UTILIZACIÓN RACIONAL DE LOS RESIDUOS FORESTALES Por: Esther Álvarez Godoy, Susana Díaz Aguirre y Marta Alessandrini Díaz son investigadoras del Centro de Estudios de Biomasa Forestal, Universidad de Pinar del Río, Cuba. Investigación sobre los métodos para transformar el follaje y los residuos de la industria maderera en productos como piensos animales, fertilizantes, productos cosméticos y farmacéuticos. En algunos países, la eliminación de los residuos de la industria forestal, en especial follaje y residuos madereros, puede constituir un problema. Estas materias, no obstante, son muy susceptibles de ser utilizadas de una forma ecológica y económica en la producción de energía y de innumerables productos de alta demanda social. Se ha publicado ya mucha información sobre su uso para generar energía alternativa, por ejemplo en la producción de combustibles renovables como etanol y éter butílico terciario etílico. Pero el presente artículo se centra en la transformación de residuos forestales en productos de alto valor para otros varios sectores como las industrias farmacéutica, química y cosmética, así como el sector agrícola. Se resumen los estudios realizados en Cuba por el Instituto de Investigaciones Forestales, el Instituto de Ecología y Sistemática y en particular el Centro de Estudios de Biomasa Forestal de la Universidad de Pinar del Río. EL CENTRO DE ESTUDIOS DE BIOMASA FORESTAL INVESTIGA EL USO DE RESIDUOS FORESTALES PARA CUATRO CATEGORÍAS DE PRODUCTOS: Productos de celulosa de madera (lignocelulosa): energía, biofertilizantes, suplementos alimenticios; sustancias bioactivas y productos forestales naturales: cera, derivados clorofílicos, aceites esenciales, harina vitamínica; resinas y sus derivados: colofonia (pez griega), trementina; mobiliario y tableros: muebles, tableros de partículas. Estos productos se encuentran actualmente en distintas fases de desarrollo (laboratorio, pruebas, planta piloto y planta industrial), y la estrategia se dirige a consolidar la fase productiva y de comercialización de estos productos en la región. FOLLAJE ARBÓREO El follaje de los árboles talados representa una fuente de biomasa aprovechable para la obtención de aceites esenciales, ceras, extractos vegetales (derivados de clorofilas y concentrados alimenticios) y forrajes (Yagodin, 1881; Díaz, 1998). Aunque el follaje que queda en el suelo del bosque aporta ciertos beneficios como reciclaje de nutrientes y protección del suelo contra la erosión, su acumulación excesiva en los bosques puede suscitar problemas como el mayor riesgo de enfermedades e incendios forestales. Este es el caso sobre todo en las zonas de tala, en las que Vidal (1995) estima que suele quedar del 35 al 45 por ciento del follaje arbóreo. Las coníferas, por ejemplo, dejan tras de sí anualmente de 2 a 4 toneladas por hectárea. Retirando parte del follaje después de la tala se reduce el riesgo de incendios y enfermedades. Los biopreparados a partir del follaje de especies forestales contienen altos niveles de clorofilas y carotenoides, por lo que poseen una amplia gama de aplicación en diferentes campos como la farmacéutica, la cosmética y la medicina veterinaria. La utilidad de los derivados de la clorofila está relacionada con su capacidad de estimular los procesos de regeneración de tejidos y con sus cualidades antimicrobianas, como lo demuestran los estudios realizados con pinos y abetos (Pavlutskaya, 1983; Mednikov, 1985). Las investigaciones realizadas en el Centro de Estudios han establecido una metodología (pendiente de patente) para obtener del follaje, en laboratorio, cera vegetal, aceites esenciales, pasta de clorofila y caroteno y residuos forrajeros. El tratamiento extractivo permite variar la composición de los productos terminados en función de las especies, las condiciones de producción y las demandas de la economía. El método se ha validado mediante el estudio de dos especies de coníferas corrientes en Pinar del Río: Pinus caribaea y Pinus tropicalis. El follaje debe ser verde y fresco y tratado en las 24 horas siguientes a la tala del árbol. Una vez separadas las ramas manualmente, el material se elabora mediante una máquina diseñada en el Centro de Estudio (Vidal, 1995) que separa las hojas de la madera y tritura después las hojas para producir un extracto. Esta máquina puede elaborar de 6 a 10 toneladas de follaje diariamente (después de este proceso pueden utilizarse las ramas como leña o con otros fines). El estudio de la composición bioquímica y el valor forrajero del follaje después del proceso de extracción y de secado demostró que éste puede utilizarse exitosamente en calidad de ración complementaria o suplemento forrajero para el ganado y las aves. De una tonelada de follaje de una plantación de especies coníferas pueden obtenerse: 500-600 kg de harina forrajera; 90 kg de pasta de clorofila y caroteno; 2 kg de cera; o 2 litros de aceites esenciales. Los productos extraídos se utilizan para preparar ungüentos y cremas dermatológicos (que tienen también usos veterinarios), pasta dental, jabones medicinales, lápices de labios y perfumes, artículos de los que hay una fuerte demanda en Cuba. Entre las especies estudiadas, Pinus caribaea var. caribaea dieron rendimientos relativamente altos de los diversos productos (Díaz, 1998). El análisis económico de los beneficios del proceso es todavía difícil. Desde el punto de vista de sus necesidades de materia prima, la producción comercial de pasta clorofilacaroteno es un proceso barato. La principal materia prima es el follaje de pino, que actualmente carece de valor comercial y no tiene, por lo tanto, un precio definido. Otros materiales utilizados son un disolvente orgánico y el hidróxido de sodio. El proceso se ha diseñado de manera que el 60 por ciento del disolvente orgánico utilizado en la extracción de estos productos pueda recuperarse para ser reutilizado. A partir de los resultados experimentales, el costo de 1 kg de pasta de clorofila y caroteno se ha calculado en 5,70 dólares EE.UU. (los demás productos se obtienen como subproductos del proceso tecnológico de obtención del derivado de clorofila). Los otros costos directos e indirectos de la elaboración dependen de la escala de producción. Sin embargo, dado que el precio actual de 1 kg de pasta de clorofila y caroteno en el mercado es de 65 a 75 dólares EE.UU., puede deducirse que su producción comercial debería ser económicamente viable y también competitiva en el plano internacional. Actualmente, los derivados de la clorofila tienen un alto valor de mercado nacional e internacionalmente, por la tendencia a utilizar productos naturales; parece que es el momento de realizar un estudio de mercados, ya que hay una tendencia universal a establecer pequeñas plantas piloto para el tratamiento de la biomasa. RESIDUOS DE LA ELABORACIÓN DE LA MADERA Los residuos de la madera se han definido de diversas maneras según sus usos. La FAO (2000) ha definido así los residuos de la madera: Madera en rollo que queda después de la producción de productos forestales en la industria de elaboración forestal (es decir, residuos de la elaboración forestal) y que no ha sido reducida a astillas o a partículas [definiéndose las astillas y partículas como madera que ha sido reducida deliberadamente a trozos pequeños durante la manufactura de otros productos madereros']. Se incluyen los desechos de aserradero, tapas, despuntes, recortes, duramen de trozas para chapas, desechos de chapa, aserrín, corteza, residuos de carpintería y de ebanistería, etc. Se excluyen las astillas de madera obtenidas directamente (es decir, en el bosque) de la madera en rollo o de residuos (es decir, ya contabilizadas como madera para pasta, rolliza y partida, o astillas y partículas de madera). La generación media de residuos en la elaboración de madera aserrada, para las coníferas, es de alrededor del 30 por ciento de la biomasa del tronco utilizado, lo que incluye aserrín (5 a 8 por ciento) y corteza (10 a 14 por ciento) (Kalincha, 1978). La acumulación de los residuos en los aserraderos puede llegar a obstaculizar el desarrollo del proceso productivo, por lo que es necesario que sean evacuados con prontitud. Algunos productores los venden o regalan a empresas que les dan diferentes usos, pero en muchas ocasiones se envían a los vertederos o se incineran indiscriminadamente, lo que es un derroche de materia orgánica rica en nutrientes. El aserrín acumulado en el bosque o en los aserraderos constituye un depósito y un foco para la propagación de hongos (especialmente de los géneros Fomes, Schyzophylum y Polyporus, entre otros) que provocan la podredumbre de árboles moribundos o muertos con un contenido de humedad relativamente alto. El aserrín supone también peligro de incendios. La acumulación de aserrín puede tener además efectos ambientales negativos: Al descomponerse, el dióxido de carbono contenido en la materia orgánica se dispersa en la atmósfera. El sol y las altas temperaturas pueden provocar una pirólisis de baja temperatura en grandes montones de aserrín, haciendo que emitan gases contaminantes. La combustión eleva también la temperatura ambiente, produciendo un efecto de invernadero. Los residuos pueden ser un medio ideal para la propagación de plagas y enfermedades. La cuestión del uso de los desechos madereros es muy compleja, sobre todo en los países en desarrollo, y depende de consideraciones económicas y de los medios de transporte. Los usos tradicionales que se han dado a los residuos pueden resumirse en combustible (Bintley y Gowen, 1994), elemento de aseo para pisos industriales, en granjas avícolas como cama para aves y otros animales de cría (Oconnell y Meaney, 1997) y para diferentes productos artesanales o industriales (Arends y Donkersloot, 1985). Principalmente utilizan residuos madereros la industria químico-forestal y la de tableros. La industria químico-forestal utiliza como materia prima astillas y aserrín para producir alcohol, levadura forrajera, furfural (un disolvente que es también precursor del alcohol furfuril, muy utilizado en la industria metalúrgica) y, más recientemente, suplementos alimenticios carbohi-dratados, minerales y/o proteicos para animales (Jolkin, 1989). En la industria de tableros, se utilizan los residuos para hacer tableros de partículas, enlistonados y de fibra de densidad media, por citar algunos ejemplos. PRODUCTOS LIGNOCELULÓSICOS Suplemento para la alimentación animal de aserrín de pino y eucalipto. Una masa sacarificada de aserrín de pino y eucalipto como suplemento para la alimentación animal se produce transformando por hidrólisis el complejo lignocelulósico. Para el tratamiento de prehidrólisis se mezcla el aserrín (de Pinus caribaea var. caribaea y Eucalyptus saligna) con agua en proporción 1:3 y se adiciona el catalizador superfosfato de calcio en estado sólido- en cantidad suficiente para que su concentración alcance el 4 por ciento. La mezcla se introduce en el autoclave para comprobar la reacción de prehidrólisis y se calienta en baño de glicerina bajo los regímenes de temperatura y tiempo previamente establecidos. El producto resultante es lignocelulosa enriquecida en azúcares (mono y oligosacáridos); es una masa suave de color pardo que conserva el aspecto del material inicial y tiene olor agradable. Sus propiedades son aceptables para su uso como suplemento de alimentación animal; por ejemplo, cumple las normas rusas de calidad para suplementos de alimentación de hidratos de carbono de origen vegetal (véase el cuadro). Propiedades de la masa de aserrín sacarificada de Pinus caribaea y Eucalyptus saligna Propiedad Estándara P. caribaea E. saligna Sustancias reductoras libres 11,4 (Porcentaje en masa seca) 11,9 Sustancias reductoras totales 16,2 13,3 Sustancias solubles en agua 23,0 18,0 Extracto etéreo 1,6 0,3 Proteína bruta 3,9 5,1 4 Fibra bruta 58,0 40,0 <60 Digestibilidad 32,0 49,0 8 Furfural 0,017 trazas Ácido acético trazas trazas Cenizas 3,9 3,8 pH 5-6 5-6 <0,1 4-7 a Estándar ruso TU OP 64.11.105-86 para calidad de suplementos alimenticios carbohidratados de origen vegetal. Fuente: Jolkin, 1989. Se han hecho estudios para la selección de cepas de hongos de pudrición blanca que aumentan el nivel proteico y la digestibilidad de la masa sacarificada de aserrín de pino. Los hongos de pudrición blanca son los más eficientes para degradar la madera y todos sus componentes, incluida la lignina. La descomposición, que dura alrededor de una semana, se lleva a cabo mediante la secreción de las enzimas lignina peroxidasa y lacasa, además de celulasas y xilanasas. Se realizaron ensayos sobre diversos substratos con cepas de los géneros Schizophillum, Pleurotus y Panus para seleccionar las cepas más activas de hongos de pudrición blanca. En la masa sacarificada de aserrín de Pinus caribaea var. caribaea, las cepas que mejor se desarrollaron fueron Schizo-phillum commune y Panus hirtus. OBTENCIÓN DE FERTILIZANTE A PARTIR DE LA BIOTRANSFORMACIÓN DEL ASERRÍN DE PINO CON LOMBRIZ DE TIERRA. Se produjo fertilizante utilizando la lombriz Eisenia foetida para la biotransformación de excretas vacunas y aserrín de Pinus spp. en la proporción de 75:25. El vermiabono obtenido es una mezcla de componentes químicos producidos por la digestión enzimática del substrato orgánico (excretas y aserrín) y el metabolismo de los microorganismos. Es de color oscuro (casi negro), uniformemente granuloso, ligero y poroso. La fecundidad y el desarrollo de las lombrices, que dependen de las fuentes de alimentación, fueron similares en la E. foetida cuando se alimentó con excretas vacunas solamente y con la combinación de éstas con un 25 por ciento de aserrín de Pinus caribaea. Las características químicas del fertilizante obtenido con excretas vacunas y aserrín en proporción 75 : 25 son similares a las de otros fertilizantes orgánicos obtenidos en Cuba: 1,02 por ciento de N; 0,67 por ciento de P; 0,42 por ciento de K; 40,51 por ciento de materia orgánica; 35 por ciento de humedad, pH = 6,90, C/N = 21:47. CONCLUSIONES Los resultados obtenidos en Cuba tienen dimensiones sociales, económicas y ambientales potencialmente importantes, ya que abren nuevas perspectivas para el uso sostenible de los recursos forestales. En lo económico, una metodología para obtener productos de alta demanda para la agricultura, como el alimento animal y el biofertilizante a partir de fuentes no tradicionales, constituye un avance importante. En el aspecto ambiental estas transformaciones ofrecen una buena salida para el follaje excesivo que se acumula en el bosque y los grandes volúmenes de aserrín que se amontonan en los aserraderos como un subproducto de la elaboración primaria de la madera. Al eliminar el follaje y el aserrín de una forma racional, se contribuye a disminuir los efectos contaminantes relacionados con la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera, así como a reducir los riesgos de incendio y la proliferación de enfermedades. Desde el punto de vista social, cuando los productores y la población en general hagan uso de estas metodologías y obtengan los productos mencionados, comprenderán que la naturaleza puede aportar al hombre todo lo necesario para su subsistencia, si se le trata de forma correcta, lo cual contribuirá a elevar la formación de valores con relación a la explotación racional de los recursos naturales. Si bien la investigación ha probado que la tecnología es viable, las actividades de este tipo a menudo tropiezan en su aplicación con factores económicos y opera-cionales (precios, volumen del mercado, logística mercantil, regularidad del suministro de materia prima, etc.). Se precisan estudios de viabilidad para evaluar tales factores antes de proseguir en un nivel superior con plantas experimentales o incluso industriales. Los pasos en esa dirección serían congruentes con la política nacional cubana de aumentar la presencia de productos nacionales en la economía. Esta labor potencial está empe-zando a ser realidad gracias a un proyecto conjunto, ya iniciado, entre el Ministerio de la Industria Química, el Ministerio de la Agricultura y la Universidad de Pinar del Río para el desarrollo de la tecnología descrita en este artículo. Bibliografía Arends, G.J. y Donkersloot, S.S. 1985. An overview of possible uses of sawdust. Amsterdam, Centre for International Cooperation and Appropiate Technology. Bintley, W.R. y Gowen, M.M. 1994. Forest resources and wood-based biomass energy as rural development assets. Science Publishers, Inc. Estados Unidos. Díaz, S. 1998. Comportamiento del follaje de Pinus caribaea var. caribaea y Pinus tropicalis en el desarrollo de una metodología para la obtención de cera conífera, pasta clorofila-caroteno y residuo forrajero a escala de banco. Tesis doctoral, Universidad de Pinar del Río, Cuba. FAO. 2000. Anuario de productos forestales 1998. Roma. Jolkin, Y.I. 1989. Tekhnologia gidroliznikh proizvodstv. Lesnaya Promishlennost. Moscú. Kalincha, A.A. 1978. Les-selskomu khozyaistvu. [El bosque para la agricultura.] Lesnaya Promishlennost. Mednikov, F.A. 1985. Kompleksnoe ispolzovanie drevesnoi zeleni dlya polucheniya lechebnikh preparatov y kormovikh produktov. [Uso complejo del follaje para obtener productos medicinales y alimentarios.] Lesnoi Zhurnal, 2: 116-118. Oconnell, J. y Meaney, W. 1997. Comparison of shredded newspaper and sawdust as bedding for dairy cows: behavioural, clinical and economic parameters. Irish Veterinary Journal, 50(3): 167-170. Pavlutskaya, I.S. 1983. Poluchenie i ispolzovanie khlorofilcoderzhachikh preparatov iz drevesnoi zeleni. [Obtención y uso de preparados foliáceos con contenido clorofílico.] Lesnoi Zhurnal, 4: 23-31. Vidal, A. 1995. Estudio de las posibilidades de aprovechamiento de la biomasa de copa de coníferas en la provincia Pinar del Río. Tesis doctoral thesis, Universidad de Pinar del Río, Cuba. Yagodin, V.I. 1881. Osnovi khimii i tekhnologii pereravotki drevesnoi zeleni. [Fundamento químico y tecnológico para el tratamiento del follaje.] Leningrado, Federación de Rusia, Universidad de Leningrado. DEGRADACIÓN Y RECUPERACIÓN DE CUENCAS HIDROGRÁFICAS DE MONTAÑA: LOS MONTES JIZERA EN LA REPÚBLICA CHECA Por: Josef K e ek es profesor asociado enel Departamento de Hidrología, Universidad Técnica Checa, Praga,República Checa; y Zuzana Ho ická es profesora delDepartamento de Hidrología,Universidad Carlos, Praga,República Checa. Los sistemas de ordenación de las cuencas hidrográficas contribuyen a mejorar la calidad del agua alterada por efecto de la contaminación atmosférica y la utilización de prácticas forestales inadecuadas. En los decenios de 1970 y 1980, las cuencas hidrográficas de los montes Jizera, en el norte de Bohemia (República Checa), sufrieron una degradación como consecuencia de la deposición ácida atmosférica (principalmente sulfato procedente de la combustión de lignito) y de las prácticas forestales inadecuadas. Aunque las cabeceras de las cuencas son zonas protegidas, la ordenación de las cuencas hidrográficas basada en criterios ecológicos no se introdujo hasta los años noventa. La erosión del suelo y el transporte de sedimentos provocó el deterioro de la calidad del agua en los cursos de agua y los embalses. Los bajos valores del pH y el alto contenido de metales tóxicos en las aguas superficiales produjeron la extinción de especies ícticas y la reducción de las poblaciones de otros recursos acuáticos. La regeneración de las cuencas hidro-gráficas de montaña de los montes Jizera comenzó en el decenio de 1990 con los cambios políticos y económicos sobrevenidos en Europa oriental. Disminuyó la deposición atmosférica de sulfato y se empezó a conceder más importancia a la protección de la naturaleza y la regeneración del paisaje (K e ek, 1994; Grennfelt et al., 1995; Haigh y K e ek, 2000). En este artículo se describe el proceso través del cual se ha recuperado la calidad del agua en el curso del último decenio gracias a la disminución de la contaminación atmosférica y a la adopción de prácticas de ordenación de las cuencas hidrográficas, incluida la extracción de masas de piceas (reduciendo la superficie foliar) y el encalado de los embalses y las cuencas hidrográficas. Han aumentado los valores anuales medios del pH y ha disminuido la concentración de aluminio, posibilitando la reintroducción de peces. La reanudación de las prácticas forestales tradicionales (el arrastre de madera mediante caballos o cables, el respeto de las zonas ribereñas, el desembosque estacional de madera y la reforestación manual) ha contribuido a estabilizar las cuencas hidrográficas de montaña. CARACTERÍSTICAS DE LA ZONA La región de los montes Jizera (350 km2, latitud de 50º40' a 50º52' y longitud de 15º08' a 15º24', en la zona templada húmeda) forma parte del denominado «Triángulo Negro», epicentro de la deposición atmosférica ácida en Europa. La cubierta forestal ocupa el 83 por ciento de la superficie de la región. Las especies arbóreas nativas son el haya común (Fagus sylvatica), la picea común (Picea abies) y el abeto blanco (Abies alba). La región comprende un altiplano de 200 km2 de extensión con una altitud media superior a los 800 m (la cumbre más alta tiene 1 124 m) con pendientes suaves, casi totalmente cubiertas de bosques. En el transcurso del siglo XX se han registrado cambios importantes en la composición de especies en esta zona, en la que predominan las plantaciones de picea (que cubren el 90 por ciento de los bosques de montaña). La precipitación anual media aumenta con la altitud de 800 a 1 600 mm (la más elevada de la República Checa) y al mismo tiempo la temperatura media anual desciende de 8º a 4 ºC conforme aumenta la altitud de 300 a 900 m sobre el nivel del mar. En el altiplano (por encima de los 800 m), el manto de nieve se prolonga generalmente desde comienzos de noviembre hasta finales de abril; el máximo espesor medio es de 120 cm. La roca madre (granito) y los suelos podsólicos superficiales son extremadamente sensibles a la acidificación. Predomina la escorrentía superficial y solamente existen aguas subterráneas en capas superficiales del subsuelo. Entre 1902 y 1909 (después de las inundaciones catastróficas de 1897) se construyeron cinco embalses en los montes Jizera para proteger las ciudades y aldeas de las tierras bajas. El sistema de abastecimiento de agua potable se construyó con posterioridad a los años sesenta. En 1996, el Gobierno estableció la Región Paisajística Protegida de los Montes Jizera con el fin de preservar los elementos naturales singulares de la región. En 1978, se estableció mediante decreto gubernamental la Zona Protegida de Cabeceras de Cuencas de los Montes Jizera, pero lamentablemente no se llevó a la práctica la propuesta de ordenación de las cuencas hidrográficas basada en criterios ecológicos (incluyendo la imposición de límites a la tala de bosques). DAÑOS CAUSADOS A LAS CUENCAS HIDROGRÁFICAS EN EL DECENIO DE 1980 En el decenio de 1980, las cuencas hidrográficas cubiertas por masas de piceas, particularmente en el altiplano, sufrieron daños considerables a causa de la deposición atmosférica ácida (derivada de la combustión de lignito) y de las prácticas forestales inadecuadas: el establecimiento de plantaciones de piceas con menor estabilidad (por ejemplo, más sensibles al estrés ambiental derivado del clima, el viento, la contaminación atmosférica y la deposición ácida, así como a las epidemias de insectos), la extracción de madera mediante el sistema de corta a hecho utilizando maquinaria pesada y el control ineficaz de las epidemias de insectos. La reforestación no dio buenos resultados, principalmente como consecuencia de la fuerte competencia de la herbácea invasora Calamagrostis villosa. IMPACTO DE LAS PRÁCTICAS FORESTALES INADECUADAS En los años ochenta se talaron alrededor de 100 km2 de bosque (el 50 por ciento del altiplano). La tecnología de corta a hecho utilizada (particularmente el arrastre de la madera mediante tractores pesados) compactó alrededor del 10 por ciento de la superficie del suelo. Debido a ello, la capacidad de infiltración de los suelos disminuyó de 150 a 40 mm por hora. El desarrollo de una red de vías de arrastre y la prolongación de los cursos de agua periódicos provocó una intensa erosión del suelo y el transporte de sedimentos, que ocasionó a su vez el deterioro de la calidad del agua de los cursos de agua y los embalses. La densidad de las vías de arrastre y la red conexa de drenaje en el altiplano de la zona montañosa aumentó de 1,3 a 4,7 km por kilómetro cuadrado. La esco-rrentía superficial, que tenía lugar solamente en las vías de arrastre, aumentó, pues, del 52 al 68 por ciento. De esa forma disminuyó la capacidad de retención de las cuencas hidrográficas. La erosión del suelo se intensificó de 0,01 a 1,34 mm y el transporte de sedimentos se incrementó del 8 al 30 por ciento del volumen de suelo erosionado. Erosión del suelo en las vías de arrastre de la cuenca de captación de Jizerka (1993), que ocasionó la degradación de la calidad del agua en los cursos de agua y embalses - J. K E EK La deposición atmosférica ácida La deposición atmosférica ácida medida en terreno abierto alcanzó la cota máxima a finales de 1980 (Figura 1). La deposición atmosférica total contenía un 45 por ciento de sulfatos y un 16 por ciento de nitratos. Posteriormente, descendió la concentración de SO2 en el aire al disminuir la producción de las centrales térmicas de carbón en Europa central, particularmente en Alemania oriental. En los años noventa, la deposición atmosférica ácida en terreno abierto era alrededor del 40 por ciento del nivel existente en 1987. Sin embargo, la carga atmosférica de azufre observada en la vegetación, particularmente en los bosques de piceas, era todavía mucho más elevada que en los terrenos abiertos (Cuadro 1). Bajo la cubierta forestal, la deposición de azufre disminuye con la defoliación de los rodales de piceas y con el aumento del número de árboles muertos. DECLIVE DE LOS CURSOS DE AGUA Y LOS EMBALSES Desde 1982 se viene realizando una investigación hidrológica a largo plazo para controlar los efectos ecológicos de la deposición ácida y las prácticas forestales. La investigación se ha llevado a cabo en los siguientes lugares: La cuenca experimental de Jizerka (100 ha, con una altitud de 860 a 980 m), para estudiar los efectos de la corta a hecho de masas maduras de piceas; La cuenca control de Oldrichov (23 ha, con una altitud de 400 a 620 m), con el fin de estudiar la hidrología y la bioquímica de un bosque maduro de hayas; Las cuencas hidrográficas de tres embalses para el abastecimiento de agua potable: Bedrichov, Sous y Josefuv Dul (Cuadro 2). Los resultados indicaron que en los años setenta y ochenta había disminuido significativamente la calidad del agua en los cursos de agua y embalses de los montes Jizera: los valores del pH disminuyeron a una cifra entre 4 y 5 (Cuadro 3); el contenido de aluminio aumentó de 1 a 2 mg por litro, con un alto nivel de formas tóxicas del aluminio (Al3+ libre y complejos de aluminio inorgánico); y se redujo la fauna béntica. En los embalses de Bedrichov, Sous y Josefuv Dul, se documentó la extinción de las poblaciones de peces y se redujeron drástica-mente el zooplancton y el fitoplancton (algas) (Stuchlik et al., 1997). La composición de especies del fitoplancton en los embalses (número reducido de taxones, dominados por las Dinophyceae, principalmente Peridinium sp.) es consecuencia de la acidez del agua. El zooplancton era escaso; los organismos predominantes eran los rotíferos (Brachionus sericus y Keratella valga) y los crustáceos (Cerio-daphnia qua-drangula y Cyclopidae spp). Los cambios estacionales en la composición química del agua (acidificación episódica cuando se fundía la nieve o se producían lluvias torrenciales) eran relativamente elevados (Figura 2). RECUPERACIÓN DE LA CALIDAD DEL AGUA MEDIANTE LA ORDENACIÓN DE LAS CUENCAS HIDROGRÁFICAS En las aguas superficiales, los primeros signos de recuperación se observaron a finales de los años ochenta como resultado de la reducción de la superficie foliar de las plantaciones de piceas y la consiguiente disminución de la deposición ácida bajo la cubierta de copas. En la cuenca de captación experimental de Jizerka, la corta a hecho de rodales maduros de piceas y la reforestación con plántulas de la misma especie redujo el índice de superficie foliar de 18,5 (en los bosques maduros de piceas) a un máximo estacional de 2,7 (plántulas de piceas y herbáceas) e incrementó el rendimiento hidrológico anual en 108 mm (872 mm observados en el período 1991-2000, frente a los 764 mm calculados para el período comprendido entre 1981 y 1985, cuando la cuenca estaba todavía cubierta por plantaciones maduras de piceas). En consecuencia, la evapotranspiración anual disminuyó de 543 mm (en los rodales maduros de piceas) a 355 mm (en los rodales reforestados con plántulas de piceas y herbáceas). Tras la corta a hecho de los rodales de piceas se apreciaron signos de recuperación en la composición química del agua en la cuenca de Jizerka (Figura 3): los valores medios anuales del pH aumentaron de 4 a 5,3, las concentraciones de sulfatos disminuyeron de 13 a 6 mg por litro y las concentraciones de nitratos de 6 a 4 mg por litro. En el transcurso del decenio de 1990 se adoptaron prácticas de explotación forestal tradicionales respetuosas con el medio ambiente: corta a hecho limitada (volumen reducido de la tala), arrastre de la madera mediante caballos y cables, desembosque estacional y respeto de las zonas de amortiguación ribereñas. El control eficaz de los pequeños canales de erosión existentes depende de la sucesión de plantas en relación con la profundidad, pendiente y longitud de esos canales. Casi el 90 por ciento de ellos se han estabilizado de forma natural. Utilización de especies autóctonas Las especies arbóreas autóctonas con un sistema radical profundo (haya y abeto) pueden influir favorablemente en la estabilidad del ecosistema al incluir horizontes del subsuelo en el ciclo de los nutrientes, reducir el lixiviado de los mismos y reforzar la estabilización de las pendientes (incluida la vulnerabilidad al viento). Los bosques semina-turales de hayas (bosques autóctonos tratados mediante cortas de entresaca con la finalidad principal de reforzar la regeneración natural) son más resistentes a la acidificación que las plantaciones de piceas y crecen de forma natural en los terrenos con pendientes pronunciadas de los montes Jizera. Cumplen una función muy importante desde el punto de vista de la estabilidad del suelo, la conservación del microclima forestal y el régimen hidrológico. En los bosques de hayas, la deposición de sustancias ácidas bajo la cubierta es un 30 por ciento menor que en las masas de piceas (Cuadro 1). Por consiguiente, los rodales forestales cuya composición es similar a la estructura tradicional (Cuadro 4) pueden contribuir a impedir la acidificación a largo plazo. ENCALADO PARA AUMENTAR LA ALCALINIDAD Todos los años, desde 1998, se procede al encalado del embalse de Sous una vez que se han fundido las nieves (mediante la aplicación aérea de polvo de calcita, en aplicaciones de 10 a 12 g por metro cúbico, con un tamaño de las partículas de menos de 0,2 mm) con el fin de aumentar el pH y limpiar el agua de productos tóxicos. El encalado aumenta notablemente la alcalinidad del agua en los embalses, como se demostró también en los países escandinavos en los años ochenta (Brocksen y Wisniewski, 1988). Sin embargo, el encalado refuerza la fluctuación estacional del pH del agua del embalse (Figura 4) y produce cambios drásticos en la composición química del agua susceptibles de provocar modificaciones impredecibles en la productividad de fitoplancton y zooplancton en el embalse (un punto que es objeto de estudio en la actualidad). LA REINTRODUCCIÓN DE PECES Desde el decenio de 1990, las aguas superficiales del altiplano de los montes de Jizera carecían de poblaciones ícticas como consecuencia de la extrema acidificación del medio y del elevado contenido de metales tóxicos que comportaba. El control permanente de los efectos de los procesos experimentados por las cuencas hidrográficas sobre la calidad del agua y sobre la biota en los embalses y cursos de agua comenzó en 1991, estableciéndose el muestreo regular de 20 canales importantes y seis embalses. Se medían in situ la transparencia, conductividad, pH y contenido de oxígeno disuelto. Las pruebas de laboratorio comprendían análisis del pH, la conductividad, la alcalinidad, la concentración de cationes y aniones, la concentración de fósforo y la de carbono orgánico disuelto. Asimismo, se identificaba y calculaba el fitoplancton y el zooplancton en muestras preservadas. La mejora de los parámetros físicos y químicos de las aguas controladas a comienzos del decenio de 1990 hizo posible considerar la reintroducción de peces. En 1991 se reintrodujeron experi-mentalmente el salvelino (Salvelinus fontinalis, la especie más tolerante al ácido) y la trucha común (Salmo trutta morpha fario) en el embalse de Bedrichov y en los cursos de entrada a dicho embalse. Se llevó a cabo un inventario de las poblaciones ícticas existentes en los cursos de agua tras la fundición de las nieves (mayo), en el verano (julio) y en el período de reproducción (octubre). Para realizar el inventario se recurrió a la pesca electrónica (capturando a los peces mediante descargas eléctricas para devolverlos al agua una vez inventariados) en tramos de 30 a 60 m de longitud en los cursos de agua. Los salvelinos sobrevivieron y se reprodujeron y en el transcurso de los años siguientes se observó la existencia de cantidades suficientes de alimentos y una estructura de edad bien proporcionada y un crecimiento individual en la población. Los ejemplares de trucha común murieron de inanición y no se reprodujeron. En 1996, se repoblaron el embalse de Sous y los caudales afluentes en él con 30 000 alevines. Esta población también consiguió sobrevivir. Sin embargo, las concentraciones de aluminio y de metales pesados en los músculos y el hígado de los peces sobrepasaba todavía el límite higiénico (Cuadro 5). Tan elevadas concentraciones se deben al contenido extremadamente alto de aluminio y metales pesados en los alimentos que consumen los peces, principalmente efemerópteros (mosca de mayo) y tricópteros (frigánea, con predominio de Hydropsyche sp.) bénticos. En 1999-2000, prosiguió la reintro-ducción de peces en el embalse de Josefuv Dul. Para aumentar la resistencia de la nueva población, los alevines utilizados para la repoblación se produjeron en las aguas frías de un arroyo muy acidificado. La supervivencia de los peces en las aguas superficiales del altiplano parece estar limitada por descensos intermitentes de los valores del pH y por el nivel de formas tóxicas de aluminio (Al3+ libre y complejos de aluminio inorgánico). Cuando el pH del agua se sitúa en unos valores de 5,3 o inferiores se produce una movilización significativa de aluminio tóxico. Basándose en la supervivencia de los peces, se considera que el valor crítico de toxicidad por aluminio se sitúa en 300 mg por litro. En las aguas superficiales, ambos límites se superan todavía en los períodos en que se funde la nieve y cuando se producen lluvias torrenciales. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES Los bosques de muchas regiones montañosas de Europa central, en los que predominan las especies de coníferas, se encuentran en una fase de cambio en respuesta a la modificación del medio ambiente (Teller, Mathy y Jeffers, 1992). En los años ochenta, las cuencas hidrográficas de los montes Jizera resultaron afectadas por una deposición atmosférica ácida extrema, el declive de las plantaciones de piceas y la adopción de prácticas forestales comerciales inadecuadas. Esos bosques figuran entre los ecosistemas más sensibles de Europa: la roca madre, de lenta meteorización, y los suelos podsólicos superficiales con un contenido muy escaso de cationes básicos tienen una capacidad reducida de amortiguación para hacer frente a la deposición ácida. La mejora de la calidad del agua superficial de los montes Jizera que se ha registrado recientemente se debe a la reducción de la contaminación atmosférica y a la disminución de la superficie foliar (así como de la densidad de la cubierta de copas) conseguidas mediante la corta a hecho de los rodales de piceas, y en parte también al encalado de los embalses y cuencas hidrográficas. Los valores del pH del agua han aumentado de 4-5 a 5-6; las concentraciones de aluminio han disminuido de 1-2 mg por litro a 0,2-0,5 mg por litro; y se ha reintroducido con éxito el salvelino (Salvelinus fontinalis) en los embalses de cabecera. El encalado ha aumentado de forma demostrable la alcalinidad del agua de los embalses. Sin embargo, la modificación drástica de la composición química del agua puede provocar cambios imprevisibles en la productividad de fitoplancton y zooplancton en los embalses, ocasionando problemas en el tratamiento del agua. El encalado en las cuencas hidrográficas como medio de reducir la acidez del suelo también comporta muchos riesgos en los lugares en los que existe una mineralización excesiva. La revitalización de las cuencas de captura debería ser duradera sin intervenciones adicionales (Haigh y K e ek, 2000). En los bosques de los montes Jizera todavía se supera en un 50 por ciento aproximadamente la acidez atmosférica crítica (de 500 a 700 equivalentes de ácido por hectárea y año) (RIVM, 1993). Desde una perspectiva a largo plazo, se podría mejorar la calidad del agua plantando masas arbóreas con una composición casi autóctona (bosques de frondosas o mezclados con una menor superficie foliar y una aspereza superficial más reducida en comparación con las plantaciones de piceas). También las especies arbóreas naturales con un sistema radicular profundo (hayas y abetos) pueden mejorar la estabilidad del ecosistema, al incluir horizontes del subsuelo en el ciclo de los nutrientes, reducir el lixiviado de los mismos y estabilizar las laderas. La ordenación de las cuencas hidrográficas de montaña debe incluir prácticas forestales tradicionales respetuosas con el medio ambiente como las cortas a hecho limitando el volumen de las talas, la plantación anticipada, el arrastre de madera mediante caballos o cables, el desembosque esta-cional y la reforestación manual. El respeto de las zonas ribereñas es esencial para la estabilización de las cuencas hidrográficas de montaña.