Voces: DAÑOS Y PERJUICIOS - PRUEBA

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Voces: DAÑOS Y PERJUICIOS - PRUEBA - CARGA DE LA PRUEBA - INTERPRETACIÓN DEL
CONTRATO - CONTRATO VERBAL - CADAVER
Partes: Z. de G., E. C. y otros c/ Jardin del Pilar S.A. | daños y perjuicios
Tribunal: Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil
Sala/Juzgado: C
Fecha: 22-dic-2011
Cita: MJ-JU-M-71847-AR | MJJ71847
Producto: MJ
No puede imputarse responsabilidad alguna a la empresa encargada de realizar los servicios fúnebres
por el avanzado estado de descomposición que presentaba el cuerpo del difunto, en ocasión de
realizarse un segundo sepelio cuando llegó al país la hija del occiso, ya que el mantenimiento y
conservación del cadáver no formaron parte de los servicios contratados.
Sumario:
1.-Debe rechazarse la demanda incoada por la esposa e hijos del causante, mediante la cual le reclaman
a la demandada, con quien contrataron los servicios funerarios, la indemnización de los daños y
perjuicios que dicen haber sufrido al encontrarse en el sepelio con un avanzado estado de
descomposición del difunto, pues, la relación contractual entre las partes se encontraba regida por el
contrato de prestación de servicios del cual no surge que se pactara el mantenimiento y conservación
del cadáver para un segundo velatorio a realizarse en cuanto arribara al país la hija del occiso, ya que
no puede dejar de considerarse que el cadáver fue velado primeramente, a temperatura probablemente
calefaccionada -pleno invierno- en su propio domicilio, momento desde el cual comenzó a gestarse el
natural e inevitable estado de descomposición del cuerpo, y luego fue trasladado a la cámara
refrigeradora existente en el cementerio hasta que se produjo el segundo sepelio, a pesar que la
demandada le había explicado a la familia que ella no era apta para conservar el cadáver y que la
tanatopraxia era el único método recomendado para tal fin.
2.-Corresponde revocar la sentencia de grado que hizo lugar a la demanda por daños y perjuicios
incoada por la esposa e hijos del difunto, a raíz de haberse encontrado en el segundo sepelio realizado a
la llegada de la hija al país, con un cuerpo en avanzado estado de descomposición, ya que la obligación
de conservación y mantenimiento del cadáver no formó parte de los servicios contratados a la
demandada, y si bien se encuentra reconocido que se pidió una ampliación de los servicios funerarios
que no fue instrumentada, el empleado de la demandada declaró que se le explicó a la familia que la
única forma adecuada para la conservación del cadáver era la tanatopraxia, que no fue aceptada por los
accionantes, quienes dispusieron que se trasladara el cuerpo del occiso a la cámara refrigerada del
Cementerio, pese a que se les aclaró que ello retardaría la descomposición pero que no garantizaba la
conservación, por lo tanto, al optar los familiares en tal sentido, asumieron las consecuencias no
deseadas que luego se pusieron de manifiesto en el segundo velatorio, y si los actores dieron
instrucciones de otro tipo a los efectos de la conservación del cadáver, era carga probatoria de los
mismos acreditarla, lo cual no sucedió.
En la ciudad de Buenos Aires, capital de la República Argentina, a los veintidos días del mes de
diciembre de dos mil once, reunidos en acuerdo los señores jueces de la Sala "C" de la Cámara Civil,
para conocer de los recursos interpuestos en los autos "Z. DE G., E. C. Y OTROS C/ JARDIN DEL
PILAR S.A. S/ DAÑOS Y PERJUICIOS", respecto de la sentencia corriente a fs. 798/807, el Tribunal
estableció la siguiente cuestión a resolver:
¿Se ajusta a derecho la sentencia apelada?
Practicado el sorteo, resultó que la votación debía efectuarse en el orden siguiente: Sres. Jueces de
Cámara Dres. Cortelezzi, Alvarez Juliá y Díaz Solimine.
Sobre la cuestión propuesta la Dra. Cortelezzi dijo:
Contra la sentencia de fs.798/807 que admitió la demanda entablada por E. C. Z. de G., M. del C. G. y
J. G. y condenó a "Jardín del Pilar S.A." a pagarle a los primeros la suma de pesos Veinte mil ($20.000)
a cada uno, apelaron la parte actora y la accionada, quienes expresaron agravios a fs. 845/851 y fs.
853/858.
Los primeros fueron contestados por la demandada a fs. 860/865 y los segundos, por los actores a fs.
867/871.
Debo dejar aclarado primeramente, que no haré lugar a la solicitud efectuada por los accionantes de
declarar desierto el recurso de la demandada, pues la Sala que integro, priorizando el derecho de
defensa de raigambre constitucional, propicia el estudio de las quejas en tanto las respectivas
expresiones de agravios reúnan, al menos en forma mínima, los recaudos procesales.
Asimismo, que por razones estrictamente metodológicas, trataré en primer término los agravios
vertidos por la parte accionada, referidos a la responsabilidad atribuida por el sentenciante.
II.- SOBRE LA RESPONSABILIDAD.
1. El día 24 de julio de 2005, a las 00,30 horas, se produjo el fallecimiento del Sr. F. G., esposo de la
coactora E. C. Z. de G., y padre de los coaccionantes María del C. y J. G. (v. partidas de fs.195/198).
Ante tal suceso, y con la intervención de un amigo de la familia, Sr. G. C., contrataron con la
demandada "Jardín del Pilar S.A.", titular de la empresa que gira en plaza con el nombre de
"Lázaro-Costa" los servicios funerarios correspondientes, comprensivos de las condiciones particulares
que surgen del contrato que hoy obra agregado a fs. 768.
Asimismo, y toda vez que la hija del difunto se encontraba ocasionalmente fuera del país, se convino de
forma verbal con la demandada -pese a la recomendación de realización del tratamiento denominado
"tanatopraxia" para la preservación del cadáver- conservar en cámara de frío el cuerpo para ser
exhibido otra vez el día 26 del mismo mes en la casa velatoria ubicada en la calle O´Higgins de esta
ciudad, lo que fue realizado en un avanzado estado de descomposición del difunto. Reclamaron en
autos los daños y perjuicios que dicen haber sufrido debido al escenario caótico y siniestro con el que
debieron enfrentarse en el sepelio.
El Sr. Juez de grado acogió la demanda contra la empresa accionada por entender que la misma, si se
encontraba ciertamente disconforme con el deseo ineluctable de los actores de utilizar la cámara de
refrigeración en lugar de practicar la tanatopraxia, debió haber optado por confeccionar una constancia
con la declaración de los deudos respecto a su negativa y de su asunción de los riesgos que el otro
método podía entrañar, o bien rescindir el negocio jurídico en vez de acceder a lo solicitado por no
contradecir a sus clientes.
Ello motiva el agravio de la demandada, porque entiende que el servicio que ligó a su parte con los
actores y/o el Sr. C.se limitó al primer funeral en el domicilio de la familia, lo que determina, que al no
existir una obligación genérica a cargo de "Jardín del Pilar" con relación al servicio fúnebre, no se le
podría haber exigido el cumplimiento de obligaciones ajenas al contrato suscripto entre las partes, de la
cual se pudiese presumir la existencia de una obligación implícita a cargo de su parte con respecto al
mantenimiento del cadáver.
2. A fin de dilucidar si en el caso ha existido responsabilidad de la demandada, se deben analizar los
hechos acreditados en autos a los efectos de determinar si la misma cumplió con las obligaciones que
tenía a su cargo por la relación contractual que la ligaba con la actora, y en caso de arribar a una
respuesta negativa, establecer si tal incumplimiento tuvo relación causal con los daños que dijeron
padecer los accionantes.
El magistrado de grado determinó aplicable en el caso la Ley de Defensa del Consumidor,
agraviándose por ello la demandada pues insiste en que no existió relación de consumo respecto de la
"conservación y mantenimiento" del cuerpo del difunto, toda vez que no comercializó dicho servicio.
Se advierte en tal sentido, que la relación contractual entre las partes se encontraba regida por el
contrato de prestación de servicios que hoy obra agregado a fs. 768, no surgiendo del mismo que se
pactara el mantenimiento y conservación del cadáver para un segundo velatorio a realizarse en cuanto
arribara la hija del difunto del exterior del país.
El testigo M., empleado de la empresa demandada manifestó a fs. 688/690 que:"...casualmente yo ese
día no trabajé, estaba de franco....que había una factor que impedía terminar de cerrar la situación en
ese momento, porque la hija estaba en Bélgica....no tenían un tiempo determinado en el cual se iba a
hacer la conclusión del servicio....y eso ocasionó que gran parte de la contratación de este servicio haya
quedado abierta.... Mi intervención fue de manera organizativa....La resolución del traslado del cuerpo
siempre queda a cargo de la familia. La sugerencia del cementerio fue por parte de la familia. A mí me
plantean una situación, ahí yo doy opciones, dentro de mis opciones la familia optó por llevarlo al
cementerio....La cámara del Memorial es una cámara refrigerada pero no es un método de conservación
cadavérica. Un ambiente refrigerado retarda la descomposición de un cuerpo pero no garantiza su
conservación. Esto se puso de manifiesto al momento de la contratación, yo sugerí la tanatopraxia
como único tratamiento que garantizaba el tipo de conservación que ellos pedían..."
Ahora bien, de dicha declaración testimonial se pueden extraer las siguientes conclusiones: a) que el
empleado de la demandada brindó como opción el traslado a la cámara refrigerada del cementerio
Memorial, pero que ofreció como único método para la conservación del cadáver el procedimiento
denominado "tanatopraxia" b) que pese a ello, la familia del difunto optó por el traslado del cuerpo a
dicha cámara refrigerada, hasta la llegada al país de la hija del occiso, c) que el tipo de conservación
que los actores pedían solo era factible mediante la "tanatopraxia", lo que fue puesto en conocimiento
de los familiares.
Y si bien el mismo testigo aclara, refiriéndose a las opciones de conservación ofrecidas que "...el precio
no fue un problema en ningún momento de la conversación...", no existen constancias en autos de la
razón por la cual la tanatopraxia o el tratamiento formólico no fueron llevados a cabo.Al respecto,
resulta de particular importancia la pericia de ingeniería realizada a fs. 589/591 de la cual surge que el
Cementerio Privado Memorial tiene un depósito climatizado a temperatura entre 6° y 7° sobre cero con
función específica de paso intermedio entre el velatorio y la cremación, entierro o depósito en bóveda.
Se aclara que la temperatura es para atenuar posibles olores y que como no es una cámara de frío, sino
un depósito climatizado, no permite la conservación del cadáver en buen estado durante dichos
períodos.
Por lo demás, de la pericia efectuada por el Cuerpo Médico Forense a fs. 135/141 surge que el cadáver
estuvo expuesto por más de quince (15) horas a temperatura ambiente posiblemente calefaccionada,
refiriéndose al primer velatorio en el domicilio del difunto. Aclaró que el congelamiento del cuerpo se
produce de 0° a -20° y "detiene" la descomposición; la refrigeración en cambio, lo "enlentece" pero el
proceso de descomposición continúa. Asimismo, que cuando el cadáver deja de ser refrigerado, a
medida que aumenta el calor, se acelera la descomposición por encima de los valores habituales.
De la pericia contable obrante a fs. 581/585 se desprende que el cuerpo del padre y esposo de los
accionantes fue velado, en primer término, durante aproximadamente 15 horas en su domicilio el día 24
de julio de 2005. Luego fue trasladado al Cementerio Parque Memorial para su colocación en cámara
refrigerada y retirado de la necrópolis alrededor de las 15 hs. del día 25, para iniciar el segundo
velatorio en la sala de la calle O´Higgins a las 9,00 o 9,30 hs. del día 26.
Sentado ello, no puedo dejar de señalar los siguientes hechos y pruebas:
1.- Que el cadáver de quien en vida fuera F. G., fallecido a las 0.30 hs.del día 24 de julio de 2005, fue
velado primeramente, a temperatura probablemente calefaccionada -pleno invierno- en su propio
domicilio, momento desde el cual comenzó a gestarse el natural e inevitable estado de descomposición
del cuerpo.
2.-Que en reglas generales, la putrefacción en nuestro medio comienza a las 24 horas (con más o menos
6 horas), cuando aparece la mancha verde que marca el comienzo del período cromático al que le
seguirá el período enfisematoso y luego el colicuativo (v.fs. 139).
3.-Que alrededor de las 13,00 hs. del día del velorio domiciliario, el occiso fue trasladado en cortejo a
Parque Memorial para llegar aproximadamente a las 14,00 hs. y tras la realización del responso, pasó a
la cámara sin soldar (fs. 582vta.).
4.-Que la familia del difunto frente a la opción de realización de tanatopraxia como único método
recomendado para la conservación del cadáver hasta la llegada de la hija, eligió la colocación en
cámara referigeradora del Parque Memorial.
5.-Que el día 25, el cuerpo fue trasladado alrededor de las 15 hs. nuevamente a esta ciudad, para un
nuevo velorio, a realizarse a partir de las 9,00 horas del día siguiente, es decir el 26 de julio, en la casa
velatoria de la empresa demandada ubicada en la calle O´Higgins.
6.-Que el testigo V., novio de la hija del difunto, da cuenta de que recién pudieron ubicar a la misma a
las siete u ocho de la tarde (refiriéndose al día 24 de julio) y que al día siguiente la fueron a buscar al
aeropuerto y junto con amigos permanecieron en el domicilio de la misma para concurrir el día
siguiente al velatorio (fs. 681/682).
7.-El testigo M., indicó que el Sr.C., amigo de la familia del difunto, llevó como inquietud al domicilio
donde lo estaban velando, la posibilidad de la tanatopraxia, que constantemente consultaba por
teléfono, tal vez con la viuda o con alguien directo de la familia y que él llamó al domicilio para
preguntar si dicho tratamiento era al fin viable y la Sra. Leticia C. le dijo que no. Que dentro de las
opciones, la familia optó por llevarlo al cementerio. Asimismo indicó que la cámara del Memorial es
una cámara refrigerada pero no es un método de conservación cadavérica, que un ambiente refrigerado
retarda la descomposición de un cuerpo pero no garantiza la conservación; que eso se puso de
manifiesto en el momento de la contratación.
8.-Que existió demora por parte de los familiares de tomar la decisión de esperar a la inhumación del
cuerpo del difunto hasta la llegada de la hija, con el consiguiente paso del tiempo en el cambio de
estado natural del cadáver.
9.-Que la familia, eligió la opción del traslado a la cámara refrigeradora ubicada en el Cementerio
Memorial, no obstante la debida información que recibiera de la demandada.
Consecuentemente, entiendo que en el caso, se contrató un servicio con la empresa accionada que
incluía los rubros detallados en el contrato que hoy obra adunado a fs. 768, entre los cuales la
obligación de "conservación y mantenimiento del cadáver" no formó parte mismo.Pero si bien se
encuentra reconocido que se pidió una ampliación no instrumentada, el testigo M., empleado de la parte
demandada señaló las opciones que le fueron brindadas a los familiares, entre las cuales la única
adecuada para la conservación del cadáver era la tanatopraxia, que no fue aceptada por los accionantes,
quienes dispusieron que se trasladara el cuerpo del occiso a la cámara refrigerada del Cementerio
Memorial, pese a que se les aclaró que ello retardaría la descomposición pero que no garantizaba la
conservación.
Ello así, al optar los familiares en tal sentido, asumieron las consecuencias no deseadas que luego se
pusieron de manifiesto en el segundo velatorio del difunto y que describen los testigos Palastro,
Vergara y C. a fs. 679/684. Vale aclarar, que en caso de haber dado instrucciones los actores de otro
tipo contratación a los efectos de la conservación del cadáver, era carga probatoria de los mismos
acreditarla (conf. art. 377 del Código Procesal), lo que no ha sucedido en autos.
De ahí que sin dejar de sopesar el intenso daño moral que pudieron haber experimentado los actores
ante el estado de descomposición del difunto, lo que no puedo dejar de compartir, entiendo que ello no
es imputable a la empresa y por lo tanto, que deben admitirse los agravios formulados por la misma,
por lo que propondré que la sentencia de grado sea revocada, rechazándose la demanda interpuesta.
Con costas a cargo de los accionantes vencidos (art. 68 del CPCC).En consecuencia, propongo al Acuerdo, si mi voto fuera compartido, que se revoque la sentencia de
grado, rechazándose la demanda interpuesta. Asimismo propicio que las costas, en ambas instancias,
sean impuestas a cargo de la parte actora vencida en virtud del principio objetivo de la derrota (art. 68
del CPCC).
Por razones análogas, los Dres. Alvarez Juliá y Díaz Solimine adhirieron al voto que antecede.
Con lo que terminó el acto.Buenos Aires, Diciembre veintidos de 2011.Y VISTOS: Por lo que resulta de la votación que instruye el acuerdo que antecede, se revoca la
sentencia de grado, rechazándose la demanda interpuesta.
Las costas, en ambas instancias, se imponen a cargo de la parte actora vencida en virtud del principio
objetivo de la derrota (art. 68 del CPCC).
Regístrese, notifíquese y devuélvase.OMAR LUIS DIAZ SOLIMINE - LUIS ALVAREZ JULIA- BEATRIZ LIDIA CORTELEZZI -
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