la salud en los proc..

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LA SALUD EN LOS PROCESOS
CONSTITUYENTES
MESA REDONDA SOBRE CIENCIA,
TECNOLOGÍA Y SOCIEDAD
IEETM
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En el marco del Seminario Internacional sobre la salud y los
procesos constituyentes que tuvo lugar en la Universidad
Andina Simón Bolívar, que tuvo lugar del 27 al 29 de febrero
del 2008, el Instituto de Estudios Ecologistas co-organizó una
mesa redonda sobre ciencia y tecnología.
La mesa redonda tuvo lugar el día 29 de febrero.
“Grupos extendidos” en el sistema de salud
Silvio Funtowicz
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Ciencia fuera de control: transgénicos y biología sintética
Silvia Ribeiro
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La realidad de la ciencia y tecnología en el Ecuador
Carlos Larrea
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¿Son las tecnologías de punta una salida a la crisis ambiental?
Elizabeth Bravo.
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“GRUPOS EXTENDIDOS” EN EL SISTEMA DE SALUD
Silvio Funtowicz
La relación entre la ciencia, la tecnología y la sociedades se ha hecho crítica en los
último años en Europa. Europa, que es donde tengo más conocimiento por vivir yo
más de 30añosoy a referir mi charla a esta región, pues en ella ha vivido los últimos
30 años.
La sociedad europea quiere participar cada vez más en las decisiones sobre ciencia y
tecnología. Algunos aspectos son vistos con mayor preocupación por el radar público,
como es el problema del cambio climático.
Otros problemas, aunque muy graves no han tenido el mismo debate, como la
biología sintética y la nanotecnología. Por ejemplo, hace poco se firmó un convenio
entre la empresa petrolera BP y la Universidad de Berkeley para trabajar en
biocombustibles a partir de la biología sintética, que no entró en el escrutinio público
en Europa.
Entre los temas que entran si en el radar público están la salud y la alimentación.
Estos son temas emergentes en Europa. Problema como la obesidad, el estilo de vida
son de gran preocupación pa
ra la sociedad europea. La crisis de la vaca loca produjo una crisis de credibilidad en
la ciencia, lo mismo que los alimentos alimentos genéticamente modificados.
Esto ha hecho que ahora tengamos una sociedad mejor informada sobre temas de
alimentación y salud.
Un tema importante es el creciente uso en Europa de medicinas complementarias,
como vitaminas y de alimentos orgánicos. Esta es una constante en la población de
todos los países de Europa. El barómetro europeo muestra una armonía muy
importante en este sentido.
A pesar de que se dice que no hay pruebas científicas que los alimentos orgánicos y
las medicinas complementarias son las más adecuadas, es la gente que tiene un nivel
superior de educación quienes los están usando cada vez más.
Antes se decía que eran las personas más ignorantes las que, por ejemplo, ingerían
vitaminas sin prescripción, que esto se debía a un déficit de educación. Se decía que a
medida que la gente adquiría más educación, se iban dejando a un lado
comportamientos míticos, por ejemplo, tomar vitaminas o leer el horóscopo.
En los últimos años, se ha abandonado el déficit de conocimiento.
Hoy una persona va al médico, y este le receta algo. Ella llega a su casa entra al
google y va a tener frente a si mucho más información que la del médico, y va a
encontrar información distinta a la que el médico le dijo.
La gente desea juzgar por si misma lo que el médico le está proponiendo.
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Es decir, se incrementa la capacidad de la ciudadanía de acceder a información sobre
salud
Hay además un cambio sobre quien genera conocimientos, y quienes los que
conforma lo que se conoce como “experticia”.
Ahora tenemos grupos de enfermos, de pacientes, de gente que cuida a parientes
enfermos, que están generando conocimiento de salud.
Estos grupos tienen cada vez más influencia en la investigación sobre salud. La Unión
Europea, en su programa de apoyo a la investigación ha incorporado a estos grupos y
estos pueden recibir financiamiento.
El punto es que estos grupos producen saberes, y por lo tanto deben ser apoyados.
Esto se ha hecho a disgusto de la industria.
Aunque la industria invierte grandes cantidades de dinero en investigación de salud (o
en el desarrollo de nuevos medicamentos) su visión de salud es muy reducida, y está
orientada a que la investigación les genere más dinero.
Gran cantidad de la investigación de la industria en salud se basa en esto modelo
GEN ---- ENFERMEDAD ---- FÁRMACO
Otro aspecto es ¿quién debe tener acceso a los resultados de estas investigaciones?.
Ahora en la Unión Europea Inclusive se propone que estos nuevos grupos (diferentes
a los que tradicionalmente han hecho investigación de salud) sean considerados en el
proceso de toma de decisiones para la aprobación (o no) de un nuevo medicamento
Dado que gran parte de la ciencia que se genera hoy tiene mucha incertidumbre y
puede ser potencialmente peligrosa para la sociedad, la calidad de una investigación
se puede medir y evaluar con parámetros distintos a los usados en la llamada “ciencia
normal”. En la llamada ciencia "posnormal" la calidad de una investigación no
siempre puede ser evaluada por los científicos. Debido a los valores que pone en
juego la ciencia moderna, es necesario hacer una evaluación extendida: se debe
incluir a los involucrados en los problemas que se investigan, al público, porque son
los que van a sentir las consecuencias. En el caso de la salud, los grupos extendidos
pueden ser los descritos anteriormente.
La medicina tradicional, los saberes generados por los pueblos, es un tipo de
conocimiento que en países como este debería ser también apoyado, y que podrían
conformar estos llamados grupos extendidos.
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CIENCIA FUERA DE CONTROL: TRANSGÉNICOS Y BIOLOGÍA
SINTÉTICA
Silvia Ribeiro
Grupo ETC
Un puñado de trasnacionales controla el mercado mundial de semillas transgénicas y
sus patentes, tornando ilegales los derechos ancestrales de los campesinos y
campesinas a guardar y replantar semillas. A esto se suma la presión creciente para
adoptar tecnologías “Terminator” para hacer semillas suicidas; el uso de cultivos
alimentarios para producir sustancias no comestibles —farmacéuticas, industriales,
agrocombustibles— contaminando y disputando la tierra a la producción de
alimentos; la amenaza de peces y ganado transgénicos. Los experimentos con árboles
manipulados genéticamente prometen un infierno renovado, ya que además de invadir
grandes extensiones con monocultivos y aumentando la devastación de áreas ricas en
biodiversidad, provocarían contaminación durante décadas y a grandes distancias.
El control de las semillas es un objetivo claro de las transnacionales, porque quien
controla las semillas, tiene la llave de toda la cadena alimentaria. Las semillas
transgénicas son el paradigma de este control corporativo, ya que además de la fuerte
concentración de mercado, también están patentadas, lo que vuelve ilegal el derecho
ancestral de los campesinos y campesinas a guardar semillas y volverlas a plantar en
la próxima cosecha. Monsanto y otras empresas ya han ejercido legalmente esta
violación contra decenas de agricultores contaminados en Estados Unidos y Canadá, a
los que han demandado por “uso ilegal” de sus genes patentados. Según un informe
del Center for Food Safety de Estados Unidos, al 2005 Monsanto ya había cobrado
más de 15 millones de dólares en 90 juicios de este tipo.
Aún así, las empresas de agronegocios van por más, ya que aunque las patentes sean
una herramienta para su monopolio, les implica detectar el supuesto uso “ilegal” y
emprender juicios. Por eso idearon la tecnología “Terminator”, para hacer semillas
estériles en segunda generación y automáticamente obligar a que todos deban comprar
semillas nuevas de las empresas para cada siembra. Este fenómeno ya sucede
mayoritariamente en Estados Unidos y otros países de Norte (sin usar Terminator,
solamente por haber impuesto híbridos que no mantienen el nivel de producción
después de la primer cosecha). Esta dependencia con las semillas comerciales es lo
que obligó a los agricultores de ese país a seguir comprando semillas transgénicas
aunque rinden menos, son más caras y usan más químicos: sencillamente no podían
hacer otra cosa. En el Sur en cambio, existen 1400 millones de campesinos y
campesinas que usan sus propias semillas para producir alimentos y forrajes. Con la
pinza de nuevas leyes de semillas, introducción de transgénicos y como golpe final,
Terminator, se amenazan las formas de vida de esos campesinos y campesinas, para
que nadie más, ni en el Norte ni el Sur, pueda guardar sus propias semillas.
Luego de la primera versión de Terminator, que fue patentada en 1998 en conjunto
por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos con la empresa Delta &
Pine (ahora en vías de convertirse en propiedad de Monsanto), surgieron muchas otras
versiones de esta tecnología suicida-homicida, desde casi todas las empresas que
producen agro-transgénicos, ya que ese es el futuro que avizoran para aplicar a todos
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los transgénicos. Una de las más recientes es producto de una investigación
patrocinada por la Unión Europea llamada “Transcontainer”, que afirman no será para
producir esterilidad en forma permanente sino solamente para contener la
contaminación transgénica, ya que la fertilidad de la semilla puede ser restitutida
posteriormente por las empresas que la venden. Pero Transcontainer, Terminator tanto
muerte como contaminación y cualquiera de sus versiones apuntan de fondo a lo
mismo: a que el oligopolio de empresas estadounidenses y europeas pueda seguir
esparciendo sus semillas manipuladas en los campos, con garantías de mantener su
monopolio, y que todos los agricultores y campesinos tengan que ir a comprar
semillas o pagarle a las empresas para que les restituya la fertilidad.
NOS USAN COMO CONEJILLOS DE INDIAS
Al contrario de lo que afirma la industria biotecnológica de que no existen pruebas de
los transgénicos son malos para la salud, se van acumulando evidencias que muestran
lo contrario. Según detalla una reciente compilación de la coordinación de la Red por
una América Latina Libre de Transgénicos , diferentes tipos de transgénicos probados
en ratones de laboratorio, producen desde alergias hasta reacciones inmunológicas
más serias, como mal funcionamiento o atrofia de órganos internos, aumento de nivel
de glóbulos blancos, hemorragias, cambios genéticos y bioquímicos que los hacen
más susceptibles a enfermedades, en animales y plantas. Un estudio ruso realizado
por la Dra. Irina Ermakova de la Academia Rusa de Ciencias, alimentando a grupos
de ratas preñadas con harina de soya (unos convencional y otros transgénica) mostró
que más de la mitad de las crías de madres que ingerían transgénicos murieron
rápidamente y las sobrevivientes pesaban considerablemente menos
Por otra parte, el uso intensivo de agrotóxicos para los cultivos resistentes a éstos,
como en Argentina, Paraguay y Brasil, produce daños graves —y hasta muertes,
como el niño Silvino Talavera en Paraguay—a quienes están expuestos en los
campos, y a sus vecinos y zonas aledañas a través de la contaminación área, de aguas
y suelos.
MALA LECHE
Gran parte de la producción industrial de leche en Estados Unidos, México y en otros
países de América Latina, utiliza una hormona transgénica de crecimiento bovino
llamada rBGH, propiedad de Monsanto —que la denomina Somato-Tropina Bovina o
BST [por sus siglas en inglés]. Es una hormona que se le inyecta a las vacas y las hace
producir hasta el doble de leche. Esto tiene efectos muy negativos en la salud del
ganado, pero además puede tener consecuencias fatales para quienes consumen esos
lácteos. Esta hormona transgénica provoca que suba en la leche el nivel de otra
hormona llamada en inglés IGF-1 (factor de crecimiento insulínico tipo 1). Estudios
recientes muestran que los niveles anormalmente altos de esta segunda hormona se
asocian con el surgimiento de cáncer de seno, próstata y colon.
Según el doctor Michael Hansen, asesor de la Unión de Consumidores de Estados
Unidos, que analizó y compiló estos estudios1, las vacas que reciben esta inyección,
tienen un aumento significativo en la frecuencia de 16 enfermedades, incluidas
1
www.organicconsumers.org/rbgh/0724_monsanto_rbgh.cfm
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mastitis y problemas de gestación. Las vacas sufren muchísimo y, además, la leche
contiene restos de antibióticos, pus y sangre, por las continuas enfermedades y
tratamientos a que son sometidas. Esto genera una mayor resistencia a antibióticos en
quienes consumen esa leche y sus derivados, lo cual ya desde antes era un grave
problema de salud pública.
Pese a que el uso de esta hormona artificial está prohibido en Europa, Canadá, Japón,
Nueva Zelanda y Australia, se aprobó su uso comercial en México, Guatemala,
Honduras, Costa Rica, Panamá, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela y ocho
países de otros continentes, basados en estudios que la propia Monsanto proporcionó
a las agencias reguladoras estadounidenses.
Con los nuevos informes en circulación, los países que aprobaron esta hormona
deberían prohibir urgentemente su uso, tal como ya hizo la mayoría de los países
industrializados.
BIOLOGIA SINTÉTICA
El equipo del famoso y polémico genetista Craig Venter hizo público el viernes 25 de
enero pasado, a través de un artículo en la revista Science, que había logrado construir
artificialmente el genoma completo de una bacteria, usando lo que se denomina
“biología sintética”. Se trata de Mycoplasma genitalium el micro-organismo que tiene
menor cantidad de genes. Sólo para entender de qué estamos hablando: son genes
construidos artificialmente y luego ensamblados usando como guía el mapa del
secuenciamiento de dicho organismo.
La meta del Instituto Venter y de otros que trabajan en biología sintética no es replicar
lo que ya existe en la naturaleza, sino crear organismos vivos con funciones diferentes
a las que existen que se podrían usar a escala comercial para producir drogas
farmacéuticas o nuevos combustibles y hasta armas biológicas, con efectos
devastadores.
Craig Venter y su equipo trabajan tanto en ciencia como en el mercadeo, sin que haya
un debate público sobre estos temas. A falta de este debate social amplio, es
lamentable que en la mayoría de los medios masivos, no sólo en la prensa científica,
casi cualquier “avance” científico se reporte automáticamente como algo notable y
digno de admiración, generalmente descontextualizado de sus impactos potenciales y
de las realidades económicas, sociales y políticas que vivimos, así como del modelo
tecnológico elitista y privatizador que en muchos casos las subyace.
Estas fallas no impiden, por supuesto, que haya miles de científicos en el mundo
tratando de construir vida artificial, y si es antes de exista control social mejor. De
hecho la propuesta de los que trabajan en biología sintética es que haya “códigos
voluntarios de control”, en lugar de regulación externa independiente.
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LA REALIDAD DE LA CIENCIA Y TECNOLOGÍA EN EL ECUADOR
Carlos Larrea
Universidad Andina Simón Bolívar
La ciencia y la tecnología no pueden ser consideradas en abstracto. Se debe relacionar
también con otros contextos que se viven en el país. El desarrollo de ciencia y
tecnología, está relacionado estrechamente con aspectos estructurales. Con
indicadores sociales alarmantes, es difícil pensar que podamos alcanzar un desarrollo
científico y tecnológico soberano.
La pobreza estructural de inequidad social, exclusión y pobreza se ha profundizado en
el Ecuador desde que se implementaron las medidas de ajuste estructural, y los
indicadores sociales son mucho más alarmante en el sector rural.
Los niveles de pobreza son notablemente superiores a los promedio latinoamericanos.
La concentración del ingreso el Ecuador es de tal inequidad que ocupamos el tercer
lugar, superado sólo por Brasil y Paraguay.
La calidad de la educación en el Ecuador ha sido frecuentemente calificada como una
de las peores de América Latina, aunque los niveles de escolaridad, analfabetismo y
asistencia a clases son comparables a otros países de América Latina. Hay grandes
diferencias regionales en términos de acceso a la educación. En 2001, la taza de
analfabetismo fue del 9% a nivel nacional. En la Sierra fue del 17% y en la población
indígena el analfabetismo alcanzó el 22%. El porcentaje entre las mujeres indígenas
fue del 30%.
Se debe analizar a también la ciencia y tecnología la luz del rol que tienen las
empresas transnacionales. Gran porcentaje de la investigación en ciencia y tecnología
está en manos de empresas transnacionales, y por lo mismo, obedece a sus intereses.
Es muy preocupante dentro de este análisis, el altísimo porcentaje de la investigación
está dedicado a investigación militar. Hay dudas de los impactos en el ambiente y la
salud, ocasionado por todas las asociaciones en el complejo industrial-militar con las
empresas transnacional.
A esto se suma la concentración monopólica que hay en el campo de la ciencia y
tecnología por parte del sector privado empresarial. Esto ha hecho que la participación
del excedente de la producción campesina sea cada vez menor en el campo agrícola.
Esto se agudiza con la distinta distribución de la ciencia y tecnología en el agro. Sobre
todo en lo que se llama tecnología de punta. Para el sector campesino hay cada vez
menos apoyo en ciencia y tecnología.
Mucha de las investigaciones en el campo agrícola llevado a cabo por las empresas
transnacionales, pueden desencadenar impactos imprevistos, como los que han sido
ya descritos por Silvia Ribeiro en el panel. Esto tiene un impactos importantes en el
sector de salud, que deben ser abordados con mucha seriedad por la nueva
constitución.
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La Constitución debe poner restricciones muy severas a la difusión de este tipo de
ciencia y tecnología en el agro.
Por otro lado, se debe apostar a tecnologías encaminadas a fortalecer los sistemas
agrícolas campesinos, los sistemas de salud tradicional, a resolver los problemas
existentes en el campo de la salud, de la vivienda.
Se debe también discutir sobre el porcentaje que se dedica en el presupuesto del
Estado a ciencia y tecnología. Si hacemos una comparación de lo que los países de la
región latinoamericanos dedican a la ciencia y la tecnología, nos encontramos con la
triste realidad que estamos por debajo de todos los países, y nos acercamos a los
límites de África.
El Ecuador destina el 0,13% del PIB a ciencia y tecnología, ocho veces inferior a la
de Cuba, siete veces más baja que Costa Rica, tres veces que Colombia y Bolivia.
Los datos sobre gastos y desarrollo científico, tecnológico, investigación agropecuaria
y sobre publicaciones científicas son similares.
Una respuesta a esta problemática puede ser el desarrollar una política de ciencia y
tecnología para la satisfacción para satisfacer las necesidades humanas, no basadas en
tecnologías de punta, sino adecuadas a nuestra realidad.
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¿SON LAS TECNOLOGÍAS DE PUNTA UNA SALIDA A LA CRISIS
AMBIENTAL?
Elizabeth Bravo V.
IEETM
Para nadie es desconocido que el desarrollo tecnológico del siglo XX ha generado una
serie de problemas a la sociedad y al ambiente, como nunca se ha visto antes en la
historia de la humanidad. Se han desarrollado sofisticados métodos para extraer
recursos no renovables de lugares que antes no era posible, como son los mares
profundos, se ha manipulado la integralidad genética de los seres vivos, y se ha
llegado hasta a transformar la conformación de las moléculas; todo esto para servir al
capital.
Los impactos que han generado estas nuevas tecnologías, quieren ser resueltos con
más tecnologías, creándose un círculo vicioso
IMPACTOS – TECNOLOGIAS – GANANCIAS DE LAS EMPRESAS – IMPACTOS….
A nosotros, un país con poco desarrollo tecnológico occidental, se nos quiere
convencer que es posible explotar minerales o petróleo de lugares de tan alta
fragilidad ecológica como la cordillera de El Cóndor o el parque Nacional Yasuní,
usando tecnologías de punta. Sabemos que esto no es verdad. En el mismo Yasuní,
una de las empresas que ha dicho siempre que opera aplicando las mejores
tecnologías fue responsable de un derrame de 2.500 barriles de fluidos contaminantes
que fue detectado a los 10 días de iniciado, y esto solo porque un indígena de la zona
vio una mancha negra que avanzaba por uno de los ríos de esta zona protegida. La
tecnología de punta no funcionó.
¿Y qué pasa con los derrames petroleros? Son limpiados con nuevas tecnologías de
punta, como es el uso de bacterias de bio-remediación, sin analizar los impactos que
la introducción de estos organismos vivos exóticos pueden tener en los ecosistemas
naturales, sobre todo a nivel del suelo, y en los micro-organismos que conforman las
comunidades de descomponedores, y todo el efecto cascada que de ahí podría
generarse.
En todo caso, aun si estas tecnologías funcionaran, nosotros (ni las poblaciones ni el
Estado) no las controlamos, son tecnologías sobre las que pesan derechos de
propiedad intelectual, y son manejadas por las empresas.
El enfoque de querer resolver los problemas ambientales y de la salud que genera el
modelo extractivo a través de la tecnología no aborda las causas estructurales que los
genera. Este es un tema que debe considerarse, ahora que se discute el modelo
extractivista.
Las respuestas tecnológicas tampoco resuelven los problemas que generan en el tejido
social la presencia de empresas extractivas entre las comunidades, ni están diseñadas
para considerar los impactos acumulativos y a largo plazo que pudieran surgir, así
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como las interacciones entre los diferentes elementos de los ecosistemas, que en el
caso de ambientes tropicales, son ecosistemas complejos.
Se pretende resolver los problemas generados por la tecnología, con más tecnología.
Por ejemplo en la agricultura se introdujo el modelo de la revolución verde, que
incluye el uso de semillas de alto rendimiento, mecanización del campo, alto uso de
agrotóxicos, en un modelo diseñado para el monocultivo.
Este modelo produjo el aparecimiento de super-malezas, insectos comunes se
transformaron en plagas y surgieron nuevas enfermedades.
A estos problemas creados por la revolución verde se pretende hoy solucionar a través
de la aplicación de más tecnología; esto es, la ingeniería genética. Es así como se
lanza al mercado semillas transgénicas con resistencia a un herbicida, para
profundizar el modelo de la revolución verde, donde tenemos un modelo basado en:
 Semillas transgénicas con resistencia a glifosato
 Siembra directa
 Aspersiones aéreas
Y los problemas que se intentan resolver aumentan, porque surgen nuevas supermalezas, las plantas debilitadas por el uso excesivo del agrotóxico se hace más
susceptible a nuevas enfermedades, surgen nuevas plagas. Y la solución propuesta es
usar más tecnología: usar agrotóxicos más fuertes, trabajar en nuevas semillas
transgénicas…
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