Resolución Defensorial Nº 7: Situación de los Defensores

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Resolución Defensorial No 007
Sobre los defensores de derechos humanos en Barrancabermeja
Bogotá, marzo 7 de 2001
VISTOS:
La comunicación enviada por las Brigadas Internacionales de Paz
a los miembros del Cuerpo Diplomático acreditado en Colombia, la
cual hace referencia a las amenazas y hostigamientos contra
miembros de ese Organismo Internacional y la Organización
Femenina Popular -OFP-, en la ciudad de Barrancabermeja,
Santander, al parecer por parte de hombres de las denominadas
Autodefensas Unidas de Colombia.
- El comunicado de prensa de la oficina del Alto Comisionado de las
Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Colombia, en
donde este organismo manifiesta su preocupación por el
sinnúmero de amenazas contra trabajadores de los derechos
humanos en todo el país, particularmente en la región del
Magdalena Medio.
- Los hechos de violencia en contra de los miembros de las
organizaciones de derechos humanos que operan en la región del
Magdalena Medio, cuyas características y cronología se describen
a continuación:
Contra la Organización Femenina Popular OFP
El día 27 de enero de 2001 hacia las 11 de la mañana, dos hombres que
se identificaron como miembros de las denominadas Autodefensas
Unidas de Colombia, irrumpieron en la casa de la Organización
Femenina Popular, ubicada en la calle 42 No. 61-56 del barrio Prado
Campestre de la ciudad de Barrancabermeja y exigieron a las mujeres
que en ese momento atendían el comedor popular les fueran entregadas
las llaves de la mencionada vivienda. Ante su negativa, los hombres les
comunicaron que debían hablar con el comandante Fredy, a las 4 p.m.
de ese mismo día. Igualmente, les hicieron saber que más tarde
vendrían por las llaves.
Dos horas después del mencionado incidente, regresó uno de los
miembros del grupo armado ilegal, le arrebató el celular a una de las
personas que allí se encontraban y reiteró que se tomarían la casa
“tumbando la puerta y pasando por encima de quien fuera”. En ese
preciso instante, hicieron presencia agentes de la Policía Nacional y
arrestaron al presunto integrante de las denominadas Autodefensas.
-
No obstante, días más tarde, se tuvo conocimiento de que esta persona
fue dejada en libertad por parte de la Fiscalía seccional.
El ocho de febrero del año en curso, miembros de las denominadas
Autodefensas ingresaron en la sede de la Organización ubicada al
suroriente de Barrancabermeja y hurtaron los celulares de las personas
presentes, ante la negativa de entregar las llaves de la casa.
Contra la Asociación de Familiares Detenidos y Desaparecidos
ASFADDES
De acuerdo con las directivas de la organización, en 1993 se
iniciaron los hostigamientos a los diferentes miembros de la
asociación.
Sin embargo, en la Resolución del Presidente de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, en el caso José Daniel
Álvarez y Otros (11.764), fechada el 22 de julio de 1997, se
manifiesta que en mayo de 1992 Asfaddes fue señalada por el
entonces Comandante de la V Brigada como “simpatizante de la
guerrilla”. A partir de este momento, se ha hostigado y
amenazado a sus miembros.
Durante la celebración de una Asamblea de la Asociación en 1994,
hombres armados, sin identificar, ingresaron y tomaron
fotografías. Estos hechos motivaron una denuncia que llevó al
arresto de 4 personas. Las mismas fueron dejadas en libertad,
después de argumentar que adelantaban labores de protección a
los miembros de Asfaddes.
El 2 de junio de 1994, algunos hombres armados, quienes se
identificaron como miembros del DAS, filmaron una marcha de la
Asociación.
El 23 de diciembre de 1996, un agente del DAS visitó a la señora
Evidalia Chacón, funcionaria de Asfaddes en Neiva y le solicitó
información sobre miembros de la Asociación, entre ellos, los
integrantes de la Junta Directiva y acerca de Fedefam (Federación
Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos
Desaparecidos). Asimismo, el 28 y 29 de abril de 1997, dos
miembros de la División de Inteligencia de la Policía Metropolitana
de Bogotá, SIPOL, visitaron las oficinas de Asfaddes, con el
propósito de averiguar los nombres de los responsables, los
participantes y la programación de una marcha que esa Asociación
planeaba realizar el 29 de mayo de 1997.
La señora Astrid Manrique, funcionaria de la Asociación en la
seccional de Popayán, desde el 8 de mayo de 1997, comenzó a ser
objeto de seguimiento, por parte de personas que manifestaron
ser funcionarios del DAS o de algún organismo de seguridad del
Estado. En varias oportunidades, fue abordada por éstos. El 15 de
mayo de 1997, la Asociación se vio forzada a cerrar las oficinas de
la seccional en Ocaña, como consecuencia de los graves
hostigamientos contra sus funcionarios.
El 24 de junio de 1994, una bomba con aproximadamente 5
kilogramos de dinamita, fue activada en las inmediaciones de la
sede de Asfaddes en la ciudad de Medellín. Como consecuencia de
la explosión, se destruyeron los archivos y las instalaciones de la
Asociación.
De igual forma, durante 1999, después de la denuncia realizada
ante el Tribunal Internacional de Opinión de Barrancabermeja,
TIO, por los hechos ocurridos en esa ciudad el 16 de mayo de
1998, miembros de las diferentes organizaciones de derechos
humanos de la región de Barrancabermeja comenzaron a recibir
llamadas extrañas y amenazantes.
La señora Martha Elizabeth Soto Gallo, directiva de la seccional de
Asfaddes en Medellín, fue objeto de amenazas telefónicas, el día
13 de abril de 2000, según consta en la denuncia que se presentó
ante la Unidad de Reacción inmediata de la Fiscalía General de la
Nación.
Posteriormente, el 12 de julio de 2000 fue muerta la señora Betty
Cañas, quien había participado como testigo en el Tribunal
Internacional de Opinión. La señora Cañas era un familiar activo
de la Asociación.
El día 30 de septiembre de 2000, en la ciudad de
Barrancabermeja, mediante un comunicado que se encontró en
uno de los baños del club Infantas, en el evento denominado “Foro
por la Vida y los Derechos Humanos”, recibieron amenazas los
miembros de Credhos y de Asfaddes, por parte, presuntamente,
de las denominadas Autodefensas.
Con posterioridad a estas amenazas, el 6 de octubre de 2000, se
presentó la desaparición forzada de Ángel Quintero y Claudia
Monsalve, funcionario y miembro, respectivamente, de la
Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, en la ciudad
de Medellín.
En una comunicación enviada a la Defensoría del Pueblo por
Asfaddes, se informó acerca de las amenazas telefónicas recibidas
entre el 8 y 9 de octubre de 2000, contra cuatro familias de la
seccional Medellín, que se vieron en la obligación de abandonar la
ciudad. Asimismo, el 31 de octubre se recibió una llamada en la
seccional, donde se oye a una mujer llorando y tratando de pedir
auxilio, como si estuviera siendo torturada, posteriormente se
escuchó una voz masculina, ordenando colgar el teléfono.
Igualmente, el 11 de noviembre en la sede de Asfaddes en
Medellín, se recibió una carta dirigida a Pancho Castro, un
colaborador de la organización, amenazándolo de muerte.
El 23 de noviembre de 2000, se recibió en la seccional Medellín de
Asfaddes, una nueva amenaza en contra de Pancho Castro. La
misma fue enviada por correo.
Ante las amenazas proferidas en contra de los miembros de la
Asociación, sus directivas tomaron la decisión de cerrar
transitoriamente su sede en Barrancabermeja, a partir del 28 de
febrero de 2001, como mecanismo para garantizar la vida de las
personas que allí laboran. Igualmente, las actividades de la
organización en Medellín se han visto paralizadas.
Contra la Corporación Regional para la Defensa de los Derechos
Humanos CREDHOS
La actividad social y política en pro de la población civil víctima del
conflicto ha convertido a muchos defensores de derechos humanos
en víctimas de amenazas, hostigamientos, desplazamiento forzado
y muerte violenta.
Como prueba de ello, la entonces presidente de Credhos, señora
Osiris Bayther, se vio obligada a abandonar el país en el año de
1998, por amenazas contra su vida.
Situación similar se presentó en el caso del ciudadano Marco Tulio
Torres, promotor de la Corporación en el municipio de San Pablo,
Bolívar, quien debió renunciar a sus labores.
Entre los días 16 y 18 de octubre de 1999, la oficina de Credhos
en la ciudad de Barrancabermeja fue saqueada. Un día después, el
señor Pablo Javier Arenales, promotor de la Corporación en esa
ciudad, fue amenazado, mediante llamada a su teléfono celular. La
amenaza se repitió en abril de 2000, esta vez, la comunicación
telefónica la recibió en su casa.
La secretaria de esa Corporación, Mónica Madero Vergel, el pasado
mes de agosto de 2000, recibió una llamada amenazante en el
teléfono celular asignado por el Programa de Protección de la
Dirección General para los Derechos Humanos del Ministerio del
Interior.
La Corporación Regional para la Defensa de los Derechos Humanos
- Credhos -, con sede en Bucaramanga, denunció a la opinión
pública nacional e internacional las amenazas contra sus
miembros, contenidas en un panfleto que a nombre de las
Autodefensas Unidas de Colombia circuló en el marco del evento
“Por la Vida y los Derechos Humanos”, en septiembre de 2000,
como arriba se anotó.
Las amenazas estuvieron dirigidas a los Defensores de los
Derechos Humanos en Colombia y, en particular, a los miembros
de la Corporación Regional para la Defensa de los Derechos
Humanos, a quienes señalaron como auxiliadores de la guerrilla y,
en consecuencia, objetivo militar.
Cabe señalar, que el evento tenía como objetivo la presentación al
Estado colombiano de una propuesta de paz, así como de una
síntesis de la crisis de los derechos humanos en la región del
Magdalena Medio y, en general, sobre la situación de amenazas e
indefensión de los defensores de los derechos humanos en
Colombia.
Desde los primeros días del mes de enero de 2001, el señor Iván
Madero Vergel, quien se desempeña como servidor público en la
ciudad de Barrancabermeja y es miembro de la junta directiva de
Credhos, ha sido objeto de permanentes amenazas, por parte,
presuntamente, de las denominadas Autodefensas. Según
informa, el mencionado grupo armado ilegal lo ha señalado como
“auxiliador de la guerrilla”, al igual que a otros dirigentes
comunales de esa ciudad.
En síntesis, durante sus 13 años de existencia, 8 asociados de la
Corporación han sido asesinados y 2 más han sufrido atentados
contra su vida.
Contra las Brigadas Internacionales de Paz BIP
El día 8 de febrero del año en curso, dos hombres que se
identificaron como integrantes de las denominadas Autodefensas
Unidas de Colombia, ingresaron a la Casa de la Organización
Femenina Popular, ubicada en el sector suroriental de
Barrancabermeja, obligando a las personas que allí se encontraban
a entregar sus teléfonos celulares. A un miembro de las Brigadas
Internacionales de Paz -de nacionalidad sueca-, le retiraron su
pasaporte y lo amenazaron, declarándolo objetivo militar
Contra miembros de otras Organizaciones no Gubernamentales
Según se informó a la Defensoría del Pueblo, durante el año 2000,
luego de una denuncia global por las amenazas de grupos de
autodefensa en contra de las organizaciones no gubernamentales,
se inició una persecución contra miembros del Colectivo de
Abogados José Alvear y de otras organizaciones.
El pasado 19 de febrero de los corrientes, se informó a la Defensoría del
Pueblo acerca del allanamiento -al parecer- ilegal, - por parte de miembros
de la Policía Nacional-, a la sede de la Mesa Regional de Trabajo
Permanente por la Paz, la cual se encuentra ubicada en el sector
nororiental de Barrancabermeja, en hechos ocurridos el 5 de febrero del
año en curso.
CONSIDERANDO
Primero: Competencia de la Defensoría del Pueblo
• Es competencia de la Defensoría del Pueblo velar por el
ejercicio y vigencia de los derechos humanos, de conformidad con el
artículo 282 de la Constitución Política.
•
Le corresponde al Defensor del Pueblo hacer las
recomendaciones y observaciones a las autoridades y a los
particulares en caso de amenaza o violación a los derechos humanos,
de acuerdo con el artículo 9 numeral tercero de la Ley 24 de 1992.
• Es prerrogativa del Defensor del Pueblo apremiar a las
organizaciones privadas para que se abstengan de desconocer un
derecho, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 9 numeral quinto
de la Ley 24 de 1992.
• Corresponde al Defensor del Pueblo rendir informes periódicos
sobre el resultado de sus investigaciones, denunciando públicamente
el desconocimiento de los derechos humanos, según lo prescrito en el
artículo 9 numeral 22 de la Ley 24 de 1992.
• Es atribución de la Dirección Nacional de Atención y Trámite
de Quejas tramitar de oficio o a petición de cualquier persona las
solicitudes y quejas en forma inmediata, oportuna e informal, y
abogar por la solución del objeto de las mismas ante las autoridades
y los particulares, de conformidad con el artículo 26, numeral 1 de la
ley 24 de 1992.
• Son competentes para la atención y trámite de las quejas, de
acuerdo con lo dispuesto en el artículo primero de la Resolución
No.2112 de 1995, las Defensorías Regionales y las Oficinas
Seccionales, en el ámbito de su jurisdicción.
Segundo: Los Derechos Humanos en un Estado Social de Derecho
El Estado Social de Derecho, consagrado en la Constitución Política,
tiene como finalidad la búsqueda de la convivencia a partir del respeto y
la garantía de los derechos humanos.
De esta manera, los derechos humanos son parte constitutiva del Estado
colombiano y son éstos quienes se erigen en límite al poder estatal y a
las autoridades que lo detentan. Paralelamente, gracias a los principios
derivados de los derechos fundamentales, se sientan las bases del
respeto a la dignidad humana y se niega la posibilidad de violar el
mismo derecho.
Es, entonces, deber de todos los colombianos, defender y difundir los
derechos humanos como fundamento de la convivencia pacífica,
propender al logro y mantenimiento de la paz y obrar de conformidad
con el principio de solidaridad social, respondiendo con acciones
humanitarias, ante situaciones que pongan en peligro la vida de los
asociados, de conformidad con el artículo 95 de la Constitución Política.
Tercero: La Declaración de la Asamblea General de las Naciones
Unidas sobre el derecho y el deber de los individuos, los grupos y
las instituciones de promover y proteger los derechos humanos y
las libertades fundamentales, universalmente reconocidos
La Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas aprobó la
“Declaración sobre el derecho y el deber de los individuos, los grupos y
las instituciones de promover y proteger los derechos humanos y las
libertades fundamentales universalmente reconocidos”, mediante la
Resolución 53/144 del 8 de marzo de 1999 e invitó, igualmente, a los
gobiernos, organismos y organizaciones del Sistema de Naciones
Unidas, las organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales
a difundirla, promoverla y respetarla.
La Declaración fue aprobada gracias al interés de la Asamblea General
en reafirmar los propósitos y principios de la Carta de Naciones Unidas y
la promoción y el respecto de los derechos humanos y las libertades
individuales. Asimismo, lo hizo teniendo en cuenta la Resolución 1998/7
de la Comisión de Derechos Humanos, que aprobó el texto del proyecto
de Declaración y la Resolución 1998/33 del Consejo Económico y Social
que le recomendó a la Asamblea la aprobación del mismo.
En la Declaración se reafirman los propósitos y principios de la Carta de
Naciones Unidas y se destaca el compromiso de promover y fomentar el
respeto de los derechos humanos y libertades fundamentales, por parte
de los miembros de la Comunidad Internacional. En la misma, se
reconoce el rol de la Comunidad Internacional y de los organismos
estatales y no estatales en la búsqueda de la eliminación efectiva de las
violaciones de los derechos humanos y es reiterativa, en el sentido de
reconocer que tanto éstos, como las libertades fundamentales son
universalmente indivisibles e interdependientes, debiéndose promover
su aplicación de manera justa y equitativa.
En su articulado se observa que hay un interés por la activa
participación del individuo, sólo o asociado, en las tareas y labores que
competen la promoción y el respeto de los derechos humanos y las
libertades fundamentales.
Por ello, el primer postulado lo constituye el derecho de toda persona,
individual o colectivamente, a procurar la protección y realización de
este núcleo de derechos y le confía al Estado la responsabilidad de
promoverlos y hacerlos efectivos, por lo que puede y debe adoptar las
medidas internas necesarias para su materialización.
En la Declaración se estipula, igualmente, que toda persona, individual o
colectivamente, tiene derecho a participar en el gobierno y en los
asuntos públicos de su país, por lo que puede presentar propuestas, en
aras de la promoción y respeto de los derechos humanos. De igual
manera, tiene derecho, en el ejercicio de los derechos humanos y las
libertades fundamentales, incluidas la protección y promoción de los
mismos, a disponer de recursos eficaces y a ser protegida en caso de
violación de esos derechos.
De esta forma, la persona de forma individual o colectiva tiene derecho
a denunciar las políticas y acciones de los funcionarios y órganos
gubernamentales en relación con violaciones de derechos humanos,
ante las autoridades competentes y éstas deben emitir su decisión sobre
la denuncia sin demora indebida. La persona tiene derecho a asistir a las
audiencias públicas y a ofrecer o prestar asesoría legal.
La persona puede acudir, adicionalmente, sin demoras ni trabas, de
conformidad con los instrumentos internacionales y procedimientos
internacionales aplicables, a los organismos internacionales que tengan
competencia general o especial para recibir y examinar comunicaciones
sobre cuestiones de derechos humanos.
Según la Declaración, el Estado concernido realizará una investigación
rápida e imparcial en casos en los que existan motivos para creer que se
produjo una violación de los derechos humanos y las libertades
fundamentales.
Asimismo, todas las personas, individual o colectivamente, tienen
derecho a participar en actividades pacíficas contra las violaciones de los
mismos.
En relación con la protección, se señala que ésta debe ser garantizada
por el Estado, a través de las autoridades competentes, y que es un
derecho del individuo. Las medidas de protección deben ser difundidas
ampliamente por las autoridades estatales.
Finalmente, se determina que los dispuesto en la Declaración no puede
ser interpretado de forma contraria a los postulados de la Carta de las
Naciones Unidas.
Por último, es necesario mencionar que mediante resolución de la
Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas 2000/61, se
pidió al Secretario General el nombramiento, por un período de tres
años, de un representante especial el cual informará sobre la situación
de los defensores de los derechos humanos en todas las partes del
mundo y sobre los medios posibles de aumentar su protección en plena
conformidad con la Declaración, arriba descrita.
Las principales actividades del representante especial son:
“a) Recabar, recibir y examinar información, así como responder a la
misma, sobre la situación y los derechos de toda persona que, actuando
individualmente o en asociación con otras, promueva y proteja los
derechos humanos y las libertades fundamentales;
b) Establecer una cooperación y sostener diálogos con los gobiernos y
otros agentes interesados en la promoción y aplicación efectiva de la
Declaración;
c) recomendar estrategias eficaces para proteger mejor a los defensores
de los derechos humanos y seguir el cumplimiento de esas
recomendaciones”.
Cuarto: La Labor de los Defensores de Derechos Humanos: Una
necesidad legítima en un Estado Social de Derecho
De acuerdo con los resultados de la investigación llevada a cabo entre
octubre de 1998 y noviembre de 1999, por el International Council on
Human Rights Policy, las instituciones de derechos humanos “tienen un
papel vital que desempeñar en el proceso de legitimar y transmitir los
valores de derechos humanos en el seno de la sociedad y de extender la
protección y asistencia a los grupos vulnerables”. Aunque esta
afirmación se hizo respecto de las instituciones nacionales de derechos
humanos,
es
válida
también
para
las
organizaciones
no
gubernamentales de derechos humanos, cuyo mandato está centrado,
igualmente, en los derechos humanos.
Es pertinente resaltar que el Comité de Derechos Humanos de las
Naciones Unidas, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos, los Relatores Especiales de Tortura y de Ejecuciones
Extrajudiciales y sobre la Independencia de Jueces y Abogados, la
Subcomisión de Prevención de Discriminación y Protección a las Minorías
de la ONU y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos han
coincidido en recomendar al Gobierno colombiano, en diferentes
oportunidades, el respaldo, la garantía y el respeto por el trabajo que
desarrollan las organizaciones no gubernamentales de derechos
humanos en la defensa, protección y promoción de los derechos
ciudadanos.
Para estos organismos, es importante que las altas autoridades políticas
y militares reafirmen que las actividades en pro de los derechos
humanos, el sindicalismo y las actividades de las organizaciones cívicas
orientadas a mejorar las condiciones sociales y económicas, en
particular de la población rural e indígena, son legítimas y necesarias.
Según el Comité de Derechos Humanos de la ONU, es necesario que se
adopten medidas para lograr que los periodistas, líderes políticos,
sindicales, maestros y activistas de derechos humanos sean capaces de
ejercer sus derechos y libertades, en particular, la libertad de expresión,
reunión y asociación, sin intimidación alguna.
El Relator Especial sobre la Independencia de Jueces y Abogados, a su
vez, solicitó medidas más enérgicas y eficaces con el fin de proteger las
actividades legítimas de los abogados y funcionarios públicos que
defienden los derechos humanos. De igual forma y con el fin de reducir
los niveles de impunidad, solicitó la asignación de recursos suficientes a
las dependencias de derechos humanos de la Fiscalía General de la
Nación y la Procuraduría General de la Nación, a los Personeros
Municipales y a la Defensoría del Pueblo.
La Comisión Interamericana, por su parte, recomendó al Estado tomar
las medidas necesarias para garantizar que sus fuerzas de seguridad
comprendan que los activistas y organizaciones de derechos humanos
no desarrollan actividades ilegales o disidentes por el hecho de que
actúen a favor del fomento y la protección de los derechos humanos. De
igual forma, requirió del Estado investigaciones penales serias,
imparciales y efectivas, frente a los incidentes de violencia contra los
trabajadores de los derechos humanos y solicitó sancionar a los
responsables. Por otro lado, la Comisión consideró positiva la creación
del programa, a cargo del Ministerio del Interior, para la protección de
las personas que trabajan en el ámbito de los derechos humanos.
Según la Comisión Interamericana, el Estado colombiano debe asegurar
la protección, bajo cualquier circunstancia, de las personas en cuyo
nombre la Comisión y la Corte, respectivamente, hayan dictado medidas
cautelares o medidas provisionales. De igual forma, recomendó al
Gobierno suspender a los miembros de la Fuerza Pública contra quienes
existieren indicios serios de responsabilidad en la persecución a los
defensores de derechos humanos, aunque los procesos penales y
disciplinarios no hubieren concluido.
La Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las
Naciones Unidas, a su vez, ha recomendado a las autoridades
colombianas que hagan efectivo el reconocimiento del derecho de los
defensores de derechos humanos a desarrollar sus actividades sin
injerencias ni impedimentos ilegítimos y en condiciones de plena
seguridad para su vida, su integridad y su libertad. En este sentido, se
deben adoptar todas las medidas necesarias para garantizar la
seguridad de los defensores de derechos humanos. “El Estado debe
emprender la investigación penal seria, imparcial y efectiva de los
incidentes de violencia contra los trabajadores de los derechos humanos
y sancionar a quienes los perpetran, como medio fundamental para
prevenir la reiteración de incidentes violentos”.
De la misma forma, esta Oficina exhortó al Gobierno para que adopte
las medidas para garantizar que sus fuerzas de seguridad comprendan
que los activistas y las organizaciones de derechos humanos no pueden
considerarse como participantes en actividades ilegales o disidentes, por
el hecho de que actúen a favor del fomento y la protección de los
derechos humanos.
Adicionalmente, la Alta Comisionada pidió la revisión de los
fundamentos y procedimientos de las actividades de recolección de
inteligencia, dirigidas a los defensores de los derechos humanos y sus
organizaciones. En este contexto, solicitó al Gobierno la adopción de un
mecanismo que les permita a los defensores de derechos humanos tener
acceso a la información de inteligencia recogida sobre ellos. El
Procurador General de la Nación debe, de acuerdo con la Alta
Comisionada, examinar cuidadosamente los expedientes de inteligencia,
con el fin de garantizar la pertinencia y precisión de la información y
para ejercer un control sobre los métodos empleados.
La Alta Comisionada ha solicitado, igualmente, en forma reiterada, que
los funcionarios del Estado se abstengan de hacer declaraciones que
sugieran que las organizaciones no gubernamentales de derechos
humanos actúan indebidamente o ilegalmente cuando realizan sus
funciones de promoción y fomento de los derechos humanos. Éstos
deben, por el contrario, declarar clara e inequívocamente la legitimidad
e importancia de la labor de estas organizaciones.
Ahora bien, el Gobierno Nacional, a través de la Directiva Presidencial
No. 07 de septiembre 9 de 1999, resaltó la importancia de las
organizaciones nacionales e internacionales que tienen por objetivo
velar por la realización de los derechos humanos y del Derecho
Internacional Humanitario. En este sentido, ha señalado que estas
organizaciones contribuyen a consolidar la democracia y se constituyen
en elementos de control de las actuaciones del Estado y de los
particulares y en fuente de iniciativas en la búsqueda y reconocimiento
de la dignidad del hombre.
En consecuencia, el Presidente ordenó a todos los servidores públicos
abstenerse de cuestionar la legitimidad de las organizaciones de
derechos humanos y de hacer falsas imputaciones o acusaciones contra
sus miembros. Igualmente, el Presidente determinó que todos los
servidores públicos deben atender y despachar en forma oportuna las
solicitudes de información que realicen las organizaciones de derechos
humanos y que tengan relación directa con su trabajo.
Por último, en la Directiva Presidencial se dispuso que el Director de
Derechos Humanos del Ministerio del Interior debe atender y dar curso a
las solicitudes de protección de las organizaciones de derechos
humanos, a través del Comité de Evaluación de Riesgos del Programa de
Protección de Testigos y Personas Amenazadas, creado por la ley 199 de
1995, artículo 6 y desarrollado mediante el decreto 0372 de 1996,
artículo 32.
Respecto de este programa, es necesario señalar que el mismo está
orientado a la protección de la vida e integridad personal de los
dirigentes y activistas de partidos y movimientos políticos, de
movimientos sociales y de organizaciones no gubernamentales de
derechos humanos y de los testigos en caso de violación de los mismos.
A las personas amparadas por este programa se les podrá suministrar,
según su situación particular de riesgo, protección física, cambio de
identidad y de domicilio, medios de movilización, sistemas de
comunicación, traslados al interior del país o al extranjero, permisos de
portar armamento, asistencia social y demás medios temporales o
permanentes, encaminados a garantizar en forma adecuada la
preservación de la vida e integridad de la persona y de su núcleo
familiar.
Posteriormente, a través de la ley 418 de 1997, se creó el Programa de
Protección a personas que se encuentran en situación de riesgo contra
su vida, integridad, seguridad o libertad, por causas relacionadas con la
violencia política o ideológica, o con el conflicto armado interno que
padece el país. En este programa están contemplados, igualmente, los
dirigentes y activistas de las organizaciones de derechos humanos.
Quinto: Acción Defensorial
En cumplimiento de sus funciones y frente a los hechos enunciados en la
primera parte de esta Resolución, la Defensoría del Pueblo, a través de
la Dirección Nacional de Atención y Trámite de Quejas y de la Defensoría
Regional del Magdalena Medio, asumió la acción defensorial respectiva y
remitió a las autoridades civiles y militares del orden nacional y regional,
así como a la Fiscalía General de la Nación, los requerimientos
necesarios, con el fin de que se tomaran de manera urgente las medidas
pertinentes para garantizar la vigencia de los derechos fundamentales
de los miembros de estas organizaciones, así como de todos los
habitantes de la ciudad de Barrancabermeja.
Asimismo, una vez se tuvo conocimiento de la desaparición forzada de
Ángel José Quintero Mesa y Claudia Patricia Monsalve, miembros de
Asfaddes, la Dirección Nacional de Atención y Trámite de Quejas, por
auto del 26 de octubre del 2000, determinó iniciar una acción
defensorial especial y designó a los asesores Ricardo Esteban Forero
Vásquez y Sergio Arboleda Casallas, para que adelantaran las gestiones
y trámites necesarios, con el fin de verificar los hechos materia de la
queja, practicar visitas y requerir información de los particulares,
autoridades civiles, militares y de policía, organismos de seguridad y
demás funcionarios administrativos y judiciales, entre otros,
encaminados al esclarecimiento de los hechos y a determinar la
idoneidad de las acciones adoptadas por las autoridades.
Durante los días 13, 14 y 15 de noviembre se desplazó la Comisión a la
ciudad de Medellín, con el fin de practicar visitas y sostener entrevistas
con las autoridades y miembros de las organizaciones afectadas.
Con respecto a los hechos de violencia en contra de los miembros de
Credhos, la Dirección Nacional de Atención y Trámite de Quejas,
mediante auto del 26 de octubre del 2000, determinó iniciar una acción
defensorial especial y comisionó a los asesores Sergio Arboleda Casallas
y Ricardo Esteban Forero Vásquez para que adelantaran las gestiones y
trámites correspondientes.
La Comisión se trasladó a la ciudad de Barrancabermeja los días 16, 17
y 18 de noviembre del 2000, con el fin de practicar visitas y sostener
entrevistas con las autoridades y miembros de las organizaciones
afectadas.
Igualmente, con respecto a las denuncias presentadas por la
Organización Femenina Popular y las Brigadas Internacionales de Paz, el
Delegado de Participación Ciudadana hizo presencia en el lugar y se
entrevistó con la población afectada, el 8 de febrero pasado.
A continuación, se hace una descripción de la situación detectada, en
desarrollo de la labor defensorial.
Características de la Zona
Barrancabermeja, puerto sobre el Río Magdalena, es en sentido
económico y social la capital del Magdalena Medio. Tiene una superficie
de 1.213,5 kilómetros cuadrados y se compone de 156 barrios,
distribuidos en siete comunas y seis corregimientos. La ciudad comienza
a emerger en el concierto nacional a partir de 1916 con la explotación
del primer pozo petrolero. Su condición de puerto, que aglutina el
Magdalena Medio y une el interior del país con la Costa atlántica, le da
gran importancia regional y nacional.
La región posee una gran riqueza en recursos naturales. Su principal
actividad es la industria petrolera, desarrollada a través de la Empresa
Colombiana de Petróleos Ecopetrol y cuenta con la refinería más grande
del país. La zona ha sufrido fuertes corrientes migratorias, propias de la
actividad portuaria y, últimamente, originadas en los hechos de
violencia.
En esta ciudad se han librado los más grandes conflictos en la historia
laboral del país, acompañados, de manera casi constante, por las luchas
campesinas y las protestas urbanas. Los actores armados de la
insurgencia han hecho presencia, concretamente, el ELN, el EPL y las
FARC.
A partir de 1981, en respuesta a las extorsiones, secuestros, amenazas
y asesinatos de comerciantes, ganaderos y terratenientes de la zona,
surgen en el Magdalena Medio diferentes organizaciones al margen de la
ley, entre ellas, la denominada Muerte a Secuestradores (MAS), semilla
de otro actor armado, hoy conocido con el nombre de Autodefensas.
Estos grupos operan actualmente en toda la región y, de manera
particular, en la zona urbana de Barrancabermeja, con el respaldo
económico derivado de la actividad del narcotráfico y con el apoyo de
algunos sectores económicos que se sienten afectados por el accionar de
las organizaciones insurgentes.
Es importante recalcar que esta ciudad, por su ubicación estratégica
respecto a la posible zona de encuentro con el ELN, viene siendo
sometida a una gran avanzada paramilitar, con el fin de obtener el
dominio de un territorio que es puerta de entrada y salida de la región.
La disputa territorial con la guerrilla urbana del ELN y las FARC se
presenta en los barrios nor y surorientales, convirtiendo algunas zonas
residenciales en campos de guerra y confrontación. Esta situación ha
creado una gran tensión y zozobra entre los habitantes de la zona.
El temor generalizado de la población ha producido desplazamientos de
personas y familias hacia el sector céntrico de la localidad, notándose en
algunos barrios la desolación producto de las órdenes emanadas de los
actores en contienda.
Ahora bien, pese a que el Gobierno Nacional ha incrementado el pie de
fuerza, los resultados no han sido alentadores.
Según la información suministrada por la Defensoría del Pueblo Regional
Magdalena Medio, en el año 2000, se presentaron 539 casos de muertes
violentas, 14 incineraciones de vehículos, 12 atentados terroristas, 11
hostigamientos a la fuerza pública, 5 activaciones de artefactos
explosivos y la desactivación de 13 de estos artefactos.
De acuerdo con los reportes estadísticos dados a conocer recientemente,
la mayoría de los muertos contabilizados por el Cuerpo Técnico de
Investigaciones de la Fiscalía en el casco urbano de este puerto, durante
los primeros 45 días del año, 145 en total, ha sido acusada de
pertenecer, auxiliar, simpatizar o sencillamente habitar por coincidencia
cerca de un militante de las FARC o del ELN.
En los últimos meses, los grupos de Autodefensa que operan en la zona,
especialmente en el casco urbano de Barrancabermeja, han amenazado
y atentado contra la vida e integridad física de varios líderes políticos,
sindicales, campesinos y de organizaciones sociales, a quienes han
señalado como simpatizantes o auxiliadores de los grupos insurgentes.
En el marco de su estrategia de terror, los grupos de autodefensa han
amenazado a las comunidades barriales del sector suroriental que no
aceptan sus condiciones y las han obligado a abandonar sus viviendas.
De igual manera, en repetidas ocasiones han convocado a reuniones
públicas a las que, bajo amenazas, deben asistir los pobladores y en las
que buscan hacer notoria su presencia y su capacidad de intimidación.
En este contexto, las acciones de los grupos de autodefensa también se
han dirigido en contra de las organizaciones defensoras de derechos
humanos y de sus miembros, entre ellas la Organización Femenina
Popular (OFP), la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos
(Asfaddes), las Brigadas Internacionales de Paz y la Corporación
Regional de Derechos Humanos (Credhos).
En distintas oportunidades, las organizaciones no gubernamentales de
derechos humanos han puesto de presente la actitud permisiva de
algunas autoridades públicas, para con los grupos de autodefensa que
operan en la región.
Labores de las diferentes Organizaciones no Gubernamentales
que trabajan en la región del Magdalena Medio
La Organización Femenina Popular, OFP
La Organización Femenina Popular -OFP-, es una organización de
mujeres populares que nació como propuesta de la Iglesia Católica en
1972. En 1988, se convirtió en una organización autónoma.
A partir de 1995, extiende su trabajo en el Magdalena Medio con
presencia en San Pablo, Cantagallo, Yondó y Puerto Wilches, en los
siguientes campos:
1. Economía solidaria: cooperativa de mujeres, grupos de producción,
capacitación técnica y comedores populares.
(i)
(i)
2. Área de educación y formación: centro de
documentación,
periódico
“Mujer
Popular”,
materiales
pedagógicos y conversatorios.
(ii)
(ii)
3.Área de Salud Integral: medicina general,
ginecología, psicología y odontología.
(iii) (iii)
4.Área Juvenil: talleres de danza y música.
(iv) (iv)
5.Área de Desplazados: seguridad alimentaria,
comedores infantiles, huertas familiares, cría de animales,
granjas comunitarias y olla comunitaria.
(v)
(v)
6.Área de Construcción y Reconstrucción del
Tejido Social.
La organización busca generar procesos participativos en las mujeres,
desde estas áreas, por la defensa de sus derechos y los de la comunidad
en general, todo ello enmarcado en los principios de organización,
autonomía y civilidad.
En la actualidad, un total de 146 jóvenes de bajos recursos,
provenientes del sur de Bolívar y Barrancabermeja, cursan sus estudios
en las diferentes facultades de la Universidad de la Paz, gracias a un
convenio entre la OFP y este centro de educación superior.
La Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecido, Asfaddes
El primer caso publicitado sobre desaparición forzada en Colombia fue el
de la señora Omaira Montoya, ocurrido el 10 de septiembre de 1977.
Omaira se desempeñaba como bacterióloga y era militante de izquierda.
Con posterioridad a este hecho, la práctica de la desaparición forzada de
personas se volvió recurrente, como consecuencia de lo cual, familiares
de las personas víctimas de este ilícito se congregaron en la Asociación
de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Asfaddes, “...organización
que nació de la esencia misma de los conflictos sociales que ha vivido
secularmente nuestro país y de la vivencia cotidiana de una situación de
violencia concreta: la Desaparición Forzada de personas. Este es un
organismo conformado fundamentalmente por mujeres, hombres, niños,
jóvenes,
amas
de
casa,
campesinos,
de
extracción
social
mayoritariamente de clase baja y media baja, que tienen un familiar
desaparecido, sin clasificación de edad”
La Asociación es, entonces, una organización no gubernamental, de
carácter nacional, cuya coordinación se encuentra en Bogotá, pero
posee sedes en Cundinamarca, Bucaramanga, Popayán, Neiva, Medellín
y Barrancabermeja. Ella reúne a los familiares de las personas
desaparecidas en Colombia, combate esta práctica y ha procurado
avances en la política gubernamental, a ese respecto.
Es filial de la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares
de Detenidos Desaparecidos, Fedefam. “Los familiares de Detenidos
Desaparecidos, llevan un seguimiento a su caso y gestionan actividades
de denuncia, asistencia legal y documentación, acompañamiento,
educación, niños y jóvenes, autogestión asistencia social y tercera edad,
desplazamiento, que de acuerdo al caso adelantan procesos penales y
otros, llegan hasta la instancia contencioso-administrativa logrando en
algunas ocasiones castigo a los culpables y una indemnización como
forma de ´reparar` o resarcir en alguna medida el daño causado por
parte del Estado”.
Según datos suministrados por Asfaddes, desde su inicio en 1982, se
han presentado alrededor de 4.600 casos de desaparición forzada:
“...en Colombia, desaparecen todo tipo de personas, hombres y
mujeres, desde estudiantes hasta líderes sindicales y políticos, en su
mayoría jefes de hogar, pero con énfasis en aquellas personas
comprometidas con la concreción de una justicia social; por esto la
Desaparición Forzada se convierte en un atentado contra la sociedad y
cada individuo, desequilibrando la estabilidad familiar como núcleo de la
sociedad”
La Corporación Regional para la Defensa de los Derechos Humanos,
CREDHOS
La Corporación Regional para la Defensa de los Derechos Humanos,
Credhos, es una asociación de trabajadores de derechos humanos, cuyo
principal objetivo es la defensa de la dignidad de los pobladores de
Barrancabermeja y el Magdalena Medio y, particularmente, de las
víctimas de la violencia y la población vulnerable de esa región del país.
La organización ha desarrollado labores durante 13 años de trabajo
ininterrumpido en esa zona geográfica del país y se encuentra integrada
por aproximadamente 500 activistas asociados y 25 directivos. Credhos
recibe el soporte económico de la Agencia Evangelizadora de Londres.
Además de las labores en el área de defensa de los derechos humanos,
desarrolla tareas de educación, promoción y difusión, encaminadas a
crear la base social para la paz. La organización busca crear consciencia
en torno a la calidad de sujetos de deberes y, fundamentalmente, de
derechos, de todas las personas.
Igualmente, la Corporación ejerce labores de acompañamiento y
defensa de la población civil y de los sectores vulnerables de la región
del Magdalena Medio. Entre sus actividades más destacadas cabe
destacar el desarrollo permanente de procesos educativos en las
comunidades; la recepción y seguimiento a las denuncias de las víctimas
de la violencia y el conflicto armado; la defensa y asistencia técnica de
los afectados; el acompañamiento, la solidaridad y la relación directa
con la población de Barrancabermeja y del Magdalena Medio, víctimas
de la violencia política y social.
En desarrollo de esta dinámica, la organización se ha propuesto articular
una red de pobladores solidarios, defensores de derechos humanos y
promotores que trabajen por soluciones civilistas, pacíficas y
concertadas al actual conflicto, planteando como tarea específica la
defensa de los derechos civiles y políticos, a través de procesos
organizativos autónomos e independientes.
A manera de ejemplo ilustrativo de la labor de Credhos, se pueden citar
las siguientes acciones: el acompañamiento al éxodo de campesinos del
sur de Bolívar y Valle del río Cimitarra y la asesoría en la negociación de
los pliegos presentados por los campesinos; la participación periódica en
las comisiones de verificación a hechos violentos contra pobladores del
Magdalena Medio; el acompañamiento en las diferentes jornadas de
paros y protestas ciudadanas; las negociaciones de pliegos laborales y
sociales en el puerto; la organización del Foro por la Vida del barrio La
Esperanza y la participación en la organización del Tribunal Internacional
de Opinión que sesionó en la ciudad de Barrancabermeja entre el 13 y el
16 de mayo de 1999.
La organización participa, también, en espacios colectivos de
interlocución con la población civil y distintas organizaciones integrantes
del tejido social de la región, mediante la edición de libros, cartillas
educativas y artículos de análisis de la situación regional.
Adicionalmente, la Corporación Regional para la Defensa de los
Derechos Humanos hace parte integrante de la Coordinación de
Trabajadores Humanos, el Consejo Municipal de Paz, el Comité Municipal
de Desplazados y del Consejo Departamental de Paz de Santander.
Por último, la denuncia pública de los hechos constitutivos de violación o
amenaza de los de los derechos humanos en Colombia, así como la
implementación y ejercicio de los mecanismos de protección judiciales y
de participación ciudadana, constituyen otro de sus frentes de trabajo.
A través de este mecanismo, se busca crear consciencia sobre la
importancia del respecto a la dignidad y a la libertad de la persona;
consolidar el compromiso político de las autoridades públicas para con
las comunidades y establecer responsabilidades políticas en los
gobernantes.
Brigadas Internacional de Paz, PIB
Brigadas Internacionales de Paz es una organización no gubernamental
registrada ante la Organización de las Naciones Unidas. Desde 1994
realiza labores en Colombia. Su principal objetivo es la protección -a
través del acompañamiento-, del espacio de actuación de los defensores
de derechos humanos y las comunidades de desplazados. Cuenta con el
aval de la Vicepresidencia de la República. Para conseguir este objetivo,
el equipo de Brigadas Internacionales de Paz en Colombia permanece en
terreno, acompañando a las personas u organizaciones amenazadas,
realiza visitas periódicas a zonas de conflicto y dialoga con las
autoridades civiles, militares y eclesiásticas, así como con las
organizaciones no gubernamentales.
Luego de recibir varias peticiones por parte de organizaciones de
derechos humanos colombianas, PBI realizó un estudio en el terreno en
el año 1993 y abrió su primer equipo en octubre de 1994. Desde esa
fecha, ha proporcionado acompañamiento permanente con observadores
en Bogotá, Magdalena Medio -con sede en Barrancabermeja- y, desde
mediados de 1998, en Urabá y Bajo Atrato (con sedes en Turbo y
Medellín). Adicionalmente, ha llevado a cabo acompañamientos y visitas
regulares a otros departamentos del país.
Brigadas Internacionales de Paz apoya las iniciativas colombianas que
promocionen el respeto a los derechos humanos y al derecho
internacional humanitario y promuevan la resolución pacífica de los
conflictos.
El trabajo en el país está respaldado por una amplia Red de Apoyo en
Europa y Norteamérica, compuesta por parlamentarios, personalidades,
entidades de las diferentes iglesias y más de cien organizaciones no
gubernamentales de países europeos y Norteamérica.
Brigadas Internacionales de Paz aboga por la no violencia, en el marco
de las normas internacionales de los derechos humanos, bajo un estricto
respeto a las leyes nacionales y con independencia política y religiosa.
PBI no pretende suplantar en ningún momento las iniciativas
colombianas en materia de derechos humanos, por el contrario, como
arriba se anotó, las patrocina, con la presencia de observadores acompañantes internacionales.
El equipo de PBI en Colombia está compuesto por personal voluntario
proveniente de doce países, con experiencia previa y que ha recibido
una formación amplia y específica, tanto sobre Colombia, como sobre el
trabajo de observación y acompañamiento internacional.
Brigadas Internacionales de Paz recibe fondos de más de 25
instituciones públicas y privadas de por lo menos ocho países, lo que le
permite gozar de una clara independencia financiera respecto a
cualquier entidad.
Actualmente, acompaña en la región del Magdalena Medio a la
Corporación Regional para la Defensa de los Derechos Humanos
(Credhos), a la Organización Femenina Popular (OFP) y a la Asociación
de Familiares de Detenidos Desaparecidos (Asfaddes).
El Caso de la Desaparición Forzada de Ángel José Quintero Mesa
y Claudia Patricia Monsalve, funcionario y miembro de Asfaddes,
respectivamente
De acuerdo con la información recibida por la Comisión Defensorial, la
desaparición de Ángel Quintero y Claudia Monsalve se produjo el viernes
6 de octubre de 2000 en las horas de la noche, luego de haber
compartido una velada con sus compañeros de trabajo, en la ciudad de
Medellín.
Según se informó, las personas desaparecidas fueron esposadas y
obligadas a abordar un vehículo Chevrolet Swif, color gris, seguido por
una motocicleta negra de placas DT175.
Ahora bien, cabe resaltar que durante el desarrollo del mecanismo de
búsqueda activado, se presentaron, por razones de diversa índole,
algunos allanamientos a organizaciones no gubernamentales, en la
ciudad de Medellín, por parte de organismos de seguridad del Estado,
entre las que se encuentra el Instituto Popular de Capacitación, IPC.
En el análisis de las cintas de video de tres cámaras de Metro-seguridad,
ubicadas en el sector donde presuntamente ocurrió el hecho, se observó
que una de ellas cambió de enfoque, al parecer hacia su base, durante
un lapso de tiempo relativamente prolongado, de las 21:35 p.m. a las
21:52 p.m. horas del día 6 de octubre del 2000, horario durante el cual
se presume ocurrieron los hechos. Resulta curioso que la cámara más
cercana al lugar de los hechos, sea la que cambie de enfoque justo en el
momento de la desaparición de estas personas.
Finalmente, es necesario indicar que la desaparición de estos miembros
de Asfaddes, de acuerdo con el material recibido en la Defensoría,
parece tener un carácter estrictamente político.
Las Amenazas contra miembros de Credhos
La Comisión Defensorial, en desarrollo de su tarea, pudo constatar que
frente al fenómeno de las amenazas contra los defensores de los
Derechos Humanos en el Magdalena Medio y, en particular, los
miembros de la Corporación Regional para la Defensa de los Derechos
Humanos, las autoridades públicas responsables de esa zona del país, se
declaran impotentes frente a su manejo, tanto desde el punto de vista
de su prevención, como de su capacidad operativa de reacción para
contrarrestarlo.
A lo anterior, se suma la prevención y desconfianza de las
organizaciones de Derechos humanos frente a la Fuerza Pública en la
región, a pesar de que la Policía Nacional se ha empeñado en aumentar
su pie de fuerza en la ciudad, incrementando los patrullajes en los
cuatro sectores en que se encuentra dividida, reforzando los servicios de
acompañamiento y vigilancia especiales y fortaleciendo su trabajo
comunitario. La institución ha proyectado, igualmente, construir nuevas
estaciones de Policía en la ciudad.
El funcionamiento de las medidas de protección físicas otorgadas a
algunos miembros de Asfaddes y Credhos por el Programa de Protección
del Ministerio del Interior
Teniendo en cuenta las amenazas persistentes contra miembros de
estas dos organizaciones, algunos de sus miembros han recibido apoyo
del Programa de Protección de Testigos y Personas amenazas del
Ministerio de Interior.
Según la información recibida por la Defensoría del Pueblo, las medidas
consisten en la protección física de las personas, a través de la dotación
de teléfonos avanteles, que facilitan la comunicación con el Programa y
la Policía Nacional, en caso de amenaza o riesgo. Asimismo, se les han
suministrado medios de transporte para los traslados.
Ahora bien, de acuerdo con el material recopilado, los teléfonos
presentan fallas de funcionamiento en momentos críticos, algunas veces
se percibe que las líneas se encuentran intervenidas y la Policía Nacional
no responde al llamado con la urgencia requerida.
La Defensoría tuvo conocimiento de que los fondos para cubrir hasta
192 horas de transporte a los miembros de estas organizaciones no se
pagan oportunamente, actualmente, se les adeuda tres meses. Por
ultimo, las medidas de seguridad aprobadas por el Ministerio en las
sedes de estas organizaciones no se han terminado de ejecutar.
Sexto: Las Medidas Provisionales a favor de la Asociación de familiares
de Detenidos y Desaparecidos, ASFADDES, por parte de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos
Como consecuencia de los hechos de violencia contra la organización
Asfaddes, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos solicitó a la
Corte Interamericana de Derechos Humanos la adopción de medidas
provisionales, a favor de sus miembros, con el fin de proteger y
garantizar su vida. El Presidente de la Honorable Corte aceptó la
solicitud de la Comisión, mediante Resoluciones del 22 de julio y 14 de
agosto de 1997, las cuales fueron ratificadas por el pleno de la Corte el
11 de noviembre de 1997.
Ante la gravedad de las amenazas y la desaparición forzada de Ángel
José Quintero Mesa y Claudia Patricia Monsalve Pulgarín, conforme a las
disposiciones del artículo 63 (2) de la Convención Americana, la
Comisión solicitó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos una
ampliación de tales medidas en favor de otros miembros de la misma
asociación.
Asimismo, la Comisión solicitó a la Corte Interamericana requerir al
Estado colombiano, para que éste, respecto de la Asociación de
Familiares Detenidos y Desaparecidos, Asfaddes y de sus miembros:
-adopte de manera urgente las medidas necesarias para
establecer el paradero de Ángel Quintero y Claudia Patricia
Monsalve, investigar su desaparición y juzgar y sancionar a los
responsables.
-adopte las medidas necesarias para proteger la vida y la
integridad personal de Angel Quintero, Claudia Patricia Monsalve,
Martha Soto, Silvia Quintero, Gloria Herney Galíndez, Gladys Ávila
y Rocío Bautista y concertar dichas medidas con los peticionarios y
las personas protegidas.
-ejecute las medidas técnicas de protección de las sedes de
Asfaddes ya concertadas en el marco del Comité de seguimiento.
-centralice la investigación de los hechos denunciados en la
Unidad Nacional de Derechos Humanos de la Fiscalía General de la
Nación, con miras a la individualización, juzgamiento y sanción de
los responsables.
-La Corte transmitió inmediatamente copia del escrito al Ministro de
Relaciones Exteriores y solicitó al Gobierno adelantar las acciones
descritas.
Séptimo: Las Medidas cautelares a favor de la Corporación Regional
para la Defensa de los Derechos Humanos, Credhos, por parte de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos
Como consecuencia de las amenazas y hostigamientos en contra de la
Corporación Regional Credhos, el 15 de septiembre de 2000, la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos solicitó medidas
cautelares a favor de sus directivos y funcionarios.
La Comisión, mediante comunicación del día 16 de octubre de 2000,
solicitó al Ministro de Relaciones Exteriores de Colombia arbitrar las
medidas detalladas para ese caso, así:
-Concertar de común acuerdo las medidas de protección que
resulten idóneas, a la luz de las circunstancias referidas, para
preservar la vida y la integridad física de las personas cobijadas
por las medidas cautelares. A tal efecto, representantes del
Ministerio del Interior encargados del Programa de Protección,
representantes de la Fiscalía General de la Nación y de la Policía
Nacional deberán participar de una reunión con los representantes
de Credhos y los peticionarios, con el fin de acordar las
modalidades de protección requeridas.
-Informar de manera conjunta a la Comisión dentro del plazo de
diez días, acerca de las medidas de protección concertadas y
hacerlas efectivas a la mayor brevedad.
RESUELVE
Primero: DESTACAR ante la comunidad nacional e internacional la
importancia de la labor que realizan las organizaciones de derechos
humanos nacionales e internacionales en todo el país y, especialmente,
en la ciudad de Barrancabermeja. El Defensor del Pueblo RECUERDA
que esta es una labor legítima y necesaria, amparada por la
Constitución Política y las leyes, tal como se desprende, además, de la
Directiva Presidencial No. 07 del 9 de septiembre de 1999.
Segundo: RESPALDAR la Declaración de la Asamblea General de las
Naciones Unidas sobre el derecho y el deber de los individuos, los
grupos y las instituciones de promover y proteger los derechos humanos
y las libertades fundamentales universalmente reconocidos, aprobada
mediante Resolución 53/144 del 8 de marzo de 1999.
Tercero: RECOMENDAR la visita a Colombia de la señora Hina Jilani,
Representante Especial sobre la situación de los defensores de derechos
humanos de las Naciones Unidas, a fin de que se establezcan
mecanismos de cooperación y diálogo para lograr la aplicación efectiva
de la Declaración de la Asamblea General.
Cuarto:
PROHIJAR
en
su
conjunto
las
Recomendaciones
Internacionales formuladas al Gobierno Nacional y a las autoridades
colombianas, por el Comité de Derechos Humanos de las Naciones
Unidas; la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos; los Relatores Especiales de Tortura y de Ejecuciones
Extrajudiciales y sobre la Independencia de Jueces y Abogados; la
Subcomisión de Prevención de Discriminación y Protección a las Minorías
de la ONU y la Comisión Interamericana de Derechos y, en ese sentido,
SOLICITAR al Gobierno y a las autoridades nacionales establecer los
mecanismos adecuados para su cumplimiento. Para el logro de este fin,
el Defensor del Pueblo recomienda al Gobierno Nacional que, en
coordinación con todas las autoridades nacionales concernidas, estudie y
adopte las siguientes medidas, a fin de implantar una política integral
respecto de las organizaciones de derechos humanos, así:
1.Crear un mecanismo ágil y fluido de comunicación con las
organizaciones de derechos humanos, a través de la conformación de
una instancia permanente de diálogo, con la participación del Gobierno
Nacional y representantes de las organizaciones de derechos humanos.
2. Fortalecer financieramente el Programa de Protección del Ministerio
del Interior.
3. Crear un mecanismo especial para el seguimiento y control de las
medidas de protección otorgadas a los diferentes miembros de las
organizaciones de derechos humanos, por parte del Programa de
Protección del Ministerio del Interior. Al respecto, el Defensor del Pueblo
sugiere a la Procuraduría General de la Nación, en consonancia con las
recomendaciones internacionales, ejercer un control de las labores de
inteligencia que realiza la Fuerza Pública sobre los miembros de las
organizaciones de derechos humanos, a fin de que se respeten los
derechos, las libertades y garantías. La instancia descrita en el punto (i)
servirá para la evaluación permanente sobre el particular.
4 .Respaldar públicamente la labor de las organizaciones de derechos
humanos, mediante un seguimiento permanente a la Directiva
Presidencial No. 07 de 1999. La instancia de diálogo referida en el punto
(i) debe servir para el intercambio de información, a este respecto. El
Defensor del Pueblo solicita a la Procuraduría General de la Nación, a
través de sus agentes, ejercer una especial vigilancia administrativa y
velar por la observancia de esta Directiva.
5. Apoyar públicamente la labor de promoción, divulgación y defensa de
los derechos humanos de las organizaciones no gubernamentales,
mediante el diseño de campañas publicitarias y pedagógicas en los
diversos medios masivos de comunicación.
6. Condenar públicamente las informaciones que pongan en tela de
juicio la labor de las organizaciones de derechos humanos, sea cual sea
su origen
7. Diseñar, con base en las características especiales de la región del
Magdalena Medio y, concretamente, de Barrancabermeja, una política
de seguridad que involucre a toda la Fuerza Pública, con el fin de
establecer estrategias preventivas para crear un clima de convivencia
ciudadana. La Defensoría del Pueblo sugiere establecer un sistema eficaz
que asegure que la Fuerza Pública cumpla su misión constitucional, el
cual podrá incluir mecanismos de vigilancia y rotación del personal de la
Fuerza Pública que labora en la zona.
8. Promover el desarrollo eficiente y oportuno de las investigaciones
penales y disciplinarias por los hechos de violencia cometidos en contra
de los miembros de las organizaciones de derechos humanos, mediante
su seguimiento periódico en el Comité Especial de Impulso a las
Investigaciones por Violaciones de Derechos Humanos, creado mediante
decreto No. 2429 de 1998. El Defensor del Pueblo considera oportuno
que la Procuraduría General de la Nación ejerza una vigilancia especial
en estos procesos, a través de sus agentes especiales. Igualmente,
solicita a la Fiscalía General de la Nación se estudie la radicación de
todos los procesos penales por estos hechos en la Unidad Especial de
Derechos Humanos con sede en Bogotá.
9. Promover las investigaciones disciplinarias contra los servidores
públicos que por acción u omisión apoyen, permitan o toleren las
actividades de los grupos de autodefensa en la región del Magdalena
Medio y en todo el país. A este respecto, resulta procedente que la
autoridad disciplinaria competente estudie como medida a adoptar, la
separación inmediata del cargo de estos servidores.
Quinto: SOLICITAR al Gobierno Nacional el cumplimiento efectivo de
las medidas provisionales decretadas por la Corte Interamericana de
Derechos Humanos a favor de Asfaddes y de las medidas cautelares
solicitadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a
favor de Credhos. En consecuencia, el Defensor del Pueblo recomienda
la expedición del decreto por medio del cual se crea la Comisión de
Seguimiento a estas medidas y de impulso a las investigaciones que se
adelanten por violaciones a los derechos humanos perpetradas en su
contra, previa concertación con las organizaciones de derechos humanos
afectadas y aquellas que presentaron el caso ante los organismos
internacionales. La Defensoría del Pueblo prestará su apoyo y
colaboración a la Comisión.
Sexto: EXHORTAR a los diferentes medios masivos de comunicación
del país para que colaboren con la difusión y divulgación de la labor de
las organizaciones de derechos humanos del país.
Séptimo: APREMIAR a los actores del conflicto armado, especialmente
a los grupos de Autodefensa que operan en la zona de Barrancabermeja,
para que respeten la vida y la integridad personal de los miembros de
las Organizaciones de Derechos Humanos, de las organizaciones
sociales, así como de la población civil en su conjunto, e INSTARLOS
para que entiendan la importancia y necesidad de su labor en el país.
Octavo: ENCARGAR a la Dirección Nacional de Atención y Trámite de
Quejas en colaboración con la Defensoría Regional del Magdalena Medio,
el seguimiento de la presente Resolución.
Noveno: TRASLADAR esta Resolución a las autoridades nacionales
competentes, así como a la Oficina de la Alta Comisionada para los
Derechos Humanos de la Naciones Unidas con sede en Colombia y a la
Representante Especial sobre la situación de los defensores de derechos
humanos de las Naciones Unidas para su conocimiento y los fines de su
misión en el país.
Décimo: ENVIAR copia de esta Resolución a Asfaddes, Credhos, la
Organización Femenina Popular, Brigadas Internacionales de Paz y a la
Comisión Colombiana de Juristas, a fin de que ejerzan una veeduría
especial para el cumplimiento de la misma y promocionen su divulgación
con las otras organizaciones de derechos humanos en el país.
Undécimo: INCLUIR la presente Resolución Defensorial y su
seguimiento en el Informe Anual ante el Congreso de la República
previsto en el artículo 282 numeral 7 de la Constitución Política.
COMUNÍQUESE Y CÚMPLASE
EDUARDO CIFUENTES MUÑOZ
DEFENSOR DEL PUEBLO
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