El Enemigo Oculto: El error en la administración de la medicación intravenosa Dr.Gonzalo Barreiro - Médico Anestesiólogo e Intensivista, miembro del Comité Ejecutivo de la WFSA - [email protected] “En el tiempo que le llevará a usted leer este editorial ocho pacientes serán lesionados y uno morirá debido a errores médicos prevenibles. El error en la medicación-droga equivocada, dosis equivocada, ruta de administración equivocada, paciente equivocado y momento equivocado es la causa aislada prevenible más común de lesión de paciente”1. Con estas impresionantes líneas Reinerstein ejemplifica la trascendencia que el error médico y especialmente vinculado a la administración de drogas tiene en toda la medicina en Estados Unidos. No hace más que agregar un artículo más a los muchos que las organizaciones sanitarias y autores individuales han publicado sobre el tema 2-5. Anestesiología ha sido una de las especialidades que más se ha destacado en el estudio del error 6 y ha remarcado en los últimos años todo lo vinculado a la administración de drogas intravenosos 4-7. Seguramente muchos de los que leen este artículo conocen más de una situación angustiosa, vinculada a situaciones que son prácticamente indefendibles ante el paciente o su familia. Es nuestra intención resumir brevemente cómo enfrentarse a este problema y cuales son las tendencias actuales para intentar disminuir su frecuencia y/o sus consecuencias. Del punto de vista general ante un error, sobretodo si este parece fácilmente prevenible y más aún si tuvo consecuencias negativas, se pueden tener dos aproximaciones al tema: individual o de sistema 8. En la primera se enfoca el error en la persona que lo cometió, culpándola de ser olvidadiza, de no estar atenta o de tener una conducta poco ética. Se le puede agregar a voluntad, el hecho de no preocuparse por los demás o que “las cosas malas le pasan a la gente mala”.Este último es mi favorito porque le da un componente casi religioso al tema. Sin embargo nosotros sabemos que no es así: las cosas malas le pasan muchas veces a gente buena. Cuando se piensa que la clave es un error del sistema, se estudian las condiciones en las cuales los individuos trabajan y se intentan construir defensas para evitar los errores o mitigar sus efectos. Se entiende que el que tuvo el error es el último eslabón de un sistema que facilitó o propició el mismo. Estaríamos trabajando pues en un sistema complejo (y la sala de operaciones sí que lo es) con errores múltiples potenciales siempre amenazándonos. La gente más cuidadosa tendría menos errores, pero si el sistema está muy mal diseñado supera cualquier esfuerzo individual (por más “buena” persona o técnico que se sea). Sería similar por ejemplo a la lluvia de bacterias que nos bombardean día a día. Aquel que tiene defensas mejores no contrae enfermedad mientras que el más meioprágico se enferma frecuentemente. Pero cuando la bacteria es muy virulenta no hay defensa individual que sirva. La tendencia actual es tratar de llegar a este último enfoque del tema error. No es fácil porque en nosotros está muy arraigado el otro concepto y siempre buscamos EL CULPABLE para sancionarlo. Pero en nuestro fuero íntimo sabemos que probablemente esto le pueda pasar a cualquiera, incluyéndonos a nosotros, que no nos consideramos ni muy “malos” ni muy “buenos” tampoco. El enfoque hacia el estudio del sistema que favorece el error, ha llevado a aplicar en Anestesiología los conceptos de las organizaciones de alta confiabilidad (HRO en inglés) que incluyen el funcionamiento de 34º CONGRESO ARGENTINO DE ANESTESIOLOGIA – BUENOS AIRES 2005 El Enemigo Oculto: El error en la administración de la medicación intravenosa Dr.Gonzalo Barreiro - Médico Anestesiólogo e Intensivista, miembro del Comité Ejecutivo de la WFSA - [email protected] aeropuertos, portaaviones, plantas nucleares, etc. En ellas la seguridad es un problema de supervivencia y tienen como es esperable una muy baja tasa de accidentes. Tienen como filosofía común el aceptar que el ser humano es falible y están constantemente preocupados en prevenir sus errores mejorando los sistemas de seguridad 9. Volviendo a la sala de operaciones, miremos mañana cuantas ampollas similares existen con productos distintos, almacenados de la manera más anárquica posible, miremos quién carga las jeringas: ¿tiene preparación suficiente?, ¿sabe lo peligrosas que son algunas de las drogas?, tiene (¿tengo?) ¿buena vista?, ¿hay suficiente luz?, ¿está en un lugar donde se pueda concentrar?. Miremos donde están las drogas vasoactivas (¿donde está la adrenalina?), los curares, el cloruro de potasio, etc., etc. Reconozcamos al fin qué fácil que es que ocurra algo indeseado y si no, al menos, pensar que si sucede en medios más desarrollados ¿por qué no nos va a pasar a nosotros? Vamos a enumerar algunas de las conductas posibles para disminuir la probabilidad de error en la medicación intravenosa, recordando que hay medicación intravenosa que se puede dar en bolo o en bombas de infusión y por vía intratecal o peridural Seguramente el lector tendrá muchas más buenas ideas y sobretodo enfermería se me ha destacado como gente muy ingeniosa. Varias de estas conductas se pueden encontrar en la bibliografía internacional sobre el tema 10-11.El Profesor Alan Merry de Nueva Zelandia ha trabajado mucho sobre el tema. El es el encargado del comité de seguridad de la Federación Mundial y puede ser contactado a través de la misma en www.anaesthesiologists.org. Lo primero es llamar la atención sobre el problema y lo segundo es definir que tenemos un problema y que el manejo de la medicación intravenosa es un asunto delicado y necesita sistemática, atención, entrenamiento y supervisión adecuada. Necesita hacerse además en un lugar adecuado y definir claramente quién es el responsable del mismo dejándolo trabajar tranquilo. Y si es el propio anestesiólogo quien la maneja, entender que este es un momento delicado de su quehacer y que es necesario ser ordenado y sistemático. Mucho me alegro que recientemente ha aparecido un trabajo Holandés 12 con un editorial comentando el mismo 13 que parece demostrar por fin, que no es lo mismo ser cuidadoso y disciplinado que no .Probablemente todos lo sabemos, pero no es tan fácil demostrarlo. Otro punto es no cargar más jeringas que las que uno piensa va a utilizar en los próximos minutos. Lo ideal desde mi punto de vista es cargar solo lo que se va a usar en el momento y no tener más jeringas llenas con medicación (a veces no es tan fácil).Lo que hay que evitar es esas mesadas “de exhibición de productos” con no menos de seis jeringas listas para complicarle la vida al “más pintado”. La importancia de estandarización de ampollas en cuanto a tamaño, color y etiquetas es obvio, parece fácil y sin embargo ha demostrado ampliamente no ser así. A pesar de existir muchas normas generales o nacionales, la verdad es que los laboratorios hacen lo que quieren y parecen más interesados a veces en presentar una ampolla parecida a la de la competencia que en preocuparse por evitar la confusión de las mismas. Seguramente si se pudiera pasar las demandas a ellos otra sería la conducta, pero el escenario en que nos encontramos es caótico y seguramente seguirá así por mucho tiempo. ¿Qué nos queda pues? Buscar nosotros la mejor aproximación. 34º CONGRESO ARGENTINO DE ANESTESIOLOGIA – BUENOS AIRES 2005 El Enemigo Oculto: El error en la administración de la medicación intravenosa Dr.Gonzalo Barreiro - Médico Anestesiólogo e Intensivista, miembro del Comité Ejecutivo de la WFSA - [email protected] Hay dos tipos de etiquetas para jeringas: las que vienen del laboratorio y las artesanales fabricadas por nosotros. Las primeras son poco frecuentes pero útiles y vienen preparadas para pegarlas a la jeringa en cuestión. Lo que es claro es que, cualquiera sea el origen de la etiqueta, hay que ir pegándolas en cada jeringa a medida que se van cargando. Algunos laboratorios presentan las jeringas prellenadas con el medicamento lo que por lo menos evita uno de los errores. Otro mecanismo de seguridad aceptado es que luego de cargada la medicación y rotulada la jeringa haya un segundo chequeo. Este puede ser humano, realizado por una segunda persona o tecnológico. En el humano hay que tener en cuenta que no alcanza con repetir el nombre del medicamento (aunque es una maniobra de valor) porque hay medicamentos que “suenan” parecido 3.Actualmente se propulsa la existencia de un código de barras que ya se está usando comercialmente 14-15 en la etiqueta de la ampolla y un lector del mismo en el lugar de llenado de la misma. Probablemente se popularice en un plazo breve ya que al fin y al cabo los lectores de códigos de barras existen en todos los supermercados y parece un buen mecanismo de seguridad. Mientras esta tecnología no sea de uso habitual una idea que me pareció buena es que enfermería coloque un distintivo (por ejemplo rojo) a aquellas ampollas con contenidos potencialmente mortales en forma inmediata (por ejemplo drogas vasoactivas, curares, cloruro de Potasio). Las drogas que se presentan como líquidos coloreados tienen ventajas sobre las incoloras pero lamentablemente los ejemplos son escasos. Nosotros intentamos ver si se podían colorear los fármacos más peligrosos, pero los laboratorios plantean que es casi imposible porque habría que realizar todos los chequeos y garantías de que el colorante no es nocivo. Una idea de un químico, que me pareció brillante, es la de colocar las medicaciones más peligrosas en ampollas rugosas ya que el tacto es algo que no se pierde con la edad. Nuevamente parece haber problemas técnicos para fabricarlas. Aunque con el código de barras se pudiera lograr un gran avance, tampoco esto evita el error humano, ni la omisión de pasarlo por el lector: solo disminuye “el ataque de los errores”. El ordenamiento en cajones, estantes o similares de las drogas es otro punto que muchas veces no se tiene en cuenta. Las drogas vasoactivas o de reanimación, que muchas veces además tienen más concentración o contenido, tienen que estar todas juntas en el carro de reanimación. No tienen porque andar “deambulando” en la sala de operaciones esperando que “la persona mala” se las inyecte al paciente. Conviene pensar qué tantas medicaciones uno necesita para el procedimiento en sí, disponer solo de esas en sala y el resto que puede llegar a ser necesario tenerlo cerca, bien ordenado y saber donde está. No deben incorporarse nuevas medicaciones o nuevas presentaciones al centro quirúrgico sin consultar y notificar a los anestesiólogos. 34º CONGRESO ARGENTINO DE ANESTESIOLOGIA – BUENOS AIRES 2005 El Enemigo Oculto: El error en la administración de la medicación intravenosa Dr.Gonzalo Barreiro - Médico Anestesiólogo e Intensivista, miembro del Comité Ejecutivo de la WFSA - [email protected] Cuando se detectan errores o problemas el ambiente debe ser tal que permita el reporte y el análisis para evitar que se repita. Las autoridades del servicio, las hospitalarias y las oficiales tienen que sentirse responsables y partícipes del tema 1. En fin esto no pretende más que llamar la atención sobre el problema, lo que muchas veces es suficiente para mejorar la situación, fomentando la “cultura de seguridad”. Bibliografía 1. Reinertsen JL.Let's talk about error. Leaders should take responsibility for mistakes. Br Med J 2000;320:730. 2. UNITED STATES OF AMERICA.FOOD AND DRUG ADMINISTRATION CENTER FOR DRUG EVALUATION AND RESEARCH USE OF COLOR ON PHARMACEUTICAL PRODUCT LABELS, LABELING AND PACKAGING http://www.fda.gov/cder/meeting/color_labeling.doc Consultado Abril 2005. 3. Sentinel Event Alert Look-alike, sound-alike drug names http://www.jcaho.org/about+us/news+letters/sentinel+event+alert/sea_19.htm Consultado Abril 2005. 4. Bowdle TA. Drug Administration Errors From the ASA Closed Claims Project . ASA NEWSLETTER 2003;67 (6) 5. Shwartz AJ. Reframing the question of human error:tools to navigate the next era in anesthesia safety. ASA Refresher Courses.2001;20:229.38. 6. 7. 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