LECTURA BÁSICA X.2.2. ENFOQUE Y ESTRATEGIAS PARA EL DESARROLLO DE COMPETENCIAS DE EDUCACIÓN ARTÍSTICA Educación Artística. Enfoque y estado actual de la asignatura Los países afiliados a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) consideran que el objetivo principal de la enseñanza de las artes para los niños y los jóvenes consiste en proporcionar herramientas que les permitan comprender la vida y desenvolverse en ella. Las artes favorecen en los educandos una visión creadora y abierta que los motiva a participar de manera activa en el mundo en el que interactúan y conviven. En la Conferencia Mundial sobre Educación Artística de la UNESCO, 2005, en la que se formularon importantes observaciones para alcanzar una educación artística de calidad, los asistentes a la conferencia plantearon que: 1. Constatan que todo niño y todo joven tiene derecho a la educación artística (EA), y a través de ella al desarrollo del sentido estético y de la creatividad, así como la actitud al pensamiento crítico y la reflexión inherente a la condición humana. 2. Consideran que debe ser desarrollado en los niños y los jóvenes una mayor toma de conciencia de ellos mismos y a la vez de su entorno cultural y material; que el acceso a todos los bienes culturales, servicios y prácticas deben formar parte de los sistemas educacionales y culturales. 3. Reconocen el rol de la educación artística para la sensibilización de públicos en la apreciación de las manifestaciones artísticas. 4. Comprenden los desafíos de la diversidad cultural generados por la mundialización y la necesidad creciente de imaginación, de creatividad y de cooperación en sociedades cada vez más fundadas sobre el conocimiento. 5. Dejan constancia de que en varias sociedades el arte es parte de la tradición y a menudo sigue siendo parte de la vida cotidiana de todos los días, y desempeña un papel clave en la trasmisión cultural y el desarrollo de las comunidades y los individuos. 6. Prestan especial atención a las necesidades de los jóvenes para la obtención de espacios previstos para actividades artísticas, como centros culturales comunitarios y museos de arte. 7. Reconocen que nuestras sociedades contemporáneas necesitan desarrollar estrategias educacionales y culturales que trasmitan y sustenten valores estéticos y una identidad, con el fin de promover y valorar la diversidad cultural y el desarrollo de las sociedades sin conflictos, prósperas y perennes. 8. Tienen en cuenta la naturaleza multicultural de la mayoría de los países del mundo, donde la confluencia de culturas es representada, lo que trae consigo un conjunto único de entidades, nacionalidades y lenguajes; que esta complejidad cultural ha desarrollado una energía creativa ofreciendo perspectivas locales y prácticas en educación que son específicas a esos países; y que esa rica herencia cultural tangible e intangible es amenazada por transformaciones sociales, culturales, económicas y ambientales complejas. 9. Reconocen el valor y la aplicabilidad del arte en los procesos de aprendizaje, así como su rol en el desarrollo de capacidades cognitivas o sociales que están subyacentes en la tolerancia social y la celebración de la diversidad. 10. Reconocen que la Educación Artística contribuye al mejoramiento del aprendizaje y al desarrollo de las capacidades a través del énfasis que pone sobre las estructuras flexibles (tales como las materias y roles situados en el tiempo), la importancia para el alumno (ligado de manera significativa a la vida de los niños y a su entorno social y cultural) y la cooperación entre los sistemas de aprendizaje formal e informal y las fuentes. 11. Reconocen la convergencia entre la concepción tradicional de arte y la convención moderna que concibe que la enseñanza a través del arte puede conducir al mejoramiento del aprendizaje y al desarrollo de competencias (UNESCO, Conferencia preparatoria de la Cumbre Mundial de Educación Artística, 2005: 14). La UNESCO, en colaboración con el Australian Council for Arts y la International Federation of Arts Councils and Culture Agencies, impulsó un estudio internacional sobre el impacto de las artes en la educación. Para ello se desarrolló una metodología de análisis cuantitativos y cualitativos: se aplicó una encuesta y se revisaron respuestas de treinta y siete países y organismos vinculados al arte, la cultura y la educación. Adicionalmente se solicitó a los países que enviaran tres estudios de caso cuyo eje fuera el impacto de las artes en la educación; asimismo, que incorporaran documentos visuales. Las conclusiones ese estudio fueron: Las artes están presentes en las políticas educativas de casi todos los países del mundo. Existe un abismo entre las palabras (en este caso, la defensa pública de la educación artística) y la oferta impartida en los centros escolares. El término “educación artística” depende de la cultura y el contexto. El significado del término varía de un país a otro, con diferencias específicas entre países desarrollados y países en vías de desarrollo. En todos los países (independientemente de su nivel de desarrollo económico) determinadas materias clave (como dibujo y música, y también pintura y artesanía) forman parte del plan de estudios. Los países económicamente desarrollados tienen más tendencia a apostar por los nuevos medios (como el cine, la fotografía y el arte digital) en el plan de estudios. En los países en vías de desarrollo se hace más énfasis en las expresiones artísticas propias de cada cultura (como los zancos en Barbados y los peinados en Senegal). Existe una diferencia entre lo que podría denominarse educación en las artes (esto es, enseñar bellas artes, música, teatro o artesanías) y la educación a través de las artes (es decir, el uso de las artes como recurso pedagógico en otras materias como aritmética, lengua y tecnología). La educación artística tiene beneficios en los niños y las niñas, el entorno de aprendizaje y la comunidad local. Es necesario incrementar la formación de los profesionales responsables de la educación artística (esto es, profesorado, artistas y otros profesionales docentes). Una educación artística de calidad se traduce en beneficios tangibles en la salud y el bienestar sociocultural de los niños y las niñas. Las ventajas de los programas con contenidos artísticos sólo pueden percibirse en el caso de programas de calidad (aunque no disponemos de definiciones concretas sobre las características de estos programas, los datos permiten apuntar aspectos relacionados con la calidad). Una educación artística de calidad normalmente se caracteriza por la existencia de fuertes vínculos entre los centros escolares y las organizaciones artísticas y comunitarias externas. En otras palabras, profesorado, artistas y comunidades locales comparten de forma conjunta la responsabilidad del éxito de los programas (Bamford, A., 2009: p. 14). Como se puede observar, se reconoce que las artes son un medio de conocimiento que permite saber, interpretar y analizar el mundo. Proporcionan a los niños habilidades, conocimientos, valores y actitudes. Motivan a participar de manera activa en el mundo en el que todos los seres interactuamos y convivimos. Recordemos que algunos estudiosos de los procesos mentales señalan que las artes favorecen procesos cognitivos, con memoria, concentración, atención y creatividad (Gardner, H., 2008; Csikszentmihalyi, M., 1998). De igual forma, y no menos importante, las artes contribuyen a valorar la cultura a través del reconocimiento, la apreciación y la expresión de sus diversas manifestaciones. En la esfera emocional se promueve la expresión de los sentimientos, la autoestima, el auto-concepto, la confianza en sí mismo y la seguridad; además, se comporta como eje articulador y aporta elementos para el aprendizaje de otras materias del currículo en tanto que beneficia, entre otros aspectos, la capacidad lectora, el pensamiento matemático, el aprecio e interés por la historia, la adquisición de valores, el desarrollo de habilidades verbales y el incremento del vocabulario. Hoy se considera que, de la misma manera que existe un pensamiento lógico matemático, hay un pensamiento artístico. La educación artística es una empresa intencional para lograr ese desarrollo cognitivo en los niños. Las principales aportaciones del arte al desarrollo del pensamiento artístico son: Refina el sistema sensorial y cultiva la capacidad de imaginación y de representación. La representación desemboca en otras tres funciones cognitivas: la inscripción, la revisión y la comunicación. Desarrolla la función de aprender a observar el mundo. Permite aplicar la imaginación como un medio para explorar nuevas posibilidades. Predispone a tolerar la ambigüedad, a explorar lo incierto, a aplicar un juicio libre de formas y reglas. Permite explorar nuestro paisaje interior, esto es, descubrimos lo que somos capaces de experimentar (Eisner, E., 2004). Como parte de la noción de pensamiento artístico aparecen dos conceptos clave que son la imaginación y la creatividad, cada vez más alejados de la visión romántica y la idea de facultades innatas. La imaginación es una función vital y necesaria para todo sujeto, donde se combinan los factores intelectuales y emocionales porque permite romper con lo que es fijo o terminado, ver las cosas como si pudieran ser distintas. La imaginación toma forma en el vínculo entre fantasía y realidad. La fantasía recupera elementos de la realidad para someterlos a cambios y reelaboraciones en nuestra imaginación. De lo anterior se desprende que son relevantes la cantidad y calidad de las experiencias de los niños para estimular la actividad de su imaginación. Pero la fantasía no sólo obtiene aquellos elementos de la realidad, sino que toma productos preparados para la fantasía y fenómenos complejos de la realidad. Esto es, los textos de los historiadores, escritores, científicos, que son experiencias ajenas o sociales, ponen al servicio de los niños formas de enlace con la experiencia de otros para no quedar confinados al estrecho espacio de su propia experiencia. La fantasía también se vincula con la realidad por un enlace emocional. La expresión de las emociones se expresa con imágenes afines a ellas, por ejemplo: el verde de la esperanza, el blanco de la pureza. Asimismo, se hacen combinaciones de imágenes y se relacionan con sentimientos comunes, por ejemplo, el azul es frío y el rojo es cálido. El enlace emocional permite comprender por qué las representaciones artísticas causan en los niños impresiones profundas, la música, la pintura, la danza, entre otras, dan la posibilidad de extender los sentimientos, así como de reelaborarlos de manera creativa. En continuidad con el enlace emocional, la fantasía se relaciona con la realidad a través de la imagen cristalizada, puesta en objetos. Esos objetos o representaciones son la expresión objetiva de los elementos que el niño toma de la realidad, pero que en su pensamiento han sufrido una reelaboración y se han materializado (Vigotsky, L., 2008). La creatividad por su parte, reconocida antaño como el eje de la enseñanza artística, pasa a ser un valor propio de la cultura moderna, cada vez más ligada a la resolución de problemas, y por tanto no restringida a la creatividad estética. En la educación artística existe actualmente una concepción desmitificada de la creatividad, donde las prácticas educativas sobre la creatividad están orientadas hacia: Responder a una concepción desmitificada del niño. Si bien la capacidad infantil está fuera de toda discusión, es importante superar la idea de “la infancia creadora per se”, lo que implica afrontar la tarea de desarrollar la creatividad. Desterrar la creencia de que la creatividad es un don. De la misma manera que la inteligencia, la creatividad se desarrolla y se adquiere. Comprender que la noción de creatividad es una construcción social. Igual que la noción de imaginación, la de creatividad es histórica y contingente. Asumir que la noción de creatividad es transpersonal. Es necesario tomar en cuenta la experiencia y el contexto. Tanto para incrementar, diversificar y enriquecer la experiencia de los niños, como para aceptar que el creador tiene influencia preformativa en el entorno cultural. Considerar que la creatividad no es una facultad genérica. La creatividad es una capacidad vinculada a campos del saber, por tanto, si se requiere promover tal capacidad en los niños para la creatividad artística, es menester conocer y cultivar el conocimiento de las artes. Reconocer que la creatividad no es el objetivo primordial de la enseñanza de las artes. Todos los campos del currículo son partícipes del despliegue de la creatividad en los niños. La enseñanza de las artes tiene como tarea desarrollar la creatividad y, de igual forma, la imaginación, el análisis cultural, etc. Admitir que el desarrollo de la creatividad no sólo implica motivación y libertad. No es factible dejar en la formación de los niños el impulso de la creatividad al azar, es necesario aplicar estrategias, métodos y técnicas que desarrollen la creatividad, esa es la principal responsabilidad escolar (Agirre, I., 2005). Los conceptos abordados han sido reelaborados en la actualidad porque existe una reconceptualización de la idea de arte, que no lo limita a los aspectos técnicos ni personales. El arte existe en contextos de otras manifestaciones humanas como parte de lo colectivo. El vínculo entre arte y vida colectiva se da en el plano semiótico o sistema simbólico. Los signos están conectados con la sociedad en la que se ubican, por ello la significación de los objetos de arte es un asunto local, es decir, el significado del arte no es igual en Francia, México o Indonesia (Geertz, C., 1987). Es así como lo local manifiesta un poder constructivo para el arte: es en lo local donde se da el encuentro entre la unidad de la forma y el contenido aportando en la experiencia de vivir la vida el equipamiento mental de los seres humanos o “estilo cognitivo” para, por ejemplo, su experiencia visual. Hoy por hoy, las artes en la educación son entendidas como expresión personal y cultural, son un instrumento para la identificación y el desarrollo cultural. A través de las artes es posible que los niños desenvuelvan la imaginación, la percepción y el aprendizaje de la realidad; así como su capacidad crítica y de análisis, para no ser extraños en su propio país o región; de igual forma, favorece que como ciudadanos sean constructores de lo que acontece en su nación. Esto trae como consecuencia: Abrir la posibilidad de los niños hacia las actividades artísticas sin reducir la experiencia a los registros sensoriales o, en el peor de los casos, a lo visual. Tal preponderancia de lo sensorial conduce a la inclusión de múltiples objetos y producciones no estéticas, o bien, a no considerar expresiones artísticas multisensoriales como el cine, el teatro, el performance y la ópera, entre otros. Disociar la educación artística con las formas canónicas del arte. Las bellas artes son prácticas institucionalizadas y relevantes para la educación artística, pero también los son todos los productos estéticos de la cultura popular (Agirre, I., 2005). En contextos interculturales como el nuestro es propicio, para la educación artística y en aras de un aprendizaje situado, procesos de discriminación positiva a favor del arte popular. Comprender lo que significa análisis y juicio crítico de una obra artística. El análisis pretende situar la obra en el contexto cultural, pero eso no da de suyo un juicio estético, pues puede ser sólo un mecanismo de consumo cultural, pero no necesariamente hacer legibles los trabajos artísticos. El juicio estético amerita que los sujetos sean “tejedores de textos”, poner en acto no sólo la contemplación, sino imprimir dinámica a la manifestación artística haciendo algún juicio acerca de la obra. Es así que la educación artística debe promover el desarrollo del análisis y de los juicios estéticos en los niños. Considerar el pensamiento artístico y las artes como sistemas simbólicos conduce a tomar en cuenta la capacidad de los niños para la experiencia estética. Esto es, abordar el arte desde la experiencia, porque la experiencia estética es la continuación de las experiencias en la vida. De esta forma se destruyen las fronteras entre arte y vida, lo que permite reconocer que existen metáforas o alegorías de la vida que cobran forma en la pintura, la escultura, la danza, el teatro, etc. Se supera la distancia entre procesos artísticos y estéticos. Los primeros, se refieren la acción de producir una obra de arte; los segundos, se refieren a la acción de contemplar y percibir la obra estéticamente. Es bueno recordar que la estética tiene que ver con la percepción, la sensación y la imaginación, pero también, con las formas como se conoce, siente y entiende el mundo. La reflexión y apreciación de lo artístico es sólo una de las maneras de la experiencia estética. Lo que importa es que la experiencia estética permite mejorar las experiencias humanas porque esa experiencia no depende del producto, sino del enlace que el sujeto hace con los objetos; en otros términos, la experiencia abarca los objetos experimentados y el proceso de experimentarlos. Colocar en el centro la experiencia posibilita que los niños reconozcan el mundo vivido por otros y su propia experiencia frente a la obra: en ello hay una intencionalidad para avivar el compromiso apreciativo, reflexivo y cultural frente a las artes y a la vida (Dewey, J., 2008; Greene, M., 2004). En la Reforma de la Educación Básica las artes, como se ha señalado, forman parte del campo formativo Desarrollo Personal y para la Convivencia, y tienen como finalidad, brindar a los alumnos referentes que les permitan desarrollar el pensamiento artístico, que se entiende como el proceso de interpretación y representación de ideas, sentimientos y emociones que proporcionan los lenguajes artísticos, al estimular la sensibilidad, la percepción y la creatividad, utilizando como medio la experiencia estética (Programa de Estudios, Educación Artística, 5º grado, 2009: 269). El Programa destaca las siguientes competencias para este nivel educativo: Aprecia y comprende las formas de representación (lenguajes) de las manifestaciones artísticas. Emplea y disfruta el arte como lenguaje para comunicar sus pensamientos y emociones. Valora la riqueza de las manifestaciones artísticas y culturas propias de los otros, y contribuye a su preservación. Participa activa y plenamente en el mundo del arte y la cultura como creador y espectador (Programas de Estudio, Educación Artística, 5º grado, 2009: 352). El desarrollo de las competencias en la asignatura de Educación Artística concibe a las disciplinas artísticas como una unidad, por lo que es conveniente evitar la fragmentación del abordaje de los temas; este enfoque no es simple, pues es indispensable integrar los lenguajes de las artes visuales, de la expresión corporal y de la danza, así como de la música y del teatro. Los temas de la asignatura proponen como referente al alumno. El siguiente cuadro muestra cómo se distribuyen: Cuadro 4. Temas de la asignatura de Educación Artística por ciclos y grados Conocimiento de sí mismo Relaciones con el medio social y natural Ciclo Grado Tema Primero Primero y segundo Mi cuerpo, mis emociones y yo Segundo Tercero y cuarto Yo, los objetos y mi entorno Tercero Quinto y sexto Yo y los otros