San Salvador, a las doce horas con cincuenta y cuatro minutos

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72-2009
Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia: San Salvador, a las doce
horas con cincuenta y cuatro minutos del día veinte de octubre de dos mil diez.
El presente proceso constitucional de hábeas corpus fue iniciado a solicitud de los
abogados Roberto Girón Flores, Martín Salvador Morales Somoza y Martín Francisco
Jiménez Moreno, a favor del señor Yomar Rojaijú Vallejo Marroquín, condenado por el
delito de negociaciones ilícitas, contra actuaciones de la Sala de lo Penal de la Corte
Suprema de Justicia.
Analizado el proceso y considerando:
I.- Los pretensores señalaron que el señor Vallejo Marroquín fue condenado por el
Tribunal Sexto de Sentencia a la pena de cuatro años de prisión por el delito de
negociaciones ilícitas. Decisión que fue recurrida en casación ante la Sala de lo Penal de la
Corte Suprema de Justicia, la que luego del trámite correspondiente decidió no casar la
sentencia “…ordenándose el levantamiento de las medidas cautelares, y por la firmeza de la
sentencia tenida en casación, libró órdenes de captura para efectos de ejecución de la
sentencia. Sin embargo, estimamos que la Sala de lo Penal, violentó el principio contenido
dentro del debido proceso en materia penal conocido como „nec reformatio in pejus‟…”
(sic).
En razón de ello, los defensores del favorecido solicitaron la nulidad absoluta de
dicha providencia, la que fue declarada sin lugar por la autoridad demandada, ya que
consideraron que en “…la sentencia condenatoria, de manera enfática y sin dejar margen
para la duda o su posterior interpretación expresó que el imputado VALLEJO
MARROQUIN había actuado con DOLO EVENTUAL (…) Hay que mencionar que fue
este aspecto (que el tribunal haya condenado bajo el argumento que había actuado con dolo
eventual), el que se presentó ante la Sala de lo Penal como uno de los motivos de casación,
ya que la doctrina penal al unísono, señala que el delito de Negociaciones Ilícitas solo puede
ser cometido por dolo directo (…) lo que hizo la Sala en mención fue reelaborar los
argumentos jurídicos del Tribunal Sexto de Sentencia, a partir de un nuevo examen de los
hechos valorados por éste, y concluir que el imputado VALLEJO MARROQUIN, había
actuado con dolo, más ya no eventual sino DIRECTO (…) al haber transformado la Sala de
lo Penal, mediante su propio planteamiento de hechos y análisis de los mismos, la forma de
culpabilidad utilizada por el Tribunal Sexto de Sentencia (dolo eventual), reformó en
perjuicio del recurrente tanto el hecho como el derecho, violando así el principio recogido
en el Art. 413 Pr. Pn., que ya vimos tiene rango constitucional al incluirse dentro del
concepto de seguridad jurídica, según lo ha señalado esta honorable Sala. Se agrava más la
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situación al tener en cuenta que ese cambio cualitativo del dolo sirvió para configurar
típicamente la conducta atribuida al señor VALLEJO MARROQUIN, ya que de otra forma
manteniéndose los hechos y la calificación de los mismos expuesta por el tribunal
sentenciador no habría podido configurarse el delito imputado”. Con todo ello, afirmaron
que de no haberse efectuado ese cambio el delito “no existiría”, pero además para
“…efectos penológicos y en particular gozar de beneficios penales, es fundamental el tipo
de culpabilidad que se le atribuye a un agente; no es lo mismo actuar con dolo eventual que
con dolo directo…” (sic).
II.- Tal como lo establece la Ley de Procedimientos Constitucionales, se nombró
como Juez Ejecutor a la licenciada Cecilia Alejandra García Cabrera quien en su informe
señaló que “…la Sala [de lo Penal] al confirmar la Sentencia del Tribunal Sexto de
sentencia no modifico de ninguna manera el estatus jurídico del señor YOMAR ROJAIJU
VALLEJO MARROQUIN puesto que no se aumento ni se disminuyo el tiempo de la
sentencia, por otra parte no se cambio el tipo penal por uno mas grave que son en todo caso
los elementos del principio de la no reformatio in pejes…” (sic). Y por tanto, consideró que
no existían las violaciones constitucionales alegadas.
III.- Advierte esta Sala que a favor del señor Vallejo Marroquín se solicitó hábeas
corpus previamente, el cual fue registrado con referencia 30-2008 y que finalizó mediante
sentencia definitiva de fecha veintidós de diciembre de dos mil ocho, tal como lo refieren
los peticionarios en su solicitud.
En virtud de ello, es necesario señalar que la pretensión contenida en dicho proceso
es distinta a la queja planteada en el presente hábeas corpus, ya que en aquel se reclamaba el
exceso del plazo legalmente señalado para la detención provisional, lo que luego de
verificarse hizo que se estimara su pretensión; sin embargo, en el presente caso y como se
ha relatado en el considerando I de esta decisión, la queja está referida a la supuesta
violación de la prohibición de reforma en perjuicio del favorecido atribuida a la Sala de lo
Penal de esta Corte, respecto a la decisión del recurso de casación interpuesto contra la
sentencia definitiva condenatoria dictada en el respectivo proceso penal. Por tanto, no se
configura lo dispuesto en el artículo 64 número 2 de la Ley de Procedimientos
Constitucionales, en relación a la existencia de un hábeas corpus que verse sobre los mismos
motivos de lo que con anterioridad se había conocido; con lo cual, se habilita el análisis y
pronunciamiento de lo reclamado en este proceso constitucional.
IV.- En razón de los conceptos vertidos por los peticionarios, esta Sala estima
necesario referirse a la construcción jurisprudencial efectuada sobre el derecho de recurrir y
los principios de congruencia y la prohibición de la reforma en perjuicio frente a la
interposición de un recurso.
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Sobre el derecho a recurrir, esta Sala ha señalado que es una categoría jurídica
constitucional de naturaleza procesal, que si bien esencialmente dimana de la ley, también
se ve constitucionalmente protegida en tanto constituye una facultad de los gobernados que
ofrece la posibilidad que efectivamente se alcance una real protección jurisdiccional, tal
como lo exige el artículo 2 de la Constitución.
El derecho a los medios impugnativos permite atacar el contenido de una decisión
que cause perjuicio a efecto que la misma autoridad que la proveyó o alguna otra en su caso,
la conozca, la resuelva y la haga saber, guardando la debida relación lógica entre lo pedido y
lo resuelto.
En cuanto al principio de congruencia se ha afirmado que busca que la sentencia, y
en general toda resolución judicial, guarde una identidad jurídica entre lo resuelto por el
juez, sea o no estimatorio, y las peticiones planteadas por las partes en el proceso, con lo
cual se delimita el contenido de las resoluciones que deben proferirse, de acuerdo con el
sentido y alcance de las solicitudes formuladas por los involucrados en el proceso –v. gr.
resolución de HC 244-2009R de fecha 29/06/2010-.
Cabe acotar, además, que el principio de congruencia alcanza a todo el proceso,
extendiéndose incluso a la segunda instancia y la casación. En tal sentido, para que la
decisión que se provea sea congruente se requiere que el juez se pronuncie únicamente
sobre los puntos planteados en el recurso, respetando el principio mencionado y la
prohibición de la reforma en perjuicio.
Para el caso que interesa en el presente análisis, esta última regla también representa
un límite al ejercicio de las facultades conferidas a dichas autoridades cuando, conocen de
una decisión mediante la interposición de un medio impugnativo en el supuesto que su
promoción sea por parte del imputado o su defensor; pues supone la imposibilidad de que se
agrave el contenido del fallo dictado en primera instancia en perjuicio del recurrente único.
La mencionada interdicción goza de un doble fundamento: i) como manifestación directa
del principio dispositivo, su exigencia descansa en la obligación de congruencia de la
autoridad que conoce del medio de impugnación, respecto a la pretensión ante él deducida
por la parte gravada en primera instancia, y ii) como derivación del derecho a la protección
jurisdiccional, se busca que no se modifique lo resuelto ante el juez de la causa provocando
un perjuicio mayor que la resolución recurrida.
En ese orden de ideas, puede decirse que la prohibición de la reforma en perjuicio
implica que la autoridad judicial que conoce vía recurso, no tiene más facultades que las que
caben dentro de los límites de los medios de impugnación deducidos, en cuanto que se ven
inhibidos de agravar, perjudicar o empeorar objetivamente la situación del recurrente
cuando este sea el imputado a su defensor, impidiendo que se prive a este derecho de su
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finalidad específica de obtener una ventaja o un resultado más favorable. De esta forma, la
autoridad ante quien se recurre violará el principio de congruencia, cada vez que se
pronuncie sobre situaciones que no han sido planteadas por las partes e impliquen una
reforma de la sentencia en perjuicio del recurrente -v. gr. resolución de amparo 259-2006 de
fecha 29/10/2008-.
V.- Una vez determinados los criterios jurisprudenciales que sirven de base para el
análisis propuesto en el presente hábeas corpus, resulta indispensable relacionar los pasajes
del proceso penal que guardan relación con la pretensión planteada por los solicitantes, de
acuerdo a la certificación remitida por el Tribunal Sexto de Sentencia, así:
- Sentencia condenatoria del día treinta de agosto de dos mil seis, mediante la cual el
tribunal de sentencia relacionado condenó al señor Yomar Rojaijú Vallejo Marroquín a la
pena de cuatro años de prisión por el delito de negociaciones ilícitas. Del folio 3553 al 3601.
- Recurso de casación interpuesto por los defensores del favorecido, en contra de la
sentencia condenatoria relacionada, de fecha nueve de octubre de dos mil seis. Del folio
3643 al 3660.
- Resolución emitida por la Sala de lo Penal de esta Corte el día diecinueve de enero
de dos mil nueve, mediante la cual declaró no ha lugar el recurso de casación interpuesto
por los defensores del favorecido, se consideró firme la sentencia condenatoria dictada en
contra de este y se ordenó librar órdenes de captura en su contra para el inicio de la
ejecución de la pena impuesta. Del folio 3845 al 3853.
- Escrito de fecha veintidós de enero de dos mil nueve, dirigido a la Sala de lo Penal
de esta Corte, mediante el que los defensores del favorecido solicitaron se declarara la
nulidad absoluta de la decisión relacionada en el párrafo precedente. Del folio 3869 al 3871.
- Decisión emitida por la autoridad demandada el día trece de febrero de dos mil
nueve, en la que declaró sin lugar la nulidad absoluta alegada. Del folio 3872 al 3874.
VI.- Es así que, tal como se ha relacionado, en el proceso penal seguido en contra del
favorecido, existe sentencia definitiva ejecutoriada. En atención a ello, de conformidad al
criterio jurisprudencial reiteradamente sostenido -v. gr. resolución de HC 205-2008 de fecha
16/06/2010-, es procedente verificar si se cumple con alguna de las excepciones que
posibilitan el conocimiento de fondo de lo argumentado frente a la existencia de la cosa
juzgada; y ellas son: a) cuando durante la tramitación del proceso se invocó el derecho
constitucional; y b) cuando en el transcurso del proceso no era posible la invocación del
derecho constitucional violado.
Al respecto, luego de haber examinado la certificación de dicho proceso penal, se
concluye que los hechos alegados en el presente hábeas corpus respecto a la supuesta
vulneración a la prohibición de reforma en perjuicio acontecieron, precisamente, en la
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resolución del recurso de casación, que constituye la última etapa dentro del diseño del
proceso penal previo a la firmeza de la sentencia definitiva; por tanto, se ha comprobado la
ocurrencia del segundo de los supuestos que, como excepción, habilitan el conocimiento de
este tribunal sobre el fondo de una cuestión acontecida en un proceso en que exista
sentencia definitiva ejecutoriada, ya que no era posible su planteamiento dado que el
reclamo presentado supuestamente aconteció en la decisión que generó la firmeza de la
sentencia condenatoria –resolución del recurso de casación-. En consecuencia, la pretensión
tiene las condiciones de procedencia requeridas para su análisis y pronunciamiento en esta
sede constitucional.
VII.- Ahora bien, a partir de los insumos relacionados, como parte del fundamento
de esta decisión se analizarán las siguientes temáticas: 1- el recurso de casación en materia
penal, 2- los alcances del análisis encomendado a la Sala de lo Penal en la decisión de dicho
medio de impugnación, a partir de lo reclamado en el presente caso, 3- la relación, en
concreto, de las peticiones expuestas por los defensores del favorecido dentro del proceso
penal, y las decisiones judicial emitidas sobre ellas, que guardan relación con la pretensión
del presente hábeas corpus, y 4- la verificación de la procedencia del reclamo planteado, en
cuanto a que la autoridad demandada excedió sus atribuciones al modificar la clase de dolo
determinada por el tribunal de sentencia –de dolo eventual a directo- sin que fuera parte de
lo requerido en el recurso de casación, con lo que generó un perjuicio en la condición del
favorecido.
1- El recurso de casación constituye un medio de impugnación por el cual, en razón
de los motivos definidos en la legislación procesal penal, una de las partes demanda la
revisión de los errores jurídicos atribuidos a la sentencia de mérito que le afecta, reclamando
la correcta aplicación de la ley sustantiva o la anulación de la sentencia.
Es por tanto, una institución encaminada a enmendar las deficiencias que afectan al
juicio de derecho contenido en la sentencia -o resolución legalmente equiparable a ellamediante el control de su legalidad, haciendo una reevaluación de los fundamentos de la
decisión, a efecto que se repare la irregularidad contenida en esta que haya implicado para
quien hace uso de este recurso, un perjuicio en su situación jurídica.
Su regulación obedece al cumplimiento de una garantía que prevé el diseño del
proceso penal para concretizar el derecho de defensa del justiciable, en tanto resulta
indispensable contar con este medio de impugnación que permita a la parte que se considere
agraviada de una decisión judicial, plantear su reclamo por medio de un recurso que habilite
la revisión de la sentencia, de acuerdo a los alcances legalmente establecidos para tal efecto
y, de esa manera, acceder a la posibilidad de corregir alguna deficiencia que contenga la
decisión que le perjudica.
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2- En relación al recurso de casación debe decirse que, tal como está reconocido en
la normativa procesal penal salvadoreña, no habilita una revisión plena de lo decidido por
los tribunales inferiores, en tanto solamente permite el análisis de los aspectos específicos
señalados en la ley –referidos, según el artículo 421 del Código Procesal Penal, a la
inobservancia o errónea aplicación de un precepto legal– y no de todas las cuestiones
decididas en las resoluciones que pueden ser impugnadas mediante el mismo, verbigracia no
pueden debatirse nuevamente los hechos que el tribunal sentenciador ha declarado
probados, según los principios de intangibilidad de los hechos e inmediación que la misma
Sala de lo Penal ha señalado imponen determinados límites a su actuación, por ejemplo en
la sentencia 481-CAS-2006, de fecha 6-1-2009.
3- Frente al planteamiento de los solicitantes, resulta necesario considerar las
decisiones judiciales que involucran las supuestas violaciones a los derechos del favorecido
desde la sentencia definitiva dictada por el Tribunal Sexto de Sentencia, y los
pronunciamientos emitidos por la Sala de lo Penal al conocer del recurso de casación y el
incidente de nulidad absoluta posteriormente planteado, así:
A. En la sentencia condenatoria el Tribunal Sexto de Sentencia al respecto del
elemento subjetivo del tipo penal señaló que “…Sobre este punto considera el Tribunal que
si bien el imputado Vallejo Marroquín al igual que los otros dos imputados no formó parte
de la Comisión Evaluadora de Ofertas de la Contratación Directa número 05/2000M, el
mismo estuvo presente en la reunión realizada el día diez de diciembre de dos mil uno, por
haber sido llamado para brindar su opinión en relación a los productos a comprar, y en el
momento que se le pide su opinión manifiesta que posee un documento elaborado por el
mismo, pero con el visto bueno de los demás especialistas, el cual no portaba en el
momento, pero se traslada hasta su vivienda para presentarlo, evidenciándose con esta
acción nacimiento el dolo eventual por parte del imputado, pues si bien en el análisis técnico
no se hacía referencia alguna a recomendar productos y proveedores específicos, en el
mismo se solicitaba que los productos a comprar fueran innovadores, lo cual facilitaba
desviar la atención por parte de la Comisión (…) lo cual ponía en desventaja a las demás
empresas ofertantes, situación que dada la experiencia y especialidad del médico Vallejo
Marroquín, no era ignorada (…) Para este Tribunal queda establecido que la conducta del
imputado Vallejo Marroquín, es dolosa y es adjudicable darle la calidad de autor directo (…)
sabía que su actuar era ilícito, por lo que su actuar es doloso” (sic). Folio 3599 y 3600.
B. Sobre esta decisión, en el recurso de casación, los defensores del favorecido
consideraron que a partir de los fundamentos por los que se determinó que la conducta de
aquel encajaba en la modalidad de dolo eventual “…donde el autor asume y acepta la
posibilidad de realización del tipo, que en el caso concreto se traduciría en la posibilidad de
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que con la opinión dada se llegase a preferir a un proveedor y productos en particular. El
problema es que el delito en comento sólo puede ser cometido con DOLO DIRECTO como
bien lo señala la Doctrina en general (…) al reconocimiento de este tribunal de que el
imputado actúo con “dolo eventual”, se concluye que ha habido una deficiente interpretación
del art. 328 Pn., (…) En conclusión, no existiendo una coincidencia entre el hecho
acreditado y la descripción típica que se hace del delito de NEGOCIACIONES ILICITAS
en el art. 328 Pn., es evidente que la conducta tenida como delictiva es en realidad
ATIPICA…” (sic). Folios 3648 y 3649.
C. La autoridad demandada al decidir el recurso de casación señaló que “En cuanto a
la figura del dolo eventual a que hacen referencia los inconformes, esta Sala denota, que si
bien los sentenciadores al referirse al comportamiento del procesado, consistente en
proporcionar un documento con recomendaciones sobre eficacia y calidad de medicamentos
de oncología, lo conceptualizan como un: „…dolo eventual…‟ todos los argumentos que le
siguen se razonan sobre la base de un dolo directo; de tal suerte, que a pesar de referirse el
A-quo al citado dolo eventual, en esencia, su análisis está enfocado a la existencia de un
dolo directo, dada la explicación que se hace orientada a la existencia del ánimo del
imputado en facilitar la participación de un ofertante en el curso de una licitación (…) Se
advierte que, en el presente caso, el citado dolo directo es derivado por los jueces del juicio
de la actuación del inculpado (…) Estima este Tribunal, que las circunstancias antepuestas y
que se resumen en el párrafo transcrito, son suficientes para arribar a un estado de certeza
positiva respecto de la conducta dolosa del Doctor Vallejo…” (sic). Folio 3852.
D. La nulidad absoluta solicitada por los defensores del favorecido respecto a los
fundamentos transcritos en el párrafo anterior se basó en que “Esta Sala en su sentencia ha
rechazado el señalamiento que hacemos de que el Tribunal a quo al establecer la estructura
del delito de „Negociaciones Ilícitas‟ imputado a nuestro representado afirmó
categóricamente que éste había actuado con „Dolo Eventual‟. Nosotros le hicimos ver a esta
Sala que, este delito no puede ser cometido con Dolo Eventual sino solamente con „Dolo
Directo‟. La Sala ha salido al paso señalando que, al hacer un análisis del razonamiento del
Tribunal de Sentencia, se infiere que ése está enfocado a la existencia de un „Dolo Directo‟
(…) Lo inaceptable de la interpretación que Vos habéis hecho, acerca de lo manifestado por
el Tribunal sentenciador, es que causa un perjuicio grave a nuestro representado que de
aceptarse que el delito fue cometido con dolo directo, repercutiría en la existencia del delito
y hasta en la aplicación que pudiere darse de beneficios como la libertad condicional (…)
Luego si el delito de Negociaciones Ilícitas no puede cometerse con Dolo Eventual, se
carece de uno de los elementos de tipo, y obviamente, procede una absolución…” (sic).
Folios 3870 y 3871.
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E. Por su parte, la Sala de lo Penal, a propósito de la nulidad absoluta presentada
afirmó que los peticionarios “…de lo único que se quejan es de la supuesta labor de
interpretación que esta Sala hizo de las conclusiones esgrimidas por los sentenciantes (…)
según el Inc. 3º del Art. 427 Pr. Pn., especialmente en los casos –como el presente-, por
tratarse de la resolución de un vicio in iudicando, es en esta Sede donde se debe evaluar la
adecuada aplicación de la norma al caso concreto; desde luego, observando el principio de
intangibilidad de los hechos, es decir, siempre enmarcados en la plataforma fáctica que
durante el juicio se tuvo por acreditada, cuya exposición, en este caso, aparece ampliamente
desarrollada al interior del proveído que se impugna (…) lo que aparece explicado en torno
al punto en cuestión, es el control casacional del razonamiento jurídico establecido por los
juzgadores, teniéndose por acertado el ejercicio de subsunción que realizaron, sin que se
hayan establecido condiciones más allá de aquellas que fueron razonadas por los Jueces de
Instancia (…) los sentenciadores no estimaron procedente hacer alguna clasificación del
dolo, habiéndoles bastado con que en el juicio se les haya demostrado el actuar doloso del
imputado, dado que en apreciación de ellos, éste tenía el conocimiento pleno de que su
actuar no era lícito; es más cuando hicieron el ejercicio de individualización de la pena,
optaron por imponer la sanción mínima señalada para el delito juzgado, por haber estimado
que: „…el hecho revela una relativa gravedad…‟, sin que hayan hecho referencia a una
clasificación del elemento subjetivo” (sic).
4- Fundamentalmente, lo reclamado en el presente hábeas corpus es la resolución de
la Sala de lo Penal de esta Corte que declaró improcedente el recurso de casación interpuesto
en contra de la sentencia condenatoria del proceso penal seguido al señor Vallejo Marroquín,
así como el rechazo de la solicitud de nulidad absoluta de dicha decisión.
Lo anterior, porque en la resolución del recurso de casación, se determinó que el
favorecido había actuado con dolo directo, con lo cual se descartaba la postura adoptada por
el tribunal sentenciador respecto a que su actuar se enmarcaba en el dolo eventual. Esa
modificación incide en la condena impuesta en tanto, afirman, el delito de negociaciones
ilícitas solo puede cometerse bajo la modalidad de dolo directo, y dado que se había
determinado que el modo de comisión fue el de dolo eventual, se carecería del elemento
subjetivo del tipo penal y por tanto, la inexistencia de responsabilidad penal del favorecido.
Como se ha dicho en líneas previas, de acuerdo a la sentencia definitiva dictada por
el Tribunal Sexto de Sentencia se determinó la existencia de dolo en el actuar del señor
Vallejo Marroquín, elemento subjetivo del tipo penal necesario para la configuración del
delito de negociaciones ilícitas; con lo cual, se determinó imponer al favorecido la pena de
cuatro años de prisión, decisión que fue confirmada por la Sala de lo Penal al resolver el
recurso de casación.
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La discusión que genera el reclamo en esta sede es que, según los peticionarios, la
Sala de lo Penal fue más allá del análisis propuesto y en la decisión que declaró no ha lugar
la casación interpuesta modificó en perjuicio del señor Vallejo Marroquín la calificación
jurídica del delito al establecer que el actuar del favorecido encajaba en la modalidad de
dolo directo y ya no eventual como se había dispuesto en la sentencia definitiva.
En primer lugar, es ineludible dejar constancia que esta Sala no tiene competencia
para examinar y determinar las modalidades de dolo que pueden existir en la comisión de un
delito determinado y si para ciertos tipos penales existen exclusiones en razón de dichas
particularidades, dado que ello es función exclusiva de los jueces con competencia en
materia penal en las distintas instancias y grados de conocimiento determinados en la
legislación procesal penal.
De lo que sí puede pronunciarse esta sede es de la existencia de congruencia entre lo
requerido por las partes dentro de un proceso y lo resuelto finalmente por la autoridad
judicial, dado que el derecho a recurrir parte de la posibilidad que en el análisis que se haga
nuevamente de la decisión adoptada, se modifique, en casos como en el presente, la
situación jurídica del favorecido respecto a su libertad, debido a la imposición de una pena
de prisión en la sentencia definitiva sobre la cual se alegaron motivos que, de acuerdo a los
recurrentes, permiten la revocatoria de dicha decisión a efecto de absolver al señor
Marroquín Vallejo del delito que se le atribuyó. En ese sentido, es que se logra evidenciar la
vinculación de los reclamos presentados con el derecho de libertad física que se protege a
través de este proceso constitucional, y consecuentemente, habilita el análisis de
constitucionalidad requerido para determinar la procedencia o no de la pretensión planteada
A partir de lo dicho, en la jurisprudencia reseñada en el considerando III de la
presente resolución, se ha retomado el criterio adoptado por esta Sala respecto al principio
de congruencia debido a su íntima relación con la prohibición de reforma en perjuicio que ha
sido invocada por los pretensores. Sobre ello, de lo expuesto en la solicitud de hábeas corpus
se denota que el reclamo está relacionado con el apartamiento de lo decidido por la
autoridad demandada respecto a lo requerido en el recurso de casación, dado que lo único
que se propuso en esa sede era que se analizara si el delito de negociaciones ilícitas permitía
que el sujeto activo del mismo actuara con dolo eventual –como lo estableció el tribunal
sentenciador-, o como fue propuesto por los recurrentes dicho ilícito penal únicamente
admite la ejecución dolosa directa. Es con base en lo dicho que este tribunal identifica la
necesidad de determinar si lo decidido por la autoridad demandada es congruente con la
petición que le fue efectuada.
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La congruencia es un elemento esencial en la decisión judicial, en tanto permite a los
justiciables obtener una decisión que se ajuste a la contención que surja, como en este caso,
en el ámbito penal, a efecto de resolverla.
Ahora bien, la Sala de lo Penal en materia de casación, de acuerdo a la regulación
dispuesta en el Código Procesal Penal, tiene competencia para verificar la inobservancia o
errónea aplicación de un precepto legal, en este caso, referido al elemento subjetivo del tipo
penal. Es así que de la lectura de los fundamentos de su decisión se logra advertir que a
partir de la postura de los recurrentes sobre la modalidad dolosa que admite el tipo penal de
negociaciones ilícitas, dicho tribunal verificó que las consideraciones dadas por el tribunal
sentenciador eran suficientes para dar por comprobado este elemento del tipo penal y
consideró que a partir de los mismos fundamentos contenidos en la sentencia, en el ejercicio
de su potestad de realizar un análisis jurídico de los hechos probados, era posible arribar a
la conclusión que el actuar del favorecido había sido doloso bajo la modalidad directa. Se
trata pues de un análisis respecto a las condiciones sobre las que se determina la
concurrencia del elemento subjetivo del tipo penal, que es justamente lo que se propuso
como motivo de casación en el respetivo recurso.
Si bien, los pretensores han expuesto que lo único que debía hacer la Sala de lo Penal
era determinar si la modalidad de dolo eventual adoptada en su decisión por el tribunal
sentenciador para determinar la responsabilidad penal del favorecido, era posible en la
ejecución del delito de negociaciones ilícitas, debe recordarse que la habilitación sobre el
análisis eminentemente jurídico del tipo penal que fue requerido, permitía a la autoridad
demandada realizar un estudio de los fundamentos de la decisión y verificar si en la
determinación de la responsabilidad penal del inculpado se había aplicado adecuadamente la
figura penal atribuida. Es por tanto, congruente el análisis requerido –determinación del
elemento subjetivo del tipo- con la decisión dada por la autoridad demandada.
La vinculación que se ha hecho del principio de congruencia con la exigencia de no
vulnerar la prohibición de reforma en perjuicio tiene sentido porque de lo resuelto por el
mencionado tribunal no ha existido ninguna providencia que haya afectado en mayor
medida la decisión inicialmente contenida en la sentencia definitiva. Como se ha
mencionado, en el recurso de casación se ratificó el actuar doloso del favorecido y por tanto,
su responsabilidad penal en el delito que le fue atribuido, sin que ello provocara un aumento
en la pena impuesta que, vale decir, es la mínima legalmente dispuesta como sanción por la
comisión de dicho ilícito.
No es correcta la postura de los solicitantes al invocar este principio a partir de la
decisión emitida por la Sala de lo Penal, dado que aquella no agrava bajo ningún concepto la
pena de prisión impuesta al favorecido por el tribunal sentenciador. Y es que la
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improcedencia de su recurso respecto al motivo alegado referido en esta decisión, no implica
que la sentencia condenatoria haya sido modificada acrecentando la responsabilidad penal
del favorecido.
Por ello, lo aseverado por los solicitantes en cuanto a que esta situación tiene
repercusiones en el acceso a beneficios penitenciarios del favorecido carece de sustento,
sobre todo porque, como se ha dicho, la pena impuesta es la menor legalmente determinada
como sanción por la comisión del delito atribuido al favorecido, y la clasificación del tipo de
dolo en el actuar del condenado no es un elemento que se encuentre dispuesto en la
legislación penal para determinar la procedencia de otorgar o denegar aquellos beneficios.
Sobre la base de las razones anteriores, esta Sala considera improcedente acceder a
la pretensión planteada, en tanto que ha quedado demostrado que no ha existido violación
constitucional que afecte el derecho fundamental de libertad del favorecido, en razón de que
no se ha vulnerado la prohibición de reforma en perjuicio, en la decisión que resolvió el
recurso de casación interpuesto en contra de la sentencia definitiva que condenó al
favorecido por el delito de negociaciones ilícitas.
Por las razones expuestas y de conformidad con los artículos 2, 11 inciso 2º y 12 de
la Constitución, y 71 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1) no ha lugar el hábeas corpus iniciado a solicitud de los abogados Roberto Girón Flores,
Martín Salvador Morales Somoza y Martín Francisco Jiménez Moreno, a favor del señor
Yomar Rojaijú Vallejo Marroquín, en razón de haberse comprobado la inexistencia de
violación a la prohibición de reforma en perjuicio en la decisión del recurso de casación
interpuesto en contra de la sentencia condenatoria; en consecuencia continúe en la situación
jurídica en que se encuentre; 2) devuélvase la certificación del proceso penal al Tribunal
Sexto de Sentencia; 3) notifíquese, y 4) archívese.
---J. B. JAIME---F. MELÉNDEZ---J. N. CASTANEDA S.---E. S. BLANCO R.---R. E.
GONZÁLEZ B.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO
SUSCRIBEN---E. SOCORRO C.---RUBRICADAS.
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