conferencia del secretario de estado de seguridad, francisco

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CONFERENCIA DEL SECRETARIO DE ESTADO DE SEGURIDAD,
FRANCISCO MARTINEZ, EN EL CURSO DE VERANO DE LA UNIVERSIDAD
INTERNACIONAL MENÉNDEZ PELAYO DE SANTANDER DENTRO DEL
ENCUENTRO “LA INSTRUCCIÓN PENAL: ¿JUEZ INQUISITIVO
O JUEZ DE GARANTÍAS? EL PAPEL DEL FISCAL
“LA ACTUACIÓN DE LA POLICÍA JUDICIAL EN EL PROCESO PENAL”
Palacio de la Magdalena (Santander), 5 de julio de 2013
1. Agradecimientos y pertinencia del encuentro
Quiero agradecer a la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y a los
organizadores de este Encuentro la invitación que me han cursado.
Aprovecho también para felicitarles por el tema elegido, la instrucción
penal, muy pertinente en un momento en el que España se prepara para
reformar la Ley de Enjuiciamiento Criminal con un doble objetivo: por una
lado, modernizar los procedimientos judiciales para hacerlos más ágiles y
efectivos, y por otro, dar mayores garantías procesales.
Agilizar la justicia
En el barómetro de febrero de 2011 del CIS el 77,5% de los encuestados
afirmaban, cito: “Si los tribunales fueran más rápidos, recurriríamos a ellos
con más frecuencia”.
Es una percepción ciudadana que no nos puede dejar indiferentes, sino que
debe animar a los poderes públicos a reformar la administración de justicia y
así mejorar la calidad de nuestra democracia.
Uno de los objetivos del futuro Código Procesal Penal es agilizar esa
administración de justicia. Se establecen procedimientos flexibles y
novedosos como la mediación penal y se prima la conformidad entre las
partes. Y hay, además, una cuestión que tendrá particular incidencia en la
actuación policial: los plazos de investigación. Se busca agilizar la instrucción
e imprimir celeridad a las actuaciones sobre la base de un modelo de
instrucción con plazos tasados.
Cf
CONFERENCIA DEL SECRETARIO DE ESTADO DE SEGURIDAD, FRANCISCO MARTINEZ, EN EL CURSO DE VERANO
DE LA UNIVERSIDAD INTERNACIONAL MENÉNDEZ PELAYO DE SANTANDER DENTRO DEL ENCUENTRO
“LA INSTRUCCIÓN PENAL: ¿JUEZ INQUISITIVO O JUEZ DE GARANTÍAS? EL PAPEL DEL FISCAL
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Mayores garantías procesales
De las mayores garantías procesales creo que ya se ha hablado y discutido
en las sesiones anteriores el miércoles y el jueves.
A las puertas de la muerte, decía don Marcelino Menéndez Pelayo: “¡Qué
pena morir, cuando me queda tanto por leer!”. Parafraseando podría decir
que qué pena hablar hoy y aquí ahora sin haber tenido ocasión de poder
asistir a las interesantes conferencias y mesas redondas anteriores. Se ha
hablado sobre el nuevo proceso penal; la contraposición entre el juez de
garantías y el juez inquisitivo; el papel del fiscal en la instrucción penal; o la
instrucción penal desde una comparativa internacional.
Es una ventaja que ustedes como asistentes al encuentro tienen sobre el
orador. Ustedes podrán encajar las piezas de lo que a continuación diga en
el marco general de lo expuesto durante estos días. Me circunscribiré, pues,
a mi tarea: analizar la actuación de la Policía Judicial en el proceso penal.
2. El contexto constitucional
El artículo 126 de la Constitución Española de 1978 plantea el marco general
de la cuestión. Leo: «La policía judicial depende de los Jueces, de los
Tribunales y del Ministerio Fiscal en sus funciones de averiguación del delito
y descubrimiento y aseguramiento del delincuente, en los términos que la
ley establezca.»
En un marco más general, el del principio de separación de poderes que
inspira a nuestra Constitución, se podría decir que uno de los pilares sobre
los que se sustenta la independencia judicial, es precisamente la
dependencia funcional de las fuerzas policiales en función de Policía Judicial
de los Jueces y Fiscales. Es una aparente paradoja que una independencia
judicial efectiva se nutra de la dependencia de una parte del Poder
Ejecutivo. Pero la aparente paradoja se explica si entendemos que la división
de poderes, en ocasiones implica y hasta necesita de una interactuación
fructífera entre los mismos.
Cf
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“LA INSTRUCCIÓN PENAL: ¿JUEZ INQUISITIVO O JUEZ DE GARANTÍAS? EL PAPEL DEL FISCAL
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3. Funciones de policía judicial y el caso francés
¿Pero cuál es la razón de ser de esa dependencia funcional de parte de la
policía respecto de jueces y fiscales? La razón es ésta. El ejercicio de la
potestad jurisdiccional, juzgar y hacer ejecutar lo juzgado, requiere
necesariamente del concurso y asistencia de aquellos que se ocupan de la
labor de investigación del delito y del descubrimiento y aseguramiento del
delincuente. Expresado de una manera gráfica, la Policía Judicial son los
brazos y ojos de la Justicia. No los únicos brazos y ojos, pero sí los primeros
en el tiempo.
Quedan definidas, pues, las funciones de la Policía Judicial por las tareas de
esclarecimiento de las conductas presuntamente delictivas y la
identificación y aprehensión de sus responsables.
Permítanme que traiga a colación el tratamiento que de tales funciones
hace la Police Judiciaire, la Policía Judicial de Francia, para luego compararla
con las funciones tasadas por la normativa española.
El caso francés
Fue en 1907, ante el aumento de la criminalidad en Francia, cuando se creó
el embrión de policía judicial, una policía, en palabras de la época,
“encargada de secundar la autoridad judicial en la represión del crimen y del
delito”. El primer informe oficial de resultados, publicado el 21 de febrero de
1909, era optimista: 2.695 detenciones, entre las cuales 65 eran asesinos, 7
violadores, 10 falsificadores y 193 asaltadores a mano armada.
Cien años después, de vuelta a la actualidad y al análisis de las funciones, la
Policía Judicial francesa engloba sus funciones bajo el título de actes
d’enquête, actos de investigación. Enumera los siguientes:
1. Manifestaciones: el policía judicial toma las declaraciones de testigos
y de los sospechosos. En el caso de estos últimos, se podrán acoger al
derecho a guardar silencio.
2. Registros: de lugares, documentos y objetos.
3. Recogida de efectos o pruebas (les saisies): la puesta bajo jurisdicción
judicial de objetos o documentos que sirvan a “la manifestación de la
verdad”.
Cf
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4. Las constataciones: se trata de la verificación de los elementos
materiales de la investigación por la policía técnica o científica.
5. La garde à vue: es una figura que no existe en nuestro ordenamiento.
Se trata de una especie de detención provisional o localización
durante 24 horas del sospechoso para que pueda estar a disposición
de la justicia y de los investigadores. Está sometida al control de la
autoridad judicial y el plazo es prorrogable en casos de crimen
organizado o terrorismo.
6. Las intercepciones telefónicas.
7. Las requisitorias: por las que la policía judicial o el juez solicitan a una
persona que les entregue documentos o información.
La ventaja de esta enumeración y exposición de funciones es que sigue la
estructuración lógica sobre la que se vertebra la investigación criminal y deja
pocos huecos sin cubrir.
El caso español
En la normativa española se echa quizás en falta una enumeración algo más
exhaustiva de las funciones en las que se explicita la misión general de
averiguación del delito y aseguramiento del delincuente.
Tan sólo ofrece un listado el artículo 28 del Real Decreto 769/1987, de 19 de
junio, sobre regulación de la Policía Judicial. Son las siguientes:
• Inspecciones oculares.
• Aportación de primeros datos, averiguación de domicilios y paraderos
y emisión de informes de solvencia o de conducta.
• Emisión de informes periciales provisionales.
• Intervención técnica en levantamiento de cadáveres.
• Recogida de pruebas.
• Actuaciones de inmediata intervención.
Cf
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Y de modo general, la ejecución de órdenes inmediatas de Jueces y Fiscales.
4. ¿Quién es Policía Judicial?
¿Pero quién es Policía Judicial? Hay una Policía Judicial específica, pero
también se puede hablar de la Policía Judicial en su acepción más general.
4.1. Policía Judicial genérica
El artículo 547 de la Ley Orgánica 6/85, de 1 de julio, del Poder Judicial, dice
que la función de auxilio de la Policía Judicial «competerá, cuando fueren
requeridos para prestarla, a todos los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad.»
Así pues, existe una consideración funcional general de policía judicial que
atañe a todas las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Y esta una pieza clave en
la concepción de la tarea de todo policía. Del mismo modo que todo
miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad está llamado a velar por la
seguridad ciudadana y a proteger los derechos y libertades, también tiene, si
me permiten la expresión, inscrita en su ADN policial la misión de asistir a
jueces y fiscales en todo lo relativo a la investigación criminal. O dicho de
otro modo, sería difícil de imaginar la tarea de un policía o un guardia civil al
que le faltara o la misión de seguridad ciudadana o la misión de persecución
del delito dentro del sistema de provisión de justicia.
4.2. Policía Judicial específica
Pero junto a esta acepción general, existe una consideración específica y
restringida de Policía Judicial. De ella da razón el R.D. 769/1987 en la
exposición de motivos, cuando expresa que se quiere deslindar la
consideración funcional general antes aludida «de, (cito), lo que debe ser
una conceptuación moderna de la Policía Judicial como policía científica que
requiere la aplicación de principios de unidad orgánica y, sobre todo, de
especialización.»
Así, pues, la finalidad que guía la creación de unidades específicas de Policía
Judicial es una mayor efectividad y modernización por medio de la
especialización. Ésta se logra, a su vez, primero mediante una formación
específica y luego por especialización laboral.
Cf
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Por su parte, el principio de unidad orgánica persigue una doble finalidad:
por un lado, dotar a la Policía Judicial de una mayor operatividad y eficacia; y
por otro, facilitar la dependencia efectiva de la Policía Judicial de los Jueces y
Fiscales.
Y además, tal como recoge el capítulo V (artículos 29 al 36) de la Ley
Orgánica 2/1986, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, la
organización y funcionamiento de estas Unidades de Policía Judicial deben
estar presididos por los principios de permanencia, desempeño con carácter
exclusivo, especialización y estricta sujeción o dependencia funcional
respecto de Jueces, Tribunales y Ministerio Fiscal.
4.2.(bis) Unidades adscritas y orgánicas de PJ
Una vez vistos los principios que animan estas unidades de la que hemos
denominado como policía judicial específica, nos preguntamos ¿cuáles son
estas unidades?
El Real Decreto 769/1987, de 19 de junio, contempla la existencia de las
llamadas Unidades adscritas, adscritas a determinados Juzgados, Tribunales
o Fiscales. Así pues, tienen Unidades adscritas propias de Policía Judicial,
entre otros, las Audiencias Provinciales, los Tribunales Superiores de Justicia,
la Audiencia Nacional, la Fiscalía Antidroga o la Fiscalía contra la Corrupción
y la Criminalidad Organizada.
Hay Unidades Orgánicas de Policía Judicial en el Cuerpo Nacional de Policía,
de la Guardia Civil, las Policías Autonómicas Integrales (Cataluña, País Vasco
y Navarra) y en la Dirección Adjunta de Vigilancia Aduanera (DAVA) en la
investigación de determinadas figuras delictivas (contrabando).
Tan sólo en el Cuerpo Nacional de Policía y en la Guardia Civil hay unos 16
mil efectivos adscritos a funciones de Policía Judicial, a los que hay que
añadir unos 2.500 miembros del Cuerpo Nacional de Policía que realizan
labores de policía científica. Es algo más del 12% de los efectivos totales de
Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil.
5. La especialización
Para llevar cabo su labor de investigación criminal la Policía Judicial requiere
una formación específica y especialización. De hecho, la integración de
Cf
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funcionarios policiales en unidades orgánicas de la Policía Judicial exige una
previa formación especializada y la obtención del correspondiente título.
La formación tiene dos fases. La primera tiene lugar en los centros de
formación y perfeccionamiento de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y la
segunda, en el Centro de Estudios Judiciales.
Tras la formación, y por las particulares características de la Policía Judicial,
es necesaria la especialización.
Antes de las teorías evolucionistas de Charles Darwin, la taxonomía y la
ciencia biológica estaban influidas por las ideas de Jean-Baptiste Lamarck.
De él es la idea de que la función hace al órgano. Puesto en su ejemplo: la
jirafa que busca comida en árboles cada vez más altos acaba estirando el
cuello. La función hace al órgano. Pues lo que no vale como teoría biológica,
sí que tiene cabida en la práctica administrativa y es que así debe ser. Las
distintas funciones que debe desempeñar la Policía Judicial son la razón de
ser de la creación de los distintos órganos en que se compone.
Pero antes de abordar el caso español, les expondré someramente la
organización del FBI y de la Policía Judicial francesa.
El FBI
La Oficina Federal de Investigación o FBI se creó en 1935, pero tiene un
antecedente directo ya en 1908. Hay dos aspectos que nos interesan a la
hora de compararla con la Policía Judicial española. El primero es que está
orgánicamente adscrito al Departamento de Justicia y a su titular, el Fiscal
General, aunque como Agencia Federal tiene amplia autonomía. La segunda
es que no es en absoluto una especie de policía nacional, sino que comparte
la lucha contra el crimen con numerosas policías locales y estatales, así
como con otras agencias federales de seguridad.
En cuanto a sus funciones, el FBI señala ocho como prioritarias. Tres de ellas
tienen que ver principalmente con la seguridad nacional: terrorismo,
contrainteligencia y cibercrimen. Y las otras cinco son más propiamente de
investigación criminal y, por tanto, de policía judicial. Son: lucha contra la
corrupción pública, defensa de los derechos civiles, lucha contra el crimen
organizado, lucha contra el crimen violento y el robo, y lucha contra delitos
económicos.
Cf
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Policía Judicial francesa
Por su parte, la Policía Judicial francesa se organiza como una Dirección
Central con cuatro subdirecciones: la de Policía Técnica y Científica, la de
lucha contra la criminalidad organizada y la delincuencia financiera, la de
lucha antiterrorista y la subdirección estratégica. Al igual que en el caso
español cuenta, además, con servicios territoriales y tiene una réplica en la
Gendarmería.
En España
Tal como dije antes en España hay Unidades Orgánicas de Policía Judicial del
Cuerpo Nacional de Policía, de la Guardia Civil, de Aduanas y de las tres
policías autonómicas integrales. No tenemos tiempo de analizarlas todas,
por lo que tomaré tan sólo el ejemplo del Cuerpo Nacional de Policía porque
es el que tiene una estructura más diversificada y que nos permite observar
mejor la especialización funcional de nuestra Policía Judicial.
En los servicios centrales del Cuerpo Nacional de Policía hay dos Comisarías
Generales dedicadas a labores de Policía Judicial: por un lado, la Comisaría
General de Policía Judicial propiamente dicha y, por otro, la Comisaría
General de Policía Científica.
La Policía Científica presta los servicios de criminalística, identificación,
analítica e investigación técnica, y elabora los informes periciales y
documentales que le son encomendados ya sea por otras unidades
policiales o por jueces y fiscales.
Por su parte, la Comisaría General de Policía Judicial tiene funciones que quedan
claramente explicitadas en las distintas unidades que la conforman y que, tras la
última reorganización por Orden Ministerial de 18 de enero de 2013, son:
• Unidad Central de Droga y Crimen Organizado
• Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta
• Unidad Central de Inteligencia Criminal (que es la que se ocupa de los
planes estratégicos y operativos)
• Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal,
• Unidad de Investigación Tecnológica.
Cf
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Los nombres son lo suficientemente explícitos como para requerir
explicaciones, pero tan sólo añadiré dos acotaciones. La Unidad dedicada a
delincuencia económica y fiscal, más conocida como UDEF, se ocupa de
delitos tan diversos como los relacionados contra la Hacienda Pública,
contra la Seguridad Social, contra los derechos de los trabajadores, fraudes
financieros, fraudes en los medios de pago, delitos bursátiles, espionaje
industrial y estafas de especial trascendencia, así como contra el blanqueo
de capitales y la corrupción.
Por su parte, la Unidad de Investigación Tecnológica, la UIT, es la de más
reciente creación, y responde a la necesidad de combatir los delitos
cibernéticos, ya sean delitos de estafas, de ataques informáticos o de robo
de propiedad intelectual por Internet, como también la pedofilia en la red o
el acoso a menores a través de las redes sociales.
En lo relativo a la ciberdelincuencia, y debido a la novedad de las formas
delictuales, ha sido necesario modificar el Código Penal estableciendo
determinadas tipificaciones delictivas al respecto. Y desde la perspectiva
policial, la complejidad que entraña la investigación de este tipo de delitos
hace más necesaria la especialización y la formación de unidades altamente
cualificadas como la UIT.
Les daré algunas cifras estadísticas para dar perspectiva a estas distintas
funciones del Cuerpo Nacional de Policía como Policía Judicial. Del 1 de
mayo de 2012 al 1 de mayo de 2013 fueron conocidos por el CNP 35.704
delitos, un 5,37% menos que el año anterior. De esos delitos fueron
esclarecidos 16.942, un 47,45%, prácticamente la misma tasa que el año
anterior. Y la cifra de detenidos fue de 14.900, un 8,2% menos que el año
anterior.
Claro está que las cifras de esclarecimiento en los delitos contra las personas
son mucho mayores. De los 619 delitos conocidos de 1 de mayo de 2012 a 1
de mayo de 2013 fueron esclarecidos el 94,2% de los casos, con un total de
598 detenidos. En los delitos de malos tratos se registraron 3.392 con una
tasa de esclarecidos cercana al 100% y 2.322 detenidos.
Cf
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6. La Policía Judicial en el Proceso Penal
Creo que es momento de hablar de la actuación concreta de la policía
judicial en el proceso penal. Nos centramos, para ello, en la que hemos
denominado Policía Judicial específica o en sentido estricto.
El Real Decreto de regulación de la Policía Judicial establece que cuando los
miembros de las Unidades Orgánicas de Policía Judicial realicen diligencias
de investigación criminal formalmente concretadas a un supuesto
presuntamente delictivo, pero con carácter previo a la apertura de la
correspondiente actuación judicial, actuarán bajo la dependencia del
Ministerio Fiscal, que podrá hacerse cargo de la dirección de aquéllas. Pero
una vez iniciado el procedimiento penal será el Juez o Tribunal el que tratará
directamente con el Jefe de la Unidad correspondiente de Policía Judicial
para encomendarle la práctica de cualquier investigación u otras misiones.
Es decir, el Ministerio Fiscal podrá dirigir la investigación antes de la
apertura del procedimiento penal. Pero una vez abierto corresponde a la
autoridad judicial.
La Ley Orgánica del Poder Judicial dedica el Título III del Libro VII a la Policía
Judicial. En el artículo 549 habla de las funciones específicas que a la Policía
Judicial le son encargadas por las autoridades judiciales o fiscales. De las
funciones ya hemos hablado con anterioridad, así que nos las repetiré.
Una vez hechas las distintas diligencias, el elemento material en el que
queda plasmada la actuación de la policía judicial es el atestado, en el que se
especificarán con la mayor exactitud los hechos por averiguados, incluyendo
las declaraciones e informes y anotando todas las circunstancias observadas
y que pudieran ser prueba o indicio de delito.
La relevancia del atestado estriba en que se considerarán denuncias a
efectos legales.
Por ello la Comisión Nacional de Coordinación de la Policía Judicial, de la que
hablaré a continuación, editó hace unos años un pequeño manual con criterios
para la práctica de diligencias por la policía judicial. En él se recoge un catálogo
de las diligencias de utilización más frecuente en el atestado, como la diligencia
de entrada y registro; el reconocimiento fotográfico; los registros personales;
la detención e información de derechos; y un largo etcétera.
Cf
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En el largo etcétera me permitirán que les cite a Gill Grissom, un Policía
Judicial televisivo, el personaje central de C.S.I. Las Vegas, cuando le dice a
un sospechoso: “por favor, remánguese la camisa, necesito un litro de su
sangre”.
Y hago la cita porque una correcta (y educada) práctica de las distintas
diligencias policiales es indispensable para preservar y no malograr los
resultados obtenidos durante la investigación criminal. La función
investigadora está estrechamente ligada a la función de enjuiciar. De ahí que
el éxito de esta última esté ligado a una buena conducción de la primera y
sea necesario armonizar los procedimientos de actuación de los miembros
de la Policía Judicial.
Pero hay otra cuestión latente en la buena práctica de toda diligencia
investigadora y es que siempre está presente una cierta tensión
contradictoria entre la necesidad de investigar y la de preservar los derechos
y libertades de las personas investigadas. Es imprescindible no traspasar los
límites y actuar con un escrupuloso respecto de los derechos de los
investigados. Pero también resulta necesaria una actuación investigadora
incisiva e inquisitiva, que sea capaz de averiguar el delito y descubrir y
asegurar al delincuente.
7. ¿Cómo se articula la dependencia funcional?
Para ir terminando, me gustaría volver sobre un aspecto esencial del que ya
he hablado al principio: la efectiva dependencia de la Policía Judicial
respecto de jueces y fiscales.
El FBI
Pero antes de hablar de la situación en España, trataré muy brevemente del
caso del FBI, como policía judicial federal, y su dependencia de los U.S.
Attorneys, o fiscales federales.
Aunque el FBI es responsable de investigar eventuales violaciones de leyes
federales, el FBI no puede, y así lo explicitan en su página web, dar su
opinión o decidir si un individuo es imputado o encausado. Son los fiscales
federales los responsables de tomar esa decisión e iniciar el proceso judicial.
Asimismo, toda la información y efectos obtenidos durante la investigación
se ponen a disposición del fiscal competente.
Cf
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Lo que el FBI explicita con claridad y cierta candidez en su sección de
“preguntas más frecuentes” no es más que el normal proceder de cualquier
policía judicial, sólo que en Estados Unidos la policía judicial y su labor
investigadora están sometidas al control y dirección de los fiscales. En
España, como ustedes saben, hasta ahora esta función de dirección de la
investigación la llevan a cabo el juez instructor y el fiscal. El sistema
propuesto en la reforma del Código Procesal Penal es más parecido al de
Estados Unidos y otros países de nuestro entorno.
En España
Volviendo a la dependencia que la Constitución establece en su artículo 126
de la Policía Judicial respecto de Jueces, Tribunales y Ministerio Fiscal, hay
que entenderla a la luz de la finalidad perseguida. Por un lado una finalidad
político-constitucional: dotar al Poder Judicial de las herramientas precisas
para ejercer su labor de manera independiente. Y por otro una finalidad
práctica: se trata de establecer una estrecha vinculación entre las unidades
policiales dedicadas a la investigación criminal y las autoridades judiciales y
fiscales. El objetivo es que estas últimas puedan disponer de manera
inmediata del apoyo técnico imprescindible para las diligencias de
investigación criminal en los procesos penales que ante ellas se tramitan.
¿Y cómo se articula esta dependencia funcional? Está recogida en los
artículos 10 al 17 del Real Decreto sobre Regulación de la Policía Judicial.
En el artículo 11 se establece que los funcionarios policiales seguirán las
órdenes del fiscal o el juez «sin que las instrucciones de carácter técnico que
obtuvieren de sus superiores policiales inmediatos puedan contradecir las
primeras.» Así pues, pese a la dependencia orgánica de órganos policiales, el
que actúa como policía judicial no puede encontrar una contradicción entre
su dependencia funcional y la orgánica, debiendo siempre primar la primera.
En el artículo 16, para evitar intromisiones en la dependencia funcional de la
Policía Judicial respecto de jueces y fiscales, impide que sean removidos o
apartados de la investigación hasta que finalice la misma si no es por
decisión o con la autorización del Juez o Fiscal competente.
Se podría, por tanto, decir que la “independencia” de la Policía Judicial
respecto de su adscripción orgánica es uno de los fundamentos que
aseguran su efectiva dependencia funcional de Jueces y Fiscales.
Cf
CONFERENCIA DEL SECRETARIO DE ESTADO DE SEGURIDAD, FRANCISCO MARTINEZ, EN EL CURSO DE VERANO
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Por último, para que la institución sea funcional es imprescindible un
sistema de coordinación y dirección unitaria que evite la dispersión de
esfuerzos y el desconcierto operativo. A tal efecto existen la Comisión
Nacional de Policía Judicial y las Comisiones Provinciales de Policía Judicial,
compuestas por representantes de la judicatura, la fiscalía y de las Fuerzas
de Seguridad, y presididas respectivamente por el Presidente del Tribunal
Supremo, a nivel nacional, y por el Presidente de la Audiencia Provincial, en
cada provincia.
8. Conclusión
Para concluir permítanme que resuma brevemente lo dicho hasta ahora.
Hemos visto que el sistema de investigación criminal que lleva a cabo la
Policía Judicial es la pieza con la que se inicia el proceso penal. Por ello, es
imprescindible incardinar la labor de la Policía Judicial en la tarea judicial, de
juzgar y hacer cumplir lo juzgado. Esta incorporación de la Policía Judicial al
proceso judicial penal se consolida y fortalece a través de la dependencia
funcional de esta policía respecto de Jueces, Tribunales y Ministerio Fiscal.
Cumple así el policía, en su labor de investigación criminal y de apoyo a
jueces y fiscales, una tarea intrínseca a la misión de todo policía. Parece,
pues, necesario preservar la función genérica de policía judicial que todo
miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad tiene. Pero al mismo
tiempo, y por razones de eficacia, es necesaria la especialización y el
establecimiento de unidades específicas de policía judicial.
Estas Unidades Orgánicas, así como las Unidades adscritas, deben gozar de
la independencia necesaria respecto de la estructura policial para, en su
calidad de Policía Judicial, asegurar su dependencia de Jueces y Fiscales.
Esta arquitectura existe y está suficientemente protegida por las
disposiciones normativas vigentes. Es el fundamento de un buen
funcionamiento de la investigación criminal como primer elemento del
proceso penal.
Las reformas previstas irán, estoy seguro, en el sentido de garantizar este
buen funcionamiento e independencia de la Policía Judicial y, por tanto, del
proceso judicial penal, sin menoscabar la necesaria función genérica de
policía judicial que corresponde a todas las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
Muchas gracias.
Cf
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