¿Cómo se reducen las fugas de manera eficaz? Acciones para disminuir las pérdidas fijas junio2013 La gestión sostenible de los recursos hídricos es un compromiso de DHC-AGUAKAN; por ello se ha trazado como objetivo, contar con los métodos más efectivos y la tecnología de punta, como la detección de fugas de agua potable con helio mediante el Idroloc, para atacar y minimizar las pérdidas de agua durante el transporte y distribución, de una manera consistente. Generalmente, la gestión de la reducción de fugas es llevada a cabo de dos formas: Control pasivo (reactivo): Es la reacción a roturas y caídas de presión, reportadas generalmente por clientes o brigadas de inspección. Este control es parte de la operación de cualquier organismo operador y se capitaliza de mayor o menor manera con base en la tasa de incidencia de fugas. Control activo: Los métodos principales del control activo de fugas se basan en programas regulares de búsqueda y monitoreo de sectores hidrométricos. El tiempo de localización de una fuga depende de la naturaleza y sistemas instalados de monitoreo, pero principalmente por el número de personal, equipo y tecnología disponible. Adicionalmente a los programas activos y pasivos, el manejo de la presión es una práctica recomendada y muy extendida que ofrece grandes resultados. La tasa de fugas en un sistema de distribución de agua es función de la presión suministrada por las bombas y tanques de regulación. Existe una relación física entre la tasa de fugas y la presión que ha sido probada tanto en laboratorio como en campo. La tasa de ocurrencia de fugas es muy sensible a la variación de la presión. Sin embargo, la reducción de la presión puede dificultar la búsqueda de fugas por algunos métodos. IDROloc, una nueva tecnología, para la detección de fugas Métodos de detección de fugas más utilizados: ventajas y desventajas Entre los principales métodos están: Métodos acústicos: Son los sistemas más convencionales y extendidos para la detección de fugas no visibles. El principio básico de esos sistemas es el de escuchar y/o registrar el ruido provocado por el agua al escapar de las tuberías, amplificándolo de forma mecánica o electrónica, hasta localizar el punto de fuga. Los mejores resultados se obtienen en tuberías rígidas como el hierro dúctil, el acero o tuberías de concreto-asbesto en todas sus variantes. La capacidad de detección de estos equipos se ve seriamente mermada por la atenuación del sonido que se produce en las tuberías de materiales plásticos que actualmente son los más utilizadas en redes de distribución. Por otra parte, los sistemas en los cuales la presión de operación es baja, ya sea por el deterioro que presentan o por decisión operativa encaminada a reducir las pérdidas y la incidencia de fugas, reducen el ruido producido por las fugas y reducen por tanto la capacidad de detección de los métodos acústicos. La presión mínima recomendable para estos métodos es de 10 m.c.a. Georradar: Es una de las tecnologías más complejas que hay en el mercado. Este método no se ve afectado por las limitaciones descritas anteriormente, ya que su principio de detección es totalmente distinto. Sus limitaciones residen más bien, en un tema de costo y de complejidad de interpretación, que resulta en que casi siempre se deba recurrir a empresas especializadas por el alto nivel de capacitación de los operadores de estos equipos. Como una limitante adicional, está que el sistema es incapaz de distinguir entre el agua procedente de una fuga, del nivel freático o cualquier otro origen. Analizando las ventajas y desventajas de los métodos tradicionales, DHC-AGUAKAN ha decidido apostar por las nuevas tecnologías para la detección de fugas. Es así que desde abril del año 2011 se incorporó el iDROloc al equipamiento de las brigadas de detección con excelentes resultados. El método consta de las siguientes etapas: 1. Inyección: El gas helio (He) es un gas inerte, con adecuadas propiedades de densidad, viscosidad y solubilidad en agua. El gas He es inyectado a una concentración del 1% en el punto de alimentación de un sector previamente delimitado. 2. Dispersión: El agua marcada con helio viaja por la red de distribución, hasta los puntos más alejados del sector. Se debe verificar en las tomas domiciliarias que la concentración mínima en los punto más alejados sea de entre 200 y 300 ppm. 3. Desorción: El helio que se va liberando como sustancia volátil desde el agua ascenderá a la superficie por ser más ligero que el aire en un tiempo mínimo de 24 horas. 4. Detección: Se realizan perforaciones de aproximadamente 1 cm de diámetro sobre el trayecto de la tubería a intervalos regulares. Con el iDROloc se inspecciona cada uno de los orificios la concentración de He. La presencia de concentraciones superiores a 5 ppm (constante de presencia atmosférica) indicará que en el entorno existe un escape de agua. Ventajas del uso del iDROloc El método no es dependiente de la presión. El método es efectivo en cualquier tipo de material. El método es cuantitativo, la cantidad de ppm (partes por millón) de helio detectada nos orienta sobre el tamaño de la probable fuga. El equipamiento es simple y fácil de operar. Resultados desde el inicio del uso del iDROloc Desde el inicio de su utilización, el método nos ha permitido inspeccionar 150 km de red de distribución. Se han localizado 142 fugas. Para más información visita http://www.suez-environnement.com/innovation/our-innovations/direct-access-innovations/idroloc