Este número de Acta Bioethica se publica en 2009 con un aporte adicional de CONICYT Chile, concedido por concurso del Fondo de Publicación de Revistas Científicas 2008 ACTA 2 2009.indd 131 3/11/09 07:32:38 ACTA 2 2009.indd 132 3/11/09 07:32:38 S A LU T E N VI MU ND I PR O O Acta Bioethica (Continuación de Cuadernos del Programa Regional de Bioética OPS/OMS) Año XV – N° 2 - 2009 ISSN 0717 - 5906 Indizada en Science Citation Index (SCI), Lilacs, SciELO y Latindex Director Fernando Lolas Stepke Editor Álvaro Quezada Sepúlveda Publicaciones Francisco León Correa Editor Invitado Luis Risco Revisión Marta Glukman Salita Diagramación Fabiola Hurtado Céspedes Consejo Asesor Internacional José Acosta Sariego Profesor Titular, Universidad Médica de La Habana. Coordinador Académico de la Maestría de Bioética, Universidad de La Habana. Roberto Llanos Zuloaga Presidente de la Asociación Peruana de Bioética. Presidente del Comité de Salud Mental de la Academia Peruana de Salud, Lima, Perú. Salvador Darío Bergel Profesor de la cátedra UNESCO de Bioética, Universidad de Buenos Aires, Argentina. José Alberto Mainetti Campoamor Director del Instituto de Humanidades Médicas de la Fundación Dr. José María Mainetti, La Plata, Argentina. Gabriel D’ Empaire Yáñez Jefe de Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de Clínicas, Caracas, Venezuela. Victoria Navarrete Cruz Coordinadora del Centro de Investigaciones en Bioética, Universidad de Guanajuato, México. José Geraldo De Freitas Drumond Profesor Titular de Bioética y Ética Médica de la Universidade Estadual de Montes Claros, Minas Gerais, Brasil. Delia Outomuro Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, Argentina. Dafna Feinholz Directora Ejecutiva de la Comisión Nacional de Bioética, México. Alberto Perales Cabrera Director del Instituto de Ética en Salud, Facultad de Medicina, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, Perú. Marta Fracapani Cuenca de Cuitiño Profesora Asociada Área de Pediatría, Facultad de Ciencias Médicas, Universidad Nacional de Cuyo, Argentina. Leo Pessini Vicerrector del Centro Universitario São Camilo, São Paulo, Brasil. César Lara Álvarez Director de Enseñanza y Divulgación, Instituto Nacional de Medicina Genómica, México. Leonides Santos y Vargas Director del Instituto de Estudios Humanísticos y Bioética “Eugenio María de Hostos”. Recinto de Ciencias Médicas, Universidad de Puerto Rico. Francisco León Correa Profesor del Centro de Bioética de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Alfonso Llano Escobar, S.J. Director del Instituto de Bioética CENALBE, Pontificia Universidad Javeriana, Colombia. María Angélica Sotomayor Saavedra Asesora Jurídica de la Facultad de Medicina, Universidad de Chile. Raúl Villarroel Soto Director del Centro de Estudios de Ética Aplicada, Universidad de Chile. La revista Acta Bioethica es publicada semestralmente por el Programa de Bioética de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud, OPS/OMS. Avenida Providencia 1017, Piso 7, Providencia. Casilla 61-T, Santiago, Chile. Teléfono: (56-2) 236-0330. Fax: (56-2) 346-7219. http://www.paho.org/spanish/bio/home.htm [email protected] ACTA 2 2009.indd 133 3/11/09 07:32:46 En el número anterior de la revista, Acta Bioethica 2009; 15(1), en el artículo “Consentimiento informado en odontología: un análisis teórico práctico” de Leonor Palomer, se omitió inadvertidamente la referencia 9, la cual debe estar ubicada en la página 104, segundo párrafo a la derecha, final de sexta línea: 9. Carrasco Tapia P. Deberes y Derechos del Paciente. Aspectos del Consentimiento Informado. Santiago de Chile: Facultad de Odontología, Universidad de los Andes; 2005. Disponible en: http://biblioteca.uandes.cl/documentos/DesplegarTesis.asp?nombre=C:/www/biblioteca/documentos/Pcarrasco.xml Los artículos son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente la opinión del Programa de Bioética de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud, OPS/OMS. Andros Impresores Hecho en Chile / Printed in Chile ACTA 2 2009.indd 134 3/11/09 07:32:46 TABLA DE CONTENIDOS Introducción Salud, salud mental, bioética. Interfaces dignas de análisis Fernando Lolas Stepke ................................................................................................................................. 137 Originales Salud mental y bioética: relación simbiótica Ernesto A. Frontera Roura . ...........................................................................................................................139 The axiological dimension in psychiatric diagnosis Fernando Lolas Stepke ..................................................................................................................................148 Apuntes sobre la configuración actual del ethos médico Luis Risco . ...................................................................................................................................................151 Gestión clínica y conflicto de intereses Armando Ortiz Pommier ..............................................................................................................................157 Financial and non-financial conflicts of interests in psychiatry Mario Maj . .................................................................................................................................................165 El efecto placebo en los ensayos clínicos con antidepresivos Hernán Silva Ibarra .....................................................................................................................................172 Interfaces Inequitable distribution of health resources in Brazil: an analysis of national priority setting Fabio Ferri-de-Barros, Andrew W. Howard, Douglas K. Martin . ....................................................................179 Priority setting in an acute care hospital in Argentina: a qualitative case study Heather Gordon, Lydia Kapiriri, Douglas K. Martin . ....................................................................................184 Hospital priority setting in a mixed public/private health system: a case study of a Chilean hospital Carolina Valdebenito, Lydia Kapiriri, Douglas K. Martin . .............................................................................193 ACTA 2 2009.indd 135 3/11/09 07:32:46 Inserção dos temas de humanidades e ética em curriculo médico integrado em escola pública no Distrito Federal, Brasil Maria Rita Carvalho Garbi Novaes, Luiz Carlos Garcez Novaes, Dirce Guilhem, Fernando Lolas, Carla Silveira, Murilo Guiotti...............................................................................................202 La comunicación de la verdad en la relación médico-paciente terminal Alejandra Gajardo Ugás.................................................................................................................................212 Relación médico-paciente: derechos del adulto mayor Melba Barrantes-Monge, Eduardo Rodríguez, Alexis Lama..............................................................................216 Proposals for embryonic stem cell production without destroying human embryos: scientific and bioethical challenges Patricio Ventura-Juncá, Manuel Santos, Juan Larraín.....................................................................................222 Recensiones.................................................................................................................................................234 Publicaciones..............................................................................................................................................239 Tabla de contenidos del número anterior................................................................................................. 243 136 ACTA 2 2009.indd 136 3/11/09 07:32:46 INTRODUCCIÓN SALUD, SALUD MENTAL, BIOÉTICA. Interfaces dignas de análisis Fernando Lolas Stepke La preparación de este número de Acta Bioethica es un buen ejemplo de lo que acontece con las designaciones empleadas por expertos y profanos en el campo amplio de lo que conocemos como “ciencias de la salud”. A riesgo de ser provocativo, pienso que la expresión “salud mental” no es adecuada. Segrega, a veces necesaria pero en ocasiones innecesariamente, una forma o tipo de salud del bienestar general. Un número reciente de una prestigiosa revista médica se editó bajo el lema “no hay salud sin salud mental”, lo que, aun insinuando lo contrario, refuerza esta idea: la salud es una sola construcción conceptual. Y es más: involucra un momento axiológico esencial, pues salud siempre es cosa buena; no tenerla es intrínsecamente malo. Salud mental, como expresión, parece sugerir que hay aspectos de la vida –los mentales, cuya definición es ambigua– que pueden estar bien, aun cuando otros –probablemente los no mentales– podrían estar mal. Es cierto que, por ejemplo, una persona con trastornos cognitivos severos puede gozar de una fisiología óptima en sus aparatos respiratorio, circulatorio o gastrointestinal. Mas la salud, como bienestar, según reza la consagrada definición de la OMS, no es una sumatoria de “saludes” parciales sino un estado global, una composición holística. No podría decirse que las personas con deficiencia intelectual son enfermas en lo mental y sanas en lo somático, a menos que se aplique el sustantivo “dualismo práctico”, que la mayoría de los filósofos-médicos dice repudiar. No tendríamos tamaña historia de “modelos”, como los integradores, bio-psico-sociales, holísticos, psicosomáticos o antropológicos, si realmente la condición unitaria del ser humano fuera asunto de convicciones universales. Si así fuera, no sería necesario decirlo, como sugerí hace años en mi libro “La perspectiva psicosomática en medicina”1 y como me convenció la larga experiencia con la más compleja de las tradiciones integradoras, la de la Escuela de Heidelberg, la cual conocí a través de mi maestro, Paul Christian, discípulo a su vez de Viktor von Weizsäcker, cuyas intuiciones en este terreno aún no han sido completamente examinadas. Precisamente, la alusión a esa tradición y su relación con lo que los estadounidenses empezaron a llamar “bioética” en los años 70 del siglo XX , ignorando que el vocablo lo había acuñado Fritz Jahr en 1927, es un tema de interés personal para mí. Podría decirse que la incursión en ámbitos aparentemente tan diversos como la neurosis de renta, la seguridad social, la distonía neurovegetativa y los trastornos funcionales es un entrecruce de discursos que luego, en forma menos elegante pero quizá más práctica, se propusieron quienes dicen practicar la bioética en su versión de ética médica. Que hay otras versiones de bioética, como la ecológica, la global o la decisional, no requiere mayores comentarios, pero al planear este número queríamos aportes a la interfaz entre áreas que laxamente se conocen como neurociencia, psiquiatría clínica, investigación en salud mental y algunas más. Lo que nos interesaba era la opinión de personas versadas en el oficio sobre el papel de la reflexión ética. O, a la inversa, lo que dirían los expertos en filosofía práctica sobre el quehacer psiquiátrico. No desmerece el valor de lo que aquí se publica si digo que deberemos dedicar otro número a estos temas. Lo que aquí queda publicado bien publicado está, pero no agota el tema. Es más, no siempre supimos, el editor y yo, transmitir a los potenciales autores nuestra demanda. Y tal vez deba agregar que algunos textos no pasaron el cedazo de los revisores. Por tanto, y resumiendo, nos falta más material sobre esa área problemática en el entrecruce de salud, salud mental y bioética. Un artículo ejemplar en este número lo debemos al profesor de Nápoles Mario Maj, presidente de la Asociación Mundial de Psiquiatría, quien aborda el tema de los conflictos de interés. Esperaríamos ver en el futuro a un investigador en neurociencias ilustrando a nuestros lectores sobre neuroética y a un psiquiatra clínico elaborando las complejas relaciones interpersonales de la psicoterapia. Los plazos para esta edición se cumplieron, 1 Lolas F. La perspectiva psicosomática en medicina. 2ª edición, Santiago de Chile: Editorial Universitaria; 1995. 137 ACTA 2 2009.indd 137 3/11/09 07:32:46 algunos autores no respondieron a nuestra demanda con la celeridad o la calidad que requiere una revista internacional, y el tema es vasto, complejo y ambiguo. Cumplimos con nuestros plazos, hicimos el arduo trabajo de edición y complementamos lo recibido con artículos misceláneos, escogidos de entre los muchos que esperan en la línea de publicación de Acta Bioethica, tras ser aprobados por los revisores. Tengo para mí que una revista, por técnica que se perfile, debe contener espacios flexibles de diálogo e interacción con los lectores. Una ya larga experiencia en las lides editoriales me ha convencido de la escasa aceptación de “cartas al editor” y “comentarios” publicados en conjunto con los artículos originales. Seguimos manteniendo introducciones como ésta, que en su informalidad informan y en su franqueza valoran, como asimismo las recensiones y noticias bibliográficas, a veces de valor perdurable. No cuentan, como es bien sabido, como fuente de citaciones y por eso las revistas altamente especializadas suelen no favorecer estos aspectos menos especializados. Pero la bioética aún no se configura como un área de contornos tan nítidos que pueda excluirlos. Es más. Examinando el entorno latinoamericano, con sus pintorescas efusiones de antiimperialismo y manidas consignas que tratan de hacerse pasar por preocupaciones serias por los derechos humanos, aún no deberíamos darnos por satisfechos sobre el estado actual de este discurso, al menos en el continente de marras. Lo lamentable es que buenas causas, sin duda alguna, son trivializadas por mala argumentación. Y lamentando todos la inequidad en el mundo, la violación de los derechos de las personas o el doble estándar de algunos sectores de la industria y la academia en temas éticos, la mejor manera de abordarlos no es con gritos, imprecaciones o ideaciones paranoides de corte conspirativo, sino con la reflexión, la tolerancia por el argumento ajeno y la necesaria solvencia intelectual que tales asuntos demandan. Si Acta Bioethica puede aspirar a algún mérito que perdure, para los que en ella laboramos pienso que debiera ser el de constituir precisamente el espacio plural, tolerante, sobrio y reflexivo para una construcción disciplinaria. 138 ACTA 2 2009.indd 138 3/11/09 07:32:46 ORIGINALES Acta Bioethica 2009; 15 (2): 139-147 SALUD MENTAL Y BIOÉTICA: RELACIÓN SIMBIÓTICA Ernesto A. Frontera Roura* Resumen: El propósito de este trabajo es reflexionar sobre la relación estrecha, de nutrición mutua si se quiere, entre los asuntos relacionados con la salud y las enfermedades mentales, la psiquiatría, la bioética y la salud pública. Se intenta describir y explicar el alcance de cada concepto; incorporar datos epidemiológicos que permitan apreciar la magnitud del problema de salud mental alrededor del planeta; justificar la necesidad de atender esta situación con la organización y operación de un sistema de servicios de cuidado de salud mental que responda a ciertos parámetros éticos, e identificar algunas áreas en las cuales la bioética es un elemento indispensable en el análisis del problema y en la fundamentacion de la solución. Palabras clave: salud mental, enfermedad mental, psiquiatría, bioética, salud pública MENTAL HEALTH AND BIOETHICS: A SYMBIOTIC RELATIONSHIP Abstract: The purpose of this paper is to reflect about the strong relationship, of mutual nurturance if you will, seen about issues related to mental health and illness, psychiatry, bioethics and public health. An attempt is made to describe and explain the scope of each concept; to incorporate epidemiological data that facilitate us to appreciate the magnitude of the problem of mental health around the planet; to justify the need to attend the situation with the organization and operation of a mental healthcare system of services that respond to certain ethical parameters; and identify some areas in which bioethics is an essential element in the analysis of the problem and in establishing the basis of the solution. Key words: mental health, mental illness, psychiatry, bioethics, public health SAÚDE MENTAL E BIOÉTICA: RELAÇÃO SIMBIÓTICA Resumo: O propósito deste trabalho é refletir a estreita relação, simbiótica, se assim for entendido, entre os assuntos relacionados com a saúde e as doenças mentais, a psiquiatria, a bioética e a saúde pública. Propõe-se descrever e explicar o alcance de cada conceito; incorporar dados epidemiológicos que permitam apreciar a magnitude do problema da saúde mental ao redor do planeta; justificar a necessidade de atender esta situação com a organização e a operacionalização de um sistema de serviços de cuidado à saúde mental que responda a certos parâmetros éticos e identificar algumas áreas nas quais a bioética é um elemento indispensável para a análise do problema e a fundamentação da solução. Palavras-chave: saúde mental, doença mental, psiquiatria, bioética, saúde pública * Médico Psiquiatra. Puerto Rico Correspondencia: [email protected] 139 ACTA 2 2009.indd 139 3/11/09 07:32:46 Salud mental y bioética: relación simbiótica - Ernesto A. Frontera Roura Sanación mental: No todas las heridas son externas, o sólo debajo de la superficie, Ocupando un espacio, coagulándose, pustulosas, rojas, enfurecidas. Fácilmente visibles, palpables, resecables. Algunas veces las heridas son más profundas; Difícilmente accesibles, sin una forma física, pero madurándose; Silenciosa, incapacitante sin avisar, letal. Para estas heridas, escuchar atentamente, cuidar incondicionalmente, y tranquilizar son vendajes. Entendimiento es esperanza1. Venkata Jonnalagadda(1) Salud mental. Salud de la mente. La mente es el ente del ser humano cuyo sustrato biológico es el sistema nervioso central y periférico y que se relaciona con nuestra capacidad de percibir los estímulos externos e internos, de interpretar esos estímulos y darle significado, de experimentar emociones y sentimientos, y de reaccionar a esos estímulos, significados y emociones mediante la conducta expresada, que nos relaciona con otros seres y organizaciones humanas, con el planeta, el universo y la trascendencia. Tres factores muy importantes influyen en el desarrollo y la calidad de la mente: 1) el genoma y la biología del cuerpo humano; 2) lo aprendido mediante la experiencia de crecer y vivir en una familia y sociedad compuesta por humanos, animales, plantas y cosas, y 3) las desviaciones patológicas de la mente humana que podríamos llamar “enfermedades mentales”. La primera es el marco de capacidad heredada que impone los límites respecto del grado de crecimiento, desarrollo y cambio, el cual depende de nuestra voluntad. La segunda es el nutrimento experiencial que pone a prueba, reta, enriquece o daña lo heredado, 1 Mental Healing: Not all wounds are on the outside, or just beneath the surface. Occupying a space, clotting, pustulent, red, angry. Easily visualizad, palpable, resectable. Sometimes wounds lie deeper; Difficult to convey, without a physical form, yet ripening; Silent, crippling without warning, lethal. For these wounds, attentive listening, unconditional regard, and reassurance are bandages. Understanding is hope. y que ocurre a lo largo de toda una vida, generando cambios, adaptaciones y regresiones en el componente sicosocial-trascendental (pensamiento/emoción/ conducta/espiritualidad) de la mente. La tercera se refiere a desviaciones de la normalidad producto de las mutaciones, lesiones, traumas, heridas y defectos que conocemos como “enfermedades mentales”, lo suficientemente severas como para alterar la sanidad, estabilidad, funcionalidad y equilibrio de la mente humana en forma temporera o permanente. La mente humana es el ente ejecutivo del ser humano. Es la mente la que da sentido y dirección a nuestras vidas. Es el conglomerado de mentes humanas lo que le da sentido y dirección a nuestra vida colectiva. No hay salud general si no hay salud mental. No hay salud colectiva si no hay salud mental. El crecimiento, desarrollo, productividad y estabilidad de un pueblo dependen de la salud mental de sus ciudadanos y sus líderes. La mente es la cuna de la percepción, la inteligencia, la memoria, los impulsos motivadores y el lenguaje, además de nuestros pensamientos, ideas, creatividad, sentimientos, decisiones y acciones. En ella también coexisten nuestros instintos e impulsos más egoístas, territoriales, viciosos, agresivos y destructivos, con aquellos altruistas, virtuosos, constructivos y sublimes. La salud mental es, en parte, responsabilidad personal. Comienza con cuidarse a sí mismo mediante un régimen de vida sano: alimentación balanceada, descanso adecuado, ejercicio moderado, estrés bajo y abstinencia o moderación en el uso de sustancias sicoactivas. Continúa con el cultivo incesante de las virtudes humanas y la supresión también incesante de los vicios, con el objetivo de lograr, a lo largo de la vida, sabiduría, ecuanimidad, estabilidad y felicidad. No todos los elementos que contribuyen a nuestras interpretaciones, decisiones y conductas son conscientes y racionales, de modo que parte de nuestra responsabilidad personal incluye la introspección y reflexión respecto de esos factores inconscientes e irracionales que, en muchas ocasiones, contribuyen a nuestros prejuicios, vicios y conductas inapropiadas. Nutrir nuestro intelecto, cultivar relaciones significativas y enriquecedoras y reflexionar regularmente sobre nuestra vida interna y externa y las consecuencias de nuestra conducta son parte importante de esa agenda de responsabilidad personal. 140 ACTA 2 2009.indd 140 3/11/09 07:32:47 Acta Bioethica 2009; 15 (2) Sin embargo, el cultivo y mantenimiento de la salud mental no son exclusivamente un asunto de responsabilidad personal, sino también de responsabilidad social. Vivimos en comunidad, necesitamos de la comunidad para sobrevivir, para proveernos cosas que el ser humano no puede proveerse por sus propios medios. Examinemos brevemente el ciclo de vida del ser humano e identifiquemos los factores sociales que inciden en la salud mental. Para empezar, el cuidado de la salud mental de un ser humano comienza con el embarazo de su madre: ¿cuán querido es ese embarazo? ¿Cuál es el estado de salud general y mental de sus padres en el momento de la concepción? ¿Cuán sano es el régimen de vida de la madre durante el embarazo? ¿Ha estado expuesta la madre a drogas o sustancias tóxicas? ¿Han sido el embarazo y el parto experiencias felices o traumáticas? ¿Han tenido acceso a un sistema de cuidado de la salud adecuado? Luego del nacimiento y en ausencia de patología, se requiere un cuidado competente, responsable, consistente y amoroso para que el bebé gane confianza en quienes le rodean y cuidan y, como resultado, en sí mismo. Sentirse querido, protegido, seguro y bien cuidado son condiciones esenciales para propiciar un estado de salud mental en el niño/a. La capacidad de los padres para proveer un mínimo básico de satisfacción de las necesidades físicas y emocionales del niño/a es necesaria. ¿Tienen los padres trabajo para cubrir sus necesidades básicas? ¿Tiene acceso el niño/a al proceso de socialización y educación temprana? ¿Es el ambiente alrededor del niño/a uno de uso de drogas, crimen, violencia, pobreza y desempleo? Más adelante, ¿tiene el niño/a acceso a un sistema escolar y de salud adecuados? Como adolescente, ¿tiene el espacio para ejercer cierta autonomía practicando para ser adulto, a la vez que la disciplina y el control de adultos que ejemplifiquen una conducta responsable y apropiada? ¿Cuán expuesto está este/a adolescente a las drogas, el maltrato, la violencia y la criminalidad? Como adulto, ¿tiene este ser humano la seguridad de un empleo, de una actividad productiva que le permita cubrir sus necesidades y las de su familia, de un sistema educativo que le permita educarse y estimularse intelectualmente, de un sistema de salud general y mental que propicie mantenerse saludable y, en caso de enfermedad, ser atendido, diagnosticado, tratado y recuperado con relativa accesibilidad y prontitud? ¿Tiene las herramientas para cuidarse a sí mismo, su pareja, hijos y padres, trabajar y aportar a la comunidad en que vive? ¿Puede lidiar, cuando le corresponda, con el proceso de envejecimiento, la pérdida de movilidad, funcionalidad, salud y productividad, y enfrentarse al final de su vida con serenidad y sabiduría? ¿Puede confiar en ser bien cuidado hasta el final? La responsabilidad social aumenta cuando tratamos con seres humanos que, ya al nacer o posteriormente, sufren o padecen una enfermedad mental. Según el DSM-IV-TR “…los trastornos mentales son patrones o síndromes sicológicos o de conducta clínicamente significativos, que ocurren en individuos y que están asociados a un distrés presente (por ejemplo, síntoma doloroso) o discapacidad (por ejemplo, dificultades en una o más áreas de funcionamiento) o con un riesgo significativamente mayor de sufrir muerte, dolor, discapacidad o una importante pérdida de libertad. Además, este síndrome o patrón no debe ser meramente una respuesta esperada o sancionada culturalmente a un evento particular, por ejemplo, la muerte de un ser querido. Cualquiera que sea su causa original, debe considerarse en el presente como una disfunción conductual, sicológica o biológica en el individuo. Ni una conducta atípica (política, religiosa o sexual) ni conflictos principalmente entre el individuo y la sociedad son trastornos mentales, a menos que lo atípico o el conflicto sean un síntoma de una disfunción en el individuo, según se ha descrito arriba”(2). Los trastornos mentales clasificados en el DSM-IV-TR pueden, dependiendo de su intensidad, afectar la salud mental de una persona, comprometiendo, en menor o mayor grado, su capacidad para percibir, interpretar, sentir y actuar con buen juicio, equilibrio, prudencia y cordura. En otras palabras, afecta la funcionalidad, productividad y capacidad de la persona para ejercer su autonomía personal, implementar su agenda de vida y formar parte en plenitud de la comunidad de humanos a la que pertenece. El estado de incomprensión e indefensión que genera la enfermedad mental hace de las personas que la padecen objeto de estigma, prejuicio, maltrato y marginación. Además, genera en sus familias y en la sociedad una demanda de tiempo y recursos materiales para su atención y cuidado, así como su propia pérdida de productividad. 141 ACTA 2 2009.indd 141 3/11/09 07:32:47 Salud mental y bioética: relación simbiótica - Ernesto A. Frontera Roura Veamos algunos datos que nos proveen los estudios epidemiológicos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y publicados en el libro “The WHO World Mental Health Surveys. Global Perspectives on the Epidemiology of Mental Disorders”, editado por Ronald C. Kessler & T. Bedirhan Ustun(3). Nos dan una idea de la magnitud del problema de salud mental y el impacto que tiene en dimensiones como la productividad, el presupuesto personal y gubernamental y otras: • La prevalencia de por vida de los trastornos mentales analizados en este estudio (trastornos afectivos, de ansiedad, de control de impulsos, y uso de sustancias) es de 18,1% a 36,1 %. • Las prevalencias por trastornos son las siguientes: 1. Trastornos de ansiedad: 4,8% - 31,0% 2. Trastornos del estado de ánimo: 3,3% 21,4% 3. Trastornos de control de impulsos: 0,3% 25,0% 4. Trastornos de uso de sustancias: 1,3% 15,0% • La co-ocurrencia de estos trastornos a lo largo de la vida parece ser bastante común. • La edad de comienzo para los distintos trastornos es la siguiente: 1. Trastornos de control de impulsos: a. Trastorno de déficit de atención/hiperactividad: 7-9 años de edad b. Trastorno oposicional-desafiante: 7-15 años de edad c. Trastorno de conducta: 9-14 años de edad d. Trastorno explosivo intermitente: 13-21 años de edad 2. Trastornos de ansiedad: a. Trastornos de ansiedad de separación y fobias: 7-14 años de edad b. Trastornos de ansiedad generalizada, pánico y estrés postraumático: 24-50 años de edad 3. Trastornos del estado de ánimo: 29-43 años de edad 4. Trastornos de uso de sustancias: adolescencia y adultez joven • La razón riesgo-prevalencia más alta se encuentra en países expuestos a violencia sectaria (Israel, Nigeria y África del Sur). • El riesgo proyectado de por vida de cualquiera de los trastornos a la edad de 75 años es de 17% más alto en Estados Unidos y 69% más alto en Israel. • El riesgo proyectado más alto (45%-170%) corresponde a los trastornos del estado de ánimo. • Se calcula que, aproximadamente, entre 18% y 55% de la población mundial sufrirá por lo menos un trastorno mental a lo largo de su vida, dependiendo del país donde viva. • Otros hallazgos: a. Los jóvenes y los viejos son renuentes a buscar ayuda. b. Las mujeres buscan ayuda con más frecuencia que los hombres. c. Los más educados buscan ayuda con más frecuencia. d. Los más ricos en los países desarrollados y los países en desarrollo son los que más ayuda buscan. e. Los no casados usan más los servicios de cuidado. f. Los trastornos mentales ocurren con frecuencia y tienen una sintomatología parecida en diferentes culturas. g. También es similar la alta frecuencia de trastornos de ansiedad y del estado de ánimo en mujeres, y de trastornos de control de impulso y relacionados con sustancias en hombres. h. Solo una minoría de los trastornos mentales son severamente incapacitantes. i. La incapacidad asociada con trastornos mentales es consistentemente más alta, en promedio, que la incapacidad asociada con trastornos físicos, como el asma, el cáncer, la diabetes y las condiciones cardíacas. Aun los trastornos mentales leves son más incapacitantes que muchos trastornos físicos crónicos. j. Existe un problema de tratamiento de baja calidad en todos los países estudiados para estas condiciones. Un factor de peso en este problema es la falta de seguimiento en el tratamiento. k. Áreas de estudio futuro incluyen: correlaciones sociodemográficas importantes; factores de riesgo substantivos (adversidades en la niñez, experiencias traumáticas de vida); barreras al tratamiento (patrones y determinantes de baja 142 ACTA 2 2009.indd 142 3/11/09 07:32:47 Acta Bioethica 2009; 15 (2) del tratamiento); costos sociales incluyendo el efecto de comienzo temprano en el proyecto de vida (bajo aprovechamiento educativo, matrimonios tempranos, inestabilidad marital, ingresos bajos); efecto de un trastorno mental reciente en el funcionamiento reciente de su rol; comorbilidad entre los trastornos mentales y físicos, y la epidemiología del suicidio (ideación, planes, gestos e intentos). • En un estudio realizado por la Alianza Europea contra la Depresión, el suicidio es un problema severo de salud pública en la Unión Europea, producto y causa de sufrimiento. En esa región 58.000 personas mueren anualmente como resultado del suicidio; según la OMS, una de las primeras diez causas de muerte en el mundo para todas las edades. Se calcula que el número de intentos no fatales de suicidio es 10 a 20 veces los logrados(4). Kessler y Ustun llegan, entre otras, a las siguientes conclusiones: • Estos desórdenes son bastante comunes en todos los países estudiados y, por lo tanto, son muy importantes en el manejo de la salud mental en el mundo. • Dada la carga enorme personal y social de los trastornos mentales, el hallazgo de que muchos de los casos tienen una edad de comienzo temprana sugiere que las intervenciones de salud pública deben comenzar en la niñez. • Estudios epidemiológicos sugieren que los siguientes factores están asociados al comienzo temprano de trastornos mentales no tratados: fracaso escolar y de trabajo, preñez en la adolescencia y matrimonios tempranos, violentos o inestables. • Un trastorno mental frecuentemente evoluciona a trastornos comórbidos complejos más difíciles de tratar y recurrentes. Aún los trastornos leves, si no se atienden o tratan, evolucionan a una mayor severidad, comorbilidad siquiátrica adicional y funcionamiento social y ocupacional negativo. • Muchos casos de trastornos mentales buscan ayuda años después del comienzo del trastorno, problema común en los países en desarrollo, en los cuales las barreras estructurales y financieras para acceder a servicios parecen ser mucho mayores. Poco se sabe sobre el impacto que las políticas nacionales, el diseño de sistemas de provisión de servicios y los modos de financiamiento tienen en la provisión de la identificación y cuidado temprano de los trastornos mentales. • Los estudios de prevalencia en un período de doce meses son consistentes con estudios previos en demostrar la alta prevalencia de los trastornos mentales y su alta correlación con disfunción seria en los roles de las personas que los padecen, especialmente en la medida en que la severidad sea mayor. • El estudio sobre la carga global de la enfermedad de la OMS (“WHO Global Burden of Disease Study”) concluyó que las condiciones neuropsiquiátricas son las causas principales de incapacidad en el planeta, responsables de la pérdida del 37% de todos los años de vida saludable. • Sin embargo, el estudio de la OMS concluye que han encontrado altos niveles de ausencia de necesidades satisfechas en cuanto a tratamiento en salud mental en el mundo, aun entre aquellos que padecen desórdenes más severos. La situación parece ser más grave en los países en desarrollo, en los cuales sólo una fracción pequeña de las personas con trastornos más severos reciben algún tipo de cuidado. Pero, incluso en los países desarrollados, alrededor de la mitad de los casos severos no recibe ayuda. Más aún, entre aquellos pocos que reciben servicios son menos los que reciben tratamiento efectivo. • A pesar de que cada vez hay más herramientas terapéuticas eficaces y tolerables disponibles, la competencia en prioridades y las limitaciones presupuestarias limitan su utilización. Se hace imperativo entonces determinar cómo proveer un cuidado de la salud y de los trastornos mentales efectivo. • En muchos países, una cuarta parte de los que inician su tratamiento no recibe seguimiento. Consistente con estudios anteriores, se observó que sólo una minoría de los tratamientos llenaban criterios mínimos de adecuación. • Según los hallazgos del Proyecto Atlas de la OMS, en casi todos los países los gastos en salud mental son mucho menores que lo necesario, tomando en 143 ACTA 2 2009.indd 143 3/11/09 07:32:47 Salud mental y bioética: relación simbiótica - Ernesto A. Frontera Roura cuenta la magnitud estimada de la carga social de las enfermedades mentales. La mayoría de los casos tratados corresponde a trastornos leves, mientras los casos más severos no son atendidos. Esto plantea la posibilidad de que los pocos recursos existentes no estén siendo bien utilizados. • • Se observó también que en la mayoría de los países estudiados la fuente primaria de servicios de salud mental ocurre en el sector de medicina general. Se necesitan estudios posteriores para asegurar que estos servicios no sean de poca adecuación e intensidad. Por lo tanto, hay que enfocarse en mejorar la calidad de los servicios de salud mental en el entorno de medicina general. Según este estudio, para que un país pueda rediseñar su sistema de cuidado de salud mental y distribuir los recursos óptimamente requiere: a. Documentar los servicios utilizados en el presente así como la naturaleza y magnitud de las necesidades no satisfechas de tratamiento. b. Identificar la fuente de provisión de servicios: medicina general, especialidades de salud mental, medicina complementaria y alternativa, servicios humanos, entre otros. c. Dar prioridad al ofrecimiento de servicios a las personas con trastornos más severos, enfatizando la adecuación del tratamiento y las visitas de seguimiento. d. Revisar no sólo la proporción de los recursos fiscales que se dedican a ofrecer servicios de cuidado en salud mental, sino también las prioridades dentro del sistema de cuidado (ingresos bajos y severidad alta vs. medios y altos ingresos y severidad leve). e. Establecer prioridades en la distribución de recursos de manera racional, transparente y ética. El efecto devastador que la enfermedad mental puede generar en un ser humano demanda del apoyo, solidaridad y cuidado de la sociedad, mediante un sistema de atención de la salud mental integrado al sistema de la salud general. A pesar de que existen múltiples modalidades de tratamiento efectivos para los trastornos mentales y de que se ha evidenciado la importancia de la salud mental, son pocos, si alguno, los países que han dado prioridad a este asunto en su agenda gubernamental y presupuestaria. Los datos de estudios preclínicos sugieren que, mientras más temprano se traten los trastornos mentales –o sea, antes de que se desarrolle la secuela negativa–, menos frecuentes, espontáneos, severos y refractarios a tratamientos serán(3). Es interesante notar la poca o ninguna alusión sobre salud mental en el presente debate sobre la reforma del sistema de cuidado de la salud en Estados Unidos, a pesar de las críticas hechas en el President’s New Freedom Commission on Mental Health de 2003(5). En 2003, la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (ASSMCA) del Estado Libre Asociado de Puerto Rico nombró un grupo de trabajo, coordinado por mí, para, entre otros temas, identificar las metas y principios generales que deben guiar la organización y operación de un sistema de cuidado de la salud mental de un país, en este caso Puerto Rico(6). Según este grupo, las metas de este sistema de cuidado deben ser: • La educación sobre un régimen de vida sano, la promoción de su vivencia y la prevención de las enfermedades mentales, de manera que menos personas padezcan de estas condiciones. • El alivio del dolor y el sufrimiento causados por estas enfermedades, tanto a las personas que los padecen como a sus familiares, de manera que mejore su calidad de vida. • El cuidado y tratamiento de las personas con trastornos mentales, integrándolos al cuidado de la salud general. • La recuperación y rehabilitación de las personas que padecen de trastornos mentales, de manera que puedan vivir una vida autónoma y productiva. • Combatir y, si posible, eliminar el estigma asociado con estas condiciones. • Investigar las causas y los factores que precipitan, sostienen o agravan estas condiciones, así como las modalidades de tratamiento más efectivas disponibles. • Evaluar los resultados de sus intervenciones basados en la evidencia científica. • Asegurarse que, operacional y administrativamente, el sistema de cuidado de salud mental se base en los principios bioéticos fundamentales de respeto 144 ACTA 2 2009.indd 144 3/11/09 07:32:47 Acta Bioethica 2009; 15 (2) a la dignidad y autonomía de las personas, beneficencia y no-maleficencia y justicia, garantizando el acceso, la equidad, la efectividad, la eficiencia y la eficacia. • Preparar académicamente a los profesionales de salud mental que proveerán el cuidado directo a pacientes y familiares. • Asumir un rol de liderato y coordinación con organizaciones de la comunidad y otras agencias del gobierno, en lo que se refiere a la agenda pública relacionada con la salud, la educación, el desempleo, la pobreza, la drogadicción, la criminalidad, la violencia, el discrimen y la desigualdad, y otros factores socioeconómicos que inciden en la salud mental, ya sea como causas, efectos o facilitadores de los trastornos mentales. Dicho informe afirmaba también que, para que un sistema de cuidado de salud mental integrado al cuidado de la salud general responda a un imperativo ético de excelencia, debe ser guiado por los siguientes principios generales: • Prioridad: La salud mental está presente en todas las actividades del ser humano. Si bien la prioridad máxima en Puerto Rico es la lucha contra el desempleo y la pobreza, existe un círculo vicioso de pobreza y trastornos mentales, incluyendo el abuso de sustancias, que hace que su mayor prevalencia y la insuficiencia de los sistemas de prevención, tratamiento, cuidado y rehabilitación tenga repercusiones económicas (pérdida de empleo y reducción de la productividad), que agravan y perpetúan la condición de pobreza de las familias. Por esta razón, en la agenda de gobernar el país, así como en las expresiones públicas y oficiales de nuestros dirigentes políticos y gubernamentales, el cuidado de la salud mental debe ser de la más alta prioridad. • Responsabilidad gubernamental: El gobierno, como garante del bien común y respondiendo a las necesidades y voluntad del pueblo, es responsable de que exista un sistema de cuidado de salud mental articulado, ágil, lo menos restrictivo posible, fiscalmente responsable, estable y compasivo, independientemente de a quién se deleguen las tareas específicas de su operación, sea el sector público, privado (con o sin fines de lucro) o una combinación de los mismos. • Paradigma bio-psico-social-espiritual: Las intervenciones en el manejo de los trastornos mentales y de conducta se clasifican en cuatro categorías: prevención, tratamiento, cuidado y rehabilitación. A lo largo de este continuo, el sistema de cuidado de salud mental debe guardar una estrecha relación no sólo con el cuidado médico en general, sino también con las agencias públicas, instituciones privadas y organizaciones no gubernamentales que lidian con los diversos problemas biológicos, psicológicos, sociales, espirituales y económicos de la población. • Revisión dinámica y continua: La implementación de un sistema de servicios de salud y, más aún, de salud mental, debe llevarse a cabo junto con una revisión dinámica y continua. Desde que el cuidado de la salud mental se inició hasta el presente, no se ha podido articular e implementar una política pública capaz de organizar un sistema que satisfaga las preocupaciones, necesidades y aspiraciones de nuestros pacientes y familiares, los profesionales que los atienden y los intermediarios(6). Desde la implementación hace alrededor de diez años de los cambios en nuestro sistema de salud, y específicamente en el de salud mental, se ha generado un debate público tanto sobre los aspectos filosóficos y de política pública como sobre los operacionales y económicos que parece no terminar. Luego de estos años de cambios es necesario volver a la mesa de trabajo, revisar lo que se ha hecho y plantear preguntas sobre lo que debe ser este sistema, sobre su estructura, herramientas operacionales y fuentes de financiamiento. • Responsabilidad financiera compartida : Existe consenso en cuanto a que el Estado, la empresa privada, las organizaciones comunitarias y los ciudadanos deben compartir los costos del sistema de cuidado de salud mental en forma justa y equitativa. En efecto, la magnitud del costo de cada una de las múltiples dimensiones del sistema de salud mental –entre ellas la educación en salud, el cuidado de pacientes, la investigación y desarrollo de medicamentos, los sistemas de información, la formación de los profesionales de la salud, la inversión en equipo y facilidades físicas, y la creación de redes de apoyo comunitario– obliga a que la responsabilidad financiera sea compartida entre los diferentes sectores de la sociedad e, inclusive, 145 ACTA 2 2009.indd 145 3/11/09 07:32:48 Salud mental y bioética: relación simbiótica - Ernesto A. Frontera Roura conlleva la búsqueda del apoyo de organismos internacionales. El cuidado de la salud mental debe ser prioridad en la agenda de gobernar un país. Personas con enfermedades mentales severas mueren 25 años más temprano que la población general “debido mayormente a condiciones médicas tratables que son causadas por factores de riesgo modificables como el fumar, la obesidad, el abuso de sustancias y acceso inadecuado a cuidado médico”, según los hallazgos de un informe de la National Association of State Mental Health Program Directors de los EUA, en 2006(7). Kathryn Power(8) sugiere que los principios generales que deben guiar la transformación de los servicios de salud mental en EUA deben dirigirse a constituir un tipo de servicio: centrado en la persona; enfocado en la recuperación; basado en la evidencia; dirigido a la calidad, y orientado a los resultados. He discutido hasta ahora los conceptos de mente y salud mental, los aspectos biológicos y sicosociales necesarios para propiciar la salud mental en términos del ciclo de vida del ser humano, la definición de enfermedad mental, su prevalencia mundial, el impacto en la población, la necesidad de un sistema de servicios de cuidado de la salud mental y los parámetros a tomar en cuenta en su organización, operación y financiamiento. Pasemos ahora a discutir la relación entre psiquiatría y bioética. La salud mental y la psiquiatría se nutren de la bioética para contribuir en la realización del proyecto de vida de cada ser humano. Considero que en las siguientes áreas el trabajo conjunto entre la psiquiatría y la bioética es indispensable: a. En el desarrollo del carácter y las virtudes personales que debemos cultivar a lo largo de la vida y en la identificación de la naturaleza destructiva y corruptora de los vicios humanos. Aun cuando es difícil promover o cambiar rasgos de carácter luego de la adolescencia y la adultez joven, no es del todo imposible y, además, podemos fortalecer las virtudes. Por esta razón, en los programas de educación y preparación de profesionales el ambiente de entrenamiento debe fomentar y nutrir la aplicación de las virtudes al trabajo clínico. El énfasis en la competencia en ética de los profesionales de la salud mental está íntimamente ligada con la calidad en el cuidado del paciente(9). Se trata de propiciar la integridad entre b. c. d. e. f. g. h. i. j. k. lo que pensamos, sentimos, decimos, juramentamos y actuamos como profesionales de la salud. En la búsqueda de una definición contemporánea de lo que es una vida buena, correcta y apropiada y por qué es importante para el ser humano incorporarla a su proyecto de vida. No sólo hay que entender qué nos mueve sino qué nos debe mover, y cómo alcanzar esa vida buena. En la identificación de asuntos que plantean aspectos morales y cómo, utilizando el proceso de razonamiento moral, nos acercamos a ellos, propiciando la deliberación y el consenso en medio de un contexto pluralista y diverso. En delimitar las fronteras de las relaciones interpersonales (relación profesional/paciente/familia/otros profesionales) que se desarrollan en el contexto clínico. Es un contexto en el cual la solidaridad, la colaboración, el apoyo y la compasión deben reinar por encima de lo adversativo, lo competitivo, la insensibilidad y la explotación. En delimitar las fronteras de las relaciones entre el paciente/familia y el profesional de la salud con instituciones intermediarias como hospitales, aseguradoras, organizaciones de manejo coordinado, industria farmacéutica, organizaciones profesionales, instituciones académicas y el gobierno. En establecer los fundamentos, guías y principios éticos que deben orientar la organización, administración, operación y financiamiento de un sistema de cuidado de la salud (mental y general). En contribuir a la justificación de las prioridades presupuestarias y de servicios basadas en valores, severidad, necesidad, acceso y resultados. En contribuir a distinguir la conducta criminal de la conducta insana. En delimitar la capacidad y responsabilidad de una persona en función de su conducta y las consecuencias de ésta en el campo de la psiquiatría forense. En ayudar a delimitar la frontera y el equilibrio entre la responsabilidad personal y la responsabilidad social. En la formulación de guías y salvaguardas en el uso de sujetos humanos para las investigaciones en salud mental y general, así como en lo relacionado con la conducta de los investigadores. En la elaboración de parámetros éticos relacionados con la evaluación continua de las intervenciones terapéuticas y organizacionales. 146 ACTA 2 2009.indd 146 3/11/09 07:32:48 Acta Bioethica 2009; 15 (2) l. En enmarcar los servicios de cuidado de la salud con relación al ambiente y la preservación del planeta para futuras generaciones. No hay bioética sin salud mental; no hay salud mental sin bioética. Agradecimientos: Agradezco la orientación y guía que Jorge J. Ferrer Negrón me ha provisto por años en mi proceso autodidacta de profundizar en el estudio de la bioética e incorporarla a mi proceso personal de analizar situaciones y problemas y tomar decisiones tanto en lo personal como en lo profesional. Su estímulo y apoyo fueron determinantes en aceptar el reto de escribir este trabajo. Referencias 1. Jonnalagadda V. Mental Healing. Brief Report. Academic Psychiatry 2009; 33:156. 2. American Psychiatric Association. Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fourth Edition, Text Revision. DSM-IV-TR. Arlington, VA.: APPI; 2000. 3. Kessler RC. (Harvard Medical School), Ustun TB (World Health Organization) (eds.) The WHO World Mental Health Surveys. Global Perspectives on the Epidemiology of Mental Disorders. Published in collaboration with the World Health Organization, Geneva, Switzerland. New York; Cambridge University Press; 2008. 4. Hegerl U, Wittenburg L. Focus on Mental Health Care Reforms in Europe: The European Alliance Against Depression: A Multilevel Approach to the Prevention of Suicidal Behavior. Column. Psychiatric Services 2009; 60: 596-599. 5. Department of Health and Human Services. Achieving the Promise: Transforming Mental Health Care in America. Pub no SMA-03-3832. Rockville, Md: President’s New Freedom Commission on Mental Health; 2003. 6. Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (ASSMCA). Estado Libre Asociado de Puerto Rico. Informe del Grupo de Trabajo sobre Política Pública en relación a Sistema de Cuidado de Salud Mental; 2003. 7. Schuffman D, Druss BG, Parks, JJ. State Mental Health Policy: Mending Missouri’s Safety Net: Transforming Systems of Care by Integrating Primary and Behavioral Health Care. Column. Psychiatric Services 2009; 60: 585-588. 8. Power AK. Focus on Transformation: A Public Health Model of Mental Health for the 21st Century. Column. Psychiatric Services 2009; 60: 580-584. 9. Block, S, Green SA. Promoting the Teaching of Psychiatric Ethics. Commentary. Academic Psychiatry 2009; 33: 89-92. Recibido: 14 de agosto de 2009 Aceptado: 25 de agosto de 2009 147 ACTA 2 2009.indd 147 3/11/09 07:32:48 Acta Bioethica 2009; 15 (2): 148-150 THE AXIOLOGICAL DIMENSION IN PSYCHIATRIC DIAGNOSIS Fernando Lolas Stepke* Abstract: This paper addresses the need to consider the valoric constitution of patients and therapists in the context of psychiatric encounters and proposes the notion of axiogram, a depiction of values and moral beliefs to incorporate into the clinical history as a proxy to a nosological dimension complementing the traditional multiaxial approach. Key words: psychiatric diagnosis, medical ethics, axiography, axiology LA DIMENSIÓN AXIOLÓGICA EN EL DIAGNÓSTICO PSIQUIÁTRICO Resumen: Este artículo se refiere a la necesidad de considerar la constitución valorativa de los pacientes y de los terapeutas en el contexto de los encuentros psiquiátricos, y propone la noción de axiograma, una descripción de valores y creencias morales que sea incorporada a la historia clínica como un apoyo a una dimensión nosológica que complemente la aproximación multiaxial tradicional. Palabras clave: diagnóstico psiquiátrico, ética médica, axiografía, axiología A DIMENSÃO AXIOLÓGICA NO DIAGNÓSTICO PSIQUIÁTRICO Resumo: Este artigo se refere à necessidade de considerar a constituição valorativa dos pacientes e dos terapeutas no contexto dos encontros psiquiátricos e propõe a noção de axiograma, uma descrição de valores e crenças morais a ser incorporada à história clínica, como um apoio a uma dimensão nosológica que complementa a aproximação multiaxial tradicional. Palavras-chave: diagnóstico psiquiátrico, ética médica, axiografia, axiologia * Interdisciplinary Centre for Bioethics, University of Chile, Santiago, Chile Correspondence: [email protected] 148 ACTA 2 2009.indd 148 3/11/09 07:32:48 Acta Bioethica 2009; 15 (2) As other value-based professions, psychiatry can be considered in a threefold perspective a) As a social practice, characterized by spontaneous requesting and giving help and/or support to people in distress and affliction. b) As a scientific discipline, grounded on the empirical biological and social sciences, responding to the scientific ethos of universalism, search for truth, and promotion of human welfare. c) As a profession, an institutionalized response to societal needs and demands, characterized by commitment to the welfare of people, confidentiality and dignity. In these three contexts, psychiatry involves human interaction and confronts the diversity and heterogeneity of the human condition(1). Freedom and autonomy are fundamental rights of persons and underscore the keystone of ethical reflection: the free election of ends and means for achieving personal plenitude. Axiology, the philosophical discourse concerned with values and human behaviour as reflected in habit and custom, is an essential component of any psychiatric activity, be it diagnostic, prognostic or therapeutic. As unreflected social practice, scientific discipline, or profession, psychiatry needs considering the diversity of the human condition, the multiple ways in which personhood is manifested and preserved, and the cultural norm determining styles of interaction, of communicating illness, and of achieving wellbeing(2). In diagnostic systems (and in the formulation of prognosis and therapy) the structure of values, beliefs and behavioural norms is not always explicitly considered and is frequently left to the common sense of practitioners without benefiting from progress made in bioethics, theory of values, and the metrics of moral algorithms developed in the humanities and the social sciences. The very complex nature of the notion of disorder or harmful dysfunction points to the importance of conceptual and practical interfaces in the diagnostic process which in turn influences prognosis and treatment(3). Previous work has attempted to tackle the issues regarding moral evaluation in psychiatry without compromising the necessary pluralism that modern democratic societies require(3). Two main aspects may be emphasized here. The first is the idea of including in the clinical evaluation the “axiogram” of both patients and clinicians. Axiogram is a term indicating depiction of the valoric constitution of a person, in much the same way as “ethogram” reflects behavioural patterns, hemogram shows blood composition, electroencephalogram depicts brain electrical activity and so on. Bringing moral and valoric structure to the same empirical level allows the incorporation of the valoric structure to the clinical history indicating that it constitutes essential part of it and merits consideration in evaluation and diagnosis. Prof. Hans-Martin Sass, of Bochum and Georgetown, devised the “Bochum Inventory”, designed to assess the valoric constitution of patients. It consists of a series of questions and their appraisal in terms of valoric structures and terms reflecting what people think and feel about moral life with emphasis on medical worries and demands for attention and care(4). Another approach consisted in defining the psychiatric “case” not as individual history, but as a “metatext” based upon three different narratives: one from the “patient”, one from the “relevant others” and one from the therapist(5). These narratives –as texts– are combined into a single great narrative –a metanarrative– which can be analyzed by appropriate methods of content analysis oriented towards evaluating moral emotions. We have used the method proposed initially by Louis Gottschalk and further refined and adapted by us to other languages and to different clinical situations. The possibility of achieving an appropriate Axiography of the case is reinforced by considering, in one single analysis, the contributions from the subject, from his/her relevant others (relatives, friends, and acquaintances) and from the clinician reacting to the materials. We also envisioned adding the textual materials provided outside the clinical encounters and stemming from written productions of the subjects involved(6,7). The aim is make these sources of information on the moral world of persons useful to psychiatry in a valid, reliable and generalizable form. The axiographic dimension so defined could complement traditional axes so far used and contribute towards a true psychiatry of the person(s) as they constitute and are constituted in the encounter(8-10). The notion of dimension instead of axis is appropriate to address the valoric (or axiological) component of diagnosis, for it pervades the whole practice of medicine 149 ACTA 2 2009.indd 149 3/11/09 07:32:48 The axiological dimension in psychiatric diagnosis - Fernando Lolas Stepke and psychiatry, and not only the diagnostic process of getting a label. This is in keeping with a theory of medicine that considers that the true meaning of the medical encounter lies in the reconstruction of the person in need of help through many different languages (the technical, the everyday, and the moral). As this happens within a linguistic community, the essential aspect of psychiatry, and its valoric dimension lie on the assessment of words and meanings(5,11). The need for an empirical Axiography is underscored by the vagueness of psychiatric entities and their association with cultural mores(12). Recent publications stress the importance of psychiatry for the person and with the person(13). Further research on personal ethical constructs and its attendant axiography should be fostered in view of the dialogical nature of value-based professions such as psychiatry and medicine(14). References 1. Lolas F. Mehrdimensionale Medizin. Medizinethische Materialien. Heft 21. Bochum: Zentrum für Medizinische Ethik Bochum; 1988. 2. Lolas F. 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Recibido: 24 de septiembre de 2008 Aceptado: 30 de septiembre de 2008 150 ACTA 2 2009.indd 150 3/11/09 07:32:49 Acta Bioethica 2009; 15 (2): 151-156 APUNTES SOBRE LA CONFIGURACIÓN ACTUAL DEL ETHOS MÉDICO Luis Risco* Resumen: El perfil que en términos éticos ha ido adquiriendo el rol del médico en la sociedad actual no ha sido considerado suficientemente como objeto de análisis ni entre el mismo cuerpo médico ni por otras instancias de reflexión, aun cuando los efectos de este insensible pero significativo cambio se dejan ver en múltiples aspectos del ejercicio de la profesión médica. Por de pronto, en la “legalización” de la actividad médica, en el cambio de la relación médico-paciente a otra del tipo médicocliente, en la presión que ejerce la medicina administrada sobre la temporalidad del acto médico, etc., situaciones en las cuales se pueden notar de manera palmaria manifestaciones de lo señalado. Este artículo pretende presentar ciertas bases para una reflexión sobre el tema, desde la perspectiva del “estar en el mundo” que eventualmente correspondería al rol del médico. Palabras clave: ética médica, humanismo médico SKETCHES ABOUT NOWADAYS’ MEDICAL ETHOS Abstract: In ethical terms the profile that the doctor’s rôle has acquired in today’s society has not been sufficiently considered as an analysis’ object neither among the medical corps nor in other reflection instances, even though the effects of this insensible but significant change can be noticed in multiple aspects of the medical professional practice. To begin with, in the “legalization” of the medical activity, in the path from a doctor-patient relationship to another one of the type doctor-client, in the pressure that the administrated medicine puts on the temporality of the medical act, etc., situations through which you can clearly see manifestations of what has just been pointed out. This paper pretends to set certain basis that would lead to consider the subject from the “to be in the world” perspective that, eventually, corresponds to the doctor’s rôle. Key words: medical ethics, medical humanism APONTAMENTOS SOBRE A CONFIGURAÇÃO ATUAL DO ETHOS MÉDICO Resumo: O perfil ético que vem adquirindo o papel do médico na sociedade atual não tem sido considerado suficientemente objeto de análise, sequer pelo próprio corpo médico, além de outras instâncias de reflexão, ainda quando os efeitos desta insensível, porém significativa mudança, tornam-se visíveis nos múltiplos aspectos do exercício da profissão médica. Uma, de imediato, na “legalização” da atividade médica, na mudança da relação médico-paciente; a outra, do tipo médico-cliente, na pressão que exerce a medicina administrada sobre a temporalidade do ato médico etc., situações nas quais se pode notar, de modo palmar, manifestações do que foi assinalado. Este artigo pretende apresentar certas bases para uma reflexão sobre o tema, a partir da perspectiva do “estar no mundo” que eventualmente corresponde ao papel do médico. Palavras-chave: ética médica, humanismo médico * Médico Psiquiatra. Profesor de Psiquiatría de la Facultad de Medicina, Universidad de Chile. Subdirector de la Clínica Psiquiátrica Universitaria. Chile Correspondencia: [email protected] 151 ACTA 2 2009.indd 151 3/11/09 07:32:49 Apuntes sobre la configuración actual del ethos médico - Luis Risco I. Ethos El ámbito de la ética está delimitado, en términos generales, por la reflexión atingente a aquello que denominamos moral y que se refiere, en última instancia, a cuál es la posición más ecuánime, mirando desde todos los puntos de vista posibles, que la comunidad debiera tomar con relación a algún aspecto sensible, con diferentes valencias derivadas de los distintos enfoques axiológicos que pudieran estar poniéndose en juego en una determinada circunstancia. Lo señalado define los límites. Pero si se tratase de determinar la esencia de la reflexión ética, cabría aceptar necesariamente que está dirigida sobre lo que los griegos denominaron ethos: “el lugar desde el que manan nuestras propias facultades”. Es posible describir el ethos como una noción que refleja una “posición” o “actitud” con respecto al mundo y a sí mismo, una cierta manera de “estar en el mundo”, desde la cual surgen naturalmente ciertos atributos y características. Es posible suponer que el ejercicio ético de una disciplina o profesión implica no sólo las destrezas y competencias técnicas atingentes, sino también una manera de disponerse sobre la realidad, una forma de mirarla que, como consecuencia directa, influencia esas competencias y las regula en relación con los demás y con la naturaleza toda. En estos términos, el ethos viene a ser algo así como el fundamento ontológico de una profesión y el elemento esencial que dictamina cómo ha de disponerse la persona para ejercer esa profesión, y cómo las personas que ejercen esa profesión deben comportarse con el fin de alcanzar la plenitud de la expresión del arte o ciencia que profesan. La profesión militar, por ejemplo, o la de las antiguas órdenes guerreras exige y exigió la marcialidad como parte fundamental de la actitud para la dedicación verdadera a esa profesión. Hay cientos de referencias a este aspecto en la historia, siendo quizás “El libro de los Cinco Anillos” de Miyamoto Musashi(1) una de las más conspicuas. La marcialidad podría entenderse como una actitud de estoicismo y acatamiento del deber por encima de todas las cosas, incluso la vida y la familia. Esta actitud ha alcanzado el rango de “camino” en algunos casos, cuando a los valores de la marcialidad se han añadido los elementos del misticismo. La marcialidad como actitud supone una manera de enfrentar la realidad y prescribe los códigos de conducta cotidianos; en situaciones límite, define con sencillez qué cabe y qué no cabe en la vida de un hombre marcial, y señala una dirección sobre la que hacer la vida. Pareciera que, en algunos casos, el ethos alcanzara un valor superior al de la persona, como si tuviese una especie de vida propia, y que, en la medida en que está mejor configurado, un hombre que dedica su vida a él encontrará un verdadero sentido, con o sin una creencia acerca de la existencia o inexistencia de alguna divinidad. II. El sacerdocio En todas las épocas y lugares han surgido en las sociedades humanas figuras que presentan poca variación de lugar en lugar y alrededor de muchas de las cuales se estructura la vida social. Una de ellas es la del “sacerdote”, mediador entre las fuerzas “más allá de este mundo” –sean cuales sean– y la vida cotidiana de los seres humanos. La figura del sacerdote se entremezcla en ocasiones con la del chamán o brujo, otra figura que representa a un hombre capaz de ir al reino de los dioses, conocer sus acontecimientos y traer nuevas desde él a este mundo. Ser chamán es, por tanto, una tarea delicada, pues existe el riesgo de perder el camino, y se requiere una enorme disciplina interior y el conocimiento de ciertas técnicas de origen esotérico. En ciertos casos, la figura del chamán se difumina a veces con la del bardo, al cual se reconoce en principio tan solo la propiedad de “ver” el mundo de la mitología, pero que en algunas tradiciones se enriquece con una capacidad de ir y volver desde el mundo de los dioses. Arturo, el rey de los bretones, caído en la batalla de Calmann, es guiado a su destino final, la isla de Avalon, por dos bardos, quienes conocen ese misterioso camino(2). En ambos casos, el del sacerdote y el chamán, la dedicación a la disciplina que supone cada una de estas figuras no descansa solamente en la adquisición de un bagaje de destrezas, habilidades y conocimientos. También se requiere de una actitud y un modo de “estar en el mundo”, desde el cual surgen las facultades de cada cual, y que impone una determinada estructuración y ciertas limitaciones al modo de existir. Por ejemplo, es imposible pensar en un sacerdote o chamán juerguistas o de costumbres lujuriosas; su poder entre los hombres y en relación con el mundo al cual remiten se reduciría considerablemente. Al sacerdote se le exige capacidad de posponerse, tiempo para la meditación y un sentido acendrado sobre lo que corresponde y lo que no en cualquier situación, y 152 ACTA 2 2009.indd 152 3/11/09 07:32:49 Acta Bioethica 2009; 15 (2) todo esto no sólo en lo que respecta al ejercicio del rol sacerdotal sino en la vida entera. Quizás podría decirse que hay otras disciplinas para las cuales sólo bastaría con las habilidades necesarias para su completo ejercicio, sin que se requiera de una determinada actitud esencial. Quizás haya otras para las cuales se requiere de una cierta manera de ser sólo en tanto el rol está en ejercicio, como por ejemplo en el caso de un asesor. Pero al sacerdote se le exige que haga la vida entera, hasta en sus más mínimos detalles, con arreglo a su rol. A su vez, y probablemente en relación estrecha con este grado de exigencia, al sacerdote se le entregan ciertas credibilidades muy por encima de las que se atribuiría a cualquier otra figura o rol. Nadie discutiría una prescripción sacerdotal, nadie la pondría en entredicho, pues ello está enteramente fuera de lugar. Esta “manera” y estas atribuciones están en concordancia con el papel del sacerdote en la comunidad, que es el de cautelar el sentido de lo sacro, de suyo emergente en toda sociedad. Hasta ahora no se conocen sociedades en las cuales no aparezca con fuerza a veces sorprendente el sentido de lo sacro. Y aun cuando en el Occidente actual este sentido se encuentre de cierta manera en una especie de crisis –Kakar, psicoanalista hindú, reflexiona acerca de “un duelo occidental por la pérdida de lo sagrado”(3)–, se sigue exigiendo y reconociendo, con más o menos matices, las facultades y limitaciones propias del rol del sacerdote y que derivan directamente de aquello que corresponde a su ethos. El cuidado exitoso que un sacerdote haga de sí mismo en cuanto tal posibilita una serie de formas de relación que son únicas y características de su función. La confesión, por ejemplo, que tiene lugar frente al sacerdote, se distingue de varias maneras de otros tipos de actos semejantes. Tiene el carácter del reconocimiento pleno que antecede a la expiación, una secuencia que posibilita el perdón del sí mismo, más aún si tiene lugar en el ambiente sacro, frente a una instancia superior. Este acto, quizás el de más profunda intimidad frente a un otro, sólo puede tener lugar con alguien que tiene la calidad de sacerdote, que tiene esa manera de comportarse en cada acto vital y que, por lo tanto, está “parado en un lugar” desde el cual es natural que pueda ser “guardián” de lo sacro y de aquello que se ha aludido como “alma”, “espíritu”, “fondo anímico”, en fin, aquello que entronca con las raíces inconscientes de la actividad psíquica y que se ha querido denominar como “arquetípico”. Muchos han sido los estilos de sacerdocio a través de la historia y de los tiempos. Las figuras de las vestales intoxicadas por vapores sulfurosos en Delfos poco se parecen a las de los misioneros que se internaban en las selvas del Amazonas. Sin embargo, su relación con quienes necesitan de las actitudes y las facultades de los sacerdotes no parece presentar grandes variaciones con el paso de las épocas. La voz de los sacerdotes, más intensa cuanto más su vida se acerca a la pureza del correspondiente ethos, es oída sin recelo, con la calidad de una profecía, suscitando el recogimiento y la entrega. Tan solo la voz del sacerdote es portadora de estos atributos, y ninguna, en lugar alguno, se le llega a parecer. La voz del bardo se oye como si viniese de un sueño; la del chamán como si trajese datos de un mundo “más allá”, que fundamenta este mundo cotidiano pero que tiene poco que ver con él; la voz del sacerdote es omnipresente, configuradora e incluso se le podría reconocer una suerte de carácter fundacional. En toda actividad que se espera sea para siempre es necesaria la palabra de un sacerdote, como si esa palabra contuviese algo de eternidad. III. El médico Nos hemos detenido con cierto detalle en la figura del sacerdote porque tradicionalmente el ethos del médico ha limitado siempre con el de aquél y muchos le reconocen estar imbuido de varias de sus atribuciones y de más de algo del temple esencial. La figura del médico, más allá de que las prácticas y la orientación de las destrezas y habilidades sean fundamentalmente distintas de las del sacerdote, se parece en varios aspectos que no son irrelevantes. El sacerdote tiene una acabada noción del tramo entre la vida y la muerte, un tramo sobre el cual el quehacer cotidiano del médico está precisamente enfocado, para intervenir sobre él de la mejor manera posible. La confesión ante el sacerdote tiene el sentido de “sanar” el espíritu, dejarlo libre de una cierta forma de esclavitud –la de la culpa–, mientras que la confesión ante el médico también ha de liberar de una cierta forma de esclavitud, la que sobreviene con la enfermedad. En ciertas áreas de la medicina esta similitud es aún más acentuada, como en la psiquiatría. Muchos psiquiatras con años de experiencia han percibido una y otra vez cómo la simple expresión de una culpa, una fantasía destructiva, un sentimiento innoble, bastan para el alivio y para dar comienzo a una nueva manera de experimentar la propia realidad. Es por aspectos como los reseñados que las figuras del 153 ACTA 2 2009.indd 153 3/11/09 07:32:49 Apuntes sobre la configuración actual del ethos médico - Luis Risco médico y el sacerdote tienen una reconocida imbricación y, podría decirse, una señalada semejanza en ciertas áreas de un ethos común. creyente, alguien que le pide guía para purificar y honrar su espíritu; el médico con un paciente, alguien doblegado por la enfermedad, que se entrega y que por diversas razones no está en situación de decidir por sí mismo ante la tal enfermedad. El cambio de los tiempos ha provocado que –sin que los médicos hayan podido hacer demasiado para detener esa tendencia– los pacientes hayan ido insensiblemente adquiriendo la calidad de clientes. Y por tanto, en la hora final, han quedado solos frente a la enfermedad. Sin embargo, la figura y el papel que la sociedad atribuye hoy al médico han cambiado. La palabra del médico ya no tiene aquella tradicional similitud con la del sacerdote en muchos sentidos, y esto ha reformulado de manera quizás irreversible la estructura de la relación médico-paciente y también el ethos del médico actual. Las consecuencias no han sido suficientemente estudiadas y explicitadas, y es probable que incluso dentro del mismo cuerpo médico no haya plena conciencia de cuán diferente es la manera como distintas generaciones de médicos experimentan la medicina en cuanto manera de existir. Por de pronto, la relación contractual entre el médico y el paciente hoy está intervenida por un tercero, los dueños de la medicina administrada, que actúan como moduladores de esa relación sin tener el mismo interés que el médico y el paciente en el resultado exitoso en términos de salud. Y aún más, hay terceros y cuartos que tienen interés en esta relación, pero a efectos de sacar explícito provecho pecuniario de ella, como son los que incitan a los pacientes a demandar a los médicos bajo cualquier pretexto y subterfugio. Todos estos hechos son indicadores definitivos de que el médico y el ejercicio de su profesión hace ya tiempo fueron expulsados irremisiblemente de la casa del sacerdote. Es posible que el ethos del médico haya migrado desde el carácter sacerdotal que lo investía hacia otro que se parece en mucho al de un “asesor”, alguien que aconseja, que sopla al oído qué es lo mejor que se podría hacer en una determinada situación, y que luego acompaña en una decisión que el paciente mismo y no él ha tomado. IV. El cambio ¿Podría decirse que hay un ethos del asesor que alcanza la misma profundidad e intensidad en la determinación de una manera de existir que la del sacerdote o la del médico tradicional? Es difícil sostenerlo. La calidad de asesor supone varias limitaciones centradas en la idoneidad, la honestidad y el conflicto de intereses, pero no se puede afirmar que la calidad de asesor obligue a vivir de una cierta manera sin la cual el ejercicio del rol se debilitaría. Mientras el sacerdote cuida de lo esencial del ser más allá de los atributos y riquezas, el asesor en general suele cuidar de tales atributos y riquezas más que de lo esencial de una persona. Su relación es con un cliente, alguien que lo contrata para alcanzar determinados fines. El sacerdote se relaciona con un Sin duda, el cambio que ha venido ocurriendo en la estructura de la relación médico-paciente no sólo ha tenido consecuencias operacionales. La posibilidad de interpelación de los actos médicos ha hecho surgir la necesidad del médico de “ponerse a cubierto”, de tomar medidas en el acto médico que no sólo vayan en beneficio del paciente, sino también destinadas a precaver una evaluación crítica de esas medidas, tomadas en muchos casos en situaciones de emergencia, en las cuales la rapidez de una decisión exige tomar el camino del mal menor. Asimismo, el médico debe considerar que los eventos fortuitos o impredecibles puedan ser interpretados como negligencia, con las consecuencias legales que ello podría suponer. Circunstancias como Hay por cierto notables diferencias entre la relación médico-cliente y la relación médico-paciente, muchas de las cuales son de natural obviedad. Por ejemplo, en lo que se refiere a la asistencia espiritual frente a un momento de amenaza a la vida o frente a una crisis biográfica mayor, alguien de quien se es cliente podrá sugerir y predecir con mayor o menor juicio y precisión, pero en el límite de la experiencia determinada por el acontecimiento provocador –y aún más allá– el individuo se encuentra a solas, sin otra compañía que él mismo. Lo contrario ocurre cuando se es paciente, es decir, cuando se ha hecho entrega de las decisiones límite a otro, el cual, además de estar investido de las habilidades y destrezas referidas a la salud y la enfermedad, asume la vocería y toma las decisiones frente a la extrema dicotomía de la vida y la muerte. En la calidad de paciente se puede reconocer una entrega plena, semejante a la que corresponde frente a un sacerdote, basada en una relación de profunda e íntegra confianza y reconocimiento, distinta a la que se establece cuando sencillamente se entrega o contrata un servicio determinado. 154 ACTA 2 2009.indd 154 3/11/09 07:32:49 Acta Bioethica 2009; 15 (2) estas redundan necesariamente en que el médico no se sienta en propiedad para tomar decisiones riesgosas que podrían, en un momento dado, salvar una vida, y que en ese caso pueda ser preferible evitar los riesgos personales, aun frente a la posibilidad de complicar el pronóstico del paciente. Evidentemente, este estado de cosas tiene algunas ventajas. Por de pronto, limitar el ejercicio de quienes pudieran no estar habilitados de manera conveniente para aplicar una técnica o diseñar un plan terapéutico específico. Pero, por otra parte, deja en una especie de abandono a la persona que solicita ayuda. Eventualmente, dejan de ser parte del acto médico propiamente tal el consuelo, la condolencia, la compasión, aspectos que han sido esenciales de la profesión médica por siglos y que en ciertas circunstancias son más valiosos que la habilidad técnica en sí, como por ejemplo en los casos de pacientes terminales o en aquellos en los cuales no queda más que aliviar. El cliente, en la situación más extrema, quedaría solo ante sí, con el apoyo nada más que de alguien que le provee de soporte técnico y a quien no le corresponde hacer más que lo que está prescrito que haga esencialmente en esos términos. Con la pérdida del carácter sacerdotal de la profesión, con el cambio del ethos del médico en la época actual, definitivamente no sólo ha perdido el médico. Es evidente que una generalización como la propuesta tiene una serie de limitaciones. Por ejemplo, es imposible que el acto médico deje radicalmente de ser una relación personal, en la cual emergen de manera natural sentimientos nobles de la más diversa índole, más aún cuando uno de los participantes se ha preparado para llevar una existencia entera centrada en ayudar a los demás. Pero, por otra parte, es posible que la variación de la estructura relacional entre médico y paciente en la época actual –y las consecuencias que ello tiene en lo que hemos denominado ethos del médico– hayan sido subvaloradas, y tal vez sea necesaria una visión como ésta para poder contrastar mejor el fenómeno. El cambio de esta estructura destacada aquí con alguna exageración –por lo demás, la necesaria para enfatizar convenientemente un cierto ángulo de visión– tiene una miríada de otras consecuencias en las más diversas direcciones. La intervención de aspectos legales, la relación entendida como una transacción de servicios con las regulaciones sociales que eso supone, entre otras, son algunas de estas consecuencias. Pero quizás la más esencial esté relacionada con la posible desaparición de los aspectos sacerdotales de esta relación, lo que deja en una especie de indefensión a pacientes que, en un momento crucial, los necesitan de manera extrema. V. A modo de conclusiones La relación médico-paciente ha ido adquiriendo insensiblemente, y por momentos de manera ostensible, los caracteres de desacralización con los que el hombre occidental ha construido su mundo. Por esa vía y por efecto de la intervención de agentes que no son propiamente participantes directos de esa relación, el ethos del médico actual ha ido perdiendo los atributos sacerdotales que en alguna época tuvo y que le fueron reconocidos desde antaño. Con ello se extravía uno de los que fueran fundamentos esenciales de la ética del médico, cual es el carácter sacro de la profesión. Este carácter, junto al del arte clínico, ha sido desde siempre uno de los fundamentos humanistas del ethos tradicional del médico. El temple actual del ethos del médico, en este contexto, aún está en vías de configuración: un fenómeno cuya amplitud de consecuencias todavía no se considera en toda su extensión. Por ejemplo, el trato de la medicina administrada hacia el médico es el que se da a un prestador, una forma de asesoría referida a la entrega de determinados servicios. Esto supone –en una variedad de contextos– una exigencia de rendimientos administrativos que muchas veces choca con los de la buena práctica médica, dictados desde el ethos tradicional del médico. El propósito de este artículo es proponer ciertas bases para una reflexión en este ámbito, una reflexión que seguramente ha de tener señaladas consecuencias sobre el tipo de existencia que corresponde llevar a los médicos hoy y también sobre nuevas posibilidades que aparecen y sobre otras que desaparecen. Una reflexión final y definitiva debiera incorporar necesariamente elementos de diversas fuentes, incluyendo la del futuro de la profesión, que en definitiva remite, en una dimensión más personal, a la manera de existir que habrán de llevar aquellos que escojan la medicina como su esencial propósito vital. Quizás el médico actual deba asumir que le corresponde abandonar la casa del sacerdote, con las oportunidades y limitaciones que ello supone. Pero antes deberá forzarse necesariamente en una reflexión que excede con mucho la mirada con la que hoy asiste. 155 ACTA 2 2009.indd 155 3/11/09 07:32:50 Apuntes sobre la configuración actual del ethos médico - Luis Risco Referencias 1. Musashi M. El libro de los cinco anillos. México: Lectorum; 2006. 2. De la Villemarqué Hersart. El Misterio Celta. España: José de Olañeta; 1999: 47. 3. Kakar Sudhir. Chamanes, místicos y doctores. México: Fondo de Cultura Económica; 1989: 15. Recibido: 6 de octubre de 2008 Aceptado: 28 de octubre de 2008 156 ACTA 2 2009.indd 156 3/11/09 07:32:50 Acta Bioethica 2009; 15 (2): 157-164 GESTIÓN CLÍNICA Y CONFLICTO DE INTERESES* Armando Ortiz Pommier** Resumen: Exponemos una definición de lo que entendemos por “conflicto de intereses” y la influencia que puede tener esta situación mal manejada sobre la relación médico-paciente. Se proporcionan antecedentes que permiten concluir que el conflicto fundamental en la relación clínica es la llamada “doble agencia del médico”. La bibliografía última en el tema se ha desatado como consecuencia del sistema conocido en Estados Unidos con el nombre de “Managed Care”. Esa expresión se ha traducido de varios modos: en nuestro medio se conoce como “Gestión Clínica”. La expresión norteamericana es muy precisa, porque en sus dos palabras quiere significar las dos funciones fundamentales del clínico: de una parte, su obligación de “care” y, por tanto, de buscar lo mejor para su paciente; de otra, su condición de “manager”, es decir, de gestor de recursos, y la necesidad de que mire por el control del gasto. Este es el tema de la llamada “doble agencia del médico”. Con este nuevo escenario va a cambiar radicalmente el futuro de la profesión médica, en cuya construcción nos parece que los profesionales tienen una responsabilidad indelegable. Estamos a las puertas de un cambio de paradigma en la forma de ejercer la medicina, lo que de todos modos significará un cambio en el contrato social de nuestra profesión. Palabras clave: conflicto de intereses, doble agencia, ética, gestión clínica MANAGED CARE AND CONFLICTS OF INTEREST Abstract: We want to define what we understand as a conflict of interests and its influence upon the relationship doctor-patient when ill managed. We offer antecedents that allow us to infer that the fundamental conflict in the clinical relationship is the so called “ doctor’s double agency”. Bibliography on the subject has increased as a consequence of the system known in the United States as “Managed Care”. This expression is very precise because its two words imply the two fundamental definitions of a clinician: on one hand, his obligation to “care” and, therefore, to do his best for his patient; on the other hand, his condition of “manager”, that is to say, the manager of resources and his need to look over the financial control. This is the subject of the so called “doctor’s double agency”. This new scenery will change the future of the medical profession and we think doctors have an undeniable responsibility. We are at the verge of a paradigmatic change in medical practice which will also mean a change in the social contract of our profession. Key words: conflict of interests, double agency, ethics, clinical management GESTÃO CLÍNICA E CONFLITO DE INTERESSES Resumo: Expomos uma definição do que entendemos por “conflito de interesses” e a influência que pode ter esta situação mal administrada sobre a relação médico-paciente. São proporcionados antecedentes que permitem concluir que o conflito fundamental na relação clínica é a chamada “dupla militância do médico”. Foi desatada a última bibliografia do tema como consequência do sistema conhecido nos Estados Unidos pelo nome de “Managed Care”. Essa expressão foi traduzida de vários modos: em nosso meio se conhece como “Gestão Clínica”. A expressão norte-americana é muito precisa, porque suas duas palavras querem significar as duas funções fundamentais do clínico: de uma parte, a obrigação de “care” e, portanto, de buscar o melhor para seu paciente; de outra, a condição de “manager”, quer dizer, de gestor de recursos e da necessidade de que mire no controle do gasto. Este é o tema da chamada “dupla militância do médico”. Este novo cenário vai mudar radicalmente o futuro da profissão médica, em cuja construção, segundo nos parece, os profissionais têm uma responsabilidade indelegável. Estamos às portas de uma mudança de paradigma na forma de exercer a medicina que, de todos os modos, significará uma mudança no contrato social de nossa profissão. Palavras-chave: conflito de interesses, dupla militância, ética, gestão clínica * Este artículo está basado en una publicación previa del autor (Ortiz A. Introducción al conflicto de intereses. Revista chilena de neuro-psiquiatría 2004, 42(1): 29-36). ** Médico neurocirujano, Magíster en Bioética. Departamento de Bioética y Humanidades Médicas, Universidad de Chile. Chile Correspondencia: [email protected] 157 ACTA 2 2009.indd 157 3/11/09 07:32:50 Gestión clínica y conflicto de intereses - Armando Ortiz Pommier Introducción Si quisiéramos establecer cuál ha sido el modelo médico más reverenciado y alabado en el mundo occidental, no podríamos ignorar que el mundo de la salud ha asumido como propio a lo largo de los siglos el modelo de la medicina hipocrática –o de los hipocráticos como otros prefieren denominarlos. Nuestra medicina, como saber técnico y científico, ha tenido una conexión constante e inalterada con el compromiso ético que se expresa en el Juramento Hipocrático, sin duda uno de los documentos de mayor influencia y vigencia a lo largo de toda la historia de la medicina occidental. De allí toma como principio supremo de la actividad médica o de salud el de “favorecer y no perjudicar”, que el último tiempo ha sido rectificado en algún tópico como “primero no hacer daño”, acepción que dista mucho de ser correcta: el no hacer daño siempre fue subsidiario de hacer el bien, al menos así se entiende el precepto presente en el libro “Epidemias I” del Corpus Hippocraticum. Con el tiempo, este principio hipocrático derivó en los llamados principios de “beneficencia” y de “no-maleficencia”, según los cuales, frente a un conflicto, es preciso priorizar como criterio de decisión el bien del paciente o, al menos, no dañarle. El problema es que durante siglos se entendió que es el médico quién debe discernir cuál es el bien del paciente, con lo cual el principio de beneficencia configuró el paradigma tradicional del paternalismo médico, que se puede interpretar en una de sus formas extremas como el rechazo, por el propio bien del paciente, de sus deseos y opciones, aun tratándose de una persona con información y capacidad adecuada de decisión. El imperio de esta forma de concebir la práctica clínica ha sido tal que ni siquiera el impulso emancipador que la Ilustración trajo a la vida política cambió el estilo de esa práctica, de modo que fue el principio de beneficencia, interpretado por los profesionales, el que comandó durante muchísimos siglos el modo de entender la toma de decisiones en la práctica de la medicina. Ahora bien, lo ocurrido a lo largo del siglo XX obliga a preguntarse si ese modo de entender la práctica médica y esa actitud profesional de la ética hipocrática continúan vigentes y continuarán en el futuro; o si, por el contrario, el principio de beneficencia viene sufriendo una serie de percances que amenazan con destronarlo o al menos obligarlo a compartir el sitial que ocupa. Hay la sensación de que se terminará entendiendo que el “bien del paciente” –al que es preciso “favorecer y no perjudicar”– debe ser interpretado de otra manera. En la misma escalada, hay otros dos principios, que también hacen su esfuerzo por situarse en el podio de la consideración (los de autonomía y justicia), porque otros actores pugnan por ascender a ese sitial: los pacientes y los gerentes o directivos de las instituciones de salud. La irrupción de la autonomía del paciente fue inobjetable luego de los escándalos en la experimentación médica, especialmente en la Alemania nazi, dando nacimiento como consecuencia de ello al Código de Nuremberg, en 1947. Este movimiento –que ha dado por llamarse el movimiento de emancipación de los pacientes– ha traído entre otras cosas la doctrina del consentimiento informado, no sólo en su forma de derecho propio del sujeto, sino también como extensión en la representación, incluso más allá de la condición de incapacidad, a través de los modelos de testamentos vitales o directrices previas. El principio hipocrático de beneficencia ha de complementarse con la noción que el paciente tiene de su propio bien. Lo que caracteriza a la ética médica de las décadas del setenta y el ochenta es la incorporación del principio de autonomía a la hora de tomar las decisiones. Esto quiere decir que las opciones personales del paciente deben ser atendidas y, en caso de conflicto entre los principios en juego (beneficencia por parte del médico y autonomía por parte del paciente), debe primar el de autonomía. “A la hora de establecer prioridades, las preferencias del paciente son la categoría ética de más peso en el encuentro entre el médico y el paciente”. En la década de los ochenta se abre un nuevo frente en contra del principio hipocrático. Ahora ataca no la autonomía del paciente, sino la economía. Ataque que se desata desde el momento en que la medicina pasa a ser asunto público. En concreto, cuando los Estados sociales, en forma de Estados de bienestar, incrementan los gastos en salud de modo acelerado y alarmante. Al convertirse la salud en un problema público, la atención pasó a ser asunto de justicia social en lo que toca a la distribución y asignación de recursos en salud. A partir de ese momento se empieza a revisar la racionalidad de las políticas de bienestar y, entre ellas, las de salud, sobre todo por la necesidad de controlar el gasto. La aplicación a la salud de teorías de la justicia (como la que Norman Daniels hace de la teoría de John Rawls), entendiendo el derecho a la asistencia en salud como un “bien primario”, subsidiario del principio rawlsiano 158 ACTA 2 2009.indd 158 3/11/09 07:32:50 Acta Bioethica 2009; 15 (2) de “igualdad de oportunidades”, exige determinar las necesidades de asistencia médica, ya que es imposible atenderlas a todas. De entre las múltiples respuestas destaca la del “mínimo decente”, el intento de determinar unos mínimos de justicia moralmente exigibles que garanticen la atención en salud básica igual para todos. Pero estas exigencias chocan con la escasez de recursos, obligando a enfrentarse a los problemas de financiamiento y gestión de los recursos de salud. El crecimiento explosivo e ininterrumpido de los costos –otra característica de la medicina actual– y la imposibilidad de contenerlos en una sociedad consumista, hicieron pensar que la situación sería insostenible. Los economistas acusaron a los políticos y a los médicos de irresponsabilidad en la gestión de los recursos sanitarios y nació la “economía de la salud”, que se propuso introducir la racionalidad económica en este campo, ocupado tradicionalmente por el compromiso tradicional del médico, orientado por el principio de beneficencia. Los problemas de financiamiento y gestión irrumpieron con fuerza en el mundo de la salud y la racionalidad económica se convirtió en un ingrediente de la preocupación bioética, precisamente por razones de justicia. Tras una etapa de expansión y desarrollo acelerado del gasto en salud (años setenta y ochenta) y otra de contención o reducción de costos (años ochenta), fue preciso hacer frente a una nueva situación en la que primó la evaluación de las prácticas clínicas y la responsabilidad empresarial y profesional, especialmente porque la gestión del bien “salud” y la relación entre los profesionales de la salud y los pacientes se vive cada vez más en un medio hospitalario, administrado por alguna entidad estatal o bien convertido en una empresa de salud. En cualquier caso, esas instituciones deben estar estrechamente relacionadas entre sí, porque lo verdaderamente decisivo es enfrentarse a la nueva situación. Por ello, un aluvión de transformaciones sin precedentes en el entorno de la formación y el ejercicio de la práctica de la medicina desencadenó, a escala mundial, un intenso proceso de revisión de la autonomía y regulación de la profesión médica y sus relaciones con la sociedad y el Estado. El análisis de los factores explicativos de ese cambio y la discusión sobre la recomposición del equilibrio de poderes entre ciudadanos, políticos y médicos, así como la nueva naturaleza del “contrato social” de la profesión con la sociedad, forman parte de la vanguardia de aportación crítica de grupos de pacientes, profesionales, expertos y académicos en los países más avanzados. El futuro de la profesión médica: un reto para los profesionales Intentar distinguir los futuros deseables y posibles, logrando ofrecer una visión de conjunto de los nuevos desafíos que enfrenta el profesional médico, y abrir el debate y el análisis con el fin de que puedan ofrecerse soluciones específicas al final de esta década debiera ser uno de los objetivos de los diferentes colectivos profesionales: sociedades científicas, asociaciones gremiales y otros. Con el término “medicina gestionada” (Managed Care) se alude a los diferentes modos de introducir el mercado y la empresa en el mundo de la salud, lo cual puede ser necesario, pero siempre que queden claros los costos y a costa de qué se invierten, porque puede haber costos que rebasen todo precio y pongan en peligro justamente las metas que dan sentido a la actividad de la salud, valores éticos que marcan el límite de lo moralmente aceptable. Indudablemente, la economía y la gestión empresarial han tenido un papel relevante en el desarrollo de la medicina tal cual la conocemos hoy día, e igualmente indudable es que la justicia sanitaria exige la eficiencia; pero el giro favorable al mercado y la privatización para contener el gasto, tal como se ha producido, tiende a convertir la medicina en una mercancía y pone en peligro sus valores éticos sustanciales. En este sentido, importa averiguar si las innovaciones de la gestión empresarial destruyen la relación fundamental de confianza entre el médico y el paciente. Puesto que si el médico se convierte en gestor de recursos y en controlador del gasto y si se establecen incentivos y sanciones proporcionales al ahorro o al gasto, cabe sospechar que el médico se verá obligado a actuar como un “agente doble”, que mirará tanto por las necesidades del paciente como por reducir los gastos de salud. Surgen así conflictos entre la medicina gestionada y las tradiciones éticas médicas, tanto hipocrática como liberal, que han puesto en primer lugar la atención al paciente, ya sea dando prioridad a su bien (desde el principio de beneficencia) o a su voluntad (desde el principio de autonomía). Si la medicina gestionada quiere actuar por razones de justicia, por razones éticas, tendrá que evitar destruir valores propios de las profe159 ACTA 2 2009.indd 159 3/11/09 07:32:51 Gestión clínica y conflicto de intereses - Armando Ortiz Pommier siones de la salud, como es el caso de la confianza en las relaciones terapéuticas, puesto que al desvirtuarlas estará corrompiendo las relaciones profesionales, lo que irá en perjuicio de la propia asistencia y eficiencia. No todo consiste en reducir el gasto; para que la gestión sea legítima y justa es preciso saber por qué, cómo y para qué. Como nunca, o tal vez como siempre, nuestra profesión está inmersa en sus propias tribulaciones técnicas y éticas, humanas y científicas, a las que hay que sumarles todo este vendaval de cambios descritos. Algunas definiciones Conflicto de intereses: En su forma más original o primitiva, el conflicto es parte natural de las relaciones humanas, puesto que surge de las diferencias e incompatibilidad de intereses, percepciones u objetivos entre dos o más personas. En opinión de Thompson, se origina en aquellas circunstancias en que el juicio profesional en relación con su interés primario, como puede ser el bienestar del paciente para el clínico o la validez de la investigación para el investigador, o el interés educativo o asistencial, se ve influenciado indebidamente o en exceso por un interés secundario, como puede ser un provecho económico (beneficio financiero) o un afán de notoriedad, prestigio personal o el reconocimiento y promoción profesional(1). El juicio profesional se refiere al proceso de ponderación y toma de decisiones sobre la base de la capacitación propia de su profesión. El interés primario viene determinado por los deberes profesionales, que en el caso del médico es el bienestar del paciente y en el caso del investigador la obtención de conocimiento válido generalizable(2). El interés secundario puede tenerlo el médico o el investigador en su actuación, y no tiene por qué ser ilegítimo en sí mismo, por ejemplo, avanzar en la carrera académica o, incluso, puede ser de índole altruista (conseguir fondos para ulteriores investigaciones sobre enfermedades “huérfanas”)(3). El problema es que estos intereses secundarios pueden adquirir un grado problemático de influencia en la toma de decisiones. ¿Qué es necesario para que se dé un conflicto de intereses?: En el medio legal anglosajón, el término “conflicto de intereses” se utiliza primariamente en conexión con el fiduciario, aquel profesional que posee algún tipo de poder, basado en su capacitación especializada, que debe ser usado para el beneficio de otro. Una relación fiduciaria supone dependencia y confianza y está sujeta a los más altos estándares de conducta(4). En este sentido, la relación médica es un tipo de relación fiduciaria, en la cual el profesional médico ostenta un poder que deberá utilizar para promover el bienestar del paciente(5). Para que exista un conflicto de intereses deberá existir un tipo de relación fiduciaria –como puede ser la relación médica, docente, investigadora– con un interés primario claramente definido que debe dirigir la toma de decisiones. Se establece el conflicto cuando en el proceso decisional entran a considerarse uno o varios intereses secundarios (prestigio personal, reconocimiento académico, promoción, incentivos económicos), que pueden determinar acciones alejadas o contrarias a los intereses profesionales primarios. Ahora bien, estos intereses en conflicto nunca son equivalentes desde un punto de vista ético, ya que la relación profesional entre el médico y el enfermo o entre el investigador médico y los enfermos está fundamentada (tiene su razón de ser) precisamente en sus intereses primarios(1). ¿Por qué es problemático que se dé un conflicto de intereses?: Todos tenemos intereses, aunque sea en diferente grado u objeto, y casi no hay actividad humana que en el fondo no pretenda obtener algún tipo de beneficio. La presencia de un conflicto de intereses no supone por sí misma que se producirá un desenlace incorrecto éticamente, pero es evidente que incrementa su posibilidad. Además, que la sociedad constate que no es correctamente manejado mina la confianza en la asistencia médica y en la investigación clínica, y evidentemente la viabilidad futura de ambas(6,7). ¿Qué pasa con la relación clínica? Dejando de lado los cambios históricos en la relación médico-paciente y sobre todo la actual incorporación de múltiples actores a la misma, en una sociedad democrática en la que todos los individuos son, mientras no se demuestre lo contrario, agentes morales autónomos, capacitados para tomar decisiones, con criterios distintos sobre lo que es y lo que no es malo, la relación médica, en tanto que relación interpersonal, es esencialmente conflictiva(8). Ya es un tópico lo que ha señalado muchas veces Diego Gracia: “Hay muchas razones para pensar que la medicina ha evolucionado en estos últimos veinticinco años más que en cualquier otro período de su historia”(9). 160 ACTA 2 2009.indd 160 3/11/09 07:32:51 Acta Bioethica 2009; 15 (2) La irrupción en el mundo sanitario de muchos otros actores –administradores, auxiliares de servicio, otros profesionales de áreas de la salud, instituciones, entre otros– no sólo ha generado cambios en la relación clínica, sino que también se han debilitado más las reglas tradicionales de fidelidad. En particular, las empresas financiadoras y los proveedores institucionales han impuesto limitaciones a las decisiones médicas sobre el diagnóstico y las intervenciones terapéuticas. Estos intereses económicos forman parte de la vida diaria de los médicos y formarán una parte mayor en el futuro. La nueva situación establecerá que los médicos deberán mantener lealtad con diversas instituciones, así como con los pacientes(10). Frente a un nuevo entorno laboral, caracterizado por el aumento sostenido del costo de la salud, se han establecido nuevos mecanismos de control, incluyendo pago por adelantado, grupos relacionados con el diagnóstico, revisiones de utilización, acuerdos de proveedor preferido y diversas formas de medicina gestionada1(10). Estos mecanismos a menudo condicionan y reducen la fidelidad del médico hacia el paciente, a través de una mezcla de incentivos y medidas disuasorias, que a veces ponen el interés del médico en pugna con el mejor interés del paciente, produciendo serios conflictos éticos y de fidelidad(2). El paciente está en una posición muy diferente cuando el médico tiene incentivos para restringir los tratamientos necesarios que cuando los tiene para ofrecer los tratamientos innecesarios. En la última situación, los pacientes pueden obtener otra opinión; en la primera, pueden ignorar la necesidad de un tratamiento porque nadie se lo ha recomendado(10). ¿Cuál será el principal conflicto de intereses que enfrentarán los futuros médicos o los que ejercen actualmente la profesión? La bibliografía última se ha desatado como consecuencia del sistema conocido en Norteamérica con el nombre de “Managed Care”. Esa expresión se ha traducido de varios modos al español, como “cuidado dirigido” en Puerto Rico o como “gestión clínica” en España. La expresión norteamericana es muy precisa, porque en sus dos palabras quiere significar las dos funciones fundamentales del clínico: de una parte, su obligación de “care” y por tanto de buscar lo mejor 1 El Managed Care está introduciendo gran cantidad de conceptos económicos en la jerga ética, de realidades de implantación todavía incierta en nuestro sistema sanitario, como las enumeradas: prospective payment, diagnosis related group, utilization review, preferred provider arrangements, fee-for-service, self-referral, etc. para su paciente; de otra, su condición de “manager”, es decir, de gestor de recursos, y la necesidad de que atienda el control del gasto. Este es el tema de la llamada “doble agencia del médico”, el conflicto de intereses fundamental. Lo cual no quiere decir que no puedan y deban armonizarse ambas dimensiones del acto clínico. Ése es uno de los objetivos de la bioética: ayudar a resolver ese tipo de conflictos. Ser médico o hacer de médico en el siglo XXI. El problema de la “doble agencia” En el ambiente sanitario –en términos cotidianos, “en una cafetería de hospital”–, los médicos declaramos percibir a los economistas y sus intereses liberales como los principales responsables de nuestras desgracias y desventuras, explicación en principio imprecisa. Intentar acercar las perspectivas del economista y del médico, perniciosamente enfrentadas en el contexto actual, no es tarea fácil, pero coincidamos en que es mucho más fructífero buscar los puntos comunes que ahondar sus diferencias(11). Y en este enfoque hay al menos dos aspectos relevantes: por una parte, el problema de la doble lealtad o doble agencia, generado por la presencia de terceros pagadores, y de cómo los conflictos de intereses que de ello surgen debilitan el modelo hipocrático al enfrentarlo con la ética corporativa; por otra, la necesidad de que el médico asuma su responsabilidad en la distribución de recursos, como estrategia para conservar su autonomía, pero, a la vez, la necesidad de renegociar el contrato entre la profesión y la sociedad. Y si no son los médicos, ¿quiénes tomarán el liderazgo para que los principios fundamentales de la profesión no se vean aún más afectados? El modelo tradicional de práctica médica que prevaleció por veinticinco siglos era el de un paciente que acudía a su médico para que éste actuara como su agente y tomara decisiones en su beneficio, utilizando para ello un conocimiento avanzado pero con total autonomía. Entre estos dos mediaba el honorario, una forma de honrar a quien ponía su conocimiento al servicio del paciente. Durante la segunda mitad del siglo XX empezó la carrera tecnológica que desbordó a todos los países, incluidos los más ricos y poderosos, y por tanto la capacidad de los hogares de enfrentar por sus propios medios los costos de un evento de enfermedad o accidente. Aparecieron los seguros como un mecanismo de protección frente a la probabilidad de ruina financiera y con éstos desapareció de la relación tradicional el 161 ACTA 2 2009.indd 161 3/11/09 07:32:51 Gestión clínica y conflicto de intereses - Armando Ortiz Pommier problema de la capacidad de pago. Los seguros no hicieron más que acelerar el proceso de encarecimiento de los servicios de salud, pues ya no había limitantes en la capacidad de pago por parte del paciente, generándose los conocidos problemas del riesgo moral y el facilitamiento de la inducción de la demanda. Entre otras, surge la dicotomía que en su aspecto fundamental consiste en que el médico recibe una remuneración adicional que no es conocida por el paciente. Con frecuencia, la dicotomía es injusta para el enfermo, que a menudo sufre una agresión económica o no recibe el tratamiento más adecuado para su condición. También resulta perjudicial para los médicos que rechazan la dicotomía ya que quedan condenados a una situación de inferioridad económica en comparación con aquellos que sí la aceptan. En los lugares en que esta práctica se ha generalizado, el médico invariablemente pierde su independencia de juicio y se refieren los pacientes no al colega más competente para ese caso o se sobreutilizan procedimientos o intervenciones. Siempre esta situación es descubierta, con el consiguiente descrédito no sólo para los médicos implicados sino que para toda la profesión(2). Puesto que esto no puede seguir indefinidamente así, aparecen los planes de salud integrales, con un control más estricto del gasto médico, control que sólo logran los aseguradores mediante incentivos financieros y no financieros para que el médico racionalice el uso de los recursos de que dispone. Cualquier mecanismo de distribución de recursos genera el problema de la doble lealtad. La única posibilidad de recuperar la lealtad exclusiva del médico con el paciente es volviendo a la responsabilidad del paciente por la totalidad del costo de la atención, y es obvio que eso no va a ocurrir. La doble lealtad no es pues un problema generado exclusivamente por el asegurador, sino también por cualquier mecanismo de dispersión de riesgos y costos financieros, cualquiera sea su escala. Según lo anterior, el problema de la doble lealtad no sería un problema moralmente cuestionable, sino una consecuencia obligada de la evolución de la prestación de servicios de salud. Lo que frecuentemente se critica de este problema es más bien algo que se oculta tras él: el fin de lucro, que se hizo evidente con la entrada de la medicina prepagada o el sistema “Isapre2” en los 2 Instituciones de Salud Previsional en Chile. ochenta, y pareciera que pronto en el sistema público de salud. Si el fin de lucro per se no es lo cuestionable, podría decirse que la ética corporativa de estas organizaciones es un instrumento de la ética distributiva para lograr su objetivo de eficiencia en el gasto en salud. Es evidente e inevitable que la práctica médica actual esté condicionada por esta doble lealtad, puesto que el médico es agente simultáneo de dos principales: el paciente y el tercer pagador. Pero más que el tercer pagador, el verdadero segundo principal del médico es el grupo de personas asociadas en el fondo de seguros; el tercer pagador no es más que un mediador de esa obligación, y que además cobra por correr un riesgo, al menos en el contexto nuestro. Los conflictos de intereses generados por la doble lealtad no son, por sí mismos, más problemáticos que otros tipos de conflictos de intereses, presentes desde que apareció la remuneración al profesional por sus servicios. El problema fundamental con estos conflictos radica en su intensidad(1): cuando el interés secundario es tan fuerte que compromete severamente el interés primario es evidente que se ha invertido la obligación del agente para su principal hacia su beneficio; pero esto puede suceder en cualquier contexto y no es exclusivo de la intermediación con fin de lucro. Por lo tanto, nuestra preocupación debe orientarse a controlar la intensidad de los conflictos de intereses, más que el fin de lucro o la simple presencia de tales conflictos. En síntesis, respecto de este segundo punto, los recursos que el médico utiliza para tratar a su paciente no le pertenecen a éste ni a aquél, sino al grupo de personas que han optado por un esquema cooperativo de protección financiera. El hecho de que la capacidad de pago del paciente desaparezca del acto médico no implica ignorar el costo de oportunidad de las decisiones clínicas; por el contrario, implica una responsabilidad mayor frente a la colectividad, lo cual inevitablemente crea la doble lealtad en el médico: frente a su paciente y frente a los demás beneficiarios de los recursos disponibles(11). No queda duda de que el modelo tradicional de práctica médica, basado en la ética hipocrática y en la autonomía propia del profesionalismo, está actualmente y de manera irreversible condicionado por la doble lealtad del médico. Este condicionamiento ha sido visto como una amenaza al profesionalismo, postura que considero es la mayoritariamente adoptada por los médicos nostálgicos. Creemos que ello no es necesariamente cierto 162 ACTA 2 2009.indd 162 3/11/09 07:32:52 Acta Bioethica 2009; 15 (2) y que, por el contrario, la profesión debe asumir los nuevos retos que la doble lealtad supone para conservar ese preciado don del profesionalismo. Si el médico es quien finalmente determina cómo se utilizan las cuatro quintas partes de los presupuestos para salud y si los individuos ya no llegan al médico por su propia cuenta sino amparados por un tercer pagador, es claro que el médico tiene hoy la obligación de hacer una utilización racional de los recursos. Si no lo hace, los terceros pagadores lo harán por él: lo presionarán a seguir protocolos, lo someterán a revisión por pares o a segundas opiniones, o finalmente lo obligarán a asumir riesgo financiero bajo contratos de capacitación u otros incentivos monetarios. Pero no se trata de que el médico se obstine en defender una posición que a todas luces en el contexto actual es insostenible. En sana lógica, si el médico extiende su principio de justicia a su obligación como distribuidor de recursos está cumpliendo con una obligación que hoy no puede eludir, ejerciendo en el micronivel lo que el formulador de políticas ejerce a diario cuando toma decisiones de distribución de recursos en el macronivel. Pero ello supone inevitablemente tomar decisiones trágicas: restringir el acceso de unos para permitir un mejor acceso a otros y de este modo contribuir a que los recursos sean usados de manera eficiente, sin necesidad de un supervisor que coarta su autonomía sobre la base de desautorizaciones y órdenes incuestionables. Reaparece aquí el concepto de “autonomía” como eje del profesionalismo. Evidentemente, en el contexto de restricciones que he descrito, qué mejor manera de recuperar la autonomía profesional que asumiendo de manera racional la responsabilidad en la distribución de recursos. Si el médico no quiere verse vigilado por un extraño, lo lógico es que haga por su propia cuenta aquello por lo cual hoy es vigilado. Pero este cambio de paradigma supone una renegociación del contrato social representado por el juramento hipocrático. El rediseño de las obligaciones del médico frente a la sociedad requiere un proceso en el cual participen los beneficiarios de las decisiones del médico, es decir, los pacientes actuales y futuros. La sociedad debe entender que si espera que sus médicos siempre busquen el beneficio del paciente sin importar el costo, estarán generando un resultado subóptimo en la utilización de los recursos para salud. Por esto, la renegociación del pacto social debe comprometer tanto a los profesionales como a la sociedad en general, mediante un proceso democrático, deliberativo y abierto que considere objetivamente las restricciones presupuestales, la disponibilidad de pagar de los asociados y la nueva responsabilidad del profesional en el racionamiento. La renegociación del contrato social no es una claudicación de la ética hipocrática ante la ética distributiva; es más bien una versión ampliada del compromiso del médico con su paciente, que reconoce la responsabilidad del profesional en la adecuada utilización de los recursos de la sociedad. Es el camino lógico y sensato hacia la preservación del profesionalismo, que hace irrelevante la amenaza del control externo sobre la autonomía y que, del mismo modo, permite construir entre los dos una relación en la que la profesión sale mejor librada. A la vez, es consecuente con la búsqueda del equilibrio entre equidad y eficiencia y con la prestación de servicios de alta calidad. En síntesis, la obligación del profesional sigue siendo frente a su paciente, pero en conexión con los demás pacientes. Comentarios ¿Cómo afrontar el reto de mejorar sin renunciar a lo que hemos conseguido? ¿Cómo debe evolucionar la profesión médica para sobrevivir y para que contribuya a la sostenibilidad de los logros alcanzados haciendo posibles nuevos hitos? ¿Cómo construir las visiones de futuro deseables y también posibles? Nadie duda de que el milenio ha comenzado con una crisis de los sistemas de salud, que no coge a los profesionales desprevenidos aunque sí erosionados, y a los ciudadanos irritados e insatisfechos. Mucho es lo que se habla en los últimos tiempos de la pérdida de confianza del público en la figura del médico y en general en la profesión médica. ¿Qué ha sucedido que se ha transformado en una paradoja? Pues, “mientras mayor ha sido el desarrollo de la tecnología y la capacidad de la medicina para resolver algunos problemas de salud, mayor es su situación de desprestigio”. ¿Cuál es en realidad el verdadero privilegio que los médicos sienten que han perdido? Más allá de todas las posibles explicaciones, el privilegio perdido ha sido la confianza. Hay quienes sostienen que todavía la medicina es la profesión más valorada por la población en los países europeos y en muchos otros del mundo entero, y que por tanto la opinión negativa de los ciudadanos se dirige más al sistema que a los médicos, por no haber cumplido con el objetivo de colocar al paciente en el centro del sistema, burocratizar el sistema, favorecer la 163 ACTA 2 2009.indd 163 3/11/09 07:32:52 Gestión clínica y conflicto de intereses - Armando Ortiz Pommier falta de información, la generación de listas de espera y la saturación de los servicios de urgencia. Pero, ¿acaso todo esto no recuerda con familiaridad el trabajo hospitalario actual? Los expertos coinciden en que la relación médicopaciente será en el futuro el eje central del nuevo modelo organizativo. Una relación a la que, nos guste o no, los médicos deberán adaptarse, debiendo por tanto generar en los profesionales del futuro las actitudes que les permitan ejercer con un nuevo tipo de relación médico-enfermo más igualitaria, en la cual los pacientes son conscientes de su derecho a la información y a la autonomía y no aceptan de sus médicos actitudes paternalistas o autoritarias. Recabar el consentimiento informado de los pacientes como prueba de que se les ha informado y no como salvaguarda del médico deberá tender a ser una práctica cada vez más extendida. El bioeticista Daniel Callahan(12) propone llevar a cabo un replanteamiento más radical, formulando nuevos ideales y direcciones. Si no se hace esto último, la medicina será: “económicamente insostenible, clínicamente confusa, socialmente frustrante y carente de dirección y propósito coherentes”. El informe del Hastings Center(12) sobre Goals of Medicine sugiere que la medicina preste atención preferente a cuatro grandes objetivos: prevención de la enfermedad, promoción y mantenimiento de la salud; alivio del dolor y del sufrimiento humano causado por los padecimientos de orden interno; cuidado y curación de todos los que tienen padecimientos y cuidado de los que no pueden ser curados; evitación de las muertes prematuras y aspiración a una muerte en paz. De tal manera, la crisis que enfrentarán los futuros profesionales se vincula más con una crisis de la medicina en sus propios fines y no sólo ni fundamentalmente en los medios que emplea. Hasta hora los problemas de la medicina actual han sido exclusivamente técnicos y organizativos y se han dejado de cuestionar los fines y los presupuestos más básicos. El giro de timón deberá orientarnos a sus verdaderos fines. Es razonable esperar que el debate generado en este artículo nos ayude a entender algunos de los cambios que en los próximos años se producirán, tanto en las coordenadas organizativas –en cuya conformación las profesiones pueden intervenir en pie de igualdad con otros agentes del sistema y de la sociedad– como en la modernización y posicionamiento profesional, a cuya estrategia y definición los profesionales deben dar una respuesta específica e indelegable. Referencias 1. Thompson DF. Understanding financial conflict of interest. N Engl J Med 1993; 329: 573-576. 2. Novoa F. Conflicto de intereses en la relación médico-paciente. Panorama Médico 1998; 34: 5-6. 3. Lemmens T, Singer PA. Bioethics for clinicians: 17. Conflict of interest in research, education and patient care. CMAJ 1998; 159: 960-965. 4. Rodwin MA. Strains in the fiduciary metaphor: divided physician loyalties and obligations in a changing health care system. 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Recibido: 22 de septiembre de 2008 Aceptado: 28 de octubre de 2008 164 ACTA 2 2009.indd 164 3/11/09 07:32:52 Acta Bioethica 2009; 15 (2): 165-171 FINANCIAL AND NON-FINANCIAL CONFLICTS OF INTERESTS IN PSYCHIATRY Mario Maj* Abstract: A conflict of interests occurs when a doctor is unduly influenced by a secondary interest (i.e., a personal incentive) in his acts concerning one of the primary interests to which he is professionally committed (the welfare of patients, the progress of science or the education of students or residents). One specific variety of conflicts of interests has monopolized the attention of the scientific and lay press: the financial conflicts of interests arising from the relationships between doctors and drug companies. A large literature has described the many, sometimes subtle, ways by which a psychiatrist can be influenced in his prescribing habits or research activities by his relationships with the industry. Some empirical evidence is now available in this area. On the other hand, it has been pointed out that the current debate on this issue is sometimes “affectively charged”, or fails to take into account that the interests of patients, families and mental health professionals and those of the industry may be often convergent. Other types of conflicts of interests are beginning now to be discussed. There is evidence that the allegiance of a researcher to a given school of thought may influence the results of studies comparing different psychotherapeutic techniques, thus colliding with the primary interest represented by the progress of science. Political commitment is also emerging as a source of conflicts of interests. Financial and non-financial conflicts of interests are widespread in psychiatric practice and research. They cannot be eradicated, but must be managed more effectively than is currently the case. Key words: conflicts of interests, pharmaceutical industry, publication bias, disclosure, allegiance effect, political commitment CONFLICTOS DE INTERESES FINANCIEROS Y NO FINANCIEROS EN PSIQUIATRÍA Resumen: Se produce un conflicto de intereses cuando un médico se siente indebidamente influenciado por un interés secundario (i.e., un incentivo personal) en relación con sus deberes primarios con los cuales está comprometido profesionalmente (el bienestar de los pacientes, el progreso de la ciencia o la educación de los estudiantes o residentes). Una variedad específica de conflictos de intereses ha monopolizado la atención de la prensa científica así como de la no especializada: los conflictos de intereses financieros que surgen de la relación entre médicos y compañías farmacéuticas. Una extensa literatura ha descrito las variadas maneras, a veces sutiles, por medio de las cuales un psiquiatra puede ser influenciado por sus relaciones con la industria al aconsejar hábitos, o en sus actividades de investigación. Hoy en día se puede obtener algo de evidencia empírica en esta área. Por otra parte, se ha señalado que, a veces, el actual debate sobre esta materia se ve “cargado afectivamente” o falla en considerar que los intereses de los pacientes, de sus familias y de los profesionales de la salud mental y los de la industria podrían converger. Actualmente, se está empezando a discutir acerca de otros conflictos de intereses. Existe evidencia de que la cercanía de un investigador a alguna línea de pensamiento puede influenciar los resultados de estudios al comparar diferentes técnicas psicoterapéuticas, chocando, por tanto, con el interés primario representado por el progreso de la ciencia. El compromiso político también está emergiendo como fuente de conflictos de intereses. Conflictos de intereses financieros y no financieros están muy esparcidos en la práctica y la investigación psiquiátricas. No pueden ser erradicados, pero deben ser tratados con mayor eficacia de la que se observa hoy en día. Palabras clave: conflictos de intereses, industria farmacéutica, sesgo de la publicación, desvelar, efecto de lealtad, compromiso político CONFLITOS DE INTERESSES FINANCEIROS E NÃO FINANCEIROS EM PSIQUIATRIA Resumo: Ocorre conflito de interesses quando um médico se sente indevidamente influenciado por um interesse secundário (i.e., um incentivo pessoal) em relação aos seus deveres primários, com os quais está comprometido profissionalmente (o bem-estar dos pacientes, o progresso da ciência, a educação dos estudantes ou residentes). Uma variedade específica de conflitos de interesses tem monopolizado a atenção da literatura científica, assim como da não especializada: os conflitos de interesses financeiros que surgem da relação entre médicos e companhias farmacêuticas. Uma extensa literatura tem descrito as variadas maneiras, às vezes sutis, nas quais um psiquiatra pode ser influenciado devido às suas relações com a indústria ao aconselhar hábitos, ou em suas atividades de pesquisa. Hoje em dia, pode-se obter alguma evidência empírica nesta área. Por outra parte, tem-se assinalado que, às vezes, o atual debate sobre esta matéria se vê “carregado afetivamente” ou falha ao considerar que os interesses dos pacientes, de suas famílias, dos profissionais da saúde mental e os da indústria poderiam convergir. Atualmente, está se iniciando a discussão sobre outros conflitos de interesses. Existe evidência de que a proximidade de um pesquisador com alguma linha de pensamento pode influenciar os resultados de estudos ao comparar diferentes técnicas psicoterapêuticas, conflitando, portanto, com o interesse primário representado pelo progresso da ciência. O compromisso político também está emergindo como fonte de conflitos de interesses. Conflitos de interesses financeiros e não financeiros estão muito difundidos na prática e na pesquisa psiquiátricas. Não podem ser erradicados, porém devem ser tratados com maior eficácia em relação ao que se observa hoje em dia. Palavras-chave: conflitos de interesses, indústria farmacêutica, obliquidade da publicação, cuidar, efeito de lealdade, compromisso político * Department of Psychiatry, University of Naples SUN, Naples. Italy Correspondence: [email protected] 165 ACTA 2 2009.indd 165 3/11/09 07:32:53 Financial and non-financial conflicts of interests in psychiatry - Mario Maj A conflict of interests occurs when a doctor is unduly influenced by a secondary interest (i.e., by a personal incentive) in his acts concerning one of the primary interests to which he is professionally committed(1-3). The primary interests to which a doctor is professionally committed are: first of all, the welfare of his patients; then, if he is a researcher, the progress of science; and, if he is a scholar, the education of his students, residents or colleagues(1-3). A conflict may also arise between two of these primary interests. For instance, between the welfare of an individual patient and the progress of science. This conflict has been covered in the literature, and usually referred to as the “clinician-scientist dilemma”. The expression “conflict of interests” is not used in this case. Furthermore, a doctor may have other professional roles in addition to those of clinician, scientist and scholar. For instance, he may act as a consultant to the judiciary system or to the government. This may be a source of conflicts. This issue has been covered in the literature concerning the practice of forensic psychiatry, where there is often a potential conflict between the welfare of individual patients and the mandate the psychiatrist receives from the court(4). This conflict, however, is rarely referred to as a conflict of interests. The expression “dual commitment” or “dual loyalty” conflict is more frequently used. The expression “conflict of interests” is commonly used, instead, when a conflict arises between one of the above-mentioned primary interests to which a doctor is professionally committed and one of several possible secondary interests (i.e. personal incentives). These secondary interests include: a) the motivation to obtain a financial gain for oneself or an institution (such as a hospital or a university department); b) the motivation to obtain personal recognition, career advancement or visibility in the media (the so-called academic currency); c) the motivation to favour a relative, a friend or a colleague; d) the allegiance to a school of thought, a socio-political position or a religious belief(1-3). Having a potential conflict of interests, i.e., one which is seen as possibility, is different from having an actual conflict of interests, i.e., one documented as a fact. A common misunderstanding is that having a potential conflict of interest means that the individual is necessarily doing something wrong or unethical. On the contrary, judging that a potential conflict of interests exists in a given situation means that the situation is such that any well-intentioned person might be subtly influenced(5). Also, a potential conflict of interests may be more or less substantial. Being a regular consultant or in the board of directors of a drug company is not the same thing as eating a pizza at an industry-sponsored lunch(6). It is also important to clarify that a conflict of interests may or not be perceived as such by the involved person. Actually, it is common for people to believe that they are invulnerable to influences to which they believe others are susceptible(7). Financial conflicts of interests arising from relationships to drug companies Of the universe of conflicts of interests which may occur in medical (and psychiatric) research and practice, one specific variety has monopolized the attention of the scientific and lay press: the financial conflicts of interests arising from the relationships between physicians and drug companies. Much has been said and much has been written on this issue. Let us focus on the points which are currently supported by some empirical evidence. It is to some extent documented that accepting funds for travel and accommodation on the occasion of sponsored symposia is associated with an increased prescription of the sponsor’s medications, and that physicians who use to request the addition of drugs to their hospital formulary are more likely to have accepted money from drug companies(8). It is also documented that studies sponsored by the industry are more likely to report outcomes favourable to the sponsor’s product(9). A systematic review(10) found that in 90% of head-to-head comparison studies of second-generation antipsychotics the reported overall outcome was in favour of the sponsor’s drug. Another study(11) reported that authors’ conflict of interests was significantly associated with positive trial outcomes in industry-supported clinical trials in psychiatry. Since almost all trials of new medications in the psychiatric field are now funded by a drug company, the suspicion is warranted that recent research evidence in the field of psychopharmacotherapy is to some extent biased. 166 ACTA 2 2009.indd 166 3/11/09 07:32:54 Acta Bioethica 2009; 15 (2) The sources of bias in the design, conduct and data analysis include(12): a) using a dose of the comparison drug which is outside its standard clinical range; b) altering the usual dosing schedule of that comparison drug; c) using self-serving assessment instruments; d) using misleading statistical analyses; e) picking favourable endpoints and outcome measures a posteriori. The sources of bias in the report of the results of trials include(12): a) selectively emphasizing findings which are favourable to the sponsored drug; b) masking unfavourable side effects of that drug; c) repeatedly publishing the same data in papers with a different first author (so that even meta-analyses and systematic reviews may be misled); d) publishing data in sponsored supplements where papers are not peer-reviewed; e) withholding unfavourable results. In addition to this, it has been claimed that eminent researchers with significant financial conflicts of interests may exercise their impact on the field also in their role of referees or editors of scientific journals, thus creating what have been called “special interest groups”(13). The same experts are also the most likely to contribute to the production of clinical guidelines. In fact, a further well-documented evidence is that most authors of clinical practice guidelines have financial relationships with companies whose drugs are considered in those guidelines. A study showed that 59% of contributors to clinical guidelines had received financial support from the industry. Only 7% of them thought that their relationship with drug companies had influenced their own recommendations, whereas the percentage of those who thought that their co-authors’ recommendations had been influenced was three times higher(14). A further point which is now to some extent documented is that industry-sponsored CME activities are often biased in favour of the sponsor’s products, and that physicians attending those activities tend to prescribe those products more often than competing drugs(15). In several countries, there are now so-called medical education and communication agencies, paid by drug companies, which put together the programme of sponsored CME events, select and pay the speakers, and sometimes prepare the speakers’ slides(16). These agencies are very clear in explaining the purpose of their business to drug companies. These are some quotes from their advertisements: “Medical education is a powerful tool that can deliver your message to key audiences and get those audiences to take action that benefits your product”; “Putting the science of medicine to work for you. Preparing and building the market through professional education”(16). The main antidote to this situation that our profession has been able to develop is disclosure (i.e., the disclosure of potential financial conflicts of interests by researchers authoring a scientific paper, contributing to the production of clinical guidelines, or presenting at a scientific meeting or a CME course). The idea is that, since eradicating or even limiting financial conflicts of interests is unfeasible, at least the readership of scientific journals and the audience of scientific meetings should be aware of their existence and of the possibility that the evidence presented be consequently biased. However, this antidote has not been very effective up to now. In fact, while self-reports reveal that more than 33% of senior journal authors have financial ties to funders of research, the rate of self-disclosure in journals has been reported to be less than 2%(17). The International Committee of Medical Journal Editors has recently produced “Uniform requirements for manuscripts submitted to biomedical journals”, stating that “when authors submit a manuscript, whether an article or a letter, they are responsible for disclosing all financial and personal relationships that might bias their work”(18). The crucial point, however, is what happens if somebody refuses or fails to disclose a relationship with industry. The consequences of this refusal or failure should be substantial enough to ensure the effectiveness of the policy(19). Indeed, some professional associations have issued statements according to which failure to disclose a financial conflict of interests may constitute grounds for disciplinary action(20). However, professional associations are usually too remote to be effective, and it should be the responsibility of local institutions to establish a peer review committee which is really functioning and deals with these issues(19). On the other hand, concerns have been also raised about common conflicts of interests of members of institutional review boards, who may be inappropriately critic of other colleagues due to jealousy over their achievements or different school orientations(21). Concerning the issue of publication bias, a possible antidote which has been frequently proposed is the creation of a registry in which all new trials are re167 ACTA 2 2009.indd 167 3/11/09 07:32:54 Financial and non-financial conflicts of interests in psychiatry - Mario Maj corded when they start. This idea has been recently implemented by the World Health Organization, which has launched an International Clinical Trials Registry Platform, urging research institutions and companies to register all medical studies that test treatments on patients or healthy volunteers(22). The issue of publication policies has been also addressed in a set of good publication guidelines for pharmaceutical industry, produced by a working group including several companies, although a final disclaimer specifies that the guidelines may not necessarily represent the policies of those companies(23). Has the issue of financial conflicts of interests been overemphasized in psychiatry? Four main arguments have been put forward by those who believe that the issue of financial conflicts of interests arising from the relationships between psychiatrists and drug companies has been overemphasized in the field of psychiatry. The first argument is that the current debate on financial conflicts of interests in the psychiatric field is sometimes biased by ideological prejudice: “The debate on this issue may have become so vitriolic in psychiatry because it taps into a more profound disagreement about the role of drugs in psychiatry”(24). A more general critique of capitalism may also be involved: “Is the making of money on the back of drug development and sales somehow immoral?”(24). Moreover, an oppositional attitude towards drug companies may carry professional benefits, including a priority when public money is distributed for research(25). This argument is certainly an interesting one. However, it should not be brought so far as to deny the impact of financial conflicts of interests on the psychiatric field, especially since this impact is now well documented by research evidence. The second argument is that the current focus on financial conflicts of interests arising from the relationships between psychiatrists and drug companies sometimes fails to take into account the fact that the pharmaceutical industry is today virtually the only source of development of new medications in our field, and that we, our patients and their families do need new, more effective, better tolerated and more targeted medications. To a large extent, therefore, our interests, those of patients and their families and those of the industry may be regarded as convergent(26-28). However, this is not necessarily true, if the new drugs which are promoted are more expensive and do not really bring significant advantages with respect to the old ones. Furthermore, the fact that we are necessarily partners does not mean that this partnership should not have clear rules, better if agreed upon by both parties involved. The third argument is that drug companies are today, in many countries, the only accessible source of financial support for drug trials, the organization of large scientific meetings and CME events, so that it is practically unavoidable for a professional who wants to implement one of those activities to look for the support of the industry. This is most probably true. However, again, the fact that a partnership is unavoidable does not imply that such a partnership should not have rules. The fourth argument is that the relationship with drug companies is not the only source of financial conflicts of interests for physicians and researchers, although it is by large the most visible. This is certainly a good point. There are indeed financial conflicts of interests in psychiatric practice and research which do not involve the pharmaceutical industry. For instance, public health sponsors usually have an interest to avoid spending money on the most expensive drugs(25). This may affect the conduct and the outcome of the studies they fund (e.g., comparisons between old- and new-generation drugs), especially if the report of results in line with the public sponsor’s interest involves a better chance for researchers to be funded again by that sponsor. Another almost unexplored issue is that of financial conflicts of interests related to the practice of managed care(29). Many physicians are currently pressured by their administrations to be more “productive” (i.e., to see more patients during working hours) and to use the least expensive interventions. This increased productivity and use of the cheapest treatments may not be in the best patients’ interest. If a financial incentive is involved, which is often the case, a financial conflict of interests may be generated. Non-financial conflicts of interests in psychiatry Financial conflicts of interests have attracted a lot of interest in the past few decades. However, they are 168 ACTA 2 2009.indd 168 3/11/09 07:32:54 Acta Bioethica 2009; 15 (2) certainly not the only conflicts of interests affecting research and practice in medicine, and particularly in psychiatry. An example of non-financial conflict of interests affecting psychiatric research is given by the possible conflict between the secondary interest represented by the researcher’s allegiance to a given school of thought and the primary interest represented by the progress of science(3). The impact of this “allegiance effect” on the outcome of psychotherapy research has been repeatedly described. A systematic review(30) found that the combination of three measures of researcher’s allegiance accounted for 69% of the effect size of treatment outcome in studies comparing three psychotherapeutic techniques. Interestingly, some mechanisms by which the researcher’s allegiance may operate are very similar to those explaining the impact of financial conflicts of interests on the outcome of drug trials: the selection of a less effective intervention to compare with the researcher’s favoured treatment; the unskilful use of the comparison treatment; a focus on data favouring the preferred treatment in study reports; and the failure to publish negative data. The impact of this allegiance effect (along with the fact that the proponents of some psychotherapies may for various reasons be less interested in the scientific validation of their techniques) may bias the research evidence concerning the relative efficacy of the various psychotherapies, exactly like the impact of financial conflicts of interests may bias the research evidence concerning the relative efficacy of the various psychotropic drugs. Not surprisingly, it has been argued that “the balance of investigator allegiance across the schizophrenia literature is against psychodynamic or supportive methods and in favour of CBT approaches”(31). An example of non-financial conflict of interests affecting psychiatric practice is given by the possible conflict between the secondary interest represented by a psychiatrist’s political commitment and the primary interest represented by patients’ welfare(3). In my country, a minister of education stated some years ago that a psychiatrist should always be a political activist, and, indeed, being a political activist may be very useful to a psychiatrist in fulfilling his professional duties. However, it is a fact that some political orien- tations are often associated with a strong prejudicial attitude against the use of medications in psychiatry and the hospitalization of psychiatric patients. This prejudicial attitude may sometimes amount to fanaticism (“those who prescribe psychotropic drugs are like pushers”; “psychiatry does not need any beds”). Of course, everybody is free to hold and profess even extreme ideas, and one could argue that these views may sometimes represent a stimulus to the field. However, if a psychiatrist holding such ideas (or, even worse, a psychiatrist wishing to please a head physician or a manager holding such ideas) denies pharmacological treatment and/or hospitalization to a severely depressed patient, who then commits suicide, isn’t this a tragic instance of conflict between the secondary interest represented by the psychiatrist’s political commitment and the primary interest represented by the patient’s welfare?(3). A prejudicial attitude against the use of medications in psychiatry may more often manifest itself as the stubborn refusal to learn to use those medications adequately, and to even consider reading drug treatment guidelines, because this would mean to acknowledge the essential therapeutic role of something which is instead regarded as an only marginal ingredient of care. The consequence of this attitude is that medications are indeed used, but in an irrational and chaotic way, again with a significant detriment to patients’ welfare(3). As I mentioned above, it has been rightly pointed out that there are now in our field “special interest groups”, consisting of prominent leaders with significant financial conflicts of interests (arising from their relationships to drug companies) who exercise a powerful impact on the field in their various capacities (e.g., as editors or referees of scientific journals, or contributors to treatment guidelines)(13). One could argue, however, that similar “special interest groups” consisting of prominent leaders with significant ideological conflicts of interests may also exist. They may exercise an equally powerful impact on the field acting, for instance, as contributors to mental health policy guidelines or consultants to governments. Furthermore, another emerging circle is that of “two-sided” experts, eloquently advocating opposite positions (for instance, in favour or against the use of new-generation medications) depending on the context in which they speak (e.g., a sponsored symposium vs. a meeting of a governmental task force)(3). 169 ACTA 2 2009.indd 169 3/11/09 07:32:55 Financial and non-financial conflicts of interests in psychiatry - Mario Maj Conclusion Conflicts of interests are widespread in medical, and psychiatric, practice and research. Financial conflicts of interests, particularly those arising from the relationships of physicians and researchers to the pharmaceutical industry, have a significant impact on the psychiatric field, now to some extent documented by research. However, non-financial conflicts of in- terests are probably both common and significant in psychiatric practice and research, although currently underemphasized and understudied. Conflicts of interests in psychiatric research and practice cannot be eradicated, but must be managed more effectively than is currently the case, and this is certainly an area which our professional associations should be more active in the future. References 1. Thompson DF. Understanding financial conflicts of interest. N Engl J Med 1993; 329: 573-576. 2. Maj M. Conflicts of interests in psychiatric practice and research. Psychiatrie 2005; 3: 138-140. 3. Maj M. Non-financial conflicts of interests in psychiatric research and practice (Editorial). Br J Psychiatry 2008; 193: 91-92. 4. Sen P, Gordon H, Adshead G, Irons A. Ethical dilemmas in forensic psychiatry: two illustrative cases. J Med Ethics 2007; 33: 337-341. 5. Warner TD, Gluck JP. What do we really know about conflicts of interest in biomedical research? Psychopharmacology 2003; 171: 36-46. 6. Fava GA. Financial conflicts of interest in psychiatry. World Psychiatry 2007; 6: 19-24. 7. Cialdini RB, Trost MR. 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Recibido: 3 de julio de 2009 Aceptado: 28 de julio de 2009 171 ACTA 2 2009.indd 171 3/11/09 07:32:55 Acta Bioethica 2009; 15 (2): 172-178 EL EFECTO PLACEBO EN LOS ENSAYOS CLÍNICOS CON ANTIDEPRESIVOS Hernán Silva Ibarra* Resumen: Estudios recientes concluyeron que los antidepresivos de nueva generación son ineficaces para tratar las depresiones moderadas o severas. Estadísticamente, no sería muy diferente la mejoría que experimentan estos cuadros con medicamentos o con placebo. Sólo en los pacientes con depresiones más extremas la eficacia de los antidepresivos parece ser significativa. No obstante, la aparente eficacia en este grupo no se debería a la efectividad del medicamento, sino a una menor respuesta al placebo. Otro grupo de investigadores, empleando una metodología muy similar, llegaron a conclusiones muy diferentes. Los autores sostienen que todos los antidepresivos fueron superiores al placebo, aunque su eficacia real es menor si también se incluyen en el análisis los estudios no publicados. Esta situación pone de manifiesto las dificultades que enfrenta la investigación de psicofármacos en la depresión y reaviva la polémica respecto de la utilidad y justificación ética del empleo de placebo en esos estudios. Palabras clave: depresión, antidepresivo, placebo THE PLACEBO EFFECT IN CLINICAL ESSAYS WITH ANTIDEPRESSIVES Abstract: Recent studies determined that antidepressives of new generation were inadequate for moderate or severe depressions. The improvement these diseases show with medication or with a placebo isn’t very different, according to statistics. Antidepressives seem to be efficient only upon patients that present an extreme depression. Nevertheless, the apparent efficiency upon this group wouldn’t be due to the medication itself, but to a minor response to the placebo. Another group of researchers came to very different conclusions employing a similar methodology. They assured that all antidepressives were superior compared to the placebo, although their real effect would be even minor if analysis of studies not yet published were included. This situation shows the difficulties the investigation on psychoremedies for depressions present and it revives the polemics about the utility and the ethical justification of employing placebos in this type of studies. Key words: depression, antidepressives, placebo O EFEITO PLACEBO NOS ENSAIOS CLÍNICOS COM ANTIDEPRESSIVOS Resumo: Estudos recentes concluíram que os antidepressivos da nova geração são ineficazes para tratar as depressões moderadas ou severas. Estatisticamente, não seria muito diferente a melhoria que experimentam estes quadros com medicamentos ou com placebo. Somente nos pacientes com depressões mais extremas a eficácia dos antidepressivos parece ser significativa. Não obstante, a aparente eficácia neste grupo não seria devido à efetividade do medicamento, senão a uma menor resposta ao placebo. Outro grupo de pesquisadores, empregando uma metodologia muito similar, chegou a conclusões muito diferentes. Os autores sustentam que todos os antidepressivos foram superiores ao placebo, ainda que sua eficácia real seja menor se também foram incluídos na análise os estudos não publicados. Esta situação põe de manifesto as dificuldades que enfrenta a pesquisa com psicofármacos na depressão e reaviva a polêmica a respeito da utilidade e justificativa ética do emprego de placebo nesses estudos. Palavras-chave: depressão, antidepressivo, placebo * Clínica Psiquiátrica Universitaria, Hospital Clínico, Universidad de Chile. Chile Correspondencia: [email protected] 172 ACTA 2 2009.indd 172 3/11/09 07:32:55 Acta Bioethica 2009; 15 (2) Un estudio publicado recientemente –efectuado por investigadores de universidades británicas, canadienses y estadounidenses– concluyó que los antidepresivos de nueva generación son ineficaces para tratar las depresiones moderadas o severas(1). Estadísticamente, no sería muy diferente la mejoría que experimentan estos cuadros con medicamentos o con placebo. Sólo en los pacientes con depresiones más extremas la eficacia de los antidepresivos parece ser significativa. No obstante, la aparente eficacia en este grupo no se debería a la efectividad del medicamento, sino a una menor respuesta al placebo. El estudio que comentamos se basó en los ensayos clínicos presentados como evidencia a la Food and Drug Administration (FDA) para la aprobación de antidepresivos de nueva generación. Los autores efectuaron un metaanálisis de 37 estudios que incluían 5.133 pacientes, analizaron tanto estudios publicados como no publicados, todos ellos de doble ciego controlados con placebo, en pacientes con trastorno depresivo unipolar, acorde con los criterios del “Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM)”. Concluyeron que la evidencia para prescribir antidepresivos es escasa y sólo debieran indicarse en pacientes que sufren cuadros depresivos más severos o cuando hayan fracasado los tratamientos alternativos. Como cabía esperar, estas afirmaciones generaron una aguda polémica en los medios de comunicación y en la comunidad psiquiátrica internacional. Otro grupo de investigadores, empleando una metodología muy similar –en este caso se trató de un metaanálisis de 74 trabajos con nuevos antidepresivos presentados a la FDA y que incluían a 12.564 pacientes–, llegaron a conclusiones muy diferentes(2). Este grupo sostiene que todos los antidepresivos fueron superiores al placebo, aunque su eficacia real es menor si también se incluyen en el análisis los estudios no publicados. Conclusiones tan diversas surgen del modo en que los investigadores de ambos grupos interpretaron la relevancia clínica de las diferencias entre la respuesta a los fármacos y al placebo, las que fueron muy similares en los dos estudios. Esta situación pone de manifiesto las dificultades que enfrenta la investigación de psicofármacos en la depresión y reaviva la polémica respecto de la utilidad y justificación ética del empleo de placebo en esos estudios. Estudios con placebo en depresión Se define como “placebo” a sustancias inertes o a procedimientos de apariencia idéntica al tratamiento farmacológico activo o al tratamiento médico que se está investigando. También se pueden emplear como placebo sustancias activas que producen efectos similares al fármaco en estudio, pero que carecen de la propiedad que se supone terapéuticamente eficaz. Los placebos se emplean con la finalidad de controlar los efectos psicológicos del tratamiento y los resultados que producen se denominan “efecto placebo”. En cambio, se denomina “efecto nocebo” a las reacciones adversas a aspectos incidentales del tratamiento; son muy comunes en pacientes y voluntarios sanos que participan en estudios clínicos y una causa común de incumplimiento de los tratamientos(3). En los pacientes con depresión, la respuesta al placebo parece ser extremadamente alta, lo que arroja dudas sobre la verdadera eficacia de los antidepresivos. Se ha planteado que esto puede deberse a un artificio de los métodos de metaanálisis, ya que los estudios difieren en las estrategias de investigación y en el análisis de los datos. No obstante, cuando otras patologías son sometidas al mismo procedimiento, las cifras de respuesta al placebo son menores. Por ejemplo, un metaanálisis del Quality Assurance Project encontró que el placebo producía un 60% de la mejoría en la depresión, en cambio sólo era de un 53% en el trastorno de ansiedad generalizada, 23% en agorafobia, 21% en trastorno obsesivo compulsivo y prácticamente 0% en esquizofrenia(4). Por lo tanto, la elevada respuesta al placebo en los estudios sobre depresión parece obedecer a otra causa. Diferentes factores pueden contribuir a la elevada respuesta a placebo en los estudios con antidepresivos. Entre ellos se encuentran las características de las enfermedades crónicas, el fenómeno estadístico de regresión a la media, el curso natural de la depresión, las limitaciones de las escalas para medir los síntomas depresivos y el efecto beneficioso de estar en tratamiento. Las personas con enfermedades crónicas, como la depresión, generalmente buscan ayuda cuando se agravan sus síntomas. Por las fluctuaciones naturales del cuadro es probable que hayan mejorado en la siguiente evaluación. Los sucesos vitales influyen en la depresión: los negativos la empeoran y los positivos la mejoran. Las situaciones adversas a veces se resuelven por sí mismas. Experiencias positivas inesperadas pueden iniciar un 173 ACTA 2 2009.indd 173 3/11/09 07:32:55 El efecto placebo en los ensayos clínicos con antidepresivos - Hernán Silva Ibarra proceso de mejoría de los síntomas depresivos. Cambios en el soporte social de los pacientes también pueden influir en los síntomas. La regresión a la media en medidas sucesivas es un fenómeno puramente estadístico que ocurre cuando los participantes son elegidos por tener temporalmente elevadas puntuaciones en un instrumento de evaluación. Si los individuos se encuentran cerca del límite superior teórico de la escala, en las mediciones siguientes tendrán puntuaciones más moderadas, independientemente de si hayan recibido alguna intervención. Por lo tanto, se trata de un fenómeno estadístico aleatorio, independiente de los efectos del fármaco y que afecta tanto al grupo en estudio como al grupo control. Por otra parte, la depresión es una enfermedad de curso fluctuante y puede presentar remisiones espontáneas. Al estudiar grandes poblaciones de pacientes se ha encontrado que un episodio depresivo mejora en un promedio de seis semanas y que a las 12 semanas se ha recuperado el 75% de los casos(5). Supongamos que el tiempo promedio de mejoría fuera de ocho semanas y el 75% de los pacientes se recuperara a las 16. En ese caso, las personas reclutadas cuya depresión llevara ocho semanas tendrían un 50% de probabilidad de remitir espontáneamente en el curso de las ocho semanas habituales que dura un estudio(6). Los resultados de los ensayos clínicos también se ven afectados por las dificultades para medir la intensidad de la depresión. Habitualmente se emplea la escala de Hamilton, que asigna de 1 a 4 puntos para síntomas como estado de ánimo, sentimientos de culpa, pensamientos suicidas e insomnio. Generalmente, los pacientes son considerados “respondedores” si el puntaje de la escala de Hamilton se reduce al menos en 50%. Pero muchos pacientes en esa situación siguen teniendo importantes síntomas depresivos. Por esta razón, se ha propuesto como criterio alternativo el de “remisión”, habitualmente entendido como alcanzar un puntaje menor a 7 puntos en la escala de Hamilton(7). Equivale a la virtual desaparición de la sintomatología depresiva y representa un criterio más restrictivo y difícil de lograr. Que los enfermos sometidos a un protocolo de investigación mejoren en un alto porcentaje por el solo hecho de participar en él no debiera sorprender. El participante promedio de un estudio de ocho semanas estará siendo entrevistado por un grupo de expertos y evaluadores altamente entrenados alrededor de 20 horas. Por contraste, el paciente depresivo promedio ve al médico unos 20 minutos al mes. Se ha comprobado que el aumento del número de visitas en los estudios farmacológicos se asocia a una reducción paralela de los puntajes de la escala de Hamilton, que es acumulativa y proporcional(8). Se estima que el resultado terapéutico de las evaluaciones de seguimiento puede representar un 40% del efecto placebo. Hay factores que predicen una mayor respuesta a placebo en la depresión: la duración breve de la enfermedad, la existencia de un suceso precipitante, la severidad leve o moderada y la buena respuesta previa al tratamiento antidepresivo(9). En un estudio efectuado en mujeres, se pudo determinar que la respuesta a placebo era mayor en las que tenían un episodio único, en comparación con las que tenían depresión recurrente(10). En las pacientes con un primer episodio, la respuesta a placebo se asoció con menor puntaje inicial de la escala de Hamilton y con menor retardo psicomotor. En las portadoras de depresión recurrente la respuesta a placebo se asoció con menor ansiedad somática. Respecto de la severidad de la depresión, es más probable la respuesta a placebo en los casos leves (hasta 70% de mejoría) que en los casos graves (alrededor del 30% de mejoría)(11,12). Asimismo, la respuesta a placebo depende de la duración del episodio. Si este ha durado más de un año, la respuesta es menor al 30%; en cambio, si ha durado menos de tres meses se eleva a 50%. Esto puede reflejar la mayor tendencia a la remisión espontánea en las depresiones de corta duración. Se ha tratado de diferenciar entre el tipo de respuesta verdadera al fármaco y la respuesta a placebo(13). La primera se caracterizaría por un inicio retardado de unas dos semanas y una mejoría persistente. La segunda por una mejoría precoz y transitoria. Es más probable que los pacientes que responden a placebo experimenten más recaídas a pesar del tratamiento de continuación con antidepresivos. Mecanismos de la respuesta a placebo en depresión Varios mecanismos pueden subyacer a la respuesta placebo. Entre ellos se cuentan los factores socioculturales, 174 ACTA 2 2009.indd 174 3/11/09 07:32:56 Acta Bioethica 2009; 15 (2) como el sistema de creencias de los pacientes y de los terapeutas, los que pueden diferir del pensamiento y del método científico occidentales. Antropólogos médicos, psiquiatras y psicólogos han estudiado las creencias mágicas, no lógicas, considerándolas aspectos claves del mecanismo del placebo. Cuando un tratamiento carece de una teoría lógica de su acción, la eficacia que se le atribuye deriva de creencias determinadas culturalmente(3). La respuesta al placebo puede ser determinada de un modo importante por el solo hecho de encontrarse en tratamiento. La incorporación a un protocolo de investigación significa ser sometido a una evaluación completa, tener la oportunidad de hablar sobre el malestar, recibir una explicación del mismo, ser examinado por un terapeuta experto y por un equipo con experiencia y recibir un tratamiento plausible, lo que infunde expectativas de mejoría, entusiasmo y una visión positiva(11). El contacto entre el equipo de investigadores y el paciente puede tener por sí mismo un efecto terapéutico. Por lo tanto, el empleo de placebo no significa que no se esté administrando un tratamiento, sino que se está proporcionando un tratamiento no específico(14). Algunos investigadores han sugerido que las expectativas basadas en el tamaño de las píldoras, su tipo, color y cantidad influyen sobre la mejoría(3). Múltiples cápsulas y de gran tamaño ejercerían un mayor efecto placebo que una sola tableta de tamaño pequeño. Además, el color puede sugerir potencia y eficacia. La respuesta placebo es fuertemente influida por la calidad de la relación médico-paciente. Una buena relación ayuda a aumentar la adherencia al tratamiento, favorece el efecto placebo y disminuye el efecto nocebo. Pueden jugar un papel fenómenos tales como la transferencia, la sugestión, la reducción de la culpa, la persuasión y el condicionamiento. La convicción que tiene el médico respecto de la potencia del fármaco transmite una poderosa expectativa a un paciente esperanzado y puede constituir un importante mediador de la eficacia terapéutica. Por eso, en investigación siempre hay que tener presente el “sesgo de la observación o del observador”, que consiste en que observadores se sienten inclinados a inducir respuestas por motivos conscientes o inconscientes, o a extraer determinadas conclusiones de los datos(15). Esto lleva a que existan grupos de investigadores más “placebógenos” que otros, lo que puede influir de modo importante en los estudios multicéntricos. El estudio de los mecanismos neurobiológicos de la respuesta a placebo en depresión es un área de muy reciente desarrollo(16). Los pacientes depresivos que reciben placebo muestran cambios eléctricos y metabólicos en el cerebro. En un estudio se encontró que el placebo inducía cambios electroencefalográficos en la corteza prefrontal, particularmente en el hemisferio derecho(17). Estos hallazgos podrían ser usados para identificar a los sujetos propensos a responder al placebo. Otro estudio evaluó los cambios en el metabolismo cerebral de la glucosa mediante tomografía por emisión de positrones en pacientes con depresión unipolar(18). El tratamiento con placebo se asoció a aumento del metabolismo en las siguientes regiones: prefrontal, cingulado anterior, premotor, parietal, ínsula posterior y corteza cingulada anterior. Asimismo, hubo disminución del metabolismo en la corteza cingulada subgenual, parahipocampo y tálamo. Es de gran interés que esas regiones también fueron afectadas por fluoxetina (un inhibidor selectivo de la recaptura de serotonina), lo que sugiere un posible rol de la serotonina en el efecto antidepresivo inducido por el placebo(19). Obligaciones éticas y uso de placebo en estudios con antidepresivos Se discute si es éticamente aceptable el empleo de placebo en los estudios clínicos con antidepresivos cuando hay medicamentos eficaces para el tratamiento de la depresión. Existen partidarios de la “ortodoxia del placebo” –quienes consideran que los estudios controlados con placebo son necesarios– y partidarios de la “ortodoxia del control activo” –quienes creen que sólo son legítimos los estudios en los que el nuevo fármaco se compara con un fármaco de eficacia ya establecida(20). Estos últimos sostienen que el empleo de placebo sacrifica la ética, los derechos y el bienestar del paciente en aras de un presunto rigor científico. La Declaración de Helsinki establece que, en la investigación médica en seres humanos, las consideraciones respecto del bienestar del sujeto tienen precedencia sobre el interés de la ciencia y la sociedad(21). Desde esa perspectiva, los partidarios del uso de control activo sostienen que si existe un tratamiento efectivo debe ser empleado en el grupo control. Según su criterio, lo 175 ACTA 2 2009.indd 175 3/11/09 07:32:56 El efecto placebo en los ensayos clínicos con antidepresivos - Hernán Silva Ibarra importante no es si un nuevo tratamiento es mejor que nada, sino si es mejor que los tratamientos establecidos. Asimismo, discuten la distinción entre investigación y cuidado clínico(22). No aceptan que, con el argumento de que un ensayo clínico no es una forma de terapia, la ética de la relación médico-paciente no se aplique a la investigación. hay diferencias significativas puede haber una o dos razones: ambas son igualmente efectivas o ambas son inefectivas. Esto puede ocurrir aunque el tratamiento establecido haya demostrado eficacia en estudios anteriores. De hecho, un metaanálisis encontró que, en 52 ensayos, sólo el 48% de los casos con antidepresivos fueron superiores al placebo(25). Esto es particularmente complejo cuando el investigador tiene una relación terapéutica con el paciente participante del estudio. El médico no debe permitir que su propio interés entre en conflicto con el mejor interés del paciente. El investigador puede estar recibiendo beneficios financieros al reclutar sujetos de investigación o al conducir un ensayo clínico. También puede recibir recompensas profesionales, como publicaciones, promociones o un mayor reconocimiento de sus pares por dirigir la investigación. Esto crea un potencial conflicto de intereses. Los ensayos con una rama placebo no están diseñados para beneficiar al paciente en ese estudio, sino para el beneficio de otros, ya sea futuros pacientes, empresas farmacéuticas, inversionistas u otros. Si la condición de un paciente que está con placebo se deteriora por falta de tratamiento, ello acarrearía cuestionamientos éticos e incluso consecuencias legales. Los argumentos clínicos y científicos para el uso de placebo, cuando hay terapias efectivas establecidas, son poco convincentes y entran en conflicto con reconocidas obligaciones éticas y legales. Los médicos que son investigadores no pueden renunciar a sus obligaciones hacia los pacientes que participan en ensayos clínicos, los que nunca pueden recibir una medicina por debajo de los estándares o quedar en desventaja. Por otra parte, la dicotomía entre ciencia rigurosa y protección ética es falaz. La validez científica constituye una protección ética fundamental(26). La investigación científicamente inválida no puede ser ética, independientemente de la favorable relación entre riesgo y beneficio que tenga para los participantes. En segundo lugar, en algunos casos el riesgo de daño o malestar por el empleo de placebo es inexistente, o tan pequeño que no es razonable establecer como requerimiento ético que el nuevo tratamiento sea probado contra tratamientos establecidos. En tercer lugar, los opositores al placebo no consideran suficientemente su poder, ya que el beneficio terapéutico que proporciona es claramente superior a la ausencia de tratamiento. Por último, los estudios con control activo requieren muestras de pacientes tan altas que muchos de ellos podrían quedar expuestos al riesgo de que el nuevo fármaco sea más ineficaz o tenga más efectos colaterales que el tratamiento establecido. Por ejemplo, si el tratamiento establecido tiene una eficacia del 60%, con un delta de 10% (en caso de que sean equivalentes, la diferencia entre el tratamiento establecido y el que se investiga deberá ser menor de 10%), para demostrar equivalencia estadística cada grupo debe contener 279 participantes. En el caso de que se emplee placebo, si la hipótesis es que el placebo tiene una respuesta de 30% y el tratamiento que se investiga una respuesta de 60%, sólo se requieren 48 participantes en cada grupo. En definitiva, habrá más participantes expuestos a no responder en el grupo en que se compara con un tratamiento establecido que en el grupo en que se compara con placebo(20). En síntesis, los estudios controlados con placebo se justificarían porque sus resultados no son ambiguos, menos sujetos son expuestos a efectos adversos y el número de personas que recibe tratamiento inefectivo es probablemente menor(27). Los partidarios del uso del placebo argumentan que su empleo es ético, incluso en patologías para las cuales hay tratamientos efectivos, por las limitaciones metodológicas de usar un fármaco activo como control. A veces las terapias que se sabe efectivas, en algunos estudios no superan al placebo, por razones tales como las características propias de esa población, las elevadas cifras de mejorías espontáneas, etc. Por lo tanto, si no hay un grupo control, el hallazgo de que no hay diferencias entre el tratamiento establecido y el que se está investigando resulta equívoco o imposible de interpretar(23,24). Si al comparar dos fármacos se encuentran diferencias estadísticamente significativas (e idealmente también clínicamente relevantes) no hay ambigüedad: el nuevo tratamiento es superior o inferior al comparador y debe o no ser adoptado. Pero si no Alternativas metodológicas al uso de placebo La elevada respuesta al placebo en la depresión reduce el poder de los estudios clínicos y dificulta la evaluación de nuevos tratamientos. El desarrollo de nuevos 176 ACTA 2 2009.indd 176 3/11/09 07:32:56 Acta Bioethica 2009; 15 (2) antidepresivos se ve complicado por la dificultad de demostrar su superioridad sobre el placebo o su equivalencia al tratamiento establecido. Más de un tercio de los estudios publicados sobre antidepresivos fracasa en demostrar eficacia, por lo que se necesitan nuevas estrategias para reducir sistemáticamente las fuentes de variación(28). Se ha sugerido reclutar sujetos con enfermedad moderada y severa y establecer un período de cuatro semanas en el que reciban educación respecto de cómo manejar su depresión. De este modo, se reduce el número de individuos respondedores a placebo que ingresan en la siguiente etapa del estudio. Otro diseño consiste en administrar placebo por dos semanas, previo al inicio del estudio comparativo. No obstante, esta estrategia no resulta útil en los estudios en fase aguda(29). requieren grandes poblaciones de sujetos para lograr un poder estadístico suficiente que permita diferenciar entre fármaco y placebo, y también puede influir en la mayor duración del estudio. El empleo de dosis variables del fármaco en estudio permite establecer las dosis apropiadas, pero debe quedar claramente establecido en el consentimiento informado que algunos pacientes recibirán dosis que no son terapéuticas. El establecimiento de un efecto umbral que el nuevo fármaco debe superar puede obviar la necesidad del control con placebo. No obstante, no se puede excluir la posibilidad de un importante efecto placebo, tanto al establecer el umbral como al administrar el nuevo tratamiento. Se han propuesto alternativas al empleo de grupos control que reciben placebo. Entre ellas se encuentran los estudios de adición de fármaco, diseños de dosis variables, establecimiento a priori de un umbral usando un fármaco activo como control para las comparaciones y la comparación con controles históricos(30). La comparación de la eficacia de un nuevo fármaco con los datos históricos de estudios anteriores también se ha sugerido como una alternativa para evitar el empleo de placebo. Sin embargo, la variabilidad de las escalas empleadas y de los criterios diagnósticos y las diferencias temporales en las características clínicas y demográficas de los sujetos limitan su utilidad. Aunque los estudios con adición de fármacos no eliminan la necesidad de placebo, sí eliminan la monoterapia con placebo. Sin embargo, por la adición del agente primario en los dos grupos en comparación, se En general, se concuerda en que un estudio bien diseñado puede reducir pero nunca eliminar la respuesta a placebo. El tema continúa siendo un desafío abierto para los investigadores. 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Our analysis suggests that the process of priority setting within SUS has not yet achieved the ethical standards of legitimacy and fairness, and that inequitable distribution of decision making power under- represents users in poor areas. The unmet need for hospital care for children in Brazil, which reflects a remarkable inequality of opportunity for human development, may be a product of poor priority setting processes and inequity in representation. Key words: priority setting, public health, inequitable distribution DISTRIBUCIÓN INJUSTA DE LOS RECURSOS EN SALUD EN BRASIL: UN ANÁLISIS DEL ESTABLECIMIENTO DE PRIORIDADES NACIONALES Resumen: Este artículo pretende describir el establecimiento de prioridades nacionales en el proceso de cuidado del sistema de salud en Brasil, evaluando el proceso con el empleo del marco ético de Administración Razonable, y de consideraciones de equidad destacadas por la Comisión sobre Determinantes Sociales de la Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Buscamos documentos que describieran el establecimiento de prioridades dentro del Sistema Único de Salud brasileño (SUS) en el sitio del Ministerio de Salud Brasileño. La Conferencia Nacional sobre Salud (CNS) ha sido definida por el Ministerio de Salud como el foro del SUS para el establecimiento de prioridades democráticas. La 13ª CNS, 2007 –la más reciente de dichas conferencias– constituye el tema de este artículo. Nuestro análisis sugiere que el proceso de establecimiento de prioridades dentro del SUS no ha alcanzado aún los patrones éticos de legitimidad y justicia, y que la distribución injusta de las instancias de poder de decisión no representa realmente a las áreas más pobres. La meta aún no alcanzada de necesidad de hospitales para niños en Brasil significa una notable falta de igualdad en las oportunidades para el desarrollo humano y puede que sea producto de la mala definición del proceso de prioridades y de la falta de equidad en la representación. Palabras clave: establecimiento de prioridades, salud pública, distribución injusta DISTRIBUIÇÃO INJUSTA DOS RECURSOS EM SAÚDE NO BRASIL: UMA ANÁLISE DA DEFINIÇÃO DE PRIORIDADES NACIONAIS Resumo: Este artigo pretende descrever a definição de prioridades nacionais no processo de cuidado do sistema de saúde no Brasil, avaliando o processo com o emprego do marco ético de Administração Razoável e de considerações sobre a equidade, destacadas pela Comissão sobre Determinantes Sociais da Saúde da Organização Mundial da Saúde (OMS). Buscamos documentos que descreveram o estabelecimento de prioridades dentro do Sistema Único de Saúde brasileiro (SUS) no site do Ministério da Saúde brasileiro na web. A Conferência Nacional de Saúde (CNS) foi definida pelo Ministério da Saúde como o fórum do SUS para o estabelecimento de prioridades democráticas. A 13ª CNS, 2007 –a mais recente das citadas conferências– constitui o tema deste artigo. Nossa análise sugere que o processo de estabelecimento de prioridades dentro do SUS não alcançou ainda os padrões éticos de legitimidade e justiça e que a distribuição injusta das instâncias do poder de decisão não alcança realmente as áreas mais pobres. A meta ainda não alcançada da necessidade de hospitais infantis no Brasil, o que significa uma notável falta de igualdade de oportunidades para o desenvolvimento humano e pode ser produto de uma má definição do processo de prioridades e da falta de equidade na representação. Palavras-chave: definição de prioridades, saúde pública, distribuição injusta. * Clinical fellow The Hospital for Sick Children. PhD student, Institute of Medical Sciences, University of Toronto. Canada ** Director, Office of International Surgery. Medical Director, Trauma Program, Associate Professor, Departments of Surgery and Health Policy, Management, and Evaluation, University of Toronto. Canada *** Associate Professor Department of Health Policy, Management and Evaluation and the Joint Centre for Bioethics, University of Toronto, Canada Correspondence: [email protected] 179 ACTA 2 2009.indd 179 3/11/09 07:32:57 Inequitable distribution of health resources in Brazil - Fabio Ferri-de-Barros, Andrew W. Howard, Douglas K. Martin Introduction The 2008 World Health Organization (WHO) Commission on Social Determinants of Health recommended promoting health equity through actions on the social determinants of health(1). Brazil was a partner on that commission, and the federal government has been proactive to address social inequities. National policies such as Bolsa Familia, the largest conditional cash transfer program in the world, received special recognition for equalizing income distribution(2). Bolsa Familia was meant to improve access to primary education and health care for the poorest families. In addition, the Family Health Program (PSF) developed by the federal government, during the last 18 years, has led to remarkable improvements on health indicators across the emerging Brazilian nation(1). Despite improvements in primary health care, the Brazilian Universal Health Care System (SUS) currently faces challenges in delivering universal and equitable health care to 190 million Brazilians(3). Allocation decisions and planning occur at National Health Conferences held every four years in accordance with federal law 8.142. The most recent one (13th CNS, 2007) is the subject of this paper. The ethics framework Accountability for Reasonableness (A4R)(4) outlines the conditions that decision makers must fulfil to ensure legitimate and fair priority setting. A4R has been recognized as a significant advance in studying priority setting in health services research(5). Developed in the context of managed care reform in the United States, the framework has been validated in the Canadian [public] health system(6) and in several other countries(4). The purpose of this paper is to describe the priority setting process for the public health system in Brazil, and evaluate it using the conditions of A4R and the equity considerations highlighted in the 2008 WHO Commission. Methods We have searched the Brazilian Ministry of Health website www.saude.gov.br for documents that described priority setting within SUS. The CNS has been defined, by the Ministry of Health, as the democratic priority setting forum for SUS. The 13th CNS was held in 2007 with the following objectives: Evaluate the status quo of health in Brazil according to the SUS framework; Define the guidelines to ensure health as a fundamental human right and State policy; Define the guidelines to enable strengthened social participation to ensure full implementation of SUS. Shortly after the 13th CNS the Ministry of Health published the four-year plan for allocating R$ 89.4 billion for 73 measures and 165 goals for SUS. The legal document that has set the rules for the 13th CNS, as well as the document Mais Saude: Direito de Todos, the four-year (2008-2011) priority setting plan for SUS, were analyzed using the four conditions of A4R (see Box 1)(7). Equity concerns were addressed by considering decision making power of users of the system as recommended by the 2008 WHO commission(1). Box 1: The Four Conditions of A4R(7) 1. Relevance: Priority setting decisions must rest on rationales (evidence and principles) which fair-minded parties (managers, clinicians, patients) can agree are relevant to deciding how to meet the diverse needs of a covered population under required resource constrains. 2. Publicity: Limit setting decisions and their rationales must be publicly accessible. 3. Appeals: There is a mechanism for challenge and dispute resolution regarding limit-setting decisions, including the opportunity for revising decisions in light of further evidence or arguments. 4. Enforcement: There is either voluntary or public regulation of the process to ensure that the first three conditions are met. Results The priority setting context The 13th CNS occurred in all jurisdictional levels in three distinct phases: Municipal, State and Federal, through the following process: each jurisdictional health council was required to elect an ad hoc committee and produce a priority setting report for health policies concerning a core subject pre-determined by the CNS committee. In 2007 the theme was “Health and Quality of Life: State Policies and Development”, which was broken down in 3 sub-themes: 1. Challenges to ensure health as a human right in the XXI century: State, Society and Development Patterns. 2. Public health policies and quality of life: (the role of) SUS in Social Security and the “Pacto pela Saude” (Pact for Health). 180 ACTA 2 2009.indd 180 3/11/09 07:32:57 Acta Bioethica 2009; 15 (2) 3. Societal participation in the accomplishment of health as a human right. Each sub-theme was to be discussed, according to pre-determined scripts, in a round table format. The municipal reports were sent to the State committee and the State reports, along with the Federal District report, were sent to the ad hoc national committee. Ten discussion groups during the last five days of the National Health Conference debated and voted for the health policies proposed by the State jurisdictions. Proposed policies receiving 70% of votes and approval by 6 of 10 discussion groups became policy. Proposals receiving 30% to 69% of votes could become policy upon receiving 50% plus one vote in a final voting round. The policies were gathered in a final report and sent to the National Health Council and to the Ministry of Health. This final document is meant to provide the basis for four years of priority setting for the Universal Health Care system in Brazil. of Health website (www.saude.gov.br). This document does not describe the rationales for the specific allocation of resources, nor were the rationales the subject of active public debate. Therefore, the publicity condition of Accountability for Reasonableness was not met. Appeals There is no appeal mechanism described in the priority setting process of the 13th CNS. Although there is a clearly structured leadership, that did not in itself guarantee the participants an opportunity to appeal decisions. Enforcement There was no explicit mechanism to ensure that the above three conditions were met. Therefore, the enforcement condition of Accountability for Reasonableness was not met. The participants Equity Considerations The participants of the 13th CNS included: • 50% users of SUS (i.e. members of the public); • 25% elected representatives of health professionals; • 25% elected representatives of managers and providers of public health services. The number of participants per State was proportional to the State population. From the poorer Northeastern States there were 358 SUS users representing 51 million people (1 per 142,000), as compared to 546 participants from the most prosperous Southeastern States representing 79 million people (1 per 145,000). In the Northeast 97% of people rely exclusively on SUS for an effective representation of 1 per 137,000 users; whereas in the Southeast only 50% of people rely exclusively on SUS for an effective representation of 1 per 73,000 users. Analysis using Accountability for Reasonableness Relevance The rationales for the themes and sub-themes of the 13th CNS and the decision making process to formulate those rationales were not stated in the document that set the rules for the CNS. The reports from the Municipal and State levels with the proposed health policies and the rationales for the policies were sent exclusively to the ad hoc national committee. Because the rationales were not publicly accessible it was not possible to determine whether the relevance condition had been met. Publicity The comprehensive document Mais Saude: Direito de Todos, describing the allocation of resources for SUS from 2008 to 2011, was made available in the Ministry Discussion Health care is important in human development and societal welfare(2). In Brazil, two health care systems co-exist: the public system (Unified Health System-SUS) and the private system (Supplementary Health System-SHS). The report by the World Bank on SUS(3) highlights the lack of accountability and evidence-based planning for health policies and interventions in all jurisdiction levels. The priority setting process in the states and municipalities was considered compromised by the “lack of capacity to develop evidence-based plans to guide their [states and municipalities] health policies and interventions”(3). Those findings, in agreement with our analysis using the ethical framework Accountability for Reasonable181 ACTA 2 2009.indd 181 3/11/09 07:32:58 Inequitable distribution of health resources in Brazil - Fabio Ferri-de-Barros, Andrew W. Howard, Douglas K. Martin ness, suggest that the process of priority setting within SUS has not yet achieved the ethical standards of legitimacy and fairness. The percentage of the population relying exclusively on SUS varies according to the geographic region from a low of 50% to a high of 97%(8). This means that proportional representation by population under represents users in poor areas, the reverse of what would be appropriate where equity concerns guide representation as suggested by WHO. Furthermore, the vast majority of children from 0 to 19 years of age do not have access to the Supplementary Health System(8), and there is clear evidence of unmet need of hospital care for this age group(3,9,10) as well as in other countries(11,12), representing a generational equity challenge and a challenge to the notion of equality of opportunities. The priority setting process we have described and evaluated concerns exclusively the public health care system (SUS). This is an important limitation of our study. The (private) Supplementary Health System (SHS) accounts for more than 50% of health care expenditure in Brazil, although it serves less than 30% of the population(8). Evidence suggests the two systems compete unfairly for resources and, therefore, priority setting in either system will have an impact on the other(13,14). Specifically, the private system will draw human resources from the public system and will not necessarily allocate according to considerations of medical need, legitimate process, or health equity(15). Accordingly, the public health system in Brazil faces an even larger challenge to meet these ethical goals. Conclusions According to the documents analyzed: 1. The priority setting process for SUS does not meet the ethical standards set by the four conditions of Accountability for Reasonableness; 2. People in poorer regions have less voting power in the priority setting process within the public system, as well as less access to private insurance; 3. The unmet need for hospital care for children, which reflects a remarkable inequality of opportunities for human development, may be a product of poor priority setting processes and inequity in representation. Contributors FFB and DKM were responsible for study design and concept development. FFB collected the data. FFB, AWH and DKM analyzed the data. FFB drafted the manuscript. AWH and DKM revised and critically edited the manuscript. All authors have red and approved the final version of this manuscript. References 1. CSDH. Closing the gap in a generation: health equity through action on the social determinants of health. Final report of the Commission on Social Determinants of Health. Geneva: World Health Organization; 2008. Available at http://www. who.int/social_determinants/final_report/en/ (Accessed September 23, 2008) 2. Marmot M. Commission Social Determinants Hlt. Achieving health equity: from root causes to fair outcomes. The Lancet 2007; 370(9593): 1153-1163. 3. 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Thirty respondents were identified using a snowball sampling strategy. A modified thematic approach was used in analyzing the data. Results: Priorities are primarily determined at the Department of Health. The committee which is supposed to set priorities within the hospital was thought not to have much influence. Decisions were based on government policies and objectives, personal relationships, economic, political, historical and arbitrary reasons. Decisions at the DOH were publicized through internet; however, apart from the tenders and a general budget, details of hospital decisions were not publicized. CATA provided an accessible but ineffective forum for appeals. There were no clear mechanisms for appeals and leadership to ensure adherence to a fair process. Conclusions: In spite of their efforts to ensure fairness, Priority setting in the study hospital did not meet all the four conditions of a fair process. Policy discussions on improving legitimacy and fairness provided an opportunity for improving fairness in the hospital and Accountability for Reasonableness might be a useful framework for analysis and for identifying and improving strategies. Key words: priority setting, Argentina, hospital, fairness, accountability for reasonableness DISTRIBUCIÓN PRIORITARIA EN UN HOSPITAL DE CUIDADOS INTENSIVOS EN ARGENTINA. ESTUDIO CUALITATIVO DE UN CASO Resumen: Propósito: Describir y evaluar el establecimiento de prioridades en un hospital de cuidados intensivos en Argentina, empleando la Administración Razonable como marco ético para una justa asignación. Métodos: Estudio de un Caso que incluía entrevistas a un informante y revisión de documentos. Se identificó a treinta participantes empleando la estrategia de muestras tipo “bola de nieve”. Al analizar los datos, se empleó un enfoque temático modificado. Resultados: Las prioridades se determinan principalmente en el Departamento de Salud. El comité que, se supone, debe establecer las prioridades dentro del hospital no tiene mayor influencia. Las decisiones se basan en políticas y objetivos gubernamentales, relaciones personales, razones económicas, políticas, históricas e, incluso, arbitrarias. Las decisiones del Departamento de Salud se publicitan a través de Internet; sin embargo, fuera de las propuestas y del presupuesto general, no se publicitan las decisiones del hospital. CATA proporciona un foro accesible pero ineficaz para apelar. No existen mecanismos claros para apelar ni para un liderazgo que asegure un proceso justo. Conclusiones: A pesar de los esfuerzos por asegurar la equidad, el establecimiento de prioridades del hospital no cumple las cuatro condiciones de un proceso justo. Las discusiones acerca de políticas de mejoramiento, legitimidad y equidad dan oportunidad para mejorar la equidad en el hospital, y el marco ético “Administración Razonable” podría constituir un marco útil para el análisis así como para identificar y mejorar las estrategias. Palabras clave: establecimiento de prioridades, Argentina, hospital, equidad, Administración Razonable DISTRIBUIÇÃO PRIORITÁRIA EM UM HOSPITAL DE CUIDADOS INTENSIVOS NA ARGENTINA. ESTUDO QUALITATIVO DE UM CASO Resumo: Propósito: Descrever e avaliar o estabelecimento de prioridades em um hospital de cuidados intensivos na Argentina, empregando a Administração Razoável como marco ético para uma justa destinação de recursos. Métodos: Estudo de um caso que incluía entrevistas a um informante e revisão de documentos. Foram identificados trinta participantes empregando a estratégia de amostras tipo bola de neve. Ao analisar os dados, se empregou um enfoque temático modificado. Resultados: As prioridades são determinadas principalmente no Departamento de Saúde. O comitê que, se supõe, deve estabelecer as prioridades dentro do hospital não tem maior influência. As decisões se baseiam em políticas e objetivos governamentais, relações pessoais, razões econômicas, políticas, históricas e, inclusive, arbitrárias. As decisões do Departamento de Saúde são divulgadas por meio da Internet; no entanto, além das propostas e do orçamento geral, não se divulgam as decisões do hospital. CATA proporciona uma instância acessível, porém ineficaz para apelar. Não existem mecanismos claros para apelar nem para uma liderança que assegure um processo justo. Conclusões: Apesar dos esforços para assegurar a equidade, o estabelecimento de prioridades do hospital não cumpre as quatro condições de um processo justo. As discussões sobre políticas de melhoria, legitimidade e equidade dão oportunidade para melhorar a equidade no hospital e no marco ético “Administração Razoável” poderia constituir um marco útil para a análise assim como para identificar e melhorar as estratégias. Palavras-chave: estabelecimento de prioridades, Argentina, hospital, equidade, Administração Razoável. * ** *** University of Toronto, Joint Centre for Bioethics, Canada Research Associate, University of Toronto, Joint Centre for Bioethics, Canada Associate Professor Department of Health Policy, Management and Evaluation and the Joint Centre for Bioethics, University of Toronto, Canada Correspondence: [email protected] 184 ACTA 2 2009.indd 184 3/11/09 07:32:59 Acta Bioethica 2009; 15 (2) 1. Introduction Priority setting in Latin America has become one of the most discussed issues within the government and among public administration scholars, especially because of the sweeping health system reforms across the region(1). The economic crisis experienced by Argentina in December 2001 transformed a nation once regarded as an economic success guided by democratic stability into a state marred by financial collapse, corruption and descent into the deepest depression in its history. Public administration has been profoundly influenced by this rupture in the nation’s economic, political and social fabric. Consequently, policy making has become too personalistic, too political and too unregulated(2-5). To address these challenges within the health sector the newest wave of scholarly work in priority setting in Argentina stresses the necessity of evidence-based decision as seen in the national conference proceedings on health economics and national health policy in 2003(6). This emphasis has changed significantly since the 2000 health and economics conference, which focused on health outcomes and equity(7). More recently, academics and policy makers are demanding an investment in better evidence-gathering and information systems, stressing the significance of evaluating the cost-effectiveness of health interventions(8-11). In addition, there has been a discussion of the necessary administrative and management technologies required to guide complex decision making essential in today’s urban hospitals(4,12). Argentina’s policy making evolution is following the same path other Northern nations did in the 1990s, when policy makers adopted an approach that focused on tools and evidence. This approach was thought to be insufficient to guide priority setting decisions because it only emphasized a narrow range of values (i.e. benefit and efficiency) and not the full range of values that are relevant to priority setting decisions(13). Regarding such technical approaches, Holm (2000) decided it was time to say “Goodbye to the simple solutions”(14). Priority setting is a value-laden process which lacks an overarching moral theory, and a technical approach cannot resolve the conflicts between competing relevant values. Consequently, there has been an increased interest in fair procedures that would allow the full range of values to be considered in an inclusive, transparent and responsive approach(1,15). While the demand for the democratization of decisionmaking is not new in the region, the acute national inequities experienced as a result of the economic crisis, in addition to international pressures, has increased the interest in establishing fair priority setting processes. The vast majority of literature on priority setting in post-crisis Argentina focuses on new management strategies, new health policy agendas and emphasizes consensus-seeking, fair processes and the guiding role of evidence(1,3,6). Since 2001, community health centers, particularly those in the lower income neighborhoods in Buenos Aires, have gradually introduced participatory budgeting processes. However, hospital budgeting processes have not followed their example. Moreover, there aren’t any studies describing and evaluating priority setting in Argentina’s hospitals. This paper describes priority setting in an acute care municipal level public hospital in Buenos Aires, examines how closely current practice at a leading public hospital reflects the academic and policy discourse and evaluates the priority setting process using an ethical framework for fair processes. 2. Methods Design: This research used qualitative case study methods, the appropriate method considering the complexity of Argentina’s context and the fluid nature of the social interactions that are fundamental to priority setting. Setting: We studied Fernandez Hospital, an acute care tertiary level hospital with 350 beds, a staff of 1700 and 1200 daily consultations. It is one of 33 public hospitals directed by the Secretaría de Salud, or Department of Health (DoH) of the Capital District of Buenos Aires. This Hospital was purposely selected for its comparability to similar case studies being conducted in other low and middle income countries(16). Sampling: Theoretical and snowball sampling techniques were employed. Initial respondents were recommended by the hospital management as having a key role in priority setting, and these participants identified subsequent respondents. Additional respondents were selected, with the purpose of achieving a variety of views from different departments. Since the budget for the hospitals was reviewed and approved by the Department of Health, respondents were also interviewed at ministry level. In total, 30 interviews 185 ACTA 2 2009.indd 185 3/11/09 07:32:59 Priority setting in an acute care hospital in Argentina - Heather Gordon, Lydia Kapiriri, Douglas K. Martin were conducted. Nine doctors, each from a different department, 3 nurses, 3 medical directors and 3 financial administrators, 2 academics, 4 ministerial staff, including 2 deputy ministers of health of Buenos Aires, 4 members of international non-governmental organizations, and 1 politician. Data Collection: three sources provided the data set: relevant documents, field observation and interviews. (i) Documents such as hospital and ministry budgets were reviewed. These were identified by hospital management and ministerial staff. Access to documents was necessary if they became relevant for the emerging themes and helped to validate the interview data. (ii) Observations of hospital, ministry and public settings were incorporated into the analysis when relevant. Observation of meetings within the hospital were not allowed. Extensive field notes were taken by the primary investigator (HG). (iii) Interviews were semistructured using open-ended questions, and themes were pursued as they emerged. The interviews were guided by a questionnaire grounded in the conceptual framework- Accountability for Reasonableness, which has been used in many other North American and international contexts(16-21). Most of the interviews were conducted with both the principal investigator and a trained research assistant, in order to facilitate interviewing in Spanish. Interviews were audiorecorded with the respondents’ permission. Only one respondent refused to be recorded. Data Analysis: Audio-recorded interviews were transcribed in Spanish. All data were read and coded for recurring concepts. Similar concepts were grouped together under thematic categories. Categories were constantly compared and organized into over-arching themes. Conceptual Framework: ‘Accountability for Reasonableness’ was used as a framework for analysis(22). This is an ethical framework for legitimate and fair priority setting with four conditions: decisions are based on explicit rationales that stakeholders consider relevant to the context; decisions and reasons are publicly accessible and decision making is transparent; there are explicit revision mechanisms and active leadership to ensure that the first three conditions are met. Research Ethics: The research was approved by the University of Toronto Research Ethics Board and by the hospital’s ethics board. All participants provided written consent before the interview to audio record the interviews. Data were kept confidentially and all interviews were kept anonymous. 3. Results According to our respondents, priority setting in hospitals within the public health care system two prominent decision-making corps influence: a committee within the hospital –Comité Asesor Técnico Administrativo (CATA)– and the DoH, a government corps overseeing the operation of 33 public hospitals within the capital district of Buenos Aires. This section will describe the nature of these two decision-making entities from participants’ perspective, including 1) the main players and their roles in the priority setting process; 2) the rationales considered; 3) publicity; 4) revisions or appeals mechanisms; and 5) enforcement/leadership. Verbatim quotes from participants are included to help illustrate key points. The Main Players and their Roles All study respondents consistently reported that in Buenos Aires all important decision making occurs at the DoH. Annual budgetary reviews are conducted by the DoH which meets with each hospital to discuss its needs. The budget is initially reviewed and adjusted by hospital management and presented to the DoH for approval. The DoH is responsible for supplies’purchasing and the allocation of equipment and staff. One half of all supplies comes from Central Purchasing –a purchasing system serving all municipal public hospitals– managed by the DoH. Most of the hospital’s budget (65%-70%) is alloted to human resources. Salaries, hiring, promoting and transferring are managed at the district’s level and strongly influenced by a unionized environment. As one of the respondent explains: “The Hospital does not manage Human Resources policy; it does not manage salaries, it does not manage economic incentives. Neither does it decide if a person should retire or stay 5 more years. This depends on the DoH. Conclusion: The management of the Hospital does not manage 66% of the budget. This leaves only 34%. Of this percentage there are providers, that is to say, tertiary services: kitchen, laundry, maintenance, cleaning, security. These tertiary services are for all hospitals administered from a central level….. This leaves 20% of the budget to manage, and this 186 ACTA 2 2009.indd 186 3/11/09 07:32:59 Acta Bioethica 2009; 15 (2) percentage corresponds to supplies: medication, disposable items, etc. A part of these supplies is obtained by centralized purchasing (at the DoH). At the central level they buy syringes and serum for the 33 hospitals. They ask us the quantity of syringes that we need, but they decide the quality of the syringes they send us. When a patient screams, we find out that the needle doesn’t perforate the skin. This is the situation. Conclusion: The Hospital management only manages 10% of its budget.” CATA consists of approximately 20 persons, (including heads of departments, Municipal Doctors Association, Union Representatives, Medical Directors, and the hospital administrators) and is chaired by the hospital director. They meet weekly for deliberation among major stakeholders. Participation in CATA meetings depends on what is going to be decided hence, not all representatives are required to be present at all meetings. Many hospital’s decisions are said to be made at CATA’s meetings. An informant from the DoH described their perception of CATA: “CATA is composed by all the services’ heads. Its function is to discuss inside the hospital what it is going to buy and what not, which is the hospital’s aim , and which isn’t, on the basis of health policy…” Departmental heads present their priority needs for supplies or equipment and additional staff to CATA, which presents it to the DoH. CATA also acts as a forum to announce decisions made by the hospital management. Respondents from the hospital management described CATA as a forum for each department to present their needs, explaining that democracy and consensus are these meetings’goals. However, if that is not considered achievable by management, the Director decides by himself. Hence, CATA’s types of decisions seemed unclear. For example, one respondent stressed that “when decisions involve money we take decisions –Only us and the medical directors. No one else”. Some medical staff, on the other hand, stated that CATA meets “when there was a very important decision.” However, another physician, in frustration said, “they meet, and they meet, but they have never solved anything for me.” An administrator describing CATA’s functions and challenges pointed out the tension felt between the demands of the hospital and the inability for management to respond to them. CATA is “a permanent monitor of the budget, negotiation between areas (within the hospital). We explain to certain services that we can’t continue with the broken respirators: they have to be fixed. Or this is the year of the “grupo electrógeno”, or of the dentistry examining rooms, because the cushions don’t work anymore. In general, everybody wants something, and the majority have good intentions. Some, not so much. But this is an organization, and you can’t satisfy everybody’s requirements”. Requests for human resources from the DoH do not pass through CATA. The director of the hospital explained “If I need nurses, I need nurses. I don’t need to ask anyone if I need nurses at the hospital”. On the other hand, the staff members thought that participation in CATA was exclusive -- they did not understand how resources were distributed among departments within the hospital, nor did they expect to. Inquiries made by researchers around this issue often elicited confusion or even blank responses. Hence, while democracy and inclusiveness may be desirable, decisions made by CATA are often nonparticipatory. “It depends on the personal style of each hospital director… There isn’t a participatory nor negotiated budget. Basically, it is up to the director of the hospital: the relationship is absolutely hierarchical. The department’s head can ask for anything, but it is the director who decides whether to accept or deny petitions”. Since the DoH controls most of the hospital’s budget, its management is ill equipped to respond to local needs or to plan future spending priorities independently. The Rationales The most frequent reasons attributed to resource allocation decisions at both district and hospital level included: DoH’s health policy and objectives, personal, economic, political, historical and ‘arbitrary’ reasons. 1)District’s health policy and objectives The DoH controls most of the hospitals’ budgets in the district; several respondents indicated that resource 187 ACTA 2 2009.indd 187 3/11/09 07:33:00 Priority setting in an acute care hospital in Argentina - Heather Gordon, Lydia Kapiriri, Douglas K. Martin local expression), who just wants me to buy nonsense… (O)ne of the most troublesome problems we have is the asymmetry of information– between doctors and economists, economists and providers, providers and doctors”. allocation followed the policies and objectives of the district-wide health network which are established at the DoH and approved by legislature. 2) Personal reasons Most respondents thought that the reasons given at both the organizational and ministerial levels, depended upon personal relationships, within those who decided, as was indicated by an official in an international donor agency: “It depends upon the personal style of each hospital director… Votes don’t exist: it is a ‘clientelistic’ relationship between the chief of the department and the director of the hospital. There aren’t norms for allocating resources”. 4) Political reasons Many participants said that arrangements were taken among management and departments based on personal relationships and mutual benefit. A nurse stated that “(Personal relations) is how everything is managed in Argentina, it is what we know…” While the head of a leading department stated: “I think we are too used to work in a personalized, interpersonal way. What we really want to do is to work within established structures and in a truly good and direct organization… we are very ‘personalistas’. The general directors talk directly to the Secretary… If I have an opportunity to take advantage through personal relations my management benefits. It can’t be that way”. 5) Historical reasons In addition, there was a feeling that departments with the most ambitious and persuasive departmental leaders were rewarded with resources, while the needs of others were ignored. As indicated by a respondent who intimated, resources were provided to “the most insistent or persuasive rather than by real requirement”. 3) Economic reasons According to the respondents at the DoH and by hospital administrators, resource allocation decisions should be guided by economic considerations. The DoH administrators felt that it was their responsibility to keep unchecked spending under control –there was concern about medical professionals’ decisions who did not consider budgetary limitations. One of the administrators explained that they had no way of assessing the actual necessity of the requests made by the staff: “(O)ne wonders if (the requests) are medical necessities, or if it is only the nurse, (derogatory Decision-making was and remains centralized. Since those who make decisions within the health care system are politically appointed, respondents thought that health care related decision-making, especially at the DOH, was determined by political and personal agendas and not by actual needs. These feelings were expressed by most of the hospital staff and health advocates. An historical budgeting system predominated throughout the health care system, especially at the DoH –budget allotments are often determined by previous years spending. As one medical director stated “unfortunately, we do everything backwards, following events and facts. ‘How much did we spend last year? Add 10% and we keep everything as usual’”. Both hospital and management were critical about lack of foresight and planning in the budgeting process. 6) Arbitrary reasons Respondents felt that the absence of data led to arbitrary, ad hoc or intuitive decision-making, which was easily manipulated. Commenting on resource allocation at the DOH respondents said; “much of what is requested in the budget has no justification: it lacks evidence”. Within the hospital management expressed their frustration in not having adequate informatics: “Another issue is how we manage resources. They provide me with supplies, but how do you control its use. Again, there are failures in the control of stock. Considering the complexity of the system, why must we continue to manage with paper and pencil: other mechanisms of control have to be applied. The hospital should be much more computerized…” Due to the absence of evidence, participants thought that decisions were influenced by union whims, prestige and uninformed biases. For example, the allocation of human resources was thought to be influenced by the Ministerial and union ‘whims’. This turns the hospital 188 ACTA 2 2009.indd 188 3/11/09 07:33:00 Acta Bioethica 2009; 15 (2) unable to acquire, discipline or dismiss staff, creating great inefficiencies in labor: “(S)ince the Hospital is not descentralized, one cannot administer rewards and punishments… if I don’t want someone to work here anymore, the following day he consults the union, or he addresses a political contact that works in the Department of Health”. Furthermore, nurses and the heads of less prestigious departments claimed that resources were allocated to departments and staff that contributed to the greater prestige of the hospital management and to the political agendas of the Secretary of Health. Practitioners felt that many decisions were based on uninformed biases of other actors in the decisionmaking process. Many respondents were concerned about decisions being made by administrators who lacked an understanding of medical issues, such as severity or health repercussions, as was expressed by a physician: “People that make up administrative management have knowledge of a need as it is written on paper, but they do not understand the reasoning behind it; they don’t understand the significance of the reason for that request… for example, for them a light bulb is worth the same as an apparatus that measures blood pressure and pulse”. like I believe you should be able to, about the distribution of those resources according to each area (inside the hospital)”. Informants from the DoH were more receptive to the idea that publicity needs to be improved and that there are increasing attempts to make information available to the public through, for example, internet and public consultations. Revision or Appeals Mechanisms There was a lack of clear appeal process for the staff, this situation left many frustrated and desperate. Informal appeals to decisions were taken to CATA or to the DoH, however practitioners felt that only complaints from departments that gave prestige to the hospital were considered. Many practitioners felt anger when appeals for more nursing staff or equipment both to management and DoH were repeatedly ignored. The Chiefs of some departments felt that appeals to CATA were not productive. According to the hospital managers when their requests were either ignored or rejected they turned to the hospital foundations for equipment donations. Donations were determined by the foundation’s interests and the hospital’s needs. The managers considered this an opportunity to bypass the governing authority of the DoH. Publicity Enforcement/Leadership Hospital administrators were told to put budgetary decisions publicly available, all tenders made public via internet and to send emails to all registered providers. However, no reference was made to transparency of decisions regarding the hospital’s interdepartmental resources distribution: “There is a lot of publicity: We (in Argentina) do our purchasing ‘behind closed doors’. If I want anything I call three friends, and the budget is ready. Nevertheless, everything that requires contracting is transparent…” There were no mechanisms or leaders’ initiatives, to ensure that decisions were made fairly (as defined by ‘Accountability for Reasonableness’). Among the staff, there is a general understanding that transparency is absent within the hospital and health care system, to the extent that such a notion was often considered foreign. Only one physician had an objection regarding the lack of transparency. She stated that: “(Y)ou know through internet or simply by asking, which is the hospital’s budget , but you can’t ask, 4. Discussion This is the first time a paper provides an empirical description of hospital priority setting within Argentina’s health system, and the first evaluation of hospital priority setting employing ‘Accountability for Reasonableness’ in Latin America. Overview This study was timely in Argentina, where there is a growing awareness of a need for fairer decision-making processes. This is outlined in both ministerial (policy) level and within the academia since the 2001 crisis. For example, in 2004 the Secretary of Health published an extensive document examining the crisis of 189 ACTA 2 2009.indd 189 3/11/09 07:33:00 Priority setting in an acute care hospital in Argentina - Heather Gordon, Lydia Kapiriri, Douglas K. Martin legitimacy of decision-making in the health care system in Argentina, acknowledging a political stranglehold that has failed to reflect the values of its citizens(6). However, our findings indicate that there are enormous hurdles to overcome to achieve fairer decision-making (as evaluated by Accountability for Reasonableness) within hospitals where priority setting remains highly centralized and politicized. The Process Democratic deliberation and value-based priority setting is desirable in Argentina as was reflected in the Argentinean Minister of Health speech when proposing health care reforms: “…Social and political values are the basis of State-Society relations. They are the pillars on which to construct governability, consensus and the democratization of power…”(6). CATA is a clear attempt at achieving these procedural goals within the hospital. Unfortunately, our respondents felt that CATA was mostly powerless to address their concerns over challenges of insufficient human resources or deficient equipment and supplies. Neither did CATA provide sufficient communication to alleviate tensions and frustrations concerning decisions, and this discouraged them from participating in the priority setting process. Loss of interest in participating in ineffective priority setting has also been documented elsewhere(16, 21). Furthermore, the management of human resources at the DoH level reflected the opposite of these procedural goals, frustrating respondents at all levels with the politicization of human resource allocation and the corruption and “clientelism” that governed the allocation of resources. The Reasons Many social policies in Argentina announce their commitment to values such as equity and participation. The Minister of Health stated that “Argentines can no longer limit the discussion of reform of healthcare to its financial aspects”, and proceeded to outline the common values at political level that need to be reflected in decisionmaking within the health care system, including Equity, Social Justice, Citizenship, Solidarity, Plurality, Efficiency and Quality(6). However, implementation of most of these values in decision making is yet to be realized, as revealed in our study findings. Most of our respondents felt that decision making was arbitrary and not supported by relevant or defendable rationales. Staff and medical directors felt that senior management based their decisions on their personal relationships and not on medical realities; administrators felt that practitioners failed to consider resource limitations when making decisions. Respondents believed that decisions made at the DoH were dictated by political strategies and were not responsive to the needs of patients. The ill informed decision-making process within the hospital was partly blamed on the weak bioinformatics infrastructure at both the institution and DoH. This finding mirrors a similar study in Uganda and other developing countries where weak infrastructure was found to be primary barrier to improved priority setting(16,17). Publicity We found that publicity was mainly generated by the DOH and was limited to tenders and general budget decisions within the hospital. These were not surprising findings in view of the current literature on governance in Latin America –Cunilla Grua of the Latin American Centre of Administration for Development (CLAD) discussed the necessity of transparency in public administration in order to achieve legitimacy in Latin America in her article espousing the democratization of public administration(23), but there is an absence of a discussion in the policy and research literature regarding the need for increased publicity of decision-making within Argentina’s health system, which was mirrored in the absence of discussion regarding the need for publicity or transparency of decisions within the hospital. However, these findings may seem controversial since transparency is emphasized in Latin America, both in the public administration policies and in the literature, as a vehicle for achieving legitimacy of decisions. Revisions or Appeals The concept of an appeals process was absent from policy and academic literature in Argentina. An appeals process within the hospital was said to exist through CATA, however staff expressed frustration with the process. Informal approaches were found more effective - as has been described in previous literature(16,21). Enforcement/Leadership Hospital priority setting in Argentina may be improved by efforts to meet the conditions of fairness. In previous studies elsewhere, priority setting leadership was identified as the area most in need of improvement(24). 190 ACTA 2 2009.indd 190 3/11/09 07:33:01 Acta Bioethica 2009; 15 (2) Nevertheless, explicit and coordinated efforts are required by leaders at both the ministry and institutional level and this seems unlikely in an environment where political power holds firm, even through extreme economic crisis(11). While elections may occur, the same political elites rotate positions, protecting dominant power structures. Respondents at the Ministerial level appeared to be cautiously optimistic, believing that change was possible, but would be slow coming. To implement a fair process modeled after A4R at hospital level within Buenos Aires, a minimum of municipal support would be necessary. The public hospital within the capital city is part of a municipally directed network of health service delivery. Resources are largely controlled at city level. The introduction of this process at this time would be compatible with the state objectives of Municipal officials who have stated that ‘decentralization’ of decision-making regarding the use of resources to the hospital level is an objective of the current administration(11). Improvement efforts should involve iterative, ongoing improvement mechanisms guided by an explicit ethical framework(25). A4R could serve to lift the veil of personal and political interests to determine the allocation of resources. Unfortunately, hospitals may not have the flexibility to implement new practice and policy at the organizational level to enforce such a decision-making structure, due to the highly centralized political control over health care delivery. The academia in Argentina and Latin America are currently bringing many of the above challenges to the forefront, and the discussion of how to make the allocation of resources fairer is slowly being brought front into the dialogue on public administration. For example Cunill Grau in CLAD’s recent publication discusses the need to democratize public administration in an attempt to depoliticize bureaucracy and return it to the control of its citizens to protect it from corruption(23). Nonetheless, political realities and public perceptions have created enormous barriers to change. Historically Argentina has been grappling with corrupt systems of governance and weak organizations, and the recent economic crisis has sent to the public the message that nothing will change. Hence, overwhelming public apathy stands in partnership with a lack of political will as the largest roadblocks to bringing tangible reforms. Study limitations Our findings are limited in that they are specific to this institution and to our participants. The goal of this research was to describe and evaluate actual priority setting –generalizability was not a goal. However, there is reason to believe that the findings here are relevant to other Argentinean hospitals, and are probably relevant to priority setting in many health systems, particularly in Latin America. Also, linguistic barriers posed a challenge in interviewing. Nevertheless, both the Research Assistant (R.A) –a native of Buenos Aires– and the principal investigator attended almost all interviews together. The combined skills served to provide a unique and productive dynamic of information gathering and interpretation and may have prompted more open responses from respondents. 5. Conclusion Fairness in priority setting is a priority for public administration in Argentina, however, the historical, political, and social context challenge the realization of this goal. Our study, which described and evaluated priority setting in a hospital, revealed that there is much room improvement if priority setting is to be fair. Within the existing policies, Argentina’s health policy makers should continue to pursue implementation of effective democratization of policy making, through the development of fair process at both hospital and ministry levels. In a fairer environment, participation, transparency and information needs can be highlighted and addressed, and cost-effectiveness can be emphasized alongside other context specific relevant criteria. ‘Accountability for Reasonableness’ can help guide health policy makers expecting to improve fairness in their priority setting. Acknowledgements The authors appreciate the helpful efforts of the research assistant and the willingness of the participants to contribute their valuable insights to this study. This research was supported by a grant of the World Health Organization Alliance for Health Policy and Systems Research. DKM was supported by a New Investigator award from the Canadian Institutes of Health Research The views expressed in this paper are the authors’ and do not reflect the sponsoring agencies. 191 ACTA 2 2009.indd 191 3/11/09 07:33:01 Priority setting in an acute care hospital in Argentina - Heather Gordon, Lydia Kapiriri, Douglas K. Martin References 1. 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Key words: priority setting, centralization, health care, accountability for reasonableness, culture ESTABLECIMIENTO DE PRIORIDADES EN UN SISTEMA DE SALUD MIXTO PÚBLICO/ PRIVADO: ESTUDIO DE CASO EN UN HOSPITAL CHILENO Resumen: El propósito de este estudio fue describir, a través del uso de métodos cualitativos en un estudio de caso, y evaluar, siguiendo la estructura ética de “Administración Razonable”, el proceso de priorización en salud en un hospital de Chile. En el contexto de las políticas públicas ha dominado históricamente la centralización de la autoridad, especialmente cuando los recursos son limitados. Un proceso justo de priorización en salud puede empoderar a las personas, mejorar y aumentar el proceso de aprendizaje social, mejorar la calidad de las decisiones, aumentar el grado de adherencia y satisfacción de las políticas desarrolladas y aumentar la confianza pública en el hospital. Palabras clave: priorización, centralización, sistema de salud, Administración Razonable, cultura ESTABELECIMENTO DE PRIORIDADES EM UM SISTEMA DE SAÚDE MISTO PÚBLICO/ PRIVADO: ESTUDO DE CASO EM HOSPITAL CHILENO Resumo: O propósito deste estudo foi descrever, por métodos qualitativos em um estudo de caso, e avaliar, seguindo a estrutura ética de “administração razoável”, o processo de priorização em saúde em um hospital chileno. No contexto das políticas públicas onde tem dominado historicamente a centralização da autoridade, especialmente quando os recursos são limitados, um processo justo de priorização em saúde pode empoderar as pessoas, melhorar e aumentar o processo de aprendizagem social, melhorar a qualidade das decisões, aumentar o grau de aderência e satisfação das políticas desenvolvidas e a confiança pública no hospital. Palavras-chave: priorização, centralização, sistema de saúde, distribuição responsável, cultura. * ** *** Katholieke Universiteit Leuven, Centro Interdisciplinario de Estudios en Bioética (CIEB), Universidad de Chile, Chile Correspondence: [email protected] University of Toronto, Faculty of Medicine, Joint Centre for Bioethics, Canada Department of Health Policy, Management and Evaluation, and the Joint Centre for Bioethics, University of Toronto, Canada 193 ACTA 2 2009.indd 193 3/11/09 07:33:02 Hospital priority setting in a mixed public/private health system - Carolina Valdebenito, Lydia Kapiriri, Douglas K. Martin Introduction In December 2007, the Santiago Times (Santiago, Chile) reported: “71 percent of the public hospitals and 40 percent of private medical institutes in Santiago did not adequately inform patients about the guarantees provided by the AUGE state health care plan… The health ministry estimated that more than 300,000 health care cases had gone unattended for lack of information since AUGE was initiated in 2005. Despite this high number, only 5,557 claims had been filed against hospitals, because the majority of patients did not know their rights were being violated”. The health care plan, which began in 2005, covers 56 diseases, especially those occurring with greatest frequency in poorer communities, but “has still not met expectations”. Health plans in every country, whether rich or poor, primarily privately or publicly funded, cannot afford to pay for every service it may wish to provide. Consequently, difficult priority setting decisions must be made, what is crucial to meeting “expectations”. Priority setting, the distribution of resources between competing needs occurs in institutions at all levels of every health system, including: governments, forprofit and not-for-profit health insurers, hospitals, and clinical programs(1). Because it directly determines the sustainability of health systems, and because it affects patients’ access to needed health services, it is arguably today’s most important health policy issue(2). While there’s a growing body of literature on priority setting in health institutions, to our knowledge, there is no literature that describes actual priority setting in a mixed public and privately funded health care system, such as the Chilean Health Care System. Context in Chile Chile has a mixed publicly and privately financed health care system. However, the ministry of health (MINSAL) through the Superintendent of Health Care is responsible for the regulation and supervision of all healthcare policies. FONASA –the National Health Fund– funds the health sector through the National Health Insurance. FONASA was created to manage public sector resources generated through compulsory deductions from workers’ salaries, central government contributions and income from user charges. The National Health Insurance serves about 68% of the population, predominantly the unemployed and/or those in extreme poverty(3). Eighteen private insurance institutions (ISAPRES) provide healthcare funds to 18% of the population who make contributions through payroll deductions and monthly premiums which vary according to the specific coverage plan chosen by the client. Each ISAPRES specifies its own charges which vary according to the medical services covered, and their plans differ in coverage, providers and price, and the fees are in accordance to the patients’ level of risk. ISAPRES favours people who are unlikely to fall sick -- that is, those who are rich, young and healthy who receive services through private ambulatory centers and hospitals(4). Inevitably, these different modes of health care financing introduced differences in access to health care services and, consequently, inequities. To address these inequities the government of Chile, through MINSAL, developed health reforms with the principles of right to health care, equity in health care, solidarity, efficiency and social participation, and goals of reducing inequities face challenges of ageing population and provide services responding to public expectations. These reforms were presented to parliament, which approved five main laws including a system of explicit guarantees in predefined health conditions. AUGE/GES is the Universal Access of explicit guaranties in health care, but it was changed to Guaranties Explicit on Health Care. This is a package of measures which expects to improve the quality of heath care for the people. However, it also places pressures on hospitals to meet population health needs and maintain quality within constrained budgets. How have these reforms and modes of health care financing influenced priority setting at the hospital level? The purpose of this study was to describe and evaluate priority setting in a hospital in Chile, a context with a private and public mixed financing system in a period of reform. Methods Design: We conducted a qualitative case study of priority setting in a Chilean hospital. A case study is “an empirical inquiry that investigates a contemporary phenomenon within its real-life context”(5). This is the 194 ACTA 2 2009.indd 194 3/11/09 07:33:02 Acta Bioethica 2009; 15 (2) appropriate method because priority setting in healthcare institutions is complex, context-dependent and involves social processes. Case studies are a structured yet flexible approach to data collection and analysis that has historically been used to describe institutions and their actions. Settings: The study was carried out in 600 bed referral and University teaching hospital in Chile. The hospital receives funds from private systems but also a partial support from the University of Chile, which is a Public Institution. Thus, it is an academic hospital for the medical school. The hospital has a large patient population. For example, in 2006 the hospital received a total of 1,365,002 patients. The hospital estimated budget for 2007 was: USD $ 116.2 million. Sampling: We used a combination of snowball and theoretical sampling. Our interview sample included: administrators, physician-administrators, nurses and clerical assistants, and front-line physicians. Interview sampling continued until we achieved theoretical saturation –that is, no new themes emerged from successive interviews. We interviewed a total of 15 respondents (see Table 1). Interview participants were contacted through telephone or email. Those who agreed to participate were subsequently contacted to set up a convenient time and place for the interview. Individual consent was obtained before each interview. Data Collection: Data collection involved key informant interviews and documents review. We hoped to observe some meetings but discovered that budget meetings were held in private. Interview data were collected using a semi-structured questionnaire. The questions were derived from the four conditions of the conceptual framework, A4R. The main themes covered included: Who makes priority setting decisions in the Hospital? Which are the main considerations? How are decisions disseminated? What happens if someone disagrees with a decision? In addition, the interviewer pursued concepts as they emerged during the interviews. We conducted 15 interviews with key informants. The second source of data was documents. Most of the documents were obtained from MINSAL and the Pan American Health Organization, but also from books and papers about the Chilean health system. Data Analysis: Data analysis involved: Open coding –data were read, fractured into chunks that related to a concept or an idea, Axial coding– related concepts were organized into themes that were derived from the data and Selective coding –themes were developed and illustrated through verbatim quotes from the data. The validity of the interpretations was enhanced in three ways. First, the research team facilitated ‘reflexivity’ (ensuring that prior assumptions, experience and personal bias were acknowledged and examined to ensure, as much as possible, the data analysis ‘bends back on itself’) and check preconceived assumptions. Second, a record of the data analysis and methodology were documented by the researchers to allow for a critical appraisal of the methodology. Third, the documents validated our findings from the interviews and also provided information on the context, including the national policies within which priority setting in the teaching hospital occurs. Conceptual framework ‘Accountability for Reasonableness’ (A4R) is a conceptual framework for fair priority setting(6). It is theoretically grounded in justice theories emphasizing democratic deliberation(7,8); it was developed in the context of real-world priority setting processes(9), and is therefore able to give practical guidance to decision makers. It has been used to evaluate priority setting in hospital in both wealthy and poor health systems(10-13). According to ‘accountability for reasonableness’, a fair priority setting process meets four conditions: relevance, publicity, appeals, and enforcement (See Text Box 1). Research Ethics: The study received research ethics approval from the hospital in Chile. All respondents signed a consent form before the interviews and their confidentiality was secured throughout the study. All quotes are anonymous. Results In this section, we will provide the description and evaluation of priority setting at the hospital we studied. In addition, we have included verbatim quotes from study participants to help illustrate selected points. 195 ACTA 2 2009.indd 195 3/11/09 07:33:03 Hospital priority setting in a mixed public/private health system - Carolina Valdebenito, Lydia Kapiriri, Douglas K. Martin Part I. Description of hospital priority setting Processes According to some of our respondents at the meso-level, most of the key decisions are made at the macro-level. Priorities are developed by MINSAL and submitted to the national Congress –they deliberate, and jointly decide what services should be given priority. These decisions are received by the health care institutions as law to be applied in each institution. However, since there are significant budget differences between the health care institutions, and some do not have the resources to care for all patients, often they must be steered to other health care centers. Consequently, our respondents felt that the hospital managers merely applied what was decided at the macro level, though there was a small amount of discretionary spending to allocate. Within the hospital, the priority setting process was reported to be led by the Hospital’s General Director’s office and involved frontline practitioners. As expressed by one respondent. … All individuals working in this health service are involved: physicians, midwives, nurses, etc. Priority setting processes go beyond the involvement of professionals and of the leadership. I write the final report on priorities (administrator). However, respondents who were not involved in the process reported otherwise. These felt that their specific departments were not involved in the process and hence, they lacked knowledge of the priority setting process. Others, mainly part time professional health care workers, said they were not involved at all, they just followed instructions. Hence these doubted the presence of any clear priority setting process within the hospital, as demonstrated by the quotes below; I don’t know clearly this process, the tools of PS are not very clear, I’m sorry I don’t know (Physician) In Chile there are no resources associated to the providers… the hospital doesn’t have resources to allocate, in the hospital we just receive patients… (Nurse) Main considerations hospital managers must consider the guidelines and priorities established by both systems. For example, some respondents defined priority setting as the selection of the diseases established by the Ministry of Health through public insurance, MINSAL and ISAPRES. As an illustration, according to the AUGE/GES guidelines, the hospital cannot provide care for child cancer and extended burns services since they are not mandated by AUGE/GES. Several identified the role of the ministry as influencing their decision making. These reported a vertical process whereby the hospital decisions are influenced by the health care reforms, and they apply priorities identified by the Ministry of Health -- with no understanding of the rationales. Within the hospital some respondents reported that their decisions are also influenced by the available resources. For instance, if the AUGE/GES mandates that each health care institution center must provide services for the 56 diseases identified (to date), the financial capacity of each institution will also shape what can be done. They also reported to be influenced by epidemiological information regarding the magnitude of the problem, social preferences called goals or targets for health care in Chile, which were determined through a national survey (This study is ongoing to improve that criteria.), treatment costs, and the effectiveness of the treatment for patients. (The main considerations are described in Table 3.) A few respondents thought that decisions were mainly based on economic reasons, while others thought that the most important consideration was the capacity of the hospital to respond to the patients’ demands and needs. As expressed below: The implementation of the PS procedures has been decreed and ordered in a vertical, absolute way by the health reform stemming from the AUGE/ GES. This implies an imposed agenda that defines production processes, health care administration, and services provided. We have limited resources; this is a real, concrete problem. Thus, we establish priorities along with the hospital’s Directorate according, not only to the AUGE guidelines, but also to the available resources and the health needs of the public. (Administrator) According to our respondents, since the hospital was financed by both public and private insurance systems, 196 ACTA 2 2009.indd 196 3/11/09 07:33:03 Acta Bioethica 2009; 15 (2) Dissemination of the decisions and reasons In case of disagreement According to our respondents, macro-level decisions related to health care goals and targets have been shared with the public since 2000. The goals and targets are established through surveys carried out by MINSAL, and are disseminated on the MINSAL website. Also, MINSAL disseminates the information through SEREMIS, the Secretary of Health Care for each region, who provide these goals and targets to each health care institution. The Ministry, MINSAL, the ISAPRES and the hospitals, as constituents of the network of AUGE/ GES health care reform, are to provide patients with free information with regards to the participating providers and services. Furthermore when a patient is diagnosed with some prioritized disease, the patient is automatically referred to his/her health care insurance in order to obtain the free cost for care. In addition, the network of AUGE/GES should inform each physician about the pathologies that are covered by it They also inform the patients about the participating physicians and health facilities where patients can access to free medical treatment. This information is communicated through internet and mass media and in each center of health care. However, as they rely on mass media, they have no assurance that the message is received by patients. Respondents who described a centralized decision making process felt it was difficult to disagree with or even appeal a decision that had already been made at the macro-level -- there was no formal mechanism for challenging decisions. They also reported that it was difficult to disagree with decisions made within the hospital: the lack of anonymity at the meso- and micro- levels makes it less likely for people to openly disagree. Some participants blamed this on the history of authoritarian governance in Chile, which was characterized by repression and censorship and no opportunity to disagree with government decisions The AUGE/GES, reform defines the way to work inside the institutions, and the funding, and it is not possible to refuse their decisions. (Nurse) Health care providers are also supposed to provide information and guidance to their individual patients. However, some respondents doubted the availability of this information to the patients since the providers were thought to give information only to patients that ask for it, and most of the patients commonly don’t. Knowledge of the priority setting process There were three levels of knowledge of the priority setting process, which were dependent on the respondents’ involvement in the process: (i) Those with a good level of understanding of the priority setting process were those most intimately involved, mainly the hospital managers and administrators; (ii) Those who could only describe a few aspects of the process were typically health professionals who worked in the hospital on a part time basis and had heard about the process second-hand; and (iii) Those who confessed total lack of knowledge of the process and were not aware of any priority setting process within the hospital. Some respondents felt it was possible to disagree with the decisions even at the macro- level. They reported that they were able to ‘negotiate’ with MINSAL, since they knew the capacity of the hospital to meet patient needs and were hence more equipped to inform the decision makers what was and was not feasible within the hospital. Part II. Evaluation of the description against Accountability for Reasonableness Relevance Most of the hospital-level decisions were determined by the MINSAL and ISAPRES, and the hospital adapted these priorities according to the resources they received and their own capacity. As such, priority setting primarily involves administrators at the MINSAL and were based on the guidelines proposed by the MINSAL (national goals and targets), the available resources, and the hospital’s capacity to respond to patients’ demands, epidemiological data, costs and effectiveness of the interventions. However, there was not widespread stakeholder engagement, the public was only involved through the national surveys. The relevance condition was only partly met. Publicity Decisions made at the national level were disseminated through mass media and internet. It was not clear whether similar mechanisms were available and/or functioning within the hospital. The hospital expected 197 ACTA 2 2009.indd 197 3/11/09 07:33:04 Hospital priority setting in a mixed public/private health system - Carolina Valdebenito, Lydia Kapiriri, Douglas K. Martin practitioners to communicate this to their patients. Although it was possible that patients and members of the public could hear about the hospital priorities, they often did not. The publicity condition was only partly met. Revisions There was no formal mechanism for revision or appeals. Some respondents involved in the process thought it was possible to appeal decisions informally. Others felt it was difficult for some people to express their dissension due to lack of access to decision makers and governmental culture that historically has discouraged disagreement. The revisions/appeals condition was not met. Enforcement There was no explicit activity on the part of leaders aimed at ensuring adherence to the conditions of fair priority setting. Moreover, there was no mechanism for evaluating and improving the process. The enforcement condition was not met. These findings point to clear improvement strategies, which will be detailed below. Discussion To the best of our knowledge, this is the first study that describes and evaluates priority setting in a hospital in a mixed private/public health system, in our case Chile. This context presented challenges for hospital priority setting research because of the multiple funding sources and multiple context-specific criteria that contributed to set hospital priorities. In particular, it is difficult to achieve fair priority setting because there isn’t any process that may be targeted for improvement strategies. We found that there are efforts to make priority setting fair in this context: The process involved a wide variety of stakeholders and was based on explicit reasons that some of the respondents thought were relevant. The national government provided information for patients about access to health units that offer covered services. The national health fund, FONASA, and the private insurance institutions, ISAPRES, also provide information on the services they cover. While these contribute to the process being fair, there is room for improvement. In many cases hospital priority setting is constrained by directions from the Ministry of Health. However, there is always discretionary spending in hospitals, even if it is a relatively small percentage of the budget. With regard to stakeholders, there was a group of respondents, mainly those who work on a part time basis within the hospital and those who do not hold managerial positions, who reported that they were left out of the decision making process and lacked knowledge of the process. Interestingly, most of them associated priority setting with the health reforms (AUGES/GES), which have been well publicized by the MINSAL1. These findings are similar to previous studies where frontline practitioners were reported to lack access to the decision making process(12). Since frontline practitioners contribute to the running of the hospital, they are important stakeholders that should be involved in their hospital’s priority setting. We found out that the interventions covered by FONASA and ISAPRES were publicized. However, there is evidence that patients and members of the public were not necessarily receiving that information. In addition, there were no clear mechanisms for dissemination of decisions made within the hospital. The coverage information was reportedly available to only those patients who asked for it. To ensure equitable access to information, the leaders at the macro- and meso-level and providers at the micro-level should be more pro-active in providing information. Moreover, as has been found elsewhere, the decisions, but not the rationales are publicized(14) –there is need to endeavor to publicize the rationales as well. Macro level priority setting comes closest to fulfilling the conditions of A4R, but there is room for improving the fairness of priority setting at the meso and micro level. Some investigation may be required to determine why the current communication strategy is less than optimally effective, and to develop a more effective communication. This context lacked a clear appeals mechanism. Most health institutions in both high and low income countries lack appeals mechanisms. Consequently, people use informal mechanisms to get what they want (e.g. back door lobbying), which introduces un1 Ley 19966 de 2004 o Ley AUGE (Acceso Universal con Garantías Explícitas). 198 ACTA 2 2009.indd 198 3/11/09 07:33:04 Acta Bioethica 2009; 15 (2) fairness(12,15). Even within resource-poor contexts, there should be mechanisms where dissensions can be presented and discussed. If counter-arguments are rejected by decision makers, the reasons for the rejection should be publicized. In cases where resource reallocation (a very contentious issue) may be the only solution, transparency and consistency would facilitate compliance and enhance trust. Some of our findings can be explained partly through understanding the economic context of low and middle income countries. However, in addition, the historical and political context within which priority setting in this particular hospital occurs may explain some of our findings. Most of the countries in Latin America, Chile inclusive, have had a military dictatorship government(16,17). This socio-political phenomenon is important when considering the principles of a fair process and may explain why decisions were reported to be centralized whereby hospitals managers perceived themselves as just implementers and not participants in the effective decision making process. The history dictatorial governance was also given as a possible reason for people not appealing –where there is no anonymity (as within the hospital), people fear to disagree with decisions. Furthermore, the colonial history whereby people were taught to submit to authority, and the hierarchical power-structures instituted in previous centuries by the Spaniards, may also explain why it may be difficult to develop legitimate and fair priority setting processes –even with recent efforts to introduce a democratic government and to have people participate in decision making. This cultural matrix, which characterizes most of Latin America, turns it difficult to integrate deliberative decision making since people do not feel entitled or empowered to play this role in decision making. In societies where people feel disempowered there are advantages for ensuring fair policy making processes. Fair deliberative processes facilitate social learning about the need to set limits in health care, reduce dissensions in the long run, and promote satisfaction and trust in the health institutions and health system at large. Moreover, increases in democratic participation have also been associated with positive socio-economic development in low and middle-income countries2. 2 World Bank, Development Outreach, November 2007. http://www1. worldbank.org/devoutreach/index.asp) Ultimately, leaders within each priority setting context are responsible for ensuring that the conditions of fairness are met. Previous research has determined that, even in wealthy countries where democratic policy making is more accepted historically, ethical leadership is the single most important element of fair priority setting, and the condition where there is the most room for improvement(11,18). Possible improvements To improve the fairness of priority setting within the hospital, its management should: 1. Ensure effective participation of especially the frontline practitioners –who felt excluded from the decision making processes. General staff meetings may facilitate this process. 2. Ensure more public involvement in the decision making process. While they are represented through the board of directors, the public should be made aware of the decisions made within the hospital by the management publicizing both the decisions and rationales to the general public through yearly public assemblies and the media. 3. Identify and explicitly document and publicize the reasons behind the resource allocation decisions through effective accessible modes such as meetings, the media and internet. 4. Establish clear mechanisms for appealing resource allocation decisions. The existing hospital management team may provide that service, in addition to their roles. This mechanism should be publicized and used consistently and effectively to prevent informal appeals. 5. Hospital management should also assume leadership to ensure that all resource allocation decisions made within the hospital involve all relevant stakeholders, are based on relevant rationales, publicize both decisions and reasons behind them and provide mechanisms for appealing decisions. This may involve an ongoing iterative approach to quality improvement in priority setting(19). Conclusion Where there are limited resources, fair priority setting processes can empower people, foster social learning, improve the quality of the decisions, enhance compliance with policy decisions, and increase public confidence in the hospital. 199 ACTA 2 2009.indd 199 3/11/09 07:33:04 Hospital priority setting in a mixed public/private health system - Carolina Valdebenito, Lydia Kapiriri, Douglas K. Martin Acknowledgements We are grateful to all participants and for the assistance provided by the Academic department of the Hospital University of Chile thanks to its secretary. Table 1. Overview of Interview Participants Interview Participants Number Respondents 15 Females 8 Males 7 9 persons with administrative and Administrators/ directive position: Non-administrators 6 persons without administrative position Text Box 1 – The four conditions of Accountability for Reasonbleness Relevance Rationales for priority setting decisions must rest on reasons that stakholders can agree are relevant to the context. Publicity Priority setting decisions and their rationales must be publicity accessible. Revisions/ There must be a mechanism for challenge, appeals including the opportunity for revising decisions in light of new information or arguments that stakeholders may raise. Enforcement Leaders in the priority setting context are responsible for ensuring that the first three conditions are met. Table 2. Main considerations in hospital priority setting in Chile Consideration for prioritization process in Chile1 Financial capacity the health care centers must have the capacity to respond to the social demands as well as the MINSAL requirements Epidemiology To date, at least 56 diseases are covered, and the Government of Chile and the MINSAL are engaged to include 80 pathologies for the year 2010. Social demands Equality, dignity, universal access to health care. But, access is determined by the system of insurance which each patient has. According to the Superintendent of health care in Chile, the social determinants regarding health care are associated too with social and cultural changes Therefore, the most important social demand in health care in Chile currently is to improve the quality of life and reduce deaths due to life-style. Health care goals That goals and targets of health care were obtained through national survey which is deliberated by the MINSAL. and targets Currently there are goals till 2010. The main goals and targets are: to improve the goals reached so far, to face the new challenges as product of the population’s aging, to reduce the inequalities on health care, and to provide the heath care services according to social demands. The goals of the health care reform AUGE/GES are: to integrate private and public sectors; to define the explicit guaranties to the citizenships; to improve the health care services and the management on the health care resources; to enhance solidarity; and to regulate the real implementation of the AUGE/GES. References 1. Ham C, Coulter A. International experience of rationing (or priority setting). In: Coulter A, Ham C, (eds.) The Global Challenge of Health Care Rationing. Philadelphia: Open University Press; 2000: 1-12. 2. Martin DK. Making Hard Choices. 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Foram pesquisados 37 termos relacionados à ética e 36 referentes à humanização nos objetivos educacionais e conteúdo dos módulos temáticos, habilidades e atitudes e interação ensino-serviço-comunidade, de 1ª a 4ª série e no programa do internato no currículo (ano 2006) e no projeto pedagógico do Curso de Medicina (2001). Resultados: Maior inserção da humanização, ética e bioética na 1ª e 2ª série, quando comparado à inserção na 3ª e 4ª série e no internato, (IC95%-α=0,034, pvalue=0,007). Unidade de habilidades e atitudes: freqüência das 3 temáticas no currículo da 1ª a 4ª séries (IC95%-α=0,026, pvalue=0,013). Quando comparada a inserção entre o internato e as quatro primeiras séries, observa-se que nestas a inserção da temática humanização é superior (IC95%-α=0,042, pvalue=0,029). Conclusão: O currículo desenvolvido no ano de 2006 na ESCS apresentou correlação com o projeto pedagógico do curso e contemplou a temática de forma abrangente, em todas as séries e internato. Palavras-chave: ética, bioética, humanidades, medicina INSERCIÓN DE TEMAS DE HUMANIDADES Y ÉTICA EN CURRÍCULO MÉDICO INTEGRADO de ESCUELA PÚBLICA EN EL DISTRITO FEDERAL, BRASIL Resumen: Objetivo: Realizar un análisis de la inserción de la ética y de las humanidades en el currículo del Curso de Medicina de la Escuela Superior en Ciencias de la Salud-ESCS, escuela pública del Distrito Federal, Brasil, para contribuir con el proceso de gestión curricular. Metodología: El estudio es de cohorte y documental. Se investigaron 37 términos relacionados con la ética y 36 referidos a la humanización en los objetivos educacionales y en el contenido de los módulos temáticos, habilidades, actitudes e interacción enseñanza-servicio-comunidad, de 1ª a 4ª serie, en el programa del internado del currículo (año 2006) y en el proyecto pedagógico del Curso de Medicina (2001). Resultados: Mayor inserción de la humanización, ética y bioética en la 1ª y 2ª serie, comparada con la inserción en la 3ª y 4ª serie y con el internado, (IC95%-#945; =0,034, pvalue=0,007). Unidad de habilidades y actitudes: frecuencia de las 3 temáticas en el currículo de 1ª a 4ª series (IC95%-#945; =0,026, pvalue=0,013). Cuando se compara la inserción entre el internado y las cuatro primeras series, se observa que en éstas la inserción de la temática humanización es superior (IC95%-#945; =0,042, pvalue=0,029). Conclusión: El currículo desarrollado en 2006 en ESCS presentó correlación con el proyecto pedagógico del curso y contempló la temática de forma abarcadora, en todas las series e internado. Palabras clave: ética, bioética, humanidades, medicina ETHIC AND HUMANITIES THEMES INSERTION IN MEDICAL INTEGRATE CURRICULUM AT PUBLIC SCHOOL OF MEDICINE IN FEDERAL DISTRICT OF BRAZIL Abstract: Objective: To establish a diagnosis of the insertion of bioethics, ethics and humanistic values and attitudes to the program of the Medical School of ESCS - Escola Superior em Ciências da Saúde, public school of medicine, Distrito Federal, Brazil, in order to contribute to the process of curricular management. Methodology: The study is cohorte and documental. Thirty-two indicators to the thematic on ethics and twenty-four related to humanization were utilized. The educational purpose and contents of activities in modules such as thematic, abilities, interaction and attitude towards the community for teaching and services, from first to senior years as well as in boarding schools programs were all analyzed in the Medical School curriculum of ESCS (2006) and about the pedagogic project of the Course (2001). Results: It was observed a greater insertion of thematic related to ethics and bioethics in the initial levels of the course, Freshman and Sophomore including boarded students, when compared to the insertion in Junior and Senior clerkship years (IC95%-α=0,034, pvalue=0,007). The unit on abilities and attitudes was the axle which presented greater recurrence of the thematic on humanization in programs of 1ª and 4ª years (IC95%-α=0,026, pvalue=0,013). It was observed an increase in the recurrence of the thematic on humanization developed in thematic modules and interaction community-teaching/ service in the 2ª year and decline in the subsequent ones. The results were very low in the 3ª and 4ª years. When compared with the clerkship it was observed that the first four series had greater insertion of such thematic (IC95%-α=0,042, pvalue=0,029). Conclusion: The academic program developed in the year of 2006 at ESCS presented improvements when compared to the pedagogical project of the course. Key words: ethics, bioethics, humanities, medicine * Professores do Curso de Medicina. Escola Superior em Ciências da Saúde/ESCS/FEPECS, Brasil ** Professora do Curso de Enfermagem da Universidade de Brasília, Brasil *** Professor da Universidade do Chile. Diretor do Programa de Bioética da Organização Panamericana de Saúde/OPS, Chile **** Estudantes do Curso de Medicina da ESCS/FEPECS e de Iniciação Científica do CNPq, Brasil Correspondência: [email protected] 202 ACTA 2 2009.indd 202 3/11/09 07:33:05 Acta Bioethica 2009; 15 (2) Introdução1 A partir da década de 1960 ocorreu aumento significativo do número de escolas de medicina no Brasil. Esse fato apoiou-se principalmente na prerrogativa de que havia necessidade de contribuir para o desenvolvimento do setor saúde e para implementação efetiva de políticas públicas com o objetivo de melhorar a qualidade de vida da população. Esse crescimento acarretou a ampliação da participação da iniciativa privada no setor educacional(1-3). A partir de meados da década de 1980, tornaram-se evidentes as iniciativas para apoiar e estimular a reformulação do ensino médico seja no cenário nacional, como no internacional(3-4). No Brasil, pode ser citado o papel de destaque ocupado pela Associação Brasileira de Educação Médica - ABEM. Já no cenário internacional as iniciativas foram desenvolvidas pela Organização Mundial da Saúde – OMS(5) e instituições como a Association of American Medical nos Estados Unidos da América e o General Medical Council no Reino Unido. Considerando-se a necessidade de mudança efetiva no processo educativo dos estudantes de medicina, foi realizada a Conferência Mundial de Educação Médica na cidade de Edimburgo, Escócia, no ano de 1988. Por meio da “Declaração de Edimburgo”, foi recomendado que o desenvolvimento da competência profissional deveria estar associado ao reconhecimento de valores sociais, culturais e éticos, além de promover a interação entre as escolas médicas e os serviços básicos e comunitários de saúde(5-9). Tradicionalmente, o ensino médico tem sido realizado por meio de aulas expositivas, as quais reúnem em um mesmo ambiente grandes grupos de alunos e professores qualificados(3). A partir da observação de distintos aspectos do ensino tradicional e por reconhecer que essa modalidade de ensino não atendia a necessidade da formação, foram elaboradas as propostas de modificação nas diretrizes curriculares do curso de graduação em medicina. Essas inquietações vincularam-se à necessidade de que se deveria priorizar metodologias ativas de ensinoaprendizagem. Pensava-se que essa estratégia seria capaz 1 Parte deste trabalho foi apresentada como tema livre no 46º Congresso Brasileiro de Educação Médica, Salvador, 2008. de proporcionar a integração entre os ciclos básico e clínico (integração vertical) e, ainda, entre as disciplinas e atividades relacionadas à prática profissional executadas contemporaneamente (integração horizontal)(5-7). Em 1991, foi criada a Comissão Interinstitucional Nacional de Avaliação do Ensino Médico – CINAEM, que assumiu, em nível nacional, o papel de articular técnica e politicamente um movimento em prol da reforma do ensino médico. Esse movimento possibilitou que 76 das 80 Escolas Médicas então existentes no país avaliassem não apenas o modelo pedagógico utilizado, mas, os recursos humanos e o perfil do profissional que estavam formando(4). As Diretrizes Curriculares Nacionais para os cursos de Graduação em Medicina foram homologadas pelo Conselho Nacional de Educação, em 2001. Legitimaram as bases para a atual formação médica, com perfil generalista, orientado para a aquisição de conhecimentos gerais, humanistas, com perspectiva da integralidade da assistência, da responsabilidade social e do compromisso com a cidadania(10). As principais diretrizes internacionais, entre elas, o Learning Objectives for Medical Student Education da Association of American Medical Colleges de 1998, nos Estados Unidos da América e o Tomorrow`s doctors do General Medical Council de 2003, do Reino Unido, realizaram recomendações curriculares visando o aprendizado de conhecimentos e o desenvolvimento de habilidades éticas e humanistas(8,9). Em 2002, o Ministério da Saúde e o Ministério da Educação instituíram o Programa Nacional de Incentivo a Mudanças Curriculares nos Cursos de Medicina - PROMED. Esse programa tem como objetivo incentivar as escolas de medicina, de todo o país a incorporar mudanças pedagógicas significativas nos currículos dos cursos de medicina(11). As Diretrizes Curriculares seguem a mesma linha argumentativa da proposta elaborada pelo PROMED e reafirmam que esses cursos devem formar profissionais com competência para adotarem postura ética, visão humanística, senso de responsabilidade social e compromisso com a cidadania, orientação para a proteção, promoção da saúde e prevenção das doenças, orientação para atuar em nível primário e secundário de atenção e resolver com qualidade os problemas prevalentes de saúde(10-13). 203 ACTA 2 2009.indd 203 3/11/09 07:33:06 Ética no curso de medicina do Brasil - Maria Garbi Novaes, Luiz Garcez Novaes, Dirce Guilhem, Fernando Lolas, Carla Silveira, Murilo Guiotti A forma como os pacientes são tratados nos serviços de saúde é uma das evidências que revela ser indispensável a transmissão de valores humanísticos e de se proporcionar o aprendizado de conhecimentos próprios das ciências humanas durante o período de formação do futuro médico. O ensino da bioética deve assegurar a propagação da capacidade de análise ética e, conseqüentemente, de habilidade de tomar decisões éticas e de estímulo ao desenvolvimento sócio-moral dos estudantes(2,14-18). No Brasil, o ensino da ética iniciou-se ao fim do século XIX, integrado à medicina legal e à deontologia médica(1,2,4). Diferentes autores sugerem que a construção da postura ética e do pensamento crítico e reflexivo deveria desenvolver-se a partir de atividades interdisciplinares com a área de humanidades, ou seja, com o desenvolvimento de conteúdos que estivessem relacionados com a medicina, entre eles aqueles provenientes das áreas de filosofia, ética, psicologia, antropologia, artes, sociologia, história, política. Esse vínculo poderia formar profissionais com uma visão mais humanizada(18-22). Na atualidade, não é incomum a ocorrência de relatos de pacientes contrariados com a postura do médico, tida como desumana(22,23). São freqüentes as queixas e processos instaurados contra os profissionais nos conselhos regionais de medicina. Apenas no ano de 2006, foram registradas no Distrito Federal 276 queixas. Já no período entre 1998 a 2005, foram realizadas 1465 denúncias(23). Em investigação realizada com os médicos infratores do Código de Ética Médica, observou-se que vários deles desconheciam os aspectos éticos de sua profissão. Esse fato aponta para a necessidade da inserção da ética e da bioética durante o período de formação acadêmica, o que poderia contribuir para alterar o panorama atual(22-24). O enfrentamento de situações que envolvem aspectos morais conflitantes demonstra a insuficiência, se embasar o processo decisório nesses casos, apenas em um Código de Ética Profissional, que delimita o que é permitido ou proibido realizar23, 24. Com freqüência, observa-se o descumprimento dessas normas, mesmo quando se conhece o Código Disciplinar, as punições decorrentes das infrações e a legislação vigente no país. A bioética emerge, assim, como instrumento que permite transpor a linearidade deontológica e legal, apoiando-se nas moralidades e no pluralismo moral presente na sociedade. A adoção do pensamento bioético possibilita incluir a reflexão ética no contexto das práticas de saúde, vinculado à dimensão biopsicossocial do indivíduo e considerando suas teias relacionais e sociais(5,6). A interação entre os distintos dilemas provenientes da prática da medicina moderna tem levado à reflexão do papel da ética nesse cenário. A expansão das ciências médicas parece ter contribuído para a melhora da qualidade e da expectativa de vida, ao custo da deterioração da relação médico-paciente. O impacto da ciência e da tecnologia na medicina colocou ao alcance do médico um poderio antes inalcançável e com ele criou novos dilemas, cujas soluções requerem enfoque também novo(24-26). Em 2001, as 103 escolas brasileiras de medicina apresentavam os conteúdos relacionados à ética inseridos em algum momento do currículo, porém sem a devida sistematização e o esclarecimento de qual seria a carga horária total. As formas de ensino incluíam aulas expositivas, discussão de casos, apresentação de seminários, dentre outros. Existe atualmente uma interessante tendência de valorização de conteúdos relativos à ética, e espera-se que os resultados futuros sejam, indubitavelmente positivos, no estabelecimento da relação médico-paciente(22,24). O Curso de Medicina da Escola Superior de Cências da Saúde – ESCS iniciou suas atividades no segundo semestre de 2001. É um curso ministrado em 06 anos, dividido em 04 séries de 01 ano (ciclos de seriação anual), complementados com mais dois anos de internato(27). O curso da ESCS adota metodologias ativas de ensinoaprendizagem nas sessões de tutoria como a Aprendizagem Baseada em Problemas (ABP), integradas com atividades práticas de interação ensino-serviçocomunidade (IESC) e de habilidades e atitudes (HA) em semiologia e comunicação, desenvolvidas da 1º A 4º série do curso, visando à aquisição de competências(27). No ano de 2007, completou-se o primeiro ciclo do curso de medicina da ESCS, com a formação da primeira turma de médicos (ciclo completo do curso). Naturalmente, esse foi um momento que ocasionou a necessidade de se avaliar e rediscutir o projeto pedagógico do curso, no sentido de qualificar as práticas 204 ACTA 2 2009.indd 204 3/11/09 07:33:07 Acta Bioethica 2009; 15 (2) educativas adotadas para desenvolver o processo de ensino-aprendizagem, considerando-se as necessidades sociais e de saúde do Distrito Federal, do seu Entorno e do país de uma forma mais abrangente. A escolha do tema deste trabalho foi motivada pela necessidade realizar um diagnóstico, qualitativo e quantitativo, da inserção de conteúdos educacionais sobre os temas de humanidades e ética no core curriculum e estabelecer as melhores formas de desenvolvimento dos processos de aprendizagem destas temáticas integradas com metodologias ativas de ensino-aprendizagem como a aprendizagem baseada em problema, problematização e arco de Maguerez. O objetivo deste trabalho foi analisar a inserção dos temas de humanidades e ética em currículo médico integrado com metodologias ativas e aprendizagem baseado em problemas em escola pública no Distrito Federal, Brasil, de forma a contribuir com o processo de gestão curricular. Metodologia Delineamento do Estudo O desenho metodológico é um estudo de caso, descritivo e documental, com abordagem qualitativa e quantitativa. Neste estudo foi adaptado o conceito de curriculum das Pautas Mínimas do International Institute of Medical Education, que estabelece um plano curricular com os objetivos que deveriam ser obtidos e os métodos para realizar as atividades de ensino-aprendizagem e a avaliação curricular29. Para análise qualitativa da integração curricular e da inserção, foi utilizada a metodologia SPICES de Harden (1984), modificado por Van den Berg (2004). A análise da integração curricular foi realizada baseada na metodologia SPICES de Harden (1984)(29), modificado por Berg (2004)(30). O primeiro autor desenvolveu estratégia para construção curricular e o segundo para avaliação e comparação de currículos. SPICES é um acróstico mnemônico da língua inglesa para designar as características curriculares desejáveis de acordo com as modernas diretrizes curriculares: S - Student-centred, P - Problem-based, I - Integrated, C - Communitybased, E - Electives, S -Systematic education. O critério de integração foi o proposto na metodologia. Foi realizada a avaliação quantitativa e descritiva da inserção da ética e humanidades no core curriculum de 2001 (ano da implantação do curso) e no core curriculum de 2006, disponíveis na versão eletrônica. Foram analisados os objetivos educacionais e o conteúdo das atividades desenvolvidas em todos os módulos temáticos, nas habilidades e atitudes (semiologia e comunicação), na interação ensino-serviço-comunidade, de 1º ao 4º ano, e no programa desenvolvido no 1º e 2º ano do internato, referentes aos currículos aplicados nos anos de 2001 e 2006, disponíveis em versão eletrônica ou impressa. Como sinônimos e temas correlacionados à ética, foram buscados e quantificadas as recorrências de 32 termos no DeCS/MeSH: sigilo, confidencialidade, segredo, confiança, confiabilidade, moral, beneficência, não-maleficência, justiça, autonomia, dignidade, privacidade, veracidade, fidelidade, respeito, distanásia, ortotanásia, aborto, eutanásia, TCLE, sensibilidade, deontologia, legalidade, dilemas, conflitos, racionalidade, juízo, lei, conduta, permissão, morte e medicina legal. Relacionados ao tema da humanização, foram quantificadas no currículo as recorrências de 36 indexadores no DeCS/MeSH: virtude, benefício, sensibilidade, solidariedade, compaixão, gratidão, empatia, simpatia, vínculo, humanista, humanidade, desumana, valores (nos contextos éticos, culturais, religiosos e sociais), atitude (no sentido de ética e humanista), postura, psico (no sentido biopsicossocial), comunicação (no sentido de habilidade de se comunicar), escuta, relação (no contexto de relação médico-paciente), qualidade (de vida), crença, holístico, reflexão, aceitação, preconceito, conscientização, social, cidadania, violência, agressão, filosofia, antropologia, artes, sociologia, história e política. Na tentativa de controlar as variáveis influenciadoras do estudo e que poderiam interferir na validade interna do trabalho, a coleta de dados do currículo foi complementada e atualizada com informações fornecidas por coordenadores de série, eixo e/ou unidades educacionais. Os resultados quantitativos foram processados no Software estatístico SPSS, versão 15.1. Os resultados foram significativos para p≤0,05, Intervalo de confiança de 95% (Teste de Correlação de Perlson). Este projeto foi aprovado pelo Comitê de Ética em Pesquisa - SES/ DF, Brasilia, Brasil (Protocolo: 052/07). 205 ACTA 2 2009.indd 205 3/11/09 07:33:07 Ética no curso de medicina do Brasil - Maria Garbi Novaes, Luiz Garcez Novaes, Dirce Guilhem, Fernando Lolas, Carla Silveira, Murilo Guiotti As análises foram feitas no programa SPSS versão 15.1, por meio das estatísticas descritiva e analítica. Os resultados foram apresentados na forma de gráficos. As significâncias das diferenças foram aferidas através de testes de hipóteses. Quando não expresso, o intervalo de confiança adotado foi α=0,05. A probabilidade de significância foi expressa em p-value. recorrência nas atividades desenvolvidas nos Módulos Temáticos no 2º ano e declínio nas demais, sendo que os resultados das análises diminuem com a progressão das séries. Resultados No eixo de interação ensino-serviço-comunidade esperava-se uma maior recorrência nos temas relacionados à humanização, tendo em vista a proximidade com os pacientes, seus familiares e acompanhantes, bem como a participação dos estudantes nos programas da Secretaria de Saúde do Distrito Federal. Foi observada maior aproximação com o tema em questão no 1º e 2º ano, sendo que os resultados da pesquisa foram menores nos 3º e 4º ano, quando comparado o currículo de 2006 e o aplicado em 2001. As recorrências, em números absolutos dos termos da humanização, em relação ao currículo de 2006 e ao curriculo de 2001, estão demonstradas nos gráficos 1 e 2, respectivamente. Foi observado que o eixo de Habilidades e Atitudes foi que apresentou maior recorrência da temática humanização no currículo do 1º ao 4º ano. Quando comparados os resultados da pesquisa realizada no currículo aplicado em 2006 e em 2001, utilizando os mesmos indexadores relacionados à avaliação da humanização, foi constatado que o curriculo de 2001 apresentou correlação positiva (IC=0,783) desses indexadores testados pelo índice de correlação de Pearson (α0,05; pvalue=0,043). Aspectos éticos da pesquisa O projeto foi aprovado pelo Comitê de Ética em Pesquisa da FEPECS/SES-DF sob o número de protocolo 052/07. Gráfico 1. Inserção de temas sobre humanização no currículo aplicado em 2006, de 1º ao 4º ano, do Curso de Medicina da ESCS. Gráfico 2. Inserção de temas sobre humanização no currículo aplicado em 2001, de 1º ao 4º ano, do Curso de Medicina da ESCS. A inserção da temática humanidade foi pouco observada nas unidades de Módulos Temáticos, onde é exigido do estudante o raciocínio biológico, com ênfase ao domínio cognitivo. Foi observado um aumento da As recorrências, em números absolutos, dos 37 indexadores relativos aos termos da ética, bioética, seus sinônimos e correlações nas unidades educacionais: módulo temático, habilidades e atitudes (semiologia e 206 ACTA 2 2009.indd 206 3/11/09 07:33:08 Acta Bioethica 2009; 15 (2) comunicação) e interação ensino-serviço-comunidade, no currículo do Curso de Medicina da ESCS aplicado no ano de 2006, estão demonstradas no gráfico 3. planejado e aplicado no ano de 2006, quando comparado aos 1º e 2º anos que apresentaram recorrências mais expressivas (gráfico 3). Gráfico 3. Inserção de temas sobre ética e bioética no currículo aplicado em 2006, de 1º ao 4º ano, do Curso de Medicina da ESCS. Com relação a esta temática, a unidade de habilidades e atitudes foi novamente o eixo que apresentou maior recorrência dos termos nos currículos do 1º ao 4º ano, onde se destaca o 2º ano seguido pelo 4º ano como os que apresentaram maior inserção da ética e bioética no currículo (Gráfico 3). A unidade interação ensino-serviço-comunidade dos 3º e 4º anos apresentou-se praticamente nula quanto à abordagem da humanização e da ética e no currículo Quando comparado o resultado obtido no currículo de 2006 com o do currículo de 2001, utilizando os mesmos indexadores relacionados à ética, foi constatado que o currículo aplicado em 2001 (semelhante ao projeto pedagógico, aplicado no ano da fundação da escola) apresentou menor recorrência dos indicadores quando comparado ao currículo desenvolvido no ano de 2006 (gráfico 4). Gráfico 4. Inserção de temas sobre ética no currículo aplicado em 2001, de 1º ao 4º ano, do Curso de Medicina da ESCS. O Internato Médico é a última fase da graduação no curso da ESCS, em que o estudante participa nos 5º e 6º anos do curso de estágios supervisionados nas áreas básicas e intermediárias da pediatria, ginecologia e obstetrícia, clínicas médicas e clínicas cirúrgicas, com 24 meses de duração, a partir do 5º ano. Os mesmos indexadores analisados no currículo do 1º ao 4º ano foram avaliados no programa do internato, referente ao ano de 2006 (gráfico 5). 207 ACTA 2 2009.indd 207 3/11/09 07:33:08 Ética no curso de medicina do Brasil - Maria Garbi Novaes, Luiz Garcez Novaes, Dirce Guilhem, Fernando Lolas, Carla Silveira, Murilo Guiotti Gráfico 5. Inserção de temas sobre ética no internato do Curso de Medicina da ESCS nos currículos de 2001 e 2006. Foi observada a inserção das temáticas de ética e humanização nas diretrizes gerais do programa e em todas as áreas básicas, com exceção do programa da cirurgia geral, provavelmente porque é dada maior ênfase às habilidades específicas da área de atuação (gráfico 5). Este resultado foi maior que o aplicado no currículo de 2001 (gráfico 6). Discussão O projeto pedagógico do curso de medicina da ESCS reflete referenciais filosóficos, psicológicos, éticos e socio-culturais, que nortearam o planejamento dos objetivos educacionais que possibilitassem a aquisição de competências necessárias ao exercício profissional. Gráfico 6. Inserção de temas sobre humanização no internato do Curso de Medicina da ESCS nos currículos de 2001 e 2006. Foi observada também maior inserção das temáticas relacionadas a ética nos anos iniciais do curso: 1º e 2º anos e no internato quando comparado à inserção nos 3º e 4º anos (IC95%-α=0,034, pvalue=0,007). A unidade de habilidades e atitudes foi o eixo que apresentou maior recorrência da temática humanização, ética e bioética no currículo do 1º ao 4º ano (IC95%-α=0,026, pvalue=0,013). Foi observado um aumento da recorrência da temática de humanização nas atividades desenvolvidas nos módulos temáticos e interação ensino-serviço-comunidade no 2º ano e declínio nos demais, sendo os resultados das análises mais baixos no 3º e 4º ano. Quando comparada a inserção entre o internato e os quatro primeiros anos, observa-se que nestas a inserção da temática é significativamente superior (IC95%-α=0,042, pvalue=0,029). O projeto foi planejado, visando à formação de egressos com habilidades éticas e legais pertinentes à prática profissional, seguindo o consenso e as orientações nacionais e internacionais para a educação médica. Contudo, no currículo analisado referente ao ano de 2006, estas habilidades foram abordadas com de forma correlata ao planejado no projeto pedagógico do curso. É possível que esta análise não reflita com exatidão as ações executadas pelos estudantes nas diferentes séries, sob a supervisão dos docentes da ESCS e preceptores de graduação. A prática dos serviços apresenta-se com maior riqueza de elementos referentes aos aspectos biopsicossociais e culturais do paciente, de relações interpessoais e com outros profissionais de saúde quando comparado às atividades planejadas inicialmente. Tratase da diferença entre o currículo planejado e o currículo executado. Além disso, nos 3º e 4º anos o currículo destina maior ênfase ao estudo do paciente enfermo quando comparado ao estado fisiológico do indivíduo saudável, estudado nos 1º e 2º anos do curso. 208 ACTA 2 2009.indd 208 3/11/09 07:33:09 Acta Bioethica 2009; 15 (2) Uma das principais queixas dos usuários de saúde está relacionada à falta de humanização da prática médica, compreendida como a violação do ser humano e de sua humanidade6. Dados da literatura4 revelam o desrespeito ao indivíduo mesmo em ambiente de formação profissional, com a fragmentação do corpo humano em órgãos e sistemas para que seja conhecido através de suas partes16. O médico que a sociedade necessita é um médico com sólida formação geral, formação básica profunda, treinamento nos diferentes níveis de atenção à saúde, elevada formação ética e humanista e que esteja apto a exercer sua profissão com responsabilidade social e competência técnica9-11. O Projeto Pedagógico do Curso de Medicina da ESCS (2001) foi planejado considerando-se a realidade médico-social em que se insere o curso visando à formação do médico com visão mais humanizada do paciente, como recomendam as diretrizes curriculares. A bioética considerada ética aplicada, consolidou-se como campo disciplinar, não apenas pela fundamentação epistemológica que possui, mas pela quantidade de questões capaz de abarcar15. Este tema aponta para a necessidade de transcender o limiar deontológico, apoiado na concepção de direitos e deveres, para se atingir a reflexão ética vinculada à dimensão biopsicossocial das pessoas inseridas em seu entorno social14. O profissional de saúde tende a lançar um olhar técnico-científico sobre o sujeito adoecido, enquanto estar doente. Estes dois pontos de vistas encontram-se no momento da consulta e percorrem todo o tratamento. Cabe ao médico estar preparado para o enfrentamento dessa situação, uma vez que pode deixar emergir os dilemas e crenças pessoais ao tratar pessoas que estejam com determinadas doenças3. A doença é interpretada pela concepção biomédica como um desvio de variáveis biológicas em relação à norma. Este modelo, fundamentado em uma perspectiva mecanicista, considera os fenômenos complexos como constituídos por princípios simples, isto é, relação de causa-efeito, distinção cartesiana entre mente e corpo, análise do corpo como máquina, minimizando os aspectos sociais, psicológicos e comportamentais, propiciando muitos problemas na relação entre médico e paciente21. No curso de medicina da ESCS, foi observada maior inserção das temáticas relacionadas à ética e bioética nas séries iniciais do curso: 1º e 2º anos e nas séries finais (internato), quando comparado à inserção nos 3º e 4º anos. Esta diferença acentua-se quando analisada em relação ao internato. Embora não seja consensual na literatura, alguns autores acreditam que a instrução ética deva ocorrer logo no início do curso, ao passo que outros defendem a idéia segundo a qual tal conteúdo precisa estar relacionado à prática, que ocorrem durante o ciclo profissionalizante, em cursos que utilizam metodologias tradicionais de ensino-aprendizagem. Com relação ao relato da inserção das temáticas referentes e da ética, bioética e humanização no currículo médico em instituições que adotam currículos com metodologias ativas e aprendizagem baseada em problemas, foram encontrados poucos artigos publicados nas bases de dados da Bireme (Lilacs e Medline) e que poderiam subsidiar a discussão e a análise comparativa entre o currículo do Curso de Medicina da ESCS e as demais instituições. Conclusão Na última década, houve a introdução das temáticas da ética, bioética e humanização no conteúdo programático de muitas faculdades de Medicina no Brasil. No currículo do curso de medicina da ESCS, foi observado um aumento da inserção dessas temáticas nas atividades curriculares, no ano de 2006, quando comparado ao currículo aplicado em 2001, que era semelhante ao planejado no Projeto Pedagógico do curso, aprovado pelo Ministério da Educação. A análise da inserção das temáticas de ética e humanização na formação médica a partir da análise curricular possibilitou identificar que esta introdução se deu principalmente nas séries iniciais do curso, especialmente nos módulos de habilidades e atitudes (semiologia e comunicação) e interação ensino-serviço-comunidade. A discussão foi facilitada mediante a aplicação de estratégias metodológicas ativas que buscam a reflexão de referenciais filosóficos, psicológicos, éticos e socioculturais, adotadas pelo curso de medicina da ESCS, de forma a garantir as competências necessárias ao exercício profissional. No currículo aplicado em 2006 no internato, foi observada a inserção sistemática e integrada das temáticas nas diretrizes gerais do programa e em ambos os eixos horizontal e vertical, embora de modo decrescente ao longo do curso. 209 ACTA 2 2009.indd 209 3/11/09 07:33:09 Ética no curso de medicina do Brasil - Maria Garbi Novaes, Luiz Garcez Novaes, Dirce Guilhem, Fernando Lolas, Carla Silveira, Murilo Guiotti Contudo, devido ao número reduzido de artigos descritos na literatura que relatam a freqüência e o período de ocorrência destas temáticas no currículo, não podemos afirmar que a inserção observada no currículo do Curso de Medicina da ESCS é suficiente para promover a discussão e resolução das novas demandas sociais, tecnológicas e assegurar as competências exigidas ao médico. A avaliação do conhecimento sobre a ética e humanidades, aplicada às habilidades profissionais em estudantes e em egressos do curso, precisa ser constatada de forma a subsidiar os achados do presente diagnóstico e o processo de gestão curricular. Agradecimentos Os autores agradecem ao CNPq pelo apoio financeiro ao projeto mediante o pagamento de bolsas de iniciação científica - PIBIC aos estudantes de graduação que auxiliaram na coleta dos dados. Referências 1. Pontes AL, Rego S, Silva Jr AG. Saber e prática docente na transformação do ensino médico. Revista da Sociedade Brasileira de Educação Médica 2006; 30(2): 66-75. 2. Komatsu RS. Aprendizagem baseada em problemas: um caminho para a transformação curricular. Revista Brasileira de Educação Médica 1999; 23(2/3): 32-37. 3. Rego S. A formação ética dos médicos: saindo da adolescência com a vida (dos outros) nas mãos. 1ª ed. Rio de janeiro: Editora Fiocruz; 2003. 4. Flexner A. 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A menudo, ellos se relacionan con el deber de decir la verdad y respetar la autonomía del paciente, en oposición al deber de cuidar y no provocar daño. El principio de autonomía se basa en el respeto a los valores, creencias y capacidad de tomar decisiones del paciente como la principal consideración moral y, por tanto, exige la comunicación de la verdad. La beneficencia, al buscar el predominio del bien en la asistencia del paciente y procurar su beneficio, supone que la verdad puede dañar. Palabras clave: paciente terminal, comunicación, verdad COMMUNICATION OF TRUTH iN THE DOCTOR-TERMINAL PATIENT RELATIONSHIP Abstract: People who work at palliative care face many ethical dilemmas. Often they are related with the duty to tell the truth to the patient and to respect his autonomy, in opposition to the duty of caring and not harming. The autonomy principle is based upon respect for the patient’s values, beliefs and capacity of making decisions as the principal moral consideration and, therefore, it requires communication of the truth. Beneficence, when looking for the patient’s sake and for his benefit, can suppose that truth may cause damage. Key words: terminal patient, communication, truth A COMUNICAÇÃO DA VERDADE NA RELAÇÃO MÉDICO-PACIENTE TERMINAL Resumo: As pessoas que trabalham em cuidados paliativos enfrentam muitos dilemas éticos. Em geral, eles se relacionam com o dever de dizer a verdade e respeitar a autonomia do paciente, em oposição ao dever de cuidar e não provocar dano. O principio da autonomia se baseia no respeito a valores, crenças e na capacidade de tomar decisões do paciente como a principal consideração moral e que, portanto, exige a comunicação da verdade. A beneficência, ao buscar o predomínio do bem na assistência do paciente e a procura de seu beneficio, supõe que a verdade pode provocar dano. Palavras-chave: paciente terminal, comunicação, verdade * Directora Escuela de Enfermería, Universidad Santo Tomás. Chile Correspondencia: [email protected] 212 ACTA 2 2009.indd 212 3/11/09 07:33:10 Acta Bioethica 2009; 15 (2) Introducción Los profesionales del área de la salud se ven enfrentados frecuentemente a dilemas éticos en el cuidado de pacientes terminales. Algunos ejemplos corresponden a la decisión acerca de la conveniencia de dar a conocer al enfermo su diagnóstico o pronóstico(1). Decir o no la verdad a un paciente puede parecer muy simple, pero en realidad es una decisión muy difícil. La comunicación de la verdad, particularmente cuando se trata de informar “malas noticias”, es una situación estresante y difícil para los médicos y para el resto del equipo de salud(2). La comprobación habitual es que esta comunicación es temperada de modo tal que, en el mejor de los casos, resulta en una verdad parcial, y en el peor en un cuadro pintado sobre la base de falsedades y omisiones. La ética médica tradicional se ha basado en dos principios fundamentales, “beneficencia” y “no maleficencia”, exigidos a los médicos en ejercicio(3). Estos principios se enfrentan frecuentemente cuando el médico debe entregar información que puede alterar en forma negativa la visión del paciente sobre su situación de salud. La comunicación de la verdad En un contexto clínico resultaría incorrecto por muchas razones mentir, pero reducir o postergar la revelación total de la verdad podría ser justificable moralmente. Si un paciente se encuentra emocionalmente afectado, deprimido y con actitudes suicidas, entonces se requiere de cautela para que la revelación de la verdad no contribuya a un severo perjuicio(4). En este caso, en vez de mentira se podría hablar de un ocultamiento de la verdad. Este ocultamiento puede tomar diferentes formas, la mayor parte de ellas relacionadas con la forma de la entrevista en que la verdad debe ser comunicada; también puede tener muchos propósitos y llevar a diversas consecuencias. En general, la postura de ocultamiento ha sido sostenida bajo el principio de no maleficencia, aduciendo que, en algunos casos, la verdad puede causar un daño al paciente(5). Este manejo o manipulación de la verdad, que suele utilizarse en la comunicación del diagnóstico y pronóstico de enfermedades terminales, y que estaría avalando uno de los deberes de la profesión médica como es la beneficencia, es entendido como solidaridad con el enfermo que sufre, que padece un mal doloroso que afecta su salud y que amenaza su vida. El atenuar la angustia o la depresión, productos de una verdad dolorosa, podría ser una motivación suficiente para ocultar la verdad. El hecho de ocultar la verdad en la relación médicopaciente terminal requiere de especial atención, ya que en la actualidad los pacientes demandan más información sobre las opciones de tratamiento, riesgo, técnica quirúrgica, pronóstico, entre otros aspectos. Esto ha generado incluso un cambio en nuestras leyes. Los pacientes podrían experimentar un daño si se les miente. No sólo se pasaría a llevar su autonomía, sino que, además, aquellos pacientes que no están al tanto de la verdad acerca de las intervenciones experimentan una pérdida total de la confianza en el médico, la cual es fundamental para el proceso de cuidados. La relación médico-paciente El actual modelo de relación médico-paciente no ha logrado imponerse al modelo clásico paternalista, en el que una gran parte de la información referente al mal que padecía el paciente se mantenía inaccesible para él. En nuestro país el médico todavía asume, en muchos casos, la responsabilidad general en el tratamiento de los enfermos, a pesar de la obligación de aceptar que el paciente tiene derecho a ejercer su autonomía en la atención médica. Entre los médicos existe la percepción de una invasión en el ejercicio de la profesión, por el protagonismo que está alcanzando la autonomía de los pacientes, proceso en el cual el médico va perdiendo progresivamente el control sobre su práctica. La creciente participación de los pacientes también enfrenta a los profesionales a reconocer la incertidumbre y producir frustración en quienes creen en la certeza definitiva de la medicina(6). Esto, que podría ser una curiosidad histórica, sigue siendo importante hoy al persistir vivas las raíces de una relación paternalista, moduladora de la entrega de la verdad. Por otro lado, son diferentes las valoraciones que los propios pacientes muestran acerca de la importancia del ejercicio de su autonomía en las decisiones de salud. Vemos usuarios del sistema privado de salud que defienden cada vez más sus derechos, mientras que otros se encuentran a gusto con el clásico modelo paternalista y les incomoda la libertad de opción que ofrece el médico(7). Actualmente, el tipo de relación interpersonal entre médico y paciente ofrece características poco vincu213 ACTA 2 2009.indd 213 3/11/09 07:33:10 La comunicación de la verdad en la relación médico-paciente terminal - Alejandra Gajardo Ugás lantes y tecnologizadas. Ello se debe a las condiciones en las cuales se desarrolla la consulta, a la ausencia de un médico de cabecera y a una atención multidisciplinaria(8). Al iniciar una relación de terapia o investigación, el paciente y el médico subscriben un contrato tácito, mediante el cual ambos se comprometen con el derecho y el deber de decir la verdad el uno al otro, una de las condiciones indispensables para que se establezca entre ellos una relación de confianza(9). Sin embargo, frente a una declaración que puede parecer clara y aceptada como ésta, decir la verdad sigue siendo uno de los dilemas éticos más relevantes en el acompañamiento de los pacientes terminales(10), existiendo quienes se preguntan si el médico es capaz realmente de saber la verdad y de pronosticarla, o si el paciente quiere saber la verdad o es capaz de entenderla. En el caso de los enfermos terminales se presentan siempre conflictos entre el derecho a conocer la verdad, por una parte, en consideración con el principio de autonomía, y los principios ya citados de beneficencia y no maleficencia, por otra. En este conflicto juega un papel fundamental el proceso de comunicación(11). El derecho y el deber de comunicar la verdad Si bien el paciente terminal tiene derecho a conocer todo lo concerniente a su enfermedad y su proceso de morir, tiene también derecho a rehusar conocerlo, lo que suele traducirse en no indagar nada al respecto y, por lo tanto, el médico se sentiría sin el deber de informar. Esto podría generar uno de los elementos que avalarían la licitud del ocultamiento de la verdad. Establecer una comunicación abierta con el paciente terminal es para los profesionales de la salud un asunto difícil de salvar en la práctica diaria. La muerte y el proceso de morir evocan en médicos y enfermeras reacciones psicológicas que conducen, directa o indirectamente, a evitar la comunicación sobre la materia con el paciente y su familia. Nuestra sociedad vive de espaldas a la muerte. Por otro lado, cuando las personas están muriendo, la etapa de negación de la muerte crea una barrera entre ellas y el resto de la sociedad, que las aísla cuando más ayuda necesitan. La información entregada al paciente terminal deberá combinar la prudencia necesaria para no dañar las posibilidades de adaptación del enfermo a la verdad. Si bien las circunstancias sociales y culturales van cambiando, en las sociedades latinoamericanas el médico y la familia suelen tender a creer que el ideal es que el paciente muera sin conciencia de su situación. Estudios en España revelan la existencia en este medio de al menos dos tipos de enfermo. El primero lo integran aquellos que desean conocer su diagnóstico (quienes lo más probable es que sean jóvenes, de sexo masculino y tengan una supervivencia esperada corta), pero a los que no siempre se informa. De éstos, el 12% de enfermos no informados desearía una revelación plena de su diagnóstico, cifra que en otros estudios oscila entre el 50% y el 98%, dependiendo de las características demográficas y del diagnóstico sospechado por el enfermo(12). Conclusión Finalmente, cuando la comunicación se da en la relación médico-paciente terminal, el respeto, la veracidad, la confianza y la beneficencia cobran importancia, así como la individualidad del enfermo al que nos enfrentamos. En esta situación, la meta es la calidad de vida y no alargar la supervivencia ni producir daños innecesarios. Para ello hay que decidir los aspectos que van a ser abordados en el proceso de la información: diagnóstico, tratamiento, pronóstico y/o apoyo. Cambiar el miedo por esperanza, la incertidumbre por información, la indefensión por percepción de control, la incomunicación por una comunicación adecuada, abierta y honesta no es fácil. Las variaciones individuales son tantas y son ellas, y no las generalidades, las que nos deben guiar durante el proceso de comunicación(13). El respeto y la confianza mutuos se hacen imprescindibles en el trato entre paciente y profesional. Sin embargo, en la actualidad este punto de partida no siempre se cumple, debido a una evolución sociocultural que supone mayor implicación del paciente en todos los procesos de salud; mayor exigencia de eficacia; mala o escasa información y gran número de profesionales que participan en un solo proceso terapéutico, lo que dificulta aún más la comunicación de la verdad a los pacientes. 214 ACTA 2 2009.indd 214 3/11/09 07:33:10 Acta Bioethica 2009; 15 (2) Referencias 1. Taboada P. Principios relevantes en la atención de pacientes terminales. Revista de Estudios Médico-Humanísticos; 12(12). Sitio en Internet. Disponible en http://escuela.med.puc.cl/publ/ArsMedica/ArsMedica12/PrincipiosEticos.html 2. Bascuñán ML. 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Palabras clave: bioética, geriatría, adulto mayor, consentimiento informado DOCTOR-PATIENT RELATIONSHIP: ELDERLY’S RIGHTS Abstract: Aging suffers prejudices against it. Even among professionals who practice gerontology. A dangerous and common one is to consider that all the elderly are sick or unable. The relationship doctor-patient is the key stone both for medical practice and ethics. In order to achieve respect for the elderly a wise medicine is necessary, based upon a practice where ethical and clinical reflection may contribute. The latter is possible if the elderly’s rights are respected, especially as patients when having to make decisions. Key words: bioethics, geriatrics, elderly, informed consent RELAÇÃO MÉDICO-PACIENTE: DIREITOS DO IDOSO Resumo: Existem preconceitos em relação à velhice, inclusive entre os profissionais que se dedicam à gerontologia. É comum e perigoso considerar que os idosos são todos enfermos ou descapacitados. A relação médico-paciente é a pedra angular da prática e ética médicas. Para se alcançar o respeito pelos idosos é necessária uma medicina prudente, baseada na prática que a reflexão ética e clínica podem contribuir. Esta última será possível se fizerem valer os direitos do idoso, em particular como paciente para a tomada de decisões. Palavras-chave: bioética, geriatria, idoso, consentimento informado * ** *** Médico. Oficina de Información Médica de la Dirección de Regulación Sanitaria, Ministerio de Salud. Nicaragua Correspondencia: [email protected] Doctor en Genética. Centro Interdisciplinario de Estudios en Bioética (CIEB), Universidad de Chile. Chile Médico Cardiólogo. Diplomado en Bioética, Pontificia Universidad Católica de Chile. Chile 216 ACTA 2 2009.indd 216 3/11/09 07:33:10 Acta Bioethica 2009; 15 (2) Introducción Principales problemas éticos En la mayoría de los países americanos se experimenta un cambio demográfico debido a un incremento en la expectativa de vida y un descenso en la natalidad. Ejemplo de ello son Uruguay, Chile y México. En la actualidad, el 60% de personas mayores de 60 años viven en países en vías de desarrollo y se espera que para 2025 este porcentaje ascienda a un 75%, de manera que tres de cada cuatro adultos mayores vivirán en estos países(1). La relación médico-paciente es la piedra angular de la práctica médica y, por lo tanto, de la ética médica(3). En la Declaración de Ginebra se exige al médico que debe “velar ante todo por la salud de su paciente” y el Código Internacional de Ética Médica estipula: “El médico debe a sus pacientes todos los recursos de su ciencia y toda su lealtad”(3). A pesar de lo anterior, es común que ocurra un deterioro en la relación médicopaciente en el grupo de los adultos mayores. La vejez es una etapa normal de la vida: envejecemos desde que nacemos. En países en vías de desarrollo, se llama “ancianos”, “adultos mayores” o “personas de la tercera edad” a quienes tienen 60 años o más, y en países desarrollados a los que tienen 65 años o más. En este artículo utilizaremos el término “adulto mayor”. Si bien la información al paciente se ha ido introduciendo en la práctica sanitaria(4), en algunos casos ello no se hace directamente con éste sino con sus familiares. Algunos padecimientos que pueden generar esta situación son: deterioro cognitivo, enfermedad crónica incapacitante, pérdida de la autovalencia, dependencia económica, etc. Sin embargo, también puede deberse al ageísmo, viejismo o rechazo al anciano por parte del personal de salud, y sin ninguna de las condiciones previamente mencionadas. Butler (1993) definió este viejismo como “el prejuicio (que) se aplica principalmente (…) de la gente joven hacia la gente vieja”. Salvarezza (2002) considera que el viejismo implica una conducta social compleja con dimensiones históricas, culturales, sociales, psicológicas e ideológicas, basada en un conjunto de prejuicios, estereotipos y discriminaciones que se aplican a los viejos en función de su edad. Quizás la empatía no se alcanza porque el personal sanitario no tiene la experiencia de haber sido viejo y, por lo tanto, presenta dificultad para ponerse en el lugar del otro, especialmente en una sociedad donde cada vez más los ancianos no conviven con la familia y, por lo tanto, llegan a ser personas desconocidas. Los adultos mayores corren el peligro de ser marginados y que se les prive de ejercer sus derechos. Esta situación de rechazo puede llevar a que se les considere personas no competentes, cuando quizás lo que han perdido es la autovalencia, pero sigue prevaleciendo su competencia y su capacidad mental para decidir los aspectos relacionados con su persona. Un clásico ejemplo es la “institucionalización”, decisión tomada por familiares, en la mayoría de los casos los hijos, sin consultar al afectado. Esa discriminación no sólo ocurre en lo social –con gran impacto sobre lo físico y mental de estas personas–, sino también en el campo de la salud. Existen prejuicios hacia la vejez, vigentes en la sociedad, incluso en el discurso de los profesionales que se dedican a la gerontología. Entre estos prejuicios, el más común y peligroso es considerar que los viejos son todos enfermos o discapacitados. Por lo antes expuesto, resulta necesaria una medicina prudente, donde prevalezca el respeto a la integridad del anciano. La reflexión ética y clínica puede contribuir en la práctica clínica geriátrica para atenuar la soledad y la impresión de inutilidad que a menudo presenta la persona de la tercera edad. Esto último permitirá que se mantenga la expresión de la personalidad y de la calidad de vida de la persona adulta, y mantener el sentido de su existencia(2). Es necesario apelar a los derechos de los adultos mayores no sólo en su calidad de tales, sino también como pacientes. Esto con el objetivo de mantener o mejorar su autonomía y calidad de vida (previniendo la discapacidad). En la relación médico-paciente es habitual solicitar al personal de salud información diagnóstica, acompañada del pronóstico: resultado esperado del acto médico(5). En algunas ocasiones, este resultado obtenido no es exacto, debido al acto médico mismo; en otras, debido a la intervención de terceros (familiares o cuidadores). Esto último se torna problema cuando la información suministrada por el médico hacia el paciente es para conocer la situación, evolución y finalmente adoptar 217 ACTA 2 2009.indd 217 3/11/09 07:33:11 Relación médico-paciente: derechos del adulto mayor - Melba Barrantes-Monge, Eduardo Rodríguez, Alexis Lama una forma de vida; o bien cuando el paciente tiene que colaborar con su tratamiento. ¿Qué sucede cuando la relación médico-paciente se encuentra intervenida por la familia? Resulta sencillo responder cuando se trata de pacientes que han perdido su competencia y capacidades mentales (el caso de las demencias en estadios severos), en los cuales existe dependencia total y está claramente establecido que el apoderado o familiares del paciente deben tomar las decisiones. Sin embargo, dicha situación se transforma en un conflicto ético en aquellos pacientes con dependencia funcional no severa y/o dependencia económica, pero con un nivel cognitivo íntegro. No sería justo privar a los adultos mayores de algunos procedimientos diagnósticos y terapéuticos simplemente por ser “viejos”, cuando el beneficio de mejorar la calidad de vida puede ser enorme. Otro acto de justicia consiste en escuchar al paciente, porque escuchar favorece la relación y la confianza. Uno de los motivos por los cuales el personal de salud rechaza atender al anciano es porque acude a la consulta con una lista de quejas. Es responsabilidad del profesional de salud permitir que el paciente relate y aclare sus quejas; esto le hace sentirse considerado y, como ocurre con frecuencia, no siempre la queja principal es el motivo de la consulta. Se debe cumplir también con un examen físico adecuado, así como con los estudios de laboratorios pertinentes. Este acto de justicia consiste en no privarlos de la tecnología cuando se toma en consideración el juicio de proporcionalidad. Otro acto de justicia es permitir que los adultos mayores ejerzan sus derechos y, dentro de ellos, el ejercicio de su autonomía. Cualquier decisión del paciente es el resultado de su derecho de autonomía o autodeterminación, que viene impuesta por la naturaleza de los bienes jurídicos y por ser el paciente el portador de los mismos(5). La autonomía consiste también en que, una vez emitida la decisión, no es necesaria la concurrencia de la voluntad de terceras personas. Esta situación es justificable únicamente cuando el adulto mayor no es capaz de tomar decisiones por alteración mental de algún tipo (es el caso de la demencia severa), y quienes deben tomar la decisión en este caso son los familiares o apoderados. A los pacientes mayores de edad con plena capacidad de prestar su consentimiento se les debe aplicar las reglas generales relativas al mismo. Estas reglas se centran en asegurar que la voluntad, tanto en su formación como en su manifestación, sea consciente y libre, siempre y cuando haya ausencia de vicios que lo afecten. Para que el consentimiento sea realmente adecuado debe cumplir con información adecuada, transmitir la información como un proceso continuo y notificar los riesgos previsibles (limitantes y excepciones). Proporcionar información adecuada consiste en brindarla de modo que todos los adultos mayores tengan accesibilidad a ella. Para esto se deben considerar todas las limitantes del paciente, entre ellas las visuales y auditivas. Con el acceso a la información, el adulto mayor puede pensar en ella (pensamiento autónomo), pueda elegir su preferencia (pensamiento autónomo) y expresarla libremente (autonomía del deseo), para finalmente implementar su voluntad (autonomía en la acción). Otro acto de responsabilidad médica es asegurar de que el paciente comprenda toda la información relevante según sus necesidades y, en caso de algún impedimento, el facultativo está obligado a dar una dedicación especial. En ese momento la autonomía se convierte en un valor ético aún más crucial: cuando las condiciones de fragilidad y dependencia pueden amenazar la autodeterminación de los ancianos por el paternalismo de sus cuidadores y/o familiares. Al adulto mayor se le debe advertir de los procedimientos diagnósticos y terapéuticos, así como del pronóstico y de los riesgos y beneficios de alguna medida emprendida o decisión tomada. Documentos que comentan el tema de la investigación en personas vulnerables –como muchas veces son los ancianos– aceptan su inclusión siempre que(6): • Los resultados de la investigación posean el potencial de producir beneficios directos y reales a la salud del probando. • Una investigación de similar efectividad no pueda ser llevada a cabo en otro tipo de individuos competentes. • La persona en que se investigará haya sido informada de sus derechos y las salvaguardas legales para su protección, en la medida en que es capaz de recibir la información. • Se haya obtenido la autorización específica y documentada, por la autoridad o la representación legal de la persona. 218 ACTA 2 2009.indd 218 3/11/09 07:33:11 Acta Bioethica 2009; 15 (2) Excepcionalmente y cumplidos los puntos anteriores se podrá realizar un estudio cuyos resultados beneficien al probando o a otras personas de la misma categoría de edad o afectadas por la misma enfermedad o condición. Desacuerdo entre médico y adulto mayor Si el médico cree que el paciente ha hecho una elección inadecuada, por falta de conocimiento e información, está en la obligación de brindar información más completa y actualizada. Solamente si le parece que el individuo carece de capacidad suficiente (previos estudios adecuados) para entender la información y relevancia del problema médico, se debe solicitar un apoderado para proteger y asesorar al paciente o para que se tomen las decisiones correctas. Sin embargo, no podemos perder de vista que un paciente competente puede en cualquier momento abandonar el tratamiento, pero jamás el médico podrá abandonar al paciente. El adulto mayor es el único que puede autorizar algún tipo de intervención concerniente a su salud. Éticamente, el médico no tiene obligación de prescribir un tratamiento elegido por el paciente cuando este tratamiento pone en riesgo su salud (situación que ocurre con frecuencia a esta edad: un ejemplo es la automedicación), aun si se trata de un paciente competente. En el caso de que estas diferencias no puedan ser resueltas, el médico puede retirarse del caso, siempre y cuando haya examinado los riesgos y beneficios de las opciones terapéuticas. De esta manera, el médico cumple con las normas sobre práctica e integridad profesional y se permite al paciente ejercer su autodeterminación. Otro conflicto que puede ocurrir en la relación médicopaciente del adulto mayor es que a menudo en la práctica se crea un vínculo insano entre el profesional de salud (mayoritariamente los médicos) y su paciente anciano, en el cual el primero está persuadido que sólo él tiene todas las respuestas a la problemática de su paciente. ¿Cómo balancear el derecho a la autodeterminación del anciano y la firme creencia del profesional de que siempre habrá algo que hacer?(7,8). Por otra parte, en el tratamiento de las problemáticas de la tercera edad impera el “modelo médico”, que implica centrarse únicamente en la cuestión orgánica individual y en su etiología fisiológica: se olvida el tratamiento de causas psicológicas y, fundamentalmente, de los efectos de las políticas sociales y económicas sobre la salud en el envejecimiento y en la vejez. Como consecuencia de esta ideología, los adultos mayores suelen centrar sus consultas en las dolencias físicas, manifestando pudor por expresar sus problemas psíquicos, tal vez por temor a ser estigmatizados. Una de las mejores formas de respetar los derechos de los adultos mayores es que estos sean atendidos por médicos competentes, es decir, profesionales con algún grado de conocimiento de la psicología y biología de la vejez, tomando en cuenta los cambios sociales que estas personas experimentan. Lamentablemente, en muchos países del continente americano los adultos mayores son atendidos por médicos con poca o ninguna preparación en este aspecto. Hay países en los que ni siquiera existe una preparación mínima en pregrado. Por esto, es importante que las escuelas médicas latinoamericanas asignen en su malla curricular el tiempo suficiente a lo largo de toda la carrera para que el futuro médico tenga oportunidad de conocer la biología y los variados aspectos clínicos del envejecimiento, y desarrollar habilidades empáticas con los pacientes adultos mayores. Una mala atención y un mal tratamiento, además de afectar al enfermo, se torna en una carga social y económica para la familia y los sistemas de salud. ¿En qué momento y cómo debe involucrarse la familia en la relación médico-paciente de un adulto mayor competente? Merece atención abordar aquellas situaciones en las cuales la familia de los pacientes capaces está también afectada por la decisión que ellos toman. Los vínculos de responsabilidad moral mutua en el núcleo familiar y, sobre todo, en núcleos familiares tan extensos y compactos como los de países latinoamericanos, intervienen en el proceso de toma de decisiones. Esto es importante, principalmente en aquellas decisiones en las cuales se afecta seriamente la cantidad o calidad de vida del paciente, y en las cuales la familia asumirá sus cuidados. El problema resulta mayor cuando no es posible determinar el momento, la forma y el grado en que la familia debe tomar parte de la decisión. Sin embargo, de no ponerse condiciones en este sentido, la autonomía del paciente y su intimidad pueden correr serios peligros. Aunque si el paciente no acepta la participación de la familia y/o, por otra parte, el médico no facilita información, ambas posiciones pueden ser amenazantes para el propio paciente y para la familia. Posiblemente, la única solución sea efectuar 219 ACTA 2 2009.indd 219 3/11/09 07:33:11 Relación médico-paciente: derechos del adulto mayor - Melba Barrantes-Monge, Eduardo Rodríguez, Alexis Lama acercamiento prudente y explícito, primero al paciente y luego a la familia, con el objeto de negociar sobre el problema en cuestión. En cualquier caso, es una cuestión abierta. a su derecho de elegir libremente el médico. Las asociaciones médicas nacionales deben luchar para que dicha libre elección sea respetada en el sistema médico-social. La toma de decisiones compartida requiere que el médico no sólo trate de satisfacer a su paciente, sino también de encontrar alternativas razonables, buscando en primer lugar el bien de su paciente y por ende de la familia. En el proceso de decisión compartida, el conocimiento del cuidador y la experiencia del facultativo pueden unirse con los valores más importantes para el adulto mayor; allí el bienestar del ser humano se reconcilia con el derecho individual de ser tratado como un sujeto y no como un objeto. El diálogo es una de las herramientas más importantes que el discurso bioético ha aportado a las sociedades modernas(9). La Asociación Médica Mundial también presenta las siguientes recomendaciones a los médicos que tratan a los ancianos y exhorta a todas las asociaciones médicas nacionales a dar publicidad a esta Declaración entre sus miembros y la opinión pública. Refiere que los médicos que atiendan ancianos deben(10): • Hacer mayores esfuerzos para crear una relación de confianza con los pacientes ancianos, a fin de instarlos a pedir atención médica cuando sea necesario y a sentirse cómodos cuando confíen en el médico. • Proporcionar una evaluación y tratamiento médico por los daños producidos por el abuso y/o abandono. • Intentar establecer o mantener una relación terapéutica con la familia (por lo general, el médico es el único profesional que mantiene un contacto duradero con el paciente y la familia) y mantener en la máxima medida posible la confidencialidad del paciente. • Informar toda sospecha de casos de maltrato o abuso de ancianos, conforme a la legislación local. • Utilizar un equipo multidisciplinario de tratantes de las profesiones médicas, servicio social, salud mental y legal, cada vez que sea posible, y • Estimular la generación y utilización de recursos comunitarios de apoyo que presten servicios domiciliarios, reposo y disminución del estrés a las familias de alto riesgo. Algunas normas y declaraciones para la relación médico-paciente del adulto mayor(10) En la Declaración de Hong Kong de la Asociación Médica Mundial sobre el maltrato de los ancianos que se llevó acabo en la 41ª Asamblea Médica Mundial (septiembre, 1989), revisada en la 126ª Sesión del Consejo Jerusalén (mayo, 1990) y en la 170ª Sesión del Consejo de Divonne-les Bains en Francia (mayo, 2005) se adoptaron los principios generales para protección de los ancianos. Estos principios son: • Los ancianos deben tener los mismos derechos a atención, bienestar y respeto que los demás seres humanos. • El médico tiene la responsabilidad de ayudar a evitar el maltrato físico y psicológico de los pacientes ancianos. • Si el médico es consultado por el anciano directamente, el hogar de ancianos o la familia, debe velar porque el paciente reciba la mejor atención posible. • El médico que constate o sospeche de maltrato, como se define en esta Declaración, debe discutir la situación con los encargados, sea la familia o el hogar de ancianos. Si se confirma que existe maltrato o si se considera una muerte sospechosa, el médico debe informar a las autoridades correspondientes. • Para garantizar la protección del anciano en cualquier ambiente, no debe haber restricciones La Declaración Universal de los Derechos Humanos, en los Pactos Internacionales de Derechos Humanos, así como el Plan de Acción sobre el envejecimiento establecen la necesidad de normas nacionales e internacionales para que los ancianos puedan gozar de protección. Los derechos humanos fundamentales no disminuyen con la edad. Debemos estar convencidos de la marginación y los impedimentos que la vejez trae consigo. Por lo tanto, sería necesario generar una política para que jurídicamente este grupo de la población pueda tener protección y ejercer sus derechos. 220 ACTA 2 2009.indd 220 3/11/09 07:33:12 Acta Bioethica 2009; 15 (2) Conclusión El anciano competente debe decidir en cuestiones de salud, según sus deseos y tras su consentimiento informado y voluntario, aunque la prudencia parece pedir un marco de toma de decisiones y responsabilidades compartido entre médico y anciano. Cuando el anciano es incompetente, la decisión se traslada a un familiar cercano que actúa como su representante. Si hay conflicto entre el adulto mayor competente y el médico o entre el médico y el representante familiar, el médico debe actuar siempre en el mejor beneficio del paciente. Una de las mejores formas de respetar los derechos de los adultos mayores es que estos sean atendidos por médicos competentes, es decir, profesionales con algún grado de conocimiento de la psicología y biología de la vejez, tomando en cuenta los cambios que estas personas experimentan. Referencias 1. Zúñiga C, Vega E, Rodríguez Mañas L, et al. Propuesta de contenidos mínimos para los programas docentes de pregrado en Medicina Geriátrica en América Latina. Revista Panamericana de Salud Pública 2005; 17(5-6): 429-437. 2. Boitte P. El envejecimiento: Oportunidad para una medicina en busca de sus finalidades. Acta Bioethica 2001; 7(1): 9-25. 3. Williams JR. Manual de Ética Médica. Francia: Asociación Médica Mundial; 2005: 14-60. 4. Lorda PS. El consentimiento informado. Abriendo nuevas brechas. En: Problemas prácticos del consentimiento informado. Barcelona: Víctor Grífols i Lucas; 2002: 11-61. 5. Romeo Casabona C. El consentimiento informado en la relación entre el médico y el paciente: aspectos jurídicos. En: Problemas prácticos del consentimiento informado. Barcelona: Víctor Grífols i Lucas; 2002: 63-133. 6. Kottow M. Marcos normativos de ética de la investigación científica con seres vivos. Santiago de Chile: CONICYT; 2007. 7. Daichiman LS. Controversia en los criterios éticos de los cuidados en geriatría. Acta Bioethica 2001; 7(1): 121-128. 8. Mercado Rodríguez C. Dilemas bioéticos en geriatría: toma de decisiones médicas. Acta Bioethica 2001; 7(1): 129142. 9. Lolas F. Las dimensiones bioética de la vejez. Acta Bioethica 2001; 7(1): 57-69. 10. Asociación Médica Mundial. Declaración de Hong Kong de la Asociación Médica Mundial sobre el maltrato de ancianos. Centro de Documentación de Bioética. Departamento de Humanidades Biomédicas; 2002. Sitio en Internet. Disponible en: http://www.unav.es/cdb/ammhongkong1.pdf Recibido: 8 de abril de 2008 Aceptado: 17 de junio de 2008 221 ACTA 2 2009.indd 221 3/11/09 07:33:12 Acta Bioethica 2009; 15 (2): 222-233 PROPOSALS FOR EMBRYONIC STEM CELL PRODUCTION WITHOUT DESTROYING HUMAN EMBRYOS: SCIENTIFIC AND BIOETHICAL CHALLENGES* Patricio Ventura-Juncá, Manuel Santos, Juan Larraín** Abstract: The possibility of using human embryonic stem cells (ESC) for therapeutic purposes raises serious ethical objections, the most fundamental one being that until recently the only way to obtain ESC was with procedures that necessarily destroyed living human embryos. Due to this, research in this field has been rejected by many scientists, bioeticists, and has been banned by law in several countries. Efforts have been made to find procedures to obtain ESC without destroying embyros or putting them at risk. This paper reviews the scientific, technical and ethical aspects of the different strategies developed for this purpose. Embryo biopsy, ESC obtained from “dead” embryos, ESC produced by “parthenogenetic embryos”, ESC obtained by Altered Nuclear Transfer and induced pluripotent cells (iPSC) obtained by direct epigenetic reprogramming of somatic cells are the main five alternative reported in recent studies. Key words: ethics, embryonic stem cells, adult stem cells PROPUESTAS DE PRODUCCIÓN DE CÉLULAS MADRE EMBRIONARIAS SIN DESTRUIR EMBRIONES HUMANOS: RETOS CIENTÍFICOS Y BIOÉTICOS Resumen: La posibilidad de usar células madre embrionarias humanas (ESC) para finalidades terapéuticas plantea graves objeciones éticas; la más fundamental es que, hasta hace poco, la única manera de obtener ESC era mediante procedimientos que destruían necesariamente embriones humanos vivos. Debido a esto, la investigación en este campo ha sido rechazada por muchos científicos, bioeticistas y ha sido prohibida por ley en varios países. Se han realizado esfuerzos para encontrar procedimientos que permitan obtener ESC sin destruir embriones o sin ponerlos en riesgo. En este documento examinamos los aspectos científicos, técnicos y éticos de las diferentes estrategias elaboradas para esta finalidad. La biopsia de embriones, ESC obtenidas de embriones “muertos”; ESC producidas por partenogénesis de embriones; ESC obtenidas mediante Transferencia Nuclear Alterada y células pluripotentes inducidas (iPSC), obtenidas mediante la reprogramación epigenética directa de las células somáticas, son las principales cinco opciones informadas en estudios recientes. Palabras clave: ética, células madre embrionarias, células madre adultas PROPOSTAS DE PRODUÇÃO DE CÉLULAS-TRONCO EMBRIONÁRIAS SEM DESTRUIR EMBRIÕES HUMANOS: DESAFIOS CIENTÍFICOS E BIOÉTICOS Resumo: A possibilidade de se utilizar células-tronco embrionárias humanas (ESC) para finalidades terapêuticas apresenta graves objeções éticas, a mais fundamental é que, até recentemente, era a única maneira de obter ESC mediante procedimentos que destruíam necessariamente embriões humanos vivos. Devido a isso, a investigação neste campo tem sido recusada por muitos pesquisadores, bioeticistas e proibida por lei em vários paises. Esforços são realizados para encontrar procedimentos que permitam obter ESC sem destruir embriões ou colocá-los em risco. Neste documento examinamos os aspectos científicos, técnicos e éticos das diferentes estratégias elaboradas para esta finalidade. Biópsia de embriões, ESC obtidas de embriões “mortos”; ESC produzidas por partenogênese de embriões; ESC obtidas mediante Transferência Nuclear Alterada e células pluripotentes induzidas (iPSC), obtidas mediante a reprogramação epigenética direta das células somáticas, são as cinco principais opções informadas em estudos recentes. Palavras-chave: ética, células-tronco embrionárias, células-tronco adultas. * This work was supported by the Concurso de Investigación y Publicaciones 2007-2008. “La UC por el Bien Común. Desafíos y Propuestas para una Sociedad Auténticamente Humana”. Pontificia Universidad Católica de Chile. Vicerrectoría Adjunta de Investigación y Doctorado. Dirección General de Pastoral y Cultura Cristiana. ** Faculties of Biological Sciences and Medicine, Pontificia Universidad Católica de Chile. Chile Correspondence: [email protected] 222 ACTA 2 2009.indd 222 3/11/09 07:33:12 Acta Bioethica 2009; 15 (2) Introduction Embryonic stem cells (ESC) have attracted scientific and public attention, mainly because of two issues. The first one is the promise of regenerative medicine through the replacement of damaged cells with new healthy cells, permitting the treatment and even cure of diseases, many of them without known effective treatments such as Parkinson’s disease, diabetes, osteoporosis, spinal cord injuries, Alzheimer’s disease, leukaemia and multiple sclerosis(1). The second one is an ethical issue(2). The main ethical objection is that ESC are obtained from human embryos, which implies their destruction. ESC can be obtained from surplus embryos resulting from in vitro fertilization (IVF) or from induced abortions. The production of cloned human embryos is another potential source for obtaining ESC. Stem cells can also be find in most tissues and organs of a developed animal and human organism and their rôle is to repair or to maintain the tissue in which are they found. They are called adult stem cells (ASC) or somatic stem cells, including those obtained from the umbilical cord. They have some general properties similar to ESC, as well as some differences that will be discussed later. We will not address the ontological status of the human embryo and its right to life in this paper, although we are aware of the central rôle that this issue has in the debate. However, we can verify that the ethical debate exists and that for many people, governments and legislatures it is not acceptable to use human embryos for this or other purposes, given that it implies risks for the life, integrity and future of the embryos. In fact, this is why some countries have completely banned ESC research or have cut funding for such studies. It is in this context that different efforts have been made to obtain ESC with methods that do not imply risks for human embryos or their destruction. The objective of this paper is to analyse the scientific, technical and ethical aspects of these proposals. What defines stem cells? Differences between ESC and ASC There is no complete scientific consensus on the definition of stem cells, but there is agreement that stems cells have two essential and defining characteristics1: 1 http://stemcells.nih.gov/info/basics/basics2.asp II. What are the unique properties of all stem cells? • • • • They are undifferentiated cells that can be cultured and will proliferate in vitro indefinitely, without differentiating. Thus a population of ESC can divide in a laboratory and give rise to millions of cells. On the contrary, most ASC can divide in vitro for a more limited time. There is ongoing research to explain and overcome this limitation. In certain experimental environments ESC can differentiate into different cells of body tissues and thus could be used for transplantation therapy in humans. It was thought that ASC could only differentiate into cells of the tissues in which they exist, but current experimental data, while controversial, shows that ASC can differentiate into several cell types, including cells of the nervous system. ESC produce a type of tumour called teratomas. This is a property not yet found in ASC, and is one of the reasons not to begin clinical trials with ESC and research mainly restricted to animals. In contrast, there are many ongoing clinical trials with ASC(3)2. Bone marrow transplantation transplant for the treatment of cancers is a proven therapy(4). The ethical limitations in obtaining human ESC have encouraged efforts to obtain them with techniques that would not provoke ethical objections, the most relevant of these is the destruction of human embryos. We will review propositions presented for this purpose, their technical feasibility and the ethical and scientific controversies associated with them. 1. Embryo biopsy. One or more blastomeres are removed from a living embryo, as done in preimplantation genetic diagnosis (PGD) Technical feasibility. A group of scientists coordinated by Robert Lanza from Advance Cell Technology published the first two papers reporting that ESC had been obtained by this method(5,6). Other researchers have obtained similar results(7). Research with mouse embryo. Eight-cell stage mouse embryos were biopsied, using a single-cell embryo biopsy technique, similar to the one used in pre-implantation diagnosis of genetic defects(1). Under special culture conditions, cell lines were developed with the morphology and pluripotency marker characteristics of ESC. This was confirmed by the fact that these cell 2 http://clinicaltrials.gov/ct2/results?term=adult+stem+cells 223 ACTA 2 2009.indd 223 3/11/09 07:33:13 Proposals for embryonic stem cell production without destroying human embryos - Patricio Ventura-Juncá, Manuel Santos, Juan Larraín lines developed the three germ lines, and teratomas, and could produce chimeras when injected in mouse blastocysts. The blastomere-biopsied embryos were implanted and developed to term in a similar proportion compared to control non-biopsied embryos. In a recent study, ESC lines were obtained from two cells, four- and eight-cell mouse embryo that proved to be more efficient1. Research in human embryo. Sixteen unused embryos produced by in vitro fertilization (IVF) were used for the research, with the informed consent of the “owners”. Multiple blastomere biopsies were performed from each embryo to reduce the number of embryos needed for the research. Some 91 blastomeres were obtained and cultured in a special medium. They developed 19 outgrowths of embryonic-like stem cells. From these, only two stable human ESC (hESC) cell lines proliferated for more than eight months, showing the morphology and expression of markers of pluripotency and the capacity to form tissues derived from the three embryonic germ layers and to form teratomas. These hES do not solve the problem of genetic compatibility. They could be stored in banks for use years later in case the biopsied embryo is allowed to continue its development and presents some of the diseases that could be treated with these ESC. Ethical considerations. This method raises different types of ethical objections: • The technique implies the use of embryos produced by IVF, which raises ethical objections among many people. • The fate of the biopsied embryo used for obtaining human ESC. “Surplus” embryos from IVF are generally not implanted; they run the risk of being destroyed, as was the case in this study(8). • Potential risks for the embryo without benefit. The technique used is similar to that for preimplantation genetic diagnosis (PGD). In most cases, this is done to provide information in deciding about abortion, which is in itself a major ethical problem. The risks for the embryo to remove a blastomere are unknown, and the embryo receives no benefit with the procedure. For these reasons, the authors of the cited article do not recommend the procedure to be applied, except for PGD. There are also questions about the possibility of doing the PGD and the derivation of human ESC from only one blastomere. If two blastomeres are • removed, the risk for the viability of the embryo increases(9). Risk of reprogramming a new embryo? Under the conditions of this technique there is no theoretical or empirical evidence that this can happen. At this stage of knowledge, probably few parents would accept the risks of an embryo biopsy just to obtain ESC that could potentially benefit their child. And in the context of PGD there are still unsolved technical aspects. Embryo biopsy could reduce the probability of a successful IVF. With this method the number of ESC is very low, which could alter the accuracy of PGD. The results for the parents could finally be very few or no stem cell line and poorer cells for PGD(10). 2. ESC Obtained from “dead” embryos. Criteria for embryonic death: Technical feasibility. This alternative´s hypothesis seeks to apply similar criteria to the embryo as that of brain death used when transplanting organs from dead people. • • In 2004 Landry and Zucker proposed a definition for embryo death applying the criteria of organismic death used in relation to brain death as the “irreversible loss of the capacity for all ongoing and integrated organic functioning”(11). They argued that embryo death is the loss of capacity of a 4- to 8-cell human embryo for ongoing and integrated cellular division, growth and differentiation. They further argued that even if individual cells remain alive with the irreversible loss of these capacities the embryo could be properly considered organismically dead. How can this be objectively determined? The authors propose that death is equivalent to the “irreversible arrest of cleavage”. But they recognize the need for objective criteria to determine irreversible arrest. In 2006, they continued in their research to establish embryo death (12). In a retrospective study with 444 embryos, produced by IVF, that were considered nonviable, they found that 142 at day 5 had hypocellularity and lack of compaction. None of them progressed to compacted morula or normal blastocyst. The authors propose this criteria for assigning irreversible arrested development and hence “irreversible loss of integrated organic function”. Zhang et al (2006) developed embryonic stem cells from arrested embryos(13). 161 “surplus” 224 ACTA 2 2009.indd 224 3/11/09 07:33:13 Acta Bioethica 2009; 15 (2) embryo produced by IVF were donated for the research. When no cleavage division of blastomeres was observed for 24 to 48 hours in the in vitro culture (IVC), the authors considered that an embryo was in a stage of irreversible arrest. Using this criterion with the 161 embryos, the results were the following: - 29 developed normally until cells were extracted from IMC of the blastocyst. - 119 arrested 3 to 5 days after fertilization: early arrested embryos - 13 arrested 6 to 7 days after IVF: late arrested embryos • The authors tried to derive ESC from each of these 3 groups: - ESC lines were derived from eight of the 29 normally developing embryos. - No ESC lines were derived from the early arrested embryos (3-5-days) - One ESC line was obtained from one of 13 late arrested embryos (6-7 days) that seem to have the properties of normal ESC. • The authors do not state explicitly that arrested embryos are dead. They only point out that, as they are not viable, their use for obtaining ESC would produce fewer ethical objections. Scientific and technical considerations. The central question about this approach is how to diagnosis an embryo as dead. The embryo must have at least part of the cells of its Internal Mass Cell (IMC) alive in an appropriate condition for deriving ESC. Brain death has very defined criteria, which cannot be applied to the embryo. Consequently, the analogy cannot be made. How can the loss of integration functions in the embryo be determined? There are at least two questions to resolve that have been pointed out by several scientists(14): • Irreversible arrest is undoubtedly necessary for determining that an embryo is dead, but: Is it sufficient? Is it equivalent to “irreversible loss of integrated organic function,” as stated by Landry and Zucker? The technique will continue to be compromised by the uncertainty as to what constitute embryonic death. There are clear criteria for defining someone as irreversibly brain dead but no such clarity exists in the case of embryonic death. As Pearson notes the procedure is rendered unacceptable if there is even a remote possibility of reviving an embryo(14). • Second, even if the definition would be accepted, the question remains: are there reliable methods for determining when an embryo has arrived to a state of irreversible arrest? Landry and Zucker conclude from their retrospective study that the lack of compaction and hypocellularity are sufficient criteria for defining irreversible arrest because none of the embryos with these characteristics progressed to compacted morula or normal blastocyst. But this is an insufficient argument to affirm that the embryo is dead. The only logical conclusion is that these embryos are not viable. In a topic like this, retrospective studies have great limitations and prospective studies are limited by ethical considerations. The fact that the source is unused embryos from fertility treatments may encourage IVF embryo production. Scientific and ethical questions and objections: The quality of the ESC lines obtained from what are considered dead embryos is a matter of concern. In this respect, George Daley of the Harvard Stem Cell Institute wonders if cells from arrested embryos are not problematic, given that something provoked the arrest of embryo3. From dead embryos to discarded embryos. The lack of a clear criteria for when to consider an embryo as dead has led to a redirecting of efforts to obtain ESC lines from embryos of poor quality that have attained the blastocyst stage. Lerou et al.(15) found that early arrested embryos (3 days) are very inefficient for obtaining ESC lines, 0.6% (1/171), those arrested at day 5 4.1% (10/242) and those that reach the blastocyst stage, 8.5% (8/94). Based on these results, they verify that poor-quality embryos rejected for clinical use on day 5 post-fertilization have an efficiency for hESC drivation comparable to that of frozen embryos. They add that there are potentially hundreds of thousands of embryos available for hESC derivation, given the enormous number of embryos discarded in the United States in assisted reproductive technology because the embryos are of low morphological grade and have a low developmental 3 Quoted by Antony Barnett and Robin McKie. The Observer, Sunday, September 24 2006. 225 ACTA 2 2009.indd 225 3/11/09 07:33:13 Proposals for embryonic stem cell production without destroying human embryos - Patricio Ventura-Juncá, Manuel Santos, Juan Larraín potential. This is an expression of the slippery slope that begins with an imprecise definition of a dead embryo, continues with the use of embryos considered as not being viable, and finally of embryos of poor quality. It is clear that not all the poor quality embryos that are discarded are dead. 3. ESC produced by “parthenogenetic embryos” • What is parthenogenesis? Parthenogenesis is the development of an embryo directly from an oocyte without fertilization. Many animals (such as fish, ants, flies, honey bees, amphibians, lizards and snakes) and plant species reproduce via parthenogenesis. Mammals are not capable of this type of reproduction. Mammalian embryonic development requires gene expression from the paternal genome. Parthenogenetic mouse embryos develop only to the early limb bud stage (16). • Scientific and technical aspects. - Development of mammalian parthenote to blastocyst stage. For a decade there have been efficient methods for producing parthenotes. The first method described in the literature consists of arresting oocytes at the second meiotic metaphase (MII) and chemically activating them with cytochalasin, a drug that prevents extrusion of the second polar body(17). Diploid is maintained and the resulting pseudo zygote can develop into a blastocyst from which ESC can be isolated. Another method includes preventing the extrusion of the first polar body. A tetraploid oocyte is formed that is transformed into a diploid with the extrusion of the second polar body(18). The two methods produce parthenote that result in a different type of genetic parthenotes. Different methods to develop parthenotes in mammals, including humans, have been developed in recent years (19). Even more recently, methods have been developed to produce parthenogenetic human blastocysts(20). - Development of ESC from parthenogenetic blastocyst in animals. The first ESC lines from parthenotes were developed from mice in 1983 (21). Subsequently, parthenogenetic ESC (pESC) lines have been developed from non- human primates (22,23), rabbits (24,25) and mice (16,26). There is evidence that ESC are produced more efficiently from parthenogenetic embryos than from cloned embryos(27). - Development of ESC from human parthenogenetic blastocysts. Revazova et al reported the first pESC lines derived from human parthenotes(28,29). Their behaviour is similar to regular ESC in morphology and can give rise to the derivatives of the three germ layers in immune deficient mice. They have proliferated for more than 10 months. These pESC would be compatible with the donor’s immune system. Other reports have also been recently published(30,31). It is interesting that the work reported by Hwang, that was once touted as the first to create human ESC lines through somatic cell nuclear transfer, has now been discovered to have originated by parthenogenesis(32). • Scientific and ethical questions. Two major questions arise: - Is a parthenote blastocyst an altered human embryo or just a ball of cells without organization? This is a major anthropological question with significant ethical consequences. How to resolve this doubt seems difficult. Up to the development of blastocyst, does this entity have the characteristics of an organism? It seems to have an integrated and organized functioning (selforganization) and capacity for development and certain intrinsic autonomy (self-development) from the environment (33). Could it progress to other stages of development if implanted? In fact, parthenogenetic embryos have been implanted in different species and have reached a certain degree of development, although always abnormal (34,35). Are these abnormal embryos, or just a group of disorganized tissue? In this respect Kevin Fitzgerald argues that in mammals you cannot obtain parthenogenetic offspring. If a spontaneous parthenogenetic growth could occur it would not be an embryo. But if parthenogenetic embryos are artificially induced, there is a valid question about what is being produced4. The discussion continues and at the center is the question of the ontological status 4 Barry P. Science News Online Week of Oct. 20, 2007; Vol. 172, No. 16. 226 ACTA 2 2009.indd 226 3/11/09 07:33:14 Acta Bioethica 2009; 15 (2) of parthenotes, which needs to be established before activated oocytes can be considered as an ethical source for pluripotent stem cells (36). - Another ethical concern is how to obtain healthy eggs. In one study, as pointed out by one of the authors, J Janus, the oocytes were obtained from Russian women undergoing IVF procedures. No payments were made to the donors, but Janus states that the researchers did cover some costs of the IVF treatment”(37). - There is also the question of whether these pESC lines will be useful for regenerative medicine. What are the effects of not having parental imprinting? Brevini and Gandolfi (31) raise the question of the genetic stability and safety of such cells given that aneuploidy in human oocytes is relatively high. Concerns are expressed by other experts. Jeanne F. Loring4 has pointed out negative consequence can arise if the cell line is homozygous. She notes that in heterozygous cells the influence of either the paternal or maternal genes in determining whether a cell becomes cancerous is offset by the influence of the genes of the other parent. She is concerned that a gene copying error could result in a cell with two identical copies of the same gene, thus altering the balance of parental genes. This could in turn result in the cell becoming a malignant growth. This question needs more scientific research to be answered. 4. Altered Nuclear Transfer (ANT) and Oocyte Assisted Reprogramming (OAR). • What is ANT-OAR? William Hurlbut, a member of the US President’s Council on Bioethics (PCBE), was the author of this proposal on December 2004. ANT consists of a modification of the technique of nuclear transfer with a preemptive genetic and epigenetic modification of the nucleus of the somatic cell to be transferred(38). When there is also an alteration of the oocyte cytoplasm before transfer is done, the technique is termed ANT with OAR. We will first focus our analysis on ANT alone. The hypothesis of those who defend this line of research is that the technique will result in a biological entity without the characteristics of an organism. W. Hurlbut argues that these alterations prevent the potential for coordinated organization and developmental, which defines the embryonic organism. Thus, his method would allow for the generation of ESC lines using a biological entity that would not be considered an embryo(39). This is an hypothesis that must be empirically proved and philosophically analyzed. • ANT: Scientific technical and ethical aspects. ANT was the initial proposition. The proponents of this technique argue that the Cdx2 gene is indispensable for the constitution of an embryo. This gene would be essential for the integration of the new organism as a whole. If the gene is silenced there is no organism, but rather only a biological entity lacking of self-organization and development. From an empirical point of view there are 2 main objections to this statement. The research that concluded that the Cdx2 gene was expressed very early in embryonic development (40) and that it was present in the first cleavage in only one of the blastomeres was retracted (41). Other studies have demonstrated that the Cdx2 gene is not expressed at the two stage blastomeres in mice(42). Thus, this gene might not be essential for the first stages of development. There is one published paper in which ESC lines were obtained with this strategy in mice. The technique consisted of silencing the Cdx2 gene from the nucleus of the somatic cell transferred to the oocyte(43). The cloned blastocysts were morphologically abnormal with no expression of the CDx2 gene. They lacked a functional trophoblast and failed to implant in foster mothers. Nonetheless, ESC lines were derived from these blastocysts. To test their pluripotency they were injected into diploid blastocysts. Postnatal chimeras were generated. The injected Cdx2 deficient ESC lines contributed to the formation of most tissues in the chimeras, with the exception of the intestine, where all the cells were Cdx2 positive derived from the host blastocyst. It is known that the Cdx2 gene is necessary for the development of the gastro intestinal tract(44). It is relevant that Meissner and Jaenisch, authors of this article(43), recognize that the ethical dilemma may not be resolved since the Cdx2-deficient embryo appears to be normal in the first stages of development before the Cdx2 gene is expressed. Another aspect is that the function of the Cdx2 gene could be restored in the ESC derived by this 227 ACTA 2 2009.indd 227 3/11/09 07:33:14 Proposals for embryonic stem cell production without destroying human embryos - Patricio Ventura-Juncá, Manuel Santos, Juan Larraín technique. In theory, the so-called biological entity by its defenders could be transformed into an embryo during the development to blastocyst by restoring the capability of the Cdx2 at the stage of 2 or 4 cells. After recuperating the status of being an embryo, it could be possible to transform again the embryo into a biological entity by silencing the Cdx2 gene. It seems unlikely that the ontological condition of a biological organism could depend only on the simple silencing and activating of a gene. Thus, we could have new human beings that appear and disappears with this action alone. This demonstrates that the ethical aspects have not been solved and that the facts show that what are being produced are disabled embryos and not biological entities. The philosophical debate has centered on what are sufficient and necessary characteristics of a new organism5? How can we differentiate a biological entity from an organism? Scientists and philosophers with the same anthropology regarding the human embryo differ in their evaluation of this technique (45-47). Although an in-depth discussion of the different positions is beyond the objectives of this article, we agree with the view stated above that the silencing of the Cdx gene does not clearly produce something that is not an embryo. • ANT with OAR. Scientific, technical and ethical aspects. A group of thirty-five scientists, moral philosophers and theologians sign a joint statement supporting this alternative(48). The hypothesis of the ANT modification is that a combination of epigenetic alterations of both the somatic nucleus and the enucleated egg would directly produce a pluripotent cell “that from the beginning would be clearly and unambiguously distinct from, and incompatible with, those of an embryo”(48). W Hurlbut, the father of the proposal, argues that ANT-OAR results in a cell that at no point has the potential for integrated organization and coordinated development and behaves directly like pluripotent cell6. The ethical debate has been similar to that around ANT alone. In our opinion, much of the ethical discussion remains theoretical given that there is 5 6 Communio 2004 and 2005 N° 31 and 32. Critiques of Altered Nuclear Transfer (ANT) and Oocyte Assisted reprogramming (OAR) Hurlbut W. 2007 http://www.alterednucleartransfer.com/publications/1.pdf no empirical data that this technique (ANT-OAR) is feasible. There is a debate as to whether this is a sound scientific hypothesis (49). We think that until animal research arrives to some concrete results, it is difficult to make scientific and ethical conclusion. 5. Direct epigenetic reprogramming of somatic cells to induce pluripotent cells (iPSC) • Development of epigenetic reprogramming of somatic cells. The capacity of the oocyte to dedifferentiate somatic cells in the process of cloning resetting them to their embryonic epigenetic state was a major discovery in biology that is still not well understood(50). Somatic cells can also be reprogrammed to a pluripotency state by fusion with ESC(51,52). These facts led to the hypothesis that certain factors present in the ESC could induce epigenetic reprogramming of somatic cells to produce embryonic stem cells without using an egg. In 2006 Takahashi and Yamanaka published a seminal paper on nuclear reprogramming research demonstrating that this was possible (53). They hypothesized that factors that play a crucial role in maintaining pluripotency in ESC could also induce pluripotency if introduced to somatic cells. They first selected 24 genes as candidates for this purpose. These genes are expressed in ESC and are responsible for their unique characteristics. The genes were introduced by retroviral transduction into mice skin cells (fibroblasts). The fibroblasts had been previously modified by the introduction of a Neomycin resistant gene in the Fbx15 gene by homologous recombination. The Fbx15 gene, although it is not essential for maintaining pluripotency, is activated in ESC. Thus, cell colonies in which the Fbx15 gene activated will not be destroyed in the presence of Neomycin, and this serves in selecting colonies that resemble ESC. In their first experiments with the introduction of the 24 genes, Takahashi and Yamanaka obtained a small percentage of drug-resistant colonies. These cells were similar to ESC in morphology, growth and markers of pluripotency. Nanog was demethylated but not Oct4. No drug resistant colonies were obtained when only one gene was introduced. 228 ACTA 2 2009.indd 228 3/11/09 07:33:14 Acta Bioethica 2009; 15 (2) Through several sequential experiments to determine which genes were essential for this reprogramming process, Takahashi and Yamanaka identified 4 genes which, when injected into skin fibroblasts, were more efficient in producing what they called induced pluripotent stem cells (iPSC). These cells demonstrated some of the typical characteristics of ESC: pluripotency markers, capacity to form teratomas and to produce fetal chimeras when injected in a mouse blastocyst. The researchers were surprised that the NANOG gene, known for its importance in maintaining pluripotency, was not one of the essential genes to produce iPSC. With the reprogramming process through the transduction of the four genes, the NANOG gene and some other endogenous genes involved in the pluripotent state of the cells were expressed, but not the endogenous Oct4 gene. This demonstrates that the introduction of the genes produces a vast modification of the transcription state of the cells. Although the cells had similar characteristics to ESC they were different in some aspects: There was some dissimilarity in gene expression and none of the fetal chimeras produced with these cells developed into an adult mouse. The epigenetic reprogramming was done first with mouse embryonic fibroblasts and then with adult mouse fibroblasts obtained from the tail-tip. • Confirmation and advances in the epigenetic reprogramming of somatic cells to iPSC Since the publication of Takahashi and Yamanaka an impressive amount of research has been done up to the present. In June-July 2007, three papers were published reporting the production of iPSC by epigenetic reprogramming(54-56). These investigations made some modifications in the technique, especially in the selection strategy. They not only confirmed the discovery made by Takahashi and Yamanaka, but also resolved some of the problems pointed out by them, such as the activation of the Oct4 endogenous gene, the generation of viable chimeras and the confirmation that the maintenance of the pluripotent state of the cells was mainly due to the activation of endogenous pluripotency genes such as Oct4, Sox2 and Nanog. Soon afterwards, Meissner et al. (57) managed to select the iPSC by morphology without genetically modifying the fibroblasts, as was done in previous experiments. The use of genetically unmodified fibroblast donors eliminates a possibly harmful factor for the future use of iPSC in humans. To monitor the reprogramming process, they introduced an enhanced green fluorescent protein (GFP) marker in the Oct4 locus. An important step forward was the production of iPSC without introducing the oncogene c-Myc(58,59). It has been reported that the c-Myc gene can be reactivated in animal chimeras derived from iPSC. The epigenetic process has also been successful with other somatic cells in mouse. Induced pluripotent stem cells have been generated from adult liver cells(60), from mature B lymphocytes(61), and from pancreatic βeta(62). In some cases, efficiency was lower(59) and in others there was less tumor formation(58). Differentiation of iPSC into different types of cells had been proven in vivo (generation of teratomas and chimeras) but not in vitro. In vitro differentiation of mouse iPSC into cells of the cardiovascular and haematopoietic lineages were then achieved (63). These results are promising advances in developing compatible haematopoietic and cardiovascular regenerative therapies in humans. • Potential of iPSC for treating diseases in animals. The therapeutic potential of iPSC has been tested for the first time in two recent studies. The first paper reports the correction of a mouse model with humanized sickle cell anaemia, treated with transplantation of haematopoietic progenitors obtained in vitro from autologous iPSC(64). A second investigation managed to obtain functional neural cells from mouse iPSC (65). After producing a model of Parkinson’s disease in a group of rats, one group was treated with the neural cells derived from iPSC and another group served as control. An improvement in the symptoms of the treated rats was observed in comparison to the control group. • Production of iPSC from human somatic cells. Takahashi, Yamanaka (2007) and their team reproduced their original work in reprogramming mouse fibroblast with the reprogramming of human skin, synovial and newborn fibroblasts(66). They used the same four factors, Oct4, Sox2, Klf4 and c-Myc, introduced 229 ACTA 2 2009.indd 229 3/11/09 07:33:15 Proposals for embryonic stem cell production without destroying human embryos - Patricio Ventura-Juncá, Manuel Santos, Juan Larraín - The first is the potentially harmful effects involved in the use of retroviral vector for introducing ectopic genes. Researchers are seeking alternatives that could accomplish the reprogramming of somatic cells while circumventing the introduction of genes. This is probably the most important challenge that investigators are trying to overcome. - The second is the low efficiency of the method. - Thirdly, there is the production of teratomas. iPSC, as ESC, can produce teratomas when implanted under the skin. Before advancing to therapeutic applications, it will be necessary to clearly demonstrate that differentiated iPSC cells do not produce tumors in hosts. Despite the production of iPSC without c-myc gene, the entire problem has not been resolved. - Finally there is the challenge to progress in the generation of human iPSC and the need to develop consistent differentiation procedures to allow its use in regenerative medicine. to the fibroblast by retroviral infection. The authors concluded that their study opened the way to generate pluripotent stem cells that are specific to patients and diseases eliminating the risk of rejection. They argued that despite retroviral integration, human iPSC could contribute to understanding disease mechanisms and have applications in drug screening and toxicology. A second article published simultaneously achieved similar results, although in this case researchers used a different combination of transcription factors: Oct4, Sox2, Nanog and Lin28(67). Two other studies from different researchers have also obtained iESC from human somatic cells with similar results as the previous first studies(68,69). Differentiation of human iPSC is an essential step for their use in therapies. Dimos et al. reported the generation of human iPSC from fibroblasts of a patient with amyotrophic lateral sclerosis (ALS). Using a similar protocol for the differentiation of ESC, they successfully managed to differentiate in vitro the iPSC into motor neurons of the type destroyed in ALS(70). Park et al have derived human iPSC from a wide range of genetic diseases(71). This is an important advance for the in vitro study of normal and pathologic development, allowing for a better understanding of the diseases and possible treatments. • Scientific and ethical considerations The impressive advances obtained in the reprogramming of somatic cells to a pluripotent state that seems to be identical to ESC may imply a major scientific breakthrough and the achievement of ethical consensus regarding the research and the future of regenerative medicine for complex and currently incurable diseases. However, there are still many scientific and technical aspects to overcome before it is ethically acceptable to begin clinical trials Researchers are aware that there are some major difficulties to surmount before using reprogrammed cells for therapeutic applications in human beings. Some impediments have been surmounted: the c-myc, a known oncogene used in the first experiments has proven to be dispensable for direct reprogramming of somatic cells(56,57), and the use of transgenic donors (modified fibroblasts) is not crucial for the selection of the iPSC colonies(55). But there are still major concerns From an ethical perspective, the reprogramming of somatic cells to obtain iPSC bypasses the major problems involved in obtaining and using ESC. There is no destruction or manipulation of the embryo, nor the need for oocytes. Its potential in the treatment of a host of diseases in different areas of medicine offers the possibility of consensus for the first time between scientists and ethicists with different anthropological and ethical views. The cloning of human embryos for obtaining ESC compatible with patients for treating diseases, independent of the ethical problems involved, has less of a future than epigenetic reprogramming. It is relevant that Ian Wilmut on Novembrer 2007 decided to abandon his research into human cloning and switched to research in the line of reprogramming somatic cells to iPSC. His decision was not motivated primarily by ethical considerations so much as for practical and scientific reasons (72)7. Other scientists think that with the advances in this technique, the so-called human therapeutic cloning will most likely be left behind (73). For all those who recognize a human being in the human embryo, with the dignity and rights of a member of the human family, this is a major line of research that merits significant support and work. But one should be cautious in creating too much expectation of a prompt 7 Telegraph Interview to Ian Wilmut, Novembrer 2007. 230 ACTA 2 2009.indd 230 3/11/09 07:33:15 Acta Bioethica 2009; 15 (2) application in regenerative medicine in humans. The technical and scientific problems pointed out above must be overcome. Conclusions The different approaches described in this paper to obtain pluripotent cells without destroying or using human embryos have been discussed from a scientific and ethical viewpoint. We think that the advances in obtaining human iPSC by direct epigenetic reprogramming is the most promising strategy for obtaining pluripotent cells without using embryos or eggs, and thus represent the closest convergence of science and ethics. References 1. Scolding N. New cells from old. The Lancet 2001; 357(9253): 329-330. 2. Faggioni MP. Anthropological and ethical reflections on the production and use of embryonic stem cells. Cell Prolif 2008; 41 Suppl 1:71-77. 3. Levicar N, Pai M, Habib NA, et al. Long-term clinical results of autologous infusion of mobilized adult bone marrow derived CD34+ cells in patients with chronic liver disease. Cell Prolif 2008; 41 Suppl 1:115-125. 4. Ballen KK, King RJ, Chitphakdithai P, et al. 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El mundo circundante, para serlo, no es sólo Umwelt sino Mitwelt: ser en medio de otros. El encuentro bipersonal es fundante de la naturaleza dialógica del ser humano. Esta afirmación, centro de la tesis de varios otros autores de la Escuela de Heidelberg, como von Weizsäcker y von Krehl, fue la conclusión también de Hume en su largo periplo por los tres tomos del “Tratado de la Naturaleza Humana”. David Hume fue un empirista británico, menos conocido que Adam Smith, quien está en el panteón de los economistas libremercadistas, o que John Locke, hoy sinónimo de la teoría de la tabula rasa, que sustentó la educación de las clases medias y el comienzo de la formación de la burguesía y su creciente poder, proceso que culminará en la Revolución Francesa. Hume, sin embargo, se ha puesto de moda entre filósofos analíticos, neurocientíficos e incluso entre psicoanalistas. Esto porque en su “Tratado de la Naturaleza Humana”, escrito cuando era muy joven y publicado en 16382, esbozó ideas que influyeron progresivamente en el pensamiento de muchos después de su muerte en 1684. En este breve escrito queremos destacar cómo sus ideas, que partieron desde una crítica bien fundada a la posibilidad del conocimiento veraz del sí mismo y del mundo externo, llegan finalmente a afirmar que esta veracidad sólo era posible mediante el acercamiento “empático” a los demás. Esta afirmación ha sido el centro del intersubjetivismo actual y de diversas teorías bipersonales. Hume transitó desde el escepticismo acerca de la existencia del ser como ente cognoscible hasta la afirmación de la importancia central de las pasiones en la motivación humana. En su metáfora del fascículo, señaló que lo que llamamos “self” no es sino un haz de percepciones que se suceden unas a otras. Llegó posteriormente al rol axial de la empatía, tanto en la esencia intelectual como pasional de la naturaleza humana. Esta centralidad de la empatía posibilita, para Hume, el desarrollo de una filosofía moral. Hume niega la percepción cognitiva del sí mismo, superada por la vivencia inmediata de nuestras emociones, ya sean positivas o negativas, ya calmadas o violentas. Esta vivencia apodíctica es lo que motiva a la acción: la Razón no mueve, como una afirmación anticartesiana de un pensador que bebió del fundador de la Ilustración francesa y de la aproximación subjetiva a comprender lo humano. Sin embargo, Hume llegó a una aporía, que explicitó en el Addendum a su Tratado, en el cual, por una parte, señala la imposibilidad de conocer el escenario de nuestras percepciones y, por otra, se percata de la convicción íntima de que somos el actor de nuestras pasiones. Este “dilema de Hume”, como lo llamó Daniel Dennett, ha sido objeto de múltiples intentos de respuesta. La tradición escolástica y la Escuela de Heidelberg, antes y después de Hume, plantearon las suyas. Lo dicho por Hume y lo explicitado por Christian está en la tradición de la filosofía del ser aristotélico-tomista. Dice Leonardo Polo3 que sólo se conoce en acto (el nous en potencia no conoce nada). En esta concepción, conocer en acto es resolver el problema de la relación de la mente con la realidad, o sea resolver el dilema de Hume: el self no puede ser una idea porque, o bien es una idea vacía, sin contenido, o bien es la acción de conocer algo. Esto lo dice Moore muy posteriormente al afirmar que “conocer una elipse no es una elipse”. El self no es cognoscible en sí mismo, sino cuando está en el proceso de conocer algo. Volviendo a Christian, la persona no se conoce a sí misma más que en el contacto con otro, sea en la interacción bipersonal real o en la ficción particular de la relación terapéutica. Leonardo Polo lo describe bien: “el problema de la comunicación de la mente y de la verdad en sí se plantea en Platón, suponiendo que la mente es una verdad en sí. Pero dicho supuesto es falso: la mente no es real como una realidad en sí. El acto de conocer es real, pero no como una cosa en sí (si lo fuera, el problema no tiene solución). En el fondo, el problema estaba mal planteado: pues no se puede resolver en términos de inseidad: una inseidad no puede conocer otra inseidad, y por eso hay que acudir a un tertium como lo hace Platón”3. La aporía a la que llega Hume en su Addendum se aclara desde esta perspectiva. Volviendo a Leonardo Polo: “…en el acto de conocer, la mente, en cuanto a que está en acto, no es en sí; si la mente fuese en acto como la cosa, el conocimiento sería imposible. Por tanto, hay que admitir un sentido del acto enteramente peculiar y exclusivo del conocer (…) Si acudimos a otra terminología, la realidad en sí es lo que se llama sustancia (ousía en griego); se puede hablar de sustancia en acto, y eso se llama entelecheia”. Si el conocimiento es sustancia, también es entelecheia, acto separado e incomunicado. Por tanto, tiene que haber un sentido del acto que no sea substancia y sólo en ese sentido del acto es el acto de conocer. Polo insiste en que no se puede admitir que el acto de conocer sea incomunicado. Finalicemos la cita de Polo3: “Por una inveterada manía, que preside en gran parte una orientación filosófica correcta que es el realismo, se 1 2 3 Paul Christian y Renate Haas. Esencia y Formas de la Bipersonalidad. Traducción y comentarios de Fernando Lolas Stepke. Monografías de Acta Bioética, Centro Interdisciplinario de Estudios de Bioética-Universidad de Chile. Santiago de Chile, 2009 David Hume. A Treatise of Human Nature. Ed. By D F Norton y M J Norton. Oxford University Press, Nueva York, 2000 Leonardo Polo. Introducción a la Filosofía. Pamplona: EUNSA; 2002: 70-71. 234 ACTA 2 2009.indd 234 3/11/09 07:33:16 suele considerar que la realidad por antonomasia es la substancia; es lo que cabe llamar realismo sustancialista. Ahora bien: si se entiende que la substancia es la realidad por antonomasia, se concluye que la plenitud de la noción de acto corresponde a la entelecheia”. Volviendo una vez más a Hume, y aplicando estas reflexiones de Polo, el self no tiene sustancia y sólo existe como acto segundo, como accidente. El self existe en el acto de conocer, en la bipersonalidad de la simpatía. Christian, en la tradición de la denominada “Escuela de Heidelberg”, insiste en un punto central, ya enunciado por los clásicos aristotélico-tomistas y también por los empiristas británicos: si se analiza el self en el plano lógico, como existiendo en una mente individual, no se le encuentra. Hume mostró en el Tomo I de su “Tratado de la Naturaleza Humana” que no existe una vivencia directa del sí mismo: no hay una idea de self, sino una pasión que lo motiva a actuar y lo lleva a relacionarse con otro que le facilita la acción. Las pasiones son las que incitan a la acción y la racionalidad sólo ofrece caminos, pero los fines de la acción son pasionalmente determinados. El mecanismo de la simpatía es lo que posibilita la vivencia. La bipersonalidad de Christian está en el centro de una recta antropología. Ese encuentro interpersonal es hoy día el centro de los puntos de vista intersubjetivistas. Lo que Hume y Adam Smith denominaron simpatía, fue estudiado por los psicoanalistas kleinianos con el nombre de “identificación proyectiva” y ha sido corroborado por las neurociencias actuales con el descubrimiento de las “neuronas espejo”. Éstas aparecen no sólo en primates sino en diversas especies y llevan a reproducir automáticamente los estados emocionales del semejante. En resumen, “Esencia y formas de la bipersonalidad” es una obra que hace accesible al público no germanoparlante los aportes de la escuela antropológica de Heidelberg a través de uno de sus más lúcidos exponentes. Ramón Florenzano Urzúa FRANCISCO JAVIER LEÓN CORREA Bioética razonada y razonable Santiago de Chile, Fundación Interamericana Ciencia y Vida, 2009. El título es ya sugerente, con el cual creo que el autor pretendió expresar una cierta línea directriz en la cual dos aspectos se complementan: primero, el reconocimiento de que la bioética es una disciplina racional que requiere de estudio y reflexión rigurosa. Como una disciplina nueva y en cierto sentido de moda, creo que él acentúa este aspecto, indispensables para evitar las aproximaciones ligeras o la repetición de ciertos principios sin profundizar sus contenidos. Segundo, interpreto la expresión “razonable” en el sentido de que ésta se aprende y se profundiza en el diálogo, en la capacidad de razonar en conjunto, de escuchar y deliberar desde diversas posiciones y perspectivas. La reflexión racional abstracta se enriquece con lo razonable, entendido al decir del autor “como una forma de pensar y de actuar que toma en cuenta el momento y las circunstancias, el propósito y los medios, la experiencia y los consejos”. El diálogo en al menos tres dimensiones: entre los fundamentos y principios racionales con los hechos y dilemas reales, pues es en la aplicación a los problemas particulares donde se pone en tensión la profundidad de la comprensión de los fundamentos racionales y en los que se enriquece su interpretación y comprensión; entre las diversas disciplinas que deben intervenir en los problemas bioéticos –esencialmente la biología y la medicina con la filosofía y el derecho–, y en la apertura al diálogo con otros. Citando a Rawls, expresa: “Recoger asimismo lo razonable presente en la conducta de los ciudadanos y ciudadanas, como expresión de ciertos poderes morales, de la posesión de un sentido de justicia y, al mismo tiempo, del poder de diseñar y revisar nuestros planes de vida”. Diálogo con las diversas teorías y posiciones en bioética lo que no significa perder la propia identidad en los fundamentos, sino enriquecerla. El mismo autor reconoce cómo su visión personalista de la bioética se ha complementado con la ética dialógica de Apel y Habermas, el comunitarismo de José Pérez Adán y la ética de los bienes humanos básicos. En cuanto al contenido del libro, hay que señalar que no se trata de una exposición sistemática de la bioética. En él se han reunido las reflexiones del autor expuestas en artículos publicados en diversas revistas sobre los aspectos más relevantes de la bioética. Los artículos han sido agrupados en tres secciones: Fundamentos de la bioética; Algunos dilemas éticos al inicio y final de la vida, y Bioética institucional, social y global. En la primera parte hay un breve recorrido histórico sobre cómo y por qué surge la bioética, acto indispensable para comprenderla. Muestra cómo la tradicional ética médica y los códigos de ética quedaron atrás para el abordaje de nuevos 235 ACTA 2 2009.indd 235 3/11/09 07:33:16 problemas e interrogantes que requerían respuestas urgentes. La rapidez de la aparición de los problemas no fue aparejada con una profundización en los fundamentos éticos para abordarlos. Por eso el profesor León señala el carácter relevante de la fundamentación, de manera que la bioética no corra el peligro de transformarse en una técnica para solucionar dilemas o en un conjunto de principios generales entendidos de forma diversa, y que cuando se llega a situaciones críticas éstos se ven limitados para una argumentación racional y razonable si no han sido profundizados en su trasfondo filosófico. El autor recorre las teorías y modelos éticos contemporáneos más relevantes, tratando de resaltar sus aportes, sus raíces y su trasfondo filosófico. Destaca las corrientes anglosajonas, expresadas por el principialismo de Childress y Beauchamp, y las europeas, con el personalismo y el aporte de Diego Gracia y su jerarquización de los cuatro principios en una ética de mínimos y máximos. De especial interés es su reflexión sobre la forma como estos principios han influido en la emergencia de la bioética latinoamericana, en la cual la prioridad de los problemas y dilemas tiene perfiles sanitarios y culturales distintos. Su espíritu de diálogo no eclipsa su claridad fundamental para hacer una bioética racional y razonable: “En el panorama cultural actual, la concepción personalista es la que mantiene el primado y la intangibilidad de la persona humana, considerada como valor supremo, punto de referencia, fin y no medio (…) Según nuestro parecer, esta concepción responde más plenamente al propio ser del hombre, y explica mejor la relación existente entre dignidad de la persona y libertad, no como valores divergentes sino complementarios”. Al personalismo lo ha complementado la ética dialógica y de los bienes humanos básicos. En esta perspectiva, León argumenta los que considera principios fundamentales de la bioética: “El respeto a la vida humana, que pertenece al orden de la objetividad y debe servir de finalidad a la actuación ética, y el principio de autodeterminación de la persona, que remite al dominio de la subjetividad y es esencial en la ética”. En la segunda parte aborda algunos dilemas clásicos del inicio y fin de la vida. Expone los valores que ponen en tensión las diversas posiciones antropológicas sobre el ser persona que se encuentran en el trasfondo de estos debates, junto con la necesidad de una rigurosa información científica. Destaca cómo algunas teorías supeditan el respeto por la dignidad de la vida y la libertad de las personas a una priorización de la autonomía, interpretación que se independiza de los datos de la ciencia moderna y de la reflexión antropológica. La autonomía así entendida establece como valor y criterio moral superior el solo hecho de tomar una decisión libremente querida: “en el fondo se defiende la libertad para algunos, para los que pueden hacerla valer”. El capítulo sobre voluntades anticipadas es ejemplo de una posición ética racional y razonable. León señala que la discusión se ha complicado y ha sido llevada a extremos por una confusión de las situaciones clínicas en que estas voluntades se pueden dar, de manera que esto “lleva a algunos a rechazarlas sin más, por ver en ellas el peligro de que puedan llevar a acciones de eutanasia por omisión, y a otros a impulsarlas, por ver en ellas un paso previo a una posible legalización de la eutanasia” (…) “Ambas posiciones están erradas a mi juicio, y hay que entender la declaración anticipada de voluntades como un paso más en la profundización del proceso de consentimiento informado”, agregando luego, que estas no deben perder su función primaria, cual es “servir a la mejor relación médico o equipo de salud y paciente, ahondando en la confianza mutua que debe existir y en la interrelación basada en el respeto ético por la dignidad de la persona del paciente”. La sección referida a la bioética institucional, social y global tiene especial interés por ser un tema poco prevalente entre los bioeticistas, quienes se han concentrado más en la bioética clínica y de la investigación. El autor destaca que, frecuentemente, los problemas ético-clínicos están condicionados por factores sociales de los países y, en forma transversal, por factores institucionales y de políticas y sistemas de salud. Se debe buscar cómo aplicar las normas de justicia y de solidaridad y, además, incluir la dimensión ética del uso eficiente y racional de los recursos, aspecto muchas veces olvidado. Expresa que no es posible abordar los problemas sociales sólo con derechos: es necesario no descuidar los deberes y la necesidad de enfatizar una ética de la responsabilidad. Haciendo referencia a Hans Jonas, muestra la relevancia de considerar en la ética no sólo una responsabilidad por el hoy sino también por las generaciones futuras. Un mundo cada vez más globalizado e interrelacionado contrasta con una cultura cada vez más despersonalizada. Hay una tensión entre globalización e identidad cultural que incide en la bioética. Citando a Beji, señala: “El fanatismo, por un lado, y el desarraigo, por otro; ahí están de alguna manera las dos figuras inmorales que un contrato humano entre culturas debe evitar si no quiere eludir la cuestión ética entre las pasiones culturales y el suplicio uniforme de la despersonalización”. El tema penetra la complejidad de la cultura contemporánea, con sus luces y sombras, con sus expectativas y contradicciones; una cultura en que el sentido de la vida se hace crítico, una civilización en que, como nunca, los seres humanos hemos estado más cercanos, física y mediáticamente. Empero, la soledad se ha transformado en un signo doloroso y un creciente individualismo e incomunicación entre las personas condiciona muchos de los problemas de la bioética clínica y social. Patricio Ventura-Juncá 236 ACTA 2 2009.indd 236 3/11/09 07:33:16 GARBI NOVAES, MARÍA RITA; LOLAS, FERNANDO; QUEZADA, ÁLVARO (Eds.) Ética y Farmacia. Una perspectiva latinoamericana. Monografías de Acta Bioethica Nº 2 - 2009. Santiago de Chile, Programa de Bioética OPS/OMS, CIEB Universidad de Chile, 2009, 359 pp. Este libro, publicado simultáneamente en portugués y castellano, es fruto de una colaboración entre el Programa de Bioética de la OPS/OMS y el Centro Interdisciplinario de Estudios en Bioética de la Universidad de Chile. Se originó en el marco del programa avanzado de ética de la investigación biomédica y psicosocial que realiza este Centro. “La farmacoterapia de los enfermos debe considerar las características individuales y específicas de cada población –comenta María Rita Garbi Novaes en la presentación– y los aspectos que afectan la farmacocinética y la farmacodinámica del medicamento. Hay enfermos más susceptibles de ser afectados por estos factores. Entre ellos cabe destacar a los enfermos geriátricos, pediátricos, recién nacidos y embarazadas, quienes, en comparación con un adulto normal, presentan variaciones importantes relacionadas con el volumen corporal, distribución de grasa, proteínas, alteración de las enzimas hepáticas y de función renal. Por esta razón, merecen una acuciosa investigación antes de la decisión terapéutica y un seguimiento clínico continuo en el uso de medicamentos”. En la discusión sobre los principales aspectos éticos relacionados con el medicamento, este libro aborda diversas cuestiones que interesarán no sólo a los profesionales farmacéuticos, sino también a médicos, farmacólogos, enfermeros, investigadores y especialistas en “terapéutica” y bioética. Participan en este volumen diecinueve profesionales de seis nacionalidades, quienes abordan aspectos éticos en distintas situaciones relacionadas con los medicamentos: la investigación científica con nuevos fármacos, la conducción de los ensayos clínicos, buenas prácticas en la investigación, genómica, ética en la logística farmacéutica, manipulación de medicamentos estériles y no estériles, terapia de reposición hormonal, relación del consumidor con la industria farmacéutica, ética le mercado, acceso a los medicamentos en los países en desarrollo, equidad en la distribución de los beneficios, equilibrio apropiado entre lucro y servicio, garantías en la obtención de los medicamentos, aspectos éticos en la comunicación científica. Además se discuten importantes aspectos de la educación profesional, cada día más exigentes, y los conflictos bioéticos en un mundo globalizado. Como comenta el doctor Fernando Lolas en el prefacio: “La agenda para un análisis ético de la relación entre profesionales que incluya la farmacia y los farmacéuticos en el contexto de la investigación y la asistencia sanitarias está aún abierta. Hay cambios en el perfil de las profesiones, en su poder relativo y en su base cognoscitiva que obligan a una permanente revisión de sus competencias y límites”. Y una muy buena contribución a este propósito es esta obra, pionera en esta materia en Latinoamérica. Francisco León Correa COORDINACIÓN ACADÉMICA DE BIOÉTICA Salud e interculturalidad: desafíos y proyecciones. Primer Curso Internacional y III Jornadas de Bioética en La Frontera Temuco, Facultad de Medicina, Universidad de La Frontera, 2009, 213 pp. Tuvieron lugar en Temuco, a comienzos del mes de septiembre, el I Curso Internacional de Bioética sobre Salud e Interculturalidad, y las IIII Jornadas de Bioética en La Frontera, ambos organizados por la Unidad de Coordinación de Bioética de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Frontera. Fueron días de reflexión, debate y profundización en variados temas de bioética, que ahora tenemos a disposición en este libro de actas: qué fundamentos debe tener la búsqueda de normativas éticas en nuestra sociedad tecnológica y en la atención de salud; qué problemas éticos se nos plantean al inicio y al final de la vida humana; cómo conseguir la unión entre una propuesta de derechos y deberes éticos universales y el máximo respeto a las singularidades, a las identidades culturales y morales diferentes que conviven en una región como la Araucanía chilena, por ejemplo. En este Curso Internacional se han expuesto las posibles respuestas –no definitivas, por supuesto– que se han ofrecido desde la filosofía actual y también desde la bioética. La bioética es diálogo y, en tal sentido, una herramienta para salvar el conflicto y construir ese diálogo intercultural. Nos ayuda a practicar la ética como esfuerzo y componente de una cultura humana de la convivencia. La formación en bioética tiene precisamente entre sus finalidades la aptitud para establecer consensos y evitar disensos. La interculturalidad también 237 ACTA 2 2009.indd 237 3/11/09 07:33:16 debe guiarnos en el momento decisivo de establecer, desde la cooperación y el diálogo, las prioridades en salud de nuestros países. Han intervenido también un importante grupo de especialistas de Estados Unidos, Holanda, Italia y Chile en la revisión de los problemas de fundamentación de la bioética y del inicio y final de la vida humana, con visiones diferentes –como se recoge en los textos– pero siempre dentro de un diálogo enriquecedor. Además, se recogen en este libro algunas de las comunicaciones presentadas en las III Jornadas de Bioética en La Frontera, un buen exponente del creciente interés que despierta este ámbito relativamente nuevo de la investigación en bioética abordada en bastantes ocasiones desde la metodología cualitativa. Ésta puede acercarnos a la realidad concreta de las situaciones clínicas y de atención en salud, de forma que planteemos después, de modo positivo, las posibles soluciones éticas que ayuden a los distintos involucrados –políticos, gerentes de instituciones, profesionales de la salud– a tomar decisiones más correctas y más prudentes, ya sean técnicas, organizativas, políticas o legislativas. Finalmente, es preciso agradecer la colaboración ofrecida para este Curso por la European Society for Philosophy of Medicine and Health Care, la organización de estos encuentros por parte de la Unidad de Coordinación de Bioética y de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Frontera, y también la decisión de editar el presente libro, que pone a disposición de la comunidad académica gran parte de lo expuesto. Francisco León Correa 238 ACTA 2 2009.indd 238 3/11/09 07:33:16 PUBLICACIONES Acta Bioethica 2009; 15 (2): 239-242 SIQUEIRA, JOSÉ EDUARDO; ZOBOLI, ELMA; KIPPER, DÉLIO Bioética Clínica São Paulo, Editora Gaia, 2008, 256 pp. En un mundo en rápida transformación, en el cual la tecnología expande diariamente las fronteras del conocimiento, nos encontramos con nuevas y complejas cuestiones que afectan a la relación entre los profesionales de la salud y los pacientes. Huyendo de la visión cartesiana y deontológica que todavía impera en los cursos tradicionales de las universidades brasileñas, este libro da a conocer las diversas corrientes que debaten sobre la relación médico-paciente. Todos están de acuerdo en que es preciso reconstruir la relación entre el profesional de la salud y el usuario con bases más humanas, igualitarias, respetando el pluralismo moral de la sociedad. Los autores de “Bioética Clínica” proponen recuperar el arte de cuidar, ofreciendo una contribución para la formación de los profesionales de la salud que les permita afrontar los dilemas éticos de la práctica clínica. Los temas contemplados abordan la formación de los profesionales de la salud; la historia de la bioética; la relación entre el Derecho, los códigos profesionales y la ética; las aplicaciones en las diversas áreas de la salud, medicina, enfermería, odontología y psicología; las cuestiones éticas al comienzo y al final de la vida, y la importancia de los comités de ética y bioética en los centros de salud. CAMPBELL, ULISES; ALVAREZ-DÍAZ, JORGE ALBERTO (Coords.) Bioética en perspectiva México, Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, 2008, 188 pp. Este libro muestra que la evolución natural no sólo se refiere a las cuestiones biológicas y físicas del mundo y el universo. Nuestra incidencia en el curso de la vida no sólo ha afectado al ser humano, sino que ha modificado aquellas estructuras orgánicas que considerábamos inconmovibles. La evolución darwiniana ha sufrido un pliegue, lo que se forzaba en el campo de la ficción, ahora es una realidad: el cuerpo humano ya es tecnología. La filosofía contemporánea tiene la obligación de pensar en el cuerpo humano –nos advierten los autores de este libro– desde la ética, la bioética, la legislación y la religión, y no sólo desde la biología. FRANÇA-TARRAGÓ, OMAR Fundamentos de la Bioética. Perspectiva personalista Buenos Aires, Ediciones Paulinas, 2008, 347 pp. En este libro, França analiza las claves de la posmodernidad y su relectura crítica de los fundamentos teóricos que han sido sostén de la civilización occidental moderna, proceso que ha llevado a una tolerancia acrítica del relativismo ético. Hoy ya no se cree en la neutralidad y objetividad de la ciencia y se ha hecho necesario que la ética conduzca hacia “la humanización del hombre”. Desde una filosofía humanista, França explica de forma metódica las diversas concepciones de la ética, de los valores morales y de los principios y normas básicas en las sociedades contemporáneas. Aplica también el análisis sociológico para definir cuál ha sido la persistencia y traslación de valores morales en nuestra sociedad, cuál debe ser el papel de la ética hoy y qué respuestas puede dar desde una justificación racional. Concluye exponiendo las responsabilidades bioéticas de los profesionales de la salud y cómo se ha institucionalizado en los comités y comisiones nacionales. MALIANDI, RICARDO; THÜER, OSCAR Teoría y praxis de los principios bioéticos Lanús, Argentina, Ediciones de la UNLa, 2008, 310 pp. La bioética ha adquirido importancia mundial desde las últimas décadas del recién pasado siglo XX, especialmente con la superación del tradicional “paternalismo” médico y la consecuente introducción del principio de “autonomía”. Los autores de “Teoría y praxis de los principios bioéticos” sostienen que a las investigaciones bioéticas les ha faltado una propuesta de fundamentación fuerte y procuran enmendar esa carencia mediante el apoyo en una “ética convergente”, fundada en la ética 239 ACTA 2 2009.indd 239 3/11/09 07:33:16 dialógica aplicada al ámbito de estudio de la bioética, como propuesta de universalidad en nuestras sociedades democráticas y basada en la “corresponsabilidad solidaria” de todos. CASAS, MARÍA DE LA LUZ Bases bioéticas para la toma de decisiones en la práctica médica, investigación en humanos y trasplantes México, Trillas, 2008. En este libro, Casas aborda los nuevos retos en el ejercicio de la medicina, los cambios en la relación médico-paciente y los aspectos bioéticos de las decisiones adoptadas en la práctica clínica y en la investigación biomédica. Analiza los actuales modelos de decisión sobre el cuerpo humano en este ámbito científico, los aspectos jurídicos del acto médico y las experiencias de los comités de bioética. CASAS, MARÍA DE LA LUZ (Ed.) Bioética y aborto. Hacia una cultura de la vida México, Trillas, 2009. La legalización de la práctica del aborto en Ciudad de México ha aumentado la polémica sobre este tema en diversos sectores de la sociedad mexicana. En este libro se entabla un debate sobre el aborto desde una perspectiva que contempla aspectos biológicos, éticos, médicos, legales y educativos. Cinco analistas exponen sus puntos de vista con el fin de revisar las causas –casi siempre relacionadas con presiones económicas, sociales y familiares– que llevan a muchas mujeres a tomar la decisión de abortar. El objetivo de los autores es encontrar soluciones viables a las adversidades que enfrentan madre e hijo, y para ello proponen que se dé a la mujer embarazada con intención de abortar el apoyo médico, socioeconómico y psicológico necesario, ya sea en forma institucional o no gubernamental. SCHMIDT, LUDWIG Diálogo Bioético Caracas, San Pablo, Colección Biodiké Nº 1, 2008, 64 pp. Victoria Camps, catedrática de filosofía en la Universidad Autónoma de Barcelona, escribe en el prólogo sobre la función del filósofo y de la filosofía en el quehacer bioético. Schmidt aborda en este primer número de la Colección Biodiké, “Hacia una Bioética el siglo XXI”, cuáles son los presupuestos de la bioética y las bases antropológicas y éticas del diálogo interdisciplinar que propone. SCHMIDT, LUDWIG Bioética y sus hitos en la historia Caracas, San Pablo, Colección Biodiké Nº 2, 2008, 64 pp. Schmidt ofrece en esta separata una síntesis pedagógica del curso que imparte sobre fundamentos e historia de la bioética, siguiendo veinte de los hitos en el devenir de esta nueva disciplina: desde el primer comité de bioética en Estados Unidos hasta los problemas actuales del rápido deterioro de la biosfera, la biopiratería y la terapia génica. 240 ACTA 2 2009.indd 240 3/11/09 07:33:16 SCHMIDT, LUDWIG Método de interpretación y análisis holístico de casos bioéticos Caracas, San Pablo, Colección Biodiké Nº 3, 2008, 64 pp. El autor aborda en esta separata los problemas que plantea cualquier intento de sistematización y argumentación en situaciones éticas, y el análisis e interpretación de casos bioéticos; además, expone una propuesta de análisis para los dilemas bioéticos. SCHMIDT, LUDWIG; LEÓN, FRANCISCO JAVIER; PESSINI, LEO Datos históricos de la bioética en Latinoamérica Caracas, San Pablo, Colección Biodiké Nº 5, 2008, 64 pp. El doctor José Alberto Mainetti, uno de los iniciadores de la bioética en Latinoamérica, escribe el prólogo de este libro que recoge artículos sobre los inicios y desarrollo de esta disciplina en Venezuela, de Ludwig Schmidt; la evolución en América Latina desde una bioética centrada en la relación clínica entre profesionales de la salud y pacientes a otra más centrada en los aspectos sociales e institucionales, de Francisco León, y la identidad de la bioética en América Latina, contrastándola con la cultura anglosajona, de Leo Pessini. MAGLIO, FRANCISCO La dignidad del otro. Puentes entre la biología y la biografía Buenos Aires, Libros del Zorzal, 2008, 159 pp. Maglio recoge en este libro su dilatada experiencia en el ejercicio de la medicina, pero desde la visión de la búsqueda del sentido de la profesión. En medicina en general, y en salud en particular, lo esencial está en lo social, en lo histórico, lo ideológico, lo político, lo económico y lo cultural. Sin despreciar lo técnico, el autor incorpora todo lo aprendido con el objetivo de llegar a una medicina que contemple al paciente en forma holística, como un ser humano somato-psico-social, para conformar una atención en salud más justa, solidaria y humana. AGREST, ALBERTO Ser médico ayer, hoy y mañana. Puentes entre la medicina, el paciente y la sociedad Buenos Aires, Libros del Zorzal, 2008, 206 pp. El autor plasma en este libro su extensa experiencia y sus reflexiones sobre el destino de la medicina contemporánea. Analiza lo que denomina la “economización” de la medicina, lo que supone ser médico hoy, el encuentro con el paciente, el error en medicina, la medicina basada en la “importancia” frente a la basada en la evidencia, la enseñanza de la medicina y el estatuto que debe tener hoy el médico para conciliar la pauta cultural de la entrega generosa y la sabiduría de hace algunas décadas con la efectividad y la eficiencia exigida. Realiza un profundo y lúcido análisis sobre cómo educar a los estudiantes de pregrado y posgrado para afrontar los retos del presente y futuro de su quehacer profesional. GARCÍA-VINIEGRAS, CARMEN R. VICTORIA Calidad de vida. Aspectos teóricos y metodológicos Buenos Aires, Paidós, 2008, 142 pp. En el libro, García-Viniegras señala los dos ángulos desde los que se ha estudiado la calidad de vida –el individual y el macrosocial– y hace especial hincapié en la dimensión objetiva y subjetiva que entraña esta noción. Al análisis de la relación entre calidad de vida y proceso de salud-enfermedad, le sigue un detallado estudio de la aplicación de este concepto en personas con enfermedades crónicas y en ancianos. Un capítulo aparte merece el análisis de las técnicas de evaluación de la calidad de 241 ACTA 2 2009.indd 241 3/11/09 07:33:16 vida y sus instrumentos genéricos y específicos. Se ofrece una mirada panorámica de este concepto clave en bioética, aunque quedan aspectos de análisis ético en que es necesario profundizar. CESILINI, GABRIELA ANDREA; GUERRINI, MARÍA EUGENIA; DEL LUJÁN NOVOA, PATRICIA La nueva pobreza en al ámbito hospitalario. De la indefensión al ejercicio de la ciudadanía social Buenos Aires, Espacio Editorial, 2007, 169 pp. Las autoras son trabajadoras sociales. Exponen los resultados de una investigación cualitativa que se originó al observar que los pobres estructurales en Argentina acudían cada vez menos al Servicio Social del Hospital en lo referente a consultas externas, mientras los nuevos pobres concurrían cada vez más, exigían respuestas, reclamaban, eran conscientes de sus derechos y los hacían valer. Ellos lograron incluirse, por sus propios medios y con ayuda de la justicia, en un sistema sanitario que los excluía, precisamente por no presentar a simple vista realidades y características observables en la pobreza estructural. La conclusión del trabajo anima a los trabajadores sociales a asumir, en todos los ámbitos, el compromiso y la responsabilidad de analizar, evaluar y reconfigurar sus intervenciones diarias, para hacer una práctica actualizada, flexible, adaptada a las particularidades y singularidades de cada nuevo escenario social. BUNGE, MARIO Ética, ciencia y técnica Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1996, 181 pp. Esboza Bunge los fundamentos del puente que debe unir la ciencia y la ética, y que permite su exploración mutua. Primero, la ciencia tiene su propio código moral, es una escuela de moralidad. Por lo tanto, en segundo lugar, la ética puede aprender de la ciencia; puede admitir, por ejemplo, que los valores morales tienen bases biológicas y sociales investigables científicamente, y la filosofía moral debería poner a prueba las normas morales de la misma manera que las leyes científicas y reglas técnicas en lugar de aceptarlas o rechazarlas dogmáticamente. También, en tercer término, hay hechos morales, como la pobreza y la guerra, y por tanto hay juicios morales verdaderos o falsos. Si al menos uno de estos tres principios es verdadero, resulta –según Bunge– que la diferencia entre la ética y la ciencia, sin desaparecer, deja de ser un abismo infranqueable y se hace necesaria una tecnoética que las una. COHEN AGREST, DIANA ¿Qué piensan los que no piensan como yo? 10 controversias éticas Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 2008, 346 pp. La autora analiza en este libro diez controversias éticas actuales: el matrimonio homosexual, la homoparentalidad, el aborto, la eutanasia voluntaria y el suicidio asistido, la prostitución, la venta de órganos, el alquiler de vientres, la pena de muerte, la tenencia de drogas y el perfil genético de los delincuentes. Diana Cohen nos acerca a las razones esgrimidas a favor y en contra de estas prácticas polémicas, con la premisa básica de alentar el pluralismo, el cual implica la coexistencia, en igualdad de condiciones, de diferentes perspectivas desde las cuales reflexionar sobre la realidad, sin dar una respuesta y desafiando al lector a tomar una decisión crítica propia. 242 ACTA 2 2009.indd 242 3/11/09 07:33:17 TABLA DE CONTENIDOS Acta bioethica 2009 año XV - Nº 1 Introducción Quo vadis bioética? Fernando Lolas Stepke Originales Los paradigmas de fundamentación en la ética contemporánea Ricardo Maliandi, Óscar Thüer, Sergio Cecchetto La tarea de fundamentar la ética en Karl-Otto Apel y en la ética convergente Ricardo Maliandi La bioética como quehacer filosófico Jorge José Ferrer Fundamentaciones de la bioética Alfonso Gómez-Lobo Bioética global y derechos humanos: ¿una posible fundamentación universal para la bioética? Cristián Borgoño Barros La dignidad de la persona humana. Desde la fecundación hasta su muerte Juan de Dios Vial Correa, Ángel Rodríguez Guerro Dignidad humana. Reconocimiento y operacionalización del concepto Monique Pyrrho, Gabriele Cornelli, Volnei Garrafa Fundamentos y principios de bioética clínica, institucional y social Francisco Javier León Correa Bioética y reciprocidad en el reconocimiento de derechos y deberes Raúl Villarroel Soto 243 ACTA 2 2009.indd 243 3/11/09 07:33:17 Temas para una bioética latinoamericana Eduardo Rodríguez Yunta Interfaces Objeción de conciencia, la muerte y el morir en enfermedades en etapa terminal Octaviano Humberto Domínguez Márquez Consentimiento informado en odontología. Un análisis teórico-práctico Leonor Palomer R. Percepción del cirujano-dentista respecto del uso del consentimiento informado en el tratamiento odontológico Cléa Adas Saliba Garbin, Artênio José Isper Garbin, Cleide dos Anjos Santos, Patrícia Elaine Gonçalves Documentos Conference on ethics in biomedical research regulations, healthcare and professional conduct Recensiones Publicaciones Tabla de contenidos del número anterior 244 ACTA 2 2009.indd 244 3/11/09 07:33:17