Suelo y organismos vivos

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EL SUELO.
*Generalidades:
El suelo es la porción de tierra firme que contiene la mayoría de los elementos nutrientes necesarios para las
plantas, y para todos los animales.
Al suelo se le puede considerar como una entidad en constante evolución, ya que al tiempo que nutre a los
vegétale y a los animales, estos lo crean y lo transforman.
Los organismos vivos no son los único que participan de su transformación, pues existen otros factores , el
clima y la constitución de la roca madre son los mas importantes, que condicionan sus características y
composición.
Dos elementos esenciales: el viviente, formado por el conjunto de todos los organismos vivos que dependen
de el y que lo crean y el inanimado, la serie de características físicas y químicas que determinan en buena
medida su posterior evolución.
*Características:
El grado de alcalinidad o acidez de un suelo se expresa por el valor del ph , que depende de la naturaleza de
la roca madre, el grado de disgregación y el tipo de actividad biológica. El punto neutro se encuentra
alrededor del valor 7
Y por encima de el los suelos serán básicos, mientras que con valores inferiores a 7 son ácidos.
El valor de ph es muy importante para la vida vegetal y para aquella parte de la fauna que vive en medio
edifico. La mayorías de los animales prefieren el suelo neutro y cuando las condiciones son muy ácidas, no
existe prácticamente fauna .En el suelo se encuentran diversos componentes minerales. Todas estas sustancias
son determinantes para el crecimiento vegetal.
La temperatura va volviéndose constante con la profundidad y a una cierta distancia de la superficie se
mantiene mas o menos uniforme a lo largo del año. Los suelos húmedos mantienen también una temperatura
mas estable que los secos. Dos aspectos importantes del suelo son la porosidad y la permeabilidad.
Dicha cantidad determina la humedad del suelo, que se ve sujeta también a la influencia de otros factores
como la presencia o no de humus, la temperatura exterior.
Los suelos saturados de agua impiden el crecimiento de muchas especies de vegetales y tampoco permite vivir
en ellos a numerosos animales. Así , otros de los factores edáficos , importantes para el desarrollo de una flora
y fauna ricas en especies y abundantes en cuanto al números de individuos.
Los componentes orgánicos del suelo:
La materia orgánica que se en cualquier terreno determinado es consecuencia de la actividad biológica de los
organismos que viven allí.
Cuando dicha materia orgánica pierde su estructura microscópica original y adquiere un aspecto amorfo se
habla de humus. Este es el resultado de un proceso llamado humificacion que se inicia en el mantillo,
conjunto de todos los materiales fértiles que se acumulan sobre la superficie. Los hongos, las bacterias y
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multitud de pequeños invertebrados de suelo inicial la desintegración de esa materia, reduciéndola a partículas
mas pequeñas. Esta acción va acompañada de procesos químicos que transforman también la materia
orgánica. Al final se tiene el humus, que es un componente esencial del suelo y determina su fertilidad.
*Formación del suelo:
El proceso de formación del suelo es lento y de ahí la importancia de no destruir el ya formando, pues su
recuperación es muchas veces imposible.
El resultado final es la desertización. El suelo se inicia a partir de la roca madre gracias a la acción de agentes
atmosféricos que la desmenuzan y reducen tamaño. Así, factores físicos y factores químicos, crean una capa
de partículas minerales. Este fenómeno llamado meteorización se ve reforzado por la acción biológica de los
microorganismos. Los restos orgánicos que poco a poco se transforman en humus se mezclan con las
partículas minerales para crear el medio que conocemos por suelo.
*Perfil y tipo de suelo:
Podemos distinguir distintas capas con características propias y una fauna y flora típicas. En parte mas
profunda se encuentra la zona en contacto con la roca madre y con unos grados mas o menos avanzados de
disgregación, es la llamada horizonte c. El subsuelo con el material mineral ya mas disgregado en partículas y
mezclado con pequeñas cantidades de materia orgánica. Esta zona constituye el horizonte b
Y alberga unas condiciones de gran estabilidad. Por ultimo aparece el horizonte a muy disgregado en
partículas de pequeño tamaño y con un porcentaje elevado de materia orgánica. En este horizonte la materia
mineral está enriquecida con humus. Los suelos suelen clasificarse atendiendo al números y tipo de horizonte
presentes.
Ahora comprenderemos la transformación del suelo siguiendo la actividad agrícola, su evolución,
modernización junto con la ganadera.
La actividad agrícola
En la Argentina, la agricultura constituye una actividad sumamente importante; junto con la ganadería,
suministra la mayor parte de los alimentos que consume la población del país, así como muchas de las
materias primas que utilizan las industrias.
La actividad agrícola se desarrolla en diferentes lugares del país, aprovechando una gran variedad de
condiciones naturales. Por ejemplo, en las llanuras templadas del este, la fertilidad de los suelos y la
abundancia de lluvias favorecen la agricultura de secano(producción agrícola que no necesita riego artificial,
el volumen de las lluvias resulta suficiente) con altos rendimientos, fundamentalmente centrada en la
producción de cereales y oleaginosas. En las zonas áridas y semiáridas del oeste, se aprovechan los ríos
cordilleranos y el clima seco y soleado para obtener productos que necesitan mucho tiempo de exposición al
sol para su maduración, como uvas y aceitunas.
Al mismo tiempo que se sacó ventaja de esas condiciones naturales, se fueron realizando distintas obras, como
vías de comunicación o sistemas de riego y drenaje(sobre todo en las zonas áridas o con lluvias marcadamente
estacionales). Ese aprovechamiento, además se ha ido transformando a lo largo del tiempo. Hacia principios
de siglo, por ejemplo, el grueso de las tareas agrarias eran realizadas por muchos trabajadores, en su mayoría
contratados en forma temporaria. En la actualidad, en cambio, una parte importante de los productos agrícolas
se obtiene mediante el empleo de diferente maquinaria, manejada por pocos trabajadores.
También se han ido transformando las formas de organización de la producción agrícola. Tradicionalmente
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tenía carácter familiar, es decir, la explotación agrícola era manejada por el jefe de la familia, quien realizaba
las tareas principales junto con los demás integrantes del grupo familiar. Si bien esta forma de organización de
la producción aún predomina en áreas como el noroeste y el noreste, en otras ha cambiado: es el caso, por
ejemplo, del área pampeana, donde la producción agrícola es llevada a cabo, en la mayor parte de los casos,
por empresas en las que predomina el trabajo asalariado.
En nuestro país podemos reconocer dos grandes áreas agrícolas: la pampeana, especializada en la producción
de cereales y oleaginosas, sobre todo para el mercado externo, y la extrapampeana, donde se desarrollan una
variedad de productos destinados, en su gran mayoría, al mercado interno.
La modernización de la agricultura
La introducción de innovaciones tecnológicas ha sido constante en el desarrollo de la actividad agrícola
argentina. Sin embargo, desde mediados de este siglo esos avances son cada vez mayores y más frecuentes;
entre ellos se destacan: la incorporación del tractor (que reemplazó a los animales de tiro); de maquinaria para
tareas específicas (como cosechadoras y sembradoras); de nuevas variedades de semillas de alto rendimiento,
y de fertilizantes, insecticidas y herbicidas. A este proceso de fuerte transformación tecnológica de la
actividad se lo denomina modernización agrícola.
Uno de los resultados más importantes de este fenómeno es el notable aumento del volumen de la producción
agrícola, dado que el uso de las nuevas variedades de semillas y de fertilizantes ha provocado, entre otros
factores, un aumento en los rendimientos de los cultivos. En algunas oportunidades, el aumento en el volumen
de la producción fue provocado, además, por la ampliación de la superficie cultivada como sucedió, por
ejemplo, con la soja; también por una mayor intensidad del uso del suelo, debido a que las nuevas variedades
de cultivos, al tener un ciclo vegetativo más corto, permiten realizar dos cosechas anuales en un mismo
campo.
Estos cambios tecnológicos se han aplicado, en particular, en aquellos cultivos destinados al mercado externo
y responden, en gran medida, a las transformaciones operadas en ese mercado. En las últimas décadas se ha
incrementado, a nivel mundial, la demanda de productos agrícolas de mayor calidad, fundamentalmente en
relación con el mejoramiento en las condiciones de vida de la población. También aumenta la demanda de
nuevos productos, como la soja, de múltiple aprovechamiento por parte de la industria. En este marco los
cambios tecnológicos desarrollados en nuestro país han permitido obtener productos más acordes a los
requerimientos del mercado mundial, permitiendo, de esta manera, mejor la competitividad de las
exportaciones.
Las transformaciones señaladas han generado profundos cambios sociales en los diferentes ámbitos rurales;
por ejemplo disminuyó notablemente la demanda de trabajadores temporarios, en especial para las tareas de
cosecha. Por otra parte, algunos productores atraviesan un fuerte endeudamiento financiero contraído, en gran
medida, para poder incorporar las innovaciones tecnológicas; otros no han podido modernizar sus
explotaciones por no disponer de los recursos económicos necesarios, por lo cual cada vez tienen más
dificultades para vender sus productos.
También se han registrado profundos cambios en los paisajes. Así, las explotaciones agrícolas modernas
constituyen más un paisaje de máquinas que de hombres; a su vez, la actividad es constante durante todo el
año, ya que ha perdido el carácter marcadamente estacional de la producción agrícola tradicional.
Las áreas modernizadas
Tal como lo hemos dicho, las áreas más afectadas por los procesos de modernización tecnológica han sido
aquellas en las cuales se producen cultivos destinados al mercado externo.
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Entre ellas se destaca, el área pampeana, tradicional productora de cultivos exportables. En la actualidad, los
cultivos más importantes son los cereales (en especial trigo, maíz y sorgo) y las oleaginosas (sobre todo soja y
girasol). En las últimas décadas, estos cinco cultivos registraron un notorio aumento de su superficie
sembrada, provocando una disminución del área ocupada por otros cultivos, por ejemplo el lino, u otros usos,
como el ganadero. A esta expansión en el uso agrícola del suelo se la denomina agriculturización.
También en otras áreas del país se registró esta expansión ha sido notable en el cultivo de la soja, en el este de
las provincias de Tucumán y Salta y del girasol y del sorgo, en la provincia del Chaco.
Esta expansión de cultivos y modalidades productivas típicamente pampeanas, en otras áreas del país, se
denomina pampeanización.
Las áreas extrapampeanas por su parte, se han visto transformadas por la expansión de otros cultivos
destinados a la exportación. Es el caso de las legumbres en la provincia de Salta, que remplazado la ganadería
de vacunos y la explotación maderera. Allí se instalaron importantes empresas agrícolas que cultivan grandes
extensiones de tierra, utilizan maquinarias potentes y aplican herbicidas y pesticidas y cuya producción se
destina principalmente al mercado europeo.
El caso de la producción de arroz en la provincia de Entre Ríos y Corrientes se ha expandido y modernizado
en los últimos años.
Entre los cambios asociados a los procesos de modernización tecnológica cabe destacar la aparición de nuevas
formas de organización de la producción agrícola. Una de ellas es la agricultura de contrato, una empresa
comercializadora establece un contrato con ciertos productores para que estos le vendan su producción; la
empresa se encarga de suministrar los insumos necesarios y se compromete a comprar lo producido. Este tipo
de organización se desarrolla en la producción citrícola de Tucumán, Corrientes y Entre Ríos.
Otra de las nuevas formas de organización son los pools de siembra o fondos de inversión agrícola. Se trata
de empresas que no poseen tierras ni maquinarias; sólo administran el dinero de terceros .
Transformaciones Ambientales.
El desarrollo de la actividad agrícola en nuestro país ha provocado transformaciones ambientales, entre las
cuales se destaca el aumento en la artificialización de sus bases naturales. Un ejemplo de esto es que el
desarrollo agrícola en el área pampeana ha llevado al reemplazo de la vegetación natural por cultivos o
pasturas; otro ejemplo es la construcción de equipos de riego en las zonas áridas.
Modernización y ambiente.
La disminución del uso mixto del suelo a favor del incremento del uso exclusivamente agrícola, ha
modificado las características de este recurso; lo mismo ha sucedido respecto a la mayor intensidad de uso,
posibilitado por la aparición de cultivos de ciclo corto. Por ejemplo, la intensificación del laboreo del suelo
provoca que este resulte más suelto o disgregado y pueda ser arrastrado más fácilmente por las lluvias y los
vientos; de esta manera se potencia le erosión hídrica y eólica de los suelos. El laboreo continuo del suelo no
permite que éste descanse y recupere los nutrientes naturales que absorben los cultivos; este proceso de
pérdida de nutrientes se denomina agotamiento de los suelos.
También la expansión dela mecanización de las tareas agrícolas ha transformado las características de suelo
en muchas áreas. La realización de algunas tareas con maquinaria pesada provoca la compactación del suelo a
cierta profundidad, denominada piso de arado; así se dificulta la infiltración del agua de lluvia, por lo que esta
escurre sobre la superficie arrastrando las partes superiores del suelo. El uso intenso de maquinaria pesada
también desencadena procesos de erosión hídrica.
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En diferentes áreas de nuestro país muchos de esos procesos se registran en forma conjunta. Se generan graves
consecuencias para los productores, que se manifiestan en la disminución de los rendimientos de los cultivos.
En el área conocida como Pampa ondulada, situada en el norte de la provincia de Buenos Aires y sur de la de
Santa Fe, la mecanización e intensificación de la agricultura ha incrementado la erosión hídrica de los suelos;
las situaciones mas preocupantes se encuentran en las cuencas de los ríos Arrecifes y Carcarañá. Una
situación similar se registra en el centro y oeste de Entre Ríos, sur de Corrientes, centro y sur de Córdoba y
Misiones, donde el escurrimiento de las aguas ha provocado la formación de cárcavas o surcos de erosión. En
la pampa ondulada y el este salteño, la intensidad del uso agrícola también ha provocado importantes procesos
de agotamiento de los suelos.
En las zonas áridas y semiáridas, las nuevas modalidades agrícolas incrementaron los procesos de erosión
eólica de los suelos. Un ejemplo de esto es, en la provincia de La Pampa, donde el desmonte de los bosques de
caldén y el desarrollo del cultivo del trigo en las primeras décadas de este siglo, así como la reciente
expansión del girasol, han incrementado la voladura de los suelos y la formación de médanos.
El elevado e incorrecto uso de agroquímicos que se realiza en algunas explotaciones modernizadas generan
otra problemática ambiental: la contaminación de los suelos y el agua.
Prácticas conservacionistas del suelo.
Frente a los problemas detectados a causa de la expansión y modernización de la agricultura, han comenzado
a desarrollarse algunas propuestas de manejo conservacionista del suelo, que tienen por objetivo final revertir
la caída en los rendimientos de los cultivos.
Entre ellas se encuentra la reducción de las tareas de labranza y el uso de maquinarias.
Otras propuestas para disminuir la erosión y el agotamiento de los suelos es la rotación de los cultivos, o sea,
el cambio del tipo de cultivo realizado cada año en un mismo campo, y la combinación de agricultura y
ganadería.
Actividad Ganadera sobre suelos argentinos.
Existen en producción en éste momento variados tipos de ganado: (teniendo en cuenta el orden) bovino,
ovino, porcino, equino, caprino, llamas, abejas y aves de corral. Éste orden jerárquico hace referencia a la
rentabilidad de cada uno de ellos, ya que nuestros suelos aportan un medio óptimo junto con el clima
principalmente para la producción de carnes, leche, pieles, cueros, miel y huevos. Su rentabilidad se ve a la
hora de exportar éstos productos, especialmente si se logran procesar antes de exportar.
La actividad ganadera se distribuye a lo largo de todo el país, omitiéndose únicamente los oasis de cuyo,
quedando así las zonas cálidas, frías, húmedas o áridas. La producción de determinado tipo de ganado va a ir
de acuerdo a cual se adapte mejor a cada zona; sin embargo se tiene en cuenta la rentabilidad, el ganado
vacuno es el más utilizado, predominando en la llanura pampeana. En la Patagonia, predomina el ganado
ovino, debido a su adaptabilidad al clima frío, dando como producto su lana y carne. La provincia de Entre
Ríos se encarga de la aves de corral, teniendo un clima propicio para dicha actividad. El resto del país toma
las distintas variantes de acuerdo a como le convenga dependiendo de la relación suelo− clima.
Actividad agropecuaria.
La actividad agropecuaria en nuestro país se ha ido modificando de acuerdo a la demanda de determinados
tipos de productos, por lo que se ha mal− orientado a la práctica monocultivo produciendo un terrible desgaste
de los suelos llevando a que éstos sean inútiles erosionándose o bien, quedando sin nutrientes que permitan
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seguir trabajando. Las principales siembras se dan en el área de la soja, el maíz, el trigo, el girasol, el maní y
el sorgo, existiendo también otro tipo de cultivos como la vid, los cítricos, el algodón, la yerba mate, el té y la
caña de azúcar en lo que respecta a la industria alimenticia.
Bibliografía:
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