La Formación de los Hermanos de San Juan de Dios en América COMISIÓN INTERPROVINCIAL DE AMÉRICA - CIAM 0H Santiago de Chile, Agosto de 2008 LA FORMACIÓN DE LOS HERMANOS DE SAN JUAN DE DIOS EN AMÉRICA COMISIÓN INTERPROVINCIAL DE AMÉRICA Santiago de Chile, Agosto de 2008 2 LA FORMACIÓN DE LOS HERMANOS DE SAN JUAN DE DIOS EN AMÉRICA PRESENTACIÓN "El fin primordial de la formación es permitir que los candidatos a la vida religiosa y los jóvenes profesos descubran en primer lugar, asimilen y profundicen después, en qué consiste la identidad del religioso. Solamente en estas condiciones la persona consagrada a Dios se insertará en el mundo como un testimonio significativo, eficaz y fiel". Juan Pablo II en la UISG 7.V.85; en OFIR, CIVCSVA, 1990. Una de las principales preocupaciones en América, como también lo es en la Orden Hospitalaria en todo el mundo, es la de garantizar que tengamos sucesores, personas de cualidades y grandes deseos, que respondan al llamado de Dios, que sigan el mismo camino que nosotros hemos seguido, puedan continuar llevando adelante nuestra misión, junto con los Colaboradores, y mantener vivo y actuante el carisma y espiritualidad de la hospitalidad que nos caracteriza y que, a través de Juan de Dios, el Señor concedió como un don precioso a su Iglesia. Pero no únicamente se trata de tener sucesores, el fin último es que esos futuros sucesores, reciban una adecuada formación inicial, esto es: "ayudar, acompañar a otros a encontrar la voluntad de Dios para sus vidas". PRESENTACIÓN 3 Este creo ha sido el objetivo que nos hemos trazado durante este encuentro de Formadores de América que hemos realizado estos días en Santiago de Chile. La tarea fue adecuar el libro: "Proyecto de Formación de los Hermanos de San Juan de Dios", a las realidades que nos tocan vivir actualmente en nuestras diversas realidades en esta región de América, desde unos criterios comunes de actuación que nos ayuden a lograr la unidad, con el debido respeto a la diversidad y desde unas estructuras formativas que faciliten el desarrollo del proceso humano que responda tanto a elementos externos como a otros de la intimidad propia de cada persona. En mis recientes Visitas Canónicas Generales a tres Provincia de América, cuando he tenido oportunidad de dirigirme tanto a formadores como a formandos he insistido y recordado que la formación es: un proceso continuo, dinámico, progresivo, gradual e integrador. La formación es también un proceso en libertad y responsabilidad que requiere un acompañamiento y seguimiento progresivo del conjunto de procesos que se viven en cada formando y en el grupo. Hay que buscar sobre todo la configuración con Cristo, la interiorización de nuestro carisma Hospitalario, la liberatd interior, la paz profunda, el gozo de la vocación, la capacidad de abnegación y de vivir constantemente con la actitud de una fe comprometida, una esperanza indomable y un amor desinteresado. Las estructuras formativas y el acompañamiento deben llevar al formando a una crisis sobre sus motivaciones. ¿Seré capaz? ¿Podré superar mis dificultades? ¿Me habré equivocado? Ya que solo desde el cuestionamiento de las motivaciones más profundas y verdaderas se puede hacer el discernimiento vocacional propiamente tal que pueda llevar a la decisión que involucre la entrega de toda la vida, por lo menos como deseo honesto e intención recta1. 1. Mancilla Troncoso, Sandro, sscc. Crecer en sabiduría, en edad y en gracia. La renovación constante del proceso de la formación. Testimonio, No. 224, Pag.37. Santiago de Chile, 2007. 4 LA FORMACIÓN DE LOS HERMANOS DE SAN JUAN DE DIOS EN AMÉRICA Pero la formación no debemos entenderla o reducirla al proceso de Formación Inicial, debemos reiterar que la Formación Permanente es un elemento que nos ayuda a mantener la fidelidad e identidad propia de nuestra Orden, ahora en estos tiempos que hablamos de formación y actualización en diversos temas de nuestra vida hospitalaria desde la transmisión de los valores junto a nuestros Colaboradores. Otro tema importante que no debemos olvidar y reiteramos durante estos días es la importancia de la Formación de Formadores. Para ser formador no basta la buena voluntad o tener la capacitación pedagógica. La tarea formativa va más allá de lo instructivo. El formador tiene que ser alguien que ha hecho una opción seria, madura y libre por nuestra vida hospitalaria, sintiéndose feliz y agradecido con Dios por el llamado; esta condición ayuda a acompañar a los candidatos desde el propio testimonio. Además se requiere una serie de destrezas propias o adquiridas que tiene que ver con el conocimiento de los procesos humanos, psicológicos y espirituales que vive una persona que se plantea una opción vocacional en la vida religiosa hospitalaria. En este sentido, los formadores en América deben ser capaces de ofrecer a los formandos las herramientas que los ayuden a vivir un buen proceso de crecimiento integral y discernimiento de la voluntad de Dios para sus vidas. Y ya para terminar, un tema que hemos hablado últimanente en algunos encuentros del Gobierno General, la importancia de formar en el liderazgo. Vemos con inquietud que en algunas realidades de nuestra Orden faltan Hermanos que asuman un liderazgo carismatico y por ello los invito a que nos planteemos la siguente pregunta: ¿Qué tipo de liderazgo en América necesita nuestra vida hospitalaria para extraer todo el potencial de nuestros miembros, a fin de que podamos encarnar la misión de Jesús y de Juan de Dios en estos tiempos? El líder en la vida religiosa es un profeta, y el profeta es el que ve más allá y el que ve más adentro. El que capta el sentido de las PRESENTACIÓN 5 cosas y de los acontecimientos, y no cae en la tentación de jugar a prolongar el pasado. El líder en la comunidad religiosa es la persona que ofrece a los suyos la luz de su fe, la fuerza de su esperanza, la alegría de su servicio, la ofrenda de su ternura. El líder es un animador, y solo los animados pueden animar. Persona que vive con la voluntad de vivir para dar vida. Su presencia en la comunidad será más espiritual y formadora de actitudes que encarnan la esperanza: audacia, creatividad, santidad. La animación del líder significa situarse con respeto ante las necesidades de los demás y entregarse con pasión a la tarea de satisfacerlas. Hermanos, los invito a ir identificando y formando integralmente a los lideres del mañana, tanto a Hermanos como a Colaboradores que nos ayuden a buscar y a abrir los nuevos caminos de la hospitalidad del futuro. Hno. Daniel A. Márquez B. Consejero General - Región América Roma, Septiembre de 2008 6 LA FORMACIÓN DE LOS HERMANOS DE SAN JUAN DE DIOS EN AMÉRICA CRITERIOS GENERALES Para la formación de los Hermanos de San Juan de Dios en América consideramos necesario tener muy presentes los siguientes cirterios generales en todas las etapas y centros de formación: 1. Favorecer el desarrollo armónico e integral de la personalidad de los formandos mediante un proceso personalizado de su formación. 2. 3. Ayudar con especial dedicación a unificar los aspectos fragmentados de la personalidad en aquellos candidatos que llegan con historias afectivo-sociales carenciadas o difíciles. Promover la Pastoral Vocacional en grupos de jóvenes con niveles sociales y culturales menos deprimidos. Formar testigos, discípulos y misioneros de Jesucristo hospitalario, desde un acompañamiento personalizado. Formar personas apasionadas por Cristo y por la Humanidad, capaces de situarse en la sociedad desde la misión. CRITERIOS GENERALES 7 4. Promover Formadores apasionados por la vida consagrada desde la entrega a Cristo y a la Humanidad, llamados a ser acompañantes de los candidatos. Que los formandos, reciban de sus formadores el testimonio propio del Hermano Hospitalario, manifestado en el amor misericordioso de Dios. 5. 6. 7. 8. Crear espacios de confianza mutua formando-formador. La Formación ha de ser integral (todas las dimensiones), ha de tener en cuenta la realidad circundante, vivencial y experiencial para el joven y ha de de involucrar a toda la comunidad formativa y a los colaboradores cercanos a ella. Unificar criterios en los programas formativos de las etapas iniciales, para todas las provincias, antes de ir al noviciado. La formación ha de favorecer el proceso de integración cultural, desde una fundamental dimensión de fe, en medio de una sociedad globalizada. La formación debe ser entendida como una transformación que permita y motive: z z z 8 Una experiencia espiritual encarnada en la vida misma. Un equilibrio entre la formación humana y espiritual. La solidaridad con los necesitados. LA FORMACIÓN DE LOS HERMANOS DE SAN JUAN DE DIOS EN AMÉRICA 9. Integración de los colaboradores en los procesos formativos de los jóvenes. Potenciar las relaciones entre hermanos y colaboradores desde la formación inicial. 10. Promover los grupos de formación permanente mixtos: hermanos y colaboradores. Hacer partícipe a la familia en el proceso formativo de los jóvenes. CRITERIOS GENERALES 9 PASTORAL VOCACIONAL NATURALEZA Es una etapa de iniciación caracterizada por el mutuo conocimiento entre el candidato y la Orden, mediante la transmisión clara y atractiva del carisma hospitalario a este peculiar estilo de seguir a Jesucristo como Hermano de San Juan de Dios. Nadie puede optar ni llegar a desear aquello que le es desconocido. Transmitir nuestro carisma forma parte de nuestra misión. Se han de tener en cuenta todos los aspectos de la vida de los candidatos: educación, inquietudes hacia la vida consagrada, cultura, experiencia social y compromiso eclesial. DESTINATARIOS Jóvenes y adultos en los que es posible hacer presente nuestro carisma. 10 LA FORMACIÓN DE LOS HERMANOS DE SAN JUAN DE DIOS EN AMÉRICA OBJETIVO GENERAL Dar a conocer nuestro carisma en la Iglesia; acompañando a las personas que se sientan llamadas a seguir a Jesús, al estilo de San Juan de Dios. OBJETIVOS ESPECÍFICOS Presentar con lenguaje inteligible los valores, actitudes y estilo de vida que conlleva nuestra opción vocacional. Conformar la Pastoral Juvenil Vocacional Juandediana como una institución sólida y creíble. Realizar procesos de acompañamiento personalizado que permitan un claro discernimiento vocacional para la Orden Hospitalaria. MEDIOS PARA DAR A CONOCER EL CARISMA DE LA ORDEN Los hermanos partícipes de la Pastoral Vocacional realizan y/o promueven , entre otras, las siguientes acciones o tareas: Realizar un plan de Pastoral Juvenil Vocacional Juandediana a nivel de cada Provincia. Integrar un equipo de Pastoral Juvenil Vocacional a nivel de cada Provincia entre hermanos y colaboradores. Ayudar a los jóvenes a conocer y comprender nuestro estilo de vida en el carisma de la hospitalidad. PASTORAL VOCACIONAL 11 Animar e implicar a los hermanos y comunidades en la participación en los distintos ámbitos de la Pastoral Juvenil Vocacional. Articular la Pastoral Juvenil Vocacional con la Pastoral de la Salud. Participar en grupos de Pastoral Juvenil Vocacional Intercongregacional y abierta a otros grupos eclesiales. Difundir nuestra misión hospitalaria, a través de los medios apropiados en cada lugar. Animar la creación de grupos, movimientos de espiritualidad hospitalaria, de pastoral de la salud y voluntariado en las parroquias. MEDIOS PARA EL ACOMPAÑAMIENTO VOCACIONAL Algunos medios apropiados para el acompañamiento vocacional en los primeros momentos del discernimiento, pueden ser los siguientes: Aplicar los criterios pedagógicos de la vocación: sembrar, acompañar, educar, formar y discernir. Servirse de los recursos religiosos y profesionales, aconsejables y requeridos por la Iglesia y la Orden. Facilitar experiencias en alguna de nuestras comunidades, con el fin de que puedan vivir de cerca nuestro estilo de vida. Ofrecer un acompañamiento personalizado con el hermano o la persona responsable de la Pastoral Vocacional. 12 LA FORMACIÓN DE LOS HERMANOS DE SAN JUAN DE DIOS EN AMÉRICA Orar personal y comunitariamente al Señor por las vocaciones. Conocer la realidad de la familia de los vocacionados y en la medida de lo posible implicarlas en su proceso vocacional. CRITERIOS DE ADMISIÓN PARA EL ASPIRANTADO Mayor de edad hasta los 35 años, considerando casos especiales pasando ésta. Haber cumplido al menos 6 meses del proceso de seguimiento vocacional incluyendo por lo menos una experiencia apostólica. Participar de por lo menos un encuentro de discernimiento vocacional, manifestando motivaciones por la vocación hospitalaria. Haber finalizado sus estudios que le permitan ingresar a la universidad. Conocimiento del contexto familiar del aspirante. Realizar una evaluación psicofísica. Presentación por escrito del párroco de la Parroquia de origen u otro referente. Cumplir con las normas civiles de cada país. PASTORAL VOCACIONAL 13 ASPIRANTADO NATURALEZA El aspirantado es un período de preparación al postulantado, durante el cual, los candidatos que se sienten motivados, tienen la oportunidad de conocer más directamente nuestra Orden, pudiendo así realizar un primer discernimiento acerca de su posible vocación hospitalaria. La duración del mismo será de 6 meses como mínimo. OBJETIVO GENERAL Ayudar a los candidatos a clarificar su opción de vida, fortaleciendo su vocación humana y cristiana, ofreciéndoles una formación integral en contacto con la misión de la Orden Hospitalaria. Ayudar a los formandos en el crecimiento de los valores humanos y cristianos. 14 LA FORMACIÓN DE LOS HERMANOS DE SAN JUAN DE DIOS EN AMÉRICA OBJETIVOS ESPECÍFICOS 1. Encuentro consigo mismo Centrarlo en el conocimiento de si mismo, para descubrir sus valores, cualidades y carencias que le permitan un mejor discernimiento de su vocación. 2. Encuentro con la Comunidad Facilitar la integración en grupo como un lugar de encuentro. 3. Encuentro con la misión Propiciar de forma gradual el encuentro con la persona que sufre, para que se vaya conociendo la misión de la Orden. 4. Encuentro con Dios Formar al vocacionado en la vida cristiana y en la oración. MEDIOS El aspirantado tendrá como responsable un formador con la ayuda de una comunidad que lo apoye. Análisis de las motivaciones individuales, y conocimiento del proyecto personal del candidato. Asesoría psicológica y facilitación de talleres para el desarrollo humano. Talleres de formación cristiana. Encuentros de seguimiento con el formador. ASPIRANTADO 15 Inducción a la vida apostólica del carisma de la hospitalidad. Fomentar el deporte y la recreación. CONTENIDOS Los contenidos de esta etapa de iniciación deben estar orientados al aprendizaje y asimilación de los siguientes temas: Formación humana: encuentro consigo mismo, afectividad y sexualidad, relaciones humanas, valores, normas de urbanidad. Importancia de la oración. Trabajar el catecismo de iniciación a la vida cristiana. Acercamiento a la figura de San Juan de Dios. Cultura general. Expresión oral y escrita. CRITERIOS DE ADMISIÓN AL POSTULANTADO Informe escrito del maestro de aspirantes indicando: Informe de evaluación psicológica, incluyendo la escala de evaluación intelectual. Carta escrita de solicitud al postulantado. Cumplir con los requisitos previos a su ingreso: certificado de estudios, partidas de nacimiento y bautismo, certificado de confirmación, servicio militar al día 16 LA FORMACIÓN DE LOS HERMANOS DE SAN JUAN DE DIOS EN AMÉRICA de acuerdo a las leyes de cada país, certificados de antecedentes, certificados de libre deudas, protocolo legal común a cada Provincia. Informe escrito si se ha integrado a alguna congregación o seminario anteriormente. Valorar su experiencia laboral que haya cultivado su responsabilidad. La admisión tiene que ser consultada al equipo formativo y los acompañantes externos que haya tenido. ASPIRANTADO 17 POSTULANTADO DESAFÍOS Superar el nivel de pobreza académica del candidato que influye en los diferentes aspectos de la personalidad en los candidatos (capacidad para ingreso a la universidad). Que el tiempo estipulado resulte corto para posibilitar un mejor desarrollo personal en aquellos candidatos que presenten algunas dificultades en la integración de su identidad. Postulación de personas mayores de 40 años de edad. NATURALEZA Es la etapa previa al Noviciado en coherencia con el criterio de gradualidad, para continuar el discernimiento e iniciar el proceso de formación propiamente dicho. Se sugiere los dos años como mínimo de esta etapa de formación. Sin embargo hay particularidades que 18 LA FORMACIÓN DE LOS HERMANOS DE SAN JUAN DE DIOS EN AMÉRICA ameritan menor o mayor tiempo, según los criterios del equipo formativo. En este período se trata de iniciar con el candidato un proceso de formación integral y personal, que le permita: a. Seguir clarificando y discerniendo sus motivaciones vocacionales. b. Iniciar una experiencia prolongada de lo que supone la vida consagrada en cuanto a: vida de oración, vida de comunidad y misión apostólica. c Crecer en la experiencia de Dios, desde su experiencia de ser llamado a la hospitalidad. d. Ser acompañado por una comunidad y un responsable que le ayude a analizar, descubrir y proyectar su opción de vida. e. Teniendo en cuenta el criterio de que "nadie puede ser admitido sin una adecuada preparación" y que "es preciso un mínimo de madurez necesaria" para entrar en el Noviciado, se cuidará especialmente de que esta madurez se adquiera en el Postulantado. OBJETIVO GENERAL Favorecer el crecimiento del postulante en su madurez personal y vida de fe, y facilitar el discernimiento de su vocación como Hermano de San Juan de Dios. POSTULANTADO 19 OBJETIVOS ESPECÍFICOS 1. Encuentro consigo mismo Avanzar en el autoconocimiento para posibilitar una mayor clarificación de las motivaciones vocacionales, descubriendo sus posibilidades y limitaciones y asumiendo la aceptación de sí mismo. 2. Encuentro con la Comunidad Iniciar la experiencia de vida comunitaria como lugar vital de referencia, viviendo con apertura y compartiendo en la nueva realidad. 3. Encuentro con la misión Participar progresivamente en la misión del servicio propia del carisma de San Juan de Dios, como respuesta a la exigencia de fe que conlleva la opción vocacional. 4. Encuentro con Dios Iniciar y/o avanzar en la experiencia de Dios a partir de lo que vive para afianzarse en su opción como Hermano de San Juan de Dios. MEDIOS PARA EL ACOMPAÑAMIENTO a. Tener una experiencia de dos años de contacto y conocimiento de nuestra vida cotidiana. Analizando casos particulares que requieran mayor o menor tiempo para cumplir los objetivos trazados. b. Escribir la propia autobiografía como reconocimiento de la propia historia, para poder iniciar proceso 20 LA FORMACIÓN DE LOS HERMANOS DE SAN JUAN DE DIOS EN AMÉRICA de sanación de heridas o superación de fragmentaciones afectivo-cognitivas en todos los niveles de su vida. Esto deberá realizarse con ayuda del equipo formativo (psicólogo, acompañante espiritual, maestro, pedagogos). c. Llevar a cabo un acompañamiento sistemático, cultivando cada una de las dimensiones de la persona. d. Apoyo psicológico, espiritual y académico con los profesionales respectivos. e. Formación básica sobre vida consagrada y sobre la Orden. f. Orientación básica para la elaboración del proyecto personal de vida. g. Propiciar de forma gradual la experiencia de nuestra misión hospitalaria en el Centro de formación o en otras obras apostólicas afines al carisma. h. Dirección espiritual. Propuesta del Director Espiritual por parte del maestro. i. Iniciarlo en la vida espiritual de nuestra Orden. j. Educar en el uso adecuado de los medios de comunicación (TV., celulares, portátiles…). k. Crear algunos espacios comunitarios separados de los hermanos. l. Invitación a vivir experiencias temporales en comunidades fuera del centro de formación, acompañados por uno de los hermanos de la comunidad de destino. m. Contacto con ambientes de personas en contexto de pobreza y necesidad. POSTULANTADO 21 CONTENIDOS Iniciación al proyecto de vida personal. Introducción a la biografía del fundador y santos de la Orden. Conocimientos básicos de enfermería. Talleres de autoconocimiento, afectividad sexualidad, relaciones interpersonales … Cursos propedéuticos: fundamentos de la vida cristiana, introducción a la psicología, gramática, metodología de estudio, inglés o español, aspectos de la historia universal, introducción a la Biblia, introducción a la filosofía, introducción a los sacramentos, urbanidad. Cursos vivenciales de reflexión: discernimiento, oración, desarrollo humano, justicia social, derechos humanos, realidad latinoamericana, sacramentos, liturgia. Revisión de vida. Iniciación al estudio de las constituciones de la Or- den. Estudio de los aspectos más relevantes de las culturas latinoamericanas para una mejor integración al Noviciado Interprovincial. 22 Introducción a la Pastoral de la Salud. LA FORMACIÓN DE LOS HERMANOS DE SAN JUAN DE DIOS EN AMÉRICA CRITERIOS PARA PASAR AL NOVICIADO Haber iniciado su experiencia de Dios a través de la oración personal y comunitaria. Que el candidato esté abierto a la dirección espiritual y al acompañamiento formativo. Conocimientos básicos de vida cristiana. Que haya asumido su historia personal con libertad y sanado heridas, consolidando su equilibrio, integración afectiva e identidad sexual, para la vivencia de la dinámica comunitaria. Haber cerrado el acompañamiento psicológico, buena salud física y haber logrado el nivel académico y preparación técnica necesarios para asumir la etapa del noviciado. Conocimiento básico sobre la vida religiosa. Sensibilidad ante la realidad de pobreza, sufrimiento y justicia social. Estar iniciado en el carisma y misión de la Orden y poseer las cualidades suficientes para participar en este proyecto de hospitalidad. Que haya elaborado e interiorizado su proyecto de vida personal. Que tenga clara sus motivaciones a la opción de vida consagrada. Que haya sabido integrar sus relaciones con los colaboradores en el ejercicio de la misión. Capacidad de adaptación para convivir con diferentes culturas. POSTULANTADO 23 Entrenado en el uso adecuado de los medios de comunicación. Elaborar el informe del postulante y enviarlo al maestro de novicios. Solicitar al Provincial por escrito su deseo de ingresar al Noviciado. 24 LA FORMACIÓN DE LOS HERMANOS DE SAN JUAN DE DIOS EN AMÉRICA NOVICIADO NATURALEZA El Noviciado es una etapa fundamental en la que los novicios viven la experiencia del encuentro personal con Dios, disciernen, clarifican y profundizan la llamada del Señor, para poder tomar libre y conscientemente, su decisión de seguir a Cristo Buen Samaritano, en la Orden Hospitalaria. Es además, un tiempo donde se evidencian sus cualidades humanas y espirituales y son comprobadas su intención e idoneidad, para la profesión de los votos religiosos. Este período se orienta, de igual manera, a que los novicios vivan la vocación, según el espíritu de las Constituciones y la práctica de los consejos evangélicos y de la vida comunitaria y apostólica, según el carisma fundacional, vivido en el realismo de lo que después será la vida de profeso, en condiciones suficientes de estabilidad que permitan el desarrollo espiritual de un modo profundo y equilibrado. En todo momento del proceso formativo ha de quedar claramente expresado el carácter progresivo, continuo y permanente de la formación del novicio. NOVICIADO 25 OBJETIVO GENERAL Prepararse para consagrar su vida a Dios en el seguimiento de Cristo, viviendo los Consejos evangélicos, y avanzando en la experiencia del encuentro con Dios, con la vida comunitaria y con la misión. en la Orden Hospitalaria. OBJETIVOS ESPECÍFICOS En la etapa del Noviciado se pretende armonizar los diferentes aspectos de la persona, tales como: apertura y renuncia, interioridad y relación con los otros, libertad y responsabilidad, oración y trabajo, estudio y actividades prácticas y recreativas. Estos objetivos se formulan mediante cuatro dimensiones: 1. Encuentro consigo mismo Trabajar la propia identidad vocacional a partir de una adecuada aceptación de sí mismo, con sus valores y limitaciones. Realizar las tareas encomendadas con alegría, y emplear su tiempo libre con responsabilidad. Medios a. Proyecto personal de vida. b. Encuentros periódicos con el formador. c. Mantener un continuo discernimiento que permita profundizar su identidad vocacional. d. 26 Seguir el plan formativo con los contenidos pro- LA FORMACIÓN DE LOS HERMANOS DE SAN JUAN DE DIOS EN AMÉRICA puestos en el Proyecto del Noviciado para su preparación personal y así fortalecer su compromiso con la misión hospitalaria. e. Profundizar las convicciones, ideales y valores de la vida consagrada, con el fin de asumir compromisos estables. 2. Encuentro con Dios Profundizar en la experiencia y seguimiento del Cristo misericordioso del Evangelio. Como fruto de esta experiencia, los novicios asimilan y profundizan en los fundamentos de la fe. Medios a. Favorecer tiempos de soledad y silencio que permitan la oración, la interiorización y la reflexión. b. Compartir experiencias de la presencia y la relación con Dios desde la Palabra (lectio divina), las celebraciones litúrgicas, la Eucaristía diaria y el sacramento de la reconciliación. c. Dirección espiritual. d. Oración personal, comunitaria y lectura espiritual. e. Devoción a María como modelo de consagración. f. Retiros y ejercicios espirituales. 3. Encuentro con la Comunidad Fomentar las actitudes de convivencia y corresponsabilidad de los novicios en la Comunidad en la cual, en un clima fraterno y de amistad, se encuentra con Dios y la misión. Ayudarles a establecer relaciones NOVICIADO 27 fraternas, sencillas y leales; y ayudarles a valorar sus dones personales para que puedan ponerlos al servicio de los demás y colaborar activamente en la construcción de la Comunidad. Medios a. Promover relaciones interpersonales e interculturales constructivas y maduras que permitan un crecimiento y enriquecimiento mutuo. b. Participar activamente en los momentos de fiestas y otras actividades recreativas - deportivas. c. Propiciar el trabajo en equipo que permita una integración sana y madura. d. Fomentar el sentido de pertenencia a la Iglesia, a la Orden, a la Provincia y a la Comunidad. e. Elaboración y evaluación del Proyecto Comunitario. f. Compartir encuentros con las comunidades locales. g. Reuniones comunitarias. h. Experiencias y encuentros inter-congregacionales. 4. Encuentro con la misión Interiorizar el espíritu de la Orden, con fidelidad al carisma, e integrarse en la misión hospitalaria. Estar disponible para servir en esta misión a favor de las personas enfermas y necesitadas, y construir así el Reino de Dios. Medios a. 28 Conocer y participar activamente en las activida- LA FORMACIÓN DE LOS HERMANOS DE SAN JUAN DE DIOS EN AMÉRICA des del Centro según la programación del Noviciado para ejercitar el apostolado hospitalario. b. Conocer la realidad social de pobreza y sufrimiento de América y en concreto de la realidad donde se encuentra insertado el Centro con el fin de adquirir una mayor sensibilidad frente al dolor y el sufrimiento humano. c. Relaciones con los colaboradores que ayuden a un trabajo de cooperación y participación. d. Experiencias apostólicas en otras comunidades. e. Experiencias apostólicas en realidades de marginación fuera de nuestros centros. CONTENIDOS Los temas que se proponen a continuación corresponden a las cuatro dimensiones: humana, espiritual, vida consagrada y apostólica. a. Formación humana: z Proyecto de vida personal. z Madurez humana y afectivo-sexual. z Identidad del laico y el rol del colaborador en la vida de la Orden (Hermanos y colaboradores unidos para servir y promover la vida). z Inglés-español. z Talleres: diálogo, PRH. NOVICIADO 29 b. c. Formación Espiritual: z Cristología - Mariología. z Misterio de Dios. z Moral fundamental. z Antropología teológica. z Sagrada Escritura. z Talleres: eclesiología, liturgia, oración. Formación para la Vida Consagrada: z Teología de la VC. z Consejos Evangélicos. z d. Formación Hospitalaria: z San Juan de Dios: su vida y sus cartas. z Historia de la Orden. z Carisma de la Hospitalidad. z Constituciones y Estatutos Generales. z Regla de San Agustín. z z 30 Talleres: teoría y práctica del discernimiento cristiano y práctica del acompañamiento espiritual. Documentos de la Orden: Carta de Identidad, Dimensión Misionera de la Orden, Camino de Espiritualidad y otros. Teología y Pastoral de la Salud. LA FORMACIÓN DE LOS HERMANOS DE SAN JUAN DE DIOS EN AMÉRICA CRITERIOS PARA LA PROFESIÓN SIMPLE Los criterios que permiten valorar las aptitudes de un novicio para poder acceder a la profesión simple, son: a. Expresar libremente su decisión vocacional y tener aptitudes y actitudes para la misión hospitalaria. b. Solicitar por escrito al Provincial la admisión a la Profesión simple. c. Realizar un informe del equipo formativo al Provincial. d. Que tenga aptitudes para la vida de comunidad y sea capaz de mantener relaciones interpersonales maduras con hermanos de comunidad, colaboradores y destinatarios de nuestra misión. e. Demostrar capacidad de aceptar la realidad itercultural de la Orden descubriendo la riqueza del otro y caminar junto a él ante la diversidad. f. Haber logrado un nivel aceptable de: dominio propio (automanejo), madurez, iniciativa personal, creatividad y capacidad para asumir compromisos estables. g. Expresar en su cotidianidad un adecuado nivel de vida espiritual, de fe y oración y saber leer los acontecimientos diarios de: justicia social, pobreza, marginación y sufrimiento, desde su experiencia de Dios. h. Comprender, asimilar y amar el proyecto de vida de la Orden y aceptar el espíritu y las exigencias de las Constituciones. i. Demostrar capacidades suficientes para vivir las exigencias de los consejos evangélicos en clave de hospitalidad. NOVICIADO 31 j. Ha de descubrir en la vivencia de los sacramentos, la oración, la Palabra de Dios y en el encuentro con el enfermo y las personas que sufren, la fuente de su espiritualidad y la preparación para su consagración. k. Demuestre un manejo intermedio de inglés-español. 32 LA FORMACIÓN DE LOS HERMANOS DE SAN JUAN DE DIOS EN AMÉRICA ESCOLASTICADO DESAFÍOS Debido a los cambios que van teniendo las obras, de un estilo de formación y de vida tradicional a una formación para o preparación para una gestión más profesionalizada y tecnificada de las obras; ser capaces de formar en las áreas asistenciales, de gestión o dirección y en nuevas formas de llegar a los más desfavorecidos. Ser capaces de ver a la Orden en América como un conjunto, tanto para formadores como para formandos; en donde se respeten las culturas y los estilos de vida. Ayudar a los Jóvenes a clarificar e integrar en su Proyecto de Vida su ser personal, la hospitalidad y el encuentro con Dios como experiencia fundante. NATURALEZA El Escolasticado es la etapa de formación inicial que abarca el tiempo que va desde la primera profesión hasta ESCOLASTICADO 33 la profesión solemne. En esta etapa se pretende consolidar la opción vocacional "consiguiendo el grado de madurez que le permita comprender y vivir su consagración en la Orden como un verdadero bien para sí mismo y para los demás". Es, pues, una etapa de maduración de la persona y de profundización de la formación comenzada en el noviciado, en la que se debe favorecer el crecimiento y consolidación del religioso en todas las dimensiones de su personalidad. Es un periodo muy importante en el que se continúa la formación humana, profesional, teológica, espiritual y pastoral, armonizando la vocación y la misión, que dispone escolásticos a prepararse para la profesión solemne, con la cual se incorpora definitivamente a Dios en la Orden. El escolástico está llamado a alternar los tiempos actividad con la dedicación al cultivo de su vida espiritual. De este modo podrá profundizar en el seguimiento de Cristo y en la intimidad con Él, desde la fe, desarrollar la vida teologal y la docilidad al Espíritu, mediante un compromiso con el servicio fraterno. Por eso, debe comprometer toda su personalidad introduciéndose en un camino de conversión continua, que lo aproximará cada vez más al modelo que es Cristo. Este tiempo de escolasticado lo concretizará a través de la vivencia de los votos de castidad, pobreza, obediencia y hospitalidad como participación en el seguimiento de Cristo, inserto en el mundo. Es un verdadero tiempo de discipulado, de estar a la escucha permanente de los dichos y hechos del Maestro. Es un tiempo privilegiado de opción por el Reino de Dios, en Hospitalidad. El tiempo de escolasticado, como se halla expresado en los documentos propios, ofrece una variedad grande de posibilidades que se adapta a las características de los lugares y de las personas concretas. 34 LA FORMACIÓN DE LOS HERMANOS DE SAN JUAN DE DIOS EN AMÉRICA OBJETIVO GENERAL Trabajar sobre /o cultivar la madurez personal y Profundizar, como Hermano de San Juan de Dios, la experiencia de la vida consagrada en el seguimiento de Cristo desde un proceso de integración personal que le permita disponerse para la consagración definitiva en la Orden, al servicio de la misión en la Iglesia. OBJETIVOS ESPECÍFICOS 1. Encuentro consigo mismo Consolidar la identidad personal como Hermano de San Juan de Dios, integrando progresivamente en su vida el trabajo, la misión y los estudios teológicos, profesionales y pastorales. 2. Encuentro con la Comunidad Profundizar el sentido de pertenencia a la Orden, y comprometerse como miembro activo en la construcción de la comunidad, desde el pluralismo y la universalidad de sus miembros. 3. Encuentro con la misión Preparación específica, para enfrentar los desafíos y las necesidades de la sociedad contemporánea y para desarrollar la misión de la Orden en la Iglesia, a partir de la inserción y compromiso en el mundo de los pobres y necesitados. Ser conscientes y prepararse debidamente para dar respuesta a los nuevos desafíos de la hospitalidad en el Continente. ESCOLASTICADO 35 4. Encuentro con Dios Consolidar la experiencia de Dios y profundizar en el seguimiento de Cristo desde la intimidad con Él, mediante la vivencia de los Consejos Evangélicos, como participación en el Misterio Pascual. MEDIOS Procurar una Comunidad formativa adecuada en la que se viva el carisma y la fraternidad, identificadas con el espíritu de San Juan de Dios. Es necesaria la presencia de otros hermanos como referentes en su formación. Dar información suficiente y adecuada a los escolásticos, que les estimule a aceptar y asumir la realidad concreta de la Orden, la Provincia y la Comunidad. El escolástico debe informarse plenamente de la vida de la Comunidad y de la marcha de la obra. Acompañamiento espiritual, como medio para estimular el crecimiento integral de los hermanos, y que a su vez sea un espacio que ilumine y oriente para superar las dificultades propias de esta etapa. Que sea un medio para llegar a vivenciar más profundamente el encuentro con Dios y la vocación como hermano de San Juan de Dios. Insistir en la necesidad real del acompañante espiritual. Interiorización de los valores y contenidos del carisma de la Orden. 36 LA FORMACIÓN DE LOS HERMANOS DE SAN JUAN DE DIOS EN AMÉRICA Se lo integrará a una experiencia de trabajo hospitalario, según las posibilidades de cada hermano. En función del plan de actividades del hermano escolástico; se establecerán los cometidos específicos a desarrollar y evaluar. Reflexión compartida sobre los desafíos presentes y futuros para dar una respuesta más realista, desde la inserción en el mundo de los más desfavorecidos. Promover los encuentros comunitarios, como medio de clarificación de los problemas, dificultades y temas propios de la comunidad y de la Orden. Valorar el Proyecto de Vida Vomunitario, como medio para crear un clima de diálogo y de comunicación; y como instrumento para construir, proyectar y evaluar la vida de la comunidad. Propiciar los encuentros hermanos - escolásticos, a nivel Provincial o interprovincial donde se abordan temas de interés común. La fidelidad a los ritmos de oración personal y comunitaria, y leer la propia vida en clave fe. Reflexionar y evaluar el Proyecto Personal, contrastado con su acompañante. Propiciar una preparación adecuada y los estudios relacionados a los valores del carisma obteniendo los títulos oficiales que respalden la capacitación profesional, de acuerdo con las necesidades de la Orden y las aptitudes personales del formando. Saber orientar y enmarcar la voluntad del formando y de la institución a la hora de concretar sus estudios para el beneficio personal y de la misión de la Orden. ESCOLASTICADO 37 CONTENIDOS a. Estudios teológicos Formarse en estudios teológicos, buscando una formación sólida. (Dos años de teología). b. Teología de la vida consagrada Consagración, comunidad, consejos evangélicos, actualidad de la vida consagrada, espiritualidad y carisma de la Orden. c. Estudios profesionales Con la debida titulación académica, conforme a la carrera elegida, de mutuo acuerdo con la Orden. Al final de esta etapa el escolástico debe dominar otra lengua distinta a la materna. d. Estudios de misión hospitalaria Pastoral de la Salud, Bioética, espiritualidad desde los pobres, Gestión, Dirección, Finanzas, Colaboradores, etc. (en un plan complementario) CRITERIOS PARA LA PROFESIÓN SOLEMNE Para acceder a la Profesión Solemne se han de tener en cuenta los siguientes criterios: a. Madurez afectiva y humana: tener Iniciativa personal y responsabilidad de la propia vida; capacidad de trabajo, espíritu reconciliador y dialogante; capacidad de asumir las responsabilidades definitivas, sentido de 38 LA FORMACIÓN DE LOS HERMANOS DE SAN JUAN DE DIOS EN AMÉRICA la paz y justicia, defensa de los derechos humanos y sentido de pertenencia a la Iglesia y a la Orden. b. Aptitud para la vida fraterna en comunidad. Aceptación del otro en su diversidad, acogida y escucha, búsqueda de una voluntad común. c. Integración de la oración y la relación con Dios, con la misión y la acción apostólica. d. Opción preferencial desde el carisma por los pobres y enfermos. e. Vivencia gozosa de la vocación ante la opción definitiva. f. Preparación adecuada, remota y próxima a la Profesión Solemne con acompañamiento y formación progresiva y actualizada en diversos temas de la vida consagrada. g. Adquisición de una formación adecuada para la misión hospitalaria (titulación profesional). h. Equilibrio entre la formación técnico-profesional y pastoral-apostólica. i. Sentido de pertenencia, identidad y fidelidad a la Orden. j. Es aconsejable que los hermanos orientados a la formación para el sacerdocio tengan previamente una preparación técnica adecuada y una experiencia en la misión apostólica. k. Renuncia expresa de sus bienes presentes o futuros, a favor de quien considere oportuno. Donde sea posible, que a ese documento se le dé validez legal. ESCOLASTICADO 39 FORMACIÓN CONTINUADA «Transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto». (Rm 12,2) NATURALEZA La formación es un proceso que nunca termina; el proceso formativo pone las bases en la formación inicial pero ésta es premisa para la continuada conversión que dura toda la vida. La vida propia y sobre todo el futuro de nuestras Provincias y Comunidades, depende en parte de la formación permanente de Hermanos y Colaboradores. Debemos motivar y crear conciencia de la necesidad e importancia de la Formación Permanente como elementos que nos ayude a mantener la fidelidad y la identidad de la Orden. 40 LA FORMACIÓN DE LOS HERMANOS DE SAN JUAN DE DIOS EN AMÉRICA La formación ha de ser sistemática, integral, adecuada a la realidad de cada miembro, espiritual, técnico-profesional, apostólica, doctrinal y práctica. Por ello se ha de valorar no sólo el estudio como enriquecimiento meramente individual, sino la formación desde la experiencia de vida en unión con la misión y fidelidad a la propia vocación. No hay edad en la que se pueda dar por concluida la madurez de la persona, por ello es necesario estar abiertos a los cambios y avances en el campo hospitalario y asistencial. Se ha de tener especial cuidado en los Hermanos mayores, con el fin de acompañarles y ayudarles para su adaptación a la vida no laboral, como preparación para su jubilación, tomando en cuenta que un Hermano de San Juan de Dios no se jubila y de acuerdo a su condición sigue siendo un testigo de la hospitalidad. OBJETIVO GENERAL El objetivo fundamental de la Formación Permanente es ayudar a madurar a los Hermanos en su ininterrumpido crecimiento de conversión para lograr su realización como persona, como cristiano y como hospitalario. Será necesario actualizarnos en todas las dimensiones de nuestra consagración hospitalaria para dar respuesta desde nuestra misión específica a la sociedad en la que nos encontramos inmersos. Por lo tanto no podemos reducir esta formación ni a la sola acumulación de conocimientos ni a una simple metodología para desenvolvernos mejor en la evangelización sino a la capacidad de estar abiertos al Evangelio FORMACIÓN CONTINUADA 41 siendo testigos hoy de Jesús de Nazaret al estilo de San Juan de Dios. OBJETIVOS ESPECÍFICOS Teniendo en cuenta las cualidades de cada Hermano, proponemos los siguientes objetivos a trabajar durante toda la vida y que comprenden todas las dimensiones de la persona. 1. Encuentro consigo mismo Profundizar en la realidad humana de cada uno de nosotros como Hermanos a fin de conseguir un desarrollo integral como hombres consagrados, que nos permita la aceptación y transformación de nuestra propia historia, siendo esta un medio de salvación. 2. Encuentro con la Comunidad Vivir en comunión con la Iglesia y la sociedad desde nuestro carisma comprometiéndonos Hermanos y Colaboradores con la realidad del mundo de hoy desde la fidelidad creativa y dinámica de nuestra hospitalidad. 3. Encuentro con la misión Llevar adelante el proceso de evangelización haciéndonos presentes desde un amor preferencial por los pobres, enfermos y necesitados. Esto nos exige una formación técnica-profesional actualizada y continua. 4. Encuentro con Dios Vivir con alegría, motivación, fidelidad y pasión el llamado de Dios desde el cultivo permanente de la oración personal y comunitaria, la lectura de la palabra, la participación en la vida de los sacramentos y el acompañamiento espiritual. 42 LA FORMACIÓN DE LOS HERMANOS DE SAN JUAN DE DIOS EN AMÉRICA MEDIOS Y CONTENIDOS Para que la Formación Permanente sea efectiva y real hemos de poner en práctica los medios adecuados, tales como: a. Compartir la realidad y experiencias que vive cada uno desde un diálogo sincero y fraterno. b. Dedicación de tiempos fuertes de reflexión y puesta al día en las áreas cultural y profesional, con una buena base teológica, distanciándose por algún periodo de las actividades ordinarias: año sabático… c. Motivar la necesidad del acompañamiento personal desde lo espiritual y psicológico que nos ayuden a integrar la vida en todas sus manifestaciones. d. Crear espacios a nivel local, Provincial y Regional de reflexión y estudio de nuestro carisma y espiritualidad, así como otros documentos de la Orden. e. Implementar y revisar periódicamente el Proyecto de Vida Personal y Comunitario como un instrumento válido para la animación y vivencia de nuestra consagración. f. Estar abiertos a la colaboración con otros Institutos y entidades eclesiales que nos ayuden a profundizar nuestra formación integral. h. Crear grupos de oración y discernimiento intercomunitarios que permitan la integración de las Comunidades de una zona o región. i. Cursos de actualización en pastoral (métodos de trabajo, objetivos, relación de ayuda, elaboración del duelo), humanización y bioética. FORMACIÓN CONTINUADA 43 j. Promover la práctica de la Lectio Divina como un medio habitual de encuentro con Dios para un fortalecimiento de nuestra vida y misión. k. Colaborar y participar con otros organismos de la Iglesia y de la diócesis relacionados con la Pastoral de la Salud y la Pastoral Social. l. Participar de cursos, congresos, simposios, jornadas y encuentros dentro y fuera de la Orden que nos mantengan actualizados en nuestra práctica profesional y asistencial. m. Promover un uso adecuado de los medios de comunicación social como instrumento de Formación Permanente. n. Participar en encuentros sobre valores, misión y carisma de la Orden para Hermanos y Colaboradores. o. La Comisión Interprovincial como medio para favorecer la Formación Permanente de las Provincias de América. ORGANIZACIÓN DE LA FORMACIÓN PERMANENTE Se debe elaborar programas de Formación Permanente a nivel: 44 a. Personal. b. Comunitario. c. Provincial. d. Regional. LA FORMACIÓN DE LOS HERMANOS DE SAN JUAN DE DIOS EN AMÉRICA FORMACIÓN DE FORMADORES «Proclama la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende... exhorta con toda paciencia y doctrina». (2Tim 4, 2) NATURALEZA Todas las Provincias deben considerar como una prioridad la formación de hermanos idóneos para prestar el servicio de formadores, y les concedan la posibilidad de prepararse adecuadamente para ello, adquiriendo también un conocimiento profundo del carisma y de la vida de nuestra Orden. El último Capítulo General nos recuerda: "promover una adecuada selección y formación de formadores, que les ayude y les permita dedicarse a transmitir el ideal de la vida consagrada en hospitalidad, con una mentalidad de apertura, en medio de una sociedad multicultural, sabiendo dialogar de forma competente con el mundo secular de los Centros y Obras Apostólicas". FORMACIÓN DE FORMADORES 45 Cada vez es mayor entre los hermanos la exigencia de una profunda y extensa formación en los que se dedican a esta difícil tarea. Incluso va calando notablemente en la mayoría la urgencia de "ir buscando ya desde la formación inicial algunos jóvenes que puedan asumir esa tarea en el futuro". Las Provincias han de facilitar con generosidad los medios precisos para que esto se lleve a cabo, y sin demora. Nuestras Constituciones señalan las características principales que deben tener los formadores. Entre otras, destacamos las siguientes: a. Poseer equilibrio psico-afectivo y una adecuada preparación humanística, pedagógica y teológica suficiente para desempeñar adecuadamente la tarea que se les confía. b. Estar abiertos a la acción de Dios en su propia vida, manifestando una profunda experiencia de Dios, "siendo más testigos que maestros" (Pablo VI). c. Fomentar el amor, la fidelidad y el sentido de pertenencia a nuestro carisma y misión, en comunión con las orientaciones de la Iglesia y de la Orden. d. Secundar la acción del Espíritu Santo sobre los formandos teniendo para con ellos las mismas actitudes que Jesús tuvo para con sus discípulos: confianza en sus esfuerzos, comprensión y misericordia en sus debilidades y siempre espíritu de servicio. OBJETIVO GENERAL Preparar y actualizar a los formadores en temas específicos de formación para poder asumir y realizar, de 46 LA FORMACIÓN DE LOS HERMANOS DE SAN JUAN DE DIOS EN AMÉRICA manera adecuada, la responsabilidad encomendada por la Orden. MEDIOS Y CONTENIDOS Algunos de los medios que ayudan a los formadores en el desempeño de su misión son: a. Liberar hermanos "vocacionados" para que se preparen y puedan asumir la formación en sus respectivas Provincias con la dedicación necesaria. b. Participar en cursos y encuentros organizados por las Conferencias de Religiosos y otros Institutos de cada país, que permitan el enriquecimiento y transmisión de experiencias en la formación. Intercongregacionalidad. c. Organizar Encuentros de Formadores a nivel Regional para revisar, evaluar y compartir nuevos caminos de hospitalidad. d. Implicar a los colaboradores idóneos a participar en la formación de formadores. e. Que los formadores tengan un acompañamiento psicológico y espiritual como grupo para fortalecer su responsabilidad formativa. FORMACIÓN DE FORMADORES 47 48 LA FORMACIÓN DE LOS HERMANOS DE SAN JUAN DE DIOS EN AMÉRICA Acogiendo los nuevos signos de esperanza de la vida religiosa Carlos del Valle, SVD Introducción Para quien aquí se expresa, hablar de la esperanza en el contexto de la vida religiosa es como pedirle a una madre que hable de su hijo predilecto. Esperanza... Energía creadora... Fe en camino... A los religiosos nos hace bien abandonar el refugio en la mítica nostalgia de un pasado de oro, para adentrarnos y deambular en el complejo horizonte de un futuro por construir. Vivimos un pasado repetitivamente actual, un presente de paso y un futuro incierto y anticipado en la esperanza, de donde se deriva la fecundidad creadora de quien espera esperanzado. La vida consagrada en América Latina se siente llamada hoy a descubrir a Jesucristo en dos momentos: como Jesús de Nazaret , en la práctica histórica de su ministerio público, testimoniado en los evangelios, y como Cristo resucitado, actuando por su Espíritu en la comunidad y en la historia de los pueblos, testimoniado en tantos signos de vida y esperanza. Es el actuar del Espíritu el que va sembrando signos nuevos de esperanza en la historia de los pueblos, en la Iglesia, en la vida religiosa. A eso responde el deseo de Pablo: "El Dios de la esperanza les colme de todo gozo y paz en su fe, hasta rebosar de esperanza por la fuerza del Espíritu Santo" (Rom 15, 13). ACOGIENDO LOS NUEVOS SIGNOS... 49 Detectar signos de esperanza significa aIudir a la fuerza de la vida, al aliento de Jesús que recrea, al viento del Espíritu que hace nuevas todas las cosas. I. Crisis de orientación No es fácil dirigir una mirada penetrante que hurgue en las vísceras de la sociedad y de nuestra vida religiosa encarnada en ella. Adentrarse en el laberíntico conjunto de esta compleja y fragmentada situación requiere aguja de navegante y sensibilidad en vilo. Uno siente la necesidad de personalizar el clamor de la plegaria del ciego de Jericó: "Señor, haz que vea". Asistimos a una cierta crisis de orientación. Muchos carecen de referencias básicas en su vida; no saben hacia qué opiniones fundamentales han de orientar las pequeñas o grandes opciones diarias, y tampoco qué preferencias seguir, qué prioridades establecer. Los antiguos ideales utópicos, sus instancias y tradiciones orientativas sirven cada vez menos. Respiramos una cultura del tedio que nos está infectando humanamente y nos lleva a vivir superficialmente. Vivir es dejar vivir, dejarse arrastrar por la ola, sacando el máximo provecho del momento. Se nos calienta la cabeza con ideas, y se nos seca el corazón. Se nos enseña a competir, no a convivir; a consumir, no a vivir; a contar, no a crear. El aturdimiento consumista adormece. Se busca comodidad, seguridad, placer... Nuestro espíritu... sin fe ni ilusión; vive en el escepticismo y el desencanto. Cuando nos falta el dinamismo del amor, la capacidad de sacrificio, el entusiasmo de la generosidad... llevamos dentro el virus de la desesperanza. Nuestras instituciones religiosas se muestran con síntomas de cansancio, de miedo. Miramos más al pasado; vivimos a la defensiva; nos encerramos en nuestros cuarteles de invierno; se nos agosta la utopía. Somos presa de la rutina, la tumba del entusiasmo. Un gran peligro para vivir la autenticidad de nuestro ser. La rutina sofoca lo mejor del Espíritu en nosotros: la pasión por Dios y los hermanos, la 50 LA FORMACIÓN DE LOS HERMANOS DE SAN JUAN DE DIOS EN AMÉRICA generosidad en el servicio, la sensibilidad ante el hermano que sufre, la capacidad de amar sin esperar nada a cambio. Nos instalamos en la mediocridad y tememos la novedad. Mediocre es quien ha renunciado avivir a fondo. Nos casamos con nuestros egoísmos y nos divorciamos de la generosidad. Nos adaptamos al ambiente y tememos ser distintos. Nos integramos en el sistema y acallamos la profecía. Deambulamos con miedo a perder prestigio y con deseo de conseguir éxitos cuantitativos. Hasta encarnamos un racionaIismo autosuficiente, revestido de equilibrio humano y personalidad madura: con agresividad sutil a todo lo que suene a frescura y sencillez evangélicas. Lo mejor de nuestro estilo de vida se ve viciado por una fortaleza inexpugnable de quienes no arriesgan nada por la utopía. Conocemos muchos caminos en la vida, pero no sabemos cual es el camino de la salvación: el que nos libere de nuestras angustias, el que nos haga libres y solidarios, el que nos ayude a crecer como personas, el que nos ilumine ante los interrogantes profundos, el que nos descubra la fuente de la alegría. La sociedad esa demandando un cambio global de tal magnitud, que es fácil caer en actitudes vitales paralizantes: el desánimo, la desesperanza o la evasión; el mirar con irónica conmiseración los pequeños cambios o el mesianismo redentor. Reivindiquemos más racionalidad -la racionalidad de la esperanza o fe en camino hacia el futuro- y menos demagogia. La esperanza siempre responde. Nos permite afrontar situaciones que infectan nuestro estilo de vida, y lo convierte en útero fecundo para la nueva criatura que con utópico realismo soñamos. Nuestra vida consagrada aparece hoy con nuevos signos de esperanza. Hay en ella un horizonte de futuro preñado de promesas. Lo mejor del presente no es su realidad visible, sino la semilla que lleva dentro. Lo mejor de la flor es que se prepara para dar fruto. El hoy en la vida religiosa es una flor fecundada por signos de esperanza. ACOGIENDO LOS NUEVOS SIGNOS... 51 II. La vida religiosa ... se va cargando de potencia creadora El grito de refundación para la vida religiosa supone un tiempo de serena ilusión y de activa esperanza. Hablar de refundación implica audacia, creatividad del Espíritu. Se trata de revivir creativamente la historia de la fundación originaria. Nos contagia la tarea de reorganizar la esperanza, alimentar la utopía, aquello que en la esperanza creemos como realidad, para no caer en precipicios: la falsa seguridad de nuestros fundamentalismos, dogmatismos o la simple rutina, apatía, mediocridad e indiferencia. La esperanza pone en pie a la fe y el amor, aportándoles el dinamismo superador. Es el aliento que empuja hacia adelante, la vitamina que hace crecer nuestra cercanía a Dios. Fe y amor peregrinando, fe y amor caminando hacia metas renovadas, por caminos nuevos, con dinamismo y en superación constante. La esperanza es la fe puesta en tensión, ejercitándose en el crecimiento; es la fe en camino. Es el amor desarrollándose, ampliando su horizonte y su intensidad. Fe y amor en cuanto crecen, en movimiento, en busca de plenitud. Religiosos, religiosas... hombres y mujeres de esperanza, que viven de cara al futuro por construir. La esperanza nos despierta de nuestras rutinas, de la apatía, la mediocridad e indiferencia. Destruye los gérmenes de resignación en nuestro estilo de vida y combate la atrofia espiritual de los satisfechos. Esperanza y confianza van de la mano. Quien espera confía en la vida, en las personas, en el curso de la historia, en Dios. Esperar confiado es avanzar en la noche, el temor, la angustia. Nuestro auxilio nos viene del Señor. El Salvador llega a nuestras vidas como semilla de esperanza y hace de los salvados salvadores. Cuando vivimos una pérdida de motivaciones, se nos diluyen los objetivos, se paralizan los estímulos, no hay metas ... no entran ganas de caminar. Y la esperanza es eso: el dinamismo del que camina, 52 LA FORMACIÓN DE LOS HERMANOS DE SAN JUAN DE DIOS EN AMÉRICA la fe en camino, el deseo de avanzar. El sol que ilumina y alienta la existencia. El que espera llena su vida de ilusión, de entusiasmo. Tenemos las bienaventuranzas. Somos hijos de la dicha; la felicidad nos pertenece. Nos cobija el Reino. Cuando la esperanza se agota, todo se tiñe de un aburrimiento gris. Perder la esperanza significa morir de tristeza. La esperanza es gozosa, por el bien que se espera y la ilusión con que se espera. La esperanza multiplica las fuerzas para superar obstáculos. El hombre de esperanza es un vencedor. El que no tiene esperanza ya está derrotado. Es fuente de energía. Encierra una fuerza misteriosa, un soplo creador, un aliento espiritual, un afán superador que nos lleva a mirarlo todo con fe y optimismo. El hombre de esperanza es portador de energía, que hace posible las grandes obras, pero desde dentro, y anima los éxitos, sin pasar factura de reconocimiento. Quien vive en la esperanza, aguanta, redobla las energías y multiplica el dinamismo creador. La esperanza es esfuerzo por hacer realidad los sueños. Lubrifica todas las capacidades y pone en marcha el esfuerzo confiado. Quien vive en la esperanza, trabaja, como si todo dependiera de él, y espera, como si todo dependiera de Dios. La esperanza fecunda la oración, y ésta, más que mover el corazón de Dios, mueve el propio corazón del esperanzado. El hombre de grandes esperanzas y buenos deseos ora, y su oración fecunda las esperanzas, los buenos deseos. III. Con voluntad de vivir para dar vida: Signos de esperanza La vida religiosa latinoamericana acoge el dinamismo de la esperanza. Vivimos el presente, desde las raíces de nuestro pasado, y orientados al futuro, para reorganizar la esperanza y alimentar la utopía. Veamos algunos signos de esperanza en el hoy de la vida religiosa. Son signos que, como deseos alimentados por la esperanza, acompañan nuestra vida, abriéndose paso en el conjunto vital de ACOGIENDO LOS NUEVOS SIGNOS... 53 nuestras incoherencias, deseos de mayor coherencia y reflejos de coherencia en la realidad vivida. 1. Éxodo del centro a la periferia Nuestra vida religiosa se siente marcada por el deseo de: ir más allá, a las fronteras; estar más cerca, de la gente, de sus problemas y esperanzas; descender más abajo, al encuentro con los necesitados; ir más adentro, en la compasi6n de Dios por sus hijos. Es decir, los religiosos, y ante todo las religiosas, han venido realizando en las últimas décadas desplazamientos afectivos y geográficos que los acercan al mundo de los pobres. El cuerpo mística de Cristo se hace presente donde estuvo el cuerpo histórico de Jesús. La vida religiosa en América Latina se ha hecho pueblo, está en el pueblo y con el pueblo. Hoy se multiplican nuevas presencias de éxodo hacia las fronteras entre los indígenas, los emigrantes, encarcelados, campesinos, jóvenes, niños vulnerados, mujeres... La vida religiosa muestra ser más de frontera. Un signo de esperanza para nuestro estilo de vida, para las religiosas y religiosos que lo encarnan, porque ven ahí alimentada su esperanza: donde hay pobres, hay esperanza. Son acreedores de un contagio salvífico, ya que la pobreza une lo que la riqueza separa. 2. La intercongregacionalidad El ser humano se realiza al relacionarse. La fe práctica en la relación se ha hecho urgencia histórica. Cada vez cuenta más lo interpara los religiosos. La intercongregacionalidad va multiplicando caminos de encuentro, compartiendo carismas entre sí, con el resultado de un enriquecimiento, porque en la vida cristiana aquello que se comparte crece y enriquece. Especialmente enriquecedora es la práctica de las relaciones entre religiosos y religiosas. Se multiplican los encuentros intercongregacionales en Conferencias mixtas, organizaciones, ONGs, asambleas conjuntas, institutos y seminarios de formación inicial y de fomación permanente; reuniones de reflexión, planificación y evaluación de programas de vida y trabajo en diferentes 54 LA FORMACIÓN DE LOS HERMANOS DE SAN JUAN DE DIOS EN AMÉRICA áreas, tareas educativas, administrativas, de justicia y paz... encuentros de oración, retiros comunes, experiencias solidarias, casas de ancianos para varias familias religiosas.. . Son tantas las experiencias de interrelación, que ya hacen imposible vivir encerrados en el propio carisma. Estas experiencias muestran que antes del carisma particular está el carisma global de pertenecer todos y todas a una misma vida consagrada. Somos religiosos antes de ser jesuitas, salesianos, dominicas o franciscanas. Posiblemente la experiencia de la intercongregacionalidad se vea fortalecida desde un asumir en la vida religiosa la fragilidad como valor. Se da una renuncia implícita a la autosuficiencia, que nos autoalimenta, nos distancia y no nos permite conocernos entre nosotros. Por el contrario, el ser frágiles nos empuja a encontrarnos, a trabajar juntos, a valorar a otros. Nos obliga a necesitarnos unos a otros. 3. Vida consagrada... Más vida y más consagrada Nos preocupa la vida religiosa como vida, el dinamismo de conversión a lo sustantivo, el ser… no tanto los modos de vida, estructuras, tareas, el quehacer. Valoramos lo que genera vida. El ser es vida y felicidad. Cuando sentimos la vida interior en crecimiento, cuando vivimos en el amor, cuando compartimos la vida con los pobres..., sentimos el gozo de vivir. Cuántas religiosas y religiosos están dando testimonio de vivir en la alegría de su vocación. Dios dinamiza nuestra existencia y pone en nosotros un principio renovador. Nos creó creadores, y nos hizo el regalo de la esperanza: Energía creadora. Empezamos por crearnos a nosotros mismos, ser hombres nuevos, no centrarnos en programas y estilos organizativo-operativos defendiéndonos de ser tocados en la profundidad del propio yo. Si el científico crea y el artista recrea, la razón de ser del religioso consiste en recrearse en la tarea de recrear este mundo en Reino de Dios. ACOGIENDO LOS NUEVOS SIGNOS... 55 Quien se deja empapar en el Espíritu se abre a una vida nueva. Esto es gracia, y el pecado consiste en cerrarse a la gracia, resistir a una vida siempre nueva: empeñarse en hacer las cosas de siempre, pensar y sentir como siempre, taponando la savia del Espíritu. Se trata de transformarnos, prepararnos para recibir la levadura nueva. A vino nuevo, odres nuevos. Hay que desprenderse de lo antiguo. No sólo corregir defectos y hacer más obras buenas. Hay que nacer de nuevo. Acoger el bautismo en el Espíritu, Señor y dador de vida... Vida en cantidad de libertades, número de ideales, peso y medida del amor. Vida en plenitud: ser más, crecer más, esperar más, entregarse más, amar más... 4. Encuentro con Jesucristo: Razón de ser de la consagración Hoy se percibe en la vida religiosa una revitalización de la oración. Se vivencia la oración personal con la urgencia vital del aire que se respira. Las pequeñas comunidades intensifican la oración comunitaria compartiendo la expresión de la fe, en momentos gratuitos e imprescindibles para el discernimiento comunitario. Hay un anhelo de autenticidad en la oración, que lleva a superar las prácticas y piedades, para llegar al encuentro con el Señor. Se dedica tiempo a preparar los encuentros comunitarios de oración. La eucaristía comunitaria ha perdido ritualismo rutinario, y se ha convertido más en vivencia del encuentro con Jesús. Muchas comunidades dan testimonio de la práctica periódica de un día de retiro para estar a solas con el Señor y celebrarlo en comunidad, alimentando así la propia consagración. La vida religiosa está descubriendo en la vida cotidiana el encuentro con Jesucristo, como la razón de ser de su vida. Un encuentro que alimenta el encuentro con los hermanes. Con sencillez y profundidad, cuántas religiosas y religiosos se sienten y se sientan hoy a solas con el Señor, cerca de los hermanos, para alimentar el encuentro. Es la mística y la profecía: las dos claves hoy de !a CLAR como síntesis del dinamismo a seguir para la vida consagrada. 56 LA FORMACIÓN DE LOS HERMANOS DE SAN JUAN DE DIOS EN AMÉRICA 5. Práctica de la Lectio Divina La presencia de la vida religiosa en pequeñas comunidades de base ha servido también para contagiarse en la práctica de la lectura orante de la Biblia. Las comunidades de base nos están ayudando a sacar la Palabra de Dios del templo y la liturgia, y meterla en la vida cotidiana. Muchas comunidades religiosas están recuperando la práctica de la lectio divina, y hacen el discernimiento comunitario a partir de la Palabra. Hoy descubrimos el encuentro con el Señor en su Palabra y en los pobres. Las dos muletas de nuestra transformación. La Palabra de Dios tiene una fuerza transformadora. Si nos dejamos tocar por ella, nos transformaremos, e iremos al mundo de les pobres. La lectura orante de la Biblia refuerza los dos dinamismos del corazón de la vida religiosa: Diástole, éxodo a la periferia, al mundo de los pobres: el lugar del cuerpo histórico de Jesús. Y sístole, regreso desde la periferia a la comunidad, transformada en el cuerpo místico de Cristo, con fuerza para construir su Reino. La transformación de la vida religiosa se da sólo al cultivar el encuentro con Cristo en su Palabra y en los pobres. Dar vida desde la Palabra a quienes no tienen vida. Cuántos testimonios de vida religiosa sencilla avalan en la práctica cotidiana una espiritualidad encarnada y liberadora que brota de la Palabra de Dios y el contacto con los pobres. 6. Aprendiendo a ubicarnos como religiosos en la sociedad actual Un macrodesafío: Ubicarnos como religiosos en la sociedad de hoy. Es un proceso, y lo importante en los procesos vitales es el dinamismo del progreso. Queremos situarnos en la sociedad con la mirada puesta en Jesús, en su proyecto, el Reino y sus urgencias. Asumimos las claves que descubrimos en la práctica de Jesús: Lo humano: Deseamos hacernos más humanos. Tenemos un mensaje de humanidad, como arte y espiritualidad, sabiduría de la vida. De ahí el interés y esfuerzo por conocer los anhelos y espe ACOGIENDO LOS NUEVOS SIGNOS... 57 ranzas de los hombres y mujeres de hoy, para llegar a ellos con un mensaje de humanidad creciente. Contacto con lo divino: El religioso, con los pies en la tierra y los ojos en el cielo, desea llegar a Dios. Se trata de ser especialistas en lo nuestro: no en tareas, sino en talante. Hombres y mujeres que pasan por la vida buscando a Dios. Ser testigos, más que maestros. Testigo es el que habla de lo que ha visto y oído. De ahí que los religiosos se sienten a los pies del Señor para ver y oír, y poder ser testigos ante tantos seres humanos abiertos a la misma búsqueda de Dios. Los débiles, urgencia del Reino: La pasión del religioso por Dios deriva en compasión por los que sufren. La gloria de Dios es que el hombre viva. Dios quiere la vida en cantidad y la vida en calidad. Jesús sana a los enfermos, alimenta a los hambrientos, resucita a los muertos. Busca la vida del perdón, la amistad, la alegría compartida, la libertad profunda, el amor total: participación en la vida de Dios. Nos sentimos fortalecidos en la práctica de formación permanente, para superar la rutina, el estancamiento, la mediocridad, con las herramientas necesarias para responder mejor al deseo de situarnos como religiosos en la sociedad actual. Hoy se multiplican las instancias de formación permanente intercongregacionales o al interior de cada familia religiosa. 7. Redescubrir y alimentar la pasión por la misión Vida religiosa... Hombres y mujeres de esperanza activa en la construcción de un mundo más justo, reconociendo el don de Dios en la vocación a la misión, para que vayamos haciendo de este mundo el Reino de Dios. La vida religiosa acoge hoy el Documento de Aparecida, que nos ayuda a encontrarnos con la misión. Discípulos y misioneros: Discípulo es el que prolonga la misión. El contenido de la misión es Jesucristo, su proyecto, el Reino... vida para todos: "He venido para que tengan viva y la rengan en abundancia " (Jn. 10, 10). La 58 LA FORMACIÓN DE LOS HERMANOS DE SAN JUAN DE DIOS EN AMÉRICA razón de ser de nuestra misión son los otros, la vida, su calidad, no tanto la verdad. Misión al servicio del Reino, al servicio de la vida de los pobres. Nuestro estilo de vida es un proyecto de pasos hacia Jerusalén, la entrega total. La misión de la vida consagrada se sintetiza en aproximación samaritana y presencia profética en la vida de tantos testigos que encarnan una apasionada generosidad en el servicio y la entrega. La misión aparece hoy como diálogo, que busca el encuentro, para hacer posible la comunión. Diálogo con los lejanos, los diferentes. Queremos ir al encuentro, acercarnos al otro, no para convencerlo o conquistarlo, sino con respeto y humildad para escucharlo, dialogar y enriquecernos mutuamente. El diferente como destinatario de la misión será distinto en cada contexto humano: Para el rico el diferente es el pobre; para el creyente, el indiferente; para el católico, el evangélico; para el cristiano, el musulmán; para el occidental, el indígena... Pero no dialogamos desde una postura neutral sino desde la propia identidad. Al dialogar con el diferente estamos fortaleciendo nuestra identidad. Concebimos, por tanto, la misión no como extensión sino como comunicación y enriquecimiento mutuo. Todos somos mensajeros y destinatarios de la buena noticia. El misionero misiona en la medida en que es misionado. En la práctica estamos corrigiendo el concepto unidireccional de misión. 8. El carisma congregacional... Con puertas abiertas a los laicos En las últimas décadas las congregaciones religiosas han hecho un esfuerzo por conocer mejor y revitalizar la figura de sus fundadores y adaptar sus carismas a la sociedad en que vivimos. Un dinamismo muy enriquecedor en el fortalecimiento de la propia identidad congregacional. Cada familia religiosa conoce hoy mejor sus orígenes, valora más a sus fundadores y se identifica más decididamente con el propio carisma. Nuestras congregaciones saben mejor lo que son e intentan responder a ello en vida y obras. Hemos reforzado la propia identidad. Se trata de un proceso abierto, ya que tene- ACOGIENDO LOS NUEVOS SIGNOS... 59 mos el peligro de pasar la vida en función de nosotros mismos y olvidarnos del Reino y sus urgencias. Cada carisma es don del Espíritu a la Iglesia, y es bueno compartirlo con los laicos. Lo que se comparte se enriquece y enriquece. Hemos enriquecido nuestros carismas y la vida religiosa se enriquece en la apertura a los laicos, participando más activamente en la vida común del pueblo de Dios. Con ellos compartimos espiritualidad y misión, considerándolos no sólo como colaboradores, sino como socios en la vida y misión de la comunidad religiosa. Algunas familias religiosas han hecho un camino más significativo, llegando a hacer partícipes a los laicos en asambleas y estructuras de gobierno. Un proceso sin retorno que caracteriza cada vez más nítidamente a la vida consagrada del continente. 9. Simplicidad para una vida fraterna La experiencia de vida comunitaria, basada en relaciones fraternales, supone un grito vital ante todo en los religiosos jóvenes del continente. Hoy se opta por comunidades pequeñas, con el denominador común de la simplicidad en las formas de vida, en sus estructuras al servicio de la fraternidad, prácticas de un gobierno corresponsable y circular; austeridad y apertura a los laicos. Además, aparecen signos de distintas formas de vida comunitaria: entre hombres y mujeres, personas de diferentes familias religiosas, célibes con laicos casados... Se pone de relieve el valor de la comunidadlaboratorio. Son pequeñas células vivas en el pueblo de Dios que están ensayando otro estilo de vida. Por otra parte, la vida religiosa tiene una voz profética al interior de la comunidad cristiana. Está demandando una nueva eclesiaIidad, a partir de la propia experiencia de vida comunitaria, y presiona por prácticas que respondan a un gobierno circular en la Iglesia, urgiendo en ello la participación de la mujer. A veces hay que contar con el sufrimiento que implica la incomprensión de ciertos estratos eclesiales. 60 LA FORMACIÓN DE LOS HERMANOS DE SAN JUAN DE DIOS EN AMÉRICA Conclusión: Llamados a hacer real nuestra nostalgia de futuro Estos signos de esperanza descritos someramente suponen una reserva de cálida biosfera en el contexto de nuestra vida religiosa. Son una carga de energía creadora que nos lleva a la convicción de que el henchido sueño de la vida consagrada cuenta hoy con las mejores posibilidades de realización. De ahí que optemos por la poda, y no por la tala, para ver crecer el retoño. Se trata de cultivar y construir retoños de vida, sabiendo que construir significa hacer real nuestra nostalgia de futuro. "Brotará un renuevo del tronco de Jesé" (Is. 11, 1-10). Es posible la renovación porque los vientos del Espíritu soplan sobre un viejo tronco que florece. Sucedió en Israel, y sucede hoy con el tronco envejecido de la vida religiosa. Los vientos del Espíritu siguen soplando con fuerza y dinamismo. En el quehacer de cada día, marcado por el dolor y la alegría, nos sentimos invitados, junto a la cruz, a sufrir y contemplar en la esperanza que prosigue en espera del parto de lo nuevo. Ante el rumbo de esos signos de esperanza reafirmamos nuestra fe en la acción fecunda del Espíritu, que actúa por medio de las religiosas y religiosos inquietos, activos, entusiastas, centinelas de esperanza. ACOGIENDO LOS NUEVOS SIGNOS... 61 62 LA FORMACIÓN DE LOS HERMANOS DE SAN JUAN DE DIOS EN AMÉRICA ÍNDICE PRESENTACIÓN 3 CRITERIOS GENERALES 7 PASTORAL VOCACIONAL 10 NATURALEZA 10 DESTINATARIOS 10 OBJETIVO GENERAL 11 OBJETIVOS ESPECÍFICOS 11 MEDIOS PARA DAR A CONOCER EL CARISMA DE LA ORDEN 11 MEDIOS PARA EL ACOMPAÑAMIENTO VOCACIONAL 12 CRITERIOS DE ADMISIÓN PARA EL ASPIRANTADO 13 ASPIRANTADO 14 NATURALEZA 14 OBJETIVO GENERAL 14 OBJETIVOS ESPECÍFICOS 15 ÍNDICE 63 MEDIOS 15 CONTENIDOS 16 CRITERIOS DE ADMISIÓN AL POSTULANTADO 16 POSTULANTADO DESAFÍOS 18 NATURALEZA 18 OBJETIVO GENERAL 19 OBJETIVOS ESPECÍFICOS 20 MEDIOS PARA EL ACOMPAÑAMIENTO 20 CONTENIDOS 22 CRITERIOS PARA PASAR AL NOVICIADO 23 NOVICIADO 25 NATURALEZA 25 OBJETIVO GENERAL 25 OBJETIVOS ESPECÍFICOS 26 CONTENIDOS 29 CRITERIOS PARA LA PROFESIÓN SIMPLE 31 ESCOLASTICADO 64 18 33 DESAFÍOS 33 NATURALEZA 33 OBJETIVO GENERAL 35 OBJETIVOS ESPECÍFICOS 35 MEDIOS 36 CONTENIDOS 38 CRITERIOS PARA LA PROFESIÓN SOLEMNE 38 LA FORMACIÓN DE LOS HERMANOS DE SAN JUAN DE DIOS EN AMÉRICA FORMACIÓN CONTINUADA 40 NATURALEZA 40 OBJETIVO GENERAL 41 OBJETIVOS ESPECÍFICOS 42 MEDIOS Y CONTENIDOS 43 ORGANIZACIÓN DE LA FORMACIÓN PERMANENTE 44 FORMACIÓN DE FORMADORES 45 NATURALEZA 45 OBJETIVO GENERAL 46 MEDIOS Y CONTENIDOS 47 Acogiendo los nuevos signos de esperanza de la vida religiosa 49 Introducción 49 I. Crisis de orientación 50 II. La vida religiosa ... se va cargando de potencia creadora 52 III. Con voluntad de vivir para dar vida: Signos de esperanza 53 Conclusión: Llamados a hacer real nuestra nostalgia de futuro 61 ÍNDICE 65