Gaceta de Economía Año 16 , Número Especial, Tomo I Precios vs. cantidades Martin L. Weitzman † * Sumario Se analiza y propone un modelo para evaluar la conveniencia de usar un mecanismo para establecer cantidades (cuotas) o de usar precios para lograr el nivel óptimo de cierto bien. En particular, se enfatiza el análisis del efecto de la incertidumbre en las funciones de costos y beneficios. Clasificación JEL: H21, K4, H23. 1. Introducción Consideremos una organización económica grande (podemos incluso pensarla como la totalidad de la economía). Dentro de esta organización económica, los recursos son asignados por una combinación de mandatos y precios o cualquier otro mecanismo. La pregunta que surge es: para una variable económica en 1 particular que necesite ser regulada , ¿cuál es la mejor forma de implementar dicho control para el beneficio de la organización en general? ¿Es mejor regular directamente la actividad o fijar precios de transferencia y confiar en los intereses propios, en lo que se refiere a las ganancias o a la maximización de la utilidad, para lograr el mismo fin de una manera descentralizada? Lo anterior es considerado como el problema prototipo del regulador central, el cual es estudiado en este artículo. Existen muchos buenos ejemplos específicos que entran en el marco del tema. Uno de ellos es el interés actual en la pregunta de si sería mejor controlar ciertas formas de contaminación estableciendo † Primera versión recibida en Agosto de 1973; versión final aceptada en Enero de 1974 (Editoriales). Muchas personas han realizado comentarios de gran ayuda sobre versiones previas de este artículo. Me gustaría agradecer especialmente a P.A. Diamond y a H. E. Scarf por sus valiosas sugerencias. La Fundación Nacional de Ciencia ayudó a apoyar mi investigación. * 1 Instituto Tecnológico de Massachusetts. Se encuentra fuera del alcance de este artículo el asunto de por qué una actividad económica dada debe ser regulada. Puede que exista una multiplicidad de razones, que van desde consideraciones políticas hasta una forma u otra de fallas de mercado. 42 Gaceta de Economía estándares de emisión o mediante el cobro de los impuestos apropiados a la contaminación. Cuando las cantidades son empleadas como instrumentos de planeación, las reglas básicas de operación desde el centro toman la forma de cuotas, objetivos u órdenes para generar cierto nivel de producción. Con los precios como instrumentos, las reglas especifican explícita o implícitamente que las ganancias deben ser maximizadas a los precios paramétricos dados. Ahora, un tema básico de la teoría de asignación de recursos enfatiza la estrecha relación entre estas dos modalidades de control. No importa cómo se haya fijado un tipo de instrumento de planeación, siempre existe una forma correspondiente de fijar el otro y así 2 lograr el mismo resultado cuando es implementado. Desde un punto de vista estrictamente teórico, no existe nada que sugiera el uso de un modelo de control sobre otro. Sin embrago, considero que es una generalización justa decir que el economista promedio en la tradición marginalista occidental tiene al menos una vaga preferencia por los controles indirectos de precios, así como el típico no economista se inclina hacia la regulación directa de cantidades. Que una persona no versada en economía piense primero en controles directos probablemente se debe al hecho de que no comprende la fuerza y sutileza del argumento de la mano invisible. La actitud del economista es en cierta forma más enigmática. Entender que los precios pueden ser usados como un instrumento poderoso y flexible para la asignación racional de los recursos y que, de hecho, una economía de mercado automáticamente se regula a sí misma de esta manera, es muy diferente a creer que este tipo de controles indirectos son generalmente preferibles para el tipo de problema considerado en este artículo. Sin duda, una lectura cuidadosa de la teoría económica apoya poco a esta proposición universal. Muchos economistas señalan que si los precios se utilizan como instrumentos de planeación, entonces la maximización de beneficios automáticamente garantiza que el producto total será producido eficientemente, como si este resultado fuese mejor que el interés secundario, a menos que los precios (y, por lo tanto, el 3 producto total) fuesen óptimos desde el principio. En ocasiones se argumenta que 2 Dados los supuestos usuales de convexidad, sin convexidad puede no ser posible encontrar un precio que apoye a ciertos niveles de producción. En este sentido, debe ser mencionado que las noconvexidades (especialmente los retornos crecientes) son, algunas veces, responsables de la regulación en primer lugar. 3 Un ejemplo extremo puede ayudar a aclarar este punto. Suponga que para completar un rescate de emergencia importante se requiere un cierto número de vuelos. Sería ineficiente pedirle a aerolíneas o Precios vs Cantidades 43 los precios son instrumentos de planeación deseables porque el estímulo para obtener un producto que maximice el beneficio se encuentra integrado directamente si los productores son recompensados en proporción a los beneficios. Existe, por supuesto, el mismo estímulo, por ejemplo, para minimizar costos a niveles específicos de producción mientras alguna fracción de los gastos de producción recaiga en los productores. Con ambos tipos de control, claramente existe un incentivo para que los productores egoístas sistemáticamente distorsionen la información sobre la producción hipotética y sobre posibles costos en la fase de planeación pre-implementación. Por el contrario, no existe ninguna forma factible de disfrazar la verdad de los hechos en la etapa de implementación, siempre y cuando la producción real (en el caso de instrumentos de precios) y los verdaderos costos de operación (en el caso de instrumentos de cantidades) puedan ser monitoreados acertadamente. Para un caso, el centro debe determinar, ceteris paribus, los cambios en la producción a medida que los precios varían; en el otro, el precio cambia a medida que la producción es alterada. Una razón citada a menudo para argumentar a favor de la superioridad teórica de los precios como instrumentos de planeación es que su uso supuestamente economiza el uso de la información. Lo más importante a notar aquí es que, generalmente, no es más fácil ni más difícil fijar los precios correctos que las cantidades correctas porque, en principio, se necesita exactamente la misma información para especificar correctamente cualquiera de los dos. Es cierto que en una situación con muchos productores independientes de un bien idéntico, el planeador central sólo debe fijar un precio uniforme, mientras que en un sistema de mandato se debe especificar una cantidad diferente para cada productor. Si tal observación tiene implicaciones importantes, sólo puede ocurrir dentro del medio artificial de un ―juego de planeación‖ que es jugado una y otra vez, tipo 4 tatonnement iterativo , el cual en el límite se acerca a la solución óptima a medida al ejército que ofrecieran un cierto número de aviones porque los costos marginales (de oportunidad) seguramente variarían mucho. Aun así, tal acercamiento sería preferible al procedimiento eficiente de asignar un precio por los servicios aéreos. Bajo la maximización de los beneficios, el producto total sería incierto, donde tener escasos aviones significaría desastre y tener un número demasiado elevado sería superfluo. 4 El proceso de tâtonnementes es una herramienta para investigar la estabilidad de los equilibrios. Los precios son anunciados por un subastador y los agentes indican qué cantidad quieren ofrecer 44 Gaceta de Economía que el número de pasos se hace más grande. Incluso en este contexto, el hecho de que haya menos ―unidades de mensaje‖ involucradas en cada comunicación desde el centro es una base poco sólida para sostener la superioridad informativa del sistema de precios. Parece ser que una examinación cuidadosa de la mecánica de la planeación por aproximación sucesiva, muestra que no hay una diferencia importante de información entre el óptimo encontrado iterativamente por el planificador central si éste fija precios y las empresas responden con cantidades, o si fija cantidades y las empresas revela sus costos o costos marginales. 5 Si realmente existiese alguna ventaja básica e intrínseca de un sistema que empleara precios como instrumentos de planeación, esperaríamos observar muchas organizaciones operando con este modo de control, especialmente entre empresas de negocios multidivisionales en un ambiente competitivo. No obstante, la asignación de recursos dentro de compañías privadas (sin mencionar organizaciones gubernamentales o sin fines de lucro) casi nunca se regula mediante la fijación de precios de transferencia administrados, permitiendo que (proveer) o comprar (demandar) de cada uno de los bienes. No se realiza transacción ni producción alguna mientras los precios estén desequilibrados. En cambio, se reducen los precios de aquellas mercancías con precios positivos y exceso de oferta, mientras que aumentan los precios de las mercancías con exceso de demanda. 5 El caso de la ―unidad de mensaje,‖ donde el sistema de precios tiene superioridad informativa, es análogo al argumento vago de decir que es mejor usar algoritmos duales para resolver problemas de programación cuando el número de variables primales excede el número de multiplicadores duales. Ciertamente, para los algoritmos del tipo ―descomposición en grandes pasos‖ que en cada iteración van en busca de lo que actualmente se cree que son los mejores valores instrumentales, con base en toda la información disponible hasta el momento, un argumento general no tiene fundamento. Con métodos de gradiente miopes es cierto que en cada ronda el centro, infinitesimalmente y sin esfuerzo, ajusta exactamente el número de instrumentos que controla, sean precios o cantidades. Pero, ¿quién puede decir qué tantos pasos infinitesimales pequeños serán requeridos? Los algoritmos de gradiente son conocidos por proporcionar una mala descripción de procedimientos iterativos de planeación, entre otras razones, porque tienen propiedades de convergencia inadmisibles. Si el tamaño del paso elegido es demasiado pequeño, la convergencia podría tardar por siempre. Si el tamaño del paso se toma demasiado grande, no hay convergencia. Tan pronto sea elegido un tamaño de paso finito en una iteración dada que refleje un deseo por una rápida convergencia, el caso de la ―unidad de mensaje‖ a favor de los precios se evapora. Calcular el cambio correcto del precio pone en un papel central al marco conceptual de descomposición en grandes pasos, donde en cada ronda el problema de encontrar los mejores precios iterativos es formalmente idéntico al problema de encontrar las mejores cantidades iterativas. Para la discusión de ésta y otros aspectos de planeación iterativa ver artículos de Heal [1969], Malinvaud [1967], Marglin [1966], Weitzman [1970]. Precios vs Cantidades 45 6 los intereses propios en la maximización de ganancias hagan el resto . El sistema de precios como asignador de recursos internos no pasa por sí mismo la prueba del mercado. 7 Por supuesto, con todo esto no es posible negar que en cualquier contexto particular podría haber importantes razones prácticas para favorecer alguno de los dos, precios o cantidades, como instrumentos de planeación. Éstas razones podrían involucrar consideraciones ideológicas, políticas, legales, sociales, históricas, administrativas, motivacionales, informativas, de monitoreo, de 8 coerción, entre otras. Pero existe poco de lo que podría llamarse un carácter libre de sistema. Al estudiar un tema tan controversial, la única forma justa de empezar debe ser bajo el principio de que no existe un razonamiento básico o universal para sostener una predisposición general hacia un modo de planeación u otro. Si se acepta este principio, el desarrollo de criterios estrictamente ―económicos‖, 6 Estrictamente, ésta conclusión no está realmente justificada porque puede haber externalidades importantes o rendimientos crecientes dentro de una organización (hasta pueden constituir su raison d’être). No obstante, la casi ausencia universal de precios de transferencia internos entre empresas privadas, me parece una contradicción sorprendente con la comúnmente alegada superioridad de controles indirectos. 7 Hace alrededor una década, Ford y GM llevaron a cabo algunas pruebas administrativas del tipo limitadas con algunos esquemas de descentralización basados en precios de transferencia internos. Los experimentos fueron subsecuentemente descontinuados a favor del retorno a métodos de planeación más tradicionales. Ver Whinston [1962]. 8 Como ejemplo, cuando es difícil o caro monitorear el producto en una escala continua, pero relativamente barato llevar a cabo una prueba de aprobado-reprobado tipo litmus que evalúe si se ha alcanzado cierto nivel de producción o no, la modalidad de precios puede estar fuertemente en desventaja desde el principio. La contaminación de vías navegables cercanas a operaciones de minería con fosa abierta presenta este caso. Sería imposible o difícil llevar el registro de cuántos contaminantes se están filtrando al suelo, mientras que una tarea comparativamente sencilla es forzar la adopción de algún nivel de tecnología no contaminante. Otra consideración realista surge cuando preguntamos quién determina los estándares bajo cada tipo. Por ejemplo, si una agencia de la rama ejecutiva tiene el poder para regular precios pero la legislatura está a cargo de fijar cantidades, eso por sí mismo podría ser importante para determinar qué modalidad es mejor para controlar la contaminación. La modalidad de precios tendría mayor flexibilidad, pero podría traer consigo un mayor riesgo de ceder grupos de interés. Como otra consideración realista, las disputas por el capital de riesgo son algunas veces puestas a favor de modalidades de control de precios (la supuesta justicia de un precio uniforme para todos) o cantidades (compartir equitativamente un bien deficitario). 46 Gaceta de Economía dejando de lado todas las ―demás‖ consideraciones, se convierte en un tema de cierto interés para evaluar objetivamente el desempeño comparativo de precios y cantidades como instrumentos de planeación. Inclusive en un nivel abstracto, sería útil saber cómo identificar una situación en la cual emplear un modo sea relativamente ventajoso, todo lo demás constante. 2. El modelo Empezamos con un problema de planeación tipíco altamente simplificado. La cantidad q de un cierto bien puede ser producida a un costo C (q), resultando en 9 beneficios B(q). La palabra ―bien‖ se usa en un sentido abstracto y podría referirse a casi cualquier tipo de bien desde agua pura hasta aviones militares. Con el fin de preservar una notación unificada, seguimos la convención estándar de que los bienes son deseables. Esto significa que en lugar de hablar de contaminación del aire, por ejemplo, hablaremos del negativo –aire limpio. Más adelante tratamos casos más complicados, pero por el momento se asume que en efecto existe sólo un productor del bien y no hay ambigüedad en la noción de la curva de costos. Los beneficios son medidos en términos de equivalencia monetaria para que la función de beneficios se pueda ver como el reflejo de una curva de indiferencia que muestra el sacrificio (trade-off) entre cantidades no comprometidas de fondos adicionales y los niveles de producción de un bien dado. Se asume que B´´(q)<0, C’’(q)>0, B’(0)>C’(0), y B’(q)<C’(q) para q suficientemente grande. El problema de planeación es encontrar el valor q* de q tal que maximice B (q) – C (q). La solución debe satisfacer B´(q*)=C´(q*). Con p*≡ B´(q*)=C´(q*), 9 Se podría considerar un acercamiento equivalente, este consistiría en trabajar con las curvas de oferta y demanda, identificando el área del excedente del consumidor (productor) bajo la curva de demanda (oferta) como beneficios (costos) o equivalentemente la curva de demanda (oferta) como la función de beneficios (costos) marginales. El problema con este acercamiento es que tiende a dar la impresión equívoca que el mercado por sí solo puede resolver el problema, obscureciendo el hecho que un elemento clave en la historia convencional de oferta y demanda hace falta desde el principio. Precios vs Cantidades 47 no hay diferencia si los planificadores anuncian un precio óptimo p* y luego los productores maximizan las ganancias p*q – C(q) o si el centro simplemente ordena la producción de q* al costo mínimo. En un contexto de información completa y certidumbre perfecta existe una identidad formal entre el uso de precios y cantidades como instrumentos de planeación. Si existe alguna ventaja de emplear las modalidades de control de precios o cantidades, entonces, debe estar asociada a información imperfecta o incertidumbre. Desde luego es natural que los planeadores no estén seguros acerca de la especificación precisa de las funciones de costos y beneficios, ya que incluso aquellos que probablemente más saben, difícilmente poseen la contabilidad exacta. Supongamos, entonces, que el centro percibe la función de costos sólo como un estimado o aproximación. La relación estocástica que conecta a q con C toma la siguiente forma C(q,θ), donde θ es un término de perturbación o una variable aleatoria, no observada y desconocida al tiempo presente. Mientras que la determinación de θ pudiese 10 involucrar elementos de aleatoriedad genuina , probablemente sea más apropiado pensar en términos de una brecha de información. Incluso los ingenieros más cercanamente asociados con la producción serían incapaces de decir de antemano y de manera precisa cuál es la forma más barata de generar varios niveles de producción hipotéticos. Cuánto más difícil ha de ser todavía la concepción ex ante del centro sobre los costos, particularmente en un mundo cambiante donde el conocimiento de circunstancias particulares de tiempo y espacio pueden ser requeridas. Si bien es cierto que el grado de falta de información podría reducirse mediante la investigación y experimentación, nunca podría ser enteramente eliminada debido a que constantemente surgen nuevas 11 fuentes de incertidumbre . Si se ordenara con toda seriedad un nivel particular de producto, una empresa minimizadora de costos podría eventualmente encontrar la forma más barata de 10 11 Como fluctuaciones del día a día. Para una ampliación de algunos de estos puntos, ver Hayek [1945]. 48 Gaceta de Economía producirlo al probar las alternativas tecnológicas relevantes. O, si en efecto se fijara un precio del producto, se podría encontrar un nivel de producción que maximizara beneficios por prueba y error. Pero este método está lejos de proporcionar enteramente la función de costos a priori. Mientras que los planeadores pueden estar más familiarizados con la función de beneficios, ésta también es apenas discernible a un nivel tolerable, digamos: B(q,η), con η como variable aleatoria. La conexión entre q y B es estocástica ya sea porque los beneficios pueden no ser conocidos perfectamente en el presente o porque la aleatoriedad real puede jugar un papel. Dada la alta probabilidad que los factores que conectan a q con B sean diferentes de aquellos que conectan a q con C, se asume que las variables aleatorias θ y están independientemente distribuidas. Como un posible ejemplo específico de la formulación presente, considere un problema de contaminación del aire. La variable q puede ser la pureza del aire emitida por algún tipo de fuente. Los costos como función de q pueden no ser conocidos porque la tecnología, cuantificada como θ, es incierta. A un nivel dado de q los beneficios pueden ser inciertos pues dependen, entre otras cosas, del clima, medido por . Ahora, un instrumento ideal de control central sería un mensaje de contingencia cuyas instrucciones dependen del estado del mundo revelado por y . La señal ideal ex ante de la cantidad y el precio ( están en la forma de un plan completo, funciones de θ y η que satisfacen 𝐵1 𝑞∗ 𝜃, 𝜂 , 𝜂 = 𝐶1 𝑞∗ 𝜃, 𝜂 , 𝜃 = 𝑝∗ (𝜃, 𝜂). Al emplear cualquier señal ideal, la incertidumbre ex ante ha sido en efecto eliminada ex post y regresamos al caso donde no existe diferencia teórica entre las modalidades de controles de cantidad o precio. Debería ser evidente que no es factible que el centro pueda transmitir un plan completo de precios y cantidades ideales. Un mensaje contingente es un contrato complicado y especializado, que además es costoso diseñar y difícil de entender. Las variables aleatorias son difíciles de cuantificar. Un problema de información diferenciada o hasta riesgo moral podría estar involucrado, dado que el valor Precios vs Cantidades 49 12 exacto de θ será conocido frecuentemente únicamente por el productor. Hasta para el caso más simple de una sola empresa, la información de varias fuentes debe ser procesada, combinada y evaluada. Para cuando un plan ideal sea completado se necesitará otro porque mientras tanto habrán ocurrido cambios. En este artículo el asunto realista de control central bajo incertidumbre es considerado el problema del ―segundo mejor‖ de encontrar para cada productor el mensaje (de precio o cantidad) único que regule de forma óptima sus acciones. Además esta es la mejor forma de enfocarse concreta y directamente en la diferencia esencial entre precios y cantidades como instrumentos de planeación. El tema de precios vs. cantidades debe ser un problema del tipo ―segundo mejor‖ por su naturaleza, porque no existe ninguna buena razón a priori para limitar la atención a estas dos señales particulares. Aun cuando los mensajes contingentes estocásticos fueran eliminados ad hoc por ser complicados, seguiría sin haber una justificación legítima para no considerar, digamos, un plan completo de beneficios esperados o una función de beneficios “quebrada” en la forma de un sistema de precios separable u otra cosa. La razón por la que nos especializamos en señales de precios y cantidades es porque son dos mensajes simples, fácilmente comprendidos, empleados tradicionalmente y frecuentemente contrastados. 13 El instrumento de cantidad óptimo bajo incertidumbre es aquella meta de producción que maximiza los beneficios esperados menos los costos esperados, tal que 𝐸 𝐵 𝑞 , 𝜂 − 𝐶 𝑞 , 𝜃 = max 𝐸 𝐵 𝑞, 𝜂 − 𝐶 𝑞, 𝜃 𝑞 donde es el operador de valor esperado. La solución debe satisfacer la condición de primer orden 12 Por lo que puede ser inapropiado, por ejemplo, decirle que produzca menos si los costos son altos a menos que el mensaje esté acompañado de un plan de incentivos altamente sofisticado. Para una elaboración de algunos de estos puntos ver Arrow [1964], pp. 321-322. 13 Existen costos reales asociados al uso de señales más complicadas. Al menos implícitamente, estamos asumiendo que la magnitud de aquellos costos es suficientemente grande como para hacer no rentable considerar otros mensajes que sean los de precios o cantidades. Sería bueno incorporar estos costos explícitamente en el modelo, pero es difícil hacerlo de una forma significativa. 50 Gaceta de Economía 𝐸 𝐵1 𝑞, 𝜂 = 𝐸 𝐶1 𝑞, 𝜃 …(1) Cuando un instrumento de precio es anunciado, la producción se ajustará eventualmente al nivel de producto 𝑞 = ℎ 𝑝, 𝜃 el cual maximiza las ganancias dados y . Tal condición se expresa como 𝑝ℎ 𝑝, 𝜃 − 𝐶 ℎ 𝑝, 𝜃 , 𝜃 = max 𝑝𝑞 − 𝐶(𝑞, 𝜃) 𝑞 lo que implica 𝐶1 ℎ 𝑝, 𝜃 , 𝜃 = 𝑝. …(2) Si los planeadores son racionales, escogerán el instrumento de precios que maximice la diferencia esperada entre beneficios y costos, dada la función de reacción : 𝐸 𝐵 ℎ 𝑝, 𝜃 , 𝜂 − 𝐶 ℎ 𝑝, 𝜃 , 𝜃 = max 𝐸 𝐵 ℎ 𝑝, 𝜃 , 𝜂 − 𝐶 ℎ 𝑝, 𝜃 , 𝜃 𝑞 La solución debe obedecer la ecuación de primer orden 𝐸 𝐵1 ℎ 𝑝, 𝜃 , 𝜂 . ℎ1 (𝑝, 𝜃)] = 𝐸[𝐶1 ℎ 𝑝, 𝜃 , 𝜃 . ℎ1 (𝑝, 𝜃) que se puede escribir como 𝑝= 𝐸[𝐵1 ℎ 𝑝, 𝜃 , 𝜂 . ℎ1 𝑝, 𝜃 ] 𝐸[ℎ1 𝑝, 𝜃 ] …(3) . Al precio óptimo ex ante le corresponde el producto ex post ganancias expresado como una función de , que maximiza las Precios vs Cantidades 51 𝑞 𝜃 ≡ ℎ 𝑝, 𝜃 . …(4) En la presencia de incertidumbre, los instrumentos de precio y cantidad transmiten control central de modos considerablemente distintos. Es importante notar que al elegir una modalidad especifica para implementar una política, los planeadores se están, al menos temporalmente, atando a determinadas consecuencias. Los valores de y son desconocidos al principio y sólo gradualmente, si a caso, se vuelven reconocidos por medio de sus efectos. Después de que la cantidad es prescrita, los productores continuarán generando el nivel de producto asignado por algún tiempo aunque seguramente será el caso que Por otro lado, en el modo de precio, va a ser producido excepto donde con probabilidad insignificante . Por lo tanto, ningún instrumento lleva a un óptimo ex post. La pregunta relevante es cuál de las formas se acerca más y bajo qué circunstancias. 14 En un ambiente de control infinitamente flexible donde los planeadores pueden ajustar continuamente los instrumentos para reflejar el entendimiento actual de una situación fluida, donde los productores pueden responder instantáneamente, las consideraciones vistas anteriormente son irrelevantes y la elección de la modalidad de control debería de ser tal que dependa de otros factores. Comentarios similares aplican a un contexto atemporal de tâtonnement donde las iteraciones no tienen costo, se llevan a cabo recontrataciones al finalizar cada iteración y, en efecto, no se supone que nada real ocurra hasta que toda la incertidumbre haya sido eliminada y se acerque a un equilibrio. En un mundo menos hipotético se tendrá que vivir con las consecuencias de una orden dada bajo una modalidad de control particular, al menos hasta que las revisiones sean 14 Remarcamos que el asunto de si es mejor estabilizar funciones de demanda y oferta inciertas por medio de fijar los precios o cantidades, puede verse como el problema establecido en este artículo si los beneficios son asociados con el área del excedente del consumidor bajo la curva de demanda y los costos con el área del excedente del productor bajo la curva de oferta. 52 Gaceta de Economía llevadas a cabo y se incurrirá en pérdidas reales al seleccionar el medio de comunicación incorrecto. Nótese que la pregunta que gira en torno a si es mejor controlar precios o cantidades para encontrar un plan es conceptualmente distinta del problema tratado en este artículo, sobre qué tipo es superior para implementar un plan. La última forma de plantear el problema me parece más relevante para la mayoría de los contextos de planeación reales –ya sea porque, en primer lugar, no hay diferencias informacionales significativas entre las dos modalidades o porque un paso en el juego de planeación tâtonnement no puede ocurrir al menos que sea realmente implementado o porque sin importar cuántas iteraciones se han llevado a cabo a lo largo del tiempo, siempre surgen cambios espontáneos que eliminan la importancia de la historia. En el marco adoptado, los planeadores se encuentran en el nodo de decisión en el cual ya se ha obtenido toda la información factible por un modo u otra y se debe decidir sobre un plan operacional con base en el nivel de conocimiento disponible. 3. Precios vs. Cantidades Es natural definir la ventaja comparativa de precios sobre cantidades como: …(5) La función de pérdida que está implícita en la definición de es la diferencia esperada en las ganancias obtenidas bajo las dos modalidades de control. Naturalmente no hay distinción real en trabajar con o con (la ventaja comparativa de cantidades sobre precios). El coeficiente pretende ser una medida sólo de la ventaja comparativa o relativa. Es claro que tomar la decisión de usar el precio o cantidad como medidas de control en un caso concreto es más complicado que simplemente consultar También existirán consideraciones prácticas que se encuentren formalmente fuera del alcance de este modelo. Aunque esos factores externos limitan el valor de cuando éste es observado por sí solo, no necesariamente disminuyen su significancia conceptual. Por el contrario, tener un criterio objetivo de la ventaja, ceteris paribus, de una modalidad de control es muy importante porque, conceptualmente, puede servir como un punto de referencia contra el cual Precios vs Cantidades 53 medir los costos de los ingredientes ―no económicos‖; especialmente para alcanzar un juicio final sobre si es mejor emplear precios o cantidades como instrumentos de planeación en una situación dada. La formulación de las funciones de costos y beneficios es tan general que nos impide diseccionar con claridad la ecuación (5). Para observar claramente de qué depende tenemos que estructurar más el problema. Es posible ser menos restrictivos de lo que seremos pero a expensas de mayor claridad. En lo sucesivo, la cantidad de incertidumbre en el costo marginal se tomará como suficientemente pequeña como para justificar una aproximación de segundo orden de las funciones de costos y beneficios dentro del rango de mientras 15 varía alrededor de . El símbolo ― ‖ denota una ―aproximación local certera‖, debido a que éste se deriva del supuesto de que las funciones de costo y beneficio tienen la siguiente forma cuadrática, dentro de una vecindad de : …(6) …(7) En las ecuaciones anteriores, , , , son funciones estocásticas y son coeficientes fijos. Sin pérdida de generalidad y están estandarizadas en (6), (7) tal que su valor esperado es cero: …(8) Como y son independientemente distribuidas, . …(9) Notar que las funciones estocásticas 15 Tal aproximación puede ser defendida rigurosamente bajo las líneas desarrolladas en Samuelson [1970]. 54 Gaceta de Economía convierten diferentes valores de y en cambios puramente verticales de las curvas de costo y beneficio. Diferenciando (6) y (7) con respecto a , …(10) …(11) A partir de las ecuaciones anteriores y (8), las siguientes interpretaciones están disponibles para los coeficientes fijos de (6), (7): De (1), …(12) Es aparente de (8) y (10) que los cambios estocásticos en representan cambios puramente insesgados de la función de costo marginal. La varianza de es precisamente el error medio cuadrático en costo marginal, …(13) Se siguen comentarios análogos para la función de beneficio marginal (11) donde tenemos De (10) y (2), …(14) implicando …(15) Precios vs Cantidades 55 Sustituyendo (15) en (3) y cancelando resulta en …(16) Reemplazando en (11) por la expresión de de (14) e insertándola en (16), se obtiene la siguiente ecuación después de usar (8): …(17) De (12) y la condición , (17) implica …(18) Combinando (4), (14), y (18), ...(19) Ahora, alternativamente sustituyendo y de (19) en (6) y (7). Entonces insertando los valores resultantes de (6), (7) en (5), usando (8), (9), y reagrupando términos, ...(20) 16 La expresión (20) es un resultado fundamental de este artículo. La siguiente sección está dedicada a examinarla con detalle. 4. Analizando el coeficiente de ventaja comparativa 17 Note que la incertidumbre de los beneficios no aparece en (20) y que, en una aproximación de segundo orden, afecta la modalidad de precio y cantidad de 16 En el contexto de oferta y demanda pendiente de la curva (lineal) de oferta, y oferta. es la pendiente de la curva (lineal) de demanda, es la es la varianza de los cambios verticales en la curva de 17 Esto es porque la función de beneficios esperados (ver ecuación (7)) no depende de la varianza de los beneficios marginales siempre y cuando los costos y beneficios se distribuyan independientemente. Si no lo son, tal que (20) debe ser reemplazado por: beneficios correlacionados puede verse en el término El único efecto de tener costos y . Cuando los costos marginales están 56 Gaceta de Economía forma igualmente adversa. Por otro lado, depende linealmente del error cuadrático medio en el costo marginal. El efecto ceteris paribus de aumentar es magnificar la pérdida esperada de emplear el instrumento de planeación con desventaja comparativa. Por el contrario, mientras converge a cero nos acercamos al caso de certidumbre perfecta donde, en teoría, las dos formas de control actúan de manera igualmente satisfactoria. Claramente depende críticamente de la curvatura de las funciones de costo y beneficio alrededor del nivel de producción óptimo. Lo primero a notar es que el signo de simplemente equivale al signo de . Cuando la suma de las ―otras‖ consideraciones lleva a un sesgo nulo hacia cualquier modalidad de control, las cantidades son el instrumento de planeación preferido si y sólo si los beneficios tienen una mayor curvatura que los costos. Normalmente quisiéramos conocer la magnitud de y de qué depende, así como su signo. Para reforzar nuestra intuición sobre el significado de la fórmula (20), pasamos, en primer lugar, a algunos casos extremos donde hay una fuerte ventaja comparativa sobre una modalidad de control sobre la otra. En ésta conexión es importante tener en mente que cuando hablamos de valores ―grandes‖ o ―pequeños‖ de , ,ó , sólo hablamos en un sentido relativo. La medida absoluta de cualquier variable que aparece en la ecuación (20) realmente no significa mucho, dado que está fijada arbitrariamente al seleccionar las unidades en las que la producción es calculada. El coeficiente es negativo y grande, ya sea porque la función de beneficios es más arqueada o porque la función de costos es más cercana a ser lineal. Usar un control de precios en tales circunstancias podría tener consecuencias correlacionados positivamente con los beneficios marginales, la ventaja comparativa, ceteris paribus de la modalidad de control de cantidades, aumenta. Si los precios se usan como forma de control, el productor va a tender a recortar producto por altos costos marginales. Pero con positivo, es al mismo tiempo que los beneficios marginales tienden a ser altos, por lo que un recorte podría no ser considerado. En tales circunstancias la modalidad de control de cantidades tiene mejores propiedades como estabilizador, todo lo demás constante. La historia es al revés cuando es negativo. En ese caso los costos marginales altos están asociados con beneficios marginales bajos, de tal modo que el control de precios (que disminuye el producto para costos marginales altos) tiende a ser un mejor control todo lo demás constante. Precios vs Cantidades 57 perjudiciales. Cuando los costos marginales son casi planos, el más mínimo error de cálculo o cambio resulta en una cantidad mucho mayor o mucho menor que la deseada. Por otro lado, si la función de beneficios esta casi ―quebrada‖ en el nivel óptimo de producto, existe un alto grado de aversión al riesgo y el centro no puede costear la menor desviación de ese óptimo. En ambos casos, la modalidad de control por cantidades obtiene muchos más puntos pues se coloca una prima alta sobre la rígida capacidad de control de la producción y sólo ella puede proveer bajo incertidumbre. De la ecuación (20), el tipo de control de precios parece relativamente más atractivo cuando la función de beneficios es cercana a ser lineal. En tal situación sería ingenuo fijar cantidades. Como el beneficio social marginal es aproximadamente constante en cierto rango, una política superior es nombrarlo como precio y permitir que los productores encuentren por sí mismos el nivel de producción óptimo, después de eliminar la incertidumbre de los costos. En un punto donde la función de costos es altamente curveada, se vuelve casi cero. Si los costos marginales están aumentando pronunciadamente alrededor del óptimo, como es el caso con capacidad fija, no hay mucha diferencia entre controlar con instrumentos de precio o cantidad porque el producto resultante será casi el mismo bajo cualquier modalidad. En esta situación, como en el caso donde , los factores ―no económicos‖ deberían jugar un papel decisivo al determinar qué sistema de control se debe imponer. Es difícil no darse cuenta de que aunque hay muchos ejemplos donde la modalidad de control de precio tiene una ventaja comparativa sólida (porque es pequeño), en algún sentido parecería que los precios pudieran ser una elección de instrumento desastrosa notablemente más seguido que las cantidades. Usando (20), si, ya sea que o (o ambos). La única forma de que suceda es bajo el delgado conjunto de circunstancias donde simultáneamente , y . En un mundo donde y no son perfectamente conocidos, parece difícil evitar la impresión de que puede haber muchas circunstancias en las que los planeadores prefieran el control más 58 Gaceta de Economía conservador de cantidades porque es mejor para evitar grandes errores de planeación. 18 Habiendo visto como y desempeñan un papel esencial al determinar , sería útil revisar algunas de las situaciones principales donde podríamos esperar encontrar funciones de costo y beneficio de una curvatura u otra. Empezamos con los costos. La teoría económica contemporánea ha tendido a oscurecer la distinción entre la forma en que la tradición marginalista trata la teoría de producción con funciones de producción diferenciables sin complicaciones y el acercamiento al análisis de la actividad con su número limitado de procesos de producción alternativos. Para muchos objetivos teóricos la convexidad de la tecnología subyacente es la propiedad fundamental. Sin embargo, hay muchas implicaciones diferentes para la eficacia de los controles de precios o cantidades entre una situación descrita por las clásicas curvas de costos suaves marshallianas y una caracterizada por funciones de costo lineales por partes con un número limitado de quiebres. En el último caso, la modalidad de cantidades tiende a tener una ventaja relativa dado que los planos y en en los codos. Claro que es imposible usar un precio para controlar un producto a menos que algunos factores fijos ocultos remuevan lo plano de la curva de costos promedio. Aun en ese caso, será positivo sólo si hay 18 Esto puede ser formalizado de la siguiente manera. Considera dos generalizaciones de la formula (6) y (7): La única diferencia con (6), (7) es que ahora y pueden ser inciertos. El cambio en el producto, respuesta de maximizar ganancias por unidad de precio cambiada, ahora es estocástico, . Sin pérdida de generalidad establecemos . Note que al aumentar la varianza de Suponga por simplicidad que y es una expansión que preserva la media de . son independientes entre ellos. Entonces podemos derivar la generalización apropiada de (20) como , donde es la varianza de . La fórmula de arriba puede ser interpretada diciendo que, todo lo demás constante, mayor incertidumbre en aumenta la ventaja comparativa de la modalidad de control de cantidades. Precios vs Cantidades 59 suficientes técnicas alternativas disponibles para hacer que la función de costos tenga mayor curvatura (en diferencias finitas) que la función de beneficios en una vecindad de una política óptima. Aquello que determina la función de beneficios para un bien depende, en primer lugar, de si el bien es un bien final o intermedio. El beneficio de un bien final es esencialmente la utilidad que se obtiene de consumir el bien. Podría estar altamente curveado en el nivel de producto óptimo si los gustos resultan estar quebrados en ciertos puntos críticos. La cantidad de contaminación que hace que un río no sea bueno para meterse a nadar puede ser un punto donde el beneficio marginal de una unidad extra de producto cambia muy rápido. Otro puede ser el nivel de defensa que justo neutraliza la ofensa del oponente o el nivel de ofensa que justo vence una defensa dada. Hay muchos ejemplos que surgen en emergencias o desastres naturales. Nuestra intuición, la cual es confirmada en el análisis formal, es que no es bueno ―jugar‖ con los precios en esas circunstancias. Para bienes intermedios, la forma de la función de beneficios dependerá, entre otras cosas, del grado de sustitución en el uso de este bien con otros recursos disponibles en la organización de la producción y sobre las posibilidades de importar este bien fuera de la organización económica. Ello dependerá, a su vez, del horizonte de planeación. En el largo plazo, la función de beneficios probablemente se volverá plana porque hay mayores posibilidades disponibles para sustituir incluyendo, tal vez, la importación. Tome, por ejemplo, el grado más extremo de completa ―apertura‖ donde cualquier cantidad de bien puede ser comprado (o vendido) instantáneamente y sin esfuerzo fuera de la organización a un precio fijo. La función de beneficios relevante es una línea recta cuya pendiente es el precio externo. Me parece que hay una razón fundamental diferente para creer que las cantidades son mejores señales en situaciones que demandan un alto grado de coordinación. Un ejemplo clásico sería la planeación de producción en el corto plazo de materiales industriales intermedios. Dentro de una organización de producción grande, ya sea la corporación de General Motors o el sector industrial soviético como un todo, la necesidad de balancear el producto de cualquier bien intermedio, cuya producción es relativamente especializada para esta organización y no puede ser importada sin esfuerzo ni instantáneamente o exportada a un mundo perfectamente competitivo, crea un quiebre en la función de beneficios. Si resulta que la producción de valeros de un tipo especializado 60 Gaceta de Economía (más reservas) cae por debajo del consumo interno previsto, se podría perder mucho más que el valor correspondiente a los valeros no producidos. Los factores de la producción y los materiales que estaban destinados a combinarse con los valeros y con los productos que los contienen en etapas más avanzadas de producción, deben permanecer inactivos y se les impide agregar valor a lo largo de la línea. Si, por el contrario, se producen más valeros de los que se contemplaba para consumir, el exceso no podrá ser utilizado inmediatamente y sólo será almacenado, perdiendo interés implícito a lo largo del tiempo. Tal rigidez de corto plazo se debe, esencialmente, a la capacidad limitada de sustitución, a la naturaleza de los coeficientes fijos de una tecnología basada en 19 maquinaria. Todo lo demás constante, la asimetría entre los efectos de sobreproducir y subproducir son más pronunciados mientras más lejos esté el bien de su uso final y más difícil sea sustituir recursos inactivos o restaurar rápidamente la oferta mediante importaciones de emergencia. La fuerte curvatura resultante de los beneficios alrededor de los niveles previstos de consumo de materiales intermedios, tiende a crear una gran ventaja comparativa para los instrumentos de cantidades. Si esto se combina con una función de costos que es casi lineal en el rango relevante, existe una doble ventaja de la forma de control por cantidades . 20 5. Muchas unidades de producción Considere el mismo modelo desarrollado anteriormente excepto que ahora en vez de que sea un único bien, componentes de es un vector de n bienes. Los pueden representar distintos bienes o pueden denotar cantidades del mismo bien producido por unidades de producción diferentes. Los beneficios son y el costo de producir el -ésimo bien es . Al 19 La existencia de acervos de ―colchón‖ cambia el punto en donde ocurre el quiebre, pero no lo remueve. Para más detalle en este tema, ver Manove [1973]. 20 Nótese que en el contexto de una economía planeada autárquica, tales conclusiones pesimistas acerca de la viabilidad del uso de señales de precio Lange-Lerner para controlar la producción de corto plazo no aplican, por ejemplo, a la agricultura. El argumento dado para una función de beneficios quebrada no correspondería, en lo absoluto, a un cultivo de alimentos, el cual se dirige más o menos directamente hacia la demanda final. Además, la función de costos para producir un determinado producto agrícola debería ser mucho más cercana a la variedad homogénea clásica que a la del tipo de programación lineal con tan sólo algunos quiebres. Precios vs Cantidades 61 igual que antes, para cada las dos variables aleatorias y se distribuyen independientemente. Suponga que el problema del control se plantea como la elección ya sea de las cantidades que maximicen , o de precios que maximicen , donde están definidos análogamente que (2). Naturalmente el coeficiente de ventaja comparativa ahora se define como . Suponiendo beneficios y costos localmente cuadráticos, esto consiste en una generalización directa de lo que se ha hecho en la Sección 3 para derivar el análogo de la expresión (20), …(21) , donde …(22) . Para corregir el efecto puro de en , es mejor trabajar con la función de costos transformada …(23) . El significado de es más fácil interpretar para una situación donde distintas unidades están produciendo el mismo bien o un sustituto cercano con funciones de costos similares. Entonces representa lo que los costos totales serían, como función de la producción total, si cada unidad de producción fuera una réplica idéntica de la -ésima unidad. Cuando ―todo lo demás constante‖ cambiada, es más apropiado pensar en como constante en vez de . es 62 Gaceta de Economía Con definido por (23), tenemos …(24) …(25) . La relación (24) significa que, en el caso cuadrático, los coeficientes de la matriz de varianzas y covarianzas del costo marginal para la dados por (22) para son los mismos que los . Sustituyendo (25) en (21), . …(26) La fórmula anterior muestra que, en efecto, la expresión original para mantiene en promedio para se cuando hay más de un productor. Naturalmente la generalización (26) es más complicada, pero su interpretación es básicamente similar al diagnóstico de (20) que se acaba de dar en la sección anterior. Existe, a pesar de todo, una distinción fundamental entre tener uno o muchos productores, lo cual es ocultado en la formula (26). Con algún grado de independencia entre las distribuciones individuales de los costos marginales, se le pondrá menor peso al primer término de la sumatoria de (26). Todo lo demás constante, en situaciones con más y no menos unidades independientes produciendo bienes que se sustituyen entre sí en rendir beneficios, existe una mayor ventaja relativa al usar la modalidad de control por precios. A pesar de que este punto tiene validez general, la forma más clara de verlo es en el caso especial de un bien regularizado, donde éste es producido por muchas microunidades con funciones de costo simétricas. En tal caso, …(27.i) …(27.ii) …(27.iii) …(27.iv) El coeficiente es una medida de la correlación entre los costos marginales de unidades de producción separadas. Si todas las unidades se parecen y usan tecnologías similares, será probablemente cercano a la unidad. Si las funciones Precios vs Cantidades 63 de costo de diferentes unidades son más o menos independientes entre ellas, debe ser cercano a cero. Mientras en teoría el coeficiente de correlación puede variar más o menos entre la unidad, para la mayoría de las situaciones de interés práctico los costos marginales de dos diferentes unidades de producción tendrán una correlación cruzada no negativa. Usando (27), (26) se puede reescribir como …(28) . Si los costos marginales de cada microunidad idéntica están perfectamente correlacionados entre ellos tal que , es como si hubiera un solo productor y regresamos a la fórmula original (20). Con , mientras decrece, sube. Un movimiento ceteris paribus de costos dependientes a costos independientes aumenta la ventaja comparativa de los precios, un efecto que se vuelve más pronunciado a medida que aumenta el número de unidades de producción. Si existen tres tipos diferentes de emisores de dióxido de sulfuro con tecnologías independientes en lugar de una gran fuente de contaminación creando el mismo efecto agregado, existe un argumento relativamente fuerte para el uso de los precios como reguladores de la producción. Cuando se desea controlar unidades diferentes que producen un bien idéntico estableciendo precios, solamente se necesita fijar un único precio como instrumento. Por lo tanto, la modalidad de precios posee la ventaja de que, ceteris paribus, el bien es producido eficientemente ex post. Con los precios como instrumentos , mientras que con cantidades . excepto en un conjunto de probabilidad insignificante. Consecuentemente, usar precios le permite al centro automáticamente filtrar a los productores con altos costos, alentándolos a producir menos y a producir más unidades de menor costo. Esta predominancia en eficiencia hace que aumente la ventaja comparativa del control por precios mientras el número de unidades de producción independientes se incrementa, todo lo demás constante. El enunciado 64 Gaceta de Economía preciso de tal proposición dependería exactamente de lo que se mantuvo igual mientras fue aumentado —la varianza de los costos individuales o la varianza global de los costos totales. Por simplicidad considere el caso de costos marginales completamente independientes, ∆𝑛 = . Entonces (28) se convierte en 1 𝐵′′𝜎 2 (𝑛) 𝜎 2 (𝑛) + 𝑛 2𝐶′′2 2𝐶 ′′ …(29) donde es implícitamente alguna función (dada) de . Si ―la otra cosa‖ que se mantuvo constante es la varianza constante de los costos marginales para cada unidad productora individual, entonces totales permanece constante mientras . Si la varianza de los costos varía, en (29) aumenta monotónicamente con . De cualquier forma y eventualmente se vuelve positivo. Es importante notar que tales ventajas en eficiencia, ceteris paribus, de la modalidad de control de precio, como lo hemos considerado para son de ninguna manera suficientes para garantizar que situación particular para una grande, no será positivo en una dada. Es verdad que el producto agregado bajo la modalidad de precios se produce al menor costo total. Pero puede ser que el nivel de producción, en su conjunto, esté mal desde el principio. Si suficientemente grandes o son suficientemente pequeños, puede ser ventajoso disfrutar un mayor control sobre el producto total estableciendo cuotas individuales, aun después de tomar en cuenta (como nuestra fórmula para lo hace) las pérdidas incurridas por la ineficiencia productiva ex post de tal procedimiento. 21 Regresando al caso general donde comenzó esta sección, notamos que la diferencia básica entre los beneficios y costos es más transparente en la 21 Un mejor procedimiento, desde el punto de vista teórico en el caso donde un bien idéntico es producido por muchas empresas, sería fijar una producción total por orden y subdividirla por un mecanismo de precios. Este tipo de solución es propuesta en Dales [1968], quien establecería un mercado de ―derechos de contaminación‖, donde la oferta fija es regulada por el gobierno. En efecto, tal acercamiento agrega las funciones de costo individuales y regresamos a una única función de costos. Nótese que una pregunta básica permanecería: ¿es mejor fijar la cantidad total por una modalidad de control de cantidades o de precios? Precios vs Cantidades 65 formulación del vector de bienes. Sólo el centro conoce los beneficios. Aunque se pudiera hacer, transmitir a las unidades de producción individuales no ayudaría porque los benéficos son típicamente una función no separable de la producción de todas las unidades, mientras que una unidad en particular tiene control sólo sobre su propio producto. En cualquier modalidad de control descentralizada y bien formulada, la función objetivo a maximizar por una determinada unidad debe depender, de alguna forma bien definida, únicamente de sus decisiones. Para los propósitos de nuestra formulación, benéfico y el no necesita ser un no tiene por qué representar los costos en el sentido convencional aunque, en muchos contextos, ésta es la interpretación más natural. La distinción crucial es que mientras que es, en principio, conocible sólo por el centro, es mejor conocido por la empresa . 22 22 Una aplicación de las ideas de esta sección se encuentra en el problema de elegir una forma de control para mejorar la distribución de un bien deficitario con oferta fija (digamos gasolina). En este caso, lo que hemos estado llamando una función de costos individual, , realmente sería el negativo de la función de beneficios del usuario (medido como el área bajo su curva de demanda). Nuestra función (de la demanda total) sólo reflejaría el costo de oportunidad de tener un excedente o escasez de la cantidad implicada cuando sólo está disponible una oferta fija. Todas las consideraciones en esta sección aplicarían para determinar el coeficiente de la ventaja comparativa. Caracterizar con precisión la función resulta especialmente difícil en el contexto presente. Si la mercancía puede ser comprada o vendida en el mundo exterior, la función sólo representaría los términos de esta oportunidad (en particular, sería plana si cualquier cantidad de la mercancía se pudiera comprar o vender a algún precio fijo). Bajo autonomía, la forma de la función dependería de lo que se haga en una situación de excedente o de déficit. Con un excedente (de nombrar un precio demasiado alto), dependería del valor de las futuras posibilidades de distribución del exceso de oferta, relativo a qué bienestar se perdió en el tiempo presente por tener una demanda menor que la oferta. Con un déficit (por nombrar un precio demasiado bajo), la pérdida de bienestar depende de cómo se distribuye efectivamente la escasez entre los consumidores. Si la escasez resulta en que algunas personas no reciban nada del producto, las pérdidas generales de bienestar pueden ser muy grandes y también. Si existe alguna razón inherente para pensar que la escasez automáticamente será equitativamente distribuida, entonces puede no ser tan grande. Además de la distribución de las pérdidas, siempre habrá pérdidas ocasionadas por el tiempo de espera en una escasez. Finalmente, nótese que si la cantidad de oferta fija es conocida, una política superior a nombrar precios o cantidades es distribuir boletos para racionar (en vez de cantidades), permitiéndoles ser revendidos a un determinado precio de mercado competitivo. 66 Gaceta de Economía Cuando las incertidumbres en los costos individuales no están relacionadas, tal que las variables aleatorias y se distribuyen de manera independiente, la decisión de usar un instrumento de cantidad o de precio para controlar solamente a es descentralizable. Suponga que ya se ha decidido de alguna u otra forma qué tipo de instrumento, de precio o cantidad, se va a usar para controlar cada para . Para una aproximación cuadrática, la ventaja comparativa de los precios sobre las cantidades para el bien es , …(30) que es exactamente la fórmula (20) para este caso particular. En algunas situaciones, modalidades ―mixtas‖ de precio-cantidad pueden dar los mejores resultados. Como un ejemplo específico, suponga que de cierto pez de un lago grande y estanque. Sea es la pesca es la pesca de un pequeño pero prolífico producido con costos medios relativamente planos pero que tenga una función de costos curveada en el óptimo, algo más que la función de beneficios. La política óptima según (30) sería nombrar una cuota para precio para y un . 6. Referencias Arrow, K.J (1964). ―Research in Managemente Controls: A Critical Synthesis‖, pp.317-327, in Bonini, Jaedicke and Wagner (eds.), Management Controls (Nueva York: McGraw-Hill. Dales, J.H. (1968) Pollution, Property and Prices (Toronto: University of Toronto Press. 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