UNIDAD DE CAPACITACION Y SUPERVISION, MINISTERIO PUBLICO, COSTA RICA PODER JUDICIAL (UCS-MP) Temas: ZONA MARITÍMO TERRESTRE: Elementos del tipo penal Se trata de un delito continuo, no instantáneo, para efectos de la prescripción de la acción penal Sumario: Tratándose 64 2002 de un elemento objetivo de suma importancia para la configuración del delito, debe existir una evidencia probatoria que determine y ubique, claramente, que la edificación objeto de la causa penal se levantó dentro de los márgenes de la zona marítimo terrestre El hecho que una edificación se encuentre en la zona aledaña a los manglares, no es una circunstancia de la pueda inferirse la exigencia que contiene el tipo penal recién citado, pues hacen faltan otros datos y circunstancias precisas que permitan encuadrar los hechos dentro de los supuestos que integran el tipo penal acusado. La ausencia de un permiso de construcción, es un hecho relevante en la valoración integral que exige el ilícito acusado, pero tal hecho no permite inferir que la edificación se levantó en la franja pública, según lo define el artículo diez de la LZMT. La edificación, así como el mantenimiento de cualquier desarrollo sobre la zona pública de la zona marítimo terrestre le da carácter continuo o permanente a este ilícito, de tal forma que la prescripción de la acción penal se producirá a partir de que cese la continuación o permanencia. No puede admitirse la prescripción asumiendo que se trata de un delito instantáneo. Transcripción en lo conducente: TRIBUNAL DE CASACION PENAL. Voto No. 298 de las diez horas veinte minutos del diecinueve de abril de dos mil dos.“… I.- En su primer motivo, el impugnante acusa la violación de los artículos 41 de la Constitución Política, 369 inciso d), 142, 175 a 178 del Código Procesal Penal. En los hechos probados, el juzgador concluyó que el imputado inició la construcción de un rancho el 24 de junio de 1997, en la zona pública de la zona marítimo terrestre, sin prueba legal que fundamente tal afirmación. En la sentencia se indica la existencia de una zona de manglar, pero no es suficiente para determinar que el terreno aledaño a ellos es una zona pública o parte de la zona marítimo terrestre. El vicio reclamado debe acogerse. A pesar de que en el fallo el juzgador expone, acertadamente, una serie de razonamientos y argumentos en los que se aprecia una fundamentación convincente, sin embargo, respecto de un elemento decisivo de la sentencia y que incide en uno de los elementos objetivos del tipo penal, el fallo contiene una motivación deficiente. Se afirma en la relación de hechos probados, que la edificación que construyó el encausado, se encuentra dentro de la zona pública de la zona marítimo terrestre, sin embargo, como bien lo destaca el recurrente, tal afirmación no se infiere de las probanzas que sustentan el fallo, porque en la inspección ocular visible a folio cuatro, se afirma que la edificación se encuentra a “..setenta y cinco metros al oeste del muelle de Manzanillo..”; esta ubicación no nos permite inferir, claramente, que la construcción se encuentra dentro de la zona pública de la zona marítimo terrestre, que se refiere, según lo define el artículo diez de la LZMT, a la franja que se encuentra a cincuenta metros a contar de la pleamar ordinaria. Tratándose de un elemento objetivo tan importante, debe existir una evidencia probatoria que determine y ubique, claramente, que la edificación se levantó en la zona marítimo terrestre; sin embargo, en la inspección ocular sólo se menciona una ubicación geográfica respecto de un punto de referencia local, pero sin ninguna relación con la exacta ubicación que exige el tipo objetivo, que en este caso lo define el artículo diez y el sesenta y dos de la LZMT. En este punto, el fallo sí contiene una deficiente fundamentación, pues como bien lo señala el recurrente, se afirma que la edificación se encuentra dentro de la zona pública, pero no se cuenta con elementos de prueba de los que se infiera, clara e indubitablemente, tal conclusión. El hecho que se haya levantado la edificación junto a la zona del manglar (ver folio ciento veinticinco del fallo), según se asevera en la sentencia, no es un elemento de juicio que sustituya la definición que contiene el artículo diez de la LZMT. Es evidente que la edificación no se levantó sobre el manglar, que sería la única forma en que podría admitirse la aplicación del artículo 62 de la LZMT. El hecho que la edificación se encuentre en la zona aledaña a los manglares, no es una circunstancia de la pueda inferirse la exigencia que contiene el tipo penal recién citado, pues hacen faltan otros datos y circunstancias precisas que permitan encuadrar los hechos dentro de los supuestos que integran el tipo penal acusado. La ausencia de un permiso de construcción, es un hecho relevante en la valoración integral que exige el ilícito acusado, pero tal hecho no nos permite inferir, claramente, que la edificación se levantó en la franja pública, según lo define el artículo diez de la LZMT. Como se mencionó, de la inspección ocular practicada durante la investigación preliminar, no se infiere, claramente, que la construcción se encuentre sobre la zona pública de la zona marítimo terrestre; la determinación de este elemento objetivo tan importante, tampoco se deriva de la inexistencia del permiso de construcción. Estima esta Cámara que el fallo contiene una fundamentación omisiva respecto de la determinación de un elemento fundamental del tipo penal objetivo que contiene el artículo 62 de la LZMT. (…) III- Según expone el recurrente, estima que en la sentencia se han inobservado los artículos 41 de la Constitución Política, 30, inciso e-. 31, inciso primero, 32, 33, inciso a-, todos del código de procedimientos penales; de igual forma estima inobservado el artículo 62 la L.Z.M.T. Según lo expone el recurrente, el delito previsto en el artículo 62 de la L.Z.M.T es instantáneo y por este motivo desde que ocurrieron los hechos desde junio de 1997, hasta la fecha, a pesar de algunos actos interruptores como la primera imputación, la acción penal está prescrita. No se trata de un delito continuado o de efecto continuado y por este motivo no puede aplicarse el párrafo primero del artículo 32 del c.p.p. El yerro planteado debe rechazarse. El delito previsto en el artículo 62 de la L.Z.M.T no es ins- tantáneo, tal como lo pretende el recurrente. Se trata de un ilícito de carácter continuo, pues como bien lo ha señalado la Sala Penal en el voto 539-F del once de octubre de mil novecientos noventa y uno. La Sala Penal estima que este delito es de carácter continuo, “..pues su comisión supone una pluralidad de hechos dependientes entre sí, ..” que mantienen y reiteran la ejecución del ilícito penal descrito en la L.Z.M.T. La edificación , así como el mantenimiento de cualquier desarrollo sobre la zona pública de la zona marítimo terrestre, tal como ocurre en el presente caso, le da carácter continuo o permanente a este ilícito, de tal forma que la prescripción de la acción penal se producirá a partir de que cese la continuación o permanencia, situación que no ha ocurrido en el caso en examen. No puede admitirse la prescripción asumiendo, como lo hace el impugnante, que se trata de un delito instantáneo. Es importante tomar en cuenta, por otra parte, que la zona marítimo terrestre, según lo define el artículo primero de la ley correspondiente, es inalienable e imprescriptible; es decir, que ningún particular adquiere derechos sobre esa zona. Las acciones que define el artículo 62 de la L.Z.M.T., no se desvanecen con el paso del tiempo, siempre y cuando sus efectos se mantengan, tal como ocurre en el caso en examen. La inalterabilidad de los actos de posesión ejercidos sobre bien inalienable, mantiene la imprescriptibilidad de la acción penal. La naturaleza pública de los bienes, el interés público que se protege en la zona marítimo terrestre, le da un efecto continuo a las acciones que pretenden usurpar o desnaturalizar la zona marítimo terrestre. También puede catalogarse el tipo penal previsto por el artículo 62 de la L.Z.M.T. como un delito instantáneo de efectos permanentes, conforme a la categoría conceptual que contiene el artículo 32 del c.p.p.; esta disposición homologa el delito continuado y el de efectos permanentes. En este último, aunque la consumación sea instantánea, sus efectos, ya sean las edificaciones o cualquier tipo de desarrollo, perduran como una secuela que renueva siempre la vigencia del ilícito. Es decir, que tanto si se considera el tipo penal que prevé el artículo 62 de la L.Z.M.T como un delito continuo o de efectos permanentes, la acción penal no ha prescrito, pues al mantenerse las edificaciones y el desarrollo que le es inherente, no es posible que se inicie la prescripción de la acción penal, tal como sí ocurriría si tratara de un delito instantáneo”.