Resultados - Universidad Autónoma de Madrid

Anuncio
El uso de los permisos parentales en España1
The Social Use of Parental Leaves in Spain
Gerardo Meil Landwerlin2
Pedro Romero Balsas3
Dafne Muntanyola Saura4
Abstract
En los países europeos, los permisos parentales para el cuidado de los niños se han incrementado en
los últimos años, con diferencias de grado. Estos se dividen en dos grandes grupos, reducciones de jornada y
excedencias. En el caso español, a modo comparativo, los permisos se caracterizan por ser períodos de
tiempo largos y sin ingresos de reemplazo. El objetivo de este estudio es conocer las pautas de utilización de
estos dos tipos de permisos parentales según género del progenitor. La hipótesis principal señala que tanto el
perfil de los padres y las madres que toman permisos como el modo en que se utilizan son diferentes. El
estudio analiza datos retrospectivos de la “Encuesta sobre el uso social de los permisos parentales 2012”
representativa del Estado español, excepto Ceuta y Melilla. Se encuestaron telefónicamente un total de 4000
personas de entre 25 y 60 años, entre enero y marzo de 2012. La muestra utilizada para este análisis se
compone de 2016 padres de entre 25 y 60 años con hijos menores de 13 años, donde 299 padres utilizaron al
menos un permiso parental en los últimos 12 años. Se ha llevado a cabo un análisis de las pautas de utilización
de reducciones de jornada y excedencias de hombres y mujeres según variables laborales y características del
hogar y de sus miembros (por cuánto tiempo se utiliza, en qué momento, etc.). Los resultados preliminares
apuntan a que los hombres utilizan los permisos como un recurso complementario al trabajo remunerado,
mientras que en el caso de las mujeres sirven para sustituir el trabajo remunerado por el cuidado. No
obstante, la utilización de permisos parentales por parte de las madres no supone un tradicionalización fuerte
de los roles en la pareja tras la finalización de los permisos.
Palabras clave: Permisos parentales, políticas de conciliación, consecuencias laborales/familiares, permiso de
paternidad, permiso de maternidad
1
Paper presentado en el IV Congreso REPS LAS POLÍTICAS SOCIALES ENTRE CRISIS Y POST‐
CRISIS, Alcalá de Henares, 6 y 7 de Junio 2013. Este paper forma parte del proyecto de investigación “El uso social de los permisos parentales en España” (CSO2009‐11328) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación. Se ruega no citar este documento sin aviso previo a los autores. 2
Catedrático de Sociología. Dpto. de Sociología. Facultad CC. EE y Empresariales. Universidad Autónoma de Madrid. [email protected] 3
Becario FPI. Dpto. de Sociología. Facultad CC. EE y Empresariales. Universidad Autónoma de Madrid. [email protected] 4
Investigadora postdoctoral. Dpto. de Sociología. Universidad Autónoma de Barcelona. [email protected] 1
1. Los permisos parentales como políticas de conciliación
Las políticas familiares y los permisos en el entorno europeo, aunque siguen las
recomendaciones de las Unión Europea, son heterogéneos. En 1992 la UE sugirió a los
países miembros implementar medidas conciliadoras que promocionen la utilización de los
permisos por parte de los hombres según el informe EIRO (Christèle Meilland, 2004). En
1996 quince estados miembros de la Unión Europea firman el Tratado de Ámsterdam, que
obliga a introducir medidas de permiso individuales de al menos tres meses de duración
para padres y madres que deben ser intransferibles hasta que el hijo biológico o adoptado
cumpla ocho años. (Bruning & Plantenga, 1999; L. L. Haas & Hwang, 2008) . En 2010 la
directiva de la Comisión 2010/18/EU amplia el periodo mínimo del permiso parental a los
cuatro meses donde al menos uno de los cuatro meses intransferible. Tal y como muestran
varios estudios sobre los cambios en políticas familiares, existe una tendencia común pero
no una convergencia entre países (Gauthier, 2002).
Diferentes políticas de permisos parentales promueven su uso por parte de los
progenitores varones: los permisos parentales accesibles tanto al padre como a la madre, los
permisos de paternidad, y la reserva de cuotas para progenitores varones del permiso de
paternidad. En el primero de los casos, los permisos parentales son utilizados
principalmente por las madres. En cuanto a los permisos de paternidad existen casos
dispares, desde el único día de permiso para los padres varones en Italia, hasta los 3 meses
obligatorios más los 3 optativos de Islandia, pasando por la diversidad de combinaciones
en países como Portugal, España o Francia, en que los padres disfrutan de entre 2 semanas
a dos meses de permiso remunerado. Numerosos estudios ponen de manifiesto que las
empresas ven en una trabajadora una madre en potencia que priorizará en algún momento
la familia y no el trabajo. Según Thursie (2008), los hombres saldrían todavía más
perjudicados, ya que mandarían más señales de falta de compromiso en su entorno laboral
que las mujeres, al formar parte de un colectivo minoritario, el de padres que se toman
permisos parentales. El hecho de ser pioneros resulta entonces, según la teoría de la
señalización, un elemento de desmotivación. La diferencia entre la segunda y la tercera
medida política, ambas sólo para padres varones, es que las cuotas para padres varones del
permiso de paternidad fuerzan que los padres utilicen este periodo en casa solos, mientras
la madre trabaja, mientras que en el caso del permiso de paternidad, pueden utilizarse
mientras que la madre usa el permiso de maternidad (L. Haas & Rostgaard, 2011) . Esta
diferencia es importante ya que indica una clara diferencia en el grado de responsabilidad y
2
asunción de las tareas del cuidado por parte de los progenitores. Una variación de las
cuotas por padres del permiso es la opción de bonus que utilizan en países como Finlandia o
Alemania, un mecanismo de presión para que los progenitores varones utilicen el permiso
parental “recompensándoles” con más tiempo de permiso si estos utilizan un mínimo de
tiempo estipulado. El bonus es de cuatro semanas en Finlandia y de dos meses en Alemania
(Moos, 2012). Como ejemplo de la repercusión social de estas medidas políticas ponemos
el ejemplo de Finlandia: mientras un 90% de los padres finlandeses utilizan el permiso de
paternidad (de una a tres semanas), hasta el año 2002, solo entre un 2 y un 3% de padres
utilizaban los permisos parentales compartidos (uno de 5 meses –Parental leave- y otro de
3 años –Childcare leave-). En 2003 se introdujeron dos semanas de bonus en el permiso de
paternidad para los padres varones que utilizaban al menos dos semanas de los permisos
compartidos, y en 2005 el porcentaje de padres que utilizaron algún permiso compartido
ascendió hasta el 10% (Lammi-Taskula, 2008).
La primera vez que se proporciona un permiso parental susceptible de ser utilizado
por los varones es en Suecia en 1974 (O'Brien, 2007) y el primer periodo de permiso
reservado a los progenitores varones se implementa en Noruega en 1993 (L. Haas &
Rostgaard, 2011; Lammi-Taskula, 2008) Hasta entonces, cualquier forma de permiso para
cuidar de los hijos estaba destinado a la madre. Los permisos reservados a padres son los
más utilizados, por delante de los que pueden ser compartidos entre el padre y la madre. En
tres de los países nórdicos donde existen la cuota para padres y los ingresos de reemplazo
son generosos, los permisos son usados ampliamente. En Noruega, Suecia y Finlandia más
de un 80% de los padres utilizan la parte del permiso reservada a padres varones , siendo
del 70% al 80% el número de padres que utilizan todo el permiso (tres meses en Islandia,
dos meses en Suecia y cinco semanas en Noruega (L. Haas & Rostgaard, 2011)
Las políticas de conciliación se encuentran en una fase de sólido aumento. Incluso
bajo los efectos de la crisis, las políticas de permisos parentales son, de entre las políticas
familiares, de las menos afectadas (Gauthier, 2010). Según el informe realizado por la
misma autora, solo República Checa, Estonia, Letonia y Lituania introdujeron algún tipo de
reducción de los permisos parentales entre 2008 y 2010, mientras que Finlandia, Alemania,
Holanda, Rumania, Eslovaquia, Suecia y Reino Unido implementaron algún tipo de mejora
en este mismo periodo de crisis. En el caso español, no se han introducido ningún tipo de
cambio en los permisos parentales a nivel estatal, de paternidad o maternidad desde el año
2007 hasta el presente. Sin embargo, se ha ido posponiendo el aumento a cuatro semanas
3
de permiso de paternidad previsto para el 2011. Sin embargo, algunas de los complementos
a nivel de comunidades autónomas sí se han visto mermados bajo el contexto de crisis
económica actual (Moss, 2012).
Aunque con diferencias contextuales, las políticas familiares actuales se encaminan
hacia el objetivo de un modelo familiar de adultos trabajadores, con una consideración del
individuo individualizada (Lewis, Knijn, Martin, & Ostner, 2008)
Ray, Gornick and
Smith (2008) proponen un índice de igualdad de género para evaluar las políticas parentales
de 21 países desarrollados, siendo los países nórdicos (Suecia, Noruega y Finlandia) junto
con Grecia los que obtienen la mayor puntuación. Identifican cinco prácticas como las más
importantes: generosidad de los permisos, intransferibilidad, cobertura universal,
estructuras financieras que prevengan los riesgos y flexibilidad.
El permiso de paternidad ha sido un éxito según indican las tasas de utilización en
varios países según el informe EIRO 2004 (Christèle Meilland, 2004). Más de dos tercios de
padres elegibles utilizaron el permiso de paternidad en Dinamarca, Finlandia, Francia,
Suecia, Holanda y Reino Unido. Según el mismo informe (2004), el éxito de los permisos
parentales y su impacto depende de su duración, las características de compensación, la
flexibilidad, la provisión compartida por ambos padres y también por su contexto. Los
problemas de contexto pueden relacionarse con la falta de información de los permisos,
disparidades en la compensación y el pago, la dificultad de encontrar infraestructuras de
cuidado y el temor al aislamiento de los empleados en el mercado laboral.
2. Situación de los permisos parentales en el Estado español
Los permisos para el cuidado de hijos menores en España son el permiso de
maternidad, el permiso de paternidad, la reducción de jornada, la excedencia y el permiso
por lactancia. Las reducciones de jornada y excedencias son los primeros permisos para el
cuidado de descendientes menores de 6 años que son neutrales en cuanto al género y se
implementan en 1980 y desde entonces hasta en el momento presente no conllevan ningún
tipo de remuneración (al menos a nivel estatal, aunque algunas Comunidades autónomas y
empresas pueden ofrecer algún tipo de reemplazo de ingresos). Las reducciones de jornada
y excedencias para el cuidado de hijos se establecen en el Estatuto de los trabajadores
(1980). El tipo de derecho para utilizar los permisos pasa de ser familiar a ser individual en
1999, así como incorpora la posibilidad de utilizarla con hijos adoptivos en 1989. A partir
de este mismo año, se protege el mismo puesto de trabajo durante un año. Los permisos
parentales solo cubren a los trabajadores por cuenta ajena. A partir de 1999 la reducción de
4
jornada y la excedencia pueden ser utilizadas para el cuidado de mayores dependientes por
motivos de edad, accidente o enfermedad de un familiar de segundo grado de
consanguineidad o afinidad. El periodo de cotización a la seguridad social es de dos años
en el caso de cuidado de hijos y de un año en el caso de cuidado de adultos dependientes.
Se requiere la cotización previa de al menos un año. La flexibilidad de la reducción de
jornada se ha incrementado desde 1980 (de 1/2 a 1/3 de reducción de jornada) a 2007 (de
1/2 a 1/8). La cotización a la seguridad social se calcula sobre los seis meses anteriores.
El primer permiso reservado a los progenitores varones es el permiso por
nacimiento y se constituye en 1980 con una duración de 2 días sufragados por el
empleador. Es en 2007 cuando se establece el primer permiso reservado a los progenitores
varones sufragado por la Seguridad Social. El permiso de paternidad se compone de 13 días
que son adicionales a los 2 días de permiso por nacimiento. El reemplazo de ingresos es del
100% hasta un techo de 3,230 euros y tienen una cobertura mayor que los permisos
parentales ya que puede ser utilizado tanto por trabajadores por cuenta propia como
trabajadores por cuenta ajena. Los requisitos laborales son o bien haber cotizado 6 meses
durante los últimos siete años o haber cotizado un año a la seguridad social.
Los orígenes del permiso de maternidad en España se remontan a principios del
siglo XX (Wall & Escobedo, 2009)
El interés en los permisos parentales en España ha aumentado en los últimos años.
Se han analizado múltiples aspectos de las tomas de decisión y condiciones de uso y
consecuencias de estos permisos por parte de los progenitores, entre los cuales apuntamos
los siguientes estudios: las consecuencias para los padres que utilizan permisos parentales
en el cuidado de niños (Meil, 2011); los condicionantes laborales para la toma del permisos
de paternidad (Romero-Balsas, 2012); los condicionantes de la utilización del permiso de
maternidad (Escot, Fernández-Cornejo, Lafuente, & Poza, 2012) ; la influencia de las
medidas autonómicas en la utilización de las excedencias por cuidado de hijos (Lapuerta,
2013); el uso y la duración de las licencias parentales (Lapuerta, Baizán, & González, 2011)
y características de los padres que utilizan el permisos (Mari-Klose et al, 2010); análisis
cualitativos sobre el uso de los de los permisos parentales (Català, Colom, Santamaria, &
Casajust, 2012; Romero-Balsas, Muntanyola-Saura, & Rogero-García, 2013) , las
consecuencias en la carrera profesional (Abril Morales & Romero Díaz, 2005; Meil
Landwerlin, 2007) ; y el análisis histórico normativo de la evolución de los permisos
parentales en España (Wall & Escobedo, 2009) .
5
3. Objetivos del estudio
El propósito de este estudio es un análisis amplio y descriptivo sobre la utilización
de los permisos parentales, que sirve cómo presentación de los resultados de un proyecto
nacional de investigación sobre los permisos parentales en España financiado por el
anterior Ministerio de Ciencia e Innovación. Nuestros objetivos se dividen en tres grandes
bloques. En primer lugar se persigue conocer las tasas de utilización y características de los
usuarios de los permisos de paternidad, maternidad, reducción de jornada y excedencia en
España. Segundo, se indaga en las pautas de utilización de las reducciones de jornada y
excedencias. Este apartado trata de responder a las cuestiones relativas al momento,
duración, concatenación de los permisos que los padres realizan, así como de responder a
como se lleva a cabo la toma de decisiones y como se utiliza el tiempo cuando se está de
permiso. En tercer lugar, se analizan las consecuencias derivadas de su utilización, relativas
al entorno laboral, a la carrera profesional y a la vida familiar. Como aspecto transversal a
estos tres objetivos se encuentra la perspectiva de género, por lo que cada uno de los
análisis que proponemos, como introducimos en la hipótesis general se aplica a varones
como a mujeres usuarios de los permisos parentales.
4. Datos y metodología
El análisis se basa en la encuesta “El uso social de los permisos parentales 2012”,
diseñada en el marco de un proyecto más amplio con el mismo nombre. La encuesta fue
llevada a cabo entre Enero y Marzo de 2012 y es representativa del Estado español (a
excepción de Ceuta y Melilla). El trabajo de campo fue realizado por la empresa Centro de
análisis y documentación política y electoral de Andalucía (CAPDEA). Se encuestaron
telefónicamente un total de 4000 personas de entre 25 y 60 años. La muestra utilizada para
este análisis se compone de 2016 progenitores de entre 25 y 60 años con hijos menores de
13 años, donde 299 encuestados utilizaron al menos un permiso parental en los últimos 12
años. El tipo de encuesta es transversal y retrospectiva. La metodología utilizada en el
análisis inicial que proponemos así, con un propósito descriptivo, se compone
principalmente de tablas de contingencia realizadas con el software estadístico SPSS.
6
5. Resultados
La presentación del análisis sigue la siguiente estructura: 1) Tasas de
utilización y características de los usuarios del permiso de paternidad, maternidad,
reducción de jornada, excedencia y permiso de lactancia 2) Pautas de utilización, toma de
decisiones y uso del tiempo durante las reducciones de jornada y excedencias 3)
Consecuencias en el lugar de trabajo, en la carrera profesional y en la vida familiar.
5.1 Tasas de utilización y características de los beneficiarios de
los permisos
A) Permiso de paternidad
El porcentaje de padres que han utilizado el permiso de paternidad y que trabajaban
cuando nacieron sus hijos menores de 5 años es del 76%. La toma de permisos es mayor
cuando ambos padres trabajan (78%), que cuando sólo trabaja el padre (64%) y más
habitual cuando se trabaja en el sector público (89%) que en el sector privado (70%). En
cualquier caso, es más frecuente entre asalariados 81% que entre autónomos (39%). Las
principales razones aludidas para no tomarlo son que eran autónomos (35% de los 150 que
no lo tomaron) y otras razones (33%) y los demás se reparten entre miedo a pedirlo,
petición del jefe de no tomarlo o no saber que existía, sin ser porcentajes importantes. El
33% de respuesta para “Otras razones” resulta interesante, ya que parece indicar que que la
decisión de tomarse un permiso es demasiado compleja para ser categorizada, de forma
similar a la pregunta “¿Por qué es usted feliz?, un estado emocional complejo que no
obedece a razones. La experiencia de haber estado desempleado antes del nacimiento de los
hijos no condiciona la probabilidad de tomar el permiso o no (76% de los empleados y
74% de los que han tenido experiencia de desempleo, a pesar de que un tercio de los
potenciales beneficiarios han tenido experiencia previa al nacimiento de los hijos de
desempleo).
Además de las condiciones laborales, la ideología de rol también condiciona el uso
de los permisos, de forma que quienes tienen una concepción más tradicional de los roles
de género tienden a utilizar menos el permiso que quienes no la tienen. A la vez, los
encuestados que se consideran más volcados en la familia que en la carrera profesional
tienden a utilizar también con mayor frecuencia el permiso de paternidad.
Si consideramos a quienes podrían haber utilizado la reducción de jornada (o
excedencia y no lo hicieron, vemos cómo el hecho de tener personas a su cargo o no, de
7
trabajar en una empresa con predominio de hombres o mujeres, así como el tamaño no
tienen no resultan ser relevantes. El 94% de los que se han tomado el permiso señala que
no ha tenido consecuencias negativas en su carrera profesional o laboral, aunque hay 11
casos (2,8%) que señalan haber pedido el empleo, un 1% ha perdido la confianza del jefe y
un 2% ha sufrido un parón profesional. El 97% lo ha disfrutado todo el tiempo previsto
por la legislación. De los 13 casos que no lo disfrutaron todo el tiempo, la razón aducida se
reparte entre porque se lo pidió su jefe, porque tenía responsabilidades de dirección y otras
razones a partes iguales.
El haber disfrutado de la baja por paternidad no parece condicionar la probabilidad
de pedir una reducción de jornada o excedencia por cuidado de hijos, porque aún siendo
pocos casos, los porcentajes indican que las diferencias no son significativas. De los 600
que trabajaban al nacer sus hijos, 114 (19%) no trabajaban en el momento de la entrevista
(109 -95%- por desempleo). Eso quiere decir, que muchos han perdido el empleo, pero no
por haber utilizado el permiso (según evaluación de los entrevistados), sino como
consecuencia de la crisis. Ello implica que no se pueden incluir las condiciones laborales en
el momento de la entrevista como factor explicativo de la probabilidad de utilizar el
permiso.
B) Permiso de maternidad
Sólo el 80% de las mujeres que trabajaban cuando nacieron sus hijos disfrutaron del
permiso de maternidad; 189 encuestadas señalan que no lo disfrutaron. Ello es sobre todo
frecuente entre los no asalariadas (53%), pero también entre las asalariadas (16%). El 13%
de las mujeres lo disfrutó a tiempo parcial, no habiendo diferencias significativas entre si
trabajaban como asalariadas o no. Pero el 96% de las asalariadas que sí lo tomaron,
independientemente del rango del hijo, disfrutó de todo el tiempo legalmente establecido,
mientras que entre las no asalariadas es alrededor del 70-75% según el rango del hijo.
8
Tabla 1. Permiso de maternidad y estatus laboral
No asalariada
Asalariada
(%)
(%)
No ha disfrutado el
53,4
15,7
permiso de maternidad
Sí ha disfrutado del
46,6
84,3
permiso de maternidad
Total
100
100
Fuente: Encuesta “El uso social de los permisos parentales 2012”
Ambos
(%)
Total
(%)
33,3
20,1
66,7
79,9
100
100
El 86% de las no asalariadas justifican su decisión de no tomar el permiso de
maternidad precisamente por su condición de autónomas. Entre las no asalariadas, el 18%
señala que fue porque perdió el empleo, el 34 % porque no tenía contrato o éste era a
tiempo parcial, y el 40% por “otras razones”. Resulta significativo este 34% de mujeres
que trabajan sin contrato y por tanto parte de la economía sumergida, un sector del
mercado de trabajo claramente feminizado y relacionado con el sector de limpieza y
restauración (Rubio, 2003).
Un 5% (89 casos) de los padres varones han utilizado parte del permiso de
maternidad, lo que se da sobre todo entre asalariados (6%), y en algunos casos también
entre no asalariados (2 %), no habiendo diferencias significativas según se haya trabajado en
el sector público o privado. En el 42% de los casos fue por 2 o menos semanas, pero en
los demás fue más de 2 semanas. El 11% de estos varones, frente al 2% de los que no se
tomaron parte del permiso de maternidad, se tomó después una reducción de jornada o
una excedencia, aunque lo contrario no es cierto: la gran mayoría de quienes han disfrutado
de una reducción de jornada o excedencia no habían utilizado parte del permiso de
maternidad.
C) Permiso de lactancia
Sólo un 44% de las mujeres que han disfrutado de permiso de maternidad refieren
haber disfrutado del permiso de lactancia. La tendencia parece ser de creciente uso, porque
mientras entre las madres de hijos mayores de 12 años es un 30%, entre las madres de hijos
menores de 13 es del 49%5.
D) Reducciones de jornada y excedencias
5
De padres no se puede decir nada porque el filtro está mal aplicado.
9
La proporción que han utilizado permisos es nada despreciable entre las mujeres
pero pequeña entre los hombres: un 26.4% de las mujeres y un 2,3% de los hombres han
utilizado algún tipo de permiso.
¿Hasta qué punto son representativos los datos?,
¿coinciden con el módulo de conciliación de la EPA realizado a lo largo de 2010?
Tabla 2. Tasas de uso de las reducciones de jornada y excedencia por género
Personas con hijos menores de Reducción de Jornada
Excedencia
8 años
Varones
Mujeres
Varones
Mujeres
INE, 2010
3.4
22.7
0.6
9.4
Enc. Uso de los permisos, 2012,
2.2
28.1
0.6
12.8
con hijos menores de 8 años
Enc. Uso de los permisos 2012,
1.4
11.7
0.3
8.1
hijo menor de 8 o más años
Enc. Uso de los permisos 2012,
1.8
19.9
0.5
10.4
todos (25 a 60 años)
Fuente: INE, 2010 y Encuesta “El uso social de los permisos parentales 2012”
La comparación evidencia que en la muestra de la Encuesta sobre usos de permisos
parentales una sobrerrepresentación de las mujeres con reducción de jornada y excedencia,
al tiempo que una subrepresentación de los hombres en el caso de la reducción de jornada,
pero no en la excedencia. No obstante, existen algunas diferencias metodológicas que
conviene comentar. En el caso del INE, los porcentajes se calculan en base a las personas
ocupadas, o que lo han estado en algún momento después del nacimiento de su último hijo.
Esto quiere decir que si una mujer ha tenido 2 hijos y después del segundo, dejó de
trabajar, no se la entrevista. En el caso de la encuesta sobre el uso de los permisos se
pregunta a las personas que trabajaban cuando nació alguno de sus hijos, por lo que la
población entrevistada es mayor y en principio debería dar un porcentaje menor.
Como era previsible se utiliza mucho más la reducción de jornada que la excedencia
y la combinación de excedencia y reducción no es común, pero tampoco es tan infrecuente.
Según nuestra encuesta se da en un 1.7% de las mujeres que potencialmente podrían
haberlo hecho, es decir, mujeres asalariadas con un hijo menor con hijos menores de 8
años. Según el módulo de la EPA es un 2.3%.
Existen grandes diferencias generacionales entre los encuestados lo que sugiere un
cambio importante en la fenomenología del uso de permisos parentales. Los datos del
módulo de conciliación de la EPA de 2005 y 2010 no permiten documentarlo porque la
redacción de las preguntas es diferente, en 2005 no se pregunta por reducción de jornada y
10
en excedencia se pregunta por los últimos 12 meses únicamente. Además, en el módulo de
2010 solo se evidencia para los hombres, pero no así para las mujeres. En la encuesta sobre
usos de permisos parentales
Tabla 3. Tasas de utilización de la Reducción de Jornada y Excedencia por tramos
de edad
Personas con hijos menores Reducción de Jornada
Excedencia
de 8 años
Varones
Mujeres
Varones
Mujeres
25-34 años
4.2
20.1
0.7
7.4
35-44 años
3.4
25.1
0.6
10.9
Fuente: INE, EPA 2010, módulo conciliación Tabla 4. Uso de la reducción de jornada y excedencia por quienes tenían empleo
cuando nacieron sus hijos por género y tramos de edad
De 25 a
De 35 a
De 45 a
De 55 a
Total
34 años
44 años
54 años
60 años
(%)
(%)
(%)
(%)
(%)
Hombre No ha utilizado
97,0
97,3
98,3
98,9
97,7
permiso
Reducción
de
3,0
1,8
1,5
0,6
1,8
jornada
Excedencia
0
0,9
0,2
0,6
0,5
Total
100
100
100
100
100
Mujer
No ha utilizado
68,1
66,3
80,9
92,3
73,6
permiso
Reducción
de
21,8
20,6
10,0
1,7
16,0
jornada
Excedencia
5,9
8,0
6,5
4,3
6,6
Reducción
y
4,2
5,1
2,6
1,7
3,8
Excedencia
Total
100
100
100
100
100
Total
No ha utilizado
83,2
84,0
91,0
96,2
87,2
permiso
Reducción
de
12,0
9,9
5,1
1,0
8,0
jornada
Excedencia
2,8
3,9
2,8
2,1
3,1
Reducción
y
2,0
2,2
1,1
0,7
1,7
Excedencia
Total
100
100
100
100
100
Fuente: Encuesta “El uso social de los permisos parentales 1012”
11
Tabla 5. Uso de los permisos parentales por género y tramos de edad entre padres que trabajaban cuando tuvieron hijos Entr
e 25
y 34
años
Hombre
Entre
35 y
44
años
No ha tenido ningún
97,0
97,3
permiso
Ha tenido Reducción y/o
3,0
2,7
Excedencia
Total
100
100
Mujer
No ha tenido ningún
68,1
66,3
permiso
Ha tenido Reducción y/o
31,9
33,7
Excedencia
Total
100
100
Total
No ha tenido ningún
83,2
84,0
permiso
Ha tenido Reducción y/o
16,8
16,0
Excedencia
Total
100
100
Fuente: Encuesta “El uso social de los permisos parentales 2012”
Entre
45 y
54
años
Entre
55 y
60
años
Total
98,3
98,9
97,7
1,7
1,1
2,3
100
100
100
80,9
92,3
73,6
19,1
7,7
26,4
100
100
100
91,0
96,2
87,2
9,0
3,8
12,8
100
100
100
Así, vemos cómo sólo un 1’1% de los padres de entre 55 y 60 años se tomaron un
permiso, un 1’7% de los de 54 y 54 años, mientras que un 3% de los de 25 y 34 años sí lo
hicieron, prácticamente el doble. En las mujeres el crecimiento es mayor, de un 7’7% en el
grupo de 55-60 años, 19% entre 45 y 54, y de 33’7% entre los 35 y 44 años, el grupo con
mayor presencia de este tipo de permisos.
5.2. Pautas de utilización de los permisos parentales.
A continuación explicaremos en qué momento, por cuanto tiempo, siguiendo que
tipos de usos y que tipo de toma de decisión siguieron los encuestados y encuestadas que
se han tomado permisos parentales en España.6
A) Reducción de Jornada
6
Por un error en el filtro, en el que se excluye de la fenomenología a quienes no están en pareja en el momento de la entrevista (lo que no tiene sentido porque se pregunta por la experiencia de ego), se pierden 2 hombres y 15 mujeres 12
El 90% de los encuestados, sin diferencia significativa según sean varones o
mujeres, ha tenido sólo una sola reducción de jornada. Aquellos que han tenido más de una
vez reducción de jornada o excedencia, trabajan más habitualmente en el sector público
que en el privado (16 frente a 9%), pero las diferencias no son grandes, ni estadísticamente
significativas. Sólo el 4% de las mujeres que han utilizado un permiso (reducción de jornada
o excedencia) ha disfrutado de reducción de jornada y excedencia o que no sucede en
ninguno caso de varones.
Entre quienes han tenido más de un hijo, en el 61% de los casos el permiso se ha
utilizado para el primero (referido a mujeres, porque en varones hay pocos casos). El
momento en el que lo han tenido, en las mujeres, es sobre todo inmediatamente después o
al poco de terminar el permiso de maternidad (el 55% de las mujeres lo tomaron cuando el
bebé tenía entre 4 y 6 meses) y en cualquier caso el 79% con 1 o menos años (menor de 13
meses). En el caso de los hombres el momento es más heterogéneo, pero también el 73%
redujo su jornada durante el primer año de vida del bebé.
Tabla 6. Uso de los permisos parentales por número de hijos y género
Un/a hijo/a
Hombre No ha tenido ningún permiso
97,6
Ha tenido Reducción y/o
2,4
Excedencia
Total
100
Mujer
No ha tenido ningún permiso
72,6
Ha tenido Reducción y/o
27,4
Excedencia
Total
100
Total
No ha tenido ningún permiso
86,8
Ha tenido Reducción y/o
13,2
Excedencia
Total
100
Fuente: Encuesta “El uso social de los permisos parentales 2012”
Dos o más
hijos
97,8
Total
97,7
2,2
2,3
100
74,1
100
73,6
25,9
26,4
100
87,5
100
87,2
12,5
12,8
100
100
Por lo que se refiere a la proporción de la jornada laboral reducida (y su
correspondiente reducción salarial), domina el cuarto (1/4) de reducción, 2 horas (44 y
38%), o hasta 2 horas (57 y 52% 1+2 horas) y sólo una minoría reduce la mitad o más (4 o
más horas) (26 y 27%), aunque no es una proporción despreciable. La duración de la
13
reducción de jornada (entre quienes la han concluido7) es menor para los hombres que para
las mujeres, que además muestran pautas polariazadas. El 52% de los varones toman el
permiso por menos de un año frente un 26 % de las mujeres, mientras que un 72% de los
hombres y un 39% de las mujeres la toma por un máximo un año. Finalmente, sólo el 16%
de los hombres y en cambio un 35% de las mujeres disfrutaron de un permiso de larga
duración de 3 o más años. La proporción de entrevistados que trabajan con reducción de
jornada en el momento de la entrevista es de un 1% y 11% respectivamente.
Podemos relacionar este dato sobre los permisos de larga duración con los datos de
incorporación al trabajo por parte de hombres y mujeres. Después de la primera o única
reducción de jornada, el 90% de los hombres frente a 71% mujeres volvieron a trabajar a
tiempo completo. En el caso de las mujeres, quienes no lo hicieron pasaron a trabajar a
tiempo parcial (7%), dejaron de trabajar (15%) o perdió el empleo (8%). El 96% de las
mujeres que han tenido más de una vez reducción de jornada, la segunda la tuvieron para el
segundo hijo (22 mujeres y 4 hombres 26 casos en total). En el caso de los hombres es el
100%.
B) Excedencias
Como se ha visto, el porcentaje de hombres que ha tomado excedencia para el
cuidado de hijos es del 0.6% y de mujeres el 12,8 % (0.6 y 9.4% según el INE). El 79% de
las mujeres y el 86% de los hombres han tomado excedencia una sola vez, lo que sugiere
que aunque no es lo más común, tampoco es del todo infrecuente hacerlo más de una vez.
Lo más frecuente es haber pedido la excedencia para el primer hijo tanto entre los
hombres como entre las mujeres (57 y 69%). Eso es obvio cuando se tiene un hijo, pero
cuando se tienen más es sólo algo más frecuente, 56% en el caso de las mujeres. En
cualquier caso indica que no es un recurso para las familias numerosas en mayor o menor
grado. El 64% de las mujeres lo han tomado al terminar el permiso de maternidad o antes,
esto es, cuando el bebé tenía 4 meses o menos. En el caso de los hombres la pauta es más
heterogénea.
La duración del permiso en el caso de los 7 hombres no se concentra en ninguna
duración concreta, pero todas menos 1 han durado como máximo un año. En el caso de las
mujeres, también el 85% han durado como máximo un año, siendo lo más frecuente que
duren 6 meses o menos (46%). Los datos del INE coinciden: 77 y 44% en el caso de las
7
Se deja fuera de la base del cálculo a los que en el momento de la encuesta se encontraban todavía en reducción de jornada para calcular una media de duración. 14
mujeres (86% y 49% entre quienes tienen hijos menores de 8 años); en el caso de los
hombres es el 83 y 77%, siendo lo más frecuente 1 mes o menos, 49%.
Una vez terminada la excedencia, el 100% de los hombres volvieron a jornada
completa, pero sólo un 55% de las mujeres, que en su mayaría tomaron una reducción de
jornada (o alguna pasó a trabajar a tiempo parcial) 35%, dejando de trabajar o perdiendo su
empleo sólo una minoría, 7 y 3%. El hecho de que perdieran el empleo por tener reducción
de jornada o excedencia se ve confirmado de manera indirecta por una pregunta explícita
del cuestionario sobre la pérdida de empleo una vez terminada la excedencia: ningún
hombre señala que perdió su empleo y “sólo” un 5% de las mujeres así lo señalan.
C) Toma de decisiones
En la mayoría de los casos la decisión se toma después del nacimiento de los hijos
(65% en el caso de las mujeres y 82% en el caso de los hombres) y no influye el tipo de
permiso. Esto es, las excedencias no están más planificadas que las reducciones de jornada.
La inmensa mayoría (83% de los hombres y 75% de las mujeres) refieren que la toma de
decisión fue poco o nada difícil, no habiendo diferencias significativas en función del tipo
de permiso.
Un 64% de los hombres, pero un 34% de las mujeres conoce a un hombre que ha
pedido una reducción de jornada o excedencia. Sin embargo, el 57% y el 45% señalan que
nadie de su entorno había pedido un permiso. Entre quienes señalaron que sí, predominan
los compañeros de trabajo, más que la red más próxima de amigos o familiares: 27% y 43%
del total, frente a amigos (10% y 15%). Entre quienes no han tomado el permiso, también
es más frecuente no conocer a nadie del entorno que haya pedido permiso, en el caso de
los hombres el 72% no conoce a ningún hombre que lo haya pedido y en las mujeres el
57% no conoce a ninguna mujer que lo haya pedido.
La razón aducida para tomar el permiso es la voluntad de querer estar más tiempo
con los niños. Además se expresa la voluntad de no sobrecargar a los abuelos y en el caso
de las madres, de no querer llevar al bebé a una guardería o dejarlo con una “chica”, así
como por querer seguir con la lactancia materna. El perfil de motivaciones no es muy
diferente en las reducciones de jornada y en las excedencias, salvo que las mujeres que han
utilizado la excedencia muestran un rechazo más generalizado a los servicios de cuidado
externos (guarderías/ chica) y la intención de seguir con la lactancia materna. En este
sentido se detecta una orientación más familista, aunque en la pregunta de si están más
15
volcados en la familia o en el trabajo, no hay diferencias entre si reducción de jornada o
excedencia (60%; frente a 54% de las mujeres que no han hecho uso del permiso –
reducción y excedencia-). Los hombres que se toman permisos sí parecen seguir un perfil
más familista, puesto que el 77% de los que se toman reducción de jornada frente al 49%
que no la toman antepone la familia al trabajo. En el caso de los que toman excedencia un
33%, antepone la familia, mientras que el resto dice que se valora la familia y el trabajo por
igual).
Frente a ello, las razones para no pedir un permiso no presentan una pauta
claramente dominante y lo sorprendente es que no hay grandes diferencias entre las
razones que dan hombres y mujeres; la única diferencia significativa e importante es que la
de si el horario de la pareja no lo hacía necesario (20% en el caso de las mujeres, 46% en el
caso de los hombres). Las razones de caída de ingresos son las más frecuentemente citadas.
Cuando el entrevistado/a ha tomado un permiso es excepcional que la pareja lo
haya tomado también. Sólo se da en el 6.5% de los casos de la muestra. Se da más cuando
es el hombre el que ha tenido un permiso (40% frente a 2% de los hombres, pero el
porcentaje en el caso de los varones puede no ser representativo) y ello queda reflejado
también en el hecho de que en la mayoría de los casos en que la mujer no lo ha tomado, sí
consideró no obstante el hacerlo (40%). Es decir, en 2/3 de los hombres que han pedido
permiso, o la pareja ha tomado también uno, o consideró el tomarlo. Por otra parte, en el
caso de las mujeres que han tomado permiso, un 11% refiere que su pareja consideró la
posibilidad de tomar un permiso. Es decir, en muy pocos casos hay realmente negociación
en el sentido de que ambos cónyuges barajan la posibilidad de pedir el permiso. No
obstante, el 85 y el 77% de quienes han tenido un permiso señalan que lo tomaron
conjuntamente con su pareja. Es decir, hay una ficción generalizada de toma conjunta de
decisiones, pero no hay negociación sobre quién lo debe tomar. En cualquier caso, no suele
haber oposición: la mayoría refieren que la pareja les animó (85 y 78%) y sólo en casos
testimoniales (2%) ha habido cierta oposición.
Tampoco ha considerado normalmente el pedirlo, sobre todo, si es la mujer la que
ha pedido el permiso (sólo en el 11% de los casos consideró la pareja esa posibilidad). En el
caso de los hombres es más frecuente, pero no lo dominante, pues sólo el 39% señala que
lo consideró. Es decir, no hay un verdadero proceso de negociación entre los cónyuges
sobre quién toma el permiso, aunque sí una evaluación de las ventajas e inconvenientes de
tomar la decisión.
16
D) Uso del tiempo durante el permiso
Casi el 100% de los varones y de las mujeres señalan que el tiempo proporcionado
por el permiso les sirvió para dedicar más tiempo al cuidado y atención de sus hijos, así
como a jugar con ellos. Además, el 80% de los varones y el 70% de las mujeres señalan que
les ha servido para llevar o traer a los hijos de la guardería o escuela, sobre todo cuando han
tenido reducción de jornada y menos con excedencia. Suponemos que esta diferencia se
debe a la mayor disponibilidad de los padres y madres en excedencia, por lo que las tareas
de acompañamiento era sólo una de tantas tareas de cuidado; mientras que la reducción al
ser parcial puede emplearse precisamente para solucionar actividades de atención más
específicas de manera más consciente y planificada. Dos de cada tres varones y algo menos
en mujeres también señalan que les ha servido para dedicar más tiempo a tareas domésticas,
tanto de limpieza como de preparación de alimentos. Es decir, el tiempo del permiso está
centrado en trabajo reproductivo y sólo una pequeña minoría señala que les ha servido para
tener más ocio, deporte, para formarse o para dedicarlo a otro trabajo.
El tiempo liberado del trabajo productivo es dedicado tanto por hombres como por
mujeres fundamentalmente al cuidado de los niños, y adicionalmente a hacer las tareas de
limpieza y cocina. Sólo en casos testimoniales se utiliza para otros trabajos o para
formación. A quienes les sirve para tener más tiempo de ocio es también una muy pequeña
minoría.
5.3. Consecuencias del uso de los permisos
A) Consecuencias en el lugar de trabajo
El 72% de los jefes aceptaron “sin más” la solicitud de permiso, sin diferencias por
género. En el 12% y 18% de los casos (varones/mujeres) el jefe se opuso o trató de
disuadir a los encuestados, porcentajes que no obstante son similares al porcentaje de jefes
(12%) que animaron a los hombres a tomarse un permiso. En el caso de las mujeres este
porcentaje baja hasta un 8%. No hay diferencias significativas además según el tipo de
permiso, es decir, que las excedencias no generan más rechazo por parte de los jefes que las
reducciones de jornada. ¿Significa eso que los empleadores de los varones no plantean
problemas a que los hombres utilicen los permisos? Exploraremos más a fondo esta
cuestión en el siguiente apartado, sobre las consecuencias sobre la carrera profesional.
La respuesta de los compañeros es mucho más positiva de lo esperado y no cambia
según el género: sólo un 4% se opuso o puso pegas, mientras que un 32% les animó,
17
siendo el comportamiento más frecuente (60 %) el aceptarlo sin más. Además el hecho de
que el trabajo se redistribuya o no entre los demás compañeros no afecta a la actitud,
puesto que no hay diferencias entre uno y otro caso.
El 92% de los entrevistados, sin distinción de género ni tipo de permiso, consideran
que el permiso no ha tenido consecuencias negativas para la empresa. ¿Cómo es posible?
En general, porque la gran mayoría de quienes ha tenido una reducción de jornada (80%
hombres y 70% mujeres) consideran que su carga de trabajo no ha disminuido y porque el
92 y 82% consideran que no supuso asignar más trabajo a sus compañeros. No obstante, el
50% de los varones y el 31% de las mujeres con reducción de jornada señalan que la
empresa contrató a otra persona. 86% y 67% de los casos en los que ha habido excedencia
los entrevistados señalan que se contrató a otra persona. En conjunto (todos los permisos,
ambos géneros), en el 46% de los casos la empresa contrató a otra persona, aunque en el
caso de las reducciones de jornada un 71% señala que su carga de trabajo no disminuyó.
B) Consecuencias sobre la carrera profesional
Lo habitual es que la reducción o pérdida del salario sea asumida por quienes han
decidido tomar un permiso, si bien hay un 18% de casos (n=55) en los que han recibido
compensación por parte de la empresa o de la comunidad autónoma por ello, sin diferencia
según tipo de permiso. En el 50% de los casos ha sido por la CC.AA., mientras que en el
40% ha sido por la empresa (un 10% respondió “no sabe”).
52% y 33% vieron además de reducir su salario, también reducir los complementos
salariales por beneficio, antigüedad u otros, siendo un 46 y 59% quienes refieren no
haberlos visto reducir.
Ningún hombre y un 5% de las mujeres afirman haber perdido el empleo, mientras
un 2% del total cambió de empresa. Si se calculan los porcentajes sobre quienes ya no están
de permiso, un 7% de mujeres señala que ha perdido el empleo.
Un 12% y un 27% señala que sufrió en parón en su carrera profesional, lo que
evidencia que el impacto negativo es más frecuente en las mujeres, que los hombres sólo lo
toman cuando saben que no va a tener costes para su carrera profesional o que en muchos
casos en realidad no hay carrera profesional. Ello es tanto más probable en las excedencias
que en la reducción de jornada. No obstante, sólo un 4% de las mujeres y ningún hombre
refieren que le bajaron de categoría profesional. Un 11% de las mujeres y ningún hombre
refieren también el haber sido excluidos de cursos de formación. Un 6% y un 16% perdió
la confianza de sus superiores y un porcentaje similar (9 y 16) refieren que perdieron
18
responsabilidades o competencias en el trabajo o que pasaron a desempeñar tareas de
menor nivel (6 y 10%).
En conjunto, un 6 y 11% consideran que han sido discriminados mucho o bastante,
elevándose a 19 y 21% si incluimos también la categoría de “algo”, Es decir, el 80% (81 y
78) considera que no ha sido discriminado, sin diferencia en función del género. Sin
embargo, si se computa las dimensiones en las que han contestado positivamente a algún
efecto negativo sobre las condiciones de trabajo, quienes contestan a todo no es sólo de un
47 y 54%. Es decir, hay más discriminación que la que se reconoce porque, en general, ya
se descuentan las consecuencias negativas. De hecho hay una percepción mayoritaria (55%)
de que se discrimina al menos algo a las personas que utilizan los permisos.
Por el lado de los potenciales efectos positivos de los permisos para el estrés
laboral, un 56% de los hombres y un 44 % de las mujeres que han estado o están de
permiso consideran que no ha disminuido (poco o nada) el estrés laboral. El porcentaje es
mayor en el caso de las reducciones de jornada que en el de las excedencias, pero en este
caso tampoco es impactante: el 36 de quienes estuvieron en excedencia y el 54% de las
mujeres que están en excedencia en el momento de la entrevista señalan que ha disminuido
poco o nada. En el caso de los varones es distinto, pero sólo hay 7 casos. En los casos de
reducción de jornada, cuando ya ha pasado tiende a verse más efectiva que cuando se está
con reducción de jornada, pues un 44 frente a 51% de las mujeres considera que no ha
reducido el estrés, y en el caso de los varones no hay diferencia (60 y 66%), pero el
diagnóstico es el mismo: la mayoría considera que no reduce el estrés y son pocos los que
señalan que lo ha reducido mucho o bastante (24 y 38%).
19
Tabla 7. Efectos sobre el trabajo de quienes han estado o están de permiso.
Trabajadores asalariados.
Varones
Mujeres
Total
(%)
(%)
(%)
La empresa o la Comunidad Autónoma compensaron
21
18
18
total o parcialmente la pérdida o reducción del salario?
La Comunidad Autónoma
¿Le redujeron los complementos salariales por
antigüedad, beneficios, etc. durante la "reducción de
52
33
35
jornada o excedencia"?
¿Por haber tenido la "reducción de jornada o
excedencia" perdió su empleo? (% sobre quienes han
concluido el permiso)
¿Sufrió un parón en su carrera laboral?
12
27
25
¿Y le bajaron de categoría?
¿Y perdió la confianza de sus superiores?
6
15
14
¿Y le excluyeron de cursos de formación continua?
¿Y perdió responsabilidades o competencias en el
9
16
15
trabajo?
¿Y pasó a desempeñar tareas de menor nivel?
Considera que ha sido discriminado poco o nada
81
78
Pobl. En general considera que no se discrimina (poco o
nada) a quienes piden estos permisos (ns/nc. 10%)
Porcentaje que señala no en todas las dimensiones
47
54
(excepto 2 primeras)
Fuente: Encuesta “El uso social de los permisos parentales 2012”
Comparativamente con quienes no han pedido permiso, las mujeres con permiso
refieren con mayor frecuencia en todas las dimensiones menos tres que han sufrido algún
tipo de discriminación. En el caso de bajada de categoría profesional o pérdida de empleo
los porcentajes son similares, bajos (4% y 7 y 5% respectivamente), pero en el caso de
parón profesional, es más frecuente que lo señalen las mujeres sin permiso (47%) que las
que lo han tenido (25%). Des de una percepción subjetiva, sin embargo, no parece existir
una mayor conciencia de discriminación entre las mujeres con permiso y sin permiso, pues
un 22 % (con permiso) y 25 % (sin permiso) consideran que han sido discriminadas
mucho, bastante o algo.
Los varones que han pedido permiso, aunque refieren menores costes para la
carrera profesional que las mujeres, sí refieren más costes económicos y mayores costes
que los hombres que no han pedido permiso. No obstante, el 81% de los varones con
permiso consideran que no han sido discriminados.
20
Tabla 8. Consecuencias profesionales derivadas de la parentalidad y la utilización de los permisos Con permiso
Varones Mujeres Total (%) (%) (%) Sin permiso Varones (%) ¿La empresa o la Comunidad Autónoma compensaron total 21 18 18 o parcialmente la pérdida o reducción del salario? 43 52 51 La Comunidad Autónoma ¿Le redujeron los 52 33 35 complementos salariales por antigüedad, beneficios, etc. ? ¿Por haber tenido el permiso 0 5 5 0 perdió su empleo?
¿Sufrió un parón en su carrera 12 27 25 8 laboral? 0 4 3 1 ¿Y le bajaron de categoría? ¿Y perdió la confianza de sus 6 15 14 3 superiores? ¿Y le excluyeron de cursos de 0 11 10 2 formación continua? ¿Y perdió responsabilidades o 9 16 15 3 competencias en el trabajo? ¿Y pasó a desempeñar tareas 6 10 10 2 de menor nivel? Considera que ha sido 81 78 96 discriminado poco o nada Fuente: Encuesta “El uso social de los permisos parentales 2012”
Mujeres Total (%) (%) 5 2 43 19 4 2 10 5 3 2 10 5 7 3 75 89 C) Consecuencias en la vida familiar
En el ámbito familiar, el reparto del trabajo doméstico no se ha visto en general
muy alterado, pues sólo un 35% de los varones y un 28% de las mujeres con permiso
señalan que su pareja ha reducido la participación en las tareas domésticas. Al mismo
tiempo, 2/3 (un poco más del 60%) de los varones señalan que el permiso les ha servido
para dedicar más tiempo a las tareas de la casa (compra, cocinar, limpieza) y una
proporción algo menor pero mayoritaria de las mujeres señalan lo mismo. No obstante, las
parejas en las que el varón ha estado o está de permiso tienen un reparto más igualitario:
mientras en estos casos sólo un 8% tiene un reparto tradicional, en las demás es un 47%;
esta gran diferencia se ve mitigada, no obstante, si en lugar de hacer un cluster utilizamos
21
un indicador aditivo simple, pues la media del indicador de implicación es solo 15.4 frente a
13,5 (con un indicador que va de 5 a 25). En el caso de las mujeres no se aprecia un efecto
tradicionalizador y el porcentaje de tradicionales es mucho más alto: 76 frente a 73% (estos
porcentajes son los mismos en los casos de pareja de doble ingreso que si no se distingue
por número de perceptores de ingresos).
Los efectos sobre el “estrés familiar” o conflicto ha sido más positivo, puesto que el
47% de los varones y el 45% de las mujeres señalan que ha disminuido al menos algo.
Aunque los varones refieren con algo más de frecuencia mucho, la verdad es que no hay
grandes diferencias según género. No obstante, la percepción de que sirvió para mejorar la
relación de pareja es limitada, puesto que es un 34 y 23% quienes contestan que
efectivamente mejoró como consecuencia del permiso, no habiendo diferencias según se
trate de reducción de jornada o Ex.
6. Conclusiones
¿Quiénes utilizan los distintos tipos de permisos en España? El permiso de
paternidad es utilizado por el 76% de los padres con hijos de menos de 5 años. Este
permiso es más utilizado por padres que trabajan en el sector público y especialmente por
padres asalariados, así como los padres con una ideología de rol más tradicionalista los
utilizan en menor medida. La tasa de utilización del permiso de maternidad es del 80% de
las madres siendo el porcentaje menor entre las madres no asalariadas. Por su parte un 5%
de los varones han utilizado parte del permiso de maternidad. Con datos de nuestra
encuesta, como se esperaba siguiendo nuestra hipótesis general, los hombres utilizan
menos los permisos parentales que las mujeres, un 2,3% de los hombres han disfrutado de
algún tipo de permiso (reducción y/o excedencia) y un 26,4% de las mujeres. Por último
solo un 44% de las mujeres han utilizado el permiso de lactancia. Debemos poner de
manifiesto que la razones que las madres esgrimen para no tomar el permiso van ligadas a
la condición de autónomas, por otras razones (lo que apunta también a la complejidad y
emotividad de una decisión que va más allá de la racionalidad instrumental ), por formar
parte de la economía sumergida y por estar en un régimen de parcialidad. Vemos cómo las
características específicas de las formas de empleo de la mujeres inciden claramente en su
toma de decisiones en la gestión de su maternidad.
¿Cómo se utilizan las reducciones de jornada y excedencias? Las reducciones de
jornada se suelen utilizar solo una vez (90%) tanto por hombres como por mujeres. Se
22
utilizan más para el primer hijo que para posteriores hijos y durante el primer año de vida
del bebé. Lo más frecuente es reducir hasta dos horas al día. La duración en el caso de los
hombres es corta y en el caso de las mujeres polarizada. Entre los que utilizan la
excedencia, como en la reducción de jornada, se suele utilizar solo una vez y sobre todo
para el primer hijo/a, lo que sugiere que estos permisos no son un recurso para familias
numerosas. La duración más frecuente es de 6 meses o menos. Mientras que todos los
hombres retornaron a la jornada completa, solo un 55% de las mujeres volvieron al
régimen de jornada completa.
¿Cómo se toma la decisión de utilizar un permiso parental? Según nuestros
resultados la decisión se toma mayoritariamente de forma poco planificada (después del
nacimiento) y de manera individual, ya que solo el 11% de las mujeres (y un 39% en el caso
de los hombres) que utilizaron el permiso declararon que su pareja también consideró
utilizarlo. Entre los que utilizan algún permiso es más frecuente que conozcan a otras
personas que lo utilizaron, frente a los que no utilizaron ningún permiso. Las razones que
se señalan para tomar el permiso son reproductivas (cuidado y tareas domésticas) y es
también en tareas reproductivas como indican utilizar el tiempo de permiso siendo la
utilización del tiempo para otro trabajo, formación u ocio marginal. Un 33% de las
respuestas se clasifican también bajo “Otros”, por lo que vemos como se trata de una
decisión basada en criterios emocionales y demasiado complejos para ser totalmente
racionalizada. Por tipo de permiso las motivaciones son similares, a excepción del mayor
rechazo a guarderías y niñera que señalan las mujeres que han utilizado la excedencia.
¿Cuáles son las consecuencias de utilizar reducciones de jornada y excedencias? El
rechazo a las excedencias y reducciones de jornada por parte de los jefes es similar: un 12%
en el caso de los hombres y un 18% en el caso de las mujeres se opusieron o intentaron
disuadir de que utilizaran el permiso. La respuesta de compañeros es más positiva, solo un
4% se opuso. La mayor parte de los que consideran que el permiso no ha tenido
consecuencias en el lugar de trabajo, ya que la mayor parte de los que utilizaron la
reducción de jornada no disminuyeron su carga de trabajo y no supuso mayor carga para
sus compañeros. Sin embargo, la contratación de trabajadores de reemplazo es bastante
común, mayor para la excedencia y en el caso de los varones en permiso. En cuanto a las
consecuencias en la carrera laboral, el impacto negativo es más frecuente en las mujeres que
en los hombres, ya que los hombres solo lo toman cuando no va a tener costes para su
carrera profesional o no hay carrera profesional. Aunque la pérdida de salario es asumida,
un 18% de los casos han recibido algún tipo de compensación por parte de la empresa
23
(40%) o la Comunidad Autónoma (50%). Un 20% considera que ha sido discriminado al
menos “algo” por haber utilizado el permiso parental, sin diferencias por género. Aunque
los que han contestado afirmativamente a algún efecto negativo es de alrededor a un 50%.
En cuanto a las consecuencias positivas, la reducción del estrés ha disminuido poco o nada
para un 56% de los hombres y un 44% de las mujeres, siendo mayor el porcentaje en la
reducción de jornada. Por último, entre las consecuencias sobre la vida familiar no se ha
visto muy alterado porque solo un 35% de los varones y un 28% de las mujeres afirman
que su pareja ha reducido la participación de las tareas domésticas. Por otro lado, en el caso
de las mujeres no se observa ningún un efecto tradicionalizador fuerte del uso de los
permisos. El efecto en el estrés familiar es positivo dado que alrededor de la mita afirman
que ha disminuido. Sin embargo, el efecto en la mejora en la relación de pareja es más
limitada.
References
Abril Morales, P., & Romero Díaz, A. (2005). Masculinidad y trabajo. las empresas con
políticas de género y sus consecuencias sobre la masculinidad. Sociología Del
Trabajo: Revista Cuatrimestral De Empleo, Trabajo Y Sociedad, (55), 3-26.
Bruning, G., & Plantenga, J. (1999). Parental leave and equal opportunities:
Experiences in eight european countries. Journal of European Social Policy, 9(3),
195.
Català, V. B., Colom, S. M., Santamaria, L. C., & Casajust, A. G. (2012). Male
hegemony in decline? reflections on the spanish case. Men and Masculinities,
15(4), 406-423. doi:10.1177/1097184X12455399
24
Christèle
Meilland,
A.
M.
(2004).
Family-related
leave
and
industrial
relations. European industrial relations observatory (EIRO).
Escot, L., Fernández-Cornejo, J. A., Lafuente, C., & Poza, C. (2012). Willingness of
spanish men to take maternity leave. do firms' strategies for reconciliation impinge
on this? Sex Roles, 67(1-2), 29-42. doi:10.1007/s11199-012-0142-6
Gauthier, A. H. (2002). Family policies in industrialized countries: Is there
convergence? Population (English Edition), 57(3), 447-474.
Gauthier, A. H. (2010). The impact of the economic crisis on family policies in the
european union. European Commission, Employment, Social Affairs and Equal
Opportunities DG, , 18.
Haas, L., & Rostgaard, T. (2011). Fathers' rights to paid parental leave in the nordic
countries: Consequences for the gendered division of leave. Community, Work &
Family, 14(2), 177-195.
Haas, L. L., & Hwang, C. P. (2008). The impact of taking parental leave on fathers’
participation in childcare and relationships with children: Lessons from sweden.
Community, Work & Family, 11(1), 85-104.
Lammi-Taskula, J. (2008). Doing fatherhood: Understanding the gendered use of
parental leave in finland. Fathering: A Journal of Theory, Research, and Practice
about Men as Fathers, 6(2), 133-148. doi:10.3149/fth.0602.133
Lapuerta, I. (2013). ¿ Influyen las políticas autonómicas en la utilización de la
excedencia por cuidado de hijos? Revista Española De Investigaciones
Sociológicas, 141(1), 29-60.
25
Lapuerta, I., Baizán, P., & González, M. J. (2011). Individual and institutional
constraints: An analysis of parental leave use and duration in spain. Population
Research and Policy Review, 30(2), 185-210. doi:10.1007/s11113-010-9185-y
Lewis, J., Knijn, T., Martin, C., & Ostner, I. (2008). Patterns of development in
work/family reconciliation policies for parents in france, germany, the netherlands,
and the UK in the 2000s. Social Politics, 15(3), 261-286. doi:10.1093/sp/jxn016
Meil Landwerlin, G. (2007). El desafío de la conciliación de la vida privada y laboral
en las grandes empresas
Meil, G. (2011). El uso de los permisos parentales por los hombres y su implicación en
el cuidado de los niños en europa. Revista Latina De Sociología, (1), 61-97.
Moss, P. (2012). International review of leave policies and related research 2012.
O'Brien, M. (2007). Fathers, work and family life: Global perspectives and new
insights. Community, Work Family,
Ray, R., Gornick, J. C., & Schmitt, J. (2008). Parental leave policies in 21 countries.
Romero-Balsas, P. (2012). Fathers taking paternity leave in spain: Which characteristics
foster and which hamper the use of paternity leave? Sociologia E Politiche Sociali,
15(Special Issue), 105-130.
Romero-Balsas, P., Muntanyola-Saura, D., & Rogero-García, J. (2013). Decisionmaking factors within paternity and parental leaves: Why spanish fathers take time
off from work. Gender, Work & Organization, , n/a-n/a. doi:10.1111/gwao.12004
26
Rubio, S. P. (2003). Mujer, inmigrante y trabajadora: La triple discriminación
Anthropos Editorial.
Thoursie, A. (2008). El modelo de familia de dos sustentadores con un permiso parental
prolongado: Lecciones de suecia. Economía E Igualdad De Género: Retos De La
Hacienda Pública En El Siglo XXI, Instituto De Estudios Fiscales.En:
Http://Www.Ief.Es/Investigacion/Temas/Genero/Libro_Genero.Pdf,
Wall, K., & Escobedo, A. (2009). Portugal and spain: Two pathways in southern
europe. The Politics of Parental Leave Policies.Children, Parenting, Gender and
the Labour Market, , 207-226.
27
ANEXO
Tabla 9. Tamaño de las muestras (Datos ponderados)
N Varones En pareja Con hijos En pareja y con hijos Mujeres En pareja Con hijos En pareja y con hijos Trabajaba al nacer los hijos Varones Mujeres Trabajaba al nacer los hijos con algún hijo menor de 13
Varones Mujeres Trabajaba al nacer los hijos con algún hijo menor de 13
Varones Mujeres Han utilizado reducción de jornada por cuidado de hijos
Varones mujeres Han utilizado excedencia por cuidado de hijos (con hj menores de 13) Varones mujeres Ha utilizado RJ o Ex con hijos menores de 13
Varones Mujeres Han utilizado reducción de jornada por cuidado de adultos Varones mujeres Han utilizado excedencia por cuidado de adultos
Varones mujeres Fuente: Encuesta “El uso social de los permisos parentales 2012”
28
2.016 1.557 1.585 1.410 1.984 1.448 1.650 1.314 1.530 1.179 1.227 1.078 1.175 818 28 (26) 234 (210) 7 (7) 122 (99) 301 33 268 22 5 17 7 2 5 
Descargar