Conferencia sobre Escenografía

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Conferencia sobre Escenografía
Arq. J. C. Serroni – Teatro Solís
INTENDENTE MUNICIPAL
Dr. Ricardo Ehrlich
SECRETARÍA GENERAL
Arq. Alberto Ichusti
DIRECTOR GENERAL DEL DEPARTAMENTO DE CULTURA
Mauricio Rosencof
DIRECTOR DE PROMOCIÓN CULTURAL
Fernando Butazzoni
DIRECTOR GENERAL
Gerardo Grieco
DIRECTORA DE DESARROLLO INSTITUCIONAL
Lic. Daniela Bouret
DIRECTOR TECNICO
Ricardo Mazzarelli
Conferencia sobre Escenografía
Logo del Espaço Cenográfico – São Paulo - Brasil
Conferencia del Arq. José Carlos Serroni
Arquitecto y Escenógrafo
Fecha: Sábado 25 de junio de 2005
Hora: 10:00hs
Lugar: Sala del TS
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Indice
Introducción ………. 4
Presentación ………. 6
Reflexionando sobre la escenografía ………. 8
El teatro, quizás mas festivo con el rompiendo de la escena a italiana ……. 14
Para terminar la última parte en la que me gustaría hablar un poquito sobre el
panorama de la Escenografía Brasileña, sus posibilidades y tendencias ……. 16
¿Para quien construimos nuestros teatros?
¿Que es lo que queremos con ellos? …. 20
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Pensar el Teatro
Introducción
Imaginar el desarrollo de las artes escénicas en Uruguay desde el Teatro Solís,
supone también un compromiso institucional por aportar a la construcción de una
masa crítica, capaz de realizar una lectura horizontal y transversal de sus condiciones.
Esto es, por un lado, pensar en las condiciones propias de existencia que hicieron
posible su surgimiento, y hasta la adquisición de una madurez que, en algunas
disciplinas, posibilitaron la conformación de todo un sistema. Por otro lado, supone
también realizar una arqueología sobre las infraestructuras existentes (salas,
complejos, tecnología aplicada, sistemas de becas y formación técnica, gestores,
promoción, políticas de precios, premiaciones, legislación, etc.), exponiendo así
también sus alcances y limitaciones. Y en tercer lugar, implica documentar
investigaciones que enriquezcan el conocimiento sobre nuestra propia historia
(artística, edilicia y de gestión).
Cuando el antropólogo francés Lévi-Strauss sostiene que la explicación
científica no consiste en la reducción de lo complejo a lo simple, nos está diciendo en
realidad que el camino de aprendizaje es sustituir una complejidad de difícil acceso,
por otra complejidad más inteligible y abarcable.
Y este es justamente, el objetivo de esta serie. Porque "Pensar el Teatro"
busca poner a disposición una red amplia y variada de miradas, que tomen como
objeto de estudio escenarios multideterminados por diversos sistemas culturales, que
se intersectan e interpenetran, que den cuenta de las estructuras del hacer de los
creadores y los sistemas que los hacen posibles, tanto en lo nacional como en lo
regional. No proponemos respuestas totalizadoras, ni por cierto, tranquilizadoras.
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Buscamos debatir entre los intersticios de la difusa frontera entre los derechos del
consumidor y los derechos del ciudadano, poniendo énfasis en la posibilidad de
disfrute y reflexión que las artes escénicas otorgan al ciudadano, en contraposición
con la oferta del consumo de servicios para el "tiempo libre". Porque el llamado
"tiempo libre", es una construcción social que marca los distintos accesos sociales,
adquisiciones materiales, usos prácticos y simbólicos de los recursos, diferentes
según el contexto del sistema de relaciones sociales. Y las artes escénicas tienen la
misión no sólo de proporcionar el marco a la celebración y "llenar ese tiempo libre",
sino también de proporcionar preguntas, de proporcionar los recursos necesarios
para enriquecer lo imaginable, y por lo tanto, proyectar socialmente lo posible.
Buscamos generar un corpus documental que sea una caja de herramientas a
disposición de quien la necesite, y que transmita ese repertorio de formas de pensar,
de hacer y vivir que no es otra cosa que la cultura de las artes escénicas, que
construimos y tenemos el compromiso de seguir construyendo cada generación, cada
día. Dejamos así una puerta abierta, compromiso ineludible para esta institución en su
aniversario de 150 años.
Lic. Daniela Bouret
Mayo 2006
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Conferencia sobre escenografía en el
Teatro Solís - Montevideo
Presentación
En primer lugar, me gustaría agradecer al Teatro Solís, a los organizadores de
este nuestro Encuentro por la oportunidad, tan ara en nuestro medio, de participar en
este intercambio teatral en nivel intermediario. Me gustaría agradecer también a mis
compañeros arquitectos y escenógrafos uruguayos: Arturo Nava y Felipe Aiman, que
en más de una oportunidad han participado en Encuentros de esta naturaleza en
Brasil. Veo que, con mi viaje a México, estamos avanzando hacia adelante.
Aprendí en diversos encuentros, seminarios y congresos de escenografía y de
arquitectura teatral realizados por el mundo entero, que es más eficiente preparar
una reflexión y leerla siempre que posible, en la lengua del anfitrión. Sé que es un
poco más monótono, pero bastante más eficaz que intentar realizar mi conferencia en
"portuñol", ya que no domino el español con propiedad. Eso sí, espero poder
responder en "portuñol" a algunas preguntas que me sean realizadas en relación a lo
que voy a decir.
En segundo lugar quería también comentar que nosotros, artistas que vivimos
todo el tiempo ligados a los aspectos visuales, los diseños, las maquetas, en el propio
escenario tenemos la dificultad en expresarnos con la voz y con las palabras. Por eso
mismo, acompañará a mi conferencia algunos proyectos de escenografía que he
hecho durante mi vida y algunas otras imágenes que se relacionan con aquello de lo
que voy hablar. Ellas no ilustran el texto en una frecuencia lógica, pero creo que ellos
creen una atmósfera más propicia cuando hablemos de escenografía.
Es lo que nosotros los escenógrafos buscamos siempre: crear atmósferas
propicias para que se vean los espectáculos.
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Mi texto se enfoca especialmente los siguientes asuntos:
1. Lo que significa la escenografía para mí y las consecuencias de ello en mi
proceso de trabajo, en el trabajo realizado en asociación desde hace más de 15
años con el director Antunes Filho y de cómo todo ello resultó en la creación del
Espacio Escenográfico de São Paulo.
2. Existe también un tema general propuesto en el Encuentro que es reflexionar
sobre los recursos de los teatros populares. Por eso el titulo para mi ponencia
es: “La creación del espacio dramático festivo".
Voy también a intentar comentar ahora como arquitecto escénico algo al
respecto, de los limites del escenario y su ruptura analizando un poco las
posibilidades de los espacios teatrales e intentar discutir algunos aspectos
sobre el escenario italiano y su rompimiento, ya que hoy en día uno de los
grandes aciertos de ahorrar escenarios es romper con la cuarta pared, ir para
afuera, buscar espacios mas abiertos y mas instigantes que hagan una relación
de proximidad y de mayor interés entre escenario y público.
3. Y, finalmente, hablar un poco del panorama actual de la Escenografía brasileña.
Las posibilidades y tendencias.
Entre esta charla y el tiempo dedicado a preguntas y respuestas me gustaría
mostrarles un video de 20 minutos sobre el Espacio Escenográfico de São Paulo y un
making-off del montaje de "Saltimbancos", un texto infantil-juvenil de Chico Buarque
que fue dirigido por Gabriel Villela.
El video coincidentemente se aproxima al tema de este 6º Encuentro, ya que se
trata de un montaje inspirado en el teatro de los saltimbancos de la Edad Media, y no
circo, se usan por ejemplo mascaras de Comedia del Arte para identificar a los
personajes.
Otra cosa es, que se propone la reorganización de una pequeña sala de un
teatro brasileño donde intentamos en las escenas crear un espacio de interacción
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entre público y Escenarios eliminando los límites entre lo que es espacio de escenario
y el espacio del público.
Reflexionando sobre la Escenografía
La palabra escenografía viene del griego y significa "grafía de la escena".
Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española significa "Arte de
proyectar o realizar decoraciones escénicas". Puede ser la corporización del espacio
escénico. La casa en la que vive el actor. Puede ser, según el director y escenógrafo
brasileño Gabriel Villela, que también es escenográfo, "la acción de, a partir de la
nada, del vacío, de lo neutro, bajo un estímulo determinado, (re)crear un espacio ideal,
un ambiente correcto, capaz de encuadrar, abrigar, justificar, dimensionar, delatar,
caracterizar y exponer al hombre".
Particularmente, veo alguna dificultad en definir la escenografía. Necesitamos
analizar bajo qué punto de vista la vemos. Existe el lado estético, el funcional, el
conceptual, el técnico. Puede cumplir apenas el papel de ambientar, decorar o
fortalecer los significados de un texto, de un guión, ilustrando visualmente lo que se
comprende solamente a través de las palabras.
Por otro lado, la escenografía puede adquirir expresividad estética y autonomía
de lenguaje cuando crea significados nuevos e imprevistos.
Desde el punto de vista técnico puede ser apenas la estructura espacial en la
que se desarrolla la escena.
Pero, ¿cómo nos sentimos al ver un espectáculo realizado en la "caja negra", en
el vacío del escenario, sin elementos, aparentemente sin escenografía?
Entramos entonces en el plano conceptual en el que la escenografía se define a
través de los movimientos de los actores, de los focos de luz, por el humo e incluso
por significados sonoros. Es posible tener un espectáculo sin escenarios, pero
siempre habrá una escenografía.
Trabajé mucho con un director brasileño, Antonio Abujamra, que dirige teatro
desde hace más de 45 años y él siempre dice que no entiende, que en el comienzo de
los años 60, cuando estudió en Europa y veía, por ejemplo tres grandes actores juntos
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en escena, sentados solo en tres sillas, no había nada en el escenario pero allí estaba
instalada la mayor escenografía del mundo.
Siempre decía que cuando invitaba a algún escenógrafo para trabajar con él,
muchas veces decía: “Tú piensa en el espacio con profundidad, con cariño, pero
quiero empezar diciéndote que yo no necesito de nada en el escenario". Entonces el
escenógrafo le decía: "Si no necesitas nada, no necesitas un escenógrafo". Y él le
respondía: "En realidad necesito a alguien que firme esa nada. En eso residirá tu
grandeza y tu comprensión del espacio escénico".
Me gusta mucho también una frase del gran escenógrafo inglés Ralph Koltai
que dice:
- “El escenario para una determinada obra que estoy haciendo no se trata de la
puerta que aparece en él, se trata de alguien que entra a escena a través de esa
puerta”.
Relaciono eso con mi gran preocupación cuando pienso sobre Escenografía.
Yo siempre pienso también en el actor cuando proyecto mis escenarios. Nada
sirve, nada existe en el escenario, en una escenografía que no consigue dialogar con
los actores.
Pensando siempre en el actor como centro del espectáculo, veo también que la
escenografía deba estar al servicio de él.
Ella debe ampararlo y nunca atraparlo. Si el más importante es siempre el
actor nunca debemos ver en la escenografía un Shopping Center. Ella no debe
competir con el actor y con el texto, pero si complementarlos. La escenografía nunca
debe existir como una obra a la par del espectáculo.
Eso si, puede tener lugar en las Bienales de Artes Visuales y tal vez en las
Galerías de Arte.
Busco en mi escenografía, siempre que es posible, huir del realismo. Busco
siempre la síntesis. Procuro decir todo lo que quiero con pocos elementos, y cuando
ellos existen deben ser de contorno periféricos, aéreos, o que entren y salgan, dejando
siempre el palco libre para los actores.
Cuando hablo de síntesis, no de realismo, de abstracción y de espacios
conceptuales, hablo de una escenografía que todos entiendan. No hablo de
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internacionalizaciones de patrones implantados o de imitaciones. Cuando se habla en
teatro con poesía, con envolvimiento, sensibilidad, con arte y aproximación; cuando se
hace un teatro y dentro de una escenografía que toca el corazón, el alma, se puede
hablar como se quiera: con realismo, con abstracciones en un lenguaje regional,
personal, etc. Lo importante es tocar al público. Llegar hasta él, envolverlo.
Podríamos discutir mucho sobre el asunto, pero me imagino que los pocos
puntos anteriormente citados pueden registrar un poco la complejidad de este arte.
Ya que hablamos de arte, vale la pena intentar entender en dónde se encuadra
la escenografía como tal.
Con seguridad, la escenografía no es sólo una pintura aunque, en algunos
momentos de la historia, hubo pintores que se aventuraron a colocarla en el escenario
como tal. No es escultura ni es arquitectura. Tal vez, inclusive por eso, no todos los
arquitectos se pueden transformar en buenos escenógrafos.
Tal vez la escenografía sea un poco de todo eso junto, añadiéndose otro
componente, el teatral, que le proporcionará climas y atmósferas que le confiere una
autonomía de lenguaje. Pienso que la escenografía es la dramatización de un espacio.
Escenografía, por otro lado, no es un arte autónomo, individual. Solamente
puede suceder en conjunto, asociada a otros creadores del espectáculo, como el
director, el actor, el iluminador, el figurinista. La escenografía es arte integrada.
Y cuanto más se integran esas artes de creación, mayores posibilidades hay de
conseguir un buen espectáculo. La escenografía es arte de conjunto, incluso en su
realización, porque ella envuelve diferentes lenguajes, pasando de la carpintería a la
pintura, de la forja a la costura, o de la luz a la utilería escénica.
La escenografía en Brasil, como lenguaje autónomo, es, de cierta forma,
reciente. El marco del inicio de la escenografía como tal es considerado por la mayor
parte de los estudiosos de este lenguaje, la pieza teatral "Vestido de Novia" de Nelson
Rodrigues, bajo la dirección de Ziembinsky, cuya escenografía fue realizada por
Tomás de Santa Rosa en 1943. El uso de planos múltiples, de la luz, de cambios de
escenario de un acto para el otro, convirtieron a ese espectáculo en nuestro primer
gran momento de la edad escénica espacial.
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Pero fue solamente a partir de los años 60 que la escenografía deja de ser un
acontecimiento aislado de algún espectáculo o de algún escenógrafo. Y es con la
aparición del Teatro Oficina, del Arena, de la madurez del trabajo del T.B.C. (Teatro
Brasileño de Comedia), es decir, de grupos más estables, tanto en São Paulo como en
Río de Janeiro, que la escenografía se afirma y comienza a solidificar sus caminos.
Podemos a ver que la escenografía como espacio es una cosa muy reciente en
nuestro país.
A pesar de un gran fortalecimiento hace ya más de 30 años, continuamos en la
actualidad enfrentando innumerables problemas relacionados a nuestro oficio.
No tenemos en Brasil una escuela de nivel universitario que forme
escenógrafos. No existe un curso completo, por ejemplo, como los existentes en el
exterior, con una duración de 4 años, en el que todas las asignaturas necesarias para
el oficio se estudian en profundidad.
Un curso de escenografía debe contener las materias teóricas, como proyecto,
estética, historia del arte, de la arquitectura, historia del teatro, evolución de la
escenografía, del edifico teatral, así como materias técnicas tales como dibujo,
computación y resistencia de los materiales. Tal curso no puede, de ninguna manera,
dejar de enfatizar la formación práctica con las clases de taller, modelado, modelos y
maquetas, pintura, resinas, estructuras, texturas, etc. Todo ello aliado a la experiencia
práctica de algunos montajes.
La madurez vendrá en el escenario, o al pasar del proyecto para la escena.
Desgraciadamente, hasta la fecha, no tenemos en São Paulo ninguna
universidad o facultad de nivel superior que ofrezca a los interesados un curso de esta
naturaleza. Las facultades de arquitectura podrían, en mi opinión, tener algunas
asignaturas dirigidas al asunto, complementando el lado ya existente de la
arquitectura que forma, parcialmente, a un escenógrafo.
Si no tenemos escuelas de escenografía, ¿qué se puede decir de los cursos
técnicos referentes a la mano de obra utilizada en la escenografía? No hay nada.
Vivimos una situación de gravedad en este aspecto. Casi todos nuestros buenos
profesionales están muertos y no tenemos otros que se hayan graduado. No tenemos
escuelas. ¿Cuál será el futuro de esta actividad? También agrava la situación el hecho
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de que no tenemos publicaciones en portugués sobre el tema. Son raras las que
existen y ni siempre tratan del asunto en profundidad.
Nuestro escenógrafo es casi siempre autodidacta en la formación específica de
la escenografía. Yo, por ejemplo, puedo dar mi testimonio en este sentido.
Trabajo en esta actividad desde hace veinticinco años. Comencé mi formación
empíricamente, pintando algunos decorados para la escenografía de un espectáculo
de aficionados en mediados de la década del 70. Casualmente fui invitado para hacerlo
porque mi actividad en aquel momento era de artista plástico, habiendo participado en
aquella época de algunas exposiciones en los salones de arte de la ciudad. Me
aventuré en el trabajo sin tener ningún conocimiento específico del nuevo lenguaje
que se me solicitaba. El Teatro de aficionados en Brasil continúa siendo un camino por
empezar.
“Me gustó la idea, me envolví completamente, porque ese es un peligro del
teatro, es un mundo fascinante capaz de absorbernos durante horas y días seguidos.
Hice otros a continuación y algunos años después decidí buscar una facultad que por
aproximación me proporcionase una formación más completa para desarrollar mi
trabajo. Pero en realidad no tenía muy clara cuál sería mi futura profesión”.
Me vine para São Paulo e hice la Facultad de Arquitectura ya pensando en hacer
escenografía. A partir de ese curso comencé a ver más claramente el asunto y a tener
mayores informaciones sobre él. Las escuelas de arquitectura en Brasil también son
una alternativa para las personas que desean trabajar con escenografía.
Suelo decir que hubo algunas coincidencias que fueron importantes en mi
formación como escenógrafo. Conocí a Flavio Império y estudié con él algunas
asignaturas en la Facultad de Arquitectura. Hasta hoy día considero que ese artista es
nuestro mayor representante. De él heredé la visión múltiple de la escenografía, la
necesidad de ser un poco artesano y el estímulo para intentar realizar algo y para
dejar un legado en la escenografía brasileña.
Paralelamente a la Facultad de Arquitectura, terminé trabajando en la TV
Cultura de São Paulo que me influyó mucho sobre las necesidades del proyecto y
sobre la disciplina que había que tener en el trabajo.
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Tuve la oportunidad de realizar trabajos para las Escolas de Samba durante
cinco años y me di cuenta de que ese fue un aprendizaje muy útil para mi profesión.
También trabajé mucho en teatro infantil, en donde en términos de espacio y de
producción, enfrentamos un desafío inmenso, como enfrentar las dificultades que
hasta ahora considero muy grandes en ese sector. El teatro infantil es también un
buen comienzo para los que quieren hacer del teatro una profesión.
Todo eso lo hice de una manera empírica. Una constante experiencia de
aciertos y equivocaciones. Pero siempre tuve muy clara la necesidad de realizar
investigación, de la búsqueda de informaciones, del trabajo de búsqueda en relación a
los materiales, a las referencias, al aprendizaje. Siempre intenté aprender solo, yendo
mucho al teatro, leyendo muchos libros de arte, viajando y yendo al cine, al teatro, a
los museos etc. Y eso no sería tan productivo para mi profesión si no tuviera la
formación de la Escuela de Arquitectura.
Siempre fui un profesional que se preocupó con la infraestructura de la
escenografía, con los problemas de la formación de mano de obra, de la discusión
sobre nuevos espacios, sobre nuevas posibilidades escénicas y técnicas.
De tal forma, siempre me gustó intercambiar experiencias, transmitir
informaciones, formar a las personas.
Me gustaría mucho que las próximas generaciones no encontrasen el mundo
de la escenografía en la misma fase, con tantas dificultades como yo lo encontré hace
veinticinco años. Quiero contribuir para cambiar ese estado de cosas.
Es por eso que me gustaría resumir de cierta forma lo que pienso actualmente
de la escenografía, hablándoles un poco del Espacio Escenográfico. Tuve una primera
década de trabajo dedicada, de cierta forma, al teatro comercial. Hice de todo un poco:
escenario para teatro, danza, shows, ópera, televisión, cine, etc. Un trabajo sin
continuidad, cada producción en un espacio, un nuevo director, un nuevo lenguaje. Mi
segunda década concentró el trabajo en un proyecto más profundo de investigación
escenográfica dentro del CPT-SESC (Centro de Investigaciones Teatrales), coordinado
por Antunes Filho. Mi tercera década, la actual, con un trabajo más enfocado en otros
aspectos importantes de la escenografía, comenzó con la creación del "Espacio
Escenográfico".
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Este espacio es un laboratorio permanente de estudios de la escenografía y de
otros lenguajes y actividades relacionadas. La idea de la creación de ese centro de
estudios nació de la creciente necesidad de alternativas para los interesados en
investigar y en hacer escenografía en Brasil. Aunque Brasil forme parte de la elite
internacional escenográfica, habiendo incluso recibido el mayor premio de la
Cuadrienal de Escenografía, Vestuario y Arquitectura Teatral de Praga, en la República
Checa en 1995, problemas como los presentados anteriormente, dificultan una
evolución más rápida de la escenografía.
El trabajo desarrollado en el C.P.T. daba prioridad, con toda razón, al trabajo del
actor. Consideré, para el bien de la escenografía, que había llegado el momento de
crear un espacio en el que la prioridad fuese una discusión escenográfica. En donde
se pudiera encontrar una infraestructura que hiciera propicio el avance en la
investigación y en el conocimiento del asunto. En este sentido, el primer paso fue
montar una oficina en donde fuera posible trabajar en la práctica con los materiales,
con las maquetas y con los experimentos.
La idea, en resumen, fue crear un punto de encuentro para el profesional del
sector. Un laboratorio en constante movimiento en el que el intercambio de ideas y de
informaciones pudiera, aunque fuera a largo plazo, cambiar las referencias
escenográficas brasileñas.
Hablaré con más detalles sobre el Espacio Escenográfico de São Paulo en la
parte final de mi conferencia y espero que todos ustedes tengan una idea más clara
con el video que vamos a mostrar a continuación. También existe el sitio del Espacio,
la dirección es: www.espcenografico.com
El teatro quizás más festivo con el rompimiento de la escena a la
italiana.
El lugar teatral es el espacio de una acci6n, de un acontecimiento representado
por hombres para otros hombres, sea esta acción mímica, hablada, cantada o bailada.
Este es un lugar de representación de fiestas, pero también de reunión de actores, de
técnicos y de público. Es Ia creación de una comunidad de actores y de espectadores
que se encuentran cara a cara por un tiempo determinado, el tiempo de una
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manifestación de Ia que quieren participar de manera diferente. Divertir-se, festejar y
también reflexionar. Es un lugar de cambios. EI espacio teatral puede ser cualquier
lugar: el teatro que estamos acostumbrados a ver, Ia calle, una plaza pública, el atrio
de una iglesia, un parque, una fábrica, un gimnasio, una sala etc. La representación es
lo que da al espacio su carácter teatral.
Pero el espacio está directamente relacionado con el papel del director de
teatro, figura que apreció solo al inicio del siglo XX. Es él, junto a Ios actores,
escenógrafo e iluminador, aliado a arquitectos y a un modo de pensar y hacer teatro,
quien posibilitará también Ia alteración de Ia escena y el espacio. Fue a partir de
finales del inicio del siglo pasado, que el trabajo de Ios escenificadores pasó a dominar
completamente Ia escena, ejerciendo una influencia mucho mayor que Ia obra del
dramaturgo en Ia evolución del fenómeno teatral. Fue imprimiendo su estilo personal
al espectáculo de Ios directores y terminaron reinventando el teatro.
La mayor parte de Ias grandes reformas del teatro contemporáneo fueron
elaboradas con gran rigor a partir de 1888 por Adolphe Appia, tanto a través de su
escenografía como a través de sus escritos teóricos. Sus trabajos más originales
versan sobre arquitectura escénica e iluminación. Gracias a ellos se han abierto
caminos para Ia renovación deI propio concepto de espacio escénico. Fue gracias a Ia
ruptura con Ia arquitectura a Ia italiana, fue gracias a Ia sustitución de Ios
tradicionales telones pintados por practicables, niveles, objetos construidos y formas
creadas con el propio cuerpo del actor, que empezaron Ias grandes transformaciones
escenográficas y espaciales. Es a partir de este momento que entramos en Ia era del
espacio del foro o de Ia escenificación vista como volumen. EI espacio es constituido
por Ia horizontalidad y Ia profundidad, pero también por Ia verticalidad. EI espacio
contiene Ia luz. EI espacio también puede ser transformado con el actor. Una actriz
atravesando un foro vacío en su diagonal seguramente creará un espacio diferente del
que crearía un actor subiendo por una soga. Recién en el
siglo pasado es que
podemos formular: escenografía = volumen = espacio.
EI espacio deI teatro es parte de Ia vida. Debe estar abierto. Debe atraer y no
inhibir. También debe acompañar Ia evolución técnica de los equipos y de los
materiales. Por todo esto, proyectar espacios para teatro es muy complejo. No es
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suficiente entender de arquitectura. No es suficiente organizar Ia forma, hay que
entender y organizar principalmente los conceptos teatrales. EI "hacer teatro' invoca
innumerables pensamientos, personas, necesidades y posibilidades económicas,
adecuación a diferentes realidades, regiones específicas y pueblos diferentes.
Para terminar la última parte en la que me gustaría hablar un
poquito sobre el Panorama da Escenografía Brasileña, sus posibilidades
y tendencias.
Siempre que intentamos analizar la escenografía en Brasil nos enfrentamos al
siguiente problema: ¿cuál es la escenografía de la que vamos a hablar? ¿Hay una
escenografía brasileña o cuando hablamos de ella lo estamos haciendo apenas
respecto a lo que se hace en el eje Río-São Paulo? Brasil es un país inmenso y no
acompañamos de cerca lo que se hace en otros Estados, aunque todo lo que se
destaca en sus regiones termina llegando a nuestro conocimiento. También tenemos
que prestar atención para no mezclar las manifestaciones religiosas del folklore y del
carnaval con las manifestaciones teatrales propiamente dichas. Si el criterio es
analizar los Estados de São Paulo y Río de Janeiro, sabemos que estaríamos dejando
de lado algunas manifestaciones teatrales importantes. Pero, sin duda, si elegimos un
muestreo por espectáculos, casi el 90% se realizarían en estos dos Estados.
Al decidir concentrar el enfoque en este ámbito, estamos seleccionando para el
análisis lo que se ha realizado de más actual en el lenguaje teatral y dentro de él, más
específicamente, en la escenografía.
Es verdad que en este sentido vivimos una serie de contradicciones. Por
ejemplo, el hecho de recibir los mayores premios e tener reconocimiento
internacional puede parecer que esto traduzca la existencia de un lenguaje propio que
defina una posición o una conciencia nacional de los realizadores de escenografía.
Esta circunstancia permite comenzar la reflexión sobre nuestras innumerables
contradicciones teatrales y escenográficas.
Si, por un lado, ganamos importantes premios internacionales, participamos en
los festivales más reconocidos en el mundo, producimos casi 400 espectáculos al año
solamente en el eje Río-São Paulo y nos aventuramos en algunas escenografías en
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espacios no convencionales, por otro lado sufrimos las consecuencias de la falta de
escuelas especializadas, de la falta de publicaciones en portugués, del trabajo casi
siempre restringido a los convencionales teatros de conformación italiana o también
al contexto histórico que nos hizo contemporáneos de las dos peores décadas en
Brasil (años 80 y 90) en el campo de la producción dramática.
¿Cómo podemos distinguir tendencias, conceptos y buscar análisis más
profundos de la escenografía brasileña si todavía tropezamos con las bases? Todo lo
que se pueda decir en términos positivos es, por lo general, una rara excepción.
En este sentido, podemos indicar el trabajo del Espacio Escenográfico creado
hace poco más de 6 años en São Paulo; un espacio inédito incluso en términos
internacionales en donde la escenografía constituye el centro de estudios y de
atenciones. Es un espacio privado, sin vínculos institucionales que, por sus propios
méritos, se dedica exclusivamente al pensar escenográfico. El Espacio promueve un
curso anual de formación escenográfica en donde los principiantes en el área pueden
perfeccionar sus conocimientos; edita bimensualmente un boletín que trata de
asuntos de escenografía, de vestuario, de arquitectura teatral y también de
iluminación escénica; mantiene la única biblioteca especializada sobre el asunto que
en la actualidad tiene centenas de títulos que se encuentran a disposición de los
interesados. Mensualmente hay también charlas con profesionales de la escenografía,
ocasiones en las que se discuten los asuntos pertinentes a los procesos y al mercado
de trabajo del escenógrafo, así como aspectos del lenguaje, de la historia y del mundo
de la escenografía en general. Todo de forma gratuita.
Todo ello generó dentro del Espacio Escenográfico la reunión de un grupo
preocupado con los rumbos de la escenografía brasileña e internacional. De esta
manera, se transformó en un laboratorio permanente de investigación y de
discusiones escenográficas. Si no podemos hablar de una manera más amplia de las
posibilidades actuales de la escenografía del país, podemos, por lo menos, señalar
algunos caminos buscados en el desarrollo de los trabajos en él realizados.
El punto de partida es la profunda investigación del asunto estudiado. No sólo la
investigación histórica y de contexto social de determinada escenografía, sino también
la investigación espacial, estética, formal y técnica. Todo ello es la base para el inicio
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de cualquier trabajo. No existe escenografía "inmediatita". Todo es el fruto de una
profundización constante.
No buscamos la realización de una escenografía puramente visual e ilustrativa.
Todos los elementos presentes en la escena deben tener una función y, en ningún
momento, deben competir ni con el trabajo del actor ni con el texto.
La escenografía debe también buscar su contenido propio, su propia
personalidad.
En el aspecto formal, buscamos también materiales que se diferencien de la
escenografía tradicional, basada en la madera y en el tejido. Queremos descubrir
materiales nuevos que puedan brindar una plasticidad rica de clima teatral y cuyo
resultado sean también nuevas posibilidades para el trabajo del diseñador de luz: la
escenografía y la luz se complementan. Cuanto más uno de esos lenguajes completa
al otro, más rica será la espacialidad del espectáculo. En este sentido, los materiales
más
nobles
que
buscamos
para
la
escenografía
son
los
que
propician
superposiciones, transparencias y texturas. Las telas metálicas o plásticas,
agujereadas, crean posibilidades extraordinarias. Los tejidos de tramas y con
transparencias, los vidrios, los poli carbonatos, los acrílicos y acetatos pueden crear
caminos alternativos de gran riqueza visual.
El lenguaje informático se está estudiando en el Espacio Escenográfico y no
tenemos duda de que en el futuro ese lenguaje enriquecerá mucho el trabajo
escenográfico. Además, esa es una tendencia internacional que, en conjunto con las
nuevas posibilidades de equipos iluminación escénica, deberá cambiar el rumbo de la
escenografía mundial. Por el momento, tenemos tan sólo la computación como un
instrumento al servicio de la escenografía; esa ciencia todavía no se incluye en el
proyecto como un componente del lenguaje escénico y todavía está, por lo menos en
Brasil, al servicio de la escenografía.
Este es un asunto que se debe discutir y desarrollar cuidadosamente porque
utilizada de manera equivocada la informática puede "enfriar" la escenografía,
dejando el espectáculo más mecánico, más racional y más previsible. No nos podemos
olvidar de que el teatro vive mucho el momento, y la emoción de ese momento es lo
que lo que crea el vínculo con el público. Debemos buscar la incorporación de los
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avances tecnológicos, pero debemos también luchar para no sacarle al teatro la magia
que le es propia.
Sin embargo, este asunto de la escenografía y de las nuevas tecnologías es
material para otra conferencia y serviría para otra larga discusión.
Me gustaría poner un punto final mencionando dos frases de dos grandes
escenógrafos mundiales. La primera de ellas de la canadiense Adrianne Lobel que
dice:
- “El papel de un escenógrafo es el de un arquitecto conceptual: Creamos una
estructura en la cual muchas personas, inclusive nosotros mismos, podamos
continuar teniendo ideas”.
Y la segunda frase es de George Tsypin, escenógrafo ruso radicado hoy en los
Estados Unidos:
- “Diseñar para el escenario es una disculpa para ir hacia su propio mundo de
sueños”.
Muchas gracias.
Arq. J. C. Serroni en el Teatro Solís
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¿Para quién construimos nuestros teatros?
¿Qué es lo que queremos con ellos?
La disputa por el espacio ideal para la puesta en escena no es un fenómeno
reciente. Es el resultado de la propia evolución de la tipología escénica y consecuencia
de la continuidad de carácter y de la unidad entre las diversas áreas que componen el
quehacer teatral. Naturalmente, hay diversos ángulos para las cuestiones inherentes
a la actividad artística que incluyen las veleidades personales, las diferencias
culturales y las particularidades sociológicas de una población. Para cada pueblo un
teatro y para cada teatro un carácter. Esta opción por la manera ideal de la relación
escenario-platea no es sencilla ni carece de engaños.
Un edificio teatral es un
organismo complejo que se construye articulando diversos sistemas ambientales, que
depende para su utilización de diversa cuestiones, de la tecnología adecuadamente
aplicada y de la carpintería teatral, dada por la experiencia y perfeccionada en el
transcurso de generaciones.
Todos los teatros tienen limitaciones. Y todos los espacios "neutros" o "libres"
frecuentemente hacen imposible su uso, más que permitir cualquier manera de
creación artística. Sin duda, eso no es verdadero cuando un edificio determinado se
pone en las manos de un gran escenificador que determina no sólo su forma de uso
sino también los propios conceptos artísticos de su trabajo y que integra, en el mismo
mecanismo escénico, todos los componentes de su creación.
Algunos arquitectos pretenden, súbitamente, reinventar la tradición teatral a
golpe de lápiz. La discusión sobre la flexibilidad, adaptabilidad escénica, libertad para
el escenificador etc. no constituye ninguna novedad y es clara que si los teatros
permanecen en su mayoría con su frontalidad tradicional, no es por falta de buenas
intenciones de arquitectos comprometidos con un supuesto pensamiento redentor de
vanguardia que libertará al teatro de sus limitaciones e integrará definitivamente
escenario y platea en un gran momento festivo y del reflexión conjunta. Es una
intención noble que no se debe despreciar pero que tropieza en diversas cuestiones
internas y externas del propio oficio teatral y que no son llevadas en consideración en
el primer esbozo del proyecto arquitectónico.
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En primer lugar es necesario pensar en quién y en para quién estamos
proyectando el teatro. Si consideramos que el usuario final es un escenificador y su
obra, obviamente la forma seguirá a la función, en este caso, vinculada a los
conceptos específicos del trabajo de su creador. Sin embargo, la mayor parte de los
teatros no se concibe para ser utilizada apenas por un artista, sino por toda una
comunidad de profesionales y de público y para que el espacio escénico permita su
flexibilización a través de escenografía, ella sí, limitada apenas por la creatividad de
los escenógrafos y por las restricciones financieras y técnicas de los equipos de
producción. Los teatros deben estar preparados para recibir montajes propios y
venidos de afuera y, en este caso, es importante llevar en consideración la realidad
regional y nacional, y no es difícil percibir que la gran mayoría de las producciones gira
alrededor de la frontalidad de la escena.
Eso no impide, claro está, que un teatro totalmente "flexible" se pueda
manipular para reproducir la escena frontal, pero los límites de tal adaptabilidad son,
por lo general, discutibles. Muchas veces, se corre el riesgo de tornar la cuestión
tipológica el punto vital del proyecto y el costo de convertir al espacio en flexible o
múltiple realmente utilizable es demasiado grande. El espacio escénico que permite
libertar a los actores de los limites del proscenio recae frecuentemente en dos
categorías: la del teatro aparentemente neutro y tecnológicamente sofisticado al
extremo, como es el caso del Schaubühne de Peter Stein en Berlín, con sus 72
ascensores hidráulicos, o un espacio vacío en el que todo se debe rehacer a cada
montaje, si hubiera tiempo y dinero disponible. Existe la gran probabilidad de convertir
al espacio en el que todo es posible en un lugar en el que nada funciona, y un teatro
que sirve supuestamente para todo en realidad no sirve al espectáculo bajo ningún
tipo de forma escénica. Para eso sirven los espacios alternativos que no son edificios
concebidos originalmente como teatros, sino lugares cargados de signos y de sentidos
adecuados, específicamente a un determinado proyecto de puesta en escena.
¿Hasta que punto es un engaño la flexibilidad escénica? Los principios que
rigen el éxito de una sala de espectáculos son mucho más sutiles y se relacionan con
la escala, la proximidad, la formalidad/informalidad y no es un remedio para todos los
males o un artificio mecánico o arquitectónico que supuestamente permitirá cualquier
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organización del teatro resolviendo de manera práctica los problemas escenográficos
de visibilidad, acústica e iluminación escénica.
Existen, sin duda, los teatros múltiples adecuados y proyectados correctamente
que cumplen su papel y ofrecen flexibilidad en una escala manejable, pero ellos
siempre están de acuerdo con su uso y son proyectados llevando en consideración su
público, la especialización de los profesionales que los utilizan y los propósitos a los
que se destinan. El teatro experimental es necesario pero se debe proyectar de
manera cuidadosa, llevando en consideración desde el inicio sus limitaciones y sus
objetivos artísticos. No se debe tratar a la ligera la complejidad y los costos que
envuelve el proyecto de una sala de espectáculos que permita la flexibilización de su
tipología. En primer lugar, es preciso llevar en consideración la necesidad de sus
usuarios, la especificidad del oficio teatral y todas las cuestiones técnicas que
envuelve. Poco se puede hacer a partir de un proyecto basado en la vanidad de sus
arquitectos que pretenden crear de la nada, o de algunos pocos ejemplos personales,
un nuevo modelo de teatro que, supuestamente, revolucionará las bases de un arte
colectivo.
Estudiando el espacio deI teatro hoy, ya aI inicio del 3º milenio, Ilegué a algunas
características comunes a muchos países del mundo y sobre todo a los de América
Latina. Gran parte de los teatros surge del reciclaje y de Ia transformación de
espacios no construidos para este fin, lo que normalmente resulta en un espacio que
Ilamamos multiuso. Un espacio neutro, maleable, que puede ser adecuado a
diferentes formas según el tipo de escenificación.
Otra característica común que tenemos es Ia reforma y modernización de
teatros antiguos (generalmente italianos). En estos casos lo que viene ocurriendo es Ia
adición al foro italiano de otros espacios que se extienden proscenio afuera, creando
nuevas posibilidades. Una tercera y fuerte característica de uso del espacio es la
salida del teatro hacia la calle, apropiándose de la ciudad. Esto no es novedad, ya que
el teatro en la Edad Media era básicamente realizado de esta manera. Pero no deja de
ser un redescubrimiento enriquecedor del teatro de hoy. Parece, también, que este
lenguaje tiende a dominar Ia escena en Ias próximas décadas. Son espectáculos que
deconstruyen algunos espacios y crean otros que atienden mejor a los lenguajes
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desarrollados allí. Pero cualesquiera que sean Ias espacios y Ias lenguajes teatrales
desarrollados, el papel deI arquitecto y de Ios grupos técnicos que elaboran estos
espacios es el de pensar con coherencia y proyectar de Ia mejor manera Ias áreas y
equipos que contribuyen para el espectáculo. No están en juego apenas Ias recursos
clásicos o computarizados pero si el sentido común en Ia adecuación y selección de
aquellos que mejor sirvan a cada forma de expresión. Lo que interesa es Ia riqueza del
espectáculo. La variación de posibilidades. EI espacio y Ios equipos no hacen nada
solos. Ellos apenas cumplen una función. Sólo tendrán sentido y serán mejore como
mejor sirvan con mayor eficiencia y creatividad 10 que será visto por el público: el
espectáculo teatral.
Sin embargo permanece Ia duda: ¿Cuál será el espacio o Ia escenografía que
mejor atenderá a Ias futuras escenificaciones? La respuesta es difícil. EI teatro no es
apenas Ia técnica pues esta evolución es previsible. EI teatro tiene componentes que
escapan Ia percepción objetiva. Podrá ocurrir en el futuro Ia desaparición de Ia caja
escénica y de Ias maquinarias clásicas deI teatro en desmedro de pequeñas maletas
llenas de botones y laves que con un operador apenas crearán para el espectáculo
verdaderos juegos electrónicos de última generación. Tal vez el espacio sea dominado
por Ia computación, por el láser, Ia holografía o por otro lenguaje más moderno aún.
Pero siempre tendremos (por tratarse del fenómeno teatro) redescubrimiento y
valoración de lo que siempre impulsará aI teatro: el hombre, el actor. ¿Estaríamos
caminando de vuelta aI encuentro deI teatro puro de Ia Grecia antigua, aI buscar
nuevamente Ia calle como en Ia Edad Media? ¿Quién sabe? EI tiempo nos lo dirá, y
nosotros, realizadores deI teatro de Ias próximas décadas, tal vez no lleguemos a
estas respuestas. Pero quedan registradas hoy nuestras dudas e inquietudes.
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Este evento fue posible gracias a la participación de Beatriz Arteaga, quien estableció
los contactos con J. C. Serroni.
En este evento participaron estudiantes, docentes y egresados de la Escuela Municipal
de Arte Dramático “Margarita Xirgu”, el Instituto “Escuela Nacional de Bellas Artes y
la Facultad de Arquitectura de la Universidad de la República, así como otros
profesionales del medio, invitados por el Equipo Técnico del Teatro Solís. Este equipo
está formado por: Martín Arriola, Beatriz Arteaga, Martín Blanchet, Daniel Bolioli,
Jorge Cabrera, Daniel Canoura, Eduardo Cardozo, Sergio de los Santos, Luis De
Martino, William Feijó, Jorge González, Sergio González, Eduardo Guerrero, Alejandro
Roquero, Edgar Keuchkerian, Paula Kolenc, Gabriela Maccellaro, Américo Moráes,
Manuel Novoa, Marcelo Pagani e Ignacio Tenuta.
Teatro Solís, Mayo de 2006
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