Nº 182 En la ciudad de Venado Tuerto, a los 26 días del mes de

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Nº
182
En la ciudad de Venado Tuerto, a los 26 días del
mes de Octubre del Año Dos Mil Once, se reunieron en Acuerdo los Señores Vocales de
la Cámara de Apelación en lo Penal de esta ciudad, Dres. Fernando Vidal y Tomás Orso
y el Sr. Vocal de la Cámara de Apelación en lo Civil, Comercial y Laboral local, Dr.
Héctor Matías Löpez, con el fin de dictar sentencia definitiva en el proceso seguido a P.
A. B., argentino, nacido el 19/04/1975 en Ruiz de Montoya (Misiones), hijo de Enrique y
Carmen Ton, casado, domiciliado en calle Islas Malvinas Nº 785 de la ciudad de
Venado Tuerto, DNI. Nº 24.571.401, con Prontuario Policial Nº 20.679 sec. C.P. de la
U.R. VIII, por la presunta comisión del delito de LESIONES LEVES CULPOSAS (art.
94 del C.P.), en Causa Nro. 53/2011.
Estudiados los autos, se resolvió plantear las siguientes
cuestiones:
1º) ES JUSTA LA SENTENCIA APELADA?
2º) QUE PRONUNCIAMIENTO CORRESPONDE DICTAR EN
DEFINITIVA?
Practicado el sorteo de ley, resultó que la votación debía
efectuarse en el siguiente orden: Dres. Vidal, Orso y López.A la primera cuestión planteada, el Dr. .Orso, expresó:
Contra el Fallo Nº 131 del 17 de Marzo de 2011, dictado por la Sra.
Jueza Subrogante en lo Penal Correccional y Faltas de Melincué, Dra. Cristina Herrera
por el que se condenó a P. A. B., con datos de identidad obrantes en autos, a la pena de
SEIS MESES (6) de PRISIÓN de EJECUCIÓN CONDICIONAL, dejando sin efecto la
imposición de pena de inhabilitación por las razones expuestas en el considerando,
como autor penalmente responsable del delito de LESIONES LEVES CULPOSAS (arts.
5, 40, 41, 45, 94, 26 y 29 inc. 3º todos del Código Penal; II)Regular los honorarios
profesionales del Dr. Horacio Vitali por la labor profesional desplegada en autos en la
suma de veinticinco (25) jus de conformidad con las pautas normadas por la ley 6767, o
sea la suma de Seis mil Quinientos Treinta y Un Pesos, con Veinticinco centavos
($.6.531,25). El Dr. Jorge Roberto Pozzi, Fiscal de Primera Instancia del Distrito Judicial
Nº 8, interpuso recurso de apelación por no encontrarse de acuerdo en lo que respecta a
dejar sin efecto la imposición de la pena de inhabilitación especial para conducir (fs.
124) y fue concedido -libremente y con efecto suspensivo- por decreto del 29 de Marzo
de 2011. El imputado P. A. B., por derecho propio y con la defensa del Dr. Horacio
Vitali, apela y deja planteada la reserva de inconstitucional provincial y nacional y fue
concedido -libremente y con efecto suspensivo- por decreto del 30 de Marzo de 2011 (fs.
128).
1) El Dr. Horacio N. Vitali, por la defensa de P. A. B., al expresar
agravios, detalla que impugna la sentencia porque esta no asume cabalmente el deber
del órgano jurisdiccional de efectuar un análisis justo y ponderado de las probanzas
rendidas en la causa.
La Defensa considera que la Dra. Herrera funda su conclusión
inculpatoria en base a un análisis acrítico y desacertado de los dichos de testigos;
obviando analizar y ponderar los demás elementos de convicción.
Resume que la Magistrada no se detiene a considerar elementos
-a su entender- decisivos que tornan improcedente la condena penal del encartado.
Agrega que esos elementos decisivos están corroborados
plenamente a través de las constancias instrumentales obrantes en el propio sumario.
El Dr. Vitali detalla que el A quo omite toda consideración al Acta
Policial y del informe emitido por el Perito Mecánico actuante.
Estos elementos -detalla- demuestran que tanto la bicicleta en que
circulaba la víctima como el automotor de B. no sufrieron daño alguno.
La Defensa hace hincapié en que a sólo dos días del hecho, la
supuesta víctima otorgó mandato judicial para demandar su declaratoria de pobreza y
daños y perjuicios contra su pupilo (fs. 91/92).
El curial marca la contradicción existente entre la gravedad de las
lesiones de la denunciante (traumatimos de tobillo izquierdo y luxación de codo por las
que debió ser enyesada) y su propio accionar ya que, domiciliándose en Venado Tuerto
y en esas condiciones, se trasladó a Maggiolo para conferir mandato a los Dres. Manzini
y Torancio.
Asimismo, hace notar que a pesar del secreto de las actuaciones
sumariales, la víctima contó con todos los datos personales de su pupilo, tal como lo
refleja el mandato judicial otorgado.
En ese sentido, destaca que a dos días del hecho, su pupilo aún no
había declarado ante la preventora. Pero, agrega, la denunciante, supuestamente
víctima con lesiones graves -que luego se demostró que no eran tales- a un día del
accidente, pudo ir a la Comisaría y dar su testimonio y al otro día, viajar a Maggiolo
para dar un poder para promover juicio civil en contra de B..
Para el Dr. Vitali, de lo expuesto, surge sin hesitación la fundada
conclusión que las actuaciones penales vienen concatenadas con un infundamentado
afán de lucro económico.
La Defensa sostiene que el órgano jurisdiccional no puede
franquear que para satisfacer un antijurídico afán de enriquecimiento indebido de la
supuesta víctima, se impulse una antijurídica condena penal contra B..
Agrega que la Dra. Herrera confiere plena fe -en contraposición
con la prueba instrumental mencionada- a los dichos de los testigos, omitiendo
ponderar las connotaciones que surgen de los mismos y dejando de lado que éstos
fueron “reclutados” por la denunciante, conforme surge de constancias de fs. 30,
carente de toda rubricaciión y agregada por la preventora.
El Dr. Vitali argumenta que lo señalado ut supra demuestra que
la denunciante estaba más imbuida en la ambientación de la causa judicial que en la
curación de sus propias lesiones graves padecidas.
Para la Defensa, del análisis minucioso y ponderado de las
probanzas en autos, surge que no existen elementos de convicción necesarios para
sustentar una sentencia de condena contra B.. Agrega que aún bajo la aplicación del
principio “in dubio pro reo” debió haber dictado la justa absolución del acusado.
En el mismo orden, sostiene que de los cuatro testimonios en los
cuales se pretende basar la sentencia de condena, tres testigos
expresan
categóricamente no haber visto el accidente.
El profesional a cargo de la defensa, tras resaltar que la sentencia
es arbitraria por inmotivación y falta de ponderación de probanzas decisivas, hace
reserva de los recursos de Inconstitucionalidad Provincial (Ley 7055) y Nacional (Ley
48), por violación al derecho de jurisdicción y consecuente arbitrariedad.
Por todo lo expuesto, la Defensa solicita se revoque el decisorio
apelado y se absuelva de culpa y cargo a P. B.. En el supuesto contrario, se tenga
presente la reserva de inconstitucionalidad formulada.
2) El Dr. Fernando I. Palmolelli, Fiscal de Cámaras Subrogante, al
contestar agravios solicita el rechazo de los planteos del Dr. Vitali y se confirme la
sentencia.
La Fiscalía destaca que, conforme surge del acta de inspección
ocular, la zona del hecho estaba iluminada y libre de obstáculos que pudieran dificultar
la visibilidad de los conductores o transeúntes.
Asimismo, resalta los testimonios de Eduardo Coradazzi y María
Cristina Hernández que si bien no vieron el accidente, sí escucharon el golpe y
posteriormente vieron a la Sra. Nuñez tirada en el suelo.
En el mismo sentido, destaca el testimonio de Leonardo Ustares,
quien circulaba en bicicleta detrás de la víctima, por calle Jujuy y que vió cómo dobló el
auto, sin colocar la guiñada y que tocó con la parte de atrás del vehículo la bicicleta de
la víctima.
El Dr. Palmolelli hace hincapié en la declaración de B., quien
reconoce la mala maniobra realizada.
Explica que si bien -tal como lo manifiesta la Defensa- no surge
del informe perito mecánico que ambas unidades presentaran deterioros, sí surge del
dato provisto por personal personal que acudió al lugar, donde claramente se expone
que el automóvil presentaba en el lugar del hecho rayones de reciente data. Agrega que
ello coincide con lo declarado tanto por la víctima como por el imputado y los testigos
sobre la maniobra realizada.
La Fiscalía añade que si bien el imputado declaró que colocó la
luz de giro, es muestra clara de su total imprudencia en el manejo, ya que revela que el
mismo calculó erróneamente el espacio que tenía para efectuar dicho giro a la derecha,
cerrándole el paso e impactando a la ciclista con el lateral trasero derecho.
Sostiene que debió -sobre todo teniendo en cuenta que
perfectamente había advertido a la ciclista- no sólo cerciorarse que nadie avanzara
sobre el área de circulación que iba momentáneamente a obstruir, sino que debió
permitir que prioritariamente avanzara la ciclista que circulaba a su derecha y recién
entonces, teniendo libre y expedito el paso, efectuar la maniobra de giro hacia su
derecha.
Por todo lo expuesto, el Dr. Palmolelli solicita se rechacen los
agravios de la Defensa de P. B. y se confirme el fallo apelado en todas sus partes.
3) Al expresar agravios, el Sr. Fiscal de Cámaras, Dr. Fernando
Palmolelli, manifiesta su discon-formidad con el criterio adoptado por el A-quo al no
haber condenado con pena de inhabilitación conjunta con la de prisión de ejecución
condicional al imputado de autos.
Afirma que las razones que invoca la Sentenciante se apartan del
expreso sentido de la ley, a la hay que recurrir en forma primigenia. Cita
jurisprudencia. Que ni se trata de no aplicar una inhabilitación especial para conducir a
un procesado que abrió la puerta de su vehículo estacionado sin haber prestado
atención a la circulación del motociclista, sino que se trata de inhabilitar a un procesado
que al conducir produjo un resultado disvalioso. Agrega, que la decisión de la A-quo
dejó carente de todo tipo de retribución penal al imputado, ya que lo condenó a una
pena de prisión de ejecución condicional y no aplicó la inhabilitación.
Solicita en definitiva, se revoque el fallo impugnado en cuanto
deja sin efecto la imposición de pena de inhabilitación para conducir.
4) El Dr. Horacio Vitali, por la Defensa de P. A. B., contesta el
planteo formulado por el Sr. Fiscal de Cámaras diciendo que el mismo luce carente de
argumento esencial para revertir lo decidido por la A-quo.
Alega que la decisión tomada por la Dra. Herrera se basa en
circunstancias fácticas y fundamentos jurídicos de significación. En tal sentido explica
que dicha Magistrada tuvo en cuenta que B. utiliza el vehículo para procurarse el
sustento diario propio y de su familia; además de su impresión personal y la carencia
de antecedentes en la audiencia de visu y demás pautas de mensuración establecidas
por los arts. 40 y 41 del Código Penal.
Señala que el representante del Ministerio Público Fiscal no ha
revertido suficientemente el criterio sustentado por la A-quo en su sentencia y en
síntesis, corresponde rechazar los agravios planteados por el Dr. Palmolelli y
oportunamente, absolver de culpa y cargo a su pupilo. Así lo solicita.
II) Corresponde en las presentes actuaciones resolver el recurso
de apelación interpuesto por el Dr. Horacio Nazareno Vitali-defensor de P. A. B.- contra
la sentencia n° 131, dictada en fecha 17 de Marzo de 2011 por la Dra. Cristina Noemí
Herrera –Jueza en lo Penal Correccional de Melincue, subrogante- mediante la cual el
imputado de anterior mención fue condenado, como autor penalmente responsable del
delito de Lesiones Culposas (Art. 94 CP) a una pena de seis meses de prisión de
ejecución condicional y las costas del proceso (Arts. 5, 40, 41, 45, 94, 26 y 29 inc. 3° todos
del Código Penal) y el recurso de apelación interpuesto por el Ministerio Público Fiscal,
centrando sus agravios en la no imposición de pena de inhabilitación al condenado.
A los fines de facilitar la lectura del presente voto primeramente
serán tratados los agravios de la defensa y luego los del Ministerio Público Fiscal.
AGRAVIOS DE LA DEFENSA
Examinando los agravios vertidos por el Dr. Vitali -quien solicita
se absuelva a su pupilo en orden a los hechos por los cuales se lo sometiera a proceso,
para lo cual pone en duda la entidad de las lesiones padecidas por la víctima y dice que
la misma actuó impulsada por un afán de lucro, para finalizar cuestionando lo
declarado por las personas que atestiguaron en autos- a la luz de los elementos
probatorios recogidos durante la etapa instructoria, criterios evaluatorios del delito
imprudente y réplica del actor penal de alzada -afirma que el imputado llevó a cabo
una maniobra de riesgo (giró a la derecha habiendo observado que en igual sentido y
cerca de su vehículo circulaba la víctima en bicicleta) sin haber esperado que quedara
libre y expedito el lugar por el que iba a doblar- considero que los mismos no logran
conmover el juicio de autoría y responsabilidad penal imprudente contenidos en la
sentencia apelada, la que debe ser confirmada (salvo en lo que respecta a la pena
impuesta, tal como se verá más adelante) por las siguientes razones:
Examinando el planteo recursivo de la defensa, que fuera
precedentemente reseñado, considero que la sentenciante realizó una correcta
ponderación de los elementos probatorios obrantes en autos, a través de los cuales
fundó el juicio de materialidad, autoría y responsabilidad penal del sometido a proceso,
cuya conducta vehicular evidentemente no se adecuó al rol que debía cumplir,
aumentando indebidamente el riesgo permitido en el desarrollo de tales actividades,
resultando por lo tanto la misma violatoria del deber de cuidado y explicativa del
resultado lesivo acaecido.
A la conclusión precedente arribo tras considerar que los
elementos probatorios recogidos durante la etapa instructoria permiten inferir que B.
marchaba con su Gacel por calle Jujuy, superando la línea de circulación de la víctima
-quien lo hacía en un birodado y avanzaba al lado del cordón, por la derecha- para
posteriormente doblar sin adoptar mayores precauciones en igual sentido, es decir a la
derecha, ocasión en la que toca con la parte de atrás del auto a la ciclista, quien pierde el
equilibrio y cae sufriendo lesiones óseas en codo y muñeca.
Tal secuencia fáctica no sólo puede reconstruirse a partir de los
dichos de la damnificada, sino también de lo declarado por Leonardo Ustares (fojas 48)
quien venía en bicicleta detrás de Fidela Nuñez y relata con amplios detalles los
momentos previos y concomitantes al accidente -en tal sentido dice que el auto se
mandó como venía, sin poner guiñada, ni nada- y la posterior caída de la ciclista.
Si bien el defensor cuestiona fuertemente a dicho testigo, cierto es
que no surge de autos ningún elemento, siquiera a título indiciario, que permita dudar
de tal testimonio, máxime que la línea de ataque de la defensa respecto al resto de los
testigos (dice que fueron reclutados por la damnificada, lo cual per se no está prohibido
ni les resta credibilidad) pierde consistencia a poco de que se advierte que sólo uno de
ellos observó íntegramente como ocurrieron los hechos, mientras que el resto aporta
datos no presenciales, sino inmediatamente posteriores, lo cual impide suponer que
todos ellos hayan sido aleccionados para que falsearan sus dichos en perjuicio del
imputado.
Por otra parte las referidas versiones aportadas por Nuñez y
Ustares resultan plenamente compatibles con el acta de inspección ocular, croquis
demostrativo del lugar del hecho y fotografías incorporadas al proceso, pudiendo
apreciarse que la bicicleta se encuentra caída justo en la esquina, mientras que el auto se
ubica un poco más adelante, coincidiendo todo ello con el modo como aconteció el
accidente, conforme a lo declarado por los prenombrados.
Además de ello también resulta un indicio importante, que
permite inferir que el accionar conductivo de B. resultó desatento, el testimonio
prestado por María Cristina Hernández (fojas 39) quien vive a mitad de cuadra del
lugar donde acontecieron los hechos y expresó que si bien no vio el accidente, sí
escuchó que el conductor del auto decía que no había visto a la ciclista.
En lo que atañe al cuestionamiento ligado a que del informe
obrante a fojas 12 no surgen daños en el vehículo, considero –como certeramente
apuntó la Fiscalía de Cámaras- que tal extremo se encuentra fehacientemente
acreditado a partir de la constancia inserta en el acta de fojas 5, detallando los
funcionarios policiales actuantes que el auto presentaba rayones recientes en el
guardabarros trasero derecho.
Finalmente y en lo que respecta a la entidad de las lesiones
padecidas por Fidela Nuñez -también objeto de cuestionamiento por parte de la
Defensa- entiendo que tal extremo surge palmariamente del informe médico glosado a
fojas 8 y de las constancias médicas agregadas en fotocopia a fojas 32/34.
Por todo lo expuesto, habiéndose delimitado razonablemente en
el fallo apelado como ocurrieron los hechos, considero que pudo haberse evitado el
resultado si el encausado hubiese marchado con mayor atención y cuidado, debiendo
haber esperado que el sector que iba a ocupar su vehículo en la maniobra de giro
estuviese despejado y recién en ese momento efectuar la misma, todo lo cual derivó en
un incremento indebido del riesgo permitido, por lo que la responsabilidad penal de B.,
en orden al delito imprudente por el cual resultara condenado, se encuentra
plenamente acreditada.
En orden a la pena de prisión impuesta, no obstante no haber
planteo subsidiario al respecto -ya que la Defensa directamente solicita se revoque la
sentencia condenatoria y se disponga la absolución de su pupilo- considero más
adecuado sustituir la pena de prisión establecida en la sentencia por una de multa, la
que se fija en la suma de 1000 $ (mil pesos), por resultar la misma más ajustada al tipo
de hecho generador de la condena, además de no proyectar antecedentes en los
términos de los arts. 26, 27 y 51, todos del Código Penal.
AGRAVIOS DEL MINISTERIO PUBLICO FISCAL
En lo que se refiere a la no imposición de la pena de inhabilitación
especial para conducir automotores -fracción del pronunciamiento impugnado por el
actor penal- entiendo, sin necesidad de ingresar al análisis acerca de si procede, y en su
caso bajo que circunstancias, aplicar una pena por debajo del mínimo legal o
directamente desestimar tal sanción punitiva conjunta, tal como se verifica en la
presente causa, que las razones esgrimidas por la magistrada respecto a la
desproporcionalidad o inequidad de tal sanción punitiva no se compadecen con las
constancias de autos, en el que no se verifica morosidad en el trámite, ni tampoco que
la imposibilidad de conducir le genere daños irreversibles al condenado, máxime que el
trabajo que mencionó en la audiencia de visu parece haberlo realizado desde no hace
mucho tiempo -toda vez que al inicio de la causa había expresado ser carpintero- y
además puede ser compartido con otra persona, quien podría oficiar de conductor
vehicular por un lapso de pocos meses, tras lo cual el agente podrá requerir la
pertinente rehabilitación. (art. 20 ter, CP).
En función de ello considero que debe revocarse la parte del fallo
que establece la no aplicación de pena de inhabilitación, imponiendo para el imputado
en su lugar una pena de Un año de inhabilitación especial para conducir automotores.
(arts. 20 y 94 CP).
Por todo lo argumentado y doctrina citada propongo confirmar
parcialmente la sentencia que condenó a P. A. B., sustituyendo la pena de prisión por la
de 1.000 $ (mil pesos) de multa e imponiendo conjuntamente la de inhabilitación
especial para conducir automotores por el término de 12 meses.
A la misma cuestión planteada, el Dr. Vidal, expresó:
Comparto totalmente las expresiones formuladas por el Vocal
preopinante.
A la misma cuestión, el Dr. López, manifestó:
Habiendo dos votos concordantes, me abstengo de votar.A la segunda cuestión planteada, el Dr. Orso, expresó:
Por el resultado del Acuerdo que antecede, propongo confirmar
parcialmente la sentencia apelada en cuanto a la declaración de responsabilidad penal
culposa de P. A. B., demás datos de identidad en autos señalados, sustituyendo la pena
de inhabilitación impuesta en primera instancia por la de multa, la que se fija en 1.000 $
(mil pesos) e imponiendo conjuntamente la de inhabilitación especial para conducir
automotores, por el término de doce meses. (arts. 20 y 94 CP).
A la misma cuestión planteada, el Dr. Vidal, expresó:
Adhiero específicamente a las conclusiones a que arribó el Vocal
preopinante, votando en el mismo sentido.
A la misma cuestión, el Dr. López, manifestó:
Habiendo dos votos concordantes, me abstengo de votar.En definitiva, leídas que han sido las partes, la Cámara de
Apelación en lo Penal RESUELVE: 1) Confirmar parcialmente la sentencia apelada en
cuanto a la declaración de responsabilidad penal culposa de P. A. B., sustituyendo la
pena de inhabilitación impuesta en primera instancia por la de multa, la que se fija en
1.000 $ (mil pesos) e imponiendo conjuntamente la de inhabilitación especial para
conducir automotores, por el término de doce meses. (arts. 20 y 94 CP). 2) Regular los
honorarios profesionales del Dr. Horacio Vitali, en el 50% de los que les fueren
regulados en Primera Instancia.
Insértese, hágase saber y bajen.
Fdo. Dres. Tomás Gabriel Orso, Fernando Vidal y Héctor Matías López
L.O.P.J.): Vocales y Dr. Sergio Fenice: Secretario.ES COPIA.-
(Art. 26,
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