Resolución Defensorial No 007 Sobre los defensores de derechos humanos en Barrancabermeja Bogotá, marzo 7 de 2001 VISTOS: La comunicación enviada por las Brigadas Internacionales de Paz a los miembros del Cuerpo Diplomático acreditado en Colombia, la cual hace referencia a las amenazas y hostigamientos contra miembros de ese Organismo Internacional y la Organización Femenina Popular -OFP-, en la ciudad de Barrancabermeja, Santander, al parecer por parte de hombres de las denominadas Autodefensas Unidas de Colombia. - El comunicado de prensa de la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Colombia, en donde este organismo manifiesta su preocupación por el sinnúmero de amenazas contra trabajadores de los derechos humanos en todo el país, particularmente en la región del Magdalena Medio. - Los hechos de violencia en contra de los miembros de las organizaciones de derechos humanos que operan en la región del Magdalena Medio, cuyas características y cronología se describen a continuación: Contra la Organización Femenina Popular OFP El día 27 de enero de 2001 hacia las 11 de la mañana, dos hombres que se identificaron como miembros de las denominadas Autodefensas Unidas de Colombia, irrumpieron en la casa de la Organización Femenina Popular, ubicada en la calle 42 No. 61-56 del barrio Prado Campestre de la ciudad de Barrancabermeja y exigieron a las mujeres que en ese momento atendían el comedor popular les fueran entregadas las llaves de la mencionada vivienda. Ante su negativa, los hombres les comunicaron que debían hablar con el comandante Fredy, a las 4 p.m. de ese mismo día. Igualmente, les hicieron saber que más tarde vendrían por las llaves. Dos horas después del mencionado incidente, regresó uno de los miembros del grupo armado ilegal, le arrebató el celular a una de las personas que allí se encontraban y reiteró que se tomarían la casa “tumbando la puerta y pasando por encima de quien fuera”. En ese preciso instante, hicieron presencia agentes de la Policía Nacional y arrestaron al presunto integrante de las denominadas Autodefensas. - No obstante, días más tarde, se tuvo conocimiento de que esta persona fue dejada en libertad por parte de la Fiscalía seccional. El ocho de febrero del año en curso, miembros de las denominadas Autodefensas ingresaron en la sede de la Organización ubicada al suroriente de Barrancabermeja y hurtaron los celulares de las personas presentes, ante la negativa de entregar las llaves de la casa. Contra la Asociación de Familiares Detenidos y Desaparecidos ASFADDES De acuerdo con las directivas de la organización, en 1993 se iniciaron los hostigamientos a los diferentes miembros de la asociación. Sin embargo, en la Resolución del Presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el caso José Daniel Álvarez y Otros (11.764), fechada el 22 de julio de 1997, se manifiesta que en mayo de 1992 Asfaddes fue señalada por el entonces Comandante de la V Brigada como “simpatizante de la guerrilla”. A partir de este momento, se ha hostigado y amenazado a sus miembros. Durante la celebración de una Asamblea de la Asociación en 1994, hombres armados, sin identificar, ingresaron y tomaron fotografías. Estos hechos motivaron una denuncia que llevó al arresto de 4 personas. Las mismas fueron dejadas en libertad, después de argumentar que adelantaban labores de protección a los miembros de Asfaddes. El 2 de junio de 1994, algunos hombres armados, quienes se identificaron como miembros del DAS, filmaron una marcha de la Asociación. El 23 de diciembre de 1996, un agente del DAS visitó a la señora Evidalia Chacón, funcionaria de Asfaddes en Neiva y le solicitó información sobre miembros de la Asociación, entre ellos, los integrantes de la Junta Directiva y acerca de Fedefam (Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos). Asimismo, el 28 y 29 de abril de 1997, dos miembros de la División de Inteligencia de la Policía Metropolitana de Bogotá, SIPOL, visitaron las oficinas de Asfaddes, con el propósito de averiguar los nombres de los responsables, los participantes y la programación de una marcha que esa Asociación planeaba realizar el 29 de mayo de 1997. La señora Astrid Manrique, funcionaria de la Asociación en la seccional de Popayán, desde el 8 de mayo de 1997, comenzó a ser objeto de seguimiento, por parte de personas que manifestaron ser funcionarios del DAS o de algún organismo de seguridad del Estado. En varias oportunidades, fue abordada por éstos. El 15 de mayo de 1997, la Asociación se vio forzada a cerrar las oficinas de la seccional en Ocaña, como consecuencia de los graves hostigamientos contra sus funcionarios. El 24 de junio de 1994, una bomba con aproximadamente 5 kilogramos de dinamita, fue activada en las inmediaciones de la sede de Asfaddes en la ciudad de Medellín. Como consecuencia de la explosión, se destruyeron los archivos y las instalaciones de la Asociación. De igual forma, durante 1999, después de la denuncia realizada ante el Tribunal Internacional de Opinión de Barrancabermeja, TIO, por los hechos ocurridos en esa ciudad el 16 de mayo de 1998, miembros de las diferentes organizaciones de derechos humanos de la región de Barrancabermeja comenzaron a recibir llamadas extrañas y amenazantes. La señora Martha Elizabeth Soto Gallo, directiva de la seccional de Asfaddes en Medellín, fue objeto de amenazas telefónicas, el día 13 de abril de 2000, según consta en la denuncia que se presentó ante la Unidad de Reacción inmediata de la Fiscalía General de la Nación. Posteriormente, el 12 de julio de 2000 fue muerta la señora Betty Cañas, quien había participado como testigo en el Tribunal Internacional de Opinión. La señora Cañas era un familiar activo de la Asociación. El día 30 de septiembre de 2000, en la ciudad de Barrancabermeja, mediante un comunicado que se encontró en uno de los baños del club Infantas, en el evento denominado “Foro por la Vida y los Derechos Humanos”, recibieron amenazas los miembros de Credhos y de Asfaddes, por parte, presuntamente, de las denominadas Autodefensas. Con posterioridad a estas amenazas, el 6 de octubre de 2000, se presentó la desaparición forzada de Ángel Quintero y Claudia Monsalve, funcionario y miembro, respectivamente, de la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, en la ciudad de Medellín. En una comunicación enviada a la Defensoría del Pueblo por Asfaddes, se informó acerca de las amenazas telefónicas recibidas entre el 8 y 9 de octubre de 2000, contra cuatro familias de la seccional Medellín, que se vieron en la obligación de abandonar la ciudad. Asimismo, el 31 de octubre se recibió una llamada en la seccional, donde se oye a una mujer llorando y tratando de pedir auxilio, como si estuviera siendo torturada, posteriormente se escuchó una voz masculina, ordenando colgar el teléfono. Igualmente, el 11 de noviembre en la sede de Asfaddes en Medellín, se recibió una carta dirigida a Pancho Castro, un colaborador de la organización, amenazándolo de muerte. El 23 de noviembre de 2000, se recibió en la seccional Medellín de Asfaddes, una nueva amenaza en contra de Pancho Castro. La misma fue enviada por correo. Ante las amenazas proferidas en contra de los miembros de la Asociación, sus directivas tomaron la decisión de cerrar transitoriamente su sede en Barrancabermeja, a partir del 28 de febrero de 2001, como mecanismo para garantizar la vida de las personas que allí laboran. Igualmente, las actividades de la organización en Medellín se han visto paralizadas. Contra la Corporación Regional para la Defensa de los Derechos Humanos CREDHOS La actividad social y política en pro de la población civil víctima del conflicto ha convertido a muchos defensores de derechos humanos en víctimas de amenazas, hostigamientos, desplazamiento forzado y muerte violenta. Como prueba de ello, la entonces presidente de Credhos, señora Osiris Bayther, se vio obligada a abandonar el país en el año de 1998, por amenazas contra su vida. Situación similar se presentó en el caso del ciudadano Marco Tulio Torres, promotor de la Corporación en el municipio de San Pablo, Bolívar, quien debió renunciar a sus labores. Entre los días 16 y 18 de octubre de 1999, la oficina de Credhos en la ciudad de Barrancabermeja fue saqueada. Un día después, el señor Pablo Javier Arenales, promotor de la Corporación en esa ciudad, fue amenazado, mediante llamada a su teléfono celular. La amenaza se repitió en abril de 2000, esta vez, la comunicación telefónica la recibió en su casa. La secretaria de esa Corporación, Mónica Madero Vergel, el pasado mes de agosto de 2000, recibió una llamada amenazante en el teléfono celular asignado por el Programa de Protección de la Dirección General para los Derechos Humanos del Ministerio del Interior. La Corporación Regional para la Defensa de los Derechos Humanos - Credhos -, con sede en Bucaramanga, denunció a la opinión pública nacional e internacional las amenazas contra sus miembros, contenidas en un panfleto que a nombre de las Autodefensas Unidas de Colombia circuló en el marco del evento “Por la Vida y los Derechos Humanos”, en septiembre de 2000, como arriba se anotó. Las amenazas estuvieron dirigidas a los Defensores de los Derechos Humanos en Colombia y, en particular, a los miembros de la Corporación Regional para la Defensa de los Derechos Humanos, a quienes señalaron como auxiliadores de la guerrilla y, en consecuencia, objetivo militar. Cabe señalar, que el evento tenía como objetivo la presentación al Estado colombiano de una propuesta de paz, así como de una síntesis de la crisis de los derechos humanos en la región del Magdalena Medio y, en general, sobre la situación de amenazas e indefensión de los defensores de los derechos humanos en Colombia. Desde los primeros días del mes de enero de 2001, el señor Iván Madero Vergel, quien se desempeña como servidor público en la ciudad de Barrancabermeja y es miembro de la junta directiva de Credhos, ha sido objeto de permanentes amenazas, por parte, presuntamente, de las denominadas Autodefensas. Según informa, el mencionado grupo armado ilegal lo ha señalado como “auxiliador de la guerrilla”, al igual que a otros dirigentes comunales de esa ciudad. En síntesis, durante sus 13 años de existencia, 8 asociados de la Corporación han sido asesinados y 2 más han sufrido atentados contra su vida. Contra las Brigadas Internacionales de Paz BIP El día 8 de febrero del año en curso, dos hombres que se identificaron como integrantes de las denominadas Autodefensas Unidas de Colombia, ingresaron a la Casa de la Organización Femenina Popular, ubicada en el sector suroriental de Barrancabermeja, obligando a las personas que allí se encontraban a entregar sus teléfonos celulares. A un miembro de las Brigadas Internacionales de Paz -de nacionalidad sueca-, le retiraron su pasaporte y lo amenazaron, declarándolo objetivo militar Contra miembros de otras Organizaciones no Gubernamentales Según se informó a la Defensoría del Pueblo, durante el año 2000, luego de una denuncia global por las amenazas de grupos de autodefensa en contra de las organizaciones no gubernamentales, se inició una persecución contra miembros del Colectivo de Abogados José Alvear y de otras organizaciones. El pasado 19 de febrero de los corrientes, se informó a la Defensoría del Pueblo acerca del allanamiento -al parecer- ilegal, - por parte de miembros de la Policía Nacional-, a la sede de la Mesa Regional de Trabajo Permanente por la Paz, la cual se encuentra ubicada en el sector nororiental de Barrancabermeja, en hechos ocurridos el 5 de febrero del año en curso. CONSIDERANDO Primero: Competencia de la Defensoría del Pueblo • Es competencia de la Defensoría del Pueblo velar por el ejercicio y vigencia de los derechos humanos, de conformidad con el artículo 282 de la Constitución Política. • Le corresponde al Defensor del Pueblo hacer las recomendaciones y observaciones a las autoridades y a los particulares en caso de amenaza o violación a los derechos humanos, de acuerdo con el artículo 9 numeral tercero de la Ley 24 de 1992. • Es prerrogativa del Defensor del Pueblo apremiar a las organizaciones privadas para que se abstengan de desconocer un derecho, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 9 numeral quinto de la Ley 24 de 1992. • Corresponde al Defensor del Pueblo rendir informes periódicos sobre el resultado de sus investigaciones, denunciando públicamente el desconocimiento de los derechos humanos, según lo prescrito en el artículo 9 numeral 22 de la Ley 24 de 1992. • Es atribución de la Dirección Nacional de Atención y Trámite de Quejas tramitar de oficio o a petición de cualquier persona las solicitudes y quejas en forma inmediata, oportuna e informal, y abogar por la solución del objeto de las mismas ante las autoridades y los particulares, de conformidad con el artículo 26, numeral 1 de la ley 24 de 1992. • Son competentes para la atención y trámite de las quejas, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo primero de la Resolución No.2112 de 1995, las Defensorías Regionales y las Oficinas Seccionales, en el ámbito de su jurisdicción. Segundo: Los Derechos Humanos en un Estado Social de Derecho El Estado Social de Derecho, consagrado en la Constitución Política, tiene como finalidad la búsqueda de la convivencia a partir del respeto y la garantía de los derechos humanos. De esta manera, los derechos humanos son parte constitutiva del Estado colombiano y son éstos quienes se erigen en límite al poder estatal y a las autoridades que lo detentan. Paralelamente, gracias a los principios derivados de los derechos fundamentales, se sientan las bases del respeto a la dignidad humana y se niega la posibilidad de violar el mismo derecho. Es, entonces, deber de todos los colombianos, defender y difundir los derechos humanos como fundamento de la convivencia pacífica, propender al logro y mantenimiento de la paz y obrar de conformidad con el principio de solidaridad social, respondiendo con acciones humanitarias, ante situaciones que pongan en peligro la vida de los asociados, de conformidad con el artículo 95 de la Constitución Política. Tercero: La Declaración de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el derecho y el deber de los individuos, los grupos y las instituciones de promover y proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales, universalmente reconocidos La Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas aprobó la “Declaración sobre el derecho y el deber de los individuos, los grupos y las instituciones de promover y proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales universalmente reconocidos”, mediante la Resolución 53/144 del 8 de marzo de 1999 e invitó, igualmente, a los gobiernos, organismos y organizaciones del Sistema de Naciones Unidas, las organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales a difundirla, promoverla y respetarla. La Declaración fue aprobada gracias al interés de la Asamblea General en reafirmar los propósitos y principios de la Carta de Naciones Unidas y la promoción y el respecto de los derechos humanos y las libertades individuales. Asimismo, lo hizo teniendo en cuenta la Resolución 1998/7 de la Comisión de Derechos Humanos, que aprobó el texto del proyecto de Declaración y la Resolución 1998/33 del Consejo Económico y Social que le recomendó a la Asamblea la aprobación del mismo. En la Declaración se reafirman los propósitos y principios de la Carta de Naciones Unidas y se destaca el compromiso de promover y fomentar el respeto de los derechos humanos y libertades fundamentales, por parte de los miembros de la Comunidad Internacional. En la misma, se reconoce el rol de la Comunidad Internacional y de los organismos estatales y no estatales en la búsqueda de la eliminación efectiva de las violaciones de los derechos humanos y es reiterativa, en el sentido de reconocer que tanto éstos, como las libertades fundamentales son universalmente indivisibles e interdependientes, debiéndose promover su aplicación de manera justa y equitativa. En su articulado se observa que hay un interés por la activa participación del individuo, sólo o asociado, en las tareas y labores que competen la promoción y el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales. Por ello, el primer postulado lo constituye el derecho de toda persona, individual o colectivamente, a procurar la protección y realización de este núcleo de derechos y le confía al Estado la responsabilidad de promoverlos y hacerlos efectivos, por lo que puede y debe adoptar las medidas internas necesarias para su materialización. En la Declaración se estipula, igualmente, que toda persona, individual o colectivamente, tiene derecho a participar en el gobierno y en los asuntos públicos de su país, por lo que puede presentar propuestas, en aras de la promoción y respeto de los derechos humanos. De igual manera, tiene derecho, en el ejercicio de los derechos humanos y las libertades fundamentales, incluidas la protección y promoción de los mismos, a disponer de recursos eficaces y a ser protegida en caso de violación de esos derechos. De esta forma, la persona de forma individual o colectiva tiene derecho a denunciar las políticas y acciones de los funcionarios y órganos gubernamentales en relación con violaciones de derechos humanos, ante las autoridades competentes y éstas deben emitir su decisión sobre la denuncia sin demora indebida. La persona tiene derecho a asistir a las audiencias públicas y a ofrecer o prestar asesoría legal. La persona puede acudir, adicionalmente, sin demoras ni trabas, de conformidad con los instrumentos internacionales y procedimientos internacionales aplicables, a los organismos internacionales que tengan competencia general o especial para recibir y examinar comunicaciones sobre cuestiones de derechos humanos. Según la Declaración, el Estado concernido realizará una investigación rápida e imparcial en casos en los que existan motivos para creer que se produjo una violación de los derechos humanos y las libertades fundamentales. Asimismo, todas las personas, individual o colectivamente, tienen derecho a participar en actividades pacíficas contra las violaciones de los mismos. En relación con la protección, se señala que ésta debe ser garantizada por el Estado, a través de las autoridades competentes, y que es un derecho del individuo. Las medidas de protección deben ser difundidas ampliamente por las autoridades estatales. Finalmente, se determina que los dispuesto en la Declaración no puede ser interpretado de forma contraria a los postulados de la Carta de las Naciones Unidas. Por último, es necesario mencionar que mediante resolución de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas 2000/61, se pidió al Secretario General el nombramiento, por un período de tres años, de un representante especial el cual informará sobre la situación de los defensores de los derechos humanos en todas las partes del mundo y sobre los medios posibles de aumentar su protección en plena conformidad con la Declaración, arriba descrita. Las principales actividades del representante especial son: “a) Recabar, recibir y examinar información, así como responder a la misma, sobre la situación y los derechos de toda persona que, actuando individualmente o en asociación con otras, promueva y proteja los derechos humanos y las libertades fundamentales; b) Establecer una cooperación y sostener diálogos con los gobiernos y otros agentes interesados en la promoción y aplicación efectiva de la Declaración; c) recomendar estrategias eficaces para proteger mejor a los defensores de los derechos humanos y seguir el cumplimiento de esas recomendaciones”. Cuarto: La Labor de los Defensores de Derechos Humanos: Una necesidad legítima en un Estado Social de Derecho De acuerdo con los resultados de la investigación llevada a cabo entre octubre de 1998 y noviembre de 1999, por el International Council on Human Rights Policy, las instituciones de derechos humanos “tienen un papel vital que desempeñar en el proceso de legitimar y transmitir los valores de derechos humanos en el seno de la sociedad y de extender la protección y asistencia a los grupos vulnerables”. Aunque esta afirmación se hizo respecto de las instituciones nacionales de derechos humanos, es válida también para las organizaciones no gubernamentales de derechos humanos, cuyo mandato está centrado, igualmente, en los derechos humanos. Es pertinente resaltar que el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, los Relatores Especiales de Tortura y de Ejecuciones Extrajudiciales y sobre la Independencia de Jueces y Abogados, la Subcomisión de Prevención de Discriminación y Protección a las Minorías de la ONU y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos han coincidido en recomendar al Gobierno colombiano, en diferentes oportunidades, el respaldo, la garantía y el respeto por el trabajo que desarrollan las organizaciones no gubernamentales de derechos humanos en la defensa, protección y promoción de los derechos ciudadanos. Para estos organismos, es importante que las altas autoridades políticas y militares reafirmen que las actividades en pro de los derechos humanos, el sindicalismo y las actividades de las organizaciones cívicas orientadas a mejorar las condiciones sociales y económicas, en particular de la población rural e indígena, son legítimas y necesarias. Según el Comité de Derechos Humanos de la ONU, es necesario que se adopten medidas para lograr que los periodistas, líderes políticos, sindicales, maestros y activistas de derechos humanos sean capaces de ejercer sus derechos y libertades, en particular, la libertad de expresión, reunión y asociación, sin intimidación alguna. El Relator Especial sobre la Independencia de Jueces y Abogados, a su vez, solicitó medidas más enérgicas y eficaces con el fin de proteger las actividades legítimas de los abogados y funcionarios públicos que defienden los derechos humanos. De igual forma y con el fin de reducir los niveles de impunidad, solicitó la asignación de recursos suficientes a las dependencias de derechos humanos de la Fiscalía General de la Nación y la Procuraduría General de la Nación, a los Personeros Municipales y a la Defensoría del Pueblo. La Comisión Interamericana, por su parte, recomendó al Estado tomar las medidas necesarias para garantizar que sus fuerzas de seguridad comprendan que los activistas y organizaciones de derechos humanos no desarrollan actividades ilegales o disidentes por el hecho de que actúen a favor del fomento y la protección de los derechos humanos. De igual forma, requirió del Estado investigaciones penales serias, imparciales y efectivas, frente a los incidentes de violencia contra los trabajadores de los derechos humanos y solicitó sancionar a los responsables. Por otro lado, la Comisión consideró positiva la creación del programa, a cargo del Ministerio del Interior, para la protección de las personas que trabajan en el ámbito de los derechos humanos. Según la Comisión Interamericana, el Estado colombiano debe asegurar la protección, bajo cualquier circunstancia, de las personas en cuyo nombre la Comisión y la Corte, respectivamente, hayan dictado medidas cautelares o medidas provisionales. De igual forma, recomendó al Gobierno suspender a los miembros de la Fuerza Pública contra quienes existieren indicios serios de responsabilidad en la persecución a los defensores de derechos humanos, aunque los procesos penales y disciplinarios no hubieren concluido. La Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, a su vez, ha recomendado a las autoridades colombianas que hagan efectivo el reconocimiento del derecho de los defensores de derechos humanos a desarrollar sus actividades sin injerencias ni impedimentos ilegítimos y en condiciones de plena seguridad para su vida, su integridad y su libertad. En este sentido, se deben adoptar todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de los defensores de derechos humanos. “El Estado debe emprender la investigación penal seria, imparcial y efectiva de los incidentes de violencia contra los trabajadores de los derechos humanos y sancionar a quienes los perpetran, como medio fundamental para prevenir la reiteración de incidentes violentos”. De la misma forma, esta Oficina exhortó al Gobierno para que adopte las medidas para garantizar que sus fuerzas de seguridad comprendan que los activistas y las organizaciones de derechos humanos no pueden considerarse como participantes en actividades ilegales o disidentes, por el hecho de que actúen a favor del fomento y la protección de los derechos humanos. Adicionalmente, la Alta Comisionada pidió la revisión de los fundamentos y procedimientos de las actividades de recolección de inteligencia, dirigidas a los defensores de los derechos humanos y sus organizaciones. En este contexto, solicitó al Gobierno la adopción de un mecanismo que les permita a los defensores de derechos humanos tener acceso a la información de inteligencia recogida sobre ellos. El Procurador General de la Nación debe, de acuerdo con la Alta Comisionada, examinar cuidadosamente los expedientes de inteligencia, con el fin de garantizar la pertinencia y precisión de la información y para ejercer un control sobre los métodos empleados. La Alta Comisionada ha solicitado, igualmente, en forma reiterada, que los funcionarios del Estado se abstengan de hacer declaraciones que sugieran que las organizaciones no gubernamentales de derechos humanos actúan indebidamente o ilegalmente cuando realizan sus funciones de promoción y fomento de los derechos humanos. Éstos deben, por el contrario, declarar clara e inequívocamente la legitimidad e importancia de la labor de estas organizaciones. Ahora bien, el Gobierno Nacional, a través de la Directiva Presidencial No. 07 de septiembre 9 de 1999, resaltó la importancia de las organizaciones nacionales e internacionales que tienen por objetivo velar por la realización de los derechos humanos y del Derecho Internacional Humanitario. En este sentido, ha señalado que estas organizaciones contribuyen a consolidar la democracia y se constituyen en elementos de control de las actuaciones del Estado y de los particulares y en fuente de iniciativas en la búsqueda y reconocimiento de la dignidad del hombre. En consecuencia, el Presidente ordenó a todos los servidores públicos abstenerse de cuestionar la legitimidad de las organizaciones de derechos humanos y de hacer falsas imputaciones o acusaciones contra sus miembros. Igualmente, el Presidente determinó que todos los servidores públicos deben atender y despachar en forma oportuna las solicitudes de información que realicen las organizaciones de derechos humanos y que tengan relación directa con su trabajo. Por último, en la Directiva Presidencial se dispuso que el Director de Derechos Humanos del Ministerio del Interior debe atender y dar curso a las solicitudes de protección de las organizaciones de derechos humanos, a través del Comité de Evaluación de Riesgos del Programa de Protección de Testigos y Personas Amenazadas, creado por la ley 199 de 1995, artículo 6 y desarrollado mediante el decreto 0372 de 1996, artículo 32. Respecto de este programa, es necesario señalar que el mismo está orientado a la protección de la vida e integridad personal de los dirigentes y activistas de partidos y movimientos políticos, de movimientos sociales y de organizaciones no gubernamentales de derechos humanos y de los testigos en caso de violación de los mismos. A las personas amparadas por este programa se les podrá suministrar, según su situación particular de riesgo, protección física, cambio de identidad y de domicilio, medios de movilización, sistemas de comunicación, traslados al interior del país o al extranjero, permisos de portar armamento, asistencia social y demás medios temporales o permanentes, encaminados a garantizar en forma adecuada la preservación de la vida e integridad de la persona y de su núcleo familiar. Posteriormente, a través de la ley 418 de 1997, se creó el Programa de Protección a personas que se encuentran en situación de riesgo contra su vida, integridad, seguridad o libertad, por causas relacionadas con la violencia política o ideológica, o con el conflicto armado interno que padece el país. En este programa están contemplados, igualmente, los dirigentes y activistas de las organizaciones de derechos humanos. Quinto: Acción Defensorial En cumplimiento de sus funciones y frente a los hechos enunciados en la primera parte de esta Resolución, la Defensoría del Pueblo, a través de la Dirección Nacional de Atención y Trámite de Quejas y de la Defensoría Regional del Magdalena Medio, asumió la acción defensorial respectiva y remitió a las autoridades civiles y militares del orden nacional y regional, así como a la Fiscalía General de la Nación, los requerimientos necesarios, con el fin de que se tomaran de manera urgente las medidas pertinentes para garantizar la vigencia de los derechos fundamentales de los miembros de estas organizaciones, así como de todos los habitantes de la ciudad de Barrancabermeja. Asimismo, una vez se tuvo conocimiento de la desaparición forzada de Ángel José Quintero Mesa y Claudia Patricia Monsalve, miembros de Asfaddes, la Dirección Nacional de Atención y Trámite de Quejas, por auto del 26 de octubre del 2000, determinó iniciar una acción defensorial especial y designó a los asesores Ricardo Esteban Forero Vásquez y Sergio Arboleda Casallas, para que adelantaran las gestiones y trámites necesarios, con el fin de verificar los hechos materia de la queja, practicar visitas y requerir información de los particulares, autoridades civiles, militares y de policía, organismos de seguridad y demás funcionarios administrativos y judiciales, entre otros, encaminados al esclarecimiento de los hechos y a determinar la idoneidad de las acciones adoptadas por las autoridades. Durante los días 13, 14 y 15 de noviembre se desplazó la Comisión a la ciudad de Medellín, con el fin de practicar visitas y sostener entrevistas con las autoridades y miembros de las organizaciones afectadas. Con respecto a los hechos de violencia en contra de los miembros de Credhos, la Dirección Nacional de Atención y Trámite de Quejas, mediante auto del 26 de octubre del 2000, determinó iniciar una acción defensorial especial y comisionó a los asesores Sergio Arboleda Casallas y Ricardo Esteban Forero Vásquez para que adelantaran las gestiones y trámites correspondientes. La Comisión se trasladó a la ciudad de Barrancabermeja los días 16, 17 y 18 de noviembre del 2000, con el fin de practicar visitas y sostener entrevistas con las autoridades y miembros de las organizaciones afectadas. Igualmente, con respecto a las denuncias presentadas por la Organización Femenina Popular y las Brigadas Internacionales de Paz, el Delegado de Participación Ciudadana hizo presencia en el lugar y se entrevistó con la población afectada, el 8 de febrero pasado. A continuación, se hace una descripción de la situación detectada, en desarrollo de la labor defensorial. Características de la Zona Barrancabermeja, puerto sobre el Río Magdalena, es en sentido económico y social la capital del Magdalena Medio. Tiene una superficie de 1.213,5 kilómetros cuadrados y se compone de 156 barrios, distribuidos en siete comunas y seis corregimientos. La ciudad comienza a emerger en el concierto nacional a partir de 1916 con la explotación del primer pozo petrolero. Su condición de puerto, que aglutina el Magdalena Medio y une el interior del país con la Costa atlántica, le da gran importancia regional y nacional. La región posee una gran riqueza en recursos naturales. Su principal actividad es la industria petrolera, desarrollada a través de la Empresa Colombiana de Petróleos Ecopetrol y cuenta con la refinería más grande del país. La zona ha sufrido fuertes corrientes migratorias, propias de la actividad portuaria y, últimamente, originadas en los hechos de violencia. En esta ciudad se han librado los más grandes conflictos en la historia laboral del país, acompañados, de manera casi constante, por las luchas campesinas y las protestas urbanas. Los actores armados de la insurgencia han hecho presencia, concretamente, el ELN, el EPL y las FARC. A partir de 1981, en respuesta a las extorsiones, secuestros, amenazas y asesinatos de comerciantes, ganaderos y terratenientes de la zona, surgen en el Magdalena Medio diferentes organizaciones al margen de la ley, entre ellas, la denominada Muerte a Secuestradores (MAS), semilla de otro actor armado, hoy conocido con el nombre de Autodefensas. Estos grupos operan actualmente en toda la región y, de manera particular, en la zona urbana de Barrancabermeja, con el respaldo económico derivado de la actividad del narcotráfico y con el apoyo de algunos sectores económicos que se sienten afectados por el accionar de las organizaciones insurgentes. Es importante recalcar que esta ciudad, por su ubicación estratégica respecto a la posible zona de encuentro con el ELN, viene siendo sometida a una gran avanzada paramilitar, con el fin de obtener el dominio de un territorio que es puerta de entrada y salida de la región. La disputa territorial con la guerrilla urbana del ELN y las FARC se presenta en los barrios nor y surorientales, convirtiendo algunas zonas residenciales en campos de guerra y confrontación. Esta situación ha creado una gran tensión y zozobra entre los habitantes de la zona. El temor generalizado de la población ha producido desplazamientos de personas y familias hacia el sector céntrico de la localidad, notándose en algunos barrios la desolación producto de las órdenes emanadas de los actores en contienda. Ahora bien, pese a que el Gobierno Nacional ha incrementado el pie de fuerza, los resultados no han sido alentadores. Según la información suministrada por la Defensoría del Pueblo Regional Magdalena Medio, en el año 2000, se presentaron 539 casos de muertes violentas, 14 incineraciones de vehículos, 12 atentados terroristas, 11 hostigamientos a la fuerza pública, 5 activaciones de artefactos explosivos y la desactivación de 13 de estos artefactos. De acuerdo con los reportes estadísticos dados a conocer recientemente, la mayoría de los muertos contabilizados por el Cuerpo Técnico de Investigaciones de la Fiscalía en el casco urbano de este puerto, durante los primeros 45 días del año, 145 en total, ha sido acusada de pertenecer, auxiliar, simpatizar o sencillamente habitar por coincidencia cerca de un militante de las FARC o del ELN. En los últimos meses, los grupos de Autodefensa que operan en la zona, especialmente en el casco urbano de Barrancabermeja, han amenazado y atentado contra la vida e integridad física de varios líderes políticos, sindicales, campesinos y de organizaciones sociales, a quienes han señalado como simpatizantes o auxiliadores de los grupos insurgentes. En el marco de su estrategia de terror, los grupos de autodefensa han amenazado a las comunidades barriales del sector suroriental que no aceptan sus condiciones y las han obligado a abandonar sus viviendas. De igual manera, en repetidas ocasiones han convocado a reuniones públicas a las que, bajo amenazas, deben asistir los pobladores y en las que buscan hacer notoria su presencia y su capacidad de intimidación. En este contexto, las acciones de los grupos de autodefensa también se han dirigido en contra de las organizaciones defensoras de derechos humanos y de sus miembros, entre ellas la Organización Femenina Popular (OFP), la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (Asfaddes), las Brigadas Internacionales de Paz y la Corporación Regional de Derechos Humanos (Credhos). En distintas oportunidades, las organizaciones no gubernamentales de derechos humanos han puesto de presente la actitud permisiva de algunas autoridades públicas, para con los grupos de autodefensa que operan en la región. Labores de las diferentes Organizaciones no Gubernamentales que trabajan en la región del Magdalena Medio La Organización Femenina Popular, OFP La Organización Femenina Popular -OFP-, es una organización de mujeres populares que nació como propuesta de la Iglesia Católica en 1972. En 1988, se convirtió en una organización autónoma. A partir de 1995, extiende su trabajo en el Magdalena Medio con presencia en San Pablo, Cantagallo, Yondó y Puerto Wilches, en los siguientes campos: 1. Economía solidaria: cooperativa de mujeres, grupos de producción, capacitación técnica y comedores populares. (i) (i) 2. Área de educación y formación: centro de documentación, periódico “Mujer Popular”, materiales pedagógicos y conversatorios. (ii) (ii) 3.Área de Salud Integral: medicina general, ginecología, psicología y odontología. (iii) (iii) 4.Área Juvenil: talleres de danza y música. (iv) (iv) 5.Área de Desplazados: seguridad alimentaria, comedores infantiles, huertas familiares, cría de animales, granjas comunitarias y olla comunitaria. (v) (v) 6.Área de Construcción y Reconstrucción del Tejido Social. La organización busca generar procesos participativos en las mujeres, desde estas áreas, por la defensa de sus derechos y los de la comunidad en general, todo ello enmarcado en los principios de organización, autonomía y civilidad. En la actualidad, un total de 146 jóvenes de bajos recursos, provenientes del sur de Bolívar y Barrancabermeja, cursan sus estudios en las diferentes facultades de la Universidad de la Paz, gracias a un convenio entre la OFP y este centro de educación superior. La Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecido, Asfaddes El primer caso publicitado sobre desaparición forzada en Colombia fue el de la señora Omaira Montoya, ocurrido el 10 de septiembre de 1977. Omaira se desempeñaba como bacterióloga y era militante de izquierda. Con posterioridad a este hecho, la práctica de la desaparición forzada de personas se volvió recurrente, como consecuencia de lo cual, familiares de las personas víctimas de este ilícito se congregaron en la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Asfaddes, “...organización que nació de la esencia misma de los conflictos sociales que ha vivido secularmente nuestro país y de la vivencia cotidiana de una situación de violencia concreta: la Desaparición Forzada de personas. Este es un organismo conformado fundamentalmente por mujeres, hombres, niños, jóvenes, amas de casa, campesinos, de extracción social mayoritariamente de clase baja y media baja, que tienen un familiar desaparecido, sin clasificación de edad” La Asociación es, entonces, una organización no gubernamental, de carácter nacional, cuya coordinación se encuentra en Bogotá, pero posee sedes en Cundinamarca, Bucaramanga, Popayán, Neiva, Medellín y Barrancabermeja. Ella reúne a los familiares de las personas desaparecidas en Colombia, combate esta práctica y ha procurado avances en la política gubernamental, a ese respecto. Es filial de la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Fedefam. “Los familiares de Detenidos Desaparecidos, llevan un seguimiento a su caso y gestionan actividades de denuncia, asistencia legal y documentación, acompañamiento, educación, niños y jóvenes, autogestión asistencia social y tercera edad, desplazamiento, que de acuerdo al caso adelantan procesos penales y otros, llegan hasta la instancia contencioso-administrativa logrando en algunas ocasiones castigo a los culpables y una indemnización como forma de ´reparar` o resarcir en alguna medida el daño causado por parte del Estado”. Según datos suministrados por Asfaddes, desde su inicio en 1982, se han presentado alrededor de 4.600 casos de desaparición forzada: “...en Colombia, desaparecen todo tipo de personas, hombres y mujeres, desde estudiantes hasta líderes sindicales y políticos, en su mayoría jefes de hogar, pero con énfasis en aquellas personas comprometidas con la concreción de una justicia social; por esto la Desaparición Forzada se convierte en un atentado contra la sociedad y cada individuo, desequilibrando la estabilidad familiar como núcleo de la sociedad” La Corporación Regional para la Defensa de los Derechos Humanos, CREDHOS La Corporación Regional para la Defensa de los Derechos Humanos, Credhos, es una asociación de trabajadores de derechos humanos, cuyo principal objetivo es la defensa de la dignidad de los pobladores de Barrancabermeja y el Magdalena Medio y, particularmente, de las víctimas de la violencia y la población vulnerable de esa región del país. La organización ha desarrollado labores durante 13 años de trabajo ininterrumpido en esa zona geográfica del país y se encuentra integrada por aproximadamente 500 activistas asociados y 25 directivos. Credhos recibe el soporte económico de la Agencia Evangelizadora de Londres. Además de las labores en el área de defensa de los derechos humanos, desarrolla tareas de educación, promoción y difusión, encaminadas a crear la base social para la paz. La organización busca crear consciencia en torno a la calidad de sujetos de deberes y, fundamentalmente, de derechos, de todas las personas. Igualmente, la Corporación ejerce labores de acompañamiento y defensa de la población civil y de los sectores vulnerables de la región del Magdalena Medio. Entre sus actividades más destacadas cabe destacar el desarrollo permanente de procesos educativos en las comunidades; la recepción y seguimiento a las denuncias de las víctimas de la violencia y el conflicto armado; la defensa y asistencia técnica de los afectados; el acompañamiento, la solidaridad y la relación directa con la población de Barrancabermeja y del Magdalena Medio, víctimas de la violencia política y social. En desarrollo de esta dinámica, la organización se ha propuesto articular una red de pobladores solidarios, defensores de derechos humanos y promotores que trabajen por soluciones civilistas, pacíficas y concertadas al actual conflicto, planteando como tarea específica la defensa de los derechos civiles y políticos, a través de procesos organizativos autónomos e independientes. A manera de ejemplo ilustrativo de la labor de Credhos, se pueden citar las siguientes acciones: el acompañamiento al éxodo de campesinos del sur de Bolívar y Valle del río Cimitarra y la asesoría en la negociación de los pliegos presentados por los campesinos; la participación periódica en las comisiones de verificación a hechos violentos contra pobladores del Magdalena Medio; el acompañamiento en las diferentes jornadas de paros y protestas ciudadanas; las negociaciones de pliegos laborales y sociales en el puerto; la organización del Foro por la Vida del barrio La Esperanza y la participación en la organización del Tribunal Internacional de Opinión que sesionó en la ciudad de Barrancabermeja entre el 13 y el 16 de mayo de 1999. La organización participa, también, en espacios colectivos de interlocución con la población civil y distintas organizaciones integrantes del tejido social de la región, mediante la edición de libros, cartillas educativas y artículos de análisis de la situación regional. Adicionalmente, la Corporación Regional para la Defensa de los Derechos Humanos hace parte integrante de la Coordinación de Trabajadores Humanos, el Consejo Municipal de Paz, el Comité Municipal de Desplazados y del Consejo Departamental de Paz de Santander. Por último, la denuncia pública de los hechos constitutivos de violación o amenaza de los de los derechos humanos en Colombia, así como la implementación y ejercicio de los mecanismos de protección judiciales y de participación ciudadana, constituyen otro de sus frentes de trabajo. A través de este mecanismo, se busca crear consciencia sobre la importancia del respecto a la dignidad y a la libertad de la persona; consolidar el compromiso político de las autoridades públicas para con las comunidades y establecer responsabilidades políticas en los gobernantes. Brigadas Internacional de Paz, PIB Brigadas Internacionales de Paz es una organización no gubernamental registrada ante la Organización de las Naciones Unidas. Desde 1994 realiza labores en Colombia. Su principal objetivo es la protección -a través del acompañamiento-, del espacio de actuación de los defensores de derechos humanos y las comunidades de desplazados. Cuenta con el aval de la Vicepresidencia de la República. Para conseguir este objetivo, el equipo de Brigadas Internacionales de Paz en Colombia permanece en terreno, acompañando a las personas u organizaciones amenazadas, realiza visitas periódicas a zonas de conflicto y dialoga con las autoridades civiles, militares y eclesiásticas, así como con las organizaciones no gubernamentales. Luego de recibir varias peticiones por parte de organizaciones de derechos humanos colombianas, PBI realizó un estudio en el terreno en el año 1993 y abrió su primer equipo en octubre de 1994. Desde esa fecha, ha proporcionado acompañamiento permanente con observadores en Bogotá, Magdalena Medio -con sede en Barrancabermeja- y, desde mediados de 1998, en Urabá y Bajo Atrato (con sedes en Turbo y Medellín). Adicionalmente, ha llevado a cabo acompañamientos y visitas regulares a otros departamentos del país. Brigadas Internacionales de Paz apoya las iniciativas colombianas que promocionen el respeto a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario y promuevan la resolución pacífica de los conflictos. El trabajo en el país está respaldado por una amplia Red de Apoyo en Europa y Norteamérica, compuesta por parlamentarios, personalidades, entidades de las diferentes iglesias y más de cien organizaciones no gubernamentales de países europeos y Norteamérica. Brigadas Internacionales de Paz aboga por la no violencia, en el marco de las normas internacionales de los derechos humanos, bajo un estricto respeto a las leyes nacionales y con independencia política y religiosa. PBI no pretende suplantar en ningún momento las iniciativas colombianas en materia de derechos humanos, por el contrario, como arriba se anotó, las patrocina, con la presencia de observadores acompañantes internacionales. El equipo de PBI en Colombia está compuesto por personal voluntario proveniente de doce países, con experiencia previa y que ha recibido una formación amplia y específica, tanto sobre Colombia, como sobre el trabajo de observación y acompañamiento internacional. Brigadas Internacionales de Paz recibe fondos de más de 25 instituciones públicas y privadas de por lo menos ocho países, lo que le permite gozar de una clara independencia financiera respecto a cualquier entidad. Actualmente, acompaña en la región del Magdalena Medio a la Corporación Regional para la Defensa de los Derechos Humanos (Credhos), a la Organización Femenina Popular (OFP) y a la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (Asfaddes). El Caso de la Desaparición Forzada de Ángel José Quintero Mesa y Claudia Patricia Monsalve, funcionario y miembro de Asfaddes, respectivamente De acuerdo con la información recibida por la Comisión Defensorial, la desaparición de Ángel Quintero y Claudia Monsalve se produjo el viernes 6 de octubre de 2000 en las horas de la noche, luego de haber compartido una velada con sus compañeros de trabajo, en la ciudad de Medellín. Según se informó, las personas desaparecidas fueron esposadas y obligadas a abordar un vehículo Chevrolet Swif, color gris, seguido por una motocicleta negra de placas DT175. Ahora bien, cabe resaltar que durante el desarrollo del mecanismo de búsqueda activado, se presentaron, por razones de diversa índole, algunos allanamientos a organizaciones no gubernamentales, en la ciudad de Medellín, por parte de organismos de seguridad del Estado, entre las que se encuentra el Instituto Popular de Capacitación, IPC. En el análisis de las cintas de video de tres cámaras de Metro-seguridad, ubicadas en el sector donde presuntamente ocurrió el hecho, se observó que una de ellas cambió de enfoque, al parecer hacia su base, durante un lapso de tiempo relativamente prolongado, de las 21:35 p.m. a las 21:52 p.m. horas del día 6 de octubre del 2000, horario durante el cual se presume ocurrieron los hechos. Resulta curioso que la cámara más cercana al lugar de los hechos, sea la que cambie de enfoque justo en el momento de la desaparición de estas personas. Finalmente, es necesario indicar que la desaparición de estos miembros de Asfaddes, de acuerdo con el material recibido en la Defensoría, parece tener un carácter estrictamente político. Las Amenazas contra miembros de Credhos La Comisión Defensorial, en desarrollo de su tarea, pudo constatar que frente al fenómeno de las amenazas contra los defensores de los Derechos Humanos en el Magdalena Medio y, en particular, los miembros de la Corporación Regional para la Defensa de los Derechos Humanos, las autoridades públicas responsables de esa zona del país, se declaran impotentes frente a su manejo, tanto desde el punto de vista de su prevención, como de su capacidad operativa de reacción para contrarrestarlo. A lo anterior, se suma la prevención y desconfianza de las organizaciones de Derechos humanos frente a la Fuerza Pública en la región, a pesar de que la Policía Nacional se ha empeñado en aumentar su pie de fuerza en la ciudad, incrementando los patrullajes en los cuatro sectores en que se encuentra dividida, reforzando los servicios de acompañamiento y vigilancia especiales y fortaleciendo su trabajo comunitario. La institución ha proyectado, igualmente, construir nuevas estaciones de Policía en la ciudad. El funcionamiento de las medidas de protección físicas otorgadas a algunos miembros de Asfaddes y Credhos por el Programa de Protección del Ministerio del Interior Teniendo en cuenta las amenazas persistentes contra miembros de estas dos organizaciones, algunos de sus miembros han recibido apoyo del Programa de Protección de Testigos y Personas amenazas del Ministerio de Interior. Según la información recibida por la Defensoría del Pueblo, las medidas consisten en la protección física de las personas, a través de la dotación de teléfonos avanteles, que facilitan la comunicación con el Programa y la Policía Nacional, en caso de amenaza o riesgo. Asimismo, se les han suministrado medios de transporte para los traslados. Ahora bien, de acuerdo con el material recopilado, los teléfonos presentan fallas de funcionamiento en momentos críticos, algunas veces se percibe que las líneas se encuentran intervenidas y la Policía Nacional no responde al llamado con la urgencia requerida. La Defensoría tuvo conocimiento de que los fondos para cubrir hasta 192 horas de transporte a los miembros de estas organizaciones no se pagan oportunamente, actualmente, se les adeuda tres meses. Por ultimo, las medidas de seguridad aprobadas por el Ministerio en las sedes de estas organizaciones no se han terminado de ejecutar. Sexto: Las Medidas Provisionales a favor de la Asociación de familiares de Detenidos y Desaparecidos, ASFADDES, por parte de la Corte Interamericana de Derechos Humanos Como consecuencia de los hechos de violencia contra la organización Asfaddes, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos solicitó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos la adopción de medidas provisionales, a favor de sus miembros, con el fin de proteger y garantizar su vida. El Presidente de la Honorable Corte aceptó la solicitud de la Comisión, mediante Resoluciones del 22 de julio y 14 de agosto de 1997, las cuales fueron ratificadas por el pleno de la Corte el 11 de noviembre de 1997. Ante la gravedad de las amenazas y la desaparición forzada de Ángel José Quintero Mesa y Claudia Patricia Monsalve Pulgarín, conforme a las disposiciones del artículo 63 (2) de la Convención Americana, la Comisión solicitó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos una ampliación de tales medidas en favor de otros miembros de la misma asociación. Asimismo, la Comisión solicitó a la Corte Interamericana requerir al Estado colombiano, para que éste, respecto de la Asociación de Familiares Detenidos y Desaparecidos, Asfaddes y de sus miembros: -adopte de manera urgente las medidas necesarias para establecer el paradero de Ángel Quintero y Claudia Patricia Monsalve, investigar su desaparición y juzgar y sancionar a los responsables. -adopte las medidas necesarias para proteger la vida y la integridad personal de Angel Quintero, Claudia Patricia Monsalve, Martha Soto, Silvia Quintero, Gloria Herney Galíndez, Gladys Ávila y Rocío Bautista y concertar dichas medidas con los peticionarios y las personas protegidas. -ejecute las medidas técnicas de protección de las sedes de Asfaddes ya concertadas en el marco del Comité de seguimiento. -centralice la investigación de los hechos denunciados en la Unidad Nacional de Derechos Humanos de la Fiscalía General de la Nación, con miras a la individualización, juzgamiento y sanción de los responsables. -La Corte transmitió inmediatamente copia del escrito al Ministro de Relaciones Exteriores y solicitó al Gobierno adelantar las acciones descritas. Séptimo: Las Medidas cautelares a favor de la Corporación Regional para la Defensa de los Derechos Humanos, Credhos, por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos Como consecuencia de las amenazas y hostigamientos en contra de la Corporación Regional Credhos, el 15 de septiembre de 2000, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos solicitó medidas cautelares a favor de sus directivos y funcionarios. La Comisión, mediante comunicación del día 16 de octubre de 2000, solicitó al Ministro de Relaciones Exteriores de Colombia arbitrar las medidas detalladas para ese caso, así: -Concertar de común acuerdo las medidas de protección que resulten idóneas, a la luz de las circunstancias referidas, para preservar la vida y la integridad física de las personas cobijadas por las medidas cautelares. A tal efecto, representantes del Ministerio del Interior encargados del Programa de Protección, representantes de la Fiscalía General de la Nación y de la Policía Nacional deberán participar de una reunión con los representantes de Credhos y los peticionarios, con el fin de acordar las modalidades de protección requeridas. -Informar de manera conjunta a la Comisión dentro del plazo de diez días, acerca de las medidas de protección concertadas y hacerlas efectivas a la mayor brevedad. RESUELVE Primero: DESTACAR ante la comunidad nacional e internacional la importancia de la labor que realizan las organizaciones de derechos humanos nacionales e internacionales en todo el país y, especialmente, en la ciudad de Barrancabermeja. El Defensor del Pueblo RECUERDA que esta es una labor legítima y necesaria, amparada por la Constitución Política y las leyes, tal como se desprende, además, de la Directiva Presidencial No. 07 del 9 de septiembre de 1999. Segundo: RESPALDAR la Declaración de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el derecho y el deber de los individuos, los grupos y las instituciones de promover y proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales universalmente reconocidos, aprobada mediante Resolución 53/144 del 8 de marzo de 1999. Tercero: RECOMENDAR la visita a Colombia de la señora Hina Jilani, Representante Especial sobre la situación de los defensores de derechos humanos de las Naciones Unidas, a fin de que se establezcan mecanismos de cooperación y diálogo para lograr la aplicación efectiva de la Declaración de la Asamblea General. Cuarto: PROHIJAR en su conjunto las Recomendaciones Internacionales formuladas al Gobierno Nacional y a las autoridades colombianas, por el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas; la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos; los Relatores Especiales de Tortura y de Ejecuciones Extrajudiciales y sobre la Independencia de Jueces y Abogados; la Subcomisión de Prevención de Discriminación y Protección a las Minorías de la ONU y la Comisión Interamericana de Derechos y, en ese sentido, SOLICITAR al Gobierno y a las autoridades nacionales establecer los mecanismos adecuados para su cumplimiento. Para el logro de este fin, el Defensor del Pueblo recomienda al Gobierno Nacional que, en coordinación con todas las autoridades nacionales concernidas, estudie y adopte las siguientes medidas, a fin de implantar una política integral respecto de las organizaciones de derechos humanos, así: 1.Crear un mecanismo ágil y fluido de comunicación con las organizaciones de derechos humanos, a través de la conformación de una instancia permanente de diálogo, con la participación del Gobierno Nacional y representantes de las organizaciones de derechos humanos. 2. Fortalecer financieramente el Programa de Protección del Ministerio del Interior. 3. Crear un mecanismo especial para el seguimiento y control de las medidas de protección otorgadas a los diferentes miembros de las organizaciones de derechos humanos, por parte del Programa de Protección del Ministerio del Interior. Al respecto, el Defensor del Pueblo sugiere a la Procuraduría General de la Nación, en consonancia con las recomendaciones internacionales, ejercer un control de las labores de inteligencia que realiza la Fuerza Pública sobre los miembros de las organizaciones de derechos humanos, a fin de que se respeten los derechos, las libertades y garantías. La instancia descrita en el punto (i) servirá para la evaluación permanente sobre el particular. 4 .Respaldar públicamente la labor de las organizaciones de derechos humanos, mediante un seguimiento permanente a la Directiva Presidencial No. 07 de 1999. La instancia de diálogo referida en el punto (i) debe servir para el intercambio de información, a este respecto. El Defensor del Pueblo solicita a la Procuraduría General de la Nación, a través de sus agentes, ejercer una especial vigilancia administrativa y velar por la observancia de esta Directiva. 5. Apoyar públicamente la labor de promoción, divulgación y defensa de los derechos humanos de las organizaciones no gubernamentales, mediante el diseño de campañas publicitarias y pedagógicas en los diversos medios masivos de comunicación. 6. Condenar públicamente las informaciones que pongan en tela de juicio la labor de las organizaciones de derechos humanos, sea cual sea su origen 7. Diseñar, con base en las características especiales de la región del Magdalena Medio y, concretamente, de Barrancabermeja, una política de seguridad que involucre a toda la Fuerza Pública, con el fin de establecer estrategias preventivas para crear un clima de convivencia ciudadana. La Defensoría del Pueblo sugiere establecer un sistema eficaz que asegure que la Fuerza Pública cumpla su misión constitucional, el cual podrá incluir mecanismos de vigilancia y rotación del personal de la Fuerza Pública que labora en la zona. 8. Promover el desarrollo eficiente y oportuno de las investigaciones penales y disciplinarias por los hechos de violencia cometidos en contra de los miembros de las organizaciones de derechos humanos, mediante su seguimiento periódico en el Comité Especial de Impulso a las Investigaciones por Violaciones de Derechos Humanos, creado mediante decreto No. 2429 de 1998. El Defensor del Pueblo considera oportuno que la Procuraduría General de la Nación ejerza una vigilancia especial en estos procesos, a través de sus agentes especiales. Igualmente, solicita a la Fiscalía General de la Nación se estudie la radicación de todos los procesos penales por estos hechos en la Unidad Especial de Derechos Humanos con sede en Bogotá. 9. Promover las investigaciones disciplinarias contra los servidores públicos que por acción u omisión apoyen, permitan o toleren las actividades de los grupos de autodefensa en la región del Magdalena Medio y en todo el país. A este respecto, resulta procedente que la autoridad disciplinaria competente estudie como medida a adoptar, la separación inmediata del cargo de estos servidores. Quinto: SOLICITAR al Gobierno Nacional el cumplimiento efectivo de las medidas provisionales decretadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos a favor de Asfaddes y de las medidas cautelares solicitadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a favor de Credhos. En consecuencia, el Defensor del Pueblo recomienda la expedición del decreto por medio del cual se crea la Comisión de Seguimiento a estas medidas y de impulso a las investigaciones que se adelanten por violaciones a los derechos humanos perpetradas en su contra, previa concertación con las organizaciones de derechos humanos afectadas y aquellas que presentaron el caso ante los organismos internacionales. La Defensoría del Pueblo prestará su apoyo y colaboración a la Comisión. Sexto: EXHORTAR a los diferentes medios masivos de comunicación del país para que colaboren con la difusión y divulgación de la labor de las organizaciones de derechos humanos del país. Séptimo: APREMIAR a los actores del conflicto armado, especialmente a los grupos de Autodefensa que operan en la zona de Barrancabermeja, para que respeten la vida y la integridad personal de los miembros de las Organizaciones de Derechos Humanos, de las organizaciones sociales, así como de la población civil en su conjunto, e INSTARLOS para que entiendan la importancia y necesidad de su labor en el país. Octavo: ENCARGAR a la Dirección Nacional de Atención y Trámite de Quejas en colaboración con la Defensoría Regional del Magdalena Medio, el seguimiento de la presente Resolución. Noveno: TRASLADAR esta Resolución a las autoridades nacionales competentes, así como a la Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la Naciones Unidas con sede en Colombia y a la Representante Especial sobre la situación de los defensores de derechos humanos de las Naciones Unidas para su conocimiento y los fines de su misión en el país. Décimo: ENVIAR copia de esta Resolución a Asfaddes, Credhos, la Organización Femenina Popular, Brigadas Internacionales de Paz y a la Comisión Colombiana de Juristas, a fin de que ejerzan una veeduría especial para el cumplimiento de la misma y promocionen su divulgación con las otras organizaciones de derechos humanos en el país. Undécimo: INCLUIR la presente Resolución Defensorial y su seguimiento en el Informe Anual ante el Congreso de la República previsto en el artículo 282 numeral 7 de la Constitución Política. COMUNÍQUESE Y CÚMPLASE EDUARDO CIFUENTES MUÑOZ DEFENSOR DEL PUEBLO