el arrepentimiento - LA ORACION TODO LO PUEDE

LA DOCTRINA DEL ARREPENTIMIENTO QUE SALVA.
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El mandato de Jesús a los Suyos antes de su Asunción a los
Cielos.
Lc.24:45- Entonces les abrió la mente para que entendieran
las Escrituras, y les dijo: “Todo esto estaba escrito: los
padecimientos del Mesías y su resurrección de entre los
muertos al tercer día; y que en su Nombre, y comenzando
desde Jerusalén, se predicaría el arrepentimiento a todas
las naciones para que se vuelvan a Dios, para que Él les
perdone sus pecados. Y vosotros sois testigos de estas
cosas”.
Apoc.21:14 ‘Dichosos los que lavan sus ropas para tener
derecho al árbol de la vida y a entrar por las puertas de la
Ciudad’. (El Cielo)
Pero además, y desde aquí y ahora:
“Yo Solo espero escuchar vuestro grito de arrepentimiento
para levantarme e ir a salvaros de la feroz furia de Satanás”.
Porque Jesús, Divina Misericordia es también Rey de
Justicia, y Él no bendice el pecado ni defiende a los que por
el pecado se han vuelto sus enemigos.
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En su mensaje en marzo de 1978, María, Mediadora de Todas
las Gracias, le pidió a Christine Gallagher (Irlanda):
“Di a mis hijos que regresen a Mí y a mi Hijo. Nosotros los
esperamos y amamos a todos nuestros hijos. Arrepiéntanse.
Libérense del pesado yugo que es todo pecado. Oren y hagan
sacrificios. A cambio de esto yo les daré paz en sus
corazones. Algunos de mis hijos sienten que ellos no saben
cómo iniciar el camino de regreso. Solo les digo: den el
primer paso y yo los ayudaré. Yo quiero paz. Yo los amo a
todos sin importar cuán lejos se hayan ido afuera del
camino. Si solamente ustedes pudieran saber cómo sangran
por ustedes nuestros Corazones. Hijos míos, entiendan que
no les queda mucho tiempo antes de que la mano de mi Hijo
venga sobre la tierra en justicia.
Conviértanse, yo se los suplico, ahora que ustedes aún
tienen tiempo. Ustedes no saben lo que Dios va a enviar a la
humanidad. Mis hijos que han regresado a Mí y a mi Hijo, no
tienen nada que temer”.
En el espíritu como de niño, ‘Den el primer paso y yo los
ayudaré’...
Aquí Su Santidad Juan Pablo II en Togo, África. Con la
confianza de sentir a un Amigo, la hermosa pequeña mira la
mano ahí tan cerca de ella, dos veces voltea a mirar a la
audiencia y por fin, olvidándose de ella vence su timidez y
despacito, mirando la mano extiende la suya hasta tocar los
dedos de la mano Amiga, continua y le hace la total entrega
de su manita, y al instante recibe la respuesta de la mano
que esperaba por la suya. Luego, sabiéndose sostenida
voltea y levanta la cabeza y mira de frente a la audiencia.
Dice Jesús NS: “Hagan por fin a un lado, de una vez por
todas, la falsa humildad que les impide acercarse a Mí.
¿Sabes por qué digo esto? Porque se detienen lejos, no
vienen a Mí alegando que no son dignos. Precisamente por
sus pecados, necesitan acercarse a Mi Amor y que se hagan
dignos también por medio del arrepentimiento. Y a ti te
digo, sufre por ellos. El sufrimiento sólo será oscuro para
ustedes mientras estén cerca de la tierra. Cuanto más cerca
estés de Mí, tanto más te alumbrará Mi esplendor. Y cuando
hayas llegado aquí al Cielo, verás delante del trono de la
Santísima Trinidad el valor del sufrimiento que nunca pasará
ni se opacará”.
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Soy hombre pecador.
‘Creo Ti, ¡Oh Jesús mío! Uno, con el Padre y con el espíritu
Santo en la Unidad de Naturaleza, esencia y Voluntad en la
Trinidad de Personas.
Jesús dame una correspondencia sensibilísima e inmediata,
generosa, valerosa y perseverante.
Jesús, tómame de la mano y llévame a dónde, cómo y
cuándo Tú quieras; sé en mí, fermento de transformación
sobrenatural, y de purificación día y noche
Jesús mío, tómame como soy para que me hagas como Tú
quisieras que yo fuera, enséñame tus caminos y a
conducirme en ellos.
Jesús, sé Tu quien dirija mis pasos para que tu Voluntad
actué, revélame ¡oh Señor! Tus pensamientos y tus deseos y
ayúdame a concretarlos en la vida diaria.
Sé tú ¡Oh Jesús!, en mí en creer y en esperar, en amar y en
confiar; sé tú en mí en callar y aceptar, en sufrir y ofrecer;
sé tú en mí en rezar y adorar, en hablar y en vivir en mí.
Jesús mío, aumenta cada día en mí la fe en Ti, la Esperanza
y la Caridad; la piedad, el temor a ofenderte y la
templanza.
Jesús dame sin medida la confianza, la humildad y el
arrepentimiento, el abandono a tu voluntad, el espíritu de
pobreza, de mortificación, de obediencia, y sobre todo, el
de la pureza en tu Doctrina.
Revive en mí tu paciencia y mansedumbre.
¡Jesús mío, ten piedad de mí, que solo soy un pobre
pecador!’
(Oración del rev. padre Octavio Michelini, incluida en uno de
los libros de los Mensajes de Jesús NS dados a él en 1973-75.
El espíritu de pobreza, es la no ambición de lujos
materiales, es el contentarse con lo necesario y las cosas
simples y sencillas, dando espacio para agradecer a la
Providencia de Dios y de ver y buscar las cosas perdurables
del Espíritu de Dios, y solo tener ambición por las riquezas
del Cielo, portadoras de alegría y paz)
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De los mensajes a Vassula Ryden, ‘¿Mi Señor?’
Jesús NS, “Yo Soy. Recuerda: tu entorno es un desierto.
Vassula, arrepiéntete y confiésame tus pecados. Yo te
escucho. Yo te perdono totalmente. Yo perdono tus
pecados, que manchaban tu alma. Ten Mi Paz. Para toda Mi
creación, Yo deseo insistir en esto: Yo os he dado a todos Mi
Ley, y todos debéis obedecer esta Ley”.
Jesús NS Dice, “Ahora Yo te digo: “Sígueme”. Sígueme con
tú espíritu nuevo y no peques más para que Satanás no
pueda echarte su lazo. Si me sigues de cerca, él no podrá
dañarte, porque quien me sigue no peca y no pecando no se
somete a aquél que os convierte en mis enemigos”.
A quién se debe tener miedo.
Isa.8:17-20 ‘Porque el Señor Dios Sabaot de los ejércitos me
dijo de esta manera tomándome con mano fuerte, y me
enseñó que no caminase por el camino de este pueblo,
diciendo: No llaméis conspiración a todas las cosas que este
pueblo llama conspiración; ni temáis lo que ellos temen, ni
tengáis miedo. Al Señor rey de los ejércitos, a él santificad;
sea él vuestro temor, y él sea vuestro miedo’.
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Un soldado está de pie y en servicio activo 24 por 7, y solo el
pecado puede derribarlo y volverlo inútil para tomar su lugar
al frente de la batalla.
Jesús Dice: “Haced como Juan, rebautizando a las almas con
el arrepentimiento que salva”.
Hch.22:6 ‘Pero aconteció que yendo yo, como a mediodía,
de repente una grandiosa luz viniendo del cielo brilló
alrededor mío… la cual me rodeó a mí y a los que iban
conmigo… Ellos oyeron la voz pero no entendieron lo que
decía’…
Jesús Dice, “¡Poneos de pie!”
“¡No estéis temerosos de Mí! Yo me muestro a vosotros,
gente, no para aniquilaros, sino para levantaros, para que os
pongáis de pie, porque solo así podéis ver, y para que
vuestros oídos se abran a mi Palabra”.
Dice Jesús: “ARREPIÉNTETE GENERACIÓN, tus pecados han
secado tu alma. ¿Por qué morir, generación? ¡ARREPIÉNTETE
y vivirás! ¡ARREPIÉNTETE!”
“Yo solo espero escuchar vuestro grito de arrepentimiento,
para levantarme e ir a salvaros de la furia de Satán.”
“El arrepentimiento borra la culpa, Dios perdona a quien se
arrepiente y vuestro ángel de buena gana ruega a Dios por
vosotros y con vosotros.
En verdad os digo que no hay bautismo que valga, ni rito que
sirva, si no hay arrepentimiento y voluntad de renunciar al
pecado”.
Dice Jesús, “El arrepentimiento es una forma de amor. De
un amor activo. A cada latido de tu corazón, arrepiéntete de
tus pecados, ofréceme reparación y consuélame. Si tu amor
viniera a menos, dirígete a nuestra Madre Celestial, Ella
llenará tu corazón con abundante amor hacia Mí. Te
agradezco que tu corazón sienta Conmigo, que lata en Mí.
No te canses nunca de contemplar Mis Santas Llagas, de
donde sacarás siempre gran fuerza.
Dice Jesús NS: “Mi amor es Todopoderoso. Sumérgete en
este gran milagro de que Yo estoy continuamente a la
disposición de ustedes. Conmigo no necesitan estar parados
haciendo fila, ni pedir hora ni lugar, en todo momento y en
todas partes estoy presente. Si me llaman, Mi oído ya está
dispuesto a escuchar sus peticiones y les atiendo, les
acaricio, les sano. Yo no pido la ficha con los datos del
enfermo. Yo estoy hambriento únicamente de la voz del
arrepentimiento.
Este único paso les acerca a Mí: el dolor de haber pecado.
Sé que muchos de ustedes caerán de nuevo, pero si no se
extravían alejándose de nuevo de Mi lado, Yo prontamente
les puedo levantar de la postración, porque Mi Mano divina
está cerca de ustedes, para que vuelvan a estar de nuevo
limpios. Yo por esto, no deseo otra cosa que gratitud,
díganme por ello una palabra: ‘Gracias’. Me preguntan,
¿cuántas veces? Cada vez que los levanto. Esto es lo mínimo
que pueden hacer. Pero si Me dan las gracias en lugar de
otros también, ya están en el camino serio del adelanto. Ora
tú también, para que el número de las almas arrepentidas y
agradecidas, vaya creciendo día a día”.
Dice Jesús: “Acepta de Mí, la manifestación extraordinaria
de Mi amor que mereces por tu continuo arrepentimiento.
Éste camino es el más corto por lo cual llegas a Mí, por eso
vuelas como una flecha a Mí. Esto te mantiene en tu vuelo,
este humilde, ininterrumpido arrepentimiento. Yo olvido
todo. Por tu arrepentimiento, me atraes a ti como un imán.
Y me atraerá a sí toda alma que haga lo mismo. Oh, les pido
suplicante, ¡atráiganme a ustedes! Éste es el instrumento
más perfecto en sus manos por el cual Me comprometen
enteramente y les concedo cualquier cosa.”
Dice Jesús: “Ahora Yo te digo: “Sígueme”. Sígueme con tú
espíritu nuevo y no peques más para que Satanás no pueda
echarte su lazo. Si Me sigues de cerca, él no podrá dañarte,
porque quien Me sigue no peca y no pecando no se somete a
aquél que os convierte en Mis enemigos”.
Dice Jesús: “El gran arrepentimiento de tu alma, fecunda a
las almas. ¿Sabes cómo es tu arrepentimiento? Es como la
abeja que recoge la miel y vuela de flor en flor… Y por
cuantas almas oras, sobre tantas derramo la abundancia de
Mi Gracia. Ellas se arrepentirán de sus pecados. Ves?, en
vano hay abeja y en vano la flor; si la abeja no coopera, no
hay ningún resultado. Mira, el pecador es pasivo, no hace
nada, es igual que la flor, sólo espera ser fecundada. ¿Me
entiendes, verdad?
Con el arrepentimiento de tus pecados, Mis Gracias actúan
en las almas. Como el polen recogido se transforma en miel,
así también las lágrimas de tu arrepentimiento –por medio
de Mi Gracia- se transforman en las almas de los pecadores
en dulce miel. ¡Dame mucha alegría!”
…
Jesús Dice, “El Corazón de Mi Madre tiene tonalidades de
perdón, que el Mío no conoce”.
Jesús le enseñó a Christine Gallagher (Irlanda) recurrir a
María, Mediadora de Todas las Gracias
“¡Ofrécete al Eterno Padre y vive con la Santísima Trinidad!
En las tentaciones, refúgiate bajo el manto de nuestra
Madre. Ella te defenderá del maligno que continuamente te
molestará. A ti nadie ni nada podrá ya arrancarte de Mí.”
No esperes más; ve a los brazos de María que con ansia de la
más amorosa Madre ve con angustia cómo sus hijos dejan
para otro día el asunto más importante de la vida: la
salvación de la propia alma y de millones de otras. ¿Cómo?
¡Orando el Santo Rosario de la Llama de Amor y pasando a
otros esta maravillosa Gracia de Nuestro Señor Jesucristo!
María Santísima Dice, “Si solamente ustedes pudieran saber
cómo sangran por ustedes nuestros Corazones. Hijos míos,
entiendan que no les queda mucho tiempo antes de que la
mano de mi Hijo venga sobre la tierra en justicia.
Conviértanse, yo se los suplico, ahora que ustedes aún tienen
tiempo. Ustedes no saben lo que Dios va a enviar a la
humanidad. Mis hijos que han regresado a Mí y a mi Hijo, no
tienen nada que temer”.
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Junto con el arrepentimiento debe ir la penitencia, la
reparación y el perdón de las ofensas.
“Porque con la misma vara que midáis seréis medidos”. “En
un conflicto tomad la parte que os corresponde, y perdonar
para que vuestro Padre viendo vuestra justicia, sea benigno
al ejercerla sobre la parte que os corresponde”, Dice Jesús
NS.
"Porque si perdonáis a los hombres sus pecados en vuestra
contra, si se lo pedís, vuestro Padre celestial perdonará
también vuestros pecados; Mas si NO perdonáis a los
hombres sus pecados en vuestra tuya, TAMPOCO vuestro
Padre perdonará vuestros pecados." Mateo 6: 14-15
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Con las Obras de Misericordia ofrecidas en reparación por el
mal y daños causados, ayudarás a Jesús a evitar la pérdida
de las almas que sumen a Jesús y a María en dolorosa
agonía.
Jesús NS le dio a la Hermana María Faustina, indicaciones
sobre lo que constituye la veneración a la Divina
Misericordia, porque aquellos que no la ejerzan tampoco
alcanzarán misericordia.
“Hija mía, si es que Yo reclamo de todos, a través tuyo la
devoción de Mi Misericordia, debes ser tú la primera en
distinguirte en esta confianza en Mi Misericordia. Yo exijo de
ti obras de misericordia, que deben realizarse por amor a
Mí. Tú debes mostrar misericordia a tu prójimo siempre y en
todas partes. No debes acobardarte ante esto o tratar de
excusarte o de dispensarte de esto.
Te estoy dando tres medios de ejercitar misericordia con tu
prójimo: el primero por la Oración, el segundo de Palabra, y
el tercero por las Obras. En estos tres grados está contenida
la totalidad de la misericordia y es una prueba de tu amor
por Mí. Por estos medios las almas glorifican y dan tributo a
Mi Misericordia. Todo esto como un recordatorio de la
urgencia de Mi misericordia, porque aún la fe más fuerte,
sin obras no tienen valor". (742)
Las 7 Obras de Misericordia Espirituales, son:
1.- La primera Obra de Misericordia es, ‘Enseñar al que no
sabe’, al que no conoce a Dios, porque dicho está que,
Jn.3:19 “Y esta es Vida Eterna, el conocerte a Ti, Oh, Padre
y a Jesús Cristo a quien tu enviaste.” Porque lo que sigue es,
‘Quien a Dios tiene nada le falta.’ Y, “Aquellos que me den
a conocer son mi especial tesoro”.
2.- Dar buen consejo al que lo necesita. "Que la palabra de
Cristo Jesús habite en ustedes en toda su riqueza, para que
sepan aconsejarse unos a otros, y enseñarse mutuamente
con el sabio consejo de la palabra de Dios". (Col 3,16)
3.- Corregir al que se equivoca. Mateo 25:19-20 Hermanos
míos, si alguno de vosotros se desvía de la verdad, otro debe
hacerle volver, y sabed que al que hace volver al pecador de
su mal camino, muchos pecados le son perdonados, y al otro
le salva de la muerte.”
4.- Perdonar las injurias. "Pedro se acercó y le dijo: Señor,
¿cuántas veces debo perdonar las ofensas de mi hermano?
¿Hasta siete veces? Jesús le contestó: No hasta siete veces,
Yo digo que hasta setenta veces siete". (Mt 18, 21-22) ‘7’, es
decir, siempre. La venganza es producto de la envidia y odio
que Lucifer tiene contra el hombre; para aquél que toma el
lugar de Dios para juzgar y castigar a otro, le espera 7 veces
el castigo de Caín.
5.- Consolar al triste. "Anímense mutuamente y ayúdense
unos a otros a crecer juntos" (1Tes 5,11)
6.- Tener paciencia con los defectos del prójimo.
"Sopórtense y perdónense unos a otros; no guarden motivos
de queja contra otro". (Col 3, 13) ‘La Paciencia todo lo
alcanza’, Santa Teresa de Ávila.
7.- Hacer oración y enseñar a otros a orar por vivos y
muertos. "Pues si no hubieran creído que los compañeros
caídos iban a resucitar, habría sido cosa inútil y tonta el orar
por ellos" (2Mac 12,45)
La justificación de los hermanos.
Mateo 25:19-20 “Hermanos míos, si alguno de vosotros se
desvía de la verdad, otro debe hacerle volver, y sabed, que
al que hace volver al pecador de su mal camino muchos
pecados le son perdonados, y al otro le salva de la muerte.”
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De estas 7 obras del espíritu salen las 7 obras corporales. De
otra manera no provienen de la misericordia de Dios, como
tal es eso de ‘hoy por ti y mañana por mí’, o la
‘solidaridad’.
Visitar y cuidar a los enfermos.
Dar de comer al hambriento.
Dar de beber al sediento.
Dar posada al peregrino.
Vestir al desnudo.
Redimir al cautivo.
Enterrar a los muertos.
El juicio sobre las naciones
Mt.25:31 “Cuando venga el Hijo del hombre rodeado de
esplendor y de todos los ángeles, se sentará en su trono
glorioso. Todas las naciones se reunirán delante de él, y él
separará a unos de otros como el pastor separa las ovejas de
las cabras. Pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su
izquierda.
Y dirá el Rey a los de su derecha: ‘Venid vosotros, los que mi
Padre ha bendecido: recibid el reino que se os ha preparado
desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me
disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui
forastero y me recibisteis, anduve sin ropa y me vestisteis,
caí enfermo y me visitasteis, estuve en la cárcel y vinisteis a
verme.’
Entonces los justos preguntarán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos
hambriento y te dimos de comer, o sediento y te dimos de
beber? ¿O cuándo te vimos forastero y te recibimos, o
desnudo ropa y te vestimos? ¿O cuándo te vimos enfermo o
en la cárcel, y fuimos a visitarte?’
El Rey les contestará: ‘Os aseguro que todo lo que hicisteis
por uno de estos hermanos míos más pequeños, fue a Mí a
quien lo hicisteis.’
Por esto es que Dios no perdona la dureza contra los
hermanos. El que llame tonto a su hermano será llevado ante
el juez, el que levante la mano contra su hermano es reo de
la Gehena.