A.y S. t. 230 p.199-203 - Poder Judicial de la Provincia de Santa

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Reg.: A y S t 230 p 199-203.
En la ciudad de Santa Fe, a los dieciocho días del mes de febrero del año dos mil nueve
se reunieron en acuerdo los señores Ministros de la Corte Suprema de Justicia de la Provincia,
doctores Daniel Aníbal Erbetta, María Angélica Gastaldi y Rafael Francisco Gutiérrez con la
Presidencia del señor Ministro decano doctor Eduardo Guillermo Spuler a los efectos de dictar
sentencia en los autos caratulados "CHEMES, Oscar Mario contra GONZÁLEZ, Mirta Beatriz y/u
otros -Daños y Perjuicios- Recurso Directo- sobre RECURSO DE INCONSTITUCIONALIDAD”
(Expte. C.S.J. nro. 208, año 2008). Se resolvió someter a decisión las siguientes cuestiones:
PRIMERA: ¿es admisible el recurso interpuesto?; SEGUNDA: en su caso, ¿es procedente?; y
TERCERA: en consecuencia, ¿qué resolución corresponde dictar?. Asimismo, se emitieron los
votos en el orden que realizaron el estudio de la causa, o sea, doctores Spuler, Gutiérrez, Gastaldi
y Erbetta.
A la primera cuestión -¿es admisible el recurso interpuesto?- el señor Ministro decano
doctor Spuler dijo:
1. Surge de las constancias de autos que mediante pronunciamiento de fecha 12 de
junio de 2007 el Tribunal Colegiado de Responsabilidad Extracontractual número 4 de esta ciudad
resolvió hacer lugar a la demanda con costas a la demandada, como así también a la declinación
en garantía planteada por “San Cristóbal Sociedad Mutual de Seguros Generales”, con costas a la
parte actora quien la citó en garantía al proceso.
Contra dicho pronunciamiento interpuso la demandante recurso de apelación
extraordinaria -sólo en lo que concierne a la condena en costas a su parte por haber citado en
garantía a la aseguradora- (fs. 10/13 vto.), el que fue denegado mediante decisorio de fecha 7 de
agosto de 2007(fs. 14/16), lo que motivó la presentación directa ante la Sala por parte del
impungante (fs. 17/19 vto.).
Mediante pronunciamiento de fecha 22 de noviembre de 2007 la Sala resolvió
desestimar la queja por entender que fue bien denegado el recurso de apelación extraordinaria
manifestando que comparte “...la improcedencia del recurso que nos ocupa contra la decisión que
determina la proporción en que se cargan las costas...”.
2. Dicho decisorio es atacado por el actor a través del recurso de inconstitucionalidad
previsto en la ley 7055.
Manifiesta que el Tribunal rechaza el recurso directo por tratarse la carga de las
costas de una facultad discrecional del juez y porque lo accesorio sigue la suerte de lo principal.
Destaca en relación a este último punto que estamos en presencia de un argumento
aparente, dado que carece de sentido apelar la cuestión de fondo toda vez que claramente ha
quedado demostrado en el juicio que la Compañía de Seguros tenía razón suficiente para que
fuese declinada su responsabilidad. Expresa que el tema no es accesorio y sujeto a principio de
vencimiento como se dice en los fallos que sucesivamente lo agravian, sino que el juzgador ha
equivocado el fundamento jurídico de la aplicación de las costas. Ello así, pues si bien quedó
acreditado en juicio que el asegurado no había dado cumplimiento al pago de los premios, esto,
como resultado de la prueba rendida en juicio, fue materia ajena a la responsabilidad del actor.
Agrega que su parte agotó todas las posibilidades para saber a quién demandar, y las
conductas negligente de la aseguradora y culpable del asegurado dieron como resultado la
citación a juicio.
Aclara que le imputa negligencia a la aseguradora porque se hizo un reclamo
administrativo, acreditado en autos, para que se reconociera el siniestro y se pagara antes de
intentar la acción judicial, siendo ignorado por ésta, la que nunca lo contestó. Sin embargo -siguióse demostró que como fruto de dicho reclamo la aseguradora rechazó la posibilidad del pago del
siniestro por vía postal al asegurado, lo que importa un proceder que si noes negligente es doloso.
Por otra parte, señala que la conducta del asegurado es contraria a derecho. En primer
lugar dice estar asegurado y da los datos para que se pueda ejercitar el reclamo a sabiendas de
que no había pagado la cobertura. Luego, es notificado de que su parte ha reclamado y le
contestan que no han de cubrir el siniestro, pese a lo cual, al contestar la demanda nada dice para
alertar su parte, lo que configura mala fe.
A su entender, estando acreditado en autos los hechos señalados, aplicar el principio
de vencimiento a quién no tenía posibilidad de conocer la relación jurídica interna de asegurador y
asegurado es arbitrario, ya que fue recién en la audiencia de vista de causa que se tuvo
conocimiento de la real situación, por lo que el principio aplicable ha sido utilizado contra legem,
cuando debió aplicarse la norma que carga con las costas a quién dio motivo a la reclamación.
Sostiene que la conducta de las partes es un parámetro definitorio para el juez, y en el
caso, tanto el demandado como la citada en garantía han violando las normas de la buena fe,
haciendo a su parte partícipe de actos y omisiones propios de un contrato en el cual es un tercero
absoluto.
Critica que la Sala emite su opinión en el sentido de compartir lo resuelto por el Tribunal
a quo, pero sin refutar los argumentos vertidos por su parte, ni siquiera comentarlos. Por ende, a
su entender, algo está faltando en la fundamentación del fallo ya que la opinión no es fundamento
y si compartía los argumentos del A quo, para mantener la negativa debió, al menos, señalar los
errores de los argumentos contrarios, ya que al no hacerlo la causa de elección queda
desconocida.
Respecto de la condena en costas dice que participa del criterio según el cual si bien
las costas son un accesorio de la materia principal, ello no implica en modo alguno que si una
parte resulta vencedora en lo sustancial y vencida en costas, esté inhibida de apelar este último
rubro. Añade que aunque el sistema de distribución de costas instrumentado por nuestro código
procesal local es “objetivo” (costas al vencido) múltiples soluciones pretorianas, que constituyen ya
doctrina judicial recibida, han morigerado sus consecuencias.
A su vez, señala en el recurso denegado un paralelismo de la declinación de la citación
en garantía con la declaratoria de pobreza, en cuanto a que en ambos hay hechos de
demostración necesaria y por ello debió aplicarse el principio de “quien dio lugar a” (art. 251, inc.
2, analógico del C.P.C.), en lugar del de vencimiento.
También puntualiza que nada dice el Tribunal en el fallo atacado de la omisión de
considerar prueba decisiva señalada en el recurso, la que -de haber sido evaluada- hubiera
cambiado el resultado de lo decidido en cuanto es materia de agravio. Al respecto manifiesta que
el reclamo efectuado por su parte a la aseguradora no fue contestado por ésta no dejándole otro
camino que citarla en garantía, de allí que a su entender corresponde aplicar el principio de “quien
dio lugar a” por cuanto, como era lo más lógico, la consecuencia de la omisión fue la citación en
garantía.
Por último, aduce que un razonamiento erróneo configura arbitrariedad, tal como ha
sucedido en el caso.
Evacuado que fuera el traslado (f.51 y fs. 55/56 vto.) mediante pronunciamiento de
fecha 19 de mayo de 2008, la Sala concedió el recurso de inconstitucionalidad interpuesto (f.
58/60 vto.) por entender que, en el caso, se configura un supuesto de excepción-dadas las
particulares circunstancias que invoca el recurrente y surgen de autos- que justifican la apertura de
la instancia extraordinaria.
3. El examen de admisibilidad que prescribe el artículo 11 de la ley 7055, efectuado con
los autos principales, me conduce a ratificar el criterio sustentado por la Alzada en oportunidad de
conceder el recurso extraordinario, de conformidad con lo dictaminado por el señor Procurador
General (fs. 66/67), por considerar que los planteos recursivos ostentan entidad constitucional y
resultan idóneos para franquear el acceso a esta instancia de excepción.
Voto, pues, por la afirmativa.
A la misma cuestión los señores Ministros doctores Gutiérrez, Gastaldi y Erbetta
expresaron idénticos fundamentos a los expuestos por el señor Ministro decano doctor Spuler y
votaron en igual sentido.
A la segunda cuestión -en su caso, ¿es procedente?- el señor Ministro decano doctor
Spuler dijo:
Liminarmente, cabe recordar que si bien es cierto que la materia de costas no es, en
principio, susceptible de impugnación con alcance constitucional según criterio reiteradamente
expuesto por esta Corte ( A. y S., T. 44, pág. 349; T. 47, pág. 355; T. 81, pág. 273; T. 111, pág.
392, entre muchos otros); y que la Corte Suprema de Justicia de la Nación, sobre este tópico,
tiene dicho que la cuestión de costas implica una materia procesal, de hecho y de derecho no
federal, accesoria, extraña al fin para el cual ha sido instituida la instancia extraordinaria..."
(Fallos:240:28), y que lo atinente a la imposición de las costas en las instancias ordinarias es una
cuestión fáctica y procesal, propia de los jueces de la causa y ajena, en principio, al remedio
contemplado en el artículo 14 de la ley 48 (Fallos:308:1076); también lo es, que dicha regla no es
absoluta, dado que ambos Tribunales han afirmado que reconoce excepción en aquellos casos en
que tal aspecto procesal ha sido resuelto con manifiesta arbitrariedad (ver Fallos 326:3444;
307:1296; 305;1835; A. y S. T. 128, pág. 485; T. 180, pág. 462; T. 207 pág. 464-468, por todos).
Tal como sucede, a mi entender, en el caso de autos, por cuanto el Tribunal A quo no satisface
con su fundamentación la motivación suficiente exigida por el artículo 95 de la Constitución
provincial, lo que torna descalificable su pronunciamiento en esta instancia excepcional.
En efecto, surge de las constancias de la causa que el accionante interpuso recurso de
apelación extraordinaria parcial contra la imposición de costas a su parte por haberse hecho lugar
a la declinación de la citación en garantía de la aseguradora, con sustento en que fue el actor
quien la citó al proceso. Planteó el impugnante -en esencia- que no correspondía que su parte
cargue con dichas costas por cuanto fue obligado a litigar, dado la omisión de respuesta oportuna
de la citada en garantía a su reclamo -por un lado- y -por otro- debido a la conducta del
asegurado, quien le dio los datos de la compañía al producirse el accidente, pero nada dijo al
contestar la demanda respecto de la caída de la cobertura por falta de pago. Invocó omisión de
considerar prueba esencial, argumentos contradictorios, afirmaciones dogmáticas y fundamento
aparente.
Denegada su concesión, ocurrió en queja ante la Sala, quien desestimó el recurso
directo manifestado “que comparte ...lo expuesto en cuanto a la improcedencia del recurso que
nos ocupa contra la decisión que determina la proporción en que se cargan las costas, tanto por
ser ello facultad discrecional de los jueces y según aplicación del principio que lo accesorio sigue
la suerte de lo principal, lo que se patentiza más aún en el presente donde se parcializa la
discrepancia no cuestionándose lo resuelto respecto de lo principal. Que por lo hasta aquí vertido,
en razón de considerar ajustada a derecho la decisión desestimatoria del recurso del Recurso de
Apelación Extraordinaria y, por ser tarea de este Tribunal en base a las críticas contra ella
ensayadas decidir si la apelación interpuesta...ha sido bien o mal denegada, sin introducirse en la
justicia de la decisión contra la cual se denegó habilitar la instancia de grado, limitándose su
intervención a tal análisis, justificándose única y excepcionalmente la apertura de esta instancia de
encontrarse prima facie configuradas las causales invocadas para intentarlo, supuesto que
claramente no se da en autos”.
Este último pronunciamiento es el que se ataca a través del recurso de
inconstitucionalidad. Y, como puede apreciarse, su sola lectura, en confrontación con los agravios
esgrimidos, revela que asiste razón al recurrente en cuanto postula que la decisión de la Sala no
satisface adecuadamente el derecho a la jurisdicción que le asiste.
Ello así, pues carece de sustento lo afirmado en cuanto a la improcedencia del recurso
de apelación extraordinaria contra la decisión que determina la proporción en que se cargan las
costas, pues si bien en principio es una cuestión propia de los jueces de la causa, como se
señalara ut supra, ello no impide que si fue resuelta la distribución o imposición con arbitrariedad
sea revisable a través de la vía prevista por el artículo 42 de la ley 10.160, paso previo -no está
demás aclarar- a la deducción, en su caso, del recurso de inconstitucionalidad local. Como así
tampoco resulta un impedimento a ello, que el recurso se deduzca sólo contra lo resuelto en
materia de costas, pues como reiteradamente ha señalado esta Corte, su impugnación puede
efectuarse de manera autónoma si la arbitrariedad en lo decidido, y por consiguiente el agravio,
refiere sólo a ese tópico (Cfr. A. y S. T. 42, pág. 411; T. 192, pág. 470; T. 204, pág. 237, entre
muchos otros), por lo que en relación a este argumento el fallo atacado resulta descalificable.
Por otra parte, también resulta arbitraria la sentencia recurrida en cuanto los
sentenciantes sólo efectuaron un relato de los agravios del quejoso, más sin tratarlos
expresamente, aún cuando se han formulado planteos serios que merecían por ello una
consideración expresa por parte de la Sala, a la luz de las particulares circunstancias de la causa,
y al margen de la respuesta final que pudiera brindarse en relación a ellos, a efectos de no afectar
la garantía de fundamentación suficiente consagrada por nuestra Carta Magna local. Por eso, lo
afirmado por los juzgadores en cuanto a que prima facie no se encuentran configuradas las
causales invocadas para lograr la apertura de la instancia de excepción queda como una
fundamentación dogmática e insuficiente, que solo puede brindar sustento aparente a lo decidido.
Por las razones expuestas, el pronunciamiento recurrido no ha dado una respuesta que
satisfaga adecuadamente el derecho a la jurisdicción del compareciente, debiendo ser anulado.
Voto, pues, por la afirmativa.
A la misma cuestión, los señores Ministros doctores Gutiérrez, Gastaldi y Erbetta
expresaron idénticos fundamentos a los expuestos por el señor Ministro decano doctor Spuler y
votaron en igual sentido.
A la tercera cuestión -en consecuencia, ¿qué resolución corresponde dictar?-el señor
Ministro decano doctor Spuler dijo:
Atento el resultado obtenido al tratar la cuestión anterior, corresponde declarar
procedente el recurso interpuesto y, en consecuencia, anular la sentencia impugnada en lo que
fue materia de agravio, con costas al vencido (art. 12, ley 7.055). Disponer la remisión de los autos
al Tribunal que corresponda a fin de que dicte nuevo pronunciamiento.
Así voto.
A la misma cuestión, los señores Ministros doctores Gutiérrez, Gastaldi y Erbetta dijeron
que la resolución que se debía adoptar era la propuesta por el señor Ministro decano doctor Spuler
y así votaron.
En mérito del acuerdo que antecede, la Corte Suprema de Justicia de la Provincia
RESOLVIÓ: Declarar procedente el recurso interpuesto y, en consecuencia, anular la sentencia
impugnada en lo que fue materia de agravio, con costas al vencido. Disponer la remisión de los
autos al Tribunal que corresponda a fin de que dicte nuevo pronunciamiento.
Registrarlo y hacerlo saber.
Con lo que concluyó el acto firmando el señor Ministro decano y los señores Ministros
por ante mí, doy fe.
Fdo.: SPULER-ERBETTA-GASTALDI-GUTIÉRREZ- Fernández Riestra (Secretaria)
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