JORNADAS INTERNACIONALES: HOMENAJE A CHARLES TILLY. CONFLICTO, PODER Y ACCIÓN COLECTIVA: CONTRIBUCIONES AL ANÁLISIS SOCIOPOLÍTICO DE LAS SOCIEDADES CONTEMPORÁNEAS Madrid, 7 y 8 de Mayo de 2009 EJE TEMÁTICO La “política de la confrontación” La forma de las huelgas en Europa, 1980-2006 David Luque Balbona ([email protected]) Departamento de Sociología Universidad de Oviedo Avda. del Cristo s/n 33006 - Oviedo (España) Tel: +34 985 10 62 22 Fax: +34 985 10 50 50 David Luque Balbona Licenciado en Ciencias del Trabajo en la Universidad de Oviedo (2004). Actualmente forma parte del Programa Nacional de Formación del Profesorado Universitario de Ministerio de Ciencia e Innovación (MICINN) vinculado al Departamento de Socióloga de la misma Universidad. Su tesis doctoral en fase de elaboración versa sobre la actividad huelguística en España desde la transición. Publicaciones representativas: MATO, F.J.; CUETO, B. y LUQUE, D. (2007): La evolución de la conflictividad laboral en España. Especial referencia a Asturias, Navarra: Thomson-Civitas. LUQUE, D.; CUETO, B. y MATO F.J. (2008): “Un estudio regional de la actividad huelguística en España”, Revista Española de Investigaciones Sociológicas, 124, pp.107-140. 1. Introducción En este trabajo se aborda el análisis comparado de la actividad huelguística en un marco europeo. El periodo de análisis se limita al último cuarto de siglo con el fin de analizar las pautas más recientes en la manifestación del conflicto industrial una vez superado el «resurgimiento del conflicto de clases en Europa occidental» de finales de los años sesenta y de los turbulentos setenta (Crouch y Pizzorno, 1978). La selección de los países analizados viene determinada por la disponibilidad de series de datos para casi todo el periodo (1980 hasta la actualidad). No obstante, países de pequeño tamaño como Luxemburgo o Islandia han sido excluidos. En el caso de Grecia su exclusión se basa en la no disponibilidad de datos desde 1998. Los registros de los distintos países han sido recopilados del Anuario de Estadísticas del Trabajo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)1. En el Gráfico 1 y en la Cuadro 1 se pueden apreciar las dos características más relevantes de la actividad huelguística en Europa desde la década de los ochenta. Por un lado, la disparidad en los niveles de conflictividad entre los distintos países. España, Italia y Finlandia registran los mayores niveles de conflictividad y Austria, Países Bajos, Alemania y Suiza los menores. Por otro lado, un acusado descenso de los niveles de conflictividad en el conjunto de Europa en las últimas décadas. En términos absolutos, el número de jornadas no trabajadas por año debido a conflictos industriales pasaron 26,4 millones en los ochenta a 7,9 millones en lo que va de siglo. Por lo tanto, después del resurgimiento del conflicto a finales de los sesenta parece que Europa ha entrado de nuevo en un «ciclo largo» de paz social (Screpanti, 1987). En palabras de Piazza (2005: 289) «la militancia de los setenta fue seguida por la inactividad en los ochenta y noventa». Inactividad que parece continuar con el cambio de siglo. En los últimos años se han publicado varios trabajos sobre la actividad huelguística a nivel europeo e internacional2 que de igual forma destacan estas dos características: sustanciales diferencias entre países en niveles de conflictividad y descenso 1 Datos disponibles en http://laborsta.ilo.org/ Por destacar los más recientes: Bordogna y Cella (2002), Piazza (2005), Scheuer (2006) y Gall y Allsop (2007), Van der Veldel et al. (2007) y Hale (2008). 2 1 generalizado de la actividad huelguística. No obstante, estos estudios se centran principalmente en los niveles de conflictividad (jornadas no trabajadas cada 1000 trabajadores). La aportación de este trabajo es profundizar en el estudio de la actividad huelguística a través del análisis de las pautas de manifestación del conflicto, esto es, la «forma de las huelgas». Gráfico 1. Promedio anual de jornadas no trabajadas cada mil trabajadores en 15 países europeos, 1980-2006 España 290,5 Italia 219,6 Finlandia 195,9 Irlanda 145,8 Re ino Unido 123,8 Dinamarca 121,7 Sue cia 84,3 Francia 78,1 74 Norue ga Bélgica 44,4 Portugal 41,9 Austria 14,9 Países Bajos 13,8 Alemania 13,8 1,6 Suiza 0 50 100 150 200 250 300 350 Fuente: OIT. Cuadro 1. Promedio anual de jornadas no trabajadas cada mil trabajadores en 15 países europeos por década, 1980-2006 1980-89 1990-99 2000-06 Trabajadores (miles) 137.808 150.215 165.502 Jornadas no Trabajadas 26.444.732 9.236.620 7.898.258 Media Simple 164 68 46 Media ponderada 193 61 48 Notas: Media simple: es el promedio del registro de cada país (sin considerar el tamaño). Media ponderada: es calculada a partir de la serie de datos agregados, según se muestra en la tabla. Los países con datos disponibles para casi todo el periodo son: Alemania (República Federal Alemana hasta 1994), Austria, Bélgica, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia, Noruega, Países Bajos, Portugal, Reino Unido, Suecia y Suiza. Fuente: OIT. 2 Siguiendo la metodología empleada por Shorter y Tilly (1971; 1974) y de Hibbs (1978) desglosaremos la actividad huelguística global en tres componentes: la frecuencia de las huelgas, que se define como el número de huelgas cada 100.00 trabajadores; el tamaño medio de las huelgas, que es el resultado de dividir el número total de participantes entre el número de huelgas en un año; y la duración de las huelgas, que se aproxima mediante el cociente entre las jornadas no trabajadas y los participantes, es decir, la pérdida de tiempo por trabajador implicado. Este desglose nos permitirá reproducir la «forma» de la huelga tipo en cada país, lo que hace posible identificar si bajo niveles de conflictividad similares subyacen pautas distintas de manifestación del conflicto. Tamaño Ilustración 1. Configuraciones hipotéticas de la actividad huelguística Frecuencia Duración Y X Al mismo tiempo que representa una manera muy intuitiva de comparar la actividad huelguística entre países, sectores o periodos, la configuración o forma de las huelgas nos permite cuantificar en un índice el volumen total de conflictividad a través del concepto físico de volumen, el cual es el producto de las tres dimensiones: frecuencia, duración y magnitud. Volumen actividad huelguística = Frecuencia × Duración × Magnitud Jornadas no trabajadas cada 1.000 trabajadores Jornadas no trabajadas Huelgas = x Trabajadores (100.000s) Huelguistas x Huelguistas (en centenas) Huelgas 3 El indicador jornadas no trabajadas por cada mil trabajadores tiene una justificación teórica (es el volumen de las tres dimensiones más representativas de las actividad huelguística) y una interpretación intuitiva como índice global del conflicto de trabajo (Hibbs, 1978). Es más, la mayoría de los especialistas han propuesto las jornadas no trabajadas ajustadas por el tamaño de la fuerza laboral como el mejor indicador simple de la actividad huelguística, por delante del número de huelgas o del total de participantes. Además, el uso de este indicador compuesto permite no confundir cambios en la tendencia de la actividad huelguística con cambios en una única dimensión. Por ejemplo, la reducción de la duración de las huelgas pero no del volumen entre las figuras X e Y en la Ilustración 1. El resto del trabajo se estructura de la siguiente forma. Después de esta breve introducción, se desarrolla un análisis descriptivo de la actividad huelguística en los distintos países. En el tercer apartado se identifican las principales tendencias en las distintas dimensiones de la actividad huelguística. En el cuarto, se realiza un repaso de las variables, tanto económicas, como institucionales y políticas, que mayor influencia ejercen en las distintas dimensiones de las huelgas, que, posteriormente, se utilizaran en el apartado quinto en la estimación de un modelo econométrico para tratar de explicar tanto la evolución de la actividad huelguística durante las últimas décadas como las diferencias entre países. El trabajo se cierra con un breve apartado de conclusiones. Las preguntas a las que se tratará de dar respuesta son las siguientes: ¿Qué tienen en común aquellos países que muestran niveles altos (bajos) en las distintas dimensiones de la actividad huelguística? ¿Qué variables han ejercido mayor influencia en el descenso de los niveles de conflictividad? 4 2. Pautas de la actividad huelguística en Europa Como ha quedado patente en el Gráfico 1 existen diferencias considerables en los niveles de conflictividad entre los principales países europeos. Con España, Italia y Finlandia liderando la clasificación con registros más de diez veces superiores a los de países como Austria, Países Bajos, Alemania y Suiza. En la Cuadro 2 se desmenuzan estas diferencias en las distintas dimensiones de la actividad huelguística. Cuadro 2. Principales indicadores de actividad huelguística, promedio 1980-2006 Frecuencia Tamaño Duración Volumen (centenas) Suiza 0,1 9,0 3,8 1,6 Alemania n.d. n.d. 1,8 13,8 Países Bajos 0,3 16,7 2,9 13,8 Austria 0,1 29,2 1,2 14,9 Bélgica 2,5 2,8 6,5 36,4 Portugal 6,6 4,0 1,4 40,6 Noruega 0,7 13,8 8,4 74,0 Francia 9,0 1,9 5,4 78,6 Suecia 1,4 10,0 4,6 84,3 Dinamarca 19,3 2,2 2,4 121,7 Reino Unido 2,2 11,1 4,7 123,8 Irlanda 5,2 4,2 8,8 145,8 Finlandia 24,6 4,1 2,6 195,9 Italia 5,4 28,9 1,3 219,6 España 8,8 17,7 2,3 290,5 PROMEDIO 6,6 11,3 3,9 97,0 Notas: N.d.: No disponible Frecuencia: Número de huelgas cada 100.000 trabajadores. Tamaño: Número de participantes entre número de huelgas. Duración: Número de jornadas no trabajadas entre número de participantes. Volumen: Jornadas no trabajadas cada 1.000 trabajadores. Fuente: OIT. En el cuadro se observa que además de los diferentes niveles de conflictividad se dan distintas pautas de actividad huelguística. Huelgas más frecuentes en Dinamarca y Finlandia, de mayor tamaño en Austria e Italia y de más larga duración Irlanda y Noruega. No obstante, diferentes combinaciones pueden dar lugar a niveles de conflictividad similares, sirva como ejemplo los casos de Dinamarca y Reino Unido. En los siguientes epígrafes se reproduce la forma de las huelgas en cada país y su evolución por décadas. De esta forma, podremos detectar que dimensiones han influido 5 en mayor medida en el descenso de los niveles de conflictividad experimentados en las últimas décadas en Europa. Para facilitar el análisis los 15 países seleccionados han sido agrupados, siguiendo el criterio de Scheuer (2006), de la siguiente forma: Sur de Europa: España, Italia y Portugal Islas británicas: Reino Unido e Irlanda Países nórdicos: Dinamarca, Finlandia, Noruega y Suecia Noroeste: Bélgica, Francia y Países Bajos Centroeuropa: Alemania, Austria y Suiza 2.1 Países del Sur de Europa Al reproducir la forma de las huelgas en cada país podemos comprobar que el menor nivel de conflictividad Portugal respecto a Italia y España es atribuible en exclusiva a una única dimensión de la actividad huelguística, el tamaño de las huelgas. Los registros en las restantes dimensiones son de un orden de magnitud similares a los de España e Italia. Incluso las huelgas en Portugal son más frecuentes que en Italia y de duración ligeramente superior. Además, una parte indeterminada de ese menor tamaño de las huelgas en Portugal es atribuible a las restricciones que se aplican en el registro estadístico de las huelgas (véase Anexo 1). Por otra parte, de la comparación particular de Italia y España se desprende que el mayor nivel de conflictividad registrado por España se debe a que las huelgas se producen con mayor frecuencia y prolongan durante una jornada más -aunque sean de corta duración en términos comparados como veremos más adelante-, dado que las huelgas en Italia son de un tamaño medio sustancialmente superior (1.100 participantes más por huelga). 6 Ilustración 2. La forma de las huelgas en los países del Sur de Europa, promedio 1980-2006 219,6 Volumen Tamaño (centenas) 290,5 Frecuencia Duración 28,9 40,6 17,7 4,0 8,8 2,3 España 6,6 5,4 1,3 Italia 1,4 Portugal Fuente: OIT. Respecto a la evolución temporal de los niveles de conflictividad la pauta general es de un descenso pronunciado de los niveles de conflictividad en los tres países. Así, en los ochenta en España se dejaba de trabajar debido a huelgas 1 jornada cada 2,2 trabajadores, en Italia 1 jornada cada 2,3 trabajadores y en Portugal 1 jornada cada 11,7 trabajadores. En lo que va de década (hasta 2006) estas tasas son de 1 jornada cada 6,7 trabajadores en España, 1 jornadas cada 14,3 trabajadores en Italia y 1 jornada cada 96,9 trabajadores en Portugal. 7 Ilustración 3. Evolución por décadas de la forma de las huelgas en los países del sur de Europa, 1980-2006 1990-99 1980-89 148,8 232,2 448,0 E S P A Ñ A 2000-06 18,1 20,2 15,7 13,0 8,0 4,1 1,9 2,6 2,5 433,3 70,1 110,5 39,1 21,0 I T A L I A 25,5 8,0 4,3 1,3 3,2 1,4 1,0 85,6 P O R T U G A L 21,4 10,1 6,5 9,4 1,6 2,0 2,9 3,6 5,9 1,4 1,4 8 2.2 Islas británicas El segundo grupo está compuesto por Irlanda y Reino Unido, países que registran unos niveles de conflictividad laboral similares en término promedio durante el último cuarto de siglo, 145,8 y 123,8 jornadas no trabajadas por cada mil asalariados respectivamente. Ilustración 4. La forma de las huelgas en las Islas británicas, 1980-2006 123,8 145,8 11,1 4,2 5,2 2,2 4,7 Reino Unido 8,8 Irlanda Fuente: OIT. Analizando la forma de las huelgas podemos apreciar como bajo un nivel similar de conflictividad subyacen pautas claramente diferentes de actividad huelguística. Huelgas más frecuentes y de más larga duración en Irlanda pero de mayor tamaño en Reino Unido. En lo que respecta a la evolución temporal de los niveles de conflictividad se detecta una tendencia claramente descendente en ambos países, que se aprecia con mayor claridad si nos centramos en los promedios anuales de tres décadas en que se divide el periodo de análisis. 9 Ilustración 5. Evolución por décadas de la forma de las huelgas en las Islas británicas, 1980-2006 1990-99 1980-89 2000-06 284,6 I R L A N D A 87,5 3,6 10,1 26,7 5,0 4,5 3,0 1,2 5,3 8,3 11,1 23,6 R E I N O U N I D O 292,8 24,3 18,4 9,2 8,0 4,6 7,0 1,0 3,1 3,7 0,6 Fuente: OIT. 2.3 Países nórdicos Este tercer grupo está formado por países situados en la región norte de Europa: Noruega, Suecia, Dinamarca, Finlandia. En el cómputo total del periodo de análisis Finlandia registra el mayor nivel de actividad huelguística con un promedio anual de 195,9 jornadas no trabajadas cada mil trabajadores. A continuación, a una distancia importante, se sitúa Dinamarca con un registro de 121,7, más próximo a los de Suecia y Noruega que muestran niveles de conflictividad similares entre sí, 84,3 y 74,0 jornadas no trabajadas cada mil trabajadores, respectivamente. 10 Ilustración 6. La forma de las huelgas en los países nórdicos, 1980-2006 195,9 74,0 121,7 84,3 10,0 4,1 24,6 2,6 Finlandia 2,2 13,8 19,3 2,4 Dinamarca 1,4 4,6 Suecia 0,7 8,4 Noruega Fuente: OIT. Al reproducir la forma de las huelgas en cada país, comprobamos que a pesar del nivel sustancialmente superior de conflictividad registrado por Finlandia su pauta de conflictividad se asemeja a la de Dinamarca, que a su vez es notoriamente diferente a la de Suecia y Noruega. Así, por una parte, las huelgas en Dinamarca y Finlandia son de corta duración y de pequeño tamaño pero de una frecuencia extraordinariamente alta. No obstante, el tamaño medio de las huelgas en Finlandia (410 participantes) es prácticamente el doble que el caso danés (220), de ahí su mayor nivel de conflictividad. Por otra parte, las huelgas en Noruega y Suecia son de un tamaño medio y de una duración superior, especialmente en el caso noruego, pero infrecuentes. Dando como resultado unos niveles de conflictividad superiores en el primer par de países, especialmente en el caso de Finlandia. Aunque durante el periodo más reciente se aprecia cierto grado de convergencia en los niveles de conflictividad las pautas de manifestación continúan siendo dispares. 11 Ilustración 7. Evolución por décadas de la forma de las huelgas en los países nórdicos, 1980-2006 D I N A M A R C A 153,5 3,4 2000-06 1990-99 1980-89 33,9 151,5 9,3 21,6 1,9 3,5 30,2 0,9 2,2 1,3 337,8 F I N L A N D I A 2,4 138,9 4,6 55,4 74,6 5,7 7,3 3,3 2,0 5,4 2,5 85.1 73,3 N O R U E G A 59,2 17,0 12,8 10,6 6,6 0,8 7,2 0,7 12,9 0,5 22,2 44,3 167,8 S U E C I A 8,1 12,1 10,5 4,8 2,8 5,0 0,7 2,9 0,3 12 2.4 Países continentales del Noroeste de Europa Este grupo está integrado por Bélgica, Francia y Países Bajos. Para los dos primeros países no se disponen de los datos necesarios para el periodo completo de análisis. En el caso de Bélgica la serie se interrumpe en 2001. En el caso de Francia, desde 2002 hay una nueva serie que no es posible enlazar con la anterior, por lo tanto, de igual forma los datos de Francia se limitan hasta 2001, inclusive. Centrándonos en primer lugar en el volumen, los niveles de conflictividad de este conjunto de países se pueden considerar como bajos. No obstante, el registro de Francia es cinco veces superior al de Países Bajos y más del doble del de Bélgica. A su vez, las pautas de las huelgas son dispares. Ilustración 8. La forma de las huelgas en los países continentales del noroeste de Europa, 1980-2006* 13,8 78,6 16,7 30,3 2,9 2,3 1,9 6,5 Bélgica 9,0 5,4 Francia 0,3 2,9 Países Bajos Nota: *Bélgica y Francia 1980-2001 Fuente: OIT. En Bélgica las huelgas son de larga duración, de pequeña tamaño y baja frecuencia. El mayor nivel de conflictividad de Francia se debe a la mayor frecuencia con que acontecen las huelgas y a su duración, dado que su tamaño es muy reducido. Por último, en los Países Bajos las huelgas son infrecuentes pero cuando acontecen movilizan a un número importante de trabajadores. Los registros de Francia y Bélgica durante el periodo más reciente han de ser considerados con cautela dado que reflejan el promedio de tan sólo las anualidades 2000 y 2001. 13 Ilustración 9. La evolución por décadas de la forma de las huelgas en los países continentales del noroeste de Europa, 1980-2006 1990-99 1980-89 B É L G I C A F R A N C I A 46,8 2000-06* 25,2 3,4 20,7 2,5 2,7 2,4 6,5 2,5 7,3 91,2 2,5 2,6 82,7 65,3 10,1 2,1 1,8 4,8 7,7 10,3 0,7 10,9 4,8 7,9 P A Í S E S B A J O S 18,9 12,7 22,1 13,2 16,5 0,4 3,0 0,3 3,4 0,3 2,2 *Francia y Bélgica, 2000-01 Fuente: OIT. En resumen, este grupo de países muestra pautas de conflictividad sustancialmente diferentes que se aprecian claramente en la distinta forma las huelgas. Además, el grado de conflictividad en Francia es notoriamente superior al de Bélgica y Países Bajos. 2.5 Países de Centroeuropa Este último grupo formado por Alemania, Austria y Suiza se caracteriza por unos niveles de conflictividad muy bajos -incluso con algunas anualidades libres de huelgas 14 en Austria- donde las huelgas son la excepción en el sistema de relaciones laborales. En el caso de Alemania no es posible reproducir la forma de las huelgas dado que no se publica el número de huelgas y, por tanto, no es posible calcular ni la frecuencia ni el tamaño de las huelgas. Ilustración 10. La forma de las huelgas en Centroeuropa, 1980-2006 14,9 13,4 29,2 1,6 9,0 0,11 0,09 1,8 1,2 3,6 Alemania Austria Suiza Fuente: OIT. En Austria la forma de las huelgas nos indica que los conflictos son infrecuentes (1 huelga cada 0,9 millones de trabajadores y año) -en términos absolutos 4 huelgas al año de promedio- pero cuando surgen la participación media es de casi 3.000 trabajadores durante una jornada. Como resultado se deja de trabajar 1 jornada cada 67 trabajadores y año (7 minutos y 9 segundos por trabajador y año). 15 Ilustración 11. La evolución por décadas de la forma de las huelgas en los países de Centroeuropa, 1980-2006 1990-99 1980-89 2000-06 3,5 2,0 45,0 A U S T R I A 49,6 21,5 12,9* 0,07 0,17 1,3 0,04 1,3 0,9 3,4 24,1 S U I Z A 1,4 0,4 1,2 0,07 5,3 A L E M A N I A 6,2 23,1 1,9 0,08 2,3 11,4 2,0 0,14 3,2 3,9 1,6 16 En Suiza las huelgas son aún más infrecuentes en términos relativos que en Austria (1 huelgas por cada 1,1millones de trabajadores y año) –en términos absolutos 4 huelgas al año de promedio- de menor tamaño (900 participantes) pero de duración más prolongada. Resultando un nivel de conflictividad de 1 jornada no trabajada cada 625 trabajadores y año (46 segundos no trabajados debido a huelgas por trabajador y año). Respecto a Alemania tan sólo indicar que la forma de las huelgas, según la duración y el volumen, se parece más a Austria (gran participación) que a Suiza. Durante el periodo 1980-2006 se han dejado de trabajar debido a huelgas un promedio de 1 jornada cada 72 trabajadores (6,5 minutos por trabajador y año). En síntesis, este grupo de países se caracteriza por su baja propensión a la huelgas pero cuando acontecen son de gran magnitud. 3. Tendencias en las distintas dimensiones de las huelgas A pesar del descenso generalizado de los niveles de conflictividad, las pautas subyacentes de la actividad huelguística no han seguido una evolución homogénea. En varios países la disminución del volumen de huelgas ha sido compatible con el incremento de alguna de las dimensiones del conflicto, especialmente el tamaño. El objetivo de este apartado es destacar las distintas tendencias registradas en la forma de las huelgas que han dado lugar a un mismo resultado, disminución del volumen. En la Ilustración 12 se aprecia como los niveles de conflictividad han descendido de forma generalizada, más acusadamente en aquellos países, como España e Italia, que partían de registros altos en los ochenta. No obstante, se aprecia cierta estabilidad en la clasificación de los países según su nivel de conflictividad. De esta forma, aquellos países con niveles más elevados en los ochenta (España, Italia y Finlandia) continúan actualmente en la primeras posiciones de la clasificación. Sin embargo, las diferencias son menores que en los ochenta. 17 Ilustración 12. Evolución por décadas del promedio anual de jornadas no trabajadas cada mil trabajadores, 1980-2006 1980-89 España Italia Finlandia Reino Unido Irlanda Suecia Dinamarca Francia Portugal Noruega Bélgica Alemania Países Bajos Austria Suiza 0 50 100 150 200 250 300 350 400 450 500 1990-99 España Dinamarca Finlandia Italia Irlanda Noruega Francia Suecia Reino Unido Bélgica Portugal Países Bajos Alemania Austria Suiza 0 100 200 300 400 500 2000-06 España Francia* Finlandia Italia Noruega Austria Dinamarca Irlanda Reino Unido Suecia Bélgica* Portugal Países Bajos Alemania Suiza 0 100 200 300 400 500 Fuente: OIT. 18 En el Cuadro 3 se resumen las tendencias registradas respecto a la década previa, de las distintas dimensiones de las huelgas. En la década de los noventa el nivel de conflictividad descendió en todos los países excepto en aquellos que partían de unos registros extremadamente bajos (Austria, Suiza, Países Bajos) donde aumentó. La frecuencia de las huelgas se redujo en diez de los catorce países, de manera especialmente intensa en Finlandia, Irlanda, Reino Unido y Suecia. La duración se mantuvo estable en cinco países, disminuyó en otros siete y sólo aumento en los tres restantes. En cambio, a pesar del descenso de la conflictividad, en siete países aumentó el tamaño medio de las huelgas, en los tres en que ascendió la conflictividad (Austria, Suiza, Países Bajos) y en cuatro países que partían de niveles altos de conflicto en los ochenta (España, Finlandia, Irlanda y Suecia). Por tanto, como tendencia general en los noventa las huelgas fueron menos frecuentes, de menor duración pero de mayor tamaño. Como resultado los niveles de conflictividad se redujeron drásticamente. En lo que va de siglo, respecto a la década de los noventa, el nivel de conflictividad promedio continúa en descenso pero de una forma menos acusada. Así, en la mayoría de los países (10 de 15) el nivel de conflictividad se redujo. La frecuencia mantiene una tendencia descendente en la mayoría de los países (9 de 14) aunque la frecuencia promedio no ha variado respecto a los noventa, lo que se debe a una mayor dispersión de los registros de cada país dado que la frecuencia mediana es menor. El tamaño de las huelgas crece respecto a la década previa en ocho países, se mantiene estable en uno y disminuye en los cinco restantes. Respecto a la duración, aumenta en seis países, se mantiene estable en uno y disminuye en ocho. Por lo tanto, la tendencia general es un descenso de la frecuencia de las huelgas y de su duración, sin embargo cuando se producen obtienen una mayor movilización de los trabajadores. 19 Cuadro 3. Tendencias principales en la forma de las huelgas FRECUENCIA 1980-89 1990-99 TAMAÑO 2000-06 1980-89 1990-99 DURACIÓN 2000-06 Alemania 1980-89 1990-99 VOLUMEN 2000-06 1980-89 1990-99 2000-2006 Corta Estable Disminución Bajo Disminución Disminución Austria Muy baja Disminución Disminución Grande Incremento Declive Corta Disminución Incremento Muy Bajo Incremento Incremento Bélgica Baja Incremento Estable Pequeño Disminución Estable Larga Estable Disminución Bajo Disminución Incremento Dinamarca Alta Incremento Incremento Pequeño Disminución Disminución Intermedia Disminución Disminución Alto Estable Declive España Alta Disminución Disminución Grande Incremento Incremento Corta Disminución Incremento Alto Disminución Disminución Finlandia Alta Declive Disminución Pequeño Incremento Incremento Corta Incremento Disminución Alto Disminución Disminución Francia Alta Disminución Incremento Pequeño Disminución Disminución Intermedia Estable Incremento Intermedio Disminución Incremento Irlanda Alta Declive Disminución Pequeño Incremento Incremento Larga Disminución Disminución Alto Declive Declive Italia Alta Disminución Disminución Grande Disminución Incremento Corta Estable Disminución Alto Declive Disminución Noruega Muy baja Estable Disminución Grande Disminución Disminución Larga Estable Incremento Intermedio Disminución Disminución Países Bajos Muy baja Disminución Estable Grande Incremento Incremento Corta Incremento Disminución Bajo Incremento Disminución Portugal Alta Disminución Disminución Intermedio Disminución Disminución Corta Disminución Estable Intermedio Declive Disminución Reino Unido Baja Declive Disminución Grande Disminución Incremento Larga Disminución Incremento Alto Declive Estable Suecia Baja Declive Disminución Intermedio Incremento Incremento Intermedia Incremento Disminución Alto Declive Disminución Suiza Muy baja Incremento Incremento Pequeño Incremento Incremento Larga Disminución Incremento Muy bajo Incremento Incremento MEDIA 9,0 4,5 4,5 10,5 11,2 11,6 4,2 3,7 3,7 164,3 67,5 45,8 MEDIANA 6,3 2,8 1,9 7,3 7,1 11,4 4,1 3,2 2,5 91,2 44,3 33,9 Declive: reducción superior a dos terceras partes respecto a la década previa. 20 En conclusión, el nivel medio de conflictividad en Europa durante el periodo más reciente supone menos de la tercera parte del registrado en los ochenta como consecuencia del declive en la frecuencia con que los trabajadores recurren a la huelga. No obstante, las huelgas que acontecen son de un tamaño similar, incluso algo mayor. Además, en un contexto histórico a más largo plazo, el nivel de conflictividad actual es el más bajo del último medio siglo. Por lo que parece que esta tendencia iniciada en los ochenta está conectada con cambios estructurales difíciles de revertir y no con factores exclusivamente coyunturales. 4. Determinantes de la actividad huelguística En un repaso de la literatura especializada se pueden identificar una serie de variables de diferente naturaleza que parecen influir en determinadas dimensiones de la actividad huelguística. De esta forma, las variables económicas (desempleo, inflación, etc.) afectan en mayor medida a la frecuencia con que se producen las huelgas en el corto plazo. Asimismo, se argumenta que el nivel predominante de negociación dentro del sistema de negociación colectiva tiene un efecto estructural en la frecuencia así como en el tamaño de las huelgas, al igual que la distribución sectorial del empleo. Por otra parte, el tamaño de las huelgas se suele ligar a la fortaleza o debilidad de las organizaciones sindicales, es decir, a su capacidad para movilizar o disciplinar a sus afiliados. En algunos estudios se vincula la duración de las huelgas a la existencia de subsidios (caja de resistencia) dirigidos a aliviar la situación económica de los huelguistas. Finalmente, las variables que consideran la orientación política del gobierno y la redistribución de la riqueza a través del gasto social suelen relacionarse con el volumen (jornadas no trabajadas). En los siguientes párrafos se argumenta sobre la influencia que ejercen sobre la actividad huelguística determinadas variables consideradas clave en la literatura. En primer lugar, según los modelos económicos, el retorno del desempleo durante los ochenta en las principales economías europeas estaría detrás del descenso experimentado en los niveles de conflictividad en dicha década, especialmente la disminución de la frecuencia con que se plantean las huelgas, dado el menor «poder de negociación en el mercado de trabajo» de los trabajadores (Silver, 2005:27). De esta forma, Tracy (1986) en su estudio sobre los determinantes de la actividad huelguística 21 en Estados Unidos encuentra que una alta tasa de desempleo industrial ejerce un efecto negativo sobre la frecuencia de las huelgas. Vroman (1989), también para la economía estadounidense, confirma la tesis de que las huelgas son procíclicas y demuestra que cuanto más alto es el desempleo más se reduce la probabilidad de huelga. Estos y otros estudios (Rees, 1952; Weintraub, 1966; Ashenfelter y Johnson, 1969; Skeels, 1982) muestran un consenso en torno a que la incidencia de las huelgas es procíclica, al menos, en el contexto norteamericano. Sin embargo, la recuperación económica de los noventa no fue acompañada, como postulan los mencionados trabajos, de un incremento paralelo de la conflictividad, sino que continuó con su tendencia descendente. Por tanto, la coyuntura economía no puede dar respuesta por si sola al descenso continuado de los niveles de conflictividad que se prolonga durante las últimas dos décadas. De este modo, Edwards y Hyman (1994) en su estudio sobre la actividad huelguística en Europa empleando datos longitudinales de cada país, obtienen resultados contradictorios. Encuentran la esperada relación inversa entre la frecuencia de las huelgas y el desempleo en Italia y Gran Bretaña pero una relación positiva en Dinamarca y Francia y ninguna asociación clara en el resto de países. Por lo que concluyen que la evidencia de que las condiciones económicas tienen un efecto claro y uniforme en los niveles de conflictividad es muy limitada en el contexto internacional. Otra de las variables analizadas asiduamente por los economistas es la influencia que puede ejercer la tasa de inflación en la frecuencia de las huelgas, dada la prioridad de los trabajadores por mantener su nivel adquisitivo. Por tanto, cabría esperar que niveles de inflación elevados se traduzcan en mayores exigencias salariales, lo que a su vez podría conducir a un mayor número de huelgas debido a la reticencia de los empresarios a ver aumentados sustancialmente sus costes laborales, especialmente si no pueden transferir estos incrementos al precio final de venta de los productos. Respecto a las posibles variables estructurales que pueden afectar a la actividad huelguística, nos vamos a centrar en primer lugar en uno de los factores cuya influencia es más evidente, la composición sectorial del tejido productivo. La distribución sectorial de las huelgas ha sido un punto de intereses central en el estudio del conflicto industrial, especialmente con el objetivo de identificar aquellos sectores más propensos al conflicto. A este respecto, las industrias manufactureras destacando sobre el resto, lo que Edwards y Hyman (1994:251) denominan «efecto industria». Por lo tanto, a medida 22 que la actividad industrial pierde peso en las economías europeas la frecuencia de las huelgas desciende. Asimismo, el sistema de negociación colectiva es un factor institucional que ejerce una influencia determinante en la manifestación del conflicto de trabajo. Así, varios autores, entre otros Clegg (1976), Bean (1985) y Franzosi (1995), plantean que la negociación a nivel centralizado conlleva a un número reducido de huelgas de gran tamaño, mientras que la negociación colectiva descentralizada, a nivel de empresa o centro de trabajo, se relaciona con una mayor frecuencia de huelgas de reducido tamaño. Más recientemente, Stokke y Thörnqvist (2001:245) afirman que cuanto más descentralizado es el sistema de negociación colectiva, mayor es la probabilidad de que concurran huelgas. Desde el ámbito sociológico uno de los principales aspectos analizados es el grado de organización de los trabajadores, en la medida en que es probable que los trabajadores organizados acudan con mayor frecuencia a la huelga que aquellos otros sin ningún tipo de organización. De esta manera, la capacidad de organización colectiva de los trabajadores, medida por el nivel de afiliación a los sindicatos, será un buen vaticinador de las fluctuaciones de la actividad huelguística. No obstante, como señala Edwards (1981:50) haciendo referencia las huelgas en Estados Unidos, «los sindicatos desempeñaron sin duda un papel preponderante en la planificación y desarrollo de las huelgas, pero el carácter de su influencia en la actividad huelguística en general no resulta tan evidente». Además, es necesario considerar que «cuando el sindicato es el agente capaz de organizar la huelga, también es, en consecuencia, el agente capaz de asegurar la continuidad del trabajo» (Pizzorno, 1978:383). Por último, los teóricos del intercambio político vinculan los niveles de conflictividad (volumen de huelgas) a largo plazo con la orientación ideológica del gobierno y la incorporación del movimiento obrero a la esfera política/gubernamental. Entre otros autores cabe destacar a Shorter y Tilly (1971 y 1974), Hibbs (1976 y 1978), Pizzorno (1978), Korpi y Shalev (1979) y Cameron (1991). El argumento básico que plantean estos autores es que el afianzamiento de los partidos de orientación socialdemócrata en algunos gobiernos nacionales, caso paradigmático de Suecia a mediados de la década de los treinta, abrió nuevos ámbitos de acción al movimiento obrero. De esta forma, «parte de las reivindicaciones tradicionalmente canalizadas a través de la huelga se integraron en los programas políticos de estos partidos» 23 reduciéndose los niveles de conflictividad laboral (Silvestre, 2003: 55). Siguiendo a Korpi y Shalev (1979), en países como Suecia, Noruega y Austria, donde los partidos socialdemócratas habían sido los partidos dominantes en el gobierno, los niveles de conflictividad experimentaron un declive a largo plazo, reflejo de que el conflicto por la distribución de la renta paso del mercado de trabajo a la arena política. En el otro extremo, en Irlanda y las naciones del norte de América, donde la clase obrera nunca ha jugado un papel determinante en la política nacional, no se produjo tal declive. No obstante, autores como Hibbs (1978) plantea que no es la toma del poder político por parte de los partidos de orientación socialdemócrata per se lo que hace que los huelgas disminuyan sino que lo relevante es la redistribución de la renta a través de los mecanismos del estado de bienestar. 5. Especificación del modelo A continuación nos centramos en los determinantes de la frecuencia y el volumen de las huelgas en Europa durante el periodo 1980-2006. La disponibilidad de datos de series temporales (periodo 1980-2006) con secciones cruzadas (países) sugiere el uso de modelos para datos de panel. Además, dada la naturaleza de los datos, consideramos que las variables explicativas afectan por igual a las unidades de corte transversal (países) y que éstas se diferencian por características propias de cada una de ellas, recogidas en un término constante diferente para cada sección. Es decir, utilizamos un modelo de efectos fijos. y it = X it β + α i + η it Donde y it es el valor de la variable dependiente para la unidad de corte transversal i en el periodo t; X it es el valor de la variable explicativa j-ésima para una unidad i en el periodo t. El término α i recibe el nombre de efecto individual y varía según el país, aunque se mantiene constante en el tiempo. La segunda parte del término de perturbación (η it ) varía de modo no sistemático entre los países y a lo largo del periodo considerado. En resumen, con datos correspondientes a 15 países europeos durante el periodo 1980-2006 se han estimado dos regresiones de efectos fijos con datos de panel en las que se consideran como variables dependientes la frecuencia (huelgas cada 100.000 trabajadores) y el volumen de huelgas (jornadas no trabajadas cada 1.000 trabajadores). 24 En el Anexo 2 se proporciona la descripción de las variables explicativas y las fuentes empleadas en su elaboración y en el Cuadro 4 se muestran los resultados del modelo estimado para la frecuencia de las huelgas. Respecto a la distribución sectorial de empleo se ha tomado como actividad de referencia una de las ramas en la que el empleo ha crecido en mayor medida durante los último años, la desarrollada por los establecimientos financieros, inmobiliarios y los servicios a empresas. Los resultados revelan que el resto de actividades presentan una frecuencia de huelgas significativamente superior, a excepción de la rama Electricidad, gas y agua en la cual la frecuencia de huelgas es menor y el sector del transporte que a pesar de que su coeficiente es positivo no es significativo. Por tanto, a mayor peso de este tipo de actividades financieras, inmobiliarias y de servicios a empresas, menor será la concurrencia de huelgas, tanto en el ámbito temporal como territorial. La variable que recoge la situación del mercado de trabajo, la tasa de desempleo, muestra un coeficiente negativo y significativo, lo que denota que a mayor nivel de desempleo, menor es la frecuencia de las huelgas. Resultado acorde con los modelos económicos sobre las huelgas. El coeficiente de la tasa de inflación es, de igual forma, negativo y significativo, lo que se opone al razonamiento planteado sobre la influencia de dicha variable en la frecuencia de las huelgas. El modelo estimado refleja que cuanto mayor es el índice de precios al consumo, menor es la frecuencia de las huelgas. Respecto al sistema de negociación colectiva tomando como referencia el nivel sectorial como el dominante, ambos coeficientes son significativos. Positivo en el caso del nivel de negociación de empresa, huelgas más frecuentes, y negativo en el nivel centralizado, huelgas menos frecuentes. Por lo tanto, en concordancia con los trabajos de otros autores, la centralización de la negociación colectiva conlleva a un menor número de huelgas. Por último, la tasa de afiliación a las organizaciones sindicales no influye significativamente en la frecuencia de las huelgas. 25 Cuadro 4. Determinantes de la frecuencia de las huelgas (estimaciones efectos fijos) Coeficiente Error est. Distribución sectorial del empleo Agricultura, caza, silvicultura y pesca Explotación de minas y canteras Industrias manufactureras Electricidad, gas y agua Construcción Comercio, restaurantes y hoteles Transporte, almacenamiento y comunicaciones Servicios públicos, sociales y personales Ref. Establecimientos financieros, bienes inmuebles y servicios a empresas Tasa desempleo Índice precios Afiliación sindical Nivel dominante negociación colectiva Empresa Centralizada Ref. Sectorial 4,148 9,667 2,207 -19,044 2,567 5,172 2,017 1,983 *** *** *** *** *** *** *** 0,461 2,907 0,304 2,557 0,682 0,701 1,338 0,495 -0,775 -0,412 -0,092 *** ** 0,209 0,202 0,067 9,109 -3,136 ** ** 0,043 0,007 *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** 36,497 37,119 37,205 37,521 36,385 35,905 36,646 35,850 39,257 36,513 36,845 35,622 36,913 35,674 Países Austria Bélgica Dinamarca España Finlandia Francia Irlanda Italia Noruega Países Bajos Portugal Reino Unido Suecia Suiza συ σε ρ F test (all u_i=0) ** significativa al 5%; *** significativa al 1%. -243,560 -214,232 -192,556 -249,011 -193,411 -218,947 -236,659 -229,422 -234,220 -226,289 -258,896 -230,409 -208,504 -236,458 19.437 67.225 0.893 28,25 (0,000) Por otra parte, en el modelo estimado sobre los determinantes del volumen de huelgas las variables explicativas incluidas son las siguientes: La frecuencia de las huelgas que, como se ha contrastado en el análisis descriptivo, es la dimensión de las huelgas que mayor variación ha experimentado en las últimas décadas, y su influencia en el volumen de jornadas no trabajadas es evidente. La afiliación sindical, que si bien no muestra una influencia significativa en la frecuencia con que se plantean los conflictos, puede influir en el volumen total de 26 jornadas no trabajadas a través de una mayor capacidad de movilización de los sindicatos a medida que cuentan con el apoyo de una proporción sustancial de los trabajadores. La propensión a las exportaciones -ratio entre exportaciones y PIB- que trata de recoger la exposición de la economía de cada país a la competencia internacional. En este sentido, entre otros autores, Piazza (2005:291) afirma que la exposición de trabajadores a la presión del comercio internacional fomenta una restricción salarial y la paz laboral con el fin de mantener la competitividad nacional en los mercados internacionales. Dos variables que tratan de verificar la vigencia de la teoría del intercambio político: el porcentaje de escaños conseguidos en el parlamento nacional por el principal partido de orientación socialdemócrata y la proporción que representa el gasto social sobre el PIB del país. Por último, se incluye el índice de Gini como medida de desigualdad en el reparto de la renta nacional, dado que un aumento de la desigualdad puede conllevar a un aumento de la conflictividad social y viceversa. Las estimaciones recogidas en el Cuadro 5 muestran que la frecuencia de las huelgas, la afiliación sindical, la tasa de propensión a las exportaciones y el gasto social son variables significativas en la determinación del volumen de huelga o nivel de conflictividad. Así, a mayor frecuencia y a mayor proporción de trabajadores afiliados a organizaciones sindicales mayor es el volumen de huelgas. Contrariamente, a mayor apertura al comercio internacional y a mayor proporción de gasto social menor es el nivel de conflictividad laboral. 27 Cuadro 5. Determinantes del volumen de huelgas (estimaciones efectos fijos) Coeficiente Frecuencia Afiliación sindical Propensión Exportaciones Partidos Izquierda Gasto social/PIB Índice Gini Países Austria Bélgica Dinamarca España Finlandia Francia Irlanda Italia Noruega Países Bajos Portugal Reino Unido Suecia Suiza συ σε ρ F test (all u_i=0) 6,308 3,959 -3,537 -1,369 -7,326 -201,104 273,324 344,903 126,799 535,876 133,703 364,513 354,272 386,385 247,113 391,641 230,996 333,024 225,801 302,265 Error est. *** ** ** * ** 1,132 1,600 1,563 1,256 4,357 709,165 253,079 309,601 287,200 273,874 282,944 251,434 311,565 276,216 266,669 262,963 280,020 288,623 282,427 246,900 108,473 159,091 0,317 3,88 (0,000) * significativa al 10%; ** significativa al 5%; *** significativa al 1%. 6. Conclusiones En este trabajo ha quedado patente que el descenso pronunciado de los niveles de conflictividad laboral registrado en Europa durante las últimas décadas es atribuible, principalmente, al descenso de la frecuencia con que los trabajadores recurren a la huelga. Lo que refleja que gran parte del colectivo obrero se encuentra a la defensiva ante el desequilibrio que ha supuesto en la relación de fuerza con los empleadores la globalización y desregulación de los mercados experimentado con especial intensidad desde los años ochenta. No obstante, si bien las diferencias en los niveles de conflictividad entre países se han reducido sustancialmente, las pautas de manifestación del conflicto, la forma de las huelgas, continúan siendo dispares. Lo que refleja la persistencia de diferencias en los sistemas de relaciones laborales y en la fluidez de las relaciones entre los actores. 28 De los modelos estimados se desprenden una serie de conclusiones. Respecto a la frecuencia de las huelgas, el cambio estructural del sistema socioeconómico ha supuesto la práctica desaparición de actividad que albergaban el núcleo duro del movimiento obrero, como la minería del carbón o la construcción naval, y el auge de actividades terciarias como los servicios avanzados a empresas que no poseen ninguna tradición sindical ni de movilización, lo que se traduce en un descenso de la frecuencia de las huelgas. De igual modo, los elevados niveles de desempleo registrados en gran parte de las economías europeas en los ochenta, y en algunos países como Suecia y Finlandia en los noventa, debilitaron el poder de negociación de los trabajadores y, consecuentemente, el número de huelgas descendió a un nivel que no ha remontado con la recuperación del empleo desde la segunda mitad de los noventa. Por otra parte, se ha constatado que los sindicatos influyen en el volumen total de huelgas a través de su capacidad de movilización de los trabajadores, es decir, a través del número de huelguistas que congregan y no a través del número de huelgas que promueven, resultado acorde con los obtenidos por Shorter y Tilly (1974) para Francia y Franzosi (1995) para Italia. Además, como argumenta Hibbs (1978) es un mayor gasto social –la asignación de recursos a través de la esfera política- y no la fuerza de los partidos socialdemócratas per se lo que se asocia con un menor volumen de huelgas. Por último, a medida que las exportaciones ganan peso en el sistema económico los niveles de conflictividad se reducen, reflejo de la necesidad de un mayor entendimiento entre los principales actores de las relaciones laborales (empresarios, trabajadores y Estado) como medio para salvaguardar la competitividad del país y, por lo tanto, el nivel de empleo. 29 7. BIBLIOGRAFIA ASHENFELTER, O. y JOHNSON, G. (1969): “Bargaining Theory, Trade Unions, and Industrial Strike Activity”, American Economic Review, Vol. 59, pp. 35-49. BEAN, R. (1985): Comparative Industrial Relations. An introduction to cross-national perspectives. Londres: Croom Helm. BORDOGNA, L. y CELLA, G.P. (2002): “Decline or transformation? Change in industrial conflict and its challenges”, Transfer 4/2002, pp. 585-607. CAMERON, D.R. (1984[1991]): “Democracia social, corporatismo, inactividad laboral y representación de intereses económicos en la sociedad capitalista avanzada”, en Goldthorpe (Comp.): Orden y Conflicto en el Capitalismo Contemporáneo. Madrid: Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, pp. 207-251. CLEGG, H. (1976[1985]): El sindicalismo en un sistema de negociación colectiva. Una teoría basada en la comparación de seis países. Madrid: Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. CROUCH, C. y PIZZORNO, A. (eds.) (1989[1978]): El resurgimiento del conflicto de clases en Europa Occidental a partir de 1968. I Estudios por países, Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, Madrid EDWARDS, P.K. (1981[1987]): Las huelgas en los Estados Unidos 1881-1974. Madrid: Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. EDWARDS, P.K. y HYMAN, R. (1994): “Strikes and Industrial Conflict: Peace in Europe?” en Hyman R. y Ferner A. (ed.), New Frontiers in European Industrial Relations. Oxford: Basil Blackwell, pp.250-280. FRANZOSI, R. (1995): The puzzle of strikes, Cambridge University Press, Cambridge GALL, G. y ALLSOP, D: (2007): “Labor quiescence Continued? Recent Strike Activity in Western Europe”, 59th Annual Meeting Labor and Employment Relations Association, Chicago. HALE, D. (2008): “International comparisons of labour disputes in 2006”, Economic & Labour Market Review, Vol. 2, No 4, Abril 2008. HIBBS Jr., D.A.: (1976): “Industrial Conflict in Advanced Industrial Societies” The American Political Science Review, Vol. 7, No. 4, pp. 1033-1058. HIBBS Jr., D.A.: (1978): “On the Political Economy of Long-Run Trends in Strike Activity”, British Journal of Political Science, Vol. 8, No. 2, pp. 153-175. KORPI, W. y SHALEV, M. (1979): “Strikes, industrial relations and class conflict in capitalist societies”, British Journal of Sociology, Volume 30, No. 2, June, pp. 164-187. PIAZZA, J. (2005): “Globalizing Quiescence: Globalization, Union Density and Strikes in 15 Industrialized Countries”, Economic and Industrial Democracy, Vol. 26 (2), pp. 289-314. PIZZORNO, A. (1978[1991]): “Intercambio político e identidad colectiva en el conflicto laboral”, en Crouch y Pizzorno (Comp.) El resurgimiento del conflicto de clases en Europa Occidental a partir de 1986. II. Madrid: Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, pp. 381-407. 30 REES, A. (1952): “Industrial Conflict and Business Fluctuations”, Journal of Political Economy, Vol. 60, No. 5, pp. 371-82. SCHEUER, S. (2006): “A Novel Calculus? Institutional Change, Globalization and Industrial Conflict in Europe”, European Journal of Industrial Relations, Vol. 12 No. 2, pp. 143-164. SCREPANTI, E. (1987) “Long Cycles in Strike Activity: an Empirical Investigation”, British Journal of Industrial Relations, Vol. 25, No. 1, pp. 99-124. SHORTER, E. y TILLY, C. (1971): “The Shape of Strikes in France, 1830-1960”, Comparative Studies in Society and History, Vol. 13, No. 1, pp. 60-86. SHORTER, E. y TILLY, C. (1974): Strikes in France 1830-1968, Cambridge University Press, Cambridge. SILVER, B. J. (2005): Fuerzas de trabajo. Los movimientos obreros y la globalización desde 1870, Madrid: Ediciones Akal. SILVESTRE, J. (2003): “Los determinantes de la protesta obrera en España, 19051935: ciclo económico, marco político y organización sindical”, Revista de Historia Industrial, Nº 25, pp. 51-80. SKEELS, J.W. (1982): “The Economic and Organizational Basis of Early United States Strikes, 1900-1948” Industrial & Labor Relations Review, Vol. 35, No. 4, pp. 491-503. STOKKE, T.A. y THÖRNQVIST, C. (2001): “Strike and Collective Bargaining in the Nordic Countries”, European Journal of Industrial Relations, Volume 7, Number 3, pp. 245-267. TRACY, J.S. (1986): “An investigation into the determinants of U.S. Strike Activity.” The American Economic Review, nº 76, pp. 423-436. VAN DER VELDEN, S.; DRIBBUSCH, H.; LYDDON, D.; y VANDAELE, K. (eds.) (2007): Strikes around the world, 1968-2005: Case-studies of 15 countries, Amsterdam: Aksant. VROMAN, S.B. (1989): “A Longitudinal Analysis of Strike Activity in U.S. Manufacturing: 1957-1984.” The American Economic Review, nº 79, pp. 816-826. WEINTRAUB, A.R. (1966): “Prosperity versus Strikes: An Empirical Approach”, Industrial & Labor Relations Review, Vol. 19 Issue 2, pp. 231-278 31 Anexo 1. Comparación de la cobertura de las estadísticas sobre actividad huelguística Criterio mínimo para inclusión en las estadísticas Alemania Austria Bélgica Dinamarca España Finlandia Francia Un día como mínimo y son seguidas al menos por diez trabajadores u ocasionen cien jornadas no trabajadas. Ninguno. Ninguno. Hasta 1995 excluidas las interrupciones del trabajo de menos de 100 días no trabajados. Duración de una hora. Una hora de duración. Producto de la duración y los huelguistas sea igual o superior a un día de trabajo. Actividades excluidas Administración pública Ninguna. Sector público Ninguna Fuerzas armadas o instituciones militares. Hasta 1988 funcionarios civiles de las administraciones públicas. Ninguna Agricultura y la función pública. Nueva serie desde 2001 Irlanda Italia Noruega Países Bajos Duración de un día o suma de tiempo no trabajado no inferior a 10 días Ninguno. Un día de duración. Ninguna Ninguna Ninguna Ninguno. Portugal Ninguno. Ninguna Huelgas generales en el plano nacional. Desde 1986 la administración pública Reino Unido Suecia Suiza Diez trabajadores implicados por lo menos, o duración de un día por lo menos, salvo si el total de días no trabajados sea mayor de 100. Ocho horas no trabajadas Duración de por lo menos 24 horas Fuerzas armadas Ninguna Organizaciones internacionales y embajadas Fuente: OIT (1993): “Fuentes y Métodos: Estadísticas del Trabajo. Volumen 7”, en Anuario de Estadísticas del Trabajo, Ginebra. 32 Anexo 2. Descripción y fuentes de las variables incluidas en los modelos estimados Variables Descripción Fuente Distribución sectorial del empleo Distribución del empleo por grandes grupos de actividad (ISIC-Rev.2) OIT Laborsta http://laborsta.ilo.org/ Tasa de desempleo Porcentaje de desempleados respecto a la población laboral. OECD Dataset: ALFS Sumary tables Índice precios Índice de Precios de Consumo (IPC): mide la evolución del conjunto de precios de los bienes y servicios que consume la población. OECD: Key Economic Indicators. Afiliación sindical Tasa de afiliación sindical OECD dataset: union members y employees Propensión Exportaciones La tasa de propensión a las exportaciones se mide como el ratio entre exportaciones y PIB. OECD Dataset: Macro Trade Indicators Gasto social/PIB Gasto social público como porcentaje del PIB nacional OECD: National Accounts database. Partidos Izquierda Porcentaje de escaños obtenidos en las elecciones generales (congreso de los diputados o similar) por el principal partido de orientación de “izquierdas” (socialista, socialdemócrata o laborista) Nivel dominante negociación colectiva “Elections around the world” base de datos online www.election-world.com. Periodo 1980-2000: Base de datos de Golden y Wallerstein (2002)*. http://www.shelley.polisci.ucla.edu/ Periodo 2001-2005: EIRO (2005). Variable dummy que refleja la evolución temporal del nivel dominante de negociación. Coeficiente que mide la distribución de la renta. Valores entre 0 y 1, en donde 0 se corresponde con la perfecta igualdad y 1 se corresponde Índice Gini con la perfecta desigualdad OECD Dataset: Income distribution - Inequality * No incluye a Grecia, Irlanda y Portugal. Fuente empleada: EIRO (2005): The evolving structure of Collective Bargaining in Europe 1990-2004. 33