60-2007 - Ministerio Público

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60
MINISTERIO PÚBLICO DE COSTA RICA
2007
Tema
Falta de Fundamentación por Preterición de Prueba Esencial- Incomparecencia.
Sumario
FALTA DE FUNDAMENTACIÓN POR PRETERICIÓN DE PRUEBA ESENCIAL. Es el Tribunal y no la parte,
el obligado a hacer comparecer al testigo debidamente citado, contando para ello con el auxilio de la fuerza
pública y la parte que ofrece la prueba, lo que debe hacer es colaborar.
INCOMPARECENCIA. El artículo 353 del Código Procesal Penal, dispone: “Cuando el perito o testigo, oportunamente citado, no haya comparecido, quien preside ordenará que sea conducido por medio de la fuerza
pública y solicitará a quien lo propuso que colabore con la diligencia… Si el testigo no puede ser localizado
para su conducción por la fuerza pública, el juicio continuará con prescindencia de esa prueba.”.
Acorde con el contenido de la norma, no es posible obviar que; 1. Es el Tribunal y no la parte, el obligado a
hacer comparecer al testigo debidamente citado, contando para ello con el auxilio de la fuerza pública y 2. La
parte que ofrece la prueba, lo que debe hacer es colaborar.
En el caso en estudio, el Tribunal advirtió que era obligación del órgano acusador hacer comparecer al testigo, negándose recibir el testigo debidamente admitido: en la pieza acusatoria y en el juicio oral y público.
Asimismo, actúo de oficio y sin preguntarle al Ministerio Público, la ubicación del testigo ósi iba a prescindir
del mismo. Justificando su proceder, invocando las siguientes condiciones; que se trataba de una causa de
reo preso, y señalando la necesidad de terminar el debate que todavía no había sido cerrado. Situaciones
que en nada se hubieran visto afectadas con la recepción ese mismo día y de seguido de la deposición del
perjudicado.
Por otra parte, la colaboración del órgano acusador, fue evidente dada la orden de comparecencia, así como
su comunicación constante con la Oficina de Localizaciones y Citaciones, que al haber logrado ubicar al
testigo hizo innecesario el tener que acudir al auxilio de la fuerza pública como
último recurso. De lo anteriormente señalado, se infiere que, los juzgadores prescindieron sin justificación
válida de la declaración de la víctima, prueba esencial que estuvo a su alcance, esencial en razón de que el
Tribunal en su resolución indicó respecto a los hechos acusados que sólo contó con prueba documental y
que no fue posible arribar al juicio de certeza por la ausencia total de prueba testimonial.
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SALA TERCERA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las nueve horas diez minutos del diecinueve de enero de dos mil siete. EXP.00-000054-0647-PE. VOTO-00004-2007
Trascripción en lo conducente
válida de la declaración de la víctima, prueba que
estuvo a su alcance y que resultaba esencial en este
caso –como se reconoce en el fallo– por cuanto la
prueba documental solo da cuenta de la detención del
encartado.
Informa el Magistrado Chinchilla Sandí; y, Considerando: I.- Recurso de casación interpuesto por la
licenciada Martha Brenes Montenegro, en representación del Ministerio Público, contra la sentencia del
Tribunal Penal del Primer Circuito Judicial de San
José, # 586-2006, de 15:35 horas del 23 de junio de
2006. Motivo por la forma: Como único extremo y en
cuanto se refiere a la absolutoria dispuesta por el delito
de robo agravado, aduce el impugnante falta de fundamentación por preterición de prueba esencial. Señala que la declaración del ofendido Oviedo Arce fue
ofrecida en la pieza acusatoria y admitida como prueba
testimonial para el juicio oral y público, por ello fue
citado en su domicilio, no obstante no compareció a la
audiencia, razón que motivó la suspensión del juicio y
se fijó una nueva continuación para las 14:00 horas del
23 de junio de 2006, ante ello el Ministerio Público
expidió la orden de presentación correspondiente (ver
folio 386 del legajo de investigación), ya que el Tribunal advirtió que era obligación del ente acusador hacer
comparecer al testigo. La continuación del debate
programado para las 14:00 horas dio inicio a las 14:30
horas por cuanto uno de los jueces se encontraba
celebrando otro juicio, y durante la espera el presidente del Tribunal señaló que si para el momento en que
llegara el imputado no estaba presente el testigo iba a
prescindir de su declaración, para ese momento la
oficina de Citaciones y Localizaciones de Hatillo había
informado que el testigo había sido ubicado y que
sufrieron un atraso en su traslado por no contar con un
vehículo, por ello tuvieron que esperar uno de la oficina de Pavas y ya se encontraban de camino, lo que se
puso en conocimiento del Tribunal. No obstante lo
expuesto, una vez que el acusado llegó a la Sala de
Juicio, el Tribunal de oficio y sin preguntar sobre la
ubicación del testigo o preguntarle al Ministerio Público
si iba a prescindir de él, dispuso prescindir del mismo.
Ante esa situación se presentó el recurso de revocatoria que fue rechazado y la reserva de casación, ordenando los juzgadores que se emitieran las conclusiones. Cabe agregar que cuando el Tribunal prescinde
del testigo, no se contaba materialmente con la respuesta de la orden de presentación que señalara que
el testigo no había sido ubicado. Ahora bien, cuando
solo habían transcurrido siete minutos del inicio de la
audiencia y la representante del Ministerio Público
estaba concluyendo se hizo presente el ofendido Álvaro Oviedo Arce, circunstancia que se comunicó al
Tribunal, quien por intermedio de su presidente señaló
que no se podía interrumpir el transcurso del debate y
ordenó que continuara con las conclusiones. Así las
cosas, los juzgadores prescindieron sin justificación
II.- El reclamo es de recibo: Según se aprecia de los
antecedentes del caso, al momento de formular la
acusación y solicitar la apertura a juicio, el Ministerio
Público ofreció la declaración del ofendido Álvaro
Oviedo Arce (ver folio 49), de igual forma durante la
audiencia preliminar, ofreció esa misma prueba, la que
fue aceptada por el Juez de la etapa intermedia al
ordenar la apertura a juicio (ver folios 297 a 304).
Ahora bien, el debate en la presente causa, se fijó para
las dos audiencias del 19 de junio de 2006 (folio 313),
dando inicio a las 8:45 horas del citado 19, oportunidad
en que el ofendido no se hizo presente, y en la segunda audiencia la fiscal al ser preguntada al respecto
informó: “…que llamó a la casa de don Álvaro y le
dijeron que venía para acá. TRIBUNAL: El ofendido se
comprometió a estar a la una de la tarde y el tribunal
no puede esperar más… El Presidente del Tribunal le
manifiesta a la Representante del Ministerio Público
que va a suspender para hacer que la fiscal presente
al ofendido, en el entendido que el ofendido debe estar
en la sala a las catorce horas caso contrario se prescindirá de su testimonio…” (folios 381 y 382). Según
consta de la escucha de los casetes, el presidente del
Tribunal señaló: “El Tribunal entonces dispone que, el
ofendido licenciada sea contactado para el viernes, en
la medida de sus posibilidades verdad, dado pues que
se va de cualquier manera a ordenar la continuación
para el próximo viernes 23 de junio a las dos de la
tarde…, les informo dado que se ha ordenado la reposición, la reposición implica el aportar las copias que
tengan los sujetos procesales en relación con lo que
se está ordenando reponer y lo que se constate el
extravío, que sería el legajo de acción civil… e igualmente lo relativo a la medida cautelar…” (Casete # 2,
lado A). Al momento de la continuación programada
para las 14:30 horas del 23 de junio de 2006, se observa en el acta de debate que:“…Se le pregunta a la
representante del Ministerio Público sobre la localización del testigo Álvaro Oviedo Arce y manifiesta que
aún no ha llegado pero se llamó a la unidad de localizaciones de donde se le indicó que ya habían salido
para acá, TRIBUNAL: La continuación estaba programada para las dos de la tarde, son las catorce horas
treinta minutos, se dijo en la audiencia anterior que el
testigo estaría acá a la hora fijada, se indicó que caso
contrario se prescindiría de su testimonio por lo que la
FISCAL: manifiesta que llamó a la casa de don Álvaro
y le dijeron que venía para acá,. TRIBUNAL: Se procede a prescindir de sus testimonio…” (folio 383), contra
2
y esto es así porque lamentablemente en los últimos
tiempos, la continuidad como regla ha perdido vigencia
por la incomparecencia de testigos que no son ubicados ni hechos llegar por los interesados. En el presente asunto, la orden de presentación emitida por el
Ministerio Público indicaba su cumplimiento para las
trece horas del veintitrés de junio, por lo que al ser las
catorce horas con treinta minutos, se decidió prescindir
del testimonio a partir de la autorización legal de la
norma citada.” (folios 399 y 400). En primer lugar, se
debe aclarar como el artículo 353 del Código Procesal
Penal al que hacen referencia los juzgadores, dispone:
“Cuando el perito o testigo, oportunamente citado, no
haya comparecido, quien preside ordenará que sea
conducido por medio de la fuerza pública y solicitará a quien lo propuso que colabore con la diligencia…
Si el testigo no puede ser localizado para su conducción por la fuerza pública, el juicio continuará
con prescindencia de esa prueba.”. Acorde con el
contenido de la norma, no es posible obviar que el
Tribunal y no la parte, es el obligado a hacer comparecer al testigo debidamente citado, contando para ello
con el auxilio de la fuerza pública y no como se interpreta al atribuir ese deber exclusivamente a la parte
que ofrece la prueba, quien lo que debe hacer es
colaborar, lo que en este caso fue evidente dada la
orden de comparecencia expedida por la funcionaria
del Ministerio Público, así como su comunicación
constante con la Oficina de Localizaciones y Citaciones, que al haber logrado ubicar al testigo hizo innecesario el tener que acudir a la fuerza pública como
último recurso. Por otra parte, los aspectos con los que
pretende justificar el Tribunal su proceder no son atendibles. En efecto, aduciendo que se trataba de una
causa con reo preso, se negó a recibir al testigo debidamente admitido (quien si bien en forma tardía, sí se
hizo presente a la audiencia), señalando la necesidad
de terminar el debate que todavía no había sido cerrado, situaciones que en nada se hubieran visto afectadas con la recepción ese mismo día y de seguido de la
deposición del perjudicado, por cuya ausencia justifican los juzgadores el dictado de la sentencia absolutoria. Acorde con lo expuesto, se declara con lugar el
recurso interpuesto. Se anulan la sentencia y el debate
que le precedió, únicamente en lo que atañe al delito
de robo agravado cometido en perjuicio de Álvaro
Oviedo Arce, permaneciendo incólume en todo lo
demás y se ordena el reenvío del asunto al Tribunal de
origen, para que proceda conforme a derecho corresponde.
lo resuelto se planteó revocatoria que fue rechazada y
se formuló la reserva de casación. De seguido, se
entró a la etapa de conclusiones y se le da la palabra a
la representante del Ministerio Público, para que concluya y “…Al ser las catorce horas treinta y siete minutos llega un citador y le entrega a la Fiscal un papel, la
fiscal le solicita al Presidente le permita ir a hablar con
él, Presidente del Tribunal le manifiesta que no, que
debe seguir adelante con sus conclusiones…” (folio
384). De la grabación de la audiencia se observa que
al estar emitiendo las conclusiones la fiscal, señaló:
“…Señor Presidente disculpe un momento pero es que
creo que llegó el testigo, entonces nada más… [Tribunal: Si pero tenemos que continuar adelante] Fiscal: Si
pero nada más les solicitó que se haga también la
aclaración de la hora en que el testigo se presentó a la
Sala [Tribunal: No sabemos si es el testigo licenciada,
luego lo veremos usted debe continuar con la ejecución de las conclusiones, si es un asunto de presentación, luego usted nos puede aportar el documento si
es del caso, son las catorce y treinta y siete minutos]”
(casete # 3, lado B). III.- Ahora bien, el Tribunal en la
resolución recurrida señaló: “…En lo referente a los
hechos acusados como cometidos en perjuicio de
ALVARO OVIEDO ARCE, el Tribunal solamente cuenta con prueba documental y…, no es posible arribar al
juicio de certeza por la ausencia de prueba testimonial
al respecto, ya que el informe policial, de folios uno y
dos únicamente da cuenta de la detención del imputado, pero hay una ausencia total de prueba testimonial,… En el presente asunto, la audiencia del debate,
en donde había un sujeto privado de su libertad se
señaló para el día diecinueve de junio de dos mil seis y
el ofendido fue debidamente citado en la dirección que
el Ministerio Público indicó, según constancia a folios
345 y 346. Sin embargo, por razones desconocidas, y
pese a la cita, el ofendido no se hizo presente ni en la
mañana ni tampoco en la tarde de ese día, pese a que
se le esperó, por lo que se programó la continuación
para el día veintitrés de junio a las catorce horas, con
la advertencia al Ministerio Público, que se comprometió a presentar al testigo, que si a la hora de la continuación, el testigo no estaba presente, se procedería a
prescindir de su testimonio, por lo que el día mencionado al ser las catorce horas con treinta minutos y
pese a que se había ordenado la presentación del
testigo, según folio 386 y al retraso de media hora en
el traslado del imputado de las celdas a la sala, el
ofendido no se había hecho presente, por lo que de
conformidad con lo que dispone el artículo 353 del
Código Procesal Penal, en su párrafo final, se procedió a prescindir de su testimonio. En este sentido
conviene aclarar que máxime en los casos en donde
hay una persona detenida, deben extremarse los esfuerzos para hacer llegar al debate en el momento
designado para el contradictorio, los testigos admitidos, puesto que como bien lo expresó la señora defensora, está de por medio el derecho del imputado a
obtener la solución del asunto, en el día que se señaló,
IV.- Recurso incoado por la licenciada Seyla Meza
Pérez, defensora pública de Luis Manuel Chavarría
Torres. Motivo por la forma: En cuanto se refiere a la
condenatoria por el delito de robo simple con violencia
sobre las personas en daño de Durman Eliécer Sequeira Malespín, reclama inobservancia de las reglas
de la sana crítica en la valoración de la prueba, por
cuanto el Tribunal tuvo por acreditado que el desapo-
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día el 01 de diciembre de 2000 (folio 73); 5) El 14 de
junio de 2001 se presentó el imputado y se le actualizó
el domicilio; sin embargo no se aprecia la resolución
que ordenó levantar la rebeldía (folio 81); 6) El 12 de
febrero de 2002 aparece detenido (folios 79 frente y 80
vuelto); 7) En fecha 23 de setiembre de 2002 se presentó y actualizó el domicilio, levantándose la rebeldía
el mismo día (folios 86 y 88); 7) En una tercera ocasión, el 2 de junio de 2003 se decretó la rebeldía (folio
109); 8) El 11 de enero de 2005 la Sección de capturas
del Organismo de Investigación Judicial comunicó la
detención del encartado (ver folio 113), sin que se
haya resuelto la situación jurídica del encartado; 9) El
31 de mayo de 2005 se ordenó la captura en virtud de
la rebeldía dispuesta el 2 de junio de 2003 (folio 123);
10) El 10 de noviembre de 2005, se presenta el imputado y actualiza el domicilio, sin que se dicte la orden
levantando la rebeldía (folio 129). Acorde con lo antes
expuesto, entre la primera declaración del acusado y el
dictado de la primera rebeldía el 23 de agosto de 2000
transcurrió un total de 3 meses y 10 días, a lo que se le
debe sumar 2 meses y 19 días que transcurrieron del
11 de setiembre de 2000 al 01 de diciembre del mismo
año (cuando se dictó la segunda rebeldía), para un
total de 5 meses y 29 días. Posteriormente, se da la
particularidad de que el 14 de junio de 2001 el acusado se presentó al despacho y actualizó su domicilio,
ordenándose su libertad (folio 84), y omitiendo el juzgador dictar la resolución que levantaba la rebeldía,
ausencia de materialización que no significa que la
declaratoria de rebeldía y con ello su incidencia sobre
la prescripción no hubiese cesado desde esa comparecencia. Sobre esa base la prescripción volvió a correr un año, once meses y dieciocho días entre el 14
de junio de 2001 hasta el 2 de junio de 2003, lo que
sumado al tiempo que ya había transcurrido de cinco
meses y veintinueve días, da un gran total de 2 años, 5
meses y diecisiete días. Lo anterior significa que la
acción penal prescribió desde el 15 de diciembre de
2003, ya que en este caso los actos que se produjeron
solo suspendieron la prescripción y no se dio ninguna
causal de interrupción del plazo. Así las cosas, de
oficio procede casar parcialmente el fallo de mérito,
solo en cuanto declaró a Luis Manuel Chavarría Torres
autor responsable del delito de lesiones leves. En su
lugar, se declara prescrita la acción penal de dicha
delincuencia y se absuelve al justiciable en cuanto a
ella. En razón de lo dispuesto, apreciándose que el
Tribunal señaló que por las lesiones leves disponía
aumentar en un año el extremo menor de la sanción
por el delito de robo simple con violencia sobre las
personas en daño de Paulo Sandino Rodríguez (folio
403), se mantiene la pena de tres años de prisión que
se le impuso en virtud de ese hecho y sus consecuencias. En todo lo demás se mantiene incólume lo resuelto.
deramiento se llevó a cabo mediante la acción de
empujar y la calificó como agravada; sin embargo, el
ofendido Sequeira Malespín ni la testigo Gaudy Chávez Ramírez, refirieron haber sido empujados, de
manera que los juzgadores no realizan una válida
operación lógica de derivación a partir de esos testimonios y en su lugar inventan acciones que los testigos no refirieron haber experimentado. El reclamo no
resulta de recibo: Si bien es cierto, según consta en
el contenido de la sentencia así como de la escucha
de los casetes, el ofendido Durman Eliécer Sequeira
Malespín no utilizó concretamente la expresión empujar al referirse a la mecánica utilizada en la sustracción,
contrario a lo esgrimido por la recurrente, la testigo
Gaudy Chávez Ramírez al deponer en la audiencia, en
lo conducente y según consta en la grabación de la
audiencia oral, indicó: “[¿Dónde llevaba su novio el
celular?] ...[¿Cómo lo llevaba?] Con la prensita que
tiene el teléfono lo llevaba prensado en la pretina del
pantalón y tapado con la camiseta. [¿Cómo hicieron
para robárselo?] Ellos…bueno el que estaba a la par
mía me empujó, o sea me presionó hacia mi novio
y el otro presionó a mi novio hacia mi, como que
nos estrujaron entre los dos”. (casete # 1, lado B). Así
las cosas, de la escucha de los casetes se extrae, que
la testigo Chávez Ramírez señaló expresa y claramente cómo la dinámica mediante la cual los sujetos lograron despojar de su teléfono celular a la persona que la
acompañaba, contempló el empujarlos uno contra el
otro, de ahí que la acción de empujar tenida por demostrada por el Tribunal fue válida y perfectamente
derivada de dicha manifestación. Por lo expuesto, se
declara sin lugar el reclamo. V.- En relación con la
condenatoria por el delito de robo simple con violencia
sobre las personas y lesiones leves en concurso ideal,
cometidos en perjuicio de Paulo Sandino Rodríguez,
de oficio observa esta Sala que en cuanto se refiere al
delito de lesiones leves, la acción penal se encuentra
prescrita. El artículo 125 del Código Penal aplicado en
el fallo de mérito, sanciona el delito que se comenta
con una pena máxima privativa de libertad de un año,
por lo que conforme con lo dispuesto en el artículo 31
inciso a) del Código Procesal Penal, el delito en principio prescribiría en tres años. Antecedentes del caso:
1) La primera imputación formal al justiciable (ocurrida
el 12 de abril de 2000, ver folio 3) tuvo el efecto de
reducir el plazo de la prescripción a dieciocho meses,
los que se cumplirían en principio del día 12 de octubre
de 2001; 2) Según consta a folio 55, el 13 de junio de
2000 se convocó a la audiencia preliminar, por ello no
le resulta aplicable la reforma dispuesta del artículo 33
del Código Procesal Penal dictada con posterioridad el
21 de noviembre de 2001; 3) El 23 de agosto de 2000,
habiendo transcurrido 3 meses y 10 días de la prescripción, se suspendió al decretarse por primera vez
la rebeldía del imputado, la que se revocó el 11 de
setiembre de 2000 (ver folios 62 y 65); 4) La prescripción volvió a correr cuando había transcurrido un total
de 5 meses y 29 días, se decretó una segunda rebel-
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VI.- En virtud de lo resuelto en el Considerando anterior, deviene innecesario emitir pronunciamiento en
cuanto al segundo motivo por la forma del recurso de
la defensa. Ello obedece a que mediante dicho alegato
se pretende la anulación del fallo impugnado alegando
la errónea aplicación de los numerales 21, 75, 125 y
212 inciso 3) del Código Penal, y 42 de la Constitución
Política, por cuanto el Tribunal consideró que la conducta ejecutada por el encartado constituyó una única
acción en sentido jurídico; sin embargo, estimó que
con ella se configuró el delito de robo simple con violencia sobre las personas y lesiones leves, pese a que
la modalidad agravada del delito de robo simple no
distingue entre los diversos grados de violencia o entre
diversos resultados lesivos en el cuerpo del ofendido.
La circunstancia de que producto de la conducta ejecutada por el encartado, el ofendido haya sido incapacitado por una semana, carece de toda relevancia a los
efectos de la calificación jurídica. El Tribunal realizó
dos juicios de valor respecto la violencia sobre las
personas ejercida por el acusado, toda vez que la
totalidad de su comportamiento encuadra en el delito
de robo simple con violencia sobre las personas. Sin
embargo, ya se indicó en esta sentencia que la acción
penal en cuanto al delito de lesiones leves se encuentra prescrita y por ello se sobreseyó al imputado Chavarría Torres. De allí que carezca de interés resolver el
aspecto alegado. VII.- Debido a que el fallo ha adquirido firmeza en lo que respecta a la condena por los dos
delitos de robo simple con violencia sobre las personas
en perjuicio de DUNCAN ELIÉCER SEQUEIRA MALESPIN y PAULO SANDINO RODRIGUEZ, por los
que se le impuso tres años de prisión respectivamente
(según se corrigió en cuanto al segundo hecho en el
considerando que antecede), para un total de SEIS
AÑOS DE PRISIÓN, se torna innecesario prorrogar la
medida cautelar dispuesta en relación con el acriminado.
la que se le impuso la pena de tres años de prisión,
por lo que se torna innecesario prorrogar la medida
cautelar que se había dispuesto. Se declara sin lugar
el primer extremo del recurso interpuesto por la defensa, por innecesario se omite pronunciamiento en cuanto al segundo alegato. NOTIFÍQUESE.- SALA TERCERA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San
José, a las nueve horas diez minutos del diecinueve de
1
enero de dos mil siete. José Manuel Arroyo G . Jesús
Alb. Ramírez Q. Magda Pereira V. Carlos Chinchilla S.
Ana Eugenia Sáenz F.
Por Tanto: Se declara con lugar el recurso de casación formulado por la representante del Ministerio
Público. Se anulan la sentencia y el debate que le
precedió, únicamente en lo que atañe a la absolutoria
por el delito de robo agravado cometido en perjuicio de
Álvaro Oviedo Arce, permaneciendo incólume en todo
lo demás y se ordena el reenvío del asunto al Tribunal
de origen, para que proceda conforme a derecho corresponde. De oficio, se casa parcialmente el fallo de
mérito, solo en cuanto declaró a Luis Manuel Chavarría
Torres autor responsable del delito de lesiones leves
en perjuicio de Paulo Sandino Rodríguez y aumento en
un año el extremo menor de la sanción impuesta por el
delito de robo simple con violencia sobre las personas.
En su lugar, se declara prescrita la acción penal de
dicha delincuencia y se absuelve al justiciable respecto
de ella. Permanece invariable la sentencia en todo
lo demás, particularmente en cuanto se refiere a la
condenatoria por el delito de robo simple con violencia
sobre las personas en daño de Sandino Rodríguez, en
1
Nota del Magistrado Arroyo Gutiérrez. Reiteradamente he
afirmado, en nuestras resoluciones que antes de la reforma efectuada al artículo 33 del Código Procesal Penal mediante Ley N°8146 de
30 de octubre de 2001, publicada en La Gaceta N°227 de 26 de
noviembre de 2001, la primera imputación formal de los hechos al
encausado la constituía la notificación de la convocatoria para
realizar por primera vez la audiencia preliminar. Sin embargo, la
indicación que se hace en otro sentido en el presente fallo (considerando quinto), no incide para nada en el fondo de la decisión, por lo
que, pese a lo indicado, no tengo reparo alguno en suscribir lo que
aquí se resuelve. José Manuel Arroyo G.
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