1116 S.S. II SALA DE LO CIVIL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: San Salvador, a las once horas y diez minutos del día dieciocho de octubre de dos mil dos. Vistos en casación la sentencia definitiva, pronunciada por la Cámara Segunda de lo Civil de la Primera Sección del Centro, a las nueve horas y quince minutos del día veinte de septiembre de mil novecientos noventa y seis, decidiendo la apelación que se interpuso contra la sentencia pronunciada por el Juez Tercero de lo Mercantil a las ocho horas del día trece de septiembre de mil novecientos noventa y uno, en el Juicio Mercantil Ejecutivo promovido por el licenciado Mario Alberto Aguilar Fernández como Apoderado General Judicial de la Cooperativa de Cajas de Crédito Rural Limitada o Federación de Cajas de Crédito, Sociedad Cooperativa de Responsabilidad Limitada, como representante de la Caja de Crédito de San Ignacio, Sociedad Cooperativa de Responsabilidad Limitada contra los señores Ana Lorena Ponce de Handal, David Handal y David Handal Morales, reclamándoles cantidad de colones, intereses y costas. Han intervenido en Primera Instancia el licenciado Mario Alberto Aguilar Fernández en el carácter indicado y el licenciado Eleazar Guillen Reyes como apoderado de la Caja de Crédito de San Ignacio, Sociedad Cooperativa de Responsabilidad Limitada de Capital Variable, en sustitución de aquel, y el doctor Carlos Fernando Chávez Ortíz como apoderado especial de los demandados; así mismo, compareció el licenciado Alvaro Henry Campos Solórzano como apoderado general judicial de la señora Judith Florentina Guevara Solórzano y, como apoderado especial judicial de la misma y de los señores Cruz Raquel Guevara de Deras hoy Cruz Raquel Guevara Solórzano, Carlos Amparo Guevara Solórzano, hoy Carlos Guevara Solórzano, Ana María Guevara Solórzano de Barahona, hoy Ana María Guevara Solórzano y Francisco Eleuterio Guevara Solórzano, en calidad de interesados en la causa, de acuerdo al Art. 982 Pr., todos mayores de edad y de este domicilio, a excepción del señor Francisco Eleuterio Guevara Solórzano, quien es del domicilio de San Ignacio y de la señora Cruz Raquel Guevara de Deras hoy Cruz Raquel Guevara Solórzano y del Licenciado Eleazar Guillén Reyes, que son de este domicilio y el de San Ignacio; en segunda instancia y en este recurso los licenciados Alvaro Henry Campos Solórzano y Eleazar Guillén Reyes, en el carácter antes indicados. LEIDOS LOS AUTOS, y CONSIDERANDO: I) El fallo de Primera Instancia dijo: "POR TANTO: De conformidad a los considerandos anteriores y en base a lo que prescriben los artículos: 417, 421, 439, 586 y siguientes y 593 y siguientes Prc. y 57 Pr. Merc. y 1142 C.Co.; a nombre de la República de El Salvador, FALLO: Condénase a los demandados señores ANA LORENA PONCE HANDAL, DAVID HANDAL Y DAVID HANDAL MORALES a pagar a la CAJA DE CREDITO DE SAN IGNACIO, SOCIEDAD COOPERATIVA DE RESPONSABILIDAD LIMITADA, la cual es representada por la COOPERATIVA DE CAJAS DE CREDITO RURAL LIMITADA O FEDERACION DE CAJAS DE CREDITO SOCIEDAD COOPERATIVA DE RESPONSBILIDAD LIMITADA la cantidad de QUINCE MIL CUATROCIENTOS COLONES EXACTOS, por el primer crédito, más intereses del OCHO POR CIENTO ANUAL a partir del cuatro de JUNIO de mil novecientos ochenta y el interés moratorio del DOS POR CIENTO ANUAL, a partir del primero de Marzo de mil novecientos ochenta y uno; por el segundo crédito la cantidad de DIEZ MIL COLONES EXACTOS, más intereses del OCHO POR CIENTO ANUAL a partir del treinta de julio de mil novecientos ochenta y el interés moratorio del DOS POR CIENTO ANUAL, a partir del primero de marzo de mil novecientos ochenta y uno; y por el tercer crédito la cantidad de VEINTITRES MIL DOSCIENTOS SETENTA COLONES EXACTOS, más intereses del ocho por ciento anual a partir del treinta de septiembre de mil novecientos ochenta y el interés moratorio del DOS POR CIENTO ANUAL, a partir del primero de marzo de mil novecientos ochenta y uno y costas procesales del juicio. Sígase con la ejecución hasta su completo pago transe o remate. NOTIFIQUESE." II) El fallo en Segunda Instancia dijo: "En base a las razones expuestas, disposiciones legales citadas y Arts. 1089 y 1090 Pr.C., esta Cámara a nombre de la República de El Salvador, falla: Confírmase la sentencia definitiva emitida por el Juez Tercero de lo Mercantil a las ocho horas del día trece de septiembre de mil novecientos noventa y uno. Condénase a pagar al apelante las costas procesales surgidas en esta instancia. En su oportunidad, remítanse los autos al tribunal de origen con la certificación de ley: Hágase saber". III) En su escrito de interposición del recurso el recurrente en lo esencial expresó: "haciendo referencia al incidente de apelación de la sentencia definitiva dictada por el señor Juez Tercero de lo Mercantil, en el juicio ejecutivo mercantil número setecientos treinta y nueve-ejecutivo mercantil- noventa, iniciado por la Caja de Crédito de San Ignacio, Sociedad Cooperativa de Responsabilidad Limitada, ahora Caja de Crédito de San Ignacio, Sociedad Cooperativa de Responsabilidad Limitada de Capital Variable, reclamando capital e intereses adeudados a DAVID HANDAL MORALES Y OTROS. En dicho incidente Vos Honorable Cámara, a las nueve horas y quince minutos del veinte de septiembre de mil novecientos noventa y seis, pronunciasteis sentencia definitiva, cuyo fallo en lo pertinente dice: "Confírmase la sentencia definitiva emitida por el Juez Tercero de lo Mercantil a las ocho horas del día trece de septiembre de mil novecientos noventa y uno. Condénase a pagar al apelante, las costas procesales surgidas en esta instancia. En su oportunidad remítanse los autos al tribunal de origen con la certificación de ley"; de la cual por este medio interpongo, con expresas instrucciones de mis mandantes, RECURSO DE CASACION.---l- ESPECIFICACIONES PARA EL RECURSO DE CASACION.- En el caso presente existe idoneidad objetiva de dicho recurso, ya que conforme el artículo uno numeral primero ( 1 No.1°) de la Ley de Casación, procede el recurso contra las sentencias definitivas pronunciadas en apelación. II-CAUSA EN QUE SE FUNDA EL RECURSO: Infracción de Ley. Literal a) del artículo dos de la Ley de Casación. No obstante se trata de Juicio Ejecutivo, dado que mis representados son terceros con interés a quienes perjudica la sentencia, y éstos no pueden entablar nuevo juicio en que se discuta la misma materia u obligación, el artículo 5 de la Ley de Casación no les impide para entablar el recurso por infracción de ley. III- MOTIVOS: El recurso por la causa mencionada, se considera tiene lugar, por: 1- VIOLACION DE LEY. Artículo tres numeral primero ( 3 1°) de la Ley de Casación. Preceptos infringidos. a) Primer caso en que se cometió la infracción por ese motivo. La Cámara dejó de aplicar la norma contenida en el artículo mil ciento cuarenta y tres romano I (1143 Romano I) del Código Mercantil, eligiendo en su lugar el artículo mil ciento cuarenta y dos ( 1142) del Código de Comercio. Concepto en que se infringió. La primera norma declara los datos básicos que identifican un contrato de crédito a la producción: el que se utiliza para trabajos agrícolas, cuyo rendimiento se produce, por lo regular, dentro del período de un año. Como nadie discute, aparece que los plazos para los que fueron concedidos los créditos en el presente caso fueron para menos de un año, además que se otorgaron para atender cultivos. Por otro lado el préstamo mercantil de que habla el artículo 1142 Com., dada la ubicación que le dio nuestro legislador en un capítulo aparte, ha pretendido significar que se trata de una especie de las operaciones de crédito, al lado de otras especies, como en particular lo es el crédito a la producción. De ahí que entre este y aquél no hay relación de especie a género; sino una distinción específica, como es que el préstamo mercantil parte de su calificación en cuanto a las personas, es decir la circunstancia subjetiva de determinar quien realiza la acción de prestar y el tipo de actuaciones a las que se dedique esa persona; por el contrario en los créditos a la producción la definición se establece desde el criterio de la objetividad, simplemente de destino o finalidad del crédito. De ahí que si en el caso que nos ocupa, se ha manifestado en los documentos que aparecen agregados al juicio, que el objeto del crédito es "para atender cultivos..." ese elemento finalista nos indica sin lugar a dudas que se trata de un crédito a la producción. b) Segundo caso en que se cometió la infracción por ese motivo. Se dejó de aplicar la norma contenida en el inciso primero del Artículo mil ciento cincuenta y cinco (1155) Com., eligiendo en su lugar la norma establecida en el artículo mil quinientos treinta (1530) Com. Concepto en que se infringió. La doctrina reconoce fundamentalmente dos efectos que puede tener la inscripción en el Registro de la Propiedad: a) como requisito de existencia o eficacia y b) como requisito de oponibilidad a terceros. Este último se refiere a que inscritos los actos estos pueden causar efectos contra terceros. El primero se entiende en cuanto a la valoración jurídica de un hecho o determinar la existencia o no de un acto jurídico, según esté inscrito o no. En el caso en estudio se trata de este primer efecto, es decir, que los créditos a la producción, carecen de valor, y por lo tanto no tienen validez ni aún entre los mismos contratantes, mucho menos frente a terceros. La inscripción en el Registro es aquí requisito para el valor o eficacia del acto o contrato, y sin ella se nos conduce a que la voluntad de las partes se tenga por no manifestada, a que el acto se repute nulo, y no produzca ningún efecto. El inciso primero del artículo 1155 Com. es explícito en ese sentido: "Todo contrato de crédito a la producción se inscribirá en el Registro de la Propiedad Raíz e Hipotecas correspondiente a la jurisdicción en que están ubicados los inmuebles en que radique la prenda, si el prestatario tuviere derecho inscrito en él. En todo otro caso se inscribirá en el Registro de Comercio". La disposición legal citada se encuentra dentro de la sección "B" del Capítulo III del Título VII del Libro Cuarto, que trata de la CONSTITUCION de la prenda; es decir de la forma en que nacen a la vida jurídica los créditos a la producción. De ahí que la Cámara erró en su elección del Art. 1530 Com., pues esta es una exigencia para la prenda sin desplazamiento que recae en bienes necesarios para la explotación de una empresa, y no en bienes como los cultivos, que es el caso presente. Esto es así porque "los demás casos" que el Código autoriza para constituir prenda sin desplazamiento son los créditos a la producción y como en estos ya el artículo mil ciento cincuenta y cinco (1155) del Código de Comercio obliga a inscribirlos para su validez, es esta norma y no aquella la que debe aplicarse. Lo único que agrega el Art. 1530 Com. en referencia a los créditos a la producción, es una aclaración de que la prenda solo tiene validez contra terceros a partir de su inscripción. Lo que en el caso concreto no tiene relevancia pues si conjuntamente se celebró crédito a la producción y contrato de garantía prendaria, por exigencia de aquél debió inscribirse.- 2- ERROR DE HECHO EN LA APRECIACION DE LA PRUEBA.- Precisamente este es el motivo al que Guasp le da mayor relevancia, por la posibilidad de examinar la justicia del fallo, y por tanto las condiciones fácticas. Además sostiene que los errores de derecho se reconducen en la violación o interpretación errónea; mientras que el error de hecho no puede confundirse con estos a) Primer caso en que se cometió. En la indagación de las condiciones fácticas del contrato, necesario para graduar sus efectos jurídicos, la Cámara no llega a advertir la intención de los contratantes, por el motivo de que no toma en cuenta ninguna prueba (que debe ser seria y razonable) para encontrar esa intención. Precepto infringido. Artículo mil cuatrocientos treinta y uno (1431) del Código Civil. Concepto que ha sido infringido el anterior precepto. El artículo relacionado es infringido por la Cámara, porque al elegir en forma arbitraria, sin pruebas o sin hechos que apoyen su decisión, la intención de los contratantes, ataca al sentido claro que tiene la intención. El propósito de la ley es limitar la interpretación de los contratos, a los casos en que se hace verdaderamente necesaria, y por ello cuando los términos del contrato son claros, la interpretación no tiene razón de ser. En principio, dice Manresa Navarro, la ley coloca la intención de los contratantes, que es el alma del contrato, sobre las palabras que son el cuerpo en que aquella se encierra, y tan es así, que cuando se atiende al sentido literal, es porque siendo los términos claros, se supone que en ellos está la voluntad de los contratantes. La Cámara, pues, no tomó en cuenta la realidad que constaba en los tres documentos contractuales, que expresan los tres créditos. b) Segundo caso en que se cometió. La Cámara consideró que era necesario probar que el papel sellado en el que se hicieron constar las actas de reconocimiento notarial de los documentos contractuales, no había salido a la venta en las fechas de su utilización, para establecer la falta de fe. Es decir que la decisión de la Cámara en cuanto a exigir tal prueba, implica que desconoce los hechos probados con los documentos privados reconocidos (esto último por haber sido agregados al juicio sin redargüirse su legitimidad, desde luego sin que tampoco tengan fuerza ejecutiva por ese hecho), y que son precisamente que las actas de reconocimiento notarial se hicieron constar en papel sellado que no había salido a la venta en la fecha en que realmente se otorgaron, lo que implica que la fecha que se consignó en las actas no es cierto. Lo anterior porque el referido Tribunal exige probar que el papel sellado de mil novecientos ochenta y uno no había salido a la venta en mil novecientos ochenta; cuando todas las personas de conocimiento medio saben que el papel sellado salía a la distribución en el último mes del año anterior, pero su validez según la Ley de Papel Sellado y Timbres, era solo para el año impreso de vigencia y para el posterior. Si las actas tienen consignadas las fecha del cuatro de junio, treinta de julio, y treinta de septiembre todas las fechas correspondientes al año de mil novecientos ochenta; esto significa que en esas fechas no había salido a la distribución ni a la venta el papel sellado de mil novecientos ochenta y uno. Precepto infringido. Artículo 421 del Código de Procedimientos Civiles. Concepto en que ha sido infringido el anterior precepto. Es la doctrina de los expositores del derecho la que sostiene que los hechos notorios -como el presente-, no deben probarse para tenerse por establecidos. De ahí que la Cámara infringió el Art. 421 Pr.C. cuando no tomó en cuenta en su decisión, esa doctrina de los expositores del derecho. Esta es la que sostiene la máxima general: notoria non egent probatione. Estos expositores, entre otros, son Ugo Rocco, Carnelutti, Chiovenda, Calamandrei, Allorio, Guasp, Silva Melero, De La Plaza, Fenech, Aragonés, Prieto Castro, Couture, etc. y en general la doctrina alemana.---PERSONERIA. Presento Poder en fotocopia certificada con el que legitimo mi personería y dos copias de este escrito.--- Por lo expuesto con todo respeto os PIDO: a) Agregar la fotocopia certificada de poder que presento; b) Tener por confirmada mi calidad de Apoderado Especial de las personas que antes he mencionado; c) Que tengáis por interpuesto el presente recurso de casación y, d) Remitáis con noticia de partes, dentro del término legal el presente escrito, sus copias, el Poder en fotocopia certificada y los autos, a la Honorable Sala de lo Civil de la Corte Suprema de Justicia; a quien pido tramite el recurso, lo admita en su oportunidad y en sentencia definitiva case la sentencia recurrida." IV) El recurso interpuesto, se admitió por los motivos específicos de: a)Violación de ley infringiéndose los Arts. 1143 I Com. y 1155 inc. 1° Com; y b) error de hecho en la apreciación de la prueba, considerando infringidos los Arts. 1431 C y 421 Pr. Se ordenó pasar los autos a la Secretaría, para que las partes presentaran sus alegatos en el término de ley; habiendo presentado sus alegatos el impetrante, reafirmando los conceptos vertidos a fs. dos y tres. V) En relación al primer motivo, el recurrente expresa que los Arts. 1143, Romano I Com. y 1155 inc. 1° Com, fueron violados por la Cámara sentenciadora por falta de aplicación siendo aplicables, así: el primero declara los datos básicos que identifican un contrato de crédito a la producción, que se utiliza para trabajos agrícolas, cuyo rendimiento se produce en un período de un año, y que los créditos base de la acción, fueron por un año para atender cultivos, por lo que la Cámara dejó de aplicar esta disposición y eligió en su lugar el Art. 1142 Com., disposición que regula los préstamos mercantiles, y que la distinción específica de éstos, es que parte de su calificación en cuanto a las personas, es decir de quien realiza la acción de prestar, en cambio el crédito a la producción se distingue por el criterio de la objetividad, es decir por el destino o finalidad del crédito, como lo expresado en los documentos base de la acción; que el segundo artículo, regula que todo contrato a la producción debe inscribirse en el Registro de Propiedad correspondiente, cuyos efectos son de ser un requisito de existencia o eficacia y requisito de oponibilidad a terceros, que la inscripción entonces es un requisito para el valor o eficacia del acto o contrato y sin ella nos conduce a que la voluntad de las partes se tenga por no manifestada y a que el acto se repute nulo y no produzca ningún efecto, de ahí que la Cámara erró al aplicar el 1530 Com., que se refiere a la constitución de la prenda sin desplazamiento. En cuanto al error de hecho en la apreciación de la prueba, expresa que la Cámara no llega a advertir la intención de los contratantes, para graduar sus efectos jurídicos, no toma en cuenta ninguna prueba, para encontrar esa intención, por lo que infringió el Art. 1431 C., "porque al elegir en forma arbitraria, sin pruebas o sin hechos que apoyen su decisión, la intención de los contratantes, ataca al sentido claro que tiene la intención", es decir, que no tomó en cuenta la realidad que constaba en los tres documentos contractuales, y por otro lado expresa, que la Cámara consideró que era necesario probar, que el papel sellado en el que se hicieron constar los actos de los documentos contractuales no había salido a la venta en las fechas de utilización, para establecer la falta de fe; es decir que exige para que se pruebe, que el papel sellado de mil novecientos ochenta y uno no había salido a la venta en mil novecientos ochenta, cuando era del conocimiento que el papel sellado salía a la distribución en el último mes del año anterior, pero su validez según la Ley de Papel Sellado y Timbres, era sólo para el año de su impresión y para el inmediato posterior, así que se ha infringido el Art. 421 Pr., porque de acuerdo a la doctrina de los expositores del derecho los hechos notorios, no deben probarse para tenerse por establecidos. La Cámara en su sentencia, manifiesta, que el apelante al expresar agravios no se refirió mas al derecho preferente alegado en primera instancia, sino que, sus objeciones se concretaron en demostrar que los documentos base de la acción, constituyen créditos a la producción y que los mismos no reúnen los requisitos que exige el Art. 1143 Romano I Com., la Cámara al respecto manifiesta, que en ninguno de los títulos ejecutivos aparece la voluntad de los contratantes de otorgar créditos a la producción o de avío, por lo que, no gozan de los privilegios de dichos contratos, son préstamos mercantiles con garantías prendarias, a las que no se les aplica las normas especiales para los créditos a la producción, salvo excepciones legales, sino que se les aplica los Arts. 1142 y 1525 y siguientes Com., y a lo prescrito en el Código Civil en lo que no estuviese previsto en aquel, Art.945 Com. Continua expresando la Cámara, de lo expuesto resulta evidente que no siendo créditos a la producción los documentos bases de la acción, todos los vicios que dice el apelante tienen tanto los contratos como el procedimiento de ejecución del embargo, y que señala en su expresión de agravios, no tienen asidero legal alguno, pues les falta su principal fundamento: el no ser créditos a la producción. Finalmente la Cámara expresa, "sobre la falta de fe que alega el apelante, de que adolecen las actas notariales de los contratos, por haber sido autenticados en papel sellado extemporáneo, es dejar claro que tal señalamiento hecho por el apelante, es una afirmación que como tal debió haber sido probada en el proceso". Al respecto la Sala estima, que es necesario hacer un resumen cronológico de los hechos que se han dado en el proceso, así: a) la parte actora promovió juicio ejecutivo mercantil, en base a tres documentos autenticados de préstamos mercantiles, por haber sido otorgados por una institución financiera, agregados de fs 6 a 19 pieza principal. b) el juzgado condenó a las partes ejecutadas al pago de las cantidades demandadas, sin que éstas alegaran u opusieran excepciones o presentaran pruebas en su descargo; fs. 30 a 32 pieza principal; y c) por escrito de fs, 77 a 78, se apersonó en el juicio el Licenciado Alvaro Henry Campos Solórzano en calidad de apoderado de los herederos del señor Francisco Eleuterio Guevara Cartagena, solicitando que se les tuviera por notificados de la sentencia que condena a los demandados y ordena el remate y subasta del inmueble embargado, y, que en virtud de no estar conformes con la sentencia interponen recurso de apelación de la misma, en base al Art. 982 Pr., porque en dicho proceso ha sido embargado un inmueble que está hipotecado a su favor y que debe de respetarse el derecho de preferencia de la hipoteca, tal como lo manifestó una de las poderdantes del Lic. Campos Solórzano, en su escrito de fs. 36 a 37 de la pieza principal, es decir, que han pretendido hacer uso del derecho que corresponde a cualquier interesado de la causa, o sea aquel a quien la sentencia perjudica o aprovecha, aunque no hayan intervenido en el juicio. Tal como han acontecido los hechos, en primer lugar se advierte que la sentencia pronunciada en primera instancia no perjudica ni aprovecha a los poderdantes del licenciado Campos Solórzano, ya que en el fallo de la sentencia, no se ordena el remate y subasta del inmueble embargado, pues no es del contenido de la sentencia de un juicio ejecutivo, sino que esta situación se da cuando se pide el cumplimiento de la sentencia de mérito, por lo que no debió admitirse la apelación de dicha sentencia, en base al Art. 982 Pr.; en segundo lugar el interés que tienen los referidos herederos del señor Francisco Eleuterio Guevara Cartagena es que, el inmueble propiedad del señor David Handal Morales y que ha sido embargado en dicho juicio, se encuentra hipotecado en Primera Hipoteca a favor de dicho señor y consecuentemente los herederos del mismo han heredado el crédito por el cual se había hipotecado dicho inmueble a favor del señor Guevara Cartagena, ante esa situación, para que se les respete dicho derecho, los interesados deberían haber solicitado el cumplimiento del Art 645 Pr., es decir, que con el informe que le remita el Registrador al Juez de la causa, de que el inmueble embargado está hipotecado a favor de un tercero, debe citárseles a la venta en pública subasta, para que hagan uso de su derecho preferente, situación que no ha ocurrido en el presente proceso; sino que por el contrario, se le dio trámite a la apelación , con las consecuencias de la sentencia dictada en segunda instancia confirmando la pronunciada por el Juez a quo y dando lugar a la interposición del recurso en estudio. Dado los anteriores antecedentes la Sala advierte: 1°) Que el presente proceso es un Juicio Ejecutivo Mercantil, promovido en base a documentos privados autenticados, Art. 49 romano I Ley de Procedimientos Mercantiles y Art. 1142 Com. y 2°) Que el Art. 5 inc 2° de la Ley de Casación, expresa, que en los juicios ejecutivos, cuando sea posible entablar nueva acción sobre la misma materia, sólo procederá el recurso por quebrantamiento de forma, no haciendo distinción dicha disposición, de que clase de partes hayan intervenido en el juicio; es decir que en esta clase de juicios, la impugnación está limitada, porque no pasan en autoridad de cosa juzgada y no la adquieren, porque se deja expedito el derecho de las partes para controvertir en juicio sumario la obligación mercantil que causó la ejecución, Art. 122 Ley de Procedimientos Mercantiles, ya sean demandantes, demandados o terceros interesados. Como consecuencia de lo anterior, se concluye que el recurso fue admitido indebidamente por esta Sala, en vista de que, la acción ejecutiva no se promovió con títulos valores, Art. 122 L.Pr.M., y que no obstante encontrarse en estado de pronunciarse la sentencia de mérito, es procedente declararse la inadmisibilidad del recurso, con base el Art. 16 de la Ley de Casación, lo que así se declarará. POR TANTO: De acuerdo a lo expuesto y disposiciones legales citadas y Arts. 417, 418 y 428 Pr.C. y Art. 13 de la Ley de Casación, a nombre de la República esta Sala FALLA: Declárase inadmisible el recurso de Casación de que se hace mérito; condénase a los señores Judith Florentina Guevara Solórzano, Cruz Raquel Guevara Deras hoy Cruz Raquel Guevara Solórzano, Carlos Amparo Guevara Solórzano, hoy Carlos Guevara Solórzano, Ana María Guevara Solórzano de Barahona, hoy Ana María Guevara Solórzano y Francisco Eleuterio Guevara Solórzano, en los daños y perjuicios a que hubiere lugar y al Licenciado Alvaro Henry Campos Solórzano en las costas del proceso, como abogado firmante del escrito de interposición. Vuelvan los autos al Tribunal de origen con certificación de esta resolución para efectos de ley. HAGASE SABER. A. DE BUITRAGO-M.E.VELASCO-V. DE AVILES. PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN. MANUEL EDGARDO LEMUS. RUBRICADAS.-