18/02/2004 Francisco Polo Marchador LA LEY DE SUCESIONES 1 En abril de 2002, coincidiendo con el día de San Jorge, entró en vigor la Ley aragonesa de Sucesiones. Esta norma establece cuáles son los derechos y las limitaciones que una persona tiene a la hora de ordenar la sucesión en sus bienes y también determina cuál será el destino del patrimonio de aquella persona que haya fallecido sin haber ordenado su sucesión. Se trata de una Ley extensa, con 218 artículos frente a los 53 que a la misma materia dedicaba la Compilación. La razón es que pues no trata de recoger simplemente las especialidades aragonesas, sino de facilitar en un texto único la regulación completa del Derecho de Sucesiones en Aragón. De esta ley, destaca que cualquier aragonés puede disponer de sus bienes para después de su muerte mediante testamento o por contrato sucesorio. En cuanto al testamento, se mantiene la figura del testamento mancomunado que es el otorgado conjuntamente por dos personas, institución peculiar de nuestro derecho. Como novedad, los testadores no tienen que ser forzosamente marido y mujer, lo pueden hacer padre e hijo o dos hermanos, recuperando así nuestra tradición jurídica. También se permite que pueda ser otorgado por una pareja de hecho. Como el testamento mancomunado no es un contrato, puede ser modificado en cualquier momento por cualquiera de los otorgantes mientras viva el otro. Ahora bien, para evitar el fraude, el Notario deberá avisar al otro otorgante que hay un nuevo testamento para que así, Ley de Sucesiones 2. Radio 5 18/02/2004 Francisco Polo Marchador si lo desea, pueda modificar lo que dispuso en su día. La nueva Ley suprime el testamento ante párroco o ante capellán y establece que todo testamento no revoca el anterior, excepto en aquello que resulte incompatible. Por ejemplo, si hoy una persona dispone el destino sucesorio de su piso y el día de mañana lo hace de una casa de vacaciones, este segundo testamento no impide que se cumpla el primero. A diferencia de lo establecido en el Código Civil, en Aragón se puede pactar cuál va a ser el destino de los bienes estableciendo un contrato sucesorio. Se diferencia del testamento en que este es siempre revocable mientras que el contrato sucesorio vincula a las partes y sólo puede ser modificado con el acuerdo de todos los contratantes. La nueva Ley distingue diversos tipos de pactos, de los que destacamos los pacto “de presente”, en los que el heredero adquiere la propiedad de los bienes en el momento de celebrarse el contrato, es decir, en vida del causante. Junto a los pactos “de presente”, la Ley regula los patos “para después de los días”, contratos en los que el heredero sólo adquiere los bienes cuando fallece el causante. Tanto los testamentos como los contratos sucesorios pueden otorgarse en cualquiera de las lenguas y modalidades lingüísticas de Aragón. Ley de Sucesiones 2. Radio 5 2