UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR DECANATO DE ESTUDIOS DE POSTGRADO COORDINACIÓN DE INGENIERÍA QUÍMICA MAESTRÍA EN INGENIERÍA QUÍMICA TRABAJO DE GRADO EFECTO DE LA SEGREGACIÓN DE LAS CÉLULAS SANGUÍNEAS EN LA ESTIMACIÓN NUMÉRICA DE HEMÓLISIS por: Tania Maria Mubita Zambrano Enero 2012 UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR DECANATO DE ESTUDIOS DE POSTGRADO COORDINACIÓN DE INGENIERÍA QUÍMICA MAESTRÍA EN INGENIERÍA QUÍMICA EFECTO DE LA SEGREGACIÓN DE LAS CÉLULAS SANGUÍNEAS EN LA ESTIMACIÓN NUMÉRICA DE HEMÓLISIS Trabajo de Grado presentado a la Universidad Simón Bolívar por Tania Maria Mubita Zambrano como requisito parcial para optar al grado académico de Magister en Ingeniería Química Con la asesoría del profesor Luis Rojas Solórzano Enero 2012 ii AGRADECIMIENTOS “Ante tu valioso apoyo mi silencio vale oro. Sólo quiero decirte:” gracias, Dios Abel Pérez Rojas Realmente he sido muy afortunada de encontrar personas extraordinarias durante mi permanencia en esta universidad; a estas personas me gustaría agradecerles el apoyo y la amistad que me han brindado. Al profesor Luis Rojas, por sus comentarios y sugerencias siempre oportunos. Ha sido un privilegio tenerlo como tutor. A la profesora María Gabriela Gómez, quien me brindó su apoyo al comienzo de esta aventura. A los miembros del Dpto. de Termodinámica; especialmente a Joselin Moreno, Aurelio Stammitti y Julia Guerra. A los miembros de la Coordinación de Ingeniería Química, por su amabilidad y asistencia incondicional. A Raúl, Felipe, Jaime, Katherine, Nelson, Adriana, Joaquín, por compartir conmigo sus conocimientos y por hacer del lugar de trabajo un sitio más agradable. A toda mi familia, por su apoyo incondicional, amor y motivación; especialmente a Tania Zambrano por ser una continua inspiración para mí; por ser mi guía y mi fuente de aliento cuando más lo necesitaba. A mi abuela, Ana Zambrano, por tus oraciones, por tu compañía y por ser como eres: simplemente genial. A Virginia Mubita, por tus ocurrencias que siempre terminaban alegrándome el día. A mis amigas siempre presente, Marien, Yennifer, Marifred, Mayra y Cleo. A todos los que forman parte de mi vida, enriqueciéndola y llenándola de momentos gratos. iii UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR DECANATO DE ESTUDIOS DE POSTGRADO COORDINACIÓN DE INGENIERÍA QUÍMICA MAESTRÍA EN INGENIERÍA QUÍMICA EFECTO DE LA SEGREGACIÓN DE LAS CÉLULAS SANGUÍNEAS EN LA ESTIMACIÓN NUMÉRICA DE HEMÓLISIS Por: Mubita Zambrano Tania Maria Carnet No.: 08-86884 Tutor: Luis Rojas Solórzano Enero 2012 RESUMEN Los dispositivos de asistencia ventricular (DAV) constituyen una esperanza de solución clínica a pacientes que presentan fallo cardíaco. La implantación de estos dispositivos durante períodos cada vez más prolongados no está exenta de complicaciones producto de alteraciones en la fluido dinámica de la sangre. El aumento de los esfuerzos de corte causa modificaciones en la membrana de los glóbulos rojos que eventualmente terminan destruyéndolos y liberando hemoglobina al plasma, fenómeno conocido como hemólisis. La estimación del daño sanguíneo causado por los DAV se hace comúnmente mediante experimentación in vitro, siguiendo normas estandarizadas proporcionadas por la American Society for Testing and Materials (ASTM) o, más recientemente, empleando modelos numéricos. En este estudio se propone una metodología para cuantificar el daño hemolítico que experimentan las células sanguíneas considerando un modelo euleriano para representar el flujo multifásico y empleando la Dinámica de Fluidos Computacional (DFC) como herramienta matemática. La sangre se modeló como un fluido no homogéneo, en el cual glóbulos rojos y plaquetas se consideraron como las fases dispersas en un medio continuo, el plasma. Las zonas de elevado esfuerzo cortante fueron analizadas y la fracción de daño fue calculada sólo sobre la fase de glóbulos rojos, lo que permitió disminuir la sobre-estimación producto de considerar a la sangre como un fluido homogéneo. Palabras claves: hemólisis, conectores estenóticos, segregación células, migración. iv ÍNDICE GENERAL Pag. APROBACIÓN DEL JURADO ii AGRADECIMIENTOS iii RESUMEN iv ÍNDICE GENERAL v ÍNDICE DE FIGURAS vii LISTA DE SÍMBOLOS Y ABREVIATURAS x INTRODUCCIÓN 1 CAPÍTULO I. EL PROBLEMA I.1. EL FLUJO SANGUÍNEO I.1.1. Hemodinámica del sistema cardiovascular 3 I.1.2. Estructura y composición de la sangre 3 I.1.2.1. Plasma 4 I.1.2.2. Glóbulos rojos 5 I.1.2.3. Leucocitos y plaquetas 7 I.1.3. Comportamiento reológico microscópico de la sangre I.2. DISPOSITIVOS DE ASISTENCIA VENTRICULAR (DAVs) 8 13 I.3. HEMÓLISIS MECÁNICA I.3.1. Estimación numérica de la hemólisis 16 I.3.2. Cuantificación de la hemólisis 22 I.4. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 23 I.5. JUSTIFICACIÓN 25 I.6. OBJETIVOS I.6.1. Objetivo General 26 I.6.2. Objetivos Específicos 26 CAPÍTULO II. METODOLOGÍA II.1. FLUJO MULTIFÁSICO : Modelos más empleados 27 II.2. ECUACIONES DE GOBIERNO MULTIFÁSICAS II.2.1. Conservación de la masa 30 II.2.2. Conservación de la cantidad de movimiento 30 v II.3. MOVIMIENTO DE LA FASE DISPERSA 31 32 II.3.1. Fuerzas de arrastre, FD II.3.1.1. Correlación Schiller-Naumann 32 II.3.1.2. Correlación de Gidaspow 33 II.3.1.3. Correlación de Ishii-Zuber 33 II.4. FLUJO TURBULENTO 34 II.5. FLUJO EN MICROCANALES 38 II.6. DESCRIPCIÓN DEL MODELO COMPUTACIONAL 39 II.7. ESTUDIO HEMODINÁMICO 45 II.7.1. Distribución de los componentes sanguíneos II.7.1.1. Microcanal 47 II.7.1.2. Microtubo 47 II.7.1.3. Estudio de la generación de hemólisis 48 CAPÍTULO III. RESULTADOS Y ANÁLISIS III.1. ESTUDIO DE LA SENSIBILIDAD DE LOS RESULTADOS A LA MALLA III.1.1. Microcanal y microtubo 51 54 III.1.2. Conector estenótico tipo D III.2. VALIDACIÓN DEL MODELO DE SEGREGACIÓN III.2.1. Evaluación segregación. del efecto de la gravedad en la 56 III.2.1.1. Fuerzas aplicadas 60 III.2.1.2. Fuerzas inerciales, viscosas y de arrastre. 65 III.2.1.3. Comparación del modelo con datos experimentales 67 III.2.2. Evaluación del estado termodinámico dispersa y su efecto en la segregación. de la fase 70 III.3. EVALUACIÓN DEL DAÑO HEMOLÍTICO APLICANDO EL MODELO DE SEGREGACIÓN 76 CAPÍTULO IV. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES BIBLIOGRAFÍA 84 87 vi ÍNDICE DE FIGURAS CAPÍTULO I Figura 1.1 Principales componentes sanguíneos Figura 1.2 a) Dimensiones GRs.; b) Rouleaux—agregados de glóbulos rojos Figura 1.3 Viscosidad relativa de la sangre humana a 25 °C como una función de la fracción volumétrica de GRs, comparada con una suspensión de esferas rígidas de latex, discos rígidos, gotas, y GRs falciformes Figura 1.4 Perfil de concentración de las plaquetas obtenido por la ec. (1.2) Figura 1.5 DAVs comúnmente empleados. a) Bomba pulsátil; b) Bomba de flujo axial CAPÍTULO II Figura 2.1 Dimensiones del canal rectangular empleado en la evaluación de distribución de las fases Figura 2.2 Dimensiones del microtubo empleado en la evaluación de distribución de las fases Figura 2.3 Conectores estenóticos empleados por Umezu et al. (1992) para evaluar hemólisis CAPÍTULO III Figura 3.1 Perfil de concentración de plaquetas en el microcanal, obtenido a una distancia de 350 μm de la entrada del canal y en una sección que abarca 5 μm de distancia desde la pared (dirección en y) Figura 3.2 Perfil de concentración de plaquetas en el microcanal, para la malla media con la barra de errores de discretización calculada con la ecuación (2.26) Figura 3.3 Perfil de concentración de plaquetas en el micro tubo, obtenido a una distancia de 70 mm de la entrada del tubo y en una sección que abarca 10 μm de distancia desde la pared (dirección radial) Figura 3.4 Perfil de concentración de plaquetas en el microtubo, para la malla media con la barra de errores de discretización calculada con la ecuación (2.26) Figura 3.5 Perfil de concentración de glóbulos rojos en el conector D, obtenido a una distancia de 47,5 mm de la entrada del conector y en una sección que abarca 0,3 mm de distancia de la pared (dirección radial) 4 6 6 12 15 47 48 49 51 52 52 53 54 vii Figura 3.6 Figura 3.7 Figura 3.8 Figura 3.9 Figura 3.10 Figura 3.11 Figura 3.12 Figura 3.13 Figura 3.14 Figura 3.15 Perfil de concentración de GRs en el conector D, de la malla media con la barra de errores de discretización calculada con ecuación (2.26) Perfil de concentración de plaquetas, obtenido vía DFC, a una distancia de 70 mm de la entrada del tubo, dirección radial. El número de Re de las plaquetas, medido a la entrada del canal es RePLTs =1,70; ρplasma= 1025 kg/m3 Perfil de concentración de plaquetas, vía DFC, a una distancia de 70 mm de la entrada del tubo, dirección radial. El número de Re de los GRs, medido a la entrada del canal es ReGRs =1,80; ρplasma= 1025 kg/m3 Perfil de concentración del plasma, vía DFC a una distancia de 70 mm de la entrada del tubo, dirección radial. El número de Re del plasma, medido a la entrada del canal, es Replasma =2,74; ρplasma= 1025 kg/m3 Perfil de concentración de las plaquetas, vía DFC al variar el di{metro de las partículas, considerando ΩG-P= 1,06 . ρplasma= 1025 kg/m3; fracción volumétrica en la entrada αPLTs=2% y αGRs=40% Perfil de concentración de plaquetas, vía DFC, obtenido al variar el diámetro de la fase dispersa, considerando ΩG-P= 1. ρplasma= 1025 kg/m3, fracción volumétrica a la entrada αPLTs=2% y αGRs=40% Perfil de concentración de a) plaquetas; b) glóbulos rojos, obtenido al variar la fracción volumétrica de las fases dispersas. ρplasma= 1025 kg/m3, ρPLTs= 1040 kg/m3, ρGRs= 1100 kg/m3 Perfil de velocidad de plasma, plaquetas y glóbulos rojos. ρplasma= 1025 kg/m3, ρPLTs= 1040 kg/m3, ρGRs= 1100 kg/m3¸ fracción volumétrica a la entrada αPLTs=2% y αGRs=40% Velocidad de deslizamiento, obtenida empleando DFC, para la fase plaquetas, variando la concentración de las fases dispersa. ρplasma= 1025 kg/m3, ρPLTs= 1040 kg/m3, ρGRs= 1100 kg/m3 Perfil radial de las fuerzas que influencian el movimiento de las fases a través del conducto. ρplasma= 1025 kg/m3, ρPLTs= 1040 kg/m3, ρGRs= 1100 kg/m3; fracción volumétrica a la entrada αPLTs=2% y αGRs=40% 55 57 58 58 61 61 62 64 64 66 viii Figura 3.16 Figura 3.17 Figura 3.18 Figura 3.19 Figura 3.20 Figura 3.21 Figura 3.22 Figura 3.23 Figura 3.24 Figura 3.25 Figura 3.26 Figura 3.27 Figura 3.28 Perfil radial de las fuerzas que influencian el movimiento de las fases a través del conducto. ρplasma= 1025 kg/m3, ρPLTs= 1040 kg/m3, ρGRs= 1100 kg/m3; fracción volumétrica a la entrada αPLTs y αGRs=2% Comparación del perfil de concentración de plaquetas experimental y numérico. Las barras expresan el error relativo de los resultados computacionales Perfil de concentración de PLTs, vía DFC, en un microcanal para un flujo en la entrada de 15 mL/h. Perfil de concentración de PLTs, vía DFC, en un microcanal para un flujo en la entrada de 6 mL/h Perfil de concentración de GRs, vía DFC, en un microcanal para un flujo en la entrada de 6 mL/h Líneas de corriente de la velocidad de la fase plaquetas a lo largo del canal Perfil de concentración de PLTs, vía DFC, para la sección de expansión del canal con un espesor de 20μm; flujo en la entrada de 6 mL/h Comparación gráfica del flujo: a) a la salida del conector estenótico; b) con el flujo en un escalón reverso Esfuerzos cortantes generados a lo largo del conector estenótico a) Líneas de corriente para la velocidad de los glóbulos rojos en el conector estenótico tipo D. b) Flujo cortante generado por el chorro que emerge de un orificio (Sutera, 1977) Esfuerzo de corte generado en un plano axial en el conector estenótico. a) el tensor de esfuerzo de la forma b) tensor de esfuerzo que considera la viscosidad efectiva, 66 Fracción de daño, HGW, medida a) calculada considerando b) calculada considerando Fracción de daño, HGW, en un plano a lo largo del conector estenótico D. 81 68 71 72 73 74 75 77 78 79 80 81 ix LISTA DE SÍMBOLOS Y ABREVIATURAS ABREVIATURAS AHA Asociación Americana del Corazón (American Heart Association) ASTM CSS Asociación Americana de Ensayos y Materiales (American Society of Testing and Materials) Esfuerzo de corte comparativo (Comparative Shear Stress) DAVs Dispositivo de Asistencia Ventricular DFC Dinámica de Fluidos Computacional (Computational Fluid Dynamics, CFD) DNS D.R Simulación Numérica Directa (Direct Numerical Simulation) ) Discos Rígidos DPM Modelo de fase dispersa (Dispersed Phase Model) ECV Enfermedades Cardiovasculares EMM Modelo Euleriano Multifásico (Eulerian Multiphase Model) GCI Índice de Convergencia de la Malla (Grid Convergence Index) GRs Glóbulos Rojos LES Simulación de Grandes Vórtices (Large Eddy Simulation) MIH Índice Modificado de Hemólisis (Modified Index of Hemolysis) MIHexp MIH calculado a partir del modelo euleriano modificado NIH Índice Normalizado de Hemólisis (Normalized Index of Hemolysis) OMS Organización Mundial de la Salud VOF Modelo de Volumen de Fluido (Volume of Fluid) PLTs Plaquetas RANS Ecuaciones de Navier-Stokes promediadas por Reynolds (Reynoldsaveraged Navier-Stokes) SST Transporte de Esfuerzos Cortantes (Shear Stress Transport) SÍMBOLOS Ap Área partícula CD Coeficiente de arrastre dp Diámetro de partícula *μm+ Operador vectorial diferencial nabla x g Aceleración de la gravedad [m/s2] h Tamaño de elemento Aumento de hemoglobina libre en el plasma [mg/l] Hb Concentración total de hemoglobina [mg/l] HGW HL Fracción de hemoglobina libre en el plasma, según ecuación de Giersiepen Fracción linealizada de hemoglobina libre en el plasma, según modelo original de Garon y Farinas (2004) Índice promedio de hemólisis [-] Htc Hematocrito [-] k Energía cinética turbulenta [m2/s2] F Fuerza p Presión [Pa] Flujo de sangre [l/min] R Radio del conducto r Factor de refinamiento o ubicación radial del pico de máxima concentración Re Número de Reynolds [-] S Tasa de deformación por corte [s-1] t Tiempo de exposición al esfuerzo de corte [s] tm Tiempo de muestreo [min] u Vector velocidad [m/s] x, y, z Componentes del vector posición. Direcciones principales en un sistema de coordenadas cartesianas Volumen de control utilizado en la discretización de las ecuaciones de transporte Volumen de sangre en el circuito experimental [l] V Vol ye Relación entre la distancia lateral de la línea central de un conducto a la [l]posición del pico máximo, en el perfil de concentración (r/R) [-] LETRAS GRIEGAS α Fracción volumétrica δ Tensor delta de Kroenecker: δij = 1 si i=j; δij = 0 si i ≠ j μ Viscosidad molecular [cP] xi μeff Viscosidad efectiva [cP] μT Viscosidad turbulenta [cP] ρ Densidad [kg/m3] ρ uu i j Tensor de esfuerzos de Reynolds [Pa] σ Coeficiente de tensión superficial σ1, σ2, σ2 σ τ3 Esfuerzos principales [Pa] τCCS Esfuerzo de corte comparativo (Comparative Shear Stress) [Pa] τij Componente desviatoria del tensor de esfuerzos de fluidos [Pa] τVM Esfuerzo cortante de von Mises [Pa] τx Esfuerzo de corte límite [Pa] ω Frecuencia de disipación turbulenta [s-1] ϕ Di{metro de partícula *μm+ ΩG-R Relación entre las densidades de los glóbulos rojos y plaquetas (ΩG-R=ρGRs/ρPLTs) [-] Esfuerzo de corte [Pa] xii INTRODUCCIÓN Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) las enfermedades cardiovasculares (ECV) son la principal causa de muerte en todo el mundo. Nada más en Estados Unidos la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association, AHA) reportó, sobre la base de mortalidad registrada en el 2007, que más de 2200 estadounidenses mueren por ECV cada minuto (American Heart Association, 2011) . Desafortunadamente, según reportes de esta misma asociación, en el 2009 sólo se realizaron 2211 trasplantes debido a la escasez de corazones donados. Este hecho ha acelerado el desarrollo de dispositivos mecánicos de asistencia circulatoria como un tratamiento alternativo. En este sentido, los estudios realizados por más de 50 años, han llevado al desarrollo de ciertos dispositivos de asistencia ventricular (DAVs) que ayudan al corazón en su tarea vital de mantener la circulación de la sangre en el cuerpo humano cuando éste no es capaz de mantener por si sólo un flujo suficiente de dicho fluido debido a una enfermedad o a un proceso degenerativo. Para que el dispositivo sea lo más eficiente posible, minimizando los efectos secundarios que se puedan generar, es necesario tomar en cuenta ciertos aspectos de diseño, que involucran principalmente las disposiciones geométricas que eviten la formación de zonas de estancamiento, alta presión y de esfuerzos elevados asociados 1 a “puntos críticos”, en los cuales pueden ocurrir cambios fisiológicos y morfológicos irreversibles a cualquier componente de la sangre. Esta evaluación debe hacerse en la etapa de diseño, donde la simulación numérica ha resultado ser una herramienta poderosa para evaluar tanto la hemodinámica como la eficiencia y biocompatibilidad de diferentes secciones de estos dispositivos, permitiendo disminuir el daño generado a las células mientras se mantiene el tamaño adecuado del dispositivo que hace posible su implantación. No obstante, aún cuando los esfuerzos se dirigen a disminuir el daño celular asociado al funcionamiento de los DAVs, no existe una metodología numérica que estime con suficiente precisión la cantidad de daño generado una vez diseñado el dispositivo y que se corresponda con el valor medido experimentalmente. Algunos intentos se han hecho a este respecto (De Wachter & Verdonck, 2002; Lacasse, Garon, & Pelletier, 2007; Hentschel et al., 2008); sin embargo, los resultados aún distan de ser satisfactorios a un nivel que permita utilizar la herramienta numérica como elemento de soporte en el diseño final de los DAVs. Por lo tanto, en este estudio se propone una metodología numérica para cuantificar este daño, específicamente hemólisis, en ciertas secciones críticas dentro de los DAVs. Para lograr este cometido se considera la naturaleza corpuscular de la sangre, modelándola como un fluido multifásico lo cual debe permitir determinar la distribución de las células sanguíneas; posteriormente, se realiza la estimación numérica del daño sanguíneo sólo a la fase responsable de éste, glóbulos rojos, como un nuevo enfoque para evitar la sobre-estimación que se ha observado en el cálculo hecho por previos autores. 2 CAPÍTULO I EL PROBLEMA I.1. EL FLUJO SANGUÍNEO I.1.1. HEMODINÁMICA DEL SISTEMA CARDIOVASCULAR El corazón es una bomba que envía sangre oxigenada y nutrientes a los diferentes órganos del cuerpo a través de una sofisticada red de vasos interconectados que involucra una gran variedad de arterias, venas de medio calibre, así como también capilares. El flujo no es estacionario sino pulsátil, en donde los vasos capilares distribuyen la sangre a los diferentes órganos y las arterias se adaptan a las variaciones en el flujo y la presión expandiéndose o contrayéndose dependiendo de la demanda hemodinámica (Wootton & Ku, 1999). Exceptuando en los delgados y pequeños capilares, el flujo sanguíneo humano puede tratarse como un continuo incompresible, describiéndose su comportamiento hemodinámico a través de los campos de velocidad y presión relacionados por las ecuaciones de momento y conservación de masa (Ternik & Marn, 2007). I.1.2. ESTRUCTURA Y COMPOSICIÓN DE LA SANGRE La sangre es un fluido fisiológico, que a nivel macroscópico se considera homogéneo, pero a nivel microscópico es un tejido compuesto de varios tipos de células (ej., 3 glóbulos rojos, plaquetas y glóbulos blancos; ver Fig. 1.1) y una sustancia electrolítica llamada plasma. Reológicamente, la sangre tiene características de un fluido bifásico, pudiéndose considerar como una suspensión sólido-líquido; siendo las células, la fase sólida, o una emulsión líquido-líquido basados en el comportamiento que experimentan los glóbulos rojos (GRs), al ser sometidos a esfuerzos (Baskurt & Meiselman, 2003). Fig. 1.1.- Principales componentes sanguíneos. Fuente: (Fundación Niño y Cáncer) I.1.2.1. PLASMA El Plasma es un fluido electrolítico que está compuesto por aproximadamente 91% de agua, 7% de proteínas, 2% de solutos inorgánicos y otras sustancias orgánicas (Dzwinel, Boryczko, & Yuen, 2003). Estudios recientes han demostrado que el plasma es un fluido newtoniano con una viscosidad aproximada de 1.2 mPa.s, a 37 °C, que es función de la temperatura de acuerdo a la ec. 1.1 (Yilmaz & Yasar, 2008). 4 I.1.2.2. GLÓBULOS ROJOS La fracción volumétrica de glóbulos rojos (GRs), también llamada hematocrito, y la tasa de corte son los determinantes más importantes del comportamiento reológico de la sangre normal; siendo la principal explicación para su carácter no-newtoniano la agregación, deformación, orientación y migración de los glóbulos rojos o eritrocitos. Desde el punto de vista de la geometría, los GRs humanos suspendidos en plasma y en ausencia de fuerzas externas asumen una forma de discos bicóncavos (Fig. 1.2a), con un di{metro promedio de 8 μm y su espesor varía desde 2 μm en el centro a 2.5 ó 3 μm cerca del borde. Su volumen medio es de 90 μm3 y su superficie de 140 μm2, (Eggleton & Popel, 1998). La forma bicóncava de estas células facilita su principal función, la cual es el transporte de gases ya que acorta las distancias de difusión entre la superficie y el centro, en comparación con las que tendría, por ejemplo, una esfera o un elipsoide. Adicionalmente, esta forma discoidal bicóncava permite que bajo la acción de fuerzas externas, puedan deformarse notablemente cuando fluyen a través de microconductos (Zohdi & Kuypers, 2006). A bajas tasas de corte (valores menores de 100 s-1) los glóbulos rojos tienden a asociarse cara con cara formando los denominados rouleaux o “pilas de monedas” (Fig. 1.2b). Sin embargo, éstos se segregan y se alinean con el flujo a altas tasas de corte (> 200 s-1); a tasas aún más elevadas, los GRs comienzan a deformarse y la viscosidad de la sangre alcanza un valor de 3 a 4 cP y, como en un fluido newtoniano, ya no varía con incrementos posteriores en la tasa de corte (Ternik & Marn, 2007). 5 2 μm a) b) 8 μm Fig. 1.2.- a) Dimensiones GRs.; b) Rouleaux—agregados de glóbulos rojos. Fuente: (Dzwinel, Boryczko, & Yuen, 2003) De hecho, se ha observado que los glóbulos rojos se comportan como gotas de líquido en la mayor variedad de condiciones de flujo a las que son sometidos. Una comparación del comportamiento de estas células y otro tipo de partículas en solución puede observarse en la Fig. 1.3. Viscosidad Relativa Esferas Rígidas Gotas: Emulsión aceite en agua GRs desoxigenados Discos GRs Normales Humanos Fracción volumétrica de la partícula Fig. 1.3.- Viscosidad relativa de la sangre humana a 25 °C como una función de la fracción volumétrica de GRs, comparada con una suspensión de esferas rígidas de latex, discos rígidos, gotas, y GRs falciformes. Fuente: (Fung Y. , 1984). 6 Aún cuando las gotas de aceite dispersas en agua exhiben una viscosidad mayor que la suspensión de GRs, el comportamiento elástico de ambas partículas es comparable; es decir, que para fracciones volumétricas por encima del 50% estas suspensiones no dejan de fluir, y en el caso especial de la sangre, se ha encontrado que sigue fluyendo hasta que el hematocrito es de 98%. Adicionalmente, estas diferencias en las viscosidades sugieren que los GRs exhiben una mayor flexibilidad en relación a las gotas de aceite. I.1.2.3. LEUCOCITOS Y PLAQUETAS Después de los glóbulos rojos, los leucocitos o glóbulos blancos de la sangre son los más numerosos en el fluido sanguíneo. Sin embargo, éstos constituyen menos del 1% del volumen total de glóbulos en la sangre humana normal y ejercen poca influencia sobre las propiedades reológicas de la sangre. Estas células que forman parte del sistema inmune, participan en la defensa del organismo contra las enfermedades infecciosas y materiales extraños. Son por lo general, células esféricas con un diámetro medio de 6-8 μm que poseen un núcleo, y por lo tanto, no se deforman con facilidad. Adicionalmente, tienen un interior viscoelástico que los hace varios órdenes de magnitud más rígidos que los glóbulos rojos (Shaik, Hoffmann & Dietiker, 2006). Las plaquetas o trombocitos, tampoco influyen de manera importante en el comportamiento reológico de la sangre en condiciones normales, pero sí desempeñan un papel importante en los procesos de hemostasia (prevención y detención de las hemorragias) y trombosis. A raíz de los daños de los vasos sanguíneos, las plaquetas se adhieren al sitio de la lesión y liberan su contenido de gránulos. El material liberado estimula la agregación de plaquetas. La película formada en el lugar de la 7 lesión proporciona una superficie para la coagulación de la sangre (Huang & Hellums, 1993). I.1.3. COMPORTAMIENTO REOLÓGICO MICROSCÓPICO DE LA SANGRE Al estar la sangre compuesta de células altamente flexibles que tienden a distribuirse no uniformemente a través del conducto por el cual transitan, las propiedades materiales que están bien definidas para fluidos homogéneos, como viscosidad, ya no lo son para la sangre y se hacen dependientes de la geometría del conducto junto con las propiedades de cada partícula. En este sentido, se requiere la consideración de cada célula sanguínea como una entidad distinta rodeada de plasma. En microcirculación, el comportamiento individual de las células es esencial para lograr una comprensión del flujo sanguíneo. La mayor parte del conocimiento que se tiene de la microcirculación se basa en fenómenos macroscópicos tales como los efectos Fahraeus y Fahraeus- Lindqvist (Sun & Munn, 2005). Estudios in vitro del flujo sanguíneo a través de tubos estrechos ha revelado un comportamiento reológico complejo. En canales con diámetro interno mayores de 500 μm, la sangre se comporta como un fluido newtoniano con una viscosidad constante. En ductos cuyo di{metro es menor de 300 μm la sangre adquiere propiedades de fluido no-newtoniano, la viscosidad disminuye y comienza a ser función del diámetro del conducto (Moyers-González, Owens, & Fang, 2008). La explicación física a este efecto es la formación de una capa libre de células como producto de la migración lateral de los GRs hacia el flujo de la corriente principal y lejos de las paredes del ducto. La tasa de migración depende de cuán fácil la partícula 8 se deforma; una partícula fácilmente deformable en un flujo parabólico migra más rápidamente al centro del ducto en lugar de una partícula menos deformable. En suspensiones diluidas, los GRs migran continuamente hacia el centro; sin embargo, en suspensiones densas, la interacción hidrodinámica entre células adyacentes afecta su movimiento. De allí, que la capa libre de células, adyacente al vaso sanguíneo, se forma bajo un balance entre la deformación inducida por la migración lateral y la dispersión debido a la interacción célula-célula (Bagchi, 2007) El espesor de la capa libre de células, que depende del diámetro del ducto, la velocidad del flujo y el hematocrito, son los factores principales que determinan la viscosidad aparente de la sangre. La viscosidad aparente desde un análisis macroscópico se define como la relación entre: Esfuerzo de corte/Tasa de corte; la resistencia al flujo se describe frecuentemente en términos de la viscosidad aparente y la viscosidad relativa, la cual relaciona el flujo de la sangre con el fluido newtonianoplasma. Las viscosidades aparente y relativa no son propiedades intrínsecas de la sangre, ambas varían con el hematrocrito, el estado de agregación de GRs, y la geometría del conducto (Sharan & Popel, 2001). I.1.3.1. CARACTERIZACIÓN EXPERIMENTAL DE LA DISTRIBUCIÓN DE CÉLULAS SANGUÍNEAS En años recientes, debido a los avances computacionales, ópticos y técnicas de procesamiento de imágenes digitales, ha sido posible analizar detalladamente el comportamiento de la sangre, específicamente de las células sanguíneas al fluir por tubos y microcanales. 9 Investigadores como Lima et al. (2008) han empleando la técnica de velocimetría de imagen cofocal de micropartículas (confocal microparticle image velocimetry, PIV) para medir el campo de velocidades de soluciones salinas fisiológicas y suspensiones de sangre con hematocrito de 40% y 20%, además de analizar la distribución de los GRs en microcanales. Lima y colaboradores, no observaron la formación de la capa de plasma entre GRs centrales y la pared (efecto Fahraeus- Lindqvist), al emplear un canal rectangular de polidimetisiloxane (PDMS) de 300 μm di{metro. Para poder explicar este comportamiento, evaluaron el efecto de la geometría, la velocidad de flujo y el medio en el cual se encuentran suspendidas las células, y su efecto en la formación de la capa de plasma. Bajo condiciones similares, los resultados muestran que la capa libre de GRs se hace más evidente a medida que el ancho del canal se estrecha; resaltando, que no hay una tendencia de los glóbulos rojos a migrar hacia el centro del canal para Re por encima de 0.1 o cuando se eliminan los efectos de sedimentación a bajas tasas de corte al emplear diferentes fluidos para suspender las células. Estos resultados son consistentes con los reportados por Faivre (2006) en su estudio del flujo de GRs en contracciones. Trabajos como los de Aarts et al. (1983), Zhao et al. (2007 y 2008), Jain y Munn (2009) destacan un aspecto importante de la migración de los GRs lejos de las paredes del canal; y es, que éstos son capaces de influenciar la marginación (tendencia de las células a dirigirse hacia la pared) de los leucocitos y plaquetas y su adhesión a las paredes del conducto. La marginación es determinada de manera importante por aumentos del hematocrito y este efecto se acentúa al existir variaciones en la geometría del conducto. Cuando leucocitos y plaquetas se agregan, reducen la velocidad del flujo y aumentan la tasa de corte cerca de la pared, promoviendo la adhesión. 10 Esta distribución se ha tratado de modelar numéricamente, como una forma de predecir los patrones de flujo y comportamiento de las células al fluir por ductos de diferente geometría; varios de estos estudios se abordan a continuación. I.1.3.2. CARARACTERIZACIÓN NUMÉRICA DE LA DISTRIBUCIÓN DE CÉLULAS SANGUÍNEAS Para modelar el perfil de concentración observado de partículas de latex (simulando plaquetas) en suspensiones de glóbulos rojos (sangre), Eckstein y Belgacem (1991) adaptaron la ecuación tradicional de difusión convectiva adicionando un término a una ecuación de transporte, para modelar el desplazamiento de las plaquetas a través de un conducto, mediante un enfoque multi-componente. El modelo de transporte adaptado lo presentaron en dos formas equivalentes: como una ecuación diferencial parcial con una forma similar a la empleada para la transferencia de masa y una ecuación diferencial estocástica, la cual es apropiada para simular el movimiento individual de las partículas. La función que emplearon para obtener el perfil de concentración de las plaquetas es la siguiente: donde R es la posición lateral relativa (ej., la distancia desde el centro divido por la altura de la mitad del canal), K es un parámetro que establece la amplitud relativa del pico y C0 es un parámetro de normalización. Para producir el efecto cercano a la pared, establecieron n igual a 2 y m igual a 19. El perfil de concentración predicho por la ecuación anterior se muestra en la Fig.1.4. 11 Cuando Eckstein y Belgacem compararon este perfil con lo reportado experimentalmente, concluyeron que la función captura las características generales de los datos experimentales para tubos de espesor y di{metro interno ~100 μm. Fig. 1.4.- Perfil de concentración de las plaquetas obtenido por la ec. (1.2). Por otro lado, Jung y Hassanein (2008) emplearon la dinámica de fluidos computacional y un enfoque multifásico que considera el plasma, GRs y leucocitos para simular la hemodinámica en flujo perturbado en un canal con expansión súbita y una porción de la arteria carotida. Ellos analizaron la fracción volumétrica local y los patrones de flujo de cada elemento de la sangre, pero solo hacen una comparación cualitativa con datos experimentales. Massoudi y Antaki (2008) propusieron el modelo de teoría de mezcla basado en “Theory of Interacting Continua”. Este modelo asume que la sangre esta compuesta de GRs suspendidos en plasma, es computacionalmente costoso y presenta algunas complicaciones matemáticas. Adicionalmente, estos autores no presentan una validación cuantitativa del modelo. 12 I.2. DISPOSITIVOS DE ASISTENCIA VENTRICULAR (DAVs) La asistencia ventricular consiste en apoyar o sustituir totalmente la función cardíaca empleando dispositivos intra o extracorpóreos en uno o los dos ventrículos del corazón, mediante una bomba mecánica que restaura la función cardiovascular y el flujo sanguíneo. Se emplean cuando el daño cardíaco es reversible, se puede ralentizar su deterioro o es permanente. En las situaciones reversibles, el uso de estos dispositivos proporciona descanso al corazón y le permite recuperar posteriormente su función. Además, al aumentar la presión sanguínea y el flujo de sangre, se alcanza una mayor perfusión de los principales órganos y sistemas que favorece su recuperación. Los DAVs se conectan al corazón mediante una cánula de entrada que descomprime la cavidad ventricular y una cánula de salida que devuelve la sangre a la aorta o a la principal arteria pulmonar Estas cánulas se unen tangencialmente al cuerpo, y la sangre es impulsada por medio de una bomba de flujo axial o flujo pulsátil, que cuentan entre las más comunes. Las primeras consisten en un rotor girando continuamente a lo largo de un eje central; la sangre se extrae de las hojas de rotación de la turbina propulsada a 4-6 l / min con hemólisis mínima. La bomba pulsátil utiliza una placa de empuje electromagnética para ampliar en función del ciclo y una cámara de descompresión; esta placa puede proporcionar entre 5 y 10 l / min de flujo sanguíneo pulsátil, (ver Fig. 1.5). 13 La clasificación de los dispositivos de asistencia ventricular no es sencilla dado que puede hacerse de acuerdo a múltiples parámetros, algunos de los cuales se recogen en la Tabla 1.1 (Pérez, 2008). Tabla 1.1- Clasificación de los dispositivos de asistencia ventricular. PARÁMETRO TIPO DE ASISTENCIA Localización (lado asistido) Izquierda/derecha/biventricular Duración Temporal /definitiva Tiempo de apoyo Corto/medio plazo/permanente Tipo de flujo Continuo (centrífugo, axial)/pulsátil Modo de impulsión Neumático/eléctrico/electromagnético Posición del implante Paracorpóreo/intracorpóreo/extracorpóreo Al diseñar un DAV, se deben abordar dos aspectos importantes; en primer lugar, los requisitos hidráulicos se deben cumplir, es decir la sangre debe ser transportada con el caudal deseado. En segundo lugar, se deben atender los aspectos hematológicos. En particular, esto incluye evitar el daño a los glóbulos rojos, que liberan hemoglobina en la sangre y la activación de plaquetas, que contribuye a la formación de trombos. Estas complicaciones severas son el resultado de la elevación de los esfuerzos de corte debido a aceleraciones en el flujo generadas en la bomba y distancias estrechas entre las partes fijas y giratorias del dispositivo (Untaroiu, Wood, & Allaire, 2009). 14 a) b) Fig. 1.5.-. DAVs comúnmente empleados. a) Bomba pulsátil; b) Bomba de flujo axial. Fuente: (Wilson et al. 2009) I.3. HEMÓLISIS MECÁNICA La hemólisis mecánica, es una de las principales complicaciones que se presentan al emplear un DAV y comienza cuando un eritrocito (glóbulo rojo) se deforma excesivamente en respuesta a elevados esfuerzos de corte, liberando parte de su contenido de hemoglobina a la corriente sanguínea a través de pequeñas aberturas reversibles en la membrana (poros). El caso más severo de hemólisis se presenta cuando la membrana de los GRs se rompe completamente. Hasta una cierta cantidad de está hemoglobina libre en el plasma puede ser filtrada por los riñones; concentraciones superiores llevan a la intoxicación y, en el peor de los casos, la muerte (Behbahani, Behr, Nicolai, & Probst, 2008). 15 En este sentido, es importante hacer una estimación temprana de la hemólisis producida por este tipo de dispositivo; es decir, en la fase de diseño. De allí, que en años los esfuerzos se han dirigido a desarrollar ecuaciones o metodologías numéricas para cuantificar el daño con precisión en dispositivos durante su fase de diseño. Parte de estos esfuerzos se resumen a continuación. I.3.1. ESTIMACIÓN NUMÉRICA DE LA HEMÓLISIS A lo largo de los años, los estudios sobre la estimación del daño sanguíneo han llevado a investigadores como Leverett et al. (1972); Blackshear (1987), y Paul et al. (2003), a exponer que la hemólisis es un fenómeno en masa, que depende principalmente de los esfuerzos de corte y del tiempo de exposición de las células sanguíneas a éstos. Este conocimiento se deriva de los experimentos in vitro realizados principalmente en viscosímetros rotacionales, en donde después de someter a los GRs a esfuerzos cortantes constantes durante un cierto período de tiempo, se cuantifica el daño midiendo la cantidad de hemoglobina liberada al plasma. Según Leverett y colaboradores, existe un umbral de esfuerzo cortante con un valor aproximado de 1500 dinas/cm2, a partir del cual se manifiesta una alta destrucción de glóbulos rojos y en cuyo régimen, la interacción de las células con superficies sólidas o la interacción entre GRs no juega un papel importante en la generación del daño. Después que se reconoció el problema del daño sanguíneo, y se elucidó qué factores influyen en la fatiga hidrodinámica de la membrana de los GRs, los estudios se enfocaron en relacionar estos factores en una función que permitiera estimar numéricamente la hemólisis. 16 A pesar de la extensa investigación, todavía no existe un modelo que estime con precisión este daño. Sin embargo, en la mayoría de los trabajos publicados sobre el tema, se emplea la correlación propuesta por Giersiepen, Wurzinger, Opitz, y Reul (1990), como resultado de una regresión 2D basada en los experimentos desarrollados por Wurzinger, Opitz, y Eckstein (1986) en un viscosímetro Couette, donde los esfuerzos cortantes generados estaban en el rango de 57-255 Pa, a tiempos de exposición de 7 a 700 ms. Esta correlación se presenta en la ec. (1.3). Esta ecuación permite describir la fracción de daño o concentración global de hemoglobina libre en el plasma, HGW, como una función del esfuerzo de corte, , al que se somete toda la muestra de sangre, y del tiempo de exposición a dicho esfuerzo. Esta ecuación supone intrínsecamente que el esfuerzo de corte es uniplanar, y que es uniforme en toda la geometría bajo estudio. Asimismo, asume que el tiempo de exposición al esfuerzo de corte es el mismo para toda la muestra, no considerando los efectos acumulativos del daño a las células, lo que constituye una limitación de la ecuación. Según Paul et al. (2003), Wurzinger sobreestimó en sus experimentos el daño sanguíneo, debido a la generación de calor en los sellos de carbón que empleó. Paul et al. pudieron demostrar que para tiempos de exposición y esfuerzos cortantes similares, el daño en los glóbulos rojos medido fue, en general, mucho menor que los reportados por Wurzinger. Aun así, una gran parte de los trabajos publicados que estiman numéricamente la hemólisis (Lacasse, Garon, & Pelletier, 2007; Arora, Behr, Coronado-Matutti, & Pasqualli, 2005; Farinas, Garon, Lacasse, & N´dri, 2006), 17 emplean la correlación de Giersiepen. La razón es que los exponentes son muy cercanos a los correctos, reflejando las propiedades mecánicas de la membrana de los glóbulos rojos (Goubergrits, 2006). Es necesario resaltar que experimentalmente, el daño sanguíneo sólo puede cuantificarse en la entrada o salida del dispositivo; por lo que no se obtiene información de los sitios dentro de éste donde se genera el daño. En este sentido, el modelo computacional es más conveniente; adicionalmente, permite establecer relaciones causa-efecto entre el campo de flujo y el daño sanguíneo, siendo apropiado en la fase diseño para optimizar las regiones críticas dentro del dispositivo. Investigadores como Yeleswarapu et al. (1995) y Grigioni et al. (2005), han propuesto modificaciones a la ley de potencias de Giersiepen, tratando de considerar las variaciones del esfuerzo cortante con el tiempo y la acumulación del daño sufrido por los GRs. Sin embargo, validar y calibrar las constantes empíricas de estos modelos no ha sido posible, dada la dificultad de desarrollar experimentos en donde la muestras de sangre se expongan a diferentes condiciones de campos de flujo y se pueda controlar las variaciones de la tasa corte, limitando su aplicabilidad. Para emplear la ley de potencias en la predicción de hemólisis computacionalmente, es necesario considerar que para estimar la tasa de generación del daño, se puede hacer el cálculo integrando a lo largo de líneas de corrientes (enfoque lagrangiano) o evaluándola sobre todo el dominio computacional (enfoque euleriano). En este trabajo se emplea la metodología propuesta por Farinas, Garon, Lacasse, y N´dri (2006) en donde se toma como marco de referencia el euleriano. Farinas y colaboradores, realizaron una interpretación de la correlación de Giersiepen18 Wurzinger basados en una ecuación de transporte derivada directamente de la ecuación (1.3). Como esta ecuación no es lineal con respecto al tiempo de exposición, sería incorrecto considerar que la hemólisis a la salida del dominio es la suma de los porcentajes locales de hemólisis; por lo tanto, estos investigadores primero la linealizaron con respecto al tiempo y luego, formularon el daño como una ecuación diferencial parcial discretizada sobre las celdas en las cuales se resuelven numéricamente las ecuaciones de Navier-Stokes, obteniéndose la siguiente expresión: donde HL, es la fracción lineal del daño hemolítico, que se relaciona con la fracción de daño de la ecuación (1.3). A partir de la ecuación anterior y aplicando el teorema de transporte de Reynolds, derivaron una ecuación de transporte hiperbólica, expresada como sigue: El factor (1-HL) fue agregado a la ecuación para hacerla asintóticamente consistente, indicando que para un esfuerzo de corte dado, habrá un número de glóbulos rojos que se destruir{n y no podr{n destruirse nuevamente; por lo tanto, el termino σ sólo será aplicado a la fracción de GRs no hemolizada. Una modificación de la ecuación 1.6 fue hecha por Lacasse, Garon, y Pelletier (2007), en donde adicionan un coeficiente, δ, que considera el valor límite de esfuerzo de corte τx requerido para generar hemolisis, que es: 19 El valor de τx lo establecieron en 250 Pa, basados en los datos presentados gráficamente por Leverett, y un tiempo estimado de exposición del orden de 10 -1 s. Finalmente, la ecuación queda expresada así: donde: - es el promedio de la velocidad. es el daño sanguíneo local linealizado. Esta variable representa la medida de la - tasa de hemólisis en cada punto del dominio computacional. La precisión de este enfoque euleriano está relacionada solamente con la precisión de los resultados en DFC, los cuales dependen básicamente de la resolución de la malla y del modelo de turbulencia seleccionado. Al aplicar la ecuación anterior sólo se cuantifica el daño que supone la ruptura total de la membrana de los GRs y no se considera el daño sub-lítico, que es el ocasionado por la abertura de pequeños poros en la membrana. Ahora bien, para aplicar las ecuaciones 1.3, 1.6 ó 1.8, se debe tomar en cuenta que el esfuerzo de corte es función del campo de velocidades y puede cambiar tanto en espacio como en tiempo, expresándose como un tensor de segundo orden. Por lo que debe utilizarse un criterio para reducir las seis componentes del tensor de esfuerzo a un valor de esfuerzo cortante escalar representativo. La mayoría de los autores han empleado criterios tomados de la mecánica de sólidos para la reducción del tensor de esfuerzos a un esfuerzo escalar. Garon y Farinas (2004) exponen que dentro de los criterios más empleados están los siguientes: El criterio de Tresca permite calcular el esfuerzo cortante máximo mediante la siguiente expresión: 20 donde los son los esfuerzos principales. El criterio de von Mises empleado por Bludszuweit (1995), está basado en la maximización de la energía de deformación para un sólido elástico: Dhruv, Behr, & Pasquali (2006), plantean otro criterio de reducción del tensor de esfuerzos, basado en la segunda invariante de la componente isotrópica del tensor de esfuerzos de fluidos. Dicho esfuerzo se denomina Esfuerzo de Corte Comparativo, (Comparatives Shear Stress, siglas en inglés), y tiene la siguiente forma, escrita en términos de las componentes del tensor de esfuerzo: En notación indicial el esfuerzo CSS puede escribirse de la siguiente manera: Sustituyendo la definición para un fluido newtoniano, se obtiene la siguiente relación: La variable S se conoce como tasa de deformación por corte, y está definida como una variable estándar en el software comercial de CFD, ANSYS CFX, que será empleado en este estudio. En el caso de régimen turbulento, no se considera la viscosidad turbulenta, para el cálculo del esfuerzo de corte. 21 I.3.2. CUANTIFICACIÓN DE LA HEMÓLISIS Para cuantificar experimentalmente el índice de hemólisis y establecer un criterio de comparación entre los resultados reportados de diferentes evaluaciones in vitro, la “American Society of Testing Material” (ASTM International-Standards Worldwide, 1997), estandarizó un método para evaluar hemólisis en bombas cardíacas de flujo continuo. Esta norma ha sido publicada bajo la designación fija F 1841-97. En el protocolo se establecen ciertas fórmulas para reportar la cantidad de hemólisis generada por un dispositivo artificial, las cuales son: Índice normalizado de hemólisis, (NIH, siglas en inglés): gramos de hemoglobina libre en el plasma por 100 litros de sangre bombeada, corregido por el volumen de plasma empleando el hematocrito y normalizado por la tasa de flujo y el tiempo de circulación. Índice modificado de hemólisis, (MIH, siglas en inglés): masa de hemoglobina liberada en el plasma, normalizado por la cantidad total de hemoglobina bombeada a través del circuito. Las definiciones anteriores de NIH y MIH son adecuadas para medir hemólisis experimentalmente; sin embargo, no es así cuando se hacen predicciones numéricas. En este caso es preferible emplear las definiciones desarrolladas por Garon y Farinas (2004): 22 donde: El índice promedio de hemólisis, se calcula integrando el valor de sobre los límites de la salida del dominio computacional (Г+): I.4. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA La minimización de la hemólisis mecánica, constituye un criterio importante a considerar en el diseño de los dispositivos de asistencia ventricular (DAVs). El daño sanguíneo se genera como producto de los requerimientos hidráulicos asociados al funcionamiento de los DAVs; en donde, se inducen campos de esfuerzos cortantes que son considerados la causa raíz de la hemólisis; sumado a esto, se encuentra también el tiempo de exposición en el que las células están sometidas a estas condiciones de flujo. En este sentido, modificar el diseño de un DAV para disminuir la hemólisis requiere que esta última sea cuantificada confiablemente, idealmente, antes de la construcción de cualquier prototipo. Por esta razón, numerosos investigadores ahora tratan de predecir la hemólisis empleando métodos computacionales. Una de las correlaciones más utilizadas para predecir el daño sanguíneo, como una función de la hemoglobina libre en el plasma, es la desarrollada por Giersiepen et al. (1990), a partir de la cual se derivan varias metodologías para estimar computacionalmente la hemólisis. 23 Un factor común en los estudios de predicción de hemólisis es que la mayoría de ellos sobreestima el daño sanguíneo. El origen de esto, se debe a la complejidad de los distintos fenómenos involucrados en la generación del daño. Varias simplificaciones y asunciones se hacen para lograr que la simulación sea posible; como, por ejemplo, considerar a la sangre como un fluido homogéneo. No obstante, esta simplificación es válida sólo si ésta fluye a través de conductos con diámetros por lo menos dos órdenes de magnitud superiores al tamaño de los glóbulos rojos. Adicionalmente, una desventaja del enfoque anterior es que no considera la distribución espacial de los elementos de la sangre y su dependencia con el régimen de flujo. Por lo tanto, el objetivo de este estudio es hacer una estimación del daño hemolítico que experimentan los glóbulos rojos, empleando una metodología para evaluar la distribución de las células sanguíneas cuando la sangre fluye a través de ciertos dispositivos, aplicando las ecuaciones de daño sólo a la fase en donde se genera. El modelo matemático de la sangre a emplear será el Fluido-Continuo, bajo un marco de referencia euleriano, con dos fases dispersas (Glóbulos Rojos y Plaquetas) suspendidas en plasma. Para estimar la hemólisis se considerará el modelo desarrollado por Farinas et al. (2006). 24 I.5. JUSTIFICACIÓN Este proyecto de investigación pretende desarrollar una metodología numérica, para cuantificar la hemólisis inducida por esfuerzos de corte en dispositivos cardíacos, con la finalidad de proporcionar una alternativa que ayude a disminuir en gran medida el esfuerzo y los costos de diseño y desarrollo que se han venido empleando para la evaluación in vitro del daño sanguíneo. Como la dinámica de fluidos computacional (CFD, siglas en inglés) ha emergido como una herramienta viable y confiable para el diseño de los DAV; en este estudio, se empleará este importante instrumento numérico para hacer la estimación de hemólisis. Cabe destacar, que las predicciones de hemólisis empleando (DFC) con modelos eulerianos son relativamente rápidas y económicas, pueden mostrar fácilmente el efecto de modificaciones localizadas en el desempeño del dispositivo y también evaluar los efectos agregados de múltiples cambios en el diseño; lo anterior permite, descartar desde un principio los diseños deficientes desde el punto de vista hematológico. De esta manera sólo se requeriría probar de manera experimental los diseños que se haya estimado ocasionen menos daño a la sangre. Es así, como la simulación del flujo sanguíneo empleando CFD en y alrededor de los dispositivos de asistencia ventricular constituye un hito para las aplicaciones en el área de la biomedicina y bioingeniería. 25 I.6. OBJETIVOS I.6.1. OBJETIVO GENERAL Desarrollar una metodología para la estimación numérica de hemólisis en conectores estenóticos. I.6.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS Establecer un modelo computacional que describa el transporte de las células sanguíneas en microconductos. Analizar el comportamiento y distribución de las plaquetas y glóbulos rojos en microtubos y microcanales. Estimar el daño sanguíneo tomando en cuenta la distribución de los glóbulos rojos en conectores estenóticos. Validar el modelo numérico empleando datos experimentales reportados. 26 CAPÍTULO II METODOLOGÍA II.1 FLUJO MULTIFÁSICO Un sistema multifásico se define como una mezcla de las fases sólida, líquida y gaseosa de una o varias sustancias (en principio miscibles o inmiscibles –como en el caso aquí estudiado- a nivel molecular). Estos sistemas se clasifican frecuentemente de acuerdo a la naturaleza del sistema en: (a) flujos dispersos (partículas o gotas en líquido o gas, burbujas en líquido); (b) flujos separados (flujo anular en tuberías verticales, flujo estratificado en tuberías horizontales); y (c) flujos transicionales, los cuales son una combinación de los otros dos casos (Manninen & Taivassalo, 1996). Desde el punto de vista de computacional, el flujo multifásico se refiere a la condición en la cual más de un fluido está presente. Cada fluido puede presentar su propio campo de flujo, o todos los fluidos comparten un campo de flujo común; desde un punto de vista microscópico, los fluidos no se mezclan. Es decir, un flujo multifásico consiste de un número de regiones de una fase rodeada por interfases móviles. II.1.1 ALGUNOS MODELOS MULTIFÁSICOS Los modelos básicos, y más conocidos, empleados para describir el flujo de un fluido se basan en dos enfoques (Sobieski, 2008): 27 - El enfoque Langrangiano: con el cual el fluido es tratado como un conjunto de partículas discretas que tienen un campo de fuerzas, masa y aceleración asociado a cada una de ellas. La posición de las partículas es rastreada y el fluido es simulado a través de la dinámica de colisión de partículas. Los sólidos como los GRs se simulan como una colección de partículas sólidas que se comportan de manera diferente cuando colisionan. - El enfoque Euleriano: con este enfoque las diferentes fases se tratan matem{ticamente como “continuos interpenetrantes” introduciéndose el concepto de fracción volumétrica. Las fases comparten el mismo volumen y penetran entre sí en el espacio, intercambiando masa, momento y energía. Cada fase es descrita por sus propiedades físicas distintivas teniendo su propio campo de velocidad, presión, temperatura y concentración, empleándose correlaciones empíricas para calcular la transferencia en la interfase. Este enfoque es menos costoso computacionalmente y arroja resultados que representan el comportamiento del conjunto de partículas considerando peculiaridades de las individualidades (ej. competencia entre el arrastre y la sustentación de las partículas dentro de la fase que es considerada como continua, aún cuando el tratamiento matemático de cada fase se hace sobre la base del medio continuo). Cuando se tienen fases dispersas, existen cuatro enfoques principales para modelar el flujo multifásico, los cuales se describen a continuación: MODELO DE FASE DISCRETA, (DPM, siglas en inglés): Con este modelo, la descripción del sistema se basa en una fase continua en la cual partículas esféricas sólidas, burbujas o gotas de otro fluido se encuentran dispersas. La fase dispersa puede intercambiar masa, momento y energía con la fase continua. La fase 28 continua se describe de acuerdo a un enfoque Euleriano, mientras que la fase dispersa con un enfoque Lagrangiano. MODELO EULERIANO MULTIFASE, (EMM, siglas en inglés): propone la descripción de mezclas con un número cualquiera de fases, bien sean continuas o dispersas, en el cual cada fase es tratada mediante un enfoque Euleriano y las ecuaciones de masa, momento y energía se resuelven para cada una de ellas. El acoplamiento entre fases se da a través de la presión y de coeficientes interfaciales de masa, momento y energía, donde no se considera explícitamente la interfase entre fases dispersas, sino las de fase continua-fase dispersa, para lo cual, la fase con mayor presencia y/o tendencia a rodear a las demás, es considerada la fase continua, mientras que las demás son consideradas fases dispersas. Estos coeficientes son característicos del modelo y juegan un papel importante en su resolución. La limitación del modelo es que no proporciona información acerca de la hidrodinámica de partículas individuales (burbujas, gotas), imposibilitándose la predicción de ciertas características discretas del flujo, como el efecto de la aglomeración, coalescencia o rompimiento de gotas y burbujas, entre otros. MODELO DE MEZCLA: propuesto para describir mezclas homogéneas, en el que se resuelve un solo sistema de ecuaciones para todas las fases, considerando propiedades físicas ponderadas. MODELO DE VOLUMEN DE FLUIDO, (VOF, siglas en inglés): describe los flujos de superficie libre o el flujo de fluidos que no se interpenetran a nivel macroscópico, como por ejemplo los flujos estratificados de superficie libre. Se considera un marco de referencia euleriano para todas las fases, con reformulación de la interfase entre ellas sobre bases volumétricas. 29 II.2 ECUACIONES DE GOBIERNO MULTIFÁSICAS Los modelos multifásicos para estudiar la hemodinámica de mezclas emplean el principio de conservación de masa y momento para cada fase. II.2.1 CONSERVACIÓN DE LA MASA Si se tiene un sistema multifásico con k fases, la ecuación de continuidad ponderada por la fracción volumétrica, para cada fase, está dada por: donde, son la densidad y la fracción volumétrica de la fase k respectivamente, mpk es la transferencia de masa de la fase pesima a la kesima. Para la fracción volumétrica de las fases, se debe cumplir que: II.2.2 CONSERVACIÓN DE LA CANTIDAD DE MOVIMIENTO Para flujo multifásico, la ecuación de momento es la siguiente para cada fase: En esta ecuación se incluyen la fricción molecular, expresada por el tensor τ; la convección por el tensor uu y la presión como el escalar p. Las fuerzas volumétricas son, por ejemplo, la gravedad, las fuerzas eléctricas y magnéticas; estas fuerzas se 30 denotan todas por el vector S. El último término de la ecuación (2.3) representa la transferencia de momento en la interfase; es decir, entre la fase continua y las partículas individuales de la fase dispersa. F, representa las fuerzas como: sustentación y masa virtual (Kim, VandeVord, & Sang, 2008). tensor de esfuerzo cortante, puede calcularse empleando la siguiente expresión: Donde y son la viscosidad dinámica y la de bulto de la fase k, respectivamente; es el vector unitario. II.3 MOVIMIENTO DE LA FASE DISPERSA Cuando se aplica el modelo Euleriano-Euleriano se pueden considerar sistemas continuo-disperso y continuo-continuo. Para los primeros, la fase dispersa puede estar en forma de partículas, gotas o burbujas. Las fuerzas que actúan sobre la fase dispersa se modelan empleando correlaciones empíricas, basadas en el arrastre de cuerpos rígidos en medios continuos de acuerdo al número de Reynolds relativo a la velocidad de deslizamiento entre fases. Los efectos de arrastre, sustentación, gravedad y masa virtual son algunas de las fuerzas que pueden actuar sobre la fase dispersa y se incluyen en las ecuaciones de momento como parte de los términos de intercambio en la interfase. Estas fuerzas se calculan para partículas individuales y luego se escalan por la fracción volumétrica local para contabilizar los efectos sobre múltiples partículas. 31 II.3.1 FUERZAS DE ARRASTRE, FD Esta fuerza la experimentan las partículas al fluir por un medio continuo y actúa como un mecanismo por el cual la inercia de una partícula es afectada por el campo de velocidades cambiantes del líquido que lo rodea. Para una partícula esférica rígida, la fuerza de arrastre se puede escribir: Los sub-índices c y p se refieren a la fase continua y las partículas, respectivamente; y es la velocidad relativa, ( El coeficiente de arrastre, depende del régimen de flujo (Re de partícula) y de las propiedades de la fase continua. Varias correlaciones empíricas se han propuesto para su estimación; a continuación se definen las empleadas en esta investigación (Yilmaz & Yasar, 2001). II.3.1.1 CORRELACIÓN SCHILLER-NAUMANN Es una de las correlaciones más empleadas cuando la fase dispersa corresponde a partículas sólidas; sin embargo, cuando la fase dispersa está formada por gotas o burbujas el coeficiente de arrastre puede aproximarse a esta correlación siempre y cuando el Reynolds de las partículas, , sea bajo (régimen viscoso), dado que las partículas de fluido se comportan de la misma manera que las partículas sólidas a bajos Re: 32 II.3.1.2 CORRELACIÓN DE GIDASPOW Empleada cuando la fase dispersa está conformada por partículas sólidas densamente distribuidas: II.3.1.3 CORRELACIÓN DE ISHII-ZUBER Si la fase dispersa está conformada por partículas de fluido (gotas o burbujas) y se tienen Reynolds elevados, el régimen inercial y los efectos de tensión superficial comienzan a ser importantes, las partículas de fluido comienzan a deformarse tomando al principio una forma elipsoidal y finalmente la forma de media-esfera. En estos casos es apropiada la correlación de Ishii-Zuber, la cual toma automáticamente los efectos en partículas densas, para diferentes tipos de régimen de flujo: a) Régimen viscoso: la partícula de fluido puede considerarse esférica y se modifica la correlación de Schiller-Naumann empleando un número de Re basado en la viscosidad de la mezcla. 33 Aquí rdm es el valor de máximo empaquetamiento, que por defecto es 1 cuando la fase dispersa es líquida. b) Régimen con distorsión de la partícula: II.4 FLUJO TURBULENTO Ocasionalmente, se puede encontrar matemáticamente o experimentalmente, flujos que son independientes del tiempo o muestran una dependencia muy simple. Este tipo de flujo por lo general es llamado laminar. Sin embargo, en determinados sistemas el flujo puede llegar a ser inestable, generándose pequeñas oscilaciones en la velocidad, respecto a la media, bien sea en espacio, en tiempo o en ambos. A medida que las oscilaciones crecen, éstas van cambiando gradualmente de una forma sinusoidal simple a un movimiento aparentemente aleatorio. Esta aleatoriedad, es la característica esencial de la turbulencia. Por supuesto, que la velocidad sigue siendo una función continua del tiempo y el espacio; sin embargo, la distribución de velocidad en un determinado punto es cercana a la familiar distribución Gaussiana o 34 a una distribución probabilística. Esto significa que se debe tratar a la turbulencia en términos de propiedades estadísticas (Bradshaw, 1971). Para facilitar la solución de flujos turbulentos se han desarrollado diversas técnicas matemáticas; entre las más comunes se puede mencionar (Ranade, 2002): a. Ecuación Navier-Stokes promediada por Reynolds, (RANS, Reynolds-averaged Navier-Stokes). Este método se basa en promediar las ecuaciones de movimiento en el tiempo y en una coordenada en la cual el flujo medio no varía. Al promediar, la no-linealidad de las ecuaciones de Navier-Stokes da origen a términos que deben ser modelados. El desarrollo del método se basa en que, en un flujo estacionario cada variable puede escribirse como la suma del valor de velocidad promediado en el tiempo y una fluctuación sobre ese valor (llamada descomposición de Reynolds): donde, t es el tiempo y T es el intervalo de promedio. Este intervalo debe ser grande comparado con la escala de tiempo típica de las fluctuaciones. Las ecuaciones RANS permiten considerar de manera explícita sólo las componentes de velocidad promediadas temporalmente, tomando en cuenta el efecto de las fluctuaciones mediante los llamados esfuerzos de Reynolds o esfuerzos turbulentos. Así, la forma de la ecuación de momento RANS para un fluido incompresible es: 35 La presencia de los esfuerzos de Reynolds de un flujo escalar turbulento, implica que deben hacerse ciertas aproximaciones para poder resolver la ecuación anterior. La más popular de estas aproximaciones y que da lugar a las condiciones de clausura de 0, 1 y 2 ecuaciones, es la llamada aproximación de Boussinesq: k es la energía cinética turbulenta: Para determinar se emplean algún modelo de turbulencia. Existe una diversa gama de estos modelos, cuya efectividad depende de las características del flujo. La selección del modelo de turbulencia constituye la principal fuente de incertidumbre en una simulación numérica (Ferziger & Peric, 2002). En este estudio, se emplea el modelo de Transporte de Esfuerzos Cortantes (SST, Comparative Shear Stress); este modelo fue validado por Salazar et al. (2008) en el cual compararon los resultados de la simulación RANS con experimentos realizados en geometrías donde los fenómenos de separación y re-adhesión de capa límite están presentes dentro de geometrías microscópicas. La geometría analizada fue un escalón con flujo reverso; para la validación del modelo, Salazar et al. seleccionaron el trabajo experimental realizado por Yang et al. (1994). El modelo de turbulencia SST combina las ventajas de los modelos k-ω para describir comportamiento del fluido en la región cercana a la pared y k-ε para el resto del dominio (Pope, 2000). 36 Las ecuaciones para la energía cinética k y la frecuencia turbulenta ω son las siguientes para cada fase (Menter, Kuntz, & Langtry, 2003): La viscosidad turbulenta se define por: F1 es una función de mezcla definida por: y es la distancia a la pared más cercana y: F1 es igual a 0 lejos de la superficie (modelo k-ε), y cambia a 1 dentro de la capa límite (modelo k-ω). S es la tasa de deformación media y F2, es una segunda función de mezcla definida por: Un factor limitador se emplea en el modelo SST para evitar la acumulación de turbulencia en regiones de estancamiento: 37 Todas las constantes se calculan ponderando las constantes correspondientes de los modelos k-ε y k-ω vía, Estas constantes son: b. Simulación de Grandes Vórtices, (LES, Large Eddy Simulation): resuelve las escalas de movimiento más grandes mientras aproxima las de menor escala. c. Simulación Numérica Directa, (DNS, Direct Numerical Simulation): este método es el más preciso y más costoso computacionalmente; resuelve las ecuaciones de Navier-Stokes sin promediar o aproximar la turbulencia. El elevado costo computacional se deriva del minúsculo tamaño (escalas de Kolmogorov) que deben tener tanto los elementos del mallado como el salto de tiempo (time-step). Es el enfoque más simple desde el punto de vista conceptual en donde se resuelven todos los movimientos contenidos en el flujo de un fluido y la única incertidumbre que cabe en los resultados numéricos se debe al error de redondeo, truncamiento y al modelo físico mismo que se haya adoptado. II.5 FLUJO EN MICROCANALES En general, en los problemas tradicionales de ingeniería, el flujo turbulento es el tipo de flujo más común. Sin embargo, en microfluídica las pequeñas dimensiones suprimen el desarrollo de la turbulencia y predomina principalmente el régimen laminar. 38 Bajo este régimen de flujo, las fuerzas que gobiernan en una suspensión pueden dividirse en fuerzas viscosas y coloidales. Las fuerzas viscosas se relacionan a la fricción entre moléculas vecinas; mientras que la segunda clase, incluye el movimiento Browniano, fuerzas superficiales y fuerzas de repulsión electrostática. Al considerar el fluido bajo estudio, sangre, compuesto tanto por plasma, plaquetas y GRs, en el que las últimas dos son células relativamente grandes, por lo que su movimiento Browniano tiene poca influencia sobre el flujo en microcirculación. Por lo tanto, la mezcla es impulsada por difusión a bajos números de Peclet; indicando este número que las fuerzas relacionadas con el movimiento Browniano son menos importantes que las viscosas (Glatzel, y otros, 2008). Adicionalmente, el hecho de que a micro-escala la convección no juegue un papel importante en el transporte de momento, simplifica considerablemente el tratamiento que se hace al modelar un sistema en Dinámica de Fluidos Computacional (CFD, siglas en inglés); sin embargo, la difusión de las fases dispersas es difícil de explicar con la precisión requerida en los casos prácticos. Por lo tanto, se requieren órdenes de discretización mayores para evitar la llamada “difusión numérica”, la cual no es otra cosa sino la acumulación de errores numéricos a medida que se resuelven los algoritmos empleados en cálculo numérico. II.6 DESCRIPCIÓN DEL MODELO COMPUTACIONAL Para implementar todos los modelos antes descritos y estudiar la dinámica de las células sanguíneas, los patrones de flujo y estimar el daño de los glóbulos rojos, se empleó un software de simulación numérica de fluidos de uso comercial y académico ANSYS versión 12.0 (ANSYS Inc., Canonsburg, PA, U.S.A). Este programa brinda la base de cálculo matemática que describe los fenómenos bajo estudio. 39 Todas las simulaciones se desarrollaron en un procesador AMD Turion64 con sistema operativo MS Windows 7, SP2, 3 GB de memoria RAM. El tiempo de simulación promedio, con los modelos de segregación es de 6 horas, y con el modelo de daño hemolítico fue de 24 horas. Cada geometría analizada fue creada empleando el módulo de diseño (CAD) del programa ANSYS Workbench (Design Modeler), y se aprovechó la simetría para resolver solamente en la mitad del dominio las ecuaciones de gobierno discretizadas, lográndose así simplificar la simulación. El mallado de cada una de las geometrías se realizó con el generador de mallas estructuradas ICEM (ANSYS, USA) que se vale de un proceso de discretización con elementos hexaédricos, que sirven de base a los elementos finitos que definen la geometría sobre la cual se resuelven luego las ecuaciones de gobierno empleando el métodos de los volúmenes finitos de control. La ventaja de emplear este tipo de elementos es, que permiten una adecuada densificación de la malla en zonas de interés, como regiones de contracción, o las regiones próximas a las paredes, donde es importante conocer el comportamiento del flujo para determinar zonas de separación, formación de vórtices y distribución de tensiones de corte. El software empleado permite resolver los problemas del flujo de fluidos empleando mallas estructuradas y no estructuradas, mediante volúmenes finitos; se discretiza con elementos finitos pero las ecuaciones se resuelven en forma conservativa sobre volúmenes finitos creados a partir de los vértices de los elemento. En general, la solución del problema se dividió en tres etapas: el pre-procesamiento, cálculo-solucionador, y post-procesamiento. En el cálculo de las propiedades de los 40 fluidos, el solucionador puede aplicar diferentes esquemas de interpolación. En este estudio se empleó, en todos los casos, una discretización de segundo orden con diferencias hacia adelante (Higher Order Upwind). El pre-procesamiento se maneja en el modulo CFX-Pre, en donde se especifican las propiedades de flujo requeridas, los límites y las condiciones iniciales establecidas sobre el dominio. Las condiciones de borde que se emplearon en el problema son los siguientes: Pared: se introdujo la condición de no deslizamiento, en donde el fluido inmediatamente sobre la pared asume la velocidad de ésta. Simetría: condición de simetría en donde todos los gradientes de las variables normales al plano son cero. Entrada: en el microcanal se trabajó con flujos correspondientes a 6, 15 y 30 mL/h, para lo cual, el perfil de velocidad se ajusto al valor uniforme que origina tal flujo. En el microtubo se ajustó la velocidad de manera de obtener una tasa de corte en la pared aproximada de 555 s-1. En los conectores estenóticos se consideró flujo desarrollado, especificada empleando la ecuación propuesta por Nikuradse como: El exponente n, varía lentamente con el número de Reynolds, yendo desde n=6 hasta 10 para Re desde 4000 hasta 3.2∙106. El valor n=7 se utiliza corrientemente. Salida: presión estática y derivada de la velocidad normal iguales a cero. 41 Para determinar el grado de independencia entre los resultados reportados y la discretización o mallado adoptado, se empleó la metodología de GCI descrita a continuación. II.6.1 VERIFICACIÓN MALLA Con el fin de simular el flujo multifásico en mallas finas (celda de computo más pequeñas que el diámetro hidráulico típico del dominio computacional), varios métodos se han desarrollado durante las últimas dos décadas, para garantizar que los resultados sean independientes del tamaño de la malla, dentro de un porcentaje de error aceptable por el analista. En este estudio se aplicó la metodología propuesta por Celik (2008), conocida como el método del índice de convergencia de malla (GCI, Grid Convergence Index, siglas en inglés). II.6.1.1 ESTIMACIÓN DEL ERROR DE DESCRETIZACIÓN. Este método fue propuesto originalmente por Roache (1994) como un método general para reportar la sensibilidad de la solución a la discretización numérica. El GCI calcula un índice de incertidumbre de la solución de una malla comparada con la de otra. Este método, se basa en la extrapolación generalizada de Richardson y asume que dentro de un cierto radio de convergencia, la solución discreta de alguna variable, φ, converge monotónicamente a un punto a medida que el espaciamiento, h, de la malla tiende a cero. La estimación del GCI requiere un mínimo de tres mallas diferentes y el procedimiento de cálculo es el siguiente: 42 1. Definir una celda representativa, malla o tamaño de elemento h. Para cálculos en tres dimensiones: siendo es el promedio global del volumen de la iesima celda, y N es el número total de celdas del dominio. 2. Crear tres mallas diferentes, en donde es conveniente que el factor de refinamiento sea: Una vez establecido que: h1 < h2 < h3 y Entonces se calculan los siguientes parámetros: donde: Las variables de interés evaluadas en las mallas finas, media y gruesa son φ 1, φ2 y φ3 respectivamente, (e.j. U, V, W, TKE etc.) 43 3. Se calculan los valores extrapolados: 4. Se calcula y reportan los siguiente errores: Error relativo aproximado: Error relativo extrapolado 5. El índice de convergencia de la malla fina proporciona un estimado del error de discretización en la malla más fina relativa a la solución numérica convergida. II.7 ESTUDIO HEMODINÁMICO Este estudio consistió de dos etapas de simulación: la primera en la cual se modeló la distribución de las células, desarrollando un modelo multifásico en un marco de referencia Euleriano-Euleriano y evaluándolo en dos geometrías diferentes; y la 44 segunda etapa, en donde se realizó la estimación de daño tomando como base el modelo de segregación. II.7.1 DISTRIBUCIÓN DE LOS COMPONENTES SANGUÍNEOS En esta etapa, se modeló la sangre tomando en cuenta su naturaleza multifásica, considerando el plasma como la fase continua y a los glóbulos rojos y las plaquetas como las fases dispersas. Este enfoque asume un comportamiento newtoniano para cada fase; el objetivo es analizar la distribución de las fases a medida que fluyen a través de un microcanal con expansión y un microtubo con sección transversal constante. Al considerar que los GRs tienden a comportarse más como gotas encapsuladas que como esferas rígidas, se consideró la variación del estado termodinámico de la fase dispersa para analizar su efecto en la distribución de las células. En este sentido, se consideraron los siguientes enfoques: Modelo A: glóbulos rojos y plaquetas modelados como fase dispersa líquida. Modelo B: glóbulos rojos y plaquetas modelados como fase dispersa sólida. Modelo C: glóbulos rojos como líquidos y plaquetas como sólidos. Las propiedades empleadas para cada una de las fases en las simulaciones se resumen en las siguientes tablas: 45 Tabla n° 2.1. Propiedades de las fases empleadas en la simulación Densidad [kg/m ] 3 Di{metro partícula *μm+ (microcanal) Di{metro partícula *μm+ (microtubo) Fracción Volumétrica [%] * PLASMA 1010-1025 PLAQUETAS 1040 GRs 1100 - 2,00 5,64* - 2,50 6,00 2 40-20 58-78 Diámetro medio de Sauter (diámetro de una esfera que posee el mismo volumen de los GRs) Tabla n° 2.2. Modelos de arrastre empleados en la simulación MODELO LÍQUIDO-LÍQUIDO Plasma|RBCs Ishii-Zuber Plasma|PLTs Schiller-Naumann MODELO SÓLIDO SÓLIDO Plasma|RBCs Gidaspow Plasma|PLTs Gidaspow Para cada fase se resuelve la ecuación de continuidad (ec. 2.1), y de momento (ec. 2.3); obteniéndose el campo de velocidades, y la fracción volumétrica. A partir de la fracción volumétrica se realiza el análisis de la distribución de las fases a lo largo del dominio. Numéricamente, el simulador asume que cada fase está presente en principio en cada volumen de control, y le asigna una fracción volumétrica igual a la fracción de volumen de control ocupada por esa fase. 46 II.7.1.1 MICROCANAL El dominio computacional se muestra en la Fig. 2.1; debido a que las simulaciones se realizaron en estado estacionario, se optó por aprovechar la simetría del flujo dentro del canal, desarrollando un dominio que considera sólo la mitad de la geometría que empleó Zhao et al. (2008) en sus experimentos. El canal rectangular, presenta una expansión súbita de 100: 200 μm, en donde ocurre una separación de la capa límite, acompañada de un vórtice axisimétrico cercano a la pared. En este sentido, el dominio se extendió luego de la estenosis 750 μm para evitar que la zona de recirculación alcance la salida. La altura del canal es de 100 μm. Fig. 2.1.- Dimensiones del canal rectangular empleado en la evaluación de distribución de las fases II.7.1.2 MICROTUBO Yeh y colobaradores (1994), realizaron experimentos en un tubo de 217 μm de diámetro y analizaron el perfil de concentración de las plaquetas a través del tubo. Tomando este estudio como referencia, se empleó una geometría que considera simetría radialmente y en donde la longitud del dominio es de 100 mm, Fig. 2.2. 47 Fig. 2.2.- Dimensiones del microtubo empleado en la evaluación de distribución de las fases II.7.2 ESTUDIO DE LA GENERACIÓN DE HEMÓLISIS En la estimación del daño generado a los glóbulos rojos, se analizaron los conectores A, D y H empleados por Umezu, Murayama, Nogawa, y Kijima (1992) en su investigación experimental (Fig. 2.3). Conector (A), diámetro interno se reduce de 10 mm a 5 mm. La longitud de la estenosis es de 15 mm. Conector (D), tiene un diseño idéntico al conector tipo A; sin embargo, el borde de la entrada a la estenosis es redondeado (R=0,5 mm). Conector (H), igual diseño que A, excepto que la longitud de la estenosis es de 1,0 mm. El estudio con los diferentes conectores, evaluó la influencia que tienen las variaciones en ciertas secciones de la geometría y la generación del daño sanguíneo. El set de ecuaciones a resolver involucra nuevamente la de continuidad, la de momento para régimen turbulento ec. (2.20) y las ecuaciones correspondientes al modelo de turbulencia SST. Adicionalmente, están las ecuaciones relacionadas con la 48 generación de hemólisis, ecuación (1.6) y (1.8), aplicadas sólo a la fase involucrada en la generación del daño de los GRs. Con las ecuaciones hiperbólicas de transporte del daño sanguíneo, la información del daño sanguíneo viaja a lo largo de las líneas de corriente; por este motivo el cálculo del MIH se hace integrando sobre la superficie de salida del dominio computacional, aplicando la ecuación (1.20). Conector A Conector D Conector H Fig. 2.3.- Conectores estenóticos empleados por Umezu et al. (1992) para evaluar hemólisis 49 CAPÍTULO III RESULTADOS Y ANÁLISIS En este capítulo se condensan los resultados obtenidos en esta investigación; la primera parte enfoca el análisis previo realizado para calcular los errores relacionados con la discretización del dominio (verificación del dominio y su discretización). En la segunda sección se aborda la validación del modelo de segregación con base en el trabajo experimental de Zhao et al. (2008) y Yeh et al. (1994), exponiéndose los criterios de selección del modelo más adecuado empleado para el estudio de la estimación numérica de hemólisis, que se aborda en la tercera parte del capítulo. III.1. ESTUDIO DE LA SENSIBILIDAD DE LOS RESULTADOS A LA MALLA O VERIFICACIÓN DE LA MALLA En las geometrías empleadas para evaluar la segregación de los componentes sanguíneos y hacer la estimación de hemólisis, se empleó el método de GCI (Grid Convergence Index) (Celik, 2008), para establecer un criterio en la cuantificación de la sensibilidad de los resultados a la discretización numérica. El índice de incertidumbre, asociado a la malla seleccionada, se indica por las barras de error graficadas sobre el perfil de la variable monitoreada, lo cual establece una base para estimar la credibilidad de los resultados obtenidos. 50 III.1.1. MICROCANAL Y MICROTUBO En estas geometrías la variable monitoreada fue la fracción volumétrica de plaquetas; los resultados obtenidos con el set de mallas empleado se muestran en las figuras 3.1 y 3.3. Para el análisis numérico posterior que implicaba la validación del modelo de segregación, se seleccionó la malla de resolución media (Figs. 3.2 y 3.4). Distancia de la Pared [μm] 5.0 4.0 MALLA Gruesa (3) ELEMENTOS 61.740 Media (2) 152.920 Fina 387.266 (1) 3.0 2.0 Malla Fina 1.0 Malla Media Malla Gruesa 0.0 0 0.005 0.01 0.015 0.02 0.025 0.03 Fracción Volumétrica PLTs [-] Fig. 3.1.- Perfil de concentración de plaquetas obtenido a una distancia de 350 μm de la entrada del canal y en una sección que abarca 5 μm de distancia desde la pared (dirección en y) 51 Distancia de la Pared [μm] 5.0 4.0 3.0 Malla Media 2.0 1.0 0.0 0 0.005 0.01 0.015 0.02 0.025 0.03 Fracción Volumétrica PLTs [-] Fig. 3.2.- Perfil de concentración de plaquetas en el microcanal, para la malla media con la barra de errores de discretización calculada con la ecuación (2.26) Distancia de la Pared [μm] 10.0 9.0 MALLA Gruesa (3) ELEMENTOS 61.740 Media (2) 152.920 Fina 387.266 (1) 8.0 7.0 6.0 5.0 Malla Fina Malla Media Malla Gruesa 4.0 3.0 0.00 0.01 0.02 0.03 0.04 0.05 Fracción Volumétrica PLTs [-] Fig. 3.3.- Perfil de concentración de plaquetas en el microtubo, obtenido a una distancia de 70 mm de la entrada del tubo y en una sección que abarca 10 μm de distancia desde la pared (dirección radial) 52 Distancia de la Pared [μm] 10.0 9.0 8.0 7.0 6.0 5.0 Malla Media 4.0 3.0 0.00 0.01 0.02 0.03 0.04 0.05 Fracción Volumétrica PLTs [-] Fig. 3.4.- Perfil de concentración de plaquetas en el microtubo, para la malla media con la barra de errores de discretización calculada con la ecuación (2.26) En el canal, el máximo error de discretización en la malla media, relativa a la solución numérica convergida, es de 64,78 %, que corresponde a una distancia de 0,6 μm de la pared; sin embargo, en promedio el índice de convergencia para la malla de resolución media es de 7,7%. En el caso del microtubo, en la malla media el índice de convergencia promedio es de 13,26%, registr{ndose los mayores errores en la medidas realizadas entre 5,6 y 6,8 μm de la pared del conducto, donde los errores están en un intervalo de 12,73-19,26%. Tanto con el canal como con el tubo, con la malla más fina se obtienen menores valores del error asociado a la discretización; sin embargo, se emplea la malla intermedia principalmente debido a que con ésta se logra más rápidamente la convergencia y se tiene una incertidumbre relativamente baja. 53 III.1.2. CONECTOR ESTENÓTICO TIPO D En esta geometría, la variable bajo estudio fue también la concentración de PLTs. El punto de monitoreo se ubicó en la sección media de la contracción, obteniéndose un índice de convergencia para la malla fina en el rango de 0,14-9,66% con valores máximos localizados entre 0,1 y 0,21 mm de la pared del conducto. El perfil de concentración que se obtuvo con cada malla analizada y los errores de discretización que se generan con la malla seleccionada para el estudio de daño hemolítico se muestran en las figuras 3.5 y 3.6 respectivamente. Distancia de la Pared [mm] 0.30 MALLA Gruesa (3) 0.25 ELEMENTOS 35.856 Media (2) 86.144 Fina 231.000 (1) 0.20 0.15 0.10 Malla Fina Malla Media Malla Gruesa 0.05 0.00 0 0.1 0.2 0.3 0.4 0.5 Fracción Volumétrica RBCs [-] Fig. 3.5.- Perfil de concentración de glóbulos rojos en el conector D, obtenido a una distancia de 47,5 mm de la entrada del conector y en una sección que abarca 0,3 mm de distancia de la pared (dirección radial) 54 Distancia de la Pared [mm] 0.30 0.25 0.20 0.15 Malla Fina 0.10 0.05 0.00 0.15 0.25 0.35 0.45 Fracción Volumétrica RBCs [-] Fig. 3.6.- Perfil de concentración de GRs en el conector D, de la malla media con la barra de errores de discretización calculada con ecuación (2.26) III.2. VALIDACIÓN DEL MODELO DE SEGREGACIÓN Para modelar el comportamiento individual de las células sanguíneas, plaquetas y glóbulos rojos, es necesario considerar el flujo en la microcirculación; a estas escalas, la sangre debe ser tratada como un fluido no-homogéneo y la naturaleza corpuscular de la sangre comienza a ser importante. Los estudios experimentales empleados para realizar la validación del modelo numérico de segregación son los reportados por Yeh et al. (1994) para un microtubo de sección uniforme y los de Zhao et al. (2008) para un microcanal con una expansión súbita; en donde, se analiza el flujo de glóbulos rojos y partículas esféricas con diámetro igual al de las plaquetas y su distribución a lo largo del dominio. 55 III.2.1. EVALUACIÓN DEL EFECTO DE LA GRAVEDAD EN LA SEGREGACIÓN. En esta etapa se tomó como punto de partida, para simular el flujo multifásico de la sangre, el sistema empleado por Yeh y colaboradores (1994); en donde analizan la distribución de fases en una suspensión del 40% de hematocrito y partículas de latex del tamaño de las plaquetas (2,5 μm de di{metro), en tubos de aproximadamente 217 μm de di{metro y manteniendo una tasa de corte en la pared de ~ 555 s-1. Estos investigadores reportan, el perfil de concentración de las partículas de menor diámetro y hacen un análisis teórico para establecer una función matemática que prediga la forma de este perfil. Computacionalmente, en nuestro estudio, se simula una fase continua (plasma) y dos fases dispersas (plaquetas y glóbulos rojos) modeladas como líquido. La densidad de cada fase y la viscosidad del plasma son tomadas de la literatura (De Gruttola, Boomsma, & Poulikakos, 2005). En esta parte de la validación, no sólo se buscó reproducir el comportamiento que plaquetas y glóbulos rojos presentan en microcirculación; sino que se analiza la influencia que factores como: diámetro de partícula y densidad, tienen en los patrones de flujo y en el perfil de concentraciones de las fases. Un tubo de 207 μm de di{metro (equivalente a ~35 veces el di{metro de los GRs) y 100 mm de longitud se empleó para la simulación numérica; la fuerza de gravedad se impuso en la dirección perpendicular al flujo. La sección del tubo que es sometida al análisis es aquella en donde el flujo está desarrollado y a partir de la cual no se observan variaciones respecto a ninguna variable relacionada con el comportamiento fluido-dinámico de las fases. 56 En las Figs. 3.7, 3.8 y 3.9 se presentan los perfiles de fracción volumétrica de plaquetas, glóbulos rojos y plasma en función de la posición radial. En el perfil de concentración de la fase plaquetas, se observa un incremento en la fracción volumétrica a una distancia cerca de la pared. Este comportamiento ha sido reportado por varios investigadores para partículas esféricas sólidas con flotación neutra (Won & Yul, 2008), partículas flotantes (Hogg, 1994), para gotas (Nourbakhsh & Mortazavi, 2010), y en el caso del trabajo de Eckstein et al. (1988) encontraron que este comportamiento también es característico del flujo de las plaquetas en la microcirculación. En general, este comportamiento se relaciona al flujo multifásico, cuando la relación entre el tamaño del canal y el de las partículas es relativamente grande y el número de Reynolds (Re) es bajo; siendo una de las observaciones más interesantes en los flujos a microescala. Posición Radial [μm] Gravedad PARED PARED 110 90 70 50 30 10 -10 -30 -50 -70 -90 -110 Re V entradadtubo fase fase ρGRs=1100 kg/m3 y ρPLTs=1040 kg/m3 ρ GRs y PLTs= 1100 kg/m3 L.C μPlasma= 1,22 cP μRBCs = 2,00 cP μPLTs = 2,00 cP 0.00 0.01 0.02 0.03 0.04 0.05 Fracción Volumétrica PLTs [-] Fig. 3.7.- Perfil de concentración de plaquetas, obtenido vía DFC, a una distancia de 70 mm de la entrada del tubo, dirección radial. El número de Re de las plaquetas, medido a la entrada del canal es RePLTs =1,70; ρplasma= 1025 kg/m3. 57 Posición Radial [μm] Gravedad 110 90 70 50 30 10 -10 -30 -50 -70 -90 -110 ρGRs=1100 kg/m3 y ρPLTs=1040 kg/m3 ρ GRs y PLTs= 1100 kg/m3 L.C 0.00 0.20 0.40 0.60 0.80 1.00 Fracción Volumétrica GRs [-] Posición Radial [μm] Gravedad Fig. 3.8.- Perfil de concentración de glóbulo rojos, vía DFC, a una distancia de 70 mm de la entrada del tubo, dirección radial. El número de Re de los GRs, medido a la entrada del canal es ReGRs =1,80; ρplasma= 1025 kg/m3. 110 90 70 50 30 10 -10 -30 -50 -70 -90 -110 ρGRs=1100 kg/m3 y ρPLTs=1040 kg/m3 ρ GRs y PLTs= 1100 kg/m3 L.C 0.00 0.50 1.00 Fracción Volumétrica Plasma [-] Fig. 3.9.- Perfil de concentración del plasma, vía DFC a una distancia de 70 mm de la entrada del tubo, dirección radial. El número de Re del plasma, medido a la entrada del canal, es Replasma =2,74; ρplasma= 1025 kg/m3. 58 El pico máximo, en el perfil de las plaquetas, se atribuye a la migración lateral de partículas que tienden a agruparse a una distancia de la pared conocida como posición de equilibrio (ye), y se define como la relación entre la distancia lateral de la línea central del canal a la posición del pico máximo (r/R). Según Ho y Leal (1974) y los primeros estudios realizados por Segré y Silberberg (1962), en partículas esféricas con flotabilidad neutra, se observa que en ausencia de cualquier velocidad de deslizamiento las esferas tienden a emigrar lejos de la pared y la línea central de conducto, acumulándose en un posición de equilibrio igual a 0,6. Investigadores como Won y Yul (2008) exponen que la migración lateral no sólo ocurre marcadamente a números de Reynolds bajos; sino que señalan, que para partículas con flotación neutra. La posición de equilibrio se obtiene como una función del número de Re, incrementándose a medida que éste aumenta. Sin embargo, para partículas flotantes los patrones de migración son más complejos, dependiendo de la diferencia de densidad entre el fluido y la partícula. Las fuerzas impulsoras de la migración han sido identificadas como: fuerzas externas aplicadas, repulsiones en la pared, efectos inerciales, inestabilidades en las fuerzas de arrastre; interacciones partícula-partícula y fuerzas de sustentación (Fung, Hu, & Joseph, 1994). Para evaluar la preponderancia de estas fuerzas en la migración de la fase dispersa, se hizo el siguiente análisis. 59 III.2.1.1. Fuerza Aplicadas El modelo computacional sólo consideró la gravedad como fuerza externa, influenciando la flotación de las partículas, dada la diferencia de densidad entre las fases. Como se observa en la Fig. 3.8, los glóbulos rojos tienden a migrar hacia el fondo del tubo, incrementándose su concentración en esta región, indiferentemente si se modelan como la fase más densa o se asume que ambas fases dispersas tienen la misma densidad; lo que genera, un desplazamiento de las fases plasma y plaquetas hacia la región contraria del conducto. Está claro que la gravedad afecta el desplazamiento de las fases dispersas hacia un lado u otro del canal; sin embargo, para el caso en donde la fase plaquetas y glóbulos rojos se modelan con la misma densidad entran en juego otros factores que afectan la segregación, como lo son el diámetro de partícula y la concentración. En los casos anteriores, los glóbulos rojos son la fase más voluminosa, al ser de mayor diámetro y estar en mayor concentración; no obstante, para analizar mejor el efecto de la variación de estos parámetros, se realizaron una serie de simulaciones numéricas, en donde se varió la relación entre las densidades de los glóbulos rojos y plaquetas (ΩG-R=ρGRs/ρPLTs) y la fracción volumétrica Influencia del diámetro de la fase dispersa. a) Densidad plaquetas 1040 kg/m3 y glóbulos rojos 1100 kg/m3 En la figura 3.10 se condensan los resultados obtenidos al variar el diámetro de las fases dispersas, tomando en cuenta las densidades fisiológicas de cada fase. 60 Posición Radial [μm] Gravedad PARED PARED 110 90 70 50 30 10 -10 -30 -50 -70 -90 -110 μPlasma= 1,22 cP μRBCs = 2,00 cP μPLTs = 2,00 cp Diámetro fase dispersa=6μm 0.00 0.01 0.02 L.C ye=0,94 φGRs=6,0 μm y φPLTs=2,5 μm ye=0,96 φGRs=2,5 μm y φPLTs=6,0 μm ye=0,98 0.03 0.04 0.05 Fracción Volumétrica PLTs [-] Fig. 3.10.- Perfil de concentración de PLTs, al variar el diámetro de las partículas, considerando ΩG-P= 1,06 . ρplasma= 1025 kg/m3; fracción volumétrica a la entrada αPLTs=2% y αGRs=40% b) Densidad plaquetas y glóbulos rojos 1100 kg/m3 Posición Radial [μm] Gravedad PARED PARED 110 90 70 50 30 10 -10 -30 -50 -70 -90 -110 ye=0,96 Diámetro fase dispersa=6μm φGRs=6,0 μm y φPLTs=2,5 μm L.C μPlasma= 1,22 cP μRBCs = 2,00 cP μPLTs = 2,00 cp 0.00 0.02 0.04 0.06 0.08 0.10 Fracción Volumétrica PLTs [-] Fig. 3.11.- Perfil de concentración de PLTs, vía DFC, obtenido al variar el diámetro de la fase dispersa, considerando ΩG-P= 1. ρplasma= 1025 kg/m3, fracción volumétrica a la entrada αPLTs=2% y αGRs=40% 61 Influencia de la concentración de las fases dispersas. Gravedad Posición Radial [μm] 110 90 70 50 30 10 -10 -30 -50 -70 -90 -110 PARED 0.000 a) μPlasma= 1,22 cP μRBCs = 2,00 cP μPLTs = 2,00 cP L.C ye=-0,96 0.020 Posición Radial [μm] PARED 0.040 Fracción Volumétrica PLTs [-] b) 110 90 70 50 30 10 -10 -30 -50 -70 -90 -110 0.000 F.V fase dispersa=2% αGRs=40% y αPLTs=2% 0.500 1.000 Fracción Volumétrica GRs [-] Fig. 3.12.- Perfil de concentración de a) plaquetas; b) glóbulos rojos, obtenido al variar la fracción volumétrica de las fases dispersas. ρplasma= 1025 kg/m3, ρPLTs= 1040 kg/m3, ρGRs= 1100 kg/m3 Para analizar los resultados anteriores se considera la expresión de la fuerza de gravedad: En donde, al ser pequeña la diferencia de densidad entre las fases, las variaciones en el diámetro de partícula son las que afectan en mayor medida la magnitud de la fuerza de gravedad; infiriéndose que, para partículas de mayor tamaño, la fuerza de gravedad incrementa. Sin embargo, en la Fig. 3.10, los resultados de la simulación numérica reflejan que la posición de equilibrio de las plaquetas, y e, no cambia apreciablemente con las variaciones en el diámetro de partícula; sólo observándose cambios en el perfil de concentración cuando se asume que las fases dispersas poseen las misma densidad y diámetro (Fig. 3.11), o cuando se asume que la concentración es igual para éstas (Fig. 3.12). 62 En el primer caso, la fuerza de gravedad tiene el mismo valor en ambas fases; por lo tanto, la estratificación estará dada por la sedimentación de las fases dispersas en el fondo de conducto y el desplazamiento de la fase continua hacia el otro extremo. En este sentido, el fenómeno de segregación en esta geometría, es producto de un efecto combinado, entre la diferencia de densidades, diámetro de partícula y concentración. Otro aspecto a considerar en el caso de partículas flotantes, es que la flotación genera una velocidad de deslizamiento entre la fase continua y la fase dispersa. Para cada uno de los casos simulados, el flujo que se desarrolla es tipo Poiseuille (Fig. 3.13), en donde sólo se generan variaciones entre las velocidades de las fases a los extremos del conducto. Por lo tanto, la posición de equilibrio se ubicará a un extremo u otro del conducto, dependiendo si la partícula es movida por la fase continua o no. Al analizar, la Fig 3.14, se tiene que la fase plaquetas exhibirá un pico de máxima concentración cercano a la pared, en aquella zona del conducto en donde la velocidad de deslizamiento presenta una inflexión. Adicionalmente, el flujo que se desarrolla en el tubo no sólo genera esfuerzos de corte sino también gradientes de éstos, a través de los cuales se induce la migración lateral. En el centro de un flujo de Poiseuille el esfuerzo se desvanece, pero su gradiente no, lo que hace del centro del canal una posición de equilibrio inestable. En este sentido, una partícula en el centro del canal o tubería será conducida por los gradientes de esfuerzo hacia la pared, y una partícula cerca de la pared será conducida lejos de ésta; por lo tanto, la posición final será cuando se establezca el equilibrio entre el centro y la pared del conducto. 63 Posición Radial [μm] Zona de generación 110 de velocidad de 90 deslizamiento 70 Plasma 50 Plaquetas 30 Glóbulos Rojos 10 -10 -30 -50 -70 -90 -110 -0.001 0.004 0.009 0.014 0.019 0.024 0.029 Velocidad [m s-1] Fig. 3.13.- Perfil de velocidad de plasma, plaquetas y glóbulos rojos. ρplasma= 1025 kg/m3, ρPLTs= 1040 kg/m3, ρGRs= 1100 kg/m3¸ fracción volumétrica a la entrada αPLTs=2% y αGRs=40% 110 Posición Radial [µm] 105 100 95 90 -90 -95 GRs=40% y PLTs=2% GRs=2% y PLTs=2% -100 -105 -110 -1.5E-004 -1.0E-004 -5.0E-005 0.0E+000 5.0E-005 Velocidad de deslizamiento PLTs [m s-1] Fig. 3.14.- Velocidad de deslizamiento, obtenida empleando DFC, para la fase plaquetas, variando la concentración de la fase dispersa. ρplasma= 1025 kg/m3, ρPLTs= 1040 kg/m3, ρGRs= 1100 kg/m3 64 III.2.1.2. Fuerzas inerciales, viscosas y de arrastre Cuando se tienen suspensiones diluidas (con fracciones volumétricas, α ≤ 10%), uno de los fenómenos más importantes reportado por varios investigadores (Takemura & Magnaudet, 2009; Rusconi & Stone, 2008) es, que los esfuerzos de corte inducen la migración de las fases dispersas promoviendo la formación de regiones de concentración elevada en puntos cercanos a la pared; aceptándose el hecho de que este fenómeno de migración lateral se genera como producto de la inercia del fluido. Sin embargo, es importante analizar el efecto asociado a otras fuerzas que también se toman en cuenta al resolver la ecuación de Navier-Stokes; estas son las viscosas y las de arrastre. En las gráficas siguientes, se representa el perfil de estas fuerzas sobre la fase plaquetas para dos casos simulados, en donde la posición de equilibrio de máxima concentración se ubica en el primer caso en el extremo superior del conducto, y en el segundo caso en el extremo inferior. En las Figs. 3.15 y 3.16, está claro que cuando la fase dispersa se mueve paralela a la pared, la fuerza de arrastre aumenta a medida que disminuye la distancia pared-fase dispersa. Este aumento, se justifica en términos de los efectos viscosos derivados de la presencia de la pared, que retarda el movimiento del fluido y como consecuencia los esfuerzos de corte incrementan en esta zona. 65 100 Viscosas Inerciales Arrastre Posición Radial [µm] 80 60 40 20 L.C 0 -20 μPlasma= 1,22 cP μRBCs = 2,00 cP μPLTs = 2,00 cP -40 -60 -80 -100 0.0E+000 1.0E+004 1.0E+006 2.0E+006 Fuerza/Volumen [kg m-2 s-2] Fig. 3.15.- Perfil radial de las fuerzas que influencian el movimiento de las fases a través del conducto. ρplasma= 1025 kg/m3, ρPLTs= 1040 kg/m3, ρGRs= 1100 kg/m3; fracción volumétrica a la entrada αPLTs=2% y αGRs=40% 100 Viscosas Inerciales Arrastre Posición Radial [µm] 80 60 40 20 L.C 0 -20 -40 -60 -80 -100 0.0E+000 1.0E+004 1.0E+006 2.0E+006 Fuerza/Volumen [kg m-2 s-2] Fig. 3.16.- Perfil radial de las fuerzas que influencian el movimiento de las fases a través del conducto. ρplasma= 1025 kg/m3, ρPLTs= 1040 kg/m3, ρGRs= 1100 kg/m3; fracción volumétrica a la entrada αPLTs y αGRs=2% 66 La relativa falta de partículas en el extremo superior del conducto, genera un descenso en las fuerzas viscosas, atribuyéndose a una combinación de interferencia mecánica y movimiento lateral, relacionados con la repulsión entre las partículas y la pared. Es importante resaltar que aún cuando en los casos simulados la migración lateral se promueve hacia el extremo superior o al inferior (Fig. 3.12), la tendencia en el comportamiento de las fuerzas inerciales, viscosas y de arrastre es muy simular para ambos casos; lo que implica que este fenómeno de migración constituye un balance entre la fuerza gravitacional, que mueve las fases dispersa hacia el fondo del tubo, y las fuerzas inerciales que las elevan hacia el extremo superior. Adicionalmente, la fase con más volumen (mayor diámetro de partícula y concentración), se depositará en el fondo, desplazando las fases más livianas al otro extremo. III.2.1.3. Comparación del modelo con datos experimentales Una vez analizados los factores que están influyendo en el modelo de segregación; es necesario comparar, si el modelo multifásico es capaz de reproducir el comportamiento que las células sanguíneas presentan al fluir en microconductos. Para validar el método numérico y medir la exactitud de la simulación se hace una comparación gráfica, entre los resultados experimentales reportados por Yeh et al. y los obtenidos computacionalmente, reportándose con barras el error relativo en cada medida. 67 El modelo numérico es capaz de predecir la concentración de las plaquetas en el centro del canal; sin embargo, a medida que nos acercamos a la pared de éste, y aún cuando se captura la elevación de la concentración observada experimentalmente, la concentración relativa que se predice es aproximadamente 5 veces menor que la reportada por Yeh y colaboradores en su trabajo. Distancia de la Pared [μm] 60 Conc. Relativa= α de PLTs αprom. de PLTs 50 40 Numérico 30 Experimental 20 ye=0,96 10 ye =0,98 0 -10 -5 0 5 10 15 Concentración Relativa PLTs [-] Fig. 3.17.- Comparación del perfil de concentración de plaquetas experimental y numérico. Las barras expresan el error relativo de los resultados computacionales Para analizar el por qué de esta desviación, es importante señalar que experimentalmente investigadores como Tilles y Eckstein (1987); Aarts et al. (1988); Zhao et al. (2007), entre otros; han reportado que la marginación y acumulación de las plaquetas hacia una region cercana a la pared está influenciada principalmente por la la interacción hidrodinámica de estas células con los glóbulos rojos; incrementándose su concentración a medida que el hematrocrito aumenta. En este sentido, en el modelo computacional que se evaluó, no hay ningún término numérico 68 que tome en cuenta la interación entre las fases glóbulos rojos y plaquetas; asumiéndose solamente que cada fase está presente, en principio, en cada volumen de control y asignándose una fracción volumétrica igual a la fracción del volumen de control ocupada por la fase. Esta limitación del modelo, se ve reflejada en el error calculado para los valores obtenidos en la región cercana a la pared de aproximadamente 10 μm, y que para el valor de m{xima concentración llega a ser del 60%. La posición de equilibrio, ye, que obtuvo Yeh y colaboradores experimentalmente es de 0,98, que corresponde a una distancia de 2,64 μm de la pared; mientras que, numéricamente se tiene que esta posición es de 0,96, equivalente a una distancia de 4,62 μm de la pared. En el trabajo de Yeh y colaboradores sólo reportan el perfil de concentración de las plaquetas; sin embargo, es bien conocido que los glóbulos rojos al fluir por conductos de di{metros menores a 500 μm tienden a hacerlo por el centro de estos (Sun & Munn, 2005). La principal razón es la alta flexibilidad y deformación que experimenta la membrana de GRs que los hace orientarse con las líneas de flujo. El modelo numérico, considera partículas esféricas que no distorsionan su forma a menos que, se desarrolle un flujo turbulento; como resultado no se captura, la migración lateral de la fase GRs hacia el centro del canal. Resumiendo, el modelo multifásico generado computacionalmente reproduce la tendencia a la segregación que experimentan las plaquetas cuando fluyen a través de micro-conductos, siendo el fenómeno de segregación un balance entre las fuerzas gravitaciones, viscosas, inerciales y de arrastre. Sin embargo, dado que las células sanguíneas (glóbulos rojos y plaquetas) experimentan una serie de interacciones entre 69 sí que no son tomadas en cuenta numéricamente, existen ciertas discrepancias entre lo reportado experimentalmente y lo obtenido con el modelo numérico. Aun así, el modelo permite hacer una reproducción más adecuada del flujo sanguíneo en conductos, que considerar una sola fase y no tomar en cuenta la presencia de los componentes de éste. III.2.2. EVALUACIÓN DEL ESTADO TERMODINÁMICO DE LA FASE DISPERSA Y SU EFECTO EN LA SEGREGACIÓN. Para descartar la influencia de la gravedad en el modelo, se simuló el flujo de plasma, plaquetas y glóbulos rojos en un canal donde la inercia dominaba sobre la gravedad. En esta etapa se tomó como referencia el estudio experimental realizado por Zhao et al. (2008), en el cual evaluaron la variación en la distribución espacial de las plaquetas, en la zona de expansión de un canal, como resultado de la influencia que ejerce la concentración de glóbulos rojos (hematocrito) sobre estas partículas. Para ello visualizaron el flujo de GRs bovinos suspendidos (Htc=5-60%) y partículas del tamaño de una plaqueta, suspendidos en una solución buffer, a caudales controlados (6-30 mL/h). El dominio empleado en la simulación numérica es un canal que presenta dos regiones, una contracción seguida de una expansión (100: 200 μm). En la primera etapa del estudio se consideraron tres casos en donde: 1) ambas fases dispersas son modeladas como líquido; 2) cómo sólido; 3) GRs como líquido y plaquetas como sólido; plateándose este estudio, debido a que fisiológicamente las células sanguíneas son partículas sólidas; sin embargo, los glóbulos tienden a deformarse y alinearse en dirección del flujo dependiendo de esfuerzo de corte, su comportamiento puede ser aproximado a el de una gota de líquido. 70 En la gráfica que se muestra a continuación, se ilustra el perfil de concentración de las plaquetas en la zona de la contracción. PARED Posición Latera, y/Y [-] 1.00 0.95 0.90 RBCs(LIQ)-PLTs(LIQ) RBCs(LIQ)-PLTs(SOL) RBCs(SOL)-PLTs(SOL) 0.85 0.80 0 0.02 0.04 0.06 0.08 0.1 Fracción Volumétrica PLTs [-] Fig. 3.18.- Perfil de concentración de PLTs, vía DFC, en un microcanal para un flujo en la entrada de 15 mL/h. Tomando como referencia el efecto de migración lateral que exhiben las plaquetas cuando fluyen en microcanales; es posible apreciar de la Fig. 3.18, que sólo cuando se considera a las fases dispersas como líquido se logra en cierta medida este efecto. Con los otros modelos, las plaquetas experimentan un aumento de la concentración en la pared, con lo cual no se captura la formación de la capa libre de células producto de un aumento en la concentración de plasma en esta zona. Para explicar el por qué de este resultado, se parte del hecho de que numéricamente el programa CFX 12 hace la distinción entre el flujo de líquidos y sólidos adicionando un término a la ecuación de momento cuando la fase dispersa es sólida; estos términos representan los esfuerzos debido a la colisión de partículas. 71 Adicionalmente, también se hace un cálculo de la viscosidad del sólido empleando ecuaciones constitutivas empíricas o haciendo una analogía con la teoría cinética de los gases (Teoría Cinética Granular, TCG). Esta viscosidad aparente del sólido, en este caso, es menor a la viscosidad considerada al modelar las plaquetas como líquido; esto implica que el número de Reynolds aumente y como consecuencia el coeficiente de arrastre y por lo tanto la fuerza de arrastre disminuyan en la pared; menor resistencia al avance da lugar a una propagación de la distribución de partículas hacia la pared. Este desplazamiento de la posición de equilibrio, ye, con el aumento del número de Reynolds ha sido reportado por Won y Yul (2008). Ahora bien, si el modelo que reproduce cualitativamente el comportamiento de las plaquetas en microcirculación es el líquido-líquido, es necesario evaluar cómo la viscosidad de cada fase dispersa influye en los resultados. Así, al hacer una variación en la relación entre la viscosidad de los glóbulos rojos y plaquetas se obtuvieron los resultados de las figuras 3.19 y 3.20. PARED Posición Lateral, y/Y [-] 1.00 0.95 0.90 0.85 0.80 0.75 0.70 0.012 μGRs=2 cP; μPLTs=1,5 cP μGRs=5 cP; μPLTs=1,5 cP μGRs=1,5 cP; μPLTs=1,5 cP μGRs=1,5 cP y μPLTs=3 cP μGRs=0,61 cP; μPLTs=1,5 cP 0.014 0.016 0.018 0.02 0.022 Fracción Volumétrica PLTs [-] Fig. 3.19.- Perfil de concentración de PLTs, vía DFC, en un microcanal para un flujo en la entrada de 6 mL/h 72 PARED 1.00 Posición lateral, y/Y [-] 0.95 0.90 0.85 μGRs=2 cP; μPLTs=1,5 cP μGRs=5 cP; μPLTs=1,5 cP μGRs=1,2 cP; μPLTs=1,5 cP μGRs=2 cP y μPLTs=3 cP μGRs=0,61 cP; μPLTs=1,5 cP 0.80 0.75 0.70 0.2 0.25 0.3 0.35 0.4 0.45 0.5 Fracción Volumétrica GRs [-] Fig. 3.20.- Perfil de concentración de GRs, vía DFC, en un microcanal para un flujo en la entrada de 6 mL/h Los perfiles de concentración, tanto de la fase plaquetas como de glóbulos rojos, exhiben un comportamiento similar; donde, en el centro del canal la concentración se mantiene constante y en las cercanías de la pared (aprox. 5 μm) comienzan a mostrarse las variaciones en ésta. Tal como en los casos simulados con el microtubo, el modelo no captura la migración lateral de los GRs hacia el centro del canal. Adicionalmente, sólo cuando la viscosidad de las plaquetas se considera mayor que la de los GRs se obtiene comportamiento esperado para las plaquetas; sin embargo, al analizar el perfil de concentración de GRs, se observa que cuando la viscosidad de esta fase es menor que la del plasma, el descenso en la concentración de plaquetas en la pared es producto de un incremento de la concentración de GRs en esta zona y no es el producto de la formación de una capa libre de células. En este sentido, para poder captar, cualitativamente el comportamiento de plaquetas en el canal es 73 necesario que la viscosidad de esta fase sea mayor en comparación con la de GRs, pero la de glóbulos rojos no debe ser inferior a la del plasma. Como los estudios de Zhao et al.se centraron en la zona de la expansión de un canal que presenta cambios en su sección transversal; se realiza una comparación de los resultados numéricos obtenidos con el modelo líquido-líquido y los reportados por estos investigadores, en esta sección de canal. Velocidad PLTs Cortante Fig. 3.21.- Líneas de corriente de la velocidad de la fase plaquetas a lo largo del canal 74 Posición axial salida estenósis [μm] 140 120 100 80 μGRs=2 cP y μPLTs=6 cP μGRs=2 cP y μPLTs=3 cP Experimental 60 40 20 0 1.0 2.0 3.0 4.0 Concentración relativa PLTs [-] Fig. 3.22.- Perfil de concentración de PLTs, vía DFC, para la sección de expansión del canal con un espesor de 20μm; flujo en la entrada de 6 mL/h El número de Reynolds de las fases plaquetas y glóbulos rojos es de 0,06 y 0,53, respectivamente, cuando se considera una viscosidad de 6 cP para las plaquetas. Los efectos viscosos dominan sobre los inerciales; sin embargo, los inerciales dominan sobre la fuerza gravitacional (Fr=5,43). Como el número de Reynolds es bajo, Re < 1, el flujo no se separa de la pared cuando entra en la expansión; no obstante, se genera una recirculación en la esquina superior del canal. En esta zona, los experimentos de Zhao et al. (2008), revelan una fuerte influencia de la fase glóbulos rojos sobre la distribución espacial de las partículas (plaquetas); en donde, la concentración de éstas resultó ser más elevada localmente en la esquina, cuando el hematocrito es de 40%, y esencialmente igual a la línea base para las muestras con menor hematocrito. El modelo multifásico empleado, predice el perfil de deposición observado experimentalmente; no obstante, difiere en la predicción de la concentración máxima obtenida experimentalmente. La posible explicación, está relacionada nuevamente, 75 con que no se está tomando en cuenta la interacción dinámica de los GRs con las plaquetas, lo que incrementa el transporte de éstas hacia una región cercana a la pared. III.3. EVALUACIÓN DEL DAÑO HEMOLÍTICO APLICANDO EL MODELO DE SEGREGACIÓN En esta etapa del estudio, se estimó el daño que se genera en los glóbulos rojos al fluir a través de geometrías con cambios abruptos de sección. Para ello, se consideraron dos enfoques: el primero, en donde la sangre se simuló como un fluido multifásico, empleando el modelo de segregación líquido-líquido, desarrollado en la primera fase de este estudio; y el segundo, en el cual la sangre es tratada como un fluido homogéneo, como tradicionalmente se le considera en muchos modelos actualmente existentes para la estimación del daño. Los resultados de ambos enfoques son analizados y comparados con los datos experimentales publicados por Umezu et al. (1992); y en cuyo trabajo, realizaron mediciones in vitro para analizar la variación de hemoglobina libre en el plasma, luego de que la sangre fuera sometida a pasar a través de conectores que presentaban una reducción en el área de la seccion transversal; las muestras se tomaron cada hora, hasta un total de seis horas. El modelo numérico consideró el método propuesto por Farinas et al. (2006) para determinar la fracción de daño lineal empleando una ecuación diferencial hiperbólica (ver capítulo I). Según las condiciones experimentales reportadas, el flujo que se genera dentro de estos conectores es turbulento (aprox. 3200 en la entrada); por lo tanto, la simulación numérica se llevó a cabo empleando el modelo de turbulencia de transporte de 76 esfuerzos cortantes (SST, siglás en inglés), que fue validado por Salazar et al. (2008) en una geometría de un escalón con flujo reverso, donde se generaban los fenómenos de separación y re-adhesión de capa límite. La similitud de dicha geometría con el vortice que se genera en el conector estenótico se muestra en la Fig. 3.23. Vórtice toroidal a) b) Fig. 3.23.- Comparación gráfica del flujo: a) a la salida del conector estenótico; b) con el flujo en un escalón reverso En general, cuando se trata de cuantificar el daño hemolítico, se debe considerar la influencia de factores como la turbulencia, que genera una carga mecánica anormal sobre la células sanguíneas; los elevados esfuerzos de corte generados en la pared del conducto, y la formación de áreas de estancamiento o zonas de recirculación; adicionalmente, está el tiempo de exposicion que tienen las células a estos factores. Con el modelo Euleriano desarrollado en esta investigación, es posible señalar la localización de regiones en donde la lisis de los glóbulos rojos se genera en mayor proporción, producto del incremento en los esfuerzos de corte. Para el caso del conector, estos puntos críticos se encuentran en la pared de la estenosis y en la expansión luego de ésta (Fig. 3.24). 77 Esfuerzo Cortante Puntos críticos Fig. 3.24.- Esfuerzos cortantes generados a lo largo del conector estenótico tipo D. De acuerdo a lo repotado por Lacasse et al. (2007) un esfuerzo de corte de aproximadamente 250 Pa es necesario para ocasionar la ruptura total de los GRs; sin embargo, bajo las condiciones empleadas para estimar el daño, en esta geometría no se alcanza este valor de tensión, siendo el daño sub-lítico el que predomina. Al analizar las líneas de corriente y el campo de velocidades que describen la fase glóbulos rojos (Fig. 3.25) al fluir a través del conector, se puede observar la formación de dos vórtices de recirculación como consecuencia del ensanchamiento abrupto en una sección del ducto; la longitud aproximada de estos vórtices es de 25 mm. En esta zona, el líquido que sale de la estenosis penetra una capa de fluido que presenta un movimiento más lento; por el efecto del rozamiento, el chorro arrastra consigo parte del fluido que lo rodea, desarrollándose gradualmente una capa libre cortante alrededor de éste. En esta situación, el flujo cortante que se genera no está íntimamente asociado con una superficie sólida, como en el caso de la pared de la estenósis; sin embargo, contituye un punto crítico de generación de daño. 78 b) Velocidad RBCs Cortante a) ~ 25 mm Fig. 3.25.- a) Líneas de corriente para la velocidad de los glóbulos rojos en el conector estenótico tipo D. b) Flujo cortante generado por el chorro que emerge de un orificio (Sutera, 1977) Como el esfuerzo de corte (τ) es condiderado el principal causante biomec{nico de los eventos hemolíticos, y según los estudios de Kameneva et al. (2004) el mecanismo de generación de hemólisis es fundamentalmente diferente en flujos laminares y turbulentos,es necesario establecer conciensudamente una forma para calacular estos esfuerzos y evitar la sobre-estimación del daño. En este sentido, para el regimen turbulento se hace una analogía con el caso de los esfuerzos viscosos, considerando el producto de la viscosidad efectiva por la tasa de corte para el cálculo del esfuerzo cortante turbulento: Se tiene como resultado, que se genera mayor daño en las células al emplear esta forma de cálculo, que si solamente se considera la viscosidad dinámica de la fase glóbulos rojos. En la zona de la estenosis, con ambas metodologías, el esfuerzo 79 generado presenta en promedio, un esfuerzo de corte muy similar (Fig. 3.26); sin embargo, en la zona de la expansión, al tomar en cuenta la viscosidad turbulenta, el esfuerzo generado incrementa (por un factor de 2 aprox.); como consecuencia la fracción de daño aumenta casi dos órdenes de magnitud, comparado con la región de la estenosis (Fig. 3.27). El daño adicional, puede ser solamente el resultado de la carga mecánica sobre las fases dispersas debido a vórtices turbulentos. La viscosidad turbulenta, es un término ficticio que se genera de la ecuación de momento para flujo turbulento, no contiene información sobre el tamaño de la estructura de flujo y por lo tanto, no puede caracterizar el ambiente mecánico de las células individuales. Los estudios de Quinlan y Dooley (2007) y Ge et al. (2008), han demostrado, que los esfuerzos de Reynolds representan un indicador inadecuado de los verdaderos esfuerzos viscosos generados en flujo turbulento, porque genera una sobre estimación de la fuerza requerida para provocar la hemólisis. 100 320 240 Tensor Esfuerzo ( Tensor Esfuerzo ( 80 ), [Pa] 360 Eff ), [Pa] 120 60 40 20 0 a) 280 200 160 120 80 40 0 0 20 40 60 80 100 Posición Axial [mm] 120 140 b) 0 20 40 60 80 100 120 140 Posición Axial [mm] Fig. 3.26.- Esfuerzo de corte generado en un plano axial en el conector estenótico D. a) el tensor de esfuerzo de la forma b) tensor de esfuerzo que considera la viscosidad efectiva, . 80 1.6E-002 Fracción de daño, HGW [-] Fracción de daño, HGW [-] 6.0E-005 4.0E-005 2.0E-005 0.0E+000 a) 1.2E-002 8.0E-003 4.0E-003 0.0E+000 0 20 40 60 80 100 120 140 Posición Axial [mm] b) 0 20 40 60 80 100 120 140 Posición Axial [mm] Fig. 3.27.- Fracción de daño, HGW, medida a) calculada considerando calculada considerando . b) Considerando lo planteado anteriormente, para la estimación numérica del daño en los glóbulos rojos se tomó en cuenta sólo la viscosidad dinámica en el cálculo del esfuerzo. Una representación del daño en los glóbulos rojos, en un plano dentro conector se muestra en la Figura 3.28. Fracción de Daño, HGW [-] x 10 -5 5 4 3 2 1 0 140 Pos 110 ició n 5 80 axia l[ 55 40 mm ] 2.5 0 0 -5 -2.5 m dia l [m a R n ió Posic ] Fig. 3.28.- Fracción de daño, HGW, en un plano a lo largo del conector D. 81 Como una medida más adecuada para estimar y clasificar los dispositivos en términos de daño total generado y compararlo con los resultados obtenidos por Umezu et al. se empleó el Indice Modificado de Hemólisis (MIH, siglás en inglés), calculado al emplear la formulación propuesta por Garon y Farinas (2004). La metodología numérica empleada para estimar el daño en los glóbulos rojos establece como premisa que la variación de la concentración de hemoglobina libre en el plasma por unidad de tiempo es constante, lo que implica que se aborda el problema de generación de hemólisis desde un punto de vista macrocópico. En la Tabla 3.1 se muestra el valor experimental de MIH luego de seis horas de flujo a través del conector tipo D y los obtenidos numéricamente al modelar la sangre como un fluido multifásico y como homogéneo. Tabla 3.1.- Indicie Modificado de Hemólisis (MIH), estimado empleando una metodología numérica, que considera dos enfoques para modelar la sangre: homogeneo y no homogeneo. MIH experimental [-] 1,32 MIH numérico Modelo Multifásico [-] 5,52 MIH numérico Modelo Homogéneo [-] 37,05 Para comparar los resultados numéricos con los experimentales, se calcula el efecto del daño local en los puntos críticos dentro del conector, globalmente a la salida del conector; lo cual correspondería a lo que se realiza en los experimentos in vitro. Adicionalmente, se supone que la solución es independiente del tiempo, con lo que el valor reportado en la Tabla 3.1 es un promedio del índice de hemólisis. Numéricamente, se observa que el enfoque multifásico discrepa menos del valor experimental, que cuando se modela la sangre como un fluido homógeneo. El error relativo del primer modelo es de 3,18 mientras que para el modelo homogéneo es de 27,07. Estos resultados sugieren que aún cuando el modelo de segregación sigue sobrestimando la hemólisis, se hace necesario considerar la naturaleza corpuscular de 82 la sangre, para obtener valores mucho mas cercanos a los evaluados experimentalmente. De hecho, este enfoque permite determinar la distribución de las células a través del dominio y garantiza que las ecuaciones para estimar el daño son aplicadas sólo a la fracción de células que están presentes en la regiones de máximo daño y no a una totalidad de fluido que se considera está distribuido uniformemente. Cuando se hace un análisis del daño, empleando otros conectores que difieren en la configuración de la sección de estenosis (Tabla 3.2), se obtiene que el índice de daño es mayor en el conector A; la única diferencia entre este conector y el D es que la entrada de la estenosis no es curva. Esto implica, que la forma de la entrada tiene una drástica influencia sobre la generación de hemólisis. Cuando Umezu y colaboradores compararon los resultados obtenidos en ambos conectores, determinaron que este ligero cambio en la forma interna de la estenosis contribuía a una reducción del 70% en la hemólisis. Numéricamente, el modelo está capturando aproximadamente la misma proporción de cambio entre el conector A y el D que el medido experimentalmente. Tabla 3.2.- Indicie Modificado de Hemólisis (MIH), calculado empleando el modelo de segregación para los conectores tipo A y H. MIH experimental Conector A [-] 4,45 MIH numérico Modelo Multifásico [-] 19,77 MIH experimental Conector H [-] 1,17 MIH numérico Modelo Multifásico [-] 4,16 En el conector tipo H la reducción en la longitud de las contracción disminuye el tiempo de exposición de las fases a los elevados esfuerzos, generados en esta zona; evitando que el daño se incremente aún cuando la entrada tiene la misma configuración que el conector A. 83 CAPÍTULO IV CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES Este trabajo propone una metodología numérica para estimar el daño sanguíneo en dispositivos médicos, que permite disminuir significativamente la sobre-estimación del daño hemolítico que, típicamente, se obtiene de los modelos Euleriano-Euleriano. Para ello, se ha aplicado como enfoque, que la sangre debe ser modelada como un fluido no homogéneo, en el cual los glóbulos rojos constituyen la fase dispersa más numerosa. Esto permitió establecer la distribución de las células a través del conducto por el cual fluyen, y aplicar las correlaciones de daño sólo a la fase sobre la cual se genera. Fisiológicamente, las células sanguíneas tienden a alejarse de las paredes del ducto; con el modelo homogéneo de sangre, no se hace esta distinción y las ecuaciones de daño se aplican de manera global sobre un fluido que está uniformemente distribuido, y que no permite determinar que fracción de células están en mayor concentración en los puntos críticos de generación de daño. De allí, que la hemólisis estimada con el modelo homogéneo es aproximadamente 28 veces mayor que la predicha en este estudio cuando se considera la segregación de las células. Las zonas críticas de generación de daño, se encuentran principalmente en regiones donde hay cambios bruscos en la sección transversal del dominio; esto es, en las paredes de la contracción y en la expansión luego de ésta. El hecho, que se pueda 84 establecer la localización de estas regiones de elevado daño en las células, es una ventaja que el método proporciona y que permite optimizar el diseño de los dispositivos médicos. Al diseñar dispositivos sanguíneos, es importante realizar un estimado de la magnitud de la hemólisis que sufre la sangre al circular a través de los mismos, con la mayor precisión posible; con este estudio se justificó que la viscosidad turbulenta no debe ser considerada en el cálculo del esfuerzo de corte, dado que no es un término que describe el comportamiento viscoso de las células, sino un término ficticio que se genera de la ecuación de momento cuando se modela el flujo turbulento. Considerar la segregación de las células sanguíneas presenta una ventaja significativa en la estimación del daño hemolítico; adicionalmente, la semejanza en el perfil de distribución de las plaquetas es otro punto a favor del modelo, en el cual la posición de equilibrio, ye, producto de la migración lateral de estas células se compara cualitativamente con los resultados experimentales reportados por Yeh et al. (1994). Dentro de las limitaciones del modelo se encuentran, que la concentración máxima en ye es aprox. 5 veces menor que lo reportado; de igual forma, el modelo no captura de manera exacta la distribución que tienen los glóbulos rojos cuando fluyen en un conducto cuyo di{metro es menor de 300 μm. Este hecho, se atribuye a que no se considera la interacción partícula-partícula entre las diferentes fases dispersas; y en donde, la deformación que experimentan la membrana de los GRs, cuando fluyen a través de secciones de diámetro reducido, no se está modelando. Como la viscosidad de la sangre disminuye a medida que fluye por ductos de diámetro reducidos; el hecho de modelar la fase dispersa como líquido, permite 85 asignarles una viscosidad, que aún cuando no es la viscosidad real de la fase, establece mejor las condiciones de flujo que se generan. Si la fase dispersa se modela como sólido, su viscosidad debe ser considerada despreciable para efectos del modelo. RECOMENDACIONES Una de las limitaciones del modelo es que no se toma en cuenta la interacción entre las diferentes fases dispersas (glóbulos rojos-plaquetas); la idea entonces es, que en futuras investigaciones se contabilice esta interacción, adicionando términos a las ecuaciones de momento, tal como se hace al evaluar la interacción fase continua-fase dispersa con el término de arrastre. En los conectores estenóticos evaluados, el esfuerzo de corte generado no superó el esfuerzo límite reportado por Lacasse et al. (2007), que es de 250 Pa ; por lo tanto, se propone evaluar, empleando el modelo de segregación, el daño generado en geometrías donde el esfuerzo supere este valor límite y en el cual se prevé una ruptura total de la membrana de las células, y no sólo generación de daño sublítico. Esto, para evaluar si el modelo es capaz de predecir de manera aceptable la fraccion de daño cuando se tienen condiciones mas severas que inducen la lisis de las células. Con este modelo Euleriano es posible determinar las zonas críticas de generación de daño; con lo que se propone hacer un estudio de optimización, en donde se evalúe los ángulos de entrada y salida de la estenosis que minimicen la fracción de daño generado y que permitan mejorar el diseño en los DAVs. 86 BIBLIOGRAFÍA Aarts, P., Bolhuis, P., Sakariassen, K., Heethaar, R., & Sixma, J. (1983). Red blood cell size is important for adherence of blood platelets to artery subendothelium. Blood , 62 (1), 214-217. 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