I ADVIENTO

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DOMINGO I DE ADVIENTO 1
Ciclo A – año 2013
DOMINGO I DE ADVIENTO
MONICIÓN DE ENTRADA
MODO 1º: Si hay procesión solemne con el nuevo leccionario :
Al comenzar el tiempo de Adviento, resuena hoy en nuestra asamblea un anuncio lleno
de esperanza: ¡El Señor está cerca ! Viene a renovar nuestras vidas, viene a conducir a la humanidad a su Reino.
En este tiempo de preparación y espera, la Iglesia nos invita a vivir con alegría este anuncio gozoso y a
mantenernos en vela para recibir al Señor que viene hoy y todos los días de nuestra vida.
(antes de salir el Sacerdote)
Con el adviento iniciamos un nuevo año litúrgico, un nuevo camino por los principales misterios de nuestra
salvación, este año lo haremos de la mano del Evangelista S. Mateo. La procesión de entrada solemne con el
nuevo libro de la Palabra de Dios que usaremos este año, será expresión de nuestra decidida voluntad de salir al
encuentro del Señor, escuchando atentamente su Palabra y acogiéndole en nuestros hermanos.
MODO 2º: Si no hay procesión solemne: Si se omite la procesión de entrada con el
leccionario, se puede igualmente subrayar el inicio de un nuevo ciclo de lecturas de la Palabra de Dios,
teniendo preparado el leccionario en un lugar visible, adornado e iluminado con una vela, el libro esta rá
cerrado y, antes de comenzar la monición a las lecturas se colocará solemnemente en el ambón. En este
caso se dice la siguiente monición de entrada.
(antes de salir el Sacerdote) Al comenzar el tiempo de Adviento, resuena hoy en nuestra asamblea un anuncio lleno
de esperanza: ¡El Señor está cerca ! Viene a renovar nuestras vidas, viene a conducir a la humanidad a su Reino.
En este tiempo de preparación y espera, la Iglesia nos invita a vivir con alegría este anuncio gozoso y a
mantenernos en vela para recibir al Señor que viene hoy y todos los días de nuestra vida.
Con el adviento iniciamos un nuevo año litúrgico, un nuevo camino por los principales misterios de nuestra
salvación, este año lo haremos de la mano del Evangelista S. Mateo. Dispongámonos para salir al encuentro del
Señor, escuchando atentamente su Palabra, celebrando su presencia en este sacramento y acogiéndole en
nuestros hermanos.
BENDICIÓN Y ENCENDIDO DE LA CORONA DE ADVIENTO
Monitor: Signo de nuestra espera ardiente y de nuestra disposición a preparar el camino al Señor que
viene, será la corona de Adviento. Las luces, que cada domingo encenderemos, nos han de recordar, que Él es la
luz del mundo que viene a disipar nuestras tinieblas. El color verde de sus hojas, nos recuerdan la vida y la
esperanza que Él nos trae.
Sacerdote: Oremos. La tierra, Señor, se alegra en estos días y tu Iglesia desborda de gozo, ante tu Hijo, el
Señor Jesús, que viene como luz esplendorosa, para iluminar a los que yacemos en las tinieblas de la ignorancia,
el dolor y el pecado. Lleno de esperanza por su venida, tu pueblo, ha preparado esta corona. Ahora, pues, que
vamos a empezar este tiempo de Adviento, te pedimos, Señor, que mientras se acrecienta cada día el esplendor
de esta corona con nuevas luces, a nosotros nos ilumine el esplendor de Aquel es la luz del mundo. PJNS.
Monitor (mientras un miembro de la comunidad enciende la primera vela de la corona, el monitor
hace esta oración) : Encendemos, Señor, esta luz, como aquel que enciende su lámpara para salir en la noche al
encuentro del amigo que ya viene. En esta primera semana de Adviento, queremos permanecer en espera
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Ciclo A – año 2013
vigilante para recibirte con alegría. Muchas sombras nos envuelven, muchos halagos nos adormecen. Queremos
estar en vela porque tú nos traes la luz más clara, la paz más profunda, la alegría más verdadera. ¡Ven, Señor
Jesús!
Se repite el estribillo del canto de entrada o bien el estribillo del canto: Pueblo Santo espera a tu Señor
MONICIÓN AL COMENZAR LA LITURGIA DE LA PALABRA
Cuando no se ha hecho la procesión de entrada solemne con el nuevo leccionario, puede realzarse el
inicio de un nuevo ciclo de las lecturas, al comenzar la liturgia de la Palabra, entronizando el
Leccionario en el Ambón, que previamente ha estado cerrado en un lugar visible, adornado e iluminado
por una vela:
Al comenzar un nuevo ciclo en las lecturas de la Palabra de Dios, solemnizamos hoy el comienzo de la liturgia
de la Palabra, entronizando el libro que durante todo el año nos anunciará la Buena Noticia de Jesús. Damos así
gracias a Dios por su Palabra, que ilumina nuestras vidas y expresamos nuestro deseo de hacerla vida.
MONICIÓN A LAS LECTURAS
La primera lectura nos anuncia que, al final de los tiempos, llegará la plenitud del Reino de Dios: un mundo
nuevo de paz y justicia sin fin en la Jerusalén celestial. Hacia ella nos encaminamos con alegría, como cantamos en
el salmo. Pero hay que estar en vela y preparados para este momento, nos advierten la segunda lectura y el
evangelio, a fin de que podamos salir al encuentro del Señor llenos de buenas obras.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Llenos de esperanza dirijamos a Dios nuestra oración diciendo: ¡Ven, Señor, Jesús!
1. Por la Iglesia, llamada a ser luz de las gentes, para que sea ejemplo de alegría, esperanza y compromiso en
nuestra sociedad. Oremos.
2. Por los que gobiernan y gestionan los recursos, para que inviertan en la paz y no en la guerra, en el
desarrollo y el progreso de todos los pueblos Oremos.
3. Por los cristianos, por nosotros que iniciamos con renovada esperanza el adviento, para que colaboremos
activamente en renovar este mundo y deshacer toda situación de pecado. Oremos
4. Por los pobres, por los que ya no tienen esperanza. Para que encuentren nuestro apoyo y recuperen la fe
en Dios, en ellos, y en la humanidad. Oremos.
5. Por nuestro mundo, para que no se deje adormecer por el consumismo y el hedonismo reinante, sino que
despierten en él los valores auténticos. Oremos
Ven, señor y despierta en nosotros un deseo tan vivo de tu venida, para que avanzando por la senda de tus
mandatos, lleguemos a contemplar en su gloria a Jesús nuestros Señor PJNS.
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UN SALMO PARA DESPUÉS DE COMULGAR
Salmo 24
Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres
mi Dios y Salvador,
y todo el día te estoy esperando.
El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes.
Las sendas del Señor
son misericordia y lealtad
para los que guardan
su alianza y sus mandatos.
El Señor se confía con sus fieles
y les da a conocer su alianza.
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