Robert Hooke Publicado el 9 de Agosto de 2010 en Historias de la ciencia por omalaled Tiempo aproximado de lectura: 11 minutos y 20 segundos Este artículo se ha visitado: 10,010 veces Robert Hooke es uno de aquellos científicos extraordinarios olvidados de la historia. Sí, la Ley de Hooke es harto conocida por los científicos, y su nombre, por tanto, nos es conocido; pero la cosa no pasa de ahí. Si figura cayó en el olvido mucho tiempo, sobre todo, por los intentos de Newton en borrarlo de la historia. Vale la pena repasar un poco su vida y, simplemente, dejarnos sorprender y disfrutar asombrándonos de lo que un científico genial es capaz. Nacido en 1635, fue un niño enfermizo, con dolores de cabeza constantes. A los cuatro años pasó la viruela, lo que le dejó unas cicatrices de por vida. Ni siquiera se esperaba que sobreviviera y se dice que durante los primeros siete años de su vida se alimentó casi exclusivamente de leche, productos lácteos y fruta; pero nada de carne. Aunque era pequeño y delgado, y carecía de fuerza física, era un muchacho activo que disfrutaba corriendo y saltando. Su padre, afectado de ictericia, decidió que no quería sufrir más y se suicidó cuando el pequeño Robert contaba sólo con 13 años. A los 16 años de edad, desarrolló una pronunciada deformación corporal, una especie de contorsión, que él mismo atribuyó más tarde al hecho de haber pasado largas horas encorvado trabajando en un torno o con otras herramientas. Llegó a ser muy hábil haciendo maquetas, entre ellas la de un barco de aproximadamente un metro de longitud con aparejos y velas. Además, en una ocasión, después de haber visto un viejo reloj de latón hecho pedazos, hizo un reloj de madera que funcionaba. Como era un excelente dibujante, el resto de la familia decidió que debía trasladarse a Londres. Pero no tardó en perder interés por el arte: quería una instrucción más general y se matriculó en la escuela de Wetminster, donde devoró los Elementos de Euclides durante la primera semana de clase. Aprendió latín, griego y algo de hebreo. Como otros muchos estudiantes pobres de aquellos tiempos, Hooke consiguió dinero trabajando como criado de uno de los estudiantes más ricos. Bueno, en este aspecto, a Newton no le fue mucho mejor. Aunque su madre era una mujer rica en aquel momento de su vida, se negó a pagar su matrícula para el ingreso del Trinity College, en Cambridge. Para poder pagársela, Newton se vio obligado a conseguir dinero vaciando orinales y peinando a los estudiantes mayores y más ricos. Pero volvamos a Hooke. En aquella época, muchos de los miembros del grupo de Gresham College habían sido trasladados a Oxford por Oliver Cromwell para reemplazar a aquellos académicos a los que se consideraba “contaminados”. La definición de “contaminado” era que habían ayudado al bando realista durante la guerra. La destreza de Hooke para fabricar cosas y realizar experimentos hizo que no tuviera precio como ayudante para este grupo de científicos. Pronto llegó a ser el principal ayudante (pagado) de Robert Boyle. Y con la destreza que tenía, ya podemos imaginar que fue en gran medida responsable del éxito de la bomba de aire con la que se hicieron numerosos experimentos. Gracias a ella, Boyle pudo enunciar su famosa Ley de Boyle. Pero pudo hacer una cosa más: ser el primero en confirmar la afirmación de Galileo de que, en el vacío, una pluma y un trozo de plomo caen a la vez. Asimismo, pudo establecer que el sonido no se trasmite en el vacío. Sin embargo, cuando Hooke quiso negociar la posibilidad de patentar el artilugio, se negó porque tenía que aceptar una cláusula según la cual se permitía a otras personas llevarse los beneficios derivados de cualquier mejora de su diseño. Nunca reveló el secreto de su invento y se lo llevó consigo a la tumba. Al mismo tiempo que trabajaba para Boyle, también trabajaba con relojes. Buscaba unos que permitieran una medición exacta del tiempo durante la navegación. Sabía que los relojes de péndulo eran inútiles con los vaivenes del barco y sugirió utilizar muelles en lugar de la gravedad para accionar el reloj. Gracias a sus experimentos, construyó un reloj con muelle en espiral cosa que tuvo una importancia capital en la fabricación de los relojes de bolsillo y también hizo mejoras en el mecanismo de escape. En fin, que aunque no llegara a diseñar un reloj extrarodinariamente preciso hizo muchas mejoras respecto a los diseños existentes. Incluso regaló uno de sus relojes a Carlos II, quien se mostró muy complacido. Vista esta pasión por la mecánica, no debería sorprenderos que os diga que fue quien inventó el engranaje universal que se utiliza en los vehículos a motor. Y también inventó el diafragma iris de las cámaras. Fue también por aquella época en la que descubrió la famosa Ley de Hooke, aunque no la publicó hasta 1678. Si era conocida antes de él no lo sabemos; lo que sí sabemos es que nadie anterior a él la había publicado. En 1665 se convirtió en profesor de geometría del Gresham College. Durante la estancia en ese College debía permanecer soltero. Pero la elección no fue un camino de rosas. Había perdido el puesto el año anterior por el voto de calidad del alcalde. Después de muchas discusiones, resultó que el alcalde no tenía derecho a votar para el nombramiento. Aquel mismo año también publicó su obra más importante: Micrographia. Fue el libro que marcó realmente el momento en que la microscopía llegó a su mayoría de edad como disciplina científica. Tenía unas impresionantes imágenes de observaciones al microscopio que contenía variadas especies. Fue quien acuñó el término célula para describir las unidades básicas de los seres vivos. Su elección vino motivada por la observación de las células vegetales que le recordaban las “celdas” donde vivían los monjes. Todo aquello era increíble. Era el más indicado para escribir sobre esos temas, pues había construido el microscopio más potente de su tiempo, que tenía 30 aumentos. Escribió que el microscopista Leeuwenhoek encontró en sus excrementos una gran cantidad de pequeños animales, que eran muy abundantes cuando estaba aquejado de diarrea y muy pocos o ninguno cuando estaba bien. Geoffrey Keynes afirmaba que Micrographia se puede clasificar “entre los libros más importantes que se hayan publicado en toda la historia de la ciencia”. Samuel Pepys cuenta cómo se sentó a leer el libro hasta las dos de la madrugada, y se refería a él diciendo que era “el libro más ingenioso que he leído en toda mi vida”. Además, estaba escrito en inglés, cosa inusual en aquella época, con un estilo muy claro y fácil de leer que garantizaba la accesibilidad para un amplio público lector. Describía la estructura de las plumas, las características esenciales de un ala de mariposa y el ojo compuesto de una mosca, entre otras muchas observaciones realizadas en el mundo de los seres vivos. En una de las partes del libro, identificó a los fósiles, de manera clarividente y correcta, como restos de criaturas y plantas que vivieron en otros tiempos (por la misma época en que Steno decía algo similar). Tened en cuenta que era una época en la que muchas personas estaban perplejas por los fósiles y afirmaban que estos habían crecido con la Tierra; algo así como la incubación de un embrión en un útero. Hooke fue el primero que utilizó un microscopio para analizarlos y se dio cuenta de que las estructuras de madera petrificada y las conchas marinas fósiles guardaban una sorprendente semejanza con la madera y conchas actuales. Escribió: Ha habido muchas otras especies de criaturas en eras pretéritas, de las que ya no encontramos ninguna en el presente; y no es improbable que haya otros tipos nuevos y diversos que han estado desde el principio. Vamos, que fue uno de los primeros en proponer la evolución biológica. Cabe añadir también que estuvo presente en la famosa autopsia de Tyson en la que, por primera vez, se relacionó al ser humano con los animales. Y, como propina, rellenó un espacio que quedaba al final del libro con dibujos basados en algunas de sus observaciones astronómicas. Y es que Hooke fue el primero en construir un telescopio de reflexión de tipo gregoriano (aquel que utiliza un espejo primario parabólico). Junto a Giovanni Domenico Cassini y a Christian Huygens, fue uno de los primeros astrónomos que observó con detalle la superficie de Júpiter. En 1664 comunicó la presencia de una pequeña mancha en el mayor de los cinturones que creyó ser una característica del planeta y no la simple sombra de una luna. De hecho, fue el primero que observó la rotación tanto de Júpiter como de Marte. Los dibujos que hizo del planeta rojo se utilizaron en el siglo XIX para determinar su velocidad de rotación. Fue, además, quien hizo la primera descripción conocida del planeta Urano y el primero en descubrir una estrella binaria, es decir, dos estrellas que describen una órbita alrededor de un centro de masas común. Hizo un “Discurso sobre los terremotos” que todavía hoy fascina a los geólogos que lo leen, pues habló en él de la formación de accidentes geomorfológicos. Sus teorías sobre la luz estaban basadas en una teoría ondulatoria que incluían ondas transversales, o sea, las que van de lado a lado, y no sólo longitudinales, como las de compresión del tipo de empujar y tirar de las que hablaba Huygens. Mantenía la actividad de la Royal Society realizando experimentos en cada una de las reuniones semanales, algunos a petición de otros miembros y otros de diseño propio. También leía públicamente ponencias remitidas por miembros que no estaban presentes, describiendo incluso nuevos inventos. En las actas de los primeros años de la Royal Society, una página tras otra, todas contienen expresiones del tipo “el señor Hooke realizó…”, “al señor Hooke se le encargó…”, “el señor Hooke observó…”, “el señor Hooke hizo algunos experimentos…”, y así una y otra vez. Y recordemos que todo esto lo hacía mientras daba cursos completos de clases magistrales en el Gresham College. Cuando Oldenburg falleció en 1677, Hooke le sustituyó, pasando a ser uno de los secretarios de la Royal Society. ¿Creéis que ya es suficiente? Pues esperad, que todavía hay más, mucho más. Hooke describió experimentos en los que se producía una combustión. Y llegó a la conclusión de que, tanto en el proceso de quemar algo, como también la respiración, se absorbía algo que existía en el aire, con lo que estuvo muy cerca de descubrir el oxígeno. Faltaba un siglo para que se descubriera realmente. Estableció una diferencia clara entre el calor y combustión. Dijo que el calor surgía de un cuerpo debido “al movimiento o la agitación de sus partes”, con lo que se adelantaba casi dos siglos a la idea de la que partió la Teoría Cinética de los Gases. También se sintió intrigado por el funcionamiento de los pulmones y decidió experimentar con su propio cuerpo. Se introdujo en una cámara sellada en la que se iba bombeando el aire de forma gradual. Durante la ejecución de dicho experimento se dañó los oídos y sufrió sordera. Y, cómo no, participó en el diseño y las pruebas de una forma primitiva de campana de buzo. Para conocer mejor la función de los pulmones, abrió el pecho de un perro, acabó con su movimiento natural y utilizó un fuelle para proporcionar una corriente de aire. Inventó o mejoró instrumentos meteorológicos como el barómetro (para medir la presión atmosférica) con esfera de reloj, que tan familiar nos resulta hoy día; el anemómetro (para medir la velocidad del viento) y el higrómetro (para medir la humedad). Su invención del higrómetro surgió de sus observaciones de los pelos de la barba de las cabras, que se doblan cuando están secos y se estiran al humedecerse. Y por si fuera poco, observó la relación entre los cambios en la presión atmosférica y los cambios en el tiempo. Todo esto lo convierte, casi por definición, en el primer meteorólogo científico de la historia. Sugirió a los científicos que asignaran los cero grados a aquella temperatura en la que se congela el agua. Llegó a proponer el principio del inverso del cuadrado de la distancia para la gravedad, y así se lo dijo por escrito a Isaac Newton, pero le faltó conocimiento matemático para desarrollarlo. ¿Os parece poco todavía? Pues bien, también trabajó como topógrafo. Resulta que en 1666 hubo un gran incendio en Londres y se tuvo que construir y reconstruir muchos edificios, entre ellos el hospital Bethlem Royal y el Real Colegio de Medicina. Hooke participó activamente. La construcción de la cúpula de la catedral de St. Paul de Londres se hizo siguiendo sus diseños. Sobre la última parte de la vida de Hooke sabemos gran cantidad de cosas gracias a un diario que comenzó a escribir en 1672. Se trata de anotaciones telegráficas sobre hechos del día a día en las que relata casi todo sobre su vida privada en sus aposentos del Gresham College, con tanto candor que se pensó durante mucho tiempo que el diario no era adecuado para hacer una publicación. Y así fue hasta el siglo XX (ésta sería una de las razones por las que la personalidad y los logros de Hooke no habían recibido un reconocimiento pleno hasta hace poco). Aunque nunca se casó, tuvo relaciones sexuales con varias de sus sirvientas, y hacia 1676, su sobrina Grace, que probablemente tenía 15 años entonces y había vivido con él desde que era una niña, se convirtió en su amante. Quedó destrozado cuando Grace murió, en 1687, y durante el resto de su vida sufrió una melancolía manifiesta. Hooke falleció el 3 de marzo de 1703 y a su funeral asistieron todos los miembros de la Royal Society que estaban presentes en Londres en aquel momento. Ya he comentado que Newton quiso borrar de la historia a Hooke. De hecho, la idea del inverso del cuadrado la había propuesto Hooke, y Newton ni siquiera lo nombra en sus Principia. Cuando murió Hooke, Newton fue elegido presidente de la Royal Society, y como tal se ocupó de que su biblioteca y aparatos desaparecieran. Una de las tareas que tuvo Newton en 1710 fue la de supervisar el traslado de la sede de la Royal Society desde el Gresham College a unas instalaciones más amplias en Crane Court. Había que llevar muchas cosas, entre otras, retratos de personajes como Boyle y Hooke. Pues bien, el único retrato que se perdió y nunca volvió a ser visto fue el de Hooke. De hecho, no ha sobrevivido ningún retrato de él. Y de sobras es conocido que Newton era sumamente estricto con los detalles. Cuenta la leyenda que hasta veinte años después de la muerte de Hooke, Newton era incapaz de oír su nombre sin ponerse furioso. Sus restos fueron exhumados en el siglo XVIII y el lugar donde reposan sigue siendo hoy un misterio. En 1950 se redescubrió un diseño suyo para un cronómetro marino en la Biblioteca del Trinity College, en Cambridge. En 2006 la Royal Society compró un manuscrito del siglo XVII de Hooke por 1,75 millones de dólares. Contenía 500 páginas de notas escritas durante las reuniones de la Royal Society en las que afirmaba que Newton y Boyle le habían robado sus ideas. Y, la verdad, teniendo en cuenta todo lo dicho, no me sorprendería. Fuentes: “Historia de la Ciencia”, John “De Arquímedes a Hawking”, Clifford A. http://es.wikipedia.org/wiki/Robert_Hooke En http://www.rod.beavon.clara.net/leonardo.htm http://en.wikipedia.org/wiki/Robert_Hooke Gribbin Pickover inglés: FÍSICA Y QUÍMICA 4º ESO. CURSO 2010-2011 FICHA DE LECTURA 1 NOME …………………………………………………………………………… • HAZ UNA LISTA QUE CONTENGA TODOS LOS DESCUBRIMIENTOS, ESTUDIOS Y APORTACIONES DE HOOKE A LA CIENCIA Y AL CONOCIMIENTO. • ESCRIBE UN BREVE COMENTARIO DEL TEXTO QUE HAS LEÍDO