La forma de las huelgas en Europa, 1980-2006

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JORNADAS INTERNACIONALES: HOMENAJE A CHARLES
TILLY.
CONFLICTO, PODER Y ACCIÓN COLECTIVA:
CONTRIBUCIONES AL ANÁLISIS SOCIOPOLÍTICO DE LAS
SOCIEDADES CONTEMPORÁNEAS
Madrid, 7 y 8 de Mayo de 2009
EJE TEMÁTICO
La “política de la confrontación”
La forma de las huelgas en Europa, 1980-2006
David Luque Balbona ([email protected])
Departamento de Sociología
Universidad de Oviedo
Avda. del Cristo s/n
33006 - Oviedo (España)
Tel: +34 985 10 62 22 Fax: +34 985 10 50 50
David Luque Balbona
Licenciado en Ciencias del Trabajo en la Universidad de Oviedo (2004).
Actualmente forma parte del Programa Nacional de Formación del Profesorado
Universitario de Ministerio de Ciencia e Innovación (MICINN) vinculado al
Departamento de Socióloga de la misma Universidad. Su tesis doctoral en fase de
elaboración versa sobre la actividad huelguística en España desde la transición.
Publicaciones representativas:
MATO, F.J.; CUETO, B. y LUQUE, D. (2007): La evolución de la conflictividad
laboral en España. Especial referencia a Asturias, Navarra: Thomson-Civitas.
LUQUE, D.; CUETO, B. y MATO F.J. (2008): “Un estudio regional de la actividad
huelguística en España”, Revista Española de Investigaciones Sociológicas, 124,
pp.107-140.
1.
Introducción
En este trabajo se aborda el análisis comparado de la actividad huelguística en un
marco europeo. El periodo de análisis se limita al último cuarto de siglo con el fin de
analizar las pautas más recientes en la manifestación del conflicto industrial una vez
superado el «resurgimiento del conflicto de clases en Europa occidental» de finales de
los años sesenta y de los turbulentos setenta (Crouch y Pizzorno, 1978).
La selección de los países analizados viene determinada por la disponibilidad de
series de datos para casi todo el periodo (1980 hasta la actualidad). No obstante, países
de pequeño tamaño como Luxemburgo o Islandia han sido excluidos. En el caso de
Grecia su exclusión se basa en la no disponibilidad de datos desde 1998. Los registros
de los distintos países han sido recopilados del Anuario de Estadísticas del Trabajo de
la Organización Internacional del Trabajo (OIT)1.
En el Gráfico 1 y en la Cuadro 1 se pueden apreciar las dos características más
relevantes de la actividad huelguística en Europa desde la década de los ochenta.
Por un lado, la disparidad en los niveles de conflictividad entre los distintos países.
España, Italia y Finlandia registran los mayores niveles de conflictividad y Austria,
Países Bajos, Alemania y Suiza los menores.
Por otro lado, un acusado descenso de los niveles de conflictividad en el conjunto
de Europa en las últimas décadas. En términos absolutos, el número de jornadas no
trabajadas por año debido a conflictos industriales pasaron 26,4 millones en los ochenta
a 7,9 millones en lo que va de siglo. Por lo tanto, después del resurgimiento del
conflicto a finales de los sesenta parece que Europa ha entrado de nuevo en un «ciclo
largo» de paz social (Screpanti, 1987). En palabras de Piazza (2005: 289) «la militancia
de los setenta fue seguida por la inactividad en los ochenta y noventa». Inactividad que
parece continuar con el cambio de siglo.
En los últimos años se han publicado varios trabajos sobre la actividad huelguística
a nivel europeo e internacional2 que de igual forma destacan estas dos características:
sustanciales diferencias entre países en niveles de conflictividad y descenso
1
Datos disponibles en http://laborsta.ilo.org/
Por destacar los más recientes: Bordogna y Cella (2002), Piazza (2005), Scheuer (2006) y Gall y Allsop
(2007), Van der Veldel et al. (2007) y Hale (2008).
2
1
generalizado de la actividad huelguística. No obstante, estos estudios se centran
principalmente en los niveles de conflictividad (jornadas no trabajadas cada 1000
trabajadores). La aportación de este trabajo es profundizar en el estudio de la actividad
huelguística a través del análisis de las pautas de manifestación del conflicto, esto es, la
«forma de las huelgas».
Gráfico 1. Promedio anual de jornadas no trabajadas cada mil trabajadores en 15
países europeos, 1980-2006
España
290,5
Italia
219,6
Finlandia
195,9
Irlanda
145,8
Re ino Unido
123,8
Dinamarca
121,7
Sue cia
84,3
Francia
78,1
74
Norue ga
Bélgica
44,4
Portugal
41,9
Austria
14,9
Países Bajos
13,8
Alemania
13,8
1,6
Suiza
0
50
100
150
200
250
300
350
Fuente: OIT.
Cuadro 1. Promedio anual de jornadas no trabajadas cada mil trabajadores en 15
países europeos por década, 1980-2006
1980-89
1990-99
2000-06
Trabajadores
(miles)
137.808
150.215
165.502
Jornadas no
Trabajadas
26.444.732
9.236.620
7.898.258
Media
Simple
164
68
46
Media
ponderada
193
61
48
Notas:
Media simple: es el promedio del registro de cada país (sin considerar el tamaño).
Media ponderada: es calculada a partir de la serie de datos agregados, según se muestra en la tabla.
Los países con datos disponibles para casi todo el periodo son: Alemania (República Federal Alemana
hasta 1994), Austria, Bélgica, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia, Noruega, Países
Bajos, Portugal, Reino Unido, Suecia y Suiza.
Fuente: OIT.
2
Siguiendo la metodología empleada por Shorter y Tilly (1971; 1974) y de Hibbs
(1978) desglosaremos la actividad huelguística global en tres componentes: la
frecuencia de las huelgas, que se define como el número de huelgas cada 100.00
trabajadores; el tamaño medio de las huelgas, que es el resultado de dividir el número
total de participantes entre el número de huelgas en un año; y la duración de las
huelgas, que se aproxima mediante el cociente entre las jornadas no trabajadas y los
participantes, es decir, la pérdida de tiempo por trabajador implicado. Este desglose nos
permitirá reproducir la «forma» de la huelga tipo en cada país, lo que hace posible
identificar si bajo niveles de conflictividad similares subyacen pautas distintas de
manifestación del conflicto.
Tamaño
Ilustración 1. Configuraciones hipotéticas de la actividad huelguística
Frecuencia
Duración
Y
X
Al mismo tiempo que representa una manera muy intuitiva de comparar la actividad
huelguística entre países, sectores o periodos, la configuración o forma de las huelgas
nos permite cuantificar en un índice el volumen total de conflictividad a través del
concepto físico de volumen, el cual es el producto de las tres dimensiones: frecuencia,
duración y magnitud.
Volumen actividad huelguística = Frecuencia × Duración × Magnitud
Jornadas no trabajadas
cada 1.000 trabajadores
Jornadas no
trabajadas
Huelgas
=
x
Trabajadores
(100.000s)
Huelguistas
x
Huelguistas
(en centenas)
Huelgas
3
El indicador jornadas no trabajadas por cada mil trabajadores tiene una
justificación teórica (es el volumen de las tres dimensiones más representativas de las
actividad huelguística) y una interpretación intuitiva como índice global del conflicto de
trabajo (Hibbs, 1978). Es más, la mayoría de los especialistas han propuesto las
jornadas no trabajadas ajustadas por el tamaño de la fuerza laboral como el mejor
indicador simple de la actividad huelguística, por delante del número de huelgas o del
total de participantes. Además, el uso de este indicador compuesto permite no confundir
cambios en la tendencia de la actividad huelguística con cambios en una única
dimensión. Por ejemplo, la reducción de la duración de las huelgas pero no del volumen
entre las figuras X e Y en la Ilustración 1.
El resto del trabajo se estructura de la siguiente forma. Después de esta breve
introducción, se desarrolla un análisis descriptivo de la actividad huelguística en los
distintos países. En el tercer apartado se identifican las principales tendencias en las
distintas dimensiones de la actividad huelguística. En el cuarto, se realiza un repaso de
las variables, tanto económicas, como institucionales y políticas, que mayor influencia
ejercen en las distintas dimensiones de las huelgas, que, posteriormente, se utilizaran en
el apartado quinto en la estimación de un modelo econométrico para tratar de explicar
tanto la evolución de la actividad huelguística durante las últimas décadas como las
diferencias entre países. El trabajo se cierra con un breve apartado de conclusiones.
Las preguntas a las que se tratará de dar respuesta son las siguientes: ¿Qué tienen
en común aquellos países que muestran niveles altos (bajos) en las distintas
dimensiones de la actividad huelguística? ¿Qué variables han ejercido mayor influencia
en el descenso de los niveles de conflictividad?
4
2.
Pautas de la actividad huelguística en Europa
Como ha quedado patente en el Gráfico 1 existen diferencias considerables en los
niveles de conflictividad entre los principales países europeos. Con España, Italia y
Finlandia liderando la clasificación con registros más de diez veces superiores a los de
países como Austria, Países Bajos, Alemania y Suiza. En la Cuadro 2 se desmenuzan
estas diferencias en las distintas dimensiones de la actividad huelguística.
Cuadro 2. Principales indicadores de actividad huelguística, promedio 1980-2006
Frecuencia Tamaño
Duración Volumen
(centenas)
Suiza
0,1
9,0
3,8
1,6
Alemania
n.d.
n.d.
1,8
13,8
Países Bajos
0,3
16,7
2,9
13,8
Austria
0,1
29,2
1,2
14,9
Bélgica
2,5
2,8
6,5
36,4
Portugal
6,6
4,0
1,4
40,6
Noruega
0,7
13,8
8,4
74,0
Francia
9,0
1,9
5,4
78,6
Suecia
1,4
10,0
4,6
84,3
Dinamarca
19,3
2,2
2,4
121,7
Reino Unido
2,2
11,1
4,7
123,8
Irlanda
5,2
4,2
8,8
145,8
Finlandia
24,6
4,1
2,6
195,9
Italia
5,4
28,9
1,3
219,6
España
8,8
17,7
2,3
290,5
PROMEDIO
6,6
11,3
3,9
97,0
Notas:
N.d.: No disponible
Frecuencia: Número de huelgas cada 100.000 trabajadores.
Tamaño: Número de participantes entre número de huelgas.
Duración: Número de jornadas no trabajadas entre número de participantes.
Volumen: Jornadas no trabajadas cada 1.000 trabajadores.
Fuente: OIT.
En el cuadro se observa que además de los diferentes niveles de conflictividad se
dan distintas pautas de actividad huelguística. Huelgas más frecuentes en Dinamarca y
Finlandia, de mayor tamaño en Austria e Italia y de más larga duración Irlanda y
Noruega. No obstante, diferentes combinaciones pueden dar lugar a niveles de
conflictividad similares, sirva como ejemplo los casos de Dinamarca y Reino Unido.
En los siguientes epígrafes se reproduce la forma de las huelgas en cada país y su
evolución por décadas. De esta forma, podremos detectar que dimensiones han influido
5
en mayor medida en el descenso de los niveles de conflictividad experimentados en las
últimas décadas en Europa.
Para facilitar el análisis los 15 países seleccionados han sido agrupados, siguiendo
el criterio de Scheuer (2006), de la siguiente forma:
Sur de Europa: España, Italia y Portugal
Islas británicas: Reino Unido e Irlanda
Países nórdicos: Dinamarca, Finlandia, Noruega y Suecia
Noroeste: Bélgica, Francia y Países Bajos
Centroeuropa: Alemania, Austria y Suiza
2.1 Países del Sur de Europa
Al reproducir la forma de las huelgas en cada país podemos comprobar que el menor
nivel de conflictividad Portugal respecto a Italia y España es atribuible en exclusiva a
una única dimensión de la actividad huelguística, el tamaño de las huelgas. Los registros
en las restantes dimensiones son de un orden de magnitud similares a los de España e
Italia. Incluso las huelgas en Portugal son más frecuentes que en Italia y de duración
ligeramente superior. Además, una parte indeterminada de ese menor tamaño de las
huelgas en Portugal es atribuible a las restricciones que se aplican en el registro
estadístico de las huelgas (véase Anexo 1).
Por otra parte, de la comparación particular de Italia y España se desprende que el
mayor nivel de conflictividad registrado por España se debe a que las huelgas se
producen con mayor frecuencia y prolongan durante una jornada más -aunque sean de
corta duración en términos comparados como veremos más adelante-, dado que las
huelgas en Italia son de un tamaño medio sustancialmente superior (1.100 participantes
más por huelga).
6
Ilustración 2. La forma de las huelgas en los países del Sur de Europa, promedio
1980-2006
219,6
Volumen
Tamaño
(centenas)
290,5
Frecuencia
Duración
28,9
40,6
17,7
4,0
8,8
2,3
España
6,6
5,4
1,3
Italia
1,4
Portugal
Fuente: OIT.
Respecto a la evolución temporal de los niveles de conflictividad la pauta general
es de un descenso pronunciado de los niveles de conflictividad en los tres países. Así, en
los ochenta en España se dejaba de trabajar debido a huelgas 1 jornada cada 2,2
trabajadores, en Italia 1 jornada cada 2,3 trabajadores y en Portugal 1 jornada cada 11,7
trabajadores. En lo que va de década (hasta 2006) estas tasas son de 1 jornada cada 6,7
trabajadores en España, 1 jornadas cada 14,3 trabajadores en Italia y 1 jornada cada 96,9
trabajadores en Portugal.
7
Ilustración 3. Evolución por décadas de la forma de las huelgas en los países del
sur de Europa, 1980-2006
1990-99
1980-89
148,8
232,2
448,0
E
S
P
A
Ñ
A
2000-06
18,1
20,2
15,7
13,0
8,0
4,1
1,9
2,6
2,5
433,3
70,1
110,5
39,1
21,0
I
T
A
L
I
A
25,5
8,0
4,3
1,3
3,2
1,4
1,0
85,6
P
O
R
T
U
G
A
L
21,4
10,1
6,5
9,4
1,6
2,0
2,9
3,6
5,9
1,4
1,4
8
2.2 Islas británicas
El segundo grupo está compuesto por Irlanda y Reino Unido, países que registran
unos niveles de conflictividad laboral similares en término promedio durante el último
cuarto de siglo, 145,8 y 123,8 jornadas no trabajadas por cada mil asalariados
respectivamente.
Ilustración 4. La forma de las huelgas en las Islas británicas, 1980-2006
123,8
145,8
11,1
4,2
5,2
2,2
4,7
Reino Unido
8,8
Irlanda
Fuente: OIT.
Analizando la forma de las huelgas podemos apreciar como bajo un nivel similar de
conflictividad subyacen pautas claramente diferentes de actividad huelguística. Huelgas
más frecuentes y de más larga duración en Irlanda pero de mayor tamaño en Reino
Unido.
En lo que respecta a la evolución temporal de los niveles de conflictividad se
detecta una tendencia claramente descendente en ambos países, que se aprecia con
mayor claridad si nos centramos en los promedios anuales de tres décadas en que se
divide el periodo de análisis.
9
Ilustración 5. Evolución por décadas de la forma de las huelgas en las Islas
británicas, 1980-2006
1990-99
1980-89
2000-06
284,6
I
R
L
A
N
D
A
87,5
3,6
10,1
26,7
5,0
4,5
3,0
1,2
5,3
8,3
11,1
23,6
R
E
I
N
O
U
N
I
D
O
292,8
24,3
18,4
9,2
8,0
4,6
7,0
1,0
3,1
3,7
0,6
Fuente: OIT.
2.3 Países nórdicos
Este tercer grupo está formado por países situados en la región norte de Europa:
Noruega, Suecia, Dinamarca, Finlandia.
En el cómputo total del periodo de análisis Finlandia registra el mayor nivel de
actividad huelguística con un promedio anual de 195,9 jornadas no trabajadas cada mil
trabajadores. A continuación, a una distancia importante, se sitúa Dinamarca con un
registro de 121,7, más próximo a los de Suecia y Noruega que muestran niveles de
conflictividad similares entre sí, 84,3 y 74,0 jornadas no trabajadas cada mil
trabajadores, respectivamente.
10
Ilustración 6. La forma de las huelgas en los países nórdicos, 1980-2006
195,9
74,0
121,7
84,3
10,0
4,1
24,6
2,6
Finlandia
2,2
13,8
19,3
2,4
Dinamarca
1,4
4,6
Suecia
0,7
8,4
Noruega
Fuente: OIT.
Al reproducir la forma de las huelgas en cada país, comprobamos que a pesar del
nivel sustancialmente superior de conflictividad registrado por Finlandia su pauta de
conflictividad se asemeja a la de Dinamarca, que a su vez es notoriamente diferente a la
de Suecia y Noruega. Así, por una parte, las huelgas en Dinamarca y Finlandia son de
corta duración y de pequeño tamaño pero de una frecuencia extraordinariamente alta.
No obstante, el tamaño medio de las huelgas en Finlandia (410 participantes) es
prácticamente el doble que el caso danés (220), de ahí su mayor nivel de conflictividad.
Por otra parte, las huelgas en Noruega y Suecia son de un tamaño medio y de una
duración superior, especialmente en el caso noruego, pero infrecuentes. Dando como
resultado unos niveles de conflictividad superiores en el primer par de países,
especialmente en el caso de Finlandia.
Aunque durante el periodo más reciente se aprecia cierto grado de convergencia en
los niveles de conflictividad las pautas de manifestación continúan siendo dispares.
11
Ilustración 7. Evolución por décadas de la forma de las huelgas en los países
nórdicos, 1980-2006
D
I
N
A
M
A
R
C
A
153,5
3,4
2000-06
1990-99
1980-89
33,9
151,5
9,3
21,6
1,9
3,5
30,2
0,9
2,2
1,3
337,8
F
I
N
L
A
N
D
I
A 2,4
138,9
4,6
55,4
74,6
5,7
7,3
3,3
2,0
5,4
2,5
85.1
73,3
N
O
R
U
E
G
A
59,2
17,0
12,8
10,6
6,6
0,8
7,2
0,7
12,9
0,5
22,2
44,3
167,8
S
U
E
C
I
A
8,1
12,1
10,5
4,8
2,8
5,0
0,7
2,9
0,3
12
2.4 Países continentales del Noroeste de Europa
Este grupo está integrado por Bélgica, Francia y Países Bajos. Para los dos
primeros países no se disponen de los datos necesarios para el periodo completo de
análisis. En el caso de Bélgica la serie se interrumpe en 2001. En el caso de Francia,
desde 2002 hay una nueva serie que no es posible enlazar con la anterior, por lo tanto,
de igual forma los datos de Francia se limitan hasta 2001, inclusive.
Centrándonos en primer lugar en el volumen, los niveles de conflictividad de este
conjunto de países se pueden considerar como bajos. No obstante, el registro de Francia
es cinco veces superior al de Países Bajos y más del doble del de Bélgica. A su vez, las
pautas de las huelgas son dispares.
Ilustración 8. La forma de las huelgas en los países continentales del noroeste de
Europa, 1980-2006*
13,8
78,6
16,7
30,3
2,9
2,3
1,9
6,5
Bélgica
9,0
5,4
Francia
0,3
2,9
Países
Bajos
Nota: *Bélgica y Francia 1980-2001
Fuente: OIT.
En Bélgica las huelgas son de larga duración, de pequeña tamaño y baja frecuencia.
El mayor nivel de conflictividad de Francia se debe a la mayor frecuencia con que
acontecen las huelgas y a su duración, dado que su tamaño es muy reducido. Por último,
en los Países Bajos las huelgas son infrecuentes pero cuando acontecen movilizan a un
número importante de trabajadores.
Los registros de Francia y Bélgica durante el periodo más reciente han de ser
considerados con cautela dado que reflejan el promedio de tan sólo las anualidades 2000
y 2001.
13
Ilustración 9. La evolución por décadas de la forma de las huelgas en los países
continentales del noroeste de Europa, 1980-2006
1990-99
1980-89
B
É
L
G
I
C
A
F
R
A
N
C
I
A
46,8
2000-06*
25,2
3,4
20,7
2,5
2,7
2,4
6,5
2,5
7,3
91,2
2,5
2,6
82,7
65,3
10,1
2,1
1,8
4,8
7,7
10,3
0,7
10,9
4,8
7,9
P
A
Í
S
E
S
B
A
J
O
S
18,9
12,7
22,1
13,2
16,5
0,4
3,0
0,3
3,4
0,3
2,2
*Francia y Bélgica, 2000-01
Fuente: OIT.
En resumen, este grupo de países muestra pautas de conflictividad sustancialmente
diferentes que se aprecian claramente en la distinta forma las huelgas. Además, el grado
de conflictividad en Francia es notoriamente superior al de Bélgica y Países Bajos.
2.5 Países de Centroeuropa
Este último grupo formado por Alemania, Austria y Suiza se caracteriza por unos
niveles de conflictividad muy bajos -incluso con algunas anualidades libres de huelgas
14
en Austria- donde las huelgas son la excepción en el sistema de relaciones laborales. En
el caso de Alemania no es posible reproducir la forma de las huelgas dado que no se
publica el número de huelgas y, por tanto, no es posible calcular ni la frecuencia ni el
tamaño de las huelgas.
Ilustración 10. La forma de las huelgas en Centroeuropa, 1980-2006
14,9
13,4
29,2
1,6
9,0
0,11
0,09
1,8
1,2
3,6
Alemania
Austria
Suiza
Fuente: OIT.
En Austria la forma de las huelgas nos indica que los conflictos son infrecuentes (1
huelga cada 0,9 millones de trabajadores y año) -en términos absolutos 4 huelgas al año
de promedio- pero cuando surgen la participación media es de casi 3.000 trabajadores
durante una jornada. Como resultado se deja de trabajar 1 jornada cada 67 trabajadores
y año (7 minutos y 9 segundos por trabajador y año).
15
Ilustración 11. La evolución por décadas de la forma de las huelgas en los países de
Centroeuropa, 1980-2006
1990-99
1980-89
2000-06
3,5
2,0
45,0
A
U
S
T
R
I
A
49,6
21,5
12,9*
0,07
0,17
1,3
0,04
1,3
0,9
3,4
24,1
S
U
I
Z
A
1,4
0,4
1,2
0,07
5,3
A
L
E
M
A
N
I
A
6,2
23,1
1,9
0,08
2,3
11,4
2,0
0,14
3,2
3,9
1,6
16
En Suiza las huelgas son aún más infrecuentes en términos relativos que en Austria
(1 huelgas por cada 1,1millones de trabajadores y año) –en términos absolutos 4 huelgas
al año de promedio- de menor tamaño (900 participantes) pero de duración más
prolongada. Resultando un nivel de conflictividad de 1 jornada no trabajada cada 625
trabajadores y año (46 segundos no trabajados debido a huelgas por trabajador y año).
Respecto a Alemania tan sólo indicar que la forma de las huelgas, según la duración
y el volumen, se parece más a Austria (gran participación) que a Suiza. Durante el
periodo 1980-2006 se han dejado de trabajar debido a huelgas un promedio de 1 jornada
cada 72 trabajadores (6,5 minutos por trabajador y año).
En síntesis, este grupo de países se caracteriza por su baja propensión a la huelgas
pero cuando acontecen son de gran magnitud.
3.
Tendencias en las distintas dimensiones de las huelgas
A pesar del descenso generalizado de los niveles de conflictividad, las pautas
subyacentes de la actividad huelguística no han seguido una evolución homogénea. En
varios países la disminución del volumen de huelgas ha sido compatible con el
incremento de alguna de las dimensiones del conflicto, especialmente el tamaño. El
objetivo de este apartado es destacar las distintas tendencias registradas en la forma de
las huelgas que han dado lugar a un mismo resultado, disminución del volumen.
En la Ilustración 12 se aprecia como los niveles de conflictividad han descendido
de forma generalizada, más acusadamente en aquellos países, como España e Italia, que
partían de registros altos en los ochenta. No obstante, se aprecia cierta estabilidad en la
clasificación de los países según su nivel de conflictividad. De esta forma, aquellos
países con niveles más elevados en los ochenta (España, Italia y Finlandia) continúan
actualmente en la primeras posiciones de la clasificación. Sin embargo, las diferencias
son menores que en los ochenta.
17
Ilustración 12. Evolución por décadas del promedio anual de jornadas no
trabajadas cada mil trabajadores, 1980-2006
1980-89
España
Italia
Finlandia
Reino Unido
Irlanda
Suecia
Dinamarca
Francia
Portugal
Noruega
Bélgica
Alemania
Países Bajos
Austria
Suiza
0
50
100
150
200
250
300
350
400
450
500
1990-99
España
Dinamarca
Finlandia
Italia
Irlanda
Noruega
Francia
Suecia
Reino Unido
Bélgica
Portugal
Países Bajos
Alemania
Austria
Suiza
0
100
200
300
400
500
2000-06
España
Francia*
Finlandia
Italia
Noruega
Austria
Dinamarca
Irlanda
Reino Unido
Suecia
Bélgica*
Portugal
Países Bajos
Alemania
Suiza
0
100
200
300
400
500
Fuente: OIT.
18
En el Cuadro 3 se resumen las tendencias registradas respecto a la década previa, de
las distintas dimensiones de las huelgas.
En la década de los noventa el nivel de conflictividad descendió en todos los países
excepto en aquellos que partían de unos registros extremadamente bajos (Austria, Suiza,
Países Bajos) donde aumentó. La frecuencia de las huelgas se redujo en diez de los
catorce países, de manera especialmente intensa en Finlandia, Irlanda, Reino Unido y
Suecia. La duración se mantuvo estable en cinco países, disminuyó en otros siete y sólo
aumento en los tres restantes. En cambio, a pesar del descenso de la conflictividad, en
siete países aumentó el tamaño medio de las huelgas, en los tres en que ascendió la
conflictividad (Austria, Suiza, Países Bajos) y en cuatro países que partían de niveles
altos de conflicto en los ochenta (España, Finlandia, Irlanda y Suecia). Por tanto, como
tendencia general en los noventa las huelgas fueron menos frecuentes, de menor
duración pero de mayor tamaño. Como resultado los niveles de conflictividad se
redujeron drásticamente.
En lo que va de siglo, respecto a la década de los noventa, el nivel de
conflictividad promedio continúa en descenso pero de una forma menos acusada. Así,
en la mayoría de los países (10 de 15) el nivel de conflictividad se redujo. La frecuencia
mantiene una tendencia descendente en la mayoría de los países (9 de 14) aunque la
frecuencia promedio no ha variado respecto a los noventa, lo que se debe a una mayor
dispersión de los registros de cada país dado que la frecuencia mediana es menor. El
tamaño de las huelgas crece respecto a la década previa en ocho países, se mantiene
estable en uno y disminuye en los cinco restantes. Respecto a la duración, aumenta en
seis países, se mantiene estable en uno y disminuye en ocho. Por lo tanto, la tendencia
general es un descenso de la frecuencia de las huelgas y de su duración, sin embargo
cuando se producen obtienen una mayor movilización de los trabajadores.
19
Cuadro 3. Tendencias principales en la forma de las huelgas
FRECUENCIA
1980-89
1990-99
TAMAÑO
2000-06
1980-89
1990-99
DURACIÓN
2000-06
Alemania
1980-89
1990-99
VOLUMEN
2000-06
1980-89
1990-99
2000-2006
Corta
Estable
Disminución
Bajo
Disminución
Disminución
Austria
Muy baja
Disminución
Disminución
Grande
Incremento
Declive
Corta
Disminución
Incremento
Muy Bajo
Incremento
Incremento
Bélgica
Baja
Incremento
Estable
Pequeño
Disminución
Estable
Larga
Estable
Disminución
Bajo
Disminución
Incremento
Dinamarca
Alta
Incremento
Incremento
Pequeño
Disminución
Disminución
Intermedia
Disminución
Disminución
Alto
Estable
Declive
España
Alta
Disminución
Disminución
Grande
Incremento
Incremento
Corta
Disminución
Incremento
Alto
Disminución
Disminución
Finlandia
Alta
Declive
Disminución
Pequeño
Incremento
Incremento
Corta
Incremento
Disminución
Alto
Disminución
Disminución
Francia
Alta
Disminución
Incremento
Pequeño
Disminución
Disminución
Intermedia
Estable
Incremento
Intermedio
Disminución
Incremento
Irlanda
Alta
Declive
Disminución
Pequeño
Incremento
Incremento
Larga
Disminución
Disminución
Alto
Declive
Declive
Italia
Alta
Disminución
Disminución
Grande
Disminución
Incremento
Corta
Estable
Disminución
Alto
Declive
Disminución
Noruega
Muy baja
Estable
Disminución
Grande
Disminución
Disminución
Larga
Estable
Incremento
Intermedio
Disminución
Disminución
Países Bajos
Muy baja
Disminución
Estable
Grande
Incremento
Incremento
Corta
Incremento
Disminución
Bajo
Incremento
Disminución
Portugal
Alta
Disminución
Disminución
Intermedio
Disminución
Disminución
Corta
Disminución
Estable
Intermedio
Declive
Disminución
Reino Unido
Baja
Declive
Disminución
Grande
Disminución
Incremento
Larga
Disminución
Incremento
Alto
Declive
Estable
Suecia
Baja
Declive
Disminución
Intermedio
Incremento
Incremento
Intermedia
Incremento
Disminución
Alto
Declive
Disminución
Suiza
Muy baja
Incremento
Incremento
Pequeño
Incremento
Incremento
Larga
Disminución
Incremento
Muy bajo
Incremento
Incremento
MEDIA
9,0
4,5
4,5
10,5
11,2
11,6
4,2
3,7
3,7
164,3
67,5
45,8
MEDIANA
6,3
2,8
1,9
7,3
7,1
11,4
4,1
3,2
2,5
91,2
44,3
33,9
Declive: reducción superior a dos terceras partes respecto a la década previa.
20
En conclusión, el nivel medio de conflictividad en Europa durante el periodo más
reciente supone menos de la tercera parte del registrado en los ochenta como
consecuencia del declive en la frecuencia con que los trabajadores recurren a la huelga.
No obstante, las huelgas que acontecen son de un tamaño similar, incluso algo mayor.
Además, en un contexto histórico a más largo plazo, el nivel de conflictividad actual es
el más bajo del último medio siglo. Por lo que parece que esta tendencia iniciada en los
ochenta está conectada con cambios estructurales difíciles de revertir y no con factores
exclusivamente coyunturales.
4.
Determinantes de la actividad huelguística
En un repaso de la literatura especializada se pueden identificar una serie de
variables de diferente naturaleza que parecen influir en determinadas dimensiones de la
actividad huelguística. De esta forma, las variables económicas (desempleo, inflación,
etc.) afectan en mayor medida a la frecuencia con que se producen las huelgas en el
corto plazo. Asimismo, se argumenta que el nivel predominante de negociación dentro
del sistema de negociación colectiva tiene un efecto estructural en la frecuencia así
como en el tamaño de las huelgas, al igual que la distribución sectorial del empleo. Por
otra parte, el tamaño de las huelgas se suele ligar a la fortaleza o debilidad de las
organizaciones sindicales, es decir, a su capacidad para movilizar o disciplinar a sus
afiliados. En algunos estudios se vincula la duración de las huelgas a la existencia de
subsidios (caja de resistencia) dirigidos a aliviar la situación económica de los
huelguistas. Finalmente, las variables que consideran la orientación política del
gobierno y la redistribución de la riqueza a través del gasto social suelen relacionarse
con el volumen (jornadas no trabajadas).
En los siguientes párrafos se argumenta sobre la influencia que ejercen sobre la
actividad huelguística determinadas variables consideradas clave en la literatura.
En primer lugar, según los modelos económicos, el retorno del desempleo durante
los ochenta en las principales economías europeas estaría detrás del descenso
experimentado en los niveles de conflictividad en dicha década, especialmente la
disminución de la frecuencia con que se plantean las huelgas, dado el menor «poder de
negociación en el mercado de trabajo» de los trabajadores (Silver, 2005:27). De esta
forma, Tracy (1986) en su estudio sobre los determinantes de la actividad huelguística
21
en Estados Unidos encuentra que una alta tasa de desempleo industrial ejerce un efecto
negativo sobre la frecuencia de las huelgas. Vroman (1989), también para la economía
estadounidense, confirma la tesis de que las huelgas son procíclicas y demuestra que
cuanto más alto es el desempleo más se reduce la probabilidad de huelga. Estos y otros
estudios (Rees, 1952; Weintraub, 1966; Ashenfelter y Johnson, 1969; Skeels, 1982)
muestran un consenso en torno a que la incidencia de las huelgas es procíclica, al
menos, en el contexto norteamericano. Sin embargo, la recuperación económica de los
noventa no fue acompañada, como postulan los mencionados trabajos, de un incremento
paralelo de la conflictividad, sino que continuó con su tendencia descendente. Por tanto,
la coyuntura economía no puede dar respuesta por si sola al descenso continuado de los
niveles de conflictividad que se prolonga durante las últimas dos décadas.
De este modo, Edwards y Hyman (1994) en su estudio sobre la actividad
huelguística en Europa empleando datos longitudinales de cada país, obtienen
resultados contradictorios. Encuentran la esperada relación inversa entre la frecuencia
de las huelgas y el desempleo en Italia y Gran Bretaña pero una relación positiva en
Dinamarca y Francia y ninguna asociación clara en el resto de países. Por lo que
concluyen que la evidencia de que las condiciones económicas tienen un efecto claro y
uniforme en los niveles de conflictividad es muy limitada en el contexto internacional.
Otra de las variables analizadas asiduamente por los economistas es la influencia
que puede ejercer la tasa de inflación en la frecuencia de las huelgas, dada la prioridad
de los trabajadores por mantener su nivel adquisitivo. Por tanto, cabría esperar que
niveles de inflación elevados se traduzcan en mayores exigencias salariales, lo que a su
vez podría conducir a un mayor número de huelgas debido a la reticencia de los
empresarios a ver aumentados sustancialmente sus costes laborales, especialmente si no
pueden transferir estos incrementos al precio final de venta de los productos.
Respecto a las posibles variables estructurales que pueden afectar a la actividad
huelguística, nos vamos a centrar en primer lugar en uno de los factores cuya influencia
es más evidente, la composición sectorial del tejido productivo. La distribución sectorial
de las huelgas ha sido un punto de intereses central en el estudio del conflicto industrial,
especialmente con el objetivo de identificar aquellos sectores más propensos al
conflicto. A este respecto, las industrias manufactureras destacando sobre el resto, lo
que Edwards y Hyman (1994:251) denominan «efecto industria». Por lo tanto, a medida
22
que la actividad industrial pierde peso en las economías europeas la frecuencia de las
huelgas desciende.
Asimismo, el sistema de negociación colectiva es un factor institucional que ejerce
una influencia determinante en la manifestación del conflicto de trabajo. Así, varios
autores, entre otros Clegg (1976), Bean (1985) y Franzosi (1995), plantean que la
negociación a nivel centralizado conlleva a un número reducido de huelgas de gran
tamaño, mientras que la negociación colectiva descentralizada, a nivel de empresa o
centro de trabajo, se relaciona con una mayor frecuencia de huelgas de reducido
tamaño. Más recientemente, Stokke y Thörnqvist (2001:245) afirman que cuanto más
descentralizado es el sistema de negociación colectiva, mayor es la probabilidad de que
concurran huelgas.
Desde el ámbito sociológico uno de los principales aspectos analizados es el grado
de organización de los trabajadores, en la medida en que es probable que los
trabajadores organizados acudan con mayor frecuencia a la huelga que aquellos otros
sin ningún tipo de organización. De esta manera, la capacidad de organización colectiva
de los trabajadores, medida por el nivel de afiliación a los sindicatos, será un buen
vaticinador de las fluctuaciones de la actividad huelguística. No obstante, como señala
Edwards (1981:50) haciendo referencia las huelgas en Estados Unidos, «los sindicatos
desempeñaron sin duda un papel preponderante en la planificación y desarrollo de las
huelgas, pero el carácter de su influencia en la actividad huelguística en general no
resulta tan evidente». Además, es necesario considerar que «cuando el sindicato es el
agente capaz de organizar la huelga, también es, en consecuencia, el agente capaz de
asegurar la continuidad del trabajo» (Pizzorno, 1978:383).
Por último, los teóricos del intercambio político vinculan los niveles de
conflictividad (volumen de huelgas) a largo plazo con la orientación ideológica del
gobierno y la incorporación del movimiento obrero a la esfera política/gubernamental.
Entre otros autores cabe destacar a Shorter y Tilly (1971 y 1974), Hibbs (1976 y 1978),
Pizzorno (1978), Korpi y Shalev (1979) y Cameron (1991). El argumento básico que
plantean estos autores es que el afianzamiento de los partidos de orientación
socialdemócrata en algunos gobiernos nacionales, caso paradigmático de Suecia a
mediados de la década de los treinta, abrió nuevos ámbitos de acción al movimiento
obrero. De esta forma, «parte de las reivindicaciones tradicionalmente canalizadas a
través de la huelga se integraron en los programas políticos de estos partidos»
23
reduciéndose los niveles de conflictividad laboral (Silvestre, 2003: 55). Siguiendo a
Korpi y Shalev (1979), en países como Suecia, Noruega y Austria, donde los partidos
socialdemócratas habían sido los partidos dominantes en el gobierno, los niveles de
conflictividad experimentaron un declive a largo plazo, reflejo de que el conflicto por la
distribución de la renta paso del mercado de trabajo a la arena política. En el otro
extremo, en Irlanda y las naciones del norte de América, donde la clase obrera nunca ha
jugado un papel determinante en la política nacional, no se produjo tal declive. No
obstante, autores como Hibbs (1978) plantea que no es la toma del poder político por
parte de los partidos de orientación socialdemócrata per se lo que hace que los huelgas
disminuyan sino que lo relevante es la redistribución de la renta a través de los
mecanismos del estado de bienestar.
5.
Especificación del modelo
A continuación nos centramos en los determinantes de la frecuencia y el volumen
de las huelgas en Europa durante el periodo 1980-2006. La disponibilidad de datos de
series temporales (periodo 1980-2006) con secciones cruzadas (países) sugiere el uso de
modelos para datos de panel. Además, dada la naturaleza de los datos, consideramos
que las variables explicativas afectan por igual a las unidades de corte transversal
(países) y que éstas se diferencian por características propias de cada una de ellas,
recogidas en un término constante diferente para cada sección. Es decir, utilizamos un
modelo de efectos fijos.
y it = X it β + α i + η it
Donde y it es el valor de la variable dependiente para la unidad de corte transversal
i en el periodo t; X
it
es el valor de la variable explicativa j-ésima para una unidad i en
el periodo t. El término α i recibe el nombre de efecto individual y varía según el país,
aunque se mantiene constante en el tiempo. La segunda parte del término de
perturbación (η it ) varía de modo no sistemático entre los países y a lo largo del periodo
considerado.
En resumen, con datos correspondientes a 15 países europeos durante el periodo
1980-2006 se han estimado dos regresiones de efectos fijos con datos de panel en las
que se consideran como variables dependientes la frecuencia (huelgas cada 100.000
trabajadores) y el volumen de huelgas (jornadas no trabajadas cada 1.000 trabajadores).
24
En el Anexo 2 se proporciona la descripción de las variables explicativas y las
fuentes empleadas en su elaboración y en el Cuadro 4 se muestran los resultados del
modelo estimado para la frecuencia de las huelgas.
Respecto a la distribución sectorial de empleo se ha tomado como actividad de
referencia una de las ramas en la que el empleo ha crecido en mayor medida durante los
último años, la desarrollada por los establecimientos financieros, inmobiliarios y los
servicios a empresas. Los resultados revelan que el resto de actividades presentan una
frecuencia de huelgas significativamente superior, a excepción de la rama Electricidad,
gas y agua en la cual la frecuencia de huelgas es menor y el sector del transporte que a
pesar de que su coeficiente es positivo no es significativo. Por tanto, a mayor peso de
este tipo de actividades financieras, inmobiliarias y de servicios a empresas, menor será
la concurrencia de huelgas, tanto en el ámbito temporal como territorial.
La variable que recoge la situación del mercado de trabajo, la tasa de desempleo,
muestra un coeficiente negativo y significativo, lo que denota que a mayor nivel de
desempleo, menor es la frecuencia de las huelgas. Resultado acorde con los modelos
económicos sobre las huelgas.
El coeficiente de la tasa de inflación es, de igual forma, negativo y significativo, lo
que se opone al razonamiento planteado sobre la influencia de dicha variable en la
frecuencia de las huelgas. El modelo estimado refleja que cuanto mayor es el índice de
precios al consumo, menor es la frecuencia de las huelgas.
Respecto al sistema de negociación colectiva tomando como referencia el nivel
sectorial como el dominante, ambos coeficientes son significativos. Positivo en el caso
del nivel de negociación de empresa, huelgas más frecuentes, y negativo en el nivel
centralizado, huelgas menos frecuentes. Por lo tanto, en concordancia con los trabajos
de otros autores, la centralización de la negociación colectiva conlleva a un menor
número de huelgas.
Por último, la tasa de afiliación a las organizaciones sindicales no influye
significativamente en la frecuencia de las huelgas.
25
Cuadro 4. Determinantes de la frecuencia de las huelgas (estimaciones efectos
fijos)
Coeficiente
Error est.
Distribución sectorial del empleo
Agricultura, caza, silvicultura y pesca
Explotación de minas y canteras
Industrias manufactureras
Electricidad, gas y agua
Construcción
Comercio, restaurantes y hoteles
Transporte, almacenamiento y comunicaciones
Servicios públicos, sociales y personales
Ref. Establecimientos financieros, bienes inmuebles
y servicios a empresas
Tasa desempleo
Índice precios
Afiliación sindical
Nivel dominante negociación colectiva
Empresa
Centralizada
Ref. Sectorial
4,148
9,667
2,207
-19,044
2,567
5,172
2,017
1,983
***
***
***
***
***
***
***
0,461
2,907
0,304
2,557
0,682
0,701
1,338
0,495
-0,775
-0,412
-0,092
***
**
0,209
0,202
0,067
9,109
-3,136
**
**
0,043
0,007
***
***
***
***
***
***
***
***
***
***
***
***
***
***
36,497
37,119
37,205
37,521
36,385
35,905
36,646
35,850
39,257
36,513
36,845
35,622
36,913
35,674
Países
Austria
Bélgica
Dinamarca
España
Finlandia
Francia
Irlanda
Italia
Noruega
Países Bajos
Portugal
Reino Unido
Suecia
Suiza
συ
σε
ρ
F test (all u_i=0)
** significativa al 5%; *** significativa al 1%.
-243,560
-214,232
-192,556
-249,011
-193,411
-218,947
-236,659
-229,422
-234,220
-226,289
-258,896
-230,409
-208,504
-236,458
19.437
67.225
0.893
28,25 (0,000)
Por otra parte, en el modelo estimado sobre los determinantes del volumen de
huelgas las variables explicativas incluidas son las siguientes:
La frecuencia de las huelgas que, como se ha contrastado en el análisis descriptivo,
es la dimensión de las huelgas que mayor variación ha experimentado en las últimas
décadas, y su influencia en el volumen de jornadas no trabajadas es evidente.
La afiliación sindical, que si bien no muestra una influencia significativa en la
frecuencia con que se plantean los conflictos, puede influir en el volumen total de
26
jornadas no trabajadas a través de una mayor capacidad de movilización de los
sindicatos a medida que cuentan con el apoyo de una proporción sustancial de los
trabajadores.
La propensión a las exportaciones -ratio entre exportaciones y PIB- que trata de
recoger la exposición de la economía de cada país a la competencia internacional. En
este sentido, entre otros autores, Piazza (2005:291) afirma que la exposición de
trabajadores a la presión del comercio internacional fomenta una restricción salarial y la
paz laboral con el fin de mantener la competitividad nacional en los mercados
internacionales.
Dos variables que tratan de verificar la vigencia de la teoría del intercambio
político: el porcentaje de escaños conseguidos en el parlamento nacional por el principal
partido de orientación socialdemócrata y la proporción que representa el gasto social
sobre el PIB del país.
Por último, se incluye el índice de Gini como medida de desigualdad en el reparto
de la renta nacional, dado que un aumento de la desigualdad puede conllevar a un
aumento de la conflictividad social y viceversa.
Las estimaciones recogidas en el Cuadro 5 muestran que la frecuencia de las
huelgas, la afiliación sindical, la tasa de propensión a las exportaciones y el gasto social
son variables significativas en la determinación del volumen de huelga o nivel de
conflictividad. Así, a mayor frecuencia y a mayor proporción de trabajadores afiliados a
organizaciones sindicales mayor es el volumen de huelgas. Contrariamente, a mayor
apertura al comercio internacional y a mayor proporción de gasto social menor es el
nivel de conflictividad laboral.
27
Cuadro 5. Determinantes del volumen de huelgas (estimaciones efectos fijos)
Coeficiente
Frecuencia
Afiliación sindical
Propensión Exportaciones
Partidos Izquierda
Gasto social/PIB
Índice Gini
Países
Austria
Bélgica
Dinamarca
España
Finlandia
Francia
Irlanda
Italia
Noruega
Países Bajos
Portugal
Reino Unido
Suecia
Suiza
συ
σε
ρ
F test (all u_i=0)
6,308
3,959
-3,537
-1,369
-7,326
-201,104
273,324
344,903
126,799
535,876
133,703
364,513
354,272
386,385
247,113
391,641
230,996
333,024
225,801
302,265
Error est.
***
**
**
*
**
1,132
1,600
1,563
1,256
4,357
709,165
253,079
309,601
287,200
273,874
282,944
251,434
311,565
276,216
266,669
262,963
280,020
288,623
282,427
246,900
108,473
159,091
0,317
3,88 (0,000)
* significativa al 10%; ** significativa al 5%; *** significativa al 1%.
6.
Conclusiones
En este trabajo ha quedado patente que el descenso pronunciado de los niveles de
conflictividad laboral registrado en Europa durante las últimas décadas es atribuible,
principalmente, al descenso de la frecuencia con que los trabajadores recurren a la
huelga. Lo que refleja que gran parte del colectivo obrero se encuentra a la defensiva
ante el desequilibrio que ha supuesto en la relación de fuerza con los empleadores la
globalización y desregulación de los mercados experimentado con especial intensidad
desde los años ochenta. No obstante, si bien las diferencias en los niveles de
conflictividad entre países se han reducido sustancialmente, las pautas de manifestación
del conflicto, la forma de las huelgas, continúan siendo dispares. Lo que refleja la
persistencia de diferencias en los sistemas de relaciones laborales y en la fluidez de las
relaciones entre los actores.
28
De los modelos estimados se desprenden una serie de conclusiones. Respecto a la
frecuencia de las huelgas, el cambio estructural del sistema socioeconómico ha supuesto
la práctica desaparición de actividad que albergaban el núcleo duro del movimiento
obrero, como la minería del carbón o la construcción naval, y el auge de actividades
terciarias como los servicios avanzados a empresas que no poseen ninguna tradición
sindical ni de movilización, lo que se traduce en un descenso de la frecuencia de las
huelgas. De igual modo, los elevados niveles de desempleo registrados en gran parte de
las economías europeas en los ochenta, y en algunos países como Suecia y Finlandia en
los
noventa,
debilitaron
el
poder de negociación
de los
trabajadores
y,
consecuentemente, el número de huelgas descendió a un nivel que no ha remontado con
la recuperación del empleo desde la segunda mitad de los noventa.
Por otra parte, se ha constatado que los sindicatos influyen en el volumen total de
huelgas a través de su capacidad de movilización de los trabajadores, es decir, a través
del número de huelguistas que congregan y no a través del número de huelgas que
promueven, resultado acorde con los obtenidos por Shorter y Tilly (1974) para Francia
y Franzosi (1995) para Italia. Además, como argumenta Hibbs (1978) es un mayor gasto
social –la asignación de recursos a través de la esfera política- y no la fuerza de los
partidos socialdemócratas per se lo que se asocia con un menor volumen de huelgas.
Por último, a medida que las exportaciones ganan peso en el sistema económico los
niveles de conflictividad se reducen, reflejo de la necesidad de un mayor entendimiento
entre los principales actores de las relaciones laborales (empresarios, trabajadores y
Estado) como medio para salvaguardar la competitividad del país y, por lo tanto, el
nivel de empleo.
29
7.
BIBLIOGRAFIA
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31
Anexo 1. Comparación de la cobertura de las estadísticas sobre actividad huelguística
Criterio mínimo para inclusión en las estadísticas
Alemania
Austria
Bélgica
Dinamarca
España
Finlandia
Francia
Un día como mínimo y son seguidas al menos por diez trabajadores u
ocasionen cien jornadas no trabajadas.
Ninguno.
Ninguno.
Hasta 1995 excluidas las interrupciones del trabajo de menos de 100 días
no trabajados.
Duración de una hora.
Una hora de duración.
Producto de la duración y los huelguistas sea igual o superior a un día de
trabajo.
Actividades excluidas
Administración pública
Ninguna.
Sector público
Ninguna
Fuerzas armadas o instituciones militares. Hasta 1988
funcionarios civiles de las administraciones públicas.
Ninguna
Agricultura y la función pública. Nueva serie desde 2001
Irlanda
Italia
Noruega
Países
Bajos
Duración de un día o suma de tiempo no trabajado no inferior a 10 días
Ninguno.
Un día de duración.
Ninguna
Ninguna
Ninguna
Ninguno.
Portugal
Ninguno.
Ninguna
Huelgas generales en el plano nacional. Desde 1986 la
administración pública
Reino
Unido
Suecia
Suiza
Diez trabajadores implicados por lo menos, o duración de un día por lo
menos, salvo si el total de días no trabajados sea mayor de 100.
Ocho horas no trabajadas
Duración de por lo menos 24 horas
Fuerzas armadas
Ninguna
Organizaciones internacionales y embajadas
Fuente: OIT (1993): “Fuentes y Métodos: Estadísticas del Trabajo. Volumen 7”, en Anuario de Estadísticas del Trabajo, Ginebra.
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Anexo 2. Descripción y fuentes de las variables incluidas en los modelos estimados
Variables
Descripción
Fuente
Distribución sectorial
del empleo
Distribución del empleo por grandes grupos de actividad (ISIC-Rev.2)
OIT Laborsta http://laborsta.ilo.org/
Tasa de desempleo
Porcentaje de desempleados respecto a la población laboral.
OECD Dataset: ALFS Sumary tables
Índice precios
Índice de Precios de Consumo (IPC): mide la evolución del conjunto
de precios de los bienes y servicios que consume la población.
OECD: Key Economic Indicators.
Afiliación sindical
Tasa de afiliación sindical
OECD dataset: union members y employees
Propensión
Exportaciones
La tasa de propensión a las exportaciones se mide como el ratio entre
exportaciones y PIB.
OECD Dataset: Macro Trade Indicators
Gasto social/PIB
Gasto social público como porcentaje del PIB nacional
OECD: National Accounts database.
Partidos Izquierda
Porcentaje de escaños obtenidos en las elecciones generales (congreso
de los diputados o similar) por el principal partido de orientación de
“izquierdas” (socialista, socialdemócrata o laborista)
Nivel dominante
negociación colectiva
“Elections around the world” base de datos online
www.election-world.com.
Periodo 1980-2000: Base de datos de Golden y Wallerstein (2002)*.
http://www.shelley.polisci.ucla.edu/
Periodo 2001-2005: EIRO (2005).
Variable dummy que refleja la evolución temporal del nivel dominante
de negociación.
Coeficiente que mide la distribución de la renta. Valores entre 0 y 1, en
donde 0 se corresponde con la perfecta igualdad y 1 se corresponde
Índice Gini
con la perfecta desigualdad
OECD Dataset: Income distribution - Inequality
* No incluye a Grecia, Irlanda y Portugal. Fuente empleada: EIRO (2005): The evolving structure of Collective Bargaining in Europe 1990-2004.
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