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QUE REFORMA EL ARTÍCULO 282 DEL CÓDIGO PENAL FEDERAL, A CARGO DEL DIPUTADO
CARLOS HUMBERTO CASTAÑOS VALENZUELA, DEL GRUPO PARLAMENTARIO DEL PAN
El suscrito, diputado Carlos Humberto Castaños Valenzuela, diputado de la LXII Legislatura, integrante del Grupo
Parlamentario del Partido Acción Nacional, con fundamento en lo establecido en la fracción II del artículo 71 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como en los artículos 6, numeral 1, 77 y 78 del
Reglamento de la Cámara de Diputados, somete a consideración de esta honorable Cámara de Diputados iniciativa
con proyecto de decreto por el que se reforma y se adiciona una fracción III al artículo 282 del Código Penal
Federal al tenor del siguiente
Planteamiento del problema
Este trabajo parlamentario presenta una iniciativa con proyecto de decreto por el que se adicionan una fracción III
al artículo 282 del Código Penal Federal, con la finalidad de brindar protección a la seguridad humana de las
personas al establecer con claridad que todo tipo de agresiones psicológicas o bien busquen atacar la dignidad de
las personas, se equipara al delito de amenazas toda acción consiente en la que se utilicen medios de difusión de la
amenaza constitutiva del delito ya sea por escrito, por teléfono o por cualquier medio de comunicación o
reproducción, incluidos los medios electrónicos, los carteles, mantas y cualquier medio de comunicación o
publicidad.
Cualquier manifestación que implique un riesgo en la seguridad de las personas, o bien difundan información falsa
con dolo serán puestas a la vista del Ministerio Público por medio de una querella y se podrá imponer una sanción
de que va de los 6 meses a un año de cárcel, así como una sanción que va de los 180 días de salario a los 360 días y
una pena inconmutable de 400 jornadas de servicio a la comunidad.
Para dar la adecuada motivación a este trabajo parlamentario me permito presentar la siguiente
Exposición de Motivos
Las personas no sólo se hallan en situación de riesgo cuando son hostilizadas, ya sea con agresiones físicas,
psicológicas o bien por todo tipo de arma, material o psicológica.
Indudablemente lo están también en aquellas ocasiones en que padecen por diversas circunstancias y vicisitudes
cuando por alguna situación provocada con dolo peligran aspectos primordiales de su vida cotidiana y su espacio
vital.
Entre las contingencias que pueden poner en riesgo tanto la vida diaria como el espacio vital, pueden mencionarse
la falta de reconocimiento de los derechos humanos y de los principios democráticos, la violencia, los conflictos, el
terrorismo y el deterioro ambiental del aire, agua y las tierras.
La seguridad humana es entendida, en términos amplios, como una condición o situación que supone un cambio de
perspectivas u orientación, y en la que se avizora al mundo tomando como núcleo de referencia a las personas, más
allá de las consideraciones acerca de la seguridad territorial o gubernamental. En México no existe una definición
de seguridad humana como tal, pero, tanto la Constitución Política, diferentes disposiciones jurídicas y el Plan
Nacional de Desarrollo contienen principios claros que reflejan el interés por el desarrollo del individuo como ente
principal de la actividad del Estado. Nuestra Constitución en el apartado de garantías individuales hace una vasta
enumeración de derechos civiles, políticos, sociales y culturales orientados al bienestar y desarrollo humano.
Se trata de una idea-fuerza multiforme, aplicable en diversos contextos sociales, que asocia e incluye las diferentes
condiciones para el pleno desarrollo humano y regional.
Este importante concepto, visualiza como la seguridad se fundamenta primordialmente en la promoción y
protección de los derechos humanos, los derechos de la ciudadanía que garantizan el bienestar y la satisfacción de
las personas en el marco de la propia sociedad, más que en el esquema convencional del fortalecimiento del Estado
y la defensa armada de sus instituciones ante posibles amenazas, intimidaciones o asechanzas del exterior.
La seguridad humana se preocupa mayormente por la seguridad de los individuos y las comunidades, con temas
como la violencia y todas aquellas situaciones que rompen con la vida cotidiana. Por eso, la seguridad humana
implica dar a las personas seguridad contra amenazas u obstáculos tanto no violentos como violentos.
Este noble concepto es muy amplio, resulta complejo y si no se precisa puede ser no muy específico.
La seguridad humana tiene su objetivo primordial en salvaguardar las vidas humanas de las amenazas críticas
dominantes y es consistente, en cierto modo, con la realización de las personas en el largo plazo. Es la seguridad
centrada en las personas resaltando aspectos comunes y relaciones entre los derechos humanos y el desarrollo de la
sociedad.
La seguridad humana es un aspecto que se relaciona directamente con el desarrollo social y con la esencia de lo
que significa vivir en sociedad.
La Organización de Naciones Unidas ha establecido, a partir de 2004, una unidad de seguridad humana en su
Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios, en donde se contemplan hechos como hambrunas, desastres
naturales, pérdida de viviendas, afectaciones en la salud, epidemias, el desempleo, la pobreza, etcétera.
De acuerdo con los informes del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la seguridad
humana implica la protección de las personas de las amenazas a sus derechos, su seguridad y su vida; ello engloba
procurar la seguridad del individuo en distintas dimensiones como la económica, alimentaria, de salud, ambiental,
personal, comunitaria y política, para alcanzar una estabilidad duradera. El responsable de proporcionar o propiciar
la seguridad humana es el Estado, sin duda es un tema apasionante y el cual se manifiesta todos los días en nuestra
vida cotidiana.
Dentro de todo ese concepto podemos considerar como una afectación grave el desarrollo de las personas aquellas
amenazas ante las que se queda completamente indefenso, como son aquellas acciones dolosas que con toda la
convicción e intención en contra de la víctima, sobre todo en los casos de falsa o de mala fe, el abuso de poder,
aquellas que imponen una la dictadura basada en mentiras destinadas a lastimar el buen nombre de una persona o
bien afectar el patrimonio o la vida cotidiana de las personas por intolerancia a su forma de vida, creencia religiosa,
ideología política o con la finalidad de impedir una justa acción.
Hoy vengo a plantear ante esta Soberanía el primero de varios temas que impulsaré en la materia de la seguridad
humana, por ello es necesario estudiar el Código Penal que en el título decimoctavo establece los delitos contra la
paz y seguridad de las personas y en su artículo 282 establece lo que debe de entenderse por amenazas.
Es por ello que en una acción directa contra ese tipo de cobardías, resulta necesario modificar el Código Penal
Federal para permitir a todo aquel que reciba cualquiera de las agresiones que hemos descrito la posibilidad de
acudir ante los representantes del Estado para salvaguardar su seguridad humana.
Por ello en este trabajo parlamentario, se propone adicionar una fracción III al artículo 282 del Código Penal
Federal, en la que se equipara al delito de amenazas toda acción consiente en la que se utilicen medios de difusión
de la amenazas, agresiones psicológicas o morales constitutivas del delito ya sea por escrito, por teléfono o por
cualquier medio de comunicación o reproducción, incluidos los medios electrónicos, los carteles, mantas y
cualquier medio de comunicación o publicidad que sea utilizado para afectar la seguridad humana.
Cualquier manifestación que implique un riesgo en la seguridad de las personas, o bien difundan información falsa
con dolo serán puestas a la vista del Ministerio Público por medio de una querella.
En donde a los que se les compruebe su culpabilidad se les aplicará una sanción que va de seis meses a un año de
prisión o bien de 180 a 360 días multa y además 400 jornadas inconmutables de servicio a la comunidad.
Por lo antes expuesto, me permito someter a la consideración de esta soberanía la siguiente iniciativa con proyecto
de
Decreto por el que se reforma y adiciona una fracción III al artículo 282 del Código Penal Federal
Único. Se reforma y se adiciona una fracción III al artículo 282 del Código Penal Federal para quedar como sigue:
Título decimoctavo Delitos contra la paz y seguridad de las personas
Capítulo I Amenazas
Artículo 282. Se aplicará sanción de seis meses a un año de prisión o de 180 a 360 días multa y 400 jornadas de
servicio a la comunidad:
I. Al que de cualquier modo amenace a otro con causarle un mal en su persona, en sus bienes, en su honor o en
sus derechos, o en la persona, honor, bienes o derechos de alguien con quien esté ligado con algún vínculo; y
II. Al que por medio de amenazas de cualquier género trate de impedir que otro ejecute lo que tiene derecho a
hacer.
III. Se equipara al delito de amenazas, toda acción consiente en la que se utilicen medios de difusión de la
amenaza, ya sea por escrito, por teléfono o por cualquier medio de comunicación o reproducción,
incluidos los medios electrónicos, los carteles, mantas y cualquier medio de comunicación o publicidad
que sea utilizado para afectar la seguridad humana.
Cualquier manifestación que implique un riesgo en la seguridad de las personas será puesta a la vista del
Ministerio Público por medio de una querella.
Si el ofendido fuere alguno de los parientes o personas a que se refieren los artículos 343 Bis y 343 Ter, en este
último caso siempre y cuando habiten en el mismo domicilio, se aumentará la pena que corresponda hasta en una
tercera parte en su mínimo y en su máximo.
Si el ofendido por la amenaza fuere víctima u ofendido o testigo en un procedimiento penal, la pena será de
cuatro a ocho años de prisión y de cien a trescientos días multa.
Los delitos previstos en este artículo se perseguirán por querella, con excepción del establecido en el párrafo
anterior que se perseguirá de oficio.
Transitorio
Único. Las reformas contenidas en el presente decreto entrarán en vigor el día siguiente al de su publicación en el
Diario Oficial de la Federación.
Palacio Legislativo de San Lázaro, a 20 de diciembre de 2012.
Diputado Carlos Humberto Castaños Valenzuela
(Rúbrica)
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