Jurisdicción: Social Recurso de Suplicación núm

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Jurisdicción: Social
Recurso de Suplicación núm. 1231/2005.
Ponente: Ilma. Sra. Dª. María Jesús Fernández García
DESPIDO PROCEDENTE: transgresión de la buena fe contractual: no es imprescindible el
perjuicio económico para la empresa: ni el lucro del trabajador; apropiación de objetos
olvidados por un cliente en la habitación del hotel: limpiadora.
El TSJ desestima el recurso de suplicación interpuesto por la parte actora contra la
Sentencia del Juzgado de lo Social núm. 2 de los de Santander, de fecha 25-10-2005,
dictada en autos promovidos sobre despido, confirmando lo resuelto en la misma.
En Santander a trece de enero de dos mil seis.
En el recurso de suplicación interpuesto por Dª. Remedios contra la sentencia dictada por
el Juzgado de lo Social número Dos de Santander, ha sido nombrado Ponente la Ilma. Sra.
Dª. Mª Jesús Fernández García, quien expresa el parecer de la Sala.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO Que según consta en autos se presentó demanda por Dª. Remedios, sobre
despido, siendo demandado SECA, SA, y que en su día se celebró el acto de la vista,
habiéndose dictado sentencia por el Juzgado de referencia en fecha 25 de octubre de
2005, en los términos que se recogen en su parte dispositiva.
SEGUNDO Que como hechos probados se declararon los siguientes:
I.-La actora, Remedios, ha venido prestando sus servicios profesionales para la empresa
demandada Seca, SA con antigüedad desde el 6 de marzo de
2003, ostentado la categoría profesional de Limpiadora y percibiendo un salario diario de
31,67 euros incluida la parte proporcional de pagas extraordinarias.
II.-Mediante carta fechada el 16 de junio de 2005 la empresa demandada comunica a la
actora lo siguiente:
«Muy Sra. Mía: La dirección de esta empresa procede a comunicarle, por medio de la
presente carta, el despido disciplinario con efectos al día de hoy, 16 de junio de 2005, al
amparo del art. 54.2 d) del Estatuto de los Trabajadores ( RCL 1995, 997) y del arto 32.2
y 4 del 111 Acuerdo laboral, de ámbito estatal, del sector de Hostelería ( RCL 2002, 1662) ,
siendo los hechos que motivan esta decisión, los siguientes: el pasado 19 de mayo de 2005,
por parte del Director del Hotel Chiqui, procedió a depositar en todas las habitaciones, en
que se hospedaban los asistentes a un Congreso (entre ellos, la habitación número 404,
ocupada por Doña María), un paquete (una caja de cartón) con productos típicos de
Cantabria, de la finca Tablanca, que contenían los siguientes productos: 2 botellas de orujo,
2 quesos, 1 lata de anchoas, 1 libro sobre Santander y otro sobre los pasiegos.
El siguiente día 20 de mayo de 2005, la Sra. María realizó una queja a la persona que
organizaba el. congreso, debido a la ausencia del paquete citado en el párrafo anterior, lo
que motivó que el encargado del congreso dirigiera las quejas y pidiera explicaciones al
director del Hotel, ya que el resto de los asistentes al congreso, a excepción de la Sra.
María, tenían el paquete en su poder.
Realizadas las correspondientes comprobaciones y ante la seguridad de que el paquete
había sido depositado en aquella habitación, se encontró tirada en la basura la caja de
cartón que contenían aquellos productos que componían el paquete y, a su vez, la gobernanta
comprobó que usted había sido la persona que se había encargado de realizar la limpieza de
citada habitación.
Ante estos datos, la gobernante se puso en contacto con usted para pedirla explicaciones y
ante el reconocimiento, por su parte, de que se había llevado el contenido del paquete, se le
reclamó su devolución, que se produjo en la misma tarde del día 20, mediante la entrega de
todos aquellos productos en una bolsa.
Con posterioridad, en el deseo de hacer entrega del paquete a la Sra. María y al estar rota
la caja de cartón, hubo de improvisar un nuevo paquete, que tuviera una apariencia acorde
con el detalle que se pretendía dar a los asistentes al congreso.
La situación hasta aquí descrita, ha supuesto una pérdida de confianza de esta empresa
para con usted, debido a que los hechos ya citados han supuesto un robo o un hurto
(abandonó la caja y se llevó los productos a su domicilio), con el agravante de que, debido a
su trabajo, está en posesión de las llaves de las habitaciones a su cargo, se considera un
abuso de confianza y una trasgresión de la buena fe contractual, por lo que no queda más
remedio que calificar los hechos como una Falta Muy grave, sancionable con el Despido
Disciplinario, debiendo recalcar que estos hechos han tenido una evidente repercusión
negativa en el buen nombre de esta sociedad, ya que hemos tenido que dar explicaciones y
pedir perdón a nuestros clientes».
III.-La empresa demandada regenta el Hotel Chiqui sito en Santander, donde la demandada
ejerce sus funciones de limpiadora en una de las plantas del citado hotel.
IV.-En el citado Hotel Chiqui se celebró los días 19 y 20 de mayo de 2005 un congreso
organizado por la Consejería de Educación del gobierno de Cantabria.
V.-El día 19 de mayo, el director Comercial de la empresa Seca, SA acompañado por su
secretaria Lidia dejaron en una serie de habitaciones de clientes asistentes al Congreso
una caja de madera que contenía una seria de productos típicos de Cantabria (un quedo
envasado al vacío, latas de pimientos, de bonito y de anchoas y dos botellas de orujo) y uno
o dos libros. Lo hicieron por encargo del organizador del Congreso.
VI.-Una de las habitaciones en que depositaron las mencionadas cajas era la número 404
ocupada por una cliente que aunque tenía reservada dicha habitación para pernoctar el día
19 y 20, abandonó el hotel el propio día 19 de mayo.
VII.-La actora recibe orden de limpiar a última hora de su jornada la habitación número
404 indicándole que ya no es una habitación de estancia porque el cliente se ha ido y que
proceda a cambiar sábanas.
VIII.-Cuando la trabajadora acude a limpiar dicha habitación se encuentra la caja con
productos de Cantabria y
la recoge depositándola al finalizar su jornada en el Office junto con su carro de limpieza.
A continuación entrega a la Gobernanta la llave maestra y el parte de trabajo sin hacerle
ninguna mención de la caja encontrada en la habitación.
IX.-Al día siguiente, 20 de mayo, la actora, al finalizar jornada laboral abrió la caja de
madera que seguía en el Office y le entregó el queso envasado al vacío a una compañera de
trabajo que estaba en ese momento con ella (Camila), y el resto se lo llevó a su casa,
tirando a la basura tanto la caja de madera como la bolsa de plástico que la contenía.
X.-Ese día 20 de mayo, el directo Comercial de la empresa demandada recibe una queja del
organizador del Congreso que pregunta porqué el cliente de la habitación 404 no tenía el
paquete en su habitación, ya que se ha quejado de este hecho. El director llamó a su
Secretaria y a la Gobernante para pedir información de lo ocurrido y la gobernante localizó
telefónicamente a la actora que ya estaba en su casa, le preguntó por el paquete y ésta dijo
que se lo había llevado.
XI.-La Gobernanta del Hotel entonces la requirió para que lo devolviera de forma
inmediata, cosa que ésta hizo llevándolo al Hotel después de llamar a su compañera para que
le devolviera el queso. La Gobernanta recuperó la caja de madera y la bolsa de la basura
porque la actora le dijo que la habían tirado allí. Se rehizo el paquete el día 20 de mayo a
última hora y al día siguiente se entregó en la Consejería de Educación que era el cliente
organizador del Congreso.
XII.-Los empleados del Hotel Chiqui tienen orden de que cuando encuentren cualquier
producto u objeto en una habitación que ya no va a ser de estancia, deben meterlo en una
bolsa indicando el número de habitación y el nombre del trabajador (camarero, limpiadora,
etc.) que lo ha encontrado, y al finalizar la jornada debe entregar lo a la gobernante junto
con la llave maestra y el parte de trabajo.
XIII.-Si los objetos encontrados son perecederos se dejan unos días en las dependencias
del hotel y luego se tiran a no ser que el trabajador que lo haya encontrado quiera
llevárselo o repartirlo con sus compañeros.
XIV.-El importe de la caja con lote de productos típicos de Cantabria ascendía a 86,74
euros.
XV.-A las relaciones laborales de la empresa demandada resulta de aplicación lo dispuesto
Colectivo Regional del sector de Hostelería en Cantabria ( BOC 14 de octubre de 2003 [
LCTB 2003, 229, 256] ).
XVI.-No ha ostentado la actora cargo de representación sindical.
XVII.-Se ha celebrado el preceptivo acto de conciliación ante el Orecla que finalizó sin
Avenencia.
TERCERO Que contra dicha sentencia anunció recurso de suplicación la parte demandante,
siendo impugnado por la parte contraria, pasándose los autos a Ponente para su examen y
resolución por la Sala.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO La Sentencia de instancia desestima la demanda y declara la procedencia del
despido de la actora, en atención a la acreditación por la empresa demandada de los hechos
imputados en la carta de despido de fecha 16 de junio de 2005, transcrita en el relato
fáctico en el hecho declarado probado segundo y que, básicamente, consisten en que se
había llevado de una habitación del hotel en que presta servicios como limpiadora, contra la
norma establecida, el contenido de un paquete por valor superior a 86 €, cuya devolución le
fue requerido por la gobernanta y a la que atendió, lo que califica como una pérdida de
confianza, al estar en posesión por su trabajo de las llaves de la habitación a su cargo, con
la repercusión negativa que para la empleadora tuvo tal actuación, al tener que dar
explicaciones y disculparse ante el cliente afectado; aunque la habitación en que se
encontraban los productos hubiese sido descrita como «de salida», es decir, que el cliente
ya no iba a pernoctar en ella, no considerando acreditado la pretendida costumbre en la
empresa de que al encontrarse un paquete con productos perecederos, éstos sean
repartidos entre los empleados del hotel. Por el contrario, lo que declara probado es la
regla de cuando se encuentra un objeto en la habitación del hotel, sea del tipo que sea,
debe ser introducida en una bolsa, etiquetado y entregado a la gobernanta, al finalizar la
jornada junto a la llave maestra y el parte de trabajo, sin que, por lo demás, entienda
acreditado de acuerdo al contenido de la caja que describe, que se trate de productos
perecederos, aun siendo alimenticios (conservas, envasados al vacío o botellas, junto con
libros) ni de escaso valor (si bien tampoco de valor importante), lo que considera determina
la razonable perdida de confianza de la empresa como justificativa del despido comunicado.
Frente a esta decisión formula recurso de suplicación la representación letrada de la
actora, con apoyo procesal en la letra b) del artículo 191 de la Ley de Procedimiento Laboral
( RCL 1995, 1144, 1563) , solicitando la revisión de los hechos declarados probados, en
concreto del quinto, ante la contradicción en el contenido de la caja que se expresa en el
ordinal segundo como referido en la carta de despido, con el real contenido que se expresa
en el hecho declarado probado quinto, proponiendo el siguiente texto: «El día 19 de mayo,
el Director Comercial de la empresa SECA, SA, acompañado por su secretaria Lidia, iban
dejando en un serie de habitaciones de clientes al congreso, una caja de madera que
contenía una serie de productos típicos de Cantabria, metida en una bolsa de propaganda
del gobierno Cántabro que contenía dos botellas pequeñas de orujo, 2 quesos pequeños, 1
lata de anchoas y un libro de Santander y otro sobre los pasiegos». Pretende, con ello, que
los productos descritos eran de comida, perecederos, y muestras comerciales de escaso
valor. Con igual apoyo procesal, insta la revisión del ordinal fáctico sexto, que funda en la
declaración testifical de la secretaria del Director Comercial de la empresa demanda y
otras, documentada en el acta del juicio oral, con la intención de que conste que ni la
gobernanta ni otra persona avisó a la actora, cuando le encomendaron la orden de limpiar la
habitación en la que encontró la caja, que fuese puesta allí a disposición, no de la persona
que se iba sino de la que iba a ocuparla, con posterioridad, o cualquier otro dato que le
permitiese interpretar que no había sido abandonada por el cliente saliente. Así como, que
es costumbre en el hotel de destino de la actora y otros, tanto la advertencia a la
limpiadora de que se colocan productos de propaganda para un cliente, y sobre la
disposición por los empleados de los productos de comer, sin valor, abandonados por los
clientes que, o bien se lo comen o se reparten, sin advertencia, en contra por la empresa
demandada a la actora. También propone la adición de un nuevo texto, en atención a la
prueba documental aportada por la empresa demandada, consistente en las fichas
rellenadas por las camareras sobre las cosas que se abandonan o se olvidan por los clientes,
no consta producto alimenticio alguno metido en bolsas y entregado a la gobernanta, lo que
evidencia, sostiene, la costumbre pretendida por la trabajadora.
No se accede a la revisión fáctica pretendida, por cuanto, para que prospere, según el
precepto que funda el recurso y el art. 194.3 del mismo Texto legal, es necesario que
documento fehaciente o prueba pericial evidencie error del Juzgador en su ponderación
imparcial del conjunto de lo actuado en la instancia, en atención al art. 97.2 de la LPL, sin
necesidad de análisis ni conjeturas y, además, que ello sea relevante al resultado del
recurso.
Y, respecto de la primera revisión, no se aprecia contradicción relevante en los ordinales
segundo, en el que se declara el contenido de la carta notificada, y el quinto, impugnado,
pues en este se alude al contenido de la totalidad de las cajas entregadas a los
congresistas en cada habitación, pues, ello no impide que la concreta que nos ocupa
contuviese los descritos en la carta de despido, que son los que, salvo un queso que se
declara probado entregó la actora a otra compañera, son los que se llevó, y posteriormente
repone. Sin que el dato de que la caja en cuestión, estuviese metida en una bolsa de
propaganda del gobierno cántabro se deduzca de documento indubitado alguno que la
recurrente no cita, ni ello es relevante al recurso planteado. El resto de modificaciones o
adiciones pretendidas, igualmente exceden del extraordinario recurso de suplicación
formulado, al no deducirse de documento fehaciente alguno (el acta levantada el día del
juicio oral no altera la naturaleza de la prueba testifical), ni por lo demás, la recurrente
pretenda la alteración del valor declarado en el ordinal décimo cuarto del contenido de la
caja (sin sumar los libros) de 86 €, distinto del pretendido interés meramente
propagandístico y de escaso valor, ni a la descripción de los productos a que atiende el
magistrado de instancia que, acertadamente no considera perecedero, en el sentido de
pérdida del producto en pocos días, al tratarse de conservas, envasados al vacío o botellas,
aun siendo comida o bebida su contenido (al margen de los libros). Tampoco el hecho de que
no conste devolución de comida en la documental aportada por la empresa a los autos,
impide la prueba del hecho deducido por el magistrado de instancia en su valoración del la
prueba testifical practicada de que la norma impuesta de su introducción en bolsas cuando
se encuentra por los empleados, en las circunstancias que expone de cualquier producto,
por lo que, no puede atenderse a la modificación propuesta.
SEGUNDO Al amparo del artículo 191.c) de la Ley de Procedimiento Laboral ( RCL 1995,
1144, 1563) , la parte recurrente denuncia infracción del artículo 54.2.d) del Estatuto de
los Trabajadores ( RCL 1995, 997) . Puesto que si la trabajadora hubiera querido llevarse la
bolsa de propaganda a su casa, no hubiera repartido nada con su compañera, o hubiera
negado que la bolsa estuviera depositada en la habitación, tirando la caja la actora en el
mismo centro, lo que evidencia su clara intención de cumplir en todo caso con lo que era
práctica habitual en la empresa cuando los trabajadores se encontraban con comida en las
habitaciones, no tratándose de una negligencia grave e inexcusable, la expuesta, sino
acorde a la costumbre, como también lo evidenciaría el hecho tanto del reconocimiento de
que estaban en su posesión los productos como su devolución íntegra e inmediata, una vez le
comunicaron lo ocurrido, sin que antes le dijesen nada con relación a esta caja, y sin que
tampoco se produjese una pérdida o descrédito relevante a la empresa, al entregarse su
contenido al cliente inmediatamente, en los cuatro días posteriores a la queja, propone la
estimación de la demanda y el reconocimiento de la improcedencia del despido comunicado.
Del inalterado relato fáctico de la instancia que debe fundar esta resolución, sin embargo,
no se deduce la práctica pretendida por la trabajadora, sino al contrario una norma
expresa, por ella conocida, de entregar en una bolsa cerrada lo encontrado en una
habitación, con su número y la persona que lo encuentra, regla, claramente infringida por la
trabajadora que reparte parte del contenido de la caja (un queso) a una compañera, y se
lleva el resto de lo encontrado que, además, no tiene el valor irrelevante que pretende (mas
de 86 € sin contar el valor de dos libros), y que no son perecederos, pues ninguno era un
producto que se perdiese de forma inminente si no es consumido.
La causa del despido disciplinario notificada, la trasgresión de la buena fe contractual,
fundada en los artículos 32.2 y 4 del III Acuerdo laboral de ámbito estatal del sector de
hostelería ( RCL 2002, 1662) al que remite el Convenio Colectivo del sector regional, y
54.2.d) del ET, suponen la infracción del deber de buena fe que establecen los artículos 5.a
y 20.a del mencionado ET, que debe presidir todo ejercicio de la actividad del trabajador y
cuyo incumplimiento justifica la extinción de la relación laboral por el empresario. La falta
imputada se entiende cometida aunque no se acredite, incluso, la existencia de un lucro
personal del trabajador, pues basta con que se quebranten los deberes de fidelidad y
lealtad en el trabajo. También se admite la culpabilidad dolosa, negligente, imprudente e
incluso por descuido, imputable al trabajador, no siendo necesario que ocasione daños
reales o cuantiosos a la empresa, bastando con la pérdida de confianza por el empresario (
STS de 24-10-90 [ RJ 1990, 7713] ). La doctrina jurisprudencial declara que al efecto
deben valorarse todas las circunstancias concurrentes de hecho o conducta del trabajador
a fin de determinar si lo imputado justifica la pérdida de confianza por la trasgresión de la
buena fe contractual que se impone al trabajador ( SSTS de 2 de abril de 1987 [ RJ 1987,
2324] y 25 de junio de 1990 [ RJ 1990, 5515] .
Y, a tal efecto, procede la desestimación del recurso planteado por la trabajadora, pues,
como declara el magistrado de instancia, la actuación probada de la actora que por su
trabajo como limpiadora en un hotel tiene llave maestra de las habitaciones asignadas con
acceso a los bienes depositados en las habitaciones por los clientes, cuando incumple la
norma que estima probada de la empresa relativa a la entrega de cualquier producto en una
bolsa junto con el detalle de la habitación y persona que lo encuentra, ponderando tanto el
sector en que se producen estos hechos, con el consiguiente descrédito del establecimiento
hotelero en que se alojan los clientes, en la confianza de la salvaguarda de sus bienes, el
contenido de la caja que se apropia, por su valor que en modo alguno es nimio o perecedero,
en el sentido de que fuera asumible que la trabajadora entendiese que se había dejado o
abandonado por el cliente, al ser de inminente pérdida, dado que se trataba de productos
alimenticios en envases de larga duración o libros, lo que implica una ánimo de vulnerar, con
beneficio propio, la norma impuesta por la empresa, conclusión a la que no obsta que la
trabajadora reparta el contenido de la caja de que se apropia con otra empleada, en modo
alguno carece de la trascendencia que niega la empleada. La ejecución de un acto que está
prohibido en el centro de trabajo y se corresponde con la actividad hostelera
desempeñada, dolosa o culposa, al afectar a la queja de un cliente que no cabe valorar
tampoco como perjuicio nimio en un establecimiento en que los clientes depositan sus
pertenencias, sean éstas del tipo que sean a disposición de los empleados, con acceso a las
habitaciones, es actuación justificadora de la falta de confianza de la empresa en el
empleado, lo que autoriza la extinción de la relación laboral notificada sin derecho a
indemnización, a lo que tampoco es relevante que no se apropiara definitivamente de los
citados objetos, puesto que no estamos ante un tipo penal de sustracción sino ante una
causa que autoriza la rescisión del contrato de trabajo por vulneración de uno de los
deberes fundamentales en la ejecución del servicio por el empleado.
Vistos los artículos citados y demás de general y pertinente aplicación.
FALLAMOS
Desestimamos el recurso de Suplicación interpuesto por Dª Remedios, contra la sentencia
dictada por el Juzgado de lo Social número Dos de Santander de fecha 25 de octubre de
2005 (Autos 555/05) en virtud de demanda formulada por la recurrente contra la empresa
SECA, SA, en reclamación por despido y, en su consecuencia, confirmamos la resolución
recurrida.
Notifíquese esta sentencia a las partes y a la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia,
previniéndoles de su derecho a interponer contra la misma recurso de casación para
unificación de doctrina, para ante la Sala de lo Social del Tribunal Supremo, dentro del
plazo de diez días hábiles contados a partir del siguiente al de su notificación.
Devuélvanse, una vez firme la sentencia, los autos al Juzgado de procedencia, con
certificación de esta resolución, y déjese otra certificación en el rollo a archivar en este
Tribunal.
Así, por esta nuestra sentencia, lo pronunciamos, mandamos y firmamos.
PUBLICACIÓN.-En la misma fecha fue leída y publicada la anterior resolución por el Ilmo.
Sr./a. Magistrado que la dictó, celebrando Audiencia Pública. Doy fe.
DILIGENCIA: Seguidamente se procede a cumplimentar la notificación de la anterior
resolución. Doy fe.
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