Imperio Antiguo. HISTORIA: Es el período de la historia que duró entre c. 2700 a 2200 a. C. El Imperio Antiguo forjó y consolidó el sistema político, cultural y religioso surgido durante el periodo protodinástico, con la aparición de una monarquía cuyos rasgos más notables son la divinización absoluta del faraón y un poder político fuertemente centralizado. MEDIO GEOGRÁFICO: Egipto está situado en el norte de Àfrica, y su característica principal es que está rodeado de desiertos. Esto hace que el Nilo tenga gran importancia este domina toda la vida de Egipto. El Nilo domina la economía y la política con sus crecidas. La fuerza del Faraón estriba en sus capacidades para organizar las grandes obras de canalización y contención de las crecidas del Nilo. SOCIEDAD: La sociedad egipcia se presenta como enormemente jerarquizada y con elevados grados de dependencia, entre el extremo más alto, el del faraón, hasta el más bajo, los esclavos. Incluso se llega a decir que la sociedad egipcia se dividió en dos clases: el faraón y el resto, ya que todo el resto personas, bienes, tierras, le pertenecía, al ser la encarnación de los dioses en la tierra y el señor del alto y bajo Egipto. Pero entre los dos extremos que hemos citado más arriba, existían otras muchas consideraciones: desde los altos funcionarios, verdaderos “faraones” del territorio sobre el que gobernaban, hasta artesanos y campesinos que pagaban sus impuesto y gozaban de una cierta independencia e incluso de bonanza si la economía atravesaba una de sus etapas de expansión. ADMINISTRACIÓN: un territorio de enromes dimensiones debía estar rígidamente centralizado a través de una red de funcionarios que se encargarán de procurar que se mantuviera unido, tanto a nivel económico como social. Los visires eran los más altos funcionarios, uno vivía en el norte, en Heliópolis, y otro en el Sur. Por debajo de ellos, una red de gobernadores de nomos y condes. Además existían otros que cumplían las funciones de mensajeros, y se encargaban de mantener la cohesión con el resto de nomos. Los funcionarios vigilaban y recaudaban la hacienda pública, eran una clase privilegiada. LA RELIGIÓN: Los dioses del Antiguo Egipto presentan formas muy complejas y extrañas, mitad animales, mitad humanas. Muchos de los dioses egipcios representaban las fuerzas poderosas del mundo natural. La prosperidad de Egipto dependía de la diaria reaparición del sol y de la inundación anual del río. También el faraón era a veces considerado como un dios y a él dirigían sus miradas. La monarquía divina constituía el centro dinámico unificador del Egipto antiguo. Se atribuía al dios solar el haber sido el primer monarca en los tiempos primitivos, y el faraón era su hijo, su imagen y su encarnación física. Por sus títulos formales el faraón era el compendio vivo de cuanto de divino había en el Valle del Nilo, y en su personalidad compleja abarcaba los atributos de todos los dioses en él encarnados. En teoría, era él el sacerdote de cada templo y cada dios, aunque en la práctica se viese obligado a delegar sus funciones sacerdotales en los miembros del clero local, que en calidad de vicarios suyos oficiaban en su nombre y personificaban a los dioses en las diversas ceremonias. También los animales constituyen un aspecto interesante de la religión egipcia, aspecto que variaba según el lugar y el tiempo. En algunos casos, todos los animales de una determinada especie fueron considerados sagrados y fueron momificados y sepultados en grandes monumentos: babuinos, cocodrilos, ibis e incluso gatos y perros. En otros casos un animal particular era elegido como encarnación de un dios. PRÁCTICAS FUNERARIAS: La mayor parte de nuestros conocimientos sobre la religión, durante el Imperio Antiguo, se ha sacado de los llamados textos de las pirámides. Estos textos constituyen una colección de formulas destinadas a procurar al muerto la forma de resolver todas las dificultades que pudiera encontrar en el más allá. El otro aspecto, que posiblemente constituye lo más característico de las creencias egipcias, es la religión funeraria. Parece que los egipcios creyeron siempre en la otra vida. Esa idea atravesó diversas etapas. Primero se pensó que el rey pasaba su vida de ultratumba junto a Re, el dios sol, recorriendo diariamente el cielo con él. Pronto, sin embargo, su futuro quedó vinculado al dios Osiris, y cada rey, al morir, se identificaba con él. Este privilegio se fue extendiendo gradualmente, primero a los nobles y luego a todas las clases, de manera que todo hombre al morir se identificaba en cierto modo con Osiris. Una buena conducta aseguraba un tránsito seguro al más allá. Hay muchas representaciones de escenas de este juicio, en las que el corazón del difunto es pesado en una balanza, teniendo como contrapeso una pluma que representa la verdad. El resultado era consignado por Thot, el escriba de los dioses, en presencia de Osiris, y los que no daban el peso eran destruidos para siempre. Los egipcios sabían naturalmente que el cuerpo del difunto permanecía en este mundo y que era el espíritu del muerto el que se iba al más allá. ARTE: Una de las características del Antiguo Egipto es su singular arte, con obras monumentales que generalmente tenían carácter simbólico simple. Aunque el concepto de Arte es moderno, es perfectamente utilizable en la arquitectura, escultura, pintura y joyería egipcias, siendo muchas de sus realizaciones auténticas obras de arte y no simples trabajos de artesanía. Gracias al seco clima de Egipto y a ser enterradas por la arena del desierto (o por sus propietarios, para gozar de ellas en la "otra vida") nos han llegado en aceptable estado de conservación multitud de auténticas obras de arte, a pesar de la utilización de los monumentos como canteras, las guerras o los innumerables saqueos de tumbas y templos. Imperio Nuevo. HISTORIA: Con el nombre de Imperio Nuevo se conoce al periodo histórico que comienza con la reunificación de Egipto (c. 1550 a. C.) y que termina hacia el 1070 a. C. con la llegada al trono de los soberanos de origen libio. Si algo caracteriza el Nuevo Imperio es el ejército y sus campañas militares. En ese sentido, todos los faraones continuaron las conquistas asiáticas iniciadas por Amosis I y formaron una milicia combativa y experta, dejando atrás aquellos “rejuntes” de personas que pudiesen acudir a las batallas. MEDIO GEOGRÁFICO: Egipto está situado en el norte de África, y su característica principal es que está rodeado de desiertos. Esto hace que el Nilo tenga gran importancia este domina toda la vida de Egipto. El Nilo domina la economía y la política con sus crecidas. La fuerza del Faraón estriba en sus capacidades para organizar las grandes obras de canalización y contención de las crecidas del Nilo. SOCIEDAD: La sociedad egipcia se presenta como enormemente jerarquizada y con elevados grados de dependencia, entre el extremo más alto, el del faraón, hasta el más bajo, los esclavos. Incluso se llega a decir que la sociedad egipcia se dividió en dos clases: el faraón y el resto, ya que todo el resto personas, bienes, tierras, le pertenecía, al ser la encarnación de los dioses en la tierra y el señor del alto y bajo Egipto. Pero entre los dos extremos que hemos citado más arriba, existían otras muchas consideraciones: desde los altos funcionarios, verdaderos “faraones” del territorio sobre el que gobernaban, hasta artesanos y campesinos que pagaban sus impuesto y gozaban de una cierta independencia e incluso de bonanza si la economía atravesaba una de sus etapas de expansión. ADMINISTRACIÓN: Un territorio de enromes dimensiones debía estar rígidamente centralizado a través de una red de funcionarios que se encargarán de procurar que se mantuviera unido, tanto a nivel económico como social. Los visires eran los más altos funcionarios, uno vivía en el norte, en Heliópolis, y otro en el Sur. Por debajo de ellos, una red de gobernadores de nomos y condes. Además existían otros que cumplían las funciones de mensajeros, y se encargaban de mantener la cohesión con el resto de nomos. Los funcionarios vigilaban y recaudaban la hacienda pública, eran una clase privilegiada. RELIGIÓN Y PRÁCTICAS FUNERÁRIAS: No pocas obras referentes al Egipto Antiguo dedican sus mayores esfuerzos a la descripción de creencias religiosas vinculadas al culto de los muertos, a la arquitectura funeraria, las técnicas de momificación o la literatura relacionada con el Más Allá y el Juicio de las Almas. Es básicamente entonces, una cuestión de: conservación de ciertos rasgos en detrimento de otros, prácticas funerarias fundamentadas por creencias religiosas -religiosidad que impregnaba cada aspecto de la existencia egipcia- y un problema de desconocimiento de nuevos datos. En el presente trabajo pretendemos evidenciar la cotidianeidad de lo funerario (hechos del Más Acá) sin olvidar los fundamentos religiosos básicos en que se apoyaban los cultos y prácticas funerarias en el Antiguo Egipto (creencias en el Más Allá). Básicamente hemos elegido para lograr este objetivo cuatro vías explicativas, de manera que podamos acceder a una visión integral del tema: la estructura y evolución de los hipogeos reales así como de las tumbas de los funcionarios y particulares, con especial atención a los motivos decorativos contenidos en las pinturas de estas últimas por contraste con las primeras. El destino que corrió la necrópolis a manos de los profanadores, poniendo en evidencia la falibilidad de las tumbas rupestres y del propio poderío de la realeza sobre los funcionarios del Estado, especialmente en algunos períodos de la historia egipcia. - valorar la nueva información procedente del análisis de la momias reales, como vía de acceso al conocimiento de las enfermedades que afectaban al hombre egipcio y, asimismo, como forma de mostrar una imagen del faraón distinta de la que los cánones artístico-religiosos del Antiguo Egipto se encargaron de transmitir. ARTE: Durante el Imperio Nuevo las artes decorativas, al igual que la pintura y la escultura, alcanzan las más elevadas cotas de perfección y belleza. Los objetos de uso cotidiano utilizados por la corte real y la nobleza fueron exquisitamente diseñados y elaborados con gran destreza técnica. No hay mejor ejemplo para ilustrar esta afirmación que el ajuar funerario de la tumba (descubierta en 1922) de Tut Anj Amón, donde con ricos materiales —alabastro, ébano, oro, marfil y piedras semipreciosas— se crearon múltiples objetos de consumada habilidad artística. La cerámica del Imperio Nuevo ofrece también este mismo gusto decorativo, con sus superficies frecuentemente pintadas con motivos vegetales. En esta época se produce el apogeo del vidrio, técnica en la que los artesanos mostraron una gran originalidad. En general, y de acuerdo con los restos conservados, se puede decir que los egipcios de esta época encontraron un particular deleite en la riqueza ornamental y en los vivos colores de las pinturas y artes decorativas.