Casos practicos - Junta de Andalucía

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SELECCIÓN DE CONSULTAS REALIZADAS A LA ASESORÍA JURIDICA DE COMISIONES OBRERAS
DE MÁLAGA RELACIONADOS CON LA ADMINISTRACIÓN DE MEDICACIÓN EN LA ESCUELA Y
RESPONSABILIDAD EN CASO DE ACCIDENTE
http://www.ccoomalaga.org/
[05-05-11] Accidentes escolares una vez que los menores acceden al centro
Pregunta
En mi colegio se abren las puertas a las 8:30h y hay muchos niños/as que están solos en las pistas deportivas
jugando, ya que sus familiares los dejan allí antes de las 9:00h.
En el supuesto caso de que ocurriese un accidente, ¿serían responsables los familiares? ¿Sería responsable el equipo
directivo? ¿Cuál es la normativa al respecto?
Gracias por su respuesta.
Respuesta
Una vez que los menores acceden al centro, estaríamos hablando de responsabilidad patrimonial de la Administración
Educativa, en aplicación de la denominada culpa in vigilando, debiendo por ello el centro arbitrar las medidas
necesarias para que los alumnos estén vigilados hasta la entrada a las aulas. Por ello si ocurriera algún accidente,
habría que determinar si dicho accidente era evitable y en el caso de que lo fuera, la administración educativa podría
depurar las responsabilidades disciplinarias correspondientes, siendo de aplicación la Resolución de 25 de octubre
de 2001 de la Secretaría general Técnica, por la que se dispone la publicación de las Instrucciones dictadas el
11 de octubre de 2001 por el viceconsejero sobre la responsabilidad patrimonial de la Administración
Educativa en casos de accidentes escolares y sobre la asistencia letrada al personal docente no universitario.
(BOJA de 6 de noviembre de 2001).
Gabinete Jurídico y de Estudios. F.E.CC.OO Andalucía
Publicado el 05/05/2011
[18-01-11] Protocolo de actuación en caso de enfermedad o accidente de un
alumno.
Pregunta
Estimados Sres.: Soy Personal Laboral (Monitor Escolar) de un Colegio de Educación Primaria e Infantil. Me gustaría
hacerles dos consultas:
1º) Ante un accidente de un alumno/a con un daño físico (herida, fractura, etc.) o enfermedad (fiebre alta, etc.). Aunque
está claro que en estos casos nos debemos comportar como "un buen padre", pero realmente quién tiene la
responsabilidad de llevarlo al Centro de Salud, si los padres no contestan o acuden al Centro Escolar (Tutor/Maestro,
Equipo Directivo, Personal Laboral). ¿Cuál sería el protocolo a seguir?
2º) En mi colegio hay un pequeño botiquín, ante cualquier herida o lesión de los alumnos me lo mandan para que le
haga una cura, le eche pomada (picaduras de insectos, etc.). Debo realizar esta tarea o deberían hacerla los tutores o
profesores. ¿Qué responsabilidad tengo en caso de alergia (al echarles pomadas o darles medicamentos)? Me pueden
obligar a hacer esta labor siempre.
Respuesta
En primer lugar es preciso ponerle de manifiesto que durante el tiempo que el alumnado se encuentra en el centro
escolar, y bajo la vigilancia y supervisión del profesorado u otro personal al que se le encomiende dicha cuidado ,
estos tienen la condición de guardadores de hecho al producirse la traslación de la custodia de lo padres a los
responsables del centro, debiendo responder el titular del mismo de cualquier lesión o daño que se produzca a los
alumnos en base a lo establecido en el art. 1903 del código civil. Es por ello por lo que aunque se tenga como
costumbre avisar a los padres de las enfermedades sobrevenidas o los accidentes sufridos por los alumnos, la
obligación inmediata de darle la asistencia y en su caso trasladarlo al centro de salud corresponde al centro escolar,
debiendo arbitrar la dirección del mismo las medidas necesarias para ello, medidas que debieran estar contempladas
en un protocolo interno o en el Reglamento de organización del centro. En todo caso lo que si debe tener en cuenta es
que si la dirección le pide que atienda al alumno y lo traslade, debe acatar dicha orden de su superior jerárquico, aún
así le recomendamos que evite realizar el traslado en coche particular, siendo conveniente avisar a una ambulancia o
realizar el traslado en taxi a cargo del presupuesto del centro.
En el caso de que sea un centro privado, estos tienen la obligación de tener suscrito un seguro de responsabilidad
civil, a diferencia de lo que ocurre con los centros públicos donde se aplicaría directamente la responsabilidad
patrimonial de la Administración.
En cuanto a la administración de medicamentos, lo habitual es que si es de uso doméstico se facilite adoptando ciertas
medidas preventivas, como solicitar autorización a la familia en el caso de que sea posible, o consultar sobre posibles
alergias
al
alumno.
Gabinete Jurídico y de Estudios F.E.CC.OO Andalucía
Publicado el 18/01/2011
[22-01-04] Daños ocasionados por alumnos durante horario lectivo a personas ajenas al Centro
Sección : Responsabilidad
Pregunta :
En un Centro de Educación Infantil y Primaria, durante la hora del recreo, un alumno tira una piedra por
encima de la tapia del colegio y rompe el cristal de un coche aparcado en los aledaños del centro. El
propietario del turismo ¿puede pedir responsabilidades al centro por el daño causado? ¿Y a la familia?
En cualquier caro, desearía me informara de todo lo relacionado con daños a personas ajenas al centro
ocasionados por los alumnos durante el horario lectivo (normativa, proceso de resolución, ...)
Un saludo.
Respuesta :
En principio, este particular puede solicitar la reparación del daño ante la Dirección del centro, que deberá
tramitarla conforme a lo dispuesto en las Instrucciones sobre Responsabilidad Patrimonial de la
Administración Educativa en los casos de accidentes escolares y asistencia letrada al personal docente,
dictadas por la Secretaría General Técnica de la CECJA y publicada en BOJA núm. 128 de 6 de noviembre
de 2001.
El propietario particular deberá rellenar una solicitud en modelo normalizado que se incluye en dichas
Instrucciones con documentación adjunta acreditativa del daño material sufrido (factura de taller) y además
de un informe de la Dirección o profesor/a a cuyo a cargo se hallara el alumno causante del siniestro.
Todo ello según el tercer supuesto descrito en dicha instrucción que no es más que la aplicación de la Ley
30/92 y el Decreto 429/93 que textualmente dispone “los daños causados por alumnos del centro escolar a
personas ajenas al mismo dentro del horario escolar en el desarrollo de las actividades anteriormente
citadas” (se incluye el recreo).
Se tramita por el procedimiento abreviado y la resolución administrativa que se dicte puede ser impugnada
por el particular si no está de acuerdo con la misma en vía contenciosa administrativa ante la Sala del
TSJA correspondiente, asistido de abogado/a y procurador/a.
Esta cuestión en principio clara y simple la viene complicando la propia administración que trata de poner
cuantas más trabas posibles en su camino para no tener que indemnizar, y por tanto se crea una situación
legal compleja, en la que la Administración Educativa viene haciendo "oídos sordos" a las reivindicaciones
de CCOO sobre esta materia y es más, en el terreno judicial viene injustamente oponiéndose a las
pretensiones indemnizatorias de los particulares que como ciudadanos han sufrido un daño en un bien
particular como consecuencia del funcionamiento normal y anormal del servicio público.
Como consejo práctico también, el particular podría contactar con los padres para saber si éstos tienen
una póliza de seguro multiriesgo-hogar en el que suelen estar incluidos los daños ocasionados por los
menores fuera del domicilio familiar. Sería una cuestión a indagar y sobretodo averiguar cual es la
disponibilidad de lo padres en esta materia. Todo ello en base al artículo 1903 del Código Civil que dispone
que "Los padres son responsables de los daños causados por los hijos que se encuentren bajo su guarda".
Ahora bien, tal y como tiene señalado la Jurisprudencia en interpretación de este mismo precepto, existe
una traslación de la guarda y custodia de los menores de padres/madres a los representantes de los
centros educativos durante la jornada escolar.
Quiere ello decir acaso ¿que es la Administración Educativa responsable patrimonialmente del daño
producido? o, por otro lado, el profesorado ¿está "jurídicamente obligado" como funcionarios públicos a
soportar los daños que se producen en sus bienes personales por estos menores?.
Desgraciadamente esto es lo que parece entender una Consejería de Educación todavía no lo
suficientemente sensible en materia de responsabilidad patrimonial, la cual interpreta la normativa de forma
restrictiva, tanto a la hora de tramitar los daños (que no sean físicos) de unos alumnos a otros, como los
daños a terceros. De hecho este servicio tiene constancia del criterio desestimatorio de muchas
reclamaciones por roturas de gafas de unos alumnos a otros, al profesorado o a particulares.
Lo negativo de este "descaro interpretativo" de la Administración es que, además en materia de
responsabilidad patrimonial, una vez agotada la vía de la reclamación administrativa, es necesario acudir a
la Sala del TSJA con procurador y abogado para continuar con el procedimiento en vía judicial., con lo que
se encarece, en principio, el procedimiento a un extremo que en ocasiones, " vale más el collar que el
perro" haciendo uso de nuestro rico refranero. (Puede que se consiga una sentencia de la Sala estimatoria
con condena es costas para la Administración, pero obviamente todo procedimiento se sabe cuando se
inicia pero no cómo ni cuando se acaba).
Por lo que la situación es legalmente torticera y, en este aspecto, la Administración bastante insensible con
el bolsillo ajeno. Los servicios jurídicos de CCOO llevan desde tiempo intentando que la Administración
indemnice cuando los bienes particulares del profesorado o particulares resultan dañados como
consecuencia del ejercicio de la función docente.
Por ello, le aconsejamos, que si no es factible el pago del cristal del coche por el seguro de los padres
del alumno, inicie el particular los trámites de reclamación patrimonial conforme al R.D 429/93 de 26 de
marzo que aprueba el reglamento de los procedimientos de la AA.PP en materia de responsabilidad
patrimonial establecida en los artículos 139 y siguientes de la Ley 30/92 (BOE nº 285 de 27-11-92)
modificada por la Ley 4/1999, (BOE nº 12 de 14-1-99) a través de la Dirección del centro o bien registrando
su reclamación ante la Delegación Provincial de Educación correspondiente.
Un cordial saludo.
María Dolores López Gómez(Colegiada 2779. Málaga)
[28-09-04] Responsabilidad administración medicamentos (6): Alumno diabético.
Sección : Responsabilidad
Pregunta :
Soy profesora interina en primer ciclo de primaria (1º) en xxxxx . En este curso tengo un alumno diabético,
que cada día trae su bolso con su insulina y su correspondiente jeringa por si es necesario ponérsela ante
una posible pérdida de conocimiento. En el caso de que esto ocurriera yo tendría que hacerme cargo de
suministrarle la insulina, puesto que soy su tutora, paso la mayor parte del tiempo con él y porque en el
centro no hay monitora con conocimientos de salud que se ocupe de ello. Tengo que decir que yo no tengo
la menor idea de cómo se pone una inyección; por tanto hasta que punto me tengo responsabilizar de este
tema; y hasta que punto me puedo buscar un problema legal.
En definitiva , quiero saber qué tengo que hacer para cubrirme las espaldas en caso de que existan
complicaciones, algo bastante común en los colegios.
Muchas gracias
Un saludo. M.J.
Respuesta :
En primer lugar, espero que tenga suerte y nunca tenga que pasar por dicho episodio. Los supuestos de
responsabilidad jurídica del profesorado, atienden a las circunstancias concretas que puedan darse en el
hecho particular; Lo que hay que procurar como profesor/a, es siempre tener una conducta que suponga la
ELIMINACIÓN de todos los posibles riesgos y peligros para la vida del alumno en crisis (accidentado,
diabético, epiléptico ....).
No obstante, desde el punto de vista legal podemos hacer las siguientes consideraciones:
• La diabetes es una enfermedad compatible con la escolarización general, y la Administración así lo admite
en virtud del artículo 14 de la Constitución Española en base a la no discriminación por razón de algunas
circunstancias (enfermedad compatible con la actividad escolar normal) y está obligada a ofrecer un servicio
que garantice la salud e integridad de los alumnos.
• Con los menores de edad, existe, según la Jurisprudencia, una traslación de las obligaciones de custodia
durante la jornada escolar a los responsables del centro educativo que deberán actuar con “la DILIGENCIA
DE UN BUEN PADRE DE FAMILIA”.
• No existe una norma concreta que derive esta obligación únicamente hacia el tutor/a.( se dirige hacia “los
responsables del centro”, es decir, en los públicos la administración y en los privados sus titulares)
• La cuestión se centra en que si la inyección o la ingesta de fármacos son o no actos comunes que
cualquier particular puede hacer sin necesidad de una preparación cualificada (téngase en cuenta que los
diabéticos se inyectan a si mismos cuando están conscientes)
• La consecuencia es que debe “acudir o asistir” al alumno/a, el adulto que en esos momentos tenga a su
cargo el cuidado (profesor que le imparte clase en el momento de la crisis, tutor, equipo directivo, ....)
recurriendo a lo más inmediato que asegure la salud del menor, ejecutando el acto por si mismo, o
recurriendo a un tercero.
• En nuestros informes al respecto que puede Vd. consultar en nuestra Web, dentro de gabinete técnico en
temas de responsabilidad jurídica del profesorado, hemos dado consejos prácticos que atienden a los
supuestos de responsabilidad, tal y como es asegurar la eliminación de riesgos para la salud del menor, y
en tal caso la conexión con los familiares y sus disposición es fundamental, en casos de alumnos con
diabetes y epilepsia entre otras enfermedades.
• Llegado el caso extremo, entendemos que partiendo de la diligencia de un buen padre de familia, pudiera
ser exigible toda ejecución que restablezca la salud del menor incluido la suministración cánulas o
inyección, si bien de forma previsora y en todo caso (antes y/o después de inyectar) una medida adecuada
es la de avisar a EMERGENCIAS SANITARIAS
En cualquier caso la pérdida de conciencia por diabetes tendría el tratamiento de accidente escolar y la
diligencia del profesorado es común para todos, con independencia del cargo de tutor/a . Es más creemos
que esta circunstacncia, no implica más responsabilidad que la del resto del profesorado que tenga contacto
con el menor.
Espero haberla ayudado.
María Dolores López Gómez. 2779
[18-11-03] Responsabilidad en caso de accidente de un alumno: eliminación de riesgos
Sección : Responsabilidad
Pregunta :
Mi mujer es profesora de infantil de 3 años en un colegio público. En dicha aula se encuentra un
televisor de 21" dónde se realizan las sesiones de video para todo el ciclo. Este televisor se encuentra
en medio del aula sin ningún tipo de protección y sobre una mesa en al que los niños se pueden meter
en cualquier momento con el peligro que ello conlleva. La profesora ha pedido que se traslade el
televisor a otro lugar para alejar el peligro que supone, tanto de caída como de electricidad, y la
directora del centro y la coordinadora del centro le contestan que no existe otro sitio dónde ubicarlo ya
que siempre ha estado ahí.
¿es esto una situación normal?
¿Qué tendría que hacer para comunicar dicha situación y evitar cualquier responsabilidad en caso de
accidente de un niño?
un saludo. gracias.
Respuesta :
Nuestro consejo es que ponga en conocimiento de la Dirección del centro por medio de un escrito con
registro de entrada en secretaría advirtiendo la inseguridad y el peligro que conlleva la situación del
aparato electrónico para el alumnado.
Y en todo caso, transcurrido un tiempo prudencial, elevarlo al Servicio de Inspección educativa de
zona, con registro de entrada en la Delegación Provincial.
Es de recordar que los órganos de gestión tienen la obligación de eliminar los riesgos de posibles
accidentes escolares, para evitar una posible responsabilidad penal por negligencia, o en su caso, la
posible vía de regreso de la administración educativa en los supuestos en los que por responsabilidad
patrimonial fuera ésta condenada por mal funcionamiento del servicio público, sin perjuicio de la
responsabilidad disciplinaria en la que pueda incurrir por incumplimiento de funciones.
Todo ello sobre la base de la opción de los representantes legales del alumno/a perjudicado/a que
por un accidente escolar, pueden acudir a las siguientes vías judiciales para defender sus intereses:
*La vía penal:- El art. 146 de la Ley 30/921º establece que la responsabilidad penal del personal al
servicio de las Administraciones Públicas, así como la responsabilidad civil derivada de delito se
exigirá de acuerdo con lo previsto en la legislación correspondiente. (Esto es el código penal)
Sin embargo, este mismo precepto permite que se pueda acudir simultáneamente por el perjudicado a
la vía administrativa, reclamando por responsabilidad patrimonial, no pudiendo la Administración
escudarse en la simple existencia de un proceso penal para negar el reconocimiento y pago de la
indemnización. El problema es que esta vía administrativa no es instada en estos casos dada la
celeridad del procedimiento penal respecto del procedimiento administrativo.
En ningún caso, cabe la duplicidad indemnizatoria, es decir, que unos mismos hechos y
consecuencias jurídicas puedan dar lugar a indemnizaciones obtenidas en vías jurídicas distintas
(penal, civil o administrativa) ya que ello supondría un enrequecimiento injusto intolerable
jurídicamente. Distinto es que las indemnizaciones obtenidas obedecieran a ratios diferentes. Así se
dispone en el art. 121 del C.P.
*La vía civil.- En principio, un buen asesoramiento jurídico conduciría a no plantear demanda por
daños y perjuicios por la Jurisdicción Ordinaria (Tribunales Civiles) porque habría que tener en cuenta
todas las novedades normativas que se han producido en los últimos tiempos, pero lamentablemente
se sigue “desconfiando” de la vía contenciosa-administrativa y una vez presentadas las demandas
civiles cabe el riesgo de que algún Juez de Primera Instancia se considere competente para su
conocimiento y en tal caso el funcionario público necesariamente sería demandado junto a la
Administración. Entendemos que estos supuestos ocurren cada vez menos, conforme se ha ido
clarificando la redacción de los artículos de la Ley 30/92 en materia de Responsabilidad Patrimonial.
No se tienen noticias recientes sobre casos particulares al menos por el momento, a diferencia de
tiempos pasados.
Si es el procedimiento adecuado para los docentes de la Enseñanza Privada.
*La vía administrativa. Ley 30/92 de 26 de Noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones
Públicas y procedimiento administrativo Común artículo 139 y siguientes, desarrollado por el R.D.
429/93 de 26 de Marzo por el que se aprueba el Reglamento de los Procedimientos de las
Administraciones públicas en materia de responsabilidad patrimonial y la Resolución en materia de
accidentes escolares de la CECJA de 6 de noviembre de 2001.
Un cordial saludo.
María Dolores López Gómez colegiada 2779. Málaga
[27-10-03] Administración de medicamentos (5)
Sección : Responsabilidad
Pregunta :
Estimados/compañeros/as:
Soy Jefa de Estudios de un CEIP de la provincia de Sevilla ,y se me plantea la siguiente situación por
parte de una compañera de Educación Infantil .Un niño de esta etapa, padece un tipo de enfermedad
parecido a la epilepsia , la madre del niño quiere y exige que se le administre un edema ,la profesora
se niega a administrarle este tratamiento alegando que ella no está preparada ni especializada en
ningún tema de sanidad ,y que no asume dicha responsabilidad .La madre del niño insiste en que no
se puede negar y que tiene la obligación de ponerle dicho tratamiento y de asistirle en accesos
febriles .
¿Cómo están regulados estos casos en la normativa vigente ?
¿Puede la profesora negarse a administrarle la medicación o tratamiento ,ya que , entre sus funciones
no está precisamente esta y no se siente cualificada en esta tarea pudiendo producir males mayores
?
¿Qué proceder sería el correcto en este caso concreto?
Agradeciendo vuestra pronta respuestas, os saluda atentamente .M.F.L.F.
Respuesta :
En primer termino, comentarle que ésta es una problemática antigua, en la que el profesorado
además de desinformado se encuentra “poco” respaldado por los superiores jerárquicos, siendo muy
dispares los criterios de los servicios de inspección educativa e incluso de las distintas Delegaciones
Provinciales.
Por un lado, se halla el derecho a la escolarización obligatoria del menor sin discriminación por
circunstancias personales, que tiene base en el artículo 14 de la Constitución Española y al derecho a
la educación libremente elegida, también amparado por el texto constitucional en su artículo 27.
Por otro, concurren con los derechos anteriores, los derechos laborales e individuales del personal
que atiende durante la jornada escolar al menor escolarizado con algún padecimiento.
La Administración educativa en estos casos, nos reiteramos, tiene una actuación en la que, por un
lado, está obligada a aceptar la escolarización de estos alumnos con peculiaridades que no suponen
un obstáculo para la escolarización ordinaria, pero, por otro, no viene adoptando todas las medidas
adecuadas para la atención de este alumnado, trasladando sin más la cuestión al profesorado que
obviamente se enfrentará al problema según disposición. Por ello, también las soluciones son
particulares y según las circunstancias de cada caso.
Como obligación legal del profesorado <> no se halla recogida en norma jurídica alguna. La actuación
de los profesores en este aspecto viene determinada por la Jurisprudencia en casos estudiados de
responsabilidad jurídica.
La Ley Andaluza de Protección al Menor, ya nos apunta este deber de cuidado general respecto de la
salud, integridad, e higiene de los menores a cargo de los docentes, y la jurisprudencia adopta un
criterio denominado diligencia de un bien padre de familia, o lo que es lo mismo, dicha diligencia
coincide con el nivel óptimo de seguridad adoptado por la administración y por el personal
responsable del cuidado del menor para evitar que sufra un daño. La jurisprudencia tiene declarado
que existe una traslación de la guarda y custodia (atribuida normalmente al padre y a la madre),
durante la jornada escolar hacia el profesorado y equipo directivo.
Por tanto, los riesgos que han de asumirse por la escolarización de un menor con enfermedad o
padecimiento leve, han de ser inexistentes o mínimos, y por tanto es obligación de la Administración
Pública eliminar todos los elementos negativos que puedan ir contra la salud y la integridad del menor.
Por ello, en casos específicos y en virtud de la Ley Andaluza de 1/1998, de 20 de Abril, de los
derechos y la atención del menor, publicada en BOJA 12 de Mayo de 1998, en el art. 11. 5 (en
conexión con el art. 10. 2), se dispone que: “ Los titulares de los centros educativos y el personal de
los mismos están especialmente obligados a poner en conocimiento de los organismos competentes
de la Administración de la Junta de Andalucía en materia de protección de menores, de la Autoridad
Judicial o del Ministerio Fiscal aquellos hechos que puedan suponer la existencia de ... riesgo... , así
como colaborar con los mismos para evitar y resolver tales situaciones en interés del menor...”.
En concreto y en el caso que nos afecta, referente a actuaciones de protección específicas es
imprescindible un informe médico emitido por el Equipo de Orientación Educativa de la Delegación
Provincial correspondiente, para poder determinar si estamos ante un mero acto de medicación simple
cuya diligencia obedece al criterio de la responsabilidad exigida a “un buen padre de familia” (concepto
acuñado en nuestro código civil y por la Jurisprudencia para determinar el grado de diligencia en una
acción u omisión y al que nos referiremos más adelante), o si por el contrario, estamos en presencia
de un acto propiamente sanitario reservado a la cualificación y experiencia de este personal.
En principio es obligación del profesorado y de la Dirección del centro exigir toda eliminación de riesgo
para la vida del menor. (Obligación también de sus progenitores y de la Administración Educativa ,
conforme a la legislación española -Ley Orgánica 1/1996, de 15 de enero de Protección Jurídica del
Menor, Código civil y Código Penal) .
Reiteramos que en materia de responsabilidad tanto el derecho positivo como en numerosas
sentencias se ha consagrado el concepto de Diligencia de un buen padre de familia que se equipara
con el nivel óptimo de prudencia adoptada por el sujeto para evitar el daño, y además hemos de partir
de la consideración expuesta en numerosas sentencias del Tribunal Supremo, (STS 10/12/1996; RJ
1996, 8975) de que “Los deberes de vigilancia y cuidado de los padres se traspasa a los profesores y
cuidadores del colegio durante la jornada escolar”.
Así, en un caso concreto de convulsiones epilépticas, el TSJ Navarra en sentencia de 4 Diciembre
1995 (RJ 1995, 9667) absuelve como sujetos responsables a los profesores a cuyo cargo estaba una
alumna que fallece a causa de un ataque convulsivo, al estimar la imprevisibilidad del evento y la
circunstancia de que igualmente pudiera haberse producido la muerte en su propio domicilio,
adoptando las mismas prescripciones médicas indicadas a sus cuidadores. Partimos de la base, de
que existen unas prescripciones médicas indicadas expresamente al profesorado.
Así según las circunstancias y la gravedad del padecimiento del menor pueden ser dos las
consecuencias:
*En el caso en que la administración de los fármacos fuese considerada una consecuencia derivada
de la obligación de custodia traslada de padres a profesores, es primordial y necesario evitar a toda
costa que dicha actuación protectora de carácter asistencial pueda convertirse en acto de imprudencia
o negligencia por parte de sus cuidadores, dado que previamente para conocer sobre su proceder han
debido eliminar todos aquellos elementos negativos de riesgo que puedan influir en la salud de su
protegido. Se debe, en cualquier caso, exigir documentación e indicación médica y autorización por
escrito de los padres al respecto,
*En el caso en que dicha administración estuviera apoyada en un informe médico tras el examen del
menor, que permitiera concluir que la administración del medicamento durante el horario escolar
entraña algún tipo de riesgo, y que requiere de una asistencia cualificada es obvia la preocupación así
como procedente la obligación por parte de la Administración que ofrece el servicio público de eliminar
los riesgos que perjudiquen a los alumnos y ello nos conduciría a exigir que si la escolarización es
obligatoria, lo es con las debidas garantías, y por tanto sería necesario el nombramiento de personal
cualificado para efectuar los actos asistenciales o en su defecto la adopción de otras medidas
sustitutorias, tales como el desplazamiento ambulatorio al centro educativo de personal sanitario o
desplazamiento del alumno en cuestión a centro de salud más próximo, en este caso, acompañado si
es posible de familiar.
En otros casos similares ocurridos en nuestra comunidad autónoma, se ha buscado soluciones
intermedias y se ha negociado con el centro de salud más próximo al centro educativo, de manera que
existe una alerta permanente del servicio de enfermería, y cuando se produce una crisis, de inmediato
se persona en el centro un diplomado capacitado para controlar la situación, y es el que está
facultado para administrar una cánula por vía rectal, al existir informe médico valorando la situación,
aconsejando una acción profesional y cualificada, y por tanto ajena a la común administración de
medicamentos que de ordinario cualquier sujeto puede realizar con la debida diligencia.
Ante esta situación, y a la vista del derecho de menor a ser protegido por quienes ostentan la patria
potestad, la Administración Educativa y el personal del centro a cuyo cuidado directo está en la
jornada escolar, hacemos las siguientes recomendaciones:
1.
Solicitud a la Delegación Provincial de un estudio médico, elaborado por los equipos médicos de
zona a fin de eliminar los riesgos para la salud del menor, o en su defecto informe médico del centro
de salud correspondiente. Esta solicitud, podrá ser efectuada por los progenitores del menor, por sus
cuidadores o por la Dirección del centro. (Solicitud con registro de entrada)
2.
Solicitud de nombramiento de personal Diplomado en Enfermería el cual conforme al VI
Convenio del Personal al servicio de la Junta de Andalucía, asume la responsabilidad básica de
preparar y administrar los medicamentos según prescripciones facultativas, reseñando los
tratamientos.
3.
El personal docente tiene la responsabilidad inmediata sobre todo su alumnado durante la
jornada escolar, por lo que toda actuación encaminada a eliminar riesgos debe ser considerado como
un acto de diligencia profesional. En este sentido no existe norma concreta en nuestro Derecho que
disponga que el citado personal no está obligado a administrar un medicamento si éste es
imprescindible para su vida normal y sin el cual el alumno no podría ser escolarizado.
4.
Todo dependerá de los informes médicos, y en concreto de si éstos si estiman que la aplicación
del medicamento entraña hacer una valoración de las crisis, en cuyo caso el personal docente no
puede diagnosticar, (sólo los médicos), o si el informe prescribe que la correcta aplicación del
medicamento es primordial para el control de la crisis, con lo que al no ser el personal docente técnico
sanitario tampoco podría efectuar un acto reservado a la enfermería.
5.
Otras circunstancias que influyen y que deben ser tenidas en cuenta a la hora de formular las
peticiones, son: El número de alumnos escolarizados con problemas de salud y los recursos del
centro, que exigirá aumentar la vigilancia sobre éstos; La coordinación que pueda lograrse con el
personal sanitario del centro de salud más próximo; El grado de manifestación de la enfermedad en los
alumnos; La implicación adecuada de los progenitores en el control sanitario y educativo de sus hijos
afectados, ... entre otras circunstancias.
7.
Recurrir de forma permanente al Equipo de Orientación de la Delegación Provincial para
resolver todas las dudas respecto a la salud de los niños en tales circunstancias y demandar un
control más o menos permanente por parte se sus efectivos.
Prevaleciendo el derecho constitucional a la educación del menor, ésta debe ser prestada por la
Administración con los recursos humanos y económicos que aseguren su salud y su integridad física, e
igualmente deben ser respetados los derechos de los trabajadores de la Enseñanza que prestan la
función docente con todas aquellas garantías que permitan eliminar su responsabilidad durante la
jornada escolar.
A la luz de lo examinado, este servicio concluye:
*De ser considerado el tratamiento que se debe aplicar como un acto común y ordinario de carácter
asistencial que no implica riesgo por la mera aplicación de la cánula, la cuestión queda resuelta de
manera que se asume dicha obligación como una más del deber de cuidado.
*De no ser así, y ante la ignorancia del personal docente en cuestiones médicas, las medidas a
adoptar deberán ser más extremas considerándose los recursos actuales como insuficientes para
atender a los menores afectados. La responsabilidad sobre estas medidas de ser justificadas será de
la Delegación Provincial que al escolarizar al menor debe hacerlo sin riesgo para su salud e integridad
y con los recursos adecuados.
En cuanto a la negativa de atender las funciones de administrar un edema, todo dependerá de si se
considera de un acto común y ordinario de medicación o de mayor envergadura las consecuencias
pueden ser (Es importante que el informe médico aclare este punto):
* Si se niega genéricamente a su administración sin repercutir daño para la salud del menor, tras un
requerimiento del superior jerárquico, (Dirección, Inspección, Delegación o Consejería) es posible un
expediente disciplinario por falta grave o muy grave en virtud del R.D. 33/1986 de 10 de enero por el
que se aprueba el Reglamento de Régimen Disciplinario de los Funcionarios Públicos.
* Si se produce daño, para el menor, además de lo anterior, podría ser denunciado por la vía penal
por presunto delito de omisión de socorro y reclamarle los padres del menor afectado una
indemnización por responsabilidad civil derivada del delito, según se evalúe el daño padecido por el
menor. (Artículos 109 y 195 del Código Penal)
* También los padres podrían estimar que lo ocurrido es un accidente escolar, e instar sólo la
reclamación patrimonial ante la Consejería, pero luego ésta de oficio exigiría contra el profesor/a
afectado/a las responsabilidades oportunas. (Artículo 145.2º de la Ley 30/92 de régimen Jurídico de la
Administraciones Públicas y Procedimiento Administrativo Común).
Un cordial saludo.
María Dolores López Gómez (colegiada nº 2779,Málaga)
[01-04-03] Atención alumnado accidentado
para que lo recoja y lo lleve al médico. El problema surge cuando la familia no está o no puede acudir
al Centro. Hasta ahora algún miembro del Centro con coche disponible acompañaba al alumno junto
con su tutor/a al Centro de Salud distante aproximadamente 1 Km.
Este procedimiento ha sido cuestionado por algunos maestros que aconsejan, en estos casos, llamar
a la ambulancia del Centro de Salud de la localidad para el traslado del alumno al médico puesto que
señalan que los maestros no debemos transportar alumnos heridos ante la posibilidad de que ocurra
alguna incidencia durante el transporte.
Nos hemos informado que la Policía Local de Huelva tampoco transporta personas heridas. Ante una
llamada de accidente solicitan una ambulancia y esperan con el herido hasta que llegue la misma.
Por todo ello, quisiera información de las cuestiones siguientes:
1. ¿Está el profesorado obligado a transportar alumnos heridos o por el contrario es el Centro de
Salud de la localidad el que debe acudir al respecto?
2. ¿Puede el Centro de Salud negarse a acudir al Centro para trasladar alumnos?.
Gracias anticipadas.
Respuesta :
Respuesta:
Desde la perspectiva de que el profesorado tiene la guarda y custodia del menor durante su estancia
en el centro educativo, es obligación de éste procurar por cualquier medio la asistencia sanitaria
inmediata, incluso por encima del derecho a la información de los padres o sus representantes
legales. Todo ello siguiendo el criterio jurisprudencial de actuación correspondiente a la “diligencia de
un buen padre de familia” adoptado en numerosas sentencias.
Según este criterio, el menor será beneficiario de un tratamiento similar al que se dispensaría por el
profesorado como si de un hijo se tratara. Éste es el barómetro que los jueces suelen utilizar para
determinar la existencia o no de responsabilidad jurídica del profesorado ante una posible reclamación
judicial.
Por tanto, el profesorado si está obligado a procurar por cualquier medio la asistencia sanitaria según
la gravedad del asunto, (emergencia, urgencias, ambulatoria ....). Esto puede ser procurando
ambulancias o trasladando al enfermo. Ante la menor duda y posibilidad de riesgo aconsejamos
desde este servicio que se eviten las esperas, por lo que pueda pasar, dado que ante un accidente
escolar normalmente se carece de la preparación adecuada para realizar un diagnóstico, lo más
aconsejable es, en caso de accidentados incluso leves, que se acompañe en un taxi al menor
accidentado al centro de salud (si no es una situación de emergencia o urgencia), normalmente por
profesor/a de guardia o cualquier otro/a que se disponga en el ROF, y así evitar el uso del coche
propio.
El uso de ambulancias no adquiere una especial relevancia porque el aviso proceda de un centro
educativo, pues las emergencias y urgencias no dependen de este dato. Téngase en cuenta que una
unidad móvil ha de esta disponible para una auténtica intervención de emergencia y no para un
traslado de un accidentado leve. Por tanto el centro de salud se negará al “simple traslado” si este no
reviste gravedad o no hay impedimento físico del paciente, como en cualquier otro caso. Por ello
aconsejamos el uso de taxis. Si fuera necesario el uso de vehículos particulares, lógicamente éstos
deberán disponer del seguro obligatorio correspondiente, pero téngase en cuenta que la asistencia al
menor es prioritaria ante cualquier otra circunstancia.
Las obligaciones para con los menores de todo ciudadano en general y de los profesionales
responsables de su cuidado, se regulan en la Ley Orgánica 1/1996 de 15 de enero de Protección
Jurídica del Menor (BOE núm. 15 de 17 de enero).
En su Título II se regulan las actuaciones en situación de desprotección del menor, y concretamente,
en los artículos 13 y 14 se desarrolla las obligaciones de los ciudadanos en general, especialmente
aquellos que por su profesión o función detecten una situación de riesgo ( accidentes, presuntas
lesiones físicas o daño psicológico) o situación de desamparo.
En consecuencia, lo más acertado es siempre una actuación diligente eliminando riesgos para la salud
del niño o niña, por lo que procurar la asistencia sanitaria es la conducta más adecuada para el auxilio
del menor. (Por lo pronto, y por las consecuencias que se puedan derivar, evitamos una posible
imputación de omisión del deber de socorro tipificado en el art. 195 del Código Penal).
Sin embargo, de forma simultánea es conveniente avisar a los padres/madres y citar a éstos en el
centro de salud a fin de que el menor se tranquilice cuanto antes, además de dar satisfacción al
derecho de información que los representantes legales tienen en todo momento.
Recordamos que la Jurisprudencia interpreta que la custodia de los menores de edad escolarizados
se traslada de los padres/madres a los responsables del centros mientras aquellos permanecen en el
centro educativo.
Le invitamos a que consulte en nuestra web (dentro de asesoría jurídica) las respuestas dadas a las
cuestiones planteadas en temas de Responsabilidad Jurídica del Profesorado en caso de accidentes
escolares, en los que se cita el procedimiento administrativo de reclamación de daños ante la CECJA
por parte del perjudicado y numerosos fundamentos jurídicos y jurisprudencia sobre este tema, de
gran interés también sobre el modus operandi en estos casos, por parte de los responsables de los
centros educativos.
Un cordial saludo.
María Dolores López Gómez Colegiada 2779. Málaga
[27-02-03] Responsabilidad administración medicamentos (4)
Sección : Responsabilidad
Pregunta :
Pregunta:
Respuesta :
Respuesta:
Como obligación legal expresamente no se halla recogida en norma jurídica alguna. La
actuación de los profesores en este aspecto viene determinada por la Jurisprudencia en casos
estudiados de responsabilidad jurídica.
Como consejo práctico y para evitar posibles problemas, si un niño/a tiene un dolor banal, antes
de suministrar medicación, sería conveniente hacer una consulta a los padres sobre estos
calmantes. Si existen antecedentes y por tanto el caso es reincidente, podría ser aconsejable
solicitar autorización por escrito.
Si el dolor no es transitorio y ante la más mínima sospecha de gravedad, lo inmediato es
procurar la asistencia sanitaria (ambulatoria, de urgencias o de emergencias). Después y/o,
simultáneamente, el aviso a los familiares.
Medicar por costumbre a un niño/a sin tener la debida autorización escrita junto con los
antecedentes médicos en su expediente puede ser arriesgado, en su caso debería hacer Vd.
las gestiones oportunas, y evitar una negativa rotunda que pudiera poner en peligro la salud del
menor.
Los criterios en los que nos apoyamos para afirmar lo anterior, no están recogidos en normas
jurídicas expresas, si bien la Ley Andaluza de Protección al Menor, ya nos apunta este deber de
cuidado general respecto de la salud, integridad, e higiene de los menores a cargo de los
docentes.
La jurisprudencia adopta un criterio denominado diligencia de un bien padre de familia, o lo que
es lo mismo, dicha diligencia coincide con el nivel óptimo de seguridad adoptado por el
responsable del cuidado del menor para evitar que sufra un daño.
Durante la jornada lectiva, el menor está a cargo de los responsables de su educación, al tener
igualmente señalada la jurisprudencia que existe una traslación de la guarda y custodia atribuida
normalmente al padre y a la madre.
Por tanto se ha de actuar "como si de un hijo o hija se tratara", pero conviene tomar todas las
precauciones posibles cuando se trata de fármacos por inofensivos que parezcan, y si estamos
ante un dolor de poca entidad, lo correcto es la consulta previa a sus representantes.
Distinto es el "auxilio del botiquín" cuando se trata de aplicar desinfectantes, tiritas, vendaje y
otros remedios de esta naturaleza que alivian momentáneamente y que favorecen el <> hasta
la entrega de los menores a la salida del colegio
Un cordial saludo.
María Dolores López Gómez. (Colegiada 2779. Málaga)
[04-12-02] Accidente Escolar: Responsabilidad e Indemnización
Sección : Responsabilidad
Pregunta :
Pregunta:
Soy profesora interina y quisiera hacer una consulta sobre accidentes escolares,
aunque en este caso estoy "al otro lado de la barrera".
Mi hija sufrió un accidente escolar en su colegio (horario escolar) debido al cual se
fracturó tres dedos.
Por un lado quiero comentar que se nos avisó con un retraso de una hora desde que
se produjo el accidente (el profesor no le dio importancia, ya que pensó que sería un
golpe sin más, aunque mi hija, naturalmente, estuvo quejándose y llorando) sin que
nadie en el centro la llevará a ningún centro médico.
Por otro lado quisiera saber si tenemos derecho a alguna indemnización económica,
ya que lleva aproximadamente un mes con el brazo escayolado, lo que obviamente
ha repercutido en el desarrollo diario de su vida (hay que ayudarla a vestirse,
ayudarla en la comida -cuando se requiere el uso de las dos manos-, en los trabajos
de clases -manuales-, etc.).
Gracias. Un saludo
Respuesta :
Respuesta:
Es cierto que los padres tienen derecho a la información más pronta posible cuando
se produce un accidente escolar, pero una hora no parece en principio, una dilación
relevante, pues como Vd. misma sabe al ser docente, no siempre se advierte a la
primera una lesión más o menos seria; También ocurre igualmente como madre, al
principio a una caída no se le da demasiada importancia y posteriormente acabamos
con nuestros hijos en traumatología. Salvo apariencia considerable esto suele ser
casi lo normal y por fortuna nunca agrava la lesión, lo que no impide advertir este
hecho para el futuro.
Para tramitar una reclamación patrimonial debe Vd. dirigirse a la Dirección del centro,
la cual debe disponer de las Instrucciones sobre Responsabilidad Patrimonial de la
Administración Educativa en los casos de accidentes escolares y asistencia letrada al
personal docente, dictadas por la Secretaría General Técnica de la CECJA y
publicada en BOJA núm. 128 de 6 de noviembre de 2001.
Deberá Vd. rellenar una solicitud en modelo normalizado con documentación adjunta
acreditativa (informe médico) de la lesión sufrida además de un informe de la
Dirección o profesor/a a cuyo a cargo se hallara su hija, y fotocopia del DNI y libro de
familia.
Se tramita por el procedimiento abreviado y la resolución administrativa que se dicte
puede ser impugnada por Vd. si no está de acuerdo con la misma en vía contenciosa
administrativa ante la Sala del TSJA correspondiente.
Un cordial saludo.
María Dolores López Gómez. (Colegiada 2779. Málaga)
[08-11-02] Riesgos en Educación Física
Sección : Responsabilidad
Pregunta :
Pregunta:
Soy profesor de educación física en un colegio público y mi problema es el siguiente:
La madre de un alumno se empeña en que su hijo lleve puestas las gafas (4 dioptrías
jurídico que la Jurisprudencia ha adoptado como medición del grado de
responsabilidad o negligencia en las funciones de custodia de menores, tanto de sus
padres y madres, como de tutores o cuidadores en general, entre ellos el
profesorado durante la jornada escolar.
Un cordial saludo.
María Dolores López Gómez (Colegiada 2779, Málaga).
[08-11-02] EOEs: actuación ante maltrato infantil
los profesionales responsables de su cuidado, se regulan en la Ley Orgánica 1/1996
de 15 de enero de Protección Jurídica del Menor (BOE núm. 15 de 17 de enero).
En su Título II se regulan las actuaciones en situación de desprotección del menor, y
concretamente, en los artículos 13 y 14 se desarrolla las obligaciones de los
ciudadanos en general, especialmente aquellos que por su profesión o función
detecten una situación de riesgo (presuntas lesiones físicas o daño psicológico) o
desamparo.
En tal caso, cualquier ciudadano o profesional deberá comunicarlo a la autoridad o
sus agentes más próximos, sin perjuicio de prestarle el auxilio inmediato que
precise. Las autoridades o personas que por su profesión o función conozcan el
caso, actuarán con la debida reserva. En las actuaciones se evitará toda
interferencia innecesaria en la vida del menor.
En cuanto a la atención inmediata, las autoridades y servicios públicos tienen
obligación de <> que precise cualquier menor, de <> si corresponde a su ámbito de
competencias, o de <> en otro caso al órgano competente y <> de los
representantes legales del menor, o cuando sea necesario, del Ministerio Fiscal.
En su caso concreto, estimo que si advierte por exploración clínica síntomas de
lesiones o, en su caso como profesional de la medicina, daño psicológico, lo más
prudente es comunicarlo mediante informe reservado a la Dirección del centro.
Puede Vd. registrarlo si lo estima conveniente.
En caso de ser lesiones físicas, a instancias o con la autorización de la Dirección del
centro, se debe llevar al menor al médico de la seguridad social, el cual una vez que
efectúe su diagnóstico, deberá cumplimentar el correspondiente Parte de Lesiones
que se tramitará directamente desde el centro médico u hospitalario ante la autoridad
judicial. (Entendemos que con esta actuación se está dando traslado a los órganos
competentes por los cauces habituales de las denuncias de lesiones, sin perjuicio de
otras alternativas).
Por otro lado, si el menor se halla en un peligro manifiesto, y los responsables de su
cuidado durante la jornada escolar, no lo socorrieren podrían ser denunciados
penalmente como por presunta omisión del deber de socorro conforme al artículo 195
del Código Penal. En su caso como médico, si el menor precisara atención sanitaria
inmediata deberá obviamente prestarla para evitar la responsabilidad penal
determinada en el artículo 196 del Código Penal aplicable a todo profesional de la
medicina, aunque su puesto de trabajo no se desarrolle en un servicio sanitario
propiamente.
Un cordial saludo.
María Dolores López Gómez (Colegiada 2779, Málaga).
[21-10-02] Actuación con alumnado accidentado
Sección : Responsabilidad
Pregunta :
Pregunta:
Cuando un menor sufre una caída en clase con posible fractura o luxación ¿Es
correcto avisar a los padres para que lo recojan o debe el colegio hacerse
responsable y llevarlo a urgencias?
J.F.. (Jaén)
Respuesta :
Respuesta:
Lo más aconsejable es la asistencia sanitaria más inmediata por parte de los
responsables del centro. En el reglamento de funcionamiento interno del centro, debe
estar previsto cuál es el procedimiento a seguir por el profesorado (tutores,
especialistas, cargos directivos ... ) en caso de accidente escolar. Lo más acertado
es siempre una actuación diligente eliminando riesgos para la salud del niño o niña,
por lo que procurar la asistencia sanitaria es la conducta más adecuada para el
auxilio del menor. (Por lo pronto, y por las consecuencias que se puedan derivar,
evitamos una posible imputación de omisión del deber de socorro tipificado en el art.
195 del Código Penal).
Sien embargo, de forma simultánea es conveniente avisar a los padres/madres y
citar a éstos en el centro de salud correspondiente a fin de que el menor se
tranquilice cuanto antes, además de dar satisfacción al derecho de información que
los representantes legales tienen en todo momento.
Hemos de tener en cuenta que la Jurisprudencia interpreta que la custodia de los
menores de edad escolarizados se traslada de los padres/madres a los responsables
del centros mientras aquellos permanecen en el centro educativo.
Le invitamos a que consulte en nuestra web (dentro de asesoría jurídica) las
respuestas dadas a las cuestiones planteadas en temas de Responsabilidad Jurídica
del Profesorado en caso de accidentes escolares, en los que se cita el procedimiento
administrativo de reclamación de daños ante la CECJA por parte del perjudicado y
numerosos fundamentos jurídicos y jurisprudencia sobre este tema, de gran interés
también sobre el modus operandi en estos casos, por parte de los responsables de
los centros educativos.
Un cordial saludo.
María Dolores López Gómez (colegiada nº 2779, Málaga)
[30-09-02] Escolarización de alumnado con algún padecimiento
la escolarización y el derecho a la educación del alumnado impone un esfuerzo de
carácter extraordinario al personal que atiende a un menor en estas circunstancias.
Mientras éstos permanecen en el centro, la Jurisprudencia ha señalado que existe
una traslación de la guarda y custodia de los niños/as de sus padres/madres a sus
cuidadores, existiendo para todos -sin excepción- el deber general de cuidado.
Ahora bien, no parece razonable que sólo la profesora de Infantil deba asumir la
responsabilidad de la periocidad del suministro de insulina. Se debe articular por la
propia Dirección, (ya que la Administración asume su escolarización en infantil) las
medidas oportunas que tiendan a eliminar los riesgos para la salud e integridad de
los menores afectados por padecimientos.
Puede ser un ejemplo el control del suministro por más de una persona (padre y
madre, tutor-a, profesor-a de apoyo, monitor-a...), es decir, un control compartido
asegura la salud del menor y elimina el riesgo de responsabilidades del personal que
lo atiende.
En el segundo caso planteado en nuestra opinión no solo debe pedir por escrito con
registro, un examen por el equipo médico de zona, sino que debe solicitar también
por escrito, instrucciones al respecto, así como una declaración de los padres sobre
la enfermedad o comportamiento patológico de su hija, para que conste en
secretaría y además la aportación de informes médicos que ellos tengan. También
pueden solicitar actuaciones de los padres para mejorar el cuidado.
Todo ello debe contar en el expediente personal de la menor, el cual es reservado.
Si es necesario dado las peculiaridades de cada caso, si la administración admite la
escolarización, debe ofrecer las garantías igualmente sin que suponga una
sobrecarga de las funciones del profesor-a y, en tal caso se debe gestionar por la
Dirección ante la Delegación correspondiente (por escritos registrados) la
problemática suscitada a efectos de eliminar responsabilidades <> tanto por el tutora como por la propia Dirección del centro.
Obviamente en caso de producirse las lesiones hay que procurar de inmediato la
asistencia sanitaria más efectiva (ambulatoria, de urgencias o de emergencia)
Adjunto informe realizado en otros supuestos y en el que exponemos determinadas
conclusiones según los casos prácticos resueltos y las orientaciones extraídas de la
jurisprudencia en este materia.
El Decreto 72/1996 de 20 de febrero por el que se regulan los criterios de admisión
de alumnos y alumnas en los centros (BOJA 12-3-96), regula los requisitos de
admisión en los centros públicos y concertados, y en su artículo 4 se dispone que en
ningún caso habrá discriminación en la admisión de alumnos y alumnas por razones
ideológicas, religiosas, morales, sociales, de sexo, de raza o de nacimiento o ni
podrán exigirse formulación de declaraciones que puedan afectar a la intimidad,
creencias o convicciones de los mismos.
Una vez admitido un alumno a menudo resulta que el personal que le atiende
(docente/monitor) debe realizar una serie de actuaciones de protección específicas
que obviamente han de estar aseguradas y desprovistas de riesgos, en primer
término, por seguridad de la vida del menor, y en segundo lugar por eliminación de
posibles responsabilidades ante cualquier contingencia derivada del padecimiento del
alumno/a.
En este orden, es decir, por la salud y la integridad del menor en primer lugar, y
posteriormente por la seguridad en el desarrollo de la función docente y el deber
general de cuidado y diligencia de los trabajadores de la Enseñanza, los riesgos que
han de asumirse por la escolarización de un menor con enfermedad han de ser
inexistentes o mínimos, y por tanto es obligación de la Administración Pública
eliminar todos los elementos negativos que puedan ir contra la salud y la integridad
del menor.
Por ello, en casos específicos y en virtud de la Ley Andaluza de 1/1998, de 20 de
Abril, de los derechos y la atención del menor, publicada en BOJA 12 de Mayo de
1998, en el art. 11. 5 (en conexión con el art. 10. 2), se dispone que: “ Los titulares de
los centros educativos y el personal de los mismos están especialmente obligados a
poner en conocimiento de los organismos competentes de la Administración de la
Junta de Andalucía en materia de protección de menores, de la Autoridad Judicial o
del Ministerio Fiscal aquellos hechos que puedan suponer la existencia de ... riesgo...
, así como colaborar con los mismos para evitar y resolver tales situaciones en
interés del menor...”.
En concreto y en el caso que nos afecta, referente a actuaciones de protección
específicas es imprescindible un informe médico emitido por el Equipo de Orientación
Educativa de la Delegación Provincial correspondiente, para poder determinar si
estamos ante un mero acto de medicación simple cuya diligencia obedece al criterio
de la responsabilidad exigida a “un buen padre de familia” (concepto acuñado en
nuestro código civil y por la Jurisprudencia para determinar el grado de diligencia en
una acción u omisión y al que nos referiremos más adelante), o si por el contrario,
estamos en presencia de un acto propiamente sanitario reservado a la cualificación y
experiencia de este personal.
En principio es obligación del profesorado y de la Dirección del centro exigir toda
eliminación de riesgo para la vida del menor. (Obligación también de sus
progenitores y de la Administración Educativa , conforme a la legislación española Ley Orgánica 1/1996, de 15 de enero de Protección Jurídica del Menor, Código civil y
Código Penal) .
Por tanto, las acciones encaminadas a solicitar asesoramiento a fin de reforzar la
seguridad del menor y evitar posibles responsabilidades ante una no deseada
contingencia, entendemos que es ya actuación de diligencia en sus funciones, y que
es indicativa de una actuación responsable y profesional. (Se deben registrar las
solicitudes que se cursan a la Delegación Provincial sobre este particular).
Hemos de entender que en materia de responsabilidad tanto el derecho positivo
como en numerosas sentencias se ha consagrado el concepto de Diligencia de un
buen padre de familia que se equipara con el nivel óptimo de prudencia adoptada por
el sujeto para evitar el daño, y además hemos de partir de la consideración expuesta
en numerosas sentencias del Tribunal Supremo, (STS 10/12/1996; RJ 1996, 8975)
de que “Los deberes de vigilancia y cuidado de los padres se traspasa a los
profesores y cuidadores del colegio durante la jornada escolar”.
Así, en un caso similar al que nos ocupa el TSJ Navarra en sentencia de 4 Diciembre
1995 (RJ 1995, 9667) absuelve como sujetos responsables a los profesores a cuyo
cargo estaba una alumna epiléptica que fallece a causa de un ataque convulsivo, al
estimar la imprevisibilidad del evento y la circunstancia de que igualmente pudiera
haberse producido la muerte en su propio domicilio adoptando las mismas
prescripciones médicas indicadas a sus cuidadores.
*En el caso en que la administración de los fármacos fuese considerada una
consecuencia derivada de la obligación de custodia traslada de padres a profesores,
es primordial y necesario evitar a toda costa que dicha actuación protectora de
carácter asistencial pueda convertirse en acto de imprudencia o negligencia por parte
de sus cuidadores, dado que previamente para conocer sobre su proceder han
debido eliminar todos aquellos elementos negativos de riesgo que puedan influir en la
salud de su protegido.
*En el caso en que dicha administración estuviera apoyada en un informe médico
tras el examen del menor, que permitiera concluir que la administración del
medicamento durante el horario escolar entraña algún tipo de riesgo, y que requiere
de una asistencia cualificada es obvia la preocupación así como procedente la
obligación por parte de la Administración que ofrece el servicio público de eliminar los
riesgos que perjudiquen a los alumnos y ello nos conduciría a exigir que si la
escolarización es obligatoria, lo es con las debidas garantías, y por tanto sería
necesario el nombramiento de personal cualificado para efectuar los actos
asistenciales.
En otros casos similares ocurridos en nuestra comunidad autónoma, se ha buscado
soluciones intermedias y se ha negociado con el centro de salud más próximo al
centro educativo, de manera que existe una alerta permanente del servicio de
enfermería, y cuando se produce una crisis, de inmediato se persona en el centro un
diplomado capacitado para controlar la situación, y es el que está facultado para
administrar determinados medicamentos, al existir informe médico valorando la
situación, aconsejando una acción profesional y cualificada, y por tanto ajena a la
común administración de medicamentos que de ordinario cualquier sujeto puede
realizar con la debida diligencia.
Ante esta situación, y a la vista del derecho de menor a ser protegido por quienes
ostentan la patria potestad, la Administración Educativa y el personal del centro a
cuyo cuidado directo está en la jornada escolar, hacemos las siguientes
recomendaciones:
1. Solicitud a la Delegación Provincial de un estudio médico, elaborado por los
equipos médicos de zona a fin de eliminar los riesgos para la salud del menor, o en
su defecto informe médico del centro de salud correspondiente. Esta solicitud, podrá
ser efectuada por los progenitores del menor, por sus cuidadores o por la Dirección
del centro. (Solicitud con registro de entrada)
2. Solicitud de nombramiento de personal Diplomado en Enfermería el cual conforme
al V Convenio del Personal al servicio de la Junta de Andalucía, asume la
responsabilidad básica de preparar y administrar los medicamentos según
prescripciones facultativas, reseñando los tratamientos.
3. Aclarar que las funciones de cuidado general descrito en el citado Convenio, el
Monitor Escolar tiene dependencia total de la Dirección del Centro lo que le hace ser
mero ejecutor de las ordenes que reciba, siendo responsabilidad de la decisión, su
superior jerárquico (es decir, la dirección del centro).
4. El personal docente tiene la responsabilidad inmediata sobre todo su alumnado
durante la jornada escolar, por lo que toda actuación encaminada a eliminar riesgos
debe ser considerado como un acto de diligencia profesional. En este sentido no
existe norma concreta en nuestro Derecho que disponga que el citado personal no
está obligado a administrar un medicamento si éste es imprescindible para su vida
normal y sin el cual el alumno no podría ser escolarizado. (Hemos de recordar que la
escolarización es obligatoria en los centros públicos y concertados).
5. Todo dependerá de los informes médicos, y en concreto de si éstos si estiman que
la aplicación del medicamento entraña hacer una valoración de las crisis, en cuyo
caso el personal docente no puede diagnosticar, (sólo los médicos), o si el informe
prescribe que la correcta aplicación del medicamento es primordial para el control de
la crisis, con lo que al no ser el personal docente técnico sanitario tampoco podría
efectuar un acto reservado a la enfermería.
6. Otras circunstancias que influyen y que deben ser tenidas en cuenta a la hora de
formular las peticiones, son: El número de alumnos escolarizados con problemas de
salud y los recursos del centro, que exigirá aumentar la vigilancia sobre éstos; La
coordinación que pueda lograrse con el personal sanitario del centro de salud más
próximo; El grado de manifestación de la enfermedad en los alumnos; La implicación
adecuada de los progenitores en el control sanitario y educativo de sus hijos
afectados, ... entre otras circunstancias.
7. Recurrir de forma permanente al Equipo de Orientación de la Delegación
Provincial para resolver todas las dudas respecto a la salud de los niños en tales
circunstancias y demandar un control más o menos permanente por parte se sus
efectivos.
Prevaleciendo el derecho constitucional a la educación del menor, esta debe ser
prestada por la Administración con los recursos humanos y económicos que
aseguren su salud y su integridad física, e igualmente deben ser respetados los
derechos de los trabajadores de la Enseñanza que prestan la función docente con
todas aquellas garantías que permitan eliminar su responsabilidad durante la jornada
escolar.
En conclusión: *De ser considerado el tratamiento que se debe aplicar como un acto
común y ordinario de carácter asistencial que no implica riesgo por la mera aplicación
de la cánula, la cuestión queda resuelta de manera que se asume dicha obligación
como una más del deber de cuidado.
*De no ser así, y ante la ignorancia del personal docente en cuestiones médicas, las
medidas a adoptar deberán ser más extremas considerándose los recursos actuales
como insuficientes para atender a los menores afectados. La responsabilidad sobre
estas medidas de ser justificadas será de la Delegación Provincial que al escolarizar
al menor debe hacerlo sin riesgo para su salud e integridad y con los recursos
adecuados.
Un cordial saludo
María Dolores López Gómez (colegiada nº 2779, Málaga)
[03-04-02] Vacunación alumnado (2)
Sección : Responsabilidad
Pregunta :
Pregunta:
Como viene siendo habitual en nuestro centro y en nuestra localidad, se aproxima la
campaña de vacunación de alumnado de cinco años, por parte de los profesionales
del Centro de Salud. Todos los años es la misma cantinela, ellos/as vienen, el
profesorado preparamos a niños y niñas y los sanitarios proceden al pinchazo de
turno; una vez finalizado se marchan tan tranquilos; algunos, los que menos te dan las
gracias por la colaboración prestada y el maestro a maestra de turno se queda con sus
pupilos y pupilas llorando a lágrima viva y grito partido; hecho este que se extiende por
todo el colegio y así vivimos unos instantes, más o menos prolongados, de verdadero
caos en el colegio. Ante esta situación desde la dirección y el Claustro nos
preguntamos: 1º. ¿En todos los centros escolares de Andalucía, se procede de la
misma manera?. 2º. ¿Es obligatorio el poner el centro y su profesorado a disposición
del Servicio Andaluz de Salud para este tipo de actuaciones?.
Desde este Claustro creemos que sería mejor que al igual que el SAS realiza
campañas específicas, fuera del horario normal de consulta, realizara estas campañas
de vacunación en el Centro de Salud correspondiente y que desde los colegios solo
tendríamos que proporcionarle la información necesaria para que dichas campañas
abarcaran a la totalidad de la población escolarizada. Atentamente. Claustro de
profesores/as de la Escuela de Educación Infantil "San Fernando"
Respuesta :
Respuesta:
En este servicio no tenemos conocimiento de que exista ninguna norma jurídica
expresa que permita o prohíba la vacunación en los centros educativos, y las
referencias que hemos obtenido son siempre relativas a supuestos conciertos entre la
Administración Educativa y Administración Sanitaria, pero nunca hemos contrastado el
contenido de ellos al desconocerlos y no hallarlos pese a las indagaciones efectuadas.
En este sentido, no podemos dar una interpretación jurídica sobre la cuestión que se
plantea por desconocimiento sobre la existencia de preceptos legales que apoyen o
no una hipotética obligación de atención al alumnado por parte del profesorado en
caso de vacunaciones masivas y habituales en los centros de enseñanza. Por tanto
podemos facilitar una argumentación indicativa pero no jurídica.
Por el conocimiento del asunto y las indagaciones efectuadas, la conclusión de este
servicio es la siguiente:
Lo normal es que el calendario de vacunación se cumpla en el centro de salud a cargo
de los padres y madres, o tutores.
Si bien, puede ser, por aconsejable, que excepcionalmente se proceda a
determinadas campañas extraordinarias de un tipo de vacunación por modificación del
calendario correspondiente (hecho que se produjo en el año 2000 por el S.A.S.) y en
consecuencia, se ha venido produciendo una vacunación a niños de 7, 8 o 9 años de
la meningitis C y la triple vírica por nueva dosis, que anteriormente al 2000, no se
producía hasta que los menores no cumplían 11 años y, a partir de ahora se produce
a los 6 y a los 11 años, acudiendo a los colegios, suponemos que por razones de
facilidad, más control y principalmente por seguridad y por evitar riesgos de posibles
contagios.
(Puede ocurrir que estas circunstancias estén respaldadas por un posible concierto y/o
indicación de las autoridades sanitarias, hecho que hasta la fecha desconocemos en
este servicio)
Tampoco tenemos conocimiento de que se haya generado algún tipo de problemática
o se proceda a vacunaciones ordinarias en otros centros educativos andaluces, salvo
en los supuestos indicados anteriormente, ni hemos recibido consultas de otros
centros distintos de su provincia.
Estimamos, en todo caso, que éstos deben ser supuestos aislados o puntuales. Sería
recomendable que Vd. nos ampliara la información que obtenga de la Dirección del
Centro, o se solicitara por ésta las consultas oportunas a la Delegación Provincial, o
bien, se proceda a deliberación en el Consejo Escolar , el cual podrá adoptar
acuerdos y formular al Servicio de Inspección de zona todas las cuestiones que
suscitan las campañas de vacunación, pues, parece que en su centro son ordinarias
y habituales.
Un cordial saludo.
María Dolores López Gómez. Colegiada 2779. Málaga
[02-04-02] Accidente en horario de recreo
Sección : Responsabilidad
Pregunta :
Pregunta:
Soy director de un colegio Gerena (Sevilla). Hace unos días un alumno tuvo un
accidente en horario de recreo con consecuencias graves en una mano (golpeó una
portería de fútbol 7 con el antebrazo y se quedó colgado por uno de los ganchos en
los que se sujeta la red). se atendió al alumno correctamente, trasladándole al
consultorio y avisando a la familia, los profesores correspondientes y el tutor estaban
vigilando el recreo., no obstante, y en previsión de posibles demandas me gustaría
saber lo siguiente:
Habiendo comunicado al ayuntamiento, por escrito al finalizar el curso pasado y en el
plan anual de el presente, que se debían adecuar y arreglar las pistas polideportivas
de los patios escolares ( sin hacer mención expresa a las porterías en cuestión);
estando dichas porterías fijas al suelo como dicen las instrucciones correspondientes
sobre las pistas polideportivas;
¿podría tener consecuencias negativas para el director, en el posible juicio, el que la
portería en cuestión no haya sido dotada por la administración (equipamiento) y por
tanto no se reconozca como homologada?.
Respuesta :
Respuesta:
En principio, en el tema de los accidentes escolares, siempre ha de existir <>, porque
todo dependerá de la vía que elijan los padres del alumno damnificado para efectuar
su reclamación de indemnización por el daño sufrido.
Lo correcto sería iniciar por los perjudicados la reclamación patrimonial ante la
CECJA, según Resolución de 25 de octubre de 2001 de la Secretaría General
Técnica, por la que se dispone la publicación de las Instrucciones de 11-10-01 del
Viceconsejero sobre responsabilidad patrimonial de la Administración Educativa en los
casos de accidentes escolares y sobre asistencia letrada al personal docente no
universitario.(BOJA núm. 128 de 6-11-01).
Puede ocurrir, sin embargo, que los padres acudan a la vía de la denuncia penal, al
considerar supuestos de imprudencia o negligencia por parte del profesorado vigilante
o, en todo caso por la imprevisión de alguna circunstancia puntual por parte de la
Dirección del centro.
En tal caso, según la consideración médica del daño o la gravedad del suceso que se
produzca, estaríamos o no ante un juicio de faltas o por delito, posiblemente como
imputado el Director y/o otros profesores por negligencia o imprudencia punible.
No es el camino frecuente, que los padres acudan a la vía penal, pero hemos de
recordar el caso de Niebla (Huelva) del curso 99/00, si bien felizmente la Audiencia
Provincial revocó la sentencia condenatoria a un Director por parte del Juzgado de
Instrucción de Moguer. (Más información en nuestra web, dentro de Areas: GabineteTécnico).
Lo normal, y por los datos facilitados de este caso, es que si los padres reclaman por
vía de denuncia penal, el Juzgado dicte Auto de sobreseimiento porque no existen
elementos de criminalidad y, en consecuencia, derive el asunto a las posibles
demandas por daños y prejuicios.
Si la vía para reclamar por ese daño es la reclamación patrimonial por responsabilidad
directa de la Administración, la cuestión está regulada en los artículos 139 y
siguientes de la Ley 30/92 de 26 de noviembre, Régimen Jurídico de las
Administraciones Públicas y Procedimiento Administrativo Común (BOE núm. 285 de
27-11-92 , modificado parcialmente por la ley 4/1999 de 13 de enero BOE núm. 12 de
14 de enero de 1999) y por el Decreto 429/1993 de 26 de marzo que aprueba el
Reglamento de responsabilidad patrimonial.
En lo que a Educación se refiere, las Instrucciones de la Secretaría General Técnica
(BOJA 6-11-2001) , concretamente el supuesto 3º establece que : "El daño o lesión
que pueda producirse el alumno sin intervención de terceras persona.
Después de ocurrir un accidente, y siempre que se haya producido un resultado
lesivo para el alumno o alumna, la Dirección del Centro deberá comunicarlo en el
plazo máximo de diez días hábiles a la Delegación Provincial...".
En este caso, (distinto de la vía penal) y en relación a los damnificados, es indiferente
la homologación o no de las porterías, pues conforme a lo prevenido en el artículo
145. 1º y 2º, en ningún caso el personal al servicio de la Administración responde
directamente frente al perjudicado, el cual dirigirá su acción o reclamación siempre
frente a la Administración responsable del servicio público.
Todo ello, sin perjuicio de la responsabilidad que pueda derivarse "internamente" si
se considera causante directo del accidente a un funcionario o funcionaria, cuya
responsabilidad será exigida únicamente por sus superiores, salvo en caso de
responsabilidad penal.
Para abordar la cuestión de la homologación hay que tener en cuenta que no es
imprescindible que las porterías las dote la administración educativa autonómica, sino
que, las que se instalen en los centros, cumplan con los requisitos legales (medidasdimensiones, material, diseño, composición, color, fijación y anclajes ... ) que
disponga la Consejería de Educación por medio de la Dirección General de
Construcciones y Equipamientos.
En conclusión: Si el camino elegido por los padres del alumno lesionado no es la vía
penal, sino la vía de reclamación patrimonial ante la Administración (que es la única
que en todo caso, debe prosperar por los datos aportados), el hecho no tiene
trascendencia, aunque es del todo punto aconsejable la renovación de todo el material
deportivo y sus instalaciones "no homologados", según las disposiciones normativas
de la Dirección General de Construcciones y Equipamiento Escolar de la CECJA.
Para ello, desde este servicio, aconsejamos se eleven por la Dirección del centro, las
consultas oportunas al Servicio de Inspección de zona, o al Servicio de la Delegación
Provincial de Construcciones y Equipamiento, para corregir la falta de una supuesta
homologación, y efectuar la solicitud presupuestaria correspondiente ante el
organismo competente (autonómico o municipal) y proceder a la adaptación
mencionada de forma inmediata
Un cordial saludo.
María Dolores López Gómez. Colegiada 2779. Málaga
[13-03-02] Matriculación y cartilla de vacunación
Sección : Responsabilidad
Pregunta :
Pregunta:
Esta consulta es desde el CEIP "Camino de San Rafael". Os quedaríamos
agradecidos si nos remitierais a la legislación que respalda la petición de la cartilla de
vacunación a la hora de realizar la matriculación de alumnos en un centro de
Educación Infantil y Primaria.
Muchas gracias por anticipado
Respuesta :
Respuesta:
Puede que exista alguna "circular o instrucción interna" de la CECJA que concrete
este requisito, aunque éstas en si mismas no son normas jurídicas, según reiterada
jurisprudencia, pero si aclaran o aplican toda una legislación de carácter protector
sobre los menores en las que la Administración Educativa puede apoyarse y está
facultada para tutelar la seguridad, higiene y salud de todos los niños y niñas
escolarizados/as en base a las siguientes normas jurídicas con rango de Ley:
La Ley Andaluza de 1/1998, de 20 de Abril, de los derechos y la atención del menor,
publicada en BOJA 12 de Mayo de 1998 que impone el deber general de cuidado
mientras están a cargo del profesorado, considerándose a éstos garantes de la salud
y la integridad de los menores así como del resto de todos sus derechos básicos.
La Convención de las Naciones Unidas sobre los derechos del niño (ratificada por
Instrumento de 30 de noviembre de 1990, BOE núm. 313, de 31 de diciembre).
La Ley Orgánica 1/1996 de 15 de enero de protección jurídica del menor BOE núm.
15, de 17 de enero, que modifica el código civil y la ley de enjuiciamiento civil.
Todas ellas, tienen como Principio Regulador el interés del menor, y por tanto, la
salud de éstos es primordial para el alumnado en si mismo, y para evitar contagios de
enfermedades a otros, por lo que la Administración Educativa tiene suficientes
argumentos jurídicos que le asisten para exigir que el calendario de vacunación
(conforme a lo dispuesto por las Autoridades Sanitarias competentes) esté
debidamente cumplimentado en interés del niño/a, cuya ejecución es, en principio,
responsabilidad de padres y tutores, teniendo además en cuenta que la información
solicitada (copia de la cartilla de vacunación por ejemplo) también se realiza en
beneficio del resto de los escolares.
Entendemos, salvo mejor criterio, que es aplicable esta normativa con rango de ley,
pese a que expresamente no se establece nada sobre este requisito de solicitud de
información a los padres, en el Decreto 72/1996 de 20 febrero, por el que se regulan
los criterios de admisión del alumnado no universitario en los centros educativos
públicos y concertados (BOJA 12-3-96) ni tampoco en la Orden de 16 de Febrero de
1999 que desarrolla el anterior decreto (BOJA 25-2-99).
Un cordial saludo.
María Dolores López Gómez. Colegiada 2779. Málaga
[13-03-02] Presuntos malos tratos al alumnado
menoscabe su integridad corporal o su salud física o mental, siempre que la lesión
requiera objetivamente para su sanidad, además de una primera asistencia
facultativa, tratamiento médico o quirúrgico. La simple vigilancia o seguimiento
facultativo del curso de la lesión no se considerará tratamiento médico.
La falta de lesiones se regula en el art. 617 del C.P y es aquella otra lesión causada
que no se considere delito.
En un procedimiento penal, existe la denominada exploración del menor por el Juez
Instructor, (juez que investiga los hechos), cuyo testimonio es apreciado en virtud de
la libre valoración de la prueba, teniendo en cuenta su capacidad de discernimiento, y
las circunstancias que le rodean. No se puede determinar si son -en general- fiables
o no las declaraciones de los menores, porque dependerá del caso concreto, de la
valoración conjunta de todas las pruebas y, es posible, que de informes
psicológicos.
De hecho, los menores de dicha edad son víctimas de delitos y faltas de la misma
manera que los adultos, y también, como menores pueden cometer infracciones
penales aunque se les aplique la Ley Penal del Menor y no el Código Penal de los
adultos.
Por otro lado, la Ley Orgánica 1/1996 de 15 de enero de protección jurídica del
menor, de modificación parcial del Código civil y la Ley de Enjuiciamiento Civil (BOE
núm. 15, de 17 de enero) en su artículo 9 dispone que: "Los menores tienen derecho
a ser oídos en cualquier procedimiento administrativo o judicial en el que estén
directamente implicado y que conduzca a una decisión que afecte a su esfera
personal, familiar o social".
Algunas matizaciones y consejos solicitados:
En cuanto al contacto físico, numerosas sentencias tienen indicado que <> no es
lesión, pues, puede ser fruto del deber de corrección que el docente ejerce en el
ámbito de sus funciones, e incluso, el resultado de su deber de auxilio a menores (
por ejemplo, una separación en una pelea). Delimitar estos conceptos del <> es
función del juzgador ante una denuncia, y dependerá del caso concreto a analizar.
El empleo de la fuerza física para obligar a un alumno a realizar una tarea concreta
también dependerá de su intensidad y del animo de corrección por parte del
profesor/a, pero es una cuestión que, desde este servicio desaconsejamos que se
lleve a cabo, porque es mejor la adopción de otras medidas disciplinarias en caso de
desobediencia por parte del alumnado/a, pues siendo previsible la denuncia penal
por parte de los padres, es preferible prevenir situaciones tan desagradables como la
denuncia que además de la sanción penal correspondiente, puede llevar aparejada
una indemnización al menor.
Cuando un docente es citado por la policía o el juzgado para que declare sobre
determinados hechos en calidad de "imputado", nuestro consejo es la asistencia de
letrado/a, o el previo asesoramiento profesional.
Nuestro principal asesoramiento está normalmente dirigido a mantener algunas
premisas de tipo general y con las salvedades oportunas:
Ø Debe quedar bien claro en la declaración del profesor/a imputado/a, el ánimo
de corrección y no se debe admitir nunca el contacto físico con el resultado de una
lesión (por leve que esta sea).
Ø
La declaración ha de ser contundente y firme, sin dudas ni confusiones que
puedan hacer peligrar la presunción de inocencia.
Ø El grado de profesionalidad debe quedar lo más elevado posible. El profesor/a
tiene que dejar constancia en su declaración de que posee la experiencia suficiente
como para "controlar siempre" a los alumnos/as más problemáticos: (Es lo propio de
un buen profesional porque enseñar al buen alumno es más fácil y más cómodo) Por
ello se tiene la preparación suficiente como para "no perder nunca los nervios" con
un menor por revoltoso y provocador que sea.
Ø Obviamente el asesoramiento estará condicionado a las circunstancias que el
profesor/a afectado/a relate.
Cuando un menor dice a sus padres que le ha pegado el "profe" o la "seño",
normalmente le llevan al médico, y éste obligatoriamente tiene que emitir "un parte
de esencia al Juzgado". Es importante fijarse en la hora de la presunta lesión con la
hora de la asistencia médica para analizar el tiempo transcurrido y la posibilidad de
que el daño se pueda deber a otras causas.
Cuando se conozca el contenido de la denuncia y la declaración del menor, se podrá
resaltar las contradicciones que beneficien la defensa del docente.
Le invitamos a que visiten en nuestra WEB los distintos informes sobre la
responsabilidad jurídica del profesorado dentro del área gabinete-técnico.
Un cordial saludo.
María Dolores López Gómez. Colegiada 2779. Málaga
[05-02-02] Piojos en la Escuela (2)
Sección : Responsabilidad
Pregunta :
Pregunta:
Quisiera saber que hay legislado sobre pediculosis en la escuela, y si está
contemplado el traslado de los alumnos a sus domicilios mientras dura el tratamiento
alumnos/as afectados/as no vayan a clase durante el día en el que dura la aplicación
del tratamiento, pero una publicidad no controlada que identifique al menor en
cuestión, puede también vulnerar su derecho a la intimidad.
Un cordial saludo.
María Dolores López Gómez colegiada 2779 Málaga
[04-02-02] Sospecha de drogas en un centro. ¿Qué hacer?
diligencia y un bien asesoramiento también sobre la forma de actuación de las
mafias, por lo que es indispensable una estrecha colaboración policial que remarque
la investigación en la zona.
En cuanto al asesoramiento jurídico, conviene saber que el tráfico de estupefacientes
es un delito contra la salud pública tipificado en el Código penal en los artículos 368,
369 y siguientes, y de ellos podemos extraer lo siguiente:
Ø Se castigan a los que ejecuten actos de cultivo, elaboración o tráfico, o
promuevan, favorezcan o faciliten el consumo ilegal de drogas tóxicas,
estupefacientes o sustancias psicotrópicas, o las posean con aquellos fines.
Ø La pena que se aplica, consiste en prisión de tres a nueve años cuando las
sustancias causan grave daño a la salud, y en el resto de los casos, de uno a tres
años de privación de la libertad (además de las correspondientes multas
económicas).
Ø Se agravan las penas cuando se faciliten a menores de 18 años o se difundan en
centros docentes o en centros, establecimientos, o unidades militares, en
establecimientos penitenciarios o en centros asistenciales.
La formula jurídica para atajar el problema surgido debe ser usada, tras la labor de
prevención, información, control y colaboración policial, pues el mecanismo es la
denuncia formal contra quienes trafican y contra quienes se tienen pruebas de su
participación en el tráfico de drogas ante la Policía o el Juzgado de Guardia. En este
campo está muy desarrollado "la confidencialidad con la policía", e incluso llegado el
caso, la protección de testigos (anonimato de éstos y, por tanto, desconocidos para
los acusados).
Ni que decir tiene que es un tema delicado, en el que se contienen una serie de
elementos de naturaleza extraordinaria y ajena a la función docente, pero no es
menos cierto, que no se puede dar la espalda a un tema tan serio como es el tráfico
de drogas en los centros educativos, por los efectos que repercuten en la actividad y
en el día a día del trabajo del profesorado (rendimiento y conflictividad).
Por otro lado, no existe un remedio mágico o una única línea de actuación que
conduzca a su eliminación, parece y <> que tal vez lo sea desde una perspectiva
conjunta y en colaboración con la intervención de otros sectores que no son propios
de la vida de un centro docente.
Un cordial saludo
María Dolores López Gómez (colegiada nº 2779, Málaga)
[28-01-02] Accidente en clase durante horario lectivo
Sección : Responsabilidad
Pregunta :
Pregunta:
Soy profesora especialista en Educación Infantil y definitiva en un Centro público de
Córdoba de Educación Infantil y, dentro de clase, en un juego un niño me ha dado un
golpe sin querer que me ha provocado una rotura en los huesos de la nariz. El
médico de la compañía me ha dado la correspondiente baja.
Mi pregunta es para este caso qué diferencia existe entre accidente laboral y
accidente fuera de la jornada laboral. Si existe la catalogación de accidente laboral
qué tengo que hacer y, si no, cómo debo justificar ante la Delegación esta baja con el
matiz de que ha ocurrido en la jornada laboral.
Respuesta :
Respuesta:
A estos efectos, es irrelevante que el accidente sea o no en acto de servicio. La
Delegación Provincial a través de la Dirección del centro, tramitará su licencia por
enfermedad sin más.
El beneficio que le otorga, en su caso, MUFACE según el artículo 92 del Reglamento
General del Mutualismo Administrativo aprobado por Decreto 843/1976, es que
puede sufragar totalmente los gastos ocasionados por prótesis y medicamentos. En
el caso de los funcionarios acogidos al Régimen General de Seguridad Social, se
abonan el 30% y también pueden ser beneficiarios de una ayuda económica como
empleados públicos.
Si se derivara algún tipo de incapacidad permanente por el accidente, sí es
interesante la catalogación de "accidente en acto de servicio" a efectos de jubilación,
pero afortunadamente no parece que ese sea su caso. Le deseamos que haya
mejoría.
Un cordial saludo
María Dolores López Gómez (colegiada nº 2779, Málaga)
[23-01-02] Responsabilidad administración medicamentos (3)
Sección : Responsabilidad
educación, al tener igualmente señalada la jurisprudencia que existe una traslación
de la guarda y custodia atribuida normalmente al padre y a la madre.
Por tanto se ha de actuar "como si de un hijo o hija se tratara", pero conviene tomar
todas las precauciones posibles cuando se trata de fármacos por inofensivos que
parezcan, y si estamos ante un dolor de poca entidad, lo correcto es la consulta
previa a sus representantes.
Distinto es el "auxilio del botiquín" cuando se trata de aplicar desinfectantes, tiritas,
vendaje y otros remedios de esta naturaleza que alivian momentáneamente y que
favorecen el <> hasta la entrega de los menores a la salida del colegio
Un cordial saludo
María Dolores López Gómez (colegiada nº 2779, Málaga)
[10-12-01] Piojos en la Escuela
Sección : Responsabilidad
Pregunta :
Pregunta:
Estimada compañera:
Me gustaría que me aclarases una pequeñas dudas que tengo con respecto a algo
que en estas fecha “se pone de moda” los piojos.
1) ¿Tenemos los docentes base legal suficiente para comprobar “in situ&”, dentro del
aula o del centro, si un alumno/a tiene estos parásitos en su cabeza? Es decir,
¿Podemos ver la cabeza de un niño/a sin temor a una denuncia por no contar con un
título sanitario suficiente que nos respalde?
2) Si se viese que algún niño/a tuviese piojos, ¿se le puede impedir la entrada al
colegio? ¿Hasta cuándo? ¿Quién debe encargarse de “certificar” que ese niño/a está
libre ya de parásitos?
Sin otro particular, recibe un cordial saludo.
Luis.
Respuesta :
Respuesta:
Tenemos el deber general de cuidado mientras están a nuestro cargo y según la Ley
andaluza de Protección del menor quienes tienen dicha facultad son garantes de la
salud y la integridad de los menores y de todos sus derechos básicos.
Ahora bien, no es un tema que se haya desarrollado expresamente por una normativa
concreta, sin no que la propia administración educativa distribuye la información
general necesaria entre los centros y el profesorado para que éste haga llegar al seno
de las familias las recomendaciones oportunas, es un tema que exige discreción a la
hora de no identificar públicamente al menor, para no herir su sensibilidad y que no
sea objeto de posibles burlas del resto de sus compañeros/as.
La Dirección de los centros suelen contar con instrucciones por escrito de las
Delegaciones Provinciales o de la CECJA, o incluso diseñan unas recomendaciones
para prevención y eliminación.
Cuando se detecta un caso o unos casos, y ello basta con observar, por los picores
excesivos en los niños/as (sin necesidad de exploración concreta) la información no
debe ser individualizada si no generalizada a todo el alumnado para evitar una
eventual ofensa o discriminación del menor por este tema.
Es un trabajo a compartir con las asociaciones de padres y madres, y se recomienda
como petición (todo caso efectuada de forma reservada) que el alumno/a no venga a
clase para aligerar la eliminación y controlar la propagación.
Estas instrucciones son extraídas de la práctica en los colegios sin que sepamos
exista una norma concreta, salvo las generales de cuidado, que consisten en velar por
la integridad, la salud y la higiene de los escolares, así como se su propia intimidad en
estos casos.
Un cordial saludo
María Dolores López Gómez (colegiada nº 2779, Málaga)
[27-11-01] Vigilancia de recreos: Responsabilidad en accidentes
Sección : Responsabilidad
Pregunta :
Pregunta:
J. A .C. G, afiliado a ese sindicato.
Respuesta :
Respuesta:
En caso de accidente escolar, la vía a instar es la reclamación patrimonial ante la
CECJA, conforme a las últimas Instrucciones publicadas en BOJA de 6 de
noviembre de 2001, sin tener que imputar al profesor vigilante del recreo
responsabilidad jurídica, salvo si ha actuado de forma dolosa o culposa (con
intención de hacer daño o temeraria o imprudentemente) en cuyo caso estaríamos
ante un supuesto de responsabilidad penal, cuya existencia es afortunadamente
escasa aunque no improbable. Os remitimos a nuestra sección de gabinete técnico
en el que publicamos varios informes sobre la responsabilidad jurídica del
profesorado en caso de accidentes escolares.
Otra cuestión es la vigilancia del recreo y la distribución de esta tarea a nivel interno,
siendo la fórmula perfecta el consenso entre todos los obligados y todas las
obligadas conforme a lo prevenido en el artículo 19 de la Orden de 9 de septiembre
de 1997 en la que se regulan determinados aspectos sobre la organización y
funcionamientos de los CEIPs. (BOJA 9-9-97).
En esta Orden, se establece que "Todos los maestros y maestras atenderán el
cuidado y vigilancia de los recreos... Para el cuidado y vigilancia de los recreos podrá
organizarse un turno entre maestros y maestras del centro, a razón de uno por cada
25 alumnos o fracción".
Este es el único requisito, no estando excluidos de esta tarea los miembros del
equipo directivo, solo el personal itinerante salvo necesidad imperiosa de su
colaboración por necesidad del servicio debidamente justificada.
Luego, en principio, la asistencia inmediata al menor (no la responsabilidad) le
corresponde al profesor/a que está ejerciendo la vigilancia en el punto concreto
donde juegan los alumnos y alumnas a su cuidado según el turno estipulado en el
centro.
Sólo, podríamos hablar de responsabilidad jurídica, si el profesor/a -vigilante no
asistiera al menor accidentado adecuadamente (ej . no procura la asistencia
médica), o no adoptara todas las medidas necesarias para evitar un daño (ej. no
hace retirar el material peligroso) o estuviera ausente de su puesto entre otros casos
etc.... circunstancias que también serían objeto de la correspondiente
responsabilidad disciplinaria conforme al reglamento de régimen disciplinario de los
funcionarios civiles del estado (Real Decreto 33/1986 de 10 de enero).
Un cordial saludo.
María Dolores López Gómez (colegiada nº 2779, Málaga)
[26-11-01] Vacunación alumnado
Sección : Responsabilidad
Pregunta :
Pregunta:
Estimados amigos:
Soy afiliado a comisiones y me gustaría que me aclaréis dos asuntos:
Quisiera saber si corremos algún riesgo cuando se realiza la vacunación de los
alumnos en el propio Centro y tras la vacunación el personal médico se va. En
especial quisiera comentaros que la última vez se produjo una reacción a la vacuna
en una de nuestras alumnas. En nuestro caso, e imagino que como todo el mundo,
los padres firmaron las correspondientes autorizaciones antes de su vacunación.
Aunque el asunto no tuvo mayores consecuencias, ya que contactamos con la familia
de la alumna y se trasladó al Centro de Salud. Si hubiera ocurrido algo más grave,
¿el procedimiento que seguimos fue el correcto?, ¿se le puede exigir al Centro de
Salud que permanezca, durante un tiempo prudencial, personal del Centro de Salud
en el colegio para posibles contingencias?.
Respuesta :
Respuesta:
No se corre ningún riesgo, siempre que exista la preceptiva autorización. En casos
de urgencia o emergencia médica, lo 1º es procurar la asistencia necesaria y
después de forma inmediata contactar con la familia.
Si se necesita solo asistencia ambulatoria, se puede avisar a la familia y
posteriormente acudir al servicio sanitario.
Los criterios en los que nos apoyamos no están recogidos en normas jurídicas
expresas, si bien la Ley andaluza de protección al menor, ya nos apunta este deber
de cuidado general por la salud, integridad, higiene y demás de los menores. La
jurisprudencia adopta un criterio denominado diligencia de un bien padre de familia, o
lo que es lo mismo, dicha diligencia coincide con el nivel óptimo de seguridad
adoptado por el responsable del cuidado del menor para evitar que sufra un daño.
Durante la jornada lectiva, el menor está a cargo de los responsables de su
educación, al tener igualmente señalada la jurisprudencia que existe una traslación
de la guarda y custodia atribuida al padre y madre normalmente. Por tanto se ha de
actuar "como si de un hijo o hija se tratara".
No existe normativa que obligue al servicio sanitario a permanecer más allá de lo
prudente en la sede del colegio, estas cuestiones son siempre consensuadas. Lo
normal es que el calendario de vacunación se cumpla en el centro de salud a cargo
de los padres, lo que ocurre es que excepcionalmente hemos asistido a unas
campañas extraordinarias de un tipo de vacunación o a una revisión del calendario
que ha aconsejado por las autoridades sanitarias para adelantar una vacunación a
niños de 8 o 9 años. Pero en principio, las vacunaciones, deben ser hechos aislados.
Un cordial saludo.
María Dolores López Gómez (colegiada nº 2779, Málaga)
[19-11-01] Responsabilidad administración medicamentos (2)
Sección : Responsabilidad
Lo más seguro es acudir a la asistencia sanitaria primero y a la inmediata
comunicación a los padres.
Se debe pedir a principios de curso, comunicación general a los padres por escrito
sobre el estado de salud del menor, especificando éstos las alergias conocidas,
quedando dicha documentación en el archivo de los alumnos. Esta práctica se hace
en todos los colegios públicos.
Normalmente salvo la caducidad de algún calmante, (paracetamol o aspirina), no
suele existir nada alérgico en un "botiquín" que deberá estar compuesto de tiritas,
algodón, oxigenada, vendas y poco más. No se deben suministrar medicamentos de
ninguna clase. Lo seguro es la inmediata asistencia sanitaria, bien por emergencias,
urgencias o vía ambulatoria, según los casos.
Un cordial saludo.
María Dolores López Gómez (colegiada nº 2779, Málaga)
[19-11-01] Atención alumnado tras accidente
Sección : Responsabilidad
compañeros.
-- No puede tener apoyo de sus compañeras de ciclo, pues el edificio es antiguo y las
clases están aisladas unas de otras, siendo incluso edificios que para comunicarse
hay que salir a la calle.
Las consultas realizadas, consideran que la alumna tiene derecho a estar
escolarizada, si los padres así lo desean y su médico no ha dicho lo contario, (¿qué
sabe el médico de cómo funciona la escuela ? lo mismo que yo sé cómo funciona un
quirófano). Lo que se propone como solución es que los padres se comprometan a
suplir todas las necesidades que la alumna tenga y que sobrepasen la normal
atención que los alumnos reciben en caso de no estar en estas circunstancias, con lo
que la profesora alega que alguno de los padres tendría que estar la mayor parte del
tiempo en el aula con la alumna , lo que no nos parece lógico ni pedagógico.
¿Nos pueden orientar sobre legislación o posibles actuaciones que respeten nuestros
derechos?
Respuesta :
Respuesta:
A nuestro juicio, salvo mejor criterio, se trata de una etapa no obligatoria de
enseñanza, luego la niña mientras requiera una atención tan delicada deberá estar
atendida por las personas titulares de la guardia y custodia, es decir, su padre o
madre normalmente.
Si se tratara de enseñanza obligatoria, igual podría estar la alumna dispensada de la
asistencia a clase y extender la acción tutorial a su domicilio según las circunstancias
y las voluntades.
Estimamos que, en todo caso, si la administración persistiera en la escolarización de
la menor, se debe elevar, (por escrito y con registro), consulta por parte de la
Dirección a la Inspección de zona y solicitar informe del médico del equipo de
orientación al respecto, es decir, sobre el estado de salud y la atención necesitada
por la alumna.
El Consejo Escolar también debería tratar el asunto y hacer la propuesta a los padres
para que temporalmente no acuda al colegio dado que la enseñanza es un derecho
en primaria y una opción en la etapa previa.
En cuanto a legislación, la referencia sobre educación, el sistema educativo y sus
etapas es la LODE y LOGSE;
Y en materia de responsabilidad patrimonial si ocurriera algún tipo de incidente
durante el exceso de atención que la alumna requiere, la Ley 30/92 y Real Decreto
429/93 y específicamente las Instrucciones aprobadas por la Resolución de la
Secretaría General Técnica de la CECJA de 25 de octubre de 2001 publicadas en
BOJA el día 6 de noviembre de 2001.
Un cordial saludo.
María Dolores López Gómez (colegiada nº 2779, Málaga)
[04-07-01] Responsabilidad administración medicamentos
Sección : Responsabilidad
Pregunta :
Preguntas:
Me dirigo a ustedes para que me asesoreis sobre un problema que tenemos
planteado en el Centro Público de Educación Infantil y Primaria. Es el siguiente:
6ª ¿Es suficiente con la autorización de los padres/madres o de la prescripción del
facultativo para "obligarnos" a administrar el medicamento?
Por favor os ruego nos respondáis a estas cuestiones, pues el problema sigue ahí y
el curso que viene nos lo volveremos a encontrar.
Gracias por su atención; saludos de los/as compañeros del claustro.
Respuesta :
Respuestas:
1ª ¿Hasta qué punto estamos obligados los/as docentes a administrar
medicamentos?.
Se está obligado, si no existe personal cualificado, si el alumno es menor, en
horario escolar, y como consecuencia del deber general de cuidado y si la
administración del medicamento es un acto ordinario que puede hacer cualquier
sujeto con la diligencia debida. (necesidad de un informe médico que valore esta
cuestión).
2º ¿ Es competencia de los docentes la administración de medicamentos por el /la
profesor/a que en ese momento se encuentre con el/la alumno/a?.
El deber de cuidado es inmediato, pero dependerá del momento y de la coordinación
entre todos. Coordinación más que necesaria a la hora de eliminar riesgos a efectos
de responsabilidad jurídica.
3º Si me niego a administrar el medicamento, ¿Esta decisión puede acarrearme
algunas consecuencias?
* Si se niega genéricamente sin repercutir daño para la salud del menor, es posible
un expediente disciplinario por falta grave o muy grave en virtud del R.D. 33/1986 de
10 de enero por el que se aprueba el Reglamento de Régimen Disciplinario de los
Funcionarios Públicos.
* Si se produce daño, para el menor, además de lo anterior, podría ser denunciado
por la vía penal por presunto delito de omisión de socorro y reclamarle los padres del
menor afectado una indemnización por responsabilidad civil derivada del delito,
según se evalúe el daño padecido por el menor. (Artículos 109 y 195 del Código
Penal)
* También los padres podrían estimar lo ocurrido un accidente e instar sólo la
reclamación patrimonial ante la Consejería, pero luego ésta de oficio exigiría contra
Vd. las responsabilidades oportunas. (Artículo 145.2º de la Ley 30/92 de régimen
Jurídico de la Administraciones Públicas y Procedimiento Administrativo Común)
4ª Hemos solicitado por escrito un respuesta a nuestros/as superiores (directores,
inspectores, delegados provinciales...). Nadie nos responde: ¿Que debemos hacer
cuando se produzca la emergencia?
-.1º Reitero que las solicitudes con registro de entrada.
-.2º Como es lógico acudir al servicio médico y avisar a los padres, salvo si la
emergencia consiste en una crisis que se supera con la medicación cuya aplicación
se ha determinado que es ordinaria y común, en un informe médico, no siendo
necesaria la intervención de profesional sanitario.
Para más seguridad establecer un sistema de alerta permanente con el centro de
salud más cercano al colegio.
5ª Hemos solicitado a la administración educativa que nos mande un personal
cualificado para administrar el medicamento. ¿Contempla la ley algún personal
específico para esta situación?.
Diplomado en Enfermería el cual conforme al V Convenio del Personal al servicio de
la Junta de Andalucía, asume la responsabilidad básica de preparar y administrar los
medicamentos según prescripciones facultativas, reseñando los tratamientos. Es un
personal específico no para los centros convencionales en principio, aunque el
ejercicio de la potestad de autoorganización administrativa es competencia exclusiva
de la Administración
6ª ¿Es suficiente con la autorización de los padres/madres o de la prescripción del
facultativo para "obligarnos" a administrar el medicamento?
Conforme con lo descrito en la primera de las preguntas, teniendo en cuenta las
matizaciones expuestas.
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES.A menudo se suscita conflictividad en los centros dónde es requisito para la
escolarización de un menor que el personal que le atiende (docente/monitor) deba
realizar una serie de actuaciones de protección específicas que obviamente han de
estar aseguradas y desprovistas de riesgos, en primer término, por seguridad de la
vida del menor, y en segundo lugar por eliminación de posibles responsabilidades
ante cualquier contingencia derivada del padecimiento del alumno/a.
En este orden, es decir, por la salud y la integridad del menor en primer lugar, y
posteriormente por la seguridad en el desarrollo de la función docente y el deber
general de cuidado y diligencia de los trabajadores de la Enseñanza, los riesgos que
han de asumirse por la escolarización de un menor con enfermedad han de ser
inexistentes o mínimos, y por tanto es obligación de la Administración Pública
eliminar todos los elementos negativos que puedan ir contra la salud y la integridad
del menor.
Por ello, en casos específicos y en virtud de la Ley Andaluza de 1/1998, de 20 de
Abril, de los derechos y la atención del menor, publicada en BOJA 12 de Mayo de
1998, en el art. 11. 5 (en conexión con el art. 10. 2), se dispone que: “ Los titulares de
los centros educativos y el personal de los mismos están especialmente obligados a
poner en conocimiento de los organismos competentes de la Administración de la
Junta de Andalucía en materia de protección de menores, de la Autoridad Judicial o
del Ministerio Fiscal aquellos hechos que puedan suponer la existencia de ... riesgo...
, así como colaborar con los mismos para evitar y resolver tales situaciones en
interés del menor...”.
En concreto y en el caso que nos afecta, referente a actuaciones de protección
específicas es imprescindible un informe médico emitido por el Equipo de
Orientación Educativa de la Delegación Provincial correspondiente, para poder
determinar si estamos ante un mero acto de medicación simple cuya diligencia
obedece al criterio de la responsabilidad exigida a “un buen padre de familia”
(concepto acuñado en nuestro código civil y por la Jurisprudencia para determinar el
grado de diligencia en una acción u omisión y al que nos referiremos más adelante),
o si por el contrario, estamos en presencia de un acto propiamente sanitario
reservado a la cualificación y experiencia de este personal.
En principio es obligación del profesorado y de la Dirección del centro exigir toda
eliminación de riesgo para la vida del menor. (Obligación también de sus
progenitores y de la Administración Educativa , conforme a la legislación española Ley Orgánica 1/1996, de 15 de enero de Protección Jurídica del Menor, Código civil y
Código Penal) .
Por tanto, las acciones encaminadas a solicitar asesoramiento a fin de reforzar la
seguridad del menor y evitar posibles responsabilidades ante una no deseada
contingencia, entendemos que es ya actuación de diligencia en sus funciones, y que
es indicativa de una actuación responsable y profesional. (Se deben registrar las
solicitudes que se cursan a la Delegación Provincial sobre este particular).
Hemos de entender que en materia de responsabilidad tanto el derecho positivo
como en numerosas sentencias se ha consagrado el concepto de Diligencia de un
buen padre de familia que se equipara con el nivel óptimo de prudencia adoptada por
el sujeto para evitar el daño, y además hemos de partir de la consideración
expuesta en numerosas sentencias del Tribunal Supremo, (STS 10/12/1996; RJ
1996, 8975) de que “Los deberes de vigilancia y cuidado de los padres se traspasa
a los profesores y cuidadores del colegio durante la jornada escolar”.
Así, en un caso similar al que nos ocupa el TSJ Navarra en sentencia de 4
Diciembre 1995 (RJ 1995, 9667) absuelve como sujetos responsables a los
profesores a cuyo cargo estaba una alumna epiléptica que fallece a causa de un
ataque convulsivo, al estimar la imprevisibilidad del evento y la circunstancia de que
igualmente pudiera haberse producido la muerte en su propio domicilio adoptando
las mismas prescripciones médicas indicadas a sus cuidadores.
*En el caso en que la administración de los fármacos fuese considerada una
consecuencia derivada de la obligación de custodia traslada de padres a profesores,
es primordial y necesario evitar a toda costa que dicha actuación protectora de
carácter asistencial pueda convertirse en acto de imprudencia o negligencia por parte
de sus cuidadores, dado que previamente para conocer sobre su proceder han
debido eliminar todos aquellos elementos negativos de riesgo que puedan influir en la
salud de su protegido.
*En el caso en que dicha administración estuviera apoyada en un informe médico
tras el examen del menor, que permitiera concluir que la administración del
medicamento durante el horario escolar entraña algún tipo de riesgo, y que requiere
de una asistencia cualificada es obvia la preocupación así como procedente la
obligación por parte de la Administración que ofrece el servicio público de eliminar los
riesgos que perjudiquen a los alumnos y ello nos conduciría a exigir que si la
escolarización es obligatoria, lo es con las debidas garantías, y por tanto sería
necesario el nombramiento de personal cualificado para efectuar los actos
asistenciales.
En otros casos similares ocurridos en nuestra comunidad autónoma, se ha buscado
soluciones intermedias y se ha negociado con el centro de salud más próximo al
centro educativo, de manera que existe una alerta permanente del servicio de
enfermería, y cuando se produce una crisis, de inmediato se persona en el centro
un diplomado capacitado para controlar la situación, y es el que está facultado para
administrar una cánula por vía rectal, al existir informe médico valorando la situación,
aconsejando una acción profesional y cualificada, y por tanto ajena a la común
administración de medicamentos que de ordinario cualquier sujeto puede realizar con
la debida diligencia.
Ante esta situación, y a la vista del derecho de menor a ser protegido por quienes
ostentan la patria potestad, la Administración Educativa y el personal del centro a
cuyo cuidado directo está en la jornada escolar, hacemos las siguientes
recomendaciones:
1.
Solicitud a la Delegación Provincial de un estudio médico, elaborado por los
equipos médicos de zona a fin de eliminar los riesgos para la salud del menor, o en
su defecto informe médico del centro de salud correspondiente. Esta solicitud, podrá
ser efectuada por los progenitores del menor, por sus cuidadores o por la Dirección
del centro. (Solicitud con registro de entrada)
2.
Solicitud de nombramiento de personal Diplomado en Enfermería el cual
conforme al V Convenio del Personal al servicio de la Junta de Andalucía, asume la
responsabilidad básica de preparar y administrar los medicamentos según
prescripciones facultativas, reseñando los tratamientos.
3.
Aclarar que las funciones de cuidado general descrito en el citado Convenio, el
Monitor Escolar tiene dependencia total de la Dirección del Centro lo que le hace
ser mero ejecutor de las ordenes que reciba, siendo responsabilidad de la decisión,
su superior jerárquico (es decir, la dirección del centro).
4.
El personal docente tiene la responsabilidad inmediata sobre todo su alumnado
durante la jornada escolar, por lo que toda actuación encaminada a eliminar riesgos
debe ser considerado como un acto de diligencia profesional. En este sentido no
existe norma concreta en nuestro Derecho que disponga que el citado personal no
está obligado a administrar un medicamento si éste es imprescindible para su vida
normal y sin el cual el alumno no podría ser escolarizado. (Hemos de recordar que la
escolarización es obligatoria en los centros públicos y concertados).
5.
Todo dependerá de los informes médicos, y en concreto de si éstos si estiman
que la aplicación del medicamento entraña hacer una valoración de las crisis, en
cuyo caso el personal docente no puede diagnosticar, (sólo los médicos), o si el
informe prescribe que la correcta aplicación del medicamento es primordial para el
control de la crisis, con lo que al no ser el personal docente técnico sanitario tampoco
podría efectuar un acto reservado a la enfermería.
6.
Otras circunstancias que influyen y que deben ser tenidas en cuenta a la hora
de formular las peticiones, son: El número de alumnos escolarizados con problemas
de salud y los recursos del centro, que exigirá aumentar la vigilancia sobre éstos; La
coordinación que pueda lograrse con el personal sanitario del centro de salud más
próximo; El grado de manifestación de la enfermedad en los alumnos; La implicación
adecuada de los progenitores en el control sanitario y educativo de sus hijos
afectados, ... entre otras circunstancias.
7.
Recurrir de forma permanente al Equipo de Orientación de la Delegación
Provincial para resolver todas las dudas respecto a la salud de los niños en tales
circunstancias y demandar un control más o menos permanente por parte se sus
efectivos.
Prevaleciendo el derecho constitucional a la educación del menor, esta debe ser
prestada por la Administración con los recursos humanos y económicos que
aseguren su salud y su integridad física, e igualmente deben ser respetados los
derechos de los trabajadores de la Enseñanza que prestan la función docente con
todas aquellas garantías que permitan eliminar su responsabilidad durante la jornada
escolar.
En conclusión: *De ser considerado el tratamiento que se debe aplicar como un acto
común y ordinario de carácter asistencial que no implica riesgo por la mera aplicación
de la cánula, la cuestión queda resuelta de manera que se asume dicha obligación
como una más del deber de cuidado.
*De no ser así, y ante la ignorancia del personal docente en cuestiones médicas, las
medidas a adoptar deberán ser más extremas considerándose los recursos actuales
como insuficientes para atender a los menores afectados. La responsabilidad sobre
estas medidas de ser justificadas será de la Delegación Provincial que al escolarizar
al menor debe hacerlo sin riesgo para su salud e integridad y con los recursos
adecuados.
Saludos al Claustro de Profesores y a Vd.
María Dolores López Gómez (colegiada nº 2779, Málaga)
[04-06-01] Diversas cuestiones relativas a la responsabilidad del P.A.S. en
accidentes escolares
Sección : Responsabilidad
* Si el perjudicado denuncia la actuación del trabajador por vía penal la acción judicial
se dirige contra él personalmente y subsidiariamente por responsabilidad civil
derivada de delito a la administración de la que depende. Esto implica que la
actuación del trabajador tiene que ser considerada por un Juez de Instrucción (Penal)
como constitutiva de falta o delito tipificado en el Código Penal. En el caso del
personal docente la legislación aplicable es la misma.
* Si el perjudicado demanda en vía civil al empleado público, lo normal es que no se
admita a trámite la demanda por el Juzgado de Primera Instancia, y se derive la
reclamación indemnizatoria a la vía patrimonial y en consecuencia, a la jurisdicción
contenciosa administrativa (dónde solo puede ser demandada la Administración
Pública en cuyo ámbito se ha producido el accidente –pero no contra el empleado
personalmente).
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