DERECHO CIVIL – JULIO 2012 Coordinación de Legislación y

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DERECHO CIVIL – JULIO 2012
Coordinación de Legislación y Jurisprudencia
ALIMENTOS. EL JUZGADOR DEBE ACTUAR DE OFICIO Y ALLEGARSE DE
PRUEBAS QUE PERMITAN ANALIZAR SI SE ACTUALIZA EL "ESTADO DE
NECESIDAD MANIFIESTA" DE UNO DE LOS CÓNYUGES A QUE SE
REFIERE EL ARTÍCULO 162, PÁRRAFO SEGUNDO, DEL CÓDIGO CIVIL
PARA EL ESTADO DE VERACRUZ Y, EN SU CASO, FIJAR OBJETIVAMENTE
LA PENSIÓN ALIMENTICIA CORRESPONDIENTE.
De los artículos 162, segundo párrafo, y 233 del Código Civil, 225 y 226 del
Código de Procedimientos Civiles, ambos para el Estado de Veracruz, se
advierte que el derecho a recibir alimentos es de orden público e interés
social, por lo que cuando en un juicio ordinario de divorcio, el juez advierta
del expediente, incluyendo los hechos y las particularidades del caso, algún
dato que le permita suponer que alguno de los cónyuges se ubica en la
hipótesis prevista en el referido numeral 162, esto es, en estado de
"necesidad manifiesta", debe actuar de oficio y recabar las pruebas que le
permitan analizar la existencia de dicho estado y, en su caso, fijar
objetivamente la pensión alimenticia correspondiente, independientemente
de que se hubiera o no reclamado como prestación su pago; sin que lo
anterior implique que el juzgador omita otorgar la garantía de audiencia del
otro cónyuge.
Clave: 1a./J., Núm.: 61/2012 (10a.)
Contradicción de tesis 20/2012. Entre las sustentadas por el Primer y el
Segundo Tribunales Colegiados, ambos en Materia Civil del Séptimo
Circuito. 2 de mayo de 2012. La votación se dividió en dos partes: mayoría
de cuatro votos en cuanto a la competencia. Disidente y Ponente: José
Ramón Cossío Díaz. Unanimidad de cinco votos en cuanto al fondo.
Secretaria: Teresita del Niño Jesús Lúcia Segovia.
Tesis de jurisprudencia 61/2012 (10a.). Aprobada por la Primera Sala de este
Alto Tribunal, en sesión de fecha nueve de mayo de dos mil doce.
Tipo: Jurisprudencia por Contradicción
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ALIMENTOS. SU GARANTÍA RESULTA INSUFICIENTE MEDIANTE LA
SUSCRIPCIÓN DE PAGARÉS (LEGISLACIONES DEL ESTADO DE MÉXICO
Y DEL DISTRITO FEDERAL).
Los artículos 4.143 y 317 de los Códigos Civiles del Estado de México y del
Distrito Federal, respectivamente, establecen que el aseguramiento del pago
de la pensión alimenticia podrá consistir en hipoteca, prenda, fianza,
depósito o cualquier otra forma de garantía suficiente, a juicio del juez.
Ahora bien, en ninguno de estos artículos se contempla expresamente la
figura del pagaré como medio para garantizar su pago. Por tanto, el pagaré
no puede considerarse un medio de garantía suficiente para el pago de
alimentos, porque: 1) garantizar el pago de la pensión alimenticia constituye
una obligación a la que el legislador ha querido otorgar un estatus
preferente por su naturaleza misma, por ello determinó que la protección de
este derecho fundamental debía llevarse a cabo mediante figuras jurídicas
que generaren un privilegio para los acreedores alimentistas frente a otro
tipo de créditos y personas mediante su inscripción en el Registro Público
de la Propiedad, lo que supone naturalmente un acceso directo a la
satisfacción del derecho fundamental en juego, pues ante otro tipo de
intereses o valores el legislador quiso que la satisfacción de los alimentos
tuviera preeminencia; 2) considerar que la garantía para el pago de la
pensión alimenticia puede hacerse mediante un pagaré constituye una falsa
analogía, pues aun cuando se puede aceptar que dicho documento puede
fungir como una garantía, lo cierto es que el legislador no pensó en
cualquier tipo de garantía, sino en una que guardara identidad de razón
(una semejanza justificada) con las figuras jurídicas de la hipoteca, prenda,
fianza o depósito, ya que el pagaré no tiene una propiedad exigible por las
normas analizadas a fin de que pueda considerarse un medio idóneo para
garantizar el pago de los alimentos, a saber, que la garantía sea suficiente en
el mismo grado que lo son la hipoteca, la prenda, la fianza o el depósito; y,
3) el hecho de no mencionar al pagaré como figura idónea para la garantía
de los alimentos no supone sin más que esté permitida por no estar
prohibida, sino que las normas deben entenderse en su integridad,
considerando que no prescriben algún tipo de permiso (fuerte ni débil) sino
mandatos a la autoridad limitados por las citadas figuras jurídicas de
garantía, ya que cuando las normas hacen referencia a un permiso en
sentido débil (una mera ausencia de prohibición) sólo se está admitiendo
que el legislador no consideró otorgar a otras figuras como el pagaré un
estatus normativo, por la sencilla razón de que no contempló todas las
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posibilidades normativas de garantía de los alimentos. Por ello, se concretó
a prescribir determinadas formas de garantía, es decir, a establecer (como
imperativo) el aseguramiento mediante la prenda, la hipoteca, la fianza o el
depósito, lo cual se traduce en un mandato en el sentido de que ninguna
autoridad puede impedir esas formas de garantía sin referirse a otras en
específico. Así, el operador jurídico tiene la obligación de validar toda
garantía suficiente, teniendo como parámetro las figuras de la prenda, la
hipoteca, la fianza o el depósito, de manera que está limitado o, si se quiere,
tiene prohibido fijar cualquier otra forma de aseguramiento que no se
asemeje (válidamente) a las indicadas.
Clave: 1a./J., Núm.: 8/2012 (10a.)
Contradicción de tesis 241/2011. Entre las sustentadas por el Tercer Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Segundo Circuito y el Tercer Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito. 30 de noviembre de 2011. La
votación se dividió en dos partes: mayoría de cuatro votos por lo que hace a
la competencia. Disidente y Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Unanimidad
de cinco votos respecto del fondo. Secretario: Roberto Lara Chagoyán.
Tesis de jurisprudencia 8/2012 (10a.). Aprobada por la Primera Sala de este
Alto Tribunal, en sesión de fecha dieciocho de enero de dos mil doce.
Tipo: Jurisprudencia por Contradicción
CADUCIDAD DE LA INSTANCIA REGULADA POR EL ARTÍCULO 137 BIS
DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES PARA EL DISTRITO
FEDERAL. ES APLICABLE SUPLETORIAMENTE A LOS JUICIOS
MERCANTILES QUE SE RIGEN POR LAS DISPOSICIONES DEL CÓDIGO
DE COMERCIO ANTERIORES A LA REFORMA PUBLICADA EN EL DIARIO
OFICIAL DE LA FEDERACIÓN EL 24 DE MAYO DE 1996.
Ante los vacíos legislativos que se manifiestan con la aplicación
individualizada de la ley, el juzgador debe realizar una labor interpretativa
utilizando los métodos hermenéuticos que desentrañen el sentido del
contexto normativo de que se trate, entre los que se encuentra la
supletoriedad de la norma, figura jurídica reconocida por el derecho
positivo y que es constitucionalmente válida, siempre que sea necesaria
para lograr la eficacia de la ley suplida y le dé congruencia sin contradecir
sus principios. En ese tenor su aplicación no puede condicionarse a que
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proceda sólo en aquellos casos en los que la ley a suplir prevea
expresamente la figura jurídica a suplirse, ya que dicha interpretación
puede tener como consecuencia demeritar la finalidad que persigue dicha
institución, que es auxiliar al juzgador en su función aplicadora de la ley
para resolver las controversias que se le sometan a su jurisdicción, en
cumplimiento a los principios generales del derecho y a los principios
constitucionales que rigen el proceso. Además, no puede partirse de la
premisa de que el legislador ha previsto absolutamente todos los casos a los
que la ley que emite puede ser aplicable, de manera que cualquier carencia
implique una omisión deliberada, por lo que es dable concluir que la
caducidad de la instancia establecida en el artículo 137 Bis, del Código de
Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, es aplicable supletoriamente
a los juicios mercantiles que se rigen por las disposiciones del Código de
Comercio anteriores a la reforma publicada en el Diario Oficial de la
Federación el 24 de mayo de 1996, pues tal figura jurídica, que permite al
juzgador extinguir procesos ante la falta de interés de quien debe
impulsarlos hasta su resolución, no impone una institución extraña que el
legislador no hubiese tenido la intención de establecer, sino que es
congruente con el contexto de la legislación comercial, en tanto que atribuir
efectos jurídicos a la inactividad procesal implica poner fin a la indefinición
de los derechos litigiosos y evita que las partes pudieran prolongar -a su
voluntad o capricho- juicios que el legislador quiso tramitar con especial
celeridad, así como la pendencia indefinida de los procesos, lo que entraña
el acogimiento a los principios de seguridad jurídica y administración de
justicia.
Clave: 1a./J., Núm.: 32/2012 (10a.)
Contradicción de tesis 390/2011. Suscitada por los Tribunales Colegiados
Décimo Primero y Noveno, ambos en Materia Civil del Primer Circuito. 30
de noviembre de 2011. La votación se dividió en dos partes: mayoría de
cuatro votos por lo que se refiere a la competencia. Disidente: José Ramón
Cossío Díaz. Unanimidad de cinco votos en cuanto al fondo. Ponente: Jorge
Mario Pardo Rebolledo. Secretaria: Rosa María Rojas Vértiz Contreras.
Tesis de jurisprudencia 32/2012 (10a.). Aprobada por la Primera Sala de este
Alto Tribunal, en sesión de fecha ocho de febrero de dos mil doce.
Tipo: Jurisprudencia por Contradicción
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PATERNIDAD. EL VARÓN DISTINTO DEL MARIDO ESTÁ LEGITIMADO
PARA CUESTIONAR LA DEL HIJO NACIDO EN EL MATRIMONIO DE LA
MADRE CON AQUÉL, PERO LA ADMISIÓN DE LA DEMANDA
DEPENDERÁ DE LA PONDERACIÓN QUE HAGA EL JUZGADOR PARA
DETERMINAR QUE EL EJERCICIO DE LA ACCIÓN ARMONIZA EL
INTERÉS SUPERIOR DEL MENOR CON LOS DEMÁS DERECHOS
INHERENTES (LEGISLACIONES DE LOS ESTADOS DE GUANAJUATO Y
DE NUEVO LEÓN).
Los artículos 430 y 345 de los Códigos Civiles de Guanajuato y Nuevo León,
respectivamente, en cuanto obstaculizan la posibilidad de que un varón
distinto del marido cuestione la paternidad del menor nacido durante el
matrimonio de la madre con el cónyuge que lo reconoció como hijo, carecen
de racionalidad constitucionalmente válida; por tanto, de una interpretación
conforme con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y
los tratados internacionales de los que nuestro país es parte, dicha
prohibición debe ceder en beneficio de los derechos humanos reconocidos,
especialmente el que tutela el acceso a la administración de justicia, con el
fin de establecer que dicho tercero sí cuenta con el derecho de ejercer la
acción correspondiente; sin embargo, la admisión de la instancia dependerá,
en cada caso, del ejercicio de ponderación que habrá de realizar el juzgador,
tomando en cuenta todos los factores que convergen en el caso, como lo son
la integralidad de la familia donde se ha desenvuelto el menor, la situación
general que éste guarda, así como el estado en que se encuentra la relación
matrimonial y especialmente de cada consorte con respecto al menor, así
como el derecho a la identidad, entre otros aspectos importantes. Lo
anterior, a través de los medios de convicción suficientes que allegue el
demandante o los que de oficio obtenga el juez, para determinar si el
pretendido ejercicio del derecho mencionado armoniza todos los derechos
inherentes con el derivado principalmente del interés superior del menor,
para que en caso de que se estime propicio se admita la demanda y pueda
incoarse el proceso, en donde todos los involucrados tendrán iguales
oportunidades de ser oídos como establece la ley.
Clave: 1a./J., Núm.: 15/2012 (10a.)
Contradicción de tesis 152/2011. Entre las sustentadas por el Segundo
Tribunal Colegiado de Circuito del Centro Auxiliar de la Tercera Región, en
apoyo del Segundo Tribunal Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del
Décimo Sexto Circuito y el Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil del
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Cuarto Circuito. 23 de noviembre de 2011. Mayoría de cuatro votos.
Disidente: José Ramón Cossío Díaz. Ponente: Jorge Mario Pardo Rebolledo.
Secretario: Alfonso Francisco Trenado Ríos.
Tesis de jurisprudencia 15/2012 (10a.). Aprobada por la Primera Sala de este
Alto Tribunal, en sesión de fecha dieciocho de enero de dos mil doce.
Tipo: Jurisprudencia por Contradicción
PRINCIPIO DE DEFINITIVIDAD. DEBE AGOTARSE EN EL JUICIO DE
AMPARO INDIRECTO PROMOVIDO EN CONTRA DE UN ACTO DE
EJECUCIÓN IRREPARABLE DICTADO DENTRO DE UN JUICIO DEL
ORDEN CIVIL.
De la interpretación literal del artículo 107, fracción III, inciso b), de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en relación con los
numerales 73, fracción XIII, y 114, fracción IV, de la Ley de Amparo, la
acción constitucional de amparo indirecto que se tramita ante los jueces de
distrito, procede contra actos dictados dentro de juicio cuya ejecución sea de
imposible reparación, siempre que con anterioridad se agoten los recursos
que sean idóneos para modificar, revocar o anular el acto reclamado y que
además sean eficaces para reparar el acto en un plazo razonable. Por tanto,
es obligación de la parte quejosa agotar el medio ordinario de defensa que
en su caso prevea la ley que rige dicho acto, que tenga como efecto
modificarlo, revocarlo o anularlo.
Clave: 44/2012 (10a.), Núm.: 1a./J.
Contradicción de tesis 277/2011. Suscitada entre el Cuarto Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Segundo Circuito y el Tribunal Colegiado en
Materias Civil y de Trabajo del Octavo Circuito. 18 de enero de 2012. La
votación se dividió en dos partes: mayoría de cuatro votos por lo que se
refiere a la competencia. Disidente: José Ramón Cossío Díaz. Unanimidad
de cinco votos en cuanto al fondo. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.
Secretaria: Carmina Cortés Rodríguez.
Tesis de jurisprudencia 44/2012 (10a.). Aprobada por la Primera Sala de este
Alto Tribunal, en sesión de fecha catorce de marzo de dos mil doce.
Tipo: Jurisprudencia por Contradicción
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QUEJA POR DENEGADA APELACIÓN. NO SE REQUIERE SU
INTERPOSICIÓN EN CONTRA DE LA RESOLUCIÓN DEL JUEZ QUE
RECHAZA EL RECURSO DE APELACIÓN, PARA TENER POR SATISFECHO
EL PRINCIPIO DE DEFINITIVIDAD QUE RIGE EN MATERIA DE AMPARO
(LEGISLACIÓN PROCESAL CIVIL DEL ESTADO DE BAJA CALIFORNIA).
Del contenido de los artículos 709, fracción III, y 711 del Código de
Procedimientos Civiles para el Estado de Baja California que regulan el
trámite del recurso de queja por denegada apelación, destaca que acorde
con la evolución histórico legislativa de ese recurso, su interposición es
idónea dado que persigue revocar la resolución recurrida; sin embargo,
como en su tramitación no se prevé la intervención de la parte contraria al
recurrente, tal recurso es de eficacia limitada de origen. En consecuencia, la
resolución del juez que rechaza el recurso de apelación interpuesto en
contra de la sentencia definitiva en juicios de naturaleza civil, no requiere
ser impugnada mediante el recurso de queja por denegada apelación
previsto en el artículo 709, fracción III, del Código de Procedimientos
Civiles para el Estado de Baja California, para tener por satisfecho el
principio de definitividad contenido en la fracción XIII del artículo 73 de la
Ley de Amparo.
Clave: 1a./J. , Núm.: 57/2012 (10a.)
Contradicción de tesis 403/2011. Suscitada entre los Tribunales Colegiados
Tercero y Quinto, ambos del Décimo Quinto Circuito. 29 de febrero de 2012.
La votación se dividió en dos partes: mayoría de cuatro votos por lo que
hace a la competencia. Disidente: José Ramón Cossío Díaz. Mayoría de
cuatro votos respecto al fondo. Disidente: Jorge Mario Pardo Rebolledo.
Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Mario Gerardo Avante
Juárez.
Tesis de jurisprudencia 57/2012 (10a.). Aprobada por la Primera Sala de este
Alto Tribunal, en sesión de fecha veinticinco de abril de dos mil doce.
Tipo: Jurisprudencia por Contradicción
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REMATE. EL JUZGADOR NO ESTÁ OBLIGADO A ORDENAR DE OFICIO EL
REAVALÚO DE LOS BIENES EMBARGADOS CUANDO POR MEJORAS O
POR EL TRANSCURSO DEL TIEMPO HUBIERE VARIADO SU PRECIO
(LEGISLACIÓN PROCESAL CIVIL DE LOS ESTADOS DE SINALOA,
JALISCO Y EL DISTRITO FEDERAL).
Los artículos 495, 486 y 511, de los Códigos de Procedimientos Civiles para
los Estados de Sinaloa, Jalisco y el Distrito Federal, respectivamente, prevén
sustancial y coincidentemente que para la ejecución de sentencias se
requiere que los bienes embargados se valúen para venderse en almoneda
pública, y que el avalúo será innecesario si el precio consta en instrumento
público, se ha fijado por el consentimiento de los interesados o se determina
por otros medios conforme a las estipulaciones del contrato, a menos de que
por el transcurso del tiempo o por mejoras aquél hubiere variado. Por otra
parte, de los artículos 490, 481 y 500, primer párrafo, de los Códigos de
Procedimientos Civiles para los Estados de Sinaloa, Jalisco y el Distrito
Federal, respectivamente, se advierte que la ejecución de sentencia procede
a instancia de parte, es decir, el juzgador no puede iniciar tal etapa
oficiosamente. De ahí que si bien es cierto que mediante el avalúo de los
bienes embargados se persigue que se vendan con base en un valor real,
vigente al momento del remate, también lo es que dicho fin, salvo
disposición expresa de la ley en contrario, está inseparablemente vinculado
al interés de las partes legitimadas para intervenir en el procedimiento de
ejecución, sin que exista justificación jurídica para que en ese procedimiento
se imponga al juzgador el deber de revisar que el valor de avalúo de los
bienes embargados corresponda con su valor real, ni la obligación de
ordenar de oficio su reavalúo, cuando por mejoras o por el transcurso del
tiempo hubiere variado su precio.
Clave: 1a./J., Núm.: 11/2012 (10a.)
Contradicción de tesis 310/2010. Entre las sustentadas por el Primer
Tribunal Colegiado en Materia Civil del Tercer Circuito, el Tercer Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito y el Cuarto Tribunal
Colegiado del Décimo Segundo Circuito. 30 de noviembre de 2011. La
votación se dividió en dos partes: mayoría de cuatro votos por lo que hace a
la competencia. Disidente: José Ramón Cossío Díaz. Unanimidad de cinco
votos respecto al fondo. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario:
Mario Gerardo Avante Juárez.
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Tesis de jurisprudencia 11/2012 (10a.). Aprobada por la Primera Sala de este
Alto Tribunal, en sesión de fecha dieciocho de enero de dos mil doce.
Tipo: Jurisprudencia por Contradicción
ABOGADO AUTORIZADO EN TÉRMINOS DEL TERCER PÁRRAFO
DEL ARTÍCULO 1069 DEL CÓDIGO DE COMERCIO. TIENE
FACULTADES PARA OPONER EXCEPCIONES SUPERVENIENTES
EN BENEFICIO DE SU AUTORIZANTE.
De conformidad con lo dispuesto por el citado numeral, los
autorizados de las partes en los juicios mercantiles, están facultados
para interponer los recursos que procedan, ofrecer e intervenir en
el desahogo de pruebas, alegar en las audiencias, pedir se dicte
sentencia para evitar la consumación del término de caducidad por
inactividad procesal y realizar cualquier acto que resulte necesario
para la defensa de los derechos del autorizante, sin que pueda
sustituir o delegar dichas facultades a un tercero; por tanto, es claro
que el abogado autorizado en términos de lo dispuesto por el
artículo en mención, puede oponer excepciones supervenientes,
dado que no se trata de una actuación reservada exclusivamente a
la parte material del juicio, de tal forma que al estar facultado para
realizar cualquier acto necesario para la defensa de los derechos de
su autorizante, siempre que con su actuar no se comprometa el
derecho de acción o de defensa del mandante, válidamente puede
oponer las citadas excepciones.
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO DE CIRCUITO DEL CENTRO
AUXILIAR DE LA QUINTA REGIÓN.
Clave: XII.3o.(V Región), Núm.: 5 C (10a.)
Amparo en revisión 316/2011. Óscar Payán Cerón y otros. 10 de
mayo de 2012. Unanimidad de votos. Ponente: Eucebio Ávila
López. Secretario: Octavio Pineda Toribio.
Tipo: Tesis Aislada
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