1116 S.S. II SALA DE LO CIVIL DE LA CORTE SUPREMA DE

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1116 S.S.
II
SALA DE LO CIVIL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: San Salvador, a las
once horas y diez minutos del día dieciocho de octubre de dos mil dos.
Vistos en casación la sentencia definitiva, pronunciada por la Cámara Segunda de lo
Civil de la Primera Sección del Centro, a las nueve horas y quince minutos del día veinte de
septiembre de mil novecientos noventa y seis, decidiendo la apelación que se interpuso
contra la sentencia pronunciada por el Juez Tercero de lo Mercantil a las ocho horas del día
trece de septiembre de mil novecientos noventa y uno, en el Juicio Mercantil Ejecutivo
promovido por el licenciado Mario Alberto Aguilar Fernández como Apoderado General
Judicial de la Cooperativa de Cajas de Crédito Rural Limitada o Federación de Cajas de
Crédito, Sociedad Cooperativa de Responsabilidad Limitada, como representante de la Caja
de Crédito de San Ignacio, Sociedad Cooperativa de Responsabilidad Limitada contra los
señores Ana Lorena Ponce de Handal, David Handal y David Handal Morales,
reclamándoles cantidad de colones, intereses y costas.
Han intervenido en Primera Instancia el licenciado Mario Alberto Aguilar Fernández en el
carácter indicado y el licenciado Eleazar Guillen Reyes como apoderado de la Caja de
Crédito de San Ignacio, Sociedad Cooperativa de Responsabilidad Limitada de Capital
Variable, en sustitución de aquel, y el doctor Carlos Fernando Chávez Ortíz como
apoderado especial de los demandados; así mismo, compareció el licenciado Alvaro Henry
Campos Solórzano como apoderado general judicial de la señora Judith Florentina Guevara
Solórzano y, como apoderado especial judicial de la misma y de los señores Cruz Raquel
Guevara de Deras hoy Cruz Raquel Guevara Solórzano, Carlos Amparo Guevara
Solórzano, hoy Carlos Guevara Solórzano, Ana María Guevara Solórzano de Barahona,
hoy Ana María Guevara Solórzano y Francisco Eleuterio Guevara Solórzano, en calidad de
interesados en la causa, de acuerdo al Art. 982 Pr., todos mayores de edad y de este
domicilio, a excepción del señor Francisco Eleuterio Guevara Solórzano, quien es del
domicilio de San Ignacio y de la señora Cruz Raquel Guevara de Deras hoy Cruz Raquel
Guevara Solórzano y del Licenciado Eleazar Guillén Reyes, que son de este domicilio y el
de San Ignacio; en segunda instancia y en este recurso los licenciados Alvaro Henry
Campos Solórzano y Eleazar Guillén Reyes, en el carácter antes indicados.
LEIDOS LOS AUTOS, y
CONSIDERANDO:
I) El fallo de Primera Instancia dijo: "POR TANTO: De conformidad a los
considerandos anteriores y en base a lo que prescriben los artículos: 417, 421, 439, 586 y
siguientes y 593 y siguientes Prc. y 57 Pr. Merc. y 1142 C.Co.; a nombre de la República
de El Salvador, FALLO: Condénase a los demandados señores ANA LORENA PONCE
HANDAL, DAVID HANDAL Y DAVID HANDAL MORALES a pagar a la CAJA DE
CREDITO DE SAN IGNACIO, SOCIEDAD COOPERATIVA DE RESPONSABILIDAD
LIMITADA, la cual es representada por la COOPERATIVA DE CAJAS DE CREDITO
RURAL LIMITADA O FEDERACION DE CAJAS DE CREDITO SOCIEDAD
COOPERATIVA DE RESPONSBILIDAD LIMITADA la cantidad de QUINCE MIL
CUATROCIENTOS COLONES EXACTOS, por el primer crédito, más intereses del
OCHO POR CIENTO ANUAL a partir del cuatro de JUNIO de mil novecientos ochenta y
el interés moratorio del DOS POR CIENTO ANUAL, a partir del primero de Marzo de mil
novecientos ochenta y uno; por el segundo crédito la cantidad de DIEZ MIL COLONES
EXACTOS, más intereses del OCHO POR CIENTO ANUAL a partir del treinta de julio de
mil novecientos ochenta y el interés moratorio del DOS POR CIENTO ANUAL, a partir
del primero de marzo de mil novecientos ochenta y uno; y por el tercer crédito la cantidad
de VEINTITRES MIL DOSCIENTOS SETENTA COLONES EXACTOS, más intereses
del ocho por ciento anual a partir del treinta de septiembre de mil novecientos ochenta y el
interés moratorio del DOS POR CIENTO ANUAL, a partir del primero de marzo de mil
novecientos ochenta y uno y costas procesales del juicio. Sígase con la ejecución hasta su
completo pago transe o remate. NOTIFIQUESE."
II) El fallo en Segunda Instancia dijo: "En base a las razones expuestas,
disposiciones legales citadas y Arts. 1089 y 1090 Pr.C., esta Cámara a nombre de la
República de El Salvador, falla: Confírmase la sentencia definitiva emitida por el Juez
Tercero de lo Mercantil a las ocho horas del día trece de septiembre de mil novecientos
noventa y uno. Condénase a pagar al apelante las costas procesales surgidas en esta
instancia. En su oportunidad, remítanse los autos al tribunal de origen con la certificación
de ley: Hágase saber".
III) En su escrito de interposición del recurso el recurrente en lo esencial expresó:
"haciendo referencia al incidente de apelación de la sentencia definitiva dictada por el señor
Juez Tercero de lo Mercantil, en el juicio ejecutivo mercantil número setecientos treinta y
nueve-ejecutivo mercantil- noventa, iniciado por la Caja de Crédito de San Ignacio,
Sociedad Cooperativa de Responsabilidad Limitada, ahora Caja de Crédito de San Ignacio,
Sociedad Cooperativa de Responsabilidad Limitada de Capital Variable, reclamando capital
e intereses adeudados a DAVID HANDAL MORALES Y OTROS. En dicho incidente Vos
Honorable Cámara, a las nueve horas y quince minutos del veinte de septiembre de mil
novecientos noventa y seis, pronunciasteis sentencia definitiva, cuyo fallo en lo pertinente
dice: "Confírmase la sentencia definitiva emitida por el Juez Tercero de lo Mercantil a las
ocho horas del día trece de septiembre de mil novecientos noventa y uno. Condénase a
pagar al apelante, las costas procesales surgidas en esta instancia. En su oportunidad
remítanse los autos al tribunal de origen con la certificación de ley"; de la cual por este
medio interpongo, con expresas instrucciones de mis mandantes, RECURSO DE
CASACION.---l- ESPECIFICACIONES PARA EL RECURSO DE CASACION.- En el
caso presente existe idoneidad objetiva de dicho recurso, ya que conforme el artículo uno
numeral primero ( 1 No.1°) de la Ley de Casación, procede el recurso contra las sentencias
definitivas pronunciadas en apelación. II-CAUSA EN QUE SE FUNDA EL RECURSO:
Infracción de Ley. Literal a) del artículo dos de la Ley de Casación. No obstante se trata de
Juicio Ejecutivo, dado que mis representados son terceros con interés a quienes perjudica la
sentencia, y éstos no pueden entablar nuevo juicio en que se discuta la misma materia u
obligación, el artículo 5 de la Ley de Casación no les impide para entablar el recurso por
infracción de ley. III- MOTIVOS: El recurso por la causa mencionada, se considera tiene
lugar, por: 1- VIOLACION DE LEY. Artículo tres numeral primero ( 3 1°) de la Ley de
Casación. Preceptos infringidos.
a) Primer caso en que se cometió la infracción por ese
motivo. La Cámara dejó de aplicar la norma contenida en el artículo mil ciento cuarenta y
tres romano I (1143 Romano I) del Código Mercantil, eligiendo en su lugar el artículo mil
ciento cuarenta y dos ( 1142) del Código de Comercio. Concepto en que se infringió. La
primera norma declara los datos básicos que identifican un contrato de crédito a la
producción: el que se utiliza para trabajos agrícolas, cuyo rendimiento se produce, por lo
regular, dentro del período de un año. Como nadie discute, aparece que los plazos para los
que fueron concedidos los créditos en el presente caso fueron para menos de un año,
además que se otorgaron para atender cultivos. Por otro lado el préstamo mercantil de que
habla el artículo 1142 Com., dada la ubicación que le dio nuestro legislador en un capítulo
aparte, ha pretendido significar que se trata de una especie de las operaciones de crédito, al
lado de otras especies, como en particular lo es el crédito a la producción. De ahí que entre
este y aquél no hay relación de especie a género; sino una distinción específica, como es
que el préstamo mercantil parte de su calificación en cuanto a las personas, es decir la
circunstancia subjetiva de determinar quien realiza la acción de prestar y el tipo de
actuaciones a las que se dedique esa persona; por el contrario en los créditos a la
producción la definición se establece desde el criterio de la objetividad, simplemente de
destino o finalidad del crédito. De ahí que si en el caso que nos ocupa, se ha manifestado en
los documentos que aparecen agregados al juicio, que el objeto del crédito es "para atender
cultivos..." ese elemento finalista nos indica sin lugar a dudas que se trata de un crédito a la
producción. b) Segundo caso en que se cometió la infracción por ese motivo. Se dejó de
aplicar la norma contenida en el inciso primero del Artículo mil ciento cincuenta y cinco
(1155) Com., eligiendo en su lugar la norma establecida en el artículo mil quinientos treinta
(1530) Com. Concepto en que se infringió. La doctrina reconoce fundamentalmente dos
efectos que puede tener la inscripción en el Registro de la Propiedad: a) como requisito de
existencia o eficacia y b) como requisito de oponibilidad a terceros. Este último se refiere a
que inscritos los actos estos pueden causar efectos contra terceros. El primero se entiende
en cuanto a la valoración jurídica de un hecho o determinar la existencia o no de un acto
jurídico, según esté inscrito o no. En el caso en estudio se trata de este primer efecto, es
decir, que los créditos a la producción, carecen de valor, y por lo tanto no tienen validez ni
aún entre los mismos contratantes, mucho menos frente a terceros. La inscripción en el
Registro es aquí requisito para el valor o eficacia del acto o contrato, y sin ella se nos
conduce a que la voluntad de las partes se tenga por no manifestada, a que el acto se repute
nulo, y no produzca ningún efecto. El inciso primero del artículo 1155 Com. es explícito en
ese sentido: "Todo contrato de crédito a la producción se inscribirá en el Registro de la
Propiedad Raíz e Hipotecas correspondiente a la jurisdicción en que están ubicados los
inmuebles en que radique la prenda, si el prestatario tuviere derecho inscrito en él. En todo
otro caso se inscribirá en el Registro de Comercio". La disposición legal citada se encuentra
dentro de la sección "B" del Capítulo III del Título VII del Libro Cuarto, que trata de la
CONSTITUCION de la prenda; es decir de la forma en que nacen a la vida jurídica los
créditos a la producción. De ahí que la Cámara erró en su elección del Art. 1530 Com.,
pues esta es una exigencia para la prenda sin desplazamiento que recae en bienes necesarios
para la explotación de una empresa, y no en bienes como los cultivos, que es el caso
presente. Esto es así porque "los demás casos" que el Código autoriza para constituir
prenda sin desplazamiento son los créditos a la producción y como en estos ya el artículo
mil ciento cincuenta y cinco (1155) del Código de Comercio obliga a inscribirlos para su
validez, es esta norma y no aquella la que debe aplicarse. Lo único que agrega el Art. 1530
Com. en referencia a los créditos a la producción, es una aclaración de que la prenda solo
tiene validez contra terceros a partir de su inscripción. Lo que en el caso concreto no tiene
relevancia pues si conjuntamente se celebró crédito a la producción y contrato de garantía
prendaria, por exigencia de aquél debió inscribirse.- 2- ERROR DE HECHO EN LA
APRECIACION DE LA PRUEBA.- Precisamente este es el motivo al que Guasp le da
mayor relevancia, por la posibilidad de examinar la justicia del fallo, y por tanto las
condiciones fácticas. Además sostiene que los errores de derecho se reconducen en la
violación o interpretación errónea; mientras que el error de hecho no puede confundirse con
estos a) Primer caso en que se cometió. En la indagación de las condiciones fácticas del
contrato, necesario para graduar sus efectos jurídicos, la Cámara no llega a advertir la
intención de los contratantes, por el motivo de que no toma en cuenta ninguna prueba (que
debe ser seria y razonable) para encontrar esa intención. Precepto infringido. Artículo mil
cuatrocientos treinta y uno (1431) del Código Civil. Concepto que ha sido infringido
el anterior precepto. El artículo relacionado es infringido por la Cámara, porque al elegir en
forma arbitraria, sin pruebas o sin hechos que apoyen su decisión, la intención de los
contratantes, ataca al sentido claro que tiene la intención. El propósito de la ley es limitar la
interpretación de los contratos, a los casos en que se hace verdaderamente necesaria, y por
ello cuando los términos del contrato son claros, la interpretación no tiene razón de ser. En
principio, dice Manresa Navarro, la ley coloca la intención de los contratantes, que es el
alma del contrato, sobre las palabras que son el cuerpo en que aquella se encierra, y tan es
así, que cuando se atiende al sentido literal, es porque siendo los términos claros, se supone
que en ellos está la voluntad de los contratantes. La Cámara, pues, no tomó en cuenta la
realidad que constaba en los tres documentos contractuales, que expresan los tres créditos.
b) Segundo caso en que se cometió. La Cámara consideró que era necesario probar que el
papel sellado en el que se hicieron constar las actas de reconocimiento notarial de los
documentos contractuales, no había salido a la venta en las fechas de su utilización, para
establecer la falta de fe. Es decir que la decisión de la Cámara en cuanto a exigir tal prueba,
implica que desconoce los hechos probados con los documentos privados reconocidos (esto
último por haber sido agregados al juicio sin redargüirse su legitimidad, desde luego sin
que tampoco tengan fuerza ejecutiva por ese hecho), y que son precisamente que las actas
de reconocimiento notarial se hicieron constar en papel sellado que no había salido a la
venta en la fecha en que realmente se otorgaron, lo que implica que la fecha que se
consignó en las actas no es cierto. Lo anterior porque el referido Tribunal exige probar que
el papel sellado de mil novecientos ochenta y uno no había salido a la venta en mil
novecientos ochenta; cuando todas las personas de conocimiento medio saben que el papel
sellado salía a la distribución en el último mes del año anterior, pero su validez según la
Ley de Papel Sellado y Timbres, era solo para el año impreso de vigencia y para el
posterior. Si las actas tienen consignadas las fecha del cuatro de junio, treinta de julio, y
treinta de septiembre todas las fechas correspondientes al año de mil novecientos ochenta;
esto significa que en esas fechas no había salido a la distribución ni a la venta el papel
sellado de mil novecientos ochenta y uno. Precepto infringido. Artículo 421 del Código de
Procedimientos Civiles. Concepto en que ha sido infringido el anterior precepto. Es la
doctrina de los expositores del derecho la que sostiene que los hechos notorios -como el
presente-, no deben probarse para tenerse por establecidos. De ahí que la Cámara infringió
el Art. 421 Pr.C. cuando no tomó en cuenta en su decisión, esa doctrina de los expositores
del derecho. Esta es la que sostiene la máxima general: notoria non egent probatione. Estos
expositores, entre otros, son Ugo Rocco, Carnelutti, Chiovenda, Calamandrei, Allorio,
Guasp, Silva Melero, De La Plaza, Fenech, Aragonés, Prieto Castro, Couture, etc. y en
general la doctrina alemana.---PERSONERIA. Presento Poder en fotocopia certificada con
el que legitimo mi personería y dos copias de este escrito.--- Por lo expuesto con todo
respeto os PIDO: a) Agregar la fotocopia certificada de poder que presento; b) Tener por
confirmada mi calidad de Apoderado Especial de las personas que antes he mencionado; c)
Que tengáis por interpuesto el presente recurso de casación y, d) Remitáis con noticia de
partes, dentro del término legal el presente escrito, sus copias, el Poder en fotocopia
certificada y los autos, a la Honorable Sala de lo Civil de la Corte Suprema de Justicia; a
quien pido tramite el recurso, lo admita en su oportunidad y en sentencia definitiva case la
sentencia recurrida."
IV) El recurso interpuesto, se admitió por los motivos específicos de: a)Violación de
ley infringiéndose los Arts. 1143 I Com. y 1155 inc. 1° Com; y b) error de hecho en la
apreciación de la prueba, considerando infringidos los Arts. 1431 C y 421 Pr. Se ordenó
pasar los autos a la Secretaría, para que las partes presentaran sus alegatos en el término de
ley; habiendo presentado sus alegatos el impetrante, reafirmando los conceptos vertidos a
fs. dos y tres.
V) En relación al primer motivo, el recurrente expresa que los Arts. 1143, Romano I
Com. y 1155 inc. 1° Com, fueron violados por la Cámara sentenciadora por falta de
aplicación siendo aplicables, así: el primero declara los datos básicos que identifican un
contrato de crédito a la producción, que se utiliza para trabajos agrícolas, cuyo rendimiento
se produce en un período de un año, y que los créditos base de la acción, fueron por un año
para atender cultivos, por lo que la Cámara dejó de aplicar esta disposición y eligió en su
lugar el Art. 1142 Com., disposición que regula los préstamos mercantiles, y que la
distinción específica de éstos, es que parte de su calificación en cuanto a las personas, es
decir de quien realiza la acción de prestar, en cambio el crédito a la producción se distingue
por el criterio de la objetividad, es decir por el destino o finalidad del crédito, como lo
expresado en los documentos base de la acción; que el segundo artículo, regula que todo
contrato a la producción debe inscribirse en el Registro de Propiedad correspondiente,
cuyos efectos son de ser un requisito de existencia o eficacia y requisito de oponibilidad a
terceros, que la inscripción entonces es un requisito para el valor o eficacia del acto o
contrato y sin ella nos conduce a que la voluntad de las partes se tenga por no manifestada y
a que el acto se repute nulo y no produzca ningún efecto, de ahí que la Cámara erró al
aplicar el 1530 Com., que se refiere a la constitución de la prenda sin desplazamiento.
En cuanto al error de hecho en la apreciación de la prueba, expresa que la Cámara
no llega a advertir la intención de los contratantes, para graduar sus efectos jurídicos, no
toma en cuenta ninguna prueba, para encontrar esa intención, por lo que infringió el Art.
1431 C., "porque al elegir en forma arbitraria, sin pruebas o sin hechos que apoyen su
decisión, la intención de los contratantes, ataca al sentido claro que tiene la intención", es
decir, que no tomó en cuenta la realidad que constaba en los tres documentos contractuales,
y por otro lado expresa, que la Cámara consideró que era necesario probar, que el papel
sellado en el que se hicieron constar los actos de los documentos contractuales no había
salido a la venta en las fechas de utilización, para establecer la falta de fe; es decir que
exige para que se pruebe, que el papel sellado de mil novecientos ochenta y uno no había
salido a la venta en mil novecientos ochenta, cuando era del conocimiento que el papel
sellado salía a la distribución en el último mes del año anterior, pero su validez según la
Ley de Papel Sellado y Timbres, era sólo para el año de su impresión y para el inmediato
posterior, así que se ha infringido el Art. 421 Pr., porque de acuerdo a la doctrina de los
expositores del derecho los hechos notorios, no deben probarse para tenerse por
establecidos.
La Cámara en su sentencia, manifiesta, que el apelante al expresar agravios no se
refirió mas al derecho preferente alegado en primera instancia, sino que, sus objeciones se
concretaron en demostrar que los documentos base de la acción, constituyen créditos a la
producción y que los mismos no reúnen los requisitos que exige el Art. 1143 Romano I
Com., la Cámara al respecto manifiesta, que en ninguno de los títulos ejecutivos aparece la
voluntad de los contratantes de otorgar créditos a la producción o de avío, por lo que, no
gozan de los privilegios de dichos contratos, son préstamos mercantiles con garantías
prendarias, a las que no se les aplica las normas especiales para los créditos a la producción,
salvo excepciones legales, sino que se les aplica los Arts. 1142 y 1525 y siguientes Com., y
a lo prescrito en el Código Civil en lo que no estuviese previsto en aquel, Art.945 Com.
Continua expresando la Cámara, de lo expuesto resulta evidente que no siendo créditos a la
producción los documentos bases de la acción, todos los vicios que dice el apelante tienen
tanto los contratos como el procedimiento de ejecución del embargo, y que señala en su
expresión de agravios, no tienen asidero legal alguno, pues les falta su principal
fundamento: el no ser créditos a la producción.
Finalmente la Cámara expresa, "sobre la falta de fe que alega el apelante, de que
adolecen las actas notariales de los contratos, por haber sido autenticados en papel sellado
extemporáneo, es dejar claro que tal señalamiento hecho por el apelante, es una afirmación
que como tal debió haber sido probada en el proceso".
Al respecto la Sala estima, que es necesario hacer un resumen cronológico de los
hechos que se han dado en el proceso, así: a) la parte actora promovió juicio ejecutivo
mercantil, en base a tres documentos autenticados de préstamos mercantiles, por haber sido
otorgados por una institución financiera, agregados de fs 6 a 19 pieza principal. b) el
juzgado condenó a las partes ejecutadas al pago de las cantidades demandadas, sin que
éstas alegaran u opusieran excepciones o presentaran pruebas en su descargo; fs. 30 a 32
pieza principal; y c) por escrito de fs, 77 a 78, se apersonó en el juicio el Licenciado Alvaro
Henry Campos Solórzano en calidad de apoderado de los herederos del señor Francisco
Eleuterio Guevara Cartagena, solicitando que se les tuviera por notificados de la sentencia
que condena a los demandados y ordena el remate y subasta del inmueble embargado, y,
que en virtud de no estar conformes con la sentencia interponen recurso de apelación de la
misma, en base al Art. 982 Pr., porque en dicho proceso ha sido embargado un inmueble
que está hipotecado a su favor y que debe de respetarse el derecho de preferencia de la
hipoteca, tal como lo manifestó una de las poderdantes del Lic. Campos Solórzano, en su
escrito de fs. 36 a 37 de la pieza principal, es decir, que han pretendido hacer uso del
derecho que corresponde a cualquier interesado de la causa, o sea aquel a quien la sentencia
perjudica o aprovecha, aunque no hayan intervenido en el juicio.
Tal como han acontecido los hechos, en primer lugar se advierte que la sentencia
pronunciada en primera instancia no perjudica ni aprovecha a los poderdantes del
licenciado Campos Solórzano, ya que en el fallo de la sentencia, no se ordena el remate y
subasta del inmueble embargado, pues no es del contenido de la sentencia de un juicio
ejecutivo, sino que esta situación se da cuando se pide el cumplimiento de la sentencia de
mérito, por lo que no debió admitirse la apelación de dicha sentencia, en base al Art. 982
Pr.; en segundo lugar el interés que tienen los referidos herederos del señor Francisco
Eleuterio Guevara Cartagena es que, el inmueble propiedad del señor David Handal
Morales y que ha sido embargado en dicho juicio, se encuentra hipotecado en Primera
Hipoteca a favor de dicho señor y consecuentemente los herederos del mismo han heredado
el crédito por el cual se había hipotecado dicho inmueble a favor del señor Guevara
Cartagena, ante esa situación, para que se les respete dicho derecho, los interesados
deberían haber solicitado el cumplimiento del Art 645 Pr., es decir, que con el informe que
le remita el Registrador al Juez de la causa, de que el inmueble embargado está hipotecado
a favor de un tercero, debe citárseles a la venta en pública subasta, para que hagan uso de su
derecho preferente, situación que no ha ocurrido en el presente proceso; sino que por el
contrario, se le dio trámite a la apelación , con las consecuencias de la sentencia dictada en
segunda instancia confirmando la pronunciada por el Juez a quo y dando lugar a la
interposición del recurso en estudio.
Dado los anteriores antecedentes la Sala advierte: 1°) Que el presente proceso es un
Juicio Ejecutivo Mercantil, promovido en base a documentos privados autenticados, Art. 49
romano I Ley de Procedimientos Mercantiles y Art. 1142 Com. y 2°) Que el Art. 5 inc 2°
de la Ley de Casación, expresa, que en los juicios ejecutivos, cuando sea posible entablar
nueva acción sobre la misma materia, sólo procederá el recurso por quebrantamiento de
forma, no haciendo distinción dicha disposición, de que clase de partes hayan intervenido
en el juicio; es decir que en esta clase de juicios, la impugnación está limitada, porque no
pasan en autoridad de cosa juzgada y no la adquieren, porque se deja expedito el derecho de
las partes para controvertir en juicio sumario la obligación mercantil que causó la
ejecución, Art. 122 Ley de Procedimientos Mercantiles, ya sean demandantes, demandados
o terceros interesados.
Como consecuencia de lo anterior, se concluye que el recurso fue admitido indebidamente
por esta Sala, en vista de que, la acción ejecutiva no se promovió con títulos valores, Art.
122 L.Pr.M., y que no obstante encontrarse en estado de pronunciarse la sentencia de
mérito, es procedente declararse la inadmisibilidad del recurso, con base el Art. 16 de la
Ley de Casación, lo que así se declarará.
POR TANTO: De acuerdo a lo expuesto y disposiciones legales citadas y Arts. 417,
418 y 428 Pr.C. y Art. 13 de la Ley de Casación, a nombre de la República esta Sala
FALLA: Declárase inadmisible el recurso de Casación de que se hace mérito; condénase a
los señores Judith Florentina Guevara Solórzano, Cruz Raquel Guevara Deras hoy Cruz
Raquel Guevara Solórzano, Carlos Amparo Guevara Solórzano, hoy Carlos Guevara
Solórzano, Ana María Guevara Solórzano de Barahona, hoy Ana María Guevara Solórzano
y Francisco Eleuterio Guevara Solórzano, en los daños y perjuicios a que hubiere lugar y al
Licenciado Alvaro Henry Campos Solórzano en las costas del proceso, como abogado
firmante del escrito de interposición.
Vuelvan los autos al Tribunal de origen con certificación de esta resolución para
efectos de ley. HAGASE SABER. A. DE BUITRAGO-M.E.VELASCO-V. DE AVILES.
PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.
MANUEL EDGARDO LEMUS. RUBRICADAS.-
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