CONFIDENCIAL j~ARA AUTORES Resultados, el j:orazón del artículo G. Herranz Grupo de Trabajo de Bioética. Facultad de Medicina. Universidad de Navarra. La sección Resultados nos coloca ante lo verdaderamente sustancial del artfculo cientffico. Lo escrito hasta aquf (Introducción, Material y método) ha podido manifestar en qué medida somos capaces de interesarnos por un problema, de plantearlo y de buscarle solución. Ahora nos toca demostrar si lo hemos logrado en realidad. Resultados se construye con datos cientfficos, con hechos comprobados. Esto convierte a Resultados en algo muy serio. Más temprano o más tarde, nuestras hipótesis y comentarios sufrirán la erosión inevitable del paso del tiempo. Pero si nuestro trabajo versa sobre un problema verdadero y no sobre un falso problema y los datos que aportamos son sólidos y probados, entonces son permanentes y nos sobrevivirán. Sólo por esta razón, merece la pena poner sumo cuidado al escribir esta parte del artfculo. Las Normas Uniformes! dan a los autores unas recomendaciones muy escuetas sobre cómo redactar Resultados. En apenas cinco Ifneas, nos proponen dos objetivos: el primero, que los presentemos en una sucesión lógica de texto, tablas y figuras; el segundo, que seamos concisos y nos limitemos a destacar sólo las observaciones importantes. Por su parte, la Información para los autores de Medicina Clínica señala que Resultados relatan las observaciones, no las interpretan. Así pues, hemos de sentarnos a escribir esta sección del artículo decididos a poner en ella concisión, orden y objetividad. No parece muy difícil la cosa y, sin embargo, cuando se revisan críticamente las revistas médicas, se descubre que son pocos los autores que aplican estas recomendaciones. Comencemos por la concisión. Nos ayudará a lograrla preguntarnos mientras escribimos: ¿es necesaria de verdad esta tabla?; si ya está citado este dato en otro sitio, ¿conviene volver a señalarlo aquf otra vez? Las Normas Uniformes nos invitan a no repetir en el texto todos los datos que ya se incluyen en las tablas o en las figuras y a destacar o resumir sólo las observaciones más importantes. Esto nos recuerda que texto, tablas y figuras forman una unidad. Son modos diferentes de comunicar datos y debemos escoger el que permita decir las cosas antes y mejor. Y si algo queda asf bien dicho, ya no es necesario volver a decirlo de otra manera. A algunos autores les cuesta mucho decidir qué datos merece la pena incluir en el trabajo y qué otros se pueden desechar; y, en la duda, los im:luyen todos. Es una pena, porque una exposición sobrecargada de datos y números es aburrida. Además, todos sabemos que investigar seriamente Correspondencia:Prof. G. Herranz. Grupo de Trabajo de Bioética. Facultad de Medicina. Universidad de Navarra. Apartado 273.31080 Pamplona Manuscrito recibido el 15-1-1988 Med Clin (Barc) 1988; 90: 500-501 500 nos obliga a pasar las mediciones por el cedazo de los métodos estadísticos y que esta operación nos deja una cantidad considerable de datos fútiles, de migajas de información irrelevante, que hay que tirar al cacharro de los desperdicios. Publicar todos los datos no es señal de honestidad científica, sino de falta de criterio o de dominio de los métodos estadísticos de reducción de los datos2. Esta selección ayuda a presentarlos con orden y lógica, pues aquí se cumple también lo de cuanto menos bulto, más claridad. Si no son muchos los datos que hemos de manejar, la tarea es más sencilla, aunque seleccionar datos, dicho sea de paso, no significa eliminar los resultados negativos, que pueden constituir a veces información muy valiosa. El orden de presentación vendrá dictado por el propósito de nuestro trabajo. Es siempre preferible comenzar por lo más fácil de interpretar y prestar primero atención al grupo control y después al grupo problema. Convendrá unas veces agrupar los datos según las técnicas que los han generado o de acuerdo con las variables (subgrupos experimentales, presencia de algún rasgo clínico o analítico, etc.) de los animales o pacientes estudiados. Cuando los datos son muchos y se refieren a situaciones muy variadas, convendrá anteponer una descripción breve del orden en que se van a presentar. Podemos aprender mucho de quienes hacen las cosas bien y también de quienes las hacen mal. Basta analizar los artículos publicados por otros. Veríamos, por ejemplo, que no es necesario tabular los datos si éstos son pocos y fáciles de comprender; pero cuando no es así, convendrá mostrar los datos en el escaparate de las tablas y reservar el texto para ponerlos en perspectiva y comentar las diferencias entre grupos. Nos daríamos cuenta de que mejor que decir «Los resultados de nuestro trabajo se muestran en la tabla 1-, es decir «La tabla 1 muestra que la reducción media del diámetro tumoral en los sujetos tratados con trifrandol es mayor que la obtenida en los sujetos que recibieron el tratamiento estándar-, pues es más informativo. La pelea por la objetividad comienza por lograr que Resultados esté libre de errores y para ello, no hay otra receta que repasar escrupulosamente los datos numéricos uno por uno. Después, hay que dejar que los datos hablen por sí mismos. No los haremos ni más meritorios ni más convincentes aunque los adornemos con estadística ficticia o los presentemos en panorámicas diferentes tomadas desde los ángulos más favorables. Si todo amaño cosmético está fuera de lugar en el artículo científico, su presencia en la sección de Resultados es particularmente insultante. Desoír las normas de orden, concisión y objetividad es un fenómeno frecuente entre nosotros. Al revisar los artículos originales publicados en volúmenes recientes de Medicina Clínica hay, aliado de los que dan la talla, otros que ofrecen un variado muestrario de faltas: repetición por sistema de [38] G. HERRANZ.-RESULTADOS. EL CORAZÓN DELARTIcULO '-"" datos en texto y tablas; tablas y figuras superfluas, que no añaden nada a lo expresado en el texto; tablas que repiten datos de otras tablas; curiosos desacuerdos entre los datos del texto y dos de las tablas y figuras: lo sorprendente en un caso es que los errores están en el texto, no en las figuras. Es importante articular bien uno y otras. No parecen fuera de lugar aquf unos comentarios breves sobre las tablas y las figuras. Las tablas son una bendición para el artIculo cientifico por su capacidad de comprimir en poco espacio mucha información y de hacerla fácil de comprender. comparar y analizar. Las Normas Uniformes señalan los requisitos que han de reunir, pero lo hacen en el supuesto de que el autor sabe componerlas con discernimiento y claridad. No está de más dar, a este propósito, unos pocos consejos generales: usemos sólo las estrictamente necesarias; démosles un tamaño razonable, ni tan grandes que resulten ilegibles porque contienen demasiados datos ni tan pequeñas que los datos queden dispersados entre varias de ellas, lo que dificulta su comparación, cosa que ocurre también si no se elige bien el orden de las columnas; que no contengan datos superfluos ni repitan los del texto; que, al mecanografiar las tablas y al corregir las pruebas, comprobemos uno por uno todos sus valores, unidades, abreviaturas y sfmbolos; que vayan numeradas por el orden en que se las cita en el texto; que lleven un titulo explicativo, escueto pero suficiente para informarnos de su contenido; que los encabezamientos de columnas y Ifneas sean breves aun a costa de usar abreviaturas y explicaciones a pie de tabla. Nos vendrá bien consultar manuales que tratan este tema detalladamente3.4 y aprender analizando con atención las que aparecen en los buenos libros o revistas. Con un poco de práctica nos será fácil distinguir las tablas muy buenas de las pasables y de las indigeribles. Nunca omitiremos el estudio de las normas sobre Tablas de la revista en que nos proponemos publicar, pues son muchas las revistas médicas que tienen un estilo propio. [39] No es fácil generalizar acerca de las figuras (gráficos y fotografías). Son insustituibles, no sólo porque una imagen puede ser más expresiva que mil palabras, sino porque muchos datos de la investigación médica consisten en imágenes visuales. Las Normas Uniformes y la Información para los autores de las revistas insisten en que han de ser de calidad impecable. Es preciso ser austeros al juzgar sobre su necesidad, conscientes de que su función es demostrativa, no ornamental. Nos irá bien estudiar en algunas monografías la técnica del dibujo científicos.6 y los métodos gráficos fundados en la Estadística de hoy7.S, pues si erramos en la elección del sistema de representación gráfica, nuestros diagramas pueden dar una visión falaz, amortiguada o hiperbólica, de lo que han querido representar. Whimster9 ha dicho que la sección de Resultados es el corazón del artículo de investigación. Lo será si da una respuesta clara a la cuestión que el artículo se plantea, si presenta un resumen conciso y ordenado de los datos y si ofrece conclusiones inequívocas de su significación estadística. BIBLIOGRAFíA l. Comité Internacional de Editores de RevistasMédicas. Normas Uniformes para los originales enviados a las revistas biomédicas. Med Clin (Barc) 1985; 84: 184-188. 2. O'Connor M, Woodlord FP. Writing scientific papers in English. Amsterdam, Elsevier 1976; 23-24. 3. Huth EJ. How to write and publish papers in the Medical Sciences. 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