Contabilidad Nacional

Contabilidad Nacional
Pep I. Aguiló
Contabilidad Nacional
La mayoría de países calculan una serie de magnitudes que se recogen bajo el
nombre de contabilidad nacional, la precisión de dichas magnitudes es un
criterio muy fiable del grado de desarrollo de dicha economía. Es decir, son
más precias cuanto más desarrollado esté el país en cuestión.
Cuando las instituciones internacionales intervienen para ayudar a un país
menos desarrollado, una de las primeras decisiones que toman es enviar a un
grupo de expertos para que auditen y mejoren la contabilidad nacional del país.
La contabilidad nacional calcula el consumo privado, el gasto público, las
ventas de los productores, la formación de capital fijo (inversión) y otros flujos
monetarios entre los distintos sectores económicos.
El diagrama del flujo circular de la renta.
Se trata de un sencillo esquema que debe ayudar a entender los principios en
los que se basa la contabilidad nacional. En la figura siguiente se pueden
observar los flujos monetarios en rojo, mientras que los reales se representan
mediante flechas azules.
El principio básico es que los flujos monetarios entrantes de cada mercado o
sector son iguales a los flujos salientes de dicho mercado o sector.
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La figura anterior representa un mundo ultra-simplificado en que sólo hay dos
tipos de “agentes”, los hogares y las empresas, e ilustra el flujo monetario
circular entre hogares y empresas.
En los mercados de bienes y servicios, los hogares realizan el consumo
privado, es decir, compran bienes y servicios a las empresas nacionales. Al
mismo tiempo, los hogares poseen factores de producción (trabajo o capital,
tanto físico como financiero). De manera que los hogares venden el uso de
esos factores a las empresas, y a cambio reciben, salarios, dividendos
intereses o arrendamientos.
El esquema anterior puede ir complicándose gradualmente, aunque para ser
útil deba mantener una adecuada simplicidad. Por ejemplo, añadiendo al sector
público.
Gráficos de Marta Jacob.
Ahora una parte de la renta de los consumidores, les es detraída mediante
impuestos, a la vez que también puede ser complementada mediante
subvenciones.
De igual forma, podríamos añadir a nuestro esquema, un sector financiero a
donde fuese a parar el ahorro privado, que podría ser utilizado en inversiones
de las empresas.
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O lo mismo podríamos decir sobre la introducción de un sector exterior, que
canalizaría parte de las compras de los hogares, y que a su vez podría servir
para colocar parte de la producción de las empresas.
Producto interior bruto.
La compra por parte de un consumidor de un nuevo automóvil en un
concesionario es un ejemplo de una compra de un servicio final. Sin embargo,
la compra de acero por parte de una empresa de automoción es un ejemplo de
compra de un bien intermedio. Es decir, en el caso de los bienes y servicios
intermedios, el comprador –una empresa- no es el usuario final.
El producto interior bruto (PIB) es el valor total de todos los bienes y servicios
finales producidos por una economía, en un período concreto que suele ser de
un año.
Se puede observar como la economía española crece a un ritmo que ha
permitido casi multiplicar por cinco el valor de su producción con respecto al
año 1980.
La producción española total se acerca al billón y medio de dólares. De forma
que en término de euros la producción puede variar dependiendo de la
cotización del dólar en un momento dato.
Así, muchos diarios del día 20 de febrero del 2008, incluyeron un titular que
más o menos decía:
El PIB español supera el billón de
euros por primera vez en la historia
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Alcanza los 1,05 billones, el 7% más que en 2006 cuando se situó en 980.954
millones.
De esta forma según el raking que se elabore la economía española puede
situarse en una determinada posición. Así por ejemplo, según el Indexmundi,
ocupa la posición 11, lo cual no está en contradicción con que los miembros del
gobierno le suelen atribuir la octava posición.
Por su parte el PIB de Baleares (26.000 millones de euros) representa el 2,5%
del total español, tal como indican los datos publicados por la Cámara de
Comercio de Mallorca:
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Como se puede observar en el gráfico siguiente las CCAA españolas muestran
una dimensión diferente a la territorial cuando se las mide por su PIB.
Así, la Comunidad de Baleares tiene una dimensión en términos de PIB mayor
que en términos territoriales, donde representa más o menos el 1% del total.
Pese a todo lo dicho hasta ahora, calcular el valor total de los bienes y servicios
finales producidos no es la única forma de calcular el PIB. Teniendo en cuenta
que el PIB es igual al valor de todos los bienes y servicios producidos en una
economía, también tiene que ser igual al flujo de los fondos que las empresas
reciben por la venta en el mercado de esos bienes y servicios.
Hay una tercera forma de calcular el PIB. El flujo que va de las empresas al
mercado de factores son las rentas que las empresas pagan a los hogares en
forma de salarios, dividendos, intereses o arrendamientos. Así, el valor del flujo
de renta que sale desde las empresas a los hogares tiene que ser igual al flujo
monetario que entra en las empresas proveniente del mercado de bienes y
servicios. Y este valor, sabemos que es el valor total de la producción de la
economía, el PIB. Así pues la tercera forma de calcular el PIB es sumar el total
de las rentas que reciben los hogares provenientes de las empresas presentes
en la economía.
Calcular el PIB.
1.-Calcular el PIB como valor de la producción de bienes y servicios
finales.
El primer método para calcular el PIB es sumar el valor de todos los bienes y
servicios finales producidos en la economía, un cálculo que excluye el valor de
los bienes intermedios.
Existe una forma una forma de evitar contar dos veces o más un mismo
producto cuando se calcula el PIB, y es utilizar el valor añadido generado por
cada productor, que es la diferencia entre el valor añadido de sus ventas y el
valor de lo que compra a otros productores.
2.- Calcular el PIB como el gasto en bienes y servicios finales producidos
en el mercado interior.
Una forma alternativa de calcular el PIB es mediante la suma del gasto
agregado en los bienes y servicios finales producidos en el mercado interior. Es
decir, el PIB puede calcularse a través del flujo de fondos que entra en las
empresas nacionales. Aquí también se tiene que evitar contar el mismo bien
dos o más veces. El problema se resuelve contando únicamente el valor de las
ventas a los consumidores finales, es decir, a los hogares, a las empresas
cuando compran bienes de inversión, al Estado y a los compradores
extranjeros.
En definitiva, se omiten las ventas de materias y suministros destinados a la
producción que unas empresas realizan a otras.
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PIB=C+I+G+(X-M)
La fórmula anterior dice, que el PIB es igual al (CONSUMO PRIVADO), más la
(VENTAS DE BIENES DE INVERSION A OTRAS EMPRESAS) más (EL
GASTO PÚBLICO EN BIENES Y SERVICIOS), y más las ventas al extranjero
(LAS EXPORTACIONES).
Además los gastos en importaciones (IM), sacan flujo monetario fuera de las
fronteras nacionales. Es por ello que deben restarse en la expresión anterior.
3.- Calcular el PIB como las rentas de los factores pagadas por las
empresas de la economía.
Consiste en sumar todos los ingresos pagados por las empresas de la
economía a los factores de producción, es decir, los salarios pagados por el
trabajo recibido, los intereses pagados a aquellos que prestaron sus ahorros a
las empresas y al Estado, los arrendamientos pagados a aquellos que
alquilaron sus inmuebles a las empresas y los dividendos pagados a los
accionistas, que son los propietarios del capital físico de la empresa.
La idea básica es considerar el destino de todo el dinero que reciben las
empresas por la venta de sus bienes y servicios.
Este es el sistema de cálculo menos empleado, pero es muy importante
conocerlo, ya que denota que todo el dinero gastado en bienes y servicios
producidos por el mercado interior genera rentas de factores para los hogares,
es decir, denota que el flujo monetario es realmente circular.
¿Nacional o interior?
Seguro que junto al PIB en muchas ocasiones hemos oído hablar del PNB, es
decir, del Producto Nacional Bruto.
Todas las rentas de los factores van a los hogares nacionales. Pero ¿qué
ocurre cuando se pagan dividendos a los extranjeros que posen acciones de
empresas nacionales?¿Y a donde van a parar los beneficios generados por las
empresas nacionales que operan en el extranjero?
La respuesta es que van a parar al PNB aunque no al PIB. El PNB se define
como las rentas totales de los factores ganadas por los residentes de un país.
Lo que excluye los ingresos de los factores ganados por extranjeros, como por
ejemplo los dividendos pagados a los inversores japoneses propietarios de
acciones en empresas españolas, y los salarios pagados a trabajadores
marroquíes que trabajan en España de forma temporal.
Al mismo tiempo se incluye los ingresos de los factores ganados por nacionales
en el extranjero, por ejemplo, los beneficios de telefónica generados en sus
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negocios de Hispanoamérica, y los salarios de los españoles que trabajan de
forma temporal en México.
Hace unos años se utilizaba más el concepto de PNB que PIB para medir el
tamaño de la economía. Sin embargo, actualmente el PIB es el preferido, al ser
considerado mejor indicador de las variaciones de la producción a corto plazo
y, también porque se consideran poco fiables los datos sobre flujos
internacionales de rentas de los factores.
No obstante, es cierto que en algunos casos, sobre todo de países pequeños,
las diferencias entre ambas magnitudes pueden resultar significativas. El caso
típico es el irlandés cuyas empresas industriales son mayoritariamente
propiedad de estadounidenses.
La utilidad del PIB
El PIB se usa sobre todo para medir el tamaño de una economía y proporciona
una escala con la que comparar el comportamiento de una economía año tras
año o con la que comparar el rendimiento de un país con el de otro país.
Ahora bien, cuando se usan cifras del PIB hay que tener cuidado, sobre todo si
se utilizan para hacer comparaciones temporales, pues, con el paso de lo años,
parte del incremento del valor del PIB proviene de incrementos de los precios
de los bienes y servicios y no de incrementos de la producción. Así que para
medir los cambios reales en la producción agregada se utiliza una versión
modificada del PIB ajustada a las variaciones de precios, que se denomina PIB
real.
El PIB real
Es el valor total de los bienes y servicios producidos en la economía en una
año, calculado como si los precios no hubiesen cambiado con respecto a un
año dado que se denomina “año base”. La cifra del PIB real siempre viene
referida al año que se toma como base.
El PIB per capita
El PIB es una magnitud que mide la producción agregada de un país. Si todas
las otras variables son iguales, un país con más población tendrá un PIB mayor
simplemente porque hay más gente trabajando y consumiendo. Así pues, si
queremos comparar el PIB de varios países, pero queremos eliminar el efecto
provocado por el tamaño de la población, usaremos el PIB per cápita, es decir,
el PIB dividido por el número de habitantes, que equivale al PIB promedio por
persona.
Así mismo se podrá utilizar el PIB per cápita real o nominal.
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Por supuesto el PIB per cápita también tiene limitaciones. Así con cierta
frecuencia se acusa a los economistas de creer que el incremento del PIB per
cápita real es un objetivo en sí mismo. Aunque en realidad los economistas no
suelen cometer ese error.
En el siguiente gráfico se puede observar como nuestro país se sitúa en la
posición 43, detrás de Israel y justo por delante de Italia. La renta per cápita es
de 31.000 dólares. Lo que es el resultado de dividir el billón cuatrocientos mil
dólares de PIB entre los algo más de 46,2 millones de españoles.
Evidentemente, esta es una magnitud sometida a constantes ligeras
variaciones, en función de sus tres componentes PIB total, población y, no
olvidar, la relación entre la moneda nacional (en nuestro caso el Euro) con el
dólar, más allá de las cuales muestra una constancia con tendencia al
crecimiento.
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Ciertamente, una forma de interpretar esta cifra sería que un incremento del
PIB real equivale a la expansión de la frontera de posibilidades de producción
de una economía. Es decir, equivale a un aumento de la capacidad productiva
de una economía, y por tanto, hay más cosas que la sociedad puede lograr. Sin
embargo, no tiene porqué ser así, pues el uso que se haga del mayor PIB, es
discrecional y puede utilizarse en elementos que no supongan unos mayor
nivel de vida. En otras palabras el dedicar PIB al nivel de vida es facultativo de
gobiernos y pueblos.
Es por este motivo que desde hace algunos años la ONU publica Índice de
desarrollo humano, que clasifica a los países utilizando criterios distintos a los
del PIB. Aquí se incluyen datos sobre la mortalidad infantil, la esperanza de
vida o el índice de analfabetismo.
No obstante, y a pesar de todo el PIB real y el PIB per cápita real son medidas
suficientemente adecuadas como para proporcionar una buena información
acerca de las posibilidades económicas de un país, y por tanto, de la capacidad
de bienestar de sus gentes. Aunque evidentemente, todos los datos han de ser
considerados.
Pues tal como vemos en los datos adjuntos, puede haber países que gocen
una buena posición en PIB per cápita real debido a algún factor desvinculado
de su desarrollo.
Tal es el caso de Guinea ecuatorial que aparece en los primeros puestos del
rankin por PIB real per cápita debido al descubrimiento hace poco más de 10
años de importantes reservas de crudo. Mientras que este mismo país tiene
una muy mala posición en tasas de mortalidad infantil, como puede apreciarse
en el gráfico siguiente.
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Esta diferencia entre ambos datos está motivada por lo reciente de su
crecimiento económico. No obstante, su elevado PIB per cápita denota las
posibilidades de desarrollo de que en la última década ha gozado ese país.
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En fin, repitámoslo: el PIB per cápita real es una medida del promedio por
persona de la producción agregada de una economía, es decir, de lo que es
posible hacer. No es en sí mismo un objetivo suficiente, porque no tiene en
consideración como un país utiliza dicha producción para mejorar el nivel de
vida.
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