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PROPOSICIÓN CON PUNTO DE ACUERDO RELACIONADO CON EL DESACATO JUDICIAL Y LA
DILACIÓN DEL PROCESO EN LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA, EN ARAS DE LA REFORMA
PENAL DE JUNIO DE 2008. DE LA SEN. MÓNICA ARRIOLA GORDILLO
PROPOSICIÓN CON PUNTO DE ACUERDO RELACIONADO CON EL DESCATO JUDICIAL Y LA
DILACIÓN DEL PROCESO EN LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA EN ARAS DE LA REFORMA
PENAL DE JUNIO DE 2008
MÓNICA T. ARRIOLA GORDILLO, Senadora de la República de la LXII Legislatura del Congreso de la
Unión, y con fundamento en lo dispuesto por los artículos 8, numeral 1, fracción II y 276, numeral 1, del
Reglamento del Senado de la República, así como 58, 59 y 60 del Reglamento para el Gobierno Interior del
Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos sometemos a la consideración del Pleno de la Comisión
Permanente, la siguiente Proposición con Punto de Acuerdo que en alcance al plazo de transición otorgado en
la reforma penal de junio de 2008, se exhorta a la Administración Pública Federal y a las administraciones
públicas de los estados, a que, con pleno respeto a los principios rectores del nuevo sistema penal acusatorio,
se ejecuten los mandatos judiciales de manera irrestricta, y respeten y hagan respetar las garantías
procesales en la administración de justicia, conforme a la siguiente:
Exposición de motivos
¿Existe estado de derecho sin respeto irrestricto a la división de poderes?
¿Acaso un Estado puede llamarse democrático o republicano sin la ejecución incuestionable de los mandatos
judiciales, siendo éstos parte del escalafón de la pirámide kelseniana para el imperio de la ley y el derecho?
La lucha milenaria de la humanidad para conseguir garantías que protejan su dignidad dieron consecuencia al
surgimiento de premisas, mandatos y obligaciones supremas para todo gobierno; preceptos sin los cuales un estado
organizado se convierte en un estado anárquico desde su punto más alto. Las ideologías, los partidos y las
dinámicas personales son irrelevantes ante estos cimientos. Cuando se vulneran las raíces, perece todo el
entramado.
¿Qué seguridad puede esperar una sociedad cuando existe una falta de certeza jurídica? ¿Qué esperanza puede
sostener el pueblo sin la certidumbre del cumplimiento de la ley por sus propios gobernantes?
El acatamiento de la Constitución, las leyes y los tratados internacionales debe tener, como mínimo, dos elementos,
la constancia y la inexorabilidad indubitable.
Como legisladores sabemos que el fin último y más amplio de la procuración y administración de justicia es, sin
duda, evitar que los particulares se hagan justicia por sí mismos, que exista un juicio mayor e imparcial al de dos
perspectivas particulares contrapuestas.
Una de las obligaciones y funciones primarias de todo Estado es la administración de la justicia; ésta representa
uno de los principales motivos por los cuales el pueblo decidió transferir su soberanía a la legislación, esperando
que ésta sea ejercida por el Estado, y por ende, cumplida.
Dentro de la administración de la justicia existen las denominadas garantías individuales, las cuales son necesarias
en todo proceso para que éste pueda ser válido y eficaz, y así, cumplir con su objetivo.
En sentido contrario, de no respetarse las garantías individuales, el proceso está viciado y se vulnera a las personas
procesadas.
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Este no es lugar para hacer una revisión exhaustiva de los preceptos mencionados, sin embargo, es necesario
mencionar que dentro de las garantías, existe una división doctrinal en judiciales y políticas. Entre las últimas, se
encuentran la independencia del poder judicial, la inamovilidad de los funcionarios judiciales y que el poder
judicial tenga los elementos necesarios para el desempeño de su función.
La falta de observancia incondicional a estas garantías desintegra el sostén jurídico, teológico y total de un
Estado.
El desacato judicial, la manipulación de la ley y el aprovechamiento de las ineficiencias jurídicas de la legislación
ensombrecen la justicia, la transparencia, el Estadode Derecho, el respeto a la ley y a las instituciones.
El sistema de justicia, dentro de los elementos necesarios para el desempeño de su función y obligación, se auxilia
para hacer que sus resoluciones sean oportunamente cumplimentadas, logrando así los fines del Derecho.
En diversas ocasiones, algunas mediáticamente conocidas, se vulneró una resolución judicial y se mantuvo una
postura gubernamental generando el desconcierto de la ciudadanía y el menosprecio por el Estado de Derecho.
Los especialistas en derecho, ante tales ocasiones expresaron el rechazo a la subjetividad y a una postura de
intereses personales sin recato a la ley, que desprecia a las instituciones y a los encomendados de hacerla respetar.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en los artículos 108 a 114 regula el régimen de
responsabilidades de los servidores públicos. De esta manera, establece que se hará efectiva por los actos u
omisiones en que incurran dichos funcionarios y empleados en la prestación del servicio.
En ese entendido, los servidores públicos pueden ser sujetos a responsabilidades políticas, penales y
administrativas.
Una referencia necesaria para todo proceso en el que la autoridad incurra en desacato, es en el proceso de amparo,
en donde el artículo 107 fracciones XVI y XVII señalan:
“Si concedido el amparo la autoridad responsable insistiere en la repetición del acto reclamado o tratare de eludir la
sentencia dela autoridad federal, y la Suprema Corte de Justicia estima que es inexcusable el incumplimiento, dicha
autoridad será inmediatamente separada de su cargo y consignada al Juez de Distrito que corresponda. Si fuere
excusable, previa declaración de incumplimiento repetición, la Suprema Corte requerirá a la responsable y le
otorgará un plazo prudente para que ejecute la sentencia. Si la autoridad no ejecuta la sentencia en el término
concedido, la Suprema Corte de Justicia procederá en los términos primeramente señalados...”
XVII. La autoridad responsable será consignada la autoridad correspondiente, cuando no suspenda el acto
reclamado debiendo hacerlo, y cuando admita fianza que resulte ilusoria o insuficiente, siendo, en estos dos
últimos casos, solidaria la responsabilidad civil de la autoridad con el que ofreciere la fianza y el que la prestare…”
El mandato de la constitución debe entenderse en el sentido que la autoridad incumplidora o evasiva sea
inmediatamente separada de su cargo y consignada al Juez de Distrito.
La legislación reglamentaria asume una postura aún más clara, estableciendo que la consignación se haga al
Ministerio Público paraqué sea ejercitada la acción penal correspondiente, con lo que al término de la consignación
se le da un contenido esencialmente penal, y a los hechos consignados, el carácter de delictivos; el desacato ya no
es político o administrativo, sino esencialmente criminal.
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Otra referencia necesaria para el desacato judicial de un servidor público se presente en la Ley de Amparo la cual
señala que “La autoridad responsable que no obedezca un auto de suspensión debidamente notificado, será
sancionada en los términos que señala el Código Penal aplicable en materia federal para el delito de abuso de
autoridad, por cuanto a la desobediencia cometida; independientemente de cualquier otro delito en que incurra.”
Con esta referencia absoluta podemos asumir que cualquier autoridad que no obedezca y cumplimente los
mandatos judiciales incurre en el delito de abuso de autoridad y, por tanto, debe ser sancionada criminalmente
como los regula la legislación penal.
En estos casos debe aplicarse lo prescrito por el Código Penal Federal que establece las reglas aplicables para el
caso de estas leyes en su artículo 6: “Cuando se cometa un delito no previsto en este Código, pero sí en una ley
especial o en un tratado internacional de observancia obligatoria en México, se aplicarán éstos, tomando en cuenta
las disposiciones del Libro Primero del presente Código y, en su caso, las conducentes del Libro Segundo...”
El desacato judicial genera la violación de las garantías individuales y derechos humanos de los procesados, y por
esto debe ser condenado como lo señalan nuestras leyes.
Transcribo el delito de abuso de autoridad, para exponer el encuadramiento del desacato de una autoridad en este
tipo penal:
“ARTÍCULO 215.- Cometen el delito de abuso de autoridad los servidores públicos que incurran en alguna de las
conductas siguientes:
…
IV.- Cuando estando encargado de administrar justicia, bajo cualquier pretexto, aunque sea el de obscuridad o
silencio dela ley, se niegue injustificadamente a despacharon negocio pendiente ante él, dentro de los términos
establecidos por la ley;
…”
De conformidad con el artículo 7 del mismo código, delito es “el acto u omisión que sancionan las leyes penales”,
y por tanto debe ser asimilado como tal.
A menos de un año de que concluya el plazo establecido para transitar hacia un sistema de justicia penal de tipo
acusatorio, que busca, principalmente, desarrollar un sistema de justicia eficiente, transparente y respetuosa de los
derechos humanos, no cabe resquicio para el incumplimiento de mandatos judiciales y garantías procesales por
parte de los servidores públicos.
En el mismo sentido, la consagración del derecho a un proceso sin dilaciones indebidas, está obligado a operar
como solución a la actual cultura del retraso, un mal endémico de la justicia mexicana.
Nuestra Constitución, las leyes y los tratados internacionales consagran nuestro derecho a ser juzgados en un
tiempo razonable, como derecho subjetivo público, autónomo a la vez que instrumental para la tutela judicial
efectiva, y no puede convertirse en un horizonte utópico por obstáculos fácticos.
El primer instrumento internacional que consagró el derecho de toda persona a ser juzgada sin dilaciones indebidas
fue Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 1966, en su artículo 14,2. Si bien el CEDH de 1950 en
su art. 6.1 había consagrado ya para toda causa judicial el derecho al plazo razonable, el derecho fundamental a ser
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juzgado sin dilaciones indebidas ampara a todas las partes de una causa, a perjudicados y procesados en las causa
penales, pero es la situación de los acusados la más vulnerable, en principio, ante la duración prolongada del
procedimiento.
La jurista y catedrática española, Adela Asu aBatarrita lo estableció de manera extraordinaria, “en las causas
penales, el sometimiento de un acusado a un horizonte impredecible en cuanto a la finalización del proceso, puede
considerarse lesivo de la dignidad humana que sustenta la construcción originaria de este derecho subjetivo frente
al poder punitivo estatal.
… «Lajusticia tardía no es justicia»”
Por lo anteriormente expuesto y fundado, someto a la consideración de esta honorable soberanía, el siguiente:
Punto de Acuerdo
ÚNICO.- En alcance al plazo de transición otorgado en la reforma penal de junio de 2008, se exhorta a la
Administración Pública Federal y a las administraciones públicas de los estados, a que, con pleno respeto a los
principios rectores del nuevo sistema penal acusatorio, se ejecuten los mandatos judiciales aún en aquellos casos en
que el modelo adversarial no haya entrado en vigor, de tal modo que de manera irrestricta, se respeten y hagan
respetar las garantías procesales en la administración de justicia y mandatos judiciales, y se sancione a los
servidores públicos que incumplan con esta obligación.
MÓNICA T. ARRIOLA GORDILLO
Senadora de la República
Dado ante la Comisión Permanente del H. Congreso de la unión, a los
días del mes de julio de 2015.
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