minuta ina - Tribunal Constitucional

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Santiago, dos de julio de dos mil trece.
VISTOS:
Con fecha 6 de septiembre de 2012, la Jueza Titular del
Juzgado de Familia de Pudahuel, Nel Greeven Bobadilla, ha
solicitado
la
declaración
de
inaplicabilidad
por
inconstitucionalidad del artículo 206 del Código Civil.
El precepto cuya aplicación se impugna dispone:
“Art. 206. Si el hijo es póstumo, o si alguno de
los padres fallece dentro de los ciento ochenta
días
siguientes
al
parto,
la
acción
podrá
dirigirse en contra de los herederos del padre o
de la madre fallecidos, dentro del plazo de tres
años, contados desde su muerte o, si el hijo es
incapaz, desde que éste haya alcanzado la plena
capacidad.”.
La gestión invocada es un proceso de reclamación de
filiación no matrimonial y posesión notoria de estado civil,
respecto de una persona adulta de 61 años, que reclama su
calidad de hijo, pues su padre concurre al acta de nacimiento
y lo reconoce, pero el año 2011 –una vez fallecido el padrese
rechaza
su
solicitud
de
posesión
efectiva
y
se
le
desconoce tal calidad, por cuanto el reconocimiento no se
hizo por instrumento público inscrito al margen de la partida
respectiva, como lo exigía la normativa legal vigente a la
época del reconocimiento.
La
jueza
requirente
estima
que
la
aplicación
de
la
preceptiva impugnada, en la gestión de que conoce, vulneraría
las garantías constitucionales de la igualdad ante la ley y
del derecho a la identidad, reconocida la última, explícita e
implícitamente,
conforme
al
artículo
Fundamental,
asegurada
en
la
y
5°
Convención
de
la
Carta
Americana
de
Derechos Humanos, la Convención de Derechos del Niño y el
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en la
medida que se restringe sólo a los casos del artículo 206 la
posibilidad de demandar a los herederos, no obstante que en
2
el caso sub lite se ha demandado la posesión notoria de
estado civil y ésta ha operado respecto de terceros. Agrega
asimismo
la
igualdad
matrimoniales,
entre
reconocida
hijos
en
la
matrimoniales
Convención
y
no
Americana
de
Derechos Humanos.
Finalmente cita, a modo ejemplar, algunos casos en que
el Tribunal Constitucional ya se pronunció a favor de la
inaplicabilidad del precepto impugnado.
Con fecha 12 de septiembre de 2012 se acogió a trámite
el requerimiento, con suspensión del procedimiento y traslado
de admisibilidad, el cual no fue evacuado por ninguna de las
partes.
Declarado
admisible
el
requerimiento
y
conferido
traslado acerca del fondo, ninguna de las partes lo evacuó,
sin perjuicio de haberse formulado observaciones reiterativas
del requerimiento por la jueza requirente.
Con fecha 9 de abril de 2013 se verificó la vista de la
causa, sin que se presentaran abogados para alegar.
Y CONSIDERANDO:
I.
EL CONFLICTO DE CONSTITUCIONALIDAD SOMETIDO A LA
DECISIÓN DE ESTA MAGISTRATURA.
PRIMERO: Que el artículo 93, inciso primero, Nº 6º, de
la
Constitución
atribución
del
Política
Tribunal
de
la
República
Constitucional
dispone
que
es
“resolver,
por
la
mayoría de sus miembros en ejercicio, la inaplicabilidad de
un precepto legal cuya aplicación en cualquier gestión que se
siga ante un tribunal ordinario o especial, resulte contraria
a la Constitución”;
SEGUNDO: Que la misma norma constitucional expresa, en
su inciso undécimo, que, en este caso, “la cuestión podrá ser
planteada por cualquiera de las partes o por el juez que
conoce del asunto” y agrega que “corresponderá a cualquiera
de las salas del Tribunal declarar, sin ulterior recurso, la
admisibilidad
de
la
cuestión
siempre
que
verifique
la
3
existencia
de
una
gestión
pendiente
ante
el
tribunal
ordinario o especial, que la aplicación del precepto legal
impugnado pueda resultar decisivo en la resolución de un
asunto, que la impugnación esté fundada razonablemente y se
cumplan los demás requisitos que establezca la ley”;
TERCERO:
expositiva,
Que,
la
como
Jueza
se
Titular
ha
indicado
del
Juzgado
en
de
la
parte
Familia
de
Pudahuel, Nel Greeven Bobadilla, ha deducido un requerimiento
de
inaplicabilidad
Civil,
en
la
respecto
causa
del
sobre
artículo
206
reconocimiento
de
del
Código
paternidad,
caratulada NN.NN., RIT C-2179-2012, RUC 12-2-0286020-4, de
que conoce actualmente ese tribunal. Ésta es precisamente la
gestión
pendiente
que autoriza a plantear la cuestión
de
inaplicabilidad;
CUARTO:
Que
el
requerimiento
aludido
precedentemente
tiene su fundamento en la resolución adoptada, con fecha 31
de agosto de 2012, por la jueza de familia requirente, que
rola a fojas 33 y siguientes, la que, en síntesis, sostiene
que en la causa ya individualizada se ha deducido una demanda
de
reclamación
Barrera,
en
Mercedes
Rojas
supuesto
padre
de
paternidad por don Manuel Sergio Rojas
contra
de
Barrera,
su
hermana,
en
su
doña
calidad
Deidamia
de
de
las
heredera
del
común, don Manuel Sergio Rojas Saavedra
–
fallecido el 21 de junio de dos mil once–, y de quien el
demandante
dicha
sostiene
calidad
de
ser hijo por poseer en forma notoria
un
modo
irrefragable,
durante
61
años.
Agrega que si bien consta, tanto en la partida como en el
certificado de nacimiento del demandante, el reconocimiento
voluntario de ambos padres, éste no se habría realizado a
través de instrumento público subinscrito al margen de la
partida de nacimiento, tal como lo prescribía la ley de aquel
momento, llevando a que su reconocimiento no fuera perfecto e
impidiéndole actuar como heredero de su padre.
Añade la jueza requirente que la norma del artículo 206
del Código Civil restringe a dos los supuestos en que se
4
puede reclamar la filiación cuando ha muerto alguno de los
padres:
1)
si
el
fallecimiento
de
éste
es
previo
al
nacimiento (hijo póstumo) o 2) si el deceso acontece dentro
de
los
ciento
ochenta
días siguientes al parto. Precisa,
también, que si se concuerda la norma legal impugnada con
otras disposiciones como los artículos 204, 205, 317, inciso
segundo, y 1097 del Código Civil, puede concluirse que la
acción de reclamación de la filiación debe entablarse contra
los padres vivos o contra los herederos en los ya mencionados
casos del artículo 206 del Código Civil;
QUINTO:
sometido
a
Que,
la
precisando
decisión
de
el
conflicto
esta
constitucional
Magistratura,
la
jueza
requirente plantea que la aplicación del artículo 206 del
Código Civil, en la causa de reclamación de paternidad de que
se trata, infringiría, por una parte, el artículo 19 N° 2°
constitucional, que asegura el derecho a la igualdad ante la
ley, por cuanto, en su concepto, la aplicación del artículo
206 del Código Civil en el asunto sub lite levantaría una
discriminación arbitraria entre aquellos hijos cuyos padres
están
vivos,
y
aquellos
cuyos
padres
murieron
antes
de
entablarse la demanda y fuera del plazo que establece la ley,
vedando, en este segundo caso, la posibilidad de accionar.
Asimismo, aduce que se infringiría el artículo 17 N° 5°
de la Convención Americana de Derechos Humanos, que prescribe
que: “La ley debe reconocer iguales derechos tanto a los
hijos nacidos fuera de matrimonio como a los nacidos dentro
del mismo.” Afirma que ello es especialmente sensible en un
caso como el presente, donde el requirente reclama respecto
de
quien
por
desconocimiento
no
efectuó
los
trámites
pertinentes a dicha época y sólo desea que se le reconozca la
calidad de hijo que siempre ostentó en los hechos, según sus
dichos y la propia partida de nacimiento. En ella aparece que
los padres pidieron dejar constancia de sus nombres –firmando
en señal de conformidad-, lo que hoy en día, de acuerdo al
artículo
188
del
Código Civil, bastaría para tenerlo por
5
reconocido, pero a la época en que se produjo la inscripción,
la norma que regía la materia era el artículo 272, inciso
primero,
del
primitivo
Código
Civil,
que
rezaba:
“El
reconocimiento deberá hacerse por instrumento público entre
vivos o por acto testamentario.”.
Por su parte, la Ley N° 10.271, que entró en vigencia el
2 de junio de 1952, esto es, un año y medio después del
nacimiento e inscripción del actor, sustituyó dicha norma por
otra que exigía una declaración de reconocimiento formulada
por escritura pública, en la inscripción de nacimiento del
hijo o en acto testamentario, agregando que “con todo, el
hecho de consignarse el nombre del padre o de la madre, a
petición
de
ellos,
en
la
inscripción
de
nacimiento,
es
suficiente reconocimiento de filiación natural.” Concluye que
el
problema
de
anterioridad
al
los
año
hijos
no
matrimoniales
nacidos
con
1952 se agudiza porque los artículos
transitorios de la Ley N° 10.271 no se hicieron cargo del
problema producido y porque esos hijos suelen enterarse de
este asunto al pedir la posesión efectiva de los bienes ante
la muerte de los que siempre actuaron como padres ante hijos
que legítimamente creyeron que lo eran;
SEXTO: La magistrada requirente sostiene, asimismo, que
la aplicación del artículo 206 del Código Civil al asunto sub
lite
vulneraría
supuesto
hijo,
procesal
también
en
la
destinada
a
Funda
esta
filiación.
dispuesto
en
el
el
derecho
medida
que
obtener
a
lo
la
priva
identidad
de
la
del
acción
el
reconocimiento
de
su
infracción
constitucional
en
lo
de
la
artículo
5°,
inciso
segundo,
Constitución Política de la República, en relación con lo
prescrito
en
los
artículos
8
de
la
Convención
sobre
los
Derechos del Niño; 3, 5.1, 11.1, 17 y 18 de la Convención
Americana de Derechos Humanos, y 16, 17.1 y 24 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Lo anterior,
en la medida que, según sostiene, el derecho a la identidad
es
uno
de
los
“derechos
esenciales
que
emanan
de
la
6
naturaleza humana” como reza el artículo 5° constitucional
aludido, ya que se refiere a la configuración interna de la
persona, su personalidad, manera de ser, forma de pensar,
aquello que la hace distinta de otra, del mismo modo que su
dimensión física, y cuya integridad debe ser protegida de la
misma manera;
II.
CUESTIÓN PREVIA.
SÉPTIMO: Que, para abocarse al juzgamiento que seguirá
a continuación, este Tribunal aprecia que no se ha sometido
a la decisión del Tribunal Constitucional un conflicto de
normas legales, respecto del cual sólo el juez de fondo
tiene
competencia
para
resolver,
como
se
ha
reiteradamente en su jurisprudencia (roles N°s
indicado
1700, 1772,
1781, 1794, 1830, 1832, 1839 y 1860, entre otros).
Por el contrario, de lo que se trata es de dilucidar
una duda de constitucionalidad que a la jueza que ha de
resolver un asunto de familia se le ha suscitado en el caso
concreto
que
ha
Constituyente
posibilidad
de
de
de
juzgar
2005
que
y,
para
instituyó,
los
jueces
esos
efectos,
precisamente,
puedan
requerir
el
la
de
inaplicabilidad ante el Tribunal Constitucional. De hecho,
la
jueza
requirente
invoca
–en
apoyo
de
su
acción-
las
sentencias de este Tribunal recaídas en los roles N°s 1340,
1537,
1563
y
1656,
que
acogieron
sendas
acciones
de
inaplicabilidad deducidas contra el mismo precepto impugnado
en esta ocasión y por razones similares a las que en esta
oportunidad se esgrimen;
OCTAVO:
Que
la
duda
de
constitucionalidad
que
esta
Magistratura debe decidir no se refiere, por cierto, a la
determinación
de
la
legislación
específica
que
debe
aplicarse a la situación concreta que afecta al actor del
proceso de reclamación de paternidad -la normativa anterior
a la vigencia de la Ley N° 10.271 o la posterior a ella-,
pues tal determinación que incide en la aplicación de la ley
7
en el tiempo es propia del juez de fondo y no de este
Tribunal Constitucional;
III. INFRACCIÓN A LA IGUALDAD ANTE LA LEY.
NOVENO: Que, según se ha recordado, en el auto motivado
que rola a fojas 33 y siguientes, la Jueza de Familia de
Pudahuel ha argumentado que la aplicación del artículo 206
del
Código
Civil
expositiva-,
en
–debidamente
la
gestión
reproducido
pendiente
de
en
la
parte
reclamación
de
paternidad sometida a su conocimiento, resultaría contraria
al
derecho
a
la
igualdad
ante
la
ley
consagrado
en
el
artículo 19 N° 2° de la Carta Fundamental.
Aduce, en este sentido, que de la lectura del precepto
reprochado
personas
aparece
que
distinción
se
que
una
doble
encuentran
estima
diferencia
en
una
arbitraria
de
trato
situación
y
entre
similar,
contraria
a
la
Constitución. Agrega que, en efecto, la ley establece una
diferencia entre dos clases de hijos: aquellos cuyos padres
están
vivos
y
aquellos
cuyos
padres
murieron
antes
de
entablarse la demanda y fuera del plazo para demandar que
establece la ley, vedando en este último caso la posibilidad
de
accionar.
entre
Por
aquellos
otra
hijos
parte, la
concebidos
norma también
y
nacidos
discrimina
dentro
del
matrimonio, a quienes ampara la presunción del artículo 184
del Código Civil, y aquellos nacidos y concebidos fuera del
matrimonio, a quienes no los favorece presunción alguna (fs.
42). Continúa la magistrada señalando que el antiguo artículo
272,
inciso
primero,
del
Código Civil
prescribía que
los
hijos naturales debían ser reconocidos mediante declaración
formulada con ese determinado objeto en escritura pública,
subinscrita en la inscripción de nacimiento del hijo. Esta
disposición afectó a todos los hijos naturales nacidos con
anterioridad
a
junio
de
1952,
época
en
que,
además,
la
situación de escolaridad y alfabetización no era la misma que
8
existe en la actualidad, omitiendo los padres la gran mayoría
de las veces este esencial trámite al momento de inscribir a
sus hijos. Éstos, como el demandante de la gestión pendiente,
se enteran cuando ya son adultos, al momento de solicitar la
posesión efectiva de los bienes de quienes siempre actuaron
como sus padres, que su filiación no se encuentra determinada
(fs. 47 a 49);
DÉCIMO: Que el precepto reprochado ha sido declarado
inaplicable
en
pronunciamientos
anteriores
de
esta
Magistratura (STC roles N°s 1340, 1537, 1563 y 1656), por
resultar las limitaciones en él contenidas inconciliables con
el
derecho
a
la
igualdad
ante
la
ley
(consagrado
en
el
numeral 2° del artículo 19 constitucional).
La
inaplicabilidad
inconstitucional
posibilidad
herederos
de
del
que
se
el
incoar
fundado
legislador
la
presunto
ha
acción
padre
o
de
en
haya
que
circunscrito
filiación
madre
resulta
contra
cuando
éstos
la
los
hayan
fallecido antes del parto o, a más tardar, dentro de los
ciento ochenta días siguientes al mismo, toda vez que este
último requisito entraña una exigencia arbitraria que limita
injustificadamente
el
derecho
del
hijo
a
reclamar
su
filiación y lo sitúa en una desventaja respecto de quienes su
presunto
padre
efectivamente
murió
dentro
de
tal
plazo.
Luego, la diferencia de trato frente a situaciones del todo
similares –presuntos hijos que persiguen el reconocimiento de
su paternidad- resulta evidente, independientemente de cuál
sea el objetivo final que persigue ese reconocimiento, pues,
en el presente caso, se trata de posibilitar el ejercicio de
los derechos hereditarios del supuesto hijo;
DECIMOPRIMERO:
Que,
al
mismo
tiempo,
la
diferencia
generada por la aplicación del artículo 206 del Código Civil
respecto de un presunto hijo que, como en la especie, se
enfrentó
al
fallecimiento
de
su
presunto
padre
ocurrido
9
después de los ciento ochenta días siguientes al parto y que,
como consecuencia de ello, se vería impedido de obtener el
reconocimiento de la supuesta paternidad que, a su juicio,
ostentaba en los hechos, no aparece necesaria ni idónea para
obtener la finalidad que podría perseguir la norma impugnada
en orden a proteger la tranquilidad de los herederos frente a
demandas infundadas o tendenciosas;
DECIMOSEGUNDO:
explicación
Que,
racional
en
para
efecto,
el
en
búsqueda
establecimiento
de
del
una
referido
término de ciento ochenta días contados desde el nacimiento
del presunto hijo para que tenga lugar la muerte del padre,
no
cabe
sino
concluir
que
el
mismo
es
resultado
de
una
extrapolación impropia de dicho plazo desde la regulación de
la paternidad presuntiva derivada del artículo 76 del Código
Civil (base de la presunción pater is est, en relación con lo
dispuesto en el inciso segundo del artículo 184 del mismo
Código), plenamente aplicable para determinar la filiación
matrimonial,
matrimonial,
a
una
como
situación
es
la
de
planteada
posible
en
filiación
autos.
De
allí
no
que
determinar la procedencia de la acción de filiación contra
los herederos en función de la muerte del padre o de la madre
dentro de un cierto plazo, por lo demás exiguo, contado desde
el nacimiento del hijo, resulte ser un condicionamiento sin
base
lógica,
por
lo
mismo
razonabilidad
con
el
que
contrario
debe
al
estándar
confrontarse
de
cualquier
diferencia de trato examinada a la luz de los criterios de
necesidad e idoneidad de la norma cuestionada;
DECIMOTERCERO: Que, por lo demás, si el artículo 206 del
Código Civil buscaba preservar la paz y la armonía familiar
de
los
herederos,
que
podía
verse
violentada
por
falsas
imputaciones de paternidad, bastaba con introducir resguardos
frente a ese tipo de demandas (como la verosimilitud de las
10
pruebas acompañadas) o con asegurar que se respondiera de la
mala fe empleada.
La
conclusión
precedente
cobra
especial
vigor
si
se
atiende al tenor del inciso segundo del artículo 195 del
Código
Civil,
según
el
cual
“el
derecho
de
reclamar
la
filiación es imprescriptible e irrenunciable. Sin embargo,
sus
efectos
patrimoniales
quedan
sometidos
a
las
reglas
generales de prescripción y renuncia.” (Énfasis agregado).
Así, el derecho de los herederos del supuesto padre o madre
queda
resguardado
desde
el
punto
de
vista
patrimonial
conforme a las reglas generales sobre prescripción extintiva,
lo que resulta particularmente importante en el caso que se
analiza, en la medida que el reclamante de paternidad ha
reconocido
perseguir
el
ejercicio
de
sus
derechos
hereditarios;
DECIMOCUARTO: Que, en base a lo que se ha razonado, la
aplicación del artículo 206 del Código Civil, en la gestión
judicial pendiente, resulta contraria a la igualdad ante la
ley
asegurada
en
el
artículo
19
N°
2°
de
la
Carta
Fundamental, por lo que el requerimiento de inaplicabilidad
deducido por la Jueza de Familia de Pudahuel debe acogerse
parcialmente sólo en lo que atinge a la exigencia de que el
presunto
padre
haya
debido
fallecer
dentro
del
plazo
de
ciento ochenta días posteriores al nacimiento del supuesto
hijo y así se declarará;
DECIMOQUINTO: Que, en cambio, no cabe pronunciarse sobre
el otro requisito impuesto por el impugnado artículo 206,
cual es que la acción se deduzca dentro de los tres años
siguientes a la muerte del padre o de la madre o a la fecha
en que el presunto hijo haya alcanzado la plena capacidad,
por no resultar aplicable en la especie. En efecto, la acción
de reclamación de la paternidad se dedujo con fecha 25 de
julio
de
2011,
habiendo
acaecido
el
fallecimiento
del
11
supuesto padre el 21 de junio de 2011, lo que lleva a la
conclusión de que la respectiva demanda se interpuso dentro
del plazo previsto por el artículo 206 del Código Civil;
IV.
IMPOSIBILIDAD DE SOLUCIONAR EL CONFLICTO CONSTITUCIONAL
PLANTEADO INVOCANDO OTRAS NORMAS LEGALES.
DECIMOSEXTO: Que, finalmente, debe descartarse la idea
de que el juez de fondo pueda salvar la inconstitucionalidad
constatada
con
la
aplicación
de
otras
normas
del
Código
Civil, pues aun cuando la regla contenida en su artículo 317
–que
define
en
términos
amplios
quiénes
son
legítimos
contradictores en la cuestión de paternidad o maternidad-,
unida al artículo 195 del mismo cuerpo legal –según el cual
el derecho a reclamar la filiación es imprescriptible-, lleve
a una solución supuestamente favorable para el supuesto hijo
que no cumple los requisitos del artículo 206 del Código
Civil, no es menos cierto que las reglas de interpretación de
la ley, previstas en los artículos 19 al 24 del mismo Código,
obligan
al
juez
a
dar
prevalencia
a
la
norma
especial
constituida, en este caso, por el precepto legal cuestionado,
lo que ha sido –a no dudarlo- el fundamento del presente
requerimiento;
DECIMOSÉPTIMO: Que, encontrándose la jueza de la causa
en la imposibilidad de ignorar las reglas de interpretación
de la ley que se han recordado y pesando sobre ella el deber
de
inexcusabilidad
en
el
juzgamiento,
el
conflicto
de
constitucionalidad sometido a la decisión de este Tribunal,
para el caso concreto de que se trata, es claro en la medida
que, como se ha expresado, conlleva la posibilidad de que,
aplicando el precepto especial constituido por el artículo
206
del
Código
reclamación
Civil,
de
inconstitucionalidad
debiera
rechazarse
paternidad
que
considerandos que preceden.
se
la
deducida,
ha
evidenciado
acción
de
con
la
en
los
12
Y TENIENDO PRESENTE lo dispuesto en los artículos 5°,
19, N°s 2° y 4°, y 93, incisos primero, N° 6°, y undécimo, de
la
Constitución
disposiciones
Política
pertinentes
de
de
la
la
República
Ley
N°
y
17.997,
en
las
Orgánica
Constitucional del Tribunal Constitucional,
SE RESUELVE:
Que se acoge el requerimiento deducido a fojas 1 sólo en
cuanto se declara inaplicable la frase “dentro de los ciento
ochenta días siguientes al parto” contenida en el artículo
206 del Código Civil.
procedimiento
Déjase sin efecto la suspensión del
decretada
en
autos
a
fojas
88,
debiendo
oficiarse al efecto.
Se previene que los Ministros señores Hernán Vodanovic
Schnake, señora Marisol Peña Torres y señor Gonzalo García
Pino
concurren
a
la
decisión
de
acoger
el
requerimiento
teniendo presente, además, las siguientes consideraciones:
INFRACCIÓN AL ARTÍCULO 5°, INCISO SEGUNDO, DE LA CONSTITUCIÓN
POLÍTICA.
1°. Que, en la presente causa, la jueza requirente ha
impugnado el artículo 206 del Código Civil sosteniendo que su
aplicación
en
el
juicio de reclamación de paternidad que
sustancia, vulneraría, además de la igualdad ante la ley, el
artículo 5°, inciso segundo, de la Ley Suprema, en relación
con los artículos 8 de la Convención sobre los Derechos del
Niño; 3, 5.1, 11.1, 17 y 18 de la Convención Americana de
Derechos Humanos y 16, 17.1 y 24 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos.
A juicio de quienes suscriben este voto, esta segunda
impugnación
expresión
también
contenida
debe ser acogida, en relación con
en
el
artículo
206
del
Código
la
Civil
–“dentro de los ciento ochenta días siguientes al parto”-,
por las razones que se indican a continuación;
13
2°. Que, en efecto, esta Magistratura ha precisado que
la reclamación de la filiación constituye un derecho, tal y
como se desprende del artículo 195 del Código Civil, que
expresa, en su inciso segundo: “El derecho de reclamar la
filiación
es
imprescriptible
e
irrenunciable
(…).”
(Sentencias roles N°s 1340, 2215 y 2333, en estos dos últimos
casos, en el voto por acoger).
Así,
derecho
la
desde
reclamación
la
de
perspectiva
la
filiación
constituye
de
posibilitar
el
un
legítimo
ejercicio de las facultades que conlleva tal calidad. Pero,
también,
constituye
un
derecho
desde
el
momento
en
que
permite acceder a la verdad biológica y, por ende, concretar
el derecho a la identidad personal que esta Magistratura ha
definido como aquel que “implica la posibilidad de que toda
persona pueda ser ella misma y no otra, lo que se traduce en
que tiene derecho a ser inscrita inmediatamente después de
que nace, a tener un nombre desde dicho momento y, en la
medida de lo posible, a ser cuidada por ellos”. Ha agregado
que “la estrecha vinculación entre el derecho a la identidad
personal y la dignidad humana es innegable, pues la dignidad
sólo se afirma cuando la persona goza de la seguridad de
conocer
su
origen
reconocimiento
y,
social
sobre
que
esa
base,
merece.”
puede
(STC
aspirar
Rol
N°
al
1340,
considerando 10°). El derecho a la identidad personal recae,
en
todo
caso,
investigación
“sobre
y
no
la
sobre
posibilidad
la
de
obtención
desarrollar
de
un
una
resultado
concreto.” (Turner, Susan. El derecho a la identidad como
derivación
constitucional.
constitucional
alemana.
Análisis
En:
de
Juan
la
Carlos
jurisprudencia
Ferrada
B.
(coordinador). La constitucionalización del derecho chileno.
Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 2003, p. 122);
3°. Que, ciertamente, esta perspectiva asumida por el
Tribunal
aludida
Constitucional
no
es
original,
chileno
pues
en
el
la
sentencia
Tribunal
recién
Constitucional
alemán ha entendido que el derecho del niño a conocer su
14
origen biológico se desprende del derecho al libre desarrollo
de
la
personalidad,
es
decir,
del
artículo
2°,
inciso
primero, de la Constitución alemana, que alude expresamente a
este derecho, en relación con el artículo 1°, inciso segundo,
de la Ley Fundamental, referido a la intangibilidad de la
dignidad humana. Así, el aludido derecho fundamental protege
la personalidad humana en su integridad, y con ello, sus
elementos
constitutivos
específicos
(Turner,
ob.
cit.,
p.
127).
Por su parte, la estrecha ligazón entre el derecho a la
identidad personal y la dignidad humana, valor que sustenta
todo
el
edificio
de
los
derechos
fundamentales
en
la
actualidad, ha sido puesta de relieve, también, por la Sala
Constitucional de la Corte Suprema de Costa Rica, la que, en
su sentencia 01894, de 12 de marzo de 1999, ha afirmado: “la
Convención sobre los Derechos del Niño, en la regulación que
establece en relación con los elementos determinantes de la
identidad
incluye
y
el
–en
consecuencia-
derecho
que
tiene
de
a
la
dignidad
conocer
del
quiénes
menor,
son
sus
padres.” (Expediente 95-004850-0007, Fundamento V);
4°. Que, por lo demás, el carácter de derecho esencial
que emana de la naturaleza humana –al tenor del artículo 5°,
inciso segundo, de la Ley Suprema- del derecho a la identidad
personal –comprometido en el ejercicio de las acciones de
reclamación de la filiación- no puede ponerse en duda.
Desde luego, porque este mismo Tribunal ha sostenido que
“esta última expresión (que el ejercicio de la soberanía
reconoce como limitación el respeto a los derechos esenciales
que emanan de la naturaleza humana) significa que los hombres
son titulares de derechos por el hecho de ser tales, sin que
sea menester que se aseguren constitucionalmente para que
gocen
de
la
considerando
protección constitucional.” (STC Rol N° 226,
25°).
Asimismo,
porque
no
puede
existir
una
facultad más ligada a la naturaleza humana que la necesidad
de reafirmar el propio yo, la identidad y, en definitiva, la
15
posición que cada quien ocupa dentro de la sociedad, lo que
no
puede
limitarse
a
la
sola
inscripción
del
nombre
y
apellidos de una persona en el registro correspondiente. Es
por
esta
razón
identidad
que
personal
se ha sostenido que el derecho a
constituye
un
derecho
la
implícitamente
reconocido en nuestro ordenamiento constitucional en base a
lo dispuesto en los artículos 1°, 5°, inciso segundo, y 19 N°
4° de la Ley Suprema (STC Rol N° 2215, considerando 21° del
voto por acoger).
Esta misma conclusión es compartida, desde la doctrina,
por la profesora Susan Turner, para quien “el derecho a la
identidad
en
su
vertiente
de
conocimiento
sobre
la
ascendencia biológica del niño, estaría entonces incorporado
como derecho fundamental del niño a través del artículo 5° de
la Constitución Política del Estado, sin perjuicio de formar
parte del conjunto de derechos fundamentales de todo ser
humano.” (Turner. ob. cit., p. 122).
En
la
plantea:
misma
“Las
historia?,
línea,
el
preguntas
se
profesor
¿de
presentan
dónde
como
Hernán
vengo?,
Corral
¿cuál
fundamentales
es
para
nos
mi
la
construcción de una personalidad psicológicamente sana. De
allí que rápidamente se haya conectado el principio de verdad
biológica, como un derecho del hijo, y más específicamente,
del hijo a construir su propia dignidad. El principio asume
entonces
la
fundamental
instrumentos
característica
de
o
la
derecho
jurídicos
de
un
derecho
humano,
personalidad
internacionales
derecho
tutelado
de
alto
por
rango:
tratados internacionales y constituciones.” (Corral, Hernán.
Intereses
en
colisión
sobre
la
identidad
del
progenitor
biológico: los supuestos de la madre soltera y del donante de
gametos. En: Revista Ius et Praxis, Año 16, N° 2, 2010, p.
61);
5°. Que, en la perspectiva del derecho internacional de
los derechos humanos, el artículo 8 de la Convención sobre
los
Derechos
del
Niño
–promulgada
en
Chile
por
Decreto
16
Supremo N° 830, del Ministerio de Relaciones Exteriores, de
1990-, indica que: “1. Los Estados Partes se comprometen a
respetar
el
incluidos
derecho
la
familiares
de
del
niño
a
nacionalidad,
el
conformidad
con
preservar
nombre
la
y
ley,
su
identidad,
las
relaciones
sin
injerencias
ilícitas. 2: Cuando un niño sea privado ilegalmente de alguno
de
los
elementos
de
su
identidad
o
de
todos
ellos,
los
Estados Partes deberán prestar la asistencia y protección
apropiadas con miras a restablecerla rápidamente.”
Tratándose, por ende, de un derecho esencial emanado de
la
naturaleza
expresamente
humana
por
que,
tratados
además,
ha
sido
internacionales
reconocido
ratificados
por
Chile y vigentes, como el que se ha recordado, constituye una
obligación
de
todos
los
órganos
del
Estado
su
respeto
y
promoción, según ordena el artículo 5°, inciso segundo, de la
Carta Fundamental;
6°.
Que,
precisamente,
en
base
a
lo
razonado,
esta
Magistratura ha sostenido que “aun cuando la Constitución
chilena no reconozca en su texto el derecho a la identidad,
ello
no
puede
constituir
un
obstáculo
para
que
el
juez
constitucional le brinde adecuada protección, precisamente
por su estrecha vinculación con la dignidad humana y porque
se
encuentra
protegido
expresamente
en
diversos
tratados
internacionales ratificados por Chile y vigentes en nuestro
país.”
(STC
roles
N°s
834,
considerando
22°,
y
1340,
considerando 9°).
La conclusión recordada no puede predicarse, por cierto,
sólo respecto de quienes tienen la naturaleza de “niños”,
pues este mismo Tribunal ha sostenido que la realización del
valor de la justicia a través de la búsqueda de la verdad y
de la promoción y respeto de un derecho que, como el que se
refiere
a
facultades
la
identidad
reconocidas
personal,
forma
a
persona
toda
parte
del
por
la
haz
de
Carta
Fundamental, independientemente de su edad y condición. (STC
Rol N° 834, considerando 28°). (Énfasis agregado).
17
La afirmación que antecede cobra especial vigor de cara
al asunto sometido al juzgamiento de esta Magistratura, pues
el demandante en el proceso de reclamación de paternidad que
constituye la gestión pendiente, nació en el año 1951, por lo
que,
claramente,
no
podría
invocar
la
Convención
de
los
Derechos del Niño en su favor, pero sí la circunstancia de
atropello de un derecho esencial de toda persona que emana de
su dignidad y que obliga a todos los órganos del Estado –
incluidos los jueces- a respetarlo y promoverlo, sobre todo
si la aplicación del artículo 206 del Código Civil le impide
accionar en búsqueda de la determinación de su calidad de
hijo de una persona fallecida fuera de los supuestos que esa
norma contempla;
7°. Que, a mayor abundamiento, la historia del debate
parlamentario que dio origen a la Ley N° 19.585, reproducida
en la sentencia recaída en el Rol N° 1340, deja en evidencia
que
algunos
legisladores
visualizaron
la
total
afectación
para el derecho a la identidad personal que podría producirse
en caso de establecerse limitaciones para accionar contra los
herederos
cuando
el
supuesto
examen, ha fallecido
siguientes
al
parto
padre,
como
en
el
caso
en
después de los ciento ochenta días
y
se hace necesario dirigirse contra
aquellos (considerando 26°);
8°. Que teniendo presente, entonces, la circunstancia de
que el derecho a la identidad personal –reflejado en las
acciones de reclamación de paternidad como la de la especieconstituye
un
derecho
esencial
que
emana
de
la
propia
naturaleza humana, aun cuando no tenga reconocimiento expreso
en la Carta Fundamental, y que, en ese carácter, limita el
ejercicio de la soberanía expresada, entre otras modalidades,
en la función legislativa, es que no puede resultar acorde
con
la
Constitución
Política
un
precepto
legal,
como
el
artículo 206 del Código Civil, que circunscribe la acción de
reclamación de paternidad a los supuestos que ella contempla.
Con
mayor
razón,
si
la
falta
de
concurrencia
de
esos
18
supuestos impide reconocer, como se ha dicho, el lugar que
una
persona
ocupa
dentro de la sociedad, posibilidad que
siempre debe estar abierta.
Es
por
lo
antes
expresado
que
esta
Magistratura
ha
sostenido que:
“En
el
caso
del
hijo
que,
como
ocurre
en
la
especie, está reclamando el reconocimiento de su
filiación, aunque no se encuentre dentro de los
supuestos previstos en el artículo 206 del Código
Civil a juicio del juez de la causa, se encontraría
en
la
imposibilidad
herederos
del
de
supuesto
accionar
padre,
contra
viéndose
los
privado
absolutamente de la facultad de ejercer su derecho
a la identidad personal, afectándose, además y de
forma permanente, su integridad física y su honra.
En
efecto,
supuesto
si
-como
padre
ha
en
el
caso
fallecido
de
autos-
después
el
de
transcurridos los ciento ochenta días siguientes al
parto,
el
demandante
quedará
siempre
con
la
interrogante abierta acerca de su origen y, por
ende, de su verdadero nombre, que es un atributo de
la
personalidad.
Esa
hipótesis
podría
darse
efectivamente en el caso sub lite en caso (sic) que
el juez estimase, precisamente, que el actor no se
encuentra dentro de los supuestos contemplados en
el precepto legal impugnado.” (STC Rol N° 1340,
considerando 25°);
9°. Que, así, estos Ministros previnientes consideran
que la aplicación del artículo 206 del Código Civil en la
gestión
que
sustancia el Juzgado de Familia de Pudahuel,
vulnera no sólo el artículo 19 N° 2° de la Constitución
Política, sino que, asimismo, su artículo 5°, inciso segundo,
lo que conduce a acoger la acción de inaplicabilidad deducida
por la magistrada respectiva, en relación también con este
último vicio de constitucionalidad.
19
El Ministro señor Juan José Romero Guzmán previene que
vota por acoger el requerimiento de inaplicabilidad en virtud
de
las
consideraciones
expuestas
precedentemente,
con
excepción de lo argumentado en los considerandos 3º (párrafo
segundo), 5º y 6º.
Acordada con el voto en contra de los Ministros señores
Carlos Carmona Santander, Iván Aróstica Maldonado, Domingo
Hernández
Emparanza
y
señora
María
Luisa
Brahm
Barril,
quienes estuvieron por rechazar la acción de inaplicabilidad,
teniendo presentes las siguientes consideraciones:
I.
1º.
por
LA IMPUGNACIÓN.
Que, en concepto de los Ministros que estuvieron
acoger
el
requerimiento,
inconstitucional
por
(artículo
2°),
19
N°
vulnerar
toda
vez
el
precepto
impugnado
la
igualdad
ante
que
los
hijos
que
la
no
es
ley
se
encuentran en la situación del artículo 206 del Código Civil,
quedan en peor pie que el resto de los menores, que sí pueden
interponer las acciones de reclamación;
II. CONSIDERACION PREVIA.
2º.
Que, antes que nada, a juicio de estos disidentes,
es necesario hacer analizar si la norma impugnada es o no
decisiva.
La
norma
cuya inaplicabilidad es buscada en el
presente requerimiento, no es aquella que efectivamente causa
el daño en el caso particular. Es posible apreciar que la
norma que ha restringido el reconocimiento de la paternidad
del
demandante
es,
en
realidad,
el
artículo
272
de
la
redacción original de nuestro Código Civil, vigente hasta
1952, que señalaba: “El reconocimiento deberá hacerse por
instrumento público entre vivos, o por acto testamentario”,
de manera separada de la mera inscripción en el Servicio de
Registro Civil e Identificación;
3º. Que debe añadirse que las normas que posteriormente
simplificaron
los
requisitos
para
el
reconocimiento
de
20
paternidad
y
transitorias
maternidad,
que
dieran
no
contemplaron
solución
a
la
disposiciones
situación
del
requirente. Pareciera, además, que tampoco fue atendido en su
momento lo señalado por artículo 2° de la Ley sobre Efecto
Retroactivo de las Leyes, en cuanto a que “las leyes que
establecieren
para
la
adquisición
de
un
estado
civil,
condiciones diferentes de las que exigía una ley anterior,
prevalecerán sobre ésta desde la fecha en que comiencen a
regir”;
4º.
Que,
no
obstante
ello
y
entrando
al
fondo
del
asunto, este voto se plantea contrario a declarar inaplicable
el artículo 206, principalmente por considerar que existe una
interpretación de este precepto que se ajusta a los derechos
y garantías establecidos en la Constitución Política de la
República. Luego, corresponde que la materia sea conocida por
los jueces del fondo y no por esta Magistratura;
III.
5º.
Que
CRITERIOS INTERPRETATIVOS.
para
efectuar
el
razonamiento
del
presente
voto, en los términos señalados precedentemente, es necesario
dejar sentados los criterios interpretativos que lo guiarán.
En tal sentido, en primer lugar, debe señalarse que el
Tribunal Constitucional no conoce de todo conflicto que se
suscite.
Sólo
está
facultado
para
conocer
de
ciertos
conflictos constitucionales que lista el artículo 93 de la
Constitución de modo taxativo. El resto de los conflictos lo
conocen otros órganos jurisdiccionales.
El
principio
competencias.
Por
de
una
inexcusabilidad
parte,
porque
no
éste
exige
atribuye
que
se
reclamen asuntos de competencia del Tribunal Constitucional
(artículo 3°, Ley Orgánica del Tribunal Constitucional). Por
la otra, porque las competencias del Tribunal Constitucional
las da el ordenamiento jurídico. Más, si sus atribuciones son
de
derecho
1284/09);
estricto
(STC
roles
464/06;
591/07;
1216/08;
21
6º.
Que
los
conflictos
que
conoce
en
sede
de
inaplicabilidad tienen en común el hecho de que se produzca
en ellos una vulneración de la Constitución, por violación de
uno o más de sus preceptos, en virtud de una determinada
aplicación de un precepto legal a una gestión pendiente. Lo
que
evalúa
esta
Magistratura
en
esos
casos
“…no
es
la
eventual aplicación incorrecta o abusiva de dicho precepto
[impugnado]
que
pudiere
efectuar
un
tribunal,
la
que
corresponderá corregir a través de los diversos recursos que
contemplan las leyes de procedimiento, sino la aplicación de
dicho
precepto
que,
rectamente
interpretado
y
entendido,
infringe la Carta Fundamental…” (STC Rol N° 794, 12/06/2007).
En otras palabras, si se infringe la ley o el conflicto es
producto de cierta interpretación errada de la misma –lo que
puede ocurrir, entre otras razones, porque se le está dando
un sentido que ésta no tiene o porque la interpretación que
se hace de ella es demasiado restringida y no se aplica
correctamente el elemento lógico de interpretación o porque
la
interpretación
contradice
lo
dispuesto
en
un
tratado
internacional ratificado por Chile-, no estamos frente a un
conflicto del que esta Magistratura deba hacerse cargo. No
corresponde transformar en conflictos de constitucionalidad
los vacíos o las contradicciones de las normas legales si
éstas pueden ser solucionadas con una debida interpretación o
integración.
Los
técnicas
integración
normativa
(analogía,
pero
mediante
la
sentido,
esta
de
generales),
inaplicabilidad.
señalado
que
son
vacíos
no
En
ese
legales
inadmisibles
los
se
resuelven
mediante
principios
declaración
de
Magistratura
ha
requerimientos
que
van
dirigidos en contra de las actuaciones del juez en lugar de
dirigirse en contra de los preceptos aplicados (STC Rol N°
1624);
7º.
Que,
en
segundo
lugar,
sólo
si
se
agotan
las
posibilidades de conciliar la norma cuestionada con la Carta
Fundamental,
cabe
declarar
la
inaplicabilidad
por
22
inconstitucionalidad. Pero si dicha posibilidad existe, tal
declaración debe evitarse por estar en juego la presunción de
constitucionalidad de las normas legales y la deferencia que
esta Magistratura debe tener con el legislador;
8º.
Que, en efecto, como lo señala García de Enterría,
la presunción de constitucionalidad no es sólo la afirmación
formal de que cualquier ley se tendrá por válida hasta que
sea
declarada
inconstitucional,
sino
que
implica
materialmente algo más: “Primero, una confianza otorgada al
legislativo en la observancia y en la interpretación correcta
de los principios de la Constitución; en segundo término, que
una
ley
no
puede
ser
declarada
inconstitucional
más
que
cuando exista ‘duda razonable’ sobre su contradicción con la
Constitución; tercero, que cuando una ley esté redactada en
términos tan amplios que puede permitir una interpretación
constitucional
habrá
que
presumir
que,
siempre
que
sea
‘razonablemente posible’, el legislador ha sobreentendido que
la interpretación con la que habrá de aplicarse dicha ley es
precisamente
la
que
permitirá
mantenerse
dentro
de
los
límites constitucionales” (García de Enterría, Eduardo; “La
Constitución
como
norma
y
el
Tribunal
Constitucional”;
Civitas; 3ª ed.; Madrid, 1985; p. 96.).
Tal como lo explica Patricio Zapata, “la doctrina de la
‘presunción
de
constitucionalidad’ postula
que, existiendo
dudas respecto a la constitucionalidad de un acto de otro
poder del Estado, el TCCh debe, en principio, presumir su
constitucionalidad y abstenerse de anular las disposiciones
sospechosas. Tal presunción se destruiría únicamente cuando
la oposición entre el acto sospechoso y la Carta Fundamental
fuera
concluyente”.
(Zapata
Larraín,
Patricio,
“Justicia
Constitucional. Teoría y Práctica en el Derecho Chileno y
Comparado”; Editorial Jurídica; Santiago, 2008; p. 243).
Esta
principio
misma
de
Magistratura
ha
constitucionalidad
señalado,
de
la
en
ley,
relación
que
al
“…lo
fundamental de este principio consiste en que se presumen
23
válidas y legítimas las normas aprobadas por los Poderes del
Estado y que sólo resulta prudente y aconsejable declarar su
inconstitucionalidad cuando los sentenciadores lleguen a la
íntima convicción de que la pugna entre la norma en análisis
y la Constitución es clara, resultando imposible armonizarla
con ella. Este principio tiene muchos fundamentos, pero, por
ahora, cabe sólo señalar dos: la separación de Poderes y el
recíproco respeto que los distintos órganos del Estado se
deben entre sí y, tratándose de leyes, lo difícil que resulta
reemplazar la norma expulsada del ordenamiento jurídico por
la declaración de inconstitucionalidad, por las complejidades
propias del proceso de formación de la ley…” (STC Rol N° 309,
4/08/2000).
Este principio es más intenso aún en la inaplicabilidad,
pues el precepto debe “resultar decisivo en la resolución de
un asunto”. Ello implica un juicio de utilidad o de eficacia
del precepto legal objetado, pues si existen otros preceptos
legales que permiten arribar a la misma conclusión que se
produciría acogiendo la inaplicabilidad, la norma objetada no
es decisiva;
9º.
Que, en tercer lugar, en íntima conexión con el
principio de presunción de constitucionalidad de la ley, se
encuentra el principio de la “interpretación conforme”, en
virtud del cual el Tribunal intenta “buscar la interpretación
de las normas que permita resolver, dentro de lo posible, su
conformidad con la Constitución” (STC Rol N° 217). Y sólo si
ello no es posible, es decir, si se han agotado los esfuerzos
de conciliación entre la norma objetada y la Constitución,
cabe la declaración de inconstitucionalidad, pero no antes;
“no
cabe
pronunciarse
por
la
inconstitucionalidad
de
una
norma si la misma admite, correctamente interpretada, una
lectura conforme a la Carta Fundamental” (STC Rol N° 1337);
10º. Que, en cuarto lugar, esta Magistratura debe actuar
con corrección funcional, es decir, debe respetar el reparto
24
de competencias entre los distintos órganos del Estado (STC
Rol N° 1867/2010).
En este sentido, no puede invadir el campo propio de los
jueces del fondo, llamados a definir el sentido y alcance de
los preceptos legales y de los conflictos entre leyes;
11º. Que, finalmente, si bien en un requerimiento es
necesaria la exposición de los hechos y fundamentos en que se
apoya
e
indicar
cómo
ellos
producen
como
resultado
una
infracción constitucional, con la indicación de los vicios de
inconstitucionalidad y de las normas constitucionales que se
estiman
infringidas,
ello
es
un
requisito
de
admisión
a
trámite (artículos 80 y 82 de la Ley N° 17.997). Luego de la
admisión a trámite, el Tribunal Constitucional debe decidir
su
admisibilidad
en
base
a
otros
parámetros.
Una
vez
declarada la admisibilidad, recién el Tribunal puede entrar
al fondo del asunto, o sea, a definir si hay efectivamente
una cuestión de constitucionalidad, y cómo se resuelve ésta
de ser ella efectiva.
Por
lo
mismo,
no
basta
el
alegato
inicial
de
una
presunta inconstitucionalidad para que este Tribunal dé por
constituido el conflicto de constitucionalidad. La duda o
cuestionamiento debe ser examinada y ratificada como tal por
esta Magistratura. Sólo si adquiere convicción de que estamos
frente a un genuino y real conflicto de constitucionalidad,
este Tribunal puede pasar a resolverlo. De ahí que el alegato
de un requerimiento sobre la existencia de una infracción
constitucional no sea vinculante para esta Magistratura. Para
eso
existe
este
Tribunal:
para
determinar
cuándo
real
y
efectivamente existe un conflicto que deba resolver conforme
a sus atribuciones;
III. EXISTE UNA INTERPRETACIÓN QUE CONCILIA EL PRECEPTO CON
LA CONSTITUCIÓN.
12º. Que,
en
el
presente
caso,
estos
Ministros
consideran que se está frente a un problema interpretativo de
nivel
legal,
pues
hay
al
menos
dos
posiciones
que
se
25
enfrentan
sobre
impugnados.
Una
el
sentido
primera
y
alcance
posición,
de
que
ha
los
artículos
sido
llamada
anteriormente tesis restrictiva (STC Rol 1573/2009), sostiene
que el artículo 206 permite que los hijos del presunto padre
o madre muerto para demandar a los herederos de éste en
búsqueda
del
reconocimiento
filiativo,
lo
puedan
hacer
únicamente en los dos casos que contempla: hijo póstumo y
padre o madre fallecidos dentro de los ciento ochenta días
siguientes al parto. La otra posición, llamada tesis amplia,
sostiene que este precepto debe mirarse como una excepción,
pues
hay
otros
posibilidad
de
preceptos
demanda
del
a
Código
otras
Civil
que
situaciones
abren
que
la
las
contempladas en el precepto impugnado.
Para una posición, el derecho a la identidad personal
del hijo cuyo padre o madre fallece sin encontrarse dentro de
los supuestos del artículo 206 del Código Civil cede, en su
posibilidad de concreción, frente al derecho a la integridad
psíquica de los herederos que no desean ver perturbada su
vida
familiar;
compelidos
mediante
a
la
al
derecho
perturbar
a
su
privacidad,
al
verse
el descanso de su deudo fallecido
correspondiente
exhumación
del
cadáver,
y
al
derecho a la propiedad sobre la herencia una vez que opera la
sucesión por causa de muerte en su favor.
Para la segunda posición, si bien el artículo 205 del
Código Civil dice que la acción “le corresponde sólo al hijo
contra su padre o madre”, ello no obsta a que si ha fallecido
el progenitor se pueda demandar a sus herederos, pues la
disposición parte del supuesto que aquél está vivo. Si padre
o madre han muerto, entra a operar el artículo 1097, según el
cual los herederos representan al causante. Cuando la ley
quiere
impedir
que
se
demande
a
los
herederos,
lo
dice
expresamente, como ocurría en el antiguo artículo 271 del
Código Civil, referido a la forma de acceder a la calidad de
hijo natural. Enseguida, el artículo 317, inciso segundo, del
Código Civil, introducido por la Ley de Filiación, establece
26
en términos muy amplios la legitimación de o en contra de los
herederos. También, privar a los hijos de la posibilidad de
demandar a los herederos no se compadece con el contexto de
la ley –especialmente con los artículos 195, 198, 199 y 200
del Código Civil-, que posibilita una amplia investigación de
la paternidad o maternidad y establece la imprescriptibilidad
de la acción de reclamación;
13º.
Que
construir
la
lo
anterior
es
relevante,
inconstitucionalidad,
el
porque,
para
requerimiento
no
se
hace cargo de la tesis amplia. En efecto, la imposibilidad de
demandar de reconocimiento filiativo por parte de posibles
hijos
que
reguladas
se
en
encuentran
el
en
artículo
situaciones
impugnado,
distintas
es
lo
que
a
funda
las
la
eventual vulneración de la igualdad ante la ley (aquéllos que
se
encuentren
en
las
situaciones
del
artículo
son
privilegiados en relación al resto);
14º. Que, como se observa, para construir la posible
inconstitucionalidad, se ha debido obviar la tesis que hace
viable las posibles demandas y que elimina los reproches de
infracción a la Constitución. Una vez tomada esa opción, se
afirma que hay una vulneración a la Constitución.
Lo anterior, a juicio de estos Ministros, implica tomar
partido
en
un
conflicto
de
nivel
legal,
invadiendo
las
atribuciones de los tribunales ordinarios y convirtiéndose en
árbitro
de
disputas
jurisprudencia
de
legales.
diversos
El
hecho
tribunales,
de
que
incluida
la
exista
Corte
Suprema (véase sentencias roles 522/11, 11.04.2001; 9420/10,
26.08.2010;
3055/10,
02.08.2010;
3249/05,
21.09.2006;
2820/03, 02.11.2004), resolviendo el presente conflicto, sin
necesidad de recurrir a normas constitucionales, demuestra la
existencia de dicho conflicto legal;
15º. Que la presunción de constitucionalidad de la ley y
el
principio
aplicación
en
de
el
interpretación
presente
conforme
caso,
pues
tienen
existe
plena
una
interpretación que armoniza el texto impugnado con la Carta
27
Fundamental.
Ello
impide
a
esta
Magistratura
declarar
la
inaplicabilidad por inconstitucionalidad del precepto legal
impugnado,
pues
existe
una
duda
más
que
razonable
para
proceder en este sentido. No es definitivo que exista una
incompatibilidad indudable entre el artículo impugnado y la
Carta Suprema;
IV.
16º. Que,
restrictiva,
declaración
UTILIDAD DE LA INAPLICABILIDAD.
por
otra
como
de
la
parte,
única
tomar
opción
posible,
para
inconstitucionalidad, implica
por
la
tesis
construir
la
restringir
la
utilidad de la inaplicabilidad. En efecto, si se ordena por
esta Magistratura dejar de considerar el precepto objetado
para la resolución del asunto, quedan subsistentes todas las
normas que permiten construir la tesis amplia de la acción de
legitimación. Por lo mismo, lo que se estaría haciendo al
acoger
la
inaplicabilidad,
interpretativo
para
que
es
los
eliminar
jueces
sólo
un
lleguen
a
obstáculo
la
misma
conclusión si hicieran un esfuerzo de armonización razonable;
V.
EL MANDATO DEL ARTÍCULO 5° DE LA CONSTITUCIÓN PARA
EL JUEZ.
17º. Que, por otra parte, cabe considerar que el deber
de respeto y promoción de los derechos esenciales que emanan
de la naturaleza humana y que estén establecidos en tratados
internacionales ratificados por nuestro país y vigentes, es
un mandato para los “órganos del Estado”.
Pero dicho mandato lo deben cumplir desde sus propias
atribuciones.
El
artículo
5º,
inciso
segundo,
de
la
Constitución Política no es una habilitación de potestades
para que cualquier órgano del Estado, bajo el pretexto de
invocar su obligación de respeto y promoción, exceda o invada
la competencia de otros órganos del Estado.
Por lo demás, este mandato no es sólo para el Tribunal
Constitucional. Éste no tiene el monopolio de la promoción y
respeto
tratados
de
los
derechos
internacionales.
esenciales
En
tal
consagrados
sentido,
los
en
los
jueces
28
encargados de resolver la gestión pendiente tienen más que
una
orientación
interpretativo
para
que
nos
buscar
ocupa
una
y
salida
que
al
concilie
conflicto
los
textos
legales con los preceptos internacionales.
En el presente caso, a juicio de estos sentenciadores,
puede perfectamente armonizarse ley y tratados, sin poner
entre medio a la Constitución;
Redactó
la
sentencia
y
la
primera
prevención,
la
Ministra señora Marisol Peña Torres. La segunda prevención
fue redactada por su autor. La disidencia fue redactada por
el Ministro señor Carlos Carmona Santander.
Comuníquese, notifíquese, regístrese y archívese.
Rol N° 2303-12-INA.
29
Pronunciada por el Excmo. Tribunal Constitucional,
integrado por su Presidente, Ministro señor Raúl Bertelsen
Repetto, y por sus Ministros señores Hernán Vodanovic
Schnake, señora Marisol Peña Torres, señores Francisco
Fernández Fredes, Carlos Carmona Santander, Iván Aróstica
Maldonado, Gonzalo García Pino, Domingo Hernández Emparanza,
Juan José Romero Guzmán y señora María Luisa Brahm Barril.
Autoriza la Secretaria del Tribunal Constitucional,
señora Marta de la Fuente Olguín.
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