dolor. Pero él es el más pequeño posible, porque Ud. ha recibido este llamado. Porque la conciencia de que una vez ocurre lo recto y que en ese instante es inobjetable y justo que Ud. asuma esta posibilidad de acción, constituye una alegría tan afirmativa que el dolor obra como algo muy personal, privado y tranquilo, comenzando a desaparecer 16 ya en el origen mismo. / ¿Podré hablar con Ud. ahora en sus viajes berlineses? Me alegraría que ello fuera posible, gracias a sus disposiciones". P 5 Pero luego viene lo que tiene que haber sido muy impresionante para Jaspers y para todo el mundo académico alemán de la época: Heidegger, después de menos de dos meses, rechaza ésa, la cátedra más apetecida de Alemania, lo cual se lo comunica a su amigo de Heidelberg en carta del 17.5.30: "¡Querido Jaspers! / Novedades no tengo para comunicarle y decirle solamente lo que ya le he confiado, a partir de los sentimientos de amistad. Hace algunos días he rechazado el llamado a Berlin". Luego aparecerá el bello y conmovedor escrito ¿Por qué permanecemos en la provincia? que culmina con un rechazo rotundo (diciendo "irrevocablemente no") al "llamado" que le hiciera la Universidad de Berlin. En ese texto, con el fin de exponer los motivos de "permanecer en la provincia", y tras describir su habitat en la cabaña de Todtnauberg, dice: "Este es mi mundo de trabajo visto con los ojos mirones del huésped o del veraneante. Yo mismo nunca miro realmente el paisaje. Siento su transformación continua, de día y de noche, en el gran ir y venir de las estaciones. La pesadez de la montaña y la dureza de la roca primitiva, el contenido crecer de los abetos, la gala luminosa y sencilla de los prados florecientes, el murmullo del arroyo de la montaña en la vasta noche del otoño, la austera sencillez de los llanos totalmente recubiertos de nieve, todo esto se apiña y se agolpa y vibra allá arriba a través de la existencia diaria". Y luego esa misma impresión sobrecogedora de la naturaleza en su invitación a filosofar: "Cuando en la profunda noche del invierno una ronca tormenta de nieve brama sacudiéndose en torno del albergue y oscurece y oculta todo, entonces es la hora propicia de la filosofía. Su preguntar debe entonces tornarse sencillo y esencial. La elaboración de cada pensamiento no puede ser sino ardua y severa. El esfuerzo por acuñar las palabras se parece a la resistencia de los enhiestos abetos contra la tormenta" (op. cit., p. 2). P 6 Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existencial' de Karl Jaspers" continuamos el próximo miércoles a las 16,45 hrs. con el Capítulo "La sociedad de lucha". 17 “La fiesta del pensamiento” Realización: Cristóbal Holzapfel Programa No. 248 para la Radio de la Universidad de Chile Ciclo: “En torno al epistolario Jaspers-Heidegger” Audición: miércoles 4 de Octubre del 2000 a las 16,45 hrs. Tratábamos en la última sesión acerca del rechazo que hace Heidegger al llamado que en 1930 le hiciera la Universidad de Berlin, lo cual en primer lugar impacta a su íntimo amigo Jaspers y, en general, al mundo académico alemán de la época. Al propio Jaspers, diríamos que hasta lo conmueve, entre otras cosas, porque él mismo reconoce (noblemente) en una carta, que hemos citado, haber añorado esa cátedra. Posteriormente, en carta del 17.5.30 se advierte lo molesto que ha quedado Heidegger con todo el asunto que ha rodeado al llamado de Berlin. Repitiendo primero algunas revelaciones que le hiciera el Ministro del Estado Federal de Baden, le cuenta a Jaspers algunos entretelones del llamado, descalificando de paso a dos de los más destacados filósofos de la época. Escuchemos: "La facultad había propuesto unico loco /candidato único/ a Cassirer, rechazado a Hartmann y "designado" a mí, pero manifestando dudas relativas a la juventud, y demás. / Se quería de este modo agregar a los cuatro mediocres y deficientes un quinto inofensivo". (No sabemos a quienes se refieren los otros dos, aparte de Ernst Cassirer y Nicolai Hartmann). Y, si bien Jaspers ha instado primero a su amigo a que acepte la mentada cátedra, tras el rechazo de Heidegger, tiende de todos modos a justificar su decisión, pensando en lo importante que ha de ser para su amigo "permanecer en la provincia", en los alrededores de su tierra natal. Pero, al mismo tiempo, manifiesta su preocupación por lo que en ese momento sucede con la universidad en Alemania. En ese sentido, se advierte en él algo visionario, porque lo que vendrá en no mucho tiempo más con el nacional-socialismo, va a ser una reestruturación radical de la universidad. P 1 Teniendo estas consideraciones en mente, leamos el siguiente pasaje de su carta del 24.5.30 dirigida a Heidegger: "Su rechazo definitivo me ha motivado nuevamente. Con posterioridad lo entiendo. La certidumbre de su resolución no deja asomarse alguna duda respecto de que Ud. ha elegido rectamente. Lo que filosóficamente todavía dormita en Ud. y que sólo es perceptible para Ud. mismo, puede salir a luz mejor aquí en el sur en uno de los oasis del desierto presente. A pesar de 18 ello, estimo que no es indiferente el hecho de que el filosofar no se realice en Berlin, en atención a realidad actual. Hay en ello una renuncia y un llamado, cuyo último significado todavía no comprendo. Resultará algo bueno de ello. Le deseo lo mejor para su trabajo sobre la base de la razón tan decididamente asumida por Ud. / De momento tiene su decisión una significación objetiva para nuestra universidad alemana. Porque para muchos será algo sugestivo: Berlin baja en valor, las pequeñas universidades suben. No creo que eso se olvide rápidamente". (HAJ). P 2 Luego en la misma carta de mayo del 30, y volviendo sobre la antigua proposición, y habría que decir, el sueño albergado y añorado por ambos, de la formación de una "sociedad de lucha", Jaspers expresa su anhelo de que Heidegger pudiera interesarse por Heidelberg, donde él enseña, y así en atención al supuesto de estar juntos, dice que: "Se decidiría si ambos estamos condiciones de filosofar, incluso en una discusión radical, o de seguir el viejo camino solipsista, como el que siempre se ha dado en las universidades: donde ha habido solamente polémica, pero nunca realización, y donde nadie "se acerca mucho a otro". Sería para nosotros como una verificación de la filosofía de la existencia, que no se la ha podido derechamente querer y hacer. Si acaso en la situación de la opinión pública resultara un movimiento a realizar a lo largo de unos años, habría entonces en el filosofar una nueva apelación y una verificación para los otros que verían que esto, que es realidad, se puede llevar a cabo. Si esto no resulta, así habría un dolor de especie singular para mí y creo que también para Ud." Jaspers confiesa por último como en todo lo que se refiere a estos grandes proyectos la salud no lo acompaña, sumándose a ello aun el temor de que su vida será probablemente muy corta (lo que a fin de cuentas, por suerte, no se cumplió). En todo caso, como bien sabemos, el Doctor Albert Fraenkel le había preconizado pocos años de vida. P 3 Lo cierto es que en todo este primer periodo de la amistad entre estos dos grandes pensadores (ya han pasado diez años desde que se conocieran con motivo del cumpleaños de Husserl, el 8.4.1920), los gestos de amistad son, según reconoce el propio Jaspers por lo demás, más nítidos y manifiestos en Heidegger hacia su amigo, que no al revés. Por ejemplo, algo así se hace patente en lo relativo a la recepción de las obras mayores de cada uno que se han hecho 19 enviar recíprocamente: Ser y tiempo de Heidegger recibido en 1927 y Filosofía, recibido por Heidegger en Diciembre del 31. Ya vimos como la recepción de Ser y tiempo fue bastante parca por parte de Jaspers, y que él supone incluso que ello habría suscitado un primer alejamiento de Heidegger. En contraste con ello veamos como Heidegger recibe Filosofía, de la que reconoce haber leído hasta ahora los finales de "Metafísica", su Parte final. De ello trata su carta del 20.12.31, donde dice respecto a su magna obra: "Lo esencial es que finalmente hoy en la filosofía con su obra hay algo allí que es insoslayable y total. Ud. habla desde la actitud clara y decisiva del vencedor y desde la riqueza de lo probado existencialmente. / La obra traerá a luz la falta de fuerza oculta de los débiles y de los apenas diestros, hará modestos a todos los que genuinamente anhelan, pero que son pequeños, y dotará de alas a todos los que somos desconocidos y que hemos recibido un designio". P 4 Y, refiriéndose al hecho de que sería Jaspers el llamado a ocupar la cátedra de Berlin, continúa Heidegger en este notable reconocimiento del valor de su amigo: "Ud. posee ahora no únicamente el suelo, los horizontes más enriquecidos y la seguridad de la posición, sino también la definida valentía, para estar realmente de pie allí", agregando después: "Que la alegre distensión dinámica tras haber completado este camino constituya una preparación del segundo camino hacia la genuina opinión pública del conductor "sabio" y guardián". Finalmente se expresa una vez más el Heidegger, que cual Nietzsche, está siempre viendo las realidades mundanales desde la lejanía de un filósofo, amigo de los leñadores y campechanos que fuman la pipa en silencio bajo el cielo estrellado, diciendo estar espantado con el éxito "dudoso" de Ser y tiempo, haciendo alusión al "parloteo heideggeriano", y confesando haberse atrevido con algo que sobrepasa su "fuerza existencial". P 5 Y agrega a ello que: "Desde entonces existo en el rol de un cuidador en una galería que, ente otros, tiene que prestar atención a que la cortinas de las ventanas se levanten y bajen de la manera correcta, para que las pocas grandes obras de la tradición tengan una iluminación más o menos adecuada para los espectadores ocasionales". Dice además que: 20 "Como medio suabo estoy también en la edad de los suabos, en la que se vuelve uno suficientemente prudente para saber lo que puede y debe y lo que no", para terminar manifestando sus preferencias que nunca acaba de subrayar por la cabaña de Todtnauberg y todo lo que se puede vivir allí; dice, refiriéndose a su familia: "Mañana nos vamos a la cabaña por todas los días feriados /de navidad/. Luego habrá nuevamente tormenta de nieve y el aullar de los zorros en el bosque nevado y el alto cielo nocturno y las caminatas solitarias por los valles serenos". P 6 En la respuesta del 24.12.31 a esta carta le dirá Jaspers: "En su cabaña estará incomparablemente bien. Ojalá pudiera encontrarlo en los valles elevados en una esquina del bosque". Tal vez esta última frase es singularmente decidora con relación a esta profunda amistad. Podríamos decir que, en cierto modo, Jaspers estuvo siempre encontrando a su amigo en una esquina del bosque, con quien se sentía tan bien y tan acogido. Más aún, a pesar del abismal quiebre que sobrevendrá pronto en esta amistad, siguiendo con esta misma imagen hecha metáfora, Jaspers y Heidegger, desde la lejanía entre ambos, seguirían igual encontrándose a la vuelta de una esquina del bosque, como en un "afuera", más allá de todo parámetro convencional. Ello me recuerda una película japonesa - "Después de la vida" -, en la que se trata del limbo, que está representado a través de parajes humanos, donde hay muchos muertos que habitan en un edificio algo retirado, pero conectado igual con la ciudad. La tarea que tienen estos muertos es proponer el recuerdo que más aprecien y añoren de su vida, que tiene que ser minuciosamente descrito, para que posteriormente se represente una película de él. Posteriormente en una sala de cine de estos edificios del limbo se exhiben estos sueños y apenas ello se cumple, van partiendo al otro mundo, quedándose para siempre en ese sueño. Así pues, podríamos imaginar que estos dos pensadores, ya muertos, tal vez han anhelado en su tránsito por el limbo quedarse para siempre en el recuerdo del encuentro en la esquina del bosque: "En su cabaña estará incomparablemente bien. Ojalá pudiera encontrarlo en los valles elevados en una esquina del bosque". P 6 Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existencial' de Karl Jaspers" continuamos el próximo miércoles a las 16,45 hrs. con el Capítulo "La sociedad de lucha". 21 “La fiesta del pensamiento” Realización: Cristóbal Holzapfel Programa No. 249 para la Radio de la Universidad de Chile Ciclo: “En torno al epistolario Jaspers-Heidegger” Audición: miércoles 11 de Octubre del 2000 a las 16,45 hrs. Terminábamos la última sesión, recordando una frase que le escribe Jaspers a Heidegger en una larga carta de la Navidad de 1931, donde, pensando en Heidegger que se encuentra en su cabaña de Todtnauberg, dice lo siguiente: "Ojalá pudiera encontrarlo en los valles elevados en una esquina del bosque". Podríamos decir que en esa frase se hace presente la intuición que Jaspers tiene de su amigo, como el pensador que encuentra la claridad en las alturas, y al que le gustaría visitarlo en los valles elevados de Todtnauberg, pero que, seguramente por motivos de la frágil salud que tiene, no lo hace. Pero, podríamos decir, en esa frase se insinúa también una alusión a lo enigmático e impredecible que fue siempre su amigo. Y es que un año y medio más tarde ocurrirá un quiebre radical en esta profunda amistad, lo que va aparejado con los acontecimientos políticos que se precipitan en la Alemania del momento, marcados fundamentalmente por la toma del poder total por parte de Hitler que ocurrirá en Marzo del 33. P 1 En carta del 3.4.33 le manifiesta Heidegger a su amigo de Heidelberg su preocupación por la influencia que pueden tener los acontecimientos políticos en la transformación de la universidad alemana. En ella se refiere al filósofo, que fuera nacional-socialista Alfred Baumler y al pedagogo Ernst Krieck, también nacional-socialista, profesor ordinario en la Universidad de Heidelberg y desde 1937 Rector de esa Universidad, bajo cuyo mandato Jaspers fue expulsado de ese plantel. Baumler y Krieck influyeron poderosamente en la en la filosofía política nacional-socialista. La alusión de Heidegger a ambos es en el sentido de que de ellos sería esperable algún esclarecimiento de lo que ocurrirá con la universidad en Alemania, pero que hasta ahora no ha habido ninguno. Especialmente con Krieck Heidegger entrará en una enemistad total, y ello fundamentalmente debido a los ataques que le hiciera Krieck en la Revista de tendencia nacional-socialista "Pueblo en gestación" ("Volk im Werden"), donde tilda a Heidegger como uno de aquellos "que trabajan secretamente en una destrucción del movimiento innovador nacional-socialista", agregando además que las fuentes de su pensar "no han sido 22 siempre precisamente germánicas" y que en su pensar se refleja "el pensamiento del judío contrario a la especie /artfremd/" (p. 255). P 2 Mas, todo eso sucederá un año después de la carta de abril del 33 que ahora comentamos. En ella percibimos en su parte final como ya se insinúa la visión política de Heidegger, lamentablemente identificada con el nazismo. Dice Heidegger: "Así de cuestionable que muchas cosas parezcan, así percibo siempre más que estamos creciendo en una nueva realidad y que una edad se ha vuelto vieja. / Todo depende si preparamos para la filosofía el lugar adecuado para el ataque y le ayudamos a dar con la palabra". En marzo del 33 hace Heidegger la que habría de ser su última larga estadía en la casa de Jaspers en Heidelberg, en su casa de la Plöckstrasse 66. En su Autobiografía filosófica dirá muchos años tarde Jaspers sobre este encuentro lo siguiente: "A fines de marzo de 1933 estuvo Heidegger por última vez para una larga estadía donde nosotros. A pesar del nacionalsocialismo triunfal de las elecciones de marzo, conversamos como antes. Él compró para mí un disco de música litúrgica gregoriana que ambos escuchamos. Más rápido que lo planificado Heidegger tuvo que partir. 'Hay que ubicarse /einschalten/, dijo él, a propósito del rápido desarrollo de la realidad nacionalsocialista. Yo me sorprendí y no pregunté nada". P 3 Y, tal vez ya en sintonía con lo que recién hemos leído de la carta del 3.4.33 en la que Heidegger dice que "estamos creciendo en una nueva realidad", y del relato de Jaspers de que Heidegger habría dicho que "hay que ubicarse", el 21.4.33 Heidegger será designado Rector de la Universidad de Friburgo, bajo el régimen nacional-socialista. Ello tiene que ver con lo que se ha dado en llamar "error político" de Heidegger. Pero, claro está, no tan sólo es éste un error político, sino también un "error filosófico", lo que ya se patentiza en el pasaje de la carta recién citada: "Todo depende si preparamos para la filosofía el lugar adecuado para el ataque y le ayudamos a dar con la palabra". Ello nos muestra que Heidegger efectivamente pretendió darle un sustento filosófico al nacional-socialismo, justamente preparando para la filosofía el lugar adecuado para el ataque. P 4 Ya la Biografía de Guido Schneeberger Recopilación a propósito de Heidegger. Documentos sobre su vida y obra de 1962 23 reproduce distintos documentos y discursos que Heidegger pronunciara como Rector, en los que se muestra con mayor fuerza aun esto, que, podríamos decir, no solamente acabó, sino que, desde la partida, fue un tremendo despropósito. En esa Biografía se traen a colación distintos discursos en los que se pone de manifiesto el mencionado intento de darle un sustento filosófico al nacional-socialismo. Ahora bien, la tesis desarrollada por nuestro compatriota Víctor Farías en Heidegger y el nazismo de que el pensamiento heideggeriano sería en definitiva un pensamiento nazi, pienso que es insostenible. Y, podríamos agregar, esa tesis es insostenible, aunque a través de los documentos recopilados por Schneeberger quede en claro que el propio Heidegger es el primero en ser responsable, por supuesto, de intento de darle un sustento filosófico al nazismo. Al respecto cabe decir que por suerte ese intento se circunscribe a muchos de los documentos de Schneeberger y a sus Discuros rectorales, pero no así a Ser y tiempo y al resto de su obra. P 5 Y bien, volvamos al 33: Heidegger ha sido designado el primer Rector nacional-socialista de una universidad alemana. En carta del 25.6.33 anuncia Heidegger visita a Jaspers. Esta visita se debe a que ha sido invitado por el Centro de Estudiantes de la Universidad de Heidelberg de tendencia nacional-socialista a dictar una conferencia, la que se habrá de titular La universidad en el nuevo reino y que pronunciara Heidegger el 30.6.33. En la Autobiografía filosófica de Jaspers leemos sobre este nuevo encuentro y la conferencia de su amigo lo siguiente: "En Mayo estuvo él otra vez brevemente y por última vez donde nosotros, con ocasión de una conferencia que él dio en su calidad de Rector de la Universidad de Friburgo ante los estudiantes y profesores de Heidelberg, y en calidad además de el camarada Heidegger, así saludado por el Presidente Scheel del Centro de Estudiantes de Heidelberg. En cuanto a la forma fue una conferencia magistral, en cuanto al contenido, un programa de la renovación nacional-socialista de la universidad...Se le agradeció con un fuerte aplauso de los estudiantes y de unos pocos profesores. Yo permanecía en un lado con las piernas estiradas, las manos en el bolsillo, sin moverme". P 6 Seguramente es aquí donde ya se produce el quiebre. Podemos imaginar el shok que esto le provocó a Jaspers. Pero, el quebrantamiento definitivo de la relación se iba a confirmar inmediatamente después cuando Heidegger fuera a la casa de su 24 amigo, en uniforme nazi color caqui, almorzara con él y se plantearan en ese momento temas de política contingente. Jaspers relata esto como sigue: "Desde mi punto de vista, desde entonces las conversaciones no fueron más abiertas. Yo le dije que se había esperado que él se la jugara por nuestra universidad y su gran tradición. No hubo respuesta. Hablé sobre la cuestión judía, sobre el sinsentido malévolo de los sabios de Zion, a lo que replicó: 'Hay pues una peligrosa unión internacional de los judíos'. En la mesa dijo en tono rabioso que es un despropósito el hecho de que haya tantos profesores de filosofía, que habría que conservar en toda Alemania sólo dos o tres. ¿Cuáles pues? pregunté. No hubo respuesta. '¿Cómo puede un hombre tan falto de formación /ungebildeter/ gobernar Alemania?' <-> La formación /Bildung/ es completamente irrelevante', contestó él, 'vea Ud. solamente sus maravillosas manos'". P 7 Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existencial' de Karl Jaspers" continuamos el próximo miércoles a las 16,45 hrs. con el Capítulo "La sociedad de lucha". 25 “La fiesta del pensamiento” Realización: Cristóbal Holzapfel Programa No. 250 para la Radio de la Universidad de Chile Ciclo: “En torno al epistolario Jaspers-Heidegger” Audición: miércoles 18 de Octubre del 2000 a las 16,45 hrs. Hemos visto como la amistad entre dos grandes pensadores Heidegger y Jaspers - se quiebra en 1933 a raíz de la adhesión de Heidegger al nacional-socialismo. Más precisamente, este quiebre se produce el 30 de Junio del 33, cuando Heidegger en su calidad de Rector de la Universidad de Friburgo es invitado por el Centro de Estudiantes, de orientación nacional-socialista, y es saludado como "camarada". Respecto de la fecha (30 de Junio) cabe aducir que en su Autobiografía filosófica Jaspers, escrita 20 años después, supone que la Conferencia de Heidegger y el quiebre inmediatamente posterior habría ocurrido en Mayo, pero éste es claramente un recuerdo erróneo. A la mentada Conferencia le sigue un encuentro entre ambos en casa de Jaspers en Heidelberg, y sobre todo a la hora de almuerzo se produce un intercambio de palabras algo seco entre ambos. Éste continúa posteriormente cuando Jaspers se acerca a su amigo a su habitación del segundo piso. Jaspers describe esto en las siguientes palabras: "Heidegger parecía haber cambiado. Ya en el primer encuentro se generó un ánimo de separación entre nosotros. El nacionalsocialismo se había convertido en una borrachera de la población". P 1 Y sigue el pensador de Heidelberg: ">Es como en 1914...<comencé, y quería continuar: >otra vez esta engañosa borrachera de las masas<, pero en vistas de que Heidegger expresara en forma radiante su anuencia a las primeras palabras se me atragantó el habla. Este quiebre radical me afectó extraordinariamente. Con nadie más había experimentado algo así. Era tanto más consternante, cuanto que Heidegger parecía no advertirlo. Él lo testimonia a través del hecho de que desde 1933 nunca me volvió a visitar, y que tampoco dijo palabra para mi alejamiento del cargo en 1937. Pero, he escuchado que él todavía en 1935 habló en una Lección sobre su 'amigo Jaspers'. Dudo de que él haya comprendido hoy este quiebre". Fijémonos bien como se da toda esta situación, que, dicho sea de paso, se asemeja a tantas situaciones similares que se dan en el trato humano. 26 Jaspers, que primero ha asistido a la Conferencia, titulada nada menos que "La universidad en el nuevo reino", ante los aplausos que se han brindado al "camarada" Heidegger, vestido con el uniforme nacional-socialista color caqui, ha permanecido con las manos en los bolsillos. Luego a la hora de almuerzo le ha hecho preguntas de las cuales Heidegger ha contestado sólo algunas, como aquella de cómo puede ser que un hombre tan falto de formación gobierne Alemania', a lo que responde Heidegger: "vea Ud. solamente sus maravillosas manos". Pero, como hemos visto, la escena continúa en el segundo piso, y entonces sucede que Jaspers al comenzar a decir la frase: "Es como en 1914...", su amigo se adelanta a asentir en forma radiante, por lo que a Jaspers se le atraganta la voz, y lo que quería agregar a esa frase era: "otra vez esta engañosa borrachera de las masas". P 2 Desde luego, está más que claro que se ha producido un quiebre en esta bella amistad. Podríamos decir que se ha introducido el mundo con sus demandas y sus urgencias para poner a prueba esta amistad, la cual ella no pudo pasar. Aún así, si bien este par de amigos nunca más se volvieron a encontrar personalmente, y Jaspers nunca pudo superar, según reconoce él mismo, una radical desconfianza ante su par, sin embargo, tampoco se podría decir que el quiebre es definitivo. Veremos como después de la guerra esta amistad renace, y que, de momento (estamos en el año 33) se sigue manteniendo un vínculo epistolar. Una de las cosas que llama la atención es de que tras la recepción del Discurso Rectoral de Heidegger - La autoafirmación de la uiversidad alemana - que Heidegger pronuncia con ocasión de su asunción como Rector de la Universidad de Friburgo el 27.5.33, y que Heidegger le hace enviar a Jaspers, éste último se muestra algo favorable repecto de este Discurso, conteniendo él planteamientos tan acordes con lo que se vive en la Alemania de esos años, como la propuestas de un "servicio de defensa" ("Wehrdienst"), como función propia de la Universidad. Esta acogida algo favorable al Discurso Rectoral en cuestión se patentiza en Carta del 23.8.33: "Le agradezco por su Discurso Rectoral. Me agradó conocerlo en su versión auténtica después de su lectura en la prensa. El gran trazado de su punto de partida en la Grecia antigua me ha tocado como una nueva y al mismo tiempo evidente verdad. En esto coincide Ud. con Nietzsche, pero con la diferencia de que se puede esperar que Ud. realice lo que, filosóficamente 27 interpretando, Ud. dice. sustancia confiable". Su Discurso tiene por ello una P 3 Mas, no obstante esta anuencia, Jaspers no deja pasar la ocasión de señalar también lo siguiente en su Carta: "Mi confianza en su filosofar, que mantengo con renovado vigor desde el comienzo de año y nuestra conversaciones de entonces, no se ve entorpecido por aspectos de este Discurso que son de acuerdo a las demandas del tiempo /zeitgemäss/ y a través de algo en ello que me parece un poco forzado y con frases que parecen sonar a algo hueco. Con todo, estoy contento de que alguien pueda hablar así y que toque los genuinos límites y orígenes". Casi 30 años más tarde en sus Anotaciones relativas a Martin Heidegger (Notizen zu Martin Heidegger), Jaspers reconocerá que la distancia que se había generado con su amigo era mayor aún de lo que hasta ahora ha parecido. Sobre el Discurso Rectoral leemos allí: "...incluso su Discurso Rectoral intenté interpretarlo del mejor modo. Pero al mismo tiempo ya no confiaba en él. Esto no lo traje a colación, sino que me dejé guiar por el principio: en tanto se espera lo mejor responde a ello el otro, al estar con él en una relación de muchos años, entretanto una expresión de la desconfianza lo destruye todo...El rango espiritual no estaba perdido, a pesar de que el contenido de su hablar y hacer había descendido al más bajo nivel". P 4 Y continúa el pensador de Heidelberg: "A pesar de ello, yo no podía dejar de tomarlo en serio, finalmente como un contrincante radical, como el instrumento de un poder amenazante y peligroso, y entendible para mí como destructor./ De acuerdo a parámetros, que ciertamente son subjetivos, me parecía su hablar, su hacer, su hábito tan innoble que había una extrañeza fundamental en un notable contraste con el fluido del filosofar. Y aun en esto había extrañeza, pero a la vez una unión en el ser tocados por lo que a ambos nos parecía que era propiamente la filosofía y en lo que creíamos entonces estar de acuerdo". Pero, con todo, Jaspers alberga aun una esperanza no solamente respecto de su amigo, sino también de la Alemania de entonces. Ello es así, pese a que es el año 33, el año de la toma del poder total por parte de Hitler, y en el ambiente hay ya numerosos signos de malos presagios. Alguno de estos malos presagios atañen a su propia familia, más específicamente a la familia de su mujer Gertrud Mayer, de 28 origen judío. Esta es la situación concerniente a algo que apenas menciona Jaspers a su amigo antes del quiebre con él, en Carta del 20.4.33 en los siguientes términos: "Estuve entretanto en Berlin - preocupaciones por familiares - volvimos hoy en la noche". En esta breve alusión se trata de su cuñado, también filósofo y médico - Ernst Mayer -, que dirigía una consulta (Praxis) en Berlin. El caso es que el así llamado "Parágrafo ario" de la Ley para la Reestructuración de los Cargos de Funcionario (Beamtentum), del 7.4.33, indujo a que los "pacientes arios" hicieran un boicot de su consulta. P 5 Jaspers se había dedicado junto con él a los estudios filosóficos durante los años estudiantiles en Heidelberg, y gracias a él conoce a Gertrud -. Es más Mayer fue quien revisó los manuscritos de la obra mayor de Jaspers - Filosofía -. Con posterioridad al boicot de su consulta, Mayer tuvo que emigrar a Holanda en el 38, donde se escondió y en ese escondite escribió un libro que suena atractivo por su solo título: Dialéctica del no-saber. Cuando finalmente muere en 1952 Jaspers dice en sus "Evocación de Ernst Mayer" que éste ya le habría dicho en el 33: "Ellos nos llevarán a barracas que luego encenderán", lo que a Jaspers le pareció simplemente una fantasía. P 6 Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existencial' de Karl Jaspers" continuamos el próximo miércoles a las 16,45 hrs. con el Capítulo "La sociedad de lucha". 29 “La fiesta del pensamiento” Realización: Cristóbal Holzapfel Programa No. 251 para la Radio de la Universidad de Chile Ciclo: “En torno al epistolario Jaspers-Heidegger” Audición: miércoles 25 de Octubre del 2000 a las 16,45 hrs. Dentro del Ciclo "El esclarecimiento existencial de Karl Jaspers" nos hemos dedicado en su primera parte a la relación entre Jaspers y Heidegger y a ella le hemos dado el título "La sociedad de lucha", puesto que justamente estos pensadores, que fueron íntimos amigos, se propusieron formar lo que ellos mismos llamaron una "sociedad de lucha" ("Kampfgemeinschaft"). Pero, dado que el hombre no existe aisladamente sino en-el-mundo, y tiene que enfrentar el diario vivir y las vicisitudes históricas, políticas, económicas y jurídicas mundanales, es que esta bella amistad entra en crisis hata el punto de quebrarse dolorosamente en 1933 en plena época del auge del nazismo en Alemania. Sin duda alguna el hecho de que Heidegger haya adherido al nacional-socialismo constituyó la razón de ese quiebre. En nuestro relato y análisis nos encontramos justo en el punto del quiebre y de como lo ve Jaspers a la distancia, según lo que relata en su Autobiografía filosófica. Dice allí: "Me encontraba desorientado. Nada me había informado Heidegger acerca de sus inclinaciones nacional-socialistas antes de 1933. Por mi parte, yo debería haber hablado con él. En los años antes de 1933 sus visitas se habían vuelto escasas. Ahora era muy tarde. De cara a que el propio Heidegger había sido arrastrado por la embriaguez, fracasé. Yo no le dije que él estaba en un mal paso. Dejé de confiar en su esencia mudadiza. También sentía en mí mismo la amenaza, en atención al poder del cual Heidegger participaba, y pensaba, así como ya algunas veces en mi vida, en el caute de Spinoza". P1 Y continúa Jaspers: "¿Me había equivocado en todo lo positivo que había habido entre nosotros? ¿No había sido yo mismo culpable de no haber buscado el enfrentamiento radical, apoyándome para ello en aquello positivo? No había estado esto determinado también por mi culpa de no haber visto a tiempo los peligros, de haber tomado de manera muy insípida el conjunto del nacionalsocialismo, a pesar de que al mismo tiempo Hanna Ahrendt ya me había dicho en 1932 de manera suficientemente clara en que dirección iría?". Y tras considerar todos estos distintos aspectos del quiebre producido el 30.6.33, termina diciendo Jaspers, aunque, como ya hemos advertido con las fechas equivocadas en la evocación hecha sobre este suceso más de 20 años más tarde en su :Autobiografía filosófica: "En Mayo de 1933 se fue Heidegger por última vez. No nos hemos vuelto a ver". Pues bien, a la hora de hacer balance, correponde decir que el quiebre entre ambos fue definitivo, y agregaría al respecto que lo fue para Jaspers. Pero, aún así, como suele ocurrir en las grandes amistades y en los amores por lo demás, como no creyendo él mismo que ese quiebre fuera así de drástico y definitivo, el propio Jaspers primero hace algún intento de acercamiento, el cual tiene que ver con su acogedora recepción del Discurso Rectoral de Heidegger - La autoafirmación de la universidad alemana -, y luego, pero recién en el año 35, Heidegger habrá 30 de hacer su propio intento de acercamiento, pero esta vez, será él el que no tendrá suficiente acogida por parte de su amigo de Heidelberg. P2 Es decir, también como en las amistades y en los amores, la relación ha comenzado a fenecer definitivamente porque, si hay intentos de acercamiento, y que son recíprocos, éstos son a destiempo, esto es, nunca coincide el de uno con el del otro. Sin embargo, siguiendo todavía con la misma comparación con la filía y eros, esta amistad volverá a florecer, retornando otra vez a la fuerza de sus orígenes cuando ya las heridas de ella y que son también las heridas de Alemania, se hayan comenzado a curar en la postguerra. Pero, no solamente así como en la filía y en eros, sino como es en la misma vida, este retorno y renacimiento habrá de ser nada más que un destello que pronto se perderá. Pero, volvamos ahora al año 33 cuando Heidegger con ocasión de asumir la Rectoría de la Universidad de Friburgo el 27 de Mayo, pronuncia su Discurso La autoafirmación de la universidad alemana. Heidegger se lo hace enviar a su amigo y, sorprendentemente, éste expresa una acogida favorable a ese Discurso, a pesar de ser un texto muy a tono con los cambios sociales y políticos del momento en Alemania: por ejemplo, en él Heidegger propone un así llamado "servicio de defensa" ("Wehrdienst") como una de las tareas que debe cumplir la universidad. Cabe agregar, en todo caso, como ya lo hemos hecho, de que Jaspers hace sus reparos sobre algunos contenidos del Discurso, justamente en lo que se refiere a aquellos muy a tono con la época. P3 La misma mirada esperanzada, tratando de encontrar una salida a la situación política, se advierte en el enfoque de Jaspers de lo que atañe a la universidad. Él elabora un documento llamado Tesis para la pregunta sobre la reforma universitaria, el que pronunciará como Discurso al término de la Guerra, el 15.8.45, con ocasión de la reapertura de los Cursos de Medicina en la Universidad de Heidelberg, y que aparecerá bajo el título Renovación de la universidad. En este Discurso, cuyo texto ya fue escrito en el 33, hace un agudo análisis de los diversos problemas que arrastra la universidad en ese momento, y propone diversas medidas muy interesantes que hasta nuestros días siguen siendo válidas: disminuir la admnistración y la burocracia; que haya una dirección fuerte (representada por el Rector), pero al mismo tiempo bajo el control de un Consejo ante el cual él tiene que justificar su política universitaria; que el número de los catedráticos se limite a los verdaderamente sobresalientes; que la libertad tenga una base estrictamente académica y no determinada por una política exterior a la universidad; que, en fin, la universidad se empeñe ante todo en su objetivo primordial, cual es la búsqueda de la verdad. Como podemos observar, se trata, en cierto modo de una suerte de diseño aristocrático (en el buen sentido) de la universidad. Jaspers le hace enviar estas Tesis a Heidegger, adjunto a la Carta del 23.8.33, mas de parte de este último no se conoce respuesta. P4 Esto nos hace ver que ya estamos aquí ante signos negativos que apuntan indesmentiblemente a las consecuencias del quiebre de la amistad. Ello tiene que ver con lo que decíamos anteriormente en el sentido de que una amistad que ha sido tan fuerte y profunda como 31 ésta no se acaba así como si nada, y es por ello que da la impresión de que cada uno, pero lamentablemente por separado y a destiempo con el otro, hace algún esfuerzo por el reencuentro, pero, por lo mismo, éste no sucede. En este caso esto engarca con lo que podemos suponer habrá esperado Jaspers del envío de las mencionadas Tesis a su antiguo amigo, máxime cuando en ellas casi todas sus propuestas, podemos imaginar, habrían encontrado eco en él. Pero, como ya dijera, no hay respuesta... Y es así como tienen que pasar casi dos años hasta que el otro, en este caso Heidegger, de un nuevo signo en una Carta ya del 1.7.35. Mas, cabe agregar de que, aún así, la iniciativa no la ha tomado plenamente Heidegger, ya que, al parecer, la carta está suscitada por el envío por parte de Jaspers del texto de su Conferencia Razón y existencia, dictada en la Universidad de Rijks de Groningen (Rijksuniversiteit te Groningen), del cual Heidegger acusa recibo. De todos modos, es una bella carta, que ya desde sus inicios nos permite darnos cuenta de que Heidegger estaba en la mejor predisposición de reanudar esa amistad, ya bastante terremoteada. Es más, si leemos con atención esta carta, advertiremos que en ella sutilmente Heidegger quiere darle una explicación a su amigo de lo sucedido (en particular en lo que atañe a su adhesión al nacional-socialismo y su aparentemente mala experiencia como Rector de la Universidad de Friburgo bajo el régimen nazi), y ello lo hace por medio de la cita de la tragedia Antígona de Sófocles. P5 Ello nos revela que por supuesto entre estos dos tremendos pensadores no podían sino haber no solamente sutilezas, sino seguramente también mensajes ocultos, como toda suerte de insinuaciones. Más aún, corresponde agregar también que estamos no solamente ante dos grandes filósofos y escritores, sino también ante dos grandes maestros del género espistolar, el cual, apenas lo analizamos someramente, es justamente eso - un género -, que como tal, tiene sus propias leyes. Por de pronto, a diferencia de la novela o la poesía, hay en ella un ir y venir, una comunicación que se espera que el otro responda en un plazo razonable. Y ello lo decimos aquí, atendiendo, por decirlo así, a lo que es usual en la puesta en práctica de este género, ya que, como bien sabemos, también se le llama 'carta' a la Carta Magna, como a la Carta sobre el "humanismo" del propio Heidegger, en cuyos escritos no hay, o al menos, no se espera que haya una respuesta a ellos. Y se trata además en este género epistolar de que a la semántica que de por sí implica un escrito, aunque se trate de una declaración notarial, se le agregan no solamente los significados subyacentes que pueden haber en la novela, en la lírica, en la épica, en la tragedia o en la comedia, sino los específicos de este género que tienen que ver precisamente con las posibilidades, por ejemplo, de una respuesta muy corta a una carta muy larga, de una dilación excesiva en esa respuesta, o, al contrario de una respuesta cuasi instantánea. A ello se suman ciertas formalidades o giros, ya sea algunos que corresponden a una determinada jerga, u otros que tienen un sello absolutamente personal. Por ejemplo, es el caso de que durante mucho tiempo el Heidegger de muchas cartas de los inicios de su amistad con Jaspers pone siempre al final en la parte de la despedida algo muy singular y para nosotros completamente inusual: "De casa a casa" ("Von Haus zu Haus"), lo que podríamos entender en el sentido de un gesto muy especial de confianza, como que se le habla al amigo como si él estuviera en la propia casa, y 32 viceversa, que uno, el emisor de la carta, dice las cosas de tal modo como si estuviera diciéndolas en la casa de su amigo, el receptor de la carta. P6 Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existencial' de Karl Jaspers" continuamos el próximo miércoles a las 16,45 hrs. con el Capítulo "La sociedad de lucha". 33 “La fiesta del pensamiento” Realización: Cristóbal Holzapfel Programa No. 252 para la Radio de la Universidad de Chile Ciclo: “En torno al epistolario Jaspers-Heidegger” Audición:miércoles 1 de Noviembre del2000a las 16,45 hrs. En verdad, tras el quiebre de la amistad acontecido el año 1933 entre Jaspers y Heidegger hay algo que se pierde, como en todo quiebre por lo demás, y esto es la fluidez y la espontaneidad. Es decir, se pierden los gestos que habían antes de una entrega amical sin reservas al otro. Ahora inevitablemente comienzan a hacerse presentes la cautela, y seguramente el temor, e incluso, al menos de parte de Jaspers, como él mismo reconoce por lo demás, la desconfianza. En este sentido, esto que se da entre dos personas de profunda espiritualidad, como son estos dos grandes pensadores, no constituye una excepción, si lo comparamos con lo que ocurre en general en las relaciones amicales o amorosas. Justamente en éstas también se da que una vez producido el quiebre, cada paso es difícil, y va acompañado de todo tipo de prevenciones y reservas. Y precisamente nada más apropiado que el género epistolar que ambos pensadores ponen en práctica, para dar libre curso a esas prevenciones y reservas. Tendremos pues que detenernos a reflexionar sobre lo que atañe a este género. Hemos contrastado el género epistolar con la novela o la poesía, por ejemplo, reconociendo al respecto que en las cartas, en cierto modo se multiplican los sentidos y significados de cada cosa, ya que en ellas, además de la polisemia que es propia de las palabras y del estilo, se hacen presentes además gestos, como la dilación en la respuesta a una carta, que tienen en cada caso sus sentidos específicos. P1 Y ahora podemos contrastar el género espistolar con lo que podríamos llamar una relación directa interpersonal. Podría parecer que en la relación entre dos personas de cuerpo presente hubieran normalmente más sentidos y significados en juego. Pero, si bien reflexionamos sobre esto, cabe decir que sucede exactamente lo contrario: la conversación directa permite un mayor control y comprensión de la semántica que se pone en juego, precisamente por esa contrastación que se va haciendo con nuestro interlocutor de manera inmediata de todo lo que se va diciendo, sugiriendo, relatando, y demás. No obstante lo anterior, ocurre además en una relación directa que al mismo tiempo se suelen manifestar un conjunto de "tácitos", de supuestos y aun de prejuicios inconfesos. En el género epistolar, en cambio, tenemos siempre la posibilidad de estar al abrigo de la mirada del otro. La comparación que se puede hacer entre televisión y radio seguramente que viene al caso. Se trata precisamente de que la televisión satura inmediatamente la imagen, y ésta es la razón por la que en ese medio no pueden permitirse espacios vacíos, ni aunque se trate de unos segundos, porque de ocurrir eso el televidente cambia inmediatamente de canal. En radio, por el contrario, hay una mayor distancia, pues lo que escuchamos es una voz o unos sonidos que, en 34 primer lugar, requieren más tiempo para su asimilación, y, en segundo lugar, calan más hondo en nosotros. P2 Ello se relaciona a su vez con la polémica cuestión de los privilegios de la vista o del oído, si acaso uno u otro tendrían una mayor capacidad de penetración. Siguiendo a un Heráclito, que incita en un aforismo a escuchar el logos (sentido, razón), para darse cuenta entonces de que todo es uno, y así hasta Heidegger, en el que se trata de oir el ser, nosotros aquí nos sentimos interpretados por esa misma línea, de acuerdo a la cual, el oído tendría un privilegio sobre la vista. Y esto a su vez es relevante en varias otras direcciones, por ejemplo, en lo que se refiere a la comparación que se puede hacer entre la pintura y la música, en lo que cabe atender además a la clasificación de Schopenhauer de las artes, en concordancia con la cual la música puede acercarse más a lo esencial que la pintura. El criterio es allí la capacidad que tiene un arte de abstraerse de una base material: así, por ejemplo, la arquitectura es la más apegada de las artes a lo material, no solamente porque requiere de ciertos materiales para poder realizarse, sino además porque sus diseños, sus planos, tienen que adecuarse a un modo de habitar del hombre en el espacio. En lo que atañe al género espistolar, cabría preguntarse si en él intervienen más el oído o la vista, y, al parecer, a pesar de que una carta es ante todo algo que se lee, lo decisivo es siempre la escucha de la carta. Me atrevería a agregar que lo mismo tendría que ocurrir por cierto con la lectura. Por ejemplo, si estamos leyendo Las elegías del Duino de Rainer Maria Rilke, lo que allí leemos es ante todo lo que escuchamos, aunque al leerlo no pronunciemos palabra. Ahora bien, se podría objetar que está claro que en las Elegías es así porque ante todo es un poema, y en la poesía la escritura se vuelve singularmente musical, con sus cadencias, y demás. Pero, se podría replicar a ello que precisamente la prueba documental de que la lectura está determinada por lo que en ella escuchamos, la constituye precisamente la poesía, y ello no le resta esa misma posibilidad a lo que sea la lectura en general. P3 Todos estos elementos, como otros que seguramente nos saldrán al paso, podemos suponer de antemano, se presentarán en lo que sigue del rico epistolario de estos dos amigos, que se encuentran ahora en un momento (año 1935) en que ninguno de ellos muestra saber claramente a qué atenerse: si dar definitivamente por terminada una tan bella amistad, o continuar con ella y considerar, por ejemplo, que el mundo con sus demandas y sus urgencias de siempre la ha destruido. Hay una carta del 1.7.35 de Heidegger a Jaspers que la encuentro particularmente decidora, sobre todo en el sentido de que, en cierto modo, podríamos decir, que constituye una explicación de su adhesión al nacional-socialismo y de su Rectoría de la Universidad de Friburgo, como del desencanto que todo ello le ha provocado. Pero esta "explicación" no está así meramente dada, sino más bien, insinuada. Hemos dicho que esto se asocia con el hecho de que a estas alturas la amistad entre ambos ya se encuentra algo deteriorada, se ha perdido la confianza y la espontaneidad. Heidegger comienza diciendo: "Sobre mi escritorio hay un 35 portafolio con el título "Jaspers". De vez en cuando cae dentro de él algún papel; también hay cartas iniciadas dentro de él, pedazos de una confrontación a propósito del primer intento de concebir el III volumen de Filosofía." P4 Hemos visto que igual hay un motivo por parte de Heidegger que lo lleva a escribirle a su antiguo amigo, y es el agradecimiento por el texto de la Conferencia "Razón y existencia" que dictara Jaspers en la Rijksuniversiteit de Groningen, en los Países Bajos. Luego Heidegger agrega: "Le agradezco cordialmente por este saludo, que me alegró mucho; porque la soledad es casi completa" Fijémonos aquí por de pronto que la expresión 'mucho' de "me alegró mucho" está escrita con cursiva, y fijémonos también en ese singular reconocimiento de su completa soledad. Y lo que viene a continuación es incluso un reconocimiento expreso del "fracaso del Rectorado". Mas, al final de la carta, como anexo, incluye Heidegger el pasaje sobre el hombre de Antígona de Sófocles, en el cual, podemos suponer, se encuentra precisamente la "explicación" sobre lo ocurrido. Leemos en Antígona: "Múltiples cosas inquietantes dominan y nada es más inquietante que el hombre; Él sale a navegar por la marejada espumosa en la tormenta del meridión del invierno y cruza bajo las olas que abren abismos a su paso. Él también agota a la bendita para los dioses, la Tierra, la infatigable, la indestructible, dándola vuelta de año en año labrándola con los potros, el arado". P5 Sabido es que las traducciones de Heidegger son asaz singulares y completamente apartadas de los modos usuales de traducción. Ellas son por sobre todo traducciones hermenéuticas, en que regularmente se fuerza al lenguaje para dar cuenta del sentido de lo que hay que traducir. En particular las traducciones en cuestión son todas aquellas del griego al alemán. Pero, lo anterior no significa en absoluto que ellas sean erróneas, ni muchos menos, sino todo lo contrario. Éste es el caso de la traducción de la Estrofa 1 que hemos citado, en el que el griego "..." lo traduce Heidegger como "Vielfältig Unheimliches...", "Muchas cosas inquietantes...", lo cual se refiere al hombre. significa en griego por una parte 'terrible', 'horroroso', y por otra parte, 'poderoso', 'grande', incluyendo esta última posibilidad también los sentidos de 'extraordinario', 'sorprendente', como también 'sublime' (de acuerdo al Diccionario Griego-Alemán Gemoll). 36 José María Lucas de Dios en la edición de Alianza Editorial traduce "" como "Muchas son las cosas admirables...".1 'Unheimlich' proviene de 'Heim', 'hogar' en alemán, y en este sentido significa también lo 'inhospitalario'. Es una palabra que a su vez Heidegger usa en Ser y tiempo para describir el 'noestar-en-su-casa' del posible ser-sí-mismo, que precisamente en este mundo cotidiano, bajo el dominio del "se", de lo que "se dice", "se acostumbra", "se piensa", se siente en él al modo de la "inhospitalidad', "Unheimlichkeit". Por otra parte, 'unheimlich' tiene incluso el sentido de lo terrible en alemán. Y esta diferencia de traducción es particularmente significativa, por cuanto en la carta que antecede a esta traducción que se anexa, según hemos visto, Heidegger ha hecho alusión, de todos modos muy indirecta, a la fisura que se ha producido en la amistad con Jaspers, al decir que de vez en cuando cae algún papel en su portafolio titulado "Jaspers"; en segundo lugar, la confesión de encontrarse en la más completa soledad; y en tercer lugar, el reconocimiento del fracaso de su rectorado. "...", "Muchas cosas inquietantes..." afectan al hombre. P6 Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existencial' de Karl Jaspers" continuamos el próximo miércoles a las 16,45 hrs. con el Capítulo "La sociedad de lucha". 1 Sófocles, Ayax, Las Traquinias, Antígona, Edipo Rey, Trad. de José María Lucas de Dios, Alianza Editorial, Madrid, 1988, p. 181. 37 “La fiesta del pensamiento” Realización: Cristóbal Holzapfel Programa No. 253 para la Radio de la Universidad de Chile Ciclo: “En torno al epistolario Jaspers-Heidegger” Audición:miércoles 8 de Noviembre del 2000 a las 16,45 hrs. Hemos dicho que Heidegger, en vistas de su adhesión al nacional-socialismo y de su abortada experiencia como Rector de la Universidad de Friburgo, le da una "explicación" a Jaspers, que tiene un carácter indirecto, ya que está dada en la forma de una traducción de Antígona. Hemos visto además que, como se trata de una traducción, hay ciertos giros que le da Heidegger a algunas palabras, que podrían, en principio, traducirse de otro modo. Es el caso de "...", "Muchas cosas inquietantes...", lo que tiene que ver en la tragedia con lo que afecta al hombre. El traductor José María Lucas de Dios de la edición de Alianza Editorial traduce lo mismo como "Muchas cosas admirables...", refiriéndose con ello a lo que hay en el hombre. Pasemos ahora a la traducción de Heidegger de la 2ª Estrofa. Siempre hablando del hombre, dice: "Y en el pronunciar de las palabras en el comprender rápido como el viento se encontraba él en el temple de mandar sobre las ciudades. Y él ideó como escapar a la exposición bajo las flechas de los climas y de las heladas inhospitalarias. Por todas partes de camino, mas sin salida llega él a nada. Al acoso - a la muerte sola no puede él defenderse jamás escapándose, aunque le resultare diestramente hacerlo de los miserables achaques". P1 He aquí la alusión al vivir el hombre en las ciudades y quedar expuesto a las flechas, pudiendo en el mejor de los casos escapar a ellas, pero, al mismo tiempo, sin que en definitiva llegue a nada, ya que al final siempre está la muerte que anula el sentido de todo lo que hacemos. En ello, podemos suponer con base, hay a la vez una alusión a las consecuencias que trae consigo el tomar algún partido y el tomar ciertas decisiones políticas, es decir, involucrarse en el quehacer político. Y ello atañe especialmente al pensador, y más particularmente, al filósofo, por cuanto lo que está en juego es el vínculo entre filosofía y política. En efecto, éste es el problema filosófico de siempre, en especial desde Platón en adelante: cómo llevar a la práctica el pensamiento filosófico, y en particular, el pensamiento filosófico-político. 38 Es justamente el problema que afectó a Platón, cuando Dionisio, regente en Siracusa, intenta realizar el modelo platónico de La República, lo que a fin de cuentas deriva en una revolución sangrienta y el consiguiente fracaso rotundo de la aplicación de ese modelo. Platón, que ha sido invitado a su corte por Dionisio, tiene que huir de Siracusa en medio de la revuelta, y este aristócrata ateniense pasa por muchas vicisitudes antes de poder volver a Atenas; inclusive, entre las muchas desventuras que padece, es en algún momento vendido como esclavo. Relativamente a esto, alguna vez me contó uno de los más destacados filósofos y discípulos de Heidegger, Max Müller, que, una vez terminada la guerra va Heidegger en un tranvía en Friburgo y uno de los pasajeros se acerca y le dice: ¿De vuelta de Siracusa? P2 Sigamos con la traducción que hace Heidegger de Antígona. Agreguemos ahora la útltima de las estrofas que él traduce, en este caso se trata de la 2ª. Antístrofa. Siempre hablando de lo inquietante que se cierne sobre el hombre, ella dice: "Lo inquietante sobre la esperanza dominando: las manipulaciones del saber cae él alguna vez en lo terrible, otra vez se hace fuerte. Entre las leyes de la Tierra y el orden conjurado de los dioses haciendo su travesía. Destacado en el estado y carente de estado camina él, al que lo que no es llega a ser por mor de su osadía. Que no sea huésped en mi casa ni me de consejos el que aquello emprende". Quizás sea ésta la estrofa que más clara y conmovedoramente representa lo que puede haber vivido Heidegger a la altura del año 35, haciendo un balance de su gestión, quizás incluso incluyendo ello alguna reflexión acerca de a lo que le condujo el haber admirado las manos de Hitler. P3 Los años 35-36 son también los años en los que él dicta sus Lecciones sobre Nietzsche en las que encontramos severas y osadas críticas a Rosenberg, el autor de la teoría racial, en la que se apoyara el nazismo., y ello sobre todo en atención a la utilización que hacían los nazis de Nietzsche. Pero, volviendo a la relación Jaspers-Heidegger, hemos visto como ella ya se ha deteriorado, y esta carta con la traducción de Antígona, como hemos visto, a pesar de contener una cierta "explicación" de Heidegger sobre su proceder y el reconocimiento de un fracaso (y probablemente la confesión de un error), Jaspers la habrá de responder recién casi un año después con nada más que un parco acuse de recibo y agradecimiento. En efecto, la carta con la traducción de Antígona es del 1.7.35 y el acuse de recibo de Jaspers es recién del 14.5.36. Y luego de tan parca respuesta Heidegger vuelve a escribirle a su antiguo amigo tan sólo dos días más tarde: el 16.5.36, y le cuenta muchas cosas: sobre un viaje a Roma con su familia, donde dictó una conferencia sobre Hölderlin. Le cuenta además que está trabajando en 39 Nietzsche, que pertenece a una comisión encargada de la edición de la obra de Nietzsche. Al mismo tiempo, agrega que está trabajando en la interpretación del escrito de Schelling Sobre la esencia de la libertad humana. Pero luego entra en juego aquí lo que suele ser característico de las cosas humanas: hay una equivocación, o más bien una mala interpretación sobre un hecho. Se trata de lo siguiente: Heidegger le cuenta a su hijo Hermann años más tarde, después de la guerra, de que él nunca recibió de parte de Jaspers una respuesta a esta carta, por lo cual él no le volvió a escribir y se limitó en adelante a enviarle a Jaspers sus publicaciones. Pero, el caso es que él mismo día 16.5.36 Jaspers le contestó inmediatamente esta carta; precisamente parte diciendo Jaspers en su carta que recién ha recibido la carta de Heidegger. P4 Mas, hemos visto que igual el 33 no fue el año del quiebre definitivo, que incluso respecto del Discurso Rectoral de Heidegger, Jaspers tuvo palabras elogiosas y sólo algunas observaciones críticas laterales. Hans Saner - el fiel discípulo y amigo de Jaspers, como también editor de parte de su obra - en la "Introducción" a las Notas sobre Heidegger, escritas por Jaspers a lo largo de los años de esta escabrosa relación amical, cuenta que estas Notas estaban en el escritorio de Jaspers al momento de su muerte, sugiriendo ello que tal vez quería reanudarlas en cualquier momento.2 Saner: "No sabemos por qué y desde cuándo Jaspers calificó el año 1933 de "revelación radical de la separación". En cualquier caso no disponemos de ningún testimonio de la época que demuestre que interpretase con este rigor la entrada de Heidegger en el nacionalsocialismo" (p. XVIII). Ello nos hace ver que Jaspers no tenía suficiente claridad sobre los alcances que tenía lo que en ese momento pasaba en Alemania. Según Saner es recién con el así llamado "RöhmPutsch" ("El golpe de Estado de Röhm") que fue una artimaña de Hitler para hacer eliminar a Röhm, consistente en acusarlo de una intentona golpista, que Jaspers se da cuenta de la situación que verdaderamente se vive en ese momento. Dice Saner: "Es probable que hasta el golpe de Röhm a finales de junio de 1934 no viese con toda claridad que Alemania había caído en manos de criminales" (p. XVIII). P5 Röhm se había convertido en Jefe de la S.A., la cual era la Sección "Grupo de Choque" ("Sturmabteilung") del nacional-socialismo, y llegó a tener más de 700.000 miembros que actuaban en toda Alemania persiguiendo a los opositores al régimen. Frente a la S.A. estaba la S.S. ("Schutzstaffel", "Guardia de Protección"), especie de guardia pretoriana, que protegía a Hitler. Esta S.S. estaba formalmente bajo la S.A., la cual Röhm tiene el propósito de sobredimensionar como un grupo paramilitar de tamaño similar al del ejército alemán. En ese contexto es que se produce el atentado de Hitler con apoyo del ejército y de dirigentes nacionalsocialistas - Göring, Himmler, Hess -, con el pretexto de que Röhm y sus secuaces serían no solamente golpistas, sino también homosexuales. Los asesinados son Röhm, toda la dirigencia 2 Karl Jaspers, (Notas sobre Martin Heidegger Notizen zu Martin Heidegger), trad. de Vicente Romano García, Edit. Mondadori, Madrid, 1990, p. VII. 40 de la S.A. como otros tantos, y Hitler aprovecha esta ocasión para mandar a matar también a opositores conservadores y a políticos desacreditados, sumando en total los asesinados 83. Desde luego este acontecimiento tiene que haberle abierto los ojos definitivamente a Jaspers como para haberse distanciado cada vez más de su antiguo amigo, al verlo como adherente a lo que ya se mostraba, como dice Saner, como que no era sino una banda de criminales. Y más encima lo que aquí estaba en juego es que Heidegger pertenecía a la S.A. Pero, es más que probable que el quiebre verdaderamente radical se haya producido cuando en 1935 cae en manos de Jaspers una copia de un Dictamen que habría enviado Heidegger sobre el Profesor Eduard Baumgarten a la Federación de Docentes de Göttingen en 1933. Ese Dictamen dice lo siguiente: "El Dr. Baumgarten procede por parentesco y por su postura intelectual del círculo liberal-democrático de intelectuales de Heidelberg en torno a Max Weber. Durante su estancia aquí fue todo menos nacionalsocialista.../Cuando Baumgarten fracasó conmigo se trató vivamente con el judío Fränkel, que trabajó antes en Gotinga y ahora ha sido despedido aquí. Supongo que Baumgarten se ha refugiado en Gotinga, por lo que también pueden explicarse sus actuales relaciones en esa ciudad. /De momento considero que su admisión en las S.A. es tan imposible como en el cuerpo de docentes" (p.XIX-XX). P6 Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existencial' de Karl Jaspers" continuamos el próximo miércoles a las 16,45 hrs. con el Capítulo "La sociedad de lucha". 41 “La fiesta del pensamiento” Realización: Cristóbal Holzapfel Programa No. 254 para la Radio de la Universidad de Chile Ciclo: “En torno al epistolario Jaspers-Heidegger” Audición:miércoles 15 deNoviembre del2000a las16,45 hrs. De acuerdo a la interpretación de Hans Saner, discípulo, seguidor, amigo y editor de algunas obras de Jaspers, el quiebre de la amistad entre Jaspers y Heidegger se produce recién en 1935, cuando Jaspers recibe de manos de una amiga (Marianne Weber) una copia de un dictamen realizado por Heidegger el año 33 sobre el Profesor Eduard Baumgarten. Este dictamente es el siguiente: "El Dr. Baumgarten procede por parentesco y por su postura intelectual del círculo liberal-democrático de intelectuales de Heidelberg en torno a Max Weber. Durante su estancia aquí fue todo menos nacionalsocialista.../Cuando Baumgarten fracasó conmigo se trató vivamente con el judío Fränkel, que trabajó antes en Gotinga y ahora ha sido despedido aquí. Supongo que Baumgarten se ha refugiado en Gotinga, por lo que también pueden explicarse sus actuales relaciones en esa ciudad. /De momento considero que su admisión en las S.A. es tan imposible como en el cuerpo de docentes" (p.XIX-XX). El documento, como claramente se advierte, es gravísimo y por cierto completamente impropio de lo que se debe esperar de un pensador, que reflexiona sobre el hombre y su modo de conducirse en el mundo. En todo caso, cabe reconocer que la autenticidad de él no está comprobada. Mas, aun suponiendo que lo esté, está claro que Heidegger cometió un grave error al adherir al nacional-socialismo y comprometerse con él, pero al mismo tiempo, como ya hemos recordado, él igual se atrevió en estos mismos años 35-36 a hacer severas críticas a ese movimiento. Por otra parte, corresponde además agregar que no es aquí nuestro propósito juzgar la conducta de Heidegger, sino simplemente relatar los hechos que, en este caso, indujeron a que la amistad entre estos dos pensadores se quebrara. P1 Pero, ya destacábamos lo sorprendente que es la equivocación que más encima viene a darse en esta amistad, a través de un cruce de dos cartas del mismo día 16.5.36, una en la que Heidegger le cuenta con holgura a Jaspers acerca de sus impresiones de un viaje a Roma, y él le responde apenas recibe esta carta, pero ésta nunca llega a las manos de su destinatario friburguense. Y ya hemos recordado también que años más tarde Heidegger le dirá a su hijo Hermann que él no le volvió a escribir a Jaspers, porque este último nunca le contestó la carta sobre Roma. Examinemos ahora lo que contiene esa carta perdida de Jaspers (quien tenía el cuidado de conservar las copias de las cartas enviadas, y también otras, como veremos, que corresponden a las que Saner llama "borradores" de cartas, es decir, las que nunca envió). La verdad es que un examen atento de la carta en cuestión del 16.5.36 hace tambalear el veredicto de Saner, del que nos enterábamos más arriba, a saber, de que con el nefasto dictamen de Heidegger sobre Eduard Baumgarten Jaspers habría definitivamente decidido terminar con esta amistad. Escuchemos algunos pasajes de esta carta: 42 "Recién recibo su carta con los valiosos regalos. Me alegro al oir de Ud. Y me alegro especialmente que Ud. esté en su asunto con una fuerza tan manifiesta. En relación a la lectura de su "Hölderlin" que quiero iniciar ya hoy en la noche, estoy a la expectativa". Mas, luego viene un pasaje bastante críptico, en el que incluso hay frases inconclusas con puntos suspensivos. Escuchemos: "Su actitud respecto de la filosofía en este tiempo es pues también la mía; sus juicios de valor - Nietzsche, Hölderlin - nos acercan. Que, a pesar de ello, callo, Ud. lo comprenderá y acepterá. Mi alma está callada; porque en este mundo permanezco con la filosofía no "sin reconocimiento", así como Ud. lo escribe de sí mismo; es más...pero a mí se me atraganta la palabra. En lo que queda, sin embargo, hasta tanto ello se brinde, nos podemos encontrar". P2 Salta a la vista que ésta es una carta, cuya verdad es muy difícil de desentrañar, y lo cierto es que cualquier intepretación inevitablemente se apoyará en supuestos y presunciones. Ejemplo de ello es lo que podría haber tras el elogio a los logros de Heidegger, y luego, a renglón seguido, la frase "Que, a pesar de ello, callo/.../". Y este pasaje es tal vez el más descifrable, como que en él habría una alusión a un distanciamiento. Luego incluso agrega que su "alma está callada", mas inmediatamente después viene esa curiosa alusión al "reconocimiento", dando con ello la impresión de que a esas alturas Jaspers se sentiría suficientemente fuerte como para estar preocupado de la pérdida de su prestigio y reconocimiento por parte de los demás en vistas de lo que en este contexto aparece como una velada alusión a una "mala junta" con el nacional-socialista Heidegger. Si fuera así, la ironía del destino será que un año después Jaspers será destituido de su cargo en la Universidad de Heidelberg por parte de los nazis. Mas, como bien sabemos, esa así llamada "ironía del destino" continuará y se radicalizará cuando Alemania haya perdido la guerra y los nazis caigan definitivamente en descrédito y comience en las universidades alemanas el proceso llamado "desnacificación" ("Entnazifizierung"). P3 Destaquemos además la última frase en la que Jaspers insinúa como igual entre ambos sigue habiendo algo incólume, capaz de resistir a las decisiones que alguien pudiera hacer en relación a su actuar en el mundo. "En lo que queda, sin embargo, hasta tanto ello sea posible, nos podemos encontrar". Y éste es sin duda el punto que da el mayor pie para alejarse de la interpretación de Saner (y aunque se trate en todo ello de una carta que nunca llegó a su destinatario). Pero, la cuestión más importante es lo sorprendente que es el hecho de que, a pesar de haber conocido Jaspers el dictamen citado, persista en el intento de rescatar lo que sería supuestamente lo más esencial de esta amistad, que en este caso adopta los caracteres de un Imaginario. Es decir, hay en el gesto de Jaspers algo particularmente noble, en el sentido de algo así como que "nobleza obliga", y que en atención a ello, tendría que romper definitivamente ese lazo amical, pero, por la otra parte, él no se quiere dar por vencido, y está dispuesto no solamente a dejar, sino incluso a proteger un residuo, que más que un mero "residuo", sería lo más esencial de esa amistad. P4 43 Viene al caso comparar aquí las relaciones amicales con las relaciones amorosas, precisamente en cuanto a lo que es la duración y el tiempo, como que al parecer las verdaderas relaciones amicales son para toda la vida y son capaces de sobreponerse a los avatares del tiempo, la historia y la cotidianidad. Ciertamente que una relación amorosa también puede eso, pero más difícilmente. Ambos, amistad y amor, comparten la elección: tanto al amigo como a la amada los elegimos, sin embargo, la elección en la amistad es normalmente más lúcida. Montaigne en sus Ensayos ha puesto a la amistad por sobre el amor, dado que en ella se ponen en juego las cualidades morales más elevadas del ser humano, mientras que en el amor, puesto que se trata de un sentir que compromete nuestras entrañas, se hace presente la pasión que suele ser muy explosiva y fuente de muchos conflictos. En atención a ello, justamente cabe decir como aquí en la relación entre dos amigos, son en primer lugar cuestiones de orden moral y político las que los separan (y quien se aparta, por ese motivo es en particular Jaspers). Y, por otro lado, la fuerza de la amistad es tan grande (en esto nuevamente se le parece al amor) que se procura mantener una llama viva, una esperanza, que incluso tiende a sustraerse de los códigos dominantes en las relaciones humanas y en el mundo. P5 Mas, el caso es que la mentada carta de Mayo del 36 nunca llegó a manos de Heidegger, y es por esta razón puramente fortuita, tal vez por esta mano del destino, que la amistad de veras se interrumpe, lo que se refleja en la pareja interrupción del epistolario, y habrá que esperar 13 años, cuando ya Alemania ha vivido el más horrendo de los infiernos, para que recién en 1949 encontremos la primera carta de Jaspers a Heidegger. Pero, ya desde muchos años antes, desde el 42, sólo que en borradores de carta de Jaspers, comienzan a haber unos primeros signos, que, por una parte, son de reproche, y, por otra parte, dan muestras sutiles de que esta amistad todavía no está completamente perdida. El reproche que hay en uno de esos borradores del 12.10.42 hace referencia a que Heidegger calló y solo dio señales de vida a través del envío de sus publicaciones, cuando Jaspers fue destituido de su cargo de la universidad en 1937, y de ahí en adelante. Esa destitución se produjo a fines del semestre de verano del 37, porque su esposa era judía, y con la justificación de que se trataba de una "simplificación de la administración". Se viene a cumplir así de golpe lo que Jaspers se resistió a creer, creyendo que lo del nacional-socialismo era algo pasajero. En Destino y voluntad (Schicksal und Wille) cuenta él que alguna vez le preguntó su amiga y alumna Hanna Ahrendt su opinión sobre el acontecer del momento en Alemania y Jaspers le respondió: "Todo es una opereta. Yo no quiero ser el héroe de una opereta", y cuando él posteriormente se entera de que Hanna Ahrendt, de origen judío, ha emigrado, dice: "La emigración habrá de ser la tontería de su vida. Lo que hay ahora pasará, así como ha llegado sobre nosotros: como un mal espíritu" (Saner). P6 Las esperanzas de Jaspers se cifraban en una liberación posible desde el extranjero, mas todos los signos que hubo en ese sentido fueron negativos: sobre todo el Concordato con el Vaticano que lograra Hitler fue un duro golpe. El mundo europeo, especialmente los ingleses y los norteamericanos no querían darse cuenta de lo que verdaderamente estaba pasando en Alemania, y si, como dice Saner, el asesinato de Röhm y 82 opositores al régimen totalitario en junio del 34 fue ya una clarísima señal de 44 cómo se desenvolvían las cosas en ese momento, probablemente es recién, el año 37 cuando Jaspers asume las consecuencias de su destitución, abriendo de veras los ojos. Él dice en su Obra Póstuma: "Los alemanes nos encontramos de pronto en una casa correccional". Como Jaspers era un nombre conocido, sucedió que antes del 37 ya se lo había catalogado, en vistas de su matrimonio con una judía, como "matrimonio mixto", y gracias a ello se le permitió primero seguir publicando, y aun pudo seguir enseñando. Pero el año 37 el gobierno de Karlsruhe, del que dependía la Universidad de Heidelberg, le comunica de que habría sido jubilado. Así es como en la que sería su última clase por muchos años en la universidad, le dice a los alumnos de la Lección que en ese momento dictaba que no hará más docencia y agrega: "La filosofía no es un todo redondo; - que la Lección planificada termina, antes de que su plan se haya completado, es como un símbolo de la incompletud de la filosofía - a pesar de que un filosofar se ha cumplido. Una Lección termina, el filosofar continúa". P7 Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existencial' de Karl Jaspers" continuamos el próximo miércoles a las 16,45 hrs. con el Capítulo "La sociedad de lucha". 45 “La fiesta del pensamiento” Realización: Cristóbal Holzapfel Programa No. 255 para la Radio de la Universidad de Chile Ciclo: “En torno al epistolario Jaspers-Heidegger” Audición: miércoles 22 de Noviembre del 2000 a las 16,45 hrs. Hemos visto como finalmente en 1937 Jaspers fue destituido de la Universidad de Heidelberg: primero se le negó la venia legendi, el derecho a enseñar. En la que él sabía que sería su última sesión por muchos años o quizás para siempre de la Lección que en esos momentos dictaba, y recién al término de ella dice la siguiente frase, que ya hemos citado: "La filosofía no es un todo redondo; - que la Lección planificada termina, antes de que su plan se haya completado, es como un símbolo de la incompletud de la filosofía - a pesar de que un filosofar se ha cumplido -. Una Lección termina, el filosofar continúa". Sobre todo la última frase, dicha en esos momentos y bajo esas circunstancias dramáticas, constituye el pronunciamiento de un hombre resoluto en esos momentos difíciles y angustiosos plenamente dueño de sí mismo y de sus más íntimas convicciones; es por ello que la mentada frase se reviste de grandeza: "Una Lección termina, el filosofar continúa". Más aún, una frase así nos da mucho que pensar en el sentido de la fuerza del espíritu, capaz de sobreponerse a toda circunstancia. En cierto modo, se trata de alguien que estando de pie ante su cátedra, es más fuerte que todo el régimen de la prepotencia, el abuso y la inhumanidad. Si reflexionamos sobre ello, cabe agregar que a veces ocurre esto mismo: que basta con que alguien en medio del oprobio, sea capaz de levantarse con nobleza y valentía, declarando la verdad, para que inmediatamente la fuerza esté de su lado. Podríamos decir que es el espíritu el que a ratos parece aletargado, y como que anduviera de vacaciones, con la persecución de etnias en las calles, haciendo desaparecer a algunos opositores, para que de pronto se haga presente por un solo instante, encarnándose en alguien en particular, como para demostrarle al mundo, regido por intereses y cálculos de cualquier especie, que él es siempre aquí el señor. Y entonces: ¿qué ocurre tras éste gesto, éste que podríamos llamar beau geste de Karl Jaspers? Los estudiantes comienzan a ovacionarlo de esa manera tan particular propia de las universidades alemanas: golpeando las mesas con los nudillos. P1 En verdad, ya la noticia de la destitución de Jaspers se había esparcido por la ciudad, y los estudiantes ya estaban al corriente. Incluso una agencia de noticias la dio a conocer para todo el mundo, lo que trajo como consecuencia de que muchos estudiantes y colegas concurrieran a visitar al filósofo. Hans Saner, su biógrafo, dice que entre todas estas manifestaciones y muchas cartas que venían del extranjero, la palabra de salvación, el romper el hielo, vino de su padre, el antiguo alcalde de Oldenburg: "Está bien, muchacho mío, que las cosas se hayan dado así; en esta sociedad no encajamos". Sin embargo, la negación de la venia legendi no fue suficiente para los nazis: la Cámara de publicaciones del Reich (Reichsschrifttumskammer) le impidió seguir publicando desde el 38, lo cual desde el 43 se extremó aún más con una taxativa prohibición de publicar. De esta manera 46 el régimen totalitario logró su objetivo, que fue el aislamiento: apartarlo completamente de los estudiantes, académicos y de la opinión pública. P2 Tras esta destitución y prohibiciones múltiples, se inicia un largo periodo, diríamos, de ostracismo en su propio país, que se extenderá hasta el término de la guerra. A Jaspers se le reducen sus honorarios a un mínimo, la Policía Secreta Estatal, Gestapo, le quita una empleada, y le asigna una empleada medio-aria, que era una entusiasta nacionalsocialista. En ello se delata no únicamente ese afán, propio también de los regímenes totalitarios comunistas, de inmiscuirse hasta en los más mínimos detalles de la vida privada de las personas, sino también de control en este caso de alguien que los nazis veían desde luego como potencialmente peligroso, por ser Jaspers quien era no solamente en Alemania, sino en el mundo. Podemos imaginarnos lo que habrán sido todos esos años bajo el control de una especie de policía en la propia casa. Pero, Jaspers no se da por vencido y hace distintos intentos de emigrar, a través del llamado de alguna universidad extranjera. Él sabe que él y su mujer Gertrud están perdidos en Alemania. Primero se trató de la sucesión del Profesor Freytag en Zürich y quien representó a Jaspers en la posibilidad de llenar esa cátedra, fue Fritz Fleiner. En 1937 se le comunicó a Jaspers que el llamado a Zürich estaba tramitándose, pero entonces repentinamente murió Fleiner, a quien lo reemplazó otro Profesor en esta representación que ya no tuvo el mismo interés, y el asunto pasó al olvido. P3 Luego hay otro llamado a la Universidad de Estambul, pero el Ministerio de Cultura le hizo saber que no aprobaría esta posible partida de Jaspers. Posteriormente un primo de su mujer, Paul Gottschalk contactó a Albert Einstein y a Thomas Mann en Princeton, pero sorprendentemente Einstein no mostró ningún interés (manifestando típicos prejuicios cientificistas respecto del pensamiento de Jaspers) y Thomas Mann estuvo de acuerdo, pero la invitación tardó demasiado: en realidad se concretó recién en 1951, y entonces el propio Jaspers ya no tuvo ningún interés. En fin, y así hubo todavía otras dos oportunidades: una el 39 en la que el etnólogo LévyBruhl lo invitaba a París; esta vez fue el propio Jaspers quien la rechazó, en vistas de la incierta situación de Francia (la que justamente sería invadida al año siguiente por los alemanes), y otras razones. Finalmente hubo otra invitación el 41, esta vez del curatorio de la Universidad de Basilea. Jaspers ahora sí que estaba entusiasmado, pero se le interpuso el Ministerio de Educación del Reich. El curatorio insistió entonces en su propuesta, y el Ministerio revisó esta propuesta, y le propuso a Jaspers que él si podría ir, pero no su mujer. Después de esta última tentativa Jaspers se resignó a quedarse en Alemania con su esposa, y no siguió insistiendo. Destaquemos en ello que al parecer los nazis aplicaban sistemáticamente la política inhumana de producir una separación en la pareja, cuando se trataba de matrimonios mixtos (Mischehen). P4 47 Pues bien, Jaspers sabe que a su esposa la quieren eliminar, que para conseguir aquello tienen primero que separarlo de ella. Pero, él tiene meridiana claridad sobre su actitud al respecto: a su esposa no la abandonará bajo ninguna circunstancia, y que si llegado el momento llegan a buscarla para llevársela a las barracas, los campos de concentración, ambos cometerán suicidio. Teniendo esto claro, él sabe que de lo que se trata es nada más que de sobrevivir (y es por ello que él mismo rechazará más tarde que se lo describa como un héroe). Y en vistas de eso, hay que acomodarse pragmática, pero al mismo tiempo, dignamente a la situación: en muchas ocasiones será necesario engañar a los nazis, lo cual es nada más que el resultado de una toma de conciencia de saber con qué tipo de personas se está tratando. En todo ello advertimos nuevamente la superioridad espiritual de Jaspers, vinculada a la vez con su ser-resoluto. Recojamos otra vez de esto la lección de cómo al tener las cosas claras, y estar dispuesto a ser plenamente consecuente con aquello en lo que se cree, se está siempre con ello dominando las circunstancias, y no se es esclavo de ellas. Él mismo describe su situación como ultimum refugium, precisamente el que concierne al suicidio. Con ese fin él se agencia del veneno Zyankali (cianuro potásico) que provoca una muerte incluso más rápida que la del cianuro corriente. Durante el día se guarda el cianuro en un armario, y durante la noche se lo tiene a la mano en el velador, por si ocurriera que se escuchare venir el camión para el transporte a las barracas. P5 Jaspers, así como en su pensar, aún en esto de la posibilidad del suicidio organiza todo en función de esa eventualidad. Parte de esa organización consiste en el intento de comprar una tumba familiar, pero hasta en esto los nazis eran implacables: el alcalde Neinhaus prohibe esta compra; a los judíos se les enterraba en fosas comunes en la avenida. Este rechazo perturbó mucho a Jaspers. Con esta constatación de ni siquiera poder compartir un cementerio, en el que unos muertos están junto a otros muertos, tuvo la clara y definitiva sensación de exclusión, de marginalidad. Años más tarde en Destino y voluntad escribe: "Allí se ha roto algo, que no se puede volver a sanar. La experiencia del ser marginado del propio pueblo a través de un estado, que era un estado de delincuentes, modifica la relación con este pueblo" (p. 47). Cuesta sopesar todo lo que encierran estas palabras para quien no ha vivido algo así: en ellas hay una alusión a cierto corte que se produce con los propios compatriotas, aunque se trate de que la decisión de no poder compartir un cementerio con ellas provenga de un régimen del terror. P6 Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existencial' de Karl Jaspers" continuamos el próximo miércoles a las 16,45 hrs. con el Capítulo "La sociedad de lucha". 48 “La fiesta del pensamiento” Realización: Cristóbal Holzapfel Programa No. 256 para la Radio de la Universidad de Chile Ciclo: “En torno al epistolario Jaspers-Heidegger” Audición: miércoles 29 de Noviembre del 2000 a las 16,45 hrs. Estamos en la etapa del aislamiento de Karl Jaspers entre 1937 y 1945. Ha sido destituido como Profesor de la Universidad de Heidelberg y tiene prohibición de publicar. La Gestapo ha puesto una empleada en su casa que controla sus movimientos y que es una entusiasta nacional-socialista. Él ha tomado la decisión con su esposa de origen judío de morir juntos, en caso de que en cualquier momento lleguen a buscarlos los camiones para transportarlos a los campos de concentración. Con ese fin Jaspers ha conseguido Zyankali, cianuro potásico, para suicidarse junto a su esposa en caso de que sea necesario. La organización que él ha dispuesto al respecto alcanza hasta los últimos detalles. Según relata su biógrafo Hans Saner, se contemplan una serie de medidas para esconder a su esposa en casa de amigos, así en la casa de Emil Henk, bajo el nombre de la Sra. Wittmann. Relativamente a cualquier amenaza de que se llevaran a Gertrud, Henk, traspasaría a Jaspers la información que recibía regularmente de un médico de la policía en Berlín, la Dra. Greta Schellworth, al tanto de estos movimientos de transporte de seres humanos. Asimismo estaba también planificado de antemano que la Sra. Roth, en cuya casa Jaspers había vivido como estudiante, si acaso se sabía que a Gertrud vendrían a buscarla, partiera con ella al bosque, y la acompañara hasta que el ziankali hubiera hecho su efecto letal. Y, atendiendo al caso particular que pudiera presentarse de que ese suicidio conjunto no tuviera sus efectos inmediatos, Jaspers se preocupó de dejar una carta con un médico, que contenía la siguiente declaración: "Yo declaro a nombre de ambos que no deseamos un intento de salvarnos; es más, solicitamos que se tomen medidas de eutanasia, en caso de que la muerte no sobrevenga a su debido tiempo". Hemos hablado a propósito de lo que estamos leyendo aquí de la fuerza del espíritu que es capaz de sobreponerse y enseñorearse sobre las circunstancias. Hemos hablado junto con ello del ser-resoluto, como se requiere estar en esos momentos plenamente reunido consigo mismo y actuar en consecuencia. En todo ello advertimos una completa coincidencia de Jaspers con su propio pensamiento, como que en el caso de él, pensamiento y obra, pensamiento y actitud, pensamiento y modo de ser, pensamiento y modo de vivir van de la mano. Así pues, si uno de los grandes temas directrices del pensamiento jaspersiano ha sido el ser-sí-mismo, la autenticidad, eso es lo que tiene que ver con lo que él define como existencia. Pero, como veremos más adelante, la existencia es siempre posibilidad, precisamente en el sentido de un ser-posible asumido, y es por ello que es al mismo tiempo, libertad. Y esta libertad, por su parte, únicamente se da a partir de un trascender más allá de todo lo dado, justamente más allá de las circunstancias en las que me desenvuelvo como ser-en-el-mundo. 49 Tan sólo pues en ese trascender puedo verdaderamente ser yo mismo (Ich selbst) y ser libre. Cabe agregar que solamente en ello es posible alcanzar la autonomía y la soberanía. Pues bien, arrancando de ello, como ser-sí-mismo, ser existente y ser libre, podemos serresolutos (entschlossen). (Y lo cierto que todos estos términos que hace tiempo tienen casi exclusivamente resonancias heideggerianas, parecen estar antes en Jaspers). Pues bien, cómo no reconocer en lo dicho ni más ni menos que la realización de un pensamiento, que el pensador es capaz en este caso partiendo por sí mismo de hacer realidad su propio pensamiento. Y, por otra parte, cómo no reconocer también que la situación extrema que le tocó vivir y por tantos años, siendo además un hombre gravemente enfermo, tan sólo fue posible sobrellevarla gracias a ese mismo pensamiento previamente forjado. En este sentido, se cumple en su vida que su pensamiento filosófico que comenzó a formarse en él tardíamente (en comparación con otros) por venir de la Psiquiatría, fue ya suficientemente profundo, radical y universal (así como lo que encontramos en Filosofía, su obra mayor, publicada el año 32) como para darle la fuerza necesaria para afrontar lo que vendría. Y no olvidemos que a todos los avatares del destino a que nos hemos referido, les precede el quiebre de su amistad con Martín Heidegger, su mejor amigo, el cual, por otro lado, como recordará más tarde Jaspers y se lo dirá a Heidegger por carta, nunca le escribió durante todos esos años difíciles. Y estos años difíciles, por no decir, terribles, como el infierno en la Tierra, culminan con una puesta en acción del sistema que el propio Jaspers ha organizado: en marzo de 1945 a través de Emil Henk llega el mensaje a Jaspers de que dentro de lo que se llamó la "solución final" ("Endlösung") el transporte de él con su mujer estaba programado para el 14 de abril. Justamente había sucedido que habían habido varios transportes en los últimos días. Pero, lo providencial fue que los norteamericanos tomaron posesión de Heidelberg el 30 de marzo. En cierto modo puede decirse que este final contiene todos los momentos anteriores; es precisamente lo que resulta, en sentido hegeliano, y que recoge y rezuma lo anterior, y ello en el sentido de que ese final nos hace ver que Jaspers estuvo siempre así al borde de la muerte. Por otra parte, ciertamente también da que pensar que la salvación no haya, ni probablemente haya podido venir de él mismo, como que él se hubiera salvado con su esposa, sino que viene desde fuera; ella tiene las características de lo fortuito, pero también de lo que tiene que ver con el destino. Los norteamericanos podrían haber llegado dos semanas más tarde y ya hubiera sido demasiado tarde. Éste es pues el justo final para una vida que angustiosamente se desenvolvió durante ocho años así. Jaspers dirá en Philosophie und Welt (Filosofía y mundo), según recuerda Saner: "Un alemán no puede olvidar que él y su mujer le deben su vida a los americanos, al contrario del proceder de los alemanes, que en nombre del estado nacional-socialista, querían destruirla". 50 Sin embargo, si bien las palabras "Una Lección termina, el filosofar continúa", que citáramos de la última sesión de la Lección que dictara Jaspers el año 37 cuando es destituido tienen el inequívoco sello de la verdad, la nobleza y la grandeza, no por ello podría decirse que en ellas, y, en general, en el modo de conducirse Jaspers entre el 37 y el 45 en Heidelberg, en un aislamiento casi total, haya habido heroísmo. Él mismo será quien proteste cuando en la prensa se lo describa como un héroe al terminar la guerra. En respuesta a ello, según recuerda Saner, Jaspers hace publicar un artículo publicado el 25 de enero de 1946 en el diario "Rhein-Neckar-Zeitung" en el que leemos la siguiente aclaración : "La no-verdad es también dañina cuando viene de una opinión amigable...Contra una falsa heroización somos más suceptibles que nunca después de la época nazi. Yo no soy un héroe y no quisiera valer como tal". Ya su primera declaración respecto del estado de Hitler, aparecida en Esperanza y preocupación (Hoffnung und Sorge) va en la misma dirección. Dice ahí Jaspers: "Nosotros los sobrevivientes no hemos buscado la muerte. No hemos sido secuestrados, como nuestros amigos judíos, no hemos ido a la calle, no hemos gritado, hasta que se nos hubiera eliminado también a nosotros. Hemos preferido permanecer en la vida, con la razón débil, pero también correcta, de que nuestra muerte no habría ayudado en nada. Que nosotros vivamos es nuestra culpa. Sabemos ante Dios lo que profundamente nos humilla ". Nuevamente encontramos aquí algo que se vincula con su pensamiento, en particular su pensamiento sobre la culpa: en su obra mayor Filosofía, publicada mucho antes de la época de la última cita, leemos que el hombre es esencialmente culpable, no solamente porque es libre, sino en tanto hay mal en el mundo, y éste - el mal - está siempre presente. Únicamente en tanto el hombre asume esa culpabilidad originaria, puede hacerse culpable de esto o lo otro en particular. En efecto, podemos imaginar que, por ejemplo, ante una acción de los estudiantes del movimiento de la Rosa Blanca, arrojando unos volantes, llamando a la insurrección por las escalera de la Universidad de München, y que son apresados casi en el momento mismo de su acción y posteriormente ejecutados, debe haber impactado profundamente a personas como Jaspers. En este sentido él puede decir esa frase final: " Sabemos ante Dios lo que profundamente nos humilla ". P6 Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existencial' de Karl Jaspers" continuamos el próximo miércoles a las 16,45 hrs. con el Capítulo "La sociedad de lucha". 51 “La fiesta del pensamiento” Realización: Cristóbal Holzapfel Programa No. 257 para la Radio de la Universidad de Chile Ciclo: “En torno al epistolario Jaspers-Heidegger” Audición: miércoles 6 de Diciembre del 2000 a las 16,45 hrs. Como hemos visto, Jaspers y su mujer se salvaron fortuitamente de morir bajo el régimen nacional-socialista. Una vez que el 30.3.45 los norteamericanos tomaron posesión de Heidelberg y se terminó la guerra, la universidad de Heidelberg es clausurada, pero muy pronto comienzan las gestiones para su reapertura. En ello participa activamente Jaspers. El 4.4 hay una primera reunión de varios profesores no envueltos en el nazismo con la presencia de dos norteamericanos. En ella se forma un Comité, integrado entre otros por Jaspers, y que tiene a su cargo la elaboración de una propuesta de "des-nacificación" ("Entnazifizierung") de la universidad. Según recuerda Hans Saner, la propuesta que el propio Jaspers plantea consiste en que deben ser alejados de la universidad aquellos profesores que no cumplan con los siguientes puntos: "1. que en su comportamiento laboral o extra-laboral hayan atentado contra la dignidad de la universidad, 2. que hayan torcido sus objetivos científicos, métodos o resultados hacia las doctrinas del partido, 3. que hayan utilizado la influencia del partido para reprimir o dañar a colegas o estudiantes". Pero, siguiendo esa propuesta, los profesores que cumplían con esos requisitos resultaban ser apenas 22, por lo cual no se la pudo seguir al pie de la letra; de este modo, no se pudo tampoco proceder a la realización de una des-nacificación drástica. A su vez dentro de este pequeño Comité, compuesto apenas por 13 profesores, se elige posteriormente el primer rector de la Universidad de Heidelberg de la postguerra, y al propio Jaspers como el primer Senador. P1 El mismo proceso de limpieza se inicia entonces en toda Alemania y en todas las universidades alemanas bajo la ocupación. En el caso de la Universidad de Friburgo, el proceso de desnacificación tenía obviamente que afectar en primer lugar a Heidegger, por haber sido nazi y Rector de esa universidad, y si bien en un primer momento él es declarado "disponible" por las autoridades francesas, luego, a raíz del reclamo de algunos profesores de la Universidad de Friburgo, se modifica esta primera decisión y se inicia una revisión de su caso. La Comisión de Limpieza (Bereinigungskommision), compuesta por distintos profesores de la universidad, es la llamada a decidir sobre Heidegger. Uno de los miembros de esta Comisión, el Profesor Oehlkers le escribe entonces a Jaspers el 15.12.45 para consultarle acerca de su opinión sobre Heidegger. Su carta deja entrever cierta disposición positiva hacia el filósofo de Friburgo; en ella leemos lo siguiente sobre Heidegger: "Queremos realizar un juicio justo sobre la base de los hechos de su Rectorado, porque de seguro que él no es un "nazi" en el sentido corriente de la palabra. Personalmente no me puedo cerrar a lo trágico que cubre su figura como Rector. Él era a-político de punta a cabo y el nacional-socialismo, que él había acomodado para sí, no tenía nada en común con la realidad. A 52 partir de este espacio falto de aire él actuó como Rector, ocasionándole un daño terrible a la Universidad, y de pronto vio los despojos en su derredor. Recién hoy él comienza a comprender cómo se produjeron aquellos. Todo ello es muy fácil de ser enjuiciado, pero difícil de entender realmente. Así también se le reprocha su antisemitismo como condescendencia respecto del nacional-socialismo. Él mismo contesta a ello: que él tuvo como Rector que ejercer la discreción (¡sic.!), una vez que se había decidido por ello. Que no habría sido antisemita. Él solicita que se le pregunte a Ud. precisamente sobre este punto. / Repito: lo que queremos de Ud., siempre que tenga el tiempo y la inclinación de hacerlo, es una caracterización general de todo el asunto, así como Ud. lo ve". P2 Jaspers cumple con lo que se le pide y ya una semana más tarde, el 22.12.45 envía su Informe al Prof. Oehlkers. Al examinar éste, se advierte que en general encontramos en él una predisposición positiva en relación a su antiguo amigo, sólo que en algunos puntos su juicio es severo, pero tal vez, igualmente justo. Si hemos leído atentamente la Carta en la que el Prof. Oehlkers le solicita este Informe, podemos advertir, de todos modos, que bien podría haber sucedido, al tenor de esa carta, que Jaspers hubiera descargado a Heidegger de toda culpabilidad y responsabilidad, pero no fue así. Pues bien, para formarnos una impresión suficientemente certera de lo que sucede en este asunto, cito a continuación el Informe, que en verdad tiene la forma de una carta, enviado por Jaspers: "La pregunta principal de su carta quiero contestarla de inmediato. Relativamente a mi antigua amistad con Heidegger es insoslayable que toque lo personal, para no ocultar una eventual parcialidad de mi juicio. Ud. alude al asunto como particularmente complejo. Como todo lo complejo, debemos entonces intentar reducirlo a lo decisivo, para no quedar atrapado en una maraña de complejidades. Permítame que exprese de manera separada algunos puntos: 1.Había esperado poder callar, a no ser que se tratara de amigos de confianza. Así pensé desde 1933, cuando, tras la terrible decepción, decidí quedar tranquilo en la lealtad a antiguos recuerdos. Esto me resultó fácil, porque Heidegger por su parte, callaba ante preguntas espinosas o respondía de manera imprecisa - especialmente en la cuestión judía -, y porque él no continuó con sus visitas regulares realizadas durante una década, así que desde entonces no nos hemos vuelto a ver". P3 Y continúa más adelante con el punto "2", recordando el nefasto Informe de 1933 de Heidegger sobre el Prof. Baumgarten que hemos citado en una sesión anterior, en el cual descalifica al mencionado Prof. por no ser nacional-socialista, por moverse en el círculo liberaldemocrático en torno a Max Weber, por circular con el judío Fraenkel, y términos de ese tenor. Jaspers hace alusión al espanto que le provocara este Informe, cuando cayó en sus manos. Mas, como se le ha preguntado, y precisamente a instancias del propio Heidegger, a propósito de la cuestión de un posible antisemitismo en Heidegger, Jaspers hace de ello una evaluación diferenciada, en la cual comienza por destacar que Heidegger tuvo un Asistente, el Dr. Brock que era judío, el cual, en seguimiento de las medidas nacional-socialistas, tuvo que abandonar su cargo, agregando Jaspers a propósito de ello que el propio Brock le contó que Heidegger siempre se condujo con él de manera irreprochable, y a través del otorgamiento de certificados le ayudó en su estadía en Inglaterra. 53 Y, volviendo a hacer alusión al Informe Baumgarten, continúa Jaspers diciendo que: "En los años veinte Heidegger no fue antisemita. Aquella palabra completamente innecesaria sobre el judío Fraenkel prueba que él en 1933 se volvió antisemita al menos en ciertos puntos. Respecto de esto no solamente ejercitó la discreción. Ello no excluye, como debo suponer, que el antisemitismo en otros casos le iba contra su conciencia y su gusto". P4 Luego viene el punto 3, tal vez el más favorable de los cinco que contiene la cartainforme. En él dice lo siguiente: "3. Heidegger es una potencia significativa no sólo a causa del contenido de una cosmovisión filosófica, sino también en el manejo de instrumentos especulativos. Él posee un órgano filosófico, cuyas percepciones son interesantes, aunque, según mi punto de vista, sea acrítico e inhabitualmente alejado de la ciencia genuina. A ratos da la impresión de que se unieran la seriedad del nihilismo con la mistagogia de un adivino. En la corriente de su elocución puede ocasionalmente encontrar el nervio del filosofar de manera grandiosa y oculta. En esto es quizás el único entre los filósofos contemporáneos en Alemania, hasta donde yo lo puedo ver. Por ello, es perentorio desear y exigir que el permanezca en el estado de poder trabajar y escribir, lo que pueda". Mas, luego viene el crítico punto "4", en el que se inicia un conjunto de consideraciones que han de rematar en la recomendación de la aplicación de una sanción. Escuchemos: "4. En el trato con distintas personas debe tenerse inevitablemente a la vista hoy en día nuestra situación general. De este modo, es insoslayable que se responsabilice a quien ha colaborado a afianzar el nacional-socialismo. Heidegger pertenece a los pocos profesores que ha hecho esto. La dureza en la exclusión de sus cargos de innumerables personas que no eran internamente nacional-socialistas va hoy en día demasiado lejos. ¡Qué habrán de decir los colegas que tienen que partir, cayendo con ello en apremios, y que nunca llevaron adelante acciones nacional-socialistas, al ver que Heidegger permanece sin restricciones! El excepcional logro espiritual puede constituir una razón justificada para la posibilidad de la continuación de este trabajo, mas no para la continuación del cargo y de la docencia". P5 Con ello ya se adivina en que habrá de rematar la recomendación de Jaspers: precisamente en la propuesta de una puesta a prueba de Heidegger con una suspensión indefinida de la docencia, y, por la otra parte, que se le permita seguir trabajando y a su vez publicando los resultados de ese trabajo del pensar. Y, siguiendo esta recomendación, esto es precisamente a lo que se procederá. ¿Habrá sido Jaspers suficientemente justo en su juicio y proposición? Difícil pronunciarse de manera unívoca al respecto. De algún modo, cada cual lo tiene aquilatar por sí mismo. P6 Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existencial' de Karl Jaspers" continuamos el próximo miércoles a las 16,45 hrs. con el Capítulo "La sociedad de lucha". 54 “La fiesta del pensamiento” Realización: Cristóbal Holzapfel Programa No. 258 para la Radio de la Universidad de Chile Ciclo: “En torno al epistolario Jaspers-Heidegger” Audición: miércoles 13 de Diciembre del 2000 a las 16,45 hrs. Estamos examinando el Informe que se le pide a Jaspers sobre Heidegger el mismo año 45 del término de la II Guerra. Hay que tomar precisamente esto en consideración: la fecha del mencionado Informe - 22.12.1945 -, o sea con las consecuencias de la terrible guerra todavía muy encima, en medio de una Alemania no solamente física, sino además moralmente en el suelo. Atendiendo a este factor temporal, el Informe de Jaspers puede parecer relativamente concesivo, y en la línea de la carta que le enviara el Prof. Oehlkers de la Universidad de Friburgo que le solicitara el Informe. Pero, igual podemos reconocer que en el Informe de Jaspers hay una innegable severidad, por cuanto propone quitarle la venia legendi, el derecho a enseñar a Heidegger, poniéndolo a prueba por unos años (al mismo tiempo, que, por la otra parte, propone apoyarlo incluso como el único filósofo alemán contemporáneo capaz de tocar el "nervio del filosofar"). Relativamente a la proposición de prohibición de enseñar en la Universidad, Jaspers ha dicho que si no se procediera a ella, se desconsideraría a otros tantos profesores que han sido ya sancionados, a pesar de que interiormente nunca fueron nacional-socialistas, y agrega más adelante lo siguiente: "En nuestra situación debemos tratar con la mayor responsabilidad la educación de la juventud. Una libertad completa de enseñar debe anhelarse, pero no otorgarse de inmediato". Fijémonos bien que el juicio de Jaspers tiene un fundamento en consideraciones temporales: Heidegger debe ser puesto a prueba por un tiempo para que después de ello sea restablecido plenamente en su derecho a enseñar. P1 Mas, luego, en el punto 4º. de la carta cae un juicio implacable sobre los contenidos del pensamiento heideggeriano, al tenor de lo que encontramos en la Notas sobre Heidegger de Jaspers. Este juicio viene a ser como una respuesta a alusiones del Prof. Oehlkers, en el sentido del carácter a-político de Heidegger. Escuchemos: "El modo de pensar de Heidegger, que en su esencia me parece no-libre, dictatorial y falto de comunicación, sería hoy fatal, en cuanto a los efectos de su enseñanza. A mí me parece más importante el modo de pensar que el contenido de juicios políticos, cuya agresividad fácilmente puede cambiar de dirección". Más allá de lo que atañe directamente a Heidegger, hay en esta cita una interesante reflexión sobre la relación entre filosofía y política, en el sentido de que lo que es verdaderamente importante, decisivo y de mayor permanencia es el modo de pensar; y ello es contrastado con la política que se vincula con cierta agresividad, que, cuando no se arraiga en un modo de pensar, puede seguir caprichosamente una dirección u otra. Y continúa el Informe refiriéndose, ahora sí de manera sumamente estricta, a Heidegger: 55 "Mientras no se produzca un renacimiento en él, que se haga visible en su obra, no se puede poner a semejante profesor ante la juventud, hoy casi sin resistencia. Primero tiene que alcanzar la juventud un pensamiento independiente". P2 En el punto 5 del Informe Jaspers amplia más sus consideraciones sobre ese supuesto de la a-politicidad de Heidegger, planteando lo siguiente: "5.Reconozco hasta cierto punto la disculpa personal de que Heidegger sería, de acuerdo a su naturaleza, a-político; el nacional-socialismo, que él confeccionó a su medida, habría tenido poco que ver con la realidad. Mas, a propósito de ello, recordaría las palabras de Max Weber de 1919: los niños, que se agarran de la rueda de la historia mundial, son descuartizados. En segundo lugar, precisaría: que Heidegger ciertamente no se apercibió de todas las fuerzas y metas de los conductores nacional-socialistas. Que él estimaba que podía tener su propia voluntad, es cosa probada. Pero, su manera de hablar y sus acciones tienen cierto parentesco con fenómenos nacional-socialistas, que hacen comprensible su error. Él, Baumler y Carl Schmitt son entre ellos profesores muy distintos, que intentaron llegar espiritualmente a la cumbre del movimiento nacional-socialista. En vano. Ellos pusieron a disposición su talento espiritual, para desgracia del renombre de la filosofía alemana. De ahí viene un halo de lo trágico del mal que percibo en él". Mas, lo cierto es que Jaspers parece haberse tomado la tarea de la redacción de un Informe más que en serio, ya que pasa a continuación a proponer un criterio general acerca de cómo deberían enfrentarse situaciones como las de los profesores que se comprometieron con el régimen totalitario (lo que se enmarca en el proceso en curso de des-nacificación). En este criterio nuevamente el fundamento es de carácter temporal: Escuchemos: "Una modificación de la convicción a través de un cambio hacia el lado anti-nacionalsocialista debe ser juzgado de acuerdo a sus motivos, que se develan a partir del momento temporal. 1934, 1938, 1941 significan en principio diferentes estadios. Según mi punto de vista, un cambio de convicción es casi irrelevante, si recién ocurrió desde 1941, y de escaso valor, si acaso no sucedió radicalmente desde el 30 de Junio de 1934". La fecha mencionada - 30.6.34 - alude a la así llamada "noche de los cuchillos largos" del día anterior, el 29.6, cuando Ernst Röhm y el alto mando de las S.A. fueron mandados a asesinar (ojo 400). P3 Luego el punto 6, el último, se refiere al caso particular de Heidegger y pasa a resumir sus proposiciones. Dice lo siguiente: "6. Para casos inhabituales debe encontrarse un ordenamiento inhabitual, si se quiere, porque se estima que el caso es realmente importante. Por eso mi proposición es la siguiente: a. Disposición de una pensión personal para Heidegger con el fin de la continuación de su trabajo filosófico y de la publicación de sus obras, con el fundamento de sus reconocidos logros y de la expectativa de que surgirá algo todavía más relevante. b. Suspensión de la función docente por algunos años. Luego examen sobre la base de las publicaciones surgidas entretanto y del nuevo estado académico que se haya generado. Llegado ese momento, corresponde hacerse la pregunta, si acaso se puede arriesgar la recuperación de la antigua libertad de enseñanza, en lo cual podría salir también a la palestra lo opuesto a la idea de 56 universidad, si acaso ello es representado con altura espiritual. Si se alcanza un tal estado, depende de los acontecimientos políticos y del desarrollo de nuestro espíritu público". Visiblemente aquí entra a tallar esa concepción que tiene Jaspers del espíritu, y que desarrolla en su obra filosófica, en el sentido de que el espíritu es lo que anima las obras humanas, desde la religión hasta la técnica, pasando desde luego por la filosofía, el arte, las ciencias, la moral y la política, y lo que es más importante: que el espíritu (en este caso, diríamos, como "espíritu del mundo", "Weltgeist", pero en este sentido propio) se manifiesta regularmente a través de oposiciones internas, más aún, en cierto modo, vive de esas oposiciones (como en Hegel). Sobre la base de esta concepción del espíritu, se entiende pues la propuesta de que salgan a la palestra incluso ideas contrarias a la esencia de la universidad, siempre que se de esto con altura, y que el tiempo esté maduro para ello. P4 Cabe hacer notar además que Jaspers, hacia fines de su Informe, deja absolutamente en claro que Heidegger debe recibir una sanción, lo cual lo expresa taxativamente en los siguientes términos: "Si acaso se rechaza una tal regla especial, estimo que un trato preferencial, en medio de las medidas generales, sería injusto". Y luego, seguramente con plena conciencia de que su Informe dentro de todo es bastante fuerte (pero tal vez no por ello injusto), agrega que se le puede permitir a Heidegger leer determinados puntos (el 1, el 2 y el 6) y del punto 3 únicamente el último párrafo. Mas, hay un anexo particularmente decidor en este Informe, que nos hace ver lo difícil que debe haber sido para Jaspers tener que ver con este tipo de situaciones. El mencionado anexo dice lo que sigue: "24/12 Como había un domingo entremedio, se quedó la carta todavía aquí. Pude entonces reflexionar si acaso, en atención a mi antigua relación con Heidegger, no debería solicitar una renuncia a mi respuesta. La respuesta como la no-respuesta, ambas cosas son en este caso contrarias a mi naturaleza. Finalmente se sobrepone la exigencia de una instancia formal y también en relación a lo que concierne a Heidegger mismo. Así entonces se despacha la carta". Este último titubeo de fin de semana lo dice todo. En él se muestra claramente el filósofo y su cuidado en meterse en cuestiones del mundo de la acción, de la política y máxime tratándose de un juicio. Sin embargo, aún así, podríamos decir que se impone cierto sentido de responsabilidad cívica y junto con ello la idea de que si se ha de levantar Alemania desde sus ruinas físicas y morales, que eso se realice sobre sólidos y duraderos cimientos. P6 Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existencial' de Karl Jaspers" continuamos el próximo miércoles a las 16,45 hrs. con el Capítulo "La sociedad de lucha". 57 “La fiesta del pensamiento” Realización: Cristóbal Holzapfel Programa No. 259 para la Radio de la Universidad de Chile Ciclo: “En torno al epistolario Jaspers-Heidegger” Audición: miércoles 20 de Diciembre del 2000 a las 16,45 hrs. Dentro de la relación entre Heidegger y Jaspers hemos pasado ya por varias etapas desde que se conocieron en 1920: conocimiento entre ambos y profundización en la amistad, hacia 1933 un primer distanciamiento de Jaspers, en 1935-36 intentos de Heidegger por recuperar la amistad, quiebre profundo hasta 1945, en 1945 el Informe de Jaspers sobre Heidegger, 1949: carta de febrero de Jaspers en la que se expresan deseos de renovación de la amistad, y en junio de ese mismo año, efectiva renovación de la amistad entre ambos. Ahora bien, en el Informe que le ha solicitado una Comisión de la Universidad de Friburgo, Jaspers junto con el reconocimiento expreso de la altura filosófica de Heidegger, y la proposición de que se lo apoye, hay la proposición pareja de ponerlo prueba, quitándole el derecho a enseñar en la universidad. Jaspers al momento de enviar este Informe solicitado tuvo muchos titubeos. Podríamos agregar que incluso probablemente no quedó muy tranquilo con su gestión; más aún, no sería extraño que hubiera quedado con algunos cargos de conciencia, a pesar de que su proposición diferenciada se presenta como debidamente sopesada y al fin y al cabo justa. Mas, el caso es que cuando se trata de redactar un informe de esa naturaleza sobre alguien que ha sido ni más ni menos que íntimo amigo nuestro, pienso que nadie con cierta sensibilidad y sentido humanitario del respeto y de la consideración se queda así simplemente tranquilo. Hemos visto además que esos titubeos han tenido que ver con el hecho de que Jaspers se da clara cuenta de que podría evitar enviar el Informe solicitado, pero al final se impone un cierto sentido del deber cívico y moral, y lo envía. P1 Lo anterior nos sirve de trasfondo para comprender varios puntos: 1.Que Jaspers tarda un par de años todavía en dar señales de vida ante su antiguo amigo. 2.Que la primera señal de vida pretende expresarse a través de una carta, pero que en definitiva es una carta-borrador, es decir, no-enviada, del 1.3.1948. 3.Que la primera carta que efectivamente le envía a Heidegger es recién del 6.2.49. 4.Que en Carta del 5.6.49 habrá de solicitar para Heidegger la recuperación de su derecho a enseñar. Mas, el caso es que de momento estamos solamente ante un borrador de carta. Aparte de todo lo relativo al mencionado Informe, en ella se hace alusión a los numerosos problemas que se le fueron creando a Heidegger con las nuevas autoridades. A mitad de mayo del 45 se estipuló un embargo de su casa. La casa estaba descrita en una "lista negra" como "Casa del Partido" que estaba a disposición para los requerimientos de la fuerza de ocupación francesa. En esa confiscación estaba incluida también la biblioteca de Heidegger. Finalmente se decidió que Heidegger podía permanecer en su casa, pero quedando muy reducido en el espacio, ya que se le asignaron dos familias francesas con las que tenía que convivir. 58 Seguramente teniendo presente Jaspers estas distintas situaciones de mucha estrechez y complicación por las que Heidegger ha pasado, pero ante todo lo que refiere a la sustracción de la venia legendi, Jaspers se decide a interceder en su favor años más tarde en 1949, dirigiéndole la siguiente carta del 5.6.49, cuando ya se ha radicado en Basilea, al Prof. Dr. Tellenbach, Rector de la Universidad de Friburgo. Leemos allí lo siguiente: "¡Magnificencia! El Profesor Heidegger es reconocido a través de sus logros en la filosofía como uno de los más relevantes filósofos del presente. En Alemania no hay nadie que lo sobrepase. Su casi oculto filosofar, conectado éste con las más profundas preguntas y tan sólo indirectamente reconocible en sus escritos, hacen hoy de él una figura singular en medio de un mundo filosóficamente pobre". P2 Y, entrando ahora en el terreno de la venia legendi que se le ha quitado a Heidegger, continúa la carta: "Es para Europa y para Alemania un deber, que se desprende de la afirmación de lo que es espiritualmente de rango y talento, preocuparse de que un hombre como Heidegger pueda trabajar tranquilamente, y continuar su obra, llevándola a publicación. Esto se asegura únicamente si Heidegger ingresa ahora al status de Profesor Ordinario Emérito. Con ello gana el derecho, no la obligación, de dar Lecciones. Él volvería con ello a valer también nuevamente como Docente. Estimo que esto es realizable e incluso deseable. Si bien en 1945 expresé en mi Informe el principio de que transitoriamente habría que apartarse de la idea de universidad, según la cual todo lo que es de rango espiritual, aunque sea ajeno a su liberalidad, debería hacerse manifiesto en la educación superior. Porque la juventud debilitada en su pensar crítico por el nacional-socialismo habría exigido de que no se la exponga de inmediato a cada posibilidad del pensar a-crítico. De acuerdo al desarrollo habido hasta aquí en Alemania, no puedo sostener más este principio. Como preveía en mi anterior Informe, se debía examinar la reintegración de Heidegger después de algunos años. El tiempo me parece ahora maduro. La universidad alemana no puede más dejar fuera a Heidegger, según mi parecer. Respaldo por ello con entusiasmo la solicitud de que a Heidegger se le reintegre con los derechos de un Profesor Emérito". P3 En fin, la alusión a esta recomendación, al Informe, y otras cosas más, todo ello es lo que ha quedado escrito en una carta nunca enviada del 1.3.48. Y, cabe agregar al respecto, que en Jaspers encontramos muchas cartas no-enviadas (que, como hemos visto, han sido llamadas "borradores de carta"). La carta no enviada tiene su peculiaridad propia. En ella se expresa una intención, un deseo, un plan, pero junto con ello también, nuestros sueños, el anhelo de una situación que quisiéramos se hiciera realidad. Ella también puede expresar percepciones o juicios acerca de las cosas que tenemos sobre alguien o sobre algo, pero que en definitiva estimamos inoportuno comunicar en un momento dado posterior (a veces puede tratarse precisamente de juicios reprobatorios). A lo anterior se suma que la carta no supone únicamente la acción física de escribirla, sino además la de ir a la oficina de correo a despacharla encargarle a alguien que cumpla con este trámite, dándose entonces la situación de que en último momento decidimos quizás no hacerlo. 59 También cabe la posibilidad de que una carta no enviada conserva su carácter de tal únicamente por un tiempo, y que por lo tanto en un futuro próximo o lejano nos decidimos a enviarla, estimando que en cierto modo el tiempo ha laborado en favor de ello. P4 Estas características de una carta no enviada son importantes, porque de antemano nadie escribe una carta que en definitiva no habrá de enviar. Es más, en cierto modo una carta no enviada se debe a que en último momento decidimos no enviarla, y ese último momento puede darse apenas la hemos terminado de escribir, o tal vez tras una inmediata relectura. Pero también pueden darse situaciones más complejas, como lo relativo a una decisión que postergamos unas horas, o para el día siguiente, o que vamos postergando indefinidamente. En este último caso, se trata de lo que podríamos llamar una "carta nunca enviada". Todas estas consideraciones tienen que ver con el hecho de que una carta, su redacción, su despacho o no despacho es una acción que acontece en el mundo, y está determinada, entre otros, por factores espaciales, y sobre todo temporales. Pero, en el análisis hecho hasta aquí de las cartas no enviadas, y, antes de ello, de lo que es una carta sin más, se nos ha quedado en el tintero lo más esencial: el sentido. La acción de escribir una carta está motivada por el sentido: la carta la escribimos porque, por una parte, tiene sentido hacerlo, y en segundo lugar, porque a través de ella, se va construyendo un sentido o múltiples sentidos. Visto de esta forma, una carta no enviada obedece a una crisis de sentido, la que a su vez, o bien se puede haber dado en cuanto a la carta misma en cuanto tal (que precisamente el escribirla ha perdido sentido) o en relación a la pérdida de sentido que afecta a lo que en ella hemos escrito. P5 Ahora bien, hay otro aspecto que atender en las cartas no enviadas de Jaspers, y es que son al mismo tiempo cartas concluidas, y esto, diríamos, nos aparta de lo que es en general una carta no enviada. Precisamente cuando la carta que estoy escribiendo se transforma debido a los avatares del tiempo en una carta no enviada, ello se debe a que en el mismo momento de redactarla ya he tenido vacilaciones en cuanto al sentido de ella, su justificación, su oportunidad, lo apropiado o no apropiado de lo que digo en ella, o siquiera de escribirla. Es pues distinta una carta no enviada concluida de una no concluida. Me aventuraría a sostener que la carta no enviada concluida tiene el carácter de lo que hemos sopesado y analizado suficientemente y que por ello está ya maduro para llevarlo al papel, pero respecto de lo cual, estimamos que no sería oportuno enviarlo ahora. P6 Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existencial' de Karl Jaspers" continuamos el próximo miércoles a las 16,45 hrs. con el Capítulo "La sociedad de lucha". 60 “La fiesta del pensamiento” Realización: Cristóbal Holzapfel Programa No. 260 para la Radio de la Universidad de Chile Ciclo: “En torno al epistolario Jaspers-Heidegger” Audición: miércoles 27 de Diciembre del 2000 a las 16,45 hrs. En vistas de que la carta del 1.3.1948 a Heidegger es una carta que su autor, Jaspers, no envía, hemos estado analizando el carácter que tiene esta especie singular de cartas no enviadas. Entre los muchos aspectos que tienen en general las cartas no enviadas, hemos destacado que ellas suelen ser al mismo tiempo inconclusas. En ello se podría hacer un parangón con las obras inconclusas en los más distintos ámbitos: las hay especialmente en música (la Sinfonía Inconclusa de Schubert), en literatura (por ejemplo, El hombre sin atributos de Robert Musil, y en filosofía (Ser y tiempo de Heidegger). Mas, en Jaspers, hemos visto, que se da la particularidad de que sus cartas no enviadas están concluidas y hemos reconocido que ello se debe a que en ellas hay impresiones y juicios que se han ido decantando con el tiempo y que están suficientemente maduros, pero aún así esas cartas no sería oportuno enviarlas en ese momento y, más aún, su envío se posterga indefinidamente o incluso para siempre. P1 Al mismo tiempo hemos destacado también que una carta proviene de una acción ejecutada en el mundo, por de pronto en un espacio y en un tiempo determinado. En atención a ello, una carta que no se envía puede terminar además perdiendo vigencia. Las cartas no enviadas de Jaspers tienen precisamente esta característica: son cartas nunca enviadas. Pero, a la vez, cabe destacar otro aspecto, cual es que sus cartas tienen el carácter de ser "borradores de carta" (y así es como las cataloga Hans Saner), y esto representa una nueva característica singular: se trata de cartas que anteceden a la siguiente, y esta última resulta muy parecida a su borrador. Y esto nos revela otra singularidad de las cartas no enviadas de Jaspers, que precisamente son borradores de carta. Ello constituye precisamente una singularidad, porque desde luego no toda carta no enviada es un borrador de carta. En este sentido, el borrador de carta posee ese carácter temporal de preparación del futuro, de anticipo, de adelanto, y más aún, de ejercicio y ensayo. P2 Esto a su vez guarda relación con la complejidad que hay en la relación JaspersHeidegger y que se manifiesta en su epistolario. Me refiero a que en el caso de Jaspers no es cuestión de enviarle una carta a Heidegger tras un profundo quiebre que ha habido en su relación desde el año 33 y habiendo pasado por lo tanto 12 años. Ello le da una justificación al borrador de carta y a la vez a la carta no enviada. Con ello rozamos otro aspecto, el cual es el siguiente: las cartas no enviadas de Jaspers son justamente escritas en algunos de los goznes de la historia de su relación con Heidegger, más precisamente se trata de momentos de crisis, ya sea como para salir de ella, como para sumergirse aún más en esa crisis, según veremos más adelante. 61 Pero, a su vez hay otra peculiaridad que destacar, y que corresponde a lo que ya decíamos: que en el caso de Jaspers la carta que en definitiva envía se aproxima bastante al borrador anterior. En atención a ello, podría ponerse en entredicho el carácter de carta no enviada, por cuanto podría sostenerse que lo que predomina aquí es, por decirlo así, el borrador de una carta que posteriormente se envía. Mas, esto implica llevar esta filiación entre el borrador y la carta enviada demasiado lejos, ya que si bien hay similitudes entre ambas, hay al mismo tiempo importantes disimilitudes. Como vemos, con el fin de hacer una adecuada distinción, todo depende si encontramos un mayor o menor parecido entre el borrador y la carta enviada. P3 Y hay otro aspecto que tal vez deberíamos haber puesto en primer lugar sobre el tapete respecto de la carta no enviada, y es que en ella se manifiesta una reserva, es decir una percepción o un juicio sobre algo o alguien que no estamos dispuestos a comunicar de inmediato. Ahora bien, esa reserva puede a su vez tener que ver con una inseguridad y desconfianza, como que no nos podemos permitir confiar algo al otro, por ejemplo algo que puede ser de carácter íntimo. La mencionada desconfianza se vincula en este caso con Jaspers, ya que él ha declarado haberle perdido la confianza a su amigo desde 1933. Desde esta perspectiva, la carta no enviada del 1.3.45 obedece al no saber si se justifica la reanudación de esa amistad, máxime si ha habido un silencio tan largo de Heidegger y ninguna explicación de parte de él acerca de todo lo ocurrido. Por último, cabría hacer resaltar otro aspecto de estas cartas no enviadas, y es lo que se refiere a la inmensidad de lo que está envuelto en ellas, lo que se refleja en lo que tiene que ver con la filosofía, la historia de Alemania, el nazismo, lo moral, y otros. P4 Tras el borrador de carta analizado habrá de pasar más de un año para de veras enviarle una carta el 6.2.49 a Heidegger en la que comienza diciendo: "Hace tiempo que quería escribirle. Hoy recién en una mañana de domingo me viene el impulso. Lo de he tratar. / Había algo alguna vez entre nosotros que nos unía. No puedo creer que eso haya desaparecido, sin dejar rastro. El tiempo parece haber madurado suficientemente para que me dirija a Ud. con la esperanza de que Ud. me corresponda en el deseo de intercambiar ocasionalmente unas palabras. / Los presupuestos en ambos han llegado a ser otros que lo que eran en 1933. Un mínimum de frases es insoslayable para encontrar el nexo con el núcleo de aquello a través de lo cual nos comunicábamos - en ese tiempo ya con el agregado de algunos fenómenos colaterales maravillosos -. / En 1945 esperaba de su parte una explicación - esperé -; me parecía que una iniciativa de mi parte destruiría todo lo que entonces era posible. En el otoño del 45 le envié el primer cuaderno de "Cambio" /"Wandlung", se trata de una revista en la que Jaspers es uno de sus colaboradores/. Quizás, así pensaba yo, podría Ud. tomar mis primeras manifestaciones públicas, que allí se encontraban, como impulso para decirme algo, que antes de 1945 no era posible decir. /" P5 Nótese que Jaspers entra rápidamente en la cuestión de la espera de una explicación, por lo cual la carta se hace tremendamente difícil e inquietante, sobre todo si se trata no simplemente 62 de pedir una explicación, sino al mismo tiempo con la secreta esperanza de que esa explicación no vaya a afectar el intento de fondo, el cual se muestra nítidamente como el de una reanudación de la amistad. Lo difícil de la carta explica a su vez el borrador, la carta no enviada del año anterior, por lo cual se revela a través de ello que así como podemos mirar desde la carta no enviada la carta enviada un año después, así también podemos mirar viceversa la carta no enviada desde la carta enviada. Además el hecho de que se escriba un fin de semana, un día domingo por la mañana es también decidor, por cuanto una difícil carta como es ésta requiere de una total serenidad y ecuanimidad, lo que se da normalmente en ese tiempo dominical libre y, para decirlo con Humberto Giannini, en el recogimiento del domicilio. P6 Y continúa Jaspers en su carta sincerándose, mostrando su estupor y sus heridas ocasionadas precisamente por su antiguo amigo. Es así como se refiere al nefasto "Informe Baumgarten" que cayó en sus manos, en el que Heidegger se refería a que este profesor circulaba con el judío Fraenkel y en el "círculo liberal-democrático en torno a Max Weber" (al cual, cabe decir, pertenecía el propio Jaspers). Refiriéndose a la impresión que le ocasionara la lectura de este Informe, Jaspers agrega lo siguiente: "Ese instante pertenece a las experiencias decisivas de mi vida. La conmoción personal era inseparable del peso objetivo de lo ocurrido". Pero luego inesperadamente Jaspers se desembarca de la petición de una explicación (no obstante, en lo relativo a este punto, no habrá de ser consecuente, ya que un tiempo después volverá sobre eso mismo), diciendo lo que sigue: "Finalmente ha transcurrido mucho tiempo. Ahora puedo asumir el presupuesto para lo que sigue de que Ud. ya no estima como necesaria una explicación ante mí acerca de asuntos que nos concernían a ambos personalmente ("el judío Fraenkel", "el círculo intelectual en torno a Max Weber", y otros). Yo lo acepto". Nótese el modo peculiar de plantear este punto: que se trataría de que Heidegger no vería como necesaria una explicación, y a partir de ello, suponiendo que ello es así, termina Jaspers diciendo: "Yo lo acepto". Lo que se detecta en esa expresión sutil es pues que la explicación que pudiera dar Heidegger no queda excluida, pero que en caso de que no lo hiciera, él igualmente lo acepta. Aquí queda pues algo cerrado únicamente en apariencia, y será alrededor del cabo suelto de esta explicación que un par de años más tarde esta amistad llegará a su fin. P6 Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existencial' de Karl Jaspers" continuamos el próximo miércoles a las 16,45 hrs. con el Capítulo "La sociedad de lucha". 63 “La fiesta del pensamiento” Realización: Cristóbal Holzapfel Programa No. 261 para la Radio de la Universidad de Chile Ciclo: “En torno al epistolario Jaspers-Heidegger” Audición: miércoles 3 de enero del 2001 a las 16,45 hrs. Estamos analizando la decisiva carta fechada en Basilea el 6.2.1949 de Jaspers a Heidegger, a través de la cual se da pie a que la amistad entre ambos se reanude. Esa clara intención de Jaspers se pone de manifiesto ya a los inicios de la carta, pero especialmente en lo que concierne a lo que circunda a una explicación que Jaspers habría esperado de su amigo, respecto de su equívoca actuación durante el régimen nacional-socialista, ya que sucede que al final termina diciendo que si Heiedegger no le da la tal explicación, él igualmente lo acepta. Y lo cierto es que todo lo que sigue en la carta se lo puede ver en el sentido de que esa amistad se reanude a como de lugar, incluso en el sentido de enfrentar y darle al mismo tiempo una solución a diversas cuestiones que pudieren constituir algún impedimento como para que aquel propósito se lleve a feliz término. Hay que tomar en cuenta a su vez que para llegar a escribir esta carta han transcurrido doce años de un largo silencio. Y este silencio durante toda la época del nacional-socialismo, si bien ha sido recíproco, sin embargo cabe aducir que quien, al menos visto esto desde fuera, fue gravemente perjudicado, fue Jaspers con su mujer, ambos a punto de ser transportados a las barracas en cualquier momento. Pues bien, vistas las cosas de este modo, es el silencio de Heidegger el que resulta extraño, por decir lo menos. Fijémonos en este sentido como en una relación humana, por de pronto los silencios hablan, y en algunos casos, como el que estamos analizando, lo que el silencio dice no queda claro en principio, de tal manera que corresponde dilucidarlo. P1 Si en la primera parte de esta carta de febrero del 49 lo relevante ha sido sobre todo la renuncia a una explicación, lo relevante de esta segunda parte es la cuestión del silencio, y es a su vez en razón de ello que más adelante en la misma carta Jaspers hablará de una suerte de inevitable oscuridad que habría que asumir en la relación entrambos. El silencio se vuelve a hacer presente de manera tácita en el siguiente pasaje de la carta, pero de un modo tal que Jaspers entra inmediatamente en la aceptación de él, a tal punto que se le ocurre relacionarlo primero con algún posible reproche de parte de Heidegger. En ese tenor, leemos lo siguiente: "Lo que Ud. me reprocha, y quizás con razón, no lo se". En lo que sigue, Jaspers se preocupa incluso de descargar a Heidegger de toda posible culpabilidad que pudiera sentir, aunque no sin dejar entrever cierta extrañeza ante el silencio prolongado que ha habido: "Por mi parte puedo decir que no lo culpo, porque su comportamiento en esta transformación del mundo no se encuentra en primer lugar en un nivel de aclaraciones moralizantes. El duelo infinito desde 1933 y el estado actual de las cosas, en el cual mi alma alemana padece cada vez más, no nos ha unido, sino tácitamente separado. Lo tremendo, que es algo distinto que mera política, en los largos años de mi rechazo y amenaza vital no incitó a una palabra en correspondencia con ello. Como seres humanos nos hemos alejado". 64 P2 Como he destacado alguna vez, el género epistolario tiene sus propios códigos, y, en particular esto se hace notar en el epistolario entre estos dos pensadores que aquí analizamos. Me atrevería a sostener que la complejidad no solamente de las epístolas, sino antes todavía, del estilo sin más, se hace más manifiesto en Jaspers que en Heidegger. En cierto modo, Heidegger es más directo en sus expresiones, sobre todo si atendemos a sus cartas, mientras que en Jaspers hay normalmente más sinuosidades y distintas capas de sentido. Desde luego, esto no implica alguna consideración de tipo jerárquico de ninguna especie, ya que la profundidad y alcance del pensamiento de ambos, como lo que a su vez se revela en su epistolario, no tiene que ver con ese estilo de expresión más directo o más indirecto. Pues bien, por ejemplo la carta que ahora examinamos es patente que en lo que es absolutamente clara es en la intención hecha presente de muchos modos de reanudación de la amistad. Mas, en lo que concierne al modo como esto tendría lugar es sumamente compleja, y ello se debe en especial a que ella está mediatizada por la cuestión de la explicación de lo sucedido durante los años del nazismo. P3 Por ejemplo, relativamente a este punto, esta carta de Jaspers parece en principio poder leerse como una carta de exculpación de Heidegger, pero, por otro lado, se revela en una segunda lectura que esa exculpación en cierto modo no está simplemente planteada, sino que depende de la consideración de varios hechos, el más importante de los cuales es el que se refiere al silencio de Heidegger. Respecto de este punto, de entrada se asume que él no tendría que ver con cierto reproche de Heidegger. No olvidemos que la respuesta a la larga carta de mayo del 36 en la que Heidegger le cuenta a Jaspers acerca de su viaje a Roma, Heidegger nunca la recibió, y que a partir de ello decidió no escribirle más a su antiguo amigo. En este sentido, Jaspers no está del todo descaminado en este primer supuesto del reproche de su partner. Pero, como hemos visto, el mentado supuesto reproche queda simplemente planteado como una posibilidad de la cual Jaspers no sabe nada, ya que él nunca se enteró que la respuesta a la carta sobre Roma no llegó a su destinatario. En razón de lo anterior (es decir, sobre la base de la ignorancia respecto del supuesto reproche), Jaspers pasa a lo que sería propiamente la exculpación, y si bien, él entrega argumentos para justificar esa exculpación, sin embargo, hay algo que no puede solucionar ni olvidar, y esto es lo del silencio. P4 Bien analizado, si la cuestión de fondo es la esperada (y, por otra parte, ya no más esperada) explicación, ésta revela dos caras: 1. que es la que da el propio Jaspers, atendiendo a consideraciones generales (el papel secundario de la política, que una conducta como la de Heidegger, no se puede medir con criterios moralizantes), y 2. por la contraparte, la oscuridad inerradicable de ese silencio. Esto se relaciona con la concepción del silencio que tanto Jaspers como Heidegger han desarrollado, en cuanto a que existe la posibilidad de un silencio auténtico (el hablar silente que dice lo esencial) y el silencio inauténtico (que, en cierto modo, se identifica con lo sórdido), en el que hay un oculto rechazo o antipatía. 65 Atendiendo pues al silencio de Heidegger durante los años más infernales de la historia de Alemania, se trata entonces de saber de qué silencio se trata. P5 Y esta doble posibilidad de acometer la explicación tiene que ver además con el pensamiento jaspersiano: por una parte, con su distinción, que ya encontramos en su Psicopatología general entre explicar y comprender, y, por la otra, con su idea de la comunicación, en el sentido de que ella es de una existencia a otra, y que no sería suceptible de traducirse en conceptos generales. Recordemos que en Jaspers la existencia corresponde a un modo de ser a partir del cual él hombre se constituye como posibilidad y libertad. Visto de esta forma, la existencia no se puede traducir precisamente en conceptos generales. Por de pronto, cabe sostener que sobre la base de esa distinción entre explicar y comprender se diseña en la Psicopatología general una nueva relación con el paciente. Lo que tiene que ver con la relación con un paciente esquizofrénico, por ejemplo, no es algo que pueda traducirse en una explicación a través de conceptos generales, sino que, ante todo, es algo que hay que comprender, y este último no es solamente intelectual, sino afectivo, anímico y espiritual. Así pues, diríamos que lo que se procura en esta carta a Heidegger es ante todo comprender al otro en su ámbito existencial. Es por ello también que toda explicación que pretende traducir sus logros en conceptos generales, tiene que ser insuficiente. P6 Mas, aún así, como hemos dicho, la posible explicación nunca queda desplazada. Es por ello que Jaspers agrega a renglón seguido lo relativo a su mujer judía, en cierto modo, como para clarificar que con ello se toca algo de lo más doloroso para él, y que naturalmente tiene que ver con la explicación: "A cada momento se hace presente mi mujer, respecto de la cual le decía en nuestro penúltimo encuentro que ella es decisiva para todo mi filosofar (veo todavía su rostro perplejo)". Esto da que pensar nuevamente en el sentido de la explicación, porque ella queriendo ya quedar atrás como explicación que ya no se espera más, sin embargo sigue siendo persistentemente una explicación que se espera, en este último caso en lo concerniente incluso a la razón de la perplejidad del rostro de Heidegger. Pero, luego de referirse a lo relativo a su mujer, Jaspers plantea inmediatamente después una nueva posible exculpación de Heidegger, incluso en el sentido de la no necesidad de un esclarecimiento, y por lo tanto asumiendo el mentado silencio como una inevitable oscuridad. Más aún, esta oscuridad habrá de ser en lo sucesivo, según ese planteamiento, algo que estará siempre ahí. P7 Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existencial' de Karl Jaspers" continuamos el próximo miércoles a las 16,45 hrs. con el Capítulo "La sociedad de lucha". 66 “La fiesta del pensamiento” Realización: Cristóbal Holzapfel Programa No. 262 para la Radio de la Universidad de Chile Ciclo: “En torno al epistolario Jaspers-Heidegger” Audición: miércoles 10 de Enero del 2001 a las 16,45 hrs. Analizando una carta de febrero de 1949, hemos visto que Jaspers procura reanudar su relación amical con Heidegger, pero con ese fin, hay algo que se interpone: especialmente el largo silencio de Heidegger durante los duros años del nazismo. Mas aún, se trata en este intento de renovación de la amistad de sortear los distintos obstáculos que se presentan, y en aras de ello, Jaspers exculpa a su antiguo amigo respecto de su actuación en el nacional-socialismo. Y aunque Jaspers descarga a Heidegger de una posible culpabilidad, igual quiere recordar a grandes trazos por lo que él y su mujer tuvieron que pasar: su situación de acoso y amenaza permanente. Esto nos hace ver que la exculpación tiene igual como condición al menos decir las cosas, nombrarlas, hacer alusión a los dolores y penurias que hubo que sufrir para que fuera posible sobrevivir. Esto es importante y se vincula hasta cierto punto con lo que hemos vivido los chilenos en la recuperación de la democracia, tras la dictadura militar. El vínculo se muestra en aquello de que la reconciliación es únicamente posible sobre la base de la verdad y la justicia. Pero, en ello mismo aparece también la limitación de esta comparación, puesto que ella se justifica tan sólo en atención a lo que sería el conocimiento de la verdad. En efecto, es visible como a Jaspers le interesa al menos que quede claro cuáles son algunos de los hechos que hay que tener en cuenta, pero de ello no se sigue una intención de hacer ulteriormente justicia. P1 Aludiendo a los apremios que pasara junto a su mujer y la cara de estupor que puso Heidegger cuando Jaspers le señalara que su mujer era decisiva en su filosofar, dice en una parte ya avanzada de su carta: "Todo ello yo no me lo oculto. Lo acepto como un factum, que ha ser accesible a interpretaciones, pero respecto del cual el esclarecimiento esperado por mi durante años no ha de ser condición de nuestro diálogo interpersonal. La oscuridad habrá de permanecer como un presupuesto , si acaso no ocurre algo extraordinario entre nosotros, la cual no impedirá que en el filosofar y quizás también en lo privado entre nosotros pueda ir una palabra de uno a otro". Hemos visto que bien puede Jaspers descargar de toda culpabilidad a Heidegger, pero hay algo que siempre queda pendiente como algo oscuro, y esto es lo que se refiere al silencio de su antiguo amigo. Pues bien, en el último pasaje de la carta observamos como ese silencio aparece incluso como una oscuridad que, de una u otra forma, estará siempre ahí, y Jaspers, en principio, está dispuesto incluso a asumir esa oscuridad. P2 Ciertamente, como hemos visto, todo ello se vincula con la limitación que ve Jaspers en la idea de explicación (en atención a que Heidegger le diera precisamente una explicación), ya que en 67 ésta sólo podemos llegar a lo que podemos objetivar, y que es posible traducir en conceptos generales. El ser de las cosas para Jaspers se revela sólo parcialmente en una relación sujeto-objeto que hace posible una objetivación de los hechos: en el caso de lo que concierne a Heidegger que es imposible decir simplemente que él fue nazi por tales y cuales motivos, que es también imposible decir que el silencio en el que se sume durante 12 años, aparentemente desinteresándose de lo que les podría haber ocurrido a Jaspers y su esposa, es también por tales y cuales motivos. El ser es, al contrario, siempre un en-sí trascendente que escapa a los catastros y taxonomías de las explicaciones en conceptos generales. Es por ello que en vez de una explicación, él procura al menos comprender, y comprender en particular el largo silencio de Heidegger, pero lo cierto es que, podríamos decir, hasta lo que sería una comprensión mínima fracasa, por lo cual al final no queda más que la oscuridad. Y bien, el punto está en que es tanto lo que le importa la renovación de su amistad con Heidegger, que incluso está dispuesto, como ya vimos, a asumir esa oscuridad como algo inerradicable. P3 En ello despunta otra de las ideas del pensamiento jaspersiano, cual es la situación límite. Se trata de que el hombre vive normalmente en situaciones, como el tener que alimentarse, trabajar, relacionarse con los otros, pero hay ciertas situaciones llamadas límites, como por ejemplo, que tenemos que morir, la enfermedad, la soledad, pero también puede ser el amor, que nos obligan a ser-desde-el origen. A partir de ellas se realiza el posible ser-sí-mismo, la existencia. A su vez la comunicación es únicamente posible entre existencias que se reconocen mutuamente la posibilidad de ser-sí-mismos. Y precisamente se trata además de que así como el ser propiamente existente, como la comunicación entre existencias no son traducibles en conceptos generales, de tal modo que existencia y comunicación tienen siempre el carácter de aquello a lo que nos arriesgamos, y que es ajeno a todo cálculo y seguridad. Vistas las cosas de esta forma, es patente que lo que procura, y, antes bien, lo que le nace a Jaspers es el logro de esa comunicación con Heidegger, pero también, junto con ello, a partir de una determinada situación límite - reflejada en la oscuridad insondable de aquel silencio -. Y, claro está, ese oscuro silencio pasa a ser un cabo suelto que tanto da para que, asumiéndolo, renazca la amistad, o para que ésta sucumba, si acaso ese silencio se tradujera en algo que de alguna manera se puede objetivar, y más encima, en términos negativos, como que él significara no el hablar silente que surge de un genuino acercamiento al ser de las cosas, sino algo sórdido. P4 Y Jaspers continúa diciendo en su carta que el que sus respectivas filosofías sigan derroteros distintos (aunque en el mundo se las identifique, como ha hecho Jean Wahl en Francia, lo que ha demandado de parte de cada uno de estos dos pensadores cartas aclaratorias que han sido publicadas) no debe constituir tampoco algún obstáculo en su relación. Es más, relativamente a este punto de la supuesta diferencia entre ambas filosofías, él expresa su confianza en que cuando se va al fondo de los asuntos en filosofía se descubre la unión en sus orígenes y metas, y agrega al respecto lo siguiente: 68 "Esta es una fe como en la comunicación - una fe contra la apariencia engañadora -. Si mi recuerdo no me falla, en esto estuvimos de acuerdo alguna vez". Nótese en relación con las conexiones que hemos hecho entre el contenido de las cartas y el pensamiento de Jaspers que aquí él mismo hace esta conexión, trayendo a colación lo que él define como comunicación. P5 Y termina la carta en un final emotivo y lleno de esperanza. Escuchemos: "Lo saludo desde un lejano pasado sobre un abismo de los tiempos, reforzando algo que fue y que no puede no ser nada". Bello final para una amistad a punto de renacer. Mas, ya he dicho alguna vez que si hay algo grande en esta amistad, ello no es solamente porque toca ciertos pliegues de lo humano y lo espiritual, sino que esa grandeza se manifiesta en que ella no se sustrae a ciertas cosas que parecen como de destino. Por de pronto, la propia amistad, su nacimiento, su auge, su quiebre y su renacimiento, todo esto parece como destinal; pero también, como dijimos alguna vez, las equivocaciones, los accidentes, el azar, en fin, todo lo que tiene que ver con lo fortuito. En relación a esto fortuito me refiero al hecho de que la carta de febrero del 49 que tan ampliamente nos hemos detenido a analizar, nunca llegó a su destinatario, lo cual, podríamos suponer, se debe a que al parecer Heidegger estaba bajo vigilancia por parte de las autoridades francesas, y es probable que hayan hurgado en su correspondencia. No obstante esto, Heidegger, sin haber leído la mencionada carta, acusará recibo meses más tarde, más precisamente el 22.6.49. Escribiéndole desde Friburgo le dice entonces a Jaspers lo siguiente: "Ayer me dijo Heiss /antiguo alumno de Heidegger y Profesor de Psicología en la Universidad de Friburgo/ de que Ud. me habría escrito en febrero. Para mi pesar, esta carta no llegó. Ciertamente le habría contestado inmediatamente. De todos modos no es el primer caso en los últimos años que correo importante del extranjero no llega a mí". P6 En lo que sigue de esta carta, podemos reconocer como Heidegger da pie a la reanudación de la amistad entre ambos. Pues bien, el azar de que la carta de Jaspers nunca llegara a sus manos, da pie a una situación peculiar que tiene su exquisita gracia, y esto está representado por el hecho de que cada uno por separado dio el paso a esa reanudación. Ello es a tal punto así que ni siquiera cabe decir que alguno de los dos tiene el mérito de haber sido el primero. Tal solo formalmente aparece Jaspers como el primero, pero en verdad no hay aquí nadie que lo sea propiamente. Terminemos hoy con la cita del pasaje de la carta de Heidegger que induce al renacimiento de la antigua filía: "Le agradezco de corazón por esta carta; que Ud. ha escrito es para mí una gran alegría. A través de todo extravío y confusión y una desazón temporal la relación hacia Ud. ha permanecido intacta para mí, la cual se fundó al inicio de nuestros caminos durante los años 20". P7 Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existencial' de Karl Jaspers" continuamos el próximo miércoles a las 16,45 hrs. con el Capítulo "La sociedad de lucha". 69 “La fiesta del pensamiento” Realización: Cristóbal Holzapfel Programa No. 263 para la Radio de la Universidad de Chile Ciclo: “En torno al epistolario Jaspers-Heidegger” Audición: miércoles 17 de Enero del 2001 a las 16,45 hrs. Hemos visto como la amistad entre Jaspers y Heidegger da pie a que se reanude a partir de una carta del primero al segundo de febrero de 1949. Pues bien, la amistad, cabe decir, efectivamente se reanuda con la respuesta del 22.6.49 de Heidegger, y esta tardanza en su respuesta se debe a algo que tendría que ver, al parecer, con el hecho de que las autoridades francesas de las fuerzas de ocupación tienen a Heidegger bajo vigilancia, y controlan su correo. Probablemente la carta de Jaspers tuvo que pasar por el examen de algún funcionario, para que finalmente fuera aprobada, lo que tardó algunos meses. Si interpretamos esto, podríamos traer a colación la concepción del ser y del hombre que tiene Jaspers, en el sentido de que hay mundo y trascendencia. El mundo, del que se habla allí tiene su organización determinada por el interés, la utilidad, la conveniencia, y otros, es decir, está determinado por condiciones. Por su parte, la trascendencia está pensada siempre desde el acto de trascender, y por ejemplo, en el ámbito ético se trata de que trascendemos hacia lo incondicional, hacia lo que se sustrae a las condiciones en que siempre se está debatiendo el mundo. A su vez, el mundo está caracterizado porque en él se existe siempre en situaciones, supongamos situaciones de carácter económico, social, político, cultural, y otros, mientras que cuando trascendemos lo hacemos hacia situaciones límites, y podríamos agregar, una amistad, como también un amor, únicamente se pueden realizar desde una situación límite. Me refiero a que estas vivencias únicamente se viven de veras y propiamente desde lo que se sustrae a cualquier condición impuesta por el mundo. En ellas no hay criterios de conveniencia ni de ninguna otra especie similar que expresen lo esencial de ellas. P1 Volviendo al epistolario de nuestros pensadores, podemos decir que los avatares del mundo y las facilidades o, en este caso, dificultades que suele poner en la mejor realización de las relaciones humanas, han impuesto sus trabas en la reanudación de esta amistad. Y lo cierto es que esas trabas, esos obstáculos, podrían haber sido definitivos: supongamos que la carta de Jaspers nunca habría llegado a su destinatario, y que este simple hecho hubiera suscitado que ninguno de los dos hubiera dado un paso más para acercarse al otro: Jaspers porque Heidegger no le contestó, y Heidegger, porque se quedó con la idea de que Jaspers nunca contestó su carta sobre Roma del año 36, lo que ya hemos visto, se debió también a eso que hemos llamado aquí una intervención del mundo y sus vicisitudes. En este caso, esas vicisitudes tienen que ver con el hecho de una carta extraviada. Esto nos lleva a otro de los aspectos de la noción jaspersiana de mundo, como que éste está siempre en ruinas. Desde luego, cabe aclarar de inmediato, que el mundo no es que esté en ruinas porque hay cartas extraviadas, porque el servicio de correos, y aunque se trate del servicio alemán de correos, no siempre funciona bien, sino porque cualquier organización que haya habido, que haya actualmente o que habrá en lo futuro nunca es perfecta, porque además en el mundo siempre ha habido crimen, discordia, violencia, guerras, hambre y desolación. 70 Pero, claro está, la trascendencia hacia la que trascendemos en distintos ámbitos existenciales, entre ellos, en la amistad no puede concebirse como algo separado, como ubicado en algún ultramundo, sino que transcurre aquí y ahora, implicando esto que, si pensamos en la comunicación, suelen haber situaciones mundanales que la interrumpen, y así también una amistad se puede interrumpir y fracasar por una carta extraviada. P2 Ahora bien, hemos dicho que en el hecho de que la carta de Jaspers de febrero del 49 no llegue a su destinatario es algo que tiene que ver con los avatares del mundo, pero junto con ello también, con lo fortuito. Vale la pena que nos detengamos a pensar sobre este punto, ya que en eso que llamamos lo "fortuito" se abre una ventana a lo que solemos llamar el "destino". Se trata en ello de que todo lo que está en dependencia nuestra, que se ajusta a nuestras decisiones y que podemos organizar, programar y producir, genera un orden, precisamente un orden que depende de nosotros. Por ejemplo, si decido hacer un viaje a un determinado lugar y efectivamente voy para allá, como posteriormente si decido volver en tal fecha y lo hago, todo ello genera y está dentro de cierto orden. Y si, por el contrario, no emprendo el viaje tal, o lo postergo, o bien lo realizo efectivamente, pero no vuelvo en la fecha programada, o postergo indefinidamente el regreso, o incluso, decido no volver nunca más de aquel lugar, cada una de esas posibilidades implica que he modificado el orden en el que en cada caso se debate mi existencia. Pero, en los ejemplos dados el mentado orden depende siempre de mí y aunque se trate de modificarlo. Pero, ¿qué pasa cuando lo programado es alterado, sin saber que ha habido en ello una alteración? Volviendo a nuestro ejemplo: ¿qué pasa si yo - Karl Jaspers - le envío una carta a mi antiguo amigo Martin Heidegger, y esta carta no le llega por algún motivo que desconozco, y más encima yo no se ni siquiera que no le llegó? Es aquí donde podemos hablar de lo fortuito. P3 Pero eso - lo fortuito - da pie a que con ello abramos una ventana al destino. Mas, salta a la vista que se hace necesario hacer alguna distinción entre ambos términos. Ciertamente estamos ante un tema enorme que va más allá de lo que podemos hacer aquí. Por eso, a continuación sólo algunas indicaciones al respecto. Aristóteles ha pensado el azar en tanto (en latín 'casus') y , suerte o fortuna. A su vez, el azar se vincula con aquello que se supone no corresponde visiblemente a ninguna de las 4 causas que participan en cada fenómeno o acontecimiento (causa material, formal, eficiente y final), y en este sentido corresponde a lo accidental. Esto quiere decir que lo azaroso es lo excepcional, lo que se aparta de lo que se espera que suceda, lo que tiene que ver con una estructura legal que rige todo. Por ejemplo, es un accidente que yendo al ágora (la plaza pública) a comerciar aceite alguien me pague una deuda, o que el que construye una casa tenga la tez pálida, o una ardilla que come una mazorca. Se podría agregar relativamente a ello que una vez que sucede algo: que la ardilla efectivamente come una mazorca, aunque no sea lo que acostumbre, entonces esa situación de hecho, como toda situación, todo fenómeno, todo acontecimiento ya se rige por una necesidad, es decir, con ello rozamos el ingente problema del determinismo. 71 Siguiendo con Aristóteles, lo que se le opone al azar es lo que ocurre por necesidad, , y ello a su vez se enmarca dentro del destino, el fatum, la , pero el punto está en que es tal el poder que esta última podría tener que precisamente lo que se nos presenta como azaroso podría estar, en verdad, regido por el destino. P4 Teniendo presente este pensamiento aristotélico, digamos, para los efectos de lo que aquí nos interesa, que lo fortuito puede ser de dos maneras: 1.Como lo meramente azaroso. En este caso la fortuna se presenta como azar, y este último se acerca al probabilismo. 2.Como destino, en el sentido de que, si bien algo es fortuito para nosotros, sin embargo obedece a un orden superior inaccesible, el cual se ha estimado que tal vez sólo pitonisos, brujos, profetas o chamanes podrían intuir y dar a conocer y casi siempre a través de un lenguaje cifrado. Respecto de ambos sentidos de lo fortuito, como mero azar o como destino, depende siempre por cierto de cada situación y de cada uno en particular que digamos en cada caso que lo fortuito tiene más un sentido que otro. Es más, muchas veces lo que en principio se presenta para los otros como meramente azaroso, se nos aparece a nosotros como destino. P5 Y tres consideraciones más respecto de esta cuestión: 1.Lo que es mero azar es algo que está en armonía con una visión empirista del mundo; parece ser que la experiencia no nos permite ir más allá de reconocer que si algo ocurre, y aunque se trate de una probabilidad escasísima, es algo que siempre está dentro de cierto probabilismo estadístico. El destino, en cambio, ya la sola palabra implica la apelación a algo transempírico, un orden superior que comanda las cosas, que es imposible demostrar, y esto explica su presencia en religiones, mitologías y leyendas. 2.Expuesta esta distinción de esta forma y con tales alcances, claramente se observa que únicamente reconocemos grandeza en lo fortuito cuanto es destinal, mientras que lo meramente azaroso, lo que es nada más el resultado de una cierta combinatoria de probabilidades, es algo llano, que se acerca a lo trivial. 3.Tendemos a reconocer la presencia del destino especialmente en el orden de las relaciones humanas, ya que justamente en éstas estamos concientes de lo que depende de nosotros, y respecto de aquello que no depende de nosotros, y cuando ello a su vez trae repercusiones importantes o duraderas para nuestras vidas, tendemos a asociarlo con eso que llamamos el destino. ¿Sería éste precisamente el caso que aquí nos interesa: que la carta de Jaspers no llegó a Heidegger? P6 Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existencial' de Karl Jaspers" continuamos el próximo miércoles a las 16,45 hrs. con el Capítulo "La sociedad de lucha". 72 “La fiesta del pensamiento” Realización: Cristóbal Holzapfel Programa No. 264 para la Radio de la Universidad de Chile Ciclo: “En torno al epistolario Jaspers-Heidegger” Audición: miércoles 24 de Enero del 2001 a las 16,45 hrs. Hemos estado analizando como en una relación humana, de amistad o de amor, o simplemente de conocimiento mutuo, hay muchas cosas que cada uno sabe o está conciente de ellas; me refiero a como cada uno se siente, las situaciones en que se desenvuelve, y otros. Pero, está claro que hay muchas situaciones que no dependen de uno u otro y que igual pueden tener tal fuerza que determinan el curso futuro de la relación, como para que ésta se enriquezca, se empobrezca, sufra algún traspié, o, si ha habido un distanciamiento, que se produzca entonces un reencuentro. Y, a propósito de ello, hemos definido como fortuito precisamente todo aquello que ocasiona sus efectos, aunque nosotros no lo hayamos previsto de ninguna forma. Lo fortuito nos ha conducido a su vez no solamente a hablar del azar y el probabilismo, sino también de su contrario: eso que solemos llamar "destino". P1 Pues bien, tanto el azar como el destino comparten aquello de lo imprevisible, mas el azar a secas corresponde al mero llano probabilismo, mientras que el destino lo relacionamos normalmente con la intervención de algún orden superior que dirige los asuntos humanos y cósmicos. Mas, existe una posibilidad intermedia que todavía no hemos resaltado, y ésta es la del determinismo (e incluyo en ello el determinismo científico). Ella supone, a diferencia del destino, que aunque no haya el sometimiento de la cadena de acontecimientos a un supuesto orden superior, igual en un plano, diríamos puramente inmanente los acontecimientos se suponen por necesidad determinados, o más bien, pre-determinados. Éste es el caso de las concepciones filosóficas del determinismo, como la de Spinoza, por ejemplo, y de las que se presentan en la ciencia, como cuando Hawking dice que lo que uno está leyendo de su Historia del tiempo estaría necesariamente contenido en el big-bang. P2 Pues bien, estas disquisiciones a propósito del azar y del destino han sido a propósito de cómo en el epistolario entre estos dos grandes pensadores del siglo XX - Jaspers y Heidegger se hace presente aquello en distintas oportunidades, la última de las cuales ha sido la alusiva a una carta de febrero de 1949, en la que Jaspers invita manifiestamente a una reanudación de su amistad con Heidegger, carta que este último nunca recibió, y se enteró meses más tarde a través de un amigo que Jaspers le había escrito. Esta toma de conocimiento induce a Heidegger a su vez a responderle a Jaspers, invitando él por su cuenta, y sin conocer el contenido de la carta anterior, a que efectivamente la amistad entre ambos se reanude. Hemos visto relativamente a estas consideraciones como cuando en una relación se hace presente lo fortuito, aquello que no depende de nosotros, y que trae vastas consecuencias futuras para esa relación, sobre todo positivas, tendemos a ver en esa relación algo especial, en todo caso algo que la engrandece. 73 Indiscutiblemente es lo que tienen que vivir dos personas, ligadas por un vínculo especial, que se encuentran casualmente en algún lugar poco habitual para ambos (en un país extranjero, en algún lugar apartado de la naturaleza o en medio de una urbe entre varios millones de habitantes). Desde luego en esos encuentros siempre quedará la pregunta en el aire, si acaso él habrá sido mero azar probabilístico, y estadísticamente medible, o algo de aquello del destino, que nunca sabemos propiamente como definir y justificar apropiadamente. P3 Uno de los aspectos de las concepciones tradicionales del azar y del destino que examinábamos (en particular Aristóteles) es que la afirmación del destino va aparejada con la idea de que éste está por sobre lo que superficialmente percibimos como meramente azaroso. En este sentido, los términos azar y destino, vistos desde la metafísica, se repelen; en otras palabras, si los acontecimientos son azarosos, no tiene cabida el destino, y viceversa. Y es la segunda exclusión la que aquí nos interesa: si hay destino, no puede haber azar. Este interés especial en esta última relación se debe a que en el terreno de las relaciones humanas, a lo que en principio se presenta como destinal, posteriormente le podemos encontrar alguna explicación. Por ejemplo, en el epistolario que examinamos, sucede que la carta de Jaspers no llega a su destinatario, porque al parecer las autoridades francesas la han requisado, en vistas de que Heidegger está en esos momentos bajo vigilancia. Así también, y entrando en el terreno de lo imaginario, podríamos elucubrar que a lo mejor doña Gertrud, la mujer de Jaspers, o doña Elfride, la mujer de Heidegger, por distintos motivos que no es el caso traer a colación, hubieran hecho desaparecer la tal carta. Sin embargo, la cuestión está en que cualquier explicación de ese hecho, que supone una relación causal, no le resta legitimación a un supuesto ordenamiento superior de los acontecimientos por parte de aquello tan peculiar: el destino. Y nótese que en lo anterior soterráneamente se introduce un nuevo elemento de análisis: la causalidad, precisamente en el sentido de que no solamente tendemos a subsumir el azar, sino incluso los nexos empíricos causales bajo la regencia siempre enigmática del destino. P4 Ya hemos visto que a pesar de la no llegada de la carta a su destinatario, la amistad en definitiva se reanuda con la respuesta de Heidegger meses más tarde - el 22.6.49 -, la que se debe a que un amigo le dijo que Jaspers le había escrito. El pasaje seguramente más significativo a través del cual Heidegger promueve esta reanudación es el siguiente, que es particularmente bello: "Le agradezco de corazón por esta carta; que Ud. ha escrito es para mí una gran alegría. A través de todo extravío y confusión y una desazón temporal la relación hacia Ud. ha permanecido intacta para mí, la cual se fundó al inicio de nuestros caminos durante los años 20. Desde que espacialmente nos acercáramos más aún /la distancia entre Basilea, donde está Jaspers desde el 47 y Friburgo es apenas de unos 70 kms./ he sentido la distancia como tanto más dolorosa". P5 Respecto de lo que sigue de la carta cabe hacer notar que por de pronto hay en ella también una incitación a la vieja idea de los años 20, época del florecimiento de la amistad de ambos, de una "sociedad de lucha", y asociado con ella, se presentan varios de los aspectos 74 descollantes del pensar heideggeriano de esos años, que remiten especialmente a escritos como "Esclarecimientos sobre la poesía de Hölderlin de 1944, y El origen de la obra de arte, que ya es del año siguiente a nuestra carta - 1950 -: me refiero a la comunión que habría entre pensar y poetizar. Escuchemos: "Los guardianes del pensamiento son sólo pocos en la creciente penuria mundial del pensamiento; a pesar de ello tienen que resistir contra el dogmatismo de cualquier tipo, sin contar con un efecto. La opinión pública mundial y su organización no es el lugar en el cual se decide la esencia del hombre. / No hay que hablar de soledad. Pero, igual ella permanece como el único lugar en el que pensadores y poetas están-en el ser, de acuerdo a sus capacidades humanas. / Desde este lugar le saluda afectuosamente. Heidegger". P6 Ya con ello tiene lugar lo que propiamente podemos llamar un renacimiento de la amistad , y tan pronto tres días más tarde, el 25 de junio, habiendo en todo caso recién recibido la carta de Heidegger, Jaspers le contesta diciéndole que él a su vez se alegra de que su amigo estime que la amistad entre ambos se ha conservado intacta, y agrega a ello que "¡Ojalá eso tenga consecuencias". Junto con ello, aprovecha Jaspers de adjuntar la carta de febrero del 49, aquella que no había llegado a su destinatario, de la que conservaba una copia (que le pidió a Gertrud que a su vez copiara mecanográficamente). Recordemos que en esa carta Jaspers aludía a cosas de cierto grueso calibre como aquel nefasto Informe sobre Baumgarten que Heidegger habría redactado. Vistas las cosas desde este ángulo, la posible, o más bien, probable, o incluso improbable respuesta de Heidegger representaba, por ello mismo, una incógnita. Perfectamente podría haber sucedido que Heidegger con esa alusión y otras más hubiere preferido abortar esta renaciente amistad ahí mismo (lo que no habría constituido el primer quiebre en ella). Pero Heidegger responde, y pronto, unos días más tarde, el 5.7.49 en pleno verano. Esta sola respuesta ya constituye algo destacable. Más aún, él da allí una explicación de la razón por la que ha tardado su respuesta, no obstante apenas han pasado 10 días. Ello se debe a que se encuentra en esos momentos en su cabaña de Todtnauberg y el correo tarda en llegar hasta allí. Al mismo tiempo, hay en ella un acuse de recibo de aquella crítica carta adjunta de febrero del 49, en la que observábamos en su oportunidad como Jaspers se debate entre una explicación que le solicita a Heidegger sobre su actuación durante los duros años del nazismo y paradojalmente acepta que éste último podría no dársela. Pues bien, en esta respuesta de Heidegger del 5.7 hay alusiones a esos años, y a la vez un alcance directo sobre la cuestión de la explicación, en lo que parece tener presente el propio pensamiento de Jaspers al respecto: que las explicaciones no explican nada. P7 Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existencial' de Karl Jaspers" continuamos el próximo miércoles a las 16,45 hrs. con el Capítulo "La sociedad de lucha". 75 “La fiesta del pensamiento” Realización: Cristóbal Holzapfel Programa No. 265 para la Radio de la Universidad de Chile Ciclo: “En torno al epistolario Jaspers-Heidegger” Audición: miércoles 31 de Enero del 2001 a las 16,45 hrs. Hay un aspecto del epistolario Jaspers-Heidegger que hasta ahora no hemos considerado y es el hecho de que se trata de dos grandes pensadores que, de una u otra forma, saben que sus respectivas cartas es muy probable que alguna vez se conocerán y se publicarán. Y ocurre que una de las características de las cartas que hasta ahora también hemos pasado por alto, es la intimidad. En efecto, en las cartas se suele incluso expresar lo que cara a cara no nos decimos. La carta se arriesga a una exploración de sí mismo, a veces también del otro, del destinatario, o de otras personas a las que se hace alusión. Sucede pues que en las cartas nos atrevemos a decir cosas que normalmente no decimos. Pues bien, ¿qué sucede entonces, si estoy conciente de que la carta que estoy ahora escribiendo será alguna vez dada a conocer; es más, será incluso examinada e interpretada, así como lo estamos haciendo desde algún tiempo en lo que se refiere a este epistolario. Esta consideración introduce indudablemente cierto factor que podríamos llamar de distorsión en un epistolario, el cual se debe al hecho de que hay en él desde ya planteado aquí un riesgo de pérdida de la intimidad. Y el señalado factor de distorsión tiene que ver ciertamente con la fama: es un factor que puede afectar justamente al epistolario de dos personajes públicos, más aún, conocidos mundialmente, como es el caso de los pensadores en cuestión. La carta de un estudiante a su pareja que estudia en una universidad de una ciudad apartada normalmente no conlleva ningún peligro de pérdida de la intimidad. Y esto no se debe a que podría haber una pérdida de ella, porque, supongamos la madre de ella ha leído una de estas cartas, siendo como es de naturaleza inquisidora y dominante, y además por estar en desacuerdo con esta relación, sino en razón de que esas cartas al momento mismo de escribirlas, no se han escrito en absoluto teniendo de alguna manera presente que éstas alguna vez serían leídas por un público ávido de conocer su contenido. Y, siguiendo aún más con lo que concierne a este factor de distorsión que acarrea consigo el riesgo de la pérdida de la intimidad, y junto con ello, de la espontaneidad e incluso, hasta cierto punto, de la autenticidad de una carta, podemos preguntarnos acerca de la razón de ser, por ejemplo, de que tanto Jaspers como Heidegger hayan conservado una carpeta de su epistolario, que además en la carpeta de Jaspers encontremos borradores de carta y, más aún, copias de las cartas enviadas a su par? A su vez, a partir de estas consideraciones, ¿no sucede además que los contenidos de las cartas, quizás cada frase están también determinados por esta ventana abierta al público? Es más que probable que así sea. Sin embargo, si bien puede haber un estado conciente respecto del público, de la publicidad y del hacerse pública una relación epistolar, cabe hacer algunas aclaraciones al respecto que, sea como fuere, ello no obsta necesariamente a la señalada pérdida de la intimidad, como tampoco de la espontaneidad o de la autenticidad. 76 Más bien, hay que decir a propósito de ello, que desde luego el señalado factor de distorsión está y, más todavía, en muchos casos puede darse, pero ello no es estrictamente necesario. Con el fin de analizar este punto, absolutamente necesario de atender a la hora de hacer un análisis, como el que hacemos, del epistolario de estos pensadores, cabe aducir que, por de pronto, la intimidad es un concepto que suele no ser suficientemente comprendido. Lo cierto es que la intimidad, por ejemplo, de una carta ante todo radica en que en ella se expresan contenidos, emociones, sentimientos, pensamientos personales acerca de uno mismo, de otras personas o situaciones, pero, y esto es lo más importante, ellos no necesariamente pierden ese carácter, en primer lugar, porque se den a conocer, y, en segundo lugar, ni siquiera porque al momento de escribir esos contenidos yo esté conciente que ellos serán dados a conocer posteriormente. Hemos dicho que el riesgo, el peligro de ello está, pero no esto no involucra una necesidad. Lo que estamos diciendo aquí respecto de la intimidad supone algo muy especial y que tal vez se puede hacer más entendible en distintas situaciones: por ejemplo, el beso que se da en una plaza pública no deja de ser un beso íntimo porque haya sido dado precisamente allí y la pareja del beso sepa de antemano que están rodeados de gente. No, la intimidad radica precisamente en esa presencia de la interioridad de cada cual al momento de darse el beso, que ambos lo estén verdaderamente sintiendo. Es así como el beso no porque se de en una plaza deja de ser íntimo, como tampoco pierde con ello necesariamente su carácter de espontaneidad y autenticidad. Despejado este punto, corresponde agregar que el factor de distorsión del que hemos hablado no se limita ciertamente al epistolario de dos personajes públicos, sino, sin duda alguna, a todos sus actos. El Presidente de una nación sabe de antemano que cada uno de sus actos, sus palabras, sus movimientos, sus gestos están siendo sopesados, analizados e interpretados en todo momento, si acaso se lleva de ellos algún registro, y aunque el Presidente en cuestión esté durmiendo. Basta con que haya en la cercanía una cámara que lo filma en el acto de dormir, para que ulteriormente, al salir esa filmación a la luz pública, comience ese proceso de aquilatamiento y análisis de porque el Presidente duerme así, supongamos boca arriba, o porque ronca tan fuerte, o porque precisamente en esa hora que no es la hora en que se acostumbra dormir, etc. En todo caso, quizás el ejemplo que ponemos aquí del dormir no sea muy apropiado desde el momento que se trata de un acto que por definición no es conciente. Pero, entonces limitémoslo al hecho de que al momento de dormir el Presidente en cuestión sabe que está siendo filmado en ese acto, no por ello necesariamente el ponerse en disposición a dormir habrá por ello de dejar de ser un acto espontáneo y, en cierto sentido, auténtico. Lo que estamos analizando nos conecta, en rigor, con el tema que hemos desarrollado en nuestro anterior Ciclo sobre la razón de ser. Se trata de que normalmente el hombre actúa movido por una razón suficiente, que llamábamos "existencial" en lo que hace y deja de hacer, y agregábamos en su oportunidad que precisamente en este sentido el hombre se comporta como 77 su fuera el Presidente de una nación. Hay una razón suficiente para que en estos momentos vaya para allá o para otro lado, o incluso en definitiva desista de ir. Hay una razón suficiente para decir lo que decimos, preocuparnos por algo, apoyar una causa, trabajar, luchar o viajar. Decíamos entonces también que el hombre, y sobre todo el hombre contemporáneo, está bajo el agobio de esa razón suficiente existencial, encontrando pocos espacios para vacar de ella. Mas, el punto está en que de todos modos esas posibilidades de vacar de la razón suficiente, de ponerla en suspenso, efectivamente los hay. Y estas posibilidades de ese vacar o suspender tienen que ver con aquellos actos que podríamos llamar de "entrega". En otras palabras, cuando nos entregamos a algo, sin mediar en ello la razón suficiente que ello tendría. Estos serían los actos más radicales a través de los cuales verdaderamente crecemos y hacen posible lo que podemos llamar una experiencia, es decir, tener una experiencia con algo. Por ejemplo, si leo un libro, el libro no lo leo propiamente si acaso le estoy encontrando permanentemente una razón suficiente al leerlo más bien que no leerlo. El libro en cuestión únicamente lo leo cuando me entrego a leerlo, esto es, fluyo con su lectura, lo que me lleva tal vez incluso a no darme cuenta de donde estoy o qué hora es mientras lo leo. Asimismo, podríamos decir ese acto de entrega tiene que determinar nuestro mirar, oír, e incluso hasta el pensar mismo. En efecto, yo no puedo de veras oír, escuchar la Dichterliebe, Amor del poeta de Robert Schumann si no me entrego a oírlo, como tampoco puedo mirar, ver la escultura "Los burgueses de Calais" de Auguste Rodin, sino no me entrego a ver ese conjunto. E indudablemente cabe decir también que el pensador verdaderamente piensa cuando se entrega a pensar, cuando los pensamientos, en cierto modo, él los ve pasar delante de sí, cabalgando como en una película. Y volviendo sobre el epistolario de nuestros pensadores, hagamos fe de que, a pesar de tanta publicidad y de su consiguiente factor de distorsión, ellos verdaderamente se entregaron a ese epistolario. Mientras no se justifique encontrar algún punto en el que la intimidad, la espontaneidad y la autenticidad de ese epistolario se ha perdido, debemos pues fiarnos de que ellas efectivamente están presentes, y si hemos de resumir todo ello en una sola palabra, digamos que estaría presente la veracidad. P7 Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existencial' de Karl Jaspers" continuamos el próximo miércoles a las 16,45 hrs. con el Capítulo "La sociedad de lucha". 78 “La fiesta del pensamiento” Realización: Cristóbal Holzapfel Programa No. 266 para la Radio de la Universidad de Chile Ciclo: “En torno al epistolario Jaspers-Heidegger” Audición: miércoles 7 de Marzo del 2001 a las 16,45 hrs. Hemos visto como en el reinicio de la amistad entre Jaspers y Heidegger en 1949 lo que está en juego es una explicación que Jaspers espera de Heidegger acerca de su actuación en los años del nazismo. Pero, al mismo tiempo, se trata de una explicación que, si éste último no la da, Jaspers igualmente lo aceptaría, de tal manera que hay en esto un vaivén entre una explicación que se espera y no se espera. Como Jaspers ha adjuntado una carta que no había llegado a su destinatario, en la que hace alusión a esa actuación de Heidegger dentro del nazismo, lo cierto es que ello ha conllevado el riesgo de que el pensador de Friburgo habría podido no contestarle. Mas, no obstante lo anterior, le contesta y, más aún hace algunas referencias sobre el punto que en especial le preocupa a su amigo, cual es que Heidegger no volvió a dirigirse y aparentemente tampoco a preocuparse más por él, y su suerte. En esa carta del 5.7.49 parte Heidegger por afianzar la amistad entre ambos, diciendo: "A lo largo de todos estos años he tenido la certeza que la relación entre los puntos nodulares de nuestras existencias pensantes sería inamovible". P1 Y luego la carta se vuelve más compleja, precisamente por entrar en el terreno de esa explicación esperada por su amigo radicado ya en Basilea. En concordancia con ello, la carta sigue en el siguiente tenor: "Pero, no encontré más el camino para el diálogo. Éste me fue más difícil aún desde que a comienzos de 1934 me fui a la oposición e internamente me desligué de lo universitario; porque la desorientación iba en aumento". Aquí encontramos pues el inicio, o más bien quizás tan sólo el fragmento de aquella explicación, y que tendría que ver con la aludida desorientación, suscitada por la confusión reinante. Encontramos en las últimas palabras de Heidegger un aspecto muy significativo, y es que él entiende y enjuicia su propia actuación política en el sentido de que ya desde muy temprano - desde 1934 - se fue a la oposición. Esto es algo digno de mención en contraste con la interpretación de la relación entre Heidegger y el nazismo hecha por Víctor Farías, en la que, sin la consideración de distintos matices, se nos propone a un Heidegger que fue simplemente nazi. P2 Lo mismo cabe decir de la última biografía, recientemente aparecida Un maestro de Alemania. Martin Heidegger y su tiempo, de Rüdiger Safranski. En la Reseña que hace Richard Rorty, el filósofo norteamericano, en la Revista "Artes y Letras" del Diario "El Mercurio" del 24.12.2000, se presenta un Heidegger al modo de alguien que simplemente fue nazi, y se lo trata más encima de "resentido, poco generoso, desleal y mendaz" (sin justificar en absoluto tamaños epítetos). 79 Me parece que este tipo de aseveraciones que proviene de un exceso de escritos que ha habido sobre este tema, simplemente raya en el sensacionalismo (y por eso también que las Editoriales publican este tipo de textos y sus correspondientes traducciones con una celeridad desacostumbrada). Pues bien, aquí en nuestro epistolario encontramos algunos puntos que apuntan en una dirección claramente contraria a ese especie de simplismo que se ha escurrido de que Heidegger habría sido simplemente nazi. P3 Aquilatadas las cosas así, cabe decir que esta carta constituye un documento importante para entender apropiadamente la compleja cuestión de la relación entre Heidegger y el nazismo. Y lo cierto es que no tenemos ningún motivo como para dudar de la buena fe de Heidegger al considerar que su actuación en el nazismo tendría dos etapas: 1. La primera muy breve del año 33 del Heidegger identificado con el movimiento nacional-socialista, o más bien con lo que él percibía como tal (en este sentido, se ha hablado de un "nacional-socialismo privado" de Heidegger). En esta etapa se incluye su rectorado. No hay referencias de su adhesión al nacional-socialismo que sean anteriores al 33. 2. La segunda y muy larga etapa que se hace efectiva a partir de la renuncia de Heidegger al rectorado. Como ya se adelantara, ciertamente estamos aquí ante un tema tremendamente complejo, y no es éste el lugar de examinarlo a fondo, sino únicamente destacar esta autopercepción de Heidegger relativamente a él. Tan sólo cabe agregar aquí que su actuación posterior al 34 está en concordancia con esa percepción de ser él de la oposición, y no de la posición, ya que, por ejemplo, en sus Lecciones sobre Nietzsche de los años 36-37 hará osadas críticas al nacional-socialismo. P4 Y continúa la carta de julio del 49: "El que no la ha experimentado personalmente /la desorientación/ como un destino compartido con su mujer, no lo puede saber /lo que esa desorientación significa/. Que nuestro hijo mayor lleva ya 5 años como prisionero en Rusia, estando más amenazado aun por su nombre y origen - el más jóven fue dispensado por enfermedad en 1947 - representa algunos presupuestos para interiorizarse del saber acerca de algunas cosas". En esto se presenta otro aspecto de lo que podríamos seguir considerando en la línea del inicio de una explicación de Heidegger, y que en este caso tiene que ver con el hecho de que a él también le ha tocado su parte, y muy dura, y también como consecuencia de todo lo que trajo consigo el nazismo, por de pronto la guerra, y a su vez las consecuencias de ésta. En este caso hay una alusión a Jörg, el hijo mayor todavía prisionero y Hermann, el menor, ya liberado. Y precisamente el propio Heidegger, acto seguido, confirma este supuesto de que se sigue tratando de aquella explicación esperada, al agregar lo siguiente: "Si acaso no entro ahora en explicaciones sobre su primera carta, no quiero con ello pasar nada por alto. El mero explicar se vuelve de inmediato torcido, al extenderse a lo sin fin". P5 En primer lugar, cabe destacar aquí el acuse de recibo de aquella carta crítica de Jaspers de febrero del 49, precisamente porque se alude a una explicación. 80 Pues bien, en lo que hemos leído se encuentra el inicio, o como decíamos antes, fragmentos de una explicación. Y el carácter fragmentario de ésta se debe a lo que agrega Heidegger a continuación, cuando dice que: "El mero explicar se vuelve de inmediato torcido, al extenderse a lo sin fin". Podríamos decir que en esa frase hay un gesto de retirada, en la medida que Heidegger toma conciencia de que él en verdad ha iniciado una explicación, pero que ya más allá de lo dicho (lo del cautiverio de sus hijos) lo que seguiría sería una explicación sin fin. En otras palabras, lo que se torna manifiesto aquí es que las explicaciones no explican nada. Y lo que sigue, continúa teniendo esta singular carácter de señales o de guiños que apuntan a lo complejo del asunto que está envuelto, y que tiene que ver ni más ni menos que con el estado actual de las cosas y con el futuro de la humanidad. En esto se manifiesta ya un Heidegger con un sentido muy escéptico que mantendrá hasta el final (incluso en su entrevista póstuma dada a la Revista "Der Spiegel", y titulada "Ya sólo un dios puede salvarnos". Él ve en la actualidad y en el futuro un aplanamiento, y junto con ello, la pérdida de toda originalidad y autenticidad. Y ello tiene que ver con un momento al que se ha llegado, en el que por lo menos cabe decir: "¡La confrontación con el infortunio alemán y su entramado histórico-mundial-moderno persistirá durante el resto de nuestras vidas!". P6 Heidegger hace alusión en lo que sigue a los siguientes 3 siglos que serían de devastación. En ello se hace presente, como ya decíamos, aquella antigua idea de una "sociedad de lucha", al hablar de la comunidad de sus respectivos pensamientos, que radica en algo más profundo que lo que circula al corriente y que es incierto si acaso ese común pensar subsiste a aquel futuro aciago. Hay aquí pues una percepción, que, por lo demás, en buena medida será compartida por Jaspers (así en ¿Hacia dónde se encamina la República Federal?) de que la salida de la situación en que se encontraba Alemania y el mundo no ha sido la más apropiada y que igual viene un tiempo de nivelación y de uniformización de todo (lo que tal vez aparece en Heidegger con el tono más sombrío aun de la "devastación"). Hacia finales de la carta leemos todavía: "La ola del dolor aumenta; el hombre se vuelve al mismo tiempo más superficial". Analizando el conjunto de la carta, lo que tiene que haberle resultado muy atractivo a Jaspers de su amigo, es en primer lugar que le haya contestado, a pesar de la dura carta de febrero; en segundo lugar, esta apertura de Heidegger a su propio dolor; y, en tercer lugar, el verlo en ese gesto de retirada. Así dice en un pasaje: "Tengo la sensación de crecer tan sólo en las raíces y no más en las ramas", y luego al final la alusión a la decisión a permanecer en la cabaña de Todtnauberg hasta la entrada del invierno, en vistas de como el saber se congenia con la tranquilidad del lugar, la stabilitas loci. P7 Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existencial' de Karl Jaspers" continuamos el próximo miércoles a las 16,45 hrs. con el Capítulo "La sociedad de lucha". 81 “La fiesta del pensamiento” Realización: Cristóbal Holzapfel Programa No. 267 para la Radio de la Universidad de Chile Ciclo: “En torno al epistolario Jaspers-Heidegger” Audición: miércoles 14 de Marzo del 2001 a las 16,45 hrs. En el mismo año (1949) en el que se suceden las cartas entre Jaspers y Heidegger que estamos examinando, a partir de las cuales se ha reanudado esta amistad Hannah Ahrendt hace su primera visita, viniendo desde New York a Suiza y a Alemania, en particular a Jaspers en Basilea, y a Heidegger en Friburgo, después de la etapa del nazismo y la guerra. Detengámosnos a tomar en consideración algunos de los rasgos más sobresalientes de este personaje que tras años de exilio hace una visita a estos dos grandes pensadores. Los comienzos, y como veremos no sólo los comienzos, de la vida de Hannah, que nace en 1906 en Hannover y luego junto a su familia se trasladan a Königsberg, fueron difíciles. Su padre, Max Arendt, de origen judío, contrajo la sífilis y la pequeña Hannah desde muy niña en tuvo por ello una temprana relación con la muerte, al ver como su padre se iba descomponiendo. Su padre muere finalmente cuando ella tiene apenas 6 años. Asimismo, desde temprano tuvo plena conciencia de lo que significa ser judía. Su abuelo materno, Jakob Cohn había huído de Rusia debido a las leyes antijudías del Zar Nicolás. P1 En 1964 dirá a propósito de como vivió su condición de ser judía en aquel tiempo: "Cuando, por ejemplo, se hacían alusiones antisemitas por parte de mis profesores - la mayoría de las veces no en relación a mí, sino en relación a otras alumnas judías, por ejemplo, alumnas judías del Este -, entonces se me había señalado levantarme inmediatamente, abandonar la clase, y hacer minuciosamente un protocolo. Entonces escribía mi madre una de sus tantas cartas, y el asunto estaba para mí concluido. Tenía un día libre, y eso estaba muy bien. Mas, si alusiones semejantes provenían de niños, no debía contarlo en casa. Eso no valía. Con respecto a lo que proviene de los niños, relativamente a ello uno se defiende sola. Y así estas cosas no fueron para mí nunca un problema. Había reglas de conducta, gracias a las cuales podía conservar mi dignidad y estaba protegida, absolutamente protegida en la casa" (p. 15). Desde luego, posteriormente con la llegada del nazismo yo hubo más esa protección del hogar materno, y en ningún caso la podría haber habido desde el momento que ese mismo hogar estaba amenazado en su existencia. Aparte de su origen judío, que como bien sabemos, es es una impronta del destino que suele regir el curso de toda una vida, y así fue también en el caso de Hannah, recibió a temprana edad la influencia de la social-democracia alemana del momento, a la que adhería fervientemente su madre, organizando encuentros de discusión política en su casa. Del mismo modo Rosa Luxemburgo, sobre quien más tarde Hannah escribiría, estaba muy presente, por cuanto era una figura muy admirada por su madre. De todos modos, Hannah era bastante ajena a esta presencia de la deliberación política, y ya desde los 14 años la encontramos leyendo la Crítica de la razón pura y La religión dentro de los 82 límites de la razón de Kant, Kierkegaard y la recientemente aparecida Psicología de las concepciones del mundo de Karl Jaspers.3 Una vez completada la enseñanza secundaria, la encontramos en Berlin, siguiendo el Curso "Del espíritu de la liturgia" de Romano Guardini, el cual ejercía una poderosa influencia sobre la juventud. P2 Ya por ese tiempo circulaban los nombres de Jaspers y de Heidegger como las grandes promesas de la filosofía alemana, y en razón de ello Hannah dirige primero sus pasos a la Universidad de Marburgo, año 1924, donde seguirá cursos con Heidegger y con el teólogo Bultmann. A Heidegger Hanna lo conoció el 24 en Marburgo, cuando él tenía 35 y ella apenas 18 años. Fueron amantes: profesor y alumna. Heidegger dirá más tarde que ella fue la pasión de su vida, lo que, podríamos agregar se refleja además en el hecho de encontrarse en esos años de Marburgo preparando la que habrá de ser su obra capital - Ser y tiempo -. Lo cierto es que Hannah era no sólo bellísima, sino dotada al mismo tiempo de un espíritu muy elevado. El germanista y compañero de estudio de esos años Benno von Wiese dirá años más tarde en su autobiografía titulada Yo cuento mi vida: "Lo que más sobresalía de ella era la fuerza sugestiva que emanaba de sus ojos. Uno se sumergía en ellos y había que temer no salir más a flote" (p. 21). Y el filósofo Hans Jonas, también compañero en la universidad y amigo de toda la vida, sobre ella: "Tímida, volcada hacia sí misma con rasgos faciales y ojos sollitarios que llamaban la atención, resaltaba inmediatamente como 'extraordinaria' y 'única' de una manera que entonces resultaba indefinible" (p. 7). P3 Leamos una carta de Martín a su amada, al parecer escrita desde Todtnauberg: "Querida Hanna. / Te agradezco por la "despedida". Fue un semestre maravilloso y me dedico con mucho empuje a mi trabajo. Tu tienes parte en ello. Y mis cerros tienen que darme paz, tranquilidad y fuerza para que todo llegue a ser como yo lo llevo en mí. No estoy para nada triste por la postergación, porque trajo para mí la más bella tarde y tus palabras. Te acompaño en tus caminos y en tus sueños. Me alegro por tu bien, tu maduración y fortalecimiento. Y mándale a tu madre un saludo cariñoso. / Se feliz y ama la vida, provoca harta alegría en tí, para que este año pueda traer consigo un bello verano tardío. / Martin, 2 de Agosto de 1925".4 Mas, la aludida "despedida" es ya casi la final para una relación vivida sobretodo en el año 24. Se deja insinuar en la carta de Heidegger el conflicto interno en el que se encuentra teniendo que sobreponerse y olvidar: "Y mis cerros tienen que darme paz, tranquilidad y fuerza/.../. Cuando Heidegger es llamado a Friburgo al año siguiente, ya le ha pedido a Hannah el término de esta relación. Al fin y al cabo estaba casado con Elfride, con la que ya tenía sus dos hijos Jörg y Hermann -. Por otra parte, esas alusiones a la fuerza para trabajar que Hannah le da desde la lejanía se refieren seguramente a la preparación de su obra mayor Ser y tiempo, la cual ya está en gestación desde Marburgo. 3 4 Cfr. Wolfgang Heuer, Hannah Arendt, Monografías de Rowohlt, Hamburgo, 1987, p. 17. Ingeborg Kleinauf, Hannah Ahrendt, Ediciones DTV (Deutscher Taschenbuch Verlag), München, 2000, p. 20. 83 Al parecer en todo caso, al menos durante parte del 25 está relación sigue en Friburgo (de lo cual, en todo caso, no hay mayores testimonios). En Friburgo Hanna sigue cursos con Husserl, y posteriormente Heidegger le recomienda seguir con Jaspers en Heidelberg. Ese mismo año Hannah llega a Heidelberg. Con Jaspers hará entonces su doctorado, su disertación sobre "El concepto de amor en San Agustín". Si bien, esta tesis doctoral, en la que hay análisis en los que se advierte la influencia heideggeriana, mereció muchos reparos de parte de Jaspers, que los consideraba "violentos", en cuanto a la interepretación, éste ya reconoce las sobresalientes aptitudes de su alumna. Este conocimiento y la relación amical profesor-alumna entrambos marcará el resto de la vida de Hannah Ahrendt, y en particular su carrera filosófica. Más tarde expresará Hannah algunos pensamientos sobre Jaspers en sus Conversaciones con Reif, en los que se muestra como había hecho suya lo que Jaspers entendía por comunicación, y ésta justamente en el sentido de una "lucha amorosa": "Mire Ud., donde Jaspers llega, ahí todo se ilumina. Él tiene un desprejuiciamiento, una confianza, una incondicionalidad del hablar, que no he conocido en otra persona. Esto ya me impresionaba cuando era jóven. Él tiene a su vez un concepto de libertad unida a la razón que, cuando llegué a Heidelberg, me era completamente extraño. De ello no sabía nada, aunque había leído a Kant. Vi, por decirlo así, a esta razón in praxi. Y, si lo puedo decir de esta manera - yo crecí sin padre -: Me dejé educar en función de ello. No quisiera en todo caso, bendito sea Dios, hacerlo responsable por mí, pero si alguna persona ha conseguido traerme a razón, entonces es a él a quien esto le ha resultado" (p. 23, en Rowohlt, p. 22). Hannah recuerda aquí haber crecido sin padre y reconoce admirablemente a Jaspers como su padre, aunque precisando que eso no implica una suerte de responsabilidad sobre su vida. P4 Y Jaspers sobre Hannah en su Autobiografía filosófica dice algo muy parecido, lo que revela no solamente hasta qué punto estas dos almas se habían en cierto modo congeniado, sino que precisamente su relación con Hannah significó para él, diríamos la puesta a prueba de lo que él definió como comunicación a lo largo de toda su obra: "Con ella podía yo nuevamente discutir al modo como lo había querido toda la vida...En el total desprejuiciamiento, que no permite que se guarden pensamientos en la trastienda - en la valentía de permitirse equivocarse, por cuanto ello habrá de corregirse y al mismo tiempo muestra algo que vale la pena, en la tensión de quizás radicalmente arraigadas diferencias, que están de todos modos aureoladas por una confianza que les permite manifestarse, sin que por ello disminuya la inclinación a plantear las cosas -/.../ (R, p. 132). Y precisamente en este concepto de comunicación Hannah verá la mayor diferencia entre sus dos maestros. En Seis Ensayos dirá al respecto: "Los otros hombres no son (como en Heidegger) algo, si bien estructuralmente necesario, mas un elemento necesariamente distorsionador del sí-mismo existencial, sino que, al revés, sólo en la comunidad de los hombres, en el mundo dado en común, puede recién desarrollarse la existencia" (R, p. 23-24). P5 Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existencial' de Karl Jaspers" continuamos el próximo martes a las ocho y cuarto de la mañana con el Capítulo "La sociedad de lucha". 84 “La fiesta del pensamiento” Realización: Cristóbal Holzapfel Programa No. 268 para la Radio de la Universidad de Chile Ciclo: “En torno al epistolario Jaspers-Heidegger” Audición: miércoles 21 de Marzo del 2001 a las 8,15 hrs. AM A propósito de la relación entre Jaspers y Heidegger hemos estado tratando acerca de Hannah Arendt, por haber sido una figura que tuvo una relación con ambos, y de algún modo también porque hizo de mediadora entre ambos, especialmente desde su renovación de la amistad entre 1949, atravesando 1950, año en que ya se produce un corte, y extendiéndose a pesar de ello hasta 1963, después de lo cual el epistolario entre estos dos pensadores prácticamente llega a su fin. Mas el papel de Hannah fluctúa entre la mediación y el juicio a Heidegger por la cuestión del nazismo. Por ejemplo, en carta a Jaspers del 9 de julio de 1946, debido a la controvertida relación entre Heidegger y Husserl, habla del primero nada menos como de un "asesino potencial" y en su obra Seis Ensayos lo caracteriza en el sentido de una completa irresponsabilidad (Row., p. 49). En noviembre de 1949 Hannah realiza su primera visita a la Alemania de la postguerra. El viaje es financiado por la "Jewish Cultural Reconstruction". Primero visita a Jaspers en Basilea. Refiriéndose a esta visita, en carta a su marido Heinrich Blücher del 18 de diciembre de ese año le dice lo siguiente: "...que todo está en un maravilloso orden. Estupendo, así como lo soñaba. Todo como corresponde y sin ninguna presión...Muchas, muchas horas de conversación" (Kleinauf, 76). Posteriormente, el 7 de febrero de 1950 visita a Heidegger. Sus impresiones son bastante distintas. En carta a Blücher del 8 de febrero cuenta que la colmó de publicaciones y manuscritos. Con todo, no obstante las severas críticas y alusiones irónicas a Heidegger, ella siempre siguió cultivando esta relación. Más aún, ella siguió minuciosamente el desarrollo de su obra y tuvo palabras de admiración y elogio hacia ella. Es el caso, por ejemplo, del Nietzsche de Heidegger, Hannah estimaba esta obra como una de las cumbres del mundo espiritual del siglo XX. En carta a su amigo Glenn Gray del 25 de marzo de 1967 habla de Heidegger como uno de aquellos señores que nunca leyeron Mein Kampf (Mi lucha) de Hitler y que creyeron ver en el nacional-socialismo una salida frente al imperio de la técnica. Y para el cumpleaños 80 de Heidegger Hannah reconoce a Heidegger como alguien que al menos se dio tempranamente cuenta de su error. P1 Hay una comparación, en verdad una fábula muy divertida, que escribe Hannah sobre el zorro de Heidegger y que es bastante decidora de la percepción que tenía de él. Corresponde a una Anotación de 1953. Leemos allí: "La gente dice que el Heidegger es un zorro. Esta es la verdadera historia del zorro Heidegger: / Había una vez un zorro al que le faltaba tanta astucia que no solamente caía permanentemente en trampas, sino que no podía percibir la diferencia entre una trampa y una no-trampa. Este zorro tenía una nueva debilidad, /ya que/ con su piel algo no andaba bien, así es 85 que él carecía del todo de una protección natural contra las inclemencias de la vida de zorro. Después de que este zorro había caído en una y otra de las trampas de otros y de su piel, por decirlo así, no quedaba un pedazo sano, decidió apartarse completamente de la vida de zorro y se propuso la construcción de una guarida de zorro. P2 Sigamos con la fábula de Hannah: "Con su ignorancia sobre trampas y no-trampas, capaz de erizar el pelo, y su increíble experiencia con trampas, llegó a concebir un pensamiento muy nuevo e inesperado entre los zorros: construyó una trampa como guarida de zorro, se instaló en ella y la presentó como una guarida normal (no por astucia, sino porque desde siempre él había confundido las trampas de los otros con su guarida); él decidió empero ser astuto a su manera y arreglar la trampa construida por él, que sólo estaba hecha a su medida, como trampa para otros. Esto daba nuevamente testimonio de una gran ignorancia de la esencia de las trampas: en su trampa no cabía nadie, porque él mismo estaba dentro. Esto le molestaba; al fin y al cabo se sabe que todos los zorros suelen caer, a pesar de toda su astucia, en una trampa. ¿Por qué tenía que haber una trampa de zorro, y más encima, construida por el zorro más experimentado en trampas, que no pudiera estar a la altura de trampas de hombres y cazadores? Patentemente, porque la trampa misma no se mostraba suficientemente como tal. Entonces se le ocurrió a nuestro zorro adornar del modo más bello su trampa y apuntalar por todas partes señales visibles que dijeran muy claramente: vengan todos acá, aquí hay una trampa, la trampa más linda del mundo. Después de esto era del todo claro que ningún zorro podía equivocarse. A pesar de ello vinieron muchos, porque esta trampa le servía de guarida a nuestro zorro. Si acaso se le quería visitar en su guarida, donde él estaba en casa, había que caer en su trampa. En todo caso de ella podía salir cualquiera, menos él mismo. Ella le estaba hecha literalmente a la medida de su cuerpo. Pero el zorro, morador de su trampa, decía orgulloso: tantos caen en mi trampa, he llegado a ser el zorro más astuto de todos. Y también en ello había algo verdadero: nadie conoce la esencia de las trampas mejor que quien está de por vida en su propia trampa" (Kleinauf, 78). HAA P3 Esta visión dispar de Heidegger Hannah la tuvo desde muy temprano, precisamente ya desde su amorío con él de los años 1924-25, principalmente en Marburgo. Es interesante también tener en consideración su relación en 1929 y matrimonio nueve meses más tarde con Günther Stern, quien posteriormente cambiará este nombre por el de Günther Anders, y así será conocido posteriormente como un destacado filósofo. Él hizo su doctorado en Friburgo con Husserl y junto con Hannah fue alumno de Heidegger en Marburgo. Así como en el caso de la fábula sobre el zorro Heidegger, de Günther Stern conocemos una divertida anécdota (en todo caso, lo divertido, está claro, representa solamente un ángulo de ello, y se relaciona con el modo como el propio Stern lo cuenta). El relato tiene que ver aquí especialmente con Elfride, la mujer de Heidegger, de quien sí es sabido que fue una entusiasta nazi. En una entrevista otorgada en 1979 dice: "Ya que estamos en Heidegger: estuve allí cuando inauguró su famosa cabaña en Todtnauberg. Había invitado a sus estudiantes. Entre los entretenimientos que nos permitimos esa noche (o que él nos permitió) había también una competencia exótica: quién podía estar más tiempo parado de cabeza. Yo era un excelente artista en esto, podía hacerlo sin dificultades durante 5 minutos, lo que a Heidegger lo dejaba sin habla. Es más, él parecía molestarse con 86 ello, porque contradecía la imagen negativa que se había hecho de mí, como de un literato del pavimento...A la mañana siguiente después de aquella noche caminamos de vuelta a Friburgo, no: corrimos; y corrí - eso no lo olvidaré nunca, porque eso demostraba la falta de instinto de los nacional-socialistas - mano a mano con la Señora Heidegger, que entonces parecía una joven movediza, y que por cierto, lo era. Como ella no tenía idea de cómo se ven los judíos (y verdaderamente yo no me veía como no-judío), comenzó, mientras corríamos cerro abajo, a hablar del nacional-socialismo, si acaso no quería yo adherir a este movimiento. 'Míreme', le respondí, 'entonces reconocerá que pertenezco a aquellos que Uds. quieren segregar". (Kl.29). P4 Mas, como ya hemos visto, lo que en definitiva cuenta por parte de Hannah Arendt es su elevado reconocimiento de los alcances del pensamiento heideggeriano, y así leemos en su artículo escrito para la celebración de los 80 años de Heidegger lo siguiente: "La fama de Heidegger es anterior a la publicación de Ser y tiempo en el año 1927, es más, es cuestionable si acaso el insólito éxito de este libro - no solamente la impresión que suscita de inmediato, sino por sobre todo el efecto sostenido, al que pocas publicaciones del siglo pueden equipararse - habría sido posible si no hubiera sido por el, como se dice, éxito en la enseñanza que le precedió y que en todo caso en opinión de los que entonces estudiaban, sólo confirmó. / En torno a esta fama temprana había algo extraño, algo quizás más extraño que en torno a la de Kafka en los tempranos años 20 o la de Braques y Picasso en el decenio anterior, quienes también eran desconocidos para lo que comúnmente se entiende como opinión pública, y que, a pesar de ello, produjeron un impacto extraordinario. Porque en este caso no había nada previo en lo que la fama se hubiese podido asentar, nada escrito, a no ser que unos apuntes de seminario que circulaban de mano en mano; y los apuntes trataban de textos que en general eran conocidos, no contenían ninguna teoría, que se hubiere podido seguir transmitiendo. En ellos no había apenas más que un nombre, pero el nombre viajaba por toda Alemania como la noticia del rey secreto" (Row., Heid., 10). P5 De este modo hemos visto distintas facetas de nuestra Hannah, que reconoce como padre intelectual a Jaspers y su pensamiento sigue principalmente su huella, diríamos la de la comunicación y la relación interpersonal, y sin embargo, está también influenciada por el pensamiento heideggeriano sobre todo en cuanto al método, el modo de hacer filosofía. Con Jaspers la unió una profunda relación de afecto, de admiración y de un ejemplo de la mayor altura que veía en él, con Heidegger su relación que alguna vez fue amorosa y clandestina (con un Heidegger casado, mucho mayor que ella) y se mantuvo durante gran parte de su vida como una relación conflictiva, y no obstante ello, ya hacia finales de ella, casi acaba reconciliándose con él. Es Hannah además quien instará a Heidegger en su recuperación de la amistad con Jaspers a hacer una "confesión de culpa", de lo que nos ocuparemos en nuestro próximo capítulo. P6 Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existencial' de Karl Jaspers" continuamos el próximo martes a las ocho y cuarto de la mañana con el Capítulo "La sociedad de lucha". 87 “La fiesta del pensamiento” Realización: Cristóbal Holzapfel Programa No. 269 para la Radio de la Universidad de Chile Ciclo: “En torno al epistolario Jaspers-Heidegger” Audición: martes 3 de abril del 2001 a las 8,15 hrs. AM Después de que en 1949 Jaspers y Heidegger reanudan su amistad, Jaspers se conmueve al saber de los hijos de Heidegger - Jörg, todavía preso en el frente ruso - y Hermann que fue dado en libertad por enfermedad - y le desea a su amigo parabienes al respecto (carta del 10 de julio de 1949). Junto con recordar la frase de su padre, el que fuera alcalde de Oldenburg: "¡Hijo mío, hemos perdido la patria!", habla con gratitud sobre Suiza, la nueva tierra que lo ha recibido. Hannah Arendt recordará por su parte que Jaspers fue durante más de 25 años la conciencia de Alemania, situado como estaba, en Suiza, una auténtica polis, agregando que un espíritu como el de Jaspers sólo podía vivir en una auténtica democracia como aquella. Arendt dice esto en forma seguramente deliberada, enfrentando con ello las críticas que comenzaran a hacerle desde Alemania a Jaspers durante la postguerra de pretender erigirse como un praeceptor germaniae. Y en la carta siguiente del 6 de agosto del 49, escrita desde St. Moritz le contará a Heidegger que ha leído con mucho entusiasmo su Carta sobre el "humanismo", agregando que encuentra en su pensamiento ecos orientales similares a los que él mismo viene recibiendo desde los últimos años. Pero al mismo tiempo hace sus críticas, por ejemplo a la concepción del lenguaje como "casa del ser", con la que no está de acuerdo, dado que para él el lenguaje es siempre "puente": "El lenguaje es pues en el comunicar para levantarse él mismo al llegar a la realidad, a través del hacer, de la presencia, del amor. Podría decir incluso al revés: donde hay lenguaje, ahí no está o no está más el ser". P1 6 días más tarde, en carta del 12 de agosto del 49 en relación a esas reminiscencias orientales que Jaspers encuentra en el pensamiento heideggeriano, este último recuerda que un alumno chino (se trata de Paul Shi-Yi Hsiao) encontraba lo mismo y que tradujo para él distintas palabras de Lao-tse. En la respuesta de Jaspers, pocos días más tarde, el 17 de agosto, en alusión a la noticia que un amigo americano había leído en el New York Times y que informaba que Heidegger habría recibido un llamado a la Universidad de Buenos Aires, Heidegger le ha respondido diciendo que ello es falso, a lo cual ahora hace Jaspers el comentario de que se alegra mucho de que esta noticia no haya sido verdadera no solamente porque le gustaría tenerlo cerca, sino además porque no le habría agradado en absoluto imaginarlo allá en Argentina en compañía de la sociedad nazi. Esto es interesante, ya que por de pronto significa que ese tema del nazismo sigue todavía latente entre ambos, como por otra parte, que Jaspers tiene desde luego una clara posición al respecto y, en tercer lugar, que esa posición se atreve a transmitírsela sin mayor recato a su amigo. 88 Tal vez deba interpretarse ello incluso en el sentido de cierta reserva que tiene Jaspers en relación a los vínculos de su amigo con el nazismo que todavía persisten, ahora cuando ya ambos han vuelto a reanudar su amistad, al menos por carta. P2 Como se trata de filósofos de amplia y constante producción, muchas de estas cartas van acompañadas del envío de últimas publicaciones. Y respecto de este punto la situación es dispar, ya que es Jaspers el que normalmente está ofreciendo el envío de todos sus escritos (todos los aparecidos desde 1945, así ya en la carta del 19 de julio del 49), a cuyo ofrecimiento Heidegger no responde. Él, por su parte, procede de manera más sencilla y directa: simplemente le envía a Jaspers las publicaciones que a él le parece corresponde enviárselas. Por eso el ofrecimiento de todos los escritos desde el 45 en la carta del 17 de agosto ya contiene tal vez algún elemento crítico, el cual se refleja en distintas preguntas y alusiones: si acaso le envía las publicaciones, si éstas las leerá, si serán simplemente puestas en un armario, o si incluso el lugar del armario estaría reservado para obras más importantes. De alguna manera, se advierte en este, si se quiere, pequeño detalle, que hay aquí en esta relación cosas serias pendientes que tendrían que salir en algún momento a la luz, y entonces habría de verse si esta relación se mantiene, se profundiza o simplemente se quiebra. Lo cierto es que Heidegger no responderá a ese ofrecimiento, y tampoco en las cartas siguientes. Alguna vez hemos tratado acerca de distintas características del género epistolar y hemos dicho que en él se hace presente cierto juego entre cartas que se contestan o no se contestan, o bien se contestan a tiempo o a destiempo, etc. Y a su vez otra de las muchas características de un epistolario radica en que, a diferencia de una relación interpersonal de cuerpo presente, de una conversación, que las respuestas a inquietudes o preguntas pueden no darse o posponerse, lo que en la conversación habitual plantearía muchas dificultades. En el caso presente que tenemos a la vista, si alguien le ofrece a su amigo darle todas sus últimas publicaciones y le ofrece esto directamente de cuerpo presente, lo cierto es que el rehusar esto, o no dar ninguna respuesta al respecto puede generar algún conflicto entre ambos. Pues bien, en un epistolario no es así de drástico, y sin embargo igual de cara a un ofrecimiento que no se responde, se pueden generar dificultades, que probablemente se suman a otras que ya están ahí al modo de una latencia. P3 Es así como Jaspers, ante esta no respuesta de su amigo, envía al menos algunas de sus últimas publicaciones, y pienso que la más importante de ellas es Del Origen y meta de la historia, aparecida el mismo año 49, y le recomienda especialmente la lectura de los capítulos sobre técnica y ciencia. Sin duda alguna se trata de una de las grandes obras de Jaspers de una lucidez extraordinaria. En ella habla de la existencia en la historia de la humanidad de un "tiempo-axial" entre los siglos VIII y II a.C (éste es pues el "eje de la historia del mundo"), el tiempo en el que se echaron las bases del pensamiento humano y sus ideales. Refiriéndose a lo que sobresalió en esa época, Jaspers dice: "En China vivieron Confucio y Laotse, surgieron todas las direcciones de la filosofía china, pensaron Mo-Ti, Tschuang-Tse, Lie-Tse e innumerables otros, - en India surgieron los 89 Upanishadas, vivió Buda, se desarrollaron todas las posibilidades filosóficas hasta el escepticismo y el materialismo, hasta la sofística y el nihilismo, - en Irán enseñó Zaratustra la exigente concepción de la lucha entre bien y mal, - en Palestina aparecieron los profetas desde Elías, pasando por Isaías y Jeremías hasta Deuterojesías, Grecia vio a Homero, los filósofos Parménides, Heráclito, Platón - y los trágicos, Tucídides y Arquímedes" (p. 20). Asimismo plantea Jaspers allí, como característica de la modernidad, que la historia se ha vuelto una sola, se ha vuelto historia mundial, después de haber sido por milenios historia múltiple, una suerte de "multihistoria" que seguía su curso por separado en distintas regiones del planeta. Más aún, esta historia mundial única es al mismo tiempo programática (ya no es la historia en el sentido de estar sometido el hombre a la fuerza del destino, como en el que sería el sentido trágico de la historia, sino que ésta es una historia que el hombre mismo hace). Jaspers hace a este propósito una bella comparación, hablando de dos respiraciones de la humanidad: la primera está desparramada en múltiples respiraciones de pueblos y culturas, la segunda, en cambio, es una única respiración que hace la humanidad entera (p. 60). Es en este contexto donde encaja la técnica, precisamente en esa historia mundial única y programática y nos pone ante el mayor peligro con las gigantescas fuerzas que es capaz de desatar, ante todo la fuerza atómica. Y Jaspers pregunta: ¿la historia sería entonces un estadio intermedio entre la pre-historia y algo otro? P4 El pensador de Basilea platea que con la técnica el planeta se ha vuelto una "fábrica" (p. 129), la naturaleza la "bodega de la humanidad" (p. 155), la sociedad una "gran máquina" (p. 158), y el hombre mismo ha comenzado a ser un "habitante de la Tierra sin patria" (ib.) que puede sucumbir en esta nueva situación. Agrega que con la técnica el hombre pierde su orientación, ya que los medios se le vuelven fines (p. 133); precisamente lo técnico en cuanto tal es un medio para otros fines, así por ejemplo, un refrigerador que conserva los alimentos que a su vez contribuyen a suministrarle energías al hombre para la realización de las tareas que estima más importantes. Pero con la técnica asistimos a esta desvirtuación de sus productos, y es así como un refrigerador se le puede volver al hombre un fin en sí mismo, lo mismo el automóvil, el televisor o el computador. Asimismo la técnica trae consigo que el hombre acabe viviendo en un mero presente sin la riqueza espiritual de la tradición (p. 145). Precisamente estamos bajo la técnica tan deslumbrados con sus productos y sus logros que lo que hubo antes parece que ya no interesara. Atendidos estos distintos alcances, Jaspers habla entonces del "demonio de la técnica" (p. 159). Pues bien, a partir de esta gran obra de Jaspers que Heidegger recibe el mismo año de su publicación y le comenta posteriormente a Jaspers, podemos constatar una nueva y profunda influencia del pensador de Basilea sobre el pensador de Friburgo. De ello nos ocuparemos en nuestra próxima reunión. P6 Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existencial' de Karl Jaspers" continuamos el próximo martes a las ocho y cuarto de la mañana con el Capítulo "La sociedad de lucha". 90 “La fiesta del pensamiento” Realización: Cristóbal Holzapfel Programa No. 270 para la Radio de la Universidad de Chile Ciclo: “En torno al epistolario Jaspers-Heidegger” Audición: martes 10 de abril del 2001 a las 8,15 hrs. AM Decíamos que en 1949 Jaspers le envía su libro recién aparecido Del origen y meta de la historia a Heidegger. Se trata de un libro extraordinario en el que comienza hablando de la historia de la humanidad y de como en ésta habría habido una época fundacional que él llama "Achsenzeit", "tiempo del eje" o "tiempo axial" y que se extiende entre los siglos VIII y II a. C. En esa época se habrían echado las bases de todo el futuro desarrollo humano. Heidegger acoge la idea del tiempo axial con admiración y reconocimiento en la carta escrita en Todtnauberg del 21 de septiembre del 49. El otro gran tema desarrollado en la obra de Jaspers es el de la técnica y la determinación por parte de ella sobre nuestro mundo. En verdad, ya en otro libro anterior - La situación espiritual de nuestro tiempo - de 1931 Jaspers había avanzado ampliamente en el desarrollo del tema de la técnica. Se trata en este caso también de un libro extraordinario, incluso, me atrevería a sostener, que La situación espiritual de nuestro tiempo es una de las grandes obras del siglo XX. Ahora bien, no obstante manifestar Heidegger algún desacuerdo con los alcances que tiene el concepto de la técnica en el libro que su amigo recién le ha enviado - Del origen y meta de la historia -, sin embargo podemos reconocer claramente él ejerce una poderosa influencia sobre él, y no es casual que Heidegger se comenzará a dedicar al tema de la técnica en los siguientes años, de lo que resultará su importante obra La pregunta por la técnica de 1954. P1 La relación entre estos dos pensadores se ha reanudado en el 49, mas sobre febles fundamentos. Mucho hay en ella que en ese momento parece promisorio, pero hay una corrosión por dentro que ya está actuando. Mas, con el fin de respetar el orden en que se van dando las cosas, partamos ahora por aquello promisorio que se refleja muy bien en la carta de Jaspers a Heidegger con las felicitaciones para su cumpleaños 60, y que constituyen una bellísima reflexión que nos deja pensativos: "El año 60 es sin duda el inicio de la vejez. El júbilo del joven y del hombre en sus años viriles ya no es más posible e incluso inadecuado. Pero el filosofar no sigue la línea biológica, puede crecer justamente con la edad. Quizás incluso sólo se le muestra a la vejez lo esencial. Frente a la decadencia corpórea arranca una curva que va a lo eterno. /.../ El viejo Platón, el viejo Miguel Angel, Rembrandt, el viejo Goethe - ellos tocaron maravillosamente lo más profundo. Ellos nos animan a nosotros, gente pequeña. Es un secreto que el hombre no debe envejecer espiritualmente". Y para el Heidegger de 60 años la situación sigue siendo difícil en distintos aspectos: su hijo Jörg sigue en Rusia y una postulación a ser emeritado por la Universidad de Friburgo ha sido rechazada, y al mismo tiempo su sueldo ha sido fijado en la escasa suma de 160 marcos. Recordemos además de que se le ha quitado el derecho a enseñar. P2 91 En este mismo año 49 se desenvuelve además el siguiente episodio: alguien hace una Reseña del libro Del origen y meta de la historia, criticándolo excesivamente y pretendiendo descubrir en él una velada crítica a Heidegger, lo que Jaspers desmiente categóricamente. En sucesivas cartas él se muestra muy preocupado de que le quede claro a Heidegger que no hay tal, terminando este episodio con la publicación de una carta al diario "Die Zeit" ("El tiempo") de Jaspers titulada "Heidegger no era el aludido". Lo cierto es que son muchos los escritos, artículos en la prensa y en revistas especializadas, y además en libros que van apareciendo en aquellos años en los que se hace referencias a ambos pensadores, en los que se los se los suele alabar o denostar, se establecen vínculos entre ellos que suelen justificarse y otras veces no. Es el momento en el que probablemente el existencialismo está más en boga, y esto ya de por sí plantea una dificultad, ya que precisamente nuestros dos filósofos, que podrían considerarse los padres de este movimiento, a lo más aceptan haber desarrollado una "filosofía de la existencia", pero no un "existencialismo" propiamente tal. Ellos mantienen una distancia prudente frente a él no solamente por lo alusivo a un "ismo" más que se ha introducido en el mundo filosófico, sino porque ha escapado al ámbito filosófico, volviéndose teatro y literatura. Junto con ello, ha sucedido además que él se ha extralimitado, traduciéndose en cierto modo personal de conducirse, cierto estilo, que tiene que ver con una especie de andar angustiado y sintiendo la muerte presente. Heidegger le cuenta en carta del 10 de diciembre a Jaspers que Ortega y Gasset le dijo a su vez por carta que todas las veces que él habla contra el existencialismo nunca es Heidegger el aludido, acotando éste último al respecto: "Si bien esto es un poco ingenuo, tomo concocimiento de ello". P3 Por otra parte, durante este tiempo es cuando aparecen también algunos de los mejores y más bellos escritos de Jaspers y Heidegger. Es así como ya hemos comentado Del origen y meta de la historia, y se trata ahora de Holzwege, Caminos del bosque que Jaspers recibe de su amigo, diciendo de él en carta del 14 de enero de 1950 que hasta ahora es lo que más le ha gustado entre sus escritos. En verdad, él usa la palabra 'fesseln', que literalmente significa 'atar' o 'ligar', y por lo tanto, si lo pudiéramos traducir así, lo que él dice es que Caminos del bosque es el escrito que más lo ha ligado de Heidegger. Entre los distintos artículos que vienen en esos Caminos Jaspers hace referencia especialmente a "La frase de Nietzsche: ¡Dios ha muerto!" y "La época de la imagen del mundo". Pero al mismo tiempo que hace un reconocimiento elogioso, Jaspers manifiesta un reparo, y es lo que se refiere hacia dónde tiende el conjunto de esos Caminos . Refiriéndose a la lectura de ellos que hicier dice: "Si acaso me desanimaba, me decía a mi mismo: dos cosas no hay que olvidar: que se trata de "Caminos del bosque" y que se trata de un preparar de preparaciones. Ellas se muestran en su rango de antaño. Me ligó más que todos sus escritos que ha habido hasta aquí. Cuál sería su propósito más propio, eso no lo pude decubrir. Iniciar una crítica sería hoy y en una breve carta imposible. Me quedé en la tensión interrogante: si acaso sería una posibilidad fantásticaengañosa de un pensar-poetizar, o si aquí comienza un sigiloso abrir la puerta, - si tendrá lugar una liberación seductora de una realización actual del ethos o más bien el trazado de un camino 92 que conducirá a una tal realización, - o si aquí la falta de Dios gnóstica encuentra su palabra o un dirigir la percepción hacia la divinidad". Pienso que aquí Jaspers da muestras no sólo de su disposición hacia una comunicación abierta y sin reservas, sino además de su extraordinaria capacidad intuitiva. En efecto, él da como nadie lo ha hecho, siquiera hasta ahora, con las grandes interrogantes que nos plantea un escrito que él mismo reconoce como extraordinario como Caminos del bosque. P4 Pasados casi dos meses, el 7 de marzo del 50 Heidegger le responde a Jaspers, disculpándose ante todo por la tardanza, refiriéndose para ello a la infelicidad de su hijo recién vuelto de Rusia y a sus preocupaciones en torno a su situación actual. En esto hay una alusión al levantamiento de la venia legendi, el derecho a enseñar, que penaba sobre él, a una pensión (que, como hemos visto, en todo caso es bastante magra) y a una posible aprobación posterior de su emeritación. Lo cierto es que sabemos en particular por una carta posterior del 5 de junio, que ya hemos examinado enviada al Prof. Dr. Tellenbach, Rector de la Universidad de Friburgo, que Jaspers intercedió con el fin de que se le otorgara definitivamente esa emeritación, y en ese contexto él hace un elocuente reconocimiento de los méritos y relevancia de Heidegger en la filosofía alemana y del mundo. Por otra parte, en la carta que ahora analizamos del 7 de marzo del 50 Heidegger hace alusión a que al mismo tiempo ha tenido una gran alegría, a través de lo cual se refiere a la visita que le ha hecho Hannah Arendt recientemente en febrero, sin hacer expresa mención de ello. Pues bien en esta carta es donde Heidegger da una especie de "explicación" de su conducta respecto de su amigo durante los años del nazismo, diciendo que se avergonzó de aparecerse por su casa. Podemos suponer que a esta "explicación" lo instó Hannah, de lo cual trataremos en la siguiente transmisión. P5 Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existencial' de Karl Jaspers" continuamos el próximo martes a las 8,15 hrs. de la mañana con el Capítulo "La sociedad de lucha". 93 “La fiesta del pensamiento” Realización: Cristóbal Holzapfel Programa No. 271 para la Radio de la Universidad de Chile Ciclo: “En torno al epistolario Jaspers-Heidegger” Audición: martes 17 de abril del 2001 a las 8,15 hrs. AM Veíamos como en carta del 7 de marzo de 1949 Heidegger finalmente le da una suerte de explicación a Jaspers acerca de su conducta durante los años del nazismo, y ésta es como sigue: "Desde 1933 no fui más a su casa no porque allí vivía una mujer judía, sino porque simplemente me "avergonzaba". Desde entonces no solamente no fui más a su casa, sino tampoco a la ciudad de Heidelberg que es para mí lo que es por su amistad. / Cuando al final de los años 30 con las terribles persecuciones comenzó lo más horrendo, pensé de inmediato en su señora. En ese tiempo obtuve el firme aseguramiento por parte del Prof. Wilser, conocido mío, que en ese tiempo tenía relaciones cercanas con la dirección comunal de allá, de que a su señora no le sucedería nada. Pero se impusieron el miedo, la impotencia y el fracaso - por eso no menciono tampoco esto con el fin de no adjudicarme siquiera la apariencia de un ayudar -". Y casi dos semanas más tarde, el 19 de marzo del 49, contesta Jaspers, diciendo: "Por su explicación sin reservas le agradezco. También mi Señora le manda agradecimientos. Que Ud. exprese que se "avergonzó" significa mucho para mí. Ud. ingresa con ello en la comunidad de todos nosotros que hemos vivido y vivimos en una constitución para la cual "vergüenza" es también una palabra adecuada". En relación a estos pasajes de cada una de estas cartas, aquí seleccionados y citadas, detengámonos a pensar sobre ellos: por de pronto, en cuanto a lo que significa que Heidegger reconozca no solamente haberse avergonzado, sino también el horror que significó la persecución. Se agregan a ello además otros dos reconocimientos: por una parte, lo relativo al destino trágico de los que eran perseguidos, y, por la otra, el miedo, la impotencia y el fracaso en cuanto a no haber hecho lo suficiente para intentar impedir aquello o al menos haber ayudado suficientemente a los afectados. P1 Lo cierto es que, bien sopesado lo anterior, Heidegger, podemos decir, da efectivamente una explicación que no solamente se circunscribe a la vergüenza, sino que incluye también, como hemos visto, el reconocimiento del horror, miedo, impotencia y fracaso. Es decir, ésta es una explicación que en efecto dice lo más importante, y ella constituye una respuesta a la objeción que se le hizo durante muchos años a Heidegger de que nunca habría dado una explicación ni mucho menos se habría disculpado por su proceder. Mas, cabe advertir al respecto que por de pronto la explicación está, y aunque ésta se refiera al caso particular de su amigo Jaspers y su esposa, si bien, ello no significa que en lo dicho pueda detectarse la figura de una disculpa. Esto es interesante en el sentido de que una explicación respecto de un determinado proceder no constituye por sí misma una disculpa, si bien en el caso que examinamos aquí el reconocimiento del avergonzarse constituye un elemento que va más allá de la explicación y entra en el terreno de la disculpa. 94 Y ésta es la cuestión decisiva: que el avergonzarse no arroja a cabalidad una figura de disculpa. Mas, seguramente el propio Jaspers tampoco espera tanto y por eso su respuesta es de acogida: "Por su explicación sin reservas le agradezco. También mi Señora le manda agradecimientos. Que Ud. exprese que se "avergonzó" significa mucho para mí". Sin embargo, agrega inmediatamente después una observación sutil, en la que nítidamente se deja entrever que Jaspers analiza lo concerniente al proceder de Heidegger con cautela, y, lo que es más importante, quién es Heidegger hoy y como juzga él su propio proceder. Dice Jaspers: "Ud. ingresa con ello en la comunidad de todos nosotros que hemos vivido y vivimos en una constitución para la cual "vergüenza" es también una palabra adecuada". La sutileza está dada sobre todo por el verbo 'ingresar', en lo que se advierte aquí un juicio de Jaspers sobre su amigo, a saber, que él se habría apartado de aquella comunidad dentro de la cual una palabra como ésa tiene cabida. Incluso, cabe agregar, en el solo uso de ese verbo el juicio que se deja entrever es fuerte y severo. Podemos preguntarnos además de qué comunidad se trata aquí. Pienso que la respuesta es que ella se refiere a una comunidad moral y jurídica que se apoya en determinados principios y valores, para la cual cada sujeto es una persona con derechos y deberes, que a su vez se somete a esos principios y valores sobre cuya base se organiza esa comunidad. Pues bien, los nacional-socialistas se apartaron de esa comunidad, y junto con ellos Martin Heidegger. De este modo podemos perfilar en qué consiste ese juicio severo. P2 En este contexto corresponde además poner de relieve la estatura espiritual y moral de Jaspers que claramente se refleja en sus palabras, como precisamente uno que habla desde el interior de esa comunidad y más aún como uno de sus lideres, no teniendo además ni el más mínimo titubeo en decir las cosas por su nombre, incluso en este caso a uno de los que, junto con él, es uno de los más grandes pensadores del siglo XX. Jaspers agrega en su carta lo siguiente: "De mi mujer y de mí quisiera decir que nunca supusimos que, dado que mi mujer es judía, pudiera ello constituir una razón de dejar que nuestras relaciones se apagaran. Cuando pensaba sobre esto en los años transcurridos me inquietaba únicamente el no encontrar motivos por qué Ud. en esos tiempos tan cambiantes no hubiera venido a mí, a nosotros. Mas, no hemos de sacarnos mútuamente las cuentas. Eso ya se lo dije en mi primera carta. Una aclaración no sería posible, sin atender a la totalidad de las conexiones de los acontecimientos alemanes". Aquí Jaspers dice abiertamente no haber tenido nunca dudas que el motivo de que su amigo no hubiera vuelto a dar señales durante los años duros se pudiera deber a que su mujer es judía, y confiesa que lo que verdaderamente le inquietó fue no hallar ningún motivo para ese apartamiento de Heidegger. Mas, sus observaciones no se limitan a esta consternación que le provocara la falta de señales de Heidegger, sino que incluso se permite hacer sin tapujos una comparación de su amigo con un chiquillo, que tal como es descrito en la carta, se muestra con rasgos de exaltación y de ingenuidad. "Ud. me perdonará que le cuente lo que a veces pensaba: que Ud. se comportaba frente a los acontecimientos nacional-socialistas como un chiquillo que sueña, sin saber lo que hace, que 95 se entrega ciega y distraídamente a una empresa, que se le presenta de una manera tan distinta a como es en la realidad, y que pronto está desorientado delante de un montón de escombros y que igual se deja llevar". Esta metáfora y comparación que Jaspers se permite hacer revela uno de los rasgos que ya Hannah Arendt resaltaba de su íntimo amigo y maestro Jaspers, cual es su franqueza total, asociado ello a su vez con su modo peculiar de entender la comunicación como abierta y sin reservas, y que obliga a quienes la practican a decirse cara a cara todo lo que tengan que decirse. Ello corresponde también al modo de entender la "sociedad de lucha" que ambos pensadores procuraron formar, como él tantas veces se lo expresara al propio Heidegger. P3 A propósito de ello, ahora que ya nos aproximamos al término de nuestro examen del epistolario Jaspers-Heidegger, podríamos decir que esa sociedad, si acaso tuvo alguna realización, y no se limitó a ser un mero sueño, como suele suceder muy frecuentemente por lo demás, fue precisamente en este epistolario. Y lo cierto es que, si estamos de acuerdo con ello, el resultado de esta sociedad no es tan magro dentro de todo, ya que, por lo que hemos podido ver, no pocas ideas decisivas de ambos pensadores, como las de la comunicación y de la técnica han sido objeto de discusión y análisis dentro de este epistolario, aunque, por otro lado, siempre con la limitación de desarrollar la discusión de los asuntos que sea el caso hasta cierto punto, y siempre con la idea de que si aquella "sociedad de lucha" llegaba a constituirse, entonces sería dentro de ese marco que tratarían las cuestiones en discusión hasta las últimas consecuencias. Vistas las cosas así, podemos decir que éste, como quizás todo epistolario, ha tenido el carácter de lo que nos prepara para el vivir, para el efectivo instalarnos en el mundo, diríamos del proyecto de vida, y a partir de esa consideración resulta claro que es mucho lo que hay en él de sueño no cabalmente realizado o no realizado en absoluto. Un epistolario es pues también eso: proyecto. P4 Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existencial' de Karl Jaspers" continuamos el próximo martes a las 8,15 hrs. de la mañana con el Capítulo "La sociedad de lucha". 96 “La fiesta del pensamiento” Realización: Cristóbal Holzapfel Programa No. 272 para la Radio de la Universidad de Chile Ciclo: “En torno al epistolario Jaspers-Heidegger” Audición: martes 24 de abril del 2001 a las 8,15 hrs. AM Estamos analizando la "explicación" que da Heidegger respecto de su proceder con Jaspers durante los años del nazismo, particularmente en lo que se refiere a que él no se volvió a hacer presente ni personal ni epistolarmente desde 1937. Esta explicación, en lo sustancial, dice que él no se habría vuelto a aparecer por la casa de Jaspers en Heidelberg no porque su mujer fuera judía, sino porqué se "avergonzó". Jaspers acoge asertivamente esta explicación, mas diciendo esto por medio de un giro singularmente fuerte, al aducir que con ello habría ingresado a una comunidad para la cual tiene sentido el sentimiento de la vergüenza. Ahora bien, como Heidegger ha agregado en su última carta del 1 de marzo del 50 que se había preocupado de contactar al Profesor Wilser, que ejercía alguna influencia sobre las autoridades en Heidelberg, con el fin de que a la mujer de Jaspers no le ocurriera nada, en la carta de respuesta del 19 de marzo Jaspers agradece también por ese gesto, mas agregando que igual él ya hacía rato que había perdido la confianza en la palabra de un nacional-socialista, ya que todos ellos se encontraban sometidos a un regimen de terror. P1 O sea, según vemos, Jaspers mantiene siempre una posición firme y no tiene ningún tapujo para darle a conocer a su amigo exactamente lo que piensa. En la misma línea cabe interpretar el envío de varios escritos a su amigo que hace Jaspers junto con la siguiente carta del 25 de marzo del 50, entre ellos la "Pregunta por la culpa" ("Schuldfrage"). Y nuevamente, según reconoce más adelante el pensador de Basilea, hay en esto un afán de que Heidegger se pronuncie sobre el tema, en este caso, en lo que concierne a la culpa. Por el momento, en la presente carta, Jaspers se limita a decir de que en vistas de haber estado pensando acerca de la palabra 'vergüenza' que pudiera por ello interesarle el escrito sobre la culpa (el cual es de 1946, y, dicho sea de paso, tuvo 4 ediciones en un año en Suiza). Esto es además importante en el sentido de que la explicación que le diera Heidegger no ha sido suficiente, y lo cierto, esto es perfectamente comprensible desde el momento que el reconocimiento de que le dio vergüenza aparecerse por su casa no constituye una explicación que pudiera así simplemente dejar tranquilo a alguien. En su respuesta del 8 de abril del 50 Heidegger demuestra una actitud asertiva frente a varias de las críticas que ha hecho Jaspers, e incluso su comparación con el chiquillo soñador que de pronto se encuentra, tras todas las barbaridades ocurridas, ante un montón de escombros y no sabe qué hacer. Dice además que la palabra ´vergüenza´ es también frecuentemente usada por su mujer, lo que está dicho en conexión con el envío de saludos a la mujer de Jaspers. Esta acotación habría que entenderla probablemente en el sentido de que Heidegger está muy conciente de que su relación con Jaspers puede haber sido afectada debido a la fuerte adhesión al nacional-socialismo de su propia mujer - Elfride -. 97 Y agrega lo siguiente: "Ud. le ha apuntado certeramente con la imagen del chiquillo soñador", a lo que agrega de que después del llamado a la Universidad de Berlin, cuando él volvía de la cabaña de Todtnauberg a Freiburg se le requirió de todos lados para que fuera rector. A ello él finalmente asintió, pero incluso con una reticencia tal que el mismo día de la elección fue donde el rector destituido, el Prof. von Möllendorf, que lo quería como su seguidor, a comunicarle que en definitiva no tenía en absoluto la intención de ser rector. Pero entonces se le dijo que ya era muy tarde para esta retractación, ya que todo estaba preparado para una elección unánime y que además había el peligro de la designación de un "viejo luchador" de poca valía. P2 Heidegger continúa con su explicación diciendo que una vez que asumió el rectorado, se produjo con ello una sensación y que se enteró de cómo por ejemplo en Berlin los estudiantes discutían días enteros su asunción como rector, y agrega: "Pero, al mismo tiempo, entré en la maquinaria del cargo, de las influencias, las luchas de poder y del partido; estaba perdido y caí, aunque sólo por unos meses, como dice mi mujer, en una "embriaguez del poder". Recién desde navidad de 1933 comencé a ver más nítidamente, así es que dejé mi cargo en febrero, bajo protestas/.../". Heidegger aduce a su vez que la prensa no destacó para nada lo que esta renuncia significaba, y máxime cuando los rectores acostumbraban mantenerse en ese cargo entre 3 y 5 años. Y a propósito de este relato reflexiona, diciendo que: "Lo que aquí informo no puede disculpar nada; puede solamente explicar hasta qué punto cuanto más se hacía presente lo maligno de año en año, tanto más crecía también la vergüenza /.../". De este modo, según vamos viendo, estamos en verdad ante una explicación cuasi completa de parte de Heidegger de su actuación durante el nacional-socialismo, lo que contradice patentemente a quienes sostienen que Heidegger nunca habría dado esta explicación, ni mucho menos una disculpa por su vínculo con el régimen totalitario. Es más, cabe reconocer que con lo que él ya ha relatado, estamos ante la presencia no sólo de una explicación, sino de algo que entra ya en el terreno de lo que sería una disculpa. P3 La explicación de Heidegger adopta además un carácter cronológico, y por ello después de referirse a lo sucedido en los años 33/34 de su rectorado en la Universidad de Friburgo, reconoce haber tocado fondo en los años 37 y 38, y dice: "Veíamos venir la guerra, en lo próximo a nuestros hijos en etapa de crecimiento amenazados, de los cuales ninguno pertenecía a la H. J. /esto es, la "Hitler-Jugend", la "Juventud hitleriana"/ o a otra sección estudiantil del partido. A través de estas amenazas el hombre se vuelve más visionario; luego vinieron las persecuciones a los judíos y todo conducía al precipicio. En una "victoria" no creímos jamás/.../". Recuerda además que en el 37 él dictó un seminario sobre "ser y apariencia" en Nietzsche, y cuenta que un alumno que resultó ser muy talentoso, el Dr. Hanke, que se presentó a su vez como alumno de Nicolai Hartmann, se acercó a decirle que tenía que hacerle la confesión de que (cito a Heidegger): 98 "Él sería espía del S.D. /Sicherheits-Dienst, Servicio de Inteligencia/, Sección Sur (Stuttgart) y tenía que hacerme confidencialmente una confesión de que yo estaba en un lugar destacado en la lista negra. El Dr. Hanke renunció al Servicio de Inteligencia con el comienzo de la guerra y cayó en la campaña de Francia". P4 Mas, inmediatamente a continuación se acaba lo que podría verse incluso como una disculpa, y Heidegger entra en el terreno de cierta justificación, en el sentido de hacer ver lo que él se atrevió a hacer y que prácticamente nadie más hizo, para rematar en ciertas reflexiones sobre la situación del mundo, que sigue siendo aciaga, a sus ojos, y que en este contexto da la impresión de constituir una especie de extrapolación de lo particular a lo general, con un cierto sesgo autojustificatorio. Escuchemos: "Esto no lo escribo nuevamente para plantear de que habría logrado algo, no obstante cualquier persona despierta en los años 1935-44 podía saber que en la universidad nadie podía osar lo que yo osé. Y por lo mismo, tanto más me ha afectado lo que se emprendió en contra mía en 1945/46 y en verdad hasta la hora. /.../ La culpa de cada uno permanece y tanto más, cuanto más individual es. Pero el asunto del mal no ha terminado. Ella entra recién en su estadio mundial propio. 1933 y antes los judíos y los políticos de izquierda vieron más agudamente y más lejos que los inmediatamente amenazados. / Ahora nosotros estamos de turno. Yo ya no espero nada. Se por mi hijo llegado de Rusia que mi nombre está otra vez en la palestra y que la amenaza cualquier día se puede hacer realidad. Stalin no necesita declarar más la guerra. Todos los días gana una batalla. Pero no "se" ve eso. Para nosotros no hay escapatoria. Y cada palabra y cada escrito es un contraataque, aunque esto no se juegue en la esfera de lo "político", que hace tiempo ya está sobrepasada por otras constelaciones del ser, llevando una existencia aparente". Habrán de ser precisamente estas extrapolaciones y cierta pretensión de Heidegger de nuevamente dar una especie de lección sobre lo que más se ha equivocado - el acontecer político -, lo que habrá de molestar mucho a Jaspers. P4 Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existencial' de Karl Jaspers" continuamos el próximo martes a las 8,15 hrs. de la mañana con el Capítulo "La sociedad de lucha". 99 “La fiesta del pensamiento” Realización: Cristóbal Holzapfel Programa No. 273 para la Radio de la Universidad de Chile Ciclo: “En torno al epistolario Jaspers-Heidegger” Audición: martes 1 de mayo del 2001 a las 8,15 hrs. AM Hemos visto como en carta del 8 de abril Heidegger arriesga una explicación cuasi completa de su actuación durante el régimen nacional-socialista. En ella va destacando algunos hitos en el tiempo entre el 33 y el 45. Pero, se aventura más allá incluso entrando en la época de la post-guerra y comienza a emitir juicios de la situación que se vive entonces, en el sentido de que el mal aún está ahí y que "Stalin no necesita más declarar la guerra", ya que "Él gana una batalla todos los días". Como ya veremos, es no tanto en lo relativo a la explicación de Heidegger referente a los años del nazismo y de la guerra, sino aquella relativa a la post-guerra lo que habrá de irritar mucho a Jaspers, por ver en ello a un Heidegger que nuevamente ha comenzado a emitir tremendos juicios acerca de lo que ocurre en el momento, cuando, desde su punto de vista, en ese proceder él ya ha cometido graves errores en el pasado. P1 Mas, de momento volvamos a la carta de Heidegger del 8 de abril. Cabe reconocer que especialmente su última parte es muy bella y revela como Heidegger está efectivamente empeñado en conservar esta amistad, y dice cosas que son precisamente las que se le dicen a alguien que uno estima como un gran amigo: como que la amistad está por sobre todo. Escuchemos las siguientes palabras que logran conmover a quien las lee: "A pesar de todo, querido Jaspers, a pesar de la muerte y las lágrimas, a pesar del dolor y la crueldad, a pesar de la carencia y el martirio, a pesar del desarraigo y del ostracismo, en esta apatridia no acontece una nada; en ella se oculta un adviento, cuyos guiños más lejanos quizás podemos sentir y recibir en un suave soplar, para salvaguardarlos para un futuro que ninguna construcción histórica habrá de descifrar, mucho menos la actual que piensa en todo técnicamente". Encontramos aquí a un Heidegger particularmente afectivo y acogedor, que se advierte que ha pasado por un calvario interno, lo cual se refleja no solamente en lo que recién leímos, sino en el reconocimiento anterior de sus faltas que ha habido en la carta. En consecuencia con ello, y dando más muestras de esa afectividad, termina diciendo: "He escuchado que dictará lecciones en el verano en Heidelberg. Ud. no querrá hacer una parada aquí en Friburgo. Pero, cuando pase por aquí, comuníqueme la hora. Iré al tren para estrecharle al menos la mano". Y si nos preguntamos por qué Heidegger supone así de antemano que Jaspers no querrá hacer una parada en Freiburg, tal vez la respuesta más plausible sea la consideración del estado enfermizo crónico de su amigo. P2 No deja de sorprender que lleguemos aquí al punto de quiebre de esta amistad. Claramente es Jaspers quien se nota reticente a la pronta respuesta epistolar, característica de él. 100 Después de la carta del 8 de abril, pasa más de un mes, y es Heidegger el que nuevamente escribe, planteándole, entre otras cosas a Jaspers, tras la lectura de sus libros "La pregunta por la culpa" y la "Introducción a la filosofía", especialmente en lo relativo a este último, si acaso no sería conveniente reformular la totalidad de su pensamiento desde la comunicación, que a él le parece ser el concepto central del pensamiento jaspersiano. Y esta vez contesta Jaspers, pero muy brevemente el 16 de mayo del 50. Se trata prácticamente de un acuse de recibo y de lo relativo a una Lección que Jaspers dictará en la Universidad de Heidelberg ese mismo verano. En todo caso, promete que las 2 cartas anteriores de Heidegger las habrá de responder oportunamente. Heidegger responde esta vez en tan sólo cuatro líneas en carta del 26 de mayo. Lo que resulta además una prueba de esa reticencia de Jaspers a responder oportunamente es el hecho de que a la segunda carta hay una respuesta, pero que corresponde a una carta no enviada, es decir, corresponde, de acuerdo a la terminología que hemos usado, a un "borrador de carta", y que es bastante completo. Mas, luego de la última brevísima carta de Heidegger que fue también una respuesta a la brevísima última de Jaspers, habrán de transcurrir más de dos años para que recién éste último escriba el 24 de julio de 1952, pero esta vez es ya, podríamos decir, el anuncio de una despedida, puesto que su larga carta constituye patentemente un juicio. Él comienza disculpándose por no haber escrito a tiempo, diciendo que para su invitación a dictar una Lección en Heidelberg pensaba pasar por Freiburg y visitar a Heidegger, pero esto no pudo ser porque se enfermó en Sankt Moritz, donde Jaspers solía pasar las vacaciones de verano en casa de un amigo, el médico Hans Waltz. Mas, agrega a continuación lo siguiente: "Esta vacilación no estaba suscitada únicamente por la multiplicidad de las preguntas planteadas (que Ud. alguna vez me escribió: ¡dónde comenzar!), sino por una reserva, suscitada por el contenido de sus últimas cartas, sus aclaraciones sobre 1933 y los años siguientes, con las que mis recuerdos no siempre coincidían, y luego más encima por informaciones superficiales sobre Heidelberg, a las que no puedo hacer referencia, y a las que Hannah ya ha dado curso". P3 Es recién la última alusión a ciertas informaciones transmitidas por Hannah lo que al parecer se revela como el verdadero motivo de la reticencia de Jaspers. Si bien no sabemos exactamente de qué se trata, los editores del espistolario - Hans Saner por el lado de Jaspers y Walter Biemel por el lado de Heidegger - señalan lo siguiente: "Se trataba del rumor de que Heidegger en otoño de 1949 le habría dicho al historiador de literatura de Heidelberg Paul Böckmann por qué él en 1933 habría cortado su relación con Jaspers, en vistas de haber ya temprano plagiado sus pensamientos; posteriormente Jaspers le habría ocasionado mucho daño con su Informe a la Comisión de Limpieza (delatado esto en una carta de Kurt Rossmann a Jaspers del 29.3.1950)". Y, si es así, considerando que está la carta de Rossmann a Jaspers, no cabe más que estar de acuerdo con Jaspers en haber cortado esta amistad, que, por lo tanto, se reinició ya maleada desde 1949. Mas, no obstante lo anterior no dejemos de tener presente que la carta de Rossmann se apoya a su vez en un rumor. El asunto es por lo tanto complejo. P4 101 Es conveniente a continuación examinar el mentado rumor por separado, tomando en cuenta que en él hay dos aseveraciones: una, que Heidegger habría cortado la amistad en 1933 debido a que Jaspers habría plagiado sus pensamientos. Lo cierto es que respecto de esto, lo haya dicho Heidegger o no, cabe decir que carece de toda base. Si cupiera en algún sentido hablar de plagio, sería en todo caso al revés. Se puede demostrar como varios de los decisivos pensamientos de "Ser y tiempo" de 1927 - la obra mayor de Heidegger - están anticipados ya en la "Psicología de las concepciones del mundo" de 1919, y que Heidegger reseñara. Mas, tampoco estamos en absoluto autorizados a hacer una tremenda afirmación como ésta, nada menos que de un plagio, ya que al mismo tiempo puede reconocerse que los pensamientos de Heidegger siguen un derrotero propio y original. La segunda aseveración de aquel rumor, en la que se alude a que Jaspers con su Informe a la Comisión de Limpieza (de desnazificación) de la Universidad de Friburgo habría dañado severamente a Heidegger, es bastante más complicada, porque, en efecto, como sabemos, Jaspers redactó ese Informe, el cual tuvo además una parte negativa para Heidegger. Pero, al respecto ya hemos visto que Jaspers emitió en ese Informe tanto un juicio negativo - que a Heidegger se le suspendiera temporalmente el derecho a enseñar -, como juicios positivos: que Heidegger es un gran pensador y que debe apoyársele en lo que atañe a sus publicaciones. P5 Mas, con esta larga carta de Jaspers sucede que lo que de entrada y en distintos pasajes tiene el carácter de un juicio definitivo, luego deja de parecerlo. En este sentido podemos entender la siguientes palabras: "Cuando el vehículo de mi escribir debido a la reserva y el no poder responder rectamente, se estancó, así espero que pueda volver a andar, si lo obligo a ello y Ud. me ayuda con su correspondencia". Bella metáfora ésta del escribir realizado por el vehículo de la lapicera, ya que alude al sentido de viaje y de aventura que hay en la escritura, y se trata, como vemos, de que ese vehículo invite otra vez a la amistad, que, como el amor, puede ser un acogedor remanso donde vuelven a estar las cosas en su lugar. P6 Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existencial' de Karl Jaspers" continuamos el próximo martes a las 8,15 hrs. de la mañana con el Capítulo "La sociedad de lucha". 102 “La fiesta del pensamiento” Realización: Cristóbal Holzapfel Programa No. 274 para la Radio de la Universidad de Chile Ciclo: “En torno al epistolario Jaspers-Heidegger” Audición: martes 8 de mayo del 2001 a las 8,15 hrs. AM En el análisis del epistolario Jaspers-Heidegger hemos llegado a un punto de un nuevo y casi último quiebre de la relación amical entrambos en 1952. Heidegger ha dado una explicación relativamente extensa de su actuación durante los años del nazismo, mas ésta no es suficiente para Jaspers. De hecho desde la carta de esa explicación de Heidegger del 50 han pasado dos años, y entonces en carta del 24 de julio del 52 dice que respecto de su escrito "La pregunta por la culpa" que le enviara, ha esperado algún comentario, mas no ha habido ninguno. Ello muestra al mismo tiempo que cuando en el 50 él le enviara ese escrito, tácitamente esperaba con ello algún planteamiento de Heidegger sobre él, vale decir, que el envío del escrito, precisamente sobre el tema de la culpa, en cierto modo tenía el carácter de una excusa. Y lo cierto es que, a la altura de la carta del 52 ya ha corrido demasiada agua bajo el puente y Jaspers da en ella libre curso a lo que tiene cierto carácter de un juicio sobre Heidegger. Escuchemos: "Lo que ambos entendemos por filosofía, lo que con ello queremos, a quién nos dirigimos con ella, como ella se vincula con la propia vida, todo ello entre nosotros supuestamente ya es completamente diferente en su origen. Aclararlo debería conducir a aquella conveniente discusión. Yo no estoy en condiciones de ello, porque no conozco suficientemente sus escritos". En ello hace Jaspers alusión a aquel programa de una discusión entre ambos al interior de una así llamada "sociedad de lucha", que se proponían formar. Pues bien, podemos agregar ahora al respecto que con esto es nada menos que él más entusiasta y promotor de esa idea Jaspers - el que renuncia a ello. Y esta renuncia se probará con el tiempo que ha sido de una vez y hasta siempre. Relativamente a ello, cabe decir que no sabemos acerca del alcance último de lo que hacemos o dejamos de hacer y ciertamente es el tiempo el que siempre acaba hablando por nosotros. P1 Heidegger ha dicho en su carta de dos años atrás que nuevamente el mal está ahí, que Stalin no necesita declarar la guerra, porque cada día gana una batalla, y que, en aras de enfrentar ese así perfilado mal, las cosas ya no se juegan más en una esfera política, sino más radicalmente sobre la base del ser. A ello responde Jaspers con mucho enojo y en un tono que casi podría decirse que es de profesor a alumno, que en una visión como esa (como característica visión del que únicamente se limita a ver las cosas desde lontananza y en un tono de lo indeterminado y de lo meramente aproximativo), está precisamente el peligro de que alguien como Stalin pueda triunfar. Al mismo tiempo, y habría que agregar, con meridiana certeza, le hace ver una manifiesta contradicción, en el sentido de que, si efectivamente él identifica el mal con Stalin, al mismo tiempo (como lo ha hecho en un escrito reciente, en la "Carta sobre el "humanismo"" de 103 1949) ha escrito algo positivo sobre el marxismo. Veamos como el propio Jaspers desarrolla estas ideas: "Leer algo así me espanta. Si Ud. estuviera frente a mí, como hace decenios, experimentaría hoy todavía mi afluencia de palabras, con rabia, e invocando a la razón. La preguntas se me vuelven urgentes: ¿Es una tal visión de las cosas condición de la destrucción a través de su indeterminación? ¿No se olvida lo que es posible de realizar a través de la apariencia de grandilocuencia de aquellas visiones? ¿Cómo así resulta que Ud. hace publicar en alguna parte un juicio bastante positivo acerca del marxismo, sin decir con claridad que Ud. ve en él la fuerza del mal?" En ello Jaspers hace alusión a aquel pasaje de la "Carta sobre el "humanismo" que dice lo siguiente: "Porque Marx, en tanto él experimenta la enajenación, alcanza con ello una dimensión esencial de la historia, por eso es la concepción marxista de la historia superior a las otras...Puede que se adopte un punto de vista distinto, mas ontohistóricamente /es decir, en lo relativo a la historia del ser/ está suficientemente establecido que en él se expresa una experiencia elemental de lo que es la historia del mundo". P2 Pero ni siquiera aquí acaba la irritación de Jaspers. Ella se vincula en lo que sigue con esa indeterminación, en la que insiste, y que él ve en Heidegger, respecto de la cual termina diciendo que es en ella en donde está el verdadero peligro. Más aún, se le ocurre asociar esta visión indeterminada de Heidegger con una semejante visión que tuvieran los poetas Rainer Maria Rilke y Stephan George y que incitaba a mantenerse al márgen del "o esto o lo otro", es decir, la necesidad de decidirse enfáticamente por algo que caracteriza la acción política. Refieriéndose a la fuerza del mal, dice: "¿No tenemos cada uno de nosotros que agarrar este poder donde está presente y para aquél que habla pues de manera clara y concreta?". Nótese desde ya en ello la manera definitivamente directa que tiene Jaspers de expresarse y de decirle a Heidegger sin ambages en este caso que él, justamente como uno que habla, no habla "de manera clara y concreta". Y sigue: "¿No es también éste el poder del mal en Alemania, y que siempre ha estado creciendo y que de hecho prepara la victoria de Stalin: el ocultamiento y el olvido de lo pasado, el así llamado nuevo nacionalismo, el retorno de los antiguos carriles del pensamiento y de todos los fantasmas, que, aunque fútil, destruye?". P3 Y ahora incluso la asociación más directa de la indeterminación de las palabras de Heidegger con esa fuerza del mal: "¿No está esta fuerza en todo pensamiento de lo aproximativo (aproximado, porque transcurre paralelamente al vivir y al hacer en el que piensa)? ¿No triunfa Stalin a través de todo esto? ¿No es una filosofía que imagina y poetiza, aquella que gesta una visión de lo tremendo, nuevamente la preparación para el triunfo de lo totalitario justamente porque se aparta de la realidad? ¿Así como la filosofía en un amplio radio antes de 1933 de hecho preparó el terreno para aceptar a Hitler?" 104 Como salta a la vista, aquí hace Jaspers una aseveración de grueso calibre, y en verdad digo poco, se trata de una aseveración tremendamente osada, de la cual él tiene que haber supuesto que podía ocasionar una enorme irritación en su destinatario. Más aún, lo que Jaspers debe haber tenido muy claro no es tanto que a raíz de esa aseveración fuera Heidegger el que podía ponerle término a esta amistad, sino, antes bien, el propio Jaspers al momento de hacerla y enviársela a su destinatario en una carta. ¿Y qué es lo que percibimos como particularmente extremo en la mentada aseveración? Pues nada menos que la asociación directa que se hace en ella entre la indeterminación y el lenguaje de Heidegger de lo aproximativo el que es no solamente pasto para el estalinismo, sino además para el hitlerismo. P4 Ahora bien, si nos preguntamos ¿por qué Jaspers lleva en esta carta las cosas tan lejos, cuando él mismo ha dado inicio al retorno de esta amistad desde 1949? ¿Se explica la irritación con Heidegger que se hace manifiesta en esta carta del 52 únicamente a partir de las afirmaciones de Heidegger en la carta de dos años atrás que van más allá de la época del nazismo y se aventuran a hacer juicios acerca de la postguerra y del estado actual de las cosas, a través de juicios que para Jaspers son nada más que "aproximativos"? Ya hemos visto que no: al parecer la irritación de Jaspers no se explica tan sólo a partir de esto. En el intertanto, vale decir entre el 50 y el 52, Jaspers ha recibido un rumor de que quien, podemos decirlo así, "aparenta" ser su amigo anda diciendo cosas muy negativas acerca de él, y esto, como ya lo hemos visto, lo habría sabido de boca de su entrañable amiga y discípula Hannah Arendt. P5 Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existencial' de Karl Jaspers" continuamos el próximo martes a las 8,15 hrs. de la mañana con el Capítulo "La sociedad de lucha". 105 “La fiesta del pensamiento” Realización: Cristóbal Holzapfel Programa No. 275 para la Radio de la Universidad de Chile Ciclo: “En torno al epistolario Jaspers-Heidegger” Audición: martes 15 de mayo del 2001 a las 8,15 hrs. AM Hemos visto como Jaspers en 1952 se muestra particularmente irritado con una carta de Heidegger que ya data del 50, y ello no tanto por la actuación de éste último bajo el nazismo, sino por su aventurarse a emitir juicios sobre el momento actual (que ya analizáramos anteriormente), y que, a juicio de Jaspers poseen un peligroso carácter de lo indeterminado y meramente aproximativo. El argumento de fondo en ello es que el totalitarismo cobra fuerza precisamente ante el hacerse presente de ese tipo de discursos vagos y que van acompañados de una actitud en la que se evita el someterse al dirimir entre "esto o lo otro", "entweder-oder", propio de las decisiones prácticas. En este contexto Jaspers ejemplifica este argumento con los poetas Rainer Maria Rilke y Stephan George que fueron convertidos en ídolos por un "pequeño círculo de "ilustrados"", que con su exigencia de una "constitución humana" sirvieron para escapar a la imposición de ese "esto o lo otro" del terreno práctico y político. Destaquemos en ello también la interesante reflexión que esboza aquí Jaspers sobre este terreno práctico y político, en el sentido de la necesidad que él demanda de la decisión, del inevitable tener que someterse del político a ese "esto o lo otro", e incluso en tantas situaciones forzosas careciendo de los elementos de juicio suficientes , es decir, careciendo de una percepción acabada de la situación relativa a la cual se toman decisiones. P1 Ya Jaspers ha sido suficientemente duro y osado al sostener que ese lenguaje de lo indeterminado-aproximativo puesto en práctica no únicamente por Heidegger, sino por una buena parte de la intelectualidad de la época, indujo a la aceptación de Hitler. Dentro de las afirmaciones sobre el momento actual, que a Jaspers tanto le molestan, se agrega además esta otra en la que Heidegger a partir de la acción persistente del mal, que aun se mantiene, y de la pérdida de lo que llama ahí "apatridia" ("Heimatlosigkeit"), vale decir, una pérdida del terruño, sostiene que, a pesar de ello, se anuncia un adviento, en otras palabras, tiempos mejores. Pues bien, esto también es motivo de severos juicios por parte de Jaspers. Escuchemos: "Ud. continúa escribiendo: "En esta apatridia...se oculta un adviento". Mi espanto creció cuando leí esto. Eso es, hasta donde puedo pensar, pura fantasmagoría, en la línea de tantas fantasmagorías que cada una "en su tiempo" han desquiciado esta mitad de siglo. ¿Ud. está en la disposición de aparecer como un profeta, que a partir de un mensaje oculto, señala lo sobrenatural, como un filósofo que nos aparta de la realidad? ¿Uno que renuncia a lo posible con ficciones?" P2 Así pues, lo que dice Heidegger es que en medio de una "apatridia" reinante, que caracteriza la época, se anuncia un adviento, y esto, como vemos irrita a Jaspers debido al uso que ve en ello de un discurso de vaticinio que anuncia vaguedades sin ningún fundamento. 106 Destaquemos en ello lo problemático del término que traducimos como 'apatridia', 'Heimatlosigkeit'. Lo cierto es que carecemos en castellano para traducir una palabra como 'Heimat', ya que no alude exactamente a lo que llamamos 'patria'. Este término que proviene de 'pater' lo llama el alemán 'Vaterland', de la misma procedencia, ya que 'Vater' significa también 'padre'. La patria como 'Vaterland' guarda relación con la soberanía de un territorio y con el estado-nación, incluyendo por supuesto el vínculo que ello puede suscitar en los ciudadanos en tanto el Imaginario que la patria representa para ellos. Pues bien, 'Heimat' apunta más bien al terruño, en el caso de Heidegger, la Selva Negra. Desde luego, un chileno también siente algo así, como el vínculo que siente el penquista con Concepción y alrededores, pero no tenemos para ello un nombre. Cabe agregar a su vez que si el año 52 Heidegger habla de la apatridia, ya viene pensando en ello desde "Ser y tiempo" de 1927, aunque con otro nombre, y también en el escrito que tiene que ver con el rechazo al llamado que le hiciera la Universidad de Berlín, "Por qué permanecemos en la provincia" del año 1930. Pues bien, el hombre existiría hoy en una apatridia, en la pérdida del vínculo con el terruño, con el suelo, lo que cobra hoy una fuerza extraoridinaria con el trend de la globalización. P3 Y por cierto Jaspers puede estar perfectamente de acuerdo con el hacerse presente de esa apatridia, mas lo que le aparece excesivo es que Heidegger pueda hablar a partir de ello de un adviento, que no sabe de dónde viene, ni en razón de qué signos podría detectarse que efectivamente viene. Pero, no obstante los juicios severos que ya hemos escuchado, sin embargo Jaspers no da la amistad por perdida y expresa la esperanza de que, en sus palabras, "/.../nosotros podamos entendernos en la medida de lo humano y de las posibilidades humanas". Lo cierto es que sorprende en ello esta actitud de Jaspers que semeja algo propio del profesor que juzga sobre un discípulo, y que, atreviéndose a decirle cosas muy duras, expresa al mismo tiempo sus mejores intenciones de mantenerse dentro de una comunicación muy humana. Por una parte, podemos ver las cosas así, pero, por la otra, aunque no necesariamente en contradicción con ésta, podemos interpretar el alcance de estas palabras en el sentido de quien hace un juicio muy duro (incluso varios), y sabe de antemano que con eso se está dando pie al término de una amistad, pero que al mismo tiempo deja un márgen, un espacio, el espacio, diríamos, de un entendimiento propiamente humano capaz de soportar incluso juicios severos acompañados de mucho enojo. Vistas las cosas de este modo, podríamos decir, Jaspers sigue siendo siempre el que pone las cosas en su lugar, el que juzga acerca de distintas situaciones sin tapujos, y que, sabiendo que esos juicios pueden traer consigo un quiebre, él mismo evita dar ese último paso, y deja al fin aquel espacio para el encuentro renovadamente humano con el otro. P4 Siguiendo en la misma línea de este espacio de lo humano, al que Jaspers da en último término cabida (lo que tiene que ver con su concepción de la comunicación que supone el apostar hasta las últimas consecuencias por ella, por su realización y salvaguarda), hace alusión a las siguientes palabras de Heidegger, con el propósito tal vez de que a partir de ellas se siga hilvanando la historia de esta larga amistad: 107 "Ud. ha escrito una bella y verdadera palabra: "Cuanto más simples las cosas llegan a ser, tanto más difícil es pensarlas y decirlas adecuadamente". Y luego se le ocurre vincular este pensamiento en torno a lo simple, en lo que radica una verdad difícl de pensar y decir, con él mismo. Escuchemos: "Esto simple corresponde a la situación concreta y encuentra desde ahí el camino al pensar en una forma objetiva. Que hasta ahora no me haya resultado decirle a Ud. esto simple y que no lo escuche de Ud. es para mí una señal de lo insuficiente de mi filosofar". Finalmente agrega: "La vida viene a ser tan escasa con la edad que cada día es apreciable. Se elige lo que se estima como lo más importante. Espero vivir tanto tiempo que el instante llegue a madurar para leer enteramente sus escritos y decir lo que me parece lo simple, y esto especialmente en atención a escuchar su respuesta al respecto. Pero todo queda como algo tan incierto". P5 Después de juicios tan severos este final lleno de acogida e invitación a continuar y profundizar en la comunicación y en la amistad. Pero, igual al final, en la última frase se introduce la duda de que todo queda tan incierto. En cierto modo, podríamos decir, que en esta duda se contiene todo: los juicios severos, el saber que ellos pueden significar un quiebre, a la vez también la intención de persistir en la amistad, el propósito de realizar una gran tarea, como por último el no saber del futuro, cuánta vitalidad más le está regalada, cuán próxima o cuán lejana está la muerte. P6 Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existencial' de Karl Jaspers" continuamos el próximo martes a las 8,15 hrs. de la mañana con el Capítulo "La sociedad de lucha". 108 “La fiesta del pensamiento” Realización: Cristóbal Holzapfel Programa No. 276 para la Radio de la Universidad de Chile Ciclo: “En torno al epistolario Jaspers-Heidegger” Audición: martes 29 de mayo del 2001 a las 8,15 hrs. AM Quizás uno de los rasgos más elevados del ser humano sea el ponerse en el lugar del otro y precisamente porque ello nos humaniza, nos permite ser-sí-mismos. Maravillosa experiencia ésta, la de ponerse en el lugar del otro, es decir, el de pronto comenzar a sentir, a ver, a oir, a analizar, a pensar y a juzgar el mundo, las más distintas situaciones, cosas y personas, según como lo observa el otro, o, si se quiere, ver el mundo a través de la ventana del otro, y, a la vez, darse cuenta a partir de ello, que eso junto con emocionarnos, nos enriquece, nos permite crecer y, como ya decíamos, humanizarnos. Camino por las calles de un balneario y llego hasta la caleta, donde están los pescadores vendiendo sus productos, me detengo un largo rato mirando ese entorno, converso con alguno de ellos, le pregunto por sus salidas a la mar, por sus aventuras (se trata de un pescador de centolla de la región de Magallanes), si acaso están a veces mucho tiempo fuera, me entero de que cada vez tienen que ir más mar adentro para capturar la centolla, que incluso el viaje demora hasta cinco días, que, por eso mismo, aumentan mucho los riesgos, ya que a veces la mar se pone muy brava. Mientras lo escucho, siento el rugido del mar, me lo imagino largos días jugando a las cartas o en otras distracciones en el comedor del barco pesquero hasta llegar hasta el lugar de captura, siento las olas en su monótono movimiento, siento también la nostalgia que él puede sentir estando lejos de los suyos cada vez por tantos días. En cierto modo, estoy atónito y completamente absorto en su relato. Siento a su vez cierto profundo lazo que me une con él, que me hace admirarlo y ello tiene que ver con ese gesto de osadía, de aventura. De pronto descubro incluso la lejanía y hasta cierto extravío que hay en sus ojos, y que sutilmente se insinúa en el iris, demasiado cargado de figuras y lagunas. Y así ha pasado imperceptiblemente el tiempo, tal vez mucho más de una hora. P1 De pronto, él por su parte, comienza a interesarse por mí, acerca de qué me trae por ahí, cómo es la vida que llevo, a qué me dedico, y demás. Pues bien, lo cierto es que eso que ahí se ha creado, en cierto modo, simplemente se ha dado, como si fuera un regalo, ha dado origen a una genuina comunicación, y ella ha sido únicamente posible gracias a aquello de lo cual partíamos: el ponerse en el lugar del otro. Este fenómeno, que podemos llamar la alterposición y, en un sentido activo, el alterponernos o alterponerse, y, que entre otros ha sido muy destacado por Piaget y Kohlberg hasta llegar a Habermas, está ya pensado como condición de la comunicación por Jaspers.. Pero, más que eso todavía, en la alterposición podemos reconocer el elemento primordial de lo ético, en otras palabras, que, sin él, no sería posible una ética como de ninguna manera una adecuada relación con los otros. 109 Es más, lo que se conoce como "regla áurea de la moral" y que corresponde a la sentencia de Cristo: "No hagas a los otros lo que no quisieras te hicieran a tí mismo", como también el imperativo categórico de Kant, están posibilitados por la alterposición. Lo mismo cabría decir de una auténtica política que verdaderamente se preocupe por el bien común, y no exclusivamente el bien particular y atómico de ciertos individuos para que acumulen más poder económico aún, y mucho menos todavía el de una política que se presenta con la cara falsa de preocupación por el bien común, para en el fondo hacer todo lo contrario, digo aquella auténtica política, que la podemos llamar simplemente una "política social" tiene como condición la alterposición, el ponerse en el lugar de los otros. P2 Y, aún así, este reconocimiento de su relevancia es todavía insuficiente, ya que, cabe agregar, que lo que vivimos como amistad y amor son también únicamente posibles debido a la alterposición. Por de pronto, amistad y amor, filía y eros, comparten ese "salir de sí mismos al encuentro con el otro", sólo que, como lo ha destacado Montaigne, en el caso de la amistad hay siempre un marcado compromiso con la moralidad, en otras palabras, en ella se potencian los sentimientos más nobles de la lealtad, la sinceridad, la honestidad, la preocupación por el amigo. Desde luego en el amor está también presente este vínculo con la moralidad, mas, dado que en él se hace presente lo pasional, en cierto modo porque amamos no sólo espiritualmente, sino con nuestro cuerpo, con nuestras entrañas, puede ser ello además una fuente de conflictos. Con el amor sucede, por decirlo en alguna forma, así como alcanzamos las más elevadas cumbres, así podemos caer también en los más insondables abismos. ¿Qué observamos que hacen normalmente los amigos? Que practicando, la alterposición, interpretan el mundo e intercambian esas interpretaciones, hablan de política, del deporte, de literatura, de filosofía, o participan mancomunados en alguna obra, en un proyecto común. En las parejas ciertamente puede darse eso, y de hecho se da también, pero he aquí que lo que más las caracteriza son sus viajes exploratorios del otro, su ingresar en el laberinto, en la recámara de los pliegues íntimos de ella o él, y ello a su vez, siempre con los cuerpos presentes, en cierto modo, diríamos, a través de los cuerpos. Pensando siempre en la relación entre amistad y amor, si se quiere, podríamos decir, que en la amistad descolla especialmente la alterposición, en el amor, se trata de que más que la alterposición, se da aquel fenómeno tan singular de habitar en el otro: definitivamente sucede con él, cuando es verdadero, que incluso a ratos más habitamos en el otro que en nosotros mismos. P3 Ahora bien, cuando hablamos de un verdadero amor como de una verdadera amistad, esta verdad de uno y otro tienen a su vez una singular característica, y que tiene que ver con lo grande, con lo inmenso. Podríamos decir que hay una cierta espacialidad del amor, pero lo cierto es que ese carácter no sólo de grandeza, sino además de lo inconmensurable, de lo inmenso, de lo infinito, conlleva también lo temporal. Quiero decir con ello que la inmensidad que, más que en la amistad, la vivimos en el amor, la vivimos en el sentido de una espacialidad y de una temporalidad infinitas: el amor ha sido definido, entre otros, como un "anhelo de eternidad". 110 Hay que destacar pues esta singularidad de ciertos fenómenos, en este caso de la amistad y del amor, como que ellos en su verdad, en su ser esencial propio, suponen lo grande, lo inmenso, más aún, lo inconmensurable, lo infinito. Hay que precisar que, en buenas cuentas, lo que vivimos como inmensidad es el anhelo. Y cabe agregar que, si no se viven en esa inmensidad, constituyen algo a medias, algo mediocre que no merece el nombre de tal. Esto quiere decir que no podemos ser nada más que un poco amigos o amantes. ¿A qué se debe ello? A que, por ser ellos las vivencias que más nos acercan a la plenitud, por representar para el ser humano las más hondas y elevadas aspiraciones, por eso mismo no pueden vivirse a medias: si los vivimos así, simplemente no son. Mas, el mencionado anhelo no se limita a lo que de buenas a primeras entendemos como tal: el anhelo no es únicamente relativo a algo pendiente que está por realizarse, o incluso como lo que nos impulsa a ello, sino que, en el caso de ciertos fenómenos, como precisamente la amistad y el amor, ellos viven precisamente de ese anhelo, en otras palabras, ellos son en tanto anhelo. P4 Este análisis que hemos hecho hoy día, partiendo por la alterposición para llegar a la amistad y al amor, ha sido con el fin de ayudarnos a tomar conciencia de que una amistad como aquella entre Jaspers y Heidegger que comenzara en los años 20, deja una marca indeleble para toda la vida, y por eso a pesar de tantos quiebres sigue siempre en pie. Ello explica por qué el 19 de febrero de 1953, con ocasión del cumpleaños 70 de Jaspers, Heidegger le escribe una carta que no es simplemente una carta de felicitación, sino al mismo tiempo un regalo lleno de reconocimiento, aprecio y admiración, y ello tras la última y muy dura carta de Jaspers del año anterior (que ya analizáramos). Y así leemos de parte de Jaspers su respuesta del 3 de abril del 53: "Hay un tono en sus líneas que yo no dejo de oir. Él deja abierto lo que todavía puede ser entre nosotros. De otro modo se dan las cosas entre nosotros que entre mí y los profesores de filosofía. Entre nosotros las cosas son enteramente o nada, porque las superfluidades convencionales están prohibidas en función de lo que hubo entre nosotros. Yo lo veo vívamente, como si fuera recién, así como desde 1920 estaba conmigo, con nosotros, veo sus gestos, su mirada, escucho su voz, recuerdo conversaciones concretas y situaciones en las que tuvo lugar una conversación". P5 Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existencial' de Karl Jaspers" continuamos el próximo martes a las 8,15 hrs. de la mañana con el Capítulo "La sociedad de lucha". 111 “La fiesta del pensamiento” Realización: Cristóbal Holzapfel Programa No. 277 para la Radio de la Universidad de Chile Ciclo: “En torno al epistolario Jaspers-Heidegger” Audición: martes 6 de junio del 2001 a las 8,15 hrs. AM Nos deteníamos a pensar en la última ocasión acerca de la fuerza de la amistad, y particularmente de una amistad como aquella entre Jaspers y Heidegger, y que los pone en una situación de no poder terminar con ella, a pesar de muchos quiebres a lo largo de toda una vida. Ello se revela claramente en el hecho de que aún habiéndole escrito Jaspers una carta muy dura el 52 a su par, igualmente recibe de este último una carta llena de elogios, reconocimiento y admiración el 53 para su cumpleaños 70. Éste, por su parte, le contesta de manera muy acogedora, y le reconoce que lo suele ver así como si estuviera todavía delante de él, como en los años 20. Seguramente preocupado por lo alcances de la dura carta del año anterior, le aclara que lo que había en ella eran sólo preguntas. Y siempre, como ha sido por lo demás característico en todo este epistolario, se dirige a Heidegger con cierto tono profesoral y paternal, lamentando que tal vez podría haber hecho por su parte mucho más de lo que hizo en los años 30, y así se habrían evitado muchas cosas (en lo que se refiere a la fatal adhesión de Heidegger al nacional-socialismo). Reconoce no haber tenido la suficiente fuerza para ello. Nótese que en ello hay la alusión a que podría haber estado en sus manos el que Heidegger no hubiera seguido la senda que siguió. P1 Luego, en esta carta del 3 de abril de 1953 hay referencias a la situación en que ha quedado Alemania, y en particular los alemanes, que, debido a la trágica experiencia de los últimos años (que puso a unos de un lado y a los otros del otro), en muchos casos no saben como encontrarse. Más aún, él lleva este pensamiento tan lejos que muestra como resulta oscura la recuperación de lo que sería genuinamente alemán, a partir de lo ocurrido. Éste es un tema que ya lo ha ocupado demasiado, cual es el de Alemania y su destino, y de él resultará su libro "¿Hacia dónde se dirige la República Federal?" de 1966. Por el momento él cuenta que ha dejado a un lado todos sus escritos que se ocupan del tema, y agrega algo muy interesante y que es propio de la cautela que debe tener el filósofo en relación a emitir juicios respecto de su tiempo: que hay que esperar hasta que su voz se vuelva más extemporánea (unzeitgemässer). Podemos advertir en esto un vínculo con las "Consideraciones extemporáneas" ("Unzeitgemässe Betrachtungen") de Nietzsche, aquellos escritos entre 1873 y 1876, en los que se perfila un Nietzsche con el fuerte ímpetu de poner las cosas en su lugar. Si pensamos un momento sobre el alcance de un término, por sobre todo nietzscheano como éste, y que usa Jaspers, podemos reconocer como nítidamente tiene que ver hasta con el mismo sentido de la filosofía y su relación con el tiempo. En efecto, ésta no puede sino ser una relación extemporánea, es decir, fuera del apego y del estar aferrado a las urgencias del momento. Esto quiere decir que la filosofía sólo logra tener un vínculo apropiado con su tiempo, pero habría que decir también, con la sociedad y el mundo precisamente de ese tiempo, si acaso está en cierto modo desfasada de él. De otro modo, sucede que ella fácilmente se desvirtúa y queda apresada en las demandas urgentes de la cotidianidad, confundiéndose con la política contingente. 112 Referido al uso del término "extemporáneo" por parte de Jaspers, en él está presente de modo muy indirecto la cuestión de Heidegger y el nazismo, justamente porque desde la mirada de Jaspers, cabe decir que en ello se habría perdido ese carácter extemporáneo de la relación de la filosofía con su tiempo, su época, la sociedad y el mundo del momento presente. P2 Este sentido, la relevancia de lo extemporáneo puede ser planteada desde Jaspers, no obstante él declarar en la misma carta que ahora analizamos que "Filosofía y política son inseparables desde Platón y Kant". Es más, en el propio Heidegger hay también un claro reconocimiento de este sentido de lo extemporáneo en su "Introducción a la metafísica" basado en un Curso dictado en el semestre de verano de 1936 en la Universidad de Friburgo, donde hace alusión a que a la filosofía le corresponde mantenerse siempre en una retaguardia en relación con su época. Este planteamiento quiere decir que o bien Heidegger reconoce su propio error al no haber respetado este carácter de distanciamiento de la filosofía, o bien él entiende que su vínculo con el nazismo no significó una contradicción con aquel carácter de retaguardia. Al respecto, de cara a estas alternativas, cabe decir que al menos en lo relativo al epistolario Jaspers-Heidegger corresponde validar la primera, a saber la concerniente al error, que Heidegger reconoce no solamente como un error político, sino, antes bien, humano. Jaspers recoge además un pensamiento de la última carta de Heidegger, que reconoce como verdadero y que toca esencialmente a estos dos pensadores y a su larga amistad: "Ud. habla de la cercanía incluso de lo más extraño, del contacto de los solitarios. Si, esto será verdadero al final. Sólo que no hay anticiparlo como presupuesto. El reposo en el todo hace omitir lo posible en lo concreto de las relaciones humanas. Lutero, esta fatalidad alemana luciférica, dice lo contrario: "Nosotros podemos orar, pero no hablar juntos"". En efecto, Jaspers reconoce que con estas palabras Heidegger toca algo radical concerniente a la amistad, y precisamente aquella entre los grandes pensadores, que al fin y al cabo no son sino astros solitarios con sus propias órbitas. Seguramente con ello además queda ya anticipado lo que será esta amistad hasta el fin de la vida del primero entre los dos que muere: Jaspers, fallecido el 69, a saber, no obstante no mediar ya desde el 53 casi ningún contacto más entre ambos, físico o epistolar, y, sin embargo, uno puede suponer con suficiente base que ambos siguieron contactándose desde la lejanía. P3 Pero, a este pensamiento de Heidegger acerca del encuentro entre los solitarios, que Jaspers reconoce como verdadero, él agrega que no hay que anticipar esto como un presupuesto, ya que de ese modo no se le da cabida a lo posible, y que en este caso correspondería a un encuentro efectivo que podría tener lugar entre ambos. Es decir, un pensamiento como aquel de los solitarios correspondería a algo general, que en cierto modo puede impedir el encuentro efectivo e individual. En este contexto, Jaspers se aparta de Lutero, a quien cita, el cual con su sentencia de que sólo podemos orar, mas no hablar juntos, plantea un encuentro en lo general, propio de un credo compartido, y no en lo particular y lo concreto. Y concluye Jaspers reflexionando aquí acerca del vínculo entre el filosofar y la comunicación, pero siempre en el contexto de la relación entre ambos pensadores, diciendo lo siguiente: 113 "Alcanzamos la seriedad de los que en el pensamiento sólo se pueden encontrar en el camino de lo más concreto, presente y a la mano, en nuestra existencia con el otro". Entre líneas se puede leer en ello además una cierta crítica al carácter que él estima que tiene el pensar heideggeriano, justamente en el sentido de lo apartado de la realidad concreta. P4 En lo que hemos analizado se revela una vez más lo controvertida de la relación de Jaspers con Heidegger: por una parte, el reconocimiento de un profundo pensamiento - el de los solitarios -, y a renglón seguido el ver en ese pensamiento, en su posible manera de asumirlo, un error. A propósito de esto, alrededor del 53, año de la carta que analizamos, escribe Jaspers en sus "Notas sobre Heidegger": "Entre los profesores de filosofía alemanes, sólo uno me ha interesado: Heidegger. / Todo lo demás me parecía negocio intelectual. Sólo aquí había otra seriedad. En los años 1920 hasta 1930 esto nos mantuvo unidos. / Entre los escritores alemanes hay otros dos que se pueden llamar filósofos: también me causaron otra gran impresión: Ludwig Klages y Ernst Jünger. / A los tres me siento ajeno. Si los ataco es un acto de respeto. Veo manifestarse en ellos poderes. En filosofía sólo se puede tratar siempre de pensamientos que son la acción de esos poderes. Verlos lleva al vidente más allá de lo que desea, y es a una mayor claridad. Le estoy agradecido a estos hombres, aunque escriba en contra de ellos. / El poder que creo ver en esos hombres me puede parecer malo. El rango del espíritu por el que actúan no puede carecer de rasgos esenciales en las personalidades. A pesar de toda la extrañeza siento simpatía por estos hombres, que es muy distinta, por ser tan distintos entre sí. Es como si quisiera conjurarlos a poner la altura de su espíritu al servicio de poderes mejores. El gran espíritu sólo se convierte en objeto del amor donde el poder que actúa en él tiene un elevado carácter. / Cómo me gustaría amarlos, y me quejo de que en realidad no puedo hacerlo. Hay momentos en que siento entusiasmo ante cada uno de los tres. Sólo por un instante. El desengaño destruyó ese instante. Y sé que sólo soy un hombre, que no soy ningún santo, y mucho menos un Dios que deja que el sol brille por igual para los buenos y para los malos". P6 Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existencial' de Karl Jaspers" continuamos el próximo martes a las 8,15 hrs. de la mañana con el Capítulo "La sociedad de lucha". 114 “La fiesta del pensamiento” Realización: Cristóbal Holzapfel Programa No. 278 para la Radio de la Universidad de Chile Ciclo: “En torno al epistolario Jaspers-Heidegger” Audición: martes 13 de junio del 2001 a las 8,15 hrs. AM De la relación de amistad entre Jaspers y Heidegger a la altura de 1959 ya quedan sólo los despojos. De hecho desde el 33 no se vieron nunca más, y sin embargo mantuvieron un contacto epistolar que si bien desde el36 se interrumpió, lo cierto es que desde el 49 se renovó. Pues bien, a la altura del 59 ya sólo hay un escasísimo contacto epistolar que se limita a las felicitaciones ya no para cada cumpleaños, sino para el cumplimiento de un nuevo decenio, el jubileo, en la vida de cada uno de ellos. Y pensar que la distancia que media entre Basilea, donde vive Jaspers y Friburgo, donde vive Heidegger, es de apenas 70 kms., en ese tiempo con una comunicación expedita por carretera o por vía ferroviaria. Mas, esto mismo nos hace ver que la espacialidad en lo que concierne a las relaciones humanas, la amistad o el amor, es completamente distinta de lo que atañe al espacio físico. Unos amigos o una pareja que han padecido el quiebre de su relación pueden incluso ser vecinos, y sin embargo no verse más. Mas, incluso esas felicitaciones de jubileo, al menos en lo que concierne a Jaspers, no son, por decirlo así, plácidas. En el caso de la congratulación del 22 de septiembre, escrita desde Cannes para los 70 años de Heidegger se hace presente la alusión a un recuerdo desazonador (y nótese que se trata de una congratulación). Escuchemos: "Para su cumpleaños setenta le envío mi saludo y felicitaciones. Ambos son de corazón, porque el recuerdo de un antiguo y noble pasado hacen en este instante que mis sentimientos personales hacia Ud., que tuvieron que callar largo tiempo, hablen más fuerte". P1 Y luego lo que es hasta este momento una discreta alusión a un recuerdo desazonador, se convierte ahora en observación crítica. Escuchemos: "Desde 1933 se ha interpuesto entre nosotros un desierto que con lo ocurrido y lo dicho cada vez ha parecido ser más intransitable. Después de lo que se ha hecho público un encuentro privado sin una aclaración pública, según estimo, ayudaría poco. La filosofía misma tendría que hablar. Nos ponemos viejos y no soy considerablemente mayor que Ud. Quizás queda sin decir lo más propio. / Así estoy frente a Ud. con las manos vacías y sólo puedo desearle hoy que tenga un crepúsculo de la vida más pleno, reflexivo y productivo". Podemos imaginar que en casa del amigo de Jaspers, el médico Hans Waltz donde él se encuentra en pleno verano, en Cannes, deben haber habido conversaciones en torno a la figura de Heidegger y probablemente acerca de algunas expresiones que se hicieron públicas, a las que se alude en la carta de felicitación. Esas supuestas expresiones exigen, de acuerdo a la carta, una aclaración pública, sin la cual, un encuentro privado poco ayudaría, y a partir de ello Jaspers dice algo que merece destacarse, y que corresponde a un gesto de confianza en la filosofía, cuando dice precisamente que "la filosofía misma tendría que hablar". 115 Se trata en ello de la filosofía como la entendía Jaspers, al modo de la comunicación abierta y total. P2 Pero, finalmente en la aludida carta de felicitación algo que podríamos describir como penoso, y que se expresa en aquel reconocimiento de estar con las manos vacías frente al felicitado. Describo esto como penoso, porque Jaspers no puede simplemente felicitar a quien fuera su amigo, o que ya casi ha dejado de serlo, ya que son muchas las reservas que se interponen como para que haya un gesto puramente asertivo y acogedor. La carta de Jaspers termina con un recuerdo de uno de los cerros más altos de Alemania, el "Feldberg", donde se imagina a Heidegger en su entorno - la Selva Negra - (de hecho Heidegger le había contado alguna vez haber subido ese cerro, el cual además queda relativamente cerca de Todtnauberg, donde estaba su cabaña). El recuerdo es de 1901, cuando Jaspers tenía 18 años, estando allá arriba una semana, y en particular se acuerda de una vez que vio los Alpes sobre la niebla. Hay mucho de lejanía y de nostalgia, incluso de un mundo perdido, en esa visión de Jaspers, no sólo por lo lejano del tiempo, sino por tratarse de Alemania, de la que él se fue definitivamente. P3 Luego habrá que esperar hasta el próximo jubileo, esta vez los ochenta años de Jaspers, cumplidos en 1963, y, cabe advertir, no deja de sorprender lo llena de elogio, de aprecio y de admiración que es la felicitación que le manda Heidegger. Dice así: "Que Ud. haya podido llegar y permanecer aquí, donde su pensar ha fundado una estancia para la meditación, a ello vale hoy el agradecer del pensar". Y a ello le sigue este poema: "Él vive del sosiego y para él. Él cuida lo indestructible. Él hace cada hora en la cercanía lejana a lo originario. Él conoce el pensar como el persistir sin efectos en la determinación tomada una vez. El agradecer en el pensar sea en este día su alegría". Y se despide diciendo: "En el recuerdo de los años veinte de este vertiginoso siglo". La felicitación de Heidegger es de febrero (el cumpleaños de Jaspers es el 23 de febrero) y la respuesta de este ;ultimo es transcurrido un mes, el 25 de marzo del 63, y comienza dando una explicación respecto de ese retraso, debido a una prolonganda gripe. Cabe traer a colación al respecto lo delicado de la salud de Jaspers y el mérito que significa haber llegado a edad tan avanzada. Recordemos también que en plena juventud el Dr. Fraenkel había pronosticado una breve vida para él. P4 Y, a pesar de lo elogiosa de la carta de felicitación de Heidegger que habla de él como el que "cuida lo indestructible", no falta en la respuesta de este último la observación crítica de que igual experimentó con esa carta una desazón, sucitada por lo ceremoniosa que le resultó para su gusto. 116 Mas, otra vez vuelve a hablar de un "'ambito" donde podría tener lugar una "lucha llena de sentido" entre ambos. A ello le sigue el reconocimiento, que ya es una anticipo del fin, en el sentido de que aquel encuentro en ese ámbito filosófico imaginario no sucederá. Esta será su última y muy breve carta, más bien, una misiva. A ella le sigue en el epistolario una carta, escrita al día siguiente, y que nunca fue enviada (así aparece consignada en su obra póstuma, como tantas otras que hemos examinado, y en este caso con el agregado de que en vez de ella, envió una más corta). Lo que sigue en este epistolario es la breve carta de pésame del 2 de marzo de 1969 de Heidegger a Gertrud, la mujer de Jaspers, con la alusión al recuerdo de años pasados, y la igualmente breve respuesta de Gertrud, recordando también años pasados. P5 Después de que Jaspers dictara su última lección en la Universidad de Basilea en 1961, su salud empeoró aún más, considerando su crónica mala salud. En un deterioro paulatino que va acompañado de artritis, atrofias de distintas partes del cuerpo, afasias, y finalmente desde el 68 apoplejías, de las cuales sufre tres ataques consecutivos, él mismo, con el grado de lucidez que sigue conservando, es el primero en autoexaminarse, como médico que era también. A la gente de confianza que lo visita les dice lo siguiente: "Alguna vez le llega a uno el destino. Cuento con una posibilidad bastante mínima. Es como si fuera dos - el primero sufre todo aquello, el segundo lo observa - con interés médico" (Rowohlt, p. 67). Tras haber sufrido un último ataque de apoplejía días antes, el 23 de Febrero celebró en compañía de los amigos más cercanos el que sería su cumpleaños 86. A esos amigos reunidos en torno de él les comunicó que ya no viviría más. Dos días después tuvo una fiebre alta, y entró en un estado de euforia, a lo que le siguió en la noche un estado de coma. Pasada esa noche e iniciando ya el 26 de febrero de 1969, día del cumpleaños 90 de su mujer Gertrud, comenzó una lenta última agonía, entre los saludos de cumpleaños y la casa llena de flores. El médico constató su muerte a las 13, 43 hrs. Para su funeral había dejado la solicitud de que fuera una ceremonia sencilla en compañía solamente de los más cercanos. Finalmente, tras la despedida que le diera la universidad en la Iglesia de San Martín, fue enterrado en el cementerio Hörnli de Basilea "con vista a Alemania". P6 Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existencial' de Karl Jaspers" continuamos el próximo martes a las 8,15 hrs. de la mañana con el Capítulo "La sociedad de lucha". 117 "El alma, en efecto, que posee la escala más larga y que más profundo puede descender: /.../ - el alma más vasta, la que más lejos puede correr y errar y vagar dentro de sí; la más necesaria, que por placer se precipita al azar: / el alma que es, y se sumerge en el devenir; la que posee , y quiere sumergirse en el querer y el desear: / la que huye de sí misma, que a sí misma se da alcance en los círculos más amplios; el alma más sabia, a quien más dulcemente habla la necedad: / la que más se ama a sí misma, en la que todas las cosas tienen su corriente y su contracorriente, su flujo y su reflujo /.../". Nietzsche, Así habló Zaratustra He aquí un parámetro de la grandeza de alma, de aquello que Aristóteles (haciendo un parangón) definiera como megalopsiquía, y que podríamos traducir como 'magnanimidad', que tiene que ver con la espacialidad que determina al hombre. Con Arnold Gehlen (El hombre) podemos decir que la evolución humana ha consistido en una paulatina "interiorización de la exterioridad", vale decir en la formación de una cavidad en el hombre en la que cabría el universo entero, más aún, el ser en todas sus manifestaciones, a saber, valores, mitos, números, leyes científicas, leyes jurídicas, centauros, el "Quijote de la Mancha", los dinosaurios, el big-bang, y hasta universos posibles hipercríticos o hipocríticos en cuanto a la relación entre gravitación y expansión. En ello podemos reconocer que al mismo tiempo que el mundo se ha ido ensanchando, en términos del universo físico, por otro lado, se ha ido estrechando en relación a los mitos, las religiones y la mística. Esa interiorización, en tanto paulatina formación de una cavidad, es dinámica y procesual, y ello quiere decir que involucra una espacialidad singular. Esto significa que este "ente abierto al mundo", como nos caracteriza también Gehlen, a través del gestarse, del desarrollarse de esa espacialidad despliega lo más esencial de él. La interiorización de la exterioridad implica a su vez que este "diseño especial de la naturaleza", que somos, es apertura, el "ente-abierto-al-mundo", que, al mismo tiempo, contribuye a formar (al mundo), en lo que se distingue del animal que depende de su "circummundo", el entorno. Esta espacialidad que caracteriza al ser humano, la podemos entender, en particular desde Heidegger en adelante, como "espacialidad existencial", aludiendo ésta más precisamente a la relación del hombre con el espacio cósmico. Al hombre lo llama Heidegger 'Da-sein', término que ha sido traducido como 'ser-ahí', lo cual ya de por sí es decidor respecto de la espacialidad, en el sentido de que somos el 'ahí del ser', esto es, el ámbito abierto en el que se revela o se oculta el ser y todo aquello de lo que decimos que es: gaviota, higuera, número , "El libro de arena" de Borges, Marduk, las "Guerras Médicas". Cristóbal Holzapfel 118 119