Autor: Carlos Silva Navas Breve introducción a la situación económica de Irlanda A partir de de los 90 y hasta 2007 Irlanda ha experimentado un crecimiento económico espectacular, una acusada reducción del desempleo y un sustancial incremento de sus niveles de vida, de modo que en 2007 la renta per cápita se situaba, en términos de paridad de poder de compra, en el 147 por 100 de la media UE-27. LA estrategia de desarrollo económico fue la captación de capital y tecnología por medio de la importación y, fundamentalmente, de la inversión directa especialmente norteamericana, mediante un régimen tributario particularmente benigno (incluido un tipo impositivo del 10% en el I. sociedades). También inversores europeos, especialmente de Alemania y Francia, vieron grandes oportunidades de rentabilidad en Irlanda, apareciendo un exceso de liquidez en el sistema que generó que entre 1997 y 2007 el precio de las acciones , de los inmuebles y el importe de préstamos concedidos por los principales bancos, especialmente dedicados al sector inmobiliario, se multiplicara por cuatro. Los pasivos de los principales bancos ascendían a 440.000 millones de € Cuando estalló la crisis en EEUU, los bancos dejaron de prestarse entre sí y las entidades financieras irlandesas tuvieron serios problemas de liquidez y de solvencia, al estar muy endeudados y con sus activos sobrevalorados. La relación deuda pública/PIB antes de la crisis era solo del 25% pero el Gobierno decidió garantizar la deuda total de estos bancos (3 veces el PIB) La combinación de la transmisión de la falta de crédito a la economía real y las crecientes dudas de los inversores sobre la sostenibilidad de las finanzas publicas aumentó la prima de riesgo y por tanto el coste de financiación de la deuda pública. El resultado: recesión, paro y ajustes en los gastos públicos a costa de los ciudadanos. Hablando de productividad En los años de mayor crecimiento económico el incremento del PIB por habitante se consiguió tanto a través de un mayor empleo como de una mayor productividad por empleado. El cociente entre PIB y numero de ocupados, antes y después de la crisis iniciada en 2007,es mayor en Irlanda que en Alemania, tanto tomando el PIB a precios de mercado como en paridad del poder adquisitivo. Su variación interanual es creciente, excepto el brusco descenso experimentado entre 2007 y 2008. Durante el periodo de crecimiento comprendido entre 2004 y 2007, la tasa de crecimiento interanual del empleo en Irlanda es similar a la de Alemania , en torno a un 2% anual de media, mientras el crecimiento de la productividad por ocupado es superior en Irlanda. Sin embargo cuando llega el momento de la recesión, en Alemania se consigue mantener el empleo, mientras que en Irlanda se reduce una media de un 4% anual. La productividad por ocupado crece poco en ambos países. En los dos países el empleo a tiempo parcial está en torno al 25% y las horas de trabajo declaradas en la Encuesta de Población Activa para los dos tipos de jornada, parcial y completa, también son similares aunque ligeramente superiores en Alemania para la jornada completa y ligeramente superiores en Irlanda para la jornada parcial. Para un empleado medio con diez años de antigüedad en su puesto, los días no laborales (vacaciones +festivos)de un trabajador irlandés son 29 frente a los 33 de un alemán La diferencia que existía en 2007 a favor de Alemania respecto a las horas anuales de los trabajadores va disminuyendo con los años, sin embargo la diferencia en la productividad por ocupado y hora aumenta a favor de Irlanda. Conclusión: Irlanda ha sufrido una importante caída en el empleo a partir de de la crisis financiera y la posterior crisis de deuda. Su productividad ha aumentado a partir de ese momento pero no lo suficiente como para compensar la disminución en el empleo. Como resultado de tener que pagar la deuda pública en 2011 hasta 1134 puntos básicos por encima del bono alemán se han realizado ajustes que han recaído sobre todo en el factor trabajo que Autor: Carlos Silva Navas es mucho más eficiente que el alemán, tanto considerando la productividad por ocupado como la productividad por hora. GRECIA Las instituciones de la UE tenían mucho interés en que Grecia formase parte de la zona euro por su indudable vinculación con el nacimiento de la cultura europea y su estratégica situación geográfica. Sin embargo este país no cumplía con los requisitos de Maastricht: la deuda pública superaba el 60% del PIB y el déficit fiscal era mayor al 3%. Goldman Sachs fue requerido por las autoridades griegas para maquillar las cuentas públicas, de modo que el déficit que estaba valorado en yenes y dólares pasó a euros a un tipo de cambio ficticio; de esta forma Grecia cumplía los criterios fijados. Esto continuó haciéndose los ejercicios siguientes, ocultando la deuda griega bajo la forma de derivados complejos que no computaban como deuda. Aunque Eurostat denuncio tímidamente estos desajustes, durante varios años no tuvo verdaderas consecuencias y Grecia siguió endeudándose cada vez más, hasta que la crisis de confianza de los mercados financieros llegó a hacer temer que Grecia no pudiera pagar su deuda. En 2010 Grecia no podía refinanciarse y las autoridades de la zona euro lo achacaron a las deficiencias de las políticas dentro del país: excesivo número de funcionarios, elevadas retribuciones, jubilaciones muy tempranas, evasión generalizada de impuestos etc. Estos problemas ya existían antes de la entrada de Grecia en la zona euro pero después se agravaron por el hecho de que este país es el eslabón más débil en la cadena de desequilibrios dentro de la zona euro. Los déficits comerciales de Grecia eran superávits para los países grandes (sobre todo Alemania y Francia) y mientras había liquidez, a ninguno le preocupaba que la competitividad griega fuera cada vez menor. Con la crisis griega, lo que se está poniendo en tela de juicio es la arquitectura comunitaria, con una unión monetaria sin unión política ni ningún mecanismo claro de apoyo entre los países. Las ayudas recibidas de los organismos internacionales están condicionadas a unas brutales condiciones de ajuste que sufren los ciudadanos y que ahondan la recesión. PRODUCTIVIDAD: La productividad por ocupado en Grecia es sustancialmente menor que la de Alemania, tanto en PIB valorado a precios de mercado como en paridad del poder adquisitivo. En 2004 su productividad por ocupado era aproximadamente un 70% de la alemana, sin embargo ha ido creciendo a una mayor tasa interanual y en 2009 alcanzó un valor próximo al 83%. Esta tendencia general solo se ha invertido en el año 2010 , para volver a su patrón habitual en el siguiente año, y será muy importante lo que ocurra en los próximos periodos para determinar el definitivo acercamiento entre los dos países. Si examinamos empleo y productividad separado en dos periodos (sin y con crisis) podemos confirmar el hecho de que, como promedio, la productividad ha crecido más en Grecia que en Alemania , justo lo contrario que el empleo, que ha experimentado una importante caída en Grecia y se ha mantenido en Alemania. Si analizamos la productividad por hora vemos que es radicalmente falsa la afirmación de que los trabajadores de los países del sur de Europa son “vagos”. . Como dijimos antes, el empleo a tiempo parcial en Alemania es alrededor del 25% del total, mientras que en Grecia solo representa el 6%. El número de horas semanales declaradas en la Encuesta de Población Activa es muy superior en Grecia, para los dos tipos de jornada. Es cierto que tienen más días no laborables, 37 frente a 33. Los cálculos sobre las horas medias anuales trabajadas muestran Autor: Carlos Silva Navas que los trabajadores griegos han trabajado durante el periodo estudiado más de 300 horas al año más que los alemanes, sin que estas diferencias hayan variado sustancialmente en el periodo estudiado. La productividad por hora que solo era en 2004 un 58% de la alemana, fue aproximándose hasta que en 2009 alcanzó el 70% para volver a separarse a partir de esta fecha, llegando en 2011 al 66%. Conclusiön: Cada trabajador alemán aportó en 2011, 39,94 € a su PIB por hora trabajada mientras que uno griego solo aportó 26, 20. Desde algunas instituciones europeas se ha sugerido que otra medida de ajuste seria aumentar en un día la semana laboral. Esto significa que hacen recaer la culpa de la falta de productividad exclusivamente en los trabajadores. No se tiene en cuenta que la economía de Grecia está muy ligada al turismo y otras actividades de bajo valor añadido en las que no es posible incorporar con facilidad nuevos procesos productivos que aumenten su eficacia. Los trabajadores no son mucho más o menos eficientes en unas economías que en otras pero aumentar la productividad en un sistema productivo que apenas ha evolucionado hacia la competitividad en las últimas décadas es difícil y no se consigue solo a base de más horas de trabajo